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Un hecho tan simple hoy en día como que el sol esta en el centro del sistema
solar y que el resto de los planetas giran a su alrededor, en órbitas que nos
describen las estaciones del año, y que la tierra gira a su alrededor de su eje
dando una vuelta completa cada 24 horas, y que se encuentra inclinada
respecto de este, provoco a lo largo de la historia numerosos estudios y
teorías, una veces contrarias y otras complementarias.
Se comenzó a estudiar los astros hacia el año 500 a.C. con objeto de poder
conseguir un calendario eficaz.
PITAGORAS
Creían que la Tierra era esférica y ofrecían dos ideas en apoyo de esas
teorías:
PLATÓN
En la concepción platónica, el Universo o Cielo es esférico, finito y excluye
completamente el vacío. Lo considera dotado de rotación circular y privado
de todos los demás tipos de movimiento y desplazamiento.
EUDOXO
Eudoxo supuso que cada planeta estaba ligado a las esferas homocéntricas,
es decir, que todas tenían el mismo centro: la Tierra; cuyos movimientos
ordenados y regulares se combinaban para formar el movimiento de cada
uno de los cuerpos celestes por separado. Así admitía tres esferas para el
Sol y la Luna, y cuatro esferas para cada uno de los cinco planetas
conocidos.
ARISTÓTELES
La envoltura exterior del Universo, el «primer cielo», es una esfera finita que
contiene las estrellas fijas; dichas estrellas no tienen movimiento propio,
pero la rotación uniforme del primer cielo les hace cumplir una revolución de
24 horas. El movimiento del primer cielo pone además en movimiento todas
las demás esferas.
Los movimientos del Sol y la Luna y los cinco planetas conocidos implican
esferas que giran en direcciones diferentes a la del primer cielo. Este
movimiento lo explica con un agente motor diferente para cada esfera.
ARISTARCO DE SAMOS
Mostró que el Sol dista 19 veces más de la Tierra que la Luna, y que el Sol
tenía que ser mucho mayor que la Luna, ya que ambos astros parecen del
mismo tamaño a pesar de sus diferentes distancias.
Objeciones en su época:
1.- Si la Tierra se movía alrededor del Sol, las constelaciones sufrirían para
nuestra vista deformaciones angulares.
3.- Si los astros son de fuego y la Tierra es el más pesado de los cuerpos
celestes, no pueden estar inmóviles los primeros y moverse la segunda.
ERATÓSTENES
2.- Eratóstenes fue también el autor del calendario juliano, en el que cada
cuatro años hay un día más.
APOLONIO
HIPARCO
3.- Hizo un catálogo de 1.080 estrellas fijas, con sus posiciones relativas. Lo
que le movió a establecer dicho catálogo fue la aparición de una brillante
estrella nueva: el fenómeno refutaba directamente la Teoría de Aristóteles de
la inmutabilidad del mundo supralunar.
Fuera de estas menciones no hay parte alguna donde surjan indicios de una
Teoría Heliocéntrica, tampoco en los escritos del propio Aristarco, quien
dejó una extensa obra astronómica titulada «De las dimensiones y distancias
del Sol y la Luna». En esta obra la idea heliocéntrica no aparece en absoluto.
Todo esto significa que Copérnico no pudo recoger sobre ella más
información que la contenida en aquella mención. Es incluso muy probable
que ni siquiera haya leído ésta última, pues, de lo contrario, la habría citado
en el De Revolutionibus, donde, para defenderse de futuros reproches
enumera a todos los astrónomos de la antigüedad que expresaron en sus
obras ciertas dudas respecto a la situación central de la Tierra en el
Universo. Figuran allí Filolao, Heráclides, Nicetas y Ecfanto, pero Aristarco
brilla por su ausencia.
Con el cielo ocurre hasta cierto punto lo mismo que con un reloj. La falta de
precisión de su mecanismo no se manifiesta inmediatamente después de
ponerlo en marcha. Sólo después de días y semanas estamos en
condiciones de descubrir sus defectos. El modelo geocéntrico funcionó muy
bien inmediatamente después de su puesta en marcha, pero más tarde,
durante la Edad Media y principios de la Moderna, la maquinaria del mundo
comenzó a ser anacrónica.
Huelga recordar los apuntes de Leonardo da Vinci, en los que se lee que el
Sol está inmóvil en el centro del Universo y que su luz ilumina todos los
cuerpos celestes.
Son observables una serie de analogías con el Almagesto en toda una serie
de pasajes del De Revolutionibus. Por ello algunos autores atribuyen a la
obra de Copérnico un carácter imitativo. Otros consideran que se trato de
algo intencionado, de demostrar, mediante un tratado de Astronomía
completo, que todos los fenómenos pueden ser representados y explicados
sin restarles exactitud en el marco de la doctrina heliocéntrica, y que ningún
fenómeno contradice esta doctrina. Además la estructura del Almagesto no
fue mecánicamente copiada en el De Revolutionibus, sino que donde lo
exigía la nueva concepción heliocéntrica Copérnico cambio el orden de
exposición.
TEORIA HELIOCENTRICA:
NICOLAS COPERNICO
Entre 1543 y 1600 Copérnico contaba con muy pocos seguidores. Fue objeto
de numerosas críticas, en especial de la Iglesia, por negar que la Tierra fuera
el centro del Universo. La mayoría de sus seguidores servían a la corte de
reyes, príncipes y emperadores. Los más importantes fueron Galileo y el
astrónomo alemán Johannes Kepler, que a menudo discutían sobre sus
respectivas interpretaciones de la teoría de Copérnico. El astrónomo danés
Tycho Brahe llegó, en 1588, a una posición intermedia, según la cual la
Tierra permanecía estática y el resto de los planetas giraban alrededor del
Sol, que a su vez giraba también alrededor de la Tierra.
GALILEO GALILEI
En 1624 Galileo empezó a escribir un libro que quiso titular Diálogo sobre las
mareas, en el que abordaba las hipótesis de Tolomeo y Copérnico respecto a
este fenómeno. En 1630 el libro obtuvo la licencia de los censores de la
Iglesia católica de Roma, pero le cambiaron el título por Diálogo sobre los
sistemas máximos, publicado en Florencia en 1632. A pesar de haber
obtenido dos licencias oficiales, Galileo fue llamado a Roma por la
Inquisición a fin de procesarle bajo la acusación de "sospecha grave de
herejía". Este cargo se basaba en un informe según el cual se le había
prohibido en 1616 hablar o escribir sobre el sistema de Copérnico. El
cardenal Belarmino había muerto, pero Galileo facilitó un certificado con la
firma del cardenal, según el cual no sufriría en el futuro ninguna otra
restricción que no fueran las que para todo católico romano contenía un
edicto de 1616. Este escrito no pudo ser rebatido por ningún documento,
pero Galileo fue obligado a abjurar en 1633 y se le condenó a prisión
perpetua (condena que le fue conmutada por arresto domiciliario). Los
ejemplares del Diálogo fueron quemados y la sentencia fue leída
públicamente en todas las universidades.
JOHANNES KEPLER.
TYCHO BRAHE
ISAAC NEWTON
La óptica fue otro área por la que Newton demostró interés muy pronto. Al
tratar de explicar la forma en que surgen los colores llegó a la idea de que la
luz del Sol es una mezcla heterogénea de rayos diferentes —representando
cada uno de ellos un color distinto— y que las reflexiones y refracciones
hacen que los colores aparezcan al separar la mezcla en sus componentes.
Newton demostró su teoría de los colores haciendo pasar un rayo de luz
solar a través de un prisma, el cual dividió el rayo de luz en colores
independientes.