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La literatura infantil propicia al niño una serie de ventajas que le ayudan con
sus procesos socializador, así como también en su formación emocional,
auditiva y lingüística ayuda a que los niños y niñas sientan en un ambiente
mas agradable a sus sentidos permitiendo su persuasión , atención e interés
por aprender de una forma creativa en la que se despierta su curiosidad, por
tal motivo como docentes debemos incorporar la literatura infantil en el
aula, no como un requisito sino como una necesidad del niño que
contribuyen con todo su proceso formativo , es así que esta carpeta se
desarrollara con cuentos , mito y leyendas además d los cantares de gesta.
EL YACURUNA
Es un dios
mitológico que
vive en las
profundidades
de los ríos y los
lagos de la
Amazonía
cerca de
Iquitos. Él
tiene el poder
para
convertirse en
forma humano
dando la
apariencia de ser un hombre guapo. Usando poderes mágicos de
seducción, él a menudo engaña a las muchachas inocentes, haciéndolas
enamorarse de él y seduciéndolos. Una vez que han caído a sus hechizos,
él trae las chicas para su hogar en las profundidades del agua donde se
convierten en los seres subacuáticos parecidos a la Yacuruna, para nunca
más verse otra vez por el mundo exterior. Según esta leyenda de Iquitos,
la Yacuruna es parecida al dios Poseidón de mitología griega. Sus sujetos
naturales son los peces y los reptiles acuáticos. Se dicen que él viaja por
los ríos y los lagos de la amazonía por la noche montando un enorme
cocodrilo negro, adornado con una boa como un collar. Las personas
locales de Iquitos dicen que, durante el día, la Yacuruna duerme en las
profundidades de las aguas, nunca cerrando un ojo.
EL MITO DE ATALANTA
Atalanta fue una heroína vinculada al ciclo arcadio
como relacionada con las leyendas beocias,
consagrada a Artemisa y reconocida por sus
inmejorables habilidades para la caza. Sus orígenes
varían según la versión del mito. Así, puede
considerarse como hija de Yaso, descendiente de
Árcade, y de Clímene, quien era hija de Minia rey
de Orcómeno. Para Eurípides y otros, su padre es
más bien Ménalo, por quien la isla Ménalo fue
nombrada. Sin embargo, la versión más difundida, especialmente desde
Hesíodo, es en la que Atalanta es hija de Atamante y Temisto, gracias a lo
cual se relaciona con la cultura beocia.Su padre quería únicamente hijos
varones y por eso al nacer Atalanta, la abandonó en el monte Partenio a su
suerte. Ella pudo sobrevivir gracias a que una osa la cuidó y la amamantó,
hasta que unos cazadores la encontraron y decidieron criarla.
Una vez que se convirtió en una bella y ágil mujer, Atalanta decidió no casarse
y mantenerse virgen para consagrarse a la diosa de la cacería, Artemisa, a
quien emulaba con sus acciones. Por ello, Atalanta vivía en el bosque cazando
y llegó a ser una de las cazadoras más renombradas de la antigüedad. Como
mujer que era enfrentó muchos peligros, como cuando dos centauros -Reco e
Hileo- quisieron violarla, pero ella siempre pudo defenderse gracias a sus
inigualables habilidades, y mató a los centauros con sus flechas. Su fama se
difundió sobre todo después de participar en la cacería del jabalí de Calidón
y luego de obtener el premio a la carrera en los juegos fúnebres organizados
en nombre de Pelias, donde compitió con Peleo, padre de Aquiles, el de los
pies ligeros, héroe del ciclo troyano.
Cuentan que una calurosa tarde de verano una pareja de ancianos pasó por delante
de la casa del ricachón. La viejecita caminaba con la ayuda de un bastón de madera
y él llevaba un cántaro vacío en su mano derecha. – ¡Querida, mira qué mansión! Vamos
a llamar a la puerta a ver si pueden ayudarnos. Ya estamos demasiado mayores para
hacer todo el camino de un tirón ¡Debemos reponer fuerzas o nunca llegaremos a la
ciudad! La familia estaba merendando cuando escuchó el sonido del picaporte. Casi
nunca pasaba nadie por allí, así que padres e hijos se levantaron de la mesa y fueron
a ver quién tocaba a la puerta. Cuando la abrieron se encontraron con un hombre y
una mujer muy mayores y de aspecto humilde. El anciano se adelantó un paso, se quitó
el sombrero por cortesía, y se dirigió con dulzura al padre de familia.
– ¡Echa a estos dos de nuestras tierras y si es necesario suelta a los perros! ¡No
quiero intrusos merodeando por mis propiedades! Su esposa y sus tres hijos tampoco
sintieron compasión por la pareja. Muy altivos y sin decir ni una palabra, dieron media
vuelta, entraron en la casa, y el padre cerró la puerta a cal y canto. Tan sólo la
sirvienta se quedó afuera mirando sus caritas apenadas. – No se preocupen, señores.
Vengan conmigo que yo les daré cobijo por esta noche. A escondidas los llevó al
granero para que al menos pudieran dormir sobre un lecho de heno mullido y caliente
durante unas horas. Después salió con cautela y al ratito regresó con algo de comida
y agua fresca. – Aquí tienen pan, queso y algo de carne asada. Lo siento, pero es todo
lo que he podido conseguir. La anciana se emocionó.
– No, señora, es lo menos que puedo hacer. Ahora debo irme o me echarán de menos
en la casa. A medianoche vendré a ver qué tal se encuentran.
La muchacha dejó al matrimonio acomodado y regresó a sus quehaceres domésticos.
– ¿Qué tal se encuentran? ¿Se sienten cómodos? ¿Puedo ofrecerles alguna otra
cosa? La anciana respondió con una sonrisa.
– Has sido muy amable, muchacha, muchas gracias. De repente, su cara se tornó muy
seria.
– Ahora escucha atentamente lo que te voy a decir: debes huir porque antes del
amanecer va a ocurrir una desgracia como castigo a esta familia déspota y cruel.
Coge tus cosas y búscate otro lugar para vivir ¡Venga, date prisa!
– ¿Cómo dice?…
– ¡No hay tiempo para explicaciones! ¡Confía en mí y sal de aquí lo antes posible!
La chica no dijo nada más y se largó corriendo del establo. Entró en la casa sin hacer
ruido, metió en la maleta sus pocas pertenencias, y salió por la parte de atrás tan
rápido como fue capaz. Mientras, los ancianos salieron de granero, retomaron su
camino y también se alejaron de allí para siempre. Faltaban unos minutos para el
amanecer cuando unos extraños sonidos despertaron al dueño de la casa y al resto
de su familia. Los pájaros chillaban, los caballos relinchaban como locos y las vacas
mugían como si se avecinara el fin del mundo. El padre saltó de la cama y gritó:
– ¡¿Pero qué escándalo es éste?! ¡¿Qué demonios pasa con los animales?!
Todavía no había comprendido nada cuando, a través del ventanal, vio una enorme
masa de agua que surgía de la nada y empezaba a inundar su casa. Invadido por el
pánico apremió a su familia: – ¡Vamos, vamos! ¡Salgamos de aquí o moriremos
ahogados!
No tuvieron tiempo ni de vestirse. Los cinco salieron huyendo hacia la montaña bajo
la luz de la pálida luna y sin mirar hacia atrás ni para coger impulso. Corrieron durante
dos horas hasta que por fin llegaron a un alto donde pudieron pararse a observar lo
que había sucedido y… ¡La visión fue desoladora! Todo lo que tenían, su magnífica
casa y sus campos de cultivo, habían desaparecido bajo las aguas.
No tuvieron más remedio que seguir su camino e irse lejos, muy lejos, para intentar
rehacer su vida. La historia dice que lograron sobrevivir pero que jamás volvieron a
ser ricos. Nunca llegaron a saberlo, pero se habían quedado sin nada por culpa de su
mal corazón.
Tradición, mito o leyenda son los relatos que desde tiempos inmemorables van de
boca en boca entre los habitantes de la selva, estremeciéndolos de pavor,
especialmente en las noches de luna cuando un abuelo los cuenta.
Así llegó cierto día un pescador que siguiendo el curso de un riachuelo desembocó en
él; desde el primer momento que lo vio, se sintió feliz porque creía que era el primero
en llegar y pensó: al fin podré realizar una "pesca milagrosa" en esta laguna olvidada,
que debe estar llena de peces. Infelizmente no fue así; al penetrar en el lago, lo
primero que hizo fue ubicar un lugar para arrojar su tarrafa y aunque se sentía
intrigado por el movimiento del agua, siguió remando confiado; pero el vaivén
continuo de su canoa siguió preocupándole hasta que sintió que algo salía del fondo
del lago. Rápidamente volvió para averiguar… ¿qué era eso?, y vio una terrible cabeza,
suspendida a casi un metro de altura sobre la superficie del agua moviendo su
monstruosa figura de orejas paradas y sacando su lengua puntiaguda.
Inmediatamente dio vuelta su canoa, metió su remo con fuerza hasta el fondo del
agua para impulsarse mejor y en esos instantes apremiantes para colmo de males,
notó que las plantas de la orilla venían a su encuentro, cerrándole el pase como si
obedecieran a no sé qué designio; terriblemente asustado, giró su cabeza para ver
que ocurría con la fiera y comprobó que ella le perseguía a toda velocidad.En ese
momento, aterrorizado levantó sus ojos al cielo y clamó ayuda al Dios Todopoderoso,
convencido que él no podía hacer nada para librarse con vida de ese monstruo
lacustre. Y realmente, el Señor escuchó su súplica, porque inexplicablemente
cayeron al lago cuatro sachavacas peleando y mordiéndose como fieras, produciendo
un tremendo ruido.
Ese terrible estruendo asustó a esa serpiente, que no era otra cosa que la terrible
Yacumama, que velozmente se sumergió en su lago. Incomprensiblemente, las plantas
acuáticas también volvieron a su posición inicial y todo quedó en calma, pues hasta
las sachavacas se escaparon viendo a la horrible Yacumama.
AI respecto, se cuenta que cuando alguna persona común se acerca a las orillas y
penetra a esos lagos encantados, se desata sorpresivamente una tormenta infernal
que hace zozobrar la embarcación y la persona se ahoga irremediablemente.
LA LEYENDA DEL DORADO: PAITITI