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Introducción

Imaginemos que un día cualquiera estamos tranquilamente en nuestras casas, en el trabajo, en

la escuela e incluso en la calle y de repente un grupo de personas armadas comienzan a acribillar

a todo aquel que miran a su paso, suena estruendosa la idea, sin duda alguna el miedo que invade

nuestro cuerpo y nuestra mente se hace inmenso y lo es mucho más cuando no existe una razón

contundente de dicho acto delictivo y donde nadie, ninguna autoridad así lo esté viendo haga

algo para detener la masacre.

Cuando no comprendemos porque es que está pasando, o si seremos nosotros seremos uno

más de los muertos, ¿Vivir o morir? esa y muchas interrogantes surgirán en su momento

haciendo implorar quizá por nuestra vida y la de los demás involucrados, que temerán por sus

vidas e imploraran por salvarlas, pero son simples suposiciones que se nos vienen a la mente

cuando leemos sobre alguna masacre o delito impune que no logramos entender en ese momento

donde está la paz y que clase de autoridades que no hacen nada por parar los niveles de

delincuencia en nuestro país.

Pues bien, los habitantes de Acteal, un municipio de Chiapas donde habitan cientos de grupos

indígenas tzotziles vivieron una masacre que quizá ni nuestra propia mente nunca podamos

llegar a comprender el dolor que vivieron los habitantes porque no hemos estado en una

situación similar, mas sin en cambio como el ejemplo anterior podamos concientizar un poco

sobre lo que pasaría si de la nada llegáramos a vivir una situación que se asemeje.
Desarrollo

La masacre en Acteal se dio lugar el 22 de diciembre de 1997 en el municipio de Chenalho,

Chiapas, cuando un grupo de paramilitares priistas, armados y entrenados por soldados

asesinaron a 45 indígenas entre los que se incluyen 16 niños, 8 hombres y 21 mujeres incluyendo

las embarazadas, mientras rezaban por la paz y tranquilidad en Acteal, sociedades indígenas

denominados “las abejas” que huyeron un día anterior a la masacre de los grupos armados

priistas que entre 60 y 90 hombres dispararon sobre 350 indígenas desarmados.

El suceso inicio 11:30 de la mañana concluyendo la masacre hasta las 5:30 de la tarde, siendo

6 horas de tortura para los Tzotziles, donde militares y policías se mantuvieron a 200 metros

aproximadamente y donde en ningún momento intervinieron las autoridades estatales y federales

aun estando informadas por los hechos sin siquiera mover una dedo por estas personas, siendo

anteriormente anunciada y denunciada por los grupos indígenas sobre la posibilidad de que un

crimen de ese nivel se diera en contra de ellos pues sus voces nunca fueron escuchadas.

Suceso que surgió durante el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), a

quienes los desplazados exponen como uno de los principales agresores contra la sociedad civil

“las abejas”, en complicidad con otros tantos priistas, hay que recordar que Zedillo llego a la

presidencia posterior al sexenio de Carlos Salinas de Gortari, ganando las elecciones de la

republica gracias al voto del miedo. Durante sus sexenios algunos desaciertos que tuvo durante

en su gubernatura fueron la represión y persecución de los zapatistas visibles en la masacre de

Acteal y la masacre de aguas blancas.


La matanza que se efectuó contra los desplazados de las abejas fue la agresión más violenta

que vivieron los indígenas de Acteal desde la Aparición del EZLN, mejor conocido como el

Ejército Zapatista de Liberación Nacional, la ofensiva según testigos fue planeada con

antelación, grupos paramilitares amenazaron y agrediendo a los indígenas para que abandonaran

sus comunidades de manera grosera y violenta, por lo que las abejas tuvieron que desalojar sus

viviendas como forma de huida el 21 de diciembre hacia Chenalho, Chiapas.

Regresemos un poco al comienzo al año de 1996 cuando el doctor Renán Castillo (1995-

1997) era jefe de la séptima zona militar. Durante su periodo en el que la zona militar estuvo a su

mando se tuvo el surgimiento de al menos 6 grupos paramilitares de filiación priista o frente

cardenista entre los que destacan: Paz y Justicia, Chinchulines antes conocido como Frente

Cívico Luis Donaldo Colosio, Mascara Roja, MIRA (Movimiento Indígena Revolucionario

Antizapatista) y Alianza San Bartolomé de los Llanos, todos ellos dispersos alrededor de todo el

estado de Chiapas.

Renán Castillo era un Doctor en psicología militar, conocía perfectamente el dominio sobre

los militares con el gobierno, lo que quiere decir que el Ejército Nacional Mexicano ayudo a la

formación de grupos paramilitares en el estado, en conjunto con un grupo de campesinos

militares del PRI quienes fueron organizados y entrenados por el ejército y protegidos por la

policía de Seguridad Publica.

Se toma por paramilitares a “aquellos grupos de personas que ayudan a las fuerzas del orden

en la búsqueda de la infraestructura de los insurgentes y que junto con la política separan a estos

del pueblo, evitando que puedan movilizar fuerzas y recursos” (Landerreche, 2004, 45). Siendo

el escudo detrás del cual discurre el desarrollo político, social y económico del país.
Como es evidente existía una separación entre el pueblo de Chiapas, más en específico el

grupo de indígenas “las abejas” y el gobierno junto con los paramilitares, ahora bien, la sociedad

civil indígena eran un grupo pacifista desde 1994 que buscaban soluciones negociativas y

políticas a la guerra, esto quiere decir que no utilizaban la violencia exclusivamente y sin razón

pues era una organización que se formó en diciembre de 1992, a partir de la injusticia contra los

campesinos en defensa de los derechos de los pueblos indios y por el proceso de la paz.

El 03 de diciembre de 1997 Zedillo dio un discurso ante el pueblo como forma de externar su

pésame por el duelo que vivía todo México con la matanza de Acteal, mencionando en un

informe de gobierno “La violencia es por definición un acto criminal y eso fue lo que ocurrió el

día de ayer en Acteal, un cruel, absurdo e inaceptable acto criminal que solo puede tener como

respuesta la aplicación más firme y severa de la justicia” (Zedillo, 19997).

Esto da a entender a la gente que evidentemente existirá justicia ante tan más bajo y cruel

masacre, que los responsables pagaran por los hechos, pero que pasa cuando los responsables son

el mismo gobierno y el ejército que en conjunto supuestamente luchan por la justicia del país,

recordemos pues que fueron los grupos paramilitares los que encabezaron tal crimen, queriendo

cubrir a los responsables mandan a personas del gobierno a brindar ayuda, medicamentos para

los indígenas afectados y dando discursos absurdos y engañosos para los habitantes del país.

Cuando Zedillo evidencia el rechazo de los indígenas para con la supuesta ayuda

desinteresada del gobierno expone “Son las mismas zonas donde hay grupos que obstaculizan

deliberada y sistemáticamente la presencia de las instituciones de la república para luego

culparlas de la falta de atención a la población más necesitada como de admisión en tragedias

como la de Acteal” (Zedillo, 19997).


Dos posturas contrarias hechas por un mismo presidente, en una lamenta la perdida y externa

la justicia que habrá y en la otra culpa a los indígenas por no querer recibir ayuda del gobierno,

aun sabiendo que fueron paramilitares, grupos dependientes del gobierno quienes

deliberadamente realizaron la matanza, mandaron medicamentos pero lo que no se expone es que

eran medicamentos caducados y sin nombre, encarcelaron a presos cuya culpabilidad nunca se

aprobó por los indígenas afectados, para ellos (el gobierno) esa era su solidaridad y justicia hacia

los grupos indígenas.

Julio Cesar Ruiz Ferro denunciado como uno más de los responsables por la matanza, siendo

el gobernador de Chiapas, llego al poder el 14 de febrero de 1995, no haciendo absolutamente

nada por los indígenas provenientes de Atenco y mencionando “mi presidente no te preocupes,

deja que se maten, yo voy a mandar la seguridad pública para que levanten a los muertos” (Ruiz,

1997). Una contestación hacia Zedillo que se encontraban en colaboración de tal atroz crimen.

Emilio Chuayfett fue otro de los mencionados autores intelectuales que encabezaron por

detrás del acontecimiento suscitado el 22 de diciembre, un año después de lo sucedido Emilio

renuncia por razones personales al puesto que hasta ese entonces había tenido, ser secretario de

gobernación de la administración de Ernesto Zedillo y por ende era el responsable de la

seguridad interna del país.


16 años posteriores a lo acontecido Chuayfett actual secretario de educación pública de

México, (siendo parte del gabinete de Enrique Peña Nieto) acudió a Madrid a la fundación

Ortega Marañón para hablar de “el porvenir de la educación en México”. Durante su discurso un

grupo de manifestantes que acudieron lo señalaron y pusieron en evidencia su absoluta ineptitud

sobre lo acontecido en 1997, exponiéndolo como el actor intelectual de la crueldad que vivieron

los desplazados.

Lo más evidente que sucedió fue que el negaría y no daría respuestas explicativas sobre el

tema, evadiría el tema puesto que según él iba exclusivamente a externar los supuestos progresos

que han implantado a favor de la educación en nuestro país, expuso de su palabra que “son

hechos en los que lamentamos todos los mexicanos la pérdida de 45 vidas. Pero también fueron

hechos que se sometieron a los tribunales, y le quiero decir que cuando esto ocurrió yo ya no

estaba en el gobierno, para que nadie pueda decir que tenía yo la posibilidad de influir en los

juicios” (Tejeda, 2013).

Después de lo expuesto anteriormente queda más que claro que hábilmente se lavó las manos

con respecto a las acusaciones que se le hicieron, menciona el que no era ya parte del gobierno y

por el contrario renuncio un año después del acontecimiento, creyente de que la gente no tomaría

importancia a lo que los manifestantes mencionaron y de la poca información con la que

contaban sobre el suceso, decidió mentir sin que absolutamente nadie más que las personas que

lo acusaban se dieron cuenta.


Ahora analicemos un poco estas dos clases de masas por una parte están los grupos

paramilitares en conjunto al gobierno y ejército y por otra parte los grupos indígenas “las

abejas”. Según Le Bon, 2007 desde el punto de vista psicológico una masa se define como

“aquel grupo de individuos que reunidos en determinadas circunstancias y tan solo en ellas, una

aglomeración de seres humanos posee características nuevas y muy diferentes de las que cada

uno de los individuos que la componen” (pag. 15).

Los paramilitares que atacaron al grupo indígena tenían un objetivo, todos se reunieron para

erradicar al grupo étnico “las abejas” lo que hace pensar que veían a esta masa como personas

inferiores a ellos, personas que les producían repudio aún más sabiendo que comenzaban a alzar

la voz para defender sus derechos, puesto que para el ejercito los indígenas anteriormente no

remilgaban y luchaban por conseguirlos y hacerlos valer, por lo tanto ellos cometieron un acto

cruel y despiadado de genocidio hacia los Tzotziles.

Krstic (2001) define al genocidio como “a toda empresa criminal que persigue la

destrucción total o parcial de un grupo humano en particular como tal, a través de determinados

medios, incluyendo elementos específicos del crimen de genocidio: que el actor o los actores

tengan como objetivo a un grupo nacional, étnico, racial o religioso y que el acto o los actos

persigan la destrucción total o parcial de ese grupo” (pág., 216).

No es la primera y única vez que se cometen actos genocidas en contra de grupos indígenas, ni

siquiera fue una guerra entre ambos grupos, fueron los paramilitares quienes saquearon y

obligaron a la gente a marcharse, quienes quitaron propiedades y amenazaron cruelmente a los

habitantes, quienes planearon y disfrutaron tan satisfactoriamente una masacre, quienes

eliminaron y asesinaron a personas tan humanas como ellos sin remordimiento ni culpa.
Fueron los paramilitares esa masa colectiva y organizada en la que los individuos hicieron y

compartieron una mente, dentro de las masas no se espera clasificar a los integrantes, no interesa

la clase, estatus, genero, ocupación, inteligencia o carácter que posea cada individuo, por el

contrario surge una masa colectiva, pues se puede apreciar que dentro de los grupos criminales

de los paramilitares existían tanto militares, como del ejército, como de la policía así como

también mismos habitantes del pueblo de Acteal y que pertenecían al grupo las abejas.

Una segunda causa es el contagio mental que surgió, traspasando de unos a otros la razón de

la masacre, eliminar al grupo zapatista, incluyendo hombres, mujeres y niños, sin piedad, sin

compasión, para así proteger al estado, al gobierno, pues una vez perteneciendo a los

paramilitares serían liberados y protegidos a su vez por el mismo gobierno.

Quizá fascinados por lo que podrían adquirir posteriores a la masacre los indígenas

involucrados en el acto se dejaron llevar por la irracionalidad, cegados ante las consecuencias,

segados ante el pueblo al que pertenecían, del que provenían, para el que Vivian, actuando de

manera inconsciente dejando a un lado sus sentimientos y emociones pertinentes, que por sí

solos llegarían a sentir, compadeciéndose de los asesinados, de las imploraciones, del dolor de

los habitantes de Acteal.

Actuar de manera impulsiva es otra característica de las masas, masacrar a quienes creen

inferiores, a quienes les producen repudio es producir una excitación para los asesinos, eliminar

gente que no se quiere en el estado, gente que estorba y entorpece sus planes, las masas

adquieren mayor movilidad siendo parte de la masa, incapaces de la voluntad y del pensamiento,

sin dejarse atrapar por ideas abiertas y conscientes.


Las masas son más erróneas e ilusorias, dejándose llevar por la ilusión y manipulación de un

individuo que a través del contagio a sugestionado a los demás, he aquí la pregunta cuál de los

anteriores autores es el principal asesino, cuál de ellos es el que manipulo un conjunto de

hombres para acribillar a la multitud de individuos pertenecientes a un grupo étnico, ¿Zedillo,

Chuayfett, Renán castillo o Ruiz Ferro? Quien de ellos, cuestionémonos un poco.

La violencia dentro de las masas se exagera aún más en este caso siendo una masas

heterogénea a sabiendas que como maza no podrían hacer justicia contra ellos, puesto que la

impunidad es otra de las características, siendo esta menos visible de observar, debido al

conformismo de los pueblos, de los lectores, de los habitantes del país, que se conforman con

encontrar un asesino aunque sea el equivocado dentro de la cárcel, que paguen justos por

pecadores.

Las abejas por el contrario se reunieron para orar por la paz y tranquilidad de su estado, por

tocar almas del gobierno, por luchar hacia un bienestar equitativo para todos, por desear un

pueblo libre de violencia y de guerra, por manifestarse para hacer valer sus derechos humanos

como grupos étnicos, para adquirir una vida propia y libre del gobierno, por rezar no solo por su

grupo, sino por todo el pueblo.


Conclusión

Como es evidente el gobierno en especial es un perfecto manipulador de masas, conscientes

de que el pueblo es demasiado crédulo e ingenuo, que se conforma con lo que transmiten a través

de la televisión, siento esta su principal fuente de irracionalidad y seducción, puesto que no

somos capaces de pensar más allá de lo evidente, mas allá de lo que nos venden los medios de

comunicación, de si es verdad o no lo que el gobierno dice.

Actualmente es más difícil confiar en los gobernantes, pero pese a que algunos pensamos

sobre los acontecimientos sucedidos e indagamos quizá a través de medios no tan choreros y ni

falsos, donde leemos distintas opiniones de autores, donde comparamos los hechos con la teoría,

con las hipótesis y con la justificación de los sucesos, no todos pueden o quieren ver la realidad

por una sencilla razón, estamos tan acostumbrados a depender de un gobernante, a depender de

las migajas que se nos venden y a pagar los impuestos que el gobierno impone sobre nosotros

para poder sobrevivir.

Gandhi (2014) mencionaba “que nuestros mundos se hayan vuelto inhabitable es una

consecuencia manifiesta de la destrucción de los ámbitos de comunidad, pues entre más aumenta

el número de hombres más volvemos el entorno inhabitable, en la medida en que crece el

número de hombres que necesitan techo”. A lo que adjudico, anteriormente no éramos tan

dependientes de lo industrializado y con ello del gobierno.


Actualmente se ha confundido el arte de habitar, el tener un hogar con el lugar donde se

habita, y esto quiere decir, Acteal era un municipio lleno de personas indígenas, hasta la llegada

de Renán castillo quien sedujo a parte de la población para un supuesto bienestar hacia ellos, la

ambición nos ciega como a ellos, la ambición de tener más y tener lo que quizá antes no podrían

tener con el grupo “las abejas” los cegó y los hizo irracionales ante lo correcto, por lo regular la

mayoría de las personas indígenas son gente muy humilde y honrrada, en sus excepciones tanto

como es visible en esta y muchas masacres en las que más indígenas participan aun sabiendo que

es perjudicial para su pueblo y su identidad propia y del estado.

Hemos confundido el que no es necesario tener las más grandes riquezas a cambio de una

tranquilidad y paz, una estabilidad como pueblo, nos hemos vendido ante el gobierno y los

seguimos haciendo cada que un acto criminal como el caso de Acteal en el que muy pocas

personas tienen conocimiento por el hecho de que el gobierno tapa sus ineptitudes y atrocidades

bajo personas inocentes a quienes clasifican como culpables y los venden ante los ojos del

pueblo, del estado, de los habitantes del país, y que crédulamente nos quedamos con la justicia

que se hace.

Lo que hace crecer la violencia es la impunidad, y como hasta ahora lo hemos visto de esa en

nuestro país se desborda por doquier, el gobierno nos ha vendido como héroes a los presidentes,

al ejército y a las policías estatales y federales, corruptos e ineptos, siendo estos no otra cosa más

que la tapadera de los males político-gubernamentales. Entre los casos más recientes el caso de

ayotzinapan, también un genocidio que quedo impune realizado por policías del estado de

Guerrero, a quienes una vez más el gobierno dejo bien librados.


Mi pregunta es que estamos haciendo como miembros del estado, como habitantes de nuestro

país, usualmente lo que hacemos y tenemos la costumbre es: Ver las noticias que nos venden los

medios de comunicación, en especial la televisión y la radio, pocas veces leemos periódicos o

revistas especializadas en el tema, pocas veces indagamos sobre lo que se nos vende, pocas veces

nos solidarizamos por nuestros compañeros, puesto que hoy es noticia y mañana es parte del

pasado, un pasado que queda en el olvido y que el gobierno lo sabe, pues ya no importa si se

siguen asesinando más personas sean o no sean de nuestra entidad, grupo étnico, raza, genero,

somos uno y como tal debemos actual, el día que eso suceda comenzara el cambio en México.

Cuando seamos una masa no delictiva y criminal, sino por el contrario una masa consciente,

pensante y menos crédula, más solidaria y humana y menos asesina y apática.


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UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE MORELOS

Escuela de Estudios Superiores de Jojutla-Jicarero

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

ANALISIS

“La masacre de Acteal, Chiapas”

TEORIAS PSICOSOCIALES DEL CONFLICTO

Psicología

María Guadalupe Alarcón Guzmán

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