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Objetivo General:
Objetivos Específicos:
El Costumbrismo es una corriente que expresa amor por lo inmediato, es decir por
el presente, el ambiente local y los usos y costumbres de la época. La literatura
costumbrista describe una sociedad en transición (colonia - independencia-
república) presentando las circunstancias, problemas y coyunturas de los primeros
y convulsionados años de inicios de la República. Los escritores costumbristas
presentan las frustraciones de la ascendente clase media y la decadente clase alta
(aristocracia).
La acción y el diálogo son escasos en este subgénero que describe escenas, color
local, lugares, instituciones, costumbres y tipos de diferentes clases sociales. Por
otro lado cabe señalar que en el Costumbrismo confluyen los aportes del
Neoclasicismo en declive, por lo tanto puede tener un propósito didáctico,
moralizador, humorístico o satírico. También se distinguen características del
romanticismo las cuales tienen como fin salvar del olvido las costumbres típicas
relejando un amor hacia ellas, especialmente las del campo, que comenzaron a
perderse con la migración hacia las ciudades durante la Revolución industrial.
Así pues, según Gallegos Valdés (1996), fue cultivado por Arturo Ambrogi, Salarrué,
José María Peralta Lagos, Ramón González Montalvo y otros que les siguen,
quienes nos ofrecieron grandes obras. Sin embargo, para Ramón Luis Acevedo
(1982), quien ha trasladado con éxito y originalidad la concepción del relato
costumbrista a la novela es Ramón González Montalvo (1908-2006), uno de los
pocos salvadoreños cultivadores de la auténtica novela criollista, es autor de dos
grandes obras vigorosas que muestran la belleza y la crudeza del campo: Las
Tinajas y Barbasco.
Las Tinajas, según Acevedo (1982), apareció por primer vez en 1950 y en 1956
se publicó una segunda edición, sin embargo Juan Felipe Toruño, citado por el
mismo autor, señala que dicha obra estaba siendo trabajada desde 1935 y
terminada en 1940. No obstante, la dedicatoria aparece firmada en mayo de 1935 y
en ella se da por terminada la obra. En dicha obra se representa la vida del campisto,
se desarrolla una intriga basada en conflictos familiares, disputas de tierras,
ambiciones y resentimientos, pasiones eróticas y amorosas, venganzas sangrientas
y rivalidades heredadas, concluye Acevedo.
De igual forma, comenta Acevedo, la lengua de los campesinos constituye un
nivel estilístico en la novela, se capta con toda rudeza y expresividad; los diálogos
resultan animados y superan los diálogos en lengua culta. El habla regional,
enriquece la expresividad de la prosa, confiere autenticidad a la comunicación y
refleja el ambiente duro y violento del campo salvadoreño.
Una característica de todos los autores de este período fue la relativa subordinación
del aspecto estético a lo ideológico, lo cual no sucedió con Arturo Ambrogi (1875-
1936), quien llegó a ser el escritor viviente más leído y prestigioso de El Salvador.
En su juventud había publicado unos relatos de muy baja calidad, pero a los largo
de una vida de dedicación al arte literario llegó a dominar con maestría la crónica y
el retrato, publicando en 1917 un volumen de crónicas y relatos titulado El libro del
trópico. Lo verdaderamente original de Ambrogi fue que el vuelco temático hacia la
exploración de lo autóctono iba acompañado de una búsqueda formal. Ello lo
condujo a un hallazgo importante, señalado por Tirso Canales: la síntesis entre el
lenguaje literario y el dialecto vernáculo.