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I.

INTRODUCCIÓN

La situación actual de la ganadería exige a los productores máxima eficiencia para


garantizar el retorno económico. En este contexto, la optimización de la eficiencia
reproductiva es uno de los principales factores que contribuyen para mejorar las
ganancias. (Bó y Cutaia 2002). En muchos casos esta labor se ve afectada porque
los parámetros reproductivos no son los deseados, ya que éstos son alterados
fácilmente por factores como la alimentación, ambiente, trastornos metabólicos,
reproductivos y finalmente por un manejo inadecuado, resultando entonces de suma
importancia que los animales posparto tengan una ovulación y un celo fértil lo más
pronto posible. Por ello, la determinación del inicio de la actividad ovárica en vacas
tanto para producción de carne y leche mediante la palpación rectal resulta una
herramienta para detectar si un animal está ciclando o se encuentra en un periodo
de anestro. Las principales técnicas que se utilizan para el diagnóstico de preñez y
la actividad ovárica en el ganado Bos taurus y Bos indicus son la palpación rectal
(PR) y la ecografía (EG), (Romano y Thompson 2007).

La baja intensidad y corta duración de los signos de estro en Bos indicus indica que
el trabajo necesario para detectar correctamente este período en las vacas es difícil
e impreciso (Bó et al, 2003; Galina y Orihuela, 2007). En general, las vacas mestizas
(Bos indicus × Bos taurus) ordeñadas con apoyo y amamantamiento del becerro
presentan largos periodos de anestro postparto (González et al, 1988). Estas
alteraciones del ciclo han servido de fundamento para desarrollar técnicas de
sincronización del celo y de la ovulación en vacas durante los periodos tempranos
del postparto o en las novillas luego de su incorporación a los programas
reproductivos.

Varios autores han evaluado la precisión de la palpación rectal para el monitoreo


de la actividad ovárica en vacas Bos taurus. La mayoría de ellos han informado de
que el diagnóstico de un cuerpo lúteo (CL) es exacto en aproximadamente el 85%
de los casos (Archbald et al, 1992; Watson y Munro, 1980; Kelton et al, 1991). En
contraste, la precisión del diagnóstico CL por palpación en ganado Bos Indicus ha
sido menor, que van desde 57 hasta 79%(Pathiraja et al., 1986; Vaca et al., 1983).
La prevalencia de vacas cíclicas, y por lo tanto de las vacas con un CL, es
generalmente menor en los rebaños Cebú (Pathiraja et al, 1986; Vaca y Galina.,
1983). En comparación con los rebaños de ganado europeo (Kelton et al, 1991;
Revah et al, 1989; Watson y Munro, 1980).

Ribadu y Dobson (Ribadu et al, 1994), que trabajaron con ganado lechero,
demostraron que durante los últimos días del ciclo estral hay una rápida disminución
de las concentraciones de progesterona, que no se acompaña de un descenso
significativo en el diámetro del CL medido por ecografía, por lo que de 2 a 3 días
anteriores al estro, el CL está físicamente presente, pero no funcionalmente.
El objetivo del presente estudio fue identificar cuerpos lúteos en vacas posparto,
para detectar a los animales que están ciclando y en anestro, para garantizar un
buen porcentaje de preñez, demostrando con ello que la palpación rectal es una
herramienta de vital importancia para tomar decisiones en los hatos ganaderos
1.1 OBJETIVO GENERAL

El objetivo del presente estudio fue generar información que demuestre que el
diagnóstico oportuno del cuerpo lúteo por palpación rectal en vacas posparto mejora
la eficiencia reproductiva en vacas sincronizadas con progestágenos.

1.2 OBJETIVOS PARTICULARES

Evaluar la eficiencia de la palpación rectal como una herramienta para la


determinación de un cuerpo lúteo.

Evaluar los porcentajes de fertilidad al primer servicio, utilizando un protocolo de


sincronización con un dispositivo intravaginal con progesterona (P4) (CIDR) a celo
detectado.

1.3 HIPÓTESIS

Existe una correlación entre las concentraciones de progesterona en sangre y la


presencia de un cuerpo lúteo a la palpación rectal, en el ganado bovino.
II.- REVISIÓN DE LITERATURA.

2.1 Ciclo estral del ganado bovino.

El comportamiento reproductivo de un hato de bovinos es uno de los principales


factores a considerar cuando se determina la rentabilidad de la empresa;
idealmente, el intervalo entre partos tiene un rango de 12 a 13 meses; esto es
posible solo cuando se logran altas tasas de detección de estro y concepción, lo
que significa que el período de días abiertos debe ser de 90 a 100 días, lo cual
dependerá fundamentalmente de la involución uterina, el reinicio de la actividad
ovárica post-parto y la fertilidad obtenida en cada servicio (Hernández 1999).

La vaca se clasifica según la presentación de sus ciclos estrales como poliestrica


continua, caracterizada por presentar ciclos estrales durante todo el año (Galina,
2008). El ciclo estral es el tiempo que ocurre entre dos periodos estrales, también
llamado celo o calor, y varia normalmente entre 17 a 24 días, considerándose 21
días como el tiempo promedio. Ciclos estrales inferiores a este tiempo se consideran
anormales mientras que los ciclos estrales más largos se deben muy probablemente
a una falla en la detección de celos (Duby y Prange, 2004).

Numerosos factores asociados influyen en el reinicio de la actividad cíclica


posparto, dentro de los cuales están: la condición corporal, nutrición, presencia del
becerro, número de partos, raza, ambiente, estrés, bioestimulación del macho,
distocias, infecciones puerperales y enfermedades. Por esta razón, el rápido
restablecimiento de la actividad ovárica normal luego del parto, es indispensable
para maximizar la eficiencia reproductiva. Para logar esto es esencial la ocurrencia
de por lo menos una ovulación seguida de un diestro de duración normal (Galina,
2008).

2.2 Fases del ciclo estral en bovinos.


El ciclo estral consta de dos grandes etapas, dependiendo de las estructuras
ováricas predominantes: la fase folicular y la fase lútea. La fase folicular inicia con
la regresión del cuerpo lúteo y finaliza con la ovulación. Durante esta fase ocurre la
maduración folicular, por lo que el esteroide gonadal dominante es el estradiol. La
fase lútea se refiere a la etapa del ciclo en el cual se forma y tiene su mayor
funcionalidad el cuero lúteo, por lo tanto, la hormona dominante es la progesterona.
A su vez, con estas etapas pueden ser subdivididas de acuerdo con las
características endocrinas y conductuales que manifiestan los animales en:

- Fase folicular: Proestro y Estro.


- Fase lútea: Metaestro y Diestro.

El ciclo está regulado por la interacción eje hipotálamo-hipófisis-ovario-útero. En


promedio el ciclo tiene una duración de 21 días (Hafez, 2002).

Figura 2.1 Regulación endocrina del ciclo estral bovino.

2.2.1 Proestro.

Tiene una duración en vacas de 3 días, esta fase comienza cuando ocurre la
regresión del cuerpo lúteo (CL) del ciclo anterior, las concentraciones de
progesterona disminuyen. Durante esta etapa ya existe un folículo dominante que
llegara a ser una estructura de ¾ a 1 pulgada de grande, con la apariencia de una
ampolla llena de líquido folicular y el ovulo que será ovulado. Muchos folículos
pueden llegar a desarrollarse durante el proceso de dinámica, pero solo 1 (2 o 3 en
el caso de gemelos o trillizos) será el folículo dominante seleccionado para ser
ovulado. Este folículo dominante se diferencia de los demás en que es estimulado
coordinadamente por las hormonas FSH y LH para producir estrógenos. (Lamb, et
al., 2009).

La secreción de la hormona folículo estimulante (FSH) es constante y no está


regulada por la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), sino por el estradiol
y la inhibina folicular. En esta fase, la creciente producción de estrógenos foliculares
inicia la preparación del aparato reproductor para el apareamiento. El útero se
aprecia agrandado y edematoso, las glándulas endometriales aumentan de tamaño,
por lo cual se dice que entran en una fase proliferativa (Galina, 2008). El final de
esta etapa coincide con el inicio de la receptividad sexual.

2.2.2 Estro.

Es la etapa de receptividad sexual o calor donde la hembra busca activamente al


macho, acepta la monta y el apareamiento. En las vacas tiene una duración de 12
a 18 horas (Galina, 2008).

Aunque no todos los autores coinciden, la mayoría de ellos apuntan a que el


comienzo del celo se suele producir durante la noche o a primera hora de la mañana
en el ganado Bos indicus, (Galina y Arthur, 1990; Van Vliet y Van Eeardenburg,
1996; Castellanos et al., 1997). En novillas que no están sometidas a ordeño, el
momento del día en el que se producen los picos de aparición en celo se sitúa entre
la 7:00 y las 8:00 de la mañana, coincidiendo con el suministro de concentrado,
mientras que en vacas en producción se producen a lo largo del día tres picos
coincidentes con los periodos de ordeño (Sepúlveda y Rodero, 2002).

En el ovario, el o los folículos en desarrollo alcanzan su madurez y tamaño


preovulatorio, induciendo las máximas concentraciones de estradiol. Durante este
periodo ejerce una retroalimentación positiva entre el estradiol y la hormona
luteinizante (LH), de modo que se produce el pico preovulatorio de LH que será
responsable de la ovulación. Los estrógenos inducen al secreción de GnRH y por lo
tanto el pico preovulatorio de LH, activando neuronas que contienen receptores a
estradiol fuera de los centros productores de GnRH. Los estrógenos son los
responsables de inducir la conducta sexual, el estradiol también produce cambios
fisiológicos en el aparato reproductivo que tienen la finalidad de favorecer la
atracción del macho, la cópula y la fertilización (Galina, 2008).
Algunos de esos cambios son:
- Aumento de la síntesis de proteínas en el endometrio, produciendo una
secreción abundante, la cual ayudara a la capacitación espermática.
- Secreción de moco cervical y vaginal con apariencia liquida y cristalina,
además de preciarse la apertura del cérvix.
- Aumento de la irrigación sanguínea ocasionando hiperemia y congestión del
epitelio vaginal y del endometrio, provocando rigidez en el útero.

2.2.2.1 Comportamiento durante el estro en bovinos.

Las interacciones sociales incluyendo el dominio puede desempeñar un papel


importante en la manifestación de comportamiento estral (Hafez y Lindsay, 1965;
Galina et al., 1996). Prácticas de manejo, entorno del hato, nutrición, factores
genéticos, la edad y el estado fisiológico pueden afectar a la manifestación de
signos de estro (Orihuela, 2000).

Los signos de estro en el bovino pueden incluir las siguientes manifestaciones:


Incremento de la actividad.
La vaca se observa inquieta, el pastoreo y la alimentación quedan muchas veces
interrumpidos, el tiempo de rumia se reduce y la producción de leche disminuye. En
vez de pastorear, la vaca aumenta sus desplazamientos, e intenta montar o solicita
ser montada por otras vacas sin reparar en el rango social (Hafez et al., 1969).
Mugido.
La vaca en estro muge más de lo normal. También suele observarse que la cola
queda levantada y aumenta el número de veces que orina, no observándose tal
incremento en el número de defecaciones.
Tumefacción vulvar.
Es posible observar tumefacción de la vulva y la producción de una mucosidad clara
que puede quedar adherida a la cola o caer sobre el suelo.
Incremento de acicalamiento.
Se incrementan las actividades de acicalamiento mutuo en forma de lamidos a otros
animales. La vaca en celo suele olfatear cerca de la cola a otras vacas y empujarlas,
pero también es receptora de esta actividad por parte de las otras vacas del rebaño,
por lo que puede mostrar barro en sus costados y saliva sobre su espalda. Tras los
olfateos puede manifestar el reflejo Flehmen o levantamiento del labio superior.
(Sepúlveda y Rodero, 2002).
Monta.
Típicamente, la vaca en estro intenta montar a otras. Al iniciar el estro las vacas se
montan unas a otras, siendo difícil para el observador identificar cuál vaca del grupo
se encuentra en estro. Pero cuando un animal en particular queda quieto al ser
montado por otros, está en estro. Por ello, también se puede observar el pelo hirsuto
en el flanco y base de la cola.

Dentro del ciclo estral, la duración del celo oscila entre 9 a 28h, dependiendo de la
localización geográfica, de la raza y de la edad de la vaca. Generalmente, el celo
es más corto en el trópico y en las zonas subtropicales que en las templadas. En
climas templados o moderados la duración del estro puede ser de 20 a 30% más
duradero que en vacas de ambientes muy calurosos o fríos (Pennington et al, 1985).

Estudios respecto al conocimiento de estos signos por parte de los ganaderos y


encargados de la detección de celos en las explotaciones muestran un deficiente
conocimiento de los signos de estros además que dedican poco tiempo a las tareas
de detección (Sepúlveda y Rodero, 2002).

2.2.3 Metaestro.
Esta etapa principia cuando ha terminado la receptividad sexual y concluye en el
momento en el que hay un cuerpo lúteo (CL) funcional bien establecido. En las
vacas esta etapa tiene una duración de 2 días. Durante esta fase, el ovario contiene
al CL que se desarrolla, llamado cuerpo hemorrágico, principalmente bajo la
influencia de la LH. Sin embrago, otras hormonas participan también en la
luteinización. La LH promueve la formación de receptores para hormona del
crecimiento (GH) (Galina, 2008).

Para la formación del CL, las células de la granulosa y de la teca del folículo que
ovuló inician inmediatamente su luteinización y diferenciación en células lúteas
grandes y chicas, respectivamente. Para el desarrollo de CL es esencial la
formación de una red vascular, ya que es la estructura que proporcionalmente
recibe el mayor flujo sanguíneo del organismo (Galina, 2008).
Como consecuencia de la disminución en las concentraciones de estrógenos, hay
una reducción en la tonalidad uterina, en la secreción del moco cervical, en la
hiperemia y edema vulvar. Algunas vacas pueden presentar un sangrado vulvar
durante esta etapa, el cual se asocia con el momento de la ovulación y la abrupta
interrupción de la secreción de estrógenos (Galina, 2008).

Durante el metaestro ocurre la ovulación, que tiene lugar entre 28 a 32 horas


después de haberse iniciado el celo, o entre 10 a 15 horas de haber cesado los
signos de celo en respuesta al pico preovulatorio de LH. Después de la ovulación
se produce una hemorragia y el folículo se llena de sangre, convirtiéndose en una
estructura conocida como cuerpo hemorrágico. El proceso siguiente es la
luteinización de las células foliculares que se transformaran en células luteales;
estos cambios ocurren entre el día 5 a 7 del ciclo, finalizando así la fase de
metaestro e iniciándose la fase lútea o diestro (Christian, 2009).

2.2.4 Diestro.
Esta se considera la etapa más larga del ciclo estral, teniendo una duración en los
bovinos de aproximadamente 15 días, abarcando desde que esta estructura es
funcional hasta la destrucción del mismo. Durante esta fase, la progesterona
alcanza sus máximas concentraciones y ejerce un efecto negativo en la liberación
de la LH debido a que inhibe la formación de receptores hipofisiarios a GnRH, así
como la secreción de GnRH (Galina, 2008).
La regulación de la secreción de progesterona esta probablemente controlada por
un equilibrio de estímulos: uno luteotrópico o que estimula la progesterona y otro
luteolítico o que inhibe la progesterona; ambos estímulos son secretados al mismo
tiempo durante el ciclo estral (Lamb et al., 2009). La progesterona estimula la
actividad secretora del endometrio con la finalidad de albergar una posible
gestación; adicionalmente, el cérvix se cierra y se reduce la secreción del moco
cervical y vaginal, el cual adopta una apariencia pegajosa y opaca para impedir el
paso de microorganismos al útero (Galina, 2008).
Al término del diestro, los estrógenos han sensibilizado al endometrio para que
forme receptores a oxitocina. En este momento se inicia un mecanismo de
retroalimentación positiva para la secreción de prostaglandina F2α (PGF2α). La
función de esta hormona es destruir al cuerpo lúteo cuando no ocurre la fertilización
(Galina, 2008). La PGF2α producida por el útero es transportada por la vena útero-
ovárica a la arteria ovárica por un mecanismo llamado a contracorriente y de allí al
cuerpo lúteo. La PGF2α tiene una acción directa e indirecta causando la luteolisis o
regresión del cuerpo lúteo en rumiantes (Lamb et al., 2009). Con la regresión del
cuerpo lúteo, comienza la disminución de los niveles de progesterona y con ello el
final de la fase lúteal o diestro y el reinicio del proestro o fase de regresión del cuerpo
lúteo.

Los niveles de progesterona más altos se alcanzan en torno al día 10 del ciclo estral
y se mantienen hasta el día 16 o 18 del ciclo dependiendo de la presencia o no de
un embrión. Si la vaca está preñada, el cuerpo lúteo se mantiene, los niveles de
progesterona son altos y se bloquea la reaparición de celos. El embrión alcanza el
útero entre los días 3 a 4 del ciclo estral; durante los siguientes 10 a 12 días el
embrión crecerá rápidamente y comenzara la formación de la placenta (Christian,
2009).

2.2.5 Anestro.
Se considera como un periodo de inactividad reproductiva. Aun cuando continua
habiendo actividad hormonal y desarrollo folicular, el estímulo es insuficiente para
que ocurra la maduración folicular y la ovulación (Galina, 2008). Para que las vacas
restablezcan sus ciclos estrales después del parto, deben superar los efectos
negativos que ejercen la gestación y el parto en el eje hipotálamo –hipófisis–
gónadas; pero sobre todo, el efecto inhibitorio de la presencia constante del becerro
y su amamantamiento, al inhibir la secreción pulsátil de la Hormona Liberadora de
Gonadotropinas (GnRH) y la Hormona Luteinizante (LH), lo cual impide el desarrollo
folicular y la ovulación de los folículos dominantes (Pérez et al, 2001).

Después del parto, las vacas tienen limitada su capacidad de concebir por un tiempo
variable. Su duración depende de la involución uterina, el anestro postparto y los
cuerpos lúteos de vida media corta. La primera que tiene una duración promedio de
25-32 días (Toribio et al., 1995), no representa problema para las vacas de doble
propósito, pues raramente ovulan y presentan estro antes de 40 días postparto (Ruiz
y Ángel, 1999).

2.2.6 Anestro postparto.


La duración del anestro postparto es una de las principales causas que afecta la
eficiencia reproductiva y productiva de las explotaciones bovinas de doble propósito
en las regiones tropicales. (Pérez et al, 2001). La subnutrición y el amamantamiento
son los principales factores que contribuyen a que la aparición del primer celo post-
parto se retrase (hasta más de 90 días) limitando en forma radical el logro de la
meta de un becerro/vaca/año, lo cual afecta negativamente la rentabilidad de las
unidades de producción (Peters y Calving, 1982; Williams y Suckling, 1990). La
aciclicidad ovárica postparto se conoce con el nombre de anestro postparto y es la
causa más frecuente de los largos intervalos entre partos (González et al, 1988).

La primera ovulación postparto de la mayoría de las vacas productoras de carne


que amamantan a su becerro no se acompaña de conducta de estro (Werth et al.,
1996), y frecuentemente es seguido por un cuerpo lúteo de vida media corta (Werth
et al., 1996; Yavas et al., 1999). Se ha reportado que los cuerpos lúteos de vida
media corta se presentan en la mayoría de las vacas productoras de carne (66-100
%; Stagg et al., 1995), de manera independiente de la duración del anestro
(Mukasa-Mugerwa et al., 1991); y se caracterizan porque el cuerpo lúteo que se
forma es pequeño, secreta menor cantidad de progesterona (Yavas et al., 1999),
responde en menor grado a las gonadotropinas y sólo presentan una oleada folicular
(Stagg et al., 1995; Yavas et al., 1999). Estos ciclos estrales cortos, son una de las
principales causas de la baja tasa de concepción a primer servicio en vacas con
baja condición corporal (Stagg et al., 1995), cuando se induce la ovulación con el
destete del becerro (Yavas y Walton, 2000) o con la administración de hCG (Yavas
et al., 1999).

La duración del anestro está influenciada por muchos factores como el número de
partos, edad de la vaca, mestizaje, condiciones ambientales, amamantamiento y
estado nutricional (Ramírez et al, 1992).

2.3.- Sincronización de estros.

2.3.1 Generalidades:

Precisar la detección de celo en el ganado sigue siendo la única limitación más


importante para el uso de las técnicas de reproducción asistida (Galina y Arthur,
1990). La sincronización del estro usando la manipulación farmacológica del ciclo
estral por lo tanto, constituye un enfoque fiable para superar este problema. Sin
embargo, el desarrollo de un programa de sincronización eficiente depende de los
cambios fisiológicos y del comportamiento durante el ciclo estral (Galina y Orihuela,
2007).

De manera universal todos los programas diseñados para el mejoramiento de la


eficiencia reproductiva de los bovinos apuntan a la obtención de una cría por vaca
por año, lo cual impone preñar las vacas antes de los cien días postparto (González
et al., 2002). Sin embargo, bajo condiciones tropicales la fertilidad se ve
notablemente disminuida por diversos factores que interactúan tales como la
nutrición, predominio racial, paridad, presencia del becerro, temperatura, humedad
ambiental, producción láctea y la salud del rebaño.

La respuesta conductual a la sincronización del estro requiere dos eventos


principales, el crecimiento del folículo preovulatorio y el desarrollo de su actividad
androgénica, permitiendo la producción de hormonas sexuales para sostener la
expresión de estro después de los estímulos farmacológicos. (Díaz et al, 2012). En
consecuencia, una evaluación exhaustiva de estos factores debería mejorar nuestra
comprensión de los requisitos fisiológicos para el mantenimiento de la expresión del
estro. Sin embargo, estudios previos han considerado ni todo el patrón de
crecimiento folicular ni la producción de hormonas sexuales como factores
fisiológicos que podrían estar afectando el inicio y la expresión del estro en vacas
sincronizadas. (Díaz et al, 2012).

Dentro de las principales causas que provocan baja fertilidad en el ganado bovino
(Bos taurus-indicus) está la pobre detección del estro (Galina y Arthur, 1990;
Tenhagen et al, 2005), que ha sido considerada como la principal responsable del
incremento en los días abiertos cuando se implementa un programa de
inseminación artificial (IA) (Vishwanath, 2003). Aunado a esto, la necesidad de
utilizar animales Bos indicus en ambientes subtropicales o tropicales, puede reducir
la eficiencia de la sincronización e IA, comparada con animales Bos taurus (Hiers et
al, 2003; Lemaster et al 2001).

Para solucionar dicha problemática, se ha empleado el uso de tratamientos


sincronizadores de celos, con el fin de homogeneizar el período de presentación del
estro dentro del grupo y, con esto, establecer el tiempo óptimo de IA (Peeler et al,
2004). Dentro de los protocolos más utilizados, y con el que se han obtenido mejores
resultados, están los que emplean dispositivos con progesterona (P4), estradiol y/o
prostaglandina F2α (Bó y Cutaia, 2002).
Desafortunadamente, en ganado cebuino se ha demostrado que, a pesar de realizar
una sincronización de celos, éstos tienden a formar grupos de interacción sexual
independientemente del tiempo esperado de manifestación del estro (Maquivar et
al., 2002; Solano et al., 2000).

2.3.2 Sincronización de celos con prostaglandina F2.

El descubrimiento de la prostaglandina F2α (PGF2α) como una sustancia luteolítica


producida en el útero en varias especies domésticas, marcó un hito en el desarrollo
de la biotecnología reproductiva a partir de la década de 1970, al punto que todavía
hoy la PGF y sus análogos son los agentes farmacológicos más utilizados en un
programa de sincronización de celo en el ganado bovino (Galina, 2008).

El tratamiento con PGF causa la regresión de un CL maduro y su utilización a nivel


comercial se basó en la premisa de que la eliminación de la detección de celo era
un requisito primordial. La respuesta a un tratamiento de sincronización de celos
con PGF va a depender de la ciclicidad del rodeo (sólo es efectiva en vacas con un
CL funcional) y del estadío de desarrollo del folículo dominante en el momento del
tratamiento (Bó et al, 2004). En teoría, entre el 80 y 90% de animales con un CL
debería entrar en celo dentro de 5 días después del tratamiento con dos dosis de
PGF cada 11 0 14 días. No obstante, errores en la palpación y en la detección del
celo determinan entre el 60 y 75 % de los animales tratados resulten inseminados.
Por lo tanto, este tratamiento sólo debe de utilizarse cuando las vacas o novillas que
están ciclando han sido cuidadosamente seleccionadas, y en condiciones de
alimentación que permitan esperar una razonable fertilidad (Galina, 2008).

2.3.3 Sincronización de celos utilizando progestágenos.

La exposición a progesterona es un requisito indispensable para el reinicio de la


actividad ovárica posparto y su inclusión es imprescindible para el éxito de cualquier
tratamiento hormonal de anestro (Cavestany, 2002).La fuente de P 4 más utilizada
son los dispositivos intravaginales de liberación lenta (Lamb et al, 2001; Larson et
al., 2006).

Actualmente existen varios dispositivos intravaginales con progesterona (P 4) en el


mercado internacional. Éstos son PRID (Sanofi), CIDR-B (Zoetis), DIB (Syntex,
argentina), TRIU-B (Biogénesis, Argentina) y CUe-Mate (Pfizer). El PRID contiene
1.55 g de P4 y es el precursor de los dispositivos intravaginales con P4. Hay dos
modelos de CIDR-B que contienen 1.9 g de P4 o 1.38 g de P4. El TRIU-B y el DIB
contienen 1 g de P4, y el Cue-Mate 1.56 g de P4.

El nombre genérico de progestágenos incluye un grupo de compuestos que son


similares a la progesterona (P4). Estos compuestos están en el mercado desde hace
varios años, inclusive desde antes que comenzara la utilización masiva de PGF para
la sincronización de celos. Dentro de estos compuestos podemos citar los
progestágenos de administración oral como el acetato de melengestrol (MGA), los
implantes subcutáneos de norgestomet y los dispositivos intravaginales con
progesterona. (Bó et al, 2002).

Con la irrupción en el mercado de las prostaglandinas, los progestágenos dejaron


de usarse en algunos sistemas debido a que con los tratamientos de 14 días (para
esperar la regresión "natural" del CL) se obtenía una baja fertilidad. Varios factores
estuvieron relacionados con esa baja fertilidad, entre ellos, defectos en el transporte
de espermatozoides y una mala calidad del ovocito. Se observó, en trabajos
recientes, que los progestágenos no llegaban a "imitar" la acción de los niveles
luteales de progesterona sobre la secreción pulsátil de LH, que se encontraba
aumentada y hacía que el folículo dominante siguiera creciendo, sin permitir el
crecimiento de una nueva onda folicular (se le denominó folículo persistente) (Bó et
al., 2002).

Para evitar el problema de los folículos persistentes es necesario sincronizar el


desarrollo folicular, de manera que todos los animales tengan un folículo en
crecimiento y con capacidad de ovular un ovocito viable después de la remoción del
progestágeno. Una de las alternativas para sincronizar el desarrollo folicular es la
utilización de dosis farmacológicas de estrógenos y progestágenos para que, a
través de la inhibición de las gonadotrofinas circulantes, induzcan la atresia de los
folículos en crecimiento y resulte, de esta manera, en el desarrollo de una nueva
onda folicular (Bó et al, 2002).

2.3.4 Sincronización de celos utilizando progestágenos con eCG en vacas


posparto.

Desde hace muchos años se promueve, sobre todo en Europa, la utilización de una
dosis de Gonadotropina Coriónica Equina (conocida internacionalmente con las
siglas eCG o PMSG) al final del tratamiento para estimular el desarrollo folicular en
vaquillonas prepúberes, vacas con cría o vacas lecheras en anestro posparto
(Galina, 2008).

La eCG es una glicoproteína de vida media larga, que tiene en la vaca un efecto
similar a la FSH. Se ha observado un mayor porcentaje de preñez en vacas en
anestro pos parto y con condición corporal comprometida o en vacas con menos de
60 días pos parto, cuando se agrega eCG al tratamiento. Sin embargo, hay otros
trabajos que no han encontrado un beneficio en utilizar eCG en vacas pos parto con
alto porcentaje de ciclicidad y buena condición corporal.

Se realizó un experimento para determinar el efecto de una dosis de 300 UI de eCG,


(Folligon, Intervet, Argentina) en el momento de retira el implante de Crestar. Se
utilizaron 63 vacas Angus Coloradas, 60 a 90 días pos parto con cría al pie, con una
condición corporal de 2,5 a 3,5 (Escala 1-5). Se realizó palpación rectal previa al
inicio del tratamiento para determinar ciclicidad por la presencia de un CL,
encontrándose que un 58,8 % de las vacas tenían CL. En el Día 0 todos los animales
recibieron un implante de Crestar más Valerato de Estradiol (VE) + Norgestomet
(N). En el Día 9 se retiró el implante a todos los animales y se dividieron al azar para
recibir 300 UI de eCG (Grupo eCG) o 2 ml de solución fisiológica (Grupo Control).
Se realizó IATF a las 52-56 horas luego de retirado el implante, momento en el cual
se aplicó a todos los animales una inyección de 8 μg de GnRH (Receptal, Intervet,
Argentina). Se realizó ultrasonografía a los 40 días de la IATF y los porcentajes de
preñez no fueron diferentes (Grupo eCG: 16/28, 57,1% vs. Grupo Control 22/35,
62,8%) (Bó et al., 2002).

La efectividad del tratamiento con eCG en comparación con el tratamiento con


Benzoato de Estradiol (BE) en programas de IATF, ha estado muy relacionada con
el tipo de dispositivo y la sal de estradiol utilizada. El uso de la eCG en lugar del BE
a las 24 horas de la remoción del Crestar, aumento la preñez hasta el 15% en vacas
Nelore tratadas con Crestar por 9 días y 5 mg de EV + 3 mg de N en el día 0 (Galina
et al, 2008).

2.3.5 Sincronización de celos utilizando el protocolo Ovsynch (GnRH + PGF


2α).

Hacia mediados de los años noventa, investigadores norteamericanos diseñaron


una aplicación secuencial de GnRH y PGF2α con la finalidad de poder disminuir las
variaciones existentes en el momento de la ovulación entre los animales tratados
con PGF2 α (Pursley et al., 1995). Este protocolo ha sido conocido como programa
de ovulación sincronizada “OVSYNCH” y consiste en una dosis inicial de GnRH,
seguida de la aplicación de PGF2α siete días después y una segunda dosis de
GnRH 48 horas más tarde realizando la inseminación a Tiempo Fijo (IATF) 15 a 24
horas luego de la última inyección de GnRH.

La primera inyección de GnRH provoca una descarga de la hormona LH la cual


induce la ovulación del folículo dominante presente en el ovario y origina una nueva
onda de crecimiento folicular dos a tres días más tarde (Martínez et al., 2000) La
PGF2α aplicada el día siete tiene un efecto luteolítico y GnRH el día nueve,
sincroniza la ovulación.

En las razas puras Bos taurus orientadas hacia carne como hacia leche, las tasas
de fertilidad reportadas han variado de 25 a 55% con una media de 30 a 35% (Yavas
et al., 2000, Bo et al., 2002, Cabezas et al., 2006). Las experiencias en vacas
cebuinas cíclicas han sido similares, sin embargo, al tratar las vacas en anestro se
han reportado tasas de fertilidad muy bajas por lo cual el tratamiento no es
recomendado.

Figura 2.- Esquema del protocolo “ovsynch” utilizando GnRH y PGF2α.

2.3.6 Sincronización de celo utilizando Progestágenos, Estradiol, eCG y


prostaglandinas para la IATF en novillas.
Los esquemas diseñados para controlar la inducción del celo y la ovulación han
tenido mayores limitaciones en las novillas que en las vacas. Sin embargo, recientes
investigaciones locales y en el exterior han venido arrojando resultados promisorios
cuando se combina el uso de los progestágenos con el estradiol y con las
prostaglandinas. (Cutaia et al, 2006) reportaron en una serie de trabajos que el uso
de media dosis de PGF2α el día “0” (día de colocación del dispositivo intravaginal
“DIV”) entre los días 0 y 7 (día del retiro) es capaz de inducir una luteólisis que
incrementa la fertilidad en novillas mestizas cebú.

Otros protocolos han incorporado GnRH y eCG con el fin de incrementar las tasas
de preñez en las novillas prepúberes. En 486 novillas Aberdeen Angus y Hereford
con ausencia de estro en los 20 días previos al experimento y examinadas por
ultrasonografía transrectal al momento de iniciado el tratamiento, se colocó el día 0
un DIV de 1g de progesterona y 2mg de BE intramuscular (IM) (Cutaia et al., 2006).
Los resultados en novillas prepúberes indicaron que la GnRH utilizada como
inductor de la ovulación y la eCG administrada al momento de retirado el
progestágeno permitió alcanzar mayores tasas de preñez que las obtenidas con el
tratamiento convencional utilizando BE. El mismo autor (Cutaia et al., 2006) reportó
un experimento diseñado para evaluar la influencia del diámetro uterino, tamaño de
los ovarios y estructuras ováricas sobre la fertilidad en novillas mestizas cebú
inseminadas a Tiempo Fijo (IATF).

2.4.- Inseminación artificial en ganado bovino.


El uso de esta técnica a pesar de que se conoce en Latinoamérica desde la década
de 1950, no ha tenido la difusión deseada. Posiblemente el factor más importante
sea que la detección de signos de estro es muy deficiente. En ganado cebú, solo es
posible detectar de tres a cuatro en un periodo de 18 a 23 días. (Galina, 2008). En
los programas de reproducción dirigida del ganado bovino, la aplicación de la
Inseminación Artificial (IA) constituye una herramienta necesaria y más que el
número de servicios, el momento óptimo representa el elemento determinante para
alcanzar una buena eficiencia reproductiva (Mejías, 2005).

Cuando se aplica la IA, se deben tener en cuenta aspectos fisiológicos para


determinar el inicio de los primeros signos del celo y poder reducir los servicios por
gestación, conociendo que la vaca ovula entre 10 y 12 horas después de haber
terminado las manifestaciones del estro y el espermatozoide necesita de 5 a 10
horas en el útero para sufrir el proceso de capacitación (Callejas, 2004; Brito, 1999).
Debido a que la vaca tiene un periodo muy corto de receptividad sexual, resulta
crítico el momento de la inseminación artificial o de la monta natural. Se ha
determinado que se alcanza un mayor éxito cuando se insemina en relación al
momento de la ovulación. Tomando en cuenta que el estro es de corta duración y
de actividad nocturna, se recomienda inseminar al momento de detectar a la
hembra en celo para evitar depositar el semen demasiado tarde.

2.4.1. Ventajas y desventajas de la inseminación artificial.


2.4.1.2 Ventajas:
- Permite el mejoramiento genético acelerado, mediante el uso de
sementales probados.
- Mejor utilización del semental, ya que a partir del eyaculado es posible
inseminar a varias hembras.
- Evita la transmisión de enfermedades venéreas.
- Facilita el transporte y distribución del semen.
- Evita la presencia del macho en el hato y el gasto de su manutención, así
como el peligro que representa.
- Estimula el uso de registros.
- Facilita la implementación de programas de sincronización y cruzamiento.
- Posibilita la adquisición de semen de animales valiosos por parte de
ganaderos de escasos recursos.

2.4.1.3 Desventajas:
- Implica un dominio de la técnica.
- Se requiere detección del estro.
- Puede diseminar características indeseables. (Galina, 2008).

2.4.2 Detección de estros.


El desarrollo de técnicas de detección de estro más eficientes y rentables para el
ganado depende de un conocimiento profundo de los cambios en el comportamiento
y la fisiología de la hembra durante su ciclo estral. La variabilidad en la expresión
de comportamientos de celo, tanto entre los individuos y más de sucesivos ciclos
de celo complica este proceso (Galina y Orihuela, 2007).

La falla en detectar las vacas en estro es probablemente el factor más importante


que determina la incidencia real de los “estros silenciosos”, ya que más vacas en
estro son captadas cuando se realiza un programa de detección intensiva de estros.
Para detectar estros exitosamente, además de la habilidad para reconocer sus
múltiples signos, se debe dedicar suficiente tiempo a la observación de los animales.
(Galina, 2008).

La precisión y la eficiencia de la observación directa como una técnica de detección


del estro se ven afectadas por la frecuencia, la duración y la temporización de los
períodos de observación (Hurnik et al., 1975; Orihuela et al., 1983). Un incremento
en el número de sesiones de observación de celos de 2 a 5, podría incrementar las
tasa de detección de celos de un 59 a un 91% (Esslemont et al., 1985) y puesto que
la eficacia de estas observaciones depende del conocimiento de los signos de celo
(Sepúlveda y Rodero, 2002).

Durante muchos años los productores han confiado en la regla de A.M. / P.M. para
obtener índices de concepción óptimos. Cuando se sigue la regla, si una vaca o
vaquilla está en estro en la mañana (a.m.), debe ser inseminada esa tarde (p.m.).
De la misma manera si se observa en estro en la tarde, entonces se debe inseminar
a la mañana siguiente (Graves et al., 1997). La regla A.M. / P.M. es una técnica de
manejo que está diseñada para asegurar que las vacas y vaquillas sean
inseminadas cerca de su tiempo óptimo de concepción.

Para alcanzar porcentajes altos de concepción, es necesario utilizar semen de


buena calidad, efectuar la técnica correcta de descongelamiento y aplicación de la
dosis, cerciorarse de la salud reproductiva de la hembra e inseminar en el momento
adecuado. (Galina, 2008).

2.4.3 Técnica de inseminación artificial.


La inseminación artificial es una técnica que permite un mejor uso del material
genético de los machos, cuyas características zootécnicas son superiores a la
mayoría de los animales de su especie. En la vaca, la inseminación artificial se
realiza con la técnica recto-vaginal, que consiste en introducir el catéter a través de
la vulva hasta la parte más craneal de la vagina, en la cercanía de la os externa del
cérvix. Por vía rectal se fija al cérvix con la otra mano y se mueve manteniendo el
catéter fijo, hasta que se logra pasar el canal cervical hacia el sitio en donde este
se abre al cuerpo uterino, donde se debe depositar el semen. (Galina, 2008).

Los pasos sistemáticos para realizar la inseminación artificial se pueden resumir la


siguiente manera:
1.-Con la mano enguantada introducir la mano por el recto y evacuar las heces.
2.-Limpiar el área de la vulva.
3.-Por vía rectal localizar el cérvix y revisar los cuernos uterinos, este último paso
se debe de realizar para descartar una posible gestación.
4.-Para abrir los labios vulvares mientras la mano se encuentra en el recto, e debe
de ejercer una ligera presión sobre la pared ventral del recto; es común que para
efectuar esta maniobra, un ayudante abra los labios vulvares de la vaca para
facilitar la introducción de la pistola o el catéter de inseminación.
5.-Introducir la pistola en un ángulo de 45° con respecto a la vulva para evitar que
la pistola se introduzca en la entrada de la uretra, una vez que la pistola se encuentra
con la pared dorsal de la vagina, esta se debe de introducir hacia el cérvix.
6.-El primer obstáculo pasando la vagina es la os externa del cérvix, para introducir
la pistola, es necesario identificar la entrada del cérvix, el cual se palpa como un
montículo.
7. Una vez introducida la pistola en el cérvix, comienza la manipulación para pasar
los tres anillos del cérvix, evitando caer en los pliegues, comúnmente llamados
fondos de saco.
8.-Una vez que se libera la pistola de los tres anillos se logra llegar al cuerpo uterino,
el semen debe de ser depositado en esta estructura.
Las principales limitaciones para el empleo de la IA en el ganado manejado en
condiciones pastoriles son fallas en la detección de celos, anestro posparto y
pubertad tardía. Este problema es mayor en ganado Bos indicus o cruzas con
ganado Bos indicus debido a las particularidades en el comportamiento reproductivo
y la dificultad de la observación de celos. (Barros et al., 1995; Bó et al., 2003; Bó y
Baruselli, 2002). El objetivo de la inseminación artificial es depositar el semen lo
más cercano posible al cuerpo del útero por vía recto-vaginal para que se lleve a
cabo la fertilización.

2.4.4 Técnicas de descongelación del semen.

La inseminación artificial (IA) es la biotecnología reproductiva más antigua y más


difundida en la especie bovina, es así que el conocimiento de la fertilidad o la
capacidad fecundante de cada toro se convierten en uno de los principales objetivos
en la producción de semen bovino. Resulta entonces, indispensable que el semen
utilizado mantenga su capacidad de fertilización después del proceso de congelado-
descongelado. (Bernardi et al, 2011).
Cuando se inseminan hembras fértiles con una condición corporal adecuada, el
programa de inseminación artificial resultará exitoso si se cuenta con un eficiente
sistema de detección de celos, si se utiliza semen de buena calidad y si la técnica
es ejecutada por inseminadores experimentados. (Bernardi et al, 2015).
Durante el proceso de descongelado de una pajuela, los espermatozoides se
encuentran una vez más, luego del proceso de criopreservación, sometidos a una
acción perjudicial, hecho que repercute sobre la capacidad fecundante del semen
que será utilizado en inseminación artificial (Crespilho et al, 2009; Graham et al,
2005).
Se ha demostrado que el control de la temperatura y el tiempo de exposición del
baño de descongelación resultan de vital importancia para mantener intactas las
características estructurales y funcionales en la mayor cantidad posible de
espermatozoides. (Bernardi et al, 2011). Los protocolos con temperaturas
intermedias (35°C, 37°C y 40°C) resultaron en una calidad superadora cuando se
complementaron con tiempos no menores a 30 segundos y no mayores a un minuto
(Bernardi et al, 2015).Otros estudios, compararon la fertilidad obtenida al utilizar
semen descongelado a 37°C con distintos tiempos de inmersión en el baño; los
mejores resultados se obtuvieron al extender el tiempo en que la pajuela se sumerge
en el agua caliente entre 30 y 60 segundos (Hansen, 2010; Pace et al, 1981).

El tiempo de exposición de la pajuela en el agua caliente fue también motivo de


estudio por distintos autores; así se demostró que la exposición de semen por más
de un minuto en el agua caliente para su descongelación provocó la disminución del
porcentaje de espermatozoides motiles y progresivos; y una vez descongelada,
debe ser inseminada inmediatamente cuidando que no sufra cambios bruscos de
temperatura (Bernardi et al, 2015).

2.5 Métodos de diagnóstico de gestación en bovinos.


Las principales técnicas que se utilizan como herramientas para el diagnóstico de
preñez en el ganado Bos taurus y Bos indicus son la palpación rectal (PR) y la
ecografía (EG) (Romano, et al., 2007); sin embargo, la primera es la más utilizada
por la mayoría de técnicos a partir del día 40 posterior a la monta o inseminación
artificial (Molina et al, 2003). Asimismo, la PR, tiene la limitante de que se debe
hacer un diagnóstico confirmatorio a los 60 días de finalizado el programa de monta
o inseminación artificial, generando información poco oportuna para identificar
hembras vacías (Fricke, 2002).

2.5.1 Palpación rectal en bovinos.

Es deseable determinar si una vaca ha fallado a quedar gestante tan pronto como
sea posible, preferentemente antes de 50 días después de la inseminación o la
monta natural (Franco y Drost, 1987). La palpación de los genitales de las hembras
es el procedimiento más sencillo y económico, siendo posible como una muy buena
herramienta para detectar gestaciones superiores a los 50 días, la precisión en su
ejecución es de vital importancia para un buen diagnóstico, considerando la
asimetría del cuerno grávido y fluctuación del contenido uterino, la palpación del
alantocorion, el frémito de arteria uterina media en el útero grávido, entre otras
(Galina, 2008).

Se ha evaluado la precisión de palpación rectal para el monitoreo de la actividad


ovárica en vacas Bos taurus. La mayoría de ellos han informado que el diagnóstico
para la detección de un CL es exacta en aproximadamente el 85% de los casos
(Archbal et al, 1992; Watson y Munro, 1980; Kelton et al, 1991). En contraste, la
precisión del diagnóstico de un CL por palpación en el ganado Bos Indicus ha sido
menor, que van desde 57 hasta 79% (Pathiraja et al, 1986; Vaca et al., 1983). Estos
hallazgos, junto con los informes de que el CL del ganado cebú es más pequeño y
sobresale menos de la superficie del ovario (Aguilar et al, 1983; Plasse et al, 1970),
han llevado a algunos autores a sugerir que las características morfológicas de los
ovarios y CL´s de ganado Cebú hacen el diagnóstico por el recto menos preciso que
en bovinos europeos (Pathiraja et al, 1986; Vaca et al, 1983). Por otra parte, algunos
autores han reportado diferencias estacionales en la exactitud de la palpación de un
CL de ganado Bos Indicus, lo que sugiere que las características morfológicas del
CL puede verse afectada por factores ambientales (Voh et al., 1987).

Ribadu y Dobson (Ribadu et al., 1994), que trabajaron con ganado lechero,
demostraron que durante los últimos días del ciclo estral hay una rápida disminución
de las concentraciones de progesterona, que no se acompaña de un descenso
significativo en el diámetro del CL medido por ecografía, por lo que de 2 a 3 días
anteriores al estro, el CL está físicamente presente, pero no funcionalmente.

Por estas razones, la palpación por el recto se traduce en una menor tasa de
exactitud para determinar el estado funcional de un CL que potencialmente se
puede lograr mediante la medición de las concentraciones de progesterona. Sin
embargo, el bajo costo y el rápido retorno de los resultados inherentes a la técnica
de palpación sigue siendo la herramienta de diagnóstico de elección para
diagnosticar la presencia de un CL.

En un estudio de comparación entre niveles de progesterona y palpación rectal en


novillonas cebú para la determinación de un CL, se llegó a la conclusión de que la
mayoría de los errores imputados a la palpación por el recto cuando esta técnica se
compara con la utilización de las concentraciones de progesterona, no son
verdaderos errores en la percepción, sino más bien el resultado de la falta de
correspondencia entre lo físico y la presencia de un CL funcional (Gutiérrez et al,
1996).

2.5.2 Uso de la ecografía como una herramienta para el diagnóstico de la


gestación.

Desde el punto de vista económico resulta muy interesante conocer el estado


reproductivo de los animales de una explotación en el menor tiempo posible tras la
inseminación artificial, con el objetivo de planificar el trabajo, o en caso de que el
diagnóstico de gestación sea negativo, solucionar el problema cuanto antes, ya sea
adelantando la siguiente IA o instaurando una terapia adecuada. Para ello, se
cuenta con herramientas diagnósticas como son la ecografía o la determinación de
progesterona, entre otras (Fidelina et al., 2004).

El uso de la EG en tiempo real ha sido de gran utilidad en el estudio de la


reproducción bovina, tanto para conocer con mayor profundidad aspectos de su
biología reproductiva, especialmente para monitorear los cambios fisiológicos
ováricos y uterinos (Fricke, 2002), como para determinar gestaciones tempranas y
dar seguimiento del desarrollo embrionario (Cupp et al., 1993; Pieterse et al., 1990);
no obstante, por el costo de los equipos, es aún considerada una tecnología no
prioritaria dentro de la práctica buiátrica, a pesar de que la información obtenida con
su uso supera a la lograda mediante la PR (Beal et al., 1992; Pierson y Ginther,
1984). Dentro de las ventajas que se le atribuyen al empleo de la EG para el
diagnóstico temprano de gestación se mencionan la observación del embrión, así
como su desarrollo y su viabilidad a partir de la visualización del latido cardíaco
(Romano et al., 2007), aspectos que mediante la PR son prácticamente imposibles.

El embrión bovino puede ser observado mediante EG desde el día 20 de gestación,


lo que permite desarrollar una escala de medición de acuerdo al crecimiento
embrionario en ganado Bos taurus. Por otro lado, debido a importantes diferencias
con esta escala, (Rosiles et al., 2005), al evaluar el desarrollo embrionario a partir
del día 20 y hasta el día 40 posterior a la inseminación artificial, propusieron otra
escala para embriones Bos indicus. Estos autores concluyeron que las dimensiones
de los embriones Bos indicus, mantenidos bajo condiciones del trópico, son
menores a las encontradas en los embriones del ganado Bos taurus, y que en el día
26 de gestación es el momento cuando se tiene un 100% de eficacia en la detección
del latido cardiaco embrionario (Liliana et al, 20012).

Mediante la EG, el diagnóstico de gestación puede ser efectuado en etapas más


tempranas de la gestación pues se puede diagnosticar una preñez antes de los 25
días post IA. Aun así, se debe tomar en cuenta que entre el 14 y el 16% de las vacas
experimentan pérdida de gestación antes de los 56 días de preñez (Fricke et al.,
1998; Mee et al., 1994), por lo que la confirmación de la gestación a los 60 días se
hace imprescindible. Así, un valor agregado del uso de la EG en el diagnóstico
temprano de una gestación es que la detección de muerte embrionaria podría
ayudar a explicar, al menos en parte, la problemática de la baja eficiencia
reproductiva de una finca.

Por otro lado, cuando el diagnóstico de gestación por PR se hace después de 35


días, la exactitud del resultado, en el caso de un técnico experimentado, es muy
elevada (Liliana et al, 20012).
II. MATERIALES Y MÉTODO

3.1. Localización del área de estudio

La presente investigación se llevará a cabo en el municipio de Mapastepec,


Chiapas, México. Colinda al norte con los municipios de Pijijiapan, La Concordia,
Ángel Albino Corzo y Montecristo de Guerrero; al este con los municipios de
Montecristo de Guerrero, Ángel Albino Corzo, Siltepec, Acacoyagua y Acapetahua;
al sur con el municipio de Acapetahua y el Océano Pacífico; al oeste con el Océano
Pacífico y el municipio de Pijijiapan. Se ubica entre los paralelos 15°13’ y 15°41’ de
latitud norte; los meridianos 92°40’ y 93°08’ de longitud oeste; altitud entre 0 y 50
msnm. (INEGI 2002).

Mapastepec.

Figura 3.1 Ubicación del municipio de Mapastepec en el estado de Chiapas.

El clima de Mapastepec es cálido húmedo en el intervalo altitudinal de 0 a 1 000 m;


aproximadamente de 1 000 a 2 000 m cambia hacia semicálido húmedo, y de los 2
000 m en adelante a templado húmedo. Tanto el tipo de clima como la altitud y los
tipos de suelo del municipio (regosol, regosol háplico y fluvisol eútrico) lo hacen
propicio para la siembra de maíz, café (en las zonas de mediana altitud) y la
proliferación de los pastos inducidos para pastoreo en las zonas bajas (INEGI,
1985b; 1985b).

3.2 Objeto de estudio:


Para realizar el siguiente trabajo fueron utilizados 8 ranchos y un total de 130 vacas
cruzas Bos indicus X Bos taurus, en 3 de ellos tenían a las vacas del grupo
experimental (n=50), en los otros 5 ranchos al grupo de animales testigos (n=80),
además de la determinación de la raza de las vacas todas ellas estaban en un
periodo postparto de más de 45 días y presentaban una condición corporal
promedio de 3,0 de acuerdo a la escala de 1 a 5, donde 1 representa una vaca
emaciada y 5 una vaca obesa, esto con la finalidad de que los animales
respondieran al tratamiento hormonal.

3.3 Metodología:

3.3.1 Generalidades.

El trabajo se llevó a cabo en los meses de Octubre a Enero. Durante los meses de
Octubre y Noviembre, fueron seleccionadas las vacas tanto del grupo experimental
como del grupo testigo, tomando en cuenta la condición corporal, y el número de
días postparto (45 a 120 días), esto con la finalidad de seleccionar animales aptos
que respondieran favorablemente al tratamiento hormonal al que fueron sometidas.

3.3.2 Selección del ganado y separación del toro.

En los ranchos donde se llevó a cabo el experimento, fue de vital importancia la


separación del toro, puesto que las vacas se encontraban permanentemente en
contacto con el toro, además, los productores no manejaban un programa de
montas controladas, esto con la finalidad de asegurarse que las vacas sometidas al
experimento no presentaran gestaciones tempranas, las cuales son difíciles de
detectar por palpación rectal (menores a 40 días).

Se realizó una palpación al momento de la separación de toro, esto para poder


evaluar el estado reproductivo de cada vaca, se esperó un periodo de 45 días a
partir de la separación del toro para realizar una segunda palpación, con esto se
aseguró que las vacas no se encontraran gestantes, puesto que al momento de la
toma y análisis de muestras de sangre, estas presentarían niveles altos de P4,
además de no responder adecuadamente al tratamiento.

3.3.3 Desarrollo del protocolo.

Una vez seleccionadas las vacas, se prosiguió con el protocolo, que incluyo tanto
palpaciones rectales para determinar la ausencia o presencia de un cuerpo lúteo,
además de la toma de muestra de sangre, la cual seguirá un proceso para su
preservación así como su análisis.

El protocolo que se utilizó fue el siguiente:

Día Evento
-11 primera palpación y primera toma de progesterona en sangre
-7 segunda palpación y segunda toma de progesterona en sangre
-0 colocación del CIDR
-9 Retiro del CIDR
0 Detección de celos en vacas e inseminación artificial durante 3 días
9 tercera palpación y tercera muestra de progesterona en sangre
11 cuarta palpación y cuarta muestra de progesterona en sangre
Cuadro 3.1.- Desarrollo del protocolo, con los días y eventos de los mismos.

Dicho protocolo se realizó para 50 animales (Grupo experimental), para el resto de


los animales (n= 80) (Grupo testigo), se realizara el mismo protocolo, exceptuando
la toma de P4 en sangre, realizando tanto las palpaciones, detecciones de estro e
inseminaciones correspondientes. Cabe mencionar que del grupo testigo (N= 80),
solo fue evaluado el porcentaje de fertilidad al primer servicio, pues que a dichos
animales no les fue tomada muestras de sangre para analizar los niveles de P4, por
lo que de estos animales tenemos solo el diagnostico por palpación de la presencia
o ausencia de un CL, pero este no puede ser corroborado con niveles de P 4 en
sangre.
Figura 3.2 Protocolo del experimento.

3.3.3.1 Palpaciones y sangrados antes de la aplicación del CIDR.

En los días -11 y -7 se realizaron palpaciones a los animales, se determinó la


presencia o ausencia de CL´s, al mismo tiempo se realizó el sangrado de las vacas,
las muestras que se obtuvieron, fueron preservadas para su posterior análisis
mediante un kit de radioinmunoanálisis (RIA), esto para medir los niveles de P4 de
las muestras.

3.3.3.2 Inicio del protocolo de sincronización de estros con CIDR.

En el día 0 se colocara un dispositivo intravaginal (CIDR), el cual está compuesto


por silicona inerte moldeada sobre un soporte de nylon, a la que se ha incorporado
1,9 g de progesterona natural micronizada, dicho dispositivo se colocó durante un
periodo de 9 días. Durante este periodo el dispositivo CIDR actuó como un depósito
de P4 natural, la cual fue liberada y absorbida por la mucosa vaginal, en cantidades
suficientes para inhibir la liberación de la hormona luteinizante (LH) y la hormona
folículo estimulante (FSH) por la hipófisis, frenando la ovulación y consecuente la
aparición del celo.

3.3.3.3 Detección de celos e inseminación artificial.

Una vez retirado el CIDR, las concentraciones de P4 descendieron, lo cual provoco


que las vacas presentaran celos, estos fueron observados durante un periodo de 3
días, observando celos durante la mañana, el medio día y en la tarde, tomando en
cuenta la raza de los animales en estudio, se tomó la decisión que si un animal de
la raza Bos indicus era observada en celo, esta tenía que ser inseminada. Por el
contrario, en vacas Bos taurus, la decisión de ser inseminadas se llevó a cabo con
el sistema AM-PM.

Además para ayudar a la detección de celos, fueron utilizados crayones, los cuales
sirvieron para identificar a los animales colocándoles un numero individua, utilizando
también pintura en la base de la cola lo cual resulto de mucha ayuda, pues animales
que se encontraron en celo, dicha pintura fue removida por el pecho de la vaca que
se monta, de manera que es más sencillo identificar una vaca en el periodo que
aceptará la cópula (estro), además de utilizar la palpación rectal para poder palpar
la condición en que se encontraba el útero del animal en celo, además de poder
realizar “masajes” al cérvix del animal y poder identificar si presentaban moco
cervical.

Se utilizará semen de buena calidad, utilizando toros de diferentes razas, tomando


en cuenta la raza que tenga la vaca y el tipo de animal que el productor desea
obtener, en este caso será para producción de leche. Será indispensable la
sincronía en los días, pues se pretenderá que en los días que se observen celos,
estos se tengan que realizar en un solo rancho y no se tenga que estar en dos o
tres ranchos al mismo tiempo, esto para mejorar las observaciones de celo.

3.3.3.4 Palpaciones y sangrados después de la aplicación del CIDR e


inseminaciones.

Después del retiro del CIDR y las inseminaciones en las vacas, se esperó un periodo
de 9 días, a partir del último día de detección de celos e inseminación, se realizaron
2 palpaciones y 2 sangrados más, esto en los días 9 y 11. Anotando las estructuras
que se encontraban en los ovarios de las vacas, en este caso, la presencia física de
Cuerpos Lúteos. Al igual que en los primeros sangrados de los animales (días -11
y -7), las muestras fueron procesadas para su congelación y su posterior análisis.

3.3.3.5 Preparación de las muestras para su análisis.


Para la obtención y transporte de las muestras fueron utilizados los siguientes
materiales:

Para la obtención de la muestra:


− Elementos de restricción física: brete, nariguera, lazos, apretaderos, otros de
acuerdo al rancho.
− Agujas de seguridad para extracción de sangre venosa por sistema de vacío,
calibre 20G.
− Fundas o camisas de agujas de punción intravenosa- vacutainer.
− Tubos de recolección de sangre estériles (10 ml) identificados con el número y
nombre del animal.
− Guantes de látex.
− Agua y cloro para la limpieza del lugar de obtención de la muestra.

Para el transporte de la muestra:


− Hielera de platico (Cap. 32.1 Lts.)
−Gradilla de metal (Cap. 72 tubos)
−Refrigerantes.

Para la preservación de las muestras:


−pipetas pasteur de plástico.
−tubos eppendorf (Cap. 5 ml)
−cinta parafilm.

Descripción del procedimiento para la obtención de la muestra de los animales:

En los bovinos se puede obtener una muestra de sangre venosa de la yugular, la


abdominal subcutánea, o de la vena coccígea.

1.- TOMA DE MUESTRA DE VENA COCCÍGENA. Es necesaria una restricción


mínima, es posible realizarla sin ayudante y tiene un menor riesgo de accidentes e
infecciones.
1) Rotular o identificar el tubo.
2) Sujetar la cabeza en un brete o corral con una la ayuda de un cabezal, o lazos.
3) Lavarse las manos.
4) Levantar la cola del animal con suavidad hasta casi colocarla casi en posición
vertical, sujetándola en el tercio medio.
5) Retirar los residuos de materia fecal y limpiar la zona con papel o algodón.
6) Con la mano libre localizar por palpación la vena en la línea media, justo caudal
de la inserción de los pliegues de la piel de la cola a nivel del espacio entre las
vértebras coccígeas (Co) 6- 7.
7) Colocarse los guantes.
8) Realizar antisepsia con agua, jabón y cloro.
9) Empatar la aguja en la funda o camisa.
10) Encajar el tubo en la funda o camisa sin perforarlo.
11) Insertar la aguja craneal a la protuberancia ósea del proceso laminar en la línea
media a una profundidad de 8- 12 milímetros en ángulo recto, hasta que la sangre
empiece a brotar. Si no es posible obtener la muestra en este sitio, intentar entre Co
5-6.
12) Estabilizar la funda y la aguja con la mano, colocar el pulgar de la otra mano en
la parte inferior del tubo y los dedos índice y medio en las aletas de la funda.
Presionando con el pulgar y el dedo índice el uno contra el otro, se forzará al tapón
de goma, introduciendo la aguja en el tubo. La sangre fluirá dentro del mismo.
13) Mantener la funda estable, hasta consumir todo el vacío y retirar el tubo.

En cada ocasión que los animales fueron sangrados se les inmovilizo con los
elementos de restricción física, esto para asegurar tanto la seguridad de los
animales como la del personal de trabajo, las muestras fueron refrigeradas y
colocadas en una gradilla, se esperó a que se formara el suero, el cual se retiró con
unas pipetas Pasteur de plástico para ser colocados en tubos Eppendorf, los cuales
fueron identificados de acuerdo al número del animal y el número de muestra que
se obtuvo, posteriormente fueron envueltos con cinta parafilm para su posterior
congelación.

Las muestras fueron enviadas al laboratorio de reproducción en la Facultad de


Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México,
ciudad universitaria, en donde para medir los niveles de P 4 fue utilizado un Kit de
radioinmunoanálisis (RIA). La técnica se basa en la competencia entre una hormona
marcada con una no marcada, por un limitado número de sitios de unión en la
molécula del anticuerpo, para lo cual se ponen a reaccionar cantidades conocidas
o iguales del anticuerpo con cantidades conocidas de la hormona marcada (los kits
de RIA para progesterona en fase sólida utilizan (Pennington, 1981; Dargie, 1990)
(como isótopo marcador), variando solamente las concentraciones de la sustancia
(hormona) presente en la muestra a analizar y en los valores conocidos de la curva
estándar. Una vez transcurrido el tiempo óptimo de incubación para el ensayo, se
separan las partes unidas y libres y se realiza el contaje de la radiactividad residual
en un equipo especialmente diseñado, de manera que, a mayor radiactividad
residual la concentración de la hormona en la muestra estudiada es menor. La
cuantificación de la concentración de la hormona presente en la muestra se
determina contrastándola con los valores conocidos de la curva estándar. En el
mercado existe una amplia variedad de pruebas que pueden utilizarse en los
bovinos, una de ellas ha sido validada y utilizada ampliamente en los programas de
mejoramiento de la eficiencia reproductiva para los países en desarrollo,
implementado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) y
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
(Dargie, 1990; Plaizier, 1990).

En el campo de la reproducción de los animales domésticos la técnica de RIA se


puede usar para:
- Determinación de hormonas hipotalámicas, gonadotróficas, uterinas y gonadales.
- Estudio de las interrelaciones de eje hipotálamo-hipófisis- gónadas.
- Estudio del ciclo estral, de los niveles hormonales durante la preñez, periodo
periparturiento y las alteraciones durante estas etapas.
- Comportamiento ovárico del postparto y pubertad y los factores que los afectan.
- Eficiencia de la Inseminación Artificial.
- Las alteraciones ováricas y luteales.
- Seguimiento del control reproductivo de los rebaños y de los resultados de los
tratamientos hormonales.
- Estudiar las alteraciones del aparato reproductivo.

3.3.3.6 Diagnósticos de gestación.

Una vez terminado el protocolo, se esperó un periodo entre 45 y 60 días, esto para
realizar palpaciones y detectar que vacas presentan una gestación, de esta manera
se pudo analizar qué porcentaje se alcanzó al primer servicio, además de ver qué
tan efectivo puede ser sincronizar con CIDR e inseminar a las vacas utilizando la
observación de los celos y las inseminaciones conforme los animales presenten
signos de estro.

3.4. Análisis estadístico

Se determinó las características diagnósticas de la palpación rectal de cuerpos


lúteos (PRCL), tomando las concentraciones séricas de progesterona (P4) como
prueba de oro. Para estos efectos, muestras con niveles superiores o iguales a 0.5
ng/ml se consideraron con presencia de cuerpo lúteo. Utilizando tablas de 2x2, y
mediante el software Openepi 3.01 (www.openepi.com), se calculó la sensibilidad,
especificidad, los valores predictivos positivo y negativo, así como la razón de
verosimilitud de la prueba positiva y la exactitud de la PR de CL. De ese modo se
calculó las características diagnósticas globales (no específicas), así como las
específicas según el momento del estudio (pre y post sincronización), según la raza
(taurus, cebú, cruces), el número de palpaciones (1°, 2°, 3° y 4°).

Finalmente, por medio de modelos de regresión logística, utilizando el programa


EGRET 2.0.3 (Cytel Software Corp.), se calculó el riesgo de detectar un cuerpo lúteo
utilizando la razón de tasas (Rate ratio) y la razón de posibilidades (Odds ratio), con
sus respectivos intervalos de confianza, según rancho, raza, momento de la PR, el
número de la PR y la condición corporal. El análisis logístico se hizo en dos fases:
análisis bivariado, en que cada variable independiente se analizaba y, análisis
multivariado, en que las variables que al análisis univariado obtuvieron valores de P
< 0.25 fueron probadas en un modelo múltiple"
III.- Resultados y Discusión.

Para analizar los datos fue necesario separar los grupos con el mismo número de
animales (n=50) tomando en cuenta que en cada uno de ellos se realizó el análisis
por cada factor, los cuales fueron:

a) Post-sincronización.
b) Pre-sincronización.
c) Raza.
d) Primera palpación.
e) Segunda palpación.
f) Tercera palpación.
g) Cuarta palpación.
h) Total.

En el caso de animales post-sincronizados (a) y pre-sincronizados (b), el número de


animales para cada uno de ellos fue de 100 animales tomando en cuenta 3 razas,
(c) las cuales fueron:

1.- ½ Bos taurus X ½ Bos indicus (F1), en donde se tomaron 20 animales.

2.- Bos taurus, con un total de 144 animales

3.- Bos indicus, con un total de 35 animales.

En la primera palpación (d), se tomaron 49 animales, para la segunda palpación


(e), la tercera palpación (f) y cuarta palpación (g), se tomaron 50 animales en cada Commented [U1]:

uno (n=150), para un total de 199 animales (h).

Para analizar los resultados, independientemente de ser separados en diferentes


grupos, también se tomó en cuenta el factor de acierto y error, el cual fue la
detección de cuerpos lúteos y poder analizar qué tan factible es que un veterinario
pueda encontrar la presencia física de los mismos, pidiendo medir en qué
circunstancias se dificulta más hacerlo, tomando en cuenta la raza, el número de
palpaciones, el antes y después del tratamiento hormonal (sincronización).
Resultados Pre-sincronización:

Para analizar el factor Pre-sincronización, se calcularon parámetros de sensibilidad,


especificidad, valor predictivo positivo y negativo, predicción del diagnóstico, Razón
de verosimilitud de Prueba Positiva, Razón de verosimilitud de Prueba Negativa,
Kappa de Cohen’s (sin promediar) explicando cada uno de ellos, tomando en cuenta
tanto los aciertos como los errores en la palpación rectal.

El número de aparentes vacas con CL presente por PR fue de 27, comparando las
PR y niveles de P4, se obtuvieron 73 verdaderas vacas con un CL presente, mientras
que aparentemente a la PR 72 vacas no presentaban un CL, cuando estas fueron
comparadas con los niveles de P4 se obtuvo un total de 26 vacas sin un CL.

Cuadro 3.2.- Número de animales Pre-sincronización, con presencia o ausencia


de cuerpos lúteos, tomando los niveles de P4.

P4
≥0,5 <0,5 Total
Presente 21 6 27
CL por PR
Ausente 52 20 72
73 26 99

Encontrando en la pre-sincronización, los siguientes porcentajes de Acierto/Error:

 En el parámetro de sensibilidad se determinó que la palpación rectal detecta


el 28,8% de los Cuerpos Lúteos (CL) presentes (21/73).
 En el parámetro de especificidad, la palpación rectal detecta la ausencia de
los CL´s en un 80 % de las veces cuando estos no existen (20/26).
 Para el valor predictivo positivo, el 77.8 % de las veces que se hace la
palpación rectal detecta un CL, este en realidad existe (21/27).
 Para el valor predictivo Negativo, solamente el 27.8% de veces que la
palpación rectal dice que no hay CL, acierta (20/72).
 En general, en la precisión del diagnóstico, cerca del 41,4% de las veces se
acierta en el diagnóstico de presencia o ausencia del CL ([21+20]/99).
Resultados Post-sincronización:

Se calcularon los mismos parámetros utilizados en la pre-sincronización.

El número de aparentes vacas con CL presente por PR fue de 82, comparando las
PR y niveles de P4, se obtuvieron 92 verdaderas vacas con un CL presente,
mientras que aparentemente a la PR 18 vacas no presentaban un CL, cuando estas
fueron comparadas con los niveles de P4 se obtuvo un total de 8 vacas sin un CL.

Niveles de progesterona
≥0,5 <0,5 Total
Presente 78 4 82
CL por PR
Ausente 14 4 18
92 8 100
Cuadro 3.3.- Número de animales Post-sincronización con presencia o ausencia de
cuerpos lúteos, tomando los niveles de P4.

Encontrando en la post-sincronización los siguientes porcentajes de Acierto/Error:

 En el parámetro de sensibilidad se determinó que la palpación rectal detecta


el 84,8% de los Cuerpos Lúteos (CL) presentes (78/92).
 En el parámetro de especificidad, la palpación rectal detecta la ausencia de
los CL´s en un 50 % de las veces cuando estos no existen (4/8).
 Para el valor predictivo positivo, el 90.8 % de las veces que la palpación rectal
detecta un CL, este en realidad existe (78/82).
 Para el valor predictivo Negativo, solamente el 22.2% de veces que a través
de la palpación rectal que detecta un CL, acierta (4/18).
 En general, en la precisión del diagnóstico, cerca del 82% de las veces se
acierta en el diagnóstico de presencia o ausencia del CL ([78+4]/100).

Es importante señalar la diferencia que existe entre los aciertos y errores que
presenta la palpación rectal antes y después de la sincronización, pues esta fue más
efectiva post-sincronización, esto quizás se deba a que el palpador presento una
menor experiencia al momento de palpar a las vacas en la pre-sincronización,
puesto que si comparamos la precisión que este obtuvo en las primeras
palpaciones, solo se detectó el 28,8% de los Cuerpos Lúteos (CL) presentes (21/73)
vs la post-sincronización, en la cual la palpación rectal detecta el 84,8% de los
Cuerpos Lúteos (CL) presentes (78/92), mejorando en un 60%. Esto concuerda con
lo encontrado por silva en 1992, quienes en un estudio con 54 vacas de raza
Holstein en etapa post-parto, comparando la PR con niveles de P4 como un
instrumento de análisis para la actividad reproductiva post-parto, reportaron que en
la palpación rectal varió según el momento en días en que se efectuó el examen,
encontrando que para la identificación correcta de un CL, la precisión entre 0 y 70
días posparto fue de 37.5%, alcanzando un 73.7% en el periodo de 71 a 110 días,
cual podría dar también una explicación del porque es más efectiva la PR después
de la sincronización, que antes de la misma, puesto que al realizar las PR en días
cercanos al parto, los errores cuando se diagnóstica un CL son mayores que si
estas fueran realizadas con un mayor número de días postparto.

Para hacer el estudio más completo y ver qué tanta variabilidad existe entre razas
al momento de palpar los CL´s, y poder calcular en donde es más fácil o más difícil
palpar los mismos, calculándose 3 variables (razas) las cuales fueron:

1. ½ Bos taurus X ½ Bos indicus.


2. Bos indicus.
3. Bos Taurus.

Resultados para 1/2 raza Bos taurus X 1/2 raza Bos indicus (F1).

El número de aparentes vacas con CL presente por PR fue de 8, comparando las


PR y niveles de P4, se obtuvieron 15 verdaderas vacas con un CL presente, mientras
que aparentemente a la PR 12 vacas no presentaban un CL, cuando estas fueron
comparadas con los niveles de P4 se obtuvo un total de 5 vacas sin un CL.

P4
≥0,5 <0,5 Total
Presente 7 1 8
CL por PR
Ausente 8 4 12
15 5 20
Cuadro 3.3.-Número de animales F1 (Bos indicus X Bos taurus) con presencia o
ausencia de cuerpos lúteos, tomando los niveles de P4.

Encontrando los siguientes porcentajes de Acierto/Error:


 En el parámetro de sensibilidad se determinó que la palpación rectal detecta
el 46,7% de los Cuerpos Lúteos (CL) presentes (7/15).
 En el parámetro de especificidad, la palpación rectal detecta la ausencia de
los CL´s en un 80 % de las veces cuando estos no existen (4/5).
 Para el valor predictivo positivo, el 87.5% de las veces que la palpación rectal
detecta un CL, este en realidad existe (7/8).
 Para el valor predictivo Negativo, solamente el 33.38% de veces que la
palpación rectal no detecta la presencia de un CL, acierta (4/12).
 En el caso de la precisión del diagnóstico, cerca del 55% de las veces se
acierta en el diagnóstico de presencia o ausencia del CL ([7+4]/20).

Estos resultados coinciden con lo encontrado por Soto et al (2000), quienes en un


estudio con 39 vacas cruza Bos taurus X Bos indicus, bajo condiciones tropicales y
realizando PR y niveles de P4 para confirmación de estructuras ováricas (folículos y
CL), encontraron que la mayor proporción de estructuras palpadas en dicho estudio,
correspondieron a cuerpos lúteos mediante la palpación para un 58.97%, lo cual
coincide con lo encontrado en el estudio, puesto que cerca del 55% de las veces se
acierta en el diagnóstico de presencia o ausencia del CL ([7+4]/20).

Resultados para la raza Bos indicus (cebú).

El número de aparentes vacas con CL presente por PR fue de 26, comparando las
PR y niveles de P4, se obtuvieron 29 verdaderas vacas con un CL presente, mientras
que aparentemente a la PR 9 vacas no presentaban un CL, cuando estas fueron
comparadas con los niveles de P4 se obtuvo un total de 6 vacas sin un CL.
P4
≥0,5 <0,5 Total
Presente 24 2 26
CL por PR
Ausente 5 4 9
29 6 35
Cuadro 3.4.- Número de animales cebú con presencia o ausencia de cuerpos lúteos,
tomando los niveles de P4.

Encontrando los siguientes porcentajes de Acierto/Error:

 En el parámetro de sensibilidad se determinó que la palpación rectal detecta


el 82,8% de los Cuerpos Lúteos (CL) presentes (24/29).
 En el parámetro de especificidad, el palpador detecta la ausencia de los CL´s
en un 66,7% de las veces cuando estos no existen (4/6).
 Para el valor predictivo positivo, el 92,3% de las veces que la palpación rectal
detecta un CL, este en realidad existe (24/26).
 Para el valor predictivo Negativo, solamente el 44,4% de veces que la
palpación rectal no detecta un CL, acierta (4/9).
 En el caso de la precisión del diagnóstico, cerca del 80% de las veces se
acierta en el diagnóstico de presencia o ausencia del CL ([24+4]/35).

La precisión del diagnóstico de CL´s mediante la PR en vacas cebú según Plasse


et al 1970 y Vaca et al 1983 va de un 57 hasta un 79% de efectividad para palpar
dichas estructuras. Estos hallazgos, junto con los informes de que el CL del ganado
cebú es más pequeño y sobresale menos de la superficie del estroma ovárico,
Aguilar et al, 1983. Sin embargo, en el presente estudio se comprobó que se puede
llegar a detectar un 82.8% de los Cuerpos Lúteos (CL) presentes (24/29) siendo
superior a lo reportado por la literatura.

Resultados para la raza Bos taurus.


El número de aparentes vacas con CL presente por PR fue de 75, comparando las
PR y niveles de P4, se obtuvieron 121 verdaderas vacas con un CL presente,
mientras que aparentemente a la PR 69 vacas no presentaban un CL, cuando estas
fueron comparadas con los niveles de P4 se obtuvo un total de 23 vacas sin un CL.

P4
≥0,5 <0,5 Total
Presente 68 7 75
CL por PR
Ausente 53 16 69
121 23 144
Cuadro 3.5.-Número de animales Bos taurus con presencia o ausencia de cuerpos
lúteos, tomando los niveles de P4.

Encontrando los siguientes porcentajes de Acierto/Error:

 En el parámetro de sensibilidad se determinó que la palpación rectal detecta


el 56,2% de los Cuerpos Lúteos (CL) presentes (68/121).
 En el parámetro de especificidad, la palpación rectal detecta la ausencia de
los CL´s en un 69,6% de las veces cuando estos no existen (16/23).
 Para el valor predictivo positivo, el 90,7% de las veces que la palpación rectal
detecta un CL, este en realidad existe (68/75).
 Para el valor predictivo Negativo, solamente el 23,24% de veces que la
palpación rectal no detecta un CL, acierta (16/69).
 En el caso de la precisión del diagnóstico, cerca del 58,3% de las veces se
acierta en el diagnóstico de presencia o ausencia del CL ([68+16]/144).

El parámetro de sensibilidad fue menor que lo encontrado en el ganado cebú,


teniendo un 56.2 % de los cuerpos lúteos presentes (68/121). Varios autores han
evaluado la precisión de palpación rectal para el monitoreo la actividad ovárica en
vacas Bos taurus. La mayoría de ellos han informado de que el diagnóstico de un
CL es exacto en aproximadamente el 85% de los casos (Archbald et al, 1992;
Watson y Munro, 1980; Kelton et al, 1991). Sin embargo, Ribadu y Dobson, 1994.
Quienes trabajaron con ganado lechero, demostraron que durante los últimos días
del ciclo estral hay una rápida disminución de las concentraciones de progesterona,
que no se acompaña de un descenso significativo en el diámetro del CL medido por
ecografía, por lo que de 2 a 3 días anteriores al estro, el CL está físicamente
presente, pero no funcionalmente, esto podría explicar el porcentaje de aciertos
reportado en este estudio.

Con el fin de hacer el experimento más completo, el número de palpaciones fue


analizado individualmente, realizándose 4 palpaciones (2 antes y 2 después), las
primeras dos fueron antes del tratamiento hormonal y las posteriores se después
de las detecciones de celo e inseminaciones artificiales.

Resultados a la primera palpación:

El número de aparentes vacas con CL presente por PR fue de 14, comparando las
PR y niveles de P4, se obtuvieron 35 verdaderas vacas con un CL presente,
mientras que aparentemente a la PR 35 vacas no presentaban un CL, cuando estas
fueron comparadas con los niveles de P4 se obtuvo un total de 14 vacas sin un CL.

P4
≥0,5 <0,5 Total
Presente 11 3 14
CL por PR
Ausente 24 11 35
35 14 49
Cuadro 3.6.- Número de animales en la primera palpación con presencia o ausencia
de cuerpos lúteos, tomando los niveles de P4.

Encontrando los siguientes porcentajes de Acierto/Error:


 En el parámetro de sensibilidad se determinó que la palpación rectal detecta
el 31,4% de los Cuerpos Lúteos (CL) presentes (11/35).
 En el parámetro de especificidad, la palpación rectal detecta la ausencia de
los CL´s en un 78.5 % de las veces cuando estos no existen (11/14).
 Para el valor predictivo positivo, el 78.6 % de las veces que la palpación rectal
detecta un CL, este en realidad existe (11/14).
 Para el valor predictivo Negativo, solamente el 31.4% de veces que a la
palpación rectal no se encontró un CL, acierta (11/35).
 En el caso de la precisión del diagnóstico, cerca del 45% de las veces se
acierta en el diagnóstico de presencia o ausencia del CL ([11+11]/49).

Resultados a la segunda palpación:

El número de aparentes vacas con CL presente por PR fue de 13, comparando las
PR y niveles de P4, se obtuvieron 38 verdaderas vacas con un CL presente,
mientras que aparentemente a la PR 37 vacas no presentaban un CL, cuando estas
fueron comparadas con los niveles de P4 se obtuvo un total de 12 vacas sin un CL.

P4
≥0,5 <0,5 Total
Presente 10 3 13
CL por PR
Ausente 28 9 37
38 12 50
Cuadro 3.7.-Número de animales en la segunda palpación con presencia o ausencia
de cuerpos lúteos, tomando los niveles de P4.

Encontrando los siguientes porcentajes de Acierto/Error:

 En el parámetro de sensibilidad se determinó que la palpación rectal detecta


el 26,3 % de los Cuerpos Lúteos (CL) presentes (10/38).
 En el parámetro de especificidad, la palpación rectal detecta la ausencia de
los CL´s en un 75% de las veces cuando estos no existen (9/12).
 Para el valor predictivo positivo, el 76,9% de las veces que la palpación rectal
detecta un CL, este en realidad existe (10/13).
 Para el valor predictivo Negativo, solamente el 24,3% de veces que a la
palpación rectal no se encontró un CL, acierta (9/37).
 En el caso de la precisión del diagnóstico, cerca del 38% de las veces se
acierta en el diagnóstico de presencia o ausencia del CL ([10+9]/50).

Resultados a la tercera palpación:

El número de aparentes vacas con CL presente por PR fue de 41, comparando las
PR y niveles de P4, se obtuvieron 48 verdaderas vacas con un CL presente,
mientras que aparentemente a la PR 9 vacas no presentaban un CL, cuando estas
fueron comparadas con los niveles de P4 se obtuvo un total de 2 vacas sin un CL.

P4
≥0,5 <0,5 Total
Presente 41 0 41
CL por PR
Ausente 7 2 9
48 2 50
Cuadro 3.8.- Número de animales en la tercera palpación con presencia o
ausencia de cuerpos lúteos, tomando los niveles de P4.

Encontrando los siguientes porcentajes de Acierto/Error:

 En el parámetro de sensibilidad se determinó que el palpador detecta el


85,4% de los Cuerpos Lúteos (CL) presentes (41/48).
 En el parámetro de especificidad, el palpador detecta la ausencia de los CL´s
en un 100% de las veces cuando estos no existen (2/2).
 Para el valor predictivo positivo, el 100% de las veces que el palpador detecta
un CL, este en realidad existe (41/41).
 Para el valor predictivo Negativo, solamente el 22,2% de veces que el
palpador dice que no hay CL, acierta (2/9).
 En el caso de la precisión del diagnóstico, cerca del 86% de las veces se
acierta en el diagnóstico de presencia o ausencia del CL ([41+2]/50).
Resultados a la cuarta palpación:

El número de aparentes vacas con CL presente por PR fue de 41, comparando las
PR y niveles de P4, se obtuvieron 44 verdaderas vacas con un CL presente,
mientras que aparentemente a la PR 9 vacas no presentaban un CL, cuando estas
fueron comparadas con los niveles de P4 se obtuvo un total de 6 vacas sin un CL.

P4
≥0,5 <0,5 Total
Presente 37 4 41
CL por PR
Ausente 7 2 9
44 6 50
Cuadro 3.9.-Número de animales en la cuarta palpación con presencia o ausencia
de cuerpos lúteos, tomando los niveles de P4.

Encontrando los siguientes porcentajes de Acierto/Error:


 En el parámetro de sensibilidad se determinó que le palpador detecta el
85,1% de los Cuerpos Lúteos (CL) presentes (37/44).
 En el parámetro de especificidad, el palpador detecta la ausencia de los CL´s
en un 33,3% de las veces cuando estos no existen (2/6).
 Para el valor predictivo positivo, el 90,2% de las veces que el palpador
detecta un CL, este en realidad existe (37/41).
 Para el valor predictivo Negativo, solamente el 22,2% de veces que el
palpador dice que no hay CL, acierta (2/9).
 En el caso de la precisión del diagnóstico, cerca del 78% de las veces se
acierta en el diagnóstico de presencia o ausencia del CL ([37+2]/50).
Para el análisis total, los resultados fueron los siguientes:

El número de aparentes vacas con CL presente por PR fue de 109, comparando las
PR y niveles de P4, se obtuvieron 165 verdaderas vacas con un CL presente,
mientras que aparentemente a la PR 90 vacas no presentaban un CL, cuando estas
fueron comparadas con los niveles de P4 se obtuvo un total de 34 vacas sin un CL.

P4
≥0,5 <0,5 Total
Presente 99 10 109
CL por PR
Ausente 66 24 90
165 34 199
Cuadro 3.10.- Número de animales totales en la palpación con presencia o ausencia
de cuerpos lúteos, tomando los niveles de P4.

Encontrando los siguientes porcentajes de Acierto/Error:


 En el parámetro de sensibilidad se determinó que el palpador detecta el 60%
de los Cuerpos Lúteos (CL) presentes (99/165).
 En el parámetro de especificidad, el palpador detecta la ausencia de los CL´s
en un 70.6 % de las veces cuando estos no existen (24/34).
 Para el valor predictivo positivo, el 90.8 % de las veces que el palpador
detecta un CL, este en realidad existe (99/109).
 Para el valor predictivo Negativo, solamente el 27% de veces que el palpador
dice que no hay CL, acierta (24/90).
 En el caso de la precisión del diagnóstico, cerca del 62% de las veces se
acierta en el diagnóstico de presencia o ausencia del CL ([99+24]/199).

Estos resultados coinciden con lo encontrado por silva en 1992, el cual en un


experimento utilizando 54 vacas de la raza holstein en etapa postparto, obtuvieron
un porcentaje del 64.6% de efectividad para el diagnóstico de presencia o ausencia
del CL.
Aguilar et al (1983) quienes estudiaron con material de rastro pesos de ovarios y
CL´s en vacas cebú y holstein, gestantes y no gestantes, encontrando que el CL en
vacas cebú sobresale muy poco del estroma ovárico, además de sus menores
dimensiones, dificultando así la identificación del tejido luteico por palpación rectal.

Lo cual concuerda con lo encontrado en el estudio, en donde se encontró que en el


62% de las veces se acierta en el diagnóstico de presencia o ausencia del CL
([99+24]/199). Además se encontró, que es más probable que un veterinario tenga
errores al no detectar la presencia física de un CL, 27% (24/90), que al detectar un
CL, 90.8% (99/109). Pudiendo entonces decir que un palpador experimentado
puede detectar la presencia física de un CL, mas no la ausencia del mismo.

Tomando en cuenta que las vacas del grupo experimental fueron inseminadas, el
porcentaje de fertilidad que se obtuvo al primer servicio fue del 52% (26 vacas
gestantes de 50). Las vacas que repitieron el celo, les fue realizada una segunda
inseminación, logrando así un 84% de fertilidad (42 vacas gestantes de 50).

Resultados de grupo testigo:

Al grupo testigo (n=50), se les realizo el mismo tratamiento hormonal, el mismo


número de palpaciones por animal (4), exceptuando la muestra de sangre, los
resultados a la palpación fueron los siguientes:

CL/Presente CL/Ausente.
1ra PALPACIÓN 38 42
Pre-sincronización.
2da PALPACIÓN 43 37
3ra PALPACIÓN 64 16
Post-sincronización.
4ta PALPACIÓN 60 20
Cuadro 3.11.-Número de animales del grupo testigo con presencia o ausencia de
un CL.

Se puede observar en el cuadro, que el muero de animales con presencia de un CL


fue mayor a la post-sincronización que en las palpaciones previas, esto
posiblemente se deba al efecto del dispositivo intravaginal (CIDR), el cual, al
contener P4 y tomando en cuenta los tiempos en que realizaron las 3ras y 4tas
palpaciones (9 y 11 post-sincronización), podemos decir que las vacas pudieran
encontrarse en una etapa de diestro.

CL´s a la palpación.
140 124
Numero de animales.

120
100 81 79
80
60
36
40
20
0
CL/ Presente CL/ Ausente.

Pre-sincronizacion Post-sinconizacion.

Figura 3.4.- Grafica de presencia y ausencia de CL´s pre y post sincronización.

Al igual que al grupo experimental, las vacas fueron inseminadas, obteniendo un


porcentaje de fertilidad al primer servicio del 53.75% (43 vacas de 80). También
les fue realizada una segunda inseminación a las vacas que repitieron, logrando
un 81.25% (65 vacas de 80).

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