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DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN

¿Qué pasaría si un extraterrestre interesado en llevar la democracia a su planeta


nos pregunta cómo tomamos las decisiones colectivas los terrícolas?. Le
explicaríamos que para determinar a nuestros gobernantes, votamos, para
aprobar leyes votamos, para decidir cómo se gasta el dinero público votamos(...)

-Supongo que para cambiar las fronteras también votáis no?. -NO! Las fronteras
solo se pueden cambiar a bofetadas! Ante tal revelación saldría corriendo,
exclamando que somos unos bárbaros.

Este fragmento cómico nos hace reflexionar de lo ilógico que resulta el no


reconocimiento del derecho de autodeterminación. Si en los países democráticos
tomamos las decisiones mediante elecciones o plebiscitos, de la misma manera
como pensaría el extraterrestre también deberíamos hacerlo para modificar las
fronteras, eso sería lo razonable. El derecho de autodeterminación parece
razonable en muchos casos, quién mejor que el mismo pueblo que decida su
futuro? No obstante su definición, reconocimiento en el derecho internacional y
también en el interno es muy complejo, y más aún su aplicación. Este derecho
tiene implicaciones enormes, intereses económicos, geoestratégicos, migraciones,
intereses políticos, bandas armadas de liberación nacional, etc.

El concepto de autodeterminación de los pueblos es en algunos casos confuso, ya


que algunas personas alegan que el derecho de autodeterminación es el derecho
de autogobierno de autogestión, sin incluir el derecho a la secesión. Es importante
diferenciar ambos conceptos, por un lado la autodeterminación y por otro el
autogobierno. El derecho a la autodeterminación es, para describirlo de una forma
sencilla, el derecho que tiene un pueblo ha decidir democráticamente,
normalmente mediante referéndums, si quiere seguir anexionado a un Estado o
formar un Estado independiente o otras formulas, como formar un estado federal.

¿QUÉ DICE EL DERECHO INTERNACIONAL Y LA ONU AL RESPECTO?

El derecho a la autodeterminación es un derecho reconocido en numerosos


tratados internacionales, aunque en muy pocas constituciones estatales. Pero
incluso en los tratados que se reconoce este derecho, se hace de manera
ambigua y contradictoria, con interpretaciones muy distintas por diferentes
expertos del Derecho Internacional y con una aplicación y unas consecuencias
derivadas de gran envergadura. Reconociendo esta complejidad, en este apartado
se analizan los tratados y resoluciones más importantes y sus interpretaciones.

El derecho de autodeterminación fue citado en la Declaración de Independencia


de EUA (Estados Unidos de América) en 1776 y hay referencias en el periodo de
entreguerras con la Sociedad de naciones donde se reconoce de manera genérica
en la Carta Fundacional de la ONU en 1945, aunque su aplicación se ha limitado a
países colonizados y al bloque del este tras la desmembración soviética (después
de conflictos bélicos).

En la Carta fundacional de las Naciones Unidas, en el párrafo 2 del artículo 1


(Capitulo 1: Propósitos y principios) se menciona el derecho a la
autodeterminación de la siguiente manera: "Fomentar entre las naciones
relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de
derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas
adecuadas para fortalecer la paz universal".

En el artículo 55 (Capítulo IV: Cooperación Internacional económica y social): "Con


el propósito de crear las condiciones de estabilidad y bienestar necesarias para las
relaciones pacíficas y amistosas entre las naciones, basadas en el respeto al
principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos".

Sin embargo es preciso interpretar estos artículos a la luz del Documento


explicativo publicado por la misma Conferencia de las Naciones Unidas que
elaboró la Carta (doc. 343 I/1/16. Volumen VI, pág. 296), ya que el derecho queda
limitado por éste a una autogestión sin derecho de secesión: "Por otra parte (...)
este principio no es compatible con los propósitos de la Carta sino en la medida en
que implica que los pueblos tienen el derecho de administrarse a sí mismos, pero
no el derecho de secesión."

El derecho de autodeterminación es citado también en el "Pacto Internacional de


Derechos Civiles y Políticos" así como en el "Pacto Internacional de los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales" en ambos con el mismo enunciado:
Parte I, Artículo 1
1. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este
derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su
desarrollo económico, social y cultural.
2. Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus
riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la
cooperación económica internacional basada en el principio de beneficio
recíproco, así como del derecho internacional. En ningún caso podrá privarse a un
pueblo de sus propios medios de subsistencia.
3. Los Estados Partes en el presente Pacto, incluso los que tienen la
responsabilidad de administrar territorios no autónomos y territorios en
fideicomiso, promoverán el ejercicio del derecho de libre determinación, y
respetarán este derecho de conformidad con las disposiciones de la Carta de las
Naciones Unidas.
Estos artículos parecen dar sustento al derecho de autodeterminación, sin
embargo son restringidas por un tratado posterior ("Declaración sobre los
Principios de Derecho Internacional, referentes a las Relaciones de Amistad y a la
Cooperación entre los Estados, de conformidad con la Carta de las Naciones
Unidas", resolución 2625 del 24 de Octubre de 1970), en que se afirma:

"En virtud del principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación de


los pueblos, consagrado en la Carta, todos los pueblos tienen el derecho de
determinar libremente, sin injerencia externa, su condición política y de proseguir
su desarrollo económico, social y cultural, y todo Estado tiene el deber de respetar
este derecho de conformidad con las disposiciones de la Carta.

Ninguna de las disposiciones de los párrafos precedentes se entenderá en el


sentido de que autoriza o fomenta cualquier acción encaminada a quebrantar o
menospreciar, total o parcialmente, la integridad territorial de Estados soberanos e
independientes que se conduzcan de conformidad con el principio de la igualdad
de derechos y de la libre determinación de los pueblos antes descritos y estén, por
tanto dotados de un gobierno que represente a la totalidad del pueblo
perteneciente al territorio, sin distinción por motivo de raza, credo o color" (párrafo
'El principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación de los
pueblos').

De esta manera se limita el derecho de autodeterminación de los pueblos al


derecho de autodeterminación de aquellos pueblos no representados por sus
gobiernos por motivos de raza, credo o color, en otras palabras a las colonias.
Como se puede observar, en algunos artículos se afirma el derecho mientras que
en otros se limita. Deben ser entendidas estas restricciones ya que sería ingenio
que las Naciones Unidas, organismo que reúne en su mayor parte Estados
multiétnicos reconociera la plena aplicabilidad de la autodeterminación; y, aunque
la Organización de las Naciones Unidas tenga voluntad propia, necesita de la
aprobación de los Estados miembros que son como mínimo reacios a la idea de
secesiones dentro de sus territorios.

Parece que es mayoritariamente aceptada la idea de que la secesión no esta


recogida en el orden jurídico, salvo en las situaciones de colonialismo, ya que
según muchos constitucionalistas e internacionalistas es la única manera de
compaginarlo con la integridad territorial y el principio a la no intervención en los
asuntos internos. No obstante la comunidad internacional ha reconocido la
independencia de países no colonizados como pasó tras el desmembramiento de
la URSS.

PUEBLOS COLONIZADOS:
Los pueblos colonizados fueron los primeros que de manera masiva se les
reconoció el derecho de autodeterminación. De hecho, la ONU legitimó la
aplicación de éste derecho y apoyó claramente los referéndums de independencia
respecto a las metrópolis. En la resolución 2625 de la Asamblea General (ya
citada anteriormente) reclama de manera muy clara la autodeterminación de
colonias y de territorios no autónomos, dándoles una condición jurídica distinta al
Estado:

"Todo Estado tiene el deber de promover, mediante acción conjunta o individual, la


aplicación del principio de la igualdad soberana de derechos y de la libre
determinación de los pueblos, de conformidad con las disposiciones de la Carta, y
de prestar asistencia a las Naciones Unidas en el cumplimiento de las
obligaciones que se le encomiendan por la Carta respecto de la aplicación de
dicho principio, a fin de:

a) fomentar las relaciones de amistad y la cooperación entre los Estados; y


b) poner fin rápidamente al colonialismo, teniendo debidamente en cuenta la
voluntad libremente expresada de los pueblos a la subyugación de que se trate; y
teniendo presente que el sometimiento de los pueblos a la subyugación,
dominación y explotación extranjeras constituye una violación del principio, así
como una denegación de los derechos humanos fundamentales, y es contraria a
la Carta de las Naciones Unidas.

El establecimiento de un Estado soberano e independiente, la libre asociación o


integración con un Estado independiente o la adquisición de cualquier otra
condición política libremente decidida por un pueblo constituyen formas del
ejercicio del derecho de libre determinación de ese pueblo.

Todo Estado tiene el deber de abstenerse de recurrir a cualquier medida de fuerza


que prive a los pueblos antes aludidos en la formulación de presente principio de
su derecho a la libre determinación y a la libertad y a la independencia. En los
actos que realicen y en la resistencia que opongan contra esas medidas de fuerza
con el fin de ejercer su derecho a la libre determinación, tales pueblos podrán
pedir y recibir apoyo de conformidad con los propósitos y principios de la Carta de
las Naciones Unidas.

El territorio de una colonia u otro territorio no autónomo tiene, en virtud de la Carta


de las Naciones Unidas, una condición jurídica distinta y separada de la del
territorio del Estado que lo administra, y esa condición jurídica distinta y separada
conforme a la Carta existirá hasta que el pueblo de la colonia o territorio no
autónomo haya ejercido su derecho de libre determinación de conformidad con la
Carta y, en particular, con sus propósitos y principios.

DEMOCRACIA Y AUTODETERMINACIÓN O VIOLENCIA


"Un régimen democrático sólo puede constituirse sobre los derechos
fundamentales. No hay democracia donde no hay derechos, y no hay derechos
donde falta el derecho de autodeterminación de los pueblos, primero de los
derechos humanos y condición previa de los demás. El derecho de libertad, libre
disposición o autodeterminación de todos los pueblos es el derecho de
independencia incondicional e inmediata frente al imperialismo. (...)"
Iparla 4 – 2005

Las Naciones Unidas reconocen también el derecho de autodeterminación a los


pueblos, un concepto ambiguo y complejo de aplicar. No obstante, y dejando de
lado por ahora a los estados descolonizados, existen todavía muchos pueblos con
aspiraciones nacionalistas que crean tensiones y conflictos que pueden ser
solucionados con el derecho a la autodeterminación. El derecho a la
autodeterminación es un derecho, el resultado del cual puede o no ser la
independencia e, incluso, puede legitimar la unión de un Estado si esa es la
voluntad popular.

El principio de autodeterminación de los pueblos se presenta como un principio de


valor universal que, trascendiendo en su aplicación las situaciones coloniales,
alcanza a los pueblos de cualquier Estado. Con todo, no era de esperar que el
Derecho Internacional respaldara el derecho de las colectividades integrantes de
Estados consolidados a separarse de ellos y erigirse en entidades políticas
independientes (no avala el derecho de secesión). Se refiere a ellos al establecer
que tienen derecho a la participación democrática en los asuntos públicos sin
exclusiones ni distinciones basadas en el origen étnico o las creencias u
opiniones. La idea es que el derecho de autodeterminación sólo sea reconocido a
aquellos pueblos que no tengan la capacidad democrática para hacerlo.

Queda claro entonces que la doctrina jurídico-política del derecho de


autodeterminación de los pueblos solamente es aplicable en dos supuestos, según
las declaraciones de la ONU y de la jurisprudencia internacional emanada de ella:
en situaciones coloniales y en aquellos Estados que no estén dotados de un
sistema político que represente a la totalidad del pueblo perteneciente a su
territorio, sin distinción por motivos de raza, credo o color. Fuera de estos dos
casos, la ONU no reconoce el principio de autodeterminación, sino que por el
contrario rechaza cualquier acción encaminada a quebrantar, total o parcialmente,
la integridad territorial de los Estados, añadiendo que todo Estado se abstendrá de
cualquier acción dirigida al quebrantamiento parcial o total de la unidad nacional e
integridad territorial de cualquier otro Estado o país.

Dejando de lado el nivel legal debemos razonar si estas limitaciones son lógicas.
Algunos pensadores consideran que si hay movimientos nacionalistas dentro de
países democráticos, deberían utilizar estas vías que les ofrece el Estado de
Derecho para conseguir sus objetivos de manera pacífica. El problema surge
cuando la gran mayoría de las constituciones y de la jurisdicción interna niegan el
derecho, dejando de igual manera desprotegido al pueblo de este derecho
colectivo. No se les discrimina del sistema democrático, tienen acceso a él, están
integrados, votan a partidos regionalistas o independentistas, se manifiestan pero
se les niega el derecho a poder establecer un referéndum vinculante para decidir
su futuro. En un nivel normativo, porqué se les pudo reconocer a los pueblos
colonizados el derecho de autodeterminación y no a los demás? O porqué dentro
de los estados no se establecen vías democráticas para solucionar problemas
nacionales? La respuesta es simple, no conviene. No conviene a un Estado ser
fracturado, perder poder, recursos económicos y geoestratégicos, mano de obra.

Aunque la respuesta parece simple, sería conveniente preguntarnos si es justo,


que mueran tantas personas en luchas por intereses nacionalistas, que se libren
batallas, que haya tensión violencia en las calles por estos motivos?, cuando se
podría hacer un referéndum? Lo paradójico es que la comunidad internacional tras
ciertos conflictos, ha reconocido la independencia de algunos países no
colonizados, y me pregunto porque no antes? Porque ha hecho falta un conflicto
violento para independizarse y ser reconocido como Estado?

La falta de democracia, de libertades dentro de los países, muchos de ellos


paradójicamente democráticos, es precisamente lo que lleva a generar tensiones
en países plurinacionales e incluso conflictos que podrían haber sido evitados si
se hubiera consultado la voluntad del pueblo. Un debate pacifico a nivel nacional
sobre el futuro que quiere llevar es una manera racional, civilizada de encarar los
problemas, las diferencias. Éste es el caso de Canadá y el Quebec, o de la
disolución pacifica de Suecia y Noruega.

La prueba del algodón de un demócrata es saber respetar aquellas ideas opuestas


a las propias, es defender el derecho legítimo del contrincante. Como decía
Voltaire, en lo que puede resumirse como el principio de la libertad de
expresión, No estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero defendería hasta la
muerte su derecho a decirlo. Emplean algunos en su contra es recurrir al miedo o
peligro de sus posibles consecuencias, lo cual evidencia su postura contradictoria
porque si se reconoce que cierto derecho es lógico, ético y posible (a pesar de las
indudables dificultades técnicas) como puede temerse su aplicación? Se tiene
miedo, temor a la libertad como en tiempos antiguos a las votaciones populares o
al voto femenino. Hay que dar la máxima libertad posible, hay que seguir
conquistando mayores cotas de libertad y, simultáneamente, hay que educar a la
población para usar la libertad responsablemente. La falta de democracia y
libertades nos lleva a la violencia: Luchar por una causa justa de forma injusta es
el peor favor que se puede hacer a dicha causa.

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