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Poder Judicial de la Nación

CAMARA NACIONAL DE APELACIONES EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 6


CCC 64506/2014/CA1

S., F. M.
Procesamiento
Juzgado de Instrucción nro. 26

////nos Aires, 3 de marzo de 2015.


I.- Celebrada la audiencia prevista en el artículo 454 del
Código Procesal Penal de la Nación y efectuada la deliberación pertinente,
analizaremos el recurso de apelación interpuesto por la defensa de F. M. S.
(ver fs. 184/186), contra el punto I del auto de fs. 162/181 que lo procesó en
orden al delito de homicidio simple cometido con dolo eventual, agravado
por haber sido cometido con un arma de fuego, en concurso real con el de
portación de un arma de guerra sin la debida autorización legal, atenuado
por ser legítimo tenedor.
II.- Cuestiona la parte la calificación asignada al evento pues
en lo que respecta a la figura prevista en el artículo 79 del Código Penal, a
su criterio, no están acreditados los elementos cognoscitivo y volitivo que
integran el concepto de dolo. También sostiene que no es de aplicación la
calificante prevista en el artículo 41 bis del citado texto legal, que su pupilo
no portaba el arma sólo la trasportaba y que desconocía que era considerada
de “guerra”.
III.- Durante la investigación se determinó que el 25 de
octubre de 2014, pasadas la 0.55 horas, T. G. R. y sus amigos F. M. S., A. I.
R. y J. I. M. ocupaban el rodado marca …….., dominio ……., conducido
por M..- G. R. estaba sentado en el asiento del acompañante, mientras que
S. y R.lo hacían en el trasero, el primero del lado izquierdo y el restante del
derecho.
Cuando circulaban por la calle ………… y a escasos metros de
su intersección con la avenida …… de esta ciudad, se disparó la pistola
marca ……., de calibre 40 ……., serie nro. ……. propiedad de S., que en
ese momento era manipulada por aquél. Como producto de ello G. R., que
estaba mirando para atrás fue lesionado, falleciendo a las 1.35 horas de ese
mismo día (ver declaraciones del inspector A. E. R. a fs. 2/3, del oficial N.
R. K. a fs. 7/8, del subinspector J. M. A. a fs. 13/14, de J. I. M. a fs. 41 y
71/73 y A. I. R. a fs. 43 y 68/70 y autopsia de fs. 78/91).
Además se estableció que el arma funcionaba correctamente y
que había que ejercer sobre la cola del disparador una presión de alrededor
3 kilogramos de fuerza para efectuar un disparo (ver fs. 141/151). También
que M. transitaba a una velocidad normal, que previo a la detonación no
hubo ninguna maniobra brusca y que el damnificado y el imputado tenían
una excelente relación de amistad (ver fs. 41, 43, 68/70, 71/73 y 74/75).
IV.- El juez Julio Marcelo Lucini dijo:
Sentado lo expuesto, corresponde analizar si estamos frente a
un delito de homicidio simple cometido con dolo eventual, o frente a uno
imprudente como postula el apelante.
Al respecto, debo señalar que en la causa nro. 49997/13 de esta
Sala “T., L. A.”, resuelta el 30 de octubre de 2013 he dicho que
“…establecer el alcance del dolo eventual pertenece a las más importantes
tareas que presenta la práctica y, el caso singular, ofrece siempre difíciles
problemas de delimitación. Incluso su terminología ha generado
discusiones pues se ha afirmado que “no existe en sí el dolo eventual, si es
dolo. Lo que es eventual es la producción del resultado, pero no el dolo en
sí” (Donna, Edgardo Alberto, “Derecho Penal, Parte General, Tomo II,
pág.571, Editorial Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2008).
La frontera del dolo eventual y la culpa consciente puede
trazarse de muy distintas maneras. En ambos existe un determinado
elemento intelectivo, apenas diferenciable entre sí: la posibilidad de
producción del resultado indiferente o incluso no deseado está presente en
el autor tanto en uno como en otro caso. Por ello, se deben encontrar
elementos de delimitación que sobrepasen el mero saber acerca de la
posibilidad, sea en el plano intelectual o en el emocional (Maurach - Zipf,
“Derecho Penal, Parte General, Tomo 1, págs.386 y ss., Editorial Astrea,
Buenos Aires, 1994).
Distintas teorías han explicado la diferencia entre dolo
eventual y la culpa consciente, entre ellas, las de la “representación o de la
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posibilidad”, de la “probabilidad”, del “consentimiento”, haciendo


hincapié algunas en el elemento intelectivo del dolo y otras, en el volitivo.
Las posiciones mayoritarias en materia de dolo eventual se
consideran “mixtas” pues toman en forma parcial los criterios de las
teorías de la representación y del consentimiento y, por lo tanto, atienden
tanto al elemento cognoscitivo como al volitivo del dolo. En cuanto al
primero, en lo sustancial, exigen que el autor se represente al resultado
como “posible” o con un “alto grado de probabilidad” y, en relación al
segundo, una relación de voluntad entre el autor y el resultado que no
implica que el sujeto lo “quiera” sino que alcanza que se “conforme” o
“acepte” su realización (Donna, Edgardo, ob. cit., pág.580)…”
Conforme lo expuesto y teniendo en cuentas las circunstancias
que rodearon el hecho, entiendo que la calificación escogida por el Sr. Juez
de Instrucción resulta ajustada a derecho.
Los testimonios de J. I. M. y A. I. R. desvirtúan lo alegado por
el indagado en cuanto a que G. R. le había peticionado insistentemente que
mostrara el arma.
M. refirió que mientras conducía escuchó que el damnificado
dijo “no jodas que me da miedo, vamos a chocar”, restándole importancia
porque pensaba que le iban hacer una broma. A los pocos minutos aquél
nuevamente expresó mirando hacia atrás “no que me da miedo”, tras lo
cual escuchó una explosión y al girar la cabeza observó que G. R. estaba
lesionado (ver fs. 71/73).
Por su parte, R. sostuvo que una cuadra antes de arribar al
domicilio del procesado, esté extrajo el arma del estuche ante lo cual el
damnificado le refirió “guarda eso que me da miedo”. Acto seguido oyó un
estruendo y vio un fogonazo (ver fs. 68/70).
Lo expuesto, descarta que la detonación hubiera ocurrido por
un accionar de la propia víctima cuando recibía la pistola por parte del
imputado, tal como alega la parte, pues M. y R. no escucharon que se la
pidiera ni cuando estaban en el rodado ni con anterioridad. Además, las
frases expresadas por G. R. desechan esa posibilidad. Por el contrario,
autoriza sostener que S. estaba manipulando el arma y que en ese contexto
se disparó.
Así, por el lugar en que desplegada su conducta, la que él
mismo calificó como inapropiada, sumado a que no había controlado
previamente que estuviera descargada, o colocados los seguros
correspondientes, me permite afirmar que tenía conocimiento del daño que
podría ocasionar. Más aún cuando se trata de una persona que tenía mucha
experiencia en el manejo de armas, pues reconoció que era aficionada a la
caza deportiva desde los doce años junto con su padre (ver también fs.
68/70 y 71/73).
Esto es, se representó como posible o altamente probable el
resultado y, sin embargo, no cesó con su accionar.
El agravio de la defensa en cuanto a que su asistido no
“portaba” la pistola marca ……., calibre 40 ……., serie nro. ……., sino que
únicamente la “transportaba”, no tendrá acogida favorable. En tanto,
conforme lo detallado precedentemente, se estableció que la llevaba consigo
en un lugar público y en condiciones inmediatas para su uso, cuando carecía
de la pertinente autorización (ver fs. 15 donde obra una copia de la
credencia nro. ……. de tenencia de la citada arma expedida por el Registro
Nacional de Armas a su nombre).
En cuanto al resto de los cuestionamientos introducidos por la
parte respecto a la asignación jurídica, toda vez que el procesado se
encuentra en libertad y no afecta otros institutos, por aplicación del
principio iuria novit curia y lo dispuesto en el artículo 401 del código
adjetivo, no corresponde que me expida ya que es la etapa de juicio la más
adecuada para analizarlos en profundidad.
Así voto.
V.- El Dr. Ricardo Matías Pinto dijo:
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La parte cuestionó la calificación asignada y postuló que la


conducta de su asistido encuadra en el delito de homicidio culposo.
También alegó que no estaba probada la portación, porque S.
transportaba el arma en su estuche y dentro de una bolsa. Además, estaba
autorizado para tener la pistola marca ……., calibre 40 ……., serie nro.
……..
El cuestionamiento de la calificación no tiene entidad para
afectar la libertad del procesado por cuanto esta ha sido otorgada el 26 de
octubre de 2014 -tal como surge del Lex 100-, la competencia del Tribunal
o la acción penal, por lo cual este agravio no puede tener recepción por
cuanto la calificación es provisoria (artículo 401 del CPPN), y la adoptada
luce razonable. Sin perjuicio de que la pedida aparece como una hipótesis
subsidiaria que debería ponderarse en otra etapa del proceso.
En cuanto a la portación comparto los argumentos de mi colega
preopinante, en tanto aún pese a haber sido momentánea lo cierto es que el
indagado portó el arma sin estar autorizado.
Por lo cual, ante la unidad de acción entre los delitos y sin
perjuicio de la regla concursal, y la calificación que en definitiva
corresponda, adhiero en lo sustancial el voto que precede.
Así voto.
Por todo lo expuesto, el Tribunal RESUELVE:

Confirmar el punto I del auto de fs. 162/181 en todo cuanto


fue materia de recurso

Se deja constancia que el juez Mario Filozof, titular de la


vocalía nro. 16, no interviene en la presente por hallarse en uso de licencia
al momento de celebrarse la audiencia y que el Dr. Ricardo Matías Pinto lo
hace en su condición de juez subrogante de la vocalía nro. 3 (artículo 109
del RJN).

Regístrese y notifíquese. Fecho, devuélvase la causa al juzgado


de primera instancia, sirviendo lo proveído de atenta nota de envío.
Julio Marcelo Lucini Ricardo Matías Pinto
Ante mí:

María Martha Carande


Secretaría de Cámara

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