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La productividad no consiste en hacer cosas por el hecho de hacerlas. La gente que tiene un
interés especial en ser más productiva, lo hace por diferentes razones que suelen estar
ligadas a algún compromiso interno más profundo: ser un mejor profesional, disponer de más
tiempo para estar con los suyos, tener una vida menos estresante, etc.
Seguramente, el ejercicio más importante que puedes hacer para dar dirección y significado a
tu vida es encontrar tu propósito. Saber cuál es tu propósito te permite ser el director de tu
propia vida, establecer prioridades reales sobre las acciones que vas a realizar y decir que
no a cosas que te alejan de aquello que quieres. También te permite enfocarte en lo
importante y recuperar el control después de una crisis. Es, por lo tanto, la declaración que
sustenta tu productividad.
No es extraño, pues, que David Allen anime a los usuarios de su metodología Getting Things
Done a establecer diferentes niveles de perspectiva, a diferente altura, empezando por su
propósito de vida. Realizar constantemente acciones que no están alineadas con nuestro
propósito produce una desagradable sensación de vacío.
Pero, ¿cómo puedes encontrar tu propósito de vida? No es sencillo, requiere mucha reflexión
y plantearse la preguntas adecuadas. Mi amigo y asesor José Miguel Bolívar me cuenta que
las sesiones de coaching en las que se dedica a ayudar a sus clientes a definir su propósito
de vida pueden durar perfectamente una o dos horas, pero que el resultado final es siempre
increíblemente motivador para ellos. Según él, el propósito de vida es algo continuo, no
empieza ni se completará nunca y tiene que ver con lo que haces y con lo que sientes. Debe
ser una frase o lema que responda a las preguntas ¿qué?, ¿cómo? y ¿para qué o quién?
No soy ningún experto en la materia, pero aquí tienes una serie de preguntas que suelen
ayudar:
Otros autores simplemente recomiendan que cojas una hoja en blanco y escribas lo primero
que te venga a la cabeza. Una pequeña frase. Vuelve a leerla, añade algo que falte, quita algo
que sobre. Repite el proceso hasta que sientas que te identificas plenamente con esa frase.
No te preocupes si no obtienes el resultado deseado después de 50 intentos. Sé
perseverante.
Por supuesto, en necesario decir que debes hacerte estas preguntas sin pensar en los que los
demás quieren o esperan de ti. Se trata de que vivas tu vida, no la que otros quieran que
vivas.
Una vez que tienes claro cuál es tu propósito, es mucho más fácil poder satisfacerlo y tener
una vida más gratificante. Ve bajando por los siguientes niveles. Define tu visión, objetivos y
áreas de responsabilidad, de modo que tus proyectos y acciones de cada día estén alineados
con todos ellos.