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TERCERIZACION LABORAL
EN COLOMBIA
Tercera Actividad – Derecho Laboral

Universidad Militar Nueva Granada


Programa de Administración de Empresas
Bogotá, 24 de febrero de 2016

Maria del Pilar Mateus Muñoz


Código d0103936
QUE ES LA TERCERIZACIÓN

Tercerización es cuando una empresa


delega en otra parte de sus actividades,
esto puede tener mejoras impositivas y de
maximización de recursos, ejemplo: una
empresa productora de insumos terceriza
la distribución y logística al crearse esta
división la empresa madre delega en ella
esta actividad diluyendo su
responsabilidad, hasta cierto punto, hoy
existen limitaciones a la tercerización
laboral ósea que la empresa madre
también es responsable solidariamente
como laboral a la empresa tercerizada que quiere decir esto si la empresa tercerizada
desaparece la empresa quien pidió la tercerización a ella es responsable de los empleados
de esta.
La palabra tercerización se conoce por expresión en inglés “outsourcing”, La tercerización
se trata de la modificación económica y social que puede afectar a los países que han ido
evolucionando desde las últimas fases de la Revolución Industrial, debido a que
la empresa mueve o distribuye los procedimientos para así poder cumplir las actividades
de una empresa que se realizan por medio de un contrato. La tercerización se da más que
todo en los casos de la subcontratación de las empresas especializadas.

En la tercerización sólo contratan al personal, debido a que los bienes los ofrece el
beneficiario ya sea las instalaciones del hardware y software. Incluso, se puede decir que
la tercerización nace por las exigencias del mercado, debido a que cada vez se ponen más
exigentes, pero la tercerización permite que el desarrollo en una organización pueda
pasar mediante la contratación a otras empresas o contratistas, además tienen el
propósito de aumentar la calidad de sus trabajos logrando reunir las actividades
relacionadas de manera directa con su negocio central.

Una vez que conozcas las normativas que dirigen estas características, permitirá que más
empresas puedan beneficiarse de los recursos de la tercerización. Pero también se refiere
al desarrollo del peso económico del sector de servicios, debido a que es una
predisposición del capitalismo contemporáneo que las actividades de servicios cada vez
habitan una disposición mayor de la población económicamente activa y efectúan un
porcentaje de crecimiento del producto, es decir, la creación de bienes y servicios.
COMO FUNCIONA EL MODELO DE TERCERIZACIÓN EN
COLOMBIA

Cualquier forma de tercerización laboral que se realice en el país debe darles un trato
igualitario a todos los trabajadores de una empresa, aclara el Ministerio del Trabajo.
La cartera advirtió que está prohibida cualquier figura que desmejore las condiciones de
los colaboradores.
“Los empleadores que utilicen de forma errada la figura, violando derechos laborales tanto
de carácter individual como colectivo, se exponen a multas que pueden llegar hasta los
cinco mil salarios mínimos legales mensuales vigentes”, afirma Enrique Borda Villegas,
viceministro de Relaciones Laborales e Inspección.
El funcionario también explica que el principio general, legal y constitucional sobre el
trabajo es que cada empleado debe prestar su servicio en forma regulada por un contrato
directo de trabajo. (Encuentre más de 40.000 ofertas de empleo)
“Un empresario no puede tercerizar para acabar los sindicatos, desvincularlos de la
seguridad social o crear condiciones de desigualdad con los otros trabajadores, pues no
puede bajar las garantías de los mínimos derechos”, recalca Borda Villegas.
Más de la mitad de los trabajadores en Colombia no tienen un contrato laboral, es decir,
sus patrones no son responden por su seguridad social, no tienen posibilidad de
agremiarse y no tienen estabilidad en su empleo. Esta clase de explotación de la mano de
obra es la que llamamos tercerización.
A finales de 2008, más de diez mil corteros de caña de azúcar iniciaron una huelga en las
plantaciones del Valle del Río Cauca contra las condiciones en las cuales desarrollaban su
trabajo, los obreros eran contratados a través de más de 100 cooperativas de trabajo
asociado y no tenían posibilidad de aspirar a una negociación colectiva con sus patrones
pues no tenían ninguna relación laboral con los ingenios.
Desde entonces, los levantamientos de los trabajadores han tenido un factor recurrente:
la tercerización laboral. El año pasado, los trabajadores de Pacific Rubiales y Ecopetrol en
Puerto Gaitán luchaban por lo mismo: mejoras salariales ajustadas a las ganancias de la
industria petrolera, estabilidad laboral y contrato laboral directo. De igual manera
podemos citar los casos de los seis mil trabajadores de la palma africana en Puerto Wilches,
los obreros del carbón en la Jagua de Ibirico y los trabajadores atuneros de Seatech en
Cartagena.
Esta lucha por un contrato laboral es la misma que desarrollaron los trabajadores de las
bananeras a principios de Siglo XX, masacrados en diciembre de 1928 para reprimir la
huelga. Las conquistas obtenidas en las décadas posteriores se vienen perdiendo desde
finales de los años 80.
¿Qué es la tercerización?

En julio de 2011, las centrales obreras colombianas –CTC, CGT y CUT– y el Programa País
de la FNV (Central Sindical de Holanda) realizaron en Bogotá el Seminario Internacional
contra la Tercerización Laboral, definiendo esta como una transferencia de actividades a
otra empresa o contratista.
Pero la tercerización es algo más que la reorganización de una cadena de producción, es
todo un mecanismo de los empresarios para aumentar la explotación de la mano de obra
y reducir los costos laborales, a través de figuras jurídicas por medio de las cuales contratan
a destajo por cortos períodos de tiempo a los trabajadores, evaden su responsabilidad de
aportar a la seguridad social y debilitan su derecho a la asociación. La tercerización es una
manera de eliminar los derechos laborales y diluir la relación patrono/trabajador, suprime
la estabilidad laboral e impide el derecho de
asociación.
En la actualidad los empresarios recurren a distintas
formas de tercerización: empresas de servicios
temporales (EST), cooperativas de trabajo asociado
(CTA), agencias de empleo, contrato sindical,
sociedades por acciones simplificadas (SAS)y órdenes
de prestación de servicios, entre otras.

La tercerización y el ‘modelo’ neoliberal


La intención de la burguesía es siempre aumentar sus ganancias, para lo cual debe reducir
el número de trabajadores y sus ingresos. Esta meta dependerá de la respuesta de los
trabajadores, de sus niveles de organización y de capacidad para luchar.
Esto ocurrió en los comienzos del capitalismo y durante el Siglo XX, los burgueses siempre
han intentado ‘flexibilizar’ el trabajo. No hay un ‘modelo’ malo de la burguesía, el
neoliberal, y un ‘modelo’ bueno, el proteccionista. Lo que existe es una lucha entre
trabajadores y burgueses, unos por aumentar sus ganancias y otros por mejorar sus
condiciones de existencia.
En esta lucha, los trabajadores sufrieron una derrota a escala internacional con la caída
de los Estados Obreros a finales del decenio de los 80, lo que permitió que la burguesía
ajustara sus normas para hacer más ‘flexible’ el trabajo, esto es, para permitir despidos
masivos en las empresas, formas de contratación temporal y una relación laboral indirecta.
En el caso de Colombia, desde finales de los 80 la burguesía inició una ofensiva legislativa
que buscaba la ‘flexibilidad’ laboral con el pretexto de aumentar la productividad de las
industrias nacionales y de hacer más atractivo el país para la llegada de las transnacionales
que buscaban establecerse en países con mano de obra barata.

Legalización de la ‘flexibilidad’ laboral


En 1989 se crea el Régimen General de Trabajo Asociado, reglamentado al año siguiente
para permitir la creación de Organizaciones de Trabajo Asociado y Cooperativas de
Trabajo Asociado. De inmediato, los empresarios comenzaron a crear estas cooperativas
que les permitían vincular a sus trabajadores sin contratos, sin prestaciones sociales, sin
pagos de parafiscales e incluso sin tener que garantizar el salario mínimo.
Entre 2000 y 2005 fue el ‘boom’ de la tercerización, las CTA pasaron de ser el 21% del total
de cooperativas a ser el 46,1%, de 732 pasaron a 2.980 y de tener un promedio de 75
‘socios’ en promedio pasaron a tener 160, es decir, de 55.496 socios se pasó a
378.933.Para el 2006, 451.869 colombianos estaban empleados a través de CTA, de los
cuales el 70% ganaba menos del salario mínimo, para este año existían ya 3.296
cooperativas.
Antes de esta normatividad existían las Empresas de Servicios Temporales, que vieron
afectados sus ingresos por la proliferación de las nuevas formas de contratación. En 2004
estas empresas lograron la expedición de la Circular 067, firmada por el Ministerio de la
Protección Social y la Superintendencia de Economía Solidaria, que advertía a las CTA para
que no realizaran intermediación laboral en servicios propios de las EST.
Pero ninguna de estas circulares, algunas de ellas concertadas con las centrales obreras,
detuvo el crecimiento de la tercerización laboral hasta 2003, cuando comienza a disminuir
la creación de nuevas CTA por la saturación del mercado laboral.
En 2006, Álvaro Uribe Vélez, presionado por los fondos de pensiones y la entidades de
salud, anunció un decreto para reglamentar las CTA, frente al cual Julio Roberto Gómez,
Secretario de la Confederación General del Trabajo, CGT, manifestó que es “un hecho
positivo que el Presidente de la República haya garantizado que las cooperativas de
trabajo asociado no pueden seguir haciendo intermediación laboral y por ello celebramos
ese decreto”. Tres años después el panorama era igual y se pasó del 47% al 40% de los
trabajadores con contrato a término indefinido.
Por ello, en septiembre de 2008 los corteros de caña abren un ciclo de luchas en las que
los trabajadores sin formas de organización sindical, sin contratos laborales y sin apoyo de
las centrales obreras –que actúan más como mediadores entre los trabajadores y el estado
y no como organizadores de las luchas– se lanzan a la huelga y la movilización por lograr
un contrato laboral con las mínimas garantías.

¿Y las centrales?
Las iniciativas de las centrales obreras en Colombia han apuntado a una campaña mundial
orientada por la Confederación Sindical Internacional, CSI, a la cual se encuentran afiliadas
todas las centrales colombianas. Esta campaña por el ‘trabajo digno o decente’ tiene como
objetivo aumentar el número de sindicalizados de manera formal en concertación con los
gobiernos.
Su premisa fundamental es la lucha contra el ‘modelo’ neoliberal no contra el capitalismo,
por lo cual las actividades de esta campaña no se centran en organizar a los trabajadores
para la movilización y en la coordinación continental o global de las luchas sino en la
afiliación de los trabajadores tercerizados a los sindicatos existentes.
El objetivo de las centrales frente al Gobierno de Santos es: “Eliminar las Cooperativas de
Trabajo Asociado; garantizar la estabilidad laboral de los 120 mil provisionales; garantizar
el derecho de asociación y de negociación colectiva de los empleados públicos; garantías
para ejercer la actividad sindical y respeto a los derechos humanos y políticas de empleo
y trabajo decente”. Y su sustento fue que la Casa Blanca condicionó el desarrollo del
Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia a la eliminación de las CTA.
El Gobierno Santos no tuvo ninguna dificultad en expedir el Decreto 2025 de 2011, por
medio del cual se estableció que para efectos de la Ley 1429 de 2010 se entiende como
tercerización el envío de trabajadores en misión para prestar servicios a empresas o
instituciones. De esta manera cumplía su acuerdo con Obama y demostraba que las
solicitudes de las centrales son inocuas mientras no se exija la eliminación de toda forma
de tercerización y la obligatoriedad de que toda contratación sea directa.

Con o sin garantías, los trabajadores luchan


Las luchas de los trabajadores en los últimos tres años, desde la huelga de los corteros de
la caña hasta el levantamiento de los trabajadores petroleros en Pacific Rubiales, son la
demostración de que la clase obrera puede luchar con o sin garantías. Desde luego que
bajo una normatividad que brinde garantías mínimas de asociación y estabilidad laboral,
las condiciones serían más favorables, pero el ejemplo que dieron los trabajadores
tercerizados es que aún es las peores situaciones contractuales pueden luchar.
El problema ha sido que sus luchas han quedado aisladas, pues no están en la agenda de
las centrales y los sindicatos de sus ramas. Peor aún: cuando las masas de trabajadores se
movilizan, estas organizaciones llegan a proponer su papel de intermediarios con el
Gobierno e intentan llevar estas luchas a una mesa de ‘concertación’, en lugar de activar
una campaña de solidaridad con esos levantamientos y huelgas.
¿Qué hubiese sido de las luchas de los corteros con al menos una jornada nacional de
protesta de la CUT o de las luchas de Puerto Gaitán con un paro de al menos 24 horas en
Barrancabermeja y Cartagena por parte de la USO?
Por ello, la lucha contra la tercerización y la precarización del trabajo no se logra con
campañas financiadas por las burocracias sindicales internacionales y menos aún por los
gobiernos imperialistas europeos, sino con la movilización y la organización de los
trabajadores. Esta debe ser una de las banderas que debemos agitar en las calles el
próximo Primero de Mayo.

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