Professional Documents
Culture Documents
TALLER
“TEXTO INFORMATIVO”.
Área de castellano
ESTANDAR:
DESEMPEÑO:
INDICADORES DE DESEMPEÑOS:
ACTIVIDADES
Competencia interpretativa
El perro
La mujer acostada
El caballo
2. ¿Qué opinan algunos de los entrevistados? por ejemplo:
3. Competencia argumentativa
TALLER
“TEXTO INFORMATIVO”.
Área de castellano
ESTUDIANTE: ________________________________
EL VANDALISMO
Como las estatuas de Botero no pueden pedir auxilio, algunos se aprovechan. Desde su
inauguración, hace poco más de un año, las enormes estatuas son víctimas de un abuso
permanente que las tiene deterioradas y, a algunas, incompletas.
A El perro, por ejemplo, le faltan los bigotes; y a La mujer acostada, su pequeño espejo, donde se
miraba la nariz y los ojos. Todas, sin excepción, sufren la hediondez de los orines y los
excrementos. El hedor se percibe con una fuerza a mediodía, cuando sus carnes metálicas se
calientan y el efluvio asciende sin piedad.
Jacinto Trespalacios, un fotógrafo costeño que se gana la vida tomando instantáneas, asegura que
más de una vez sus clientes, casi todos turistas, han tenido que aguantarse la respiración mientras
posan al lado de los monumentos. El hombre cuenta y señala un montón de excrementos debajo
del estomago de El caballo, una de las esculturas sobre la Avenida Bolívar, entre el Museo de
Antioquia y la iglesia Veracruz.
Casi todas las obras de la plazoleta tienen rayones, leyendas con dedicatorias de amor y corazones
atravesados con flechas sangrantes. Algunas cicatrices son tan profundas que parecen que fueran
a traspasar la piel de bronce de los gigantescos muñecos.
Claudia Patricia Marques, vendedora de tinto, cuenta que, en el día, los policías vigilan la zona y
todo marcha bien. El problema, advierte, es después de las diez de la noche.
A esa hora, dice la señora, los pillos se montan en las esculturas y debilitan las piezas pequeñas
para intentar desprenderlas. Eso pasó el viernes en la madrugada: por casi dos horas alguien
forcejeó con La mujer acostada hasta que le robó su pequeño espejo. Nadie vio nada.
Lo grave es que al desgaste de las obras se suma el abandono general de la plazoleta, cuyo piso
está reventado en diferentes sitios, al igual que varios de sus bolardos.
El asunto, se lamenta Diego Moncada, un comerciante de la zona, es que las mismas autoridades
encargadas de hacerle mantenimiento al lugar incurren en abusos. Según el ciudadano, los carros
de Empresas Varias que lavan los monumentos dos veces a la semana parquean los camiones
cisterna sobre el piso peatonal, resquebrajando las plaquetas.
Justamente, hace un mes, un carro de Empresas Públicas de Medellín estropeó la base de una de
las estatuas por culpa de su conductor, que retrocedió más de la cuenta y embistió la estructura,
mientras varios técnicos disponían un arreglo navideño en la fachada del Museo de Antioquia.
Un borrachito que merodea la zona asegura que, en las madrugadas, acosadas por la suciedad y el
abandono, algunas estatuas comentan entre sí que están aburridas de tantos rayones, asqueadas
de sentirse orinadas y, sobre todo, hartas de tanto descuido.
Dice el viejo, al que la gente conoce como “Siete Leguas”, que los monumentos le han dicho que,
si por ellos fuera, ya habrían cogido bus para regresarse a Europa.
ACTIVIDADES
Competencia interpretativa
El perro
La mujer acostada
El caballo
4. Lee el siguiente cuento de Horacio Quiroga “un hombre muerto” y construye una
noticia, ten en cuenta los siguientes interrogantes a la hora de realizar tu texto:
¿A quién le sucedió?
¿Qué sucedió?
¿Cuándo sucedió?
¿Dónde sucedió?
¿Cómo sucedió?
EL HOMBRE MUERTO
Horacio Quiroga
El hombre y su machete acababan de limpiar la quinta calle del bananal. Faltábanles aún dos
calles; pero como en éstas abundaban las chircas y malvas silvestres, la tarea que tenían por
delante era muy poca cosa. El hombre echó, en consecuencia, una mirada satisfecha a los arbustos
rozados y cruzó el alambrado para tenderse un rato en la gramilla. Mas al bajar el alambre de púa
y pasar el cuerpo, su pie izquierdo resbaló sobre un trozo de corteza desprendida del poste, al
tiempo que el machete se le escapaba de la mano. Mientras caía, el hombre tuvo la impresión
sumamente lejana de no ver el machete de plano en el suelo.
Ya estaba tendido en la gramilla, acostado sobre el lado derecho, tal como él quería. La boca, que
acababa de abrírsele en toda su extensión, acababa también de cerrarse. Estaba como hubiera
deseado estar, las rodillas dobladas y la mano izquierda sobre el pecho. Sólo que tras el antebrazo,
e inmediatamente por debajo del cinto, surgían de su camisa el puño y la mitad de la hoja del
machete, pero el resto no se veía.
El hombre intentó mover la cabeza en vano. Echó una mirada de reojo a la empuñadura del
machete, húmeda aún del sudor de su mano. Apreció mentalmente la extensión y la trayectoria
del machete dentro de su vientre, y adquirió fría, matemática e inexorable, la seguridad de que
acababa de llegar al término de su existencia. La muerte. En el transcurso de la vida se piensa
muchas veces en que un día, tras años, meses, semanas y días preparatorios, llegaremos a nuestro
turno al umbral de la muerte. Es la ley fatal, aceptada y prevista; tanto, que solemos dejarnos
llevar placenteramente por la imaginación a ese momento, supremo entre todos, en que lanzamos
el último suspiro. Pero entre el instante actual y esa postrera expiración, ¡qué de sueños,
trastornos, esperanzas y dramas presumimos en nuestra vida! ¡Qué nos reserva aún esta
existencia llena de vigor, antes de su eliminación del escenario humano! Es éste el consuelo, el
placer y la razón de nuestras divagaciones mortuorias: ¡Tan lejos está la muerte, y tan imprevisto
lo que debemos vivir aún! ¿Aún...?
No han pasado dos segundos: el sol está exactamente a la misma altura; las sombras no han
avanzado un milímetro. Bruscamente, acaban de resolverse para el hombre tendido las
divagaciones a largo plazo: se está muriendo. Muerto. Puede considerarse muerto en su cómoda
postura. Pero el hombre abre los ojos y mira. ¿Qué tiempo ha pasado? ¿Qué cataclismo ha
sobrevivido en el mundo? ¿Qué trastorno de la naturaleza trasuda el horrible acontecimiento?
El hombre resiste -¡es tan imprevisto ese horror!- y piensa: es una pesadilla; ¡esto es! ¿Qué ha
cambiado? Nada. Y mira: ¿no es acaso ese el bananal? ¿No viene todas las mañanas a limpiarlo?
¿Quién lo conoce como él? Ve perfectamente el bananal, muy raleado, y las anchas hojas
desnudas al sol. Allí están, muy cerca, deshilachadas por el viento. Pero ahora no se mueven... Es
la calma del mediodía; pero deben ser las doce. Por entre los bananos, allá arriba, el hombre ve
desde el duro suelo el techo rojo de su casa. A la izquierda entrevé el monte y la capuera de
canelas. No alcanza a ver más, pero sabe muy bien que a sus espaldas está el camino al puerto
nuevo; y que en la dirección de su cabeza, allá abajo, yace en el fondo del valle el Paraná dormido
como un lago. Todo, todo exactamente como siempre; el sol de fuego, el aire vibrante y solitario,
los bananos inmóviles, el alambrado de postes muy gruesos y altos que pronto tendrá que
cambiar...
¡Muerto! ¿Pero es posible? ¿No es éste uno de los tantos días en que ha salido al amanecer de su
casa con el machete en la mano? ¿No está allí mismo con el machete en la mano? ¿No está allí
mismo, a cuatro metros de él, su caballo, su malacara, oliendo parsimoniosamente el alambre de
púa? ¡Pero sí! Alguien silba. No puede ver, porque está de espaldas al camino; mas siente resonar
en el puentecito los pasos del caballo... Es el muchacho que pasa todas las mañanas hacia el
puerto nuevo, a las once y media. Y siempre silbando... Desde el poste descascarado que toca casi
con las botas, hasta el cerco vivo de monte que separa el bananal del camino, hay quince metros
largos. Lo sabe perfectamente bien, porque él mismo, al levantar el alambrado, midió la distancia.
¿Qué pasa, entonces? ¿Es ése o no un natural mediodía de los tantos en Misiones, en su monte,
en su potrero, en el bananal ralo? ¡Sin duda! Gramilla corta, conos de hormigas, silencio, sol a
plomo... Nada, nada ha cambiado. Sólo él es distinto. Desde hace dos minutos su persona, su
personalidad viviente, nada tiene ya que ver ni con el potrero, que formó él mismo a azada,
durante cinco meses consecutivos, ni con el bananal, obras de sus solas manos. Ni con su familia.
Ha sido arrancado bruscamente, naturalmente, por obra de una cáscara lustrosa y un machete en
el vientre. Hace dos minutos: Se muere.
El hombre muy fatigado y tendido en la gramilla sobre el costado derecho, se resiste siempre a
admitir un fenómeno de esa trascendencia, ante el aspecto normal y monótono de cuanto mira.
Sabe bien la hora: las once y media... El muchacho de todos los días acaba de pasar el puente.
¡Pero no es posible que haya resbalado...! El mango de su machete (pronto deberá cambiarlo por
otro; tiene ya poco vuelo) estaba perfectamente oprimido entre su mano izquierda y el alambre
de púa. Tras diez años de bosque, él sabe muy bien cómo se maneja un machete de monte. Está
solamente muy fatigado del trabajo de esa mañana, y descansa un rato como de costumbre. ¿La
prueba...? ¡Pero esa gramilla que entra ahora por la comisura de su boca la plantó él mismo en
panes de tierra distantes un metro uno de otro! ¡Ya ése es su bananal; y ése es su malacara,
resoplando cauteloso ante las púas del alambre! Lo ve perfectamente; sabe que no se atreve a
doblar la esquina del alambrado, porque él está echado casi al pie del poste. Lo distingue muy
bien; y ve los hilos oscuros de sudor que arrancan de la cruz y del anca. El sol cae a plomo, y la
calma es muy grande, pues ni un fleco de los bananos se mueve. Todos los días, como ése, ha visto
las mismas cosas.
...Muy fatigado, pero descansa solo. Deben de haber pasado ya varios minutos... Y a las doce
menos cuarto, desde allá arriba, desde el chalet de techo rojo, se desprenderán hacia el bananal
su mujer y sus dos hijos, a buscarlo para almorzar. Oye siempre, antes que las demás, la voz de su
chico menor que quiere soltarse de la mano de su madre: ¡Piapiá! ¡Piapiá!
¿No es eso...? ¡Claro, oye! Ya es la hora. Oye efectivamente la voz de su hijo... ¡Qué pesadilla...!
¡Pero es uno de los tantos días, trivial como todos, claro está! Luz excesiva, sombras amarillentas,
calor silencioso de horno sobre la carne, que hace sudar al malacara inmóvil ante el bananal
prohibido.
...Muy cansado, mucho, pero nada más. ¡Cuántas veces, a mediodía como ahora, ha cruzado
volviendo a casa ese potrero, que era capuera cuando él llegó, y antes había sido monte virgen!
Volvía entonces, muy fatigado también, con su machete pendiente de la mano izquierda, a lentos
pasos. Puede aún alejarse con la mente, si quiere; puede si quiere abandonar un instante su
cuerpo y ver desde el tejamar por él construido, el trivial paisaje de siempre: el pedregullo
volcánico con gramas rígidas; el bananal y su arena roja: el alambrado empequeñecido en la
pendiente, que se acoda hacia el camino. Y más lejos aún ver el potrero, obra sola de sus manos. Y
al pie de un poste descascarado, echado sobre el costado derecho y las piernas recogidas,
exactamente como todos los días, puede verse a él mismo, como un pequeño bulto asoleado
sobre la gramilla -descansando, porque está muy cansado.
Pero el caballo rayado de sudor, e inmóvil de cautela ante el esquinado del alambrado, ve también
al hombre en el suelo y no se atreve a costear el bananal como desearía. Ante las voces que ya
están próximas -¡Piapiá!- vuelve un largo, largo rato las orejas inmóviles al bulto: y tranquilizado al
fin, se decide a pasar entre el poste y el hombre tendido que ya ha descansado.
INSTITUCIÓN EDUCATIVA GERMÁN PARDO GARCÍA
TALLER
“Importancia de los signos de puntuación”
Área de castellano
ESTUDIANTE: _________________________________
La Ortografía es importante. Y los signos de puntuación también. Son factores que dan
cohesión a un texto. Fíjate en cómo puede cambiar un testamento.
“Se cuenta que un señor, por ignorancia o malicia, dejó al morir el siguiente
testamento sin signos de puntuación:
EL TESTAMENTO
«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará
la cuenta al sastre nunca de ningún modo para los Jesuitas todo lo dicho es mi
deseo».
El sobrino Juan
El hermano Luis
El sastre
Los Jesuitas
4. cada grupo leerá el testamento después de haberle puesto los signos de puntuación.
5. Finalmente el juez dará su veredicto
SOLUCIÓN A LA ACTIVIDAD
Dejo mis bienes a mi sobrino Juan, no a mi hermano Luis. Tampoco, jamás se pagará la
cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas.
Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.
¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? ¡No! A mi hermano Luis. Tampoco, Jamás se
pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es
mi deseo. Facundo.
¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Se
pagará la cuenta del sastre? Nunca, de ningún modo. Para los Jesuitas todo. Lo dicho
es mi deseo. Facundo.
Esta lectura ocasionó grandes escándalos y para poner orden, se acudió a la autoridad.
Ésta consiguió establecer la calma y después de examinar el escrito, dijo en tono severo:
En tal virtud, y no resultando herederos para esta herencia, queda incautada en nombre
del Estado, y se da por terminado este asunto
INSTITUCIÓN EDUCATIVA GERMÁN PARDO GARCÍA
TALLER
“La lectura despierta nuestra imaginación”
Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una
parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca
paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en
espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la
mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente,
se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños,
formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el
anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá
formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un
primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente
incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin
esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños
inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una
escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta
casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón.
Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la
parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el
pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el
segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie.
(Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación
necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese
especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos
hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe
de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.
AREA DE CASTELLANO
GRADO OCTAVO
ESTANDAR:
DESEMPEÑOS:
Percibe el sentido global de los diferentes tipos de textos leídos, la intención del
autor y los elementos que presenta el contexto en el que se desarrolla.
Disfruta y analiza obras de la literatura colombiana asumiendo una visión crítica.
INDICADORES DE DESEMPEÑOS:
2. Las siguiente son las principales características del romanticismo universal, las cuales
se encuentran también en el romanticismo colombiano:
Todavía
¿Y es esto amor? ¿El pasó de los años,
la luz de la razón, los desengaños,
no han borrado el poder de la pasión?
El beso de la esposa, criatura
no tan bella cual tú, pero más pura
¿no ha borrado del tuyo la impresión?
Rafael Núñez
3. Completa el siguiente esquema conceptual :
EL ROMANTICISMO
Es un
“ser modernos es encontrarnos en un entorno que nos promete aventuras, poder, alegría, crecimiento, transformación
de nosotros y del mundo. Pero, paradójicamente, al mismo tiempo, la modernidad amenaza con destruir todo lo que
tenemos, todo lo que sabemos, todo lo que somos… la modernidad es la unidad de lo desunido”.
6. Tras creación de poema a comic: ilustrar por medio de un dibujo cada una de las
estrofas del poema: “infancia” de José Asunción Silva. (visualización de las imágenes
poéticas).
7. Escribe un texto (mínimo de dos párrafos) donde nos cuente que expresa el poeta en
este poema y que características del modernismos encuentras en el.
Nota: Las actividades deben ser entregadas en un trabajo escrito. Debe prepararse para
sustentación oral.
GRADO: NOVENO
ESTANDAR:
DESEMPEÑO:
INDICADORES DE DESEMPEÑO:
2. La publicidad es definida por sus creadores como “la técnica que busca persuadir
al mayor número de personas en el menor tiempo posible para impulsarlas a que
adquieran los beneficios de productos o servicios anunciado”.
¿Qué es la publicidad?
La publicidad es la actividad que fija o indica los medios más adecuados para atraer la
atención sobre determinado producto o servicio, es una actividad empresarial de carácter
comunicativo que se manifiesta en la existencia de mensajes llamados anuncios. Ella es
indispensable para la competencia empresarial y la agilización del consumo. Su función
más importante es crear la necesidad de adquirir los productos anunciados, provocar y
regular la demanda.
La función del mensaje verbal es la de fijar los significados del mensaje visual que
siempre son polisémicos. Esta función se denomina anclaje porque guía la identificación
de la imagen y la interpretación.
El mensaje visual
El texto visual tiene características diferentes del texto verbal. Los signos visuales no se
encadenan uno detrás del otro como en la lengua, sino que aparecen de manera
simultánea. La complejidad del mensaje visual hace que se estudien sus componentes
por niveles:
INFORMACIÓN DEL PRODUCTO: Texto(s) que amplían y precisan los beneficios del
producto.
LOGO: símbolo o figura formada por letras, abreviaturas, etc., identifica el producto o la
empresa.
Los valores simbólicos: estos valores son aquellos que no son propios del objeto sino
de la forma como la sociedad califica el objeto. ¿Cómo cobra valor simbólico determinado
producto? Para esto, debe promocionarse:
Más el envase que el contenido: por ejemplo, en la publicidad de ropa donde lo que se
promociona es la marca: “La ventaja de ser Everfit”.
El efecto que el producto causa en los demás, más que la utilidad que puede brindar: por
ejemplo, en la publicidad televisiva de Baileys.
Las ansiedades y necesidades ocultas: en toda sociedad existen temas que se ocultan,
especialmente los relacionados con el cuerpo y sus funciones filosóficas o los que tienen
relación con los medios (la soledad, el ridículo, la muerte, etc.) la publicidad utiliza todos
los recursos para fomentar esa ansiedad que producirá una necesidad mayor que a su
vez se traducirá en una compra.
Tipos de publicidad:
Este hace alusión a la imagen, esta es intransitiva pues cumple la función de llegar al receptor y
quedarse en su memoria, con el fin de persuadir al consumidor mediante la evocación del objeto.
También es transitiva puesto que desempeña la función del arte, significarnos a nosotros mismos,
representando las relaciones entre los objetos del mundo objetivo al margen de la sensibilidad. Al
respecto Benveniste ”ve en ella un sistema deficiente y enormemente idioléctica, que la convierte
en un estilo, de acuerdo con la inspiración de quienes lo concibieron”. Pues esto depende de los
intereses que persiga el agente publicitario.
En este caso el cartel publicitario de JET presenta una imagen visual: la cual representa unos
niños surrealistas, a través de lo Kinesico es decir la expresión de sus rostros y el movimiento del
cuerpo, reflejan la flexibilidad, alegría, diversión necesaria para jugar el juego volteretas que
promociona esta compañía. De igual manera vemos la mimesis a través de la diversión que
experimentan los niños al jugar, aquí este sentimiento universal se mercantiliza por medio de los
productos de JET.
SIGNIFICANTE LINGÜÍSTICO
El signo lingüístico se encarga de relacionar el concepto del cartel publicitario con la imagen
acústica, tal como lo propone Saussure quien suscita que las palabras tienen un componente
material que sería el significante y un componente mental refiriéndose a la idea que representa el
significante, a este lo denomino significado. De manera que la unión de estas dos conforma el
signo.
En el caso del cartel publicitario que estamos analizando podemos encontrar una serie de
características que lo hacen único, permitiendo que el producto que se está ofreciendo cale en la
mente del niño y logre persuadirlo para generar demanda.
- Marca:
Teniendo en cuenta que la marca es una denominación verbal o grafica que le da
distinción a un producto para ser diferenciada en el mercado y que se convierte en el lugar
de paso obligado entre el anuncio y la realidad tratada permitiendo construir el mensaje de
persuasión. Podemos decir que Chocolates Jet se ha posicionado en el mercado como una
marca líder en golosinas de chocolate, garantizando a quienes las consumen la
autenticidad de su producto, “bienestar”, “calidad y placer”.
Chocolates Jet, le está vendiendo al niño un mundo mágico en el que puede vivir un sin
fin de sucesos atractivos, que pueden ser posibles solo mediante el consumo de sus
productos, por tal motivo está utilizando como estrategia de mercadeo el siguiente
eslogan “vive una nueva aventura, divirtiéndote con Jet”. Vendiendo al enunciatario la
idea que el chocolate es diversión.
Un buen diseño del logotipo logra que la empresa sea reconocida posicionándose en el
recuerdo de sus consumidores, de esta manera ellos van a inclinarse por comprar sus
productos antes que los de la competencia lo que genera fidelidad y lealtad por parte de sus
clientes.