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"De dónde venimos.../ Del mundo campesino del que venimos es del que
sabemos/ Del mundo campesino del que venimos es del que podríamos hablar.../
Nuestras manos son grandes y callosas, trabajamos con machete, hacha,
motosierra, canalete y palanca.../ Esa es nuestra historia, esa es nuestra verdad./
Hace 300 años fueron los antiguos violentamente arrancados del África y
cruelmente arrojados en América; hoy somos nosotros violentamente arrancados
de nuestros campos y cruelmente arrojados en Quibdó.../
Presentación
Introducción
Conclusiones y Recomendaciones
Anexos
Introducción
El año 1998 finalizó con los anuncios del Presidente de la República, Andrés
Pastrana, sobre un plan gubernamental para la paz a partir de diálogos directos al
más alto nivel con los actores armados. Durante 1999, se observaron las
consecuencias de diálogos no fluidos, entrabados por toda clase de intereses y
atravesados por la dinámica armamentista.
Durante todo el año, se mantuvo el área de distensión(6) solicitada por las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC- en cinco municipios de sus
zonas de influencia, mientras las conversaciones permanecieron congeladas por
falta de acuerdos en torno de: a) La conformación de una comisión de
verificación en la zona de distensión, propuesta que recibió la negativa de las
FARC; b) La falta o no de medidas del Estado frente al paramilitarismo y c) El
canje de militares retenidos por guerrilleros detenidos en diferentes cárceles del
país. Entre tanto, cientos de personas procedentes de los municipios de la zona
desmilitarizada, se vieron obligadas a desplazarse a diferentes lugares del país
como defensa ante los atropellos y amenazas contra la población civil.
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Alrededor del 30% de los desplazados en 1999 hizo parte de éxodos masivos.
Los departamentos más afectados por estos desplazamientos fueron en su orden:
Bolívar, Córdoba, Valle del Cauca, Norte de Santander, Antioquia, Santander,
Chocó, Sucre y Magdalena(12). Las causas inmediatas estuvieron relacionadas con
acciones de los grupos armados y sus repercusiones regionales - amenazas,
masacres, asesinatos selectivos y enfrentamientos bélicos que afectaron a la
población civil o sus bienes -.
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Durante 1999, la Defensoría del Pueblo registró 402 masacres con 1.863
víctimas. Esto indica un aumento drástico respecto a 1998 (235 masacres), 1997
(286 masacres) y el periodo 1991-96 (152 masacres en promedio) (13). El número
total de personas asesinadas aumentó en un 36% respecto a 1998(14). La
participación mayoritaria de grupos armados que hacen parte del conflicto, indica
que estos crímenes se han consolidado como estrategia de guerra.
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En varias ocasiones, cuando la población fue afectada por la acción de los grupos
armados y se vio en necesidad de desplazarse, la respuesta del Ejército agravó la
situación en lugar de brindar protección a los civiles. En los primeros días de
septiembre de 1999, aproximadamente 500 campesinos de la región limítrofe
entre Yalí y Yolombó (Antioquia) se desplazaron por las amenazas de los grupos
de autodefensa, que durante varios días habían librado combates con guerrilleros
del ELN. Varios helicópteros oficiales hicieron ametrallamientos para asegurar la
entrada por tierra de las tropas de la XIV Brigada, obligando a los campesinos a
huir por la zona montañosa(27).
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Sobre este tema, diversas investigaciones señalan que en las regiones donde
persisten conflictos sociales complejos, el desarraigo de la población campesina
tiene implicaciones sobre la tenencia de la tierra, las estrategias de acumulación
de la riqueza, la especulación con terrenos productivos o de valor potencial y,
eventualmente, la implantación de nuevos modelos de desarrollo. Esto último es
más grave cuando la presión de los grupos armados es ejercida sobre
comunidades afrocolombianas e indígenas cuyas tierras ancestrales están aún en
proceso de formalización legal(32).
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El Plan nacional de desarrollo 1998-2002 tiene como eje central la política de paz
del gobierno, a partir de la cual se estructura el llamado Plan Colombia. Se
conocen aspectos parciales del mismo, redactados de acuerdo con los diversos
sectores que pueden aportar recursos para la puesta en práctica de cada uno de
sus aspectos, pero no se conoce aún una versión completa.
El Plan Colombia, tal como está descrito en el documento oficial "Cambio para
construir la paz", adelantaría inversiones en infraestructura, agricultura y en el
sector social dentro de tres estrategias que se consideran complementarias: a) El
plan especial para las zonas afectadas por el conflicto y la violencia; b) El
programa de desarrollo alternativo para la sustitución de cultivos ilícitos y c) La
política de atención a la población desplazada. Esta última plantea, en el corto
plazo, proveer adecuada atención humanitaria a las víctimas, generar condiciones
para el retorno a sus lugares de origen o el establecimiento en la comunidad de
asentamiento con alternativas que les permitan llevar una vida digna.
No se ha definido aún fuente y el monto de los recursos para cada uno de los
componentes del Plan Colombia, cuyo texto oficial(38) hace énfasis en el
fortalecimiento de la capacidad militar de las Fuerzas Armadas para la
erradicación de los cultivos ilícitos. En relación con esto, el Comité de
Relaciones Exteriores del Congreso de los Estados Unidos(39) estudió una
solicitud de ayuda adicional a Colombia por US$1.500 millones que incluye: 945
millones para las Fuerzas Armadas; 50 para alternativas económicas en las zonas
de cultivos ilícitos; 70 para apoyar la aplicación de la ley, los DH y la paz. Este
rubro cubre 7 áreas, una de las cuales es la ayuda a la PDV. De la suma destinada
a las Fuerzas Armadas, al menos US$740 millones son para el Ejército, lo que
implica un cambio profundo en la estrategia de ayuda militar estadounidense para
las operaciones antinarcóticos.
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Desde el punto de vista del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, del
Derecho Internacional Humanitario y de la Constitución política de Colombia, es
evidente que la responsabilidad frente al fenómeno del desplazamiento forzado
por el conflicto interno, le compete al Estado. Así ha quedado consignado en la
normatividad que se ha venido construyendo sobre el tema, particularmente
desde 1995(41).
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Sobre estos aspectos, observamos que hasta ahora se cuenta con avances
normativos importantes. Las dificultades se encuentran en el desarrollo de los
instrumentos formulados, en la coordinación entre las entidades comprometidas y
en las asignaciones presupuestales. También es evidente que el Estado debe
buscar el concurso de la sociedad civil, en condiciones de participación real y
efectiva, para atender el problema con algún grado de eficiencia.
Se espera que la RSS supere los obstáculos señalados al contar con una estructura
sólida y delegaciones en todo el país para el desarrollo de sus programas.
Igualmente, esta entidad debe enfocar los programas como una política de Estado
para asegurar una continuidad de los procesos acorde con la magnitud y
complejidad del DI. Sin embargo, aspectos clave como la prevención del mismo,
la protección a las víctimas y la reparación de los derechos vulnerados a la PDV,
exceden el papel y la naturaleza de esa entidad. Estos aspectos requieren de
compromisos explícitos y acciones inmediatas del poder Ejecutivo en cuanto a la
Fuerza Pública, la administración de justicia y la inversión social en las regiones.
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Durante la primera semana del mes de junio, el Sr. Olara Otunnu, representante
especial del Secretario general para niños y niñas y conflicto armado, visitó
nuestro país. El Sr. Otunnu manifestó su profunda preocupación por la grave
situación que vive la población en desplazamiento y en su informe oficial
manifestó:
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Algunos casos de retornos acompañados por ONGs nacionales(70) han sido objeto
de estigmatización por parte de las autoridades por considerar que se quiere
evadir y limitar la autoridad pública en beneficio de los guerrilleros. Casos
lamentables como el de San José de Apartadó dan cuenta de ataques
paramilitares a comunidades en retorno que se declararon como Comunidades de
paz y en neutralidad frente al conflicto.
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Desde el retorno de los campesinos a la zona del sur de Bolívar a finales de 1998,
no han cesado las incursiones de las autodefensas ni sus operativos de control
sobre las vías terrestres y fluviales. En el primer mes fueron asesinadas unas 110
personas y quemadas 689 viviendas.
En Monterrey, con algo más de mil habitantes y todas las necesidades básicas
insatisfechas, está el centro comercial de la coca en el sur de Bolívar, donde se
mueven por lo menos US$3.5 millones de dólares al mes, según estimativos de
algunas autoridades regionales. Los paramilitares exigieron a los compradores de
base de coca centrar sus transacciones en los corregimientos de Monterrey y
Pozo Azul.
Tras una reunión el 9 de mayo de 1999 con representantes del Ministerio del
Interior, se llegó a un acuerdo para el retorno de los campesinos. Se definió que
para verificar la presencia de bases paramilitares en los municipios de San Pablo,
Simití y Santa Rosa (Bolívar) se establecería una comisión con representantes de
la Procuraduría, la Defensoría, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los DH y Organizaciones no Gubernamentales, bajo la coordinación
del Ministerio. Los resultados serían entregados a la comisión de impulso de los
Derechos Humanos del Gobierno. También se acordó una reunión con
representantes del Gobierno para evaluar la marcha del Plan de Desarrollo
Integral del Magdalena Medio, sur de Bolívar y el Valle de Cimitarra.
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Sin embargo, en junio de 1999 los avances concretos en torno al pliego no fueron
suficientes para llevar a cabo la primera fase del retorno. La RSS se comprometió
a ejercer un papel más eficiente en la coordinación de las entidades estatales y
programas de gobierno para el DI. Entre junio y agosto se concretaron contratos
y aportes para el programa de vivienda, los proyectos ecoproductivos, la Casa de
la Justicia, la Titulación colectiva y los mecanismos de protección.
En primer lugar, el reconocimiento como sujetos del proceso social que está en la
base de la decisión por deslindar la vida comunitaria de las acciones de los
grupos armados. No se trata solamente de medidas obligadas por la situación de
conflicto para evitar convertirse en blanco de uno u otro actor armado. Está
ligado a un proyecto de vida, a una concepción de la justicia social y a una
conciencia del derecho de reparación como víctimas del desplazamiento
forzado(82).
A pesar de las denuncias hechas por las organizaciones sociales de la región, las
Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá -ACCU- siguen dominando todo
el Atrato sin que se hayan tomado medidas efectivas para neutralizarlos. Las
ACCU tienen restringido el paso de alimentos, combustible y medicinas contra el
paludismo. También controlan la venta de arroz, la extracción de madera, obligan
abandonar los sembrados por donde transita la guerrilla y prohiben la circulación
de lanchas después de las seis de la tarde(89).
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En cuanto a los programas de vivienda de interés social para los desplazados, aún
no han sido reglamentadas las condiciones y requisitos a ser aplicados a la luz de
la ley 418 de 1997, así como las nuevas orientaciones de la política de paz del
Gobierno. Tampoco se cuenta con una partida presupuestal específica para
atender las necesidades de vivienda de esta población.
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Entre los puntos críticos señalados por el señor Deng para una estrategia integral
de atención al DI en Colombia, están:
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3.1.4. Oficina de Enlace del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Refugiados -ACNUR-
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Seis días después y tras los pedidos de colaboración para el esclarecimiento del
crimen que hizo el gobierno regional del País Vasco, la Policía capturó a 9
integrantes de las AUC como posibles responsables. En represalia, los
paramilitares amenazaron con quemar el corregimiento Las Mercedes (Quibdó) y
asesinar a sus habitantes, a quienes acusaron de haber entregado la información a
la Policía. Como consecuencia, 70 familias (alrededor de 400 personas) se vieron
obligadas a desplazarse hacia la cabecera municipal(103).
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Desde las parroquias como base social se recogen los datos y se llevan los
registros de personas y de familias. La sección de Movilidad Humana de la
Conferencia Episcopal cuenta con una base de datos bastante completa y
detallada a partir de la cual se han facilitado las proyecciones estadísticas y los
mapas de zonas de expulsión y de recepción. Este sistema está siendo estudiado
en las Mesas de Trabajo sobre el desplazamiento en las ciudades de Bogotá y
Neiva.
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3.4. Conclusiones
4. Conclusiones y recomendaciones
En este aspecto es necesario que el Estado ejecute estrategias cuyo resultado sea
la protección efectiva y real de los derechos humanos. El respeto por el derecho
internacional humanitario debe promoverse y exigirse a todos los actores
armados.
8. Es necesario que todos los órganos del Estado den prioridad a la atención a la
población desplazada, dentro de sus competencias institucionales. Con ese
propósito se hace necesario que se definan responsabilidades al interior de cada
institución, y que éstas se asuman y cumplan. Se trata de que la voluntad política
se plasme en acciones concretas y eficaces.
9. El Estado y la opinión pública deben sensibilizarse frente al fenómeno del
desplazamiento forzado. Es necesario cambiar la mentalidad de considerar a las
personas desplazadas solamente como población pobre y comprender que se trata
de víctimas de violaciones de derechos humanos. Esta concepción debe permear
el tratamiento a la población desplazada y la atención ofrecida.
17. En toda circunstancia, los derechos fundamentales de las personas deben ser
protegidos por el Estado y los actores armados están obligados a respetar a la
población civil en su conjunto, independientemente su declaración de neutralidad
y de las formas organizativas adoptadas, y de que, de manera voluntaria, busquen
albergue en lugares de recepción, rurales o urbanos, sean estos considerados
zonas neutrales o no.
20. Las soluciones duraderas que se ofrecen a la población desplazada deben ser
viables económicamente, integrales de manera que constituyan una alternativa
real para la población desplazada, oportunas de manera que las personas pueden
restablecer sus proyectos de vida. En todos los casos se deben ofrecer alternativas
bajo la perspectiva de voluntariedad, dignidad e integralidad. La protección debe
ser un componente de las soluciones duraderas, como elemento fundamental de
su eficacia.
23. Para lograr que la estrategia de retorno avance hacia verdaderas Soluciones
Duraderas para la población desplazada, se debe partir de una juiciosa evaluación
de los resultados de experiencias anteriores, y de la forma como el Estado ha
garantizado, o no, las condiciones básicas de voluntariedad, protección, dignidad,
reparación y de no repetición.
29. La relación entre el Estado, la comunidad internacional y las ONG debe ser
dinámica y abierta. Las relaciones no deben estar politizadas. Es necesario que en
el marco del respeto por la autonomía de cada uno, se abran espacios de
interlocución y coordinación que redunden en una atención más eficaz a la
población desplazada. En todas las direcciones, es necesario construir relaciones
de confianza y recuperarlas, allí donde se han deteriorado.
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Anexo 1
La Mesa de Trabajo sobre Desplazamiento Forzado de Bogotá(110), realizó en
noviembre de 1999 un diagnóstico sobre el tema del registro. En ese momento,
señaló acerca de los trámites requeridos por la administración distrital:
Las declaraciones deben ser tomadas por una sola entidad, la cual se debe
hacer cargo del proceso de seguimiento, sin exponer a la población a tener
que rendir varias declaraciones. La persona declarante debe tener acceso a
una copia de la declaración que hace bajo juramento.
La RSS debe dar a conocer los criterios que viene adelantando en la
práctica para definir la condición de persona desplazada.
Quienes presenten declaraciones sobre desplazamiento forzado tienen
derecho a conocer su expediente y sustentar su situación de
desplazamiento antes de ser rechazado o excluido del Sistema Nacional de
Inscripción. Para ejercer ese derecho, tendrán la asesoría de las ONG de
DH. y de las propias organizaciones sociales de desplazados.
Los mecanismos institucionales de seguimiento y asesoría en la condición
de desplazado, se concentran en verificar la información suministrada por
la persona declarante. Se propone que en lugar de ello, busquen establecer
las causas, consecuencias y actores responsables del desplazamiento, con
el fin de valorar la vulneración de los derechos y la reparación e
indemnización a la cual haya lugar(112).
En la verificación del lugar de procedencia y de los hechos que originaron
el desplazamiento, deben ser consultadas las entidades locales,
organizaciones eclesiales y comunitarias que son el referente más cercano
a la persona desplazada.
La atención debe prestarse de manera adecuada, en horario permanente y
por personal capacitado, como psicólogos, trabajadores sociales,
sociólogos.
Se debe partir del principio de buena fe del declarante para que no sea un
impedimento el acceso a la atención de emergencia y que ésta sea
realmente inmediata.
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Anexo 2
En varias zonas del departamento los grupos guerrilleros destruyeron las bases de
la Fuerza Pública y prohibieron a la población prestar cualquier tipo de apoyo o
servicio a sus miembros. Al tiempo que las estaciones del Ejército y la Policía
eran abandonadas en siete municipios y tres corregimientos, al menos 2.000
campesinos salieron de sus tierras con rumbo a Cúcuta y otras poblaciones
vecinas.
Los desplazados se asentaron en tres sectores cercanos a las laderas del río,
donde colocaron carpas e improvisaron toldos para protegerse de la intemperie.
Salvo la cercanía del río que les permitía acceso al agua dulce, no existía ninguna
otra facilidad que les garantizara mínimas condiciones sanitarias para permanecer
en el lugar. Para el día 8 de junio, los campesinos manifestaron que, salvo un
grupo de la Guardia Nacional venezolana que los reubicó fuera de las Fincas
aledañas y después se marchó, no había presencia de otras autoridades militares o
civiles. Al lugar llegaron, en primer lugar, representantes de los medios de
comunicación y de organizaciones de Derechos Humanos, quienes recogieron la
información necesaria para movilizar al gobierno regional.
Después de informar sobre los derechos que protegen a los refugiados y las
posibilidades de solicitar refugio al gobierno venezolano, las organizaciones
elaboraron una lista de 105 personas que manifestaron su deseo de solicitar asilo
al gobierno venezolano. Estas personas temían por su vida debido al conflicto
interno de Colombia y el avance de los grupos paramilitares en la zona de Tibú,
específicamente en la población de La Gabarra, lugar de dónde provenía el grupo
mayoritario de la comunidad. Dichos nombres fueron remitidos a la ACNUR y a
la Dirección de Derechos Humanos de las Fuerzas Armadas, el día 9 de junio de
1999.
Las autoridades del Estado de Zulia acordaron trasladar a los desplazados hasta
un Comando ubicado en "Casigua El Cubo", donde se registraron los datos de
todas las personas. Inicialmente, el vocero de los campesinos informó que todos
pedirían refugio puesto que no había seguridad ni protección para retornar por los
enfrentamientos entre la guerrilla y los paramilitares. Como Venezuela no tiene
reglamentado el derecho al refugio, los desplazados no tuvieron acceso a algún
procedimiento que les facilitara o les brindara la oportunidad de hacer
formalmente dicha solicitud, hecho que contribuyó a debilitar la voluntad de no
regresar a Colombia(119).
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Anexo 3
La cuenca del río Sinú tiene especial importancia por articular ecosistemas de
importacia biológica y socio cultural. La parte alta corresponde al Parque
Nacional 'Nudo de Paramillo', de características únicas en el continente, donde
habitan grupos indígenas de la etnia Êbêra-Katio. En la parte media, existía una
fuerte tradición indígena (etnia Zenú) y campesina de aprovechamiento de las
inundaciones periódicas alternando la agricultura con la pesca. En la cuenca baja
hay importantes extensiones de bosque de mangle, que han sido aprovechadas
para la extracción forestal y la pesca.
Después de varios lustros de atraso, y habiendo sido descartada una de las fases
del proyecto, el Gobierno reactivó la construcción de la represa en 1992
argumentando la necesidad de fortalecer el sistema de generación de energía
eléctrica del país. En realidad, aquella fue una crisis de disponibilidad de energía
como consecuencia de la sequía por el 'fenómeno del niño'. Esto coincidió con el
proceso de cambios en la legislación ambiental derivados de la constitución de
1991, que conducirían al mecanismo de las licencias ambientales previas y las
consultas con las comunidades afectadas por proyectos de infraestructura.
Según datos del censo de 1995, el pueblo êbêra-katío del alto Sinú está
conformado por unas 444 familias (2.500 personas). En 1998, los cabildos
indígenas interpusieron una acción de tutela buscando el respeto a los
procedimientos de consulta, indemnización y compensación establecidos por la
Ley. La Corte Constitucional amparó los derechos de las comunidades y ordenó a
la empresa propietaria del proyecto realizar consultas y negociaciones con las
comunidades afectadas. En sentencia posterior, la jurisprudencia se extendió a las
comunidades campesinas de la cuenca media. Con la sentencia, se suspendió el
llenado del embalse y se conminó al Ministerio del Medio Ambiente a no
conceder licencia para esta fase y la de operación del complejo, mientras no se
llenaran los requisitos de ley(122).
A finales de diciembre pasado tres asesores del Cabildo Mayor que hizo parte de
actividades de apoyo en la negociación de participación en beneficios (1996) y en
el proceso de presentación de la tutela, abandonaron el país por amenazas
reiteradas de los paramilitares. Unas semanas después de que no fuera posible
llegar a un acuerdo sobre participación en beneficios, la casa de gobierno de la
comunidad fue incendiada por manos criminales.
El 1º de octubre de 1999, las AUC enviaron una carta a los ministros de Minas,
Medio Ambiente, Interior, al presidente de Urrá S.A. y a varios senadores de la
Comisión Quinta del Senado, exigiendo la autorización para el llenado del
embalse. En la comunicación sostienen que la posición de la comunidad indígena
obedece a la infiltración de la guerrilla por medio de dirigentes y asesores y
amenazan con "no permitir" que eso ocurra. La licencia ambiental fue aprobada
el 6 de octubre, con base en un decreto presidencial para la supresión de trámites.
Una porción minoritaria de la comunidad, los Êbêra del río Esmeralda, aceptó los
ofrecimientos hechos por la empresa durante la negociación. El Gobierno ha
presentado este resultado como expresión de una voluntad mayoritaria para
descalificar los argumentos de las comunidades de los ríos Verde y Sinú (70% de
la población). Estas consideran que las áreas de ampliación del resguardo
ofrecidas como compensación por la zona que va a quedar inundada, no tomaron
en cuenta las propuestas de la comunidad, son tierras de mala calidad que no
brindan condiciones de seguridad alimentaria y, por otra parte, se están
ofreciendo a los indígenas a título individual desconociendo el carácter colectivo
del territorio. De hecho, en estas zonas han estado asentados campesinos colonos
que ya abandonaron la producción. Allí sólo se podrían adelantar actividades de
recuperación forestal.
El Ministro del Medio Ambiente asegura que la licencia ambiental cumple con lo
indicado por la Corte Constitucional. El 28 de diciembre de 1999, un acto
administrativo del Ministerio de Minas ordenó disminuir el nivel de agua de la
represa mientras se completa el Proyecto de Reasentamiento que busca garantizar
la seguridad física, de vivienda y alimentaria de las familias afectadas. También
se ordena a la empresa Urrá S.A. entregar informes periódicos para constatar que
las aguas no invadan el territorio del resguardo. Con esto se confirma la
deficiente estructura de monitoreo sobre las condiciones hidrológicas, que es
fundamental para que el proyecto cumpla sus propósitos de regulación del caudal
en toda la cuenca.
Anexo 4
La región está conformado por 19 municipios con una población entre los
350.000 y 400.000 habitantes. Comprende parte de los departamentos de Bolívar,
Antioquia, Santander. La producción económica proviene de la pesca, la
ganadería, agricultura y la minería artesanal. De acuerdo con datos oficiales, en
esta región se encuentra la tercera mina de oro a cielo abierto en el mundo, de
donde se extrae el 42% de la producción colombiana.
El 11 de junio de 1998, los paramilitares de las ACCU montaron una base cerca a
San Pablo. Desde allí ampliaron sus acciones a varios puntos entre Simití y Santa
Rosa, manteniendo una fuerza de más de 300 hombres. El anuncio de este grupo,
de erradicar la guerrilla en la región, junto con la incursión a Cerro Burgos y una
serie de retenes implantados en la principales vías, provocaron el desplazamiento
de por lo menos 10.000 personas hasta Barrancabermeja en donde permanecieron
cerca de cuatro meses.
Hasta 1999, la mayor parte de las comunidades desplazadas había retornado a sus
asentamientos o se había reubicado en sitios cercanos a sus lugares de origen
estableciendo Comunidades de Paz. Las garantías de seguridad y protección han
sido escasas y el apoyo fundamental a los procesos ha sido de organizaciones no
gubernamentales nacionales e internacionales(124)
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Anexo 5
Sin embargo, se constata en este proceso que el municipio carece de una política
estructurada para la atención a la PDV. Estas deficiencias abarcan los aspectos
presupuestal, administrativo, de coordinación institucional y, sobre todo, de
concepción política y social. Si bien parte de la comunidad persigue el
reasentamiento agrario, el incumplimiento institucional y mismo proceso de
organización comunitaria conducen en dirección a la reintegración urbana.
Arriba
Comité editorial
Notas
1. "ONU pide apoyo para desplazados". El Espectador, 28 de octubre de 1999,
pág. 6A.. Reseña de una declaración del Representante del Secretario General de
las Naciones Unidas para los Desplazamientos Internos, Sr. Francis M. Deng.
3. United States Committee for Refugees (USCR) y Jesuit Refugee Service. "La
crisis de los desplazados internamente en Colombia. Un llamado para la
asistencia de los EE.UU. a las personas desplazadas colombianas, por siete
organizaciones eclesiales y humanitarias", febrero 1 de 2000, Washington D.C.
Este documento público menciona que de 284 municipios afectados por el DI en
1995, se llegó a 500 hacia finales de 1998 y las cifras de la población desplazada
por la violencia en Colombia exceden a la población desterrada en el conflicto de
Kosovo (antigua Yugoeslavia).
7. El Tiempo., 14 enero de 1999, pg. 3A. Después de una violenta arremetida que
costó la vida a 132 personas en los primeros días de enero, las Autodefensas
Unidas de Colombia enviaron una comunicación al presidente Pastrana
expresando su disposición para iniciar conversaciones con el Gobierno.
10. Boletín Codhes Informa Nº 28, "1999: Desplazamiento sin tregua", pág. 1-3,
febrero de 2000, Bogotá. Las cifras presentadas en este capítulo sobre número de
personas desplazadas, responsables del desplazamiento, municipios y regiones
afectados, corresponden al componente de monitoreo del Sistema de Información
sobre Desplazamiento Forzado y Derechos Humanos en Colombia. La red
nacional de información está compuesta por la Iglesia Católica, organizaciones
gubernamentales, no gubernamentales, del Estado y de la población desplazada .
La información es verificada mediante el seguimiento a información de prensa y
visitas de campo y corresponde a víctimas del desplazamiento registradas en los
sitios donde buscan refugio.
16. Ver la descripción de los casos de San Pablo (Bolívar) en la sección sobre
Retorno, reasentamiento y reintegración, y La Gabarra (Norte de Santander) en el
Anexo Nº 1.
17. Acuerdo con la Mesa Regional del Magdalena Medio de Trabajo Permanente
por la Paz. Pág. 1, 4 de octubre de 1998, Barrancabermeja, Declaración Pública
del Gobierno Nacional . Esta Mesa fue un mecanismo del éxodo campesino del
Sur de Bolívar y el Valle del Cimitarra para el diálogo con los representantes del
Gobierno nacional.
20. El avión fue obligado a aterrizar en la zona del Sur de Bolívar y se cree que
los rehenes se encuentran en la Serranía de San Lucas. Las presiones del Ejército
y las autodefensas para responder la acción del ELN han contribuido
notablemente a la intensificación de las acciones armadas en esa región.
29. Ver más adelante los comentarios sobre las Políticas de prevención del
desplazamiento.
30. Ver más adelante el caso del Sur de Bolívar y el anexo sobre el Alto Sinú.
34. Ver más adelante la sección 2.4.1, La Protección a las víctimas del
desplazamiento.
39. Sesión Nº 106 del 20 de octubre de 1999, Proyecto S 1758. Los datos
presentados son del documento de prensa del Senador Paul Coverdell, octubre 6
de 1999, en donde resume las provisiones de la Alianza Anti-drogas con
Colombia y la Región Andina.
40. Entidad creada el 1994 como un desarrollo institucional del Plan Nacional de
Rehabilitación. En 1997 se estructuró como un establecimiento público del orden
nacional, adscrito al Departamento Administrativo de la Presidencia de la
República. Sus objetivos fundamentales son: contribuir a mejorar las condiciones
de vida de la población más pobre y vulnerable; facilitar la participación de esta
en los programas sociales mediante esfuerzos conjuntos de las instituciones del
Estado, las entidades territoriales, las organizaciones no gubernamentales y de la
sociedad civil. La misión de la RSS está definida en cuatro áreas: promover el
avance de la descentralización, generar un mayor compromiso de las
comunidades locales en la gestión del desarrollo, consolidar modelos de
coordinación y control de las políticas gubernamentales, y promover la equidad.
En la actualidad, la RSS atiende 14 programas, uno de los cuales es el de la PDV.
41. Los componentes del Plan de Desarrollo de cada gobierno son desarrollados
por el Departamento Nacional de Planeación en documentos sobre políticas
específicas. Estos documentos son puestos a consideración del Consejo Nacional
de Política Económica y Social (CONPES). En 1995, a partir del 'Documento
Conpes' Nº 2804, se establecen las primeras líneas estratégicas para atender el
DI: prevención, atención inmediata, protección y consolidación/ estabilización.
Posteriormente, el CONPES ha aprobó el documentos Nº 2924/1997 con el que
se crea un Sistema Nacional de Atención a la PDV. El principal instrumento
jurídico para el manejo del tema es la ley 387/97, aún no completamente
reglamentada, mediante la cual se "adoptan medidas para la prevención del
desplazamiento forzado, la atención, la protección, consolidación y estabilización
socioeconómica de los desplazados internos por la violencia en la República de
Colombia".
42. Mediante los decretos 387 del 3 de marzo y 489 del 11 de marzo de 1999,
respectivamente.
46. Este lapso fue calificado por los desplazados como el 'limbo'. Uno de los
líderes que hace parte de la Mesa de Trabajo sobre desplazamiento en Bogotá,
expresó así la situación: "En este momento no tenemos ningún contacto con el
Gobierno. En el Ministerio del Interior no están dejando entrar desplazados. En la
RSS también está prohibida la entrada..." ("Nuestro compromiso es la
dedicación: apoyara a otras familias desplazadas, seguir buscando soluciones de
fondo", Revista Éxodo, Nº 12 , junio de 1999, pág. 26)
50. Una de las esferas del mandato del Representante del Secretario General de
las Naciones Unidas para los Desplazamientos Internos es el desarrollo de un
marco normativo que supere las deficiencias del derecho vigente en esta área.
Los Principios Rectores son un desarrollo del trabajo de compilación y análisis
de las normas jurídicas aplicables a las necesidades y derechos de los
desplazados internos, así como a los derechos y obligaciones de los Estados y la
comunidad internacional en cuanto a la protección y asistencia a las víctimas.
Los Principios pretenden orientar al Representante en el cumplimiento de su
mandato; a los Estados en su tratamiento del fenómeno de los desplazamientos; a
todas las demás autoridades, grupos y personas en sus relaciones con los
desplazados internos, y a las organizaciones intergubernamentales y no
gubernamentales en su respuesta a los desplazamientos internos.
54. Ver una descripción de este caso en el Anexo 2. Omisiones similares se han
denunciado en el Magdalena Medio (ver más adelante el proceso de retorno del
sur Bolívar y el Valle del Cimitarra), Chocó (ver el , donde las autoridades fueron
advertidas sobre inminentes incursiones de grupos armados y respondieron con el
silencio o el retiro de sus controles.
58. Sobre este tema ver: Hernandez E. Y Salazar, Marcela. ¨Con la esperanza
intacta: Experiencias comunitarias de resistencia civil no violenta¨. Oxfam.
Bogotá, 1999
63. En particular los deberes de los combatientes frente a los no combatientes, tal
como están descritos en el Artículo 3 común a los Protocolos de Ginebra
66. "El Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas
para Niños y Niñas y Conflicto Armado, termina su misión en Colombia".
Comunicado de prensa reproducido en la Revista Exodo, No. 13. Septiembre 99.
Pg. 16
70. Varias son las ONGs que acompañan este tipo de procesos: el Cinep, Minga,
Justicia y Paz, vienen desarrollando procesos pedagógicos de organización y
capacitación para que las comunidades puedan regresar y re-establecer en
condiciones básicasas de dignidad y protección.
71. Acuerdo con la Mesa Regional del Magdalena Medio de Trabajo Permanente
por la Paz., 4 de octubre de 1998, Barrancabermeja.
77. La ONG Justicia y Paz, organización miembro del GAD, cumple una
importante misión de acompañamiento y de protección a las comunidades en
retorno y facilita la interlocución con las autoridades locales y regionales.
80. Los objetivos de la Comisión Mixta de Verificación -CMV- son: verificar los
acuerdos entre las partes y y las condiciones de seguridad y protección en los
asentamientos de retorno; participar en acuerdos con los actores armados para el
respeto a la población; acompañamiento en el trayecto a los lugares de
asentamiento y presencia en ellos; divulgación pública de los acuerdos.
82. Los cinco Principios del Proyecto de Vida están orientados a lograr la
Autodeterminación, la Vida y la Dignidad. Se trata de la Verdad, la Libertad, la
Justicia, la Solidaridad y la Fraternidad como fundamentos de la opción
comunitaria en medio de la guerra.
84. Cada una de las personas que retornará a la cuenca del Cacarica asume un
compromiso público ante la comunidad de cumplir con las Normas de Vida.
86. Que comenzaría el 28 de noviembre, con grupos de 650 personas que saldrían
de Turbo (Antioquia) cada tres meses. Se construirán 418 casas en los albergues
Nueva Vida (antes Puerto Nuevo) y Esperanza en Dios (antes El Limón), ambos
en Chocó.
88. La parte baja del Atrato no es navegable desde 1998, debido a que el
fenómeno atmosférico de 'la niña' atrajo lluvias intensas sobre el Chocó. El
Gobierno nacional había destinado ese año una partida para adelantar el dragado
de las 19 bocas de desembocadura del río. Sin embargo, en febrero de 1999, la
población de Riosucio completó casi un año en emergencia sin que se realizaran
las obras. A raíz de un protesta realizada en octubre, los habitantes lograron el
compromiso del gobierno de enviar una draga, compromiso que no había sido
cumplido a mediados de noviembre.
90. Documento Conpes 3057- Plan de acción para la prevención y atención del
desplazamiento forzado- DNP-UPRU, nov 24/99. I.D.1 Acciones emprendidas
par el retorno, la reubicación y la estabilización socioeconómica. Pág 3
94. El Conpes aprobó la emisión de bonos agrarios por 60.500 millones con
destino a la asignación de subsidios para compra de tierras. Este monto hace
parte de un total de 83.600 millones para el programa de subsidios entre 1999 y
2003. La compra de tierras se hará a través del mercado, el Gobierno entregará el
50% del subsidio en bonos y el 20% en efectivo. El Beneficiario debería obtener
crédito para el 30% restante del costo.
95. Ver ANEXO 5
100. Por ejemplo, la ONG Peace Brigades International -PBI-, con sede en
Londres, mantiene un equipo en Colombia desde 1994 de unas 20 personas entre
observadores y acompañantes en Bogotá, el Magdalena medio y Urabá. Los
objetivos de PBI en Colombia, actuando por petición de ONG locales, son la
protección del espacio político de los defensores de DH y de la población
desplazada, así como la formación en temas de reparación psicosocial y
reconstrucción del tejido social.
107. "De humanos a desplazados, huellas de nunca borrar..." por Vilma Giraldo,
Laura Carreño y Sonia Rojas del departamento de Trabajo social, Universidad
Nacional.
108. Con este propósito hay entidades como Avre, -Corporación para el Apoyo a
víctimas de la violencia pro-recuperación emocional- organización miembro del
GAD.
115. El comandante de las AUC reconoció que el grupo había asesinado a unas
60 personas en al región y advirtió que tenía varias listas de 'simpatizantes' de la
guerrilla para ser 'ejecutados'. El Colombiano, 21 de julio de 1999, página 11c.
123. Unas 800 familias del río Jiguamiandó, Curvaradó y Murindó partieron
hacia la selva desde el comienzo de las incursiones paramilitares en Santafe de
Churima (1997). Construyeron refugios con la vegetación, reunieron a las
familias que se encontraban desperdigadas, establecieron pequeños cultivos
dispersos y una parte de los desplazados, los llamados resistentes, decidió
permanecer allí. En el grupo hay 58 niños y, por falta de atención médica, han
perecido 5. Se estima que otros 3.000 desplazados se encuentran en las selvas
cerca a los ríos Murrí, Arquía y Bebará. El temor a las acciones de los
paramilitares les impide salir para atender los cultivos, acudir a los hospitales o
abastecerse de productos.
125. El compromiso de no colaborar con los actores del conflicto armado fue
asumido por iniciativa de los lugareños con la asesoría de la Diócesis de
Apartadó.
127. Ver la publicación: El Tapón del Darién, agosto de 1999. Casa editorial El
Mundo, pág 4-5. Subrayado nuestro