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Relevancia y viabilidad

Los objetos cerámicos ocupan un singular espacio en el devenir histórico del

hombre, le ha acompañado a lo largo del tiempo, transformándose en base a sus

necesidades, a medida que el hombre modifica y es modificado por la cultura, así

también la cerámica.

Su importancia no solo es utilitaria, sino también su cualidad de documento

que manifiesta rasgos de las sociedades creadoras, he aquí la relevancia que tiene

para la antropología, al ser un texto interpretativo de las culturas.

Gracias a sus cualidades físicas, los objetos cerámicos han sobrevivido a los

momentos históricos en que fueron hechos, así, aunque en fragmentos, nos llegan

del pasado importantes datos que nos permiten reconstruir y describir el pasado y

de forma paralela procesos sociales contemporáneos que parecen estar ligados a

ellos.

La primera incursión de matices antropológicos acerca de la loza de Sayula,

fue la realizada por Isabel Kelly en la década de 1940, cuando sin esperarlo se

enfrentó a este fenómeno del que buscó aprender lo más posible, entrevistándose

con aquellos personajes que pudieran brindarle cualquier dato que esclareciera las

condiciones sociales e históricas donde la artesanía tuvo lugar.

Esos años fueron óptimos para recolectar la información de primera mano

que aún permanecía entre los pobladores, así también para reunir el material

cerámico que se conservaba. Sus manuscritos aun inéditos son un gran faltante en

la compresión de la cerámica mayólica sayulense.

 Por motivo de esta ausencia, académicos de otras áreas vieron una

oportunidad para exponer sus ideas, aportando valioso conocimiento, no obstante

al estar ausente la visión propia de la formación antropológica, puntos de interés

han pasado desapercibidos.

Para José Antonio González Alcantud “la antropología ha estado

defendiéndose de la invasión de competencias de historiadores y críticos de arte,

arqueólogos y semiólogos, etc. Sólo recientemente se han comenzado a invadir los

terrenos interpretativos de arte por parte de los antropólogos”. (Sanmartín, 2005 en

Alcantud, 2010: 185)

Hasta ahora en la búsqueda de información ha quedado fuera un elemento

transcendental para la antropología, y esto es la dimensión social de la loza de

Sayula. Se han abordado cuestiones estilísticas, decorativas, y técnicas que lindan

con la arqueología experimental, la historiografía o la historia del arte. Más de las

connotaciones sociales poco se ha dicho.

Entre las características que posee nuestro objeto de estudio se encuentra el

tipo de consumo del que fue sujeto durante el siglo XIX, cuando es ligado al clero y

familias con alto poder adquisitivo. La mayólica de Sayula posee un valor

significativo al tiempo de describir los procesos dinámicos de la sociedad en que fue

concebida. No se ha profundizado hasta el momento en las características de sus

consumidores, y lo que esto ha tenido como consecuencia para el devenir histórico-

social de estos objetos.

 La mayólica del Sayula nos ofrece un ejemplo de la diferencia de clase y sus

relaciones manifiestas en prácticas de consumo, consintiendo en una oposición de

los gustos o las posibilidades de bienes adquiridos; mientras las clases oprimidas

debían conformarse con un pocillo o material de segundo o tercer nivel, las clases

altas remozaban sus habitaciones con azulejería, poseían vajillas y piezas

personalizadas.

De estas relaciones no se ha dado cuenta en ninguna de las investigaciones

previas, es en ello que radica la importancia, ya que al estudiar esta dimensión se

complementará la información existente, para entender el fenómeno en un espectro

más amplio. Tomemos en cuenta “…que el arte precisamente posee un valor de

información notable, por su conducto, se descubrirán los elementos ocultos y

dinámicos de una sociedad, que de otro modo se escaparían”. (Bastide, 2006:60 en

González Alcantud, 2010:186)

A propósito de estas consideraciones es que en décadas recientes se ha

buscado la reproducción de piezas bajo el supuesto de rescatar una tradición

cerámica, comercializada al amparo del constructo simbólico sobre ella vertido.