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La guía para no perderse con las

elecciones de Estados Unidos


¿Cómo se elige al presidente? ¿Qué escándalos afectan a los
candidatos? Explicamos las claves de la jornada.

PABLO MAYO CERQUEIRO @pmayocer http://www.elespanol.com/


07.11.2016 02:14 h.
Este martes 8 de noviembre, la primera potencia mundial escoge a su nuevo comandante
en jefe, que según los sondeos será -independientemente de quién gane- el menos
querido de la historia del país. Ésta es la 'chuleta' necesaria para entender los
pormenores de la jornada electoral:

1. Aparte del nuevo ocupante de la Casa Blanca, ¿qué se elige este 8 de


noviembre?

Se renueva la Cámara de los Representantes (435 escaños) y un tercio del Senado (34 de
100), ambos bajo el control del Partido Republicano.

En la Cámara, los republicanos gozan de 30 escaños más que los demócratas, una
distancia difícil de salvar. La formación demócrata tiene más posibilidades de recuperar
el Senado, según los expertos, donde la ventaja del republicano Grand Old
Party (GOP) es de sólo diez asientos en el cómputo total. Pero únicamente son 34 los
escaños en liza estas elecciones: 24 están ocupados por senadores republicanos y diez
por demócratas.
Asimismo, una docena de estados y los territorios de Puerto Rico y la Samoa
Estadounidense celebran elecciones a gobernador. También se disputan la mayoría de
los asientos de los parlamentos estatales y hay comicios judiciales en buena parte del país
para elegir a figuras como jueces supremos estatales, por ejemplo. Incluso se votan
propuestas como subir el salario mínimo en Arizona o abolir la pena de muerte en
California.
37 estados permiten el voto por adelantado en las elecciones generales y en torno a 40
millones de personas ya han depositado su papeleta.

2. ¿Sólo se postulan Donald Trump y Hillary Clinton a la presidencia?

No. Si bien Donald Trump y Hillary Clinton representan a los dos grandes partidos tras
haber ganado sus respectivas primarias y ser coronados en sus convenciones nacionales,
hay otros aspirantes a presidir EEUU: Gary Johnson, del Partido Libertario; Jill Stein,
del Partido Verde; y el independiente Evan McMullin.

La web RealClearPolitics otorga en su promedio nacional de encuestas un 5% de


intención de voto a Johnson y un 2% a Stein. Por su parte, el exagente de la CIA McMullin
podría impedir que Trump venciera en Utah, el estado de los mormones y
tradicionalmente conservador.
En el sistema bipartidista estadounidense, alcanzar la Casa Blanca es una empresa ardua
para los candidatos ajenos a las formaciones hegemónicas. El único candidato
'alternativo' que quedó finalista en la historia de EEUU fue Theodore Roosevelt en 1912
cuando se presentaba por el recién fundado Partido Progresista, según NBC News.
Este año, Johnson, exgobernador de Nuevo de México, llegó a cosechar un 10% de apoyo
en las encuestas nacionales. Sin embargo, dos polémicas han golpeado su campaña. Al
inicio de septiembre, el libertario respondió “¿qué es Alepo?” cuando MSNBC le
preguntó acerca de la sitiada ciudad siria. Semanas después, Johnson no pudo
pronunciar nombre alguno cuando le pidieron que dijera un líder extranjero al que
admiraba.
El popular exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg jugueteó con presentarse como
candidato independiente, pero terminó descartando la idea por miedo a robar votantes
a Clinton y despejar el camino al Despacho Oval a Trump.

3. ¿Cómo se elige al presidente?

El presidente no se elige por voto directo, sino por medio de una estructura
llamada Colegio Electoral. En el año 2000, por ejemplo, Al Gore logró más papeletas en
el conjunto del país que su contrincante George W. Bush, pero éste ganó el Colegio
Electoral tras una decisión del Tribunal Supremo y se hizo con la presidencia.
Hay 538 'electores' -el resultado de sumar los miembros de la Cámara de Representantes
y el Senado-, que se reparten entre los estados atendiendo a su población. El número
mágico para convertirse en presidente es 270 votos electorales, por lo que los candidatos
pelean por conseguir una combinación de estados que los sitúe en ese umbral.

Aunque hay normas estatales al respecto, no existe legislación federal que prohíba a un
elector desobedecer al voto popular en su estado y respaldar a otro candidato. Sin
embargo, según el Archivo Nacional estadounidense, más del 99% de los electores han
votado por el candidato que les correspondía en la historia de la nación.

4. ¿Y si hay empate?

Si ningún candidato gana el Colegio Electoral, la responsabilidad de elegir al nuevo


presidente recae sobre la Cámara de Representantes, donde la delegación de cada estado
tiene un voto. El Senado escogería a su vez al vicepresidente, quien tomaría las riendas
del país de manera provisional si la Cámara no lograra seleccionar a un nuevo
comandante en jefe antes del 20 de enero, cuando el presidente toma posesión del cargo.

5. ¿Qué estados son los principales campos de batalla de las elecciones?


Como algunos estados son bastiones de determinados partidos, la lucha se concentra
especialmente en aquellos que pueden decantarse hacia un bando u otro, los
llamados swing states. Por ejemplo, Clinton puede asumir con tranquilidad que
California la apoyará, mientras que Trump tiene garantizado el respaldo del conservador
Alabama.
Este año, son estados competitivos Florida, Carolina del Norte, Nevada, Colorado, Ohio,
Iowa, Pensilvania, Virginia, New Hampshire, Arizona, Maine, Nuevo México, Wisconsin,
Michigan o incluso los tradicionalmente republicanos Utah y Georgia
RealClearPolitics estima que, a estas alturas, Clinton tiene probablemente asegurados
unos 220 votos electorales frente a 180 de Trump. Los restantes deberán proceder
de swing states. El New York Times calcula que la demócrata tiene en torno a 700
caminos diferentes para llegar a la Casa Blanca, mientras que Trump tiene algo más de
300. Para ambos Florida y Pensilvania son fundamentales.
El modelo estadístico del rotativo neoyorquino otorga a la ungida de Obama un 84% de
probabilidades de éxito y un 16% al magnate inmobiliario.

6. ¿Cuándo se sabrá quién sustituirá a Barack Obama?


La respuesta prudente es que para las 5-6 (hora peninsular española) de la madrugada
del martes 8 al miércoles 9 habrá un ganador.

Sobre la 1 de la mañana llegarán los primeros resultados de la costa Este, entre ellos
Virginia. Una media hora más tarde saldrán Ohio y Carolina del Norte, estados clave.

En torno a las 2 estarán Florida, New Hampshire y Pensilvania. Una victoria de Clinton
en Florida podría granjearle la Casa Blanca si gana en los estados que se inclinan hacia
los demócratas, afirma la cabecera norteamericana Wall Street Journal. Después de
conocerse los resultados de estos estados competitivos, el pescado
podría estar básicamente vendido.
A las 3 conoceremos Colorado y otros estados del Medio Oeste y a las 4 Nevada y Utah,
que Trump podría perder. Sobre las 5 de la mañana, habrá resultados de la costa Oeste,
tradicionalmente demócrata. Tras ser declarado un ganador, llegarán los discursos de los
candidatos.

Ya en diciembre el Colegio Electoral emitirá formalmente sus votos, que serán


certificados a comienzos de enero, y a día 20 del nuevo año tendrá lugar la investidura.

Donald Trump, sin embargo, ha amenazado con no reconocer los resultados de las
elecciones, lo que rompería con la tradición estadounidense de enterrar el hacha de
guerra tras los comicios y cerrar filas alrededor del nuevo dirigente.

7. ¿Cómo son los votantes de cada candidato?

En resumidas cuentas, Clinton tiene un electorado más racialmente diverso, femenino,


joven y con mayor formación académica; el de Trump es generalmente blanco, más
masculino, de mayor edad y con menos estudios.

Un análisis de The Washington Post-ABC News sugiere que la demócrata aventaja en


diez puntos al republicano en el voto femenino y éste hace lo propio en el masculino. Los
votantes negros apoyan abrumadoramente a la ex secretaria de Estado y los latinos
también la prefieren a ella siete a tres, aunque hay excepciones. También lidera los
apoyos entre los graduados universitarios y aquellos con estudios de posgrado. Entre los
blancos sin estudios superiores, la ventaja de Trump supera los 30 puntos.
Ninguno de los aspirantes presidenciales, cuyas campañas se han visto lastradas por los
escándalos, suscita especial ilusión en el conjunto de la sociedad estadounidense. Más de
la mitad de los ciudadanos tienen una mala opinión de los candidatos, según las
encuestas. Un sondeo de New York Times/CBS News publicado el viernes muestra que
ocho de cada diez votantes sienten repulsa más que entusiasmo tras la campaña
electoral.

8. ¿Qué escándalos afectan a las campañas de los candidatos?

Por parte de Trump, la lista es verdaderamente larga. Desde burlarse de un reportero con
discapacidad, a insultar a una Miss Universo, a un plétora de comentarios de corte
machista y xenófobo. También ha roto una tradición de décadas al no hacer pública su
declaración de la renta y su hoy difunta escuela de negocios Trump University afronta
una batalla legal por presunto fraude.
En octubre, el New York Times desveló que Trump había declarado una pérdida en 1995
de casi 1.000 millones de dólares que le permitiría evitar pagar impuestos federales
durante 18 años. Trump ha admitido no haber pagado impuestos durante años.
“Estas cosas que hubieran hundido a cualquier candidato tradicional parecen ser
simplemente otro problema más para Donald Trump. ¿Acaso alguna de ellas ha acabado
con él por ahora?”, decía a principios del mes pasado a EL ESPAÑOL Tobe Berkovitz, un
profesor de la Universidad de Boston con una extensa carrera como consultor de
campañas políticas, sobre la capacidad del republicano de superar escándalo tras
escándalo.
El mayor golpe a la candidatura del republicano, sin embargo, llegó pocos días después
del jaleo de los impuestos con la publicación de un vídeo de 2005 donde el magnate se
jacta de poder hacer lo que quiera a las mujeres sin preguntar porque es una estrella. La
grabación supuso una caída en los sondeos, llevó a decenas de republicanos a desertar e
impulsó a varias mujeres a denunciar que el magnate se había sobrepasado
supuestamente con ellas.
Por la parte de Clinton, aunque hay varias controversias, la palabra clave es 'correo
electrónico'. La polémica por el uso de un servidor de correo privado en vez de uno
gubernamental cuando era secretaria de Estado de la Administración Obama la ha
perseguido desde el minuto uno y ha terminado de estallar hace apenas días,
arrebatándole su ventaja en los sondeos y devolviendo a un empate técnico en algunas
encuestas a ambos candidatos o reduciendo notablemente la ventaja de Clinton en otras.

El FBI la investigó y en verano llegó a la conclusión de que la demócrata había utilizado


el correo de manera “extremadamente descuidada”, su correspondencia incluía más de
un centenar de emails con información clasificada y que agentes extranjeros pudieron
haber tenido acceso a su correo. La Oficina Federal de Investigación recomendó, aun así,
no presentar cargos ante la ausencia de un caso de negligencia descarada.
A diez días de las elecciones, el director de la agencia insufló de nueva vida a la
investigación al afirmar que se habían encontrado nuevos correos potencialmente
pertinentes para la pesquisa, lo que ha dado alas a Trump. Los correos proceden del
ordenador del excongresista Anthony Weiner, marido de una de las principales asesoras
del Clinton. El proceder del FBI cuando las elecciones están a la vuelta de la esquina se
ha puesto en entredicho; el propio Obama lo terminó reprobando tras una primera
reacción neutral al respecto.
Este domingo, la campaña de Clinton suspiró de alivio después de que el FBI la exonerara
por segunda vez por el escándalo de los correos al afirmar que el nuevo material
encontrado a escasos días de las elecciones no cambiará la decisión que tomó en un
primer momento.
Otro escándalo afecta a la Fundación Clinton, la organización caritativa de la familia. Los
republicanos acusan a la Fundación de haber ofrecido acceso especial a los Clinton a los
donantes más generosos, algo que no se ha podido demostrar. Filtraciones de Wikileaks
sugieren que un asesor de Bill Clinton presionaba a sus clientes para que donaran a su
organismo y al mismo tiempo hicieran negocios con el expresidente para su propio lucro.
Asimismo, los Clinton han dado discursos por cientos de miles de dólares a empresas
donantes de la Fundación.

Fuentes: US National Archives, WhiteHouse.gov, National Conference of State


Legislatures, RealClearPolitics, Ballotpedia, The New York Times, The Washington
Post, Politico, Wall Street Journal, CNN, NBC News, BBC, The Hispanic Council, webs
oficiales de los candidatos, elaboración propia.

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