You are on page 1of 13

Asma

Historia

Hay evidencias de asma desde el antiguo Egipto, y antes aún. El Papiro de


Georg Ebers, encontrado en Egipto en la década del 1870, contiene
jeroglíficos de más de 700 recetas médicas. Cómo ejemplo para el asma
podemos citar una receta que detalla la manera de calentar una mezcla de
hierbas el ladrillos, para luego aspirar sus vapores…

El termino asma proviene del término griego Aazein:

El término asma viene del verbo griego aazein, el cual significa

jadear, exhalar con la boca abierta, respirar fuerte. En La Ilíada, un poema


épico griego (atribuido a Homero), la expresión “asma”aparece por primera vez
en lo que a literatura se refiere.

El “Corpus Hippocraticum”, por Hipócrates, es el texto más antiguo donde se


encuentra la palabra “asma” pero ya como término médico. No queda del todo
claro si Hipócrates (460-360 aC) nomina al asma como una entidad clínica o
simplemente como un síntoma. Hipócrates refiere que los espasmos vinculados
al asma eran más propensos a ocurrir entre los pescadores, sastres y
trabajadores metalúrgicos.

Areteo de Capadocia (100 dC), un antiguo maestro médico griego, escribió una
descripción clínica del asma. Galeno (130-200 dC), un médico griego antiguo,
escribió varias menciones de asma que en general estaban de acuerdo con los
textos de Hipócrates y en cierta medida con los de Areteo de Capadocia. Él
describe al asma como obstrucciones bronquiales y propone tratarla con
sangre de búho mezclada con vino.

Moisés Maimónides (1135-1204 dC), el rabino y filósofo que vivió en Andalucía,


Marruecos y Egipto, fue también un médico que practicó la medicina en la corte
del Sultán Saladino de Egipto. Entre los muchos textos médicos,
Maimónides escribió el “Tratado del Asma”para el príncipe Al-Afdal, (uno de
sus pacientes). Maimónides revelaba que los síntomas de su paciente a
menudo se iniciaban como un resfriado común durante los meses húmedos.
Finalmente, el paciente quedaba sin aliento y tosía hasta que expulsaba
flemas, lo que mejoraba su estado. Señaló que los meses secos de Egipto
ayudaban a los enfermos de asma. Maimónides también sugirió evitar la
medicación fuerte, el exceso de sueño y fluidos, moderación de la actividad
sexual, y sopa de pollo.

Jean Baptiste Van Helmont (1579-1644 dC), médico, químico y fisiólogo de


Bélgica, decía que el asma se originaba en los conductos de los pulmones.
Bernardino Ramazzini (1633-1714 dC), conocido por algunos como el padre de
la medicina deportiva, detecta un vínculo entre el asma y el polvo orgánico.
También reconoce al asma inducida por ejercicio.

A principios del siglo 20 el asma se consideraba una enfermedad


psicosomática (enfoque que probablemente haya demorado cualquier avance
médico en el momento). Durante los años 1930 a 1950, el asma se conoce
como una de ”Las siete santas enfermedades psicosomáticas.”

El asma se describió por psicológicos como “las sibilancias de un niño son


vistas como un grito reprimido por su madre.” Los psicoanalistas creían que los
pacientes con asma debían ser tratados por depresión. Esta teoría psiquiátrica
finalmente fue desmentida y el asma se trata en la actualidad como una
enfermedad psicológica tanto como fisica. El asma, como enfermedad
inflamatoria, no fue reconocida realmente hasta la década de 1960 cuando los
medicamentos anti-inflamatorios comienzan a ser utilizados.

Antecedentes

El Asma como enfermedad, ha sido tratada desde las más antiguas


civilizaciones: Egipto, China, La India y las culturas Asrio-Babilónicas. Se
considero frecuentemente como una enfermedad de origen sobrenatural o un
castigo divino por lo que la mayor parte de las recetas y remedios empleados
en aquella época se hicieron acompañar de sacrificios, exorcismos, oraciones.
La medicina china trataba las dolencias respiratorias recurriendo con frecuencia
a su recurso más original: la acupuntura y la moxibustión.

Remontándonos a la antigua Grecia llegamos a: Hipócrates de Cos (460a.C.-


377 a.C.), el creador de la Teoría Humoral, quien fue el primero en negar
cualquier injerencia de magia o religión en el origen y curación de cualquier
enfermedad.

El “asma hipocrática” es considerada signo de primer rango de una diátesis,


que en acuerdo con su Teoría, se debe a un desequilibrio
humoral (discrasia) resultante del flujo del phlegma desde el cerebro. Fue
Homero, s. VIII a.C., el primero en usar la palabra âsthma ἆσθμα
pero sólo la emplea en un episodio y los dos únicos que sufren de ese mal son
sus amigos y dio una breve explicación de lo que sentían.

Para Hipócrates, el asma es un síntoma más que una enfermedad; se


acompaña de tos, ahogos, sudores, respiración entrecortada; a veces aparece
con ortopnea y el paciente no puede permanecer acostado. Celso señala en su
tratado de medicina que los griegos distinguían, dentro de los problemas
respiratorios, la disnea, el asma (respiración con ruido y jadeante) y la ortopnea
(aunque escribe en latín, pone estas palabras en griego). Galeno precisa
mucho más el uso: «De entre las muchas dificultades respiratorias, Hipócrates
tiene por costumbre llamar asma sólo aquella en la que la respiración se
acelera de forma evidente. Por ello ahora hay muchas personas que llaman así
la respiración jadeante de los que corren o hacen ejercicios.
El término asma viene del verbo griego aazein, el cual significa jadear, exhalar
con la boca abierta, respirar fuerte. En La Ilíada, un poema épico griego
(atribuido a Homero), la expresión “asma” aparece por primera vez en lo que a
literatura se refiere.

Areteo de Capadocia (100 dC), un antiguo maestro médico griego, escribió una
descripción clínica del asma. Galeno (130-200 dC), un médico griego antiguo,
escribió varias menciones de asma que en general estaban de acuerdo con los
textos de Hipócrates y en cierta medida con los de Areteo de Capadocia.Él
describe al asma como obstrucciones bronquiales y propone tratarla con
sangre de búho mezclada con vino.

Moisés Maimónides (1135-1204 dC), el rabino y filósofo que vivió en Andalucía,


Marruecos y Egipto, fue también un médico que practicó la medicina en la corte
del Sultán Saladino de Egipto. Entre los muchos textos médicos, Maimónides
escribió el “Tratado del Asma” para el príncipe Al-Afdal, (uno de sus pacientes).
Maimónides revelaba que los síntomas de su paciente a menudo se iniciaban
como un resfriado común durante los meses húmedos. Finalmente, el paciente
quedaba sin aliento y tosía hasta que expulsaba flemas, lo que mejoraba su
estado. Señaló que los meses secos de Egipto ayudaban a los enfermos de
asma. Maimónides también sugirió evitar la medicación fuerte, el exceso de
sueño y fluidos, moderación de la actividad sexual, y sopa de pollo.

Jean Baptiste Van Helmont (1579-1644 dC), médico, químico y fisiólogo de


Bélgica, decía que el asma se originaba en los conductos de los pulmones.

Bernardino Ramazzini (1633-1714 dC), conocido por algunos como el padre de


la medicina del trabajo, detecta un vínculo entre el asma y el polvo orgánico.
También reconoce al asma inducida por ejercicio. A principios del siglo 20 el
asma se consideraba una enfermedad psicosomática (enfoque que
probablemente haya demorado cualquier avance médico en el momento).
Durante los años 1930 a 1950, el asma se conoce como una de”Las siete
santas enfermedades psicosomáticas.”

El asma se describió por psicólogos como “las sibilancias de un niño son vistas
como un grito reprimido por su madre.” Los psicoanalistas creían que los
pacientes con asma debían ser tratados por depresión. Esta teoría psiquiátrica
finalmente fue desmentida y el asma se trata en la actualidad como una
enfermedad psicológica tanto como física. El asma, como enfermedad
inflamatoria, no fue reconocida realmente hasta la década de 1960 cuando los
medicamentos anti-inflamatorios comienzan a ser utilizados

Definición

El asma es una enfermedad del sistema respiratorio caracterizada por una


inflamación crónica de la vía aérea, cuyas manifestaciones clínicas son
heterogéneas y variables en el tiempo y consisten en sibilancias, dificultad
respiratoria, opresión torácica y tos.
El origen de la enfermedad es complejo e involucra la inflamación, la
obstrucción intermitente y la hiperreactividad (incremento en la respuesta
broncoconstrictora) de las vías respiratorias. La presencia de edema y
secreción de mucosidad contribuye tanto con la obstrucción como con el
aumento de reactividad. La enfermedad puede tener un curso agudo, subagudo
o crónico, dependiendo de la frecuencia, duración e intensidad de sus
manifestaciones clínicas.

Las manifestaciones del asma se dan en respuesta a numerosos estímulos


desencadenantes tanto endógenos (internos a la persona), como exógenos
(del ambiente). Los mecanismos subyacentes incluyen el estímulo directo
sobre la musculatura lisa del árbol bronquial y el estímulo indirecto para que
células propias secreten sustancias activas que producen la reacción
inflamatoria y la broncoconstricción. Entre estos estímulos desencadenantes
está la exposición a un medio ambiente inadecuado (frío, húmedo o con
alérgenos), el ejercicio o esfuerzo y el estrés emocional. En los niños los
desencadenantes más frecuentes son las enfermedades comunes tales como
el resfriado común.

Los síntomas del asma son la respiración sibilante, la falta de aire, la opresión
en el pecho y la tos improductiva durante la noche o temprano en la mañana.
Estos síntomas se dan con distinta frecuencia e intensidad, intercalándose
períodos asintomáticos donde la mayoría de los pacientes se sienten bien. Por
el contrario, cuando los síntomas del asma empeoran, se produce una crisis de
asma. Puede ser una crisis respiratoria de corta duración, o prolongarse con
ataques asmáticos diarios que pueden persistir por varias semanas. En una
crisis grave, las vías respiratorias pueden cerrarse impidiendo que los
pulmones realicen su función de intercambio gaseoso (recibir oxígeno y
expulsar el dióxido de carbono) al punto que los órganos vitales tampoco
puedan funcionar. En esos casos, la crisis asmática puede provocar la muerte.

Existen múltiples alternativas terapéuticas para evitar los síntomas, controlarlos


y aliviarlos, así como para la recuperación de crisis de asma, siendo su uso por
medio de inhaladores lo más frecuente.

Tipos y clasificaciones

Existen varias clasificaciones de los tipos de asma.

Tipos de asma en función de los factores desencadenantes

 Asma alérgica: aparece en relación con la exposición a sustancias


alérgicas o neumoalergenos como el polen de las plantas, ácaros del
polvo, o pelo de animales como perros y gatos. Suelen existir
antecedentes familiares o personales de alergia.
 Asma estacional: su aparición está relacionada con el polen de las
plantas; empeora en primavera o a finales de verano.
 Asma no alérgica: las crisis se desencadenan por sustancias irritantes
(como el humo del tabaco, el humo de leña, desodorantes, pintura,
productos de limpieza, perfumes, contaminación ambiental…etc.),
infecciones respiratorias (gripe, sinusitis…), aire frío, los cambios
repentinos de temperatura, o el reflujo gastroesofágico.
 Asma ocupacional: las crisis se desencadenan por la exposición a
sustancias químicas del lugar de trabajo, como polvo de madera, metales,
compuestos orgánicos, resinas plásticas…etc.
 Asma inducida por el ejercicio: desencadenada por el ejercicio o la
actividad física. Los síntomas se presentan mientras el paciente realiza
ejercicio, o poco tiempo después de finalizar la actividad física.
 Asma nocturna: se puede presentar en pacientes con cualquier tipo de
asma. Los síntomas empeoran a media noche, especialmente de
madrugada.

Tipos de asma en función del nivel de control

 Asma controlado: sin síntomas diarios o nocturnos; no necesita


medicación de rescate. Las reagudizaciones son muy poco frecuentes.
 Asma parcialmente controlado: síntomas diurnos dos o más veces por
semana, con algún síntoma nocturno. Es necesario el uso de medicación
de rescate más de dos veces por semana, y las reagudizaciones son más
frecuentes (una o más por año).
 Asma no controlado: con tres o más características del asma
parcialmente controlado, las reagudizaciones son semanales.

Tipos de asma en función de la gravedad y frecuencia

En función del grado de obstrucción de las vías respiratorias (medido con


espirometría), y la gravedad y frecuencia de presentación de los síntomas, se
clasifica en los siguientes tipos de asma.

 Asma persistente: los síntomas aparecen durante todo el año, y asma


intermitente si solo se presentan en momentos determinados.
 Asma intermitente: los síntomas aparecen dos o menos veces por
semana, y los síntomas nocturnos aparecen dos o menos veces al mes.
Las crisis de asma o exacerbaciones suelen ser breves, y entre una
crisis y la siguiente el paciente permanece asintomático. En las pruebas
de función pulmonar, el FEM y/o FEV1 es mayor del 80% (se considera
como normal el 100%), y la variabilidad es menor del 20% (los valores
de las pruebas de función pulmonar o espirometría no cambian tras
administrar medicación para dilatar los bronquios o broncodilatadores).
 Asma persistente leve: los síntomas aparecen más de dos veces por
semana, pero no a diario, y los síntomas nocturnos aparecen más de
dos veces al mes, pero no todas las semanas. En las pruebas de función
pulmonar, el FEV1 es mayor del 80%, y la variabilidad se encuentra
entre el 20 y el 30%.
 Asma persistente moderado: los síntomas aparecen todos los días,
afectando la actividad normal y el sueño. Los síntomas nocturnos
aparecen todas las semanas al menos una noche. El FEV1 está entre el
60 y 80%, y la variabilidad es mayor del 30%.
 Asma crónico: los síntomas son continuos. Las crisis o reagudizaciones
son muy frecuentes y graves. Los síntomas nocturnos son prácticamente
diarios. El FEV1 es menor del 60%, y la variabilidad mayor del 30% (los
valores de la espirometría mejoran mucho tras administrar medicación
broncodilatadora).

Síntomas

Los signos y síntomas comunes del asma son:

 Tos: Por lo general, la tos del asma es peor por la noche o en las
primeras horas de la mañana, por lo cual impide un sueño tranquilo.
 Sibilancias: Las sibilancias son silbidos o chillidos que se producen al
respirar.
 Presión en el pecho: Usted siente como si algo le estuviera apretando el
pecho o como si tuviera a alguien sentado en el pecho.
 Dificultad para respirar: Algunas personas con asma dicen que les
cuesta trabajo respirar o sienten como si les faltara el aliento. Usted
puede sentir como si no pudiera sacar el aire de los pulmones.

No todas las personas que tienen asma presentan estos síntomas. El hecho de
tener estos síntomas tampoco indica siempre la presencia de asma. El mejor
método de que disponen los médicos para diagnosticar el asma consiste en
realizar una prueba de función pulmonar, hacer preguntas sobre los
antecedentes de salud del paciente (entre ellos el tipo y la frecuencia de los
síntomas) y hacer un chequeo físico.

El tipo de síntomas que tenga, la frecuencia con que ocurran y la gravedad de


los mismos pueden variar con el tiempo. Es posible que a veces los síntomas
sean apenas una incomodidad. Otras veces pueden ser lo suficientemente
molestos como para limitar sus costumbres diarias.

Los síntomas graves pueden ser mortales. Por eso es importante tratarlos
apenas los note para que no se agraven.

Con un tratamiento adecuado, la mayoría de las personas no presentan


síntomas ni de día ni de noche, y si lo hacen, los síntomas son pocos.

¿Qué provoca los síntomas del asma?

Muchas cosas pueden provocar o empeorar los síntomas del asma. El médico
puede ayudarlo a averiguar qué factores desencadenan o pueden empeorarle
el asma si usted tiene contacto con ellos. Entre los factores que desencadenan
el asma pueden estar:

 Los ácaros del polvo, el pelaje de animales, las cucarachas, el moho y el


polen de árboles, pastos y flores
 Los irritantes como el humo de cigarrillo, la contaminación del aire, las
sustancias químicas o el polvo en el lugar de trabajo, los compuestos
presentes en productos decorativos para el hogar y los atomizadores
(por ejemplo, el fijador para el cabello)
 Medicinas como la aspirina y otros antiinflamatorios no esteroideos, o
como los betabloqueantes no selectivos
 Los sulfitos presentes en alimentos y bebidas
 Las infecciones de las vías respiratorias superiores, como los resfriados
 La actividad física (incluido el ejercicio)

Otros problemas de salud pueden hacer que el asma sea más difícil de
controlar. Entre estos problemas de salud se cuentan el goteo nasal, las
sinusitis, el reflujo (acidez estomacal), el estrés psicológico y la apnea del
sueño. Estos problemas de salud deben tratarse dentro del plan global de
atención médica del asma.

El asma es diferente en cada persona. Es posible que algunos de los factores


que hemos mencionado no lo afecten a usted. Tal vez en la lista no aparezcan
otros que sí lo afectan. Dígale a su médico qué cosas parecen empeorarle el
asma.

Importancia de llevar un registro diario

El manejo del asma no consiste sólo en tomar la medicación correcta en las


dosis indicadas. Por supuesto, esto es lo más importante para mantener el
asma bien controlado, pero no es lo único que se puede hacer. También puede
ayudar a mantener el control de la enfermedad evitando los desencadenantes
que tienden a descompensar la enfermedad.

El asma bronquial es una enfermedad muy variable, y se manifiesta de forma


diferente de una persona a otra. Por ello es importante aprender todo lo que se
pueda acerca de la enfermedad y de los desencadenantes que afectan
personalmente a uno mismo. A veces, es difícil identificar exactamente cuáles
son estos desencadenantes. Algunos pueden ser bastante obvios, como
cuando aparecen síntomas inmediatamente después de haber estado en
contacto con un gato o un perro. En otras ocasiones se necesita algún trabajo
detectivesco, y ésta es la razón por la que un diario sobre el asma puede ser
muy útil.

¿Qué se necesita anotar en un diario de asma?

Un diario de asma puede ser tan simple o complejo y exhaustivo como se


desee. Sin embargo, cuantos más detalles se incluyan, mejor, tanto para su
uso personal (pues se aprende acerca del propio asma), como para el médico y
la enfermera. Cuanta más información se proporcione a los profesionales de la
salud que cuidan de uno mismo, mejor podrán ajustar los distintos tratamientos
a sus necesidades.

El diario ideal

Es importante mantener un registro diario de:

 Los valores del medidor de flujo pico ("Peak-flow meter")


 Síntomas
 Medicación
 Actividades diarias

Los valores del medidor de flujo pico o flujo máximo

La medida del flujo pico (o pico flujo, o máximo) refleja la fuerza con la que es
capaz de soplar aire dentro y fuera de los pulmones. La medida más importante
es la de soplar hacia fuera. Los aparatos para medir estos flujos se llaman
medidores del flujo máximo o flujo pico. La maniobra consiste en llenar bien los
pulmones y soplar lo más rápido y fuerte posible en la boquilla del aparato.

La mayoría de los adultos y de los niños mayores de 6 años son capaces de


usar correctamente un medidor de flujo pico. Estos aparatos tienen un
marcador que se desliza sobre una escala cuando se sopla por la boquilla.
Cuanto mejor controlado esté el asma, más fuerte podrá soplar y mejores
valores obtendrá en sus intentos. Además, si el asma está bien controlado,
estos valores tenderán a ser bastante estables.

Medir el flujo pico es importante por lo siguiente:

 Tendrá una mejor información acerca de lo que está pasando con sus
vías aéreas (objetivo), en vez de tratar de adivinar lo que pasa a partir
de sus sensaciones (subjetivo).
 Podrá saber si el tratamiento está teniendo los efectos beneficiosos
esperados.
 Sabrá si tiene necesidad de cambiar el tratamiento.
 El médico o la enfermera serán capaces de evaluar cómo ha
evolucionado desde la ultima revisión.

Los síntomas

Es una buena idea mantener un registro de los síntomas y anotar si van a


mejor o a peor. Señale a qué horas los síntomas empeoran y escriba
comentarios sobre cualquier cosa que piense que puede haber provocado o
influido en el empeoramiento. Esto puede ser de mucha ayuda para identificar
los agentes desencadenantes que empeoran su asma, y permitirá tomar
medidas para evitar aquello que le pone peor.

Si nota alguno de los síntomas siguientes, necesita consultar al médico para


que le ayude a recuperar el control sobre la enfermedad:

 Se despierta por la noche con tos, sibilancias, opresión torácica o


dificultad para respirar.
 Cuando se levanta por la mañana tiene más dificultad para respirar que
al acostarse.
 Si necesita utilizar los inhaladores de alivio rápido, más y más; o si esta
medicación parece que está perdiendo eficacia.
 Si tiene dificultades en mantener su estilo de vida habitual o su nivel de
ejercicio.
La medicación

Es importante llevar la cuenta de los medicamentos que utiliza y de cuándo los


utiliza. Esto incluye tanto la medicación que se toma para el asma, como otras
medicinas que esté tomando por otros motivos, incluyendo las que se
adquieren sin receta médica.

Esto le permitirá tanto a usted como a su médico y enfermera, observar lo


siguiente:

 Si el asma está controlado de forma adecuada.


 Si la medicación es efectiva para controlar el asma.
 Ajustar la dosis de la medicación.
 Ver si alguno de los medicamentos que se consiguen sin receta influyen
sobre la enfermedad. Algunos medicamentos empeoran el asma.

Tratamiento

El asma tiene dos tratamientos posibles: la prevención para evitar su


aparición, y el control de los síntomas cuando la prevención fracasa y es
inevitable que se desencadene una crisis, más o menos intensa.

Tratamientos del asma: medidas no farmacológicas

El objetivo de estos tratamientos es evitar, en la medida de lo posible, las


causas que producen o desencadenan la enfermedad.

 Pólenes: los días de viento, secos y soleados, que es cuando hay una
concentración mayor de polen, es mejor no salir, salvo que sea
imprescindible, y en ese caso permanecer al aire libre el menor tiempo
posible; evitar salir al campo y hacer ejercicio al aire libre, viajar con las
ventanillas del coche cerradas y utilizar filtros antipolen en el aire
acondicionado; usar gafas de sol con protección lateral para evitar el
contacto del polen con los ojos; y ventilar la casa durante 15 minutos por
las mañanas, para que el resto del día permanezca cerrada.
 Ácaros del polvo: disminuir, siempre que sea posible, la humedad
ambiental; evitar las alfombras, moquetas, cortinas, tapicerías, así como
un exceso de objetos decorativos, ya que todos estos elementos
acumulan polvo; escoger muebles que se limpien fácilmente con un paño
húmedo; lavar la ropa de cama al menos dos veces por semana; utilizar
aspirador controlando la limpieza de los filtros, y usar fundas antiácaros
para el colchón y la almohada.
 Hongos: no pasear por terrenos húmedos en otoño y en invierno tras la
caída de la hoja, ventilar asiduamente las estancias oscuras y húmedas
de la casa, eliminar las posibles manchas de humedad de las paredes,
techos y ventanas y utilizar pinturas anti-moho, evitar el exceso de
plantas dentro de la vivienda y no visitar graneros, bodegas, sótanos, o
lugares similares donde puedan prosperar estos organismos.
 Animales: sacar al animal de la vivienda y realizar después una limpieza
exhaustiva. Si esto no es posible, impedir que el animal entre en el
dormitorio, y lavarlo una vez por semana. Existen, además, productos que
disminuyen la “carga alérgica” mejorando así los síntomas.
 Fármacos: alrededor del 10% de las personas con asma tienen
intolerancia al ácido acetil salicílico (aspirina) y sus derivados, por lo que
debe evitarse su ingestión.

Tratamiento médico del asma

Los dos grandes grupos de medicamentos indicados para el asma son los
antiinflamatorios y los broncodilatadores.

 Antiinflamatorios: los más utilizados son los corticoides (beclometasona,


budesonida, fluticasona); disminuyen la inflamación de los bronquios.
Existen formulaciones por vía inhalatoria o por vía oral o intravenosa en
caso de reagudizaciones más graves. Otros medicamentos
antiinflamatorios son las cromonas, que se utilizan por vía inhalada
(cromoglicato y nedocromil sódico).
 Broncodilatadores: se utilizan agonistas beta 2 (salbutamol, terbutalina,
salmeterol y formeterol), anticolinérgicos (bromuro de ipratropio) y
metilxantinas, y su función consiste en aumentar el diámetro del bronquio.
Se administran de forma inhalada (mediante spray), ya que así llega
mayor cantidad de fármaco al pulmón, con menos efectos secundarios
para el organismo. Existen varios tipos: cartucho presurizado, cámara de
inhalación o polvo seco.
 Inmunoterapia: se emplea únicamente en los pacientes sensibles a un
alergeno, en los que no se ha conseguido una respuesta adecuada del
asma, a pesar de seguir un tratamiento farmacológico y cumplir unas
medidas de evitación apropiados. Se administra en el hospital por
personal especializado. El más utilizado actualmente es el Omalizumab.
 Antihistamínicos: no controlan el asma pero sí son útiles para disminuir
los síntomas alérgicos como picor en la nariz, estornudos, enrojecimiento
de los ojos…
 Antagonistas de los receptores de leucotrienos: actúan también como
antiinflamatorios de la vía respiratoria, inhibiendo la formación de
leucotrienos. Son útiles en el asma por ejercicio y aquellos sensibilizados
a la aspirina. Destacan el montelukast y zafirlukast.
 Termoplastia bronquial: todavía se aplica solo a modo de ensayo clínico
para casos de muy mal control con fármacos y numerosas agudizaciones.
Consiste en aplicar calor controlado y a través de una fibrobroncoscopia
para disminuir la hiperreactividad bronquial.

En cuanto a las pauta de tratamiento del paciente asmático, se aconsejan


dispositivos inhalados con un corticoide y un broncodilatador para el
mantenimiento del asma estable, y en los casos de crisis aguda, añadir un
broncodilatador de acción rápida como salbutamol o terbutalina. En casos de
crisis más serias, se debe acudir a un centro sanitario para intensificar el
tratamiento y administrarlo por otras vías.
Prevención

Puede ayudar a evitar los ataques de asma evitando los desencadenantes (que
también se llaman alérgenos) y las sustancias irritantes que pueden dar lugar a
un ataque de asma. Los desencadenantes y las sustancias irritantes varían
según cada persona, pero a continuación se incluyen algunos ejemplos de
desencadenantes y sustancias irritantes comunes:

 Contaminación del aire.


 Polvo.
 Moho.
 Polen.
 Humo de tabaco.
 Caspa de las mascotas.
 Ejercicio.
 Cambios de temperatura.
 Determinados alimentos.
 Sulfito (conservante de alimentos que se encuentra en el vino tinto, la
cerveza, las barras de ensaladas, las sopas deshidratadas y otros
alimentos).
 Aspirina o ibuprofeno (marcas: Advil, Motrin, Nuprin).
 Acidez estomacal.
 Infecciones de los senos paranasales.
 Emociones fuertes (como llorar o reírse).
 Perfume.
 Desodorantes en aerosol.
 Virus.

¿Cómo evito los desencadenantes comunes del asma?

Si el polen y el moho provocan los síntomas, use el aire acondicionado e


intente mantener cerradas las ventanas del hogar y del automóvil. Cambie con
frecuencia el filtro del sistema de calefacción y de refrigeración.

Para controlar el moho, limpie y ventile, con frecuencia, los baños, las cocinas y
los sótanos. Use un aire acondicionado o un deshumidificador para que el nivel
de humedad se mantenga inferior al 50%.

Las personas que son alérgicas al polvo son, en realidad, alérgicas al


excremento de los ácaros del polvo. Para reducir los ácaros del polvo en el
hogar, lave las sábanas con agua caliente (por encima de 130 °F) todas las
semanas. Cubra los colchones y las almohadas con fundas herméticas, y
elimine las alfombras y las cortinas. Si debe alfombrar, puede tratar la alfombra
con sustancias químicas para ayudar a reducir los ácaros del polvo. Intente
evitar los animales de peluche, las flores secas y otras cosas que atrapan el
polvo.

Las mascotas pueden provocar problemas si es alérgico a ellas. Si tiene una


mascota, manténgala alejada de su dormitorio.
No permita que se fume en el hogar ni en el automóvil. El humo de tabaco
puede empeorar el asma.

Instituciones a cargo

Todos los controles se pueden realizar en el Instituto de Previsión Social (IPS)


y también en hospitales públicos y privados. La primera consulta está a cargo
de un clínico y la derivación es primero a un alergista. Si el paciente no es
alérgico, el tratamiento se realiza con un neumólogo.

Rehabilitación

Las técnicas del programa para la rehabilitación fueron:

 Aerosol de salbutamol (sol. 0,5 %) 0,5 mL en 1 mL de solución salina.


 Ultrasonidos aplicados en los paravertebrales dorsales de D1 a D12 y en
los espacios intercostales sexto y séptimo a una dosis de 0,4 w/cm 2/3
min.
 Maniobras kinésicas, colocamos al paciente en posición adecuada para
conseguir el drenaje de las secreciones bronquiales y aplicamos puño
percusión a puño cerrado en la región dorsal del tórax, durante 2 ó 3
min. en cada campo pulmonar.
 Indicamos ejercicios de relajación general, de relajación de la
musculatura del cinturón escapular y la región anterosuperior del cuello,
de respiración costal baja, de respiración diafragmática, abdomino-
espiratorios y otros para la reeducación del ritmo respiratorio en el
esfuerzo.

En la última sesión de ejercicios de cada semana se valoran los logros y las


deficiencias del entrenamiento y de acuerdo con éstos se incrementa o
disminulle la carga del ejercicio.
Se Instruye a los pacientes en el conocimiento y la tolerancia de su enfermedad
haciendo énfasis en la importancia de la relajación, tanto durante las crisis
como fuera de las mismas.
Les enseñamos a acostarse en posición de semipronación y en la forma de
combatir las crisis desde la posición sentada.

Marco Legal

1. Ley 31/1995, de 8 de noviembre (BOE 10-12-95), de Prevención de Riesgos


Laborales.

2. RD 39/1997, de 17 de enero (BOE 31-1-97), Reglamento de los Servicios de


Prevención.

3. Decreto 1995/1978 (BOE 25-8-78), por el que se aprueba el Cuadro de


Enfermedades Profesionales.
4. Real Decreto 664/1997, de 12 de mayo, sobre la Protección de los
Trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes
biológicos durante el trabajo.

5. Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las


disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.

You might also like