You are on page 1of 14
seule] PLE O3txa| ap PEPNID | ap safe Se] Ua [enxas O1DIaUOD [9 ayoou P| ap JOBpNy |q VII CONCLUSION: EL FULGOR DE LA NOCHE lo largo de estas paggnas he tratado de mostrar que la manera de in- terpretar el trabajo sexual se ha transformado a través del tiempo: de una ocupacién honesta ha pasado a considerarse como una degene- raci6n, un recurso de subsistencia, un oficio, y ahora también como una forma de violencia. La divisién de las mujeres en putasy decentes tiene an- tecedentes hist6ricos que han desempefiado un papel estructurante, yk doble moral que, desde hace siglos, se ha ido entrelazando con pautas lo- cales que moldean los intercambios entre mujeres y hombres, ha produ -as ée dominacién y subordinacién, pero también de resistencia y liberacién. ‘No obstante las diferencias culturales, en el mundo hay una apre- ciacién compartida sobre lo que significa trabajar de noche. La noche, jun- to con la calle, son ambitos de las malas mujeres. Su oscuridad favorece los encuentros que no se quieren hacer evidentes, como es el caso que seftala Sahagiin respecto.a las j6venes sacerdotisas que se encontraban cen secreto con los teachcahuan (los j6venes con mando militar); “Y la mu- jer s6lo sale en la noche; pasa (con él) la noche; sélo sale cuando la n0- wanzada” (Sahagtin, citado en Davalos Lépez, 2002: 23). Evocar res que salen @ la calle, de noche, remite al orden simbélico ‘ona las oposiciones piiblico/privado, calle/casa, y noche/ dia con dos tipos de mujeres: las putasy las decentes. En su estudio sobre el mito y el pensamiento de los antiguos grie- gos, Jean-Pierre Vernant (1983) hace un riguroso andlisis de fuentes mi- ticas y textos filos6ficos para rastrear cémo se fue conformando lo que cido formas espect 189 16r [2 0 jemp9jo1ur a “wisnze ap se] OOD, s2ioUans { souyfspu saUO!DDEISTES nosy exed ‘safemand sfeapr sns ap sexe us ouodutt 2] pepa/9s x] anb Jenxos uopenstuy ve] se0dos apand ou anbiod oanganau asjons as ou -euiny 498 jo anb gaiuejd proxy “ayouodum ex8oj varajn x anb J» anb anny spur 9uan ou oueuMY Gasap [9 OD axm20 anb of ;pinb [> $9 289 ‘eimyino eT w09 o2sep [op WO!DEMONE wun aisIxg g[enXDS O1219N09 [OP [eH -nyjno opeayrasis fe eanejar uotoeiaidzo eun ua penxas o12{Qo [9p UO! -s9]9 &] ap sopmusiona se] o1qos eueIpnagy UORKayad EI TeIapIsUOD 2IqIs0d so apuop wsey? ‘Te1D0s offaure unSuIu e opronpex 198 apand ou ouIsTAE o8isu09 o1o{ns jap cxstyuo> [a ‘auansos sistTEUEODISd [9 OWOD “Is A (61 :2¢961) .{e 0woD oprqryoud of ap oandene [2,, 2p ojdwafo outo> enxas o1piou09 fa enoNdUD pnasy OS9 10, “seTenxos soptAt9s re1dUIOD uapnoe anb soar so] Ua ayuDy>suodUT [9p ,914122209U JODIE, [9 “TED -adsa ua ‘oombisd oprtiaiuoo ns zeziTensia OU Te ouaW9UDS [9p Uo!sUDId -tu03 2 euotsi0rstp soxafhius se] ap OrmUHOUOI? aTHOUTEAISNIOXS eUIa|GOId tun $9 Jenxas o1susuioD [9 anb 19x) “owuaruELOduIO> Jap [ORF WORD adn xy eyesap anb jeuorsqnd ezzony wun outos aoazede anb ‘opqyl B ap pnasy ap uorsiuysp efo|duio> z woo 49a anb oysnur ous 018g seistuoproqoau seq turd anb soaz0y jo owo> aruourEtun opeziTemdaou0o wred ouro> souionsono sepeisewop wntn{uo> yenxas ofeqen ja :so8sau { seysenuy 5199 -ejd 4 oxouig ‘sured eno zombjens uo onb orouip seu seue8 ap pepyia sod ej woo jenxas uo[sox8suen v apfoutos anb ze Us uoYsoeE PUN UD vorpes ayou 2p ap sof jo quaurestoaid x “peprrenxas eidoad ns ap a1q| seu o11raf un ap ‘eas 0 ‘squoPEUAI ap supaiad ered ugiquIE opa 19 ua osad ‘Penxas eDUa|ors B] ap osBIfad Jo saprens2 “auouM -sondns ‘exed 24p0u e] 9p So8s011 So] ap sazafinur se] v aBa0rd ag “Tenxas uolsai8suen ap ugiqure outs eufinse ap oy9s ot seBnj uN uo woHGnd BA ua ofeqen [2 aualsuoo affe> % A 2490" F] a1qG0s UO!DezTOquIS ET ‘yeuap1o20 uorezt eI 9p O1 -qur fe eruowias 2s ueu9A uNBos & pemmMd voHBo] ENsanu ap eannansuoD anred so aqfeo e] ap orpedso ja A aypou e] op oduran [9 zesuad op eULIOy ‘easy you ap ojos repue exainb xafiar eum anb ampeu ap wzaqeo vj U9 2qu> ou wp ua Aoy une onb aypou e] v wsuaid as eunnoseur aquourere|> Ue, o6r (0861 ‘1919p27) ,38e vas ou ons9 anb x] uo emIN wun seUBeUNT apand aquaumorEp seuosiad sey anb odwan ores a2ey apsap peparsos wise Ua oprumse opis ey sorquioy soy ap 01801 jap efarord sou anb oy>eur un wis aypou ap sale se] ua seurureD sourepod ou aonb ap oypay 1a, “eaueyd [ep oypue of { of; 0] e epareduioo ‘euruouos UoIDesuas wun sqUOUTEL -ep eogrduials sesraraiay se] 10d opezue] gyou 7 sowergooayy Oue]>a3 1 ‘ugisnppxa & 088911 ap Teas Anu opnuas un ‘sazafti sey exed ‘rouan ajans aypou | ‘oooqus opsemsewr fo ua a1mo0 anb of ap pyre spur ‘or9d soxofit se] exed ‘ooyoquus & fear ‘oaBtjad ap onquie wos ueBinfiroo as ayres v { ays0u kL ‘Isy 9y20u y ap eoreaTe UoTDIENSAI eI aisisiad ‘pepyou & ugpemoe ns op ofuer j9 eqdure as £ soorgnd sopedsa spux ednoo xafnut yy anb ua eprpour ey ug ‘aqp0u Y| ap oaniqiyosd so.9pse9 Ja auAUEUT as eyepon ‘oBrequra wig “2[Te> ¥| Jod zenoat9 aonb auan ‘ezsany 10d efeqen anb 2quasep safe] anb spur zaa epeo eadage as oy “a[[e9 eI ua epure an afar vy & oradsor up!ex0pe ap ened y auaMTEDIed opeoyrpour ey 9s jexoqe] opeos9u ye saza{nur ap souoy|ur ap osox8ut jap snued y -uproeoynsnf opyonbas wy 298 exes & S914 -woy &sozafnun wred eupsp yexour wun 9p ojjoutesop [2 Uo [eIusUNEpUNY opis ey ‘epeSrexe auaurepunyosd we ‘ugradasuos easy. sopor ap so anbial -nu vv ommysaud vy e assuayau exed voygnd sala uorsordxa e a1uans0]a anb spur so opus 9:9 ug svnd o samuadaput ‘semeambse> Ups9$ 9]Te9 ua uepur is 4 ‘seises { sarcaaap ‘sesouoY, UpIaS pepronsauIop FI wo sep -Inppau upiso 1s :sazaffun eye aquoUTEse[D opeozeUr et eUApIN90 [eAMN|N wolf ¥] ‘soouovua apsaq “(gg6I ‘TEMA 10d open ‘oxpueUD]{) ,LUEA -mnbse9 soft vj ered so aqfe> vy ‘ese9 ns ua Javaueuniad aqap eperuoY, srofhaun ey, 3ye op ates aqap ou eID ‘spuIape ‘anb ous oTURMOP ns ap on -uap yisa “ese vj ua ‘rofiiur ef anb ojos ou ensanu iueWIaA “euNMoseU ugpmouuo ap ‘sI[e v{ ‘ToHOxa oredsa jo X wuTaUIay Up!sRIOMUOD ap s9 oonspuiop opedse |p :2|qeuonsonour pepyeos kun so Loy eysepor SHON ¥1 9a YOOTAY Ta NOISATONOD HOON ¥1-30 NOOTARTE EL FULGOR DE LA NOCHE cientifico no tienen la intensidad que produce saciar mociones pulsio- nales mas groseras, primarias porque no conmueven nuestra corporei dad” (1983c: 79). Conmover al cwerpo, dice Freud, y por cuerpono se refiere s6lo a lo anat6mico. El cuerpo ¢s la envoltura del sujeto, y en él se en- cuentran inconsciente, pulsidnyy cultura. El cuerpo resulta algo asi como, permite una nueva lectura de las Acticas sexuales. La sexualidad humana tiene que ver tanto con la sim- bolizaci6n social, como con la imaginarizacién psiquica y con procesos fisiolégicos. Conceptualizar a los seres humanos como sere bio/psico/soria- es lleva a comprender el comercio sexual reconociendo su entramado de carne, inconsciente y mente. Este hecho bio/psico/social, con toda Ja carga libidinal que conlleva, entra en conflicto con la cultura. Por eso Freud considera que el malestar en la cultura esta vinculado a la repre- sin de la sexualidad. De la reflexi6n de Freud a la de Lacan ha habido mucha elabo- raci6n y se han formulado nuevas interrogantes. Una central es explorar qué constituye el lazo sexual entre las personas. El psicoanilisis permite analizar quign pide qué y quién ofrece qué. La variedad de informacién que hay contribuye a descartar las recetas que aseguran saber lo que se intercambia en la transaccién del comercio sexual entre mujeres y hom- bres e introduce la complejidad de las subjetividades. Por eso no es po- le sacar conclusiones mas que para decir que tal vez en el fulgor de la noche circulan y se filtran multiplicidad de deseos, muchos de ellos inde- cibles o incognoscibles para las propias personas involucradas. ‘Sin embargo, una cosa es tratar de comprender las complejidades inherentes al comercio sexual y otra muy diferente definir formas mas seguras de que se Ileve a cabo 0, l menos, que pongan a las personas fue- ra de riesgos. Como sefiala Laura Agustin, las abolicionistas, con su ol tivo desalvar al mayor mimero de victimas posible, totalizan la experiencia de todas las mujeres (2007: 107), lo que impide ver la diversidad de situa- cciones en las que se encuentran, con distintos niveles de decisién perso- nal respecto al trabajo sexual. Para elaborar politicas piiblicas y soluciones practicas, es imprescindible enfatizar lo que ya sefialaron Kempadoo y 192 ConcLUSION: FL FULGOR DE LA NOCHE Doezema (1998): la complejidad y variabilidad del trabajo sexual, com textualizado en estructuras econémicas, socioculturales y transacciona- les particulares. En todas partes el trabajo sexual est condicionado por el cre ciente avance mundial del capitalismo neoliberal y sus factores locales, normas sexuales y narrativas sociales discriminadoras como el racismo y el sexismo. Existe ya un rico conjunto de investigaciones que muestran la diversidad de formas de vivir y ejercer el trabajo sexual, que ponen en ‘cuesti6n el reduccionismo atolicionista y muestran cémo las formas que asume el comercio sexual dependen de factores econémicos, culturales y psiquicos. Yes precisamente este conjunto de investigaciones lo que ha dado sustento a la reciente posicién que ha tomado Amnistia Internacio- nal (a1), relativa a la necesidad de despenalizar el comercio sexual y de- fender los derechos humanos de las y los trabajadores sexuales. La primera declaracién de ar se realiz6 en 2015, luego de elabo- rar una s6lida investigaci6n y consultar con una diversidad de organiza. ciones y personas: la Organizacién Mundial de la Salud owuMujeres, la Organizaci6n Internacional del Trabajo (ot Slavery International, Human Rights Watch, Open Society Institution (os1), la Alianza Global contra la Trata de Mujeres, y de recopilar de tes timonios de mas de 200 trabajadores y extrabajadores sexuales, policias y funcionarios de gobierno en Argentina, Hong Kong, Noruega y Papiia Nueva Guinea. Ademés, las oficinas nacionales de at en todo el mundo contribuyeron con informacién, realizando consultas locales con grupos de trabajadoras y trabajadores sexuales que representan a supervivien- tes de trata, organizaciones abolicionistas, feministas y otros intermedia- ios de los derechos de las mujeres, activistas LGBTI, organismos contra la trata de personas, activistas que trabajan sobre el vist/sida y muchos mas. Dicha declaracién cay como bomba entre los grupos neoaboli cionistas, no obstante At enfatizé que condena enérgicamente todas las. formas de trata de personas, incluida la trata con fines de explotacién se- xual, pues constituye una violacién inadmisible a los derechos humanos y debe ser penalizada como cuestién de derecho internacional. El escan- dalo fue maytisculo y feroz en Estados Unidos, donde muchas actrices de 193 S61 rapuodsau rv ,‘gorpiou opepou yo ouowrouieruy onstumy atodo ou gnb sog? ‘sa serunBaxd se ap eNO saaqu souaie u2 ausatiuod so] &‘sesopefeqen se & sasopefeqen so] 8 soypazap sns asjanaap uoPserfeuadsop PT eIayod w{ uod s9uO!DB| -21 sozofout k wproaoi0xd s18px9 uopand & ‘seasoife sopettjod sean2ea a5 -ns ap 85941 souaus wa1209 so241dui99, 0 ,sauvanoutjap, owe soperen A sory. 28 ap uelap saqenxas sesopefeqe.n sey X sasopefeqen so] opuensy IV 2%p ood ‘anb sa ‘vpounqosy ou puopologos) ap safersuapar9 sns UOX -samgo sauamb opeqorduio wey of 4 ‘aiqepnput s9 anb o7 ‘orupousy, ap omjap orsondns Jo o> oopxgyy U9 9120 anb o] a1uaurEsIDa:d $9 O18, ep ns ou8ijad uo uouod 4 sopensas sex -opefegenn se] 4 sazopefeqen soy uezyreuturs anb yesoua8 Anu so32e509 2p somjap 19021qes9 9p se8n] uo “een { osnge “uorIE|AXD 9p SOIDR £0}, epioge wzed uatuayioas 9s sofa] se] anb apid reuopeusaruy ensyuury ap vonsiod &] ",[epinq, un ueuo} anb exaprsue> as pepuiniias ap soanour od sont uefeqen sayenxas seiopefeqen o sazopefeqen sop 1s ‘sasred soypnus ua ‘ojduafo 10g ‘oajes osrouatueut ap even ered uopusiduso anb souorsoe se] uezyfeunuu 4 sopenxas seiopefeqen 4 sssopefeqen en -uoo opnusur e ueztqain as anb ‘,sajapinq se1ua$as, 0 ,uorsmansosd sexoword, waggyord anb sey ouoo ‘seydure azusurensooxo sada] uorsixgy, :anb eeuas rv sopouaxoud soy 0 uaSeyaud gnb sod? cuad ‘up -2eroud wonserru 0x95 uapuan rungs exunfoxd v v opustpuodsax ‘spuopY ‘snquusad ou eouan2axj 09 uofaezyfeo| | anb ws -ouvur wun 9p ofeqen ap owsomua oidord ns sejonuos 4 safeuogur sean -eiodooo uo asrentueio ‘eiuarpuadepur eiouew ap sempe exed jonu0> tokeut un sapenxes sozopefeqen so] ap soueut se] u2 auod uoreztfeuod op eT “woWeZTTeMUID opuoUgNs ueBis { eaneULION ws9 9p BONY UI oe —ojpe vf uo ofeqen ns uezyfeaxanb so ‘sopeuifizew spun soy oprusut ¥61 ‘e— sopenxas sezopefeqen 4 saropefeqen soypnu anb jo uo sopaaru sop ap wuisis un e se8ny sep apord orsg “ofeqen oy>ip aiuaueusi0y He naa onb seayyoadso Anu seonyod 4 saa] ejnuusoy opersg fo anb wot Sis 059 “fenxas ofeqen |p varfeBo] 26 1g “soueumny soypasap sns sa8ar02d ered opedss sofeur un Avy & Ma] Bj 9p exaNY stata © sopeBT|GO UIA 95 ON qenxas ofeqen rezqea1 10d 4a seq 4 sozopefegen sot anb eayrusis renxas ofegen jap uorreztjeuadsap ey] uoSujur ou v4 sojenxas seiopefeqen sorpuodsor rv gponsas ofognss yo 2017082 28 onb pouowori -uz vysnawy apyd ou yb sog? gupnovspouadsep ( uowozs08 axjua vrouatafip 2 so yong? ssa seunSaid se] ap 2up ;1UsaIUT 9 ENUINOUD 28 anb ‘seasond -so1 { se1unoid ap owzoumoop un ozry esmnsod ns sexeye exeg “souoIe? -ydxo seyanu sep anb oan rv “uo}seIEpap ns ou1osns anb upPoUTuOD v epeq ‘wa2sap of opueno epeuopuege tepand pepianse eso B uEDIpap a ‘anb seuosiad se] anb ap spmape ‘eouastaiodns ap o1pau oun ow09 [9 ap z9puadap e epeStjqo van 28 tu pertmyos ns entoD jenxas ofeqen [> UD as euosiad eunsutu anb exed { ‘seuosiod sey sepor ap soyesnayn2 Xs] -2D05 ‘s0911u9UIOD9 soyDaI9p So] ezNUEIeS ered sependape sepIpaut PUL -o1 uagap soprisy so] anb olip usiqurer teuopeuso uy enstTuTy ‘episANo Wo9 apfoutod oso u9 4 “eisondsax ¥] 59 ou euad oysarap 9 anb oxe|vap Iv “eptA ns vied soBsour soxodeur e sojenxas sozopefeqen se] 4 soy e auodxe seztfeutus9 anb ap eprousAuoD ‘pepwanoe eso e ueorpop as sauamb op uorpeutBreur ey A uoreUTUILOSI ef -e adnqunuioo ewinso ja sand ‘sofenxas sozopefeqen soy ap souewmny Sop -a19p so] ¥ worsoa10ad soe eum reuors0doxd anb Avy anb oxeppap anb oduran owsrw je ‘osnge 0 ug!rnojdxa “uo12I209 weknyaut ou anb sownpe ‘ania opnuasuod oxas jap sor20dse so] sopor apuayap anb greuas IV "n -en vj ap o1uaume un e zeBn} 9p uopezeuadsap Bj anb wesatsns anb sour -9s sorsIput tu sorpmaso Aey ou anb us onsisut 2 ‘seuosiad ap tren vy ered sojeuad souo.ues se] seujuio voyruSts ou jenxes ofeqen [2p uoPpeZTEU -odsap %j anb ooydxa rv ‘oured ns 10g -sasafinur sey ee eIIUSIONA 89 244 -uais fenxas 012100109 Jo an 4 wren e eauquats sonpuos uszonyysoud ¥| ap uorezeuadsap vy anb aorp anb eisquorsnoe 2110%09 ap onyoqu2 [> opuan daz ‘tv enuoo reisoioid vied soonprpaur sopedso sns woxesn poomstjoH SHOON VT.20 YOOTRY Ta :NOISATONOD ‘SHON ¥I-aa ODI TY EL FULGOR DE LA NOCHE Aunque el modelo nérdico no criminaliza directamente a los trabajado- res y las trabajadoras sexuales, hay aspectos operativos (como la compra de sexo 0 el alquiler de locales en Ios que vender sexo) que siguen es- tando criminalizados. Esto pone en peligro la seguridad de los trabaja- dores y las trabajadoras sexuales y los hace vulnerables a abusos; pueden seguir siendo objeto de persecucién por parte de la policia, cuyo obje- tivo a menudo es erradicar el trabajo sexual mediante el cumplimiento de la ley penal. En realidad, las leyes contra la compra de sexo signifi- ccan que los trabajadores y las trabajadoras sexuales tienen que correr ‘ms riesgos para proteger a los compradores y evitar que sean detecta- dos por la policia. Los trahajadores y las trabajadoras sexuales relatan {que los clientes les piden que los visiten en sus casas para evitar a la po- licfa, en lugar de ir aun Tugar donde el trabajador o trabajadora sexual se sienta més seguro. En el modelo nérdico, el trabajo sexual sigue es- tando sumamente estigmatizado, y contribuye a la discriminaci6n y la marginacién de quienes se dedican a él En 2016, at avanz6 esta posicién y establecié una nueva respecto a las obligaciones que los Estados deben tener para respetar, proteger y ga- rantizar los derechos humanos de las y los trabajadores sexuales. El do- ‘cumento se dio a conocer el 26 de mayo de 2016 y esté disponible en internet. Ha sido muy importante que at aborde esta problemitica desde una perspectiva de defensa de las derechos de las personas que trabajan en el comercio sexual, En México la reivindicacién de ser reconocidas como trabajadoras, no asalariadas introdujo la exigencia de los servicios de salud, educacién y capacitacién que acompafian a los derechos laborales. Al reconocerles su condicién de trabajadoras no asalariadas, y otorgarles las licencias para trabajar en via ptiblica, las trabajadoras adquieren también una forma de proteccién ante las razzias policiacas, que arrasan con todo mundo en los ‘operativos antitrata. Asimismo, las credenciales les permiten abrir cuen- tas de banco o pedir préstamos al declarar que su fuente de ingresos es jento legal, la condici6n de trabajadora sexual se reduce a la invisibilizacién y al borramiento: “trabajo porque necesito 196 Conciust6n: Et FULGOR DF LA NOCHE alimentarme, pero no se acepta que lo que hago es trabajo”. Sin las cre- denciales las trabajadoras sexuales son una especie de indocumentadas, con una presencia socialmente estigmatizada y, en ocasiones, considera- da peligrosa 0 contaminante. Se encuentran atrapadas en un limbo gal: la prostitucién no esta prohibida, pero sus formas de organizacién del trabajo se consideran explotacién o lenocinio, situacién que se traduce en riesgos, extorsi6n y abusos. ‘Adems, hay gran hipocresia, pues el Estado las usa, pero no les reconoce derechos. Esto hasido muy evidente en la forma en que se i pulsa el comercio sexual para dar servicio a destacamentos militares,*a zonas petroleras,° incluso a obreros en grandes proyectos de obra puibli- ca, Sobre esto tiltimo, esta el caso de la construccién de la Siderirgica Lazaro Cardenas. Hace afics escribf, con otras compaiieras, un arti lo® en el que analizébamos algunas de las luchas que las mujeres habjan dado en México en los afios setenta, intentando rescatar y elevar movi- lizaciones poco conocidas o inéditas al rango de lucha politica. Una de ellas fue justamente la de trabajadoras sexuales que exigieron condicio- nes laborales durante la construccién de la Siderairgica Lazaro Carde- nas. Ahi se emple6, en la primera etapa de la construccién de la planta, unos 30 mil obreros, y en obras externas tanto del puerto como de la ciudad, a otros tantos. Las condiciones de vida de esta poblacién flotan- te eran muy duras, pues estzban solos y alejados de sus familias. Répida- mente llegaron (0 fueron llevadas ex profeso) cerca de mil trabajadoras sexuales. En el texto mencionado recabamos el testimonio de Soledad, que no habia cumplido atin 25 afios: Estaba en mi casa, pero necesitébamos dinero y me vine aqui, decfan que habia trabajo en las fondas y restaurantes. Pero s6lo nos pagaban 25 pesos, la dueita decia que con las propinas sacabamos lo demas. Y aqui en Lazaro eso no alcanza para nada. Después de trabajar me hice de un novio, que como todos... piden Ia prueba de amor. Bueno, vivi ‘mos un tiempo juntos. Luego se fue y... pues he andado con otros, say Jjoven y aunque fuera fefsima a seguir trabajando, y es0 no lo toma en cuenta la empresa. Habiamos 3s hombres necesitan mujeres para 197 66t |p uo anb oduzon ousstur ye ‘Tenxas ofeqen jap o1arw}ouo0s oua|d 9 “anpadusy exed epezyjan so wrexy ap 4a7 e| sand ‘sa4ay sensonu ap uoweztut “unre eum aoyeas ferspnf ewamis jo anb e weBHqo seBaUTLA wIoreD zanlel ap woranjosas x] & saruarpuadapuy seiopeleqen sey ap oure}>a4 [| “qenxas ofeqen ye jeBa] o1uatun1s0N001 [p zeznoeisqo uts worreoyde ns exed sapeaqnoyrp sey 4 42f ¥] op Soorpunt seuraiqoad sajedioutid so] zezyeue ered eyouajaoxo od eustusesi9y e S9 ‘guorsuour eX anb “(g19g) .02}%9)4 Uo Tenxas ofeqen Jap o1uatutI20U0Ia1 ou 9 4 jenxas uoioeiojdx9 ap sauy uo> exes ap Aoq vj ssapeprlaydusos 4 sopeponfiqury, $2110] expneyg ap 01x91 oso [a ‘soUop soisa 9p seuL -noI se] & eoUaISISe A UomaAd el vied & seuosiad ap wen ap eUDIEUL ‘uo sonjap so] seorpento 4 reuopues ‘uoaaid exed pexouad Aor] sesofour Aawuye & pp zeayidnar oy dun ors ‘onn20u9] owo> arasdiowt as ou o;2080u 19924] eivd seuosiod sejsen ap uo}edionsed eI apuop (seanviadoos o sesaidwo seuonbad) ofeqes [op uo!eciues 40 ap sojednu seuni03 ayuawe89] uardase 9s anb axinbar ‘sesopefeqen spuiap se| ap sofesoqe| soysa1ap sot anBs010 say anb A ‘ofeqen oy> ap © ueaipep 2s anb seuosiod se] ap pepungias A eouapuadaput FI asias -o1d anb yenxas ojsiowoo Jap uoPeNBas un seAB0] ‘OOIKIW UT ‘eisife1our souoTSeIEPPap SouDUE K s2zEIOAEL seaneponut spur uexis200u as amb oj 10d ‘sefeqen warembox onb sasafiius se} ap sopeprumiodo 4 suorodo sey stpuredxa uo e2rpes jenxas oFps9UI09 Je aiuagy eaneusaype e| anb epeuss opuens (6661) umegssny eIuNdE O| iquiea os ‘Tenxas o1>19WOD Te UeADT] anb seoTUIOUOI20ID0S SeIOURISUND 19 se 19ajoso1 ua uanbypes wxgnd eonsjod ap sazeaye spur souopUDA <1oyur sey anb 1ye 9g ‘opeorow yer exeuapo> 26 anb v uosa{npuos anb seura|qoad soy zeoyysuonut apand ws9 sond ‘uorriqiyord vy so eisandsox sofow ef auduiais ou anb suvaid 7ieg upiqure oa “oA1Dou opeosoUr UN (0102) 21g ofip ow ‘s9 ‘sa[ue>z9ur sauOPIeSUEN sEUIaP se] ap OUNSTP uopio tn ap 9 0x08 ap wiuaseidusoo anb souresopisuod ‘onuanous ur anb sey ania ‘sesturoy seureA “ofeqen ono 1ambjen> owo9 penxas ofeqen qe se19pisuoo eoy|dum ou soypazap soy ua anstsut canbyidxo oj v4 X -seyeuu se] ap exong & aauatpuedep -uy exouew ap sefeqen uaruuzad anb sarexoqey soysaiap 80] xod eyony eI SHOON VI-4a YOOTHY Ta :NOISATONOD 861 e eiouensodury exmnb 9] sajetxas sorotasas ap enuaaesdwo> ¥] 9p uOIsIOIs eq enxas opiau109 Jo tor UOTDE|AI UI OYDIY BY OUISIUOFD!OqLOaH 12 nb eagsinostp ugpeindimeu e] & opiqap Eitan Uo EPEUION 19s ap eISIP ED “sondoid fr os0q “ueasep o Ise is sepeueduroe sefeqen sazafnur se] © WER -qutsod anb seoygnd seannjod seqjoaresap 4 sadoq zeiqureo anb dey ‘ondas “{soue 9p seussop repre apand osau9 op uo!eUTULIDSIp BI Wo TeqUIE foSrequia wig “(6 “€661) .229U98 ap UODEUTULIOSIP PI wISIKO semua uponysaid ey emey Teuo!ges vonyjod wun oqey apand on, :staect MU sey oxeppop sou azey anb of openso2" s9 089 104 “exmNIN of A oompemlo| ‘qeRos 0] o> qer0qe] oj uafonua anb ssuonsan9 ap peppydnjnur ean usvasede ‘orpour sod ap ozau1p £ey optrens ouruautay odion> [9p Osn 12 ‘uo ug}ejar wa ua8mns anb somsyyu09 soy rezqeEUE [e ‘lip eX OUD “opuoinytp ony 2s UO!DeZTTAOUI ef ap OpsaN293 [9 “A atuauia|qeiou ofeq svingrsoid ap epuewap | X soiupure o sesodsa sns ‘2 zesaq] uosorpnd sazopefeqen soy e2!Smzapss e] op edeia epunBos e| Uy (og6t "70 » opaxsay) upsepue apuop ages upinb “o}aEa 24 98 189 “opr wey as seno ‘souay[ souau uauan sure sty “opod Ono ap $9 302 ye ooqndesy wa ont exon sezeuauu &j201y> e] anb spus peu sot -asuoo ou & souoppefan ap om: Epon woroPny ow ‘eso B] oD WorePUELL fu fons aaqos rege e my “jq4ss04 any So1qUIOY SO| LatIaN anb sopEpIS “sou seno opuepujo oxad ‘sonusuredures & souopauso> euod wards ‘o> jy “sesopefeqen ouio9 soypou9p sonia uesoyp sou an exed ed “gunn auapisoud fo woo sejquy e som oourD seu ‘ero epeu uosdfip oH seno “uor9u as seyanyy s042219p sonsonu stpad soumppap seuEN seu ‘epejonuo> soureqgis sop sopo sod ‘eqeamn 2] ou wduso> fe reste>s0p soureyonb 1s senosou & equsoo Sou “e>ypau upouare soueLAND 1 sowiaSaioxd weed anbrip ‘re8ny 2 eqepUo nb wpiod ye & oxunse Jp wo enaur a1 anb eduio> je way snsedar ab suai spuiapy “eros e| eqefeg sou opteno TU “eoun soureqystie>s0 ‘ou iw ap spur is seuiade senosou & souquoy ut 9g Ae ‘op say “040 -tpuo> seiso uo sourean anb aqqysod s0 oN, “seauEdm09 sus ap seune 1uoo anbaeyd ‘soureyn onb 29 s91qu04 SouOTIpUOD se & 0189 OPLATA sovopefeqen so] 9p oso [e sepor “sermsoud [pur ap seus kn “mbe a aMDON ¥1-3a HoOTHE TH, EL FULGOR DE LA NOCHE articulo 5° constitucional la resolucién judicial ampara a las trabajadoras sexuales. Ademés, el sistema judicial debe rectificar el hecho de que sus funcionarios, asumiendo al extremo la postura neoabolicionista, estan tomando la presencia de condones como indicio de trata. Ya comenté que la directora de Gensida ha tenido que hacer un llamado a los procu- radores de las 32 entidades federativas, incluyendo a la Ciudad de Méxi- co, para que dejen de hacerlo (Uribe, 2013). Por lo pronto, algo que dificulta un reordenamiento juridico que busque nuevas formas de organizacién del trabajo es que el acceso de estas trabajadoras a un trato justo no forma parte de la agenda politica: no hay partido que denunci¢ la explotacién y maltrato al que son some- tidas; no existe grupo parlamentario que proponga retipificar los delitos de trata y explotacién con fines sexuales y reconocer formas de organiza- cién del trabajo sexual, con derechos y ol 1s (carga fiscal y segu- ridad social); son escasos los personajes de la politica que se interesan en. distinguir comercio y trata, y tampoco hay muchos grupos feministas que apoyen a las trabajadoras sexuales.? Marcadas por la doble moral imperante, las trabajadoras sexuales se vuelven un motivo de conflicto para algunos grupos de la ciudadania y, aunque ellas no escandalicen, su sola presencia es motivo de protesta. Re- cuerdo uno de los shocks que tuve cuando inicié mi acompaiiamiento po- Iitico: que te corran de un lugar por tu aspecto. Algunas de las primeras reuniones con Claudia y otras representantes fueron en Sanborns, pero como eran justo antes de trabajar, como a las ocho de la noche, y ya lle- gaban arrgladas, lamaban mucho la atencién. Asi que nos nos lo otorgé gentilmente, algunas mujeres de la oficina se molestaron por la presencia de putas en su espacio de trabajo. Esto ocurri6, pues, como las mujeres tienen mucho que perder respecto al desprestigio sexual, son las primeras en defender ferozmente esa linea divisoria entre decentesy putas. 2Qué ocurriria si la palabra prostituta perdiera su significado? Una provocadora iniciativa de Margo St. James decia: “Reivindicamos el 200 ConcLusiow: £1 FULGOR DE LA NoCiE nombre de ‘puta’ porque ¢s utilizado contra todas las mujeres. Quere- mos difundirlo, reiterarlo y, sobre todo, retirérselo a los hombres que se sirven de este apelativo para dividir e intimidar a las mujeres” (1987). Des- de esa misma linea de pensamiento es que algunas feministas declararon ‘en un momento: Todas las mujeres somos putas. :Qué pasarta si, en la vida real, las, prutasy de- cente@ Utopia aparentemente descabellada, pero hacia la cual las nuevas generaciones se encaminan, como las j6venes de la Marcha de las Putas. A pesar del nombre, no se trata de una marcha de trabajadoras sexuales sino de mujeres, e1 su mayorfa jévenes, que protestan porque mucha de la violencia sexual se justifica con el pretexto de la apariendia {provocadora de las victimas. La Marcha de las Putas surgié por el comen- tario que el policia canadiense, Michael Sanguinetti, hizo durante un seminario sobre agresién sexual en la Universidad de York, en Toronto: “Las mujeres deben evitar estirse como putas para no ser victimas de la violencia sexual” El escéndalo estall6 y Sanguinetti tuvo que ofrecer una disculpa piiblica, diciendo que estaba avergonzado por su comenta- rio y que éste no reflejaba el compromiso de la Policia de Toronto con las victimas de agresiones sexuales. ¥ la vocera de la Policia de Toronto, Meaghan Ray, declaré que los policias deben dar una lista detallada de los lugares y los tiempos en los que ocurren las agresiones sexuales para que las mujeres puedan adecuar su conducta, pero que no deben suge- mecha de la indignaci6n. Mas de tres mil mujeres s Toronto vestidas como putcs para expresar que no importa la vestimen- ta que se use, nada justifica la violencia sexual. Ademds, se burlaron de la idea de que esos atuendos excitan a los hombres al grado de perder el control. El mensaje fue claro: las agresiones sexuales son responsabi- lidad de quienes las llevan a cabo y no de las victimas. Asi, la Marcha de las Putas se diseminé a otras ciudades: Montreal, Londres, Matagalpa, Melbourne, Seattle, Los Angeles, Tegucigalpa, Buenos Aires, Bogota, en- tre otras. En la Ciudad de México, el domingo 12 de junio de 2011, cientos de mujeres partieron de la Glorieta de la Palma, en Reforma, rumbo al 201 808 ofeqen un ouos ustonssoud ef 21908 woRKaYos Ng "SOyDoIOp SMS ap BUI “ap v] 9p ooreur ja u9 safesoqe] SoreNUOD J021qEN9 ap PEUAgH el wer “upd anb sezopefeqen ap eorignd uo!searputatos PI :oonxgyy U2 SoUNHOD souau SeUID[Ep soy ap oun ¥ eUDsTUD SoU anb OUsUIOUR UN ezIaN] UO EL cundsop sasred sosa ug “(fenxosowoy { [enxasosa1eq) [eID!oUIO9 TeNXeS o1omuss [ap peprresay vl axsix9 ‘opearau op aueurwop vo1B9] eu rod sepesmdunt ‘anb set uo sopepa;oos se] ua URIOU as pmn>e ap sorqure> ans { sojenxas sexopefeqen seidosd sey opuaiey uyasa o| eA Ors enxas ofssot09 [9 ENO souviund sosin9 “sip soy xeonua 4 eruouresoqns [9 ugIquIE OUIS PEPHTENXDS eI OP O34 aury [p Us oonselse]99 OWIsTUOPUAAIATHT [2 O[9s OU TeZeYDax OLTESOau $9 soqenxas sopuias ap eiuaserdmon ey xeiodsax exeg "BFUEPEPND BaP PEPIT -enxas v] rejomu09 ou oxad ‘souruyun soypazap xeznUETES e9G9P OPEN Tq “oumsuo> ap od oso & J9paa0e sod ouzo> eiouarsteqns ns remBase od owe) “eoqurouoze uorsard eum waaya tefeqen onb seuosiad se] sepor ‘owsipende> ja ue o1ag “se;ouasix9 0 sezeusUre “U9I>:909 of&q Oxas EPPA o1peu anb zed oapdura < jos peptungas seuosiod sej sepon ® sayreznre 2a eprogop opeasg [a ‘seotUOUODa sePoUEIsUNa12 sns Jod sepesy|qo UPSD sejta ‘somiysaid sey anb jen8y sesox8rjad uos aonb osnjout “weasn s9] ou onb seso ua refeqen ¥ sepeziog uos upiqure anb ‘sozafinu seo e 40709 -sa1 auodoud as ow opeasy [9 gnb Jog? ~vpinivasas opeasy [> 2qap? “uoTeA ‘eno 1ombyeno sod o e2wouor9 pepissdau 10d sapenxas So_uas rapt quaisuo9 ofits eun 1s “uaIq BoKTy “wDUEAgTET L1GO9 OUDTUNNUASTIOD [2p pura [9 yy ouepepND soidord soy o seistuoroyfoqe seISTUIWHOy Sel ‘SOS -oyfitja1 sodnu8 soy ‘opeisg fo? 'gsouepepn> soy ap [enxas eIoMpUoD FI 31 -yop aqap upinb? aiueZoszawy e] uo eoIper Tepou SuUTEIpEpI9A OT “eperdoade jenxas eianpuoo vun so gnb ap worstuyep B] $9 ‘sayexoqey Soy -s1ap so} ap sexosuajap 4 seisiuoronoqe anus uorpssodenuo> yj ua ‘oSant tuo piso ugiqurer anb of ‘opauas aso uy “euiSAse [2 axqos rmeqap onb ‘Avy ‘saaquioy so} ap se] B oruystp wop10 uN 9p tos soxofhu Se] ap soTENX “9s souorooestren se] anb exapisuos anb [exour aIgop ¥I v OMESap UN so soxofim se] ap fenxas peplanze vj anbiod ‘ose sod ayuourestoanq sofiuy eun eSiuay ej anb e agi] Tenxos ugwsardxo eun eStiay a1quioy un anb oursttu 0] $9 ON “PePIDOS FI SHOON V7 3a YOOTAY Ta :NOISATONOD 308 28u onb jezour aferurepur jo so anb ‘eumes8 0 jepreuro> “emeumy fem 98 peplanoe v] ap fenSisop ug!esopea ¥] resysau sed yeruaUrEpUny $9 OSL -jerowr 21qop B v oxoadsax euRso20u Anut uORKaYor LUN e2oK0Id o1ed ‘suind sej A seyusoep sosofnn se] anua ¥2tB9joapt worexedas B] 102 eIO8 JS aod eqnoe ou “eorjoquiis uprsroyruSisas ayqeiou vun vordum semg set 2p eypieyy e] anbuny ¢[enxas eronpuo> eK ovadse je ua atuex9p of ap amtur -y[un aa09]quiso uRIUDIN! sSUaMb e eIUDITUD aonb ‘e1opesaqy A AUEYE SAP pmnoe eun so vind ap ayueznewSnsa cura [op asrerdosdy jetusuenxas eprpaiSe 49s exed uozer ‘gun wiony jenxas exopefeqn 198 § OWI0D! ‘send uadared ayuoureisondns anbiod usaped anb erousjou e] ap sazafiur sey © opuredina xmas eX ap -and as ou anb ousaigod jp A peparsos x] & apbap upiquies & ‘sazopes03e A soropyous are ug}soaioid { oradsas sn8ixo ang eypzeur ef ap oanolgo 1H ‘wuney eoapury sod seam Se] 9p PDE BL ‘eurures anb eusye ‘euspe ‘euay euypey a0ey ous ou enNbIYD ePreF ‘06 eppop 0] 089 ‘ou 21036 ‘eroqanasa seniosou woo “ei9taM Eun JOS 1S 8 n0D8q :uorany seuBisuo> se110 ‘ou ey, jus ‘ou ofp ys slopevuan v2s opnsas rus ap a100s9 [9 anbuny “ow rout 818 ‘ou oBip js sfensuas wars ap ayteq onbuny “ou voyruss ‘ou o8ip 1s soyqeip eareus wioy2e1I0g wun vied 9w onbuny ‘ou woyrusis ‘ou OFKP Js senxos ove |p zeumsuod ou EpHap c1uWoU! saINbjEnd U2 anbuny “ou wayyuiis ‘ou o8fp js :ojsra rus wasey eqns wprey tur ap eamazade e| an amy ow eayruSis ‘ou ofp js 2fae ap souozes { paz ap serpous asn onbuny rerepp Anur euns0} ap oarueyd of ‘ejanzuaye, exiomnyy ‘seropezruess0 sel ap kun ‘ooRNDW UT +,ON anb woytufis ‘ox sop safut eun opueND, ‘Tenta ueFojs9 uN ou -dn euedues ey “sem se! ap eyDseW e[ opuEsridar ‘zazenf e op} HOON VI-30 OOTAL Tg ELFULGOR DE LA NOCHE elegido las ubica de leno en un neocontractualismo. :Hasta qué punto ver la prostitucién como un trabajo elegido se trata de una racionalizacién «a posteriori? Las trabajadoras politizadas que reivindican su derecho a ele. girasumen: Estar conscientemente en el escenario del sexo comercial, cada gesto, ‘cada fingimiento, cada prestacién, forma parte del ingreso con todas las dela ley en el escenario del mercado: hacer como que se da més para ob- tener lo més posible, como cualquier otro comerciante (Tabet, 1987). Esta postura se desmarca de los dos estercotipos culturales: el de la pe- cadora y el de la victima, y abre la posibilidad de establecer una manera distinta de asumirse piiblicamente. in embargo, con el contractualismo en el ambito sexual se jue- gan ciertas contradicciones en torno a la libertad y al mercado. Una es la. que se da entre la supuesta libertad individual en el uso del propio cuer- po y la prohibicién de utilizar la sexualidad como mercancia; otra, la contradiccién inherente a la moral moderna, que defiende el ¢jercicio de la sexualidad como un derecho de las personas, pero que orienta las necesidades sexuales a la institucién del matrimonio o, al menos, de la pareja establecida. Estas cuestiones forman parte de una madeja concep- tual, cuyos elementos varios estutliosos han tratado de desenredar (Vance, 1984; Weeks, 1985; Altman, 2001; Lancaster, 2011). Ademés, conceptua- lizar la prostitucién solamente como un trato de carécter privado entre ‘una persona que vende y otra que compra oscurece su aspecto de institu- ién social, oculta la ausencia de los derechos laborales elementales de las prostitutas y no alude al estigma asociado con ese medio de subsistencia. Desde hace siglos, en México, las mujeres monopolizaban el capi- tal expeoffico de objetos de consumo sexual heterosexual. Desde hace bas- tante tiempo hay un crecimiento notable de travestis como objetos de consumo sexual masculino, lo cual da pie a la interrogante de hasta dénde las demandas de los consumidores tienen que ver con necesidades subje- tivas 0 con cambios culturales suscitados por el proceso de mundializacién de cierta economia. Lo que persiste, sin embargo, es que las posiciones 204 ConcLust6n: £1. FULGOR DE LA NOCHE ‘ocupadas por las trabajadoras y los clientes/consumidores reproduce la configuracién de las relaciones de género: el trabajo sexual, sea reali zado por mujeres o por hombres, es culturalmente una posicién femeni- na y quienes compran esos servicios son, casi exclusivamente, hombres. ‘Ante esto, una pregunta que surge es: zdicha posici6n significa siempre ocupar un lugar de sumisin, de sometimiento, de pasividad? Giddens, al referirse a la prostitucién en su ensayo sobre la transformacién de la in- timidad, comenta que: “Muchos de los hombres que frecuentan regular- ‘mente prostitutas desean asumir un rol pasivo, no uno activo, sea ‘0 no que involucre practicas sadomasoquistas” (1992: 123) Por tiltimo, para entender ciertos aspectos del comercio sexual, de su moral sexual, sus practicas y sus representaciones culturales resul- ta muy dtl comprender el orden social como lo hace Pierre Bourdieu (2000): como una inmensa maquina simbélica fundada en la domina- cién masculina, que se construye sobre la asimetria sexual de los hom- bres y las mujeres, y que produce asimetria social y simbélica. Los seres humanos simbolizamos la diferencia sexual del cuerpo y le adjudicamos un conjunto de atribuciones, creencias, prescripciones sobre lo propio de los hombres y lo propio de las magjers, que cambia segrin la época y la cultura. Los seres humanos internalizamos ese conjunto de creencias culturales, y las aplicamos, incluso en contra de nuestro bienestar. Eso es violencia simbélica, una forma invisible de dominacién, que impide que ésta sea reconocida como tal. Bourdieu postula que “lo esencial de la domina- cién masculina’ es la violencia simbélica, 0 sea, la violencia que se ejerce sobre un agente social con su complicidad 0 consentimiento. La compli- cidad o el consentimiento de las personas dominadas ocurre cuando no pueden decodificar los signos relevantes para comprender la significacién. social escondida. Las trabajadoras sexuales encarnan, de manera espe- cial, la situacién de violencia simbélica: estigmatizadas como el mal, el pecado 0 la escoria social, muchisimas comparten la definicién domi- nante sobre sus personas, y es doloroso constatar cémo ellas establecen sus interacciones a partir de aceptar la division entre decentes y putas. ‘Atrapadas por la violencia simbélica, reproducen en si mismas el proce- so de represién social y al compartir el estigma se desprecian, 205 108 ¥ 1o20u00a1 9[qIpulssaudum wyMNsa4 OS Jog “TeIOGE] OPEDIU! [9 999390 s9] ‘uopseredaid ns epep ‘anb x # 1oviadns oz9uip ap epenu eun 4 914 -jxoy sourexoy 09 ‘aMBasu09 wapond anb uo1edn20 sofou! ¥] $9 [enxas ofeqen j2 anb ap ajqnrasonuosuy oy>ay J2 10d uoPpemIs wise uoyunndo sorafinu ap som oxag “sonuotumNs 4 uoeUBreUI EIU anb oF “LOIS sow ap 4 ewSnso ap seono sere OD ‘SeISTEUOINIPEN susUTEM[OSGe seuronbso woo ua8ui as sred onsonu ap seuoz sapures8 foy eisepo, ‘rTenxas ofeqen fo ua sepeypuesus ueqere soyeno se] 9p seyITUL ‘ompmase 6 ofeqen ap sestey seaneivadxo u09 sauanof ap so1ua!> aruourent “exp ueBoq] oopxayy 2p pepnig ee A “TEnxas opraUiOD fo ered porouaod oko ‘uo seypeypnut sey e UaBt[2 ‘eorIgUMONUAD ap auarUaxosd uoLeABIUE 9p ofnyg fap ‘onb sa1oXoo uarsnxg “oruaturezeydsap ns seans02 ved [eaxos ofeq cen e woposoe saiafnur seysniu ‘soprup, sopeisy eDEY seuoLOUIeONUID se] ap ope8ijqo osed ‘ins exaruo.y | ap ose> {9 Uy “Tenxas ofeqen [e seyD nui e vfnduia ‘sorueafzur se] ap peparreaid ap souo!otpuos se] sepep ‘nb ‘uopesSius e] ap ouswiguay ayuspam [a yIs9 ‘woLDEAOUDI Jod wpEIDqHaP OD -enonp ej ap seurapy ‘sted 9p ‘pepny ap ‘ofeqen ap zeBnj ap ueIquieD souafnus se] “oatKayy uo ses ‘ugdef ta seueaIxaut zruaielip of ‘opo2zsyos O| “anngxa of "exong ap 0} vosnq 9s opENUN] OULO9 aqyo40d 9s [e20y O| OpuER -sopepunolqns sexonu? ‘somnusmsa sosont ‘sodiano soxanu ‘sexe seaantt 9p ‘epucurap vj so opeosou [ap 1010 um { ‘sapepaaou a1ambes OPI9UIOD ST sorenxas sexopefeqen se] anus uoTeIOr 4 pepiour wesB Uod sapeUO!rEU -suen sopaz ap ojjouresop [2 opeotidum vy enxas orarowro J2p UO!DeZTEIP simu e] ‘sosinoau v 059908 [e OWO) U9 A a1q0s OqeD B HeEAaq] 98 seigoruEN seypny sey apuop je1908 euaze wun :ordoou0> re wBr010 9] (9661) N>IPINOG anb opnuas jo ua odup2 un ‘souopisod ap opesmianinse orunfzo> tn outo> ‘uptonqusoud e| ap opumnns opeurey| [> seizidsoiuy anb dey upiqurey -pruepepnin ns ap o1>tos0f9 jap ooseq wursiqoud ye uarmuas anb & jenxas ofeqen ap odureo j9 siuaureyesaz9u we201 ou anb ojuarunz0u09 ap ugioonpoad ap 4 up}sertasaxdas ap sos920xd sono sod osresorowur e opeaay] By se] ors “TeuODDETOx & feuO!DEMNIs uo!DeUIULIO “9p ns seiodxa sod spxavut uauan exoforten epestsg e sepEINoUA SEI ‘Org “ure ug ‘seq]2 ap asreplajo uasaqnb ‘SepueIsuMoIID sns 21qos TEUOIKOYO1 anb spur { oioduay sa ofeqen asa anb sesuad ap pepissoeu ¥] uowreduro> 908 seypnpy “sayqedino & sepezro8zane asinuas o2ey se] eooquas ¥oUaION EL ‘ourstypeur jap eouaisixa x exeyo Anu uauaN anbuny “o_yo ns ap samueZ -pemfnso sopesyrusis soy auasjua exed pernoytp uauan sand ‘sei219 -sip spur oysnut uos spuiap se -vsozuaHiea exapisuo> as anb ugroemus tun wep 9] anb oorgnd osn ja ua sajeuorodaoxa uos saperouapaso se] 01801 anb oredure j9 uorarsndraru anb sezopefeqen se “oantou0de xapod ap eumonnso ns & yepos euraiss je eisandsax eun ous renprarpuy eurayqosd ‘un $9 ou o{ns ja anb orp usuan sepeznyod se] auaureIOs ‘IMBasu0> uapand anb opeBed sofou & ajqnxoy spur ofeqen [9 s9 959 anb ausut -expydxo ueisoyrueur sezopefeqen se] Uaig 1g “ewBnse Ja aMUNsuOD—p & sezadura anb Avy oxad ‘sind se] 4 seyuevep soxolinus se] anus e>tBojoopr ugperedas e woo ‘orarsap sod ‘reqeae ¥ ea as ou anb ongo sa -pepisozou un s9 oxos snuduos aonb senuatin ‘oadge so aruauenxas asiepuza anb ap uo -oipenuod e] eouspisa us 1ouod ouesazau $9 spuIapy “TeNxas exoprleg -en ap [9 ord ‘sopania? epiownorgyod souTUAID s1NponUT 2 (vimIsaud oP | ooo) sues8tuap souctrrouuOD uoD soMTUNIDY TeUIMITa ap OPAUES 1> so asg ‘afenSua] ja ua uesqy] as Upiquie EaoquITS UoIDeDyTUBISAL ey 10d seypereg se] om1o> x ‘soursaa soy & sapersture se] e oposod ns sgn epeoytL $1 onbiod o uaiaqus 9s seqqrarey sns & sofiy sns anb wauray anbrod ‘sarok eu $e] anua ‘exaago19 ‘osrese> ‘septa sms s92e491 HOD ueaserueS anbiod ‘souasof se] annua :souozes sesiaarp Jod auauTeuoDeauaBIaUT aiuosesd vaso euifinso [e 10u1n 1 "epEDasdsap ap jens} o1ad ‘(renxas exopefeqen) ‘vuxapour spur ovod un vun v (rnd ap) epenyesap pepnuap! vun ap UPTO -eunigysuen v| [Ip Js aod ap sq -sordoad upPseztuEB10 A uorKayos 9p osaooid un v opuatiqe upiso as seuade oonxgyy ua sapenxas sexopeleqen sey eonsjod uppedionred x] ap sapeuowsrpen seuoy se] a1ue sapernoytp 1109 seuosiad ap ‘11sap so ‘saxafinut ap wren as anbiod o sea a1qos arsixo anb epeztiopeasop wotodaau09 ¥] uarzeduios anbrod vas ‘oqe> v waa] ap pump dnur exmnsaz osavoad arsa ‘aejnonsed ua ‘swinznsaud sey eed owor jerauo8 ua ‘soxafnunr se] ered o1uey, “eonsjod Uo!D9e ap 4 eDUa!DUOD ap ‘eu10) ap os9201d un ap asombas sosrjoquils souNMLg) So] ap HO!DIUYaP a1 wf anb epeuss (1661) 2oIpIMOg “epenfersp emNpuOD eso aUDUIEDH| -pquns sragapax ap ¥] s9 azeid o8:e] & urodo eorun ey anb oxeI, HOON ¥T 90 WOOTAY Ta :NOISATONOD HOON Vga xOOTAI IT EL FULGOR DE LA NOCHE violencia simbélica en esa esfera personal, pues solamente asi, prostituirse dejaré de pensarse como un problema individual y emperaré a ser una respuesta a la divisi6n sexual del trabajo, a la doble moral, a la precarie- dad laboral y el desempleo, al acceso desigual de las mujeres a las opor- tunidades educativas y a la carencia absoluta de seguridad social. mentalidades en materia de costumbres sexuales, cambio que ya esta en marcha, el tema de las trabajadoras sexuales destaca como la punta del iceberg. Abajo est el contrato simbélico entre los sexos, con todas sus ramificaciones politi- cas y econémicas que otorgan a las mujeres su calidad de subordinadas en el contrato social vigente. Asf, una reflexién sobre la prot tos socio/simbélicos en juego y abre una caja de iin muestra indica elocuentemente su subordinacién de género. De ahi que incidir sobre la situacién de las trabajadoras sexuales sea, en alguna instancia, influir en un aspecto central de la condicién de todas las mujeres. Por 50, en vez de proponer la abolisién o la prohibicién del trabajo sexual, habria que desarrollar una perspectiva en la cual quienes se dedican a este trabajo tengan mejores condiciones laborales, con la menor afecta- cin a terceros y con mecanismos fiscales adecuados. Creo que un aspec- to crucial para reformular el trabajo sexual es fortalecer con derechos y valorar simbélicamente a las personas que se dedican a él. Hay que lo- grar cierta recomposicin de sus identidades y papeles sociales. En estas paginas he tratado de explicar que en el trabajo sexual callejero confluyen y se cruzan vivencias paradéjicas sobre la feminidad, el placer y el riesgo que no han sido suficientemente investigadas, y que nombro como el fulgor de la noche. Una reflexién mas cuidadosa sobre el trabajo sexual podria conducir a nuevos modos de conciencia y de sen- lidad, y a promover el respeto de la reivindicacién politico /laboral de estas mujeres con un reordenamiento juridico que facilite nuevas for- mas de organizaci6n del trabajo. Justamente por esto, el trabajo sexual 0 prostitucién es un campo privilegiado para analizar la lectura sexista que se hace del cuerpo femenino en a sociedad. Hace afios, Bennett Berger (1995) planted que el gran desafio del estudio de la cultura radica en 208 CONCLUSION: EL FULGOR DE LA NOCHE nuestra comprensién de la libertad. Poner al dia la reflexi6n sobre las condiciones de la libertad remite a lo que ya sefial6 Freud, sobre la cul tura como represién de la sexualidad: cacaso los limites que la cultura impone a la libertad no empiezan ahi, Giddens imagina un horizonte ut6pico, sin limites para la acti Vidad sexual, excepto los actos que implican las reglas negociadas de la pura relacién (de igualdad sexual y emocional) y otras reglas democrat cas de respeto para ambos lados (1992: 194). En su prospectiva, este au- tor (que reconoce la lenta pero persistente igualaci6n de las actividades sexuales de las mujeres con las de los varones) no se pregunta por el ca- mino que tomaré la doble valoracién sobre la compraventa de servicios sexuales. En otras palabras, zen qué direccién se dard la transformacién de la doble moral sexual? Los varones dejarén de comprar sexo recrea tivo, o las mujeres empezardn a hacerlo como clientas masivas de un iné- dito mercado? Sin duda, estamos ante lo que Marcel Gauchet (1998) denominé ‘una mutacién antropolégica, y dos claras expresiones de ello son los despla- zamientos en los mandatos tradicionales de género (lo propio de las muje- resy lo propio de los hombres) y lo que varios autores han denominado una sexualizacién de la cultura: Una preocupacién contemporinea con valores, pricticas e identidades sexuales; el giro puiblico hacia actitudes sexuales mas permisivas; la pro- liferacién de textos sexuales; el surgimiento de nuevas formas de expe- riencia sexual; el quiebre aparente de reglas, categorias y regulaciones disefiadas para mantener a raya la obscenidad; nuestra aficién por los cescdndalos, las controversias y los panicos en torno al sexo (Attwood, 2006: 76). Hace rato que el placer sexual y el erotismo se han vuelvo componentes ‘centrales en la cultura del ocio del capitalismo tardio (Beck y Beck-Gerns- heim, 2001; Simon, 1996; Giddens, 1992; Plummer, 2003), y el nuevo pars digma referente a la sexual -xo procreativo al sexo recreativo (Vance, 1984; Weeks, 1998; Altman, 2001). La interrogante 209 ue “pou of op 405pnf ap arsed s0 of19 poy, (108 *+002) PDUs] Jo}sea9 v] OPP [9 “PepIso29u EL “ezarsEN x] oe Je too ugiqure saa anb aan 4 -opiqiyord of 09 & worrenDxe x wo 198 onb oust], -peprumpur > sow ap o9sep onsonu ‘souons { sojsyue son -o14 BA ugtsoido ef e sourauod anb soy so] 4 peptyenxas ensonu uo3 ‘S214, -woy { sozofu anus souorejou se 9p uorsoudxo wun so uorompsoid ey mnxas oprawoD, [9p epuassiad ey] aured wei ua voydxa anb ‘uowsmd el ap arqeaumnoe 4 ajqeunnqnsur onp sou 959 8 squaurfensifeur uopnye onb ‘eBansoN ud sopenxas sexopeleqen ered yeuopeu onuao un ‘onuay org ap e1orvanp ‘TeID0s exopefegen LUN suassof ary ap seaqered se] u0> uprxayou visa 011999 ‘omuosd 0] 10q ‘oasap [2 4 opiqnyosd of ‘osaurp [9 ‘worsaulsuen e uaonpoad anb 208g je warrurar ay20u v7 we xologoay 0 ayow vp sae 21908 HOON V7 90 WOOTAY TH NOISATONOD ow sesopefeqen sey ap soruowasa soy wersoytueus anb o| ‘089 10g "epuettp ] uequounye ‘seombisd sopepisaoau A seaisty SapepDedeosip ‘sopesaquorut soasap ap wouaisrxa Bj seul 'sajenxas SOpENMIUEP se] A UOTDE|AL ap PEPE cedvour 0109 ‘soiuat9suosU! Soasap so] sopepysanau se] Ove, “ENTS peprresoqy zodeur eum uo> eqeoe as ou wotzmmysoud vy anb sesuad aoey ‘sood ona sosyed sot tos ow03 "feos pepungas ap vuIasIs oydure un aIsIKo apuop 4 onsanu fo ta anb opeadase spur ormenso un ua PepHTENxas ep “uop sosyed ua sapersrowos soyenxas So1aia19s ap eruaisisiod ey -raoazed cesop v vAa jenxas o1zaWH09 [9 anb ap vzuesodso e] asiaDey anb key ou ‘oiqures aiso op resad e ‘oBrequia ug “so|[> oD sugy SOTENXDS S>UODEAT opuatuar uysa souanof sey ‘spt Za4 epe> ‘anb vé ‘aqusuIa|qeI0U Opronpes ‘ey 98 souano[s0] ap aured sod epuewiop e ‘opey ono Jog “equouEUI EL y1 10d ‘sepia sns siuauowarsod unSoyar anb 0 ‘eysadsos uis epis 2190p ‘pun ueSusisos anb ap saprpriqisod sgur seyantu Key anb oj 10d ‘souanol se] anu9 (opunin’ op ops) onstnbax un 195 ap zefep v wzordura euruouay pepruniina e] ‘opey un 10g “oredur ns opuensow piso jenxas epIa €] 2P uo}eneroqy e| eu9] eoeW 9¢"sajeNxas sexopefeqen se anus eysod 98 anb feuorseraua8 o1quied [9 ra90U09ax aqqisod so ‘ouansos os U211> yomaysad woiseq eusonouesr vj anbume 4 “pepranalgns e] uo souO}IeLTEASE] ‘eaBorur a ‘soonuouo2e A soaypaBoUrop soyquure> to wisuarod as ‘sayesnn> -o1os souoppeanojsuen se{ efoyor anb ‘jextujna up}oezyfoquns ms & jenx 98 wfouDsOpIp e| axqos 200}qEIs9 9s oNb OUDLIOUDS uN $9 [eAXDs O1DI9UIOD Tq vombssd eorureutp eun omoo & yeoseued ug!oapsuy Eun oUIOD “uo! cemp e8:e] ap sigoy ap orunfuod un oUI0D UoE2NyHsOUd ¥| ap OUBTIOUDS |p senqemdasuod & eaat] 9ur O21x9W¥ 9P PEPNID FI ap sajqeo se] Ua [eX 98 ofeqen jap sorsadse sounsie arqos optzi009q 2359 “OWN 10d ‘oUOSEA SO] HaPeY oy omoo ‘eorpostda eionpuoo wun 09 ‘oanva:2ai oxos rexdu1o9 ueruLiad 98 seis onb oped ye sozainut sey ap [eos odn8 [9p seapt se] upreULIOy “suen peprunuray ef ap yearaqno oreputes osanu jap seLser Tens seIoUas END A semed sey apuop easey ap e] s9 Epp IY safENxas somusas ueiduo> ou oy anb sozafnur sey ap vuoseu v] op sesnovid se| seoyypour ap zede> e11 98 ‘sorninfoad soy X euSns9 Jo onuare anb o2tiqnd osmostp un 9p opeued -aiooe “[enxos ofeqen jap je89] ojBoure onan un 1s 9p B] s9 Epanb ous anb HOON VI-#0 HOO1NE TG

You might also like