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Soy uno con la mente universal.

Sé que esta mente es perfecta y puedo contar con ella para ayuda
en todos mis asuntos.

Soy puro en el espíritu, siempre lo he sido y que siempre lo seré.

Mi interior es un lugar de confianza, tranquilidad y seguridad. Un lugar donde todo se sabe y todo
se comprende. Esta es la mente universal. Dios del cual formo parte y el cual me responde cuando
le pido.

Esta mente universal, sabe las respuestas a todos mis problemas. E incluso ahora, hoy mismo, las
respuestas se aproximan velozmente hacia a mí. No tengo que apurarme por ellas, no tengo que
esforzarme para recibirlas. Cuando el tiempo llegue las respuestas estarán ahí.

Entrego todos mis problemas a la Gran Mente de Dios, la fuente de toda la creación. Los dejo
sueltos, confiado de que las respuestas llegarán a mí, cuando se necesiten.

A través de la gran ley de atracción, todo lo que necesito para mi trabajo y bienestar, llega a mí.
No es necesario preocuparme, solo creer. Con la fuerza con que creo, mi fe lo hará posible.

Veo la mano de la infinita inteligencia en todo lo que me rodea. En todos los milagros y belleza de
la naturaleza (y Dios en ellos).

La inteligencia que creó todas las cosas está dentro de mí y alrededor de mí. Y puedo acudir a ella
para todas las necesidades.

Mi cuerpo es la manifestación de puro espíritu. Y el espíritu es perfecto, por lo tanto, mi cuerpo es


perfecto.

Disfruto de las riquezas de la vida, y cada día trae consigo evidencia constante, del poder y
maravilla del universo y de mí mismo.

Soy confiado, soy sereno, soy seguro. No importa que obstáculo o desafío se cruce en mi camino,
me niego a aceptarlo, es sólo una ilusión. No puede haber obstáculo, ni circunstancia indeseada,
para la mente de Dios, que está en mí y alrededor de mí, y me sirve ahora.

Soy uno con la mente universal. Sé que esta mente es perfecta y puedo contar con ella para ayuda
en todos mis asuntos.

Esta mente de Universal, esta gran mente subconsciente, esta mente de Dios, no conoce
dificultad, limitación o carencia. Simplemente crea en mi experiencia aquello en lo que creo y
estoy de acuerdo.

La gran realidad es buena, la cual siempre trata de manifestarse.


Cuando mis sentidos se confunden con la circunstancia negativa le doy la espalda, elevando mis
pensamientos hacia la perfección, abundancia y amor de todo el universo.

La gran realidad es buena, la cual siempre trata de manifestarse (Crecer en conocimiento, amor y
unidad).

Sé que los errores son el resultado de distanciarme del poder de la mente universal (La cual
siempre trata de manifestase).

Sé que la mente universal está siempre creando en mi experiencia aquello en lo que creo

La ley de creación es más grande que yo. No puedo evitar que mis pensamientos y creencias se
hagan realidad en mi experiencia. Mis pensamientos están siempre apegados a lo bueno, no lo
hago con esfuerzo como si diera una orden. Solo estoy tranquilo, contemplando lo bueno. Seguro
en el conocimiento de que todo está en manos de un poder mucho más grande que yo. Confío en
este poder, tengo total fe y confianza en este poder. Acudo a este poder para ayuda en todos mis
asuntos.

Acepto la bondad y el amor y la abundancia del universo. Son míos.

Me doy cuenta y sé que soy uno con todas las cosas, y sé que todas las formas y circunstancias,
son la creación de inteligencia infinita, que está en mí, y alrededor de mí.

Sé que todas las cosas son el resultado del concepto, y el deseo. Mi mundo está ordenado entorno
de acuerdo a mis pensamientos e ideologías.

No acepto pensamientos negativos o caóticos.

De mis amigos, mis seres queridos y mis colegas, sólo recibo cooperación y asistencia.

Sé que cada persona debe seguir un camino diferente.


Sé que cuando ayudo a otros me ayudo a mí mismo.

Es imposible fallar cuando se tiene fe. No exijo que las cosas sean hechas en mi tiempo y mi lugar,
sino que confío que la gran mente universal en su gran conocimiento, me muestre el tiempo, el
lugar y el camino.

Cada momento de cada día, mi vida se acerca más a su realización. Las aspiraciones de mis
trabajos, se cumplen en este momento. Éxito, armonía y confianza, paz, son míos.

Todo en la vida existe dentro de mí, y en mi corazón, en mi mente y en lo más profundo de mí ser,
la verdad es aparente y el agüero del mundo no existe. Miro al alrededor los pensamientos de
toda la humanidad, pues esos pensamientos se han vuelto cosas. De esos pensamientos y objetos,
acepto sólo lo bueno, pues solo me interesa la verdad y compresión, que es para siempre lo
hermoso, lo bueno y lo creciente.

Mi mente llega con facilidad hasta los lugares más lejanos del espacio, en todas direcciones, y con
la misma facilidad regresa a mí. Soy el centro del universo, la mente universal se ha manifestado
en mí. Sé que mi propósito en la vida es alcanzar cada día más alto y más lejos. Crecer en
conocimiento, amor y unidad.

Pongo mi futuro en manos divinas, entrego todos mis problemas a esa gran mente sabia, para la
cual todo es posible.

No le digo al creador como lograr estas cosas, pues tengo total confianza que toda circunstancia
en vida es parte de un plan perfecto para convertir la imagen de mi fe en realidad física. De hecho,
ahora, hoy mismo el universo trata de cumplir todas mis necesidades. Como creo en mi corazón
así será. Esta es la ley de la vida, y del vivir.

Hay grandeza en mi amigo, y en mi enemigo, pues todos buscamos la misma montaña, por
diferentes caminos.

Dios quien hizo a todas las criaturas, no hizo pobres criaturas, pues Dios es dueño de todas las
cosas.
Soy vital, pues Dios es toda vitalidad y constancia. Sólo tengo que abrir mi mente y mi corazón,
mantenerme en el camino a la verdad, para llenarme plenamente del poder abundancia y amor de
todo el universo, que está dentro de mí y alrededor de mí.

Escucho la voz del universo la cual habla dentro de mí, es la voz de la verdad y guía mis pasos.

En lo más profundo de mi alma existe un universo sereno, donde todas las cosas y todas las leyes
son reveladas. Busco en este lugar de paz y serenidad.

Despierto con la voz de mi corazón, cierro mis ojos y siento un universo que vive y respira dentro
de mí, y yo dentro de él.

Soy uno con toda persona, toda vida y toda cosa. Me muevo en armonía con la ley divina, todo el
poder ilimitado de la creación es mío para utilizar. Pues soy uno con él y parte de él.

La respuesta viene con la pregunta, el camino está iluminado con el primer paso, y la meta está a
la vista con el deseo.

Sé que estoy cumpliendo los deseos más agradables de la mente universal, pues me pongo en sus
manos, tomando cada paso de mi vida con valor y fortaleza, pues es Dios quien me guía y Dios se
mueve con seguridad. (Escucho la voz del universo, la cual habla dentro de mí, es la voz de la
verdad y guía mis pasos)

Las cosas de mi vida, son el fruto de mis pensamientos, y mis pensamientos hoy y ahora están
creando los frutos de mi mañana. Todo lo que es bueno deseo, todo lo que es negativo me niego a
aceptar.

Al obtener no le quito a otros, todo lo que es y será está disponible para todos, sólo tenemos que
pedir y se nos dará.

Me uno con el poder de amor infinito que vive dentro de mí. Los límites y cohibiciones del pasado
se han ido y cada día es un nuevo nacimiento, un paso más en mi jornada a mi unidad con Dios.
No busco pues conozco.

No me esfuerzo pues me conducen.

Aquí en soledad en este tiempo de paz y meditación, me retiro a un lugar silente, en lo más
profundo de mi ser. A un lugar de total tranquilidad. El mundo se aleja hasta que finalmente estoy
sólo, no hay nada sino Yo. No soy cuerpo, ni pensamiento, ni experiencias, ni el pasado, ni el
presente, ni el futuro, simplemente soy.

A mi mente llega una procesión constante de pensamientos, no los hice yo, sé que vienen de la
gran mente universal y los observo mientras son entregados a mí. Analizo cada pensamiento, sin
aceptar ni rechazar, mas y más pensamientos llegan y me pregunto, ¿Quién es, que observa esto?
Y escucho la respuesta: tú eres, que siempre has sido, siempre serás. Tú observas. Y comprendo.
Este es mi verdadero ser, independiente de todo menos espíritu, el observante yo, que sólo
selecciono los pensamientos que cruzan por mi mente consciente. Lo que yo selecciono es mío, lo
que rechazo jamás me tocará.

Siento la fusión de mi ser con la mente universal, siento la presencia del gran espíritu, siento la
irrevocable unión entre mí y la amorosa y todopoderosa fuerza de la creación. Estoy en unión con
toda verdad, toda belleza, toda justicia, todo amor.

El poder creativo infinito de la mente universal vive dentro de mí.

Remuevo todas las barreras de mis pensamientos y me ajusto al divino propósito. Soy abierto y
receptivo a los propósitos de Dios. Sé que mi vida es grande y buena cuando sirvo con amor.

Las ideas correctas me son provistas, y la mente universal me da la manera de traerlas a mi


mundo. Sé que todas las cosas florecen de la mente universal, la cual es infinitamente abundante.

No puede haber insuficiencia y limitación en la mente de Dios, solo dejo que la mente universal se
exprese a través de mí y mi mundo rebosa con creatividad, logro y prosperidad.

Mis metas son manifestadas, pues son las metas de Dios quien nunca falla.
Cualquiera que sea mi tarea, la efectúo con amor. Sé que cuando sirvo a mi prójimo sirvo los
propósitos de la más grande potestad.

A mi alrededor miro la ley de intercambio mutuo, por lo tanto, practico dar, conceder y recibir. Sé
que la abundancia y prosperidad son condiciones mentales, las creo en el plano mental con
completa confianza de que se manifestarán en mi vida.

Me niego a aceptar que circunstancias indeseadas se manifiesten en la realidad. Una inmensa


verdad está en el centro de mi discernimiento donde ningún trabajo es difícil, donde siempre reina
la paz, donde todo es posible.

La vida es una jornada que debe ser caminada un paso a la vez.

Soy paciente y confiado, pues tengo una fe inquebrantable en mi destino el cual me lleva cada vez
más cerca de mi verdadero hogar de infinito amor y abundancia.

Someto mi voluntad a la voluntad divina, sabiendo que el triunfo llegará cuando complazca a Dios
que vive en mí.

No presto atención al mundo y a mi alrededor, sino al mundo de discernimiento que existe


internamente.

Bloqueo las memorias de pasado, creo nuevas imágenes del futuro. Me concentro en mi ser, me
deslizo hasta lo más profundo de mi alma, aun lugar de absoluto reposo. Aquí observo hechos e
información. Estoy consciente de aquel ser del cual florecen todos los seres, este es el ser
inmortal, este es Dios, este soy yo.

Yo soy, siempre fui, siempre seré, toda persona, toda cosa, todo el espacio y el tiempo están aquí
en las profundidades de mi alma. Más pequeño que pequeño, más grandioso que grandioso, se
unen en mí. Lo que pensaba que era ego, nunca la fue, pues era una cosa variable, reflejando las
estaciones y mareas, una cosa para nacer, crecer y morir, yo no soy una cosa de tiempo o
circunstancia. Soy espíritu puro y eterno, sin nacimiento, ni muerte, ni cambio. Soy paciente pues
soy todo tiempo, soy sabio, pues guardo el conocimiento de todas las cosas. Soy rico pues no hay
límite a la abundancia que puedo crear en mi propio ser. Soy exitoso pues solo tengo que pensar
para lograr.
Amo y soy amado pues todas las cosas son yo, y yo soy todas las cosas.

Me formo uno con la mente universal, observo el magnífico habitante en el centro de mi ser y sé
que el divino Dios que habita en mi interior soy yo también.

Tiempo y espacio, sombra y sustancia, que importan estas. Soy uno con Dios.

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