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ARTE PALEOCRISTIANO

LA APORTACIÓN CRISTIANA EN LA ARQUITECTURA Y LA ICONOGRAFÍA.


El cristianismo surge en Palestina con la figura de Jesucristo, al inicio como una variante del judaísmo, pero que más
tarde se consolidará como una religión diferenciada. La rápida extensión del cristianismo se debe, principalmente, a la
profunda crisis que atraviesa el Imperio Romano en el siglo III, que terminará por derrumbarse en el 395, con la división
del mismo entre Oriente y Occidente. El cristianismo será perseguido por algunos emperadores romanos debido a que es
una religión monoteísta, que niega la existencia de varios dioses, no aceptando, por tanto, al propio emperador como dio,
y que, además no ve con buenos ojos la esclavitud, motor de la economía romana; este hecho determina que los primeros
cristianos tengan que practicar su religión de manera clandestina y que sus manifestaciones artísticas tengan un
simbolismo difícil de interpretar para los no cristianos.
Esta situación cambia de manera radical cuando el emperador Constantino, en el año 313, firma el Edicto de Milán que
legaliza la libertad de cultos en el Imperio. Como podemos suponer se empiezan a edificar las primeras iglesias y en las
artes figurativas ya no aparecen tantos símbolos sino escenas del Antiguo o el Nuevo Testamento. En el 380, el
emperador Teodosio promulga el Edicto de Tesalónica, por el cual el cristianismo se convierte en la religión oficial del
Imperio. De esta manera, el Imperio romano se convertirá en un Imperio cristiano, siendo la Iglesia el soporte del poder
imperial.
El arte paleocristiano tiene su precedente en el arte tardorromano, del que toma la idea de desmaterialización; no imita,
por tanto, la naturaleza, sino que es simbólico y espiritual por lo que en él predominan las cuestiones religiosas, es decir,
es una arte sacralizado. Debido a las persecuciones, las manifestaciones artísticas fueron pequeñas y clandestinas,
realizadas en lugares como catacumbas, donde se utilizaban iconografías, símbolos de identificación entre cristianos,
como el crismón (la X y la P, iniciales en griego del nombre de Jesucristo), la paloma, la imagen del Buen Pastor
(inspirado en el Moscóforo), el pez (ictus, en griego, acróstico de Jesucristo, hijo de Dios, Salvador), el cordero, el pavo
real, el faro (representación de Dios como guía), etc. Esta iconografía tenía como fin ser la Biblia de los pobres, como
diría san Gregorio, es decir, una forma sencilla de acercar los valores del cristianismo a la gente sencilla.
El arte paleocristiano se convertirá en un puente entre el arte tardorromano y el arte medieval, que surgirá inmediatamente
después

APORTACIONES DEL PRIMER ARTE CRISTIANO: LA BASÍLICA. LA NUEVA ICONOGRAFÍA.


La promulgación del Edicto de Milán en el 313 por parte de Constantino pondrá fin a las persecuciones contra los
cristianos. No será hasta el 395 cuando el emperador Teodosio promulgue el Edicto de Tesalónica, en el cual se imponía
el cristianismo como la religión oficial del Imperio romano. A partir de este momento, se comenzarán a construir las
primeras iglesias, inspiradas en las basílicas, edificios romanos destinados a funciones judiciales o mercantiles. Los
cristianos adaptaron este tipo de edificios a sus propias necesidades: la orientación pasó de ser transversal a longitudinal
(símbolo de la superación del pecado). Las basílicas constaban de tres partes fundamentales:
1.- Un patio, que hace de transición entre el mundo del pecado (exterior) y el de la salvación (interior de la basílica). En
él permanecían los catecúmenos, aquellos que aspiraban a profesar el cristianismo pero que no habían recibido el
bautismo. En la entrada de la basílica había un espacio llamado nártex, un pórtico reservado a los catecúmenos. El patio
tendrá gran influencia en las mezquitas islámicas.
2.- El interior de la basílica solía estar dividido en tres o cinco naves, siendo la central la más ancha y alta. Dentro de la
basílica fue diferenciándose el transepto, una nave cruzada con respecto a las otras que será el precedente de la planta de
cruz latina. Los distintos compartimentos de la basílica reflejaban los valores de una sociedad jerarquizada, que
diferenciaba las distintas clases sociales, que tenían una zona asignada. El edificio podía ser adintelado a dos aguas o
abovedado.
3.- La cabecera, donde se encontraba el altar o presbiterio, estaba configurada por un ábside semicircular que ampliaba
la voz del sacerdote y en el que se encontraba la cátedra o silla del obispo.
En Roma se construyeron, gracias a la ayuda económica de los emperadores, las mayores basílicas, como las de Santa
María la Mayor y, sobre todo, la de San Pedro en el Vaticano, que tendrán gran influencia en el Renacimiento.
Además de basílicas, se construyeron otro tipo de edificios como el baptisterio y el mausoleo o martyrium. Los
baptisterios, edificios de planta circular o poligonal sostenidos por columnas, albergaban en su interior una fuente o
piscina, en la cual se llevaba a cabo el bautismo en la edad adulta. Asimismo, los mausoleos o martyria contenían en su
interior los sepulcros de mártires o santos. Eran de planta circular y tenían una girola o deambulatorio alrededor del altar.
Destaca el mausoleo de Santa Constanza, cuyo espacio central estaba cubierto con una gran cúpula decorada con
mosaicos.
Fuera de Italia, Constantino ordenó construir grandes edificios en la tierra que había visto nacer y morir a Jesucristo,
como la basílica de la Natividad, en Belén, o la iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén, que contiene el supuesto sepulcro
de Jesús.
En cuanto a las artes plásticas, la pintura mural y el mosaico desempeñan un papel importante en el arte paleocristiano,
pues espiritualizan los edificios, dotándolos, a través de las imágenes, de un fuerte sentido pedagógico, destinado a
comunicar a los iletrados los dogmas del cristianismo. En la pintura al fresco predomina el dibujo sobre el color y
adquiere rasgos del arte tardorromano, como la desmaterialización y el espiritualismo. Tanto en la pintura como en el
mosaico se utilizará la figura de Cristo, en un inicio representado con aspecto juvenil e imberbe, que simbolizaba el poder
de los emperadores romanos, así como la del Moscóforo, transformado en el tema del Buen Pastor. Ejemplos de estas
artes podemos encontrarlas en las catacumbas de Santa Pristila o en el mausoleo de Santa Constanza. El relieve, al igual
que el mosaico y la pintura, tuvo una temática religiosa y, por influencia tardorromana, se preocupó por lo simbólico y
espiritual en detrimento de lo realista.

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