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Mejor llama a Sócrates: Cuando ir al psicólogo no es tu solución
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Mejor llama a Sócrates: Cuando ir al psicólogo no es tu solución

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En el presente libro, Mario Tomás Schilling, un consultor certificado en Terapia basada en la Lógica, a quien he capacitado personalmente, te muestra cómo utilizar el método de 6 pasos de LBT para superar el pensamiento defectuoso que puede estar destruyendo tu potencial de felicidad. En el primer capítulo, presenta en español los conceptos básicos de LBT tal como se desarrollaron en algunos de mis trabajos en inglés, como la “Terapia basada en la lógica y las Emociones Cotidianas” y “¿Qué haría Aristóteles?” , y los ilustra cuidadosamente. En los capítulos restantes, él expande algunos de los antídotos filosóficos que he presentado en mi trabajo en inglés, “La Nueva Terapia Racional”, e incluso agrega algunos de los suyos. Además, Mario Tomás incluye extractos de los grandes sabios, así como citas clave que resumen sus ideas filosóficas.Estas gemas de sabiduría obtenidas de grandes filósofos como Aristóteles, Buda, Epícteto, Epicuro, Kant, Nietzsche y Nagel, entre otros, pueden ayudarte a superar las "Falacias Cardinales" de LBT. Estas últimas son ideas irracionales altamente perturbadoras: la condenación, el razonamiento catastrófico, el razonamiento del carro y la sobresimplificación de la realidad, entre otros. Siguiendo la LBT, Mario Tomás Schilling correctamente define, ilustra y ofrece antídotos útiles a estas falacias como formas de lograr las “Virtudes orientadoras” de LBT: seguridad metafísica, respeto, valor, autenticidad, buen juicio, entre otros. Estos últimos, a su vez, son ideales u objetivos a los que puedes aspirar sanamente para superar tus falacias.El tratamiento de Mario Tomás Schilling de la LBT es atractivo, perspicaz y experto en mis enseñanzas; y estoy seguro de que su libro puede ayudarte a abordar una gran variedad de problemas de la vida que requieren un cuidadoso análisis filosófico y un replanteamiento del pensamiento irracional que pueda estar bloqueando tu camino hacia la felicidad.

Elliot D. Cohen
LanguageEspañol
Release dateJul 21, 2020
ISBN9788835867357
Mejor llama a Sócrates: Cuando ir al psicólogo no es tu solución

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    Mejor llama a Sócrates - MARIO SCHILLING

    AUTOR

    Portada

    MARIO TOMÁS SCHILLING

    MEJOR LLAMA A SÓCRATES

    Cuando ir al psicólogo no es tu solución

    Prefacio de Elliot D. Cohen, fundador de la Logic-based Therapy que revolucionó la Terapia racional emotiva.

    Derechos

    Ilustración de portada: Mi hijo de 11 años Juan José Schilling E.

    Copyright © 2019 Mario Tomás Schilling

    Todos los derechos reservados.

    Houston, Texas.

    Dedicatoria

    Dedicado a mi amada familia.

    Que este libro permita a muchas personas a liberarse de la infelicidad, cuya causa son nuestros razonamientos incorrectos.

    PREFACIO

    La terapia basada en la lógica (LBT[1], por sus siglas en inglés) es una modalidad de asesoramiento filosófico, dinámico, cognitivo-conductual, que desarrollé en gran parte bajo los auspicios de mi amigo y mentor, Albert Ellis, fundador de la terapia conductual-emotiva-racional (REBT) y aclamado abuelo de la terapia cognitiva conductual. Como tal, la LBT es única entre los enfoques de asesoramiento filosófico porque también tiene una base firme en un enfoque psicológico empíricamente probado. De hecho, el credo de mis seguidores es que el asesoramiento psicológico y filosófico son prácticas complementarias, que pueden aprender mucho unos de otros. Esto es importante porque cualquier intento de ayudar a las personas a lidiar con sus problemas de la vida debe estar abierto a intervenciones que puedan aumentar las posibilidades de éxito. Por ejemplo, la REBT ha utilizado con éxito técnicas de comportamiento, como tareas para el hogar, ejercicios de vergüenza, imágenes racionales y emotivas y biblioterapia para ayudar a las personas a superar sus tendencias perturbadoras[2]. En consecuencia, la LBT también ha incorporado dichos aspectos en su corpus de herramientas para ayudar a las personas a abordar sus problemas de la vida.

    Sin embargo, la LBT también es un depósito de ideas y técnicas recogidas de los grandes filósofos. De hecho, siguiendo al antiguo filósofo griego, Aristóteles, la nota clave de LBT es que las personas deducen lógicamente sus propias conclusiones autodestructivas y perturbadoras a partir de premisas irracionales. Lo hacen usando lo que Aristóteles llamó el silogismo práctico. Por ejemplo, una persona puede alterarse a sí misma al construir el siguiente silogismo práctico[3]:

    Si cometí un error, no valgo nada.

    De hecho, cometí un gran error: olvidé hacer una tarea importante en el trabajo.

    Por lo tanto, soy inútil.

    Como puedes ver, si aceptas las premisas anteriores, te quedas con la conclusión contraproducente y perturbadora, No valgo nada; y, como crees que no vales nada, también actuarás de manera contraproducente: te volverás irritable; evitarás el contacto interpersonal, te castigarás a ti mismo y tal vez incluso renuncies a tu trabajo. Como tal, el silogismo anterior puede llevar a problemas de comportamiento y emocionales.

    La buena noticia es que la LBT puede ayudar a las personas a superar ese razonamiento autodestructivo con ideas filosóficas extraídas de grandes pensadores a lo largo de la historia. Por ejemplo, Immanuel Kant nos dice que las personas no son como objetos cuyo valor depende de que realicen ciertas funciones[4]. Por lo tanto, puedes considerar tu lapicera como sin valor cuando se queda sin tinta. Por el contrario, si cometes un error o no te desempeñas al nivel de tus pares, eso no te hace inútil. En cambio, tu valor como persona es inalienable y permanece intacto. Así, pues, es mejor que pienses más racionalmente al reemplazar tu silogismo perturbador anterior con uno edificante como éste:

    Si soy una persona, mi valía y mi dignidad son inalienables.

    Soy, de hecho, una persona.

    Por lo tanto, mi valor y dignidad como persona persiste incluso ahora que cometí un error.

    Entonces, ¿qué te diría Kant que hicieras de manera diferente?

    Claramente, él te amonestaría por autodegradarte y menospreciarte a ti mismo por olvidar tu tarea. En cambio, te diría que hagas un esfuerzo en el futuro para no olvidar las asignaciones de trabajo, por ejemplo, que pongas tus quehaceres en tu calendario y realices un mejor seguimiento de ellas. Como tal, tu tarea sería seguir los consejos de Kant.

    Como puedes ver, la LBT puede ayudarte a encontrar tus premisas defectuosas (Si me equivoco, no valgo nada) y corrregirlos utilizando la filosofía (Mi valía y mi dignidad como persona son inalienables). Este es el distintivo de lo que los filósofos llamamos análisis filosófico, que examina el razonamiento para determinar si está o no está justificado. Debido a que la LBT evalúa directamente si tu razonamiento está justificado en lugar de buscar trastornos mentales subyacentes (como la depresión mayor o el trastorno de ansiedad general), es por lo tanto un enfoque filosófico en lugar de un enfoque psicológico. Sin embargo, como se mencionó, también incorpora elementos de un enfoque psicológico, como asignaciones de comportamiento[5].

    En el presente libro, Mario Tomás Schilling, un consultor certificado en Terapia basada en la Lógica, a quien he capacitado personalmente, te muestra cómo utilizar el método de 6 pasos de LBT[6] para superar el pensamiento defectuoso que puede estar destruyendo tu potencial de felicidad. En el primer capítulo, presenta en español los conceptos básicos de LBT tal como se desarrollaron en algunos de mis trabajos en inglés, como la Terapia basada en la lógica y las Emociones Cotidianas[7] y ¿Qué haría Aristóteles?[8] , y los ilustra cuidadosamente. En los capítulos restantes, él expande algunos de los antídotos filosóficos que he presentado en mi trabajo en inglés, La Nueva Terapia Racional[9], e incluso agrega algunos de los suyos. Además, Mario Tomás incluye extractos de los grandes sabios, así como citas clave que resumen sus ideas filosóficas.

    Estas gemas de sabiduría obtenidas de grandes filósofos como Aristóteles, Buda, Epicteto, Epicuro, Kant, Nietzsche y Nagel, entre otros, pueden ayudarte a superar las Falacias Cardinales de LBT. Estas últimas son ideas irracionales altamente perturbadoras: la condenación, el razonamiento catastrófico, el razonamiento del carro y la sobresimplificación de la realidad, entre otros[10]. Siguiendo la LBT, Mario Tomás Schilling correctamente define, ilustra y ofrece antídotos útiles a estas falacias como formas de lograr las Virtudes orientadoras de LBT: seguridad metafísica, respeto, valor, autenticidad, buen juicio, entre otros. Estos últimos, a su vez, son ideales u objetivos a los que puedes aspirar sanamente para superar tus falacias[11].

    El tratamiento de Mario Tomás Schilling de la LBT es atractivo, perspicaz y experto en mis enseñanzas; y estoy seguro de que su libro puede ayudarte a abordar una gran variedad de problemas de la vida que requieren un cuidadoso análisis filosófico y un replanteamiento del pensamiento irracional que pueda estar bloqueando tu camino hacia la felicidad.

    Elliot D Cohen, Founder of Logic-Based Therapy & Consultation; Executive Director of Logic-Based Therapy and Consultation Institute and National Philosophical Counseling Association.

    CAPÍTULO 1 ¿QUÉ PUEDE HACER POR USTED LA TERAPIA BASADA EN LA LÓGICA?

    1. QUÉ ES la Terapia Basada en la Lógica.

    La terapia basada en la lógica o LBT, conocida por sus siglas en inglés, la desarrolló el filósofo norteamericano Elliot D. Cohen a partir de la teoría psicoterapéutica denominada Terapia de Conducta Racional Emotiva fundada por quien fuera su tutor y amigo, el psicólogo Albert Ellis.

    Ellis padecía de problemas de timidez en su adolescencia, temor a hablar en público y ansiedad en el relacionamiento con el sexo opuesto. Para aliviar esta situación se familiarizó con técnicas cognitivo conductuales para autoaplicarse sus métodos. Cuando se doctoró en psicología aplicó el psicoanálisis, pero al no encontrar buenos resultados desarrolló su propia terapia que se basaba en la búsqueda de una sana filosofía de vida.

    En su primera formulación, Ellis identificó 11 ideas irracionales básicas:

    La necesidad extrema de sentirse aprobado y amado por las demás personas significativas de su entorno.

    Para considerarme valioso debo ser competente y capaz de lograr cualquier cosa que me proponga.

    Las demás personas no actúan como deberían, son malvadas y deberían ser castigadas por su maldad.

    Es catastrófico y terrible que las cosas no funcionen como a uno le gustaría.

    Las circunstancias externas provocan el malestar y desgracia humana y la gente no tiene la capacidad de controlar sus emociones.

    Si algo puede ser peligroso o derechamente es peligroso, debo sentirme inquieto por ello y pensar constantemente en la posibilidad de que ocurra tal peligro.

    Es más fácil evitar las responsabilidades y dificultades de la vida que enfrentarlas.

    Debo depender de los demás y contar con alguien más fuerte en quien confiar.

    Los hechos que me acontecieron en el pasado me perseguirán para siempre.

    Debemos sentirnos muy preocupados por los problemas de los demás.

    Existe sólo una solución perfecta para cada problema y si no la encontramos sería catastrófico.

    Posteriormente, en 1977 agrupó estas 11 ideas irracionales en 3 exigencias absolutistas o necesidades perturbadoras:

    Uno mismo: debo hacer las cosas bien y merecer la aprobación de los demás.

    Los demás: deben actuar de forma agradable, considerada y justa.

    La vida: el mundo debe ofrecerme las condiciones buenas y fáciles para que pueda conseguir lo que quiero sin mucho esfuerzo.

    Cuando no se cumplen estas exigencias, surgen los pensamientos cargados de emociones que son: (i) tremendismo: es terrible; (ii) No-soportantitis: no puedo soportarlo y (iii) Condena: fulano es un imbécil o autocondena: soy un fracasado.

    Para Ellis las emociones perturbadoras tienen origen en estas ideas irracionales. La terapia tendrá entonces por objetivo detectar esas inferencias erróneas y cambiarlas, así como las ideas dogmáticas y absolutistas que las forman.

    La terapia basada en la lógica o LBT, al igual que su inspiradora, también se basa en que los seres humanos nos perturbamos con emociones negativas y nos comportamos de manera inadecuada, afectando nuestra propia felicidad cada vez que nuestro discurso interno arriba a conclusiones contraproducentes y poco realistas. Estas conclusiones derivadas de premisas irracionales se producen en el contexto de un razonamiento práctico. Dicho en términos simples, casi siempre tomamos la decisión de hacer esto o lo otro, basado en un diálogo interno. Como decía Nietzsche yo y mí dialogan con excesiva vehemencia. Por ejemplo, me levanté temprano hoy – pese al sueño que tenía –, porque dialogué internamente diciéndome: es preferible postergar el placer de seguir durmiendo porque prefiero estar más tranquilo terminando pronto con las tareas pendientes y si no las hago temprano, terminaré haciéndolas mal o no haciéndolas. Por supuesto, otra parte de mí mismo le decía: pero déjame seguir sintiendo el placer de dormir, igual puedes comenzar más tarde o postergar lo que quieres hacer. Empieza entonces una suerte de negociación entre yo y mí que culmina siempre en una decisión y una conducta.

    Esta decisión parece razonable y racional, enfocada a medios y fines. Es muy probable además que, al término de la jornada, experimente una emoción de bienestar luego de haber cumplido mi meta. Llegada la noche volveré a disfrutar del placer de dormir con el cuerpo cansado. Sin embargo, nuestro diálogo interno no siempre se comporta de manera racional. A veces nos martirizamos con ideas tales como qué lástima que no tengo un trabajo que me desafíe intelectualmente o qué desagradable tener que compartir mi tiempo con mi jefe que es un idiota y más encima gana tres o cuatro veces lo que yo gano, entre otros diálogos internos poco constructivos y que nos generan tristeza, rabia, envidia o resentimiento.

    En consecuencia, la LBT proporciona las herramientas de pensamiento crítico para construir o reconstruir el razonamiento defectuoso de los consultantes con su terapeuta, quien tendrá la noble labor de identificar y ayudar a refutar cada una de las premisas irracionales de su consultante. Una vez evacuado este primer y segundo paso, vendrá a continuación la oportunidad de construir en conjunto los antídotos filosóficos, encaminados a reencuadrar estas premisas.

    Cuando se reconstruye ese diálogo interno de manera constructiva, se avanza al siguiente paso o etapa que consiste en guiar al consultante por un conjunto correspondiente de virtudes como el respeto (hacia sí mismo, por el prójimo y por la vida o el mundo que nos rodea). La virtud es un concepto filosófico ético que dice relación con los hábitos o la repetición de cierta conducta que nos permite fortalecernos ante los vicios o para superar las malas costumbres. Para Aristóteles la virtud nos conduce a la eudaimonía, vocablo griego que se suele traducir como felicidad.

    En la LBT se establecen y destacan 11 virtudes para enfrentar 11 falacias o pensamientos irracionales que nos conducen inevitablemente a experimentar emociones de infelicidad. Así, por ejemplo, la denominada Seguridad Metafísica no es otra cosa que aceptar con realismo que la vida y las personas somos imperfectas, tal virtud nos despejará la loca idea – y muy difundida por cierto – de que en algún momento de nuestra vida no tendremos más problemas, nuestro entorno nos aprobará y todo lo que se nos ocurra se cumplirá. El budismo señala que la infelicidad se produce básicamente cuando experimentamos situaciones desagradables y cuando nuestros deseos no se cumplen. Y como todos sabemos, siempre, sí, escuchó bien, escribí el temerario adverbio siempre. Siempre usted vivirá situaciones desagradables en su vida y siempre habrá oportunidad para que sus deseos no se cumplan. No existe en la historia del homo sapiens ningún individuo de la especie humana que ostente la medalla de que se cumplieron todos sus deseos y que nunca vivió ninguna situación desagradable.

    La teoría y la práctica de LBT se han ido desarrollando constantemente desde que Cohen la desarrolló a mediados de los años 80. Hoy en día, tiene seguidores en todo el mundo, tanto por parte de los consejeros de salud mental (especialmente de los psicólogos conductistas cognitivos) como por los consejeros filosóficos. Los libros y artículos sobre LBT se han traducido a varios idiomas, incluyendo italiano, alemán, chino y coreano. La investigación, el desarrollo y la capacitación en LBT están en curso a través del Instituto de Pensamiento Crítico: Centro para Terapia Basada en Lógica, que Elliot D. Cohen fundó en 1985.

    La LBT partió con la idea de que muchos problemas emocionales y de conducta contraproducentes pueden deberse, en gran parte, al resultado de una mala lógica del diálogo interno que hemos expuesto en párrafos anteriores. Cohen plantea cuántos matrimonios fracasaron simplemente por la comisión de errores de pensamiento (lo que yo denomino un diálogo interno defectuoso); cuántas disfunciones familiares en medio de episodios contraproducentes con ansiedad, depresión, enojo y culpa fueron alimentadas por conclusiones que nunca podrían pasar por alto la filosofía. Sin embargo, el tratamiento de estos problemas emocionales y de comportamiento pertenecían exclusivamente a la provincia del psicólogo, a veces del psiquiatra, pero nunca del filósofo. Por otra parte, lo curioso y tal vez insensato es que la formación rigurosa en lógica y el análisis filosófico no es parte de la formación académica de los psicólogos o psiquiatras.

    Cohen es, probablemente, el primer filósofo en el mundo contemporáneo que se propuso, bajo la supervisión de un psicólogo clínico con licencia, probar su hipótesis tratando a los consultantes con las técnicas provenientes de la lógica y la filosofía. Al hacerlo, se encontró con que las personas se torturaban a sí mismas a través de la comisión de errores de razonamiento que cualquier estudiante de Introducción a la Lógica podría haberles señalado.

    Antes de que Cohen comenzara su trabajo clínico, se había dado cuenta de una modalidad de psicoterapia cognitivo-conductual que comenzó con una hipótesis similar a la suya, es decir, que los problemas emocionales y de comportamiento están arraigados en el pensamiento irracional. La teoría en cuestión era conocida como Rational-Emotive Therapy (RET), que había sido desarrollada por el psicólogo Albert Ellis, tal como advertimos al inicio de este capítulo. En 1985, Cohen se certificó en RET con el Dr. Ellis. De ahí las coincidencias entre ambas terapias.

    Cabe destacar que para Cohen la LBT no es una filosofía pura, sino una filosofía aplicada. En consecuencia, una psicoterapia viable debe abordar la amplia gama de problemas emocionales y de comportamiento con los que los humanos lidian. Debe basarse en una teoría integral que explique sistemáticamente las conexiones entre la cognición, la emoción y el comportamiento; debe proporcionar un conjunto de herramientas (técnicas, habilidades, etc.) que permitan la aplicación de la teoría; y debe ser validado empíricamente.

    La historia de la psicología clínica puede presumir de sus avances en este ámbito. Ha acumulado una gran cantidad de datos empíricos al emprender un estudio científico de procesos mentales disfuncionales, como psicosis, trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo y otros tipos de trastornos mentales.

    En contraste, la asesoría filosófica no pretende ser un estudio científico de los procesos o trastornos mentales. Enfatiza los problemas de la vida, no los trastornos mentales; por ejemplo, los problemas del trabajo, el envejecimiento y la muerte, el significado de la vida, las crisis de la mediana edad y una serie de otros desafíos cotidianos.

    Mientras los psicólogos atienden problemas como fobias, trastornos obsesivos, entre otros, esta terapia filosófica permite resolver al menos este listado de 70 posibles fuentes de infelicidad humana:

    Falta de aprobación de los demás (tu jefe, marido o esposa, hijos, colegas, compañeros de curso, profesores, etc.).

    Frustración cuando cometes un error o cuando no te resultan las cosas.

    Sientes que no son justos contigo.

    Te ha sucedido una tragedia o le ha ocurrido a un ser querido.

    Fracaso: no tienes éxito o no es el éxito en lo que quieres tener.

    Has perdido algo muy importante para ti (tu fama o prestigio, tu dinero o inversión, tu marido o esposa, tus hijos, novio o novia, etc).

    Te disgusta tu cuerpo, tu cara, tus cosas o tu vida.

    Te han sido infiel.

    Problemas relacionados con el divorcio.

    Te han despedido de tu empleo.

    Murió un ser querido y no te reconciliaste en vida con esa persona.

    Te engañaron o estafaron con mucho dinero.

    Un ser querido te engañó o mintió.

    Frustración y enojo contigo mismo.

    Frustración y enojo con las personas que te rodean por la manera cómo ellos se comportan.

    Enojo con la vida en general porque es injusta.

    Vergüenza o frustración contigo mismo porque eres sugestionable (te dejas influir por las creencias y deseos de los demás).

    Dices sí cuando quieres decir no.

    No sabes lo que quieres de la vida.

    Te preguntas por el sentido de la vida.

    Miedo a la muerte.

    Crisis espiritual sobre existencia o inexistencia de Dios.

    Desilusión por el comportamiento inadecuado de religiosos.

    Otras personas te hacen enojar, deprimirte, volverte loco o sentirte culpable.

    No puedes ser feliz.

    No te puedes llevar bien con otras personas.

    No puedes tener nuevos amigos.

    No sabes perdonar y seguir adelante con tu vida.

    No puedes soportar o no podrías soportar: vivir sin dinero, sin tu marido o esposa, sin tus hijos, que tu colega sea promovido y tú no, etc.

    Tratas de resolver un problema toda la noche.

    Excesiva preocupación porque no logras tomar la decisión correcta.

    Las demás personas no comparten tus gustos, preferencias, ideas políticas, ideas religiosas, visión de la vida.

    Te amargas porque tu empleo es desagradable.

    Pronosticas un mal futuro en tu vida.

    Pesimismo.

    Sentimiento de culpa.

    Racismo, clasismo, sexismo u otros ismos negativos.

    Tus argumentos no son convincentes.

    No entiendes por qué suceden cosas malas a la gente buena.

    Problemas morales.

    Desacuerdos de valores.

    Cuestiones políticas y desacuerdos.

    Bloqueo de escritor.

    Cuestiones de gestión del tiempo.

    Problemas de carrera.

    Problemas con los compañeros de trabajo.

    Problemas de discapacidad.

    Problemas financieros.

    Jubilación.

    Envejecimiento.

    Problemas del final de la vida.

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