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Sec. V \ - Uo.Wi-Ò.

jr g s ?

104646
EN MEXICO,
ACOMPAÑADA DE DOCUMENTOS INÉDITOS
Y D E UNA LARGA MEMORIA

DIRIGIDA

i»or e l e m p e r a d o r M a x i m i l i a n o a l e m p e r a d o r K a p o i e o n , y
Sec.j e n í r e g a d a et» S ' a r i « p o r ( a e n i p e r a t r i z C a r l o t a ,

PRECED'DA DE UN PREFACIO

DE

CLEMENTE-D4JVERNOIS.

1868.

Traducida p o r

José k m m Riiz.

IMPRENTA D E . « E L

1868.
j .'tr :
11
F > 2 3 3
i

Sec-

NOTA DEL TRADUCTOR

La intervención francesa y el titulado imperio me-


i xicano trajeron á México infinidad de males; esto es
incuestionable; pero siquiera le han producido el be-
' >
neficio de que en Europa se comience á conocer y á
respetarla República mexicana.
De un año á esta parte, es decir, desde que el sis-
tema republicano quedó completamente restablecido
y borró hasta las huellas del pretendido imperio, han
aparecido en Europa, y principalmente en Francia,
multitud de escritos sobre México, mas ó menos apa-
sionados, mas ó menos plagados de calumnias y men-
tiras; pero donde poco á poco se va trasluciendo la
F O N D O
verdad, bien por medio de los documentos que en
FERNANDO DIAZ RAMIREZ
ellos aparecen, ó bien deduciéndose de la relación de
los hechos cuya lógica es irresistible, por m a s que se cisamente porque no lo estoy en varias partes, y por-
4
pretenda desfigurarlos. que creo que hasta hoy no hay muchos ejemplares de
ella en el país, me he propuesto generalizarla con su
Entre los escritos de esa naturaleza que han llega-
publicación, para que cada uno pueda escribir sobre
Zvei27rment0> 61 4 U e h e
entrado mas im- ella lo que le parezca. «Solamente de esta manera,
parcial q u e signe, intitulado «La interve?wion como dice su autor, podrá conocerse la verdadera
francesa en México; y desde luego me propuse ^
historia.»
d u ^ o tanto por ese carácter de imparcialidad que
^evela e„ genera, cuanto por los interesantes docu- Yo me propongo hacerle algunas observaciones en
mentos que contiene. el c u r s o de la traducción, pero solamente en puntos
generales, dejando á todos la tarea de hacer las que
El texto no trae autor, y la razón se comprende
desde luego ? d f b e p e q u i s t ó impreso e X i s estimen convenientes, bien sea en cuestiones genera-
les también, ó en las alusiones particulares.
hre a México en el Cuerpo Legislativo; pero trae un
H. Veracruz, Agosto de 1868.
prefacio de Clemente Duvernois, v aunque algunas
correspondencias dicen que el autor es L. Détfoya
otras aseguran que es el mismo C. Duvernois, lo cuai
me parece mas verosímil.
J. A. Riiz.
Sea lo que fuere, el cuaderno es de suma importan-
cia, principa mente en lo relativo a l a C o n v e n i o * de
Londres y a la intervención francesa. Lástima es que
no sea tan extenso como era de desearse al referirse á
a época imperial; pero debemos atender á que aTn
e n c o n del autor no fué hablar del llamado^ imperio
de que solo trata como incidentalmente, sino de t
intervención; y por otra parte, es de s u p o n e d que
q
sea mas explícito en alguna obra próxima
Por lo demás, el traducir la obra no quiere decir
que este yo en todo conforme con su n a r L o n g t e -
m COü a
%unas apreciaciones particulares: p r e -
Sec.
PREFACIO.

La expedición de México es, sin dada alguna, el


episodio mas conmovedor del segundo imperio; pero
también es el acto en que se muestra mas patente lo
que podria llamarse el mécanisco del gobierno impe-
rial. No es en manera alguna justo decir que la ex-
pedición de México fué el fruto del gobierno personal:
es, simplemente, la consecuencia del actual sistema
de gobierno en Francia: sistema que creo sin prece-
dente en el mundo.
Probablemente el gobierno parlamentario hubiera
impedido, ó detenido con oportunidad la expedición;
pero si el gobierno puramente personal hubiera in-
tentado semejante empresa, es seguro que lo hubiera
hecho de muy diferente manera, ¡ara que el drama extensión territorial de los Estados Unidos: tal era,
se desarrollara con todas sus peripecias, hubiera sido evidentemente, el programa de la política imperial, y
necesario un gobierno bastante personal para poder n o p u e d e decirse que ese programa no fuera confor-
acometer la aventura, y bastante constitucional para me con el interés de la Europa occidental.
poder enervar su acción: en una palabra, hubiera si- Pero hay una gran diferencia britre la guerra de
do necesario que no tuviera Ja ni la decisión de un Orienté v 4 expedición de México. Habíamos hecho
poder único, ni la moderación de un poder represen- la expedición de Crimea para ir á protejer al gobierno
t u r c o , pero apovándonos en este gobierno: en MeXi-
tativo Un rápido exámen de la expedición, cuyo
relato forma este ¡volumen, justificará nuestro aser- co, al contrario, íbamos á'llevar un nuevo 'elemento
to. de desorden, dé discordia y de revolución. Si no
La expedición de México tuvo4ugar bajo un dejfcra- hubiéramos téiiido mas móvil que d interés francés,
ciadisimo sistema; paro examinando ese sistema v era menester obrar en América como en Oriente; era
condenándolo, no puede condenarse, sin embargo su menester pensar en convertirnos en protectores na-
punto de partida. turales de los gobiernos existentes, por malos que
Es evidente que la Europa occidental, despues de fueran* como somos los protectores naturales del g o -
haber s.do, largo tiempo, el centro del mundo políti- bierno turco, por defectuoso que se muestre á veces;
co, esta amenazada de una doble decadencia, por los era menester que fuéramos los aliados de toda la
manejos ambiciosos de la Rusia, y por e l desarrollo América latina, del partido nacional y liberal, esen-
prodigioso de la potencia americana. cialmente refractario á la invasión de los Estados Uni-
Se vé, pues, á la primera mirada, que el interés de dos.—E« vez dé tomar este papel, nos hicimos cóm-
la Francia debió ser la creación en América de un p l i c e s de los partidarios de una restauración monár-
contrapeso á la República de los Estados Unidos así quica > instrumentos del sueño de algunos emigrados,
como su interés evidenteen Europa es todavía oponer y cometimos en América la misma falta que algunos
diques.a la ambición moscovita. La guerra de Méxi- "nos aconsejan cometer en Oriente; esto es, que en
co debió ser, cuando mas, otra expedición de Oriente lugar de protejer la Turquía, nos ocupemos de susti-
sobre el Nuevo mundo—Aprovechar las divisiones tuirla <;on un imperio griego, improvisado y compues-
que habían estallado en el seno de la República, for- to de mil piezas diferentes^
mando una alianza de las hispano-americanas, sumi-
Así, pues, en la concepción primitiva de la empre-
sas | J a influencia europea; crear así un límite ¿ la
sa mexicana, nosotros distinguimos dos ideas: Uña
' ' ' '' Í'frii>"u?'í ©jfTJQíaog l'j k »>19.;
profundamente justa, otra radicalmente falsa. La en ninguna circunstancia, correspondieron los medios
idea justa era la del protectorado de las repúblicas de acción, á las necesidades de la situación, ó al fin
latino-americanas; la idea falsa era la de un estableci- que se perseguía.
miento monárquico en un país republicano: la de una Esto se vé desde el punto de partida. En las ins-
intervención en los negocios interiores de un país cu- trucciones dadas al almirante Jurien de la Graviére,
yas simpatías era necesario conciliarse.—Hé aquí el se dice que ese personage podrá ir á cualquier punto
error de que es responsable el gobierno personal, por- donde sea necesaria su presencia, inclusa la capital
que en él se ven muestras evidentes de influencias de de México, y, sin embargo, solo se ponian á su dispo-
corte, preocupaciones religiosas de las que frecuente- sición fuerzas insignificantes. Un puñado de soldados
mente se manifiestan en el círculo del príncipe. sin medios de trasporte: esto es, en dos palabras, el
Pero una vez cometida la parte del error en la con- inventario de esas fuerzas. De aquí nació el incon-
cepción, ¿es cierto que la empresa estaba condenada veniente de dar á la expedición un carácter español:
de antemano á fracasar miserablemente? ¿Es cierto es decir, el carácter mas naturalmente impopular en
que debia concluir por un desarrollo, por una retira- la antigua colonia española; y el inconveniente de con-
da, por un ruidoso triunfo de esa misma República de denar nuestras fuerzas á contemporizar, cuando su
los Estados Unidos, cuyo vuelo queríamos cortar? solo recurso era la acción enérgica.—Si desde el p r i -
Esto es lo que no admitimos. Concedemos que en mer día se hubiesen tenido en Veracruz las tropas que
ningún caso hubiéramos conseguido completamente luego llevó allí el general Lorencez; si se hubieran te-
el fin propuesto; pero estamos convencidos de que, nido cuando los mexicanos no estaban preparados;
si la ejecución hubiera ¡sido enérgica, resuelta, hubie- cuando Puebla no estaba fortificada todavia, lo pro-
ra salvado, al menos, la dignidad de la Francia y de bable para todos los que fueron á México es, que el
su gobierno. general francés hubiera hecho los mismos prodijios
q n e e j general Palikao en China, y que un golpe de
Y si la ejecución fué tan tímida cuanto la concep-
mano nos hubiera entregado á México. (1) ¿Porqué no
ción fué imprudente, consistió en que el gobierno se
se pusieron fuerzas suficientes á disposición del almi-
condenó á tener en cuenta el voto de la Cámara, sin
rante Jurien?—Porque era preciso contar con el asenti-
asociarla á su pensamiento.—Por esta razón, puede
miento de la Cámara, y porque, para obtener de la
asegurarse resueltamente, sin temor de ser desmen-
tido por ninguno de los hombres que tomaron parte
(i) Esto será lo probable; pero lo probado es que Méxi-
activa en la expedición, que en ninguna época, que
co DO es China - —N. del T.
Cámara los recursos necesarios, era necesario reve-
larle el secreto de la empresa, lo cual no se quería los americanos, hacían casi imposible la realización
hacer a mngun p r e c i o . - S é quería dejar á la Cámara del proyecto primitivo. Era menester comprenderlo
creyendo que se trataba simplemente de una expedi- y cambiar de política: era tiempo de retirarse con ho-
ción destmada á p r o t e j e r ú nuestros nacionales, v pa- nor. Mr. Thiers tendrá en la historia el mérito de
ra dar alguna verosimilitud á una declaración que va haberlo aconsejado; pero no se le hizo caso, y Maxi-
encontraba incrédulos, el gobierno se veia en la nece- miliano í«é proclamado emperador de México,
sidad de proporcionar los preparativos para el fin que
Esta era una nueva falta, mas grave que la antigua,
se de C ,a la ^ ^ de J
porque ni siquiera tenia disculpa. Al principio po-
para el fin que en realidad se tenia. De aquí provi- dia alegarse la del engaño de los emigrados mexica-
no, naturalmente, la insuficiencia de las fuerzas del nos; ahora ya se tenia conocimiento de la altura á
almirante Jurien de la Graviére, la insuficiencia de que llegaba la popularidad del partido clerical de Mé-
jas fuerzas del general Lorencez, la insuficiencia de " xico, y de las probabilidades que ofrecía allí un esta-
las fuerzas del general Forey; y de aquí provino, en blecimiento monárquico.
consecuencia, la larga inacción del almirante Jurien Aliarse con el partido liberal despu'es de haberlo
. e desastre del general Lorencez el 5 de Mayo, y en fin vencido, ayudarlo á establecer un orden estable, y ha-
el »Uermmable sitio de Puebla. Si al comenzar hu- cer aceptar como un beneficio nuestro protectorado,
l e r a sido nuestro efectivo lo que fué mas tarde bajo este era, desde entonces, el único plan razonable,
el mando del general Forey, ó siquiera el del general M a s d e s p u e s d e haber conocido el error en este,
Lorencez la expedición hubiera sido lo que debió ser: punto culminante de la empresa, como 1q hemos pro-
nn golpe de mano; pero la verdad es que el efectivo bado al principio de la expedición, debemos, pregun-
tarnos sí, a lo menos, se hizo todo lo necesario para
rfiTuiSrentéen,aFoporeion<iue H b - hacer triunfar la resolución adoptada.
En fin, llegamos á México, pero la situación estaba El proyecto de establecer un gobierno en México
ya muy cambiada, por causa de tantos retardos era audáz, era inútil, pero no era quimérico. Des-
A pesar de los triunfos de los separatistas, se podia pues de cincuenta años de revoluciones, México debe-
calcular ya e triunfo de la ünion americana v Juárez ría acoger con cierta satisfacción un gobierno que ga-
debía sacar de esta previsión un poderoso aliento rantizara los intereses, y que pusiera orden en la ad-
ministración y en el país. (1)
" " l o s d o S n O S O t \ ° ? n ° P 0 d í a m 0 s v e r i a s i n recelo. '
Los dos anos perdidos, por nosotros, y ganados por
(1) México tenia este gobierno cuando vino la interven-
ción tripartita, y por consiguiente, toda esta argunienta-
INTERVENCION F R A N C E S A — 2
Pero para que esto sucediera, era preciso, en pri- tion que surgia naturalmente, y que yo establecía por
mer lugar, que el nuevo Emperador no fuese puesto mi parte. No dar á Maximiliano el dinero necesario
bajo la dependencia de la Francia, y luego, que tuvie- era condenarlo á la impotencia, al déficit perpetuo,
ra los medios de dar al pais lo que le faltaba. Era es decir, á la agonía; y puesto que se quería fundar
preciso que tuviera lo que no habia poseido ni Santa- el imperio mexicano, la primera operacion que debe-
Anna ni Juárez: á saber, crédito y dinero.—El exa- ría de hacerse era asegurarle recursos, garantizándole
men mas superficial de la Hacienda mexicana demos- un préstamo. Mas para garantizar un préstamo, era
traba claramente que, con recursos que no habían lle- indispensable dirijirse á la Cámara, era indispensa-
gado nunca á veinte millones de pesos, tenia el nue- ble dar á conocer á los diputados el estado real de las
vo gobierno que hacer frente á gastos que nunca ba- cosas, las enormes dificultades de la empresa: en una
jarían de cuarenta millones (2.) El país tenia, sin du- palabra, iniciar á la Cámara en los proyectos del go-
da, inmensas riquezas naturales, y esas riquezas, con- bierno; pero este no quiso hacerlo.
vertidas en valores, deberían producir un impuesto Prefirió decir al Cuerpo Legislativo que México en-
muy superior a sus necesidades; mas para esto eran contraría inmediatamente en si mismo elementos de
necesarios caminos y ferro-carriles, y para la buena organización; V en lugar de asociar á la Cámara á la
distribución y percepción de las contribuciones, era empresa, sin disimularle sus dificultades, se esforzó
preeiso establecer una administración bajo nuevas ba- en dar modestas apariencias al proyecto para hacérse-
lo aceptar. En tal virtud, no solamente no se prestó
ses. Esto no se improvisa, y aun el gobierno mas ac-
dinero á México, sino que se inscribieron en el p r e -
tivo necesitaba cinco años, lo menos, para obtener
supuesto de las deudas las sumas que prometía pagar-
aquellos resultados.—¿Como viviría el gobierno de
nos; y en vez de permitirle contratar, con nuestra ga-
Maximiliano durante esos cinco años?Hé aquí la cues-
rantía, un préstamo al 6 por ciento, que le hubiera
cion esMalsa. Ademas ya vimos lo que hicieron aquí los permitido organizarse, se le hizo contratar otro usu-
grandes estadistas, los grandes financieros europeos, y en rario, con el principal objeto de reembolsarnos: de
verdad, la América no aprendió nada de ellos.—IV. del T.
manera q u e , en lugar de un préstamo mexicano, ga-
(2) Esto demuestra claramente á los puebles la superio-
ridad del Gobierno republicano sobre el monárquico.—El rantizado por la Francia, lo cual estaba en la natura-
gobierno republicano existia con menos de veinte millones: leza de las cosas, se vieron préstamos franceses, con-
el gobierno que se llamó imperial no pudo subsistir con 40
ni con cincuenta millones, y el gobierno republicano vuelve tratados bajo el nombre de mexicanos. Así, pues,
á vivir ahora con menos de 20 millones decretados por el la convención de Miramar y esos préstamos, habían
Congreso. Reflexionen los enemigos ¿3e los gobiernos re- matado ya áMaximiliano anticipadamente, condenán-
presentativos.—N. del T.
dolo á la impotencia; y posteriormente reeibióel gol- sus necesidades, ni sus peligros: de modo que el go-
pe de graciav con ól hecho de embargarle todas las bierno es libre en lo que ! se le debería contener, y se
aduanas mexicanas por el faltado de 31 de Julio le contiene en lo que debería ser libre; y que, aislado
de 1866. en el momento en que la deliberación debería ser un
Para nosotros, la calificación exacta de esta aven- freno, delibera en el momento de la acción, y despues
tura es esta: empresa gigantesca, concebida con au- de haber pensado como un gobierno personal, obra
dacia y ejecutada con timidez. Por desgracia, no es como un gobierno parlamentario.
solamente á lá expedición dé México á la que puede Para evitar estas contradiccionés, el pais véria con
aplicársele esa definición, de algunos años á esta par- verdadera satisfacción que el derecho de interpelar
te. Y lo que es peor todavía, cuando se pretende si- permitiera á la Cámara intervenir en los asuntos del
quiera una lección de semejante empresa, para sacar, Estado, y que la presencia de los ministros en el Cuer-
al menos, algún provecho indirecto dé ella, es nece- po Legislativo estableciera una responsabilidad minis-
sario confesar que las faltas cometidhs son la inevita- terial, que hasta hoy no aparece con la debida clari-
ble consecuencia de nuestras actuates instituciones: dad, pero que si se verificaran las elecciones bajo el
es decir, del órdén establecido por la Constitución de juicio de una prensa libré, seria tan formal como de-
1852. y modificado por decretos y senalus-consultxis be ser.
sucesivos, Lo qtie una nación tiene derecho de es- No es solamente esta elección fecunda la que debe
perar de su gobierno es, primeramente, madurez en sacarse de la historia de la expedición de México: es
sus proyectos, y en segundo lugar, atrevimiento en preciso ver en ella también la prueba de que, en un
su ejecución. Ésto es lo que aconseja la buena po- pais en que el poder está sometido, hasta cierto pun-
lítica. to, al juicio de la opinion pública, el gobierno mas
Desgraciadamente los hechos demuestran nuestras fuerte es impotente para imprimir buen éxito á los
cosas al revés de este sistema. Cuando se trata de proyectos que no ha presentado á la nación para que
adoptar una resolución y de comprometer las cuestio- los acepte. Si el negocio de México hubiera sido ex-
nes, tiene el gobierno entera libertad; y cuando se puesto al pais, puede ser que lo hubiera desechado,
trata de ejecutarlas, esa libertad cesa. pero también pudiera ser que lo hubiera aceptado; y
El gobierno se encuentra, entonces, en presencia aceptándolo, y teniendo el gobierno, en consecuen-
de una Cámara que lo enerva sin saberlo, porque no cia, desde el principio y en todas sus circunstancias,
habiendo sido informada del plan adoptado, no v e ni los medios de acción necesarios para su ejecución, pu-
diera haber sido también una de las glorias del impe-
rio, en lugar de ser su revés mas cruel.
Ojalá, en lo sucesivo, en medio de las nuevas prue-
bas que tal vez nos esperan, no nos abandone este re-
cuerdo, ni olvidemos que la victoria será siempre el
fruto de una íntima unión de la nación y de su gobier-
no: ojalá recordemos, que cada vez que este se sepa-
re de la opinion, aun con la intención mas sana, será
reducido á la impotencia. Así lo prueba la historia
de los últimos años del primer imperio, y así lo prue- I V T R O I H C C I O X .
ba también la historia de la expedición de México.
Tales son las ideas que evoca en nosotros el examen
del drama cuyas peripecias relata este volúmen, en el
cual encontramos una autoridad, una moderación y
una rectitud altamente notables. Por costosa que ha-
ya sido la expedición de México, no sentiremos los sa-
crificios qne nos impuso, si la lección que de ella se
desprende resplandece con toda claridad ante el go-
bierno y la opinion, porque, en tal caso, esa prueba La prensa y el mundo político están muy conmovi-
no seria mas que el precio á que hemos comprado una dos de algún tiempo á esta parte, con la multitud de
libertad que nunca se adquiere sino á costa de gran- publicaciones que diariamente aparecen acerca de
des sacrificios. México.—Nosotros, sin querer refutar ninguno de los
CLEMEMTE D U V E R N O I S .
argumentos de sus diferentes autores, deseamos pre-
sentar, en una nueva exposición de aquellos hechos,
los testimonios que hemos recibido de personas dig-
nas de toda fé, y reproducir aquí los documentos que
hemos podido recojer sobre la materia.
No tenemos la pretensión de relatar toda la verdad
sobre la cuestión mexicana. El Sr. conde de Kéra-
diera haber sido también una de las glorias del impe-
rio, en lugar de ser su revés mas cruel.
Ojalá, en lo sucesivo, en medio de las nuevas prue-
bas que tal vez nos esperan, no nos abandone este re-
cuerdo, ni olvidemos que la victoria será siempre el
fruto de una íntima unión de la nación y de su gobier-
no: ojalá recordemos, que cada vez que este se sepa-
re de la opinion, aun con la intención mas sana, será
reducido á la impotencia. Así lo prueba la historia
de los últimos años del primer imperio, y así lo prue- I X T R O I H C C I O X .
ba también la historia de la expedición de México.
Tales son las ideas que evoca en nosotros el examen
del drama cuyas peripecias relata este volumen, en el
cual encontramos una autoridad, una moderación y
una rectitud altamente notables. Por costosa que ha-
ya sido la expedición de México, no sentiremos los sa-
crificios qne nos impuso, si la lección que de ella se
desprende resplandece con toda claridad ante el go-
bierno y la opinion, porque, en tal caso, esa prueba La prensa y el mundo político están muy conmovi-
no seria mas que el precio á que hemos comprado una dos de algún tiempo á esta parte, con la multitud de
libertad que nunca se adquiere sino á costa de gran- publicaciones que diariamente aparecen acerca de
des sacrificios. México.—Nosotros, sin querer refutar ninguno de los
CLEMENTE D U V E R N O I S .
argumentos de sus diferentes autores, deseamos pre-
sentar, en una nueva exposición de aquellos hechos,
los testimonios que hemos recibido de personas dig-
nas de toda fé, y reproducir aquí los documentos que
hemos podido recojer sobre la materia.
No tenemos la pretensión de relatar toda la verdad
sobre la cuestión mexicana. El Sr. conde de Kéra-
try, que ha escrito algunos artículos interesantes en á un fin quimérico, imposible, para hacer una expe-
la Revista contemporánea, sobre la caida del empera- cul ación.
dor Maximiliano, nos ha dicho: La falta fué la credulidad con que se acogieron los
«Hasta el dia en que sean perfectamente conocidos mas absurdos propósitos de hombres que llamaban á
los documentos del último año del reinado del empe- su pais á extrangeros; la falta fué la tenacidad con que
rador, nadie podrá entregarse mas que á vagas con- se apartaron ciegamente todos los que podian confun-
jeturas^ La historia necesita mas que esto: la histo- dir la impostura.
ria quiere piezas justificativas que impongan silencio Si, á nuestro pesar, nos apartamos alguna vez de
á los comentarios.» la verdad en esta narración, otros vendrán, y así lo
Este escritor tiene mucha razón, pero nosotros di- esperamos y lo suplicamos, con mayor acopio de do-
remos mas aun.—Nosotros afirmamos que la historia, cumentos y de noticias, á corregir nuestros errores,
que necesita piezas justificativas con relación al últi- á rectificar nuestras apreciaciones.—Solamente así
mo año del reinado de Maximiliano, no solamente r e - podrá escribirse la verdadera historia.
clama esos documentos, sino también, y s.in excepción Ojalá que esa expedición desastrosa sirva de ejem-
ninguna, todos los relativos á esa cuestión, compren- plo á los que sueñan todavía con intervenciones!
diéndose en ellos los que tienen relación con las ne- Ojalá que el triste recuerdo de Querétaro pueda
gociaciones secretas que produjeron la Convención corregir para siempre, tanto á l o s desgraciados que
de Londres.—Todo esto es necesario poseer para lle- llaman al extrangero á su patria, cuanto á los impru-
gar á la verdad, y la muerte de Maximiliano exige dentes que se prestan á su culpable llamado!
absolutamente que esta verdad sea conocida.
A la noticia de este fin siniestro, que vino á espar-
cir un instante el espanto en todas las almas, y á re-
cordar la muerte de un rey tan débil como el prínci-
pe de la casa de Hapsburgo, unos exclamaron: es un
crimen!: otros mas calmados respondieron: es una
falta!
Hubo falta y hubo crimen.
El crimen fué la expedición de México. Los cul-
pables son los que promovieron su ejecución, los que
no retrocedieron ante ningún pasó oculto, para llegar
LA

iilrtfflOHiitt i Mim

CAPITULO I.

MEDIACION m MÉXICO (I8!»8 á 1 8 6 0 . )

Los crímenes cometidos en México en las hacien-


das de San Vicente y Chiconquiaco, á fines de 1 8 5 6 ,
sobre algunos subditos españoles, habían obligado á
la legación española á separarse de la capital de la
República mexicana. (1)

(1) La historia de esos hechos tiene perfectamente com-


probado que esos delitos fueron del Orden común, de los
Por un concurso de circunstancias, que es inútil iristro de Estado en España, que se apresuró á contes-
desenvolver aquí, fué llamada la Francia á examinar
tar el 9 de Noviembre de 1 8 5 8 , al ministro de España
las dificultades que habían surgido entre el gobierno
en Paris:
de España y el de México; pero no queriendo decidir
«Creo que una actitud resuelta y perseverante de
nada "sin él concurso de la Inglaterra, la Francia con-
lastres potencias, bastará para conjurar los peligros.
sultó á esta potencia, y de común acuerdo, ofrecieron
Sin mezclarse en cuestiones interiores, ni ejercer un
ambos gobiernos su mediación.
protectorado, sin un aparato de fuerzas que seria oca-
El gobierno español desechó la oferta.
sion ó pretexto de resentimientos á la susceptibilidad
El Sr. Mon estaba especialmente encargado de esta
mas exagerada, la Francia, la Inglaterra y la España
misión cerca de M. Walewski, ministro de negocios
pueden adoptar una actitud tal, que ponga á cubierto,
extrangeros en Francia.
con todas las garantías necesarias, la integridad de la
En uu despacho de 24 dé Noviembre de 1838, da
República mexicana v la conservación de su naciona-
cuenta el Sr. Mon de una conversación que habia te-
lidad.
nido con el ministro del emperador, quien «se queja
de que la España rehusara su mediación»; y ya desde C A L D E R O S COLLANTES. »
esa época encontramos el primer gérmeu del funesto
pensamiento de ir á establecer en México un gobiei-no
estable y duradero.
No era posible declinar mas políticamente y por
En efecto, en la conversación habida entre esos dos
medios mas honrosos, las ofertas que motivaron la
personages, se trató del Ínteres que habría, tanto pa-
conversación de los Sres. Mon y Walewski, y cuya con-
ra Francia como para España, en establecer un poder
versación ofrecia la mayor elasticidad á consecuencias
fuerte en aquellas comarcas.
indeterminadas, es cierto, pero en todo caso peligro-
Los refugiados mexicanos habian sido escuchados!
sas.
La intervención se presentía ya en esa entrevista,
Era preciso, pues, en lugar de una mediación que
y tan lo comprendió así el Sr. Calderón Collantes, mi-
se inclinara desde luego á la intervención, conformar-
que desgraciadamente se cometen en todas las naciones, y se con ir avanzando recíprocamente en el terreno de
que en consecuencia, fué excusada, injusta, y solo puede los «buenos oficios,» y esto fué lo que se hizo y lo
estimarse como un pretesto acogido con determinada in- que se aceptó por una y otra parte sin dificultad.
tención, la retirada de la legación de España en Méxi-
c o . - (N. del T.) Así permanecían las cosas, cuando el Sr. Mon fué
INTERVENCION F R A N C E S A — 3
acreditado como embajador de España cerca del g o -
cia y de Inglaterra están dispuestos á combinar sus
bierno imperial y así siguieron hasta 1859.
esfuerzos, con el fin de obtener que se establezca eñ
El" 3 de Enero de este nuevo año, vuelve á la carga México un gobierno que sea reconocido por toda la
el, Sr. Mon con el Sr. Calderón Colíantes, para arre- nación..:. .
glar una mediación, y le escribe:
«Mi pensamiento, que no he tenido la felicidad de CALDERÓN COLLANTES.»

hacer comprender á V. E., se reduciría á examinar si


seria posible contribuir á la formación de un gobierno El negocio necesitaba explicaciones, y el ministro
en México, que, apoyado al principio por las tres po- de España en Londres, se encargó de ese cuidado.
tencias, no tuviera mas tarde necesidad de nin- «Londres, 27 de Abril de 1860.
guna
«La Inglaterra desea cooperar con la Francia y la
MON.»
España, con la condicion de que no se emplee la fuer-
El Sr. Calderón Colíantes con las mismas ideas que za para la ejecución
en 1858, le contesta el 10 de Enero:
ISTIRIZ. »
«Para alcanzar ese fin, el gobierno de S. M. piensa
que son suficientes los medios morales y las discusio- Este despacho es el resumen fiel de cuanto la I n -
nes puramente políticas, sin necesidad de ocurrir á glaterra ha dicho á sus agentes para indicarles la con-
una ostentación de fuerzas ducta que deberían seguir acerca de México. Desde
CALDERÓN COLLANTES. »
el primero hasta el último dia, nunca se separó de esa
conducta un solo instante.
Esta respuesta volvió á suspenderlo todo, hasta que Despues de haber obtenido la España las mas so-
se formó el tratado Mon-Almonte, el 26 de Diciem- lemnes promesas de México por el tratado Mon-Al-
bre de 1859, en que se atendía á todas las reclama- monte, se decidió el gobiejno de la reina á enviar á la
ciones de la España. misma capital de la República un ministro encargado
de velar sobre su ejecución, y para la salvaguardia de
«Enero 18 de 1860. sus nacionales.
«Mr. Barrot me ha leido un extracto de sus despa- El Sr. Pacheco fué designado al efecto.
chos, en donde se le dice que los gobiernos de Fran-
Llegó á Veracruz el 2 3 de Mayo de 1860.
Inmediatamente dió cuenta á su gobierno de la resolver la cuestión mas grave que se presenta en el
excelente acojida que le había hecho Juárez en Vera- porvenir: la cuestión de supremacía, primero en la
cruz, y de la solicitud con qne le había proporcionado América y despues en el mundo entero, de ese pue-
salvo-conducto y escoltas hasta los puestos avanzados blo invasor y desenfrenado que ocupa el Norte de este
del enemigo, á fin de que pudiera llegar á México, hemisferio.
á donde iba á reconocer el gobierno de Mi ramón, con-
tra el cual luchaba el presidente legal Juárez. «Creo que seria bueno, y me .atrevo á indicarlo á
Demasiadas historias de México se han escrito, pa- V. E., que el Sr. Mon se ponga de acuerdo con el Sr.
ra que tengamos que trazar aquí la situación de Mira- vizconde de Gabriae, que lo verá á su llegada á Paris,
mon con respecto á Juárez. Extractaremos solamen- á fin de que contribuya pos su parte, al triunfo de las
te algunas líneas del despacho del Sr. Pacheco al Sr. ideas que nos son tan altamente interesantes.
Calderón bollantes, en que le anuncia su llegada al
suelo mexicano. J. F . PACHECO.»

«Veraeruz, 25 de Mayo de 1860.


En este despacho volvemos á encontrar toda la ex-
«En la rada de Sacrificios, y abordo de un bergan- pedición de México, todas las ofertas de mediación he-
tín francés, he encontrado al Sr . vizconde de Gabriae, chas por la Francia, y lo que el Emperador llamó EL
GRAN PENSAMIENTO DE su REINADO.—Desde entonces
ministro de Francia, que se retira á Europa con licen-
cia por algunos meses. Pasó á verme inmediatamen- quedamos edificados: el Sr. Pacheco no es un neófito,
te, y en el curso de tres conferencias que tuvimos es un hermano ferviente.—¡Es necesario que las po-
mientras permanecí allí, me dió los mas extensos de- tencias europeas i ntervengan!
talles de los negocios interiores de esta pobre Repú- Mientras que el Sr. vizconde de Gabriae i r á á Itei'ar
blica. su saludable influencia cerca del emperador, el Sr.
Pacheco trabajará en México para llegar al triunfo de
las ideas que patrocina cerca de su gobierno.—El Sr.
«El Sr. vizconde de Gabriae puede ejercer una sa-
Duboís de Sallgny, digno sucesor del Sr. de Gabriae,
ludable influencia en los conSejos del Emperador. Ha
llegará pronto á ayudarlo en su tarea.
sostenido, y sostiene, que es indispensable una inter-
Sigamos al Sr. Pacheco hasta México.
vención concertada entre la Inglaterra, la Francia y la
A su llegada presenta sus credenciales á Miramon,
España, ó á lo menos entre estas dos poteneias, para
El pretesto faltaba todavía, pero no se hizo esperar
y se instala en aquella ciudad como representante de
mucho tiempo. Ya el Sr. Pacheco hacia oir sus gri-
la España acreditado cerca de tal presidente.
tos de aflicción, y al escribir á su gobierno, le pintaba
Podemos declarar aquí, con una convicción plena,
que en la época en que fué enviado e l S r . Pacheco á la triste situación en que se hallaba México, á conse-
México va la España estaba convertida á la idea de cuencia de la lucha entablada entre Juárez y Mira-
una monarquía en América. Los conspiradores me- mon.
El 2-i de Setiembre de 1 8 6 0 , escribía:
xicanos habian logrado hacer prevalecer esta idea en
Paris y en Madrid.
La dificultad consistía en la elccion del soberano «Es indispensable que la Europa no le aconseje (á
que habia de ponerse á la cabeza del gobierno monár- México), sino que le IMPONGA la libertad, la disciplina,

qU
el orden.
L o s mexicanos deseaban ardientemente que fuera
PACHECO.»,
el archiduque Maximiliano de Austria, retirado e n M i -
ramar. La Francia aprobaba esa elección, pero el Imponer la libertad! Esto conduce al acto arbitra-
joven príncipe vacilaba. rio de cierto general que se hizo célebre, obligando á
Estas vacilaciones hacían posible la combinación un honrado comerciante á ser prefecto, BAJÓ PENA D E
que acariciaban los españoles, acerca de un príncipe
S E I S MESES D E P R I S I O N . ( 1 ) ' '
de la casa deBorbon; mas esto no podia convenir a Ta Sin embargo, ninguna otra cosa podia esperarse
Francia. del admirador de las ideas del Sr. vizconde de Gabriac.
Entre esta nación, que obraba, ó aparentaba obrar El hombre frivolo no podia dejar dé aparecer, y en
desinteresadamente, y la España que aparecia directa- efecto se le vuelve á encontrar en el siguiente despa-
m e n t e interesada, las probabilidades de triunfo esta- cho:

ban por la primera. «Al señor ministro de Estado de S. M. C.


Ambas soñaban el mismo fin, pero por diferentes
México, 2 8 de Noviembre de 1 8 6 0 .
medios, y de aquí tuvieron origen las reticencias que
se encuentran en el cambio de despachos de una y
Nuestra posicion ha mejorado mucho, y las consi-
Entre tanto, la Inglaterra impedia toda tentativa
con su actitud firme. Era preciso vencerla ó arras- (1) Castagny, en Monterey. Despucs de esa arbitrarie-
dad que se elevó á decreto por Maximiliano y se ejecutaba
trarla.
del aciones que se me guardan son mucho mayores Dotado dé uná inteligencia notable, poeo cuida-
hoy (pie hace tres meses. No sé si V. E. ha observa- doso de los medios que habia de emplear para llegar
do que y a no se roba ni se asesina á los españoles, co- á un fin propuesto, dotado también de un grande as-
mo en épocas pasadas. cendiente sobre los que se le acercaban, Mr. de Sa-
Permita Y. E. que me felicite, tanto por mi dicha, ligny era el hombre á propósito para las circunstan-
cuanto por mi h a b i l i d a d . . . . cias.
Sus dos sucesores, Mr. de Montholon y sobre todo
PACHECO.» Dañé no se le podian comparar.
Cuando llegó á la Habana, debió preocuparlo la
¿Cómo es que todos los gobiernos europeos no con- cuestión que se agitaba allí, de una intervención de la
fiaron la protección de sus nacionales á un hombre España armada, sin esperar el concurso de otra po-
tan hábil? tencia, tomando por pretesto el vengar la captura de
En fin, el 1.° de Diciembre llega Mr. de Saligny á la «María Concepción.» Le importaba llegar á su ter-
Veracruz. reno y prepararle, á fin de crear un motivo cualquie-
La acojida que tuvo en 'a Habana por el capitan ge- ra para una intervención por parte de la Francia, pa-
neral fué de las mas cordiales. Desembarcó en el bo- ra lo cüal necesitaba tiempo.
te de una fragata española que se hallaba de estación Un desacuerdo habido entre el capitan general de
en Veracruz. No se podia hacer menos por un mi- la Habana y el Sr. Pacheco, le presentó la oportuni-
nistro que habia empleado sus buenos oficios en favor dad. Supo ofrecerse con habilidad, como interme-
del capitán general de la Habana, para arreglar el ne- diario entre esos dos personajes, ganando las simpa-
gocio de la captura que hizo Juárez de la fragata es- tías del general Serrano y las de su colega al mismo
pañola María Concepción, y que sin embargo de esos tiempo; comprendiendo la necesidad en que estaba de
buenos oficios, fué declarada, al fin, buena presa. subalternar á la España, por lo mismo temía de esta
Mr. d e Saligny habia salido de París con un conoci- una resolución violenta que dificultara sus planes.
miento perfecto de la situación de México. Así, pues, su primer cuidado, al llegar á Veracruz,
El nuevo ministro ibaá preparar una,monarquía en fué escribir una carta de las mas halagüeñas al maris-
favor del archiduque Maximiliano de Austria. cal Serrano.
a
muy naturalmente, condenando a los reacios A prisión 6
multa. Todo México conoce estos hechos.—(¿V. dpi T.) «Os felicito por vuestra conducta prudente.
«Habéis salvado á vuestros nacionales, é impedido ¿Qué gobierno de Europa hubiera vacilado en tomar
que el gobierno de la reina se aventurase en una em- una medida igual? -
presa llena de peligros y dificultades, en la cual no Al retirarse el señor Pacheco^ protestó, declarando
recogería la España ni gloria ni provecho 0. que dejaba los.afchivos de su legación, y los súbditos
de S. M. C. bajo las garantías del derecho de gentes,
y al cuidado y protección de S. E. el Ministro de S. M.
DESALIGNY.» el Emperador de los franceses.
Los acontecimientos venian á pedir de boca á Mr.
Una vez bien dirigidas sus baterías sobre México, de Salignv y.á sus amigos. Desde entonces la inter-
debia cambiar luego de lenguage y desmentir la pru- vención era inminente.
dencia que sabia tanto elogiar entonces en beneficio l.n hombre menos inteligente y ménos hábil que
de su causa. Mr. de Salignv, se hubiera descubierto quizá, al ver
Miramon habia sido derrotado á fines de Diciem- semejante suceso, pero él supo ponerse en guardia
bre, por las tropas federales en Galpulálpam, y se fu- contra toda sospecha.
gaba dejando la presidencia á Juárez. El presidente Empleó todos sus esfuerzos para obtener una sa-
hizo su entrada en la capital de la República el í . ° de tisfacción á nombre de la España,ypara que se volvie-
Enero de 1861. ra á enviar al señor Pacheco, y lo consiguió, ó al
Algunos dias despues, el Sr. Pacheco, lo mismo que menos escribió que lo habia conseguido, sin peijuicio
sus colegas el Nuncio apostólico, y los ministros de de desmentirse mas tarde. Sabía muy bien que todo
Guatemala y del Ecuador, que habían reconocido á cuanto podía obtener en lo sucesivo, era inútil desde
Mriamon, recibieron orden de salir del pais. entonces.
Esta medida era puramente personal. El gobier- La retirada del señor Pacheco habia debido produ-
no republicano estaba en su derecho, lanzando de su cir una grande indignación en Madrid, y era necesa-
territorio al que escribía á Europa que era necesario rio aprovecharse de ella.—Sabia que no habia ni un
intervenir á México, para IMPONERLE la libertad. solo momento que perder, é inmediatamente puso
manos á la obra.
El clero de México habia apoyado á Miramon con
Se dirijió al gobierno español, de que era represen-
su influencia y con su dinero, así es que la orden que
tante, y al hacerlo no tuvo inconveniente en desmen-
expulsaba á Monseñor Clementi, tenia por causa «la
tir lo que habia dicho algunos meses antes su colega,
participación escandalosa del clero en la guerra civil.
el émulo de Mr. de Gabriac, cuando elojiaba su dicha den completo. (L) Así lo hace constar Mr. Wyke en
y su habilidad. Hé aquí lo que escribía en 29 de sus despachos al gobierno de la reina; pero si bien le
Abril al general Serrano: indica que no se debe retroceder ante la ocupacion
de los puertos de Veracruz y Tampico, para asegurar
el pago de sus acreedores, á lo menos no aconseja la
«Nú pasa un soló día sin que los españoles sean ob-
intervención en los negocios interiores del país.
jeto de loé más deplorables excesos.
I,as conspiraciones en el exterior y las revolucio-
nes intestinas, no eran las circunstancias mas á- pro-
SALTÓN Y. »
pósito para arreglarlos negocios de México.
Era preciso tomar medidas enérgicas.
Faltaba dinero, y el gobierno estaba asaltado por
En todos sus despachos, sean para España ó para todas partes de reclamaciones, pero no era á Juárez á
Francia, el ministro francés sé queja con esa pasión, quien debia atribuirse aquel estado de cosas.
con esa acritud que era propia de su temperamento. Juárez consultó á los representantes de la nación,
En estas circunstancias, se embarcó Sir Charles exponiéndole, los peligros y la crisis que amenazaban
Wyke en el paquete inglés, para ir á México á repre- á la nación.
sentar él gobierno de la reina Victoria cerca de Juá- La falta de dinero era la principal causa del desor-
rez. den, y apenas podia pensarse en la organización de
Al momento llama la atención el tono moderado ciertos ramos, porque era imposible pagar.
que se encuentra en cada línea de lás instrucciones La lucha de Miramon contra el gobierno constitu-
dadas por el «Foreing-Office» á este diplomático, cional habia agotado los recursos; y los gastos de la
cuando Mr. de Saligny lanzaba sus mas encarnizados guerra, el robo á mano armada de las cajas de la
ataques. legación inglesa, así como el préstamo de Jecker, ha-
bían creado nuevos compromisos.
M. Wyke va á reclamar el pago de las deudas in-
glesas, y Lord Jhon Russell le significa simplemente y
(i) Lo contrario demostraron luego la intervención y
sin énfasis: «Debeis evitar toda oferta de mediación el llamado imperio» adoptando tes leyes de reforma y otras
que no sea pedida.» de las principales que regían en la República; su mismo
sistema de Hacienda; y hasta empleando de preferencia á
Sin embargo, por sabio que ftiera este lenguaje, no algunos de los hombres públicos que funcionaban en aque-
lla época .—A*, del T.
podia impedir que México se encontrara en un desór-
INTERVENCION F R \ N C E S A — 4
Sin espantarse por los peligros de una decisión su- tual de la deuda pública, que esta no ha sufrido un
prema, y confiado en la sabiduría de los que tenian cambio notable por las continuas revoluciones. Muy
que tomarle cuenta de la lealtad de sus intenciones, al contrario, durante esta crisis, la posicion de los
Juárez decretó el 17 de Julio: «que el pago de las con- acreedores extrangeros ha mejorado. En medio de
venciones extrangeras se suspendía por espacio de sus mayores embarazos, la nación ha avanzado hasta
dos años;» pero al mismo tiempo el Congreso de la aumentar los pagos de la deuda pública, privándose
Union tomaba todas sus medidas para satisfacer esas así de los medios que estaban á su disposición para
exijencias, pasado aquel plazo. terminar la guerra civil: en otros términos, la nación
Fácil era prever las protestas enérgicas de los mi- ha pagado el oro de sus acreedores con la sangre de
nistros de Francia y de Inglaterra, presentes en Mé- sus ciudadanos.
xico, contra esta resolución.
¿Qué hizo Juárez?—Encargar inmediatamente á su «Desde el principio de la revolución, la República
ministro Zamacona que explicara á sir Carlos Wyke, ha tenido sed de paz, de orden y seguridad; mas el
ministro inglés, la conducta del gobierno de la R e p ú - gobierno actual, á pesar de estar plenamente conven-
blica. cido de que no puede triunfar sino contando con me-
dios positivos de acción, ha vacilado largo tiempo an-
« E L S E S O R ZAMACONA A SIR CHARLES W Y K E .
tes de poner la mano sobre los fondos destinados al
(Extracto.) pago de la deuda extrangera. Su respeto por esos
fondos era tal, en efecto, que ha preferido sacrificar
«México, 21 de Julio de 1861. (1) sus compromisos hácia los mexicanos, atrepellar los
«El gobierno mexicano ha hecho esfuerzos sobre- principios mas caros al pais, y hasta reducirá prisión
naturales para cumplir fielmente sus compromisos á personas muy respetables á fin de obtener recursos,
internacionales, y puede comprobar por resultados antes que tocar un centavo de las asignaciones h e -
poco comunes, como puede verse por el balance ac- chas á las convenciones diplomáticas y á la deuda de
Londres. Mas por odioso que fuera este expediente,
1 Tanto esta nota, como todas aquellas que fueron y por mas que haya servido para probar la buena fé
puestas en castellano, traducidas al francés, y se vuelven
á traducir ahora del francés al castellano, sacarán necesa- del gobierno para con las naciones extrangeras, no ha
riamente algún cambio de palabras, confrontadas con los sido ni será nunca eficaz; y el gobierno debe apartar-
originales que no puedo tener presentes, pero confio en se de él nuevamente, y obrar por otros medios, con el
que no habrá ninguna variación én el sentido del texto
francés que tengo á la vista.—N. del T. sagrado fin de reorganizar la administración y adqui-
m recur&es, bo ya apelando ¿ <M>ute»ip©iizacion#s trativa, ó el restablecimiento del orden y de la paz, si
que nada producen, sino ocurriendo á un sistema tiene que soportar la carga de la deuda nacional,
fijo y provechoso, que pueda reimprimirle su natural «Para poder afrontar las numerosas cuestiones que
vigor, aboliendo de una vez el antiguo sistema de los incesantemente ocupan la atención de los represen -
impuestos forzados. tantes extrangeros y del Ministerio de hacienda; para
«Para poner estos principios en aceion, la Repúbli- concluir definitivamente con el sistema de los présta-
ca tiene necesidad de todas sus rentas, así como de mos forzosos; para libertarse de la necesidad de cho-
personas íntegras y concienzudas, capaces de adminis- car con sus principios liberales recargando las impor-
trarlas; y con tal objeto se ha expedido la ley que el taciones extrangeras; en una palabra, para procurar-
infrascrito tiene el honor de comunicar á sir Char- se una parte del dinero que actualmente pagan las
les Wyke. Aduanas marítimas para la extinción de la deuda, es
necesario, es indispensable que el gobierno tenga una
«El gobierno actual de la República debe satisfacer,
espera, durante la cual pueda recobrar sus fondos, y
por una parle, las exigencias de la sociedad y de la ci-
usar de todas sus rentas.—En este caso, con una con-
vilización, por medio del orden y las garantías, y por
ducta conveniente y económica, el orden y la tranqui-
otra las exigencias de los acreedores extranjeros, que
lidad pública se restablecerían, y los productos del
absorven casi todas las rentas públicas. En tal situa-
país, exceptuando lo absolutamente necesario para la
ción, el gobierno no ha podido vacilaren la marcha
protección de la sociedad, serían dedicados al pago de
que ha debido seguir. Al obedecer la «ación á los
sus deudas.
gritos de la civilización y de la sociedad, ha cedido á
«El gobierno del infrascrito considera que un deu-
una presión demasiado fuerte para poder soportarla;
dor, movido hace largo tiempo por los sentimientos
pero lo lia hecho únicamente con el fin de recobrar
mas honrosos, y completamente decidido á llenar sus
su fuerza, para poder sobrellevar su carga, y para po-
compromisos, no falta á su dignidad, dirigiéndose á
der atender á sus compromisos.
su acreedor y confesando con franqueza que, tempot
«El gobierno del infrascrito es el autor de las medi- raímente, está en la incapacidad de pagar su deuda;
das que contiene el decreto adjunto, y quizá- es el siendo asi que su exclusivo fin tiende á probar al mun T
primero del país que haya emprendido, honrada y do entero que está real y verdaderamente resuelto á
religiosamente, el examen serio de la naturaleza de plantear en el país las mejores administrativas capa*
sus obligaciones y de sus medios de cumplirlas. Es ees de producir el cambio deseado en su condicion
imposible para México tentar una reforma adminis^ política.
«El gobierno comprende muv.bien que tiene que la han orillado á su ruina y su descrédito; que la ma-
luchar contra la impresión desfavorable que han pro- yoría del país solo pide instituciones justas y equita-
ducido los abusos y las irregularidades cometidas en tivas al poder dominante; y poniéndose a la altura de
otros tiempos; pero no se le oculta que si ha hereda- su situación no vacilará en consagrar todos sus es-
do esta nueva dificultad, como adición á las preceden- fuerzos á corresponder dignamente á tan justa soli-
tes que combate, tiene tanto menos motivo de aver- citud. El gabinete á que pertenece el infrascrito,
gonzarse de ello, cuanto que no es este un caso ex- tiene orgullo en la firmeza de sus intenciones, y cree
cepcional en los anales de la historia mexicana, ni merecer la simpatía y la eooperacion de los represen-
tampoco es obra de la presente administración. Las tantes extrangeros, cuya presencia no es, solamente
naciones, lo mismo que los individuos, tienen derecho para dar protección á los iVitereses particulares de sus
á ser juzgadas por sus propios actos, v no por preo-
nacionales, sino que también tiene la noble misión de
cupaciones anticipadas, ni por comparaciones parcia-
protejer la causa de la humanidad y de la civiliza-
les. Cuando el Presidente de la República reunió el
ción.
gabinete actual, cada uno de sus miembros aceptó la
idea formal y concienzuda de luchar sin miedo contra
«Si el gobierno hubiera vacilado en adoptar las me-
las dificultades de un problema de cuya solucion
didas de una reforma financiera radical, se habría
dependia la gran cuestión de la reforma. El gobier-
visto obligado, contra su inclinación y sus principios,
no sabe que la nación no carece de elementos mate-
á recargar de nuevo las importaciones extrangeras,
riales para la realización de esta obra, sino de una or-
ó se hubiera tenido que resignar á ver que se agota-
ganización propia para utilizarlos solamente. Tam-
poco faltan los elementos morales: por el contrario, ban los intereses sociales en el rio de la anarquía.—
¿no hay pruebas evidentes en el deseo general de que En consecuencia, para evitar cualquiera de estos dos
llegue la época en que, en lugar de las vergonzozas é extremos, y guiado por su conciencia y su patriotis-
interesadas promesas de una minoría frivola y cor- mo, ha propuesto el plan que contiene el decreto que
rompida, se áfianzen en el país instituciones de natu- tengo la honra de acompañar.
raleza duradera, justa y permanente, capaces de ase-
gurar á los mexicanos, así como á los extraugeros, el ZAMACONA. »
honor, la vida y las propiedades? El gobierno sabe
también que la nación está cansada de su estado de ¿No era mas conveniente, despues de recibido el
anarquía; que maldice la negligencia y los abusos que despacho que antecede, en lugar de romper toda re-
lación con Juárez, ayudarlo y abandonar el proyecto
de derribar la república para reemplazarla con una bajó sin descanso en la intervención colectiva de las
monarquía que debería ser impotente sin duda algu- tres potencias, y el 2 de Octubre, antes de conocer la
na, y que, ademas, traeria por fuerza el inconvenien- actitud del gobierno mexicano ante las amenazas que
te de preparar para lo sucesivo graves complicaciones debian hacérsele, Mr. Wyke tenia también la orden
con los Estados-Unidos?
de su gobierno, de trasladarse á Jamaica. La alianza
Digámoslo de una vez: la Francia creía en una estaba consumada!
guerra prolongada de los Estados Unidos del Norte Los Estados Unidos tenian graves cargas que
con los Estados confederados del Sur, y tenia espe- hacer al gobierno mexicano en aquella época.
ranzas en el triunfo de estos.
El gobierno mexicano era su acreedor, pero Mr. Se-
La idea de Mr. de Gabriac de que «era necesario
ward comprendía las innumerables dificultades que le
impedir la supremacía de ese pueblo desenfrenado,
acarreaba un estado de pobreza absoluta, que sola-
en el mundo entero», tenia prosélitos en Francia.
mente el tiempo y mucha energía podrían destruir.
Los acontecimientos los han confundido de una
manera cruel! Como lo hemos explicado, Juárez no se encontraba
En respuesta al señor Zamacona, Mr. Thouvenel ante una simple revolución nacida la víspera, y que lo
prescribió á Mr. de Saligny «exijir del gobierno me- atacara detrás de una barricada. Tenia que luchar
xicano la derogación de la ley de 17 de Julio.» contra cincuenta años de revolución, y contra las
preocupaciones que habia dejado por herencia la iu-
Y no se detienen aquí las exijencias. «La repúbli-
quisicion, satélite de la conquista española.
ca debe soportar el establecimiento de unos comisa-
rios en los puertos de Yeracruz y Tampico, con la mi- Agréguese á esto la guerra civil; agréguense deu-
sión expresa de poner en manos de las potencias que das enormes.—Juárez no tenía ni soldados ni dine-
tienen derecho á ellos, los fondos que deben recau- ro.
darse en su beneficio, en virtud de las convenciones En presencia de este fatal estado de cosas, Mr. Se-
extrangeras sobre los productos de las aduanas de ward, que juzgaba francamente la cuestión escribió el
México.»—Si el gobierno mexicano rehusaba aceptar 6 de Abril á Mr. Corwin, su representante en México:
estas condiciones, Mr. de Saligny debía salir de Méxi-
«A pesar de los fundados motivos de queja que los
co inmediatamente.
Estados Ueidos tienen contra México, el presidente no
Esto fué lo que hizo, en efecto, el 6 de Diciembre los hará valer por ahora: esperará que la adminis-
dé 1860. Ni siquiera se esperó su respuesta. Se tra- tración actual tenga tiempo de cimentar su autori-
dad. Será necesario hacer entender que las recla-
maciones serán presentadas en tiempo oportuno.

S E W A R D . ¡>

El periodo de Setiembre á fin de Octubre, época de


la convención de Londres, firmada por las tres poten-
cias, es muy importante y curioso. Hemos estudiado
muy especialmente los acontecimientos que se suce-
dieron en esos tres meses, para afirmarnos bien en
CAPITULO lí
nuestras opiniones y relatarlos; y vamos á exhibir con
lealtad todos los documentos que han venido á nues-
tras manos, para que pueda juzgarse la cuestión con
imparcialidad.
El público y el porvenir serán los jueces. Negociaciones de la Convención de 34 de Octubre.

Salida de los aliados para Yeracrnz.

Los Sres. Gutierrez Estrada, Almontey otros com-


prendían cuán importante les era no perder la opor-
tunidad de la irritación que produjeron en Europa las
últimas medidas del gobierno do Juárez.
La España, en particular, habia recibido, uno tras
dad. Será necesario hacer entender que las recla-
maciones serán presentadas en tiempo oportuno.

S E W A R D . ¡>

El periodo de Setiembre á fin de Octubre, época de


la convención de Londres, firmada por las tres poten-
cias, es muy importante y curioso. Hemos estudiado
muy especialmente los acontecimientos que se suce-
dieron en esos tres meses, para afirmarnos bien en
CAPITULO lí
nuestras opiniones y relatarlos; y vamos á exhibir con
lealtad todos los documentos que han venido á nues-
tras manos, para que pueda juzgarse la cuestión con
imparcialidad.
El público y el porvenir serán los jueces. Negociaciones de la Convención de 34 de Octubre.

Salida de los aliados para Yeracrnz.

Los Sres. Gutierrez Estrada, Almontey otros com-


prendían cuan importante les era no perder la opor-
tunidad de la irritación que produjeron en Europa las
últimas medidas del gobierno do Juárez.
La España, en particular, habia recibido, uno tras
nes que tiene derecho de pedir, empleando sus tuer-
otro, varios golpes que la habían herido profunda- zas propias.
mente. A ella tocaba, pues, arrastrar á la Francia.
CALDEROS COLLASTES.»
En los primeros dias del mes de Setiembre de 1861,
se decidió España, de repente, á obrar con energía,
sola si era necesario, sin esperar siquiera el concurso Ya no hay duda: nótese bien que la España habla
de Francia é Inglaterra, á pesar de haberlo solici- de establecer en México u n p r d e n regular y estable.
tado. Pronto se verá sustituida la palabra orden por la pala-
Ya veremos cuanto dura este ardor guerrero. Por bra gobierno; y aunque el sentido sea el mismo, no
lo pronto, reproduzcamos algunos párrafos del despa- por esto"creemos menos digno de observación el tinte
cho en que el gobierno español manda hacer su noti- que van tomando las cosas en las circunstancias en
ficación oficial á los gabinetes de Londres y de,París, que nos hallamos.
por los representantes de S. M. C. cerca de ambas El 11 de Setiembre envia el Sr. Calderón Collantes
cortes. instrucciones formales al capitan general de Cuba, y
en un despacho del día 16 hace saber á Mr. Seward,
por medio de su ministro en Washington, la resolu-
«San Ildefonso, Setiembre 6 de 1861.
ción tomada por el gobierno de la reina. Como se
«El gobierno de la reina está resuelto á obrar enér- comprende muy bien, la España entra, desde enton-
gicamente, á cuyo efecto se despacha un vapor con las ces, resueltamente, en la cuestión.
órdenes é instrucciones necesarias al capitan general Previendo la Inglaterra las complicaciones del por-
de Cuba, para operar contra Verac.ruz y Tampico, con venir, pregunta áMadrid «si el gobierno de la reina en-
todas las fuerzas de mar y tierra de que pueda dispo- contraría inconveniente en que se contara con el
ner. gobierno de los Estados-Unidos, para combinar una
acción colectiva en los negocios de México.»

«Si convinieren la Inglaterra y la Francia en obrar Decididamente, el antiguo orgullo castellano domi-
de acuerdo con la España, se reunirán las fuerzas de naba los corazones de los ministros de Isabel. Ar-
las tres potencias, tanto para obtener la reparación de rastrado el gobierno español por la audacia que mos-
sus injurias, cuanto para establecer un orden regular traba desde algún tiempo hacia, creyéndose en los
y estable en México. Mas si se separan de la España, hermosos dias de Carlos V, y que nada era capaz de
INTERVENCION F R A N C E S A — A
el gobierno de la r e i n a . . . . obtendrá las satisfaccio-
«No rechazamos, y hasta veríamos con placer, la
detenerlo, respondió que no tenia objecion que hacer
cooperacion de los Estados-Unidos; pero una vez he-
á la propuesta de la Inglaterra, pero en seguida aña-
cha la convención entre las tres potencias, debemos
día: ir á México, sin esperar la resolución de la Union.
«Que no renunciaría jamás á su plena libertad de
CALDERÓN COLLANTES.»
acción para tratar, en la forma conveniente, las cues-
tiones con aquella república.
«Cuántos cambios entre el ministro de Estado de
«Setiembre 23 de 1861.
1861 y el de 1858, el cual rechazaba una simple me-
CALDERÓN COLLANTES. » diación apoyándose en razones sabias y convincentes!
Mas no debe uno asombrarse mucho de estas trasfor-
Los gallardetes flotaban al viento: no se podia re- maciones, cuando se esperan todavía muchas otras!
troceder. El Sr. Mon las explicaba en las Cortes, desde lo alto
Sin embargo, para que aquel ardor no hiciera fra- de la tribuna, con estas palabras:
casar el objeto propuesto, era necesario moderarlo, «Tienen lugar, decia, por una de esas circunstan-
así es que, algunos dias despues, vuelve á la carga el cias que forman la esencia de esta cuestión!»
gabinete de Madrid, pidiéndola acción común de la Amarga crítica de los hombres que la patrocinaron,
Francia y la Inglaterra; y el SR. Calderón Collantes en- y de las consecuencias que debia traer forzosamente!
vía el siguiente despacho á cada uno de los dos repre- El ministro de España en París contestaba el mismo
sentantes españoles acreditados cerca de estas dos po- dia el telégrama del Sr. Calderón Collantes, con el des-
tencias: pacho siguiente:

«Madrid, 10 de Octubre de 1861.


«La Francia acepta que se haga una Convención.
No tiene ningún proyecto dinástico, ó de adquisición
«La España, sin apresurarse, no abandona la idea
de territorio, pero á nada se obliga de antemano, ig-
que c r e e muy conveniente, de un acuerdo entre los
norando el pomenir.
tres gobiernos; pero este no debe hacerse esperar mu-
«Lord Cowley habia sido encargado de anunciarlo
cho tiempo, para que pueda cortarse la bárbara lucha
encarnizada en México, sin mezclarse en sus negocios así á la Inglaterra, y de redactar el proyecto de con-
interiores. vención.
«El Emperador y el ministro de Negocios extrange- de éste ministro (M. Thouvenel) para ir á su gabinete,
ros desean una acción mas franca y eficaz, p o r q u e tenía que comunicarme algo relativo á estos
«Desconfian de la presencia de los Estados-Unidos negocios.
en la cottvehcíon. « • - • •;
«M. Thouvenel se dignó decirme también algo so-
«Octubre 10 de 1 8 6 1 . bre la conveniencia de q u e reinara en México un buen
MON.» príncipe, sí los mexicanos quisiesen un rey; pero lie-
mos convenido en que y o no conocía á Y. E. otra in-
¡Cuántas miras ocultas, cuantas palabras de doble
tención que no sea la de ir á México ¿ obtener la re-
sentido campean en este despacho!
Lo cierto es que el gobierno de Washington era el paración de nuestros a g r a v i o s . . . .
último con cuyo concurso podía contar el gobierno e s - .
pañol. MON. »
Mr. Seward no hubiera cometido la torpeza de con-
venir con él en que iria á México. En todo caso, nun-
Sin embargo, M. Thouvenel no ignoraba la formal
ca hubiera consentido en dejarlo ir solo, y el imperio
mexicano era una cosa imposible. declaración de lord John Russell al conde Cowlev, de
El gobierno de las Tullerías lo comprendía de la 27 de Setiembre de 1 8 6 1 , que vamos á reproducir.
misma manera, y s u respuesta lo prueba claramente. Despues de hablar de una conversación tenida con
El despacho español de 10 de Octubre no pa- Mr. Adams, representante de los Estados-Unidos en
recía suficiente todavía al ministro de negocios ex- Londres, acerca de un asunto que nos ocupará mas
trangeros del Emperador, y en consecuencia, el Sr. tarde, el conde Russell resume al eonde Cowlev el fin
Mon debió escribir lo siguiente, para completarlo. de ella,como sigue:

«Paris 30 de Noviembre de 1861 (1). «Setiembre 27 de 1 8 6 1 .


«Número 3 7 . (Reservada).
«
«Le dije que, tanto como él, temía yo ver surgir la
«El dia siguiente en la tarde, recibí una invitación pretensión de organizar un nuevo gobierno en Méxi-
co, de la base de las sumas debidas y de los perjuicios
( i ) Creo que hay aquí una equivocación. Debería de causados; y que mi convicción era que, de todos los
cir Octubre, puesto que el 31 c^e é s t e mes fué firmada la
Convención.—N. del T. países, México era precisamente el menos propio para
u . . .
una intervención extrangera en sus negocios interio- rizados, ademas, para llevar á cabo las operaciones
que se juzguen necesarias en cada lugar, para la rea-
res, y donde esa tentativa produciría el mas cruel de-
lización del fin indicado en el preámbulo de la presen-
sengaño para sus autores.
te convención, y especialmente para asegurar la segu-
- RUSSELL.» ridad de los residentes extrangeros.
' Todas las medidas de que se trata en este artículo
Mucho importaba al ministro del Emperador evitar serán tomadas en nombre y por cuenta de las altas
los peligros de una indiscreción, y se comprenden sus partes contratantes, sin exeepcion de nacionalidad
vacilaciones para descubrirse nombrando al Archidu- particular de las fuerzas empleadas en su ejecución.
que de Austria. ARTICULO SEGUNDO. Las altas partes contratantes
Mas á pesar de todas las desconfianzas de la Ingla- se comprometen á no procurar para ellas mismas, en
terra, 4a alianza debía formarse, y el 31 de Octubre se el empleo de medidas coercí tivas previstas en la pre-
firmaba en Londres, entre la Francia, la España y la sente Convención, ninguna adquisición territorial ni
Inglaterra, bajo el nombre de «Convención de Lon- ninguna ventaja particular; y á no ejercer en los ne-
dres». He aquí su texto: gocios interiores de México ninguna influencia que
tienda á menoscabar el derecho que tiene la nación
CONVENCION. mexicana de escojer y constituir libremente la forma
de su gobierno.
ARTÍCULO TERCERO. Una comision compuesta de
ARTÍCULO PRIMERO. S. M. el Emperador de los
tres comisarios, nombrado cada uno por cada una de
franceses, S. M. la Reina de España y S. M. la Reina
las potencias contratantes, se establecerá con plenos
de la Gran-Bretaña y de Irlanda, se comprometen á
poderes para determinar sobre todas las cuestiones
dictar, despues de firmada la presente Convención,
que puedan suscitar el empleo y la distribución de las
las medidas necesarias para enviar á México fuerzas
sumas de dinero que se cobre á México, atendiendo á
de mar y tierra combinadas, cuyo efectivo se determi-
los derechos respectivos de las partes contratantes.
nará por un cambio ulterior de comunicaciones entre
sus gobiernos, pero cuyo conjunto deberá ser sufi- ARTICULO CUARTO. Deseando ademas las altas par-
ciente para poder tomar y ocupar las diferentes forta- tes contratantes, que las medidas que tienen la inten-
lezas y posiciones militares del litoral mexicano. ción de adoptar no lleven un carácter exclusivo, y sa-
biendo que el gobierno de los Estados-Unidos tiene,
Los comandantes de las ftierzas aliadas serán auto-
El artículo segundo de la presente conyencion era
por su parte, reclamaciones que hacer también á la
significativo: en cuanto al artículo cuarto, las poten-
República mexicana,convienen enqoe, inmediatamen-
cias sabjan ya la acogida que le estaba reservada en
te despues (le firmada la presente Convención, se co-
los Estados Unidos.
munique una copia de ella al gobierno de los Estados-
Ya volveremos á hablar sobre el articulo segundo:
Unidos, én que se invite á este gobierno á cooperar á
vamos ahora á ocuparnos del artículo cuarto, y á Ver
ella; y en que, en la previsión de su asentimiento, sus
la respuesta que provocó por parte del gabinete de
ministros respectivos en Washington serán provistos
Washington.
inmediatamente de plenos poderes, á fin de concluir
Con fecha 4 de Diciembre de 1861 declina Mr. Se-
y firmar, colectiva ó separadamente, con el plenipo-
ward la oferta hecha á los Estados Unidos de interve-
tenciario designado por el presidente de los Estados-
nir consertaflamente con las tres potencias Euro-
Unidos, una Conveneion idéntica á la presente que
peas.
e l l a s firman con esta fecha, exceptuando el presente
«Los Estados Unidos, dice, tienen interés—y se
artículo, que deberá suprimirse.
consideran felices al pensar que ese interés les es co-
Mas como las altas partes contratantes, retardando
mún con las tres potencias—en que los soberanos
la ejecución de los artículos primero y segundo por
que han contratado la convención no procuren obte-
esperar la aquiescencia del gobierno de los Estados-
ner ninguna adquisición de t e r r i t o r i o . . . . . . . . . y que
Unidos, se expondrían á que sé perjudicara el fin que
no quieran ejercer ninguna influencia, con detrimen-
desean alcanzar, han acordado, para evitarlo, no dife-
to del derecho que tiene el pueblo mexicano, de ésco-
rir él principio de las operaciones mencionadas, mas
jer y establecer libremente la forma de su gobierno...
allá de la época en que sus fuerzas combinadas pue-
dan éstar reunidas en los parajes de Veracruz.
«El Presidente ha decidido, despues de maduras
ARTICULO QUISTÓ. La presente convención será
reflexiones, que los Estados Unidos no deben recur-
r a t i f i c a d a , y las ratificaciones se cambiarán en Lon-
dres en el término de quince dias. rir á medidas coercitivas para satisfacción de sus
En fé de lo cual, los plenipotenciarios, etc., etc. agravios, en un momento en que el gobierno mexica-
Hecho en Londres, por triplicado, el 31 de Octubre no está profundamente conmovido á consecuencia de
del año de gracia de 1861 sus disenciones interiores.
(L. S.) firmado FLAHAUT.

(L. S.) firmado JAVIER DE ÍSTURIZ.


SEWARD. »
(L. S.) firmado RUSSELL.
Queriendo luego Mr. Seward probar que los Esta- fensa de sus ¡derechos y con el fin de obtener repara-
dos Unidos se hallaban dispuestos á 110 excusar nin- ción de sus agravios; pero que, sin embargo, como
gún sacrificio para conjurar las desgracias de la inter- esta era una cuestión en cuyas eventualidades entraba
vención de las potencias, les anuncia «que los Estados la posibilidad de una guerra entre los Estados Unidos
Unidos han dado plenos poderes á su ministro acredi- v í a s potencias europeas, habia meditado maduramen-
tado cerca del gobierno mexicano, para la conclusión te el modo de evitar esa posibilidad. Que al prin-
de un tratado con esta República, cuyo tratado lleva- cipio habia escrito á los ministros de los Estados Uni-
rá por objeto prestarle ayuda; y que una vez colocada dos en Paris y en Londres, dándoles instrucciones pa-
eñ posicion de satisfacerlas justas reclamaciones de ra que hiciesen á estos gobiernos la proposición que
los expresados soberanos, cesaría la necesidad de la él habia hecho al de México por conducto de Mr. Cor-
guerra que querían emprender contra México,» win, á saber:
«Que por otra parte esta proposición que se hacia «Que los Estados Unidos pagarían los réditos ven-
á México, no iba inspirada, en manera alguna, por cidos y por vencer en cierto tiempo, de la deuda me-
enemistad contra SS. MM., sino por el conocimiento xicana para con los acreedores ingleses y franceses,
francamente expresado de la situación.» mediante garantías estipuladas entre México y los Es-
tados Unidos; que esta proposición se hacia extensiva
¿Cual era ese trabajo que Mr. Corwin estaba encar-
á España, y que por el mismo correo iba á trasmitirla
cagado de egecutar con Juárez? ¿De qué manera po-
á Mr. Shurtz, ministro en Madrid!»
dría este satisfacer con ese tratado las reclamaciones
de los soberanos? Esto nos lo explica el siguiente
despacho del señor ministro de España en Washing- En la época á que hemos llegado de nuestra narra-
ton, dirijido al Sr. Calderón Collantes, participándole ción, los Estados Unidos no podiañ arriesgarse á esta-
una conversación que habia tenido con el ministro blecer un conflicto entre ellos y las potencias maríti-
americano. mas (sin lo cual habrían atropellado por todo y el tra-
tado Corwin se hubiera firmado), en cuya consecuen-
«Washington 14 de Octubre de 1861. cia Mr. Seward debió obrar con tanta prudencia como
habilidad.
El consejo de negocios extranjeros, antes de re-
«Mr. Seward añadió que reconocía el derecho que solver nada, esperaba las respuestas de las potencias
tenía la España para llevar la guerra á México en de- marítimas.
Estas respuestas fueron negativas.—Nada se con-
cluyó con México.
Los Estados Unidos quedan, pues, fuera de la con-
Las bases del tratado Corwin eran estas: Una vez
vención, pero no sin manifestar su descontento por el
que los Estados Unidos estuviesen bien seguros,. por
un arregló previo entre Méxieo y las potencias euro- giro que toman los negocios, y Lord Lyons fué encar-
peas, dé qué el pago del dinero no sería en vano, el gado por Mr. Seward de participarlo así á su gobier-
gobierno american§ adelantaría, como seguridad, no.
nueve millones de pesos, ( 4 5 . 0 0 0 , 0 0 0 d e fs.) En dife- Volvamos al artículo 2.° de la convención, que bien
rentes términos, y como garantía, el gobierno ameri- parece haber sido hecho por la Inglaterra.
cano deberia hipotecarse todo el dominio público, y El 5 de Octubre escribe Lord Russell á Lord Cow-
les minas de la Baja California, de Chihuahua y de las ley, anunciándole que está pronto á entrar en una
otras dos provincias fronterizas con los - Estados Uni- acción colectiva, con la condicion de que las fuerzas
dos. de las partes contratantes no se emplearán en otro
¿No hubiera valido mas aceptar entonces estas con- objeto que en el fin convenido, y ESPECIALMENTE que
diciones que hacia el gabinete de Washington? no intervendrán en el gobierno interior.
La paz ha renacido en los Estados Unidos. Con ella Ya veremos que la Inglaterra toma todas sus medi-
lds han vuelto el poder y la fuerza. Cuando quieran das en consecuencia.
tomarán la Baja California y las otras provincias, y Las indiscreciones cometidas por algunos de los re-
nadie procurará impedírselo, como nadie les ha im- fugiadas mexicanos, quienes estaban en toda la ple-
pedido trocar en su provecho la América Rusa contra
seis fragatas acorazadas! (1) Cuando se convencieron de que nadie ereia estos absur-
dos, variaron de rumbo, y sin recordar su antiguo cargo
(1) Despues del triunfo de la República sobre el llama- gratuito al partido liberal, de que quiere entregar el país á
do imperio, cuando los Imperialistas comenzaron á salir de los Estados Unidos, nos amenazaron con la escuadra ame-
sus escondites adonde los habian arriconado los últimos ricana, que venia, por supuesto, á vengar también la
acontecimientos políticos del país, emprendieron la tarea de muerte de Maximiliano, y sobre todo, el no haber atendido
esparcir alarmas y amenazas con las potencias extraoge- la recomendación de Mr. Seward, de perdonarle la vida.
ras, y cada vez que venia algún paquete de-Europa, nos Naturalmente demostró el tiempo que esto era mayor
anunciaba el rumor público, explotadoporellosdequepron- absurdo todavía, y entonces, en su ciego despecho, han
to llegaría á nuestras aguas una escuadra, primero aus- ocurrido de nuevo á su antigua muletilla de la absorcion
tríaca despues francesa, luego inglesa, y mas tarde de to- del pais por los Estados-Unidos, y ya no saben que coñ-
da la Europa coligada; pero .siempre con el mismo fin: una deja inventar en este sentido, culpando siempre al partido
terrible venganza contra el país por la muerte de Maximi- republicano liberal.
liano. i. Todo esto se comprende, tratándose de un partido como
el que se llama imperialista en México; pero lo que cuesta
trabajo comprender es, como el autor de la presente obra,
INTERVENCION F R A N C E S A — 6
nitud de la alegría que les causaba la perspectiva de secreta, estaba instruido el gabinete de la Reina de las
su próximo triunfo, habian llegado hasta Inglaterra, intenciones del gabinete de las Tullerías.
y esta se puso en guardia contra las eventualidades A pesar de esto el gobierno español dice en sus ins-
del porvenir. trucciones al general Prim:
La cuestión de establecer una monarquía en Méxi- «Conviene que sepáis que el proyecto de establecer
co quedaba pues, por entero, entre la Francia y la Es- una monarquía en México tiene cada día mas funda-
paña: y en el discurso pronunciado en las Cortes el 7 mento. Algunos mexicanos residentes ó estableci-
de Enero de 1 8 6 3 , por el Sr. Mon, antiguo embajador dos en Europa trabajan en este sentido; pero el go-
de España en París, quedó perfectamente estable- bierno del Emperador no ha hecho la menor indica-
cido: ción al de S. M. sobre este asunto
«Que el gobierno español conocía ya, el 13 de Oc-
tubre, tanto la candidatura del Archiduque Maximi- Y se os recomienda dejar á los mexicanos escojer li-
liano, como la salida decidida de Almonte el 10 de bremente el gobierno que esté mas en armonía con
Diciembre, y el proyecto de marchar sobre México el sus opiniones y necesidades.»

18 de Enero.» Resulta evidentemente de la pretendida ignorancia


En ese discurso declaró el Sr. Mon que, por cuatro que mostraba la España, y que desmienten de la ma-
comunicaciones que él dirigió á Madrid, y por carta nera mas positiva dos despachos de M. Thouvenel á
M. Barrot, que quería conservar su libertad de acción
en que generalmente se revela un juicio crítico excelente: para elegir el príncipe que se habia de poner en Mé-
como este hombre que, para patentizar el absurdo euro- xico.
peo al venir en son de guerra contra México, cita, y elo-
gia la cordura y tacto del gobierno americano, negándose á Hemos dicho que, en fines de Diciembre de 1861,
suscribir ia Convención de Londres, y las siguientes pala- el dia de la pascua, el Sr. Gutierrez Estrada habia ar-
bras de su ministro Seward: es necesario esperar que la
administración actual de México tenga tiempo de cimen- rancado al Archiduque Maximiliano la promesa de que
tar su autoridad, incurra ahora en la misma contradicción, aceptaría la corona imperial que los mexicanos se pro-
v nos profetice también el que nos tomarán los Estados-
Unidos la Baja-California, Chihuahua, Sonora, 'etc.: tal ponían ofrecerle con entusiasmo.
vez toda la República. Creemos curioso dar a conocer el papel que ha re-
Permita el anónimo autor expresarle aquí : que es muy
sensible verlo en esta vez asociado al pueril despecho de presentado este personaje en todo este negocio.
los imperialistas mexicanos, y qké si su predicción no es Cuando Santa-Anna era todavía presidente de la
extemporánea, actualmente ia rechazan ei buen sentido y República, el año de 1854, disfrutaba de la plena con-
la lógica de los hechos patentes.—N. del T.
íianza de sus conciudadanos, y la nación mexicana le lan, y se retiró á Miramar, el Sr. Gutierrez Estrada
confirió los poderes suficientes para constituir un go- puso los ojos en este príncipe, que habia dejado en
bierno bajo la forma que le pareciese mas conve- Italia una gran reputación de inteligencia, de justicia
niente (1). y de equidad.—Hasta escribió la biografía del desgra-
Entregado á los placeres, desprovisto absolutamen- ciado Archiduque.—¿Se quiere una prueba de la opi-
te de moralidad, y habiendo adquirido una gran for- nion que hemos avanzado acerca de la elección de ese
tuna, Santa-Anna era fácil de cautivar. El Sr. Gu- príncipe por Gutierrez Estrada?—La encontramos pal-
tiérrez Estrada, hombre de una integridad irrepro- pable en una carta que le escribía el viejo Santa-Anna,
chable, y que desgraciadamente ha pasado toda su vi- un mes despues de la Convención de Londres, en res-
da en soñar, con la mejor intención, que una monar- puesta á la que su amigo le habia escrito el mismo dia
quía con un príncipe europeo constituiría la felicidad en que se firmó la citada convención para dársela á
de su pais, supo aprovechar su influencia sobre el vi- conocer. Por esta carta se verá que la trama de la
ciado presidente, y le hizo firmar un decreto fechado conspiración para la caida de Juárez y el estableci-
en 1.° de Julio de 1854, por el cual: miento de una monarquía en México, estaba perfecta-
«Se 1Q Con ferian plenos poderes por el presidente mente urdida desde el mes de Octubre de 1861; y otra
de la República, á nombre de sus conciudadanos y en carta de 25 de Marzo de 1 8 6 3 , que publicaremos ade-
virtud de la autorización que estos le habían concedi- lante, dará á conocer, ademas, que el gobierno fran-
do, para tratar con las cortes de Paris, Londres, Vie- cés, á pesar de todas sus negativas oficiales, estaba
na y Madrid, del establecimiento de una monarquía en de acuerdo con los conspiradores.
México, bajo el cetro de un príncipe europeo.»
Como se vé, en esta época fué cuando realmente co- «San Tilomas, 30 de Noviembre de 1 8 6 1 .
menzaron los pasos dados en Europa para la creación
del imperio mexicano. «Mi querido amigo.
Un príncipe déla casa de Austria, pais esencialmen-
«Las noticias que me dais en carta de 31 de Octu-
te católico, era el mejor candidato, sobre todo para el
bre que he recibido por el último paquete, me han
Sr. Gutierrez Estrada, ultramontano fanático.
causado una alegría indecible, y son de tal importan-
Como era natural, cuando el Archiduque Maximi-
cia que, si todo lo que anuncian se logra, se salva
liano dejó la alta posicion que habia ocupado en Mi-
nuestra patria de la ruina que la amenaza.

1} Esto no es exacto. «Quiera el cielo que nuestros sueños se realicen/


«El candidato de que rae habíais, S. A. I. el Archi- piraban ya en Europa, en la época á que hemos llega-
duque Maximiliano, es sin igual. do en nuestra narración.
«Desde luego me apresuro á tributarle mi adhesión. Los proyectos de la España en cuanto á un príucipe
Macedme el favor de decírselo así, y de participarlo á de Borbon, quedaban abandonados.— ¿Concibió la
nuestros amigos, pero con toda reserva, porque ya España algún despecho por esta intriga?—Todo hace
sabéis que, en política, hay cosas que no deben pu- creer que sí.
blicarse antes del momento oportuno, por los muchos
El 30 de Enero de 1862, los Sres. Calderón Co-
perjuicios que podrían resultar de su publicidad.
llantes y mariscal O'Donnell declaran á sir Jhon
«Supongo que las fuerzas aliadas estarán en Vera-
Crampton «que no tenían ninguna intención de esta-
cruz en los primeros dias de Enero próximo, y que su
blecer en México un gobierno que repugnara á los
presencia será motivo de gran satisfacción para todos
sentimientos de los mexicanos.»
los buenos mexicanos, porque no verán en ellas un
enemigo que amenaza, sino una mano bienhechora Avanzaron mas: afirmaron «que una monarquía
que los salvará de la peor de las tiranías con un principe europeo, que no estuviese garantizada
por la Europa, no duraría un año; y que teniendo esa
garantía, seria, sin embargo, el origen de una lucha
«Persuadido de que ha llagado el momento de
entre las potencias europeasy los Estados americanos,
obrar, estoy dispuesto á volver, lo mas pronto posi-
que han adoptado las instituciones republicanas y re-
ble, al suelo de la patria, y decidido á trabajar con to- chazan toda ingerencia europea en el Nuevo-Mun-
das mis fuerzas, en la realización de este negocio. do.»

A N T O N I O LÓPEZ D E S A N T A - A N N A . » Estas afirmaciones eran apoyadas por el mariscal


O'Donnell, quien, añadían, había adquirido una gran-
Era llegado el tiempo de obrar! Así entendían la de experiencia en los negocios americanos, durante la
Convención de Londres los mexicanos Gutierrez Es- época de su gobierno en Cuba.
tuada, Al mon te, Santa-Anna, Labastida y otros: Esas mismas palabras fueron leídas por M. Thíers
«Como un medio de crear una monarquía en Méxi- al Cuerpo Legislativo, en la sesión del 9 de Julio
co, y de colocar en el trono un príncipe de la casa de de 1867.
Austria!»
i ¿Pero entonces, como amoldar esas opiniones que
Todos los manejos de los refugiados mexicanos tras- parecen tan decididas, con el despacho firmado
siete dias despues por el mismo Sr. Calderón Collan- cía por el primero, obrando en el sentido de la Fran-
tes?
cia. La España debe bendecir hoy al general Prim,
«El gobierno español ha declarado, reiteradas ve- por haberla sacado de tan desastrosa aventura!
ces, que las armas españolas no van á México condu- Ahora, para probar cuan poco participaba la Ingla-
cidas por miras interesadas, y, sin decir que la Espa- terra de las ilusiones que acariciaban la Francia y la
ña rechazaría el trono que allí se creara, en el cuso España relativamente á los mexicanos, vamos á dar á
deque se le ofrecieraá unpríncipe de lo dinastía de conocer una carta de lord Jhon Russell á lord Bloom-
los Borbones, puede asegurar que meditaría mucho field, embajador en Viena.
antes de tomar semejante determinación. «He recibido el despacho de V. E. relativo á poner
al Archiduque Maximiliano en el trono de México, en
CALDERÓN C O L L A M E S . »
que observáis que ese proyecto fué imaginado por los
Ir á México y consultar la poblacion para estable- refujiados mexicanos en París.
cer allí un gobierno estable y duradero: tal era el sen- «Esas gentes son célebres con sus infundados cál-
tido que los ministros españoles querían imprimir á culos acerca de la fuerza de sus partidarios en su pais
sus despachos, á imitación de los ministros ingleses. natal, y con lo extravagante de sus esperanzas de
Los refugiados mexicanos, los mismos que querían auxilios.
llevar el extrangero al suelo de su patria, había? ase- «El gobierno de S. M. no prestará ningún apoyo á
gurado á la España, lo mismo que á la Francia, que, á semejante proyecto
la sola vista de los ejércitos aliados, el pueblo mexi-
cano se levantaría en masa, proclamando la monar- «Se necesitaría mucho tiempo para consolidar un
quía. trono en México, y para que el soberano fuera inde-
Los gobiernos español y francés habían dado fé á pendiente de todo sosten extrangero
estas palabras, y obraban con la convicción profunda
de que la sola presencia-de sus banderas, crearía la «El día en que se retirara el apoyo extrangero, el
monarquía mexicana. soberano sería lanzado por los republicanos de Mé-
Faltaba saber si ganaría la partida la Francia, ó la xico.
ganaría la España: si seria escojido un Hapsburgo ó
un Borbon. «Esta posicion no seria ni digna ni segura.

Los refugiados mexicanos tenían marcada preferen-


RUSSELL.»
He aquí las palabras verdaderamente proféticas del
ministro inglés, en los primeros dias de 1862, en los
momentos en que se embarcaba Almonte para reu-
nirse con Miranda y Mi ramón, que le precedieron al-
gunos dias sobre el suelo mexicano.
La suerte estaba echada!
En Diciembre de 1861, navegaban las escuadras
hacia las costas mexicanas, conduciendo el cuerpo
expedicionario aliado.

CAPITULO III.

Llegada de ios aliados.-—Convencida de la Soledad.


Partida de los españoles y de los ingleses.

A consecuencia de algunas equivocaciones que des-


pues fueron mas ó menos bien explicadas, el cuerpo
expedicionario español reunido en la Habana, habia
salido apresuradamente para Veracruz; y el general
Gasset, que lo mandaba mientras llegaba el general
Prirn, su comandante en gefe, se presentó en esta ciu-
dad el 15 de Diciembre de 1861.
El gobernador mexicano le hizo saber inmediata-
He aquí las palabras verdaderamente proféticas del
ministro inglés, en los primeros dias de 1862, en los
momentos en que se embarcaba Almonte para reu-
nirse con Miranda y Mi ramón, que le precedieron al-
gunos dias sobre el suelo mexicano.
La suerte estaba echada!
En Diciembre de 1861, navegaban las escuadras
hacia las costas mexicanas, conduciendo el cuerpo
expedicionario aliado.

CAPITULO III.

Llegada de los aliados.-—Convencida de la Soledad.


Partida de ios españoles y de los ingleses.

A consecuencia de algunas equivocaciones que des-


pues fueron mas ó menos bien explicadas, el cuerpo
expedicionario español reunido en la Habana, habia
salido apresuradamente para Veracruz; y el general
Gasset, que lo mandaba mientras llegaba el general
Prim, su comandante en gefe, se presentó en esta ciu-
dad el 15 de Diciembre de 1861.
El gobernador mexicano le hizo saber inmediata-
mente que no tenia instrucciones para oponer resis- ductp al general español para corresponder á la invi-
tencia en caso de ataque; y que iba á retirarse á cier- tación del general Urag^, y se hace acompañar por el
ta distancia de la ciudad, á esperar allí las órdenes capitan de navio de Chaillié.
del gobierno de México. La ocasion era oportuna para que el ministro de
Sin disparar un tiro ocupó el general español la ciu- Francia disipara sus inquietudes, y nulificara las in-
dad el dia 17, lo mismo que el castillo de Ulúa, que tenciones secretas que sospechaba en el general es-
las autoridades y las fuerzas mexicanas habían aban- pañol.
donado sin defenderse. No la dejó escapar.
En presencia de este acto inesperado, el capitán de Daremos á conocer aquí la opinion que tenia Mr. de
navio de Chaillié, que mandaba la estación naval fran- Saligny de los mexicanos en general y del general
cesa, tomó todas las precauciones necesarias para re- ¡Uraga en particular, porque no deja de tener interés.
servar los derechos de la Francia, especificando que: En una carta escrita por Mr. de Saligny al capitan g e -
«desde la llegada de las tropas francesas, ocuparían neral de Cuba, el 2 2 de Noviembre de 1 8 6 1 , decia:
éstas el puerto y la ciudad en unión de las españolas; «El general Uraga, nombrado general en gefe del
que todos los gastos hechos deberían ser justificados ejército de Oriente, es un hombre de cincuenta y tan-
por una comision mixta; y que el bloqueo se estable- tos años, bastante bravo; pero lijero, presuntuoso,
cería en común, con los buques franceses é ingleses.» falso hasta el extremo, v embustero como un mexica-
M. de Saligny, que habia salido de México el 0 de no.» (1)
Diciembre, llegó á Veracruz el mismo dia en que los Con estas convicciones llegó el ministro francés á
españoles tomaban posesion de la plaza. la cita de la Tejería, donde no se excusó paso ni dili-
Grande fué su sorpresa y mayor su inquietud! gencia para seducir al general mexicano, y se le hicie-
De repente, el 2 5 de Diciembre, se sabe la llegada ron mil promesas con el fin de comprometerlo á que
de Doblado y Uraga á la Tejería, en las cercanías de ayudara al establecimiento de un nuevo gobierno en
Veracruz. México, porque, según dijo Mr. de Saligny, aseguran-
Uraga era el general en geíe de las fuerzas republi- do que hablaba en nombre del Emperador de los fran-
canas. ceses, no se trataría nunca con Juárez.
Este gefe invita los diplomáticos extrangeros á una
conferencia en su Cuartel general. (1) íso me parece que haya un solo mexicano que se
crea obligado á contestar esta calumnia gratuita del señor
M. de Saligny pide inmediatamente un salvo con- conde de Saligny.—N. del T .
INTERVENCION F R A N C E S A — 7
Todo esto, que se deduce de una carta que publica- «Hubiera yo esperado cualquiera otra oportunidad
remos en seguida, ¿no explica desde ahora la ruptura para pediros explicaciones, si la última parte de di-
de la convención de la Soledad? cho párrafo no fuera de tal naturaleza, que me obliga
Y las discordias qne veremos estallar en el seno de á dirigiros la presente carta por la prensa.
esas conferencias entre el ministro inglés y el minis- «Habéis dicho que:
tro de Francia, ¿podrán llamar la atención á cualquie-
«El general Uraga, nombrado general en gefe del
ra que sepa que, en esa misma carta escrita al capitan .
ejército de Oriente, es un hombre de cincuenta y tan-
general de Cuba, Mr. de Saligny trataba igualmente
tos años, bastante bravo; pero lijero, presuntuoso,
mal al ministro de Inglaterra, llamándolo « d i p l o m á -
falso hasta el extremo, y embustero como un mexica-
tico de negros?»
no. Sin embargo, es soldado; perdió una pierna en
No conocemos á Mr. Wyke, pero su conducta y la
el sitio de Guadalajara, y como que conoce la Europa,
lectura de sus despachos nos prueban que, si Mr. de
puede comparar y apreciar las cosas: así, pues, no se
Saligny hubiera obrado con la lealtad, y sobre todo
hace ningunas ilusiones, y me lo ha dado á entender,
con el desinteres de su colega, hubiera evitado á la
muy claramente, en estos últimos dias, comiendo con-
Francia los sinsabores de la expedición de México.
migo.»
El «Heraldo,» diario español, habia publicado en su
número correspondiente al 29 de Agosto de 1862, la «¿Qué pretendeis decir con esto, señor de Saligny?
caria de Mr. de Saligny al mariscal Serrano, y en cuan- ¿Será, por acaso, que yo haya creido un solo instante
to llegó esta á conocimiento del general Uraga, escri- en el yugo y dominación con que nos amenazais sin
bió la carta siguiente al ministro francés: cesar? ¿Será que me hayais visto, una sola vez si-
quiera, cobarde ó débil, temblar por el porvenir de
«Al Sr. conde de Saligny. mi pais? ¿Os apoyais en que, demasiado franco y
leal quizá, he ^reconocido la supremacía del ejér-
«Guanajuato, 10 de Setiembre de 1862. cito francés, los inmensos recursos que la Ingla-
terra, la Francia y la España podran desplegar contra
«Señor.
México, y en que, sin ninguna vanidad, he creido que
«Acabo de leer en el «Heraldo» de 29 de Agoslo tendremos mucho que sufrir y muy costosos sacrifi-
último, en la correspondencia publicada y sometida al cios que hacer para defendernos? ¿No he dicho siem-
Congreso español, todo un párrafo de una carta vues- pre en vuestra presencia que, á mi parecer, la inter-
tra que me concierne. vención no triunfaría jamás, ni sometería nunca á la
República, y menos todavía si se asociaba á la reacción? «¿Recordáis que, hablándome en tono enfático, ha-
Cuando confesaba el valor y la potencia de las naciones ciéndome comprender que hablábais como ministro
que nos atacaban; cuando os decia francamente quese- de Francia y á nombre del Emperador, me ofrecisteis
riamosbatidosmil veces, ¿no sostenía yo al mismotiem- el bastón de mariscal, el título de duque y la mas ele-
po también que jamás llegarían esas naciones á paci- vada posicion, si desconocía y o l a autoridad del S.r.
ficar el pais; que la revolución seria de tal naturaleza Juárez y me encargaba de instalar un nuevo gobierno,
que el mundo entero no bastaría para hacernos per- porque la Francia, decíais, no trataría nunca con el
der nuestra independencia; y que la empresa seria tan gobierno actual? ¿Recordáis mi respuesta, Mr. Du-
insostenible, que al fin tendrían que abandonarnos á bois, y mi indignación, que con trabajo pude conte-
nuestras propias fuerzas? ner?—Pudiera suceder que me negáseis esto; pero en
tal caso, ¿seria necesario recordaros que Mr. de Chail-
«Señor conde, entre nosotros han pasado eosas lié, capitan de navio, comandante de la fragata «Fou-
muy graves, y la ligereza de las expresiones que ha- dre,» asistió á una gran parte de nuestra conversa-
béis usado, y las calificaciones desfavorables y ofensi- ción, y que con su alma de francés y su corazon de
vas que habéis hecho de mí, me autorizarían en parte soldado, se puso de mi parte y manifestó disgusto al
para divulgarlas. Si gustáis, os propongo que no ver que se ofendía á otro soldado con tales ofertas?—
haya entre nosotros secreto ni misterio. No voy á Apelo á la honradez y lealtad de ese bravo militar; y
devolveros insulto por insulto, Mr. de Saligny: no es sabed, Mr. de Saligny, que ni mi gobierno ni mis ami-
ese mi carácter, ni como mexicano ni como soldado; gos han tenido conocimiento de este hecho, de que un
pero vos no podéis ser creído por vuestra sola palabra; presuntuoso hubiera podido vanagloriarse, que un
y como, por otra parte, en la generalidad de nuestras hombre lijero hubiera podido divulgar, y que sola-
conferencias, hemos tenido, afortunadamente, testi- mente un hombre de honor ha podido soportar y ca-
gos que no podemos recusar; y ademas, hemos segui- llar; sabed también que ni aun en mi pais, y en medio
do una larga correspondencia, ¿quereis que publique- de susconmociones continuas, nadie ha osadoseducir-
mos esta y apelemos á aquellos? ¿os acordais siquiera me ó corromperme para favorecer un cambio de admi-
de nuestra última entrevista e n la Tejería, el 25 de nistración. Pero lo repito, en vuestro poder teneis
Diciembre del año pasado, cuando, siendo mi hués- toda mi correspondencia, escrita con lo que llamais li-
ped, porque estábais en mi pais, en mi Casa y en mi gereza y yo llamo la franqueza y lealtad que son el mó-
mesa, abusásteis de lo que me debíais como amigo, vil de todos mis actos.; y si os atrevéis á publicarla, es-
como huésped y como general en gefe del ejército me- peraré tranquilo el juicio de los hombres de honor,
xicano?
aun en el puto en que decís que no me hago ilusio- respuesta absoluta á la idea que os habéis permitido
nes.
aventurar, de que no me hago ilusiones sobre el re-
«¿Recordáis que en esa misma conferencia me ame- sultado de la guerra de intervención.
nazasteis con el rompimiento de las hostilidades del «Por lo mismo que he viajado y conozco la Europa,
ejército español, y con la ocupacion de la Tejería y de como decís, he podido juzgar v apreciar, en vuestra
San Juan, al día siguiente, por el general Gasset? presencia y de otros muchos europeos, nuestras ven-
¿Olvidasteis ya mi respuesta? ¿Recordáis mis opinio- tajas para rechazar lá invasión. Nuestro estado ac-
nes como resultado de esa amenaza? Os habéis equi- tual, sin goces y medio salvage, como lo habéis califi-
vocado al calificarme, Mr. de Saligny, como os habéis cado, es una verdadera ventaja en las circunstancias
equivocado también en todos los juicios que habéis presentes; porque de esta manera sabrán los mexica-
formado sobre México. Habéis confundido la mode- nos soportar los inconvenientes de una vida nómade,
ración y la política del militar, con la falta de ilusión; sin extrañar mucho las comodidades de la civilización.
y mas tarde confundisteis todavía su resolución y su Esto lo he dicho á vos mismo, al honorable M. Wyke,
energía en el teatro de la guerra, con la presunción y quizá también al señor almirante Jurien de la Graviére
la ligereza. y á l o s generales déla coalicion, y os desafio á que
«Permitidme ahora que os haga conocer mi juicio, justifiquéis la calificación con que gratuitamente me
y me reserve las pruebas para justificarme de una ma- habéis regalado, y á que toméis por testigo al efecto á
nera evidente de la acusación de falsedad. los mismos franceses.
«Sois un pobre diplomático, que ha comprometido «Sois inconcebible, señor conde: vuestras pasiones
en México el honor de su pais y la reputación de sus os ciegan, vuestro odio os arrebata, ni siquiera veis
valientes hijos.—No habéis sabido juzgar de nada; y lo que os rodea. Colocado fuera de mi centro en un
debo haceros saber que cuando me suponíais sin ilu- campo de bravos y dignos militares, tengo las prue-
siones, mi gobierno posee muchos despachos mios, en bas de haber traído conmigo la estimación de los ge-
los cuales yo le aseguraba que las fuerzas aliadas, ta- nerales enemigos; y si he podido conciliarme esa es-
les como estaban en el mes de Enero, no forzarían mis timación, es porque he sabido cumplir mis deberes
posiciones aun cuando me batieran cuatro veces. como mexicano, como enemigo franco y leal, y como
«La susceptibilidad de los mexicanos es extremada buen patriota y buen adversario.
cuando se trata de defender la independencia de su «Solamente vos, señor conde, vos que al fin sereis
patria, y no puedo dejar ni un instante sin dar una bien conocido y juzgado en vuestro pais y por vuestro
gobierno, habéis podido ofender, del modo que lo ha-
La noticia de la resolücion adoptada por las poten-
béis hecho, al que os recordará un dia este incidente,
cias europeas, de tomar medidas coercitivas respecto
y es vuestro servidor que os besa la-mano.
de México, habia llegado á aquella capital en los pri-
meros dias de Diciembre, al mismo tiempo que la de
JÓSE LÓPEZ U R A G A . »
la retirada de Mr. de Saligny.

Habiendo quedado sin resultados la entrevista de la Juárez comprendió inmediatamente los peligros que
Tejería, era necesario esperar el curso de los aconte- la Convención de Londres acarrearía á la República.
cimientos. Juárez habia subido al poder, animado de las mejo-
Én fin, la escuadra inglesa ancló en Veracruz el 6 res intenciones, y despues de mil pruebas crueles.
de Enero, y el dia siguiente se colocaba la escuadra Hizo llamar á su secretario de Estado, ministro de
francesa al lado de sus aliados. negocios extrangeros; y no pudiendo todavia protes-
tar públicamente contra las resoluciones tomadas, or-
Los pabellones inglés, francés y español flotaban
en la fortaleza de Ulúa y en la ciudad. denó al Sr. Arias redactar la circular siguiente, que
era una primera respuesta á las acusaciones de que
La Europa intervenía en el Nuevo-Mundo, en los
habia sido objeto la República en toda la Europa.
momentos en que los Estados-Unidos del Norte eran
presa de una de las crisis mas gigantescas que los pue-
CIRCULAR DIRIGIDA A LOS GOBERNADORES DE LOS
blos sean capaces de atravesrr sin perecer!
ESTADOS.
Los aliados iban á intervenir pacíficamente!
Así lo decían al menos!,...
Ministerio de Relaciones.
Un hombre de Estado español, á quien se hablaba
en aquella época de esa intervención pacífica, respon-
México, 5 de Diciembre de 1 8 6 1 .
dió con mucha exactitud:
«Todas las intervenciones comienzan pacíficamen- «La situación delicada á que ha llegado la Repúbli-
te, y concluyen siempre con las armas. Los Congre- ca con las potencias extrangeras, pone á la nación y
sos de Verona y de Lavbach querían intervenir pacífi- al gobierno en el imperioso deber de velar mas que
camente la España,y ya sabemos lo que resultó.» nunca porque las garantías concedidas á ios extrange-
La expedición de México ha justificado, una vez ros por las leyes del país y el derecho de gentes, sean
mas, estas palabras. respetadas de una manera inviolable.
«La justicia de México, en medio de sus diferen- bles ante la verdadera civilización, de la ingratitud y de
cias con algunas de esas potencias, ofrece la probabi- los vicios de una minoría de hombres que, en todos los
lidad de que se evitarán los Conflitos cuando se exa- paises y en todos los tiempos, han pretendido opacar
minen mas de cerca los poderosos motivos que han el brillo de las mas ilustradas sociedades.
venido á interponerse accidentalmente, como una di-
ficultad en el desarrollo délas relaciones cordiales que «En consideración de lo que antecede, ha tenido á
México ha deseado cultivar y estrechar con las nacio- bien el ciudadano presidente disponer que os reco-
nes amigas, aun á precio de grandes sacrificios. miende, como tengo el honor de hacerlo, velar hoy
mas que nunca, por todos los medios que os sugieran
«Una prueba de esos deseos es, la franca y generosa
vuestra prudencia, circunspección y patriotismo, en
hospitalidad con que ha recibido en su seno este país á
que las garantías concedidas á los extrangeros por los
los hijos de esas mismas naciones, concediéndoles las
tratados y el derecho de gentes sean eficaces, apar-
mayores franquicias en el ejercicio del comercio, de
tando así todo motivo y todo pretexto que pudiera
la agricultura, de la industria y de las artes. Si algu-
comprometerlos á no conservar la extricta neutrali-
na vez los acontecimientos han perjudicado, no sola-
dad á que están obligados en las cuestiones pendien-
mente á los extrangeros, sino también á los naciona-
tes con el gobierno respesticvo. Con vuestro tacto y
les, México sin embrago no ha cesado nunca de mani-
conocido juicio, debereis dirijir á buen fin las exalta-
festar su amor á la justicia y á la civilización, ni hacer
ciones del patriotismo, é impedir que las excitaciones
cuanto estas últimas exijen, en bien de su nombre y
populares, aun en medio de los conflictos de la nación,
su decoro.
no se desborden contra los extrangeros laboriosos y
«A pesar de esto, dificultades inesperadas obligan pacíficos, á quienes se debe entera protección, así co-
hoy á la nación á dar nuevas pruebas y mayores testi- mo debe aplicarse todo el rigor de la ley á los turbu-
monios de honor y lealtad á las potencias extrangeras, lentos y sediciosos.
y á desmentir con actos ilustrados y humanitarios la
nota de semi-bárbara con que se le 'regala, merced á «Es excusado demostraros cuanto se agravaría la
manejos execrables y á informes mentirosos de expe- situación actual con desórdenes que, en estas cireuns-
culadores sin conciencia; y merced también á algunos lancias, vendrían á justificar hasta cierto punto las
lujos desnaturalizados de México, que serian su ver- inculpaciones que se hacen á México; y por el con-
güenza, sino estuviera persuadido de que las naciones, trario, cuanto contribuirá al buen éxito de su defen-
lo mismo que los individuos, no pueden ser responsa- sa, la actitud digna y mesurada de un pueblo que sos-
tiene, ai mismo tiempo que su independencia y su de- ferencia del día 12 occarrió un incidente. El gene-
coro, su amor á la civilización y á la humanidad, ral Prim expresó la opinión de que seria muy impor-
tante saber hasta donde se comprometería cualquiera
€ JUAS D E D I O S A R I A S . »
de los comisionados, apoyando las reclamaciones de
las otras dos partes. Habiendo sido bien acogida es-
Con semejante procedimiento se preparaba Juárez ta opinion, se decidió que la conferencia del 13 se
á contestar la proclama que dirijian á la nación ios consagraría exclusivamente á la lectura de las recla-
plenipotenciarios extranjeros el 10 de Enero de 1862. maciones que cada una de las partes debia presen-
tar.
¿Qué dicen las tres potencias en esa procalma?
Desde esa reunión data el desacuerdo.
—Leamos:
El primero que hizo la enumeración de las reclama-
«Vienen á tender una mano amiga á un pueblo á
ciones contenidas en su ultimátum fué el ministro es-
quien la Providencia prodigó todos sus beneficios, pe-
pañol.
ro al cual ven, con dolor, gastar sus fuerzas y extin-
Luego el ministro inglés dió lectura al suyo.
guir su vitalidad, bajo la violenta impulsión dé la guer-
ra civil y de perpetuas convulsiones.» Y en seguida vino el turno del ministro de Francia,
á quien reemplazaba en aquel acto el almirante Jurien.
Las reclamaciones francesas subían á la cifra de 12
¿Como se podia tender una mano amiga á este pue-
millones de ppsos, y estipulaban la aceptación de otras
blo, procurando derribar al ciudadano que habia es-
diversas demandas, señalando especialmente la ejecu-
cojido para que lo gobernara?
ción de un contrato celebrado por Miramon con la ca-
Esto es inexplicable. sa de Jecker, precisamente cuando habia sido batido
Los representantes de las potencias aliadas se reu- en todas partes con las tropas de Juárez, y se encon-
nieron desde el dia de su llegada, para juzgar de las traba desconcertado y en vísperas de ser lanzado de
medidas que era necesario tomar, en consecuencia un puesto que había ocupado contrariando la Consti-
con las instrucciones que se les habían dado. tución del país.
Todo parecía que debia marchar perfectamente, se- Todos los comisionados reclamaron contra esta úl-
gún las dos primeras conferencias. tima exigencia, y mas que todos él comisionado inglés.
M. de Saligny estaba [enfermo, y no podia tomar Habia sido ministro residente en el mismo México,
parte en los trabajos de sus colegas. En la 2 « . con- y conocía los detalles de este negocio, en el cual, decía,
INTERVENCION F R A N C E S A — 8
se habian cambiado 7 5 0 , 0 0 0 pesos en metal, por
xicano de que, en virtud de las malas influencias del
1 4 , 0 0 0 0 0 0 en bonos del tesoro. (1)
clima del litoral, y mientras duraban las negociacio-
Sir Charles Wyke declaró: «que esta proposición no
nes, se instalarían las tropas en el interior, en cam-
podia causar mas que un descontento general, y que
pamentos sanos.
impediría todo acuerdo entre México y los aliados,
Se habian pedido escoltasá la Tejería, y ya estaban
sin mas consecuencia que la guerra.»
allí esas escoltas esperando.
... El almirante Jurien se encontraba muy embaraza-
Importaba, pues, tomar una resolución y sobre to-
d o , y se atrincheraba detras de su ignorancia en todo
do, ocultar cuidadosamente el desacuerdo que acaba-
lo concerniente á esta cuestión, y en atención á la au-
ba de nacer entre los comisionados de las potencias.
sencia de M. de Saligny, suplicó á los comisionados
La discusión tenia lugar, principalmente, entre los
presentes que se aplazara esta discusión hasta el dia
ministros de Francia y de Inglaterra; y no pudo ter-
siguiente, en que ya podrían oirse las explicaciones
minar mas que con una decisión que tomaron, con-
del ministro francés.
traria á todas las órdenes recibidas.
Al siguieute dia, 14, concurrió M. de Sa'igny á la
Se decidió que la comision llevara la nota colectiva,
conferencia. Se discutió largo tiempo. El ministro
en la cual se adoptó la redacción siguiente:
inglés insistió, y en cuatro horas no pudo encontrarse
la solucion buscada al negocio. «Los plenipotenciarios estaban encargados de exi-
El caso era grave. gir plena reparación de los daños y perjuicios sufridos;
pero declarando al mismo tiempo que la primera cosa
Los comisionados habian nombrado una comision
que habia que hacer era procurar á la República los
encargada de llevar á México las seguridades de sus
medios de constituirse de una manera estable y que la
miras pacíficas; y, ademas, de conducir una nota co-
colocara en posibilidad de cumplir los compromisos
lectiva en que se exponian las intenciones de los alia-
que contratara.»
dos.
* Esta comision, cuya partida estaba fijada para el El ministro español suscribió la comunicación, y
mismo dia 14, debia prevenir también al gobierno me- esta tomó el camino de México.
El fin de la expedición quedaba falseado!
(1) EiSr. Jecker ha publicado en la Revista contem- Estaba violada la Convención de Londres!. .
poránea de 15 de Enero de 1868, un artículo justificativo
de su operacion financiera con el gobierno de Miramon, en La quinta conferencia tuvo lugar el 2 5 .
respuesta al cuaderno publicado por elSr. deKératry con- Desde el principio hicieron conocer los ministros
tra ese mismo negocio.—(N. del autor.)
ingleses á sus colegas, que habian sabido la próxima
llegada del ex-presidenie Miramon, y q u e e s t a h a s Miramon no era un malheclior vulgar.
cididos á impedir por todos les medios el desembarco
Mas digno hubiera sido, por parte de los ministros
del que habia ordenado penetrar á viva fuerza e n &
ingleses, no dejarse arrebatar por sentimientos de
legación inglesa de México, y tomar allí Jos fondos
odio personal, cuando se trataba de decidir cuestio-
pe rtenecientes á tes tenedores de bonos.
nes mucho mas graves que la de arrestar á un hom-
Con este motivo se suscitó « n a l u e r i e discusión en-
bre á quien tenian una invencible antipatía (1).
tre los ¿niuistros de Francia y de Inglaterra, y en va-
El padre Miranda n o fué comprendido en la medi-
n o trató el general Prim d e ponerlos de acuerdo, ha-
da tomada contra Miramon, aunque también venia á
ciendo muy Juiciosas observaciones á sir Wyke y al
bordo del Avore. Desembarcó sin ninguna dificul-
comodoro DuuJop.
tad, y pudo así esperar á sus amigos que le seguian.
No queriendo ninguna d e las parles asumir la res-
ponsabilidad del acto que s e cometía p o r los ministros En fin, el 2 8 de Enero regresaron á Veracruz los
ingleses, los representantes de Francia y de España comisionados que se habian enviado á México. De-
cuidaron d e especificar, «que toda medida Jomada p o r clararon que en todas partes habían tenido la mas
el gefe de la escuadra inglesa, comprometía su propia perfecta acogida; que el gobierno mexicano estaba en
responsabilidad.» las mejores disposiciones; y que podia esperarse que
se obtuvieran de él todas las satisfacciones apeteci-
La misma tarde llegaba Miramon en el vapor ^ y e -
das.
re, y antes de que este buque hubiese echado el an-
cla, se le pegó al costado una lancha inglesa. El Sr. Zamacona acompañaba á los comisionados,
El oficial que la mandaba preguntó inmediatamen- trayendo á los representantes extrangeros un despa-
te si se encontraba á bordo el ex-presidente; y habién- cho de Doblado, y órdenes y facultades para darles to-
dosele dado una respuesta afirmativa, liizo llamar á da especie de explicaciones positivas solu-e la respues-
Miramon y le intimó la orden de embarcarse con él ta del gobierno.
para ser conducido á una fragata inglesa. El ministro de Juárez manifestaba en su despacho,
La orden fué cumplida en el momento.
Allí espero Miramon el regreso del paquete inglés (f) Parece que al autor le escuece el que no patrocina-
ran los ingleses el desembarco de Miramon. ¿Hubiera de-
que debía ir á Tampico, y algunos días despees fué seado, acaso, que se protegiera su venida al pais, para ser
despachado para la Habana. uno de los principales corifeos dé la intervención, como lo
Este aeto era ciertamente sensible, v pedia suscitar fué Almonte, el cual vino protegido por los franceses, y
cuya protección desaprueba justamente el mismo autor,
inútilmente algunos conflictos graves.* como se verá adelante?—("N. del T.
primeramente, la gran satisfacción del gobierno al declaración de satisfacer las reclamaciones extrange-
encontrar en los comisionados las disposiciones pací- ras, era una oferta tan firme como sincera por parte
ficas que expresaba la nota que le habían enviado; y de su gobierno. En cuanto al reembarque de las tro-
luego, demostrando de un modo categórico que el go- pas aliadas, insistió empeñosamente en probar que
bierno de Juárez era el gobierno constitucional, á no era una condicion dictada por desconfianza de nin-
quien la nación obedecía voluntariamente y no por guna especie, y que en todo caso, no seria mas que
fuerza, participaba á los aliados los peligros que habría una medida temporal, si las negociaciones de Orizava
para el pais si aceptaba su intervención. no daban el resultado apetecido.
En efecto, decia, «el pais ha vuelto á entrar en una El principal, el único objeto era, como lo habia ex-
marcha administrativa regular, y una intervención plicado ya, asegurar la validez de las convenciones
extrangera solo serviría para despertar la susceptibi- que se estipularan; mas á pesar de estas reiteradas
lidad de la nación, alterar la paz y excitar ambiciones declaraciones, el Sr. Zamacona tuvo que regresar á
sofocadas en este momento por la irresistible acción México con la respuesta siguiente:
de la opinion pública.» «Los aliados, lejos de reembarcar sus tropas, de-
En cuanto á las reclamaciones, lejos de temerlas el berían avanzar hasta una zona mas benigna, y en con-
gobierno, deseaba, por el contrario, ponerse de acuer- secuencia, el 18 ó el 2 0 de Febrero deberían ponerse
do con cada una de las potencias. en marcha las fuerzas para Orizava ó Jalapa.»
Con tal fin, invitaba á los representantes de ellas Con esta negativa se perdia una bella ocasion de ter-
á concurrir á la ciudad de Orizava con una guardia minar la intervención, ó al menos de intentarlo, en
las conferencias de Orizava!
de honor de 2 , 0 0 0 hombres, asegurándoles que en-
viaría allí, por su parte, comisionados competente- ¿Qué importaba, en efecto, reembarcar por algu-
mente autorizados, para poder discutir las cuestiones nos dias unos hombres que estaban mal instalados en
con la debida calma, y arreglarlas á satisfacción de tierra y que, careciendo de todo medio de trasporte,
no podían moverse antes del 2 0 de F e b r e r o ? . . .
todos; en cuyo caso, y para evitar toda objecion de
nulidad por parte de la nación, invitaba también á l o s Nada; pero los plenipotenciarios estaban obligados
representantes de las potencias aliadas, á embarcar el á rechazar toda clase de ofertas, hasta recibir nuevas
órdenes de Europa!
resto de sus fuerzas, mientras era conocido el resulta-
do de las negociaciones de Orizava. Este estado de cesas era perfectamente conocido
en México, á pesar de todo el misterio en que se le
El Sr. Zamacona garantizó la seguridad de que la quería envolver en Veracruz.
Jupien preveía la respuesta que se le daría.
que a o teniendo provisiones, ni trasportes, ni nada
£1 Congreso de la nación estaba indignado; y des-
preparado, era imposible que las tropas se movieran
pués que salieron de México los comisionados extran-
de sus cerapamentos antes de veinte dias.
jeros, obligó al presidente á dictar medidas enérgicas
contra una invasión que le pareció inminente. Los aliados habían juzgado inútiles todas las medi-
das de previsión. ¿No debia el pueblo mexicano le-
«Queda decretada la pena de muerte eoatra todos vantarse en masa para recibirlos?
los que atentaren á la independeneia y á la seguridad
Sin embargo, la resistencia se organizaba por to-
de la nación.
das partes.
«En caso de invasión, serán castigados con la pena
Las desilusiones comenzaban!
de muerte todos los que contribuyan, de cualquiera
manera, á que se organice cualquier simulacro de go- En México no se sabia qué hacer, ni siquiera qué
bierno en los puntos ocupados por el enemigo. Su- pensar, con tantas medidas ambiguas: en tal virtud
frirán la misma pena todos los que den su voto ó con- se encargó al general Doblado manifestar á los repre-
curran á esas juntas, y todos los que acepten empleos sentantes extrangeros que se dignasen precisar sus
ó comisiones del invasor ó de sus delegados. deseos. Doblado les dirigió la nota siguiente:

«México 6 de Febrero de 1862.


JUÁREZ. »

«
He aquí el acto que M. Billault calificó de bárbaro,
«Ignorando e l gobierno de la República cual puede
desde lo alto de la tribuna, y apellidó uno de los mo-
ser ia misión que traen á México les comisionados de
numentos mas odiosos de la política sanguinaria.
las potencias extranjeras, porque estos comisionados
Los representantes aliados hicieron saber al go-
solo lian dado hasta hoy seguridades amistosas, pero
bierno mexicano, por medio de una nota colectiva,
vagas, que no demuestran su objeto real, no puede
que, con el fin de afirmar mas categóricamente lo que
permitir á las fuerzas invasoras avanzar, si no se fijan
habían contestado al Sr. Zamacona, y el de proporcio-
las intenciones 4 e los aliados de una manera tan preci-
nar á sus tropas un temperamento saludable, se dispo-
sa,que pueda servir para entablar las negociaciones ul-
nían á ponerse en marcha con ellas para Orizava y Ja-
teriores á«jue pueda haber lugar, con la garantía de-
laj)a, en donde esperaban teneruna acogida amistosa.
bida á los intereses importantes que deben discutirse
Esto era tanto como asegurarse de antemano, por- en ellas.
«El C. Presidente me ordena decir, ademas, á sobre todo á las instituciones republicanas, el general
VV. EE. que si VV. EE. envían á Córdoba un comi- Zaragoza soportaba.con disgusto la actitud que con-
sionado para discutir con otro que mandará el gobier- servaban los plenipotenciarios desde su desembarco.
no mexicano, las bases mencionadas, antes del dia 15 No estando perfectamente impuesto de lo que se ne-
del presente mes de Febrero se dará la orden para que gociaba con la capital, en cuanto supo que se trataba
avancen esas fuerzas á los puntos que se acuerden en de una marcha que deberían efectaar hacia adelante
esa discusión las fuerzas aliadas, dirigió la intimación siguiente al
«Libertad y Reforma. general en gefe de ellas.

«Cuartel general del ejército de Oriente en


DOBLADO.»
la Soledad, á 10 de Febrero de 1862.—
General en gefe.
Qué responder á semejante, á tan apremiante nota?
Como hemos dicho, las fuerzas aliadas no estaban lis- «Hasta hoy se ha tolerado que las fuerzas de las po-
tas: era forzoso transigir para ganar tiempo. tencias aliadas extendiesen sus operaciones fuera de
la plaza de Veracruz, pero seria deshonroso para la
Reunidos en Veracruz los plenipotenciarios el dia
la patria é indigno de un general mexicano, ver con
9, decidieron conferir plenos poderes al conde de
impasibilidad que se repitan estos ultrajes.
Reus para tratar con el comisionado mexicano, en
cuya consecuencia debería tener lugar una conferen- «Hago saber, pues, al general en gefe de las cita-
cia entre ambos el 19, á las once de la mañana, en el das fuerzas, que debe mantenerlas en süs posiciones
rancho de la Purga, punto medio entre la Soledad y la actuales, que son: la Tejería, Medellin, Paso del Toro,
Tejería. Cada uno de los dos comisionados iría acom- Loma de Piedra y San Juan, sin avanzar un paso
pañado por una escolta de honor de 50 caballos y 50 mas.
infantes. «En caso contrario, consideraré abiertas las hosti-
dades, y como declarada la guerra por su parte; y en-
El mismo dia se envió á México esta decisión.
tonces cumpliré con el deber sagrado que las leyes de
Un incidente ocurrido el dia siguiente, 10, iba á
mi pais me imponen como general en gefe de las fuer-
comprometerlo todo.
zas destinadas á la defensa de Oriente.
El general Zaragoza habia reemplazado al general
«Libertad y Reforma.
Uraga en el mando del ejército (Je Oriente.
Joven y ardiente, con un grande amor á su pais, y ZARAGOZA. »
Los representantes de las potencias, en la imposi- dían brotar. De todas maneras, es preciso convenir
bilidad en que estaban de entrar en campaña, se en- en que hizo un buen servicio, y podemos asegurar
contraron bien embarazados en presencia de esta que le honra mucho su desempeño.
enérgica significación del joven general republicano, Importa dar una ligera idea de los sentimientos que
y tomaron el prudente partido de quejarse al gobier- el general Prim llevó á las conferencias de la Soledad,
no de México, para evitar, deeian, «los desastres de ó si se quiere, de los sentimientos de que se inspiró
una guerra cuyo fin no podia ser dudoso.» estando allí, á juzgar por el lenguage que usó con el
En la noche del 13 llegaron de México dos despa- ministro Doblado.
chos: en el primero el gobierno garantizaba la subor- Ante todas cosas, el general Prim debia definir bien
dinación del general Zaragoza, y en el segundo el mis- el fin de la expedición: ese fin era el pedir la debida
mo Doblado anunciaba que se encontraría en la Pur- satisfacción por las ofensas recibidas, y el pago de los
ga el 19, para conferenciar con el general Prim. daños causados. La cuestión de reorganización del
Desde el 18 suplicó Doblado al conde de Reus tu- pais debia ocurrir mas tarde, y eso como cuestión ofi-
viera la bondad de avanzar hasta la Soledad, que ofre- ciosa.
cía mas comodidades que la Purga, ofreciendo tam- El gobierno mexicano liabia declarado desde antes
bién bajar él hasta la Tejería si aquello no fuera po- de la conferencia de la Soledad, que poseía los elemen-
sible. tos necesarios para pacificar el pais y para consolidar
la administración. La misma declaración repetía en
El general Prim salió de Veracruz al amanecer el
la Soledad, y dando las debidas gracias á l o s aliados
19, con una escolta de 5 0 caballos, despuesde haber-
por sus intenciones pacíficas y amistosas, agregaba
se puesto de acuerdo con sus colegas respecto de su
que no se consideraba en el deber de aceptarlas.
misión.
Éste era el nudo de la cuestión. Si estas declara-
Los generales Doblado y Zaragoza lo esperaban en ciones merecían fé, lo único que se podia exigir del
un coche, á una legua de distancia de la Soledad. To- gobierno mexicano era lo que se éxige en geiieral de
mó asiento entre ellos, y á las diez se retiraban los las potencias*, un tratado, una garantía; si no la me-
dos plenipotenciarios á una casa de este pueblo. recían, era inútil tratar*, era menester ir adelante.
No sabemos si el general español comprendía toda Pero desde el momento que parecía aceptarse una
la gravedad de la misión que iba á desempeñar, y si garantía, lo cual se deduce evidentemente de aceptar
habia calculado bien las consecuencias que de ella po- los aliados la conferencia de la Soledad que habia ofre-
cido el gobierno mexicano, afirmando que ertmpüria
INTERVENCION F R A N C E S A — 9
todas sus promesas, no habia mas que creerlas y tra- blica mexicana, á los comisionados de las fuerzas
tar sinceramente con é l . aliadas, que no necesita la asistencia que han ofrecido
En cuanto al general Prim, tenemos la intima con- con tanta benevolencia al pueblo mexicano, porque
vicción de que él creía en las promesas de Juárez! Por este pueblo contiene en sí mismo los elementos sufi-
esta misma razón, sin dejar de tributarle un justo elo- cientes de fuerza para vencer toda revuelta interior,
gio por haber consentido en tratar, nos parece que la ocurrirán dichos comisionados á u n tratado para pre-
acta que firmó en la Soledad no era mas que un paso sentar todas las reclamaciones que están encargados
á medias, que podia servir un dia para los proyectos de hacerle á nombre de sus respectivas naciones.
ocultos del ministro de Francia, como lo probó muy
«Art. 2.° Con tal fin, y protestando los represen-
bien el porvenir.
tantes de las potencias aliadas que no tienen la idea
El general Prim habia observado por sí mismo que
de atentar contra la soberanía y la integridad de
el partido monárquico no tenia ninguna raiz en la na-
ción: por esto escribía en sus despachos que «ese par- la República mexicana, se abrirán negociaciones en
tido era insignificante;» y no solamente 110 ignoraba, Orizava, á donde concurrirán al efecto los comisiona-
sino que sabia quizá mucho mejor que todos sus co- dos de las potencias extrangeras y los ministros de la
legas, que el fin de M. de Saligny era establecer una República, á no ser que por ambas partes se convenga
monarquía en México, en provecho de la Francia.
en nombrar comisionados especiales para ello.
Estas últimas consideraciones, s o b r e t o d o , hubie- «Art. 3.° Las fuerzas aliadas ocuparán las ciuda-
ran debido estimularlo á firmar preliminares mucho
mas categóricos que los que firmó, para libertar al go- des de Córdoba, Orizava y Tehuacan, mientras duren
bierno mexicano de aquel peligro; empero, obrando las negociaciones.
lealmente, como lo hizo, esperaba sin duda, llegar «Art. 4.° Con el fin de que no pueda suponerse
de aquel modo á un resultado honroso para todos?
He aquí el texto de aquella convención: siquiéra que los aliados firman estos preliminares con
la idea de obtener el pasó libre por las posiciones for-
MNWNCION PRELIMINAR DE LA SOLEDAD tificadas que hoy ocupa el gobierno mexicano, queda
CONCLUIDA EL 1 9 DE FEBRERO DE 1 8 6 2 , ENTRE EL G O - estipulado que, en el caso desgraciado de romperse
BIERNO MEXICANO POR UNA P A R T E , Y POR OTRA LOS las negociaciones, las fuerzas aliadas se retirarán de
PLENIPOTENCIARIOS DE E S P A Ñ A , DE FRANCIA las citadas posiciones, y tomarán las que ahora ocu-
Y DE LA GRAN—BRETAÑA. pan, á saber: en el camino de Veracruz á Córdoba y
«Artículo 1.° Habiendo informado el gobier- Paso Ancho: en el de Veracruz á Jalapa y Paso de
no constitucional que rige actualmente la Repú- Q M l f r ¿ z b m i w á t 2fii m i s i m o »¿JifftiDq se asinfiíusesiq
«Art. Enel desgraciadotaso supuesto d e q a e
m
colegas; Una observación podía ser admisible, pero
se rompan las negociaciones y se retiren los aliados á
á título de información solamente.
su línea indicada en el artículo anterior, sus hospita-
les quedarán bajo la salvaguardia de la nación mexi- «En consecuencia, no se puede comprender la in-
cana. tención de sir Charles Wyke, cuando habla de arre-
glar las reclamaciones por medio de tratados ó de con-
«Art. 6.° Etdia en que comiencen su marcha los
venciones nada mas.
aliados para ocupar los puntos señalados en el artícu-
lo 3.*, se izará la bandera mexicana en la ciudad de JJLOU VENIAL »
Veraeruz y en la fortaleza de San Juan de UUía.
A pesar de toda 1a elocuencia del ministro francés
Firmado, Conde de Reus.—Manuel Doblado.—
y de las excelentes razones que podía presentar á lord
Lenox mjke.—Hugo Dunlop.—A. de Saligny.—E.
jurien.» Russell, este aprobaba la conducta de su representan-
te en Veraeruz; y aunque declarando que se habia se-
parado de la Convención de Londres, no por esto se
¿Qué había pasada en Europa desde la salida de las
consideraba fuera del deber de hacer saber á M.
tropas?—¿Cómo acogía eada potencia la actited toma-
Thouvenel, que era del mismo parecer de sir Charles
da por los representantes en Veraeruz?—¿Qué efecto
produjo en los gobiernos aliados fá noticia de los pre- Wyke, y «que el negocio Jecker nó debia dar lugar á
liminares de fe Soledad? una protección de tal naturaleza, que se pretendiera
hacer de él la causa de un ultimátum, en cuya conse-
Vamos á examinar sucesivamente estos diferentes
cuencia comprendía que sirCharles Wyke hubiera en-
puntos.—inmediatamente despues del dtesaeueisdo
contrado esta proposición extravagante.»
q u e s w g i ó en U cuarta conferencia, dieron cuenta los
plenipotenciarios 4 sus respetivos gobiernos de la de- Mas cuando llegó á Francia la noticia de los preli-
cisión que se habk t i n a d o , contrariando las estipula- minares de la Soledad, oh!, e n t o n c e s . . . . , entonces
ciones de la Convenció» de Londres. fué otra cosa. Todavía se recuerda el extrañamiento
cruel que se envió al bravo y leal oficial, almirante
M. Theuvenel hizo conocer, al momento» al gabi-
Jurien de la Graviére!
nete de San Jaaies, toda la sorpresa qüe l e cansaba la
conducta de gir Charles Wyke. El «Monitor» del 2 de Abril lo insertó al frente de
sus columnas. M. Billault lo recordó, mas tarde, al
«Jamas se ha convenida en que caifa uno d é l o s re-
Cuerpo Legislativo, y para explicarlo, exclamó desde
presentantes se permita censurar las demandas de sus
lo alto de la tribuna:
«En la vida de las naciones, lo mismo que en la de sus proyectos análogos á los que alimentaba el gobier-
los individuos, señores, hay situaciones imperiosas en no francés; y sin embargo, se separó de la Francia,
que, suceda lo que sucediere, no se puede transigir sea porque conociese que abrigaba una quimera, ó
ni con el honor ni con el deber.» porque comprendiese qUe no podia luchar contra su
Palabras muy pronto olvidadas por M. Rouher, y aliada.
, que no impidieron que los Estados-Unidos apresura- De todo debió convencerse, en efecto, cuando vió
ran la vuelta de las tropas francesas de México, por que el 18 de Enero tomaba el gobierno francés la de-
medio de despachos casi insolentes. terminación de enviar á México al general Lorencez
En cuanto á, la Inglaterra y la España, si vitupera- con 3 , 0 0 0 hombres, bajo el pretexto de que la festi-
ron algunos detalles de forma, no por esto desaproba- nación del general Serrano habia podido engendrar
ron la conducta de sus representantes. algunas dificultades.
Solo el gobierno francés infligió al suyo un extraña- Lord Jlion Russell, que no podia dudar ya de la
miento público y oficial. Y no podia ser de otro mo- marcha sobre México, hizo expresar su sentimiento á
do. La Convención de la Soledad volvía á poner las M. Thouvenel por una medida tan inesperada, decla-
cosas, hasta cierto punto, en el lugar en que las ha- rándole á la vez «que no debia contar con el auxilio
bia colocado la Convención de Octubre, y esto no po- de la Inglaterra para crearen México un gobierno con
dia convenir al gobierno francés, que, aunque habia la fuerza de las bayonetas.»
puesto s u firma bajo esta última,-no pensaba que se A pesar de todo, tuvo lugar la marcha del general
debiera tratar en manera alguna con el gobierno de Lorencez: salieron las tropas, y el general Almonte
hecho que existia en México (1). dejó la Europa para llegar con ellas á Veracruz,
Estamos persuadidos de que la misma España es- Se recordará que este general mexicano habia to-
peraba todavia, en el momento en que la firmaba, que mado parte activa en todas las intrigas de Paris, Lón-
la Convención de Londres le sirviera para favorecer -dres y Miramar, y por lo mismo fué designado para ir
á preparar el terreno á México, y conseguir que se lla-
(1) El gobierno del Sr. Juárez no era solamente gobier- mara á Maximiliano.
no de hecho: era gobierno de heoho y de derecho: era el
gobierno constitucional de la República, como lo ha confe- Retrocedamos algunos años, por un momento.
sado antes el autor. En consecuencia, la apreciación que
hace ahora de él, llamándole gobierno de hecho, solo pue- Cuando D. José María Gutierrez Estrada publicó,
pasar suponiéndose que quiso ha$er referencia á la apre- en Octubre de 1 8 4 0 , su célebre carta sobre la nece-
ciación particular del gobierno francés.—-N. del T. sidad de establecer una monarquía en México, las au-
104 Í0Í>
toridades mexicanas se apresuraron á protestar con- gobernadopar mi rey, y sobre todo por un rey ex-
tra ese escrito.—Una de las primeras protestas fué trajera. Su trono sería constantemente combati-
la que el comandante general don Gabriel Valencia do por los republicanos del país y por todos lós del
envió al presidente de la República. El. general continente.
Almonte, ministro de la Guerra entonces, respondió
m á aquella protesta por medio de otra carta, de que ALMONTE»

copiamos el interesante párrafo siguiente.


«México, 2 2 dé Octubre de 1840.«
«El gobierno supremo lia visto con satisfacción los
sentimientos dé indignación y patriotismo que mani- He aquí el hombre que desembarcaba veintidós
festais en vuestra nota relativa a un escrito reciente, años mas tarde en Veracruz, él.l.° de Marzo, para pa-
y me ordena deciros en respuesta, que él ahunda en trocinar una monarquía extrangera en México, apo-
lás mismas ideas, no solamente por el alto puesto que yada en las bayonetas francesas!.. V
ocupa, sino también para manifestar asi su gran satis- La consternación fué general en México ctiando se
facción por haber contribuido personalmente á la supo la llegada del general Lorencez, seguido de Al-
independencia nacional. Si llegáramos á ser priva- monte, Haro y Tamariz, Mrrandá y otros promotores
dos de éste précióso bien, sí, lo que es imposible, de la moftáímfíy'.1^ * f>íil 110
op»?««
tuviésemos que resentir los efectos de un proyecto Por otra parte, los diarios franceses; anunciaban ya
•^anti-nacional que tendiera á establecer en nuestro abiertamente, que el soío fin de la expedición era
país una monarquía rejida por mi príncipe extran- «derribar á Juárez, y nombrar á Maximiliano értlpe-
jero que viniera apoyado en mi ejército europeo; radóF de México.»
sí los mexicanos tuvieran que combatir de nuevox'on-
El gobierno mexicano dirigió una nota, inmediata-
tra ese ejército para reconquistar la independecia y la
mente, á lós representantes aliados, anunciándoles s u
libertad que les han costado tantos sacrificios, la si-
firme resolución áe usar de su derecho haciendo per-
tuación no sería dudosa, porque si el héroe de Iguala,
seguir y castigar á ios enemigos de la naeión que, ha-
con todos sus títulos á la gratitud nacional, fué objeto
Hándose proseritos, penetrabanenella con intencio-
de una terrible catástrofe en la memorable jornada de
nes crimínales.
Padilla atañías mayores razones de venganza ten-
En cuanto sií Charles Wyke y el general Prim, que
deamos contra cualquiera otro}. Puede asegurarse
se encontraban solos en Orizava, recibieron este des-
que nunca se pacificaría México si llegara, á ser
pacho, lo enviaron al almirante Juñen y á M. de
ligny, haciéndoles saber que, en su opinion, el go- Aquí se observan mil confusiones en todo, por
bierno mexicano se fundaba en la justicia y en el mas parte de los representantes franceses.
perfecto derecho, y pidiéndoles autorización para con-
Luego que el general Prim y Sir Charles Wyke co-
testarlo en este sentido.
nocieron la respuesta del ministro de Francia al co-
Veamos primeramente lo que habia pasado desde modoro Dunlop, fueron á ver al general Lorencez, á
el desembarco de Almonte.
• su paso por Orizava, y le significaron que su conduc-
Cuando desembarcó este general en Veraeruz, hizo ta era una violacion flagrante del tratado de Londres.
una visita al conde de Reus y al comodoro Dunlop, y
¿Podrá creerse?—El general 110 les dijo una pala-
les declaró que contaba con el apoyo de las tres poten-
bra de las órdenes del Emperador, de que habia ha-
cias para establecer una monarquía en México bajo el
blado M. de Saliguy. Muy al contrario les propuso
cetro del Archiduque Maximiliano.
enviar á Almonte y á sus amigos á Veraeruz!....
El general Prim declaró entonces formalmente al
Y en este intervalo, informado sin duda el almi-
general Almonte, que las tropas españolas no apoya-
rante Jurien por M. de Saligny, de que el general Lo-
rían una obra que él creía del todo antipática para los
rencez ejecutaba órdenes recibidas del Emperador
mexicanos, y que era contraria al orden de cosas esta-,
antes de su salida, escribía al general Prim que el ge-
blecído en México, mas de cuarenta años hacia.
neral Almonte estaba bajo la protección de la Fran-
El general mexicano contestó que estaba seguro
cia!
del apoyo de las tropas francesas; y en en fecto, algu-
nos dias despues llegaron á Córdoba Almonte, Haro y ¿Qué creer de todo esto?
Tamariz y Miranda, con el general Lorencez y bajo la Desde entonces era evidente que se quería romper
protección de un batallón de cazadores de á pié. por todo, y que se tenían órdenes en este sentido.
¡Con tales antecedentes, por tales medios, iba el
En cuanto el comodoro Dunlop, que s e encontra-
gobierno francés á llevar la civilización á un pueblo á
qa en Veraeruz con M. de Saligny, tuvo conocimien-
to de la salida de los emigrados mexicanos para CórT quien calificaba de bárbaro!
doba, seguidos y protejidos por el general Lorencez, No es extraño que el general Prim escribiera á su
hizo sus reclamaciones al ministro de Francia. gobierno «que los representantes de la corte de Fran-
cia habían perdido todas las consideraciones de corte-
Este contestó que, en cuanto al general Almonte,
sía que eran debidas á sus colegas de España y de In-
el general Lorencez obraba en virtud de órdenes di-
glaterra!»
rectas del Emperador.
¿No hubiera sido mejor declarar de una vez, alta-
mente, qué había la intención determinada de rom-
«Si habéis recibido órdenes de vuestro gobierno en
per?
ese sentido, confieso que ya no conozco la sabidu-
El almirante Jurien se vw muy embarazado, y esto
ría, la justificación y la grandeza de la política impe-
se comprende muy bien, para responder ála deman-
rial, como tampoco reconozco ya el espíritu de alta
da de explicaciones que le dirigieron el general Prim
consideración del Emperador hácia la Inglaterra y la
. y sir Charles Wvke.
España. Siento mucho tener que decíroslo, amigo
No sabia qué contestar. mió, pero es absolutamente necesario: la política que
•fe® vista de esto, se decidió el ¿onde de fteus á es- os proponéis seguir en México, con desprecio d° la
cribí*' ál almirante lo que sigue: conferencia, puesto que no habéis cumplido el deber
de consultarla en un negocio tan grave, dará el des-
«Orizafa, 2 3 de Marzo dé 1862. agradable resultado, á mi parecer, de enfriar las rela-
ciones amistosas de la Inglaterra y de la España para
«Mi querido almirante y.noble amigo: con la Francia; y á nadie en el mundo causará esto
tanto sentimiento como á mí, porque nadie en el mun-
«Vuestra carta dé ayer, me ha causado mucha pena, do tiene mas veneración y respeto que yo por el Em-
porque veo qué hay una resolución lomada, sea por perador, ni nadie le es mas noblemente adicto, ni na-
vuestro gobierno ó por vuestras propias inspirációpes die ama mas que yo la Francia y los franceses
y las de M. de Saligny, de romper la covencion de
Londres, de no guardar las consideraciones debidas á
las potencias signatarias, v no tener ningún mira-
miento hácia vuestros colegas de aquí. Os aseguro, PRIM. »
amigo mió, que tal perspectiva no me hace ninguna
gracia.
En la entrevista que habían tenido los plenipoten-
«El acto de conducir los emigrados políticos al inte-
ciarios inglés y español con el general Lorencez en
rior del pais, para que organicen en él la revolücíon
Onzava, habían tratado de convencerlo de que no
que deberá derribar un dia sa gobierno existente,.así
existia en México ningún partido monárquico; mas el
como su sistema políticb actual, seniéjante acto cuan-
general les contestaba siempre que sus informes par-
do avanzad como amigos y cuando esperáis el plazo
ticulares y los de su gobierno, eran absolutamente
marcado para abrir conferencias, no tiené ningún
ejemplo; y me ha llenado de asombro. contrarios á los que ellos hubieran podido adquirir.
No queriendo el general Prim excusar ninguna di-
INTERVENCION FRA N C E S A — 1 0
ligeneia para impedir al gobierno francés, y sobre to- en algunas palabras dirigidas el 24 de Marzo á sir
do al Emperador, á quien profesaba particular afecto, Charles Wyke y al conde de Reus.
el comprometerse en un negocio tau problemático y
«En virtud de instrucciones trasmitidas directa-
tan lleno de peligros, marchóá Xeliuacan el 2 7 , para
temenleal comandante del cuerpo expedicionario,
conferenciar allí con el almirante Jurien y con el ge-
estos hombres (los emigrados) han obtenido la protec-
neral Lorencez.
ción de nuestra bandera. El infrascrito rio puede
Todas sus palabras, todas sus súplicas fueron inúti- menos de suscribir lo que se ha hecho en este sentido
les.- ? ih no » . - . . , „„ 4 ... ,, „, . . . . . . sin su participación.
Las órdenes venidas de París eran terminantes.
Almonte tenia razón: contaba con el apovo de las JURIEN.»
tropas francesas.
Y la ilusión era tan grande én el almirante Jurien, Claramente se ve que esto era mas que una excusa:
que no temió afirmar, en Tehuacan, á los ! represen- era la expresión de un sentimiento.
tantes de Inglaterra y España, que muy pronto reci- La brusca resolución del almirante, de volver á Pa-
birían órdenes formales para asociarse al plan de los
so del Macho sin consultar á sus colegas, era de tal
franceses. " ' '
naturaleza, que podia comprometerlo todo.
Solamente así puede encontrarse la explicación de Era preciso buscar un medio de salir de aquella si-
la conducta de este leal militar, incapaz de una super- tuación intolerable.
chería. V.
Los ministros inglés y español propusieron una úl-
Demasiado inteligente para no comprender la gra- tima conferencia en Orizava, para que cada uno su-
vedad de las nuevas medidas tomadas, muy cuidadoso piese á qué atenerse, y adoptara las medidas conve-
de poner su honor al abrigo de cualquier ataque, y nientes según el nuevo giro que tomaran los aconte-
comprendiendo perfectamente que todas las conven- cimientos.
ciones quedaban rotas desde entonces, el almirante
Esa conferencia tuvo lugar el 9 de Abril, seis horas
Jurien.anunció su intención de volver á tomar las po- antes del término fijado en la Convención de la Sole-
siciones que ocupaba antes de firmarse la de la Solé • dad para tratar con el gobierno mexicano!
dad.—Al obrar de la manera que obraba, lo hacia,
Se ha publicado un expediente muy circunstancia-
sin embargo, con mucha repugnancia, sin duda, y en- do de esa conferencia, y se sabe que en ella se decidió
contramos una prueba evidente de sus sentimientos el reembarque de los españoles y de los ingleses.
Desde antes»,--y previendo el gobierno inglés estas «Juárez es la personificación del principio por cuvo
complicaciones en el curso de Marzo, envió la orden, mantenimiento ha combatido el gobierno liberal tres
por despacho del mismo mes, para que se reembarca- años.»
ran en sus buques los pocos soldados de marina que Y la posicion de M. Corwin era mueho mas consi-
había permitido desembarcar. derada en México que la de los Sres. Wagner y Sa-
La influencia de Mr. de Saligny habia triunfado! ligny.
Nada habia omitido para ello. ¿Se quiere saber cómo calculaba el ministro de
Ni siquiera habia tenido temor de asegurar que ha- Francia el monto de sus reclamaciones, y porqué no
bia estado á pique de morir, víctima de un asesinato, podia admitirlas M. Charles Wyke?
y para dar mayor peso á su acusación, habia hecho
Leamos el despacho del ministro inglés á lord Jlion
constar el atentado por el testimonio de algunos miem-
Russell:
bros complacientes del cuerpo diplomático (1.)
¿No dijo que el ministro de Prusia, M. Wagner, le «Enero 19 d e 1862.
habia escrito á Veracruz:
«Los franceses tienen prisa en que se ocupe esta «
ciudad, y la idea de ver establecerse una monarquía «M. de Saligny fija el total de las reclamaciones por
con un príncipe extranjero gana terreno?» arreglar, en doce millones de pesos, pero diciendo
¿Acaso fué Juárez lanzado de México cuando la bri- que no las ha examinado, como debió haberlo verifi-
gada del general Berthier estuvo á dos jornadas de cado desde hace un año.
distancia? «Mas como su gobierno le previno que indicara al-
¿Hubo un solo motin en México contra el gobierno, gunas s u m a s . . . . indicó la mencionada arriba, consi-
despues de la caida de Puebla, cuando los franceses derándola como apróxiinñtiva de su valor, con uno ó
iban en marcha para la capital? dos millones de diferencia, poco mas ó menos.
Cuanto mas verídico era M. Corwin, el ministro «Esta es, ciertamente, una manera muy libre de
americano, cuando escribía. tratar cuestiones de tanta importancia, y tanto mas,
cuanto que la reclamación pretende que esta suma,
(t) El gobierno mexicano mandó practicar una infor- lo mismo que otras reclamadas, sean pagadas sin dis-
mación formal, de la que resultó probado que M. de Sa
ligny no había sido objeto de ningún ataque.—Esta infor" cusión por el gobierno mexicano.
macon se publicó en 1861 por M. Dentu, bajo el título de" « .
miormaciony sentencia judicialsobre la queja de M de
baligny.—N. del A.
CU. WVKE.»
Esta era la manera de establecer los cargos que de- veniente volver á mandarlos fuera de su pais, á lo me-
bian ocasionar una intervención armada en México: nos lo hubiera sido dejarlos en Veracruz, hasta el dia
esto era, sirviéndonos de las palabras de M. Thiers, en que se hubiera probado plenamente, que no iban á
lo que las armas francesas iban á vengar allí: no era turbar el orden que los aliados procuraban estable-
otro el obieto de la Convención de 30 de Octubre! cer.
Almonte habia sabido persuadir tan bien al Empe- En la sesión de 9 de Abril declaró el ministro fran-
rador Napoleon, de la necesidad de que lo enviase á cés que no podían creerse las promesas del gobierno
México, que S. M. escribía al general Lorencez, en mexicano, porque acababa de asesinar al general Ro-
Junio de 1862, las líneas siguientes: bles.—¿Cuál era el valor de este argumento?—Vamos
á examinarlo con imparcialidad.
«
El general Robles, considerado en su carácter pri-
«Habéis hecho muy bien en proteger al general Al- vado, era uno de los hombres mas honorables que
monte, porpue está en guerra con el gobierno actual México poseia, y gozaba generalmente de la estima-
de México. ción de su pais.
Pero como hombre político, atentaba contra la se-
NAPOLEON.» guridad de su patria. Estaba en correspondencia se-
creta con M. de Saligny, y tramaba la caída del go-
¿Cómo se puede explicar entonces que el almirante bierno existente, en unión de sus amigos Almonte y
Jurien haya podido decir en la sesión de 9 de Abril Miranda.
«que el general Almonte, que participaba de la opi- El general Zaragoza lo aprehendió en el momento
nion general en Europa, de que debia llevarse la guer- en que iba á reunirse á estos en el campamento fran-
ra á México, ibaá predicar la concordia entre los par- cés, para ayudarles á derribar á Juárez, y lo mandó
tidos hostiles? fusilar en San Andrés Chalchieomula.

Y sobre todo, ¿con qué derecho venia á llenar una La carta siguiente demostrará con cuanta inconse-
misión de que se habían encargado tres potencias, sin cuencia se ha empleado la palabra asesinato, para ha-
haber recibido misión legal de ninguna? cer conocer el fin de un general que se aprestaba á
combatir á sus conciudanos, y á hacer correr la san-
No diremos que se entregaran los refugiados mexi-
gre mexicana en provecho de un orden de cosas qui-
canos á sus enemigos:—no era este el papel de los re-
mérico, y en detrimento del que toda la nación reco-
presentantes franceses:—pero si no se estimaba con- nocía como legal.
«CARTA DEL GBNERAL ROBLES A M . DE S A L I G N Y . ropa llegaran á tomar las únicas medidas que puedan
salvar los intereses de sus súbditos y los del mismo
«Guanajuato, 12 de Noviembre de 1861.
país. Las últimas noticias que he recibido de nues-
«Mi estimado amigo. tros amigos de la Habana y de Almonte, me han de-
vuelto esa esperanza.
«He tenido el placer de recibir vuestra apreciable
carta de 3 de Octubre, que me proporcionó una im- «Si bien he tenido el disgusto de no recibir vuestras
presión muy agradable, al saber que un gran número noticias, directas, tenia lapersuacion de que muy poco
de personas os deben la vida y la libertad, ó la liber- ó nada habia que esperar del señor Doblado. Este
tad y la vida de sus parientes y amigos, y esto precisa- lo esperaba todo de la mutua destrucción de Juárez y
mente cuando acabábais de libertarme de ser traido- de Márquez, y creia tal vez que despues del triunfo
ramente fusilado yo mismo. Con verdadero senti- del uno ó del otro seria él llamado legalmente al poder,
miento os manifiesto mi convicción, de que la morali- donde todos lo aceptarían como á un salvador. Se-
dad de mis conciudadanos ha llegado á un estado la- gún las noticias que recibo de mis amigos, ya está de-
mentable. cidido á entrar inmediatamente en la escena. Cuan-
Ya no viven mas que bajo la influencia del terror y do creia que vendrían solos los españoles, opinaba
de la avaricia. Os lo digo con franqueza, porque es- por una resistencia enérgica; pero despues que ha sa-
toy persuadido de que, lo mismo que yo, deseáis me- bido que las tres potencias obran de acuerdo, se ha
jorar el estado del pais, sobre el cual podéis ejercer decidido á ponerse á la cabeza del gobierno y del
una grande influencia. Para lograrlo se necesita que ejército, para tratar con los aliados, esperando, se-
haya un gobierno, pero no tal como el que se ha inti- gún parece, un buen resultado de las negociaciones, y
tulado así hasta hoy. concluir una convención pacífica con condiciones fa-
«He tenido noticias del ataque brutal de Porfirio vorables. Cree que los gobiernos europeos se com-
contra vos, y me parece imposible que aun el mismo prometerían á sostener su candidatura, si él conviene
Juárez y su pandilla hayan tolerado eso. Deseo ar- en cumplir fielmente los tratados y pagar las reclama-
dientemente saber las consecuencias de ese acto vil, y ciones pendientes en un término dado.
las medidas que haya tomado el cuerpo diplomático. «Vos conocéis las probabilidades del éxito mejor
que yo, y me inclino á creer que si las naciones de
«He dejado de escribiros por algún tiempo, porque
Eieropa se kan decidido á intervenir en los negocios de
no me atrevía á expresar mí desaliento, y porque mi
México, deben haber convenido de antemano en el
sola esperanza consistía en que los gobiernos de Eu- orden de gobierno que debe establecerse aquí.
«Doblado está apoyado en sus esperanzas de un ta, que el general fué muy reservado en ella, por el
arreglo con él, por el vice-cónsul inglés de esta ciudad, peligro que habia entonces para la correspondencia!
y se dice también que tiene la seguraidad del apoyo Ninguna duda puede existir ya en adelante sobre el
de M¿ Corwin y de que ni los Estados Unidos ni la In- principio de esta intervención. La Francia y la E s -
glaterra aceptarán mas gobierno que un gobierno muy paña habian sido seducidas, largo tiempo hacía, pol-
liberal. Como podéis suponer, el vice-cónsul de los refugiados mexicanos Gutierrez Estrada, Miranda,
aquí obra por las inspiraciones de Sir Charles. (Wyke) Hidalgo y otros, y ambas naciones tenian el pensa-
«Doblado espera subir al poder, pero si esto no le miento de derribar el gobierno de Juárez y establecer
fuere posible legalmente, hará uso de la fuerza. Tra- en México una monarquía.
ta de encontrar en Querétaro cinco ó seis mil hom- La primera en beneficio de Maximiliano.
bres, y procura proporcionarse un préstamo de me- La segunda en beneficio de un príncipe de Borbon.
dio millón. Esas tropas son tales, que yo no envidia- Se puede asegurar también, según la relación de
ría el mandarlas; pero para batir á Juarez, se necesita estos hechos que hemos expuesto que, al principio,
bien poca cosa. El plan de Doblado presenta una la España fué la que arrastró á la Francia.—Mas tarde
gran ventaja, que consiste en la protección inevitable surgieron intereses poderosos en la cuestión, y vién-
de los extranjeros, aun cuando elloscrean que los pro- dose la España supeditada, se alejó.
teje siempre voluntariamente. En cuanto á la Inglaterra, todo le era indiferente,
«Yo no he sido buscado ni eonsultado por nadie, y menos el pago de sus deudas, y asistía impasible al
permanezco cuidadosamente alejado de todo compro- sleeple-chase monárquico de'sus dos aliados, sin to-
miso. Así seguiré unosdias mas, hasta la llegada de mar parte en él, y sin preocuparse del resultado. Re-
una persona que se espera aquí de la frontera. Con- pública ó monarquía, cualquier cosa le importaba po-
sidero de mucha importancia que esas gentes sean co, con tal de que le pagaran.
bien instruidas del verdadero estado de las cosas, y Con esta sola condicion consintió en firmar la Con-
que establezcan un sistema uniforme de operaciones: vención de Londres, en unión de la Francia y de la
inmediatamente despues,me aproximaré á la capital.» España.
He aquí al hombre, al ciudadano que, sirviéndonos La conferencia del 9 de Abril quebró el último ani-
da las mismas palabrass de M. Billault el 26 de Junio llo de la cadena que unia las tres potencias europeas,
de 1862, iba á llevar su concurso leal y genenoso á y desde entonces, el gobierno francés se encontró so-
la voluntad nacional!.... lo en presencia de la cuestión mexicana!
Y todavía dice M. de Saligny, hablando de esa car-
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Habia temñnado el papel de la diplomacia.


Los españoles é ingleses se habian embarcado.
La suerte del gobierno mexicání» iba á decidirse
por las armas.
Sin embaído, antes de entablar las hostilidades, di-
rigieron los plenipotenciarios franceses al gobierno y
al pueblo mexicano la proclama de que hacemos el si-
guiente extracto:
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CAPITULO IV.

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Principio de las hostilidades.—fcesaslre de Fuebla.


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Habia temñnado el papel de la diplomacia.


Los españoles é ingleses se habian embarcado.
La suerte del gobierno mexicáno iba á decidirse
por tas armas.
Sin embaído, antes de entablar las hostilidades, di-
rigieron los plenipotenciarios franceses al gobierno y
al pueblo mexicano la proclama de que hacemos el si-
guiente extracto:
i *. I N T E R V E N C I O N F R A N C E S A — 1 1

i 5
«Mexicanos: El 12 decretaba medidas de salud pública.
«No hemos venido al pais para tomar parte en sus
«Todos los mexicanos, desde 21 á 60 años pueden
divisiones: hemos venido para hacerlas cesar.
ser requeridos para el servicio de la patria y para re-
«Desde hoy queda declarada la guerra entre el go-
chazar al extrangero.
bierno de Juárez y nosotros, pero no confundimos al
«Los gobiernos de los Estados quedan autorizados
pueblo mexicano con una minoría opresiva No
para levantar guerrillas; mas con la precisa condicion
tenemos mas fin que el de inspirar á la parte honra-
da y pacífica del pais, es decir, á las nueve décimas de que las que se encontraren á diez leguas de la lí-
partes de la poblacion, el valor de dar á conocer sus nea enemiga, serán condenadas y castigadas como
intenciones . . . . bandas de ladrones.
«Todo el que prestare auxilios al enemigo, será eje-
cutado como traidor.»
«Apresúrense á venirhácianosotros todos aquellos
hombres que han estado divididos largo tiempo por La proclama del 16 encontró al gobierno de la Re-
querellas que ya no tienen objeto. La banda-a de la pública preparado para hacer la guerra y defender la
Francia ha sido plantada sobré el suelo mexihanoy independencia de la patria.
NO RETROCEDERÁ JAMAS: que los hombres prudentes la Almonte siguió á los franceses con otra proclama
acojan como una bandera amiga: QUE LOS INSENSATOS que apareció el 17. Ese documento era bastante in-
SE ATREVAN A COMBATIRLA! (1) significante: el general invitaba á los mexicanos á te-
«Abril 16 de 1862. ner confianza en él, en el ejército francés y en el em-
perador Napoleon, siempre «para constituir un go-
«DE SALIGNY. bierno estable y honrado»
Aunque protestaba su desinteres, esto no impidió
«JüRlEN.D
que se dejara proclamar por sus amigos gefe supre-
Desde el 9 de Abril, ya no podia dudar Juárez de las mo de la nación mexicana, bajo el pretexto de que la
resoluciones hostiles tomadas por los plenipotencia- poblacion de Córdoba y los demás puntos ocupados
rios franceses- por los franceses, se habian pronunciado en sn favor,
y le habian conferido ese título.
fí J Caló el cha-pea, régvirió ta espada...,
Mito al soslayó,... 'KUESE y no hubo nada!... Desde aquel momento, Almonte nombró sus em-
(N. del T.) pleados, expedía decretos, y tenia m i n i s t r o s ! . . . Los
representantes franceses reconocían, por supuesto, Después de la conferencia del 9 de Abril, cuando se
al Gefe supremo de la nación m e x i c a n a ! ! . . . habia perdido va toda esperanza de aep.erdo entre los
Las Convenciones de Londres y de la Soledad esta- plenipotenciarios, el general en gefe habia salido de
ban desgarradas. Almonte no perdía el tiempo para
TehuaCan y se había situado en Córdoba con todas sus
inutilizar hasta el último pedazo.
fuerzas.
La Francia no debia tardar mucho en conocer cuan
grande era esta falta: ya veremos adelante cómo y en Repentinamente, una orden general anunció á es-
que términos quiso repararla el mariscal Forey. tas tropas, el 19, que la vida de sus 4 0 0 camaradas,
M. de Saligny pretendía qué Juárez no tardaría ni que se encontraban en los hospitales dé OrizavS, es-
quince dias en salir de México. Era necesario, decia, taba amenazada. Una carta que él general én gefe
márchar pronto á la capital. habia recibido del general Zaragoza, se lo hacia temer
todo.
Por lo demás, ¿no habia escrito al general 'Serrano
que el gobierno de México no podría oponer m a s de «Adelante, pues, al socorro de nuestros camara-
4 0 0 0 guardias nacionales a los aliados, cuando el ca- das! » e x c l a m a el general Loreneez,
pitan general de Cuba afirmaba por su parte, que «era .Y en la misma mañana quedó rendida l a primera
imposible aventurarse á dar u n paso háeia el interior jornada de la expedición de México!
del país sin tener 0 0 0 hombres?» El ministro de En vez de retroceder mas acá del Chiquihuite, co-
Francia seguía repitiendo muy alto, por el contrario, mo lo ordenaba la Convención de la Soledad, se avan-
que con un solo batallón atravesaría la República de zaba de Córdoba sobre Orizava.
un extremo al otro. (1)
Es muy sensible q u e no se operara el movimiento
Y ademas, ¿no debían levantarse todos los pueblos de retirada antes, y aun despues de la llegada de la
á la aproximación de los franceses? carta del general Zaragoza.
El 2 6 d e Marzo había tomado e l general Lowacez Esta viciación de los tratados no admite disculpa.
el mando en gefe del caerpo expedicionario, y dirigi- Si los mexicanos hubiesen querido, en electo, ase-
do una proclama á sus soldados para comunicarles e s - sinar á los franceses enfermos, nadie se los impedía
ta resolución del Emperador.' mientras que las tropas avanzaban de Córdoba á Ori-
zava; y esta marcha, por lo mismo que era una viola-
(i) Esta gasconada recuerda ía respuesta (Jé un ame- ción de los tratados, podia, por el contrario, engen-
ricano á otra igual que se le eejió, respecto de su país- «Sí
drar el mismo peligro de que el general Lorencez fin-
jía libertar á sus soldados. Pero ya n o se tenia con-
sideración ninguna de la palabra empeñada, ni de los El ataque de Puebla debería verificarse el dia si-
compromisos contraidos!
guiente.
La ciudad de Orizava fué ocupada eí dia siguiente.
Nadie dudaba de la victoria, y se emprendió la mar-
No tardó en saber el general Lorencez que se le
cha sobre ella alegremente, bien convencidos de que
preparaba resistencia en las Cumbres y en Puebla,
no se encontraría ningún obstáculo serio.
pero confiando en el valor de sus oficiales y soldados,
y advertido por M. de Saligny de que esas resisten- En fin, aparecieron las altas torres de la catedral
cias no serian mas que de algunos bandidos, salió de de Puebla.
Orizava el 27, para ir á dormir con sus tropas á Teca- Las tropas se detuvieron un momento en las altu-
malucan, al pié de las Cumbres. ras de Amalucam.
A la vista de aquellas posiciones formidables, El aspecto de aquella gran ciudad «ra soberbio!
los soldados franceses, á pesar de su valor y de A su derecha aparecía el fuerte de Guadalupe, y el
la confianza en sí mismos, debieron decirse que blanco campanario de la pequeña iglesia dedicada al
su pequeño número triunfaría difícilmente de un ene- culto de la Virgen de los indios, se destacaba coqueto
migo, por débil que fuese, que se decidiera á comba- en el horizonte.
tir con resolución en defensa de aquellos largos y pro A su costado se percibía el pequeño fuerte del Lo-
fundos surcos trazados en los flancos de la montaña reto.
para llegar á su cima. Ambos dominan la ciudad de Puebla, por su al-
Pero los soldados mexicanos no saben combatir en tura.
campo raso: necesitan abrigos seguros para defender- Los colores mexicanos, que pueden equivocarse
se, como todos los soldados poco aguerridos. Ade- desde lejos con los colores franceses, flotaban sobre
mas, ahora tenían que habérselas con tropas sólidas, los edificios públicos de la ciudad y sobre los fuertes.
cuyo recuerdo en las guerras del primer imperio y en Sobre estos deberían dirigirse los primeros ata-
las campañas de Crimea y de Italia, les daban un pres- ques, á fin de convertir el 5 be Mayo en una fecha
tigio que duplicaba sus fuerzas. Con este motivo el gloriosa para las armas francesas.
paso de las Cumbres fué franqueado con facilidad el Vencidas las Cumbres, ¿quién podia dudar un solo
18, á pesar de los 6 0 0 0 hombres y las 18 piezas de instante de la victoria, ante aquellas miserables obras
artillería que lo defendía; y el pequeño ejército fran- de fortificación?
cés llego hasta Amozoc, pueblo distante cuatro leguas
El 99 de línea quedó custodiando el convoy, que se
de la ciudad de Puebla, orgulloso con sus triunfos.
componía de 2 4 0 carruages pesados, y los zuavos, los
m cazadores Jé á pig, íós soldados de infantería de mari- Muy doloroso debió ser para el general Lorencez
na, y los fusileros marinos, avanzaron con la artilléh'a. permanecer tres largos y mortales dias á la vista del
Sé dió la señal del ataque. Los franceses iñarcha- campo de batalla que habia sido regado con sangre
róii resueltamente al asalto: se trabó la pelea, y de francesa, inmóvil, sin tratar de vengar la muerte de
una y otra parte se hicieron heroicos prodigios de los bravos que habian perecido, víctimas por decirlo
valor. así, de las ilusiones que habian alimentado todos, des-
Una tempestad espantosa puso fin á aquellas esce- de el gefe hasta el último soldado!—Si este general no
nas sangrientas, y decidió la retirada de los asaltan- desplegó un talento militar notable, dió pruebas,
tes. (1) al menos, de que poseía una grande alma y un noble
En la noche, el general en gefe acampaba con el corazon, y todos los que^irvieron bajo sus órdenes l e
ejército expedicionario en la hacienda de los Álamos, dieron repetidas pruebas de la rara estimación que le
profesaban.
¡pasiiá tiro de cañón de Guadalupe.
Las pérdidas habian sido sensibles! Batido en Guadalupe, se encontró frente á frente
Los gritos de la fiesta, los cánticos del triunfo de con la realidad, y esta realidad era cruel!
los vencedores, llegaban hasta el campo francés. Según le habian dicho, la expedición venia pedida
Los soldados franceses silenciosos, pero deseando por las poblaciones, que no esperaban mas que su lle-
vengarse, esperaban una salida de la plaza; pero Za- gada para sublevarse.
ragoza se guardó muy bien de desperdiciar su triunfo, Esta era su eonviccion al pisar el suelo mexicano,
yendo en busca de una derrota cierta, y permaneció como esta era también, en Francia, la convicción del
detras de las murallas dé la ciudad victoriosa, espe- emperador Napoleón.
rando un ataque que no debia renovarse. (2)
Ni podia ser de otra manera, para que se atreviese
f l ) Y es fama que, desdé" entonces, los franceses y sus á lanzarse á la ventura, lejos de su base de opera-
partidarios, cuando quieren hablar de este hecho de armas ciones, con el débil contingente que poseía.
eternamente glorioso para México , se proveen antici-
padamente de fuego para nentraíizar la acción' de las Lejos de encontrar esas simpatías, esas aclamacio-
tempestades espantosas; y pasan como sobre brasas al re- nes: prometidas, encontró en todas partes resisten-
feriij su mas completa derrota, como sucede ahora al autor
dé'la préseftte obra.—N. del T. cia.
(2) Esto prueba evidentemente, por mas qiié lo nieguen Así habia pasado por el Fortín, y por las Cumbres,
los franceses, que aun despues del triunfo dé los mexica- y habia sido detenido en Puebla.
nos, todavia eran muy inferiores en número, respecto de
aqtféllos.—IN. del T. ¿En qué se habian convertido las ofertas de M. de
Saügny, y de los protejidos d a l a Francia, Almonte, chándose de su victoria.—Todo hablaba en favor de
Hidalgo, Miranda, Labastida y otros? Orizava.
Todos estos pensamientos debieron atravesar por El general dió la orden de retirada, (1) y el 9 vol-
el espíritu del comandante en gefe. vían á pasar las tropas el pueblo de Amozoc, de don-
¡Atacar otra vez á Puebla!—¿Con qne fin? de salieron el 5 en la mañana para ir á la victoria!....
Tal era la cuestión que debió proponerse á sí Esta resolución del general Lorencez le hace tanto
mismo. mas honor, cuanto que le era muy cruel tomarla.
¿Arriesgar las probabilidades de un nuevo descala- Durante aquella marcha lenta y difícil, por la nece-
bro, que podia debilitarlo hasta el punto de no poder sidad de arrastrar y protejer un largo y pesado con-
luego operar una retirada con condiciones favorables: voy, apareció algunas veces la caballería de Garbajal
exponerse así á una derrota? inquietando la retirada; pero la actitud enérgica de
Aun admitiendo que lograra tomar la ciudad, ¿qué los soldados franceses liacia retroceder al general
podía hacer en seguida?—¿Podia marchar sobre Mé- mexicano, y lo mantenía siempre á una respetable
xico?—Esto no era admisible. distancia.
No lo hubiera conseguido, y aun en el remoto caso El general Márquez procuraba unirse con las tro-
de conseguirlo, seria extinguido por pérdidas sucesi- pas francesas, y venia á poner su caballería á la dis-
vas, sin medios de repararlas. posición del general francés. (2)
¿Podia de este modo derribar el gobierno de Juá- Cerca de Aculzingo, en un punto llamado Barran-
rez? ca Seca, fué cortado por el ejército de Zaragoza, que
desembocaba de las Cumbres.
¿Podia ir así á pedir la ejecución de su ultimá-
tum? (1) Al fin!.... ¡Cuántos renglones parar largar esta du-
ra palabra, y cuán pocos para hablar de la batalla del 5 de
El buen sentido ordenaba al general volver sobre Mayo!.... Con razón, si en una y otra cosa resulta el orgu-
sus pasos, fortificarse en un punto, dar cuenta exac- llo abatido.—N. del T.
ta de la situación al Emperador, y esperar. (2) Desde el 5 de Mayo solicitaba ya Márquez el medio
de unirse á los franceses, y buscando esa unión, sin duda,
En Orizava estaban las fuerzas libres del vómito, se acercó á Puebla. Por esta razón el general Zaragoza,
bastante cerca de Veracrnz para reponer sus víveres, á pesar de contar con tropas inferiores en número á las
y podían permanecer al abrigo de los ataques de un francesas, dejó al general Tapia en la ciudad con una sec-
ción, observando á Márquez, y presentó la batalla con el
enemigo, que evitaría sin duda el aventurar un com- resto al general Lorencez; y se comprende que también
bate, puesto que n o se atrevía á ensayarlo, aprove- fué esta una de las razones que tuvo para no S3guir luego
al ejército francés en su derrota.—N. del T.
Se trabó el combate, y Márquez hubiera sucumbid
veces se nos había dicho que la ciudad de Puebla nos
do al número infaliblemente, si no hubiese recibido
llamaba con la mejor voluntad, y que la poblacion se
el socorro que le envió el general jranoes.
precipitaría á vuestro encuentro para cubriros de
El comandante Lefévre llegó con un batallón del flores.
99-de línea.
«En la confianza que inspiraban esas mentidas
Estas tropas no habían'tomado parte en el asalto noticias, nos presentamos delante de Puebla, cuya
de Guadalupe, por habérseles confiado el cuidado del ciudad encontramos erizada de barricadas y domi-
convoy, así es que, orgullosas ahora con la idea de nada por una fortaleza donde se habían acumulado
poder vengar á sus camaradas, se precipitaron, á la mil medias de defensa.
bayoneta, sobre el enemigo, que quedó derrotado en
pocos instantes, dejando prisioneros ochocientos in-
LORENCEZ.
fantes y cuatrocientos caballos.
Este suceso feliz dulcificó un instante la amarga Fácilmente se adivina que Mr. de Saligny y AUnon-
pena que causaba en los corazones d é l o s oficíales v te, que se hallaban también en Grizava, estaban en
los soldados, aquella dolorosa retirada. una posicion muy difícil, en presencia del general en
El 19 de Mayó se instalaba definitivamente en O n - gefe del cuerpo expedicionario.
zava el ejército francés, en espera de nuevas órdenes. Como si se hubiera tenido un presentimiento fatal,
El 21 dirijía el general Lorencez una proclama á se habían enviado socorros de Europa al general Lo-
sus tropas, felicitándolas por su valor y por el éxito rencez.
venturoso de Barranca Seca. En cada línea de esa
El general Douai, que gozaba de una alta reputa-
proclama se nota una sombra de tristeza, en medio
ción militar y poseia una grande energía, habia sali-
de aquel valor sereno que su alma había conservado
do para anxiliar al general en,gefe, y .para sucedei'le
siempre, aun en los momentos mas críticos.
en caso de necesidad por algún accidente.
Uno solo de sus párrafos basta para ver cuan pro-
Desembarcó en Veracruz el 16 de Mayo, supo allí
funda era la herida que le había causado el desastre
la noticia del desastre de Puebla, y llegó á Orizava el
de Puebla.
10 de Junio siguiente.
« Vuestra marcha sobre México lia sido detenida
Pocos dias después debia prestar grandes servi-
por obstáculos materiales que no deberíais esperar
cios al general en gefe.
según las noticias que se os liabian comunicado: cien
Sin duda con la idea de que los mexicanos liabian
INTERVENCION FRANCESA 12
•<jui^íéo»ííwl>(l»síxi8-4oda.tqiitaíwá de p e s i e n , &m-iñ
su
^ i w o ü s l f e f d í f r a w s a y Séeá$thfabiat«[nadol inútU.bí.fgái-
Isajn^íbftHjQl ekpitóite^élétfajxjíjlHe^ jc-óiho^afoéza!i^e
^r^feíxtenceZiOpapalT^reeTroxietiBorffefov^pe-deí- tíüieotópírfía^lseipifdci^tósobifflí ehe«éáiig®i<£iev®9y-
mina áOrizava, y desde cuya altura una arhiferfh prendido y creyendo habérselas con fuerzasccoriiéidb-
ftifóng® \mm ¡Hisopas -rabfea; sfe pufe» p»ifi|ga£> (ahapdantódiM mültíhid de
íCftiria piMíladS «h <iini:2ii» mmja<ta*m¡ a m .*»:¡:»ÜOH ideu^rtn^plisionero^t y ü i i a l panleidoisítírilátefialide
-.fídíauy^ quiso-. a¡prt»rc- guerra. (1') .¿nii)
4ferfMmte>ell&fiidk-d w ibnof. K.v.|Rh«"J «mi uh¡ iüu.h
-om aoi 893iioJno obgytí .onpále orniJhi lo btñ 9té3
Mientras que hacia operar liha
marcha penosa con 2 , 0 0 0 hombres sobre las crestas cutaren los franceses en el ©ais. peí» hay exaieracion .an
de las m o n t f f t í £ f f e k llegar al cerro del Borrego, con todo el ejércitó'd-elrgérairui 'ííb%M<m\ tósiegup
avanzaba él mismo, sin ocultar su marcha, por el ca-
ñ^^fl^Putfblft'a é r ü s f t a y ' ¡cotí* t&¡ Visible ; Metí d e áta- ffiSW M f c M ' W f f i l
cias, daré aqao^íesíátoaofertflq
ob .V. ,
1,9
^ P ^ W a W ^ ' f e f ^ e f e ' f e * 'fim-
bria concluido la m a y ó ^ m ' ^ B é r t ^ ' ^ M c i b -
Ú ^ O H f uuíttn-^nq nii Oíun-.I j f t d t M l g k OUKO Este ste extiende de Norte a .Sur, concluyendo por este

1 3 1 1 4 Junio fl,é
i J í ^ T ^ L ^ - ^ > avisacfo el
cia el sur, llegando así la de vanguardia ó gran guardia-,-ea-
-shb^M&'tói ei&ferao¡sutia-*á4 salSjQClBfelnan^es^ilafiesBten-
Lejastllí ¿telas tffopa&«aesifian^2|Mir «n^srmttjéces de nuea-
reconocer e f pütffó? 8 5,, ;
' r- ; l0,
| «íl»^«.» >(> .>.•«:•> m -Sfias^otóastos^ufe fetiaíQniífcíjagees^ahíiflíila jaupttnfii&fda
-iíteaaéd^'ítoypi lagarrJ&: aec^BGtoaorii&ilisia^ndBl/ capitón
Détrie con su compañía, quien eticofatról'aud-sirai'jprimeffii
-«»hlsia® fresad g^rtUaode»ínid£. noBiMífiaaaixjkaJaH ca-
yífjt3<í&ilai gr&a ¡guáardmy laicnai. tf&i-désper-
vencieron todos los obstáculos.** 1 '"""^ "i«ul ->l> (;| -toscdt^&vortóa) fee4jattóIhasta¡i»ofar>gefeaj3ofieiaáMí5üáa-
^wiwg&tm wmtte ^ y ^ i i ^ m k m m a - -tódusieabi tpd«a¡sn0tsplatri<»tejatacadt9s; p»r uIusa<?©ttMjjs
pitan Détrie frente á frente c ó t N d d b í > é m é » c & d m -fr» ftc«ses«4ufiÉ^n^iecaauitíi^éícjtaJáKisiieés
-íRemft-sursd^ :$fcgsafu;das coo^iyasí. «ernlan üte i&edérts,
sdraarasfeiBa
,
•5^oipeBfaiS;miaiRt)SiíÓQmpa©M
ní^lí.,offl8Ía! oy, 'Jsb obiJimisq Q»id©áaj ségutidai;
9ri sai aup si omoooo\woasd,
,Í9 oíd
W e f O l í ^ « ' di azi,, al í i 0 1 «hoi» ÍU> liten
Si-—A&fcKUtf'i X t m ^ Y a j t f A todas las columnas, en medio de la sorpté^^latábaflistón
136
El «lia s i m i e n t e rechazaba el general Donan ¡un ata- en esta ciudad, pasando fuera del alcance de los tiros
que del general Zaragoza en Ja .garita de Puebla, y el de los fuertes de Guadalupe y el Loreto, para hacerse
general nepu&lieano se «retiró en la noehe M 14 a l t e dueño de ella y recibir las ovaciones prometidas. . . .
de Mayo. No sabemos á quien dirigía esa memoria, ni si la re-
Vtítvió á Puebla, y poco despues, d 8 de Setiem- mitió á alguno. Sin duda se decidió á guardar para
bre d e 1 8 6 2 , murió en la flor de su edad, víctima M sí ese trabajo, y ciertamente ha hecho bien.
tifus. La noticia del desastre de Puebla vino á sorprender
Este fué el último ataque. Desde entonces los me- al Emperador y á sus ministros, precisamente cuando
xicanos n o «e ocuparon m a s que <le fortificar á Pue- consideraban al general Lorencez en México.
bla, mientras que elgeneral JUrencez esperaba las ór- Ya se recordará la fuerte impresión que produjo.
denes que debian llegade de Francia. M. Billault buscó en su elocuencia los acentos mas
La falta que cometió dejando de ocupar e l cerro del patrióticos para demostrar que la Francia no podia
Borrego, &ié explotada por s u s enemigos. permanecer bajo el golpe de ese desastre, y que era
M. de Saligny lia procurado probar despues, en preciso vengarlo.
una larga memoria escrita en México, apoyada e n tes- A solicitud del ministro, votó el Cuerpo legislativo
timonios, que acompañó, de muchos habitantes de el envío de treinta mil hombres á las órdenes del ma-
PueWa, que hubiera hastado al ejército francés entrar riscal Forey.
La campaña se habia comenzado en Enero con dos
del momento, y arrebatadas por-el valor deáa desespera-
ción. se batieron y se destruyeron unas con otras de tal mil hombres, y al fin del año tenia la Francia cerca de
manera que, cuando sus gefes lograron hacerse oi'r v obe- cuarenta mil hombres en México! (1)
decer ya estaban derrotadas por síraismas, y f u é R e s a -
n o ordenar la retirada.
(i) ¿Cómo es que habiendo dos mil hombres y viniendo
F ^ a : e s la explicación .que te tenidodel hecho, en elmis- luego treinta mil, hubiera cerca de cuarenta mil hombres
rao Onzava, y en virtud de ella, repito <}ue hubo graa m é - en México? La aritmética se rebela contra estos asertos,
rito en la ascención del capitán Détrieai cerro del Borre- buenos, cuando mucho,, para ocultar el número de los sol-
go, trepando materialmente sobre peñascos y derruraba- dados franceses que fueron derrotados en Puebla el me-
deros easi inaccesibles; pero que hay exageración en el re- morable 5 de Mayo. Solamente Lorencez trajo tres mil
lato que acabo de traducir y en otros muchos mas 0 me- hombres, según confiesa antes el autor. Y los del almi-
nos apasionados que te oido y leido sobre él particular rante Jurien de la Graviére, con que ya amenazaba M. de
Los que concurrieron á ese encuentro sabrán apreciar de- Saligny al general Uraga en la Tejería?—N- del T.
bidamente, tanto esta y las demás versiones que corren so-
bre el como la que me he permitido dar yo mismo, sin
Sd CnTi T f ^esclarecimiento de la Ver-
201 iJ gol ab «Misóle lab Biai/1 obfifigfiq Jiebiib eíao «a 7 gaisnoiann aoilaann ia«aJoiq sicq .enaielgnl G1 è 7
0»iOdbíÍ í;'¡fi!j ,oJaioJ !•> f oqnbf^fiuí) ab galaant gol ab -aiab la 7 bsbifiGrnm! GÌ fiiinoa aobfihiaJfi-ao! •lifniiqai
gebiJarnoiq ganoiasvo gel i $ i a a i 7 tillo ab oíianb « .gaiaag ab oda
-m G! 13 i;i «ejiomam £ga eìgiiib naiup ¿ aorasdga oV.
-ina na sinoínsííi as aaanoina sivsboì ,97 92 ornoD
fiifiq 'lüingug i; òibiaab aa cbub.ini¿ .owigífi i; òiiirn
.oafiiliiniéfiM ab sintfibibfifio G! uìaiaaa osobsb
.riaid oííaarl cd aJíiauifijiaia 7 ,o[sde !j asa ir:
labnaiqioa ¿ oaiv eldául ab aijgfiaab lab siailon J;J lifnnqai sna noioibaqxa el ab otfbiìinfitti oJaido Í3
obasua aínafíiBgiaaiq «aoilainim ¿03 ¿ 7 iobGiaqípE[ 1« .«aìnag ab odaaiab la silnoa gMifilnaifi aol
.OaixaM na xaoaaioJ Icianag la usdfi-iabiaaoa -ixàM ab oaai'ofiQ . lab noiglunxa r\ ab ganaasd
.opjboiq aup noiaai<jííii ajiai/i ¿¡ ¿ifihioaai a?. cY 7 ,0 J
-aiig oiini ab T ì ^ A ' t i i ^ f - '
aoinaofi gol fibaanaofa us a i òosud Jíirsííia .¡í -neiìxa asbuab ¿ íf ÍHJ tfíj si(¡ 1ríHofifi eos* 'íoq obuaibnaq
fiiboq on GÌanei'i B1 siip iGiJaomab cisq goaiJòiiJeq no fiqoi«3 i; ober/na eidad saisnl aJnabisaiq 1a ,gfiiag
fiia a»p i «aUgfigab a?.a ab aqfog la ojfid laaanfiírnaq -iiiana noa »alaais'1! Í;1 ab .iH la .onsaizam agBfio&iaq
.ohsgfiar oaiaaiq ú biibèM a!> 7 aiifi^ ab saJioa asi i; if,aiíqza ab og
o/ilefeigaj oqiauO la oSov «oiJsiaifn lab bnliaiíoa A .QíiKaiíduqai qmaidoa lab Kíaubno-»
-era lab aanabiò gal è ea-idinorf litri fiJíiiaU ab oí/na la Envío del geueral F o r e y . — M i o v toma, de Puebla.
ab caías ifiiianaa obinoq fiidcd 011 oilasmra alsS
•voi o í íspgh
gob noa ojaoS na obsxnamoa fiidsd 93 p e q o i e a g J
Regencia dsl Imperio.
ab fiaiaa eianfii"? el sinal oiíe lab níl ífi 7 «aaidmod finí
la aiJíia noiacfai fìboì obsaaa eidfif! gaanoJíié abaaü
(1) IoaixàM na gaidmod lira GlnaiGna
-a§íiiiijx9 goiaogan ab oUgíoim la 7 a3fi9sjr,í ¿I ab .i?i
ofinainiv 7 ssftdmorf iim aob obrtaidud aup ga cn\ùO\ i ! ab 89íís ¡a na ,ob«Gua tgfigoa sal nfidBílaiBm íes 7 «201
aaidmod iim üino-iBíj-t ab sano» &íoiduri ,iim Bínioi) o«aní
,80ttaaG 80329 ffiJnoa ¿¡forisi 92 iaiJàmJhr. ¿J toolxàtó na -Tpqsaaq sua israoJ ab oJnafnorti la na ,£081 ab oxisM
-foa eoi 9b oiarnón la -IBÍÍOOO i/:i,q ..oríaum oboBua ,8on#d -fini ab oiifiiaíiaJoqiiialq la «oriizàM h lavfo/ fiieq 833
-arri ia sidau^ na aobfilonah noiaoi snp aasaaOBIÍ aobm;
Iim 89*!i oj.íi'ií sábuaioJ aJcarfu;fo8 .OVGM ab c slduioái
-imlB iab eoi 7 .IOJUB la aaánj? Bgaíínoó nuSa8 .sandmod
ab .M sdKSBnsfliR 6v slip noa .'anaivircG si ab riarmi siimi e\ffh& rntrn.-ìmM
.1 lab -Vi—WnajaT bì na sgfnU Is-iaaag in vngiJjsc! go! ¿úi oanoJgnl olnamnaob nu iaa íoq
asi respecip de México.: ,, ,;

i procedimientos de un gobierno sin lé-


i
xico no nos hubieran obligado á reunirnOS4%<ÉiPaña
tí; I OH
201 iJ noi ab «Misóle lab eiai/1 o|>íiegf;q J i e b i i b eíao na 7 aaíenoiaen aoilgaun lagaíoiq s i e q , e n a í c l g n í el e 7
«tatoed fiifi!} t oJaioJ !•> / oqnbf^fiiií) ab galaant gol ab - a i a b lo 7 bsbifiBínii'i fii e i i n o a ¿obeínaJe ¿o! •liíniiqai
gebiJarnoiq ganoiaevo 8el i $ i o a i 7 tillo ab oíiaub « .831 ab oda
-m e! 13 i;i «ejiomam esa eìgiiib naiup ¿ aorasdga oV.
-ÍÍÍD na sinoínsííi os aaanoina sivsboi , 9 7 9 8 ornoD
eieq 'lüinfiijg i; òibiaob a« nbubniH .owi»íe i; òiiirn
.onfiilíiniéfiM a b Riífisbíbnea el oiaiaaa osobsb
.«oíd Oííaarl CÍÍ aínaniejiaia 7 F O[É;ÍÍÍIÍÍ asa IR:
l a b n a i q i o a ¿ oniy í;ídan f ¡ ab aijgeaab lab eiailon e J 'lifnnqai eia noioibaqxa el ab oJgyíiiní-rn oJaido Í3
obneiia ainafliegioaiq «goilainim ana ¿ 7 -iobeisqipa le .saìnag ab o d a a i a b ía s i l n o a gobBJnaíi; gol
.OaixaM na xoanaioJ Icianag la nede-iabiaoos
-ixaK ab oaaíSoe^ .18 lab noiakínza ñl ab ganaasd
•Ojoboiq aup noiaaiqííii alian! «¡ ¿ l e b i o a a i a?. cY 7 ,0 J
-ana oiíui ab T i - '
¿era aoinaae gol etaasriaob ug aaòaaud Jíirsííia .?£
- n e i ì x a gsboab a íf ÍHj tfíj si(¡ 1r-r^ofifi ge í* 'ioq obnaibnaq
eíboq on GÌanei'i el aup leiJaomab cieq goaíloiiJeq
no Bqoiu3 i; obei/na sidcd s a i s u l aJnabir.aiq lo ,gfiiag
s i a aup 7 «aijaeaab a?.a al» aqfog la o^ed laaanenriaq
-ifiana noa .aìnan'i ci ab .iH la .onsaizam agBnoaiaq
.ohsgfiar oaiaaiq ú biibèM ab 7 aiiB^ ab salica esl i; if,aiíqza ab og
07i]fiíg%al oqiauO la oíov .oiJaiaiín lab biiliaiíoa A .QfíBaildfjqai Qmaidog lab Gíaubno-»
-era lab aanabiò è eaidmorf litri éJniaU ab oí/na la Envío del geueral F o r e y . — S i t i o v toma, de Puebla.
ab fiaiaa i f i i i a n a a obinoq fiídcd 011 oifasnira a ) «
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«ob noa o i a n 3 na obsxnamoa eidsd 93 p e q o i e a e J
ab eaiaa eianfii"? el sinal oiíe lab ntf Je 7 «gaidmod finí Regencia dsl Imperio.
(I) loaixaM na gaidmod lira elnaieua la aiJna noiacfai fìbol obsaaa eideff 89anolna absaCI
-a§niiijx9 goiaogan ab oiíginiín ía 7 a3fi9sjr,í i;! ab .i?i
ofinainiv 7 ssftdmorf iim aob obnskiürí oup 89 cn\ùO\ i ! ab 89ÍÍS ¡a na ,obnBua t 868oa asi nfidcdoifiip i«« ,«01
aaidrnod iim üino-iBíj-t sb cd-iod s-íoidorf ,íim j-nnioi) o«ouí
,80tt93B 80329 B'íJriOf) ü{od9T 92 üOiJámJhB ¿ J toaìxàtó fi'» -ioq88í:q eoa i s m o J ab oJnafnom la no , S 0 8 I ab o s i s K
-¡oa eoi ab oiarnòn ls -IBÍÍOOO i/:i,q ..oriaura obaeuo .gorreud - s u l ab oiifiianaJoqinaiq la «oáixáM h l a v f o / eieq 833
-9m ¡9 sidgu*! no sobníonob no-ou'í snp esgooncrt aobm;
Iim 89'!i oj.íi'ií sooxio'ioJ 9jG9mj;Io8 .OVBM ob c sidíi'iorn
-imlB isb eoi Y .ioíub I 9 aoiíss Baaíinoó nu S 9 8 ,89ndmorí
9b .M cdBSBoaniB sy eup noa .VièivfiiG si 9b tm'vwi sííihi e\ffh& rntrn.-ìmM
.1 ísb */!—ffinaisT BÍ na sgfnU Is-igasg vngiitó ií¥> oanoJgiíl o l n a m n a o b n n iag i o q
asi respecip ae Jnéxico.: ,, ,;

i procedimientos de un gobierno sin lé-


i
xico no nos hubieran obligado á reunirnOS4%<ÉiPaña
y á la Inglaterra, para proteger nuestros nacionales y
reprimir los atentados contra la humanidad y el dere- « E L S R . DE LA FUERTE ,VL SII. TUOUVEXRL.
cho de gentes.»
Como se vé, todavía entonces se mantenía en cui- «Paiis, 7 .de Marzo de 1862.
dadoso secreto la candidatura de Maximiliano.
El objeto manifiesto de la expedición era reprimir «Sr. ministro:
los atentados contra el derecho de gentes.
«Al cabo de largo tiempo de no tener noticias del
Despues de la expulsión del Sr. Pacheco de Méxi- gobierno de mi país, á consecuencia d e los obstáculos
co, y de la publicación del -decreto de 17 de Julio sus- que ha encontrado la correspondencia directa de esta
pendiendo por dos años el pago de lás deudas extran- legación para comunicarse con él, lie recibido las ins-
geras, el presidente Juárez habia enviado á Europa un trucciones que le ppdí respecto de la regla de conduc-
personage mexicano, el Sr. de la Fuente, con encar- ta que debía yo seguir con el gobierno del Empera-
go de explicar á las cortes de París y de Madrid la dor. No solamente ha aprobado S. É. él acto por el
conducta del gobierno republicano. cual suspendí las relaciones diplomátioas con el go-
Este ministro no habia podido penetrar cerca de bierno francés—relaciones que esté habia hecho im-
M. de Thouvénel, sino para ser despachado muy se- posibles—sino que ha reconocido también la exacti-
veramente. , tud de mis observaciones, sobre el deshonor que re-
scataría á la República d e mantener en este país una
Desde entonces habia cesado toda relación entre el legaeion reducida á escuchar en silencio las declara-
Sr. de la Fuente y el ministro de negocios extrange- ciones mas humillantes dirigidas contra el gobierno y
ros, y así marchaban les.eosas, cuando, en el mes de el puefelo de México: una legación que no pudiese
Marzo de 1862, en el momento de tomar sus pasapor- haeer nada para restablecer ta buena inteligencia en-
tes para volver á México, el plenipotenciario de Juá- teramente destruida, cuando la paz se hace imposi-
rez dirigió á M. deThouvenel una nota que, á pesar ble por la resolución tomada dé derribar las institu-
de.su extensión, nos creemos en el deber de publicar, ciones roputoieanas en México y sustituirlas con una
por ser un documento histórico de los mas nota- monarquía, en beneficio áe un príncipe extrangero.
bles y preciosos.—Nps atreveríamos á reclamar su es-
crupulosa lectura. «Semejante designio aparecia ya claramente, antes
de ser confirmado por documentos oficiales publica-
Helo aquí:
dos e n París y en Londres; y yo hubiera pedido imne-


diatamente mis pasaportes á V. E., en cuanto me con- gobiern»i^0bo<}ia€te!íiaqw ¡al^naBpbs^ryaciofnesí cotí-
vencí d ^ t o ^ l i l ^ d ^ e W í r U i r f ^ , s M í n e hu- c e rnien t e s é estaitloterm t n t ó o n ; ofein'epibár%¿>
biera contenido la esperanza que abrigaba todavia mi tan gbsjifi'eadsr) haqen&j rgo i ííwqpb, g^oetet ¡qneu |»u jiie»a
gobiOftftt d b padáfcí&dinjrttflaconvención con M. de llamarse mas bien tardía que precipitadaí>«Kasxa«í Oo
Sal¡
gny> y mas tarde la proclama lanzada por S. E. el noi^Btefide e l m a m e t i ^ i cn^ae-ia-.E^anoiitoíd^.-clebci'
Presidente, á causa de la i n v a s i q $ . , j g ^ ^ h a por
emplearla fi^mnmntmf\lé8icfe^nddai4ieñftqító 'ibfr
los españoles al territorio de la República, violando to-
cerda l ^saü¿;rnoíqib «an
' c¡»áin'enAarg0i,8iisé;''{íregiiirtá>ooalíbd sidof>Ja«àiv
^ delj principio ¡detes^bostilidades 1 , pulite tefepoade^
defque'lostiwiftreosi'enuHeiadosj a f e c t a m e n t e ÍS^SG®
los'verda^CToi^ y»Ìjud^neeèsàrlo<>H!;nibs tejios¡á'fcüá-
íé^ifel'primer «róvi! die la-raptura.-^noiii: ¡oq , {.Biada
1
Í9
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-^ olifidoanfi fid alnamclo? oV .', 0 b VDfesflé1él5''ffíúái^S^ffmbHTO1S(Sá%ny-ííólM
ü r i a | a ü s 8 ¿üfíéíteñte1

n ^ i à ' a k a ^ ^ f r a H ^ ^ a r f d É éà.** w^rgoSHiP-


m ^ m ^ m r n k
^ ' W ò f t a a b faaidoa «aanoíasinldo aírn ab bui KWÀetìmiiiWttego s é tíbR^aebil'é^ S i t ó d ' ^ e ^ ^
ría1 ^lahiéhtfe svi: fcuhíplirhiéhtóbiífd'la p M i o n déPtíha
«a'^fiosál'iígcéSictídfeaòiìotìda ^bí» 'tddoèj In^fu&y ei
«tósirfo M: i dèSà%ri5 I , feóWtoltfj^tóft^tíá^ekpichbfe

rniPmf <m>¿9 "f « i s t ì <fiM» ria^tj^oh'te » f e

ber ofrecido á los acreedores extrangeros un arreglo


que- estosìereyerejn sátisrfoctovio nè«seiUevó
-Mm^ktomU
Jtfím.M miimmm V m m L w 9b á efecto là sote íiazon d e l o s ^ b s t á c u l o s i suscitan
-yadtarlBésfptooiáító
JtìLj.n;U'ft,nH,s«trUn<l/i jtJstíqian^tbJardigiádaíI
I\ Af i: v»« f e a ^ do^poítM^íte » SaligriY" \ á ¿noBíjbr#¡de: i k»üac*eedo*es
franceses, lo cual prueba que, de todos modos, el mi-
causas para justiticar la expedición.—Si debe darse
nistro del Emperador estaba resuelto á mantener en
fé á comunicaciones oficiales recientes, lo que se de-
sus propias manos el poder.de romper con el gobier-
bia á los subditos franceses, y cuyo pago se aplazó
no mexicano.
por la ley de suspensión, trae su origen de la repara-
«La abrogación de esa lev era ia única oondicion ción de daños causados á sus personas y á sus inte-
que admitía M. de Saligny para reanudar las relacio- reses.
nes diplomáticas con el gobierno de la República.— »Pero nadie sabe mejor que V. E., señor Ministro,
¿Era, pues, tan necesario llegar á tal extremidad, v que nuestra denda para con la Francia ha sido paga-
«jercer tal vigor con una nación arruinada por la da por el gobierno del señor Juárez, aun cuando la
.guerra civil?—¿Qué poderoso ínteres podía íener la Francia reconocía al señor Miramon como presiden-
Francia en el pago del montante de su deuda reco- te de México: (situación tal vez única en la historia,
nocida, por abonos sucesivos de menos de 2 0 0 , 0 0 0 en ^ue el título y los honores se eonceden á un parti-
pesos?—¿Ha obrado así la Francia con otras naciones
do, mientras que los gastos y las cargas se echan so-
que esta.11 muy lejos de encontrarse en situación tan
bre el partido contrrj'io!)
deplorable como la de México?—¿Y no hubiera valido
«Sabéis también que en medio de una guerra civil
mas, no hubiera sido mas conforme i los principios
encendida por el gobierno reconocido por la Francia,
de justicia y equidad, conceder algún respiro a u n a
el señor Juárez, presidente constitucional no re-
potencia amiga, ocupada en la obra de su reorganiza-
conocido por ella, ha pagado la deuda francesa con
ción social y en la exterminación de los malhechores,
admiraMe puntualidad; y que ese pago estaba tan
obras de profundo ipterés para los mexicanos y para
adelantado, que no faltaban mas qué linos 2 0 0 . 0 0 0
los extranjeros?—¿Bajo qué aspecto podía juzgar
pesos para liquidarla. En consecuencia, el gobier-
equitativo el encender de nuevo la guerra pivil, tan
desastrosa al comercio y a los intereses de los subdi- no constitucional merecía algunas consideraciones
t o s franceses en México, llevando ¡por objetóla caída cuando suspendía sus pagos por un tiempo dado, ce-
del gobierno y la ruina de empresas dignas de todo diendo solo á una insuperable y evidente necesidad.
elojio? —Pero aun cuando hubiera habido algunas quejas
fundadas sobre la deuda relativa á la Francia, no se
«Tanta animosidad, por motivos pecuniarios, con- podria afirmar todavía, según las consideraciones ex-
tra una nación extinguida, encierra ideas tan excesi- presadas antes, que la suspensión fuese una causa
vas, tan inusitadas, que es preciso imaginar otras suficiente para empujar las cosas á tal extremidad.—
Séame permitido expresaros, señor Ministro, que
INTERVENCION F R A N C E S A — 1 3
comprendiendo la deuda en cuestión toda espeeie de
«En la misma Francia, en donde la nación disfruta
responsabilidades, inclusas las procedentes de nego-
cios de agiotaje, según las convenciones y declaracio- de una paz profunda, y donde el gobiejno ejerce un
nes posteriores, no era legal ni justo designarla como poder que le permite obrar como le parece y con la
sola causa de estas iniquidades y de^ estos per- oportunidad del momento, ¿no hemos visto descu-
juicios. bierta una larga série de crímenes cometidos por un
«Séame permitido también manifestaros mi asom- solo individuo, en el espacio de ocho años?
bro, señor Ministro, al saber chora por vuestro con- «Ademas, los despachos de M. de Saligny prueban
ducto que el gobierno del emperador tiene que re- que el gobierno mexicano habia proveído con pronti-
clamar millones al de México.—¿Con qué títulos?— tud á la seguridad de ios habitantes de la capital, ma-
¿Con qué pruebas!—Nadie lo sabe.—No puede haber teria que habia dado antes motivos de queja.
ni siquiera una discusión sobre este asunto, por falta «En cuanto al atentado cometido contra la vida de
de los datos precisos, y sin embargo comienza la M. de Saligny, que se hace figurar entre las causas de
guerra!.....Mi gobierno niega haber contratado con la guerra, tengo el honor de informar á V. E. que la
M. de Saligny el compromiso verbal de que este ha- información judicial de que os he remitido un relato,
bla, por cuenta de los í 0 . 0 0 0 pesos de la convención explica plenamente el error en que cayó ese Ministro,
Penaud; y no es la primera vez que surgen contradic- y demuestra que los pretendidos gritos de muerte
ciones en las relaciones de M. de Saligny con el go- eran en realidad aclamaciones de simpatía en favor
bierno mexicano. Quisiera yo poder suponer que de la Francia, y de reprobación contra los asesinos
las malas disposiciones de M. de Saligny contra ese extranjeros. Los grupos de donde salían aquellos
gobierno, no debían tomarse en consideración; y ya gritos, se formaban de mexicanos y franceses, con-
he tenido el honor de indicar á V. E. esas malas dis- fraternizando en sus sentimientos.—¿Quién hubiera
posiciones que, muy marcadas desde el principio en imaginado jamás que de todo esto se habrían de sus-
SU correspondencia con V. E., lo son todavía mucho citar acusaciones y motivos de guerra?
mas en la que ha tenido con el gobierno mexicano. «Realmente, señor Ministro, cuando pienso en las
Quiero también suponer que sus aserciones son juz- calumnias tan atroces como absurdas que muchos
gadas dignas de crédito porV. E . , como lo son las diarios de Francia, de Iñglateara y de España se per-
n):js por ¡ni gobierno; pero de aquí resulta evidente- miten insertar contra los mexicanos; cuando veo que
mente que México no puede ya conservar relaciones
en Francia, aun en las altas regiones del poder, se
amistosas con ese Ministro, porque estas han llegado
denuncia á mi gobierno como destituido de todo es-
crúpulo, y á mis compatriotas como bárbaros; y veo
ai mismo tiempo la buena voluntad y ¡as demostracio-
á ser imposibles cuando una de las dos partes ha acu-
nes amistosas hacia la Francia, convertidas en acusa-
sado á la otra de falsedad. En semejante caso, como
ciones en su contra, no puedo menos que afirmar la
V. E. debe saberlo, la simple consideración debida al
convicción de que las antipatías nacionales se encuen-
gobierno de una potencia amiga, exije la retirada del
tran mas bien en Europa que entre los habitantes de
Ministro, aunque también es cierto que cuando se de-
México.
sea poner fin á las relaciones de amistad, por una
«Dos observaciones tengo que hacer ¿ esa preten-
ruptura ó por la guerra, las consideraciones pacíficas
dida tentativa de asesinato. Según vuestros despachos
quedan fuera de propósito.
publicados, parece que no dais ningún crédito á la in-
vestigacoin y á la sentencia judicial que tuve el honor »Se agrega como otro motivo de guerra, la falta de
de comunicaros. Sin embargo, el testimonio rendido seguridad de los subditos franceses residentes en Mé-
ante los tribunales es, seguramente, el mejor medio, xico, y M. de Saligny ha exhibido una lista de veinti-
tanto México como en todas partes, de llegar á la trés ultrages cometidos en sus personas y sus propie-
verdad, lo mismo en los negocios de esta naturaleza dades, en el espacio de nueve meses.
que en los que pertenecen á l a jurisdicción criminal. «Una palabra respecto deesa lista. La mayor par-
—El gobierno debía detenerse en este resultado, y te de los crímenes señalados en ella, pueden impu-
estaba obligado á aceptar una sentencia que no hay tarse exclusivamente á las bandas reaccionarias, con-
razones paracreer sino verdadera y justa. tra las cuales está en activa guerra el gobierno cons-
«La segunda observación que tengo que hacer es titucional; y en el relato de esos excesos faltan los de-
que vos decis en vuestro despacho: «en otras circuns- talles de las circunstancias que han podido cambiar
. lancias habríamos pedido también una información enteramente ó modificar los casos, lo cual es una co-
judicial completa, y en caso de no llegar á obtener- sa esencial. No se sabe en qué fnente ha tomado el
la, una reparación conveniente; pero en el estado ac- Ministro sus informes, y esto es muy importante en
tual de los negocios, solamente podemos agregar este una cuestión de actos cometidos á grandes distancias.
hecho á todos los demás que nos imponen la necesidad No hay la menor prueba, ni la indicación mas vaga si-
imperiosa de ocurrir al empleo de medidas duras con- quiera, de que se haya pedido al gobierno mexicano
tra México.» Así, pues, una mentira que, según vues- una satisfacción, en el caso en que hubiera debido
t ra misma confesion, merece una información judicial; darla según la ley de las naciones, ni de que se hubie-
una materia cuya verdad de existencia está por probar, se negado á rendirla tan cumplida como correspondía
no vaciléis en enumerarla entre los motivos de vues- á la justicia y á su decoro.
T't
I ''??

«En vista de estas diferencias tan deplorables, no


al gobierno y solicitan el honor de batirse contra los
II me cansaré de invocar los principios y los usos que
guian las relaciones internacionales de todas las na-
invasores del país; y México se ha levantado como un
hombre para defender sus libertades.
ciones respecto á los crímenes en cuestión, aunque
«Lo repito, señor ministro, ninguna de las causas
he podido advertir que se han abandonado esos usos
I- alegadas explica ni justifica la violencia de la agre-
en lo concerniente á México. Sin embargo, no hay
sión, y aun sin la ley de suspensión de pagos, que se-
solamente un derecho, sino también un deber, en
gún dieen ha agotado la paciencia de la Francia, Mé-
protestar contra el empleo de la fuerza como sustitu-
II ía de la razón y de la justicia. Estas últimas se ha-
xico no hubiera sido mejor tratado por ella. Esta no
es una simple suposición, es una verdad sin réplica,
Im !m cen oir, á menudo, en los consejos de los gobiernos
que las descuidan, y en todo caso exaltan el earácter
demostrada por los hechos anteriores y posteriores.
m En efecto, esa ley no existía cuando M. de Salignv,
de una nación que puede conocerlas y batirse por-
aun antes de ser acreditado cerca del Presidente, y
H ellas. Así, pues, señor Ministro, sentados estos prin-
como principio de sus funciones, se permitió tratar la
cipios y estos usos, claro es que haciendo todo géne-
nación mexicana con un desprecio sin ejemplo, ener-
ro de esfuerzos como los emplea el gobierno roexica-»
var personalmente la acción de las autoridades loca-
no para castigar tales crímenes,"mrpaede sufrir nin-
les, bajo el pretexto de protejer las hermanas de la
¡ i k ' r
guna responsabilidad, ni siquiera en su reputación, y
caridad que nadie atacaba, que no son francesas, y
ͧ tampoco el peso de la guerra puede imputársele en
con quienes nada tiene que hacer la nación francesa.
manera alguna, ni recaer sobre él. ¿Con qué justi-
—Esa ley no existía cuando el mismo ministro ame-
•fi
J
cia se puede acusar al gobierno de violar las leyes de
nazó al gobierno de la nación con una ruina cierta, si
B la humanidad, cuando la nación que gobierna es pre-
sa de la guerra civil y se cometen algunos atentados
no se admitían las proposiciones del señor Jecker, eñ
una operacion financiera comenzada con el llamado
en ella contra la seguridad de los naturales y de los
gobierno de Miramon.
extranjeros?—Seguramente el gobierno italiano no
«Entonces fué cuando M. de Saligny escribió al
ha sido tan duramente calificado» ni sometido á tan
ministro de negocios extrangeros, como he tenido el
hostiles procedimientos por causa del cruel y bárba-
honor de decirlo á V. E . , q u e sabiendo el señor Jec-
ro bandalismo de Nápoles, sostenido por la facción
ker que podia contar con la protección de la Francia,
reaccionaria y combatido por el gobierno, como su-
se sentiría bastante fuerte para atreverse á todo.—
cede en el caso de México. 1
Esa ley no existia todavía cuando, en nuestra primera
entrevistadme informó V. E. de que vuestro gobier-
IfH
no se había puesto de acuerdo con el de Inglaterra
tro resentimiento y de vuestras hostilidades. Creo
para tratar á México con rigor; y recordaréis que ale-
dar en esta vez una rara prueba de moderación, seño r
gasteis entonces (como explicación de estas amenazas
Ministro, absteniéndome de hacer comentarios sobre
y del acuerdo habido entre ambos Estados, así como
esos conceptos.
del negocio Jecker y de otros arreglos financieros
«Se echan en cara al gobierno mexicano las revo-
propuestos por M. de Saligny y rechazados por Mé-
luciones de México; ¿porqué callarse acerca de otras
xico) ciertos motivos que seguramente no tienen na-
mucho mas desastrosas y sanguinarias? ¿Es á cau-
da de común con la ley de las naciones, ni con los de-
sa de la enormidad de los crímenes que las ocasiona-
beres de la humanidad que se acusa á México de vio-
ron, ó de la grandeza de los beneficios que hubieran
lar. Esa ley no existía entonces, y V. E. opuso á mi
resultado si se hubieran suprimido? Tengo la firme
recepción regular y oficial, razones que no habéis po-
persuacion de que pocas naciones en el mundo han
dido m querido sostener posteriormente.
sufrido tantos males como México de la dominación
»Desde la promulgación de esa ley, se ha negado extranjera, y existen bien pocas repúblicas que se
formalmente V. E. á escuchar las explicaciones que hayan visto en la necesidad de sostener, como noso-
mi gobierno quería que yo hiciese al del Emperador tros, tan crueles combates por parte de las clases pri-
como si los momentos consagrados á justificar siquie- vilegiadas. Con nuestras revoluciones hemos con-
ra una apariencia de amor á la paz, fuesen para la quistado la independencia nacional; la libertad de los
Francia un sacrificio intolerable de su tiempo
esclavos; la destrucción de la oligarquía clerical y mi-
«Después de la adopcion de esa lev, el gobierno de
litar, que multiplicaba las sediciones y amenazaba
los Estados-Unidos ofreció al del Emperador pa-ar un incesantemente la existencia de la República; la li-
mterés de la deuda francesa de México; y como esa bertad de conciencia; el matrimonio civil; el mejora-
deuda no produce interés ninguno, y debia ser paga- miento de la condicion civil de los extranjeros, que
da a plazos, resultaba que el interés ofrecido por los han sido colocados en una línea de igualdad con los
Estados-Unidos, venia á ser una compensación razo- mexicanos; la libertad civil y política; y la elevación y
nable de la demora en su pago, y un beneficio gra- fraternidad de las razas que el gobierno español habia
tu.to sobre lo que quedaba por pagar; y sin embargo, tenido largo tiempo en un estado de abyecta degrada-
Emperad0r rechazó esl ción, y aun de antagonismo perpétuo.—Y puesto que
miso' ° e compro-
se trata de intervenir á México para imponerle una
«Si esa ley fuera, efectivamente, la verdadera cau- monarquía extranjera, conviene añadir quo los mexi-
sa de la ruptura de las hostilidades, ¿porqué habían canos contamos el establecimiento de las institucio-
ríes republicanas, entre los beneficios que hemos sa- de aumentarse los preparativos de guerra, en lugar
cado de las revoluciones. México ama esas institu- de suspenderlos á consecuencia de su abrogación?—
ciones tanto como Francia ama su imperio, y estamos D p d e que se derogó ha habido un cambio esencial en
resueltos á hacer todo género de sacrificios, con el la política de las potencias aliadas contra la Repú-
fin de sostener la República. blica.
«Anarquía y mal gobierno: tales son los reproches «Quitada la causa real, quedan reducidos á un or-
gratuitos que se dirijen á México, y que sirven de den secundario los daños, las garantías y las satis-
pretexto á la expedición de las potencias aliadas; pe- facciones, y aparecen en toda su desnudez los moti-
ro esas recriminaciones se refieren mas bien á la in- vos de la agresión.
tervención política, que al motivo expuesto por la tri- «Lo que verdaderamente existe es la idea de una
ple alianza: es decir, á las demandas de reparación, intervención política en México, con el objeto de im-
de garantías, puesto que esas garantías y esa repara- ponerle por la fuerza un príncipe extranjero como
ción pudieran ser aceptadas por el gobierno mexica- rey. Esto lo explica todo. El gobierno francés no
no, y cesar entonces el objeto de la guerra.—Eviden- desea la paz con México. Durante largo tiempo no
temente se emplea este lenguaje para impedir todo ha dicho una palabra, ni escrito una línea el gobier-
avenimiento con el gobierno mexicano. Verdad e s no del Emperador sobre el de la República,bien haya
que el almirante Jurien de la Graviére ha afirmado,
sido por su gefe, bien por sus agentes, que no fuera
si estoy bien impuesto, que es inútil tratar con la
inspirada por el desprecio y el desden, y esto con
anarquía. Ademas, y a n t e todas cosas, la nación
mengua de la razón y del decoro.
mexicana ha tomado sobre sí misma la obligación de
«Tal es la paz que se ha dejado á México: una paz
responder á. esos ataques. La guerra ha terminado,
miserable; pero, por mas que se diga, México es, y no
dejando, cuando mas, sobre el extenso territorio de
la Francia, quien ha dado reiteradas pruebas de una
la República, tres ó cuatro bandas reaccionarias, dé-
paciencia ejemplar.— Las simpatías de la Francia se
biles y perseguidas incesantemente, y no se vé ya ni
han reservado, desde hace algún tiempo, para ese go-
la sombra de ese gran partido que se decia favorable
bierno ilegal y efímero que ha egercido el poder en
á la intervención y á la monarquía extranjera. Los
Estados de la confederación mexicana, que se decia México, al cual se apresuró á reconocer y sostuvo
e tañan en desacuerdo con el gobierno general, man- eficazmente, dejando á cargo del gobierno actual los
dan mayor contingente que el que se les ha pedido; riesgos y la responsabilidad de actos que, aun siendo
la mayor parte de los gefes rebeldes se han adherido justos, no podrian imputarse sino á sus adversarios.
Esas simpatías las disfrutan todavía los partidarios
de la facción mexicana á que pertenecía aquella ad- no vacilo en suponer que del consentimiento y de la
ministración, y sus agentes, que han venido á Euro- simpatía se deberá pasar pronto al uso de la violen-
ropa á conspirar contra su patria y á comprometer cia, porque la marcha de la expedición á la capital es-
al gobierno francés á invadirla, como hicieron antes tá ya decidida, y porque el ultimatum será de tal na-
de ahora los griegos descontentos en Suiza, y los turaleza que no deba ser aceptado. Ademas, como
emigrados franceses en Coblentz. los gefes de las fuerzas invasoras podrán calificar á
«Ya es evidente, señor ministro, que para explicar su antojo la voluntad nacional, ellos mismos serán
la intervención política y la importación á México de los que impongan á México la forma y la constitu-
una monarquía extrangera por medio de una expedi- ción del gobierno.
ción combinada, se pretende que no se empleará la
«En 1814 vimos á las potencias aliadas contra la
fuerza, sino ,que se consultará y respetará la volun-
Francia, protestar despues de la invasion que no in-
tad de los mexicanos.
tervenían en la cuestión del gobierno nacional. En-
«Se ha lanzado a! mismo tiempo una proclama in-
tonces aparecieron también peticiones y deliberacio-
vitando á los mexicanos, á nombre de las potencias
nes oficiales que aparentaban un carácter expontá-
extrangeras, á adherirse de buena fé á la obra de su
neo en favor de los Borbones, y los aliados decían que
regeneración política; pero, aun suponiendo sincera
cedían á la opinion pública; pero V. E. lo sabe me-
esta deferencia con la opinion pública, ¿quién no vé
jor que yo, la Francia no consintió jamas en que se le
que ese manifiesto, emanado de las fuerzas combina-
das, es ya el principio de una intervención política? engañara con aquellas apariencias, y para ella la res-
¿A qué ha venido á quedar reducido el respeto que tauración fué siempre la obra del extranjero.
se debe á la soberanía y á la independencia de las na- «Tampoco México se dejará persuadir nunca, á
ciones, con este acto que pone en duda y somete á excitación de los aliados, sobre ningún cambio de go-
cuestiones de escrutinio la legalidad de un gobierno bierno que tenga por oríjen la presencia y la manifes-
que México ha escogido por el sufragio universal de tación de una fuerza extraña.
sus conciudadanos? «Sería necesario suprimir la historia, no hacer ca-
«Esa apelación ilegal es, no solamente una inter- so de un sin número de pruebas, y desmentir las re-
vención en los negocios de la nación, sino también laciones diarias, para llegar á la conclusion de que el
Una iniciación flagrante de la revuelta, á la cual se gobierno mexicano es un gobierno sin escrúpulos, y
concede un favor, un apo)jo que no disminuye la la nación mexicana una nación bárbara; y sin embar-
ofensa porque sea solamente de carácter moral; pero go, todo esto se hace en algunos de vuestros docu-
INTERVENCION F R A N C E S A — 1 4
mentos oficiales. Mas ha sido preciso obrar así, por- mejante empresa, ruinosa y terrible para nosotros, lo
que de qué otra manera se podía justificar el enorme será peor todavía para sus promotores!—México es
ultraje que se iba á cometer con entera violacion de débil, sin duda, en comparación de las potencias que
los grandes principios de la no-intervencion, consi- invaden su suelo, pero posee la conciencia de sus de-
derados hoy como una de las mas preciosas conquis- rechos ultrajados, el patriotismo que multiplicará sus
tas de las nuevas leyes de las naciones? Esta ley ha esfuerzos, y las altas convicciones de que, sostenien-
sido violada por el principio de las hostilidades, y por do con honor esta peligrosa lucha, conseguirá pre-
la ocupacion de Veracruz á nombre de las tres poten- servar el bello continente de Cristóbal Colon del cata-
cias aliadas contra México, sin haber dirijido al go- clismo que lo amenaza!
bierno ninguna demanda, y reservando estas para un
«Protesto, pues, altamente, señor Ministro, á nom-
período posterior.
bre de mi gobierno, que todos los males que origine
«Es imposible que una causa sea justa, ó que se le esta guerra incalificable, causados directa ó indirecta-
imprima siquiera un carácter de justicia, cuando sus mente por la acción de las tropas y de los agentes de
defensores ocurren á tales procedimientos! ¿Cual la Francia, caerán exclusivamente sobre la responsa-
es la, razón de estas infracciones y de estos ¿tropelía bilidad de su gobierno.
mientos cometidos deliberadamente y sin necesidad?
«Por lo demás, si la Providencia proteje los dere-
—¿La debilidad de México? Pero México no está tan
chos de un pueblo que los sostiene con dignidad, Mé-
débil como lo estaba la España en tiempo de Napo-
xico nada tiene que temer.
león I. México podrá ser conquistado, pero no so-
«Tengo el honor etc.
metido, y no llegará á ser conquistado, sino despues
de haber dado mil pruebas de valor y de virtudes que D E LA F U E N T E . » (1)
hoy se le niegan. México, despues de haber sacudi-
do la dominación monárquica de España, dominación Todo cuanto este diplomático escribia en 1 8 6 2 , se
secular y profundamente arraigada; México que no ha cumplido al pié de la letra, y hasta podría consi-
admitió como rey ni á su mismo libertador; México, derarse apócrifo este documento, si no existiera en
en fin, que acaba de salir victorioso de una revolu- los archivos del Ministerio de negocios extranjeros.
ción contra los restos de la oligarquía que pesaba so-
bre su democracia, no aceptará jamas, á ningún pre- (I) Es verdaderamente admirable el profundo conoci-
miento que tenia el Sr. D. J u a n Antonio de la Fuente, tan-
cio una monarquía extranjera! Esta monarquío, muy to de México como de la cuestión mexicana. Esta nota,
difícil de crear, serámas difícil todavía desostencr! Se- cuyas predicciones se han cumplido tan exactamente, se-
No obstante, y á despecho de sus sabias prediccio- mexicana expresa su voluntad; mostrar gran defe-
nes, se dio órden al general Forey, el 30 de Julio, rencia con la religión, pero tranquilizar, al mismo
para embarcarse en Cherbourg, en el Turenne, á tiempo, á los tenedores de bienes nacionales.
fin de que se adelantara á las tropas, á cuya cabeza « L ° Alimentar, pagar y armar, con arreglo á
debia ir á vengar la afrenta que habían sufrido los vuestros recursos, las tropas auxiliares mexicanas, y
franceses en Puebla. hacerles representar el papel principal en los com-
bates.
Antes de su marcha recibió la carta siguiente del
Emperador. «5.° Mantener la mas severa disciplina, tanto en
vuestras tropas como en las auxiliares, reprimir vi-
E L EMPERADOR AL GENERAL F O R E Y .
gorosamente cualquier acto, cualquier propósito ve-
jatorio para los mexicanos, porque 110 debe olvidarse
la altivez de su carácter, é importa al buen éxito de
«Fontainebleau, Julio 3 de 1 8 6 2 .
la empresa concillarse, ante todo, el espíritu de las
poblaciones.
«Mi querido general:
«Sería de desearse que, cuando lleguemos á Mé-
«Creo conveniente haceros conocer mi pensamien- xico, se entendieran con vos las personas notables de
to, en el momento en que vais á partir para México, todos los partidos, para organizar allí un gobierno
encargado de los poderes político y militar. provisional. Este gobierno someterá al pueblo me-
«Hé aquí la línea de conducta que debeis seguir. xicano la cuestión del régimen político que se deberá
« 1 E x p e d i r á vuestra llegada una proclama, cu- establecer definitivamente En seguida se elejirá una
yas ideas principales os serán indicadas. Asamblea con arreglo á las leyes mexicanas.
«2.° Acojer con la mayor benevolencia á lodos «Ayudareis al nuevo poder á introducir en la ad-
les mexicanos que os ofrezcan sus servicios. ministración, y principalmente en el ramo de hacien-
«3.° No adoptarla querella de ningún partido; da, esa regularidad de que la Francia ofrece el mejor
declarar que todo es provisional mientras la nación modelo. Con este fin, se le enviarán hombres capa-
ces de secundar su nueva organización.
n a capaz de formar por si sola una gran reputación, si la
República no tuviera ya bastante conocimiento de la alta «El objeto que se pretende alcanzar no es él de im-
inteligencia, saber y patriotismo de aquel modesto perso- poner á México u n gobierno que le sea antipático,
naje, cuya muerte ha lamentado y lamenta.—Séame per-
mitido expresar aquí esta muestra del respeto y gratitud sino el de ayudar á los mexicanos en sus esfuerzos
que me inspira su memoria.—N. del T para establecer, según su voluntad, un gobierno que
tenga probabilidades de estabilidad, y que pueda ase- las Antillas; estableceremos nuestra bienhechora in-
gurar á la Francia la satisfacción de las quejas que fluencia en el centro de la América; y esta influencia,
tiene que presentarle. creando un inmenso consumo á nuestro comercio,
«Per supuesto que si los mexicanos prefieren una nos procurará las materias indispensables á nuestra
monarquía, en el interés de la Francia está el apoyar- industria.
los en ese camino. «Regenerado así México, nos será siempre favora-
«No faltarán personas que os pregunten cuál es el ble, no solo por reconocimiento, sino también por-
ínteres que tenemos en gastar nuestra sangre y nues-
que sus intereses estarán enlazados con los nuestros;
tro dinero, para fundar un gobierno regular en Mé-
y porque encontrará un punto de apoyo para sus
xico:
buenas relaciones con las potencias europeas.
«En el estado actual de la civilización del mundo,
la prosperidad de la América no puede ser indiferen- «En consecuencia, nuestro honor militar compro-
te á la Europa, porque ella es quien alimenta nues- metido hoy; la exijencia política; el Ínteres de nuestra
tras fábricas y dg vida á nuestro comercio. Tene- industria y de nuestro comercio; todo nos impone el
rnos ínteres en que la República de los Estados-Uni- deber de marchar sobre México, plantar allí atrevida-
dos prospere y sea poderosa, pero no lo tenemos en mente nuestra bandera v establecer, va sea unamonar-
que se apodere de todo el golfo de México, domine quía, si este sistema no es incompatible con el senti-
desde allí las Antillas y la América del Sur, y sea la miento nacional de aquel pais, ó por lo menos,, un go-
sola dispensadora de los productos del Nuevo mundo. bierno que prometa alguna estabilidad.
Desde hoy observamos ya, por una triste experiencia,
cuan precaria es la suerte de una industria que se en- NAPOLEON. »
cuentra reducida á buscar sus primeras materias en
un mercado único y exclusivo, cuyas vicisitudes tiene El 30 de Agosto lanzaba el general en gefe, desde
que snfrir. la Martinica, una proclama á las tropas que estaban
«Si por el contrario, México conserva su indepen- en Ori:ava, para hacerles conocer las decisiones del
dencia y sostiene la integridad de su territorio, si se Emperador y la llegada de refuerzos.
constituye allí un gobierno estable con la ayuda de la Pocos dias despues anclaba la Turenne en Veracruz,
Francia, devolveremos su fuerza y su prestigio á la y desembarcaba el general con el 18.° batallón de ca-
raza latina del otro lado del Océano; garantizaremos zadores de á pié.
la seguridad á las colonias francesas y españolas de
El 2 4 de Setiembre hacia publicar en Veracruz el
nuevo Comandante en Gefe el siguiente manifiesto sin el concurso dé la nación, no ha recibido, en ma-
dirijidoá la nación mexicana. nera alguna, la aprobación de la intervención france-
«Mexicanos: sa, y que, en consecuencia, el general Almonte debe;
a Al confiarme el emperador Napoleón el mando « 1 D i s o l v e r el Ministerio que ha creado.
del nuevo ejército que me seguirá bien pronto, me en- «2.° Abstenerse de expedir ninguna ley ó de-
cargó de daros á conocer sus intenciones.
creto.
«3.° Renunciar al título de «Gefe Supremo de la
«No vengo á hacer la guerra al pueblo mexicano, nación,» que ha usurpado, y limitarse en lo sucesivo
sino á un puñado de hombres sin escrúpulo y sin con- á ejecutar pronta y perentoriamente las instruccio-
ciencia, que han atropellado el derecho de gentes, go- nes dadas por el Emperador para proceder, en cuan-
bernando por medio de un terror sanguinario. to sea posible y en unión de los demás generales me-
xicanos á quieues ha acojido el pabellón francés, á la
«Acordaos de que donde quiera que flota su bande- organización del ejército mexicano, que no obrará
ra (la de la Francia,) lo mismo en Europa que en Amé- mas que bajo nuestras órdenes.
rica, representa la causa de los pueblos y de la civili-
cion.
FOREY. »

Ante semejante orden, Almonte debió bajar la ca-


FOREY.»
beza.
Hemos hablado de la falta cometida por M. de Sa- El 20 de Octubre se despedía de sus tropas el ge-
ligny y por el general Lorencez, dejando al general neral Lorencez.
Almonte tomar el título de «Gefe Sypremo de la na- Pronto comprendió el general Forey, desde su es-
ción». m tada en Veracruz, que todos los recursos de que po-
Veamos en qué términos reparaba esa falta el co- dia disponer en el país eran insuficientes para un
mandante en gefe, desde su llegada á Veracruz. ejército de 4 0 . 0 0 0 hombres. En consecuencia, en-
«El general en gefe, investido de los poderes polí- vió varios comisionados á la Habana y á Nueva-York
tico y militar, hace saber al pueblo mexicano en ge- á comprar muías, carros y provisiones de todas
neral, y á los habitantes de Veracruz en particular, clases.
que el gobierno que estableció el general Almonte Se solicitaron caballos en el país también.
ti
II 166
Una operacion de remonta practicada en Tampico soldado que, os lo repito, por mas que puedan decir
dio por resultado la compra de ellos á 2 5 . 0 0 0 fran- los escritores de mala fé, no viene á hacer la guerra
cos por término medio, (1) por lo cual se debió re- al pueblo mexicano, sino á un gobierno incapaz de
nunciar á hacer semejantes gastos. (2) hacer el bien, como lo prueba la triste situación de
El nuevo comandante en gefe habia establecido su vuestro país.
cuartel general en Orizava, lo mismo que su predece- «Qué es lo que se vé, en efecto, en vuestras ciuda-
sor. En cuanto se instaló allí, creyó de su deber di- des? Edificios en ruina, calles impracticables, aguas
f;Jl rijir otra proclama á la nación, de la cual dió conoci- cenagosas viciando continuamente el aire.—¿Qué son
miento á sus tropas por la siguiente orden del dia: vuestros caminos? Atascaderos, pantanos, donde
no pueden pasar sin peligro ni los carruages ni los
«ORDEN GENERAL. caballos.— ¿Cuál es vuestra administración? El ro-
bo organizado.—Los mismos encargados de adminis-
II trar justicia, son, á veces, los primeros en molestar
«El general comandante en gefe pone en conoci- las personas y los intereses. Los administradores de
miento del ejército la prociama siguiente que ha di-
las rentas del Estado, no llenan sus cajas general-
rijido al pueblo mexicano.
l¡¡ «Mexicanos:
mente, sino despues de haber llenado sus bolsillos
particulares.
111 «Al leer la proclama que os dirijí desde mi llegada «Puede alentarse la agricultura, cuando el coseche-
*1 ' I r
i tll: á vuestro país, no habéis podido engañaros: sin duda ro está casi cierto de que se le va á arrebatar el fruto
habréis visto en ella la mano del Emperador, porque de su trabajo?—¿Pueden florecer las artes y el comer-
I-i ai -l i él solamente posee el secreto de decirlo todo en estilo cio, cuando por todas partes y por espacio de largos
aliPf tan bello, tan noble y tan precisos. años resuenan los gritos de la guerra?
«Mas hoy que he visto lo bastante de vuestro país ¿No habéis conquistado vuestra libertad, despues
para comunicaros mis impresiones, dejadme expo- de tanta sangre derramada con tan noble fin, sino
mm para hacer tan deplorable uso de ella?—¿Y no hay ya
nerlas brevemente, con la sencilla franqueza de un
en este país, tan favorecido del cielo bajo todos as-
(1) Revista contemporánea, 15 de Julio de 1867. Expe- pectos, verdaderos patriotas que comprendan que es-
dición de México por Mr. de Kératry.
(2) Aquí debe haber un error, ó falta de explicación — ta noble nación está explotada, tiempo hace, por al-
N. del T.
|ÍN| gunos ambiciosos que gastan en luchas fratricidas,

li
todas las fuerzas vitales de México?-^ Sí, os lo digo Que todos los mexicanos, sean del partido que
con dolor, á vosotros todos, los que miráis la misera- fuesen, se den la mano para olvidar resentimientos
ble situación de vuestro país, vais corriendo á vues- antiguos y para trabajar de consuno en el engrandeci-
tra pérdida, y no teneis que dar sino un paso mas, miento de su patria.
para caer en un abismo que se tragará vuestra inde- «Este brillante resultado pueden obtenerlo á la
pendencia y volverá á sumergiros en la barbarie, si sombra de la bandera francesa, recordando las bellas
no retrocedeis en vuestro camino: retroceded, pues, palabras del Emperador: donde quiera que flota el
ya que la Providencia os ofrece quizá la última oca- pabellón francés, representa la causa de los pueblos
sion de halerlo. y la civilización.

«La Francia os envia un ejército, modelo de orden «En el gran cuartel general de Orizava, á 3 de No-
y disciplina, aunque se haya atrevido á decir lo con- viembre de 1862.
trario una prensa calumniadora; y viene á ayudaros
á constituir una nación rica, poderosa, libre con esa «El general comandante en gefe:
verdadera libertad que no marcha sin orden, en una
nación que puedan reconocer las demás como civili- Fitinado, FOREY . » (1)

zada. Ese ejército os ayudará á formar un gobierno


honrado, probo, que empleará agentes tan probos y Esta era una nueva manera, bastante rara, de pre-
tan honrados como él. Entonces la hacienda del sentar la cuestión de la intervención de México!
Estado será de todos y no de algunos, y en lugar de En aquellos días envió el general Forey la brigada
enriquecer á unos pocos de ambiciosos, servirá para del general Berthier á Jalapa.
sostener un ejército regular, capaz de mantener el Estamos ya en Diciembre.
orden en el país, capaz de sostener, en vez de des- Todas las tropas se hallan en movimiento, ó acan-
truir, la fortuna privada. Y á fin de facilitar las re- tonadas en Jalapa y Orizava. El general Bazaine
laciones comerciales que constituyen la felicidad de quedó en Veracruz con el 3.° de zuavos, para ir á
los pueblos, servirá esa hacienda, como sucede en reunirse pronto al general Berthier.
Europa, para reparar vuestros caminos, vuestros
puertos, vuestros monumentos, y para entretener (1) Las palabras de Napoleon podrían ser muy bellas;
vuestras ciudades mal iluminadas y mas enlozadas. pero en lo que no cabe duda es en que las de su mariscal
eran muy calumniosas é insolentes, cuando no muy vul-
¿Todo esto, no merece la pena de reflexionarse? gares y néeias.—N. del T.
INTERVENCION F R A N C E S A — 1 5
Las provisiones se conseguían con dificultad en
tro francés, y llegó á estallar un conflicto bastante
Orizava. Todo venia del extrangero, llegaba á Ve-
grave entre él y el director de los negocios políticos
racruz mas ó menos averiado, y ocasionaba gastos
del general Forey.
inmensos para llegar basta el cuartel general.
En una revista pasada en la Alameda por el co-
El general Berthier tampoco podia proporcionarse
mandante en gefe, creyó este deber invitar á los ofi-
nada en Jalapa.
ciales franceses á no abstenerse de frecuentar los sa-
Era necesario subir á la mesa central, donde se
lones del Ministro de Francia. ¿Y no debe consi-
encontraban las grandes y ricas haciendas, bien pro-
derarse esa abstención de los oficiales franceses, co-
vistas de todo lo necesario. Pero el recuerdo del 5
mo una protesta disimulada contra la intervención,
de Mayo hacia "muy prudente al general en gefe. Na-
puesto que se trataba de la persona que la había re-
die se movia en aquella dirección.
clamado como indispensable y justa?
Durante el tiempo que pasaron los franceses suje-
El 17 de Febrero de 1862, se decidió el general en
tos á la inmovilidad, activaban los mexicanos la de-
gefe á salir de su inacción, y lo anunció así á sus sol-
fensa de Puebla; y á algunas leguas solamente del ge-
dados:
neral Berthier, levantaba el general La Llave los pesa-
dos cañones que guarnecían la fortaleza de Perote, y «Van á cumplirse pronto nueve meses, desde que
los trasportaba á aquella ciudad, con un número de un pequeño número de de vosotros, marchando con
municiones considerable. ciega confianza sobre México, encontró en Pue-
bla un obstáculo que no podia vencer por falta de ele-
Hasta el mes de Enero no aparecieron los genera-
mentos materiales.
les Bazaine y Douay en la mesa central, sin ser in-
quietados por nadie, y emprendieron algunas opera- «Debisteis entonces haber diferido
ciones que, si bien fueron tardías, no por esto deja- hasta recibir lo que os faltaba para e l l o . . .
ron de dar buenos resultados. Pero se ha necesitado tiempo, porque la Francia está
En medio de todos estos preparativos de guerra, lejos ,
M. de Saligny tronaba siempre contra el gobierno de
Juárez, y anunciaba por cada correo, desde Orizava, «Soldados! Marchad á la victoria que Dios os con-
nuevos atentados cometidos en la capital. cederá, porque nunca ha habido causa mas justa que
la vuestra
En el cuartel general francés habían circulado pú-
blicamente algunas especie^ poco favorables al Minis-
FOREY.»
En fin, despues de muchas marchas y d e t e n c i o n e s , «La energía de los soldados mexicanos es ficticia,
concluyó el general en gefe por instalarse el 1 8 de y muchas veces no tiene mas origen qiie el de las be-
Marzo en el Cerro de San Juan, frente á la ciudad de bidas espirituosas (1)
Puebla.
Inmediatamente despues, se hizo el reconocimien-
to de la plaza. FOREY. »

El 2 3 se levantó una trinchera y comenzaron los


trabajos de las paralelas del lado del Cerro de San El general en gefe olvidaba que, apocando al ene-
Juan, frente á la Penitenciaría, de cuya posicion se migo, apocaba la victoria.
apoderaron las columnas de ataque al mando del g e - Las cosas continuaron en el mismo estado hasta los
neral Bazaine, el 2 9 , pero teniendo que detenerse primeros dias de Mayo.
allí. La ciudad carecia de provisiones.

Desde entonces, ambas fuerzas se entrega ron á El general González Ortega consiguió hacer salir
una guerra de calle á calle, y algunas veces de casa á una noche 2 , 0 9 0 caballos por entre las líneas fran-
casa. Era una lucha difícil, ventajosa para las tropas cesas.
mexicanas.. Las tropas francesas avanzaban l e n t a y Había pedido socorros á México, y Comonfort se
difícilmente, con pérdidas sensibles siempre. habia adelantado hasta San Lorenzo, donde se forti-
ficaba á la vista del cuartel general francés.
Despues de dos descalabros sérios, creyó el gene-
ral conveniente suspender sus ataques: el 15 de El 6 se tirotearon las tropas de Comonfort con las
Abril los comenzó de nuevo, y al anunciárselo á las de Márquez. El general Comonfort esperaba llamar
tropas les dijo: la atención de las tropas francesas por aquel lado, é
introducir á la plaza un convoy de víveres una noche,
«Vuestros padres tuvieron que hacer guerras pa- protejido por una salida de las fuerzas sitiadas.
recidas á esta en España, donde la nación entera,
alentada por el noble entusiasmo del amor á la patria (1) No deben ni contestarse estos groseros insultos.—
y á la independencia, sostenia el ejército.» Muchos de aquellos valientes mexicanos eran de los que
habian concurrido al glorioso 5 de Mayo.—¿Qué opinion
vendría á formarse del ejército francés, si en efecto lo hu-
biera derrotado entonces, y ahora lo tuviese á raya un
Y para entusiasmarlos niego, les decia: ejército de borrachos?—N. del T.
Despues de muchas vacilaciones, decidió el g e n e - lado en Orizava, .y para que diese tiempo á los mexi-
cc ral Forey el dia 7 , que fuese el general Bazaine á de- canos de prepaaaruna enérgica resistencia en Mé-
salojar al general Comonfort. xico.
p, El general Bazaine partió en la noche con cuatro Preténdese que, para decidirse á operar sin retar-
batallones, toda la caballería y alguna artillería; llegó do sobre la capital, cedió á las instancias de los gene-
al amanecer á la altnra de San Lorenzo, sorprendió rales de las divisiones.
al enemigo, se apoderó del convoy, y puso al ejército Envió, pues, á la vanguardia, la del general Ba-
de Comonfort en completa derrota, zaine, que le precedió algunos dias en México.
Esta
tr jornada, que hace mucho honor al general Cuando las tropas francesas estuvieron á pocas le-
ju Bazaine, decidió la capitulación de la ciudad. guas de la capital, se retiró el Presidente Juárez de
Apenas hubo regresado, apresuró el general un ella con su gobierno, llevándose los archivos, y con-
m ataque sobre Teotimehuacan. El enemigo pretendió fiando la custodia de la ciudad á los extranjeros mis-
al hacer una salida, pero fué rechazado, y el 18 de Ma- mos, que se organizaron en milicia.
y o , despnes de cincuenta y ocho dias de sitio, capitu- No se operó ningún trastorno ni revolución. * Juá-
laba la ciudad de Puebla sin condiciones. (1) rez cedía ante la fuerza, y no encontró á su paso la
El comandante en gefe felicitó al ejército por aque- mas lijera muestra de hostilidad.
lla victoria, en una orden del dia, de 4 de Junio. Era el último mentís á los emigrados y á M. de Sa-
ligny.
c1
«Pero nada se ha hecho, le decía, cuando falta al- Al anuncio de la toma de posesion de la ciudad por
go que hacer Adelante, pues, soldados! Marche- el general Bazaine, apresuró su marcha el general en
ra mos sóbrela capital!....» gefe, y desde el cuartel general de Buena Vista, á dos
A! Y á pesar de esta fogosidad aparente, faltó poco jornadas de México, dirijió la orden siguiente al ejér-
tr para que se instalara en Puebla, como se había insta- to, el 8 de Junio:
«Nuestras águilas victoriosas van á entrar, pues,
(1) No tengo á la mano] los documentos de la época en la capital del antiguo imperio de Moctezuma y de
re para rectificar esos hechos contados, cuando menos con Guatimoctzin; pero en lugar de i r á destruir como
a] demasiada precipitación. Algunos de los mexicanos que
se honran con haber participado de los peligros y las glo- Hernán Corléz, vosotros vais á edificar: en vez de ir
y rías de ese memorable sitio, se ocuparán quizá de ese tra- á reducir al pueblo á la esclavitud, vosotros vais á li-
bajo, que yo no puedo emprender, por otra parte, á cau-
sa de la precipitación conque tengo que traducir esta obra. bertarlo.
—1SI. del T. i «Vosotros no venis desde el fondo del antiguo
mundo, atraídos por el cebo del oro, á subyugar este
pueblo inofensivo. Venis, enviados por nuestro Em-
ñores de Saligny y Almonte, se hubieran encontrado
perador, atraidos por un noble y gran pensamiento,
perplejos, pero 'ellos no tuvieron embarazo nin-
á arrancar á este mismo pueblo de los horrores de la
guno.
guerra civil; y ofreceis al universo entero el expectá-
culo singular de un ejército extranjero llamado por Se necesitaba, ante todas cosas, no aparecer muy
toda la nación para libertarla de la tiranía de sus pro- comprometidos en los negocios interiores, para po-
pios hijos desnaturalizados. der afirmar despues, con algún viso de verdad, que
se habia obtenido la expontánea y libre expresión del
país.
«FOREY.»
Por decreto del general en gefe, fecha 16 de Junio,
Oh! es digna de lástima esta nación entera, opri- se constituyó una junta de treinta y cinco miembros,,
mida por sus propios hijos!.... encargada de nombrar los del poder ejecutivo.
La entrada triunfal del general en gefe tuvo lugar Ademas, esa junta debia nombrar doscientas quin-
el 10 de Junio. ce personas que, reunidas á ella en Asamblea gene-
El entusiasmo que el general Forey encontró á su ral, darían á conocer los votos de la nación.
paso, al llegar á México, fué el mismo que encontra- Hé aquí como quedó compuesto ese alto consejo.
ban siempre los gefes mexicanos vencedores que en- «José Ignacio Pavón, presidente de la Suprema
traban á la capital. Corte de justicia en la época de Santa Anna; Manuel
¡De cuántos entusiasmos parecidos al del 10 de Ju- Diez de Bonilla, ministro de negocios extrangeros en
nio no habían sido testigos los habitantes de México, la misma época; José Basilio Arrillaga, clérigo de la
en cincuenta años de lucha entre todos los par-
orden de los jesuítas: Teodosio Lares, ministro de
tidos!
justicia en la época de Santa Anna; Francisco Javier
El primer pensamiento del general en gefe y de
Miranda, clérigo, ministro de justicia en la época de
M. de Saligny fué el de ajustarse á las órdenes del
Miramon; Ignacio Aguilar y Marocho, ministro de
Emperador Napoleon. Importaba, pues, formar in-
justicia en la época de Santa Anna; José Sollano, clé-
mediatamente un gobierno nacional, y hacer un
rigo; Joaquín Velazquez dé León, ministro de hacien-
llamamiento á la nación entera, para llegar así al
da en la época de Santa Anna; Antonio Fernandez
establecimiento de una monarquía.
Monjardin, ministro de justicia en la misma época;
Todo esto no dejaba de presentar sus dificultades
Ignacio Mora y Villamil, general, director de ingenie-
en la ejecución, y otros qué no hubieran sido los se-
ros en la misma época; Ignacio Sepúlveda, juez de
México en la misma época; José María Andrade; Aga- Un solo partido estaba E X C E S I V A M E N T E representa-
do en esta asamblea: el partido teocrático-conserva-
pito Muñoz y Muñoz; José Ildefonso Amable; Gerardo
dor, el mismo que había llamado la intervención, el
García Rojas; Joaquín María de Castillo y Lanzas, mi-
mismo que aspiraba á hacer recobrar al clero mexi-
nistro en las épocas de Santa Anna y de Miramon;
cano sus antiguos privilegios perdidos.
Mariano Domínguez, magistrado de la suprema Corte
Este sistema de proceder era contrario á las pres-
en la época de Santa Anna; José Guadalupe Arrióla,
cripciones del Emperador al general Forey en la car-
clérigo; Teófilo Marín, ministro de justicia en la épo-
ta que le había escrito en Fontainebleau; péro M. de
ca de Miramon; Adrian Woll, francés, general, go-
Saligny y el genral no hicieron caso.
bernador de Tamaulipas en la época de Santa Anna,
Desde la primera sesión habida el 22 de Junio, fué
y de Guadalajara en la de Miramon; Fernando Mangi-
volado el imperio por una mayoría de doscientos tre-
no, encargado de negocios de México en Francia, en
ce votos contra dosl
la época de Santa,Anna; José Miguel Arroyo, oficial
mayor del Ministerio de relaciones extrangeras en las El archiduque Maximiliano fué el candidato desig-
épocas de Santa Anna y Miramon; Miguel Cervantes, nado, y en caso de que no admitiera, los notables
general, y marqués de Salvatierra desde la época de ocurrirían al Emperador Napoleon para que les es-
los españoles; Crispmiano del Castillo, ministro en cojiera un príncipe!
las épocas de Santa Anna y Miramon; Alejandro Un miembro de esa Asamblea nos ha referido el
Arango y Escandon, uno de los principales partida- curioso detalle siguiente:
rios de Miramon; Juan Hierro Maldonado, ministro «Al principio se quiso votar la anexión á la Fran-
de hacienda en la época de Miramon; Manuel Miran- cia; pero habiendo sido rechazada esta proposición
da, negociante español; José Lopez Ortigosa; Manuel por algunos miembros, se propuso luego ofrecer la
Jimenez; Cayetano Montenegro; Santiago Blanco, ge- corona al príncipe imperial, y en seguida al príncipe
neral, ministro de la guerra en la época de Santa Napoleon. Despues de haberse discutido todas estas
Anna; Pablo Vergara, magistrado de la suprema Cor- proposiciones absurdas, se uniformaron los votos por
te en las épocas de Santa Anna y Miramon; Manuel el archiduque Maximiliano.» (1)
Tejada, intendente de los bienes de la iglesia; Urbano Mientras que M. de Saligny manejaba entre sus
Toyar, tesorero general en la época de Miramon; An- manos los negocios de la política, no se olvidaba al
tonio Moran, ministro de justicia en la época de Mi- general en gefe la cuestión militar, y lo mas pronto
ramon.
(i) ¡II !!! —N. del T.
«6.° Las sentencias no tendrán apelación, y se-
rán ejecutadas 24 horas despues de pronunciadas.
que le fué posible, decretó militarmente lo que sigue: »7.° Se establecerá una Corte marcial en cada
« E L GENERAL D E DIVISIÓN, senador, comandante en lugar en que se considere necesaria.
gefe del cuerpo expedicionario en México: »8.° Los poderes de cada Corte serán temporales.
«Considerando que importa poner término á los Comenzarán y concluirán cuando lo decida el gene-
actos de vandalismo de las bandas de malhechores ral comandante, en ge^e, ó el comandante militar á
que recorren el país, cometiendo atentados contra las quien el comandante en gefe delegare sus poderes al
personas y las propiedades, y paralizando las relacio- efecto.
nes comerciales: «En el cuartel general en México, á 20 de Junio de
«Que las leyes ordinarias son ineficaces para repri- 1863.
mir esos excesos, y obligan á lentitudes nocivas á la «El general de división, senador, comandan-
pronta represión de los crímenes en los mismos lu- te en gefe del cuerpo expedicionario de México:
gares en que se cometen,
»Decreta: FOREY.» (1)

«1.° Quedan fuera de la ley todos los individuos


Con excepción de dos regimientos que se enviaron
que formen parte de una banda de malhechores ar-
á alguna distancia de México, el ejército entero se
mados.
acantonó en la capital.
«2.° Todos los individuos de esta categoría serán
juzgados por una Corte marcial. Los triunviros Almonte, Salas y Labastida recibie-
ron el nombre de Regentes del imperio, y una dipu-
«3.° Esta Corte marcial será investida de pode-
res discreciouales. tación mexicana se embarcó en Veracruz el 18 de
«4.° Será compuesta de Agosto, para ir á ofrecer la corona imperial de Méxi-
Un oficial superior Presidente. co al archiduque Maximiliano de Austria, á nombre
Dos capitanes Jueces. de la nación mexicana.
Un oficial relator Mesa.
(1) En cada calle un patíbulo
Un oficial escribano » levantará;
Un intérprete, agregado á la Corte. Y poblará el valle fúnebre
de Josafat.
Los acusados podrán tener un defensor, si lo
B R E T Ó N DE LOS H E R R E R O S .
piden. ¡Qué iindo modo de civilizar!....—N. del T.
La Corte fallará por mayoría absoluta de vo- INTERVENCION F R A N C E S A — 1 6
tos, en sesión permanente.
La regencia formó inmediatamente un ministerio; siones del Cuerpo legislativo.— El 12 de Enero de
pero en lugar de prepararlo todo para la venida del 1 8 6 3 , se expresaba así:
joven soberano, permaneció inactiva, y sus actos mas «Las expediciones á China, á Cochinchina y á Mé-
importantes son, sin duda: xico, prueban que no hay comarcas bastante lejanas
El tratado de la cesión provisional del Estado de para que pueda quedar impune cualquier atentado
Sonora á la Francia, firmado por MI de Montholon que sé cometa contra el honor d é l a Francia.»
por parte del Gobierno francés, y D. Luis de Arroyo Y él 5 de Noviembre de 1 8 6 3 , decia de nuevo, de
por parte de la regencia de México; México:
El decreto que devolvía á los mexicanos nobles el «rDespues de una resistencia inesperada.....
derecho de usar sus títulos de nobleza; hemos visto á las poblaciones recibirnos como sus
Y en fin, el decreto que restableció la orden impe- libertadores '.
rial de Guadalupe, instituida por el emperador Itur- Nuestros esfuerzos no habrán sido estériles, v queda-
bide, y que habían abolido los gobiernos republi- remos ampliamente recompensados de nuestros sa-
canos. crificios, cuando los destinos de ese país, que nos
Preciso es, sin embargo, hacer justicia á los g e n e - deberá su regeneración, hayan vuelto á colocarse en
rales Almonle y Salas, que se resistieron á las ten- un principio que las luces y las cualidades hagan dig-
dencias reaccionarias del clero y de los altos funcio- n o de tan noble nación. Tengamos, pues, fé en
narios mexicanos, y que hicieron respetar el progra- nuestras empresas de ultramar: habiendo comenzado
ma del general Forey, en todo lo concerniente á estas por vengar nuestro honor, vendrán á terminar
las leyes de reforma decretadas por el Presidente por el triunfo de nuestros intereses.» (1)
Juárez. (1) En esta épocano podianegarse ya.la candidatura del
Dejemos al general Forey gozar de su triunfo en la archiduque Maximiliano. Los emigrados mexicanos
capital, y á los regentes decretarlas medidas mas in- la publicaban abiertamente, y la diputación mexica-
significantes, y volvamos un instante á Europa. na se habia presentado en Miramar desde el 3 de
El Emperador Napoleon habia hablado de las ofen- Octubre. Y a M . Brillault no podia tener oculta una
sas de México en sus discursos de apertura de las se- situación que en vano se habia esforza'do e n enmas-

(1) En un cuaderno que se publicó, intitulado La corte (1)' Os habéis equivocado, Sire: mejor dicho, os habéis
de Roma y el Emperador Maximiliano, se trata deta- chasqueado: la de México, al menos, terminó como el ne-
lladamente toda esta cuestión. Nota del autor. gocio de los vendedores del Templo.—N. del T.
184 185
carar por medio de las afirmaciones mas positivas; pado la capital y reparado la ofensa hecha á sus
ya no podia decir á los diputados de la derecha: armas
a Os andais entreteniendo en buscar, .mas allá de »Estad seguro de que, llegado el momento, em-
los hechos patentes, no sé que maquinaciones secre- plearé toda mi influencia en favor del augusto prín-
tas de la Francia en provecho de unextrangero.». cipe Maximiliano. Su Alteza piensa como yo, que
Pero hay mas todavía: no vacilaremos en afirmar la nación debe nombrarlo explícita y expontánea-
que la candidatura del Archiduque era y a una reso- mente; mas para obtener este llamamiento, es preci-
lución tomada el 12 de Enero. Para convencerse d e so que se prepare el terreno por un Gobierno nacio-
ello, basta saber que el Sr. Gutiérrez Estrada escri- nal, presidido por un mexicano que tenga el presti-
bía al viejo Santa Anna, desde el mismo mes de Ene- gio suficiente. (1)
ro, dándole á conocer las intenciones del Gobierno
francés, en los momentos en que las tropas se po- « A N T O N I O LÓPEZ D E SANTA A N N A . »
nían en marcha sobre Puebla.
La carta siguiente del ex-presidente de la Repúbli-
El gobierno imperial estaba, pues, al corriente de
ca no deja ninguna duda en el particular.
todas las maquinaciones de Santa-Anna y de Gutiér-
rez Estrada!
«San Thomas, 2b de Marzo de 1 8 6 3 .
Evidentemente M. Larrabure ignoraba estos deta-
«Muy estimado amigo: lles, cuando decia al Cuerpo legislativo en 1 8 6 4 , en su
relato sobre los créditos suplementarios: «en cuanto
«He tenido mucho gusto al saber que mi carta de á la expedición de México, que es la que mas pesa en
2 9 de Enero fué comunicada por vos al Gobierno la opinion pública y en el presupuesto, no ha adquiri-
imperial!!! do las proporciones considerables que se le conocen,
sino por un encadenamiento de incidentes desgracia-
Nuestros amigos han tenido mucho gusto al saber dos que el gobierno no ha podido prever ni evitar.»
también, en las circunstancias presentes, que la pro-
tección que se dará á México será duradera y (1) El viejo astuto creyó encontrar aquí la oportuni-
eficaz. dad de colocarse, y vino luego á Veracruz, tal vez con la
idea de virlar á Almonte la presidencia de la regencia; pe-
«Estaban profundamente abatidos con la idea de ro no contaba con el huesped, y Bazaine lo hizo reembar-
que los franceses se retirarían despues de haber ocu- car, para que fuera á aprender el francés.— N. del T.
1
Oíj ~rj rsomS¡í"U: b sí :ob.rjsupasrio
-" •-> • —.vi-mk'i' le i&io-ai ioi sb oioey
Ni el mismo Mi Billault estaría al corriente de lo de la regeneración de México, sin que antes confirme
que pasaba. De lo contrario, ¿cómo podia comparar la nación entera los votos de la capital, por una ma-
la expedición francesa con la que hicieron los ameri- nifestación libre de su expontánea voluntad.—Del re-
canos al mando del general Scott? sultado del voto de la asamblea del pais, ante todas
¿Cómo podia decir sin temor, el 26 de Junio de cosas, depende la aceptación del trono que se me
1863, para explicar la marcha sobre México: «Des- ofrece.»
pues de una ocupacion de cerca de un año, pudo el Ya no se trataba mas que de obtener ese voto. La
ejército americano evacuar á México, habiendo obte- cosa no era fácil, pero otros obstáculos mas difíciles
nido las reparaciones que fué á buscar: este es el m e - se habian vencido, y de este último dependía el re-
dio de acción quepodria ofrecer, hoy todavía, algunas sultado. . . .
probabilidades eficaces?». . .
¿Porqué no se buscó y se conservó hasta el fin ese
medio l e acción, en vez de ir á meterse en fundar un
nuevo orden de cosas antipático á la nación?....
Hemos dicho que el 18 de Agosto habia salido una
eomision de México, para ir á. llevar al Archiduque
Maximiliano el resultado de la votación de los nota-
bles.
A su llegada á Europa se le reunió su presidente,
el Sr. Gutiérrez Estrada, y el 3 de Octubre se presen-
tó en Miramar, ofreciendo la corona imperial al Ar-
chiduque de Austria.
El príncipe dió las gracias á los presurosos mensa-
geros, pero no creyó conveniente acceder, de luego á
luego, á sus ofertas.
«Estoy profundamente afectado, al saber el deseo
expresado de la asambla de notables,» les dijo

y luego añade: «pero no puedo emprender el ensavo


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CAPITULO VI.
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Retirada del mariscal Forey y de M. de Saligny.


Campaña del interior.—El Archiduque Maxi-
miliano acepta la corona imperial
de México.

Queriendo el Emperador Napoleon recompensar


los servicios del general Forey dtiranie esta campaña,
y deseoso también de patentizarle su reconocimiento
por los servicios anteriores, lo habia nombrado ma-
riscal de Francia, y habia designado para sucederle en
México al general Bazaine.
M. de Saligny habia sido reemplazado igualmente
por el marqués de Montholon, hombre de gran recti-
tud de principios y de muy acreditada honradez.

- s q s a&iás samoq ^ í ^ o í s r i i asqo-ií «si ío >


190
Cuestiones de Ínteres personal, y un matrimonio ñas ocupaban algunas ciudades y pueblos en el cami-
que debia celebrarse el 2 3 de Diciembre en México, no de Veracruz á México.
entre el ministro y la señorita Luz Ortiz, no permitie- Era indispensable decidirse á proseguir la expedi-
ron su salida de la capital hasta el dia 25 del mismo ción: era preciso obtener por medio de las armas, lo
Diciembre. que no habia ni esperanzas de obtener voluntaria y
El mariscal Forey habia entregado su mando al ge- pacíficamente.
neral Bazaine el 1.° de Octubre, dejando una reputa- Y sin embargo, M. Biltaultlo habia dicho en la tri-
ción de integridad que todos han sabido reconocerle, buna:
y á la cual rendimos aquí el mas sincero homenage. «No se impone un gobierno á un pueblo con las
El general Bazaine fué, pues, quien recibió la nota bayonetas extrangeras. Los gobiernos de tal origen
de M. Drouyn de Lhuys, de 17 de Agosto, dando á no tienen ni fuerza ni estabilidad.»
saber que el gobierno francés consideraba el voto de Tan luego como el general Bazaine estuvo en pose-
la asamblea de notables «como el primer indicio de sión del mando en gefe, se vió en la necesidad de or-
las disposiciones favorables del pais.» ganizar la campaña del interior.
Estas palabras estaban en perfecto acuerdo con la Si algún general ha tomado el mando de un ejérci-
respuesta que debia dar el Archiduque Maximiliano, to con el amor y la confianza de sus soldados, fué se-
el 3 de Octubre, á la diputación mexicana. Ellas ate- guramente el genefal Bazaine.
nuaban un poco la marcha de los negocios, según el Los negocios de la Penitenciaria y de San Lorenzo,
plan trazado por Santa-Anna á su amigo Gutiérrez la apariencia de una gran bondad, y sobre todo, su
Estrada, pero no la entorpecían. valor sin igual, no habian contribuido poco á hacerlo
Merced á las intrigas de estos últimos, se habia ins- popular.
talado un gobierno nacional en México, bajo la presi- Hasta los mexicanos tenían una gran simpatía por
dencia de un mexicano influente «que preparase el él. Como hablaba su idioma, se le acercaban con
terreno.» mas voluntad que al general Forey; y él acojia bonda-
Faltaba solamente conseguir el voto de la nación dosamente á todo el mundo.
entera, como lo deseaba el Archiduque Maximiliano. El partido liberal, especialmente, habia fundado
Era evidente que este príncipe no podia contentar- muchas esperanzas en el general Bazaine desde el
se con el que emitieron las poblaciones de los puntos principio. Así fué como el nuevo comandante en ge-
ocupados por las tropas francesas, porque estas ape- fe llegó á concebir, un instante, el pensamiento de
atraerse al general Doblado y al ex-presidente Comon-
fort.
Para conseguirlo, se trató nada menos que de echar
El general Douay prosiguió su camino, sin disparar
abajo á Almonte y á Salas, -ó siquiera á este último, á
un tiro hasta Guanajuato, mientras que el general en
fin de llegar al triunvirato los dos gefes del partido li
gefe, destacando provisionalmente la ¡brigada Berthier
beral.
en apoyo de Márquez, que iba á establecerse en Mo-
Ya pueden comprenderse las dificultades que pre- relia, marchaba sobre Silao, donde debía verificar su
sentaba este proyecto.
reunion con el general Douay.
Un extrangero muy distinguido, y que tenia intimi-
Los preliminares con Doblado seguían su curso.
dad con el general Bazaine (Mr. M . . . . ) estaba encar-
Un día habia e s p e r a n z a s . . . , y el general en gefe s e
gado de estas negociaciones entre el general en gefe y
detenia; pero al siguiente dia.se creia engañado
el general Doblado.
— y en efecto lo e s t a b a ! . . . — E n t o n c e s se empren-
Importaba aproximarse á este último lo mas pronto
dían marchas precipitadas, de día y de noche.
posible, para acabar de seducirlo. En cuanto á Co-
monfort, este moría miserablemente asesinado por Al principio de la campaña estaba resuelto que la
una banda de guerrilleros que, tres dias despues, es- division Douay iría á San Luis, y la division de Cas-
taba filiada en la división del general Miramon. (1) tagny á Guadalajara; pero Doblado debia embrollarlo
Las operaciones comenzaron en los primeros dias todo.
de Noviembre. La división Douay salió de México en Una hermosa noche, el general en gefe levanta sú-
dirección de Querétaro, mientras que el general en bitamente s u campo de Silao, y se precipita en perse-
gefe con la división de Castagny y el general Márquez, cución del astuto general mexicano, que parecía estar
marchaban por Toluca en dirección de Morelia. jugando con él. Creia atraparlo en Leon, pero cor-
Juárez se guardaba bien de esperar las tropas fran- rió hasta Aguascalientes sin poderlo conseguir.
cesas. Tenia establecido el asiento de su gobierno en En Aguascalientes comprendió la inutilidad de sus
San Luis Potosí, y ya se disponía á trasladarlo á la esfuerzos, y se decidió á abandonar la caza.
capital del Estado de Chihuahua. En Silao habia sabido el general en gefe que el ge-
neral Uraga, con un cuerpo de ejército considerable,
(1) Esto no es exacto. Comonfort murió villanamente amenazaba la corta fuerza con que se habia encerrado
asesinado, en una ruin celada que le tendieron unas fuer- Márquez en Morelia, y que el general Berthier se ha-
zas que obedecian á la llamada regencia.—(N. del T.) bía separado de él, despues de instalarlo allí, para ir á
reunirse con el general de su division, de Castagny.
Este último iba todavía en camino, de Maravatío á
INTERVENCION F R A N C E S A — 1 7
Silao. COD apoyar su derecha, hácia Zacatecas, pu- el 51 de línea, alguna artillería y una buena parte de
do el general en gefe tener en observación al general la caballería, se dirigía sobre Guadalajara.
Uraga. Por lo demás, este movimiento era muy na- El general de Castagny iba á San Luis, y de allí de-
tural, puesto que el general en gefe debia ir á Guada- bia trasladarse á Zacatecas.
lajara; y, aunen rigor, podia este cambio de dirección El general en gefe habia sido bien informado.
acortarle el camino á esta ciudad. Uraga habia marchado sobre Morelia, pero despues de
También el general Douay podia marchar sobre San un combate reñido, y á consecuencia de una equivo-
Luis Potosí, y nada se cambiaba de las combinaciones cación, habia tenido que tocar retirada ante las tro-
adoptadas antes de la marcha. pas de Márquez.
En vano queremos explicarnos porqué no se ope- La victoria de este gefe fué verdaderamente provi-
raron estos movimientos tan naturales. dencial; pues si Morelia hubiera sucumbido, como lo
La division Douay recibió órdén de ponerse en mar- indicadan todas las probabilidades, Uraga habría mar-
cha por el camino de Leon á Zamora; y la division de chado sin detenerse un momento sobre México, con
Caslagnv, siguiendo su movimiento hácia Silao, de 1 sus 1 5 , 0 0 0 indios infatigables, y él mismo hubiera
bía apoyar pronto á la derecha, é ir hasta San Luis. llevado allí la noticia de su triunfo en la capital de Mi-
choacan.—En México no habría encontrado mas que
Ya pueden calcularse todos los desórdenes que cau-
al general Neigre, con un millar de inválidos que ha-
saban todas estas maniobras, todos estos cruzamien-
bían quedado á su cuidado.—Ningún obstáculo podia
tos de tropas.
detenerlo en su camino: Toluca no estaba militarmen-
Pero esto no era mas que el principio de la campa-
te guardada para proteger la capital, porque no se ha-
ña, la cual asombró tanto al general Forey, que, se-
bia tomado la mas mínima precaución, en la hipótesis
gún dicen, escribió á su sucesor pidiéndole explica-
de un triunfo de Uraga; y hay que repetir que ese
ciones sobre el plan que habia presidido todos Sus
triunfo no tuvo lugar, debido solamente á una feliz ca-
movimientos y todas estas marchas.
sualidad.
El general Mejía se habia separado del general
Douay en Guanajuato para marchar sobre San Luis, v El general mexicano pudo, pues, apoderarse de la
se habia apoderado de él, despues de un brillante he- capital por un atrevido golpe de mano: mas suponien-
cho de armas contra las tropas del general Negrete. do que solo hubiera logrado acampar sus tropas bajo
La division Douay estaba en el camino de Zamora, sus muros, ¿qué efecto hubiera producido esta noticia
mentiras que el general en gefe, con el 3.° de zuavos, en Enropa, en donde los boletines del ejército anun-
ciaban al general en gefe operando una brillante y rá- Por otra parte el general Arteaga se encontraba so-
pida campaña en el interior del pais, y conquistando bré el cámino que conduce de Colima á Guadalajara,
los votos dé las poblaciones en favor del archiduque con cierto número de tropas, en un punto fortificado
Maximiliano? llamado la Barranca. Alli debia ir Uraga á reunírse-
Con razón se asombraba el general Forey de esta le, con los restos de su ejército.
imprudente campaña, que denotaba k faltaa com- Mas si la división Douay, despues de haber pasado
pleta de un plan maduramente concebido. por Coaleoman, en donde habría destruido el depósi-
La noticia del buen resultado dé Márquez llegó muy to de armas y la fundición de cañones, se hubiera tras-
pronto al general Douay, que estaba en observación ladado al camino de Colima á Guadalajara mientras
cerca de la Piedad. que el general Bazaine hubiera seguido ese mismo ca-
Este general tonió inmediatamente la resolücion de mino en sentido inverso, no solamente hubiera sido
echarse sobre Zamora, para cortar el camino al ejér- destruido el ejército de Uraga, sino que el de Arteaga
cito de Uraga, que venia en retirada por el de Moretia no podia dejar de desbandarse, perdiendo la mayor
al mismo Zamora. parte de su material de guerra.

Una sola marcha le bástó para recorrer ese trayec- Nada de esto debió hacerse, sin embargo. Uraga
to. La operacion tuvo MÚy buen éxito, y Uraga sé pudo reunir los restos de su ejército sin que lo inquie-
vio obligado á buscar ún refugio en la montaña de Mi- tara nadie, reunirse á Arteaga en la Barranca, y estar
choacan. amenazando con 12,000 hombres á Guadalajara, du-
Allí lo persiguíó Donay, y el 1.° de Enero de 1864, rante muchos meses, desde aquella posicion terrible,
lo obligó á abandonar sü artillería en Uruapam, y á despues de haber tenido en jaque al coronel Garnier,
huir liácia Colinia. á quien habia dejado el general en gefe con un regi-
Debemos suponer que Douay, despuefc de esa cor- miento guardando la capital de Jalisco.
rería, recibió orden de cesar en ella, porque volvió á En el mismo momento en que el general Douay su-
Zamora y fué á acampar á la Barca, á orilla del Rio- po que el general en gefe dejaba á Guadalajara to-
grándé, pronto á marchar sobre Guadalajara ó stíbre mando el camino de la Barca, separada de aquella por
cualquira punto que se ofreciera: cuatro jornadas de marcha, y á donde él se encontra-
Uraga estaba én Goalcoman, cerca dé Colima, don- ba acampado, recibió la orden para trasladarse á Za-
de tenia su fundición, su capsuléría y su depósito cen- catecas!
tral de armas ymunieioñes. O b e d e c i ó ! . . . . ¿Pero cuál debió ser su sorpresa al
llegar á esta ciudad, encontrando en ella al general las bandas que devastaron á Michoacan» sin haber po-
de Castagny, que también habia entrado allí la víspe- dido aniquilarlas jamas.
ra sin disparar un tiro?
Entretanto, el general en gefe marchaba á toda pri-
(Algunos ginetes mexicanos solamente habían des-
sa sobre la capital, á donde llegó en Febrero.
cargado sus armas sobre la vanguardia francesa.)
¡Los dos generales de división del cuerpo expedi- Tiempo es ya de explicar como sé manejaban las te-
cionario se habían cruzado en Silao, para volver á en- clas para obtener «la expresión positiva y libre de la
contrarse en Zacatecas, despues de largas jornadas! nación, con el fin de llamar al archiduque Maximi-
¿Para qué? liano.»
• u • '• •
En vano hemos procurado comprenderlo. Los gefes de fuerzas tenian orden de nombrar una
El resultado de todas estas combinaciones fué que municipalidad, á medida que fuesen entrando en las
cuatro dias despues de haber llegado á Zacatecas, poblaciones. Bien ó mal, se reclutaban los conceja-
cuando no descansaba todavía de su larga marcha eje- les. Lo importante era obtener actar firmadas en fa-
cutada desde la Barca hasta allí, la división Douay re- vor del imperio. Algunos dias despues aparecían
cibía órdenes para trasladarse á Guadalajara inmedia- aquellas actas en el diario oficial. He aquí el secreto
mente. Recuérdese que acababa de salir d é l a Bar- del procedimiento, para haber podido publicar un. nú-
ca, de donde solo hay cuatro jornadas á Guadalajara. mero considerable de adhesiones.
El coronel Garnier estaba en frente del ejército del -í ¡JU'j 1 Í )••.'•: i -II )'. ...:••
general Uraga, y este lo tenia en jaque, como ya he- Esta expedición del general en gefe fué llamada por
mos dicho. Preciso era apoyarlo, pero esto era cosa M- Thiers: «el paseo electoral.» Con razón: ella hi-
fácil de prever hacia largo tiempo. zo un emperador y un mariscal de Francia!
La división Douay se puso, pues, en marcha para Pero lo que no dijo M. Thiers es, que la víspera de
Guadalajara, rehaciendo, en sentido inverso, la larga la salida del general en gefe de México para la campa-
y penosa caminata que algunos dias antes habia hecho
ña, habia hecho insertar en la cuarta página del «Dia-
inútilmente!
rio oficial,» con el título de AVISO PARA PUBLICAR, la
Mas tarde necesitó emprender una campaña seria enumeración de todas las causas que ponían á los me-
para destruir el ejército de Uraga; pero no tuvo ni el xicanos en manos de los consejos de guerra; y que en
tiempo ni los medios de hacerla en entera regla, y ese virtud de tal AVISO, sabian estos que tenian á su dis-
ejército mal destruido, fyé despues el núcleo de todas posición veinte maneras de merecer la muerte, sin
200 201
contar otras mil que les servirían para ir á diferentes y había hecho ya gastos considerables: n o podia que-
presidios (1). darse con la carga encima.
El emperador Napoleon se conmovió mucho con la
Así iban los franceses á buscar el voto de la na-
vacilación del Archiduque.
ción!!!. 1. ' ' ' '
Envió á uno de sus ayudantes á Miramar, para aca-
Así lo obtuvo el general B a z a i n e ü ! . . .
bar de decidir á Maximiliano, y personalmente le es-
Y sin embargo, no temió escribir al emperador Na- cribió cartas muy insinuantes para apoyar este pa-
poleón que el país entero esperaba impaciente al jo- so.
ven Emperador que habia proclamado la junta de no-
Al fin triunfó, y el 10 de Abril de 1 8 6 4 , el archi-
tables!!!. . .
duque Maximiliano de Austria se colocaba en las sie-
Ya el Archiduque no tenia razón para resistir. nes la corona del desgraciado Iturbide!
El gobierno francés se apresuró á comunicarle á 'El mi,smo dia nombraba al general Almonte tenien-
Miramar el resultado del paseo electoral del general te general d e l imperio.
en gefe.
El buen derecho sucumbía ante la Gonspira-
Mas es menester confesar que esto no satisfacía cion! . . .
completamente al príncipe, el cual vacilaba todavía.— La Gonveneion de Miramar s e firmó por los empe-
Por otra parte, el emperador de Austria no era parti- radores Napoleon III de los franceses, y Maximiliano I
dario de su aceptación. Consintió en ella con repug- de México.
nancia, y aun puso condiciones bastante duras á su Reproducimos aquí la parte mas interesante de ese
hermano para hacerlo desistir: entre otras, la de pri- documento.
varlo, por seis años, de sus derechos eventuales al «Los gobiernos dé S. M. él Emperador de los fran-
trono de Austria. ceses y de S. M. el Emperador de México, animados
El gobierno francés se habia comprometido mucho, por igual deseo de asegurar él restablecimiento del
orden en México y de consolidar el nuevo imperio,
1) Otro medio de civilizar. El general Bhzaine no han resuelto arreglar por una C o n v e n c i ó n : . . .
-quería ser menos que el general Forey!—Y ambos Cum- «Art. 1.° Las tropas francesas que se hallan ac-
plían su deber: esa guerra de la «raza latina» que tanto tualmente én México, serán reducidas lo mas pronto
critica á la raza sajona el aniquilamiento de los indios bár- posible á 2 5 , 0 0 0 hombres, inelusa la legión extran-
baros,.no se promovió coij mas fin que el de aniquilar á
gera.
ios «bárbaros mexicanos!»—(N. del T.)
«Para resguardar los intereses que motivaron la i n -
«Gracias á la magnanimidad del Emperador de los
tervención, permanecerá temporalmente ese cuerpo
franceses, se han adquirido igualmente las garantías
de ejército en México, bajo las condiciones de los ar-
necesarias para asentar sobre bases sólidas la inde-
tículos siguientes.
pendencia y prosperidad del país.»
«Art. 2.° Las tropas francesas evacuarán á Mé-
xico, á medida que S. M. el Emperador de México va- Como se frustraron estas e s p e r a n z a s ! . . . .
ya pudiendo organizar las tropas necesarias para
reemplazarlas.

«Art. 3." La legión extrangera que está hoy al


servicio de la Francia, y que se compone de 8 0 0 0
hombres, permanecerá, sin embargo, en México, por
espacio de seis años todavía, despues de que todas las
demás fuerzas francesas sean reembarcadas con arre-
glo al art. I o Desde ese momento dicha legión e x -
trangera pasará al servicio y será pagada por el go-
bierno mexicano, reservándose este la facultad de
abreviar la duración en México de la repetida legión
extrangera.

«Art. 10. La indemnización que deberá pagar á


la Francia el gobierno mexicano por gasto, sueldo,
alimento y entretenimiento de las tropas del cuerpo
de ejército, desde el dia 1.° de Julio de 1 8 6 4 , queda
fijada en la suma de 1 . 0 0 0 francos anuales por cada
hombre.»

Respondiendo el archiduque Maximiliano, el 10 de


Abril, á la diputación mexicana, en el castillo de
Miramar, apreciaba esta Convención del modo si-
guiente:
CAPITULO VII.

Llegada de SS. MM. h M é x i c o . — S e c e s o s diversos,


— M i s i ó n del baroa Saillard.—-lltimatum pre-
sentado al emperador Maximiliano.—Viage de la
emperatriz Carlota.—Su llegada á Europa.-—
Larga memoria entregada por S. 51. al emperador
Napoleón, en respuesta al ultimátum.

Antes de embarcarse para México el nuevo Empe-


rador, fué á visitar al Santo Padre á Roma, para reci-
bir allí las bendiciones de Su Santidad. Se asegura
que Pio IX le hizo la promesa solemne de prestarle su
ayuda para terminar todas las cuestiones relativas 4
la iglesia, cuestiones que habían ocasionado en Megi*
co muy sensibles escándalos, durante la regencia.
No habia ya ningún obstáculo para su marcha.
I N T E R V E N C I O N F R A N C E S A — 1 8
Partió, en la persuacion de que era llamado, ar- Hoy no es mas que un ejemplo terrible!
dientemente deseado por toda una nación desgra- El emperador Maximiliano y la Emperatriz desem-
ciada. barcaron en Veracruz el 2 8 de Mayo de 186 i . La
Esta ilusión había penetrado en su espíritu con tan- primera acogida no fué favorable, pero el entusiasmo
ta mas facilidad, cuanto que poseia una alma elevada que SS. MM. encontraron en el camino, borró bien
y caballeresca, y que el solo pensamiento de que po- pronto la primera impresión mala.
día tomar parte activa en la construcción de una gran- En todo el tránsito hasta México no hubo mas que
de obra, lo exaltaba con facilidad. demostraciones de alegría. (1)
Tal vez esta fue la sola ambición que tuvo siem- La capital entera habia salido al encuentro de los
pre! jóvenes soberanos, y ellos sonreían á todo el mundo,
Maximiliano tenia, ademas, gustos muy sencillos y con una gracia y un abandono, que patentizaba el go-
un grande amor al trabajo, pero no poseía ni la inte- zo de sus corazones.
ligencia ni la energía suficientes para llevar á buen Sin duda tenían fé en el porvenir!
fin una empresa de la magnitud de la que se atrevía á En cuanto llegó Maximiliano á la capital, conoció
acometer. el estado deplorable en que tenia los negocios públi-
Bien rodeado, bien aconsejado, tal vez hubiera po- cos la regencia. No habia hecho, ni siquiera prepa-
dido, no precisamente formar un imperio duradero, rado nada.
porque esto era imposible, pero siquiera hacer á Mé- El Emperador no pudo disimular su sorpresa, y
xico el inmenso beneficio de sacarlo del caos en que Almonte cayó en cierta especie de desgracia.
estaba sumerjido hacia cincuenta años. Dándole or- Se le alejó completamente de los negocios, mas co-
den, le hubiera dado dicha y riqueza. mo no se le podía separar de la administración, se le
Tal vez así se hubiera hecho perdonar su origen; y nombró gran mariscal de la corte, con cuyo puesto se
sino hubiera conseguido permanecer hasta el fin como tuvo que conformar.
Emperador de México, se hubiera grangeado, al me- Era un acto de ingratitud por parte del Emperador,
nos, algunos derechos á la gratitud del pueblo mexi- herir así á un hombre que le habia prestado incontes-
cano y del mundo entero, despues de su caida. Y de tables servicios. Si Almonte no habia hecho nada,
esta manera su empresa, que la historia llamará una e s necesario confesar que habia sido muy delicada su
aventura, hubiera sido considerada, al contrario qui-
zá, eomo una obra de desinterés, como un acto de hu- (1) No es exacto. Esas demostraciones, oficiosas ó no,
manidad. comenzaron desde Orizava.—N. delT.
posicion. A pesar de todo, supe tomar una actitud Para llenar esta tarea con imparcialidad, esperába-
enérgica con el clero, y defender también, con un va- mos la publicación de documentos que no pueden tar-
lor que le honra, los principios liberales que la inter- dar en aparecer. Sin embargo, como muchas publi-
vención francesa pretendía importar á México. (1) caciones que ha habido recientemente, nos parecen
Almonte era uno de los que habían hecho el impe- incompletas, nos hemos decidido á publicar una me-
rio, pero el Emperador no le perdonaba, sin duda, el moria curiosa, que responde detalladamente á gran
haber firmado el tratado de cesión provisional de So- parte de lo que se ha escrito sobre la materia. Esta
nora á la Francia, tratado cuya abrogación fué una de pieza histórica fué entregada en Saint-Cloud al empe-
las condiciones para que se decidiera á aceptar la co- rador Napoleon por la emperatriz Carlota.—Bosque-
rona. jaremos solamente, á grandes rasgos, los importantes
Cometió entonces la inmensa falta de nombrar mi- acontecimientos qne nos separan del mes de Agosto
nistro al Sr. Ramírez, cuyo odio por todo lo que era de 1 8 6 6 , para explicar cómo y por qué circunstancias
francés, cuya incapacidad la mas notoria, y cuya há- vino á ser conducido Maximiliano á redactar ese tra-
bil intriga lo condugeron al borde del precipicio en bajo.
que encontró la muerte. De todos los consejeros que Desde luego preocuparon al nuevo soberano las
tuvo el desgraciado príncipe, el mas funesto fué el Sr.
cuestiones de la iglesia que tenian para él una impor-
Ramírez.
tancia capital.
Las flores, los gritos de alegria, pudieron aturdir Esperaba un nuncio apostólico para zanjarlas.
un instante al joven soberano, pero despues de la ilu- No queriendo emprender nada antes de la llegada
sión, era necesario afrontar la realidad. de este prelado, se decidió á hacer un viaje al interior
Era necesario reinar, en una palabra! del pais. La acogida que recibió en todas partes fué
la misma que se le habia preparado de Veracruz á Mé-
Aquí debía terminar nuestro relato, porque creía-
xico'. (1)
mos, y creemos todavía, que no ha llegado aun el mo-
mento de escribir la historia del imperio de México. (1) Ya he dicho lo exacto respecto á las manifestacio-
nes que se hicieron á Maximiliano en ese viage. En cuan-
(1) Esto no es exacto ni justo.—Los principios libera- to á este del interior, recuérdese que las anginas lo detu-
les y de reforma que pretendió defender Almonte, eraa los
que constituían ya á la^lepública mexicana; principios y vieron en un pueblo de Guanajuato^ y se aseguró entonces
reformas muy diferentes, por cierto, de los «ukases» de que su precipitado regreso de allí á la capital fué por te-
Forey y de Bazaine con que se había presentado la inter- mor de que lo apresaran las fuerzas republicanas que re-
vención.—N. del T. corrían aquellos lugares.—N. del T.
Se le cubrió el camino de flores, y no oia mas que venia?—¿Cuál era su pasado político?—Nadie podia
exclamaciones de reconocimiento y felicidad. Pudo, decirlo. No sabemos como pudo sembrar la discor-
indudablemente, creerse el elegido de la nación. La dia entre el soberano y el mariscal. Lo que era no-
ilusión es el pan de todos los soberanos. No ven el torio en México es que el consejero del Emperador
abismo hasta el dia en que se les precipita en él! tenia mucha influencia, y que abrigaba una especie de
Su vuelta á México dió lugar á una nueva ovacion. horror hacia los franceses y hácia su gefe, que no sa-
Todo parecía marchar á medida de los deseos del bia disimular.
Emperador.
Otros se encargarán de dar á conocer á ese perso-
El general Bazaine acababa de ser nombrado ma- nage, mejor de lo que nosotros podemos hacerlo aquí.
riscal de Francia.
Por ahora diremos solamente que él fué la causa de
Maximiliano supo este nombramiento durante su casi todas las faltas cometidas en México por el Empe-
viage, y se apresuró á felicitar al nuevo mariscal, es- rador, y que por su inercia y falta de conocimiento en
cribiéndole desde Penjamillo, el 6 de Octubre de
los negocios, fué una rémora fatal para todo progre-
1864:
so. ¿Cómo habia podido patrocinar el rey Leopoldo
«Una sola cosa podria disminuir el placer que nos á semejante c o n s e j e r o ? . . .
ha proporcionado tan feliz acontecimiento, y seria el Empero es justo decir que no es M. Eloin solamen-
caso en que, á consecuencia de él, tuviéseisque aban- te quien debe asumir la responsabilidad de este des-
donar nuestra patria. acuerdo funesto.
Hubo en el círculo del Emperador otras personas
MAXIMILIANO.» que consiguieron que el soberano tomara la defensa
de sus pasiones particulares. Entre ellos debe con-
El comandante en gefe habia ido á Toluca, con la tarse al general conde de Thun, que mandaba el cuer-
Emperatriz, á encontrar al soberano. po austríaco, y quien desde los primeros dias se puso
Todavía reinaba entre todos la mejor inteligen- en abierta lucha con la autoridad francesa. Quería
cia. ser independiente, y el mariscal cometió la falta de no
¿Porqué debia nublarse tan pronto? haberse mostrado bastante enérgico con él y de no ha-
Se ha dicho que la causa fué M. Eloin, un conseje- ber reprimido sus pretensiones oportunamente.
ro del Emperador que le habia recomendado el Rey de El Emperador tomó parte en la cuestión en favor
los belgas.—¿Quién era é s e personage?—¿De dónde de su compatriota, y esto contribuyó mucho á man te-
ner una animosidad cuyas consecuencias debian ser dad que existían dificultades con el Papa, la cuestión
fatales. militar parecía tranquilizarlo. El general Douay ba-
En suma, podemos asentarlo con toda conciencia, tió al ejército de Uraga y tuvo algunas otras victorias
hubo faltas por parte del soberano, y las hubo en el Estado de Michoacan. El general Brincourt ha-
también por parte del mariscal. Desgraciadamente, bia hecho una brillante campaña en el Estado de Oa-
este no comprendió las consecuencias de esa lucha pe- xaca contra el general Porfirio Diaz. La capital de
ligrosa, y en esto encontramos, principalmente, la este Estado no estaba fortificada: el general Brincourt
causa de sus faltas posteriores. ¡Cuánto mejor hu- estaba ya próximo á apoderarse de ella, cuando tuvo
biera hecho en retirar sus quejas desde el principio! que volver sobre sus pasos, en virtud de órdenes que
¡Cuánto mejor hubiera hecho también el gobierno recibió del mariscal. Tan extraña resolución no pue-
francés, que conoció esa lucha desde su origen, en ha- de explicarse sino por el deseo del general en gefe de
berla terminado llamando al mariscal! ir él mismo á medirse con Porfirio Díaz. También así
Al fin llegó el nuncio, cuando concluía el año de se dió tiempo al enemigo de levantar fortificaciones y
1864. preparar al ejército francés un nuevo sitio de Puebla;
pero probablemente la perspectiva de un sitio tenia
Pronto debian desvanecerse las esperanzas que se
un secreto atractivo para el vencedor de San Lorenzo;
fundaban en él.
y las probabilidades casi ciertas de una victoria que
Llegó sin instrucciones y con la resolución de des-
comunicaría nueyo brillo á la gloria militar que ha-
hacer cuanto se habia hecho.
bia adquirido durante la expedición, acabaron de de-
Nada pudo vencer su inercia. Rehusó categórica-
cidirlo.
mente toda transacion.
Fué necesario obrar sin él. Solamente olvidó, en su ardor guerrero, los gastos
El nuncio se retiró en Junio de 1865, época en que enormes con que iba á recargar el presupuesto mexi-
podia verse ya el borde del abismo. La actitud de cano.
los Estados-Unidos hacia disminuir la confianza de to- Las tropas francesas salieron de México en los pri-
dos, y el empréstito mexicano habia bajado en la Bol- meros dias de Diciembre, á las órdenes del general de
sa de Paris, el 5 de Mayo, de 5 0 á 46 francos, como división Courthois d'Hurbal, para ir á observar al ge-
si Juárez estuviese en vísperas de entrar á México. neral Porfirio Diaz.
Sin embargo, Maximiliano estaba muy distante de Muchas dificultades tuvo que vencer ese general
creer una crisis tan pronunciada, porque si era ver- francés para llegar hasta Etla, á la vista de Oaxaea, y
no pudo pasar de allí, porque le estaba prohibido dar brigada del general l'Heriller y la artillería de la guar-
un solo paso mas, así como atacar bajo ningún pre-
dia.
texto.
Esta primera salida de tropas despertó en el espíri-
Esta prohibición le era tanto mas penosa, euanto tu del Emperador una de las preocupaciones que mas
que, mientras él estaba condenado á la inmovilidad, debian de atormentarlo, como se comprende fácil-
Porfirio, encerrado en la ciudad con un ejército cuyos mente: la organización de su ejército.
oficiales eran, casi todos, de los amnistiados en Pue-
Se acercaba el término de la salida de las tropas
bla, levantaba fortificaciones á la vista del ejército
francesas: la insurrección permanecía como siempre,
francés. ( í ) Habiendo participado esto al mariscal,
y era forzoso ahogarla.
salió este apresuradamente á dirigir la campaña por
si mismo. El general Forey nada habia hecho, desde Orizava,
para esa organización. Despues se vistieron algunos
El general d'Hurbal se vengó de aquella inacción
hombres, se formaron unas especies de regimientos
rigorosa en que se le habia tenido, dando al ejército
y compañías, pero no se les dió ninguna instrucción,
francés el expectáculo de un valor y una sangre fría
ni tenían ninguna administración propiamente dicha.
envidiables, el dia que se rompieron los fuegos.
Las tropas se reclutaban entre los vagos y mal entre-
A ejemplo de Puebla, capituló Oaxaca sin condicio- tenidos, recibían sus sueldos por quincenas adelanta-
nes. La guarnición entera depuso las armas, y el ge- das, como en las administraciones anteriores, y el
neral Diaz tuvo por prisión el fuerte de Guadalupe, resultado de todo este desorden eran las deserciones.
en aquella ciudad.
No habia nada realmente organizado.
El mariscal regresó á México orgulloso con su
Estaban reunidas algunas comisiones, pero todo
triunfo.
figuraba en el papel, y el tiempo pasaba de este mo-
Escribió á Paris que la última muralla de resisten- do, sin ningún provecho positivo. Así se siguió pa-
cia acababa de desmoronarse en Oaxaca, y que ya no sando, hasta la hora fatal en que fueron insuficientes
quedaban mas que «bandas,» que se aniquilarían hasta los esfuerzos supremos.
pronto. Maximiliano sentía mucho todos estos retardos, y
Y para justificar su dicho, mandó para Francia la lo manifestaba en alta voz.
¿Se habia extinguido la fé que tenia en el mariscal
(1) No recuerdo cual fué la amnistía de Puebla, á que Bazaine el 7 de Octubre de 1864?
se refiere aquí el autor.—N. del T. Todo indica que sí.
Así, por ejemplo, ¿qué hace el dia del casamiento
Hacémos constar un hecho solamente, sin hablar del comandante en gefe, cuyo relevo habia pedido con
de las circunstancias qué pudieron ocasionar este instancia? Imagina regalarle un hotel magnifico,
cambio brusco en el espíritu del soberano. con todo el ajuar que la municipalidad habia compra-
Estamos en los primeros dias de Febrero de 1865, do para recibir al general Forey, y encarga á Almon-
El general Woll acababa deembarcarseenVeracruz te del mensage. El mariscal rehusó, pero la marís-
en el paquete inglés que salió el dia 2 de ese mes*. cala pudo "aceptar sin temor. La diferencia no era
gran cosa. El Emperador hizo el obsequio, y por
Este ayudante del Emperador iba á Europa con
cierto que fué régioü!
una misión francesa para el emperador Napoleon, y
Desde ese dia se convirtió el mariscal en inquilino
esta misión no era nada menos que la de pedirle la re-
de la maríscala, y en inquilino real, porque el inqui-
tirada del mariscal Bazaine. No sabemos si este co-
linato ascendía á 6 0 . 0 0 0 francos anuales, que la mu-
noció esa misión. Nosotros podemos hacerle saber,
nicipalidad ha pagado religiosamente hasta el último
de la manera mas positiva, que el general Woll era
mes.
portador de instrucciones escritas y categóricas en
La siguiente carta fué agregada á la acta de la do-
este sentido, para el gabinete de las Tullerías; y aña-
nación: (1)
diremos que este primer pedido, que quedó sin re-
sultado, fué seguido de otros muchos del mismo géne- «Mi querido mariscal Bazaine.
ro, sin contar el que hizo personalmente la empera- , »Queriendo daros una prueba de amistad perso-
nal, así como de reconocimiento por los servicios he-
triz Carlota cerca del emperador Napoleon, en 1866.
chos á nuestra patria, y aprovechando la ocasien de
¿Por qué se obstinaba el Gobierno francés en con-
vuestro matrimonio, hacemos donacion á la marisca-
servar al mariscal Bazaine?
la del palacio de Buena-vista, incluso el jardín y to-
Esto es lo que ignoramos, por mas que compren- do el menage; á reserva de que, si bien porque al-
damos que hoy debo sentirlo. lí] El palacio acaba de venderse por el gobierno mexi-
Co.n'o, á pesar de todo, el elemento generoso pre- cano á D. José Rincón Gallardo en beneficio del erario.
dominaba en su naturaleza esencialmente débil, Maxi- En caanto á los hermosos muebles y maceteros para jar-
miliano olvidaba el resentimieuto de "la víspera, á la dín, de que la municipalidad habia adornado el palacio pa-
vista de cualquier procedimiento bueno del dia si- ra el general Forey, fueron vendidos en la suma de 17,000
guiente. pesos, por el mariscal Bazaine, antes de su salida de Méxi-
De aquí nacian las constantes contradicciones en co.—(Nota del autor.)
su conducta con el mariscal. I N T E R V E N C I O N F R A N C E S A — 1 9
gun (lia volvieseis á Europa, ó por cualquier otro mo- todo lo concerniente á la colonizacion en México, pen-
tivo no quisiéseis seguir en posesion de dicho palacio sando llegar así á los resultados que no se hubiera
para la maríscala Bazaine, la nación volverá á entrar atrevido á tentar por una medida precipitada, por te-
en su dominio, y para tal caso, el Gobierno se obliga mor de herir las susceptibilidades del gabinete de
á dar á la maríscala, como dote, cien mil pesos. Washington.
«Vuestro muy afecto. A pesar de todas estas precauciones, los Estados-
Unidos protestaron contra los nombramientos hechos
«MAXIMILIANO.
en favor de enemigos, y Maximiliano se vió en la ne-
cesidad de retirarlos de sus funciones.
«CASTILLO. » — « A L M O N T E . »
Un acontecimiento muy grave que habia tenido lu-
gar en México, hizo mucho ruido en los Estados-Uni-
Estas generosidades del Emperador, en nada mejo- dos y excitó á su gobierno á mostrarse todavía mas
raban los negocios del Estado. hostil hacia Maximiliano.
Los acontecimientos de los Estados-Unidos se ha- Cierto doctor Gwin, senador por el Estado de la
bían sucedido de una manera contraria á todas las California, llegó á México, portador de una carta de
previsiones. Acababan de sucumbir los confedera- M. Con ti, gefe del gabinete del emperador Napoleon,
dos, y el Norte vencedor prometía socorrer á Juárez, para el mariscal Bazaine. En esa carta, que hemos
mas que nunca, en la lucha que sostenía con perseve- leido, se suplicaba al comandante en gefe que apoyara
rancia. las operaciones de colonizacion que el senador confe-
Se ha hablado, como de una combinación hábil, de derado quería hacer en el Estado de Sonora.
la posibilidad que hubo entonces de recibir en el ter- El mariscal dió pruebas, en esta vez, de mucho
ritorio mexicano, á los confederados vencidos que pe- tacto y finura.
dían asilo al Emperador; mas esta cuestión, tan sen- Comprendió la gravedad de esta empresa, y pre-
cilla en la apariencia, era muy complexa, como espe- viendo las consecuencias, adoptó algunas vacilacio-
ramos probarlo en seguida, tratándola con documen- nes, con el objeto de ganar tiempo.
tos auténticos. El negocio era perfectamente conocido en Washing-
Digamos por lo pronto, para dar una prueba de la ton y en México.
buena disposición del Emperador, que este encargó La llegada de Mr. Gwin coincidió con ciertas noti-
al célebre comodoro Maury y al general Magruder, de cias que vinieron de Francia, relativas á Sonora.
El gabinete de México se conmovió, y el Emperador «Por otra parte, la prensa menuda de México no
se vió obligado á protestar públicamente. cesaba de esparcir noticias alarmantes, en la falsa su-
Un diario americano, el «Express,» habia anuncia- posición de una cesión de Sonora, sobre la actitud de
do que Mr. Gwin iria á Arizpe, en Sonora, y que se- los Estados-Unidos para con México: en una palabra,
ria apoyado por tropas del mariscal Bazaine. La ex- esa prensa se esmeraba en promoverla animadversión
cusa que daba ese diario al proyecto, era que el plan popular centra los extrangeros, y á derramar el ridí-
del senador americano aumentaría mucho los recur- culo por medio de caricaturas, sobre las tropas euro-
sos de México, y que así podría el gobierno pagar las peas, al mismo tiempo que el desprecio sobre las co-
deudas que habia contraído para con la Francia. sas mas dignas de respeto.

EL «World» de Nueva York, y el «London Times» «Fácil es comprender que semejante situación no
hacían revelaciones importantes en este asunto. podia ni debia prolongarse sin peligro. El 22 de
El «Diario oficial» de México protestó enérgicamen- Marzo fueron llamados al cuartel general los editores
te contra semejante designio, en un largo artículo del y los redactores de todos los periódicos de la capital.
26 de Junio.—Declaró que el gobierno, no solamente «El coronel Boyer, gefe del gabinete del mariscal
no era cómplice, sino que se opondría á él con todas Bazaine. despues de haberles recordado los deberes
sus fuerzas. de los órganos de la prensa, cuya misión consiste en
Adelante se verá, en la defensa del Lic. Ortega, he- calmar las pasiones, y no en excitarlas ni en envene-
cha en favor de Maximiliano, en Querétaro, un párra- narlas, vituperó la conducta de los periódicos satíri-
fo que se refiere á este incidente. cos, y concluyó por declarar, á nombre del gobierno
La protección acordada por el emperador Napoleon imperial y el del mariscal, que el decreto de Noviem-
á Mr. Gwin complicaba las cosas y les daba una grave- bre de 1863 que estableció el estado de sitio, no esta-
dad que no pudo ocultarse á los mexicanas, quienes ba derogado, y que en consecuencia, los escritores
deseaban conservar su independencia absoluta. En que se hiciesen culpables de excitaciones á la discor-
consecuencia, provocó algunas artículos muy violen- dia y de propagación de rumores alarmantes, deberían
tos de la prensa menuda de la capital, en que tuvo comparecer ante los consejos de guerra. Acto con-
que intervenir el mariscal Bazaine. Este negocio hi- tinuo fué decidida la prisión de D. Manuel Villegas,
.zo algún ruido en Francia, porque en el diario «La editor de la «Orquesta,» y del Sr. Franco, adminis-
Prensa» de París, correspondiente al mes de Abril, trador de la «Sombra,» los cuales aun no han sido
encontramos las líneas siguientes: puestos en libertad. Está preso también el redactor
ó editor de la «Cuchara,» y se busca para ese mismo Para completar su proyecto, y con el fin de crearse
fin al gerente del «Buscapié.» una defensa en Sonora contra las agresiones posibles
¿Estaba autorizada la «Prensa» para decir que la de los americanos del Norte, Mr. Gwin proponía que,
suposición de la cesión de Sonora era falsa? cuando espirasen las contratas de los soldados del
Nosotros, con perfecto conocimiento de causa, sos- cuerpo expedicionario, les daria cierta cantidad de
tenemos lo contrario. He aquí, en pocas palabras lo terrenos para explotar, ó un Ínteres en la explotación
que sabemos de ese negocio. de las minas.
M. Gvvin habia visto muchas veces, en Paris, al em- Precisamente en estos términos fué firmada la con-
perador Napoleon, y le había expuesto su proyecto de vención Arroyo-Montholon, que se encuentra hoy en
activar la emigiación de los confederados del Sur, fi- los archivos del ministerio de negocios extrangeros en
jándola en Sonora, por concesiones excepcionales he- Paris.
chas á los colonos.
Y precisamente con la idea de hacerla ratificar,
Lo que Mr. Gwin pretendía, sobre todo, era la pre-
quería el gobierno francés imponer á Maximiliano la
sencia de la bandera francesa en aquella provincia,
obligación de reconocer, aun antes de que aceptase la
para que les sirviera de garantía; y esto explica como
corona de México, todos los actos y compromisos fir-
el senador americano pudo obtener de M. Conti una
mados por la regencia-Almonte.
carta para, el mariscal Bazaine,
El Archiduque rehusó entonces. ¿Podia deshacer
Quería constituir así una especie de protectorado
esta prudente determinación cuando Mr. Gvvin llegó á
que cubriese los colonos extrangeros y los mexica-
nos. México reclamando el apoyo del comandante en gefe
Cierto es que Sonora seguía siendo un Estado me- cerca del gobierno imperial?
xicano; pero por espacio de quince años quedaba ba- Como se ve, la prensa menuda de México tenia ra-
jo la inmediata y soberana protección de la Francia, zón para protestar, y los procedimientos del coronel
que pagaba al gobierno mexicano el 10 por 100 sobre Bover, lo mismo que los rigores de los consejos de
la exportación de metales preciosos. guerra en cuanto á esas susceptibilidades y á esos ar-
Esta combinación propuesta por el senador ameri- tículos, eran muy severos, cuando menos!
cano, ponía al gobierno mexicano en posicion de pa- El dinero comenzaba á escasear en medio de todas
gar la deuda que le quedaba pendiente con la Francia, estas complicaciones. M. Langlais fué enviado por
y la Francia quedaba garantizada con esa hipoteca di- el emperador Napoleon para poner orden en la ha-
simulada de un Estado sumamente rico. cienda mexicana; pero la guerra lo absorvia todo, y
por otra parte, la muerte vino á impedir el término
pues, sin la respuesta que deseaba, pero en cambio
de una obra hábilmente comenzada, y á la cual M.
conducía documentos del cuartel general y de la lega-
Langlais habia dedicado todas sus fuerzas.
ción francesa, que debian apresurar las decisiones del
Ya en esta época obligaba el gabinete de Washing-
gabinete de las Tullerías.
ton al gobierno francés á retirar sus tropas de Méxi-
En efecto, tres días despues de la llegada de M.
co, y la caida de Maximiliano era inminente!
Saillard á París, anunciaba el «Monitor Universal»
Los disidentes, alentados por las promesas de apo-
que las tropas francesas volverían á entrar en Francia
yo de los Estados-Unidos, se multiplicaban por todas
en tres fracciones, y que en la primavera de 1867 ha-
partes, cuando llegó á México el barón Saillard. El
bría salido de México todo el ejército.
Emperador estaba entonces en Cuernavaca, con
Ademas las cajas del tesoro francés quedaban cer-
uno ó dos de sus ministros.
radas, desde, entonces, para el Emperadar de Mé-
La llegada del diplomático francés le sorprendió, y
xico.
quiso conocer, antes de recibirlo, cual podia ser. el fin
de su misión. El ministro de hacienda de México se desesperaba.
Las aduanas no bastaban para los gastos, gracias á
Pronto se convenció, de una manera indudable, de
la generosidad de la Francia que sacaba de ellas el 2 4
que el barón iba á pedirle que tuviera á bien hacer
por 100 para pagar las reclamaciones inglesa y espa-
conocer al Emperador de los franceses, la época en
ñola.
que podria subsistir sin el apoyo del cuerpo expedi-
No se podia continuar la administración, sino ocur-
cionario.
riendo á medios extremos, y este recurso repugnaba
Su primer movimiento fué de cólera, y hasta pensó
á Maximiliano. Por la primera vez tuvo el pensa-
no recibir al barón; pero algunos sabios consejos l e
miento de abdicar, pero esta idea duró poco en su e s -
hicieron variar de parecer.
píritu, y muy pronto volvió á la esperanza.
Desde luego se comprende que la misión de M.
Entretanto, era indispensable obrar.
Saillard no tendría resultados favorables. En rigor,
Al momento convocó al mariscal, al ministro de
Maximiliano podia resignarse á saber por este diplo-
Francia y al comisario de hacienda, y logró obtener
mático que el Emperador de los franceses condenaba
de ellos que le prestaran la suma de medio millón de
á muerte al imperio mexicano; pero es evidente que
pesos mensuales hasta fin de 1 8 6 7 , para atender á los
no podia llevar la complacencia hasta el punto de fijar
gastos del ejército.
él mismo la fecha de su ejecución. El barón partió,
Bien pudo hacerse esto por él, puesto que no habia
conseguido que se le dieran mas de cuarenta millones raba en vano un apoyo, queriendo organizar una fuer-
de los dos empréstitos mexicanos! za armada, los Estados-Unidos enviaban al gobierno
Y sin embargo, el gobierno francés no aprobó la francés despachos, cuyo tono casi amenazador, cau-
concesion precedente! saba verdaderas inquietudes al gabinete de las Tulle-
rías.
El Emperador ocurrió, una vez mas, al talento del
mariscal para organizar una fuerza capaz de defen- Por otra parte, el horizonte se oscurecía del lado
derlo cuando el ejército francés evacuara á México. de la Alemania y el Austria: importaba precipitar los
En esta época se resolvió la creación de batallones acontecimientos.
de cazadores de México, cuya formación quedó encar- Costara lo que costara, era preciso que el ejército
gada al general Osmont y al intendente Friant. francés regresara lo mas pronto á Europa,
En cuanto al ejército mexicano, todo estaba por ha- Las promesas de Mi ra mar estaban ya bien lejos!
cer todavía: ni un solo batallou estaba realmente or- En los últimos dias de Junio recibió Maximiliano
ganizado! una carta autógrafa del Emperador de los franceses:
El Emperador reunió en su palacio al mariscal Ba- era corta, pero precisa. Le anunciaba que el tratado
zaine, á Uraga, al general Osmont y al intendente de Miramar estaba roto, y que el ministro de Francia
Friant. El mismo presidió la sesien, pero no se con- estaba encargado de presentarle un ultimátum.
siguió nada. De pronto el Emperador entró en una agitación ex-
Nada se podia conseguir.... trema; pero luego, como anonadado bajo el peso de
En la primera sesión desenvolvió un plan el maris- una decisión soberana, cayó sobre su sillón entregado
cal, que hubiera podido ser mas ó menos aplicable en al mas profundo silencio.
Europa, pero que no podia -serlo en México. Habló Sentía desmoronarse el trono bajo sus piés, y antes
de conscripción, y hasta de una caja de dotacion del de que se le escapara su corona para siempre, pensa-
ejército. ba depositarla en manos de quienes se la habían en-
En este terreno era forzoso fracasar. tregado. Abdicaba!
Estas conferencias fueron en Junio de 1866: ¿po- La Emperatriz se consternó al saber la resolución
dremos ser tachados de parciales cuando nos atreve- de su marido, y en vano procuró combatirla al prin-
mos á decir que el ejército mexicano nunca estuvo or- cipio.
ganizado? La abdicadion debió haber tenido lugar el 7 de Ju-
Mientras que el emperador Maximiliano se procu- lio, dia le la fiesta del Emperador; pero desde los pri-
meros «lias de ese mes, ya la emperatriz Carlota había Sea como fuere, aquellas precauciones fueron inú-
hecho desistir á Maximiliano de su proyecto. Se com- tiles, porque el desgraciado Emperador aceptó el
prometió á marchar en persona, prometiéndose arre- ultimátum con lodos sus rigores, y el 30 de Julio
glarlo todo. ¿Se convenció el Emperador del éxito de firmaba la convención que le dejaba por último re-
la misi'on que la Emperatariz le proponía cumplir con curso el producto de la Aduana de Veracruz, que
toda la energía y toda la perseverancia de que era ca- estaba ya bastante reducido. En efecto, los ingleses
paz, ó hizo una pura concesion á una muger que le y los españoles seguían percibiendo el 24 por 100 que
suplicaba tuviese fé en sus promesas? les habia concedido la generosidad del gobierno fran-
cés: este tomaba 50 por 100 de lo que quedaba á Mé-
Seguramente nadie lo sabe.
xico, y el gobierno de Maximiliano no podia cojer
El ministro francés le presentó el ultimátum, como mas que 38 por 100 para todos sus gastos. . . Y sin
le había anunciado el emperador Napoleon; y precisa- embargo, no lo percibió j a m a s ! . . .
mente en este momento crítico se alejaba el mariscal Algunas personas del círculo del Emperador, le
Bazaine de México, con pretesto de ir á facilitar el habían aconsejado insistir enérgicamente en sus pro-
movimiento de retirada al general Douay, que no lo yectos de abdicación, á pesar de la opinion de la Em-
necesitaba! Sin duda operaba aquel movimiento en peratriz.
virtud de órdenes recientes que habia recibido de Pa- Así es que, en dos cartas que le fueron escritas el
rís: hasta creemos que las habia recibido á consecuen- 6 y el 7 de Julio, por una persona agregada hasta en-
cia del ultimátum! tonces á su servicio particular, leemos:
El mariscal salió de México en los primeros dias • «México, 6 de Julio de 18GG.
del mes de Julio; y tan convencido iba de que el Em- «,
perador abdicaría, y aun de que partiría, que dejó la
«Ya no es posible hacerse ilusiones.
orden al general d'Hurbal de dar al soberano todas
«La caidade V. M. está concertada, prevista, de-
las escoltas posibles hasta Veracruz, para proteger su
cretada En vano fundará V. M. sus esperanzas
retirada
en la resistencia, en la lucha: creo que ya todo es inú-
Aunque esta noticia la tenemos de una persona til , mas lodavia, peligroso
exactamente informada en todas las cuestiones con-
cernientes al Emperador de México, la damos bajo to- L. DETROYAT»
da reserva.
INTERVENCION F R A N C E S A — 2 0
«México, 7 de Julio de 1 8 6 6 . «Existe una cuestión de hacienda insuperable, y en
«Si re: ella son vencidos hasta los mas tenaces. Volveremos
«Las noticias llegadas de Europa esta mañana son á caer en los préstamos forzosos.—Ya no hay adua-
iatales. . . . . . nas, la revolución está en todas partes.—Tampoco
«Creedme, sire, ahora mas que nunca sereis aban- hay pacificación posible despues de las noticias veni-
donado; se os abandonará mañana, pasado mañana, das de Europa, que van á alentar á los disidentes. . .
poco importa, pero sereis abandonado. Si V. M. «¿Qué va á ser, qué e s hoy ya la cuestión mexicana
piensa retirarse despues de la salida del primer solda- en Europa?
do francés, su resolución será discutida ante la histo- «Los Estados-l uidos exigen que los franceses deso-
ria, ante la opinion pública. cupen á México. . .
«V. M. se encontrará en la alternativa de correr «Luego no hay mas que falta absoluta de dinero en
aventuras, de ponerse á la cabeza de las tropas (si las México, presión de la opinion pública en Francia . . .
hay) y de hacer como Juárez, como Miramon y otros
presidentes. «He aquí mis argumentos, y son irresistibles
«Vale mil veces mas una caida digna.
«Se retirarán las tropas f r a n c e s a s . . . . .
«Oigo decir, porque se habla ya de una catástrofe
«Abandono, abandono por todas partes!
próxima como de un hecho consumado, oigo decir «Quiera el cielo que V. M. se convenza de esto, an-
que el Emperador envía á Mejía á la Sierra; que arma tes de la salida del primer soldado francés!
á Juan Francisco; que llama á Márquez. . . El Empe-
rador se sostendrá: sí, es justo, porque los presiden- «Se pretende que si V. M. se retira, los mexicanos
de todos los partidos, adormecidos hoy, despertarán
tes se han mantenido con menos qtxe eso; pero V. M.
para retenerlo. Sea; pero es necesario experimen-
faltará también al primer principio de su corona, que tarlo . . . . . Y es preciso moverse, obrar pronto, sin
debe ser anti-revolueionaria por esencia. ninguna indecisión, adoptar un plan y seguirlo hasta
«La proclama de Miramar pertenece á la historia: el fin. Ya lo he dicho: estamos en los dias de las re-
es la fé jurada! soluciones supremas
«Los presidentes imponían préstamos forzosos pa- «Quiera Dios inspirar bien á V. M!
ra vivir. V. M. no puede aceptar esto, y sin embar- L . DETROYAT.» ( 1 )
go las cargas públicas se han recargado con dos prés-
tamos onerosos.—Hoy la Francia reclama, y se hará (1) Como dije al principio, en mi nota relativa, asegu-
ran algunas correspondencias de Paris que este es el au-
pagar. tor de la presente obra anónima.—N. del T.
- • i. ' r •
¿Porqué no fueron oidos estos sabios consejos? cía del pasado nos obligaba á buscar garantías en el
¿Podia dudarse un solo instante, en efecto, lo irre- porvenir contra la repetición de actos que tan á me-
vocable de las resoluciones del gobierno francés, nudo habían traído represiones severas, pero siempre
cuando, despues de haber leido la carta del empera- ineficaces, á ese pais, á costa de expediciones onero-
dor Napoleon, se conocía el documento que sigue?. . . sas.—Esas garantias debían resultar, sobre todo, de
la fundación de un gobierno regular, bastante fuerte
«París, 31 de Mayo de 1866.
para romper con las tradiciones de desorden que le
«El general Almonle ha entregado al Emperador
habian legado unos gobiernos efímeros.
las cartas de S. M. el emperador Maximiliano, y las
«No hemos querido creer, sin embargo, que los
comunicaciones que se le encomendaron para el go-
elementos de una indispensable regeneración política
bierno francés. S. M. tiene el sentimiento de deber
fuesen desechados por la nación mexicana, y nos per-
expresar aquí la sorpresa que le han causado esas co-
mitimos secundar todos los esfuerzos que el país mis-
municaciones.
mo hiciera para salir de la anarqnía que lo devoraba.
«Desde hace mas-de un año, las instrucciones diri-
Esta idea era grandiosa, y sedujo al emperador Maxi-
gidas á los agentes franceses en México, inspiradas
miliano. Sin detenerse por las dificultades y los pe-
por el sentimiento de los deberes y obligaciones recí-
ligros de la empresa, oyó el llamado de la nación me-
procos que hemos contraído, tienen el objeto de ha-
xicana, y se dedicó valerosamente á la tarea. Creyó,
cer llegar al gobierno mexicano consejos dictados por
lo mismo que el emperador Napoleon, que la indepen-
los intereses de los dos países, así como por la since-
dencia mexicana y la integridad de su territorio garan-
ra amistad que S. M. profesa al emperador Maximi-
tizada por un gobierno estable y reparador, afectaba
liano.
grandes intereses ele conciliación v de equilibrio; y
«No parece que se han oido estos consejos. A^í
§abia que no le faltaría nuestro apoyo para ayudarlo á
lo indican bien las proposiciones formuladas por el Sr
realizar nna obra provechosa al mundo entero.
general Almonte, al mismo tiempo que revelan la mas
«Sin embargo, los deberes del Emperador hacia la
completa falta de conocimiento de una situación, cu-
Francia le ordenaban medir la importancia de los in-
yo esclarecimiento no puede diferirse ya para la corte
tereses franceses comprometidos en esta empresa, con
de México.
la extensión del auxilio que le era permitido ofre-
«No hay para qué recordar el origen de la expedi-
cer á México para asegurar un éxito feliz, y con tal
ción francesa: su legitimidad resaltaba de nuestras
motivose concluyó el tratado de Miramar
quejas.—Obligados á hacernos justicia, la experien- B • •
152 234
«La Francia lia llenado ampliamente los compro- cuitad las reclamaciones inglesas; cuando se encontra-
misos que aceptó en el contrato que estableció nues- ban recursos para pagar, al contado y sin demora al-
tros derechos y nuestras obligaciones, y no ha recibi- guna, deudas dudosas y no exigibles? Hemos visto
do de México sino muy incompletas las compensacio- negar hasta el principio mismo de las reclamaciones
nes equivalentes que se le prometieron. Este es un francesas, que estaban reconocidas, sin embargo, por
hecho que debemos hacer constar, porque no depen- el tratado de Míramar, como la causa determinante
de de nosotros el suprimir sus consecuencias. de nuestra expedición, y que aun á falta de estipula-
«Lejos estamos de desconocer las dificultades de di- ción, hubiera constituido una «leuda de honor irremi-
ferentes naturalezas con que ha tenido que luchar sible é indispensable!
S. M. el emperador Maximiliano. Si algunas veces
«Despues de haber señalado al gobierno mexicano,
liemos deplorado que 110 fuesen mejor secundadas sus
en todas circunstancias, la necesidad de proveer por
leales intenciones, liemos aplaudido siempre su activa
sí mismo á su propia conservación, y de haberle decla-
solicitud y su generosa iniciativa.
rado muchas veces que la cooperaeion que le prestá-
«
bamos no se sostendría sino mientras las obligaciones
«Los resultados no han correspondido á nuestras
correspondientes contratadas en nuestro favor tuvie-
esperanzas, á pesar de la hábil y enérgica dirección
ran el debido cumplimiento, le hemos expuesto las
del marisca], y de la abnegación de un ejército que na-
imperiosas consideraciones que nos impedian pedir
da cansa.
ya á la Francia nuevos sacrificios, y que nos decidian
«
á llamar nuestras tropas.
«El gobierno francés facilitaba la conclusion de los
empréstitos que aliviaban los embarazos del tesoro «Al tomar esta última resolución, hemos ordena-
mexicano, y sin embargo, nuestras cargas solo eran do, sin embargo, que se procuren llenar en su ejecu-
compensadas con arreglos ilusorios de cuentas. He- ción todos los plazos, todas las precauciones necesa-
mos dado consejos amistosos; pero la resistencia sis- rias para evitar los peligros que acarrearía una brus-
temática de los consejeros de S. M. se manifestaba en ca transición.
todo lo concerniente á los intereses de la Francia. «Al mismo tiempo hemos debido preocuparnos de
¿Deberemos recordar á precio de cuantos esfuerzos sustituir á las estipulaciones de Miramar, que han
pudo, en fin, conseguir la legación de Francia una in- quedado sin ningún valor, otros arreglos destinados
suficiente reparación de los daños sufridos por nues- á asegurar la garantía de nuestras deudas. En con-
tros nacionales cuando ya estaban arregladas sin difi- secuencia, el ministro del emperador en México ha
recibido instrucciones para concluir, al efecto, una «Es imposible aceptar las proposiciones presenta-
nueva convención. das por el general Almonte, y autorizar su discusión.
«Estas instrucciones, como todos los actos del em- Seria necesario consentir en una nueva convención.
perador Napoleon, van inspiradas de los sentimientos «Si S. M. el emperador Maximiliano acepta las
naturales que le inspüa el Emperador de México, y combinaciones que le serán propuestas, se sosten-
por su deseo sincero de conciliar intereses que no drán los plazos fijados para la salida sucesiva de las
quiere separar. tropas francesas, y el mariscal Bazaine, de acuerdo
«El Emperador ha estimado las razones que han con S. Mí, dictará las medidas necesarias para que la
determinado á sus representantes á no apresurar la evacuación del territorio mexicano se efectúe en las
conclusión inmediata de los arreglos que les estaban condiciones mas favorables para el sosten del orden y
indicados; pero ha sentido ver que el gabinete mexi- la consolidacion del poder imperial.
cano se ha aprovechado de su condescendencia para «Si por el contrario, no fueran aceptadas nuestras
trasportar á París el asiento de una negociación que proposiciones, no podemos disimular que, conside-
no puede ser útilmente seguida mas que en México. rándonos en lo sucesivo como libres de todo com-
»El emperador Napoleon ha sentido, sobre todo, promiso, y firmemente decididos á no prolongar la
encontrar figurando en el proyecto de tratado some- ocupacion de México, ordenaremos al mariscal Ba-
tido á su gobierno por el general Almonte, las pro- zaine que proceda al reembarque de las tropas con
posiciones ya formuladas; y que cada vez que se han toda la diligencia posible, sin cuidarse mas que de las
presentado, nos hemos visto obligados á declinar por conveniencias militares y de las consideraciones del
razones incontestables. La permanencia de las tro- arle, de que él será el único juez; debiendo procurar,
pas debería prolongarse mas del término convenido; al mismo tiempo, las seguridades á que tienen dere-
se nos piden nuevos adelantos, previendo la insufi- cho los intereses franceses.
ciencia del tesoro mexicano; y se aplaza su reembolso «El emperador Napoleon tiene la conciencia de ha-
á épocas indeterminadas. Ninguna prenda se nos ber ayudado á la obra común. En adelante, á Méxi-
ofrece, ni se estipula ninguna garantía para la seguri- co e s á quien corresponde afirmarse. Cuando la tu-
dad de nuestra acreencia.—Despues de las explica- tela extrangera se prolonga, es una mala escuela y un
ciones francas, leales y completas del gobierno fran- manantial de peligros: en el interior cria la costum-
cés, cuesta trabajo explicarse la persistencia de las bre de no contar consigo mismo y paraliza la activi-
ilusiones que han presidido la concepción de ese pro- dad nacional: en el exterior suscita celos, despierta
yecto. susceptibilidades. Ha llegado el momento para Mé-
xico el momento de responder á todas las dudas, y de Nadie podia esperar en Europa la decisión de la em-
elevar su patriotismo á la altura de las difíciles cir- peratriz Carlota.
cunstancias que atraviesa. Los ataques dirigidos con- Almonte, siu embargo, presentía que eran ciertos
tra la Corma de gobierno que se ha dado, se debilita- los rumores que circularon en París en los primeros
rán siu duda gradualmeute, tanto en el interior como días de Agosto, acerca de la llegada de esta joven s o -
en el exterior, cuando se defienda por sí solo, y llega- berana, porque se encontró en San Nazario á la lle-
rán á ser impotentes al fin, contra la union délos pue- gada del paquete, á cuyo bordo se trasladó para po-
blos y de su soberano, cimentada en pruebas acepta- nerse á sus órdenes.
das con valor y soportadas en común. El honor de
Apenas habia llegado la emperatriz Carlota, hizo
S. M. el emperador Maximiliano y de la nación mexi-
saber al emperador Napoleon que acababa de desem-
cana, será la conclusion de la obra civilizadora que
barcar sobre el suelo francés.
siempre tendremos el orgullo de haber alentado y pro-
El Emperador estaba enfermo precisamente. Se
tegido en su principio.».. .
hallaba en Saint-Cloud, obligado á guardar cama. In-
Nada faltaba á este ultimatum. Contenia los mas mediatamente hizo conocer á la Emperatriz el senti-
sangrientos reproches y las mas duras amenazas. miento que le causaba no poder ir á recibirla, aunque
«esperaba verla, decia, á su regreso de Bruselas.»
La emperatriz Carlota debia salir de México el 8. Y como Bruselas no figuraba para nada en el des-
Maximiliano puso en sus manos todas las piezas que pacho de la Emperatriz, creyó esta que el Emperador
necesitaba para emprender su difícil misión, y entre se servia de.un pretexto para no recibirla.
ellas una larga memoria que debía entregar al empe- Pasó la noche en Nantes, llena de ansiedad, y ade-
rador Napoleon. lantó algunas de las personas de su séquito, á fin de
Llevaba también una pesada caja llena de documen- que le informaran con exactitud, á s u llegada á Paris,
tos que servirán para escribir la historia de México, si realmente estaba enfermo el Emperador. Supo á
los cuales han sido depositados en Miramar. no poder dudarlo, que la enfermedad era cierta, y se
tranquilizó un poco.—Nuestros trenes de Nantes lle-
Se. cuentan mil cosas del viaje de esta valerosa mu-
gan sucesivamente á la estación de Montparnasse y á
jer. Nosotros no queremos ni afirmarlas ni desmen-
la de Orleans. La desgracia quiso que el ayudante
tirlas aquí.
enviado por el Emperador fuese á recibir á la Empe-
Todo lo que digamos á este respecto, lo sabemos de ratriz justamente á la estación á que no debia llegar,
la manera mas exacta.
«le manera que llegó al Grande-Hotel fuera de sí, y los
que la conocen pueden decir humillada; pero algunos Ahora, veamos la memoria que la emperatriz Car-
minutos déspues le fué explicada la equivocación. lota entregó al emperador Napoleon, sin que se haya
A los pocos dias de su Hegadá recibió la visita de la cambiado, quitado ni añadido una sola palabra.
empejatriz Eugenia. Las dos soberanas se abrazaron
MEMORIA DEL EMPERADOR MAXIMILIANO AL
con efusión. Instintivamente los pensamientos de
ambas se trasportaron á tres años atrás.—¡Cuántos EMPERADOR NAPOLEON.

cambios desde 1864!


Ninguna cuestión importante se trató en esta pri- «El señor ministro de Francia en México ha hecho
mera entrevista. La emperatriz Carlota devolvió la llegar á manos del emperador Maximiliano la carta de
visita á Saint-Cloud, y despues de muchas instancias S. M. el emperador Napoleon, y la memoria que la
pudo penetrar cerca del Emperador. acompañaba.
Mas hasta el 24 de Agosto fué cuando realmente se «La atenta lectura de esa memoria no ha dejado de
propuso la resolución de la cuestión mexicana al Em- sorprender dolorosamente al Emperador, no precisa-
perador, en una última visita. La Emperatriz e n t r e - mente por su conclusion, sino por la naturaleza de los
gó la memoria de su marido, y hasta encontró la opor- motivos que se creyeron deber alegarse para justificar
tunidad de dar al Emperador las copias de dos cartas esa misma conclusion.
escritas por él los dias 18 y 28 de Marzo de 1864, las «Se lee, desde el principio, en esa memoria, que
cuales consideraba como una garantía absoluta de la «la Francia ha llenado ampliamente los compromisos
unión indisoluble entre los dos soberanos de Francia que aceptó en el contrato de Miramar.»
V México. Por este medio esperaba haber modificado Y en seguida se añade: «que no ha recibido de Mé-
las disposiciones tomadas. xico sino muy incompletas, las compensaciones equi-
Al salir de aquella entrevista había perdido toda valentes que se le prometieron.»
ilusión. «Importa fijar la atención sobre este punto.
Xo le quedaba mas que una probabilidad de buen «El tratado de Miramar conferia la autoridad de co-
éxito.
mandante en gefe del ejército mexicano al comandan-
Esta probabilidad era Roma, y el 29 de Agosto salió
te del cuerpo expedicionario, y lo investía así del po-
de París, muy exaltada ya, en el tren imperial que se
der, y por consiguiente de la obligación de pacificar
había puesto á su disposición.
el pais. La razón no admite que el gobierno de S. M.
Delante del mismo Santo Padre era donde debia
el emperador Napoleon, que declara hoy todavía que
dar las primeras señales positivas de su actual enfer-
medad. se había logrado su apoyo para fundar un gobierno
I N T E R V E N C I O N F R A N C E S A — 2 1
regular y fuerte en México; la razón y la equidad se
de el gobierno, reducido á su aduana dé Veracruz so-
rehusan á admitir que él creyera que un gobierno
lamente, hacer frente á las cargas pesadas que le asig-
pueda ser regular y fuerte en México, e s decir, que
na el tratado de Miramar?—Suponerlo así, seria inju-
pueda llenar sus cargas recíprocas, sin que se hubie-
riar el espíritu de equidad del gobierno francés, y du-
ra efectuado su pacificación.—En efecto, sin la paz no
dar de su buena fé, porque es bien sabido que las
se puede esperar ni un presupuesto equilibrado, ni el
aduanas marítimas deben dar once millones de pesós
aumento en los recursos financieros.
á un presupuesto de gastos de diez v nueve millo-
«Gran parte de los fondos procedentes de los dos
nes.'(1)
empréstitos se consumieron en la guerra civil, y es
menester imputar las consecuencias al comandante (1) Resumen de los productos líquidos del imperio m e -
en gefe del ejército franco-mexicano, quien, forzoso xicano, durante el año de 1865.
es decirlo, con su inacción de un año dejó que los d i - ADUANAS MARITIMAS.

sidentes se alentaran, y en consecuencia, hoy son Del G o l f o . : ' . . . : . . . . . . . . . r 7.632,005 73


Del Pacífico 2:988,786 61
dueños de mas de la mitad del pais. ADUANAS INTERIORES,
«Nadie ignora que las aduanas marítimas son los Derechos, de alcabala, papel,
elementos mas productivos de México; y esas aduanas sello, peages y otros ramos. $ 9.941,960 2 i
Contribuciones directas. .• . i .538,382 62
marítimas están arruinadas desde hace un año, á cau-
sa de la interrupción de las comunicaciones con los Total $ 19.101,135 20
mercados del interior; y esas comunicaciones están -Solamente la Aduana de Vera-
eorladas por los disidentes. En este mismo momen- racruz figura en esta suma
con la cantidad d e . . . ' . . ' ' f 4.878,785 46
to las aduanas de Matamoros, Minatitlan, Tabasco, la
Paz y Huatulco, están en manos de los enemigos del (i ,t. ,, . . (N. del A.),
imperio; las de Tampieo, Túxpam, Guaymas, Mazátlan
Como se ve. en el año de 1865, que suponemos año
y Acapulco son improductivas, porque esos puertos fiscal, y qué fué el mas floreciente del llamado imperio, los
están estrechamente bloqueados por los juaristas, y productos de la aduana de Veracruz fueron de 4.878,785
pesos 46 centavos.
los comerciantes desesperados han quedado reducidos En el año fiscal de J868, á pesar de la paralización de
á expatriarse. los giros mercantiles que naturalmente provino de la exa-
«¿Se puede exigir razonablemente el equilibrio de cervacion de la guerra en sus últimos dias y de la crisis
que produjo el cambio radical de la administración; y to-
los ingresos y egresos, cuando Jos recursos disminu- mando en cuenta la suma de 500,000 pesos que dejaron
yen á medida que la guerra civil se prolonga?—¿Pue- de cobrarse por las importaciones habidas en los últimos
meses de la administración imperial, los productos de esta
En efecto, México se comprometió por la Conven- carta que acompaña, para convencerse de esta deplo-
ción de Miramar, á pagar los sueldos del cuerpo rable situación militar, y de la injusticia notoria que
expedicionario y sus gastos de guerra y de ocupaeion; hay en reprochar al gobierno imperial mexicano, el
pero nunca pudo enténder que esa ocupación fuera no haber llenado las exigencias del tratado de Mira-
solamente de la tercera parte ó de la mitad del país, mar. El comandante en gefe ha privado á este go-
(1) ni pudo prever tampoco que, por ejemplo, los bierno de sus recursos mas indispensables, con el he-
trasportes de las columnas que han ocupado y desocu- cho de no concluir la obra de la guerra. Debemos
pado catorce veces á Michoacan, cinco veces á Mon- hacer constar este hecho, porque no ha dependido de
terey y dos veces á Chihuahua, montarían á la suma nosotros el suprimir sus consecuencias.
de diez y seis millones de francos! «Cuando concluyó la guerra civil en los Estados-
«El gobierno imperial mexicano no podia prever, Unidos, el emperador Maximiliano creyó de su deber
ni tampoco hubiera podido admitir, que al cabo de recordar seriamente al comandante en gefe la necesi-
tres años de una guerra ruinosa, y con un ejército dad de desplegar la mayor actividad para terminar la
fuerte de cincuenta mil hombres, el comandante en pacificación. El mariscal permaneció sordo á todas
gefe de ese ejército no hubiera reducido todavía á la estas exhortaciones, y abandonó provincias enteras,
obediencia las ricas provincias de Guerrero, Tabasco retirando de ellas sus tropas, las cuales quedaron por
y Chiapas, donde no ha aparecido un solo soldado espacio de largos meses en una inacción fatal. El 10
francés. de Noviembre de 1865 le escribía el Emperador: «Las
No podía suponer, sobre todo, que despues de esos noticias que recibo de Monterey me dan á conocer los
tres años de guerra, y á consecuencia de la inacción graves inconvenientes que arrastra la evacuación de
ó d é l a s disposiciones del comandante en gefe, volve- esta plaza importante por las tropas francesas. En
rían á caer todos los vastos Estados del Norte bajo el general creo que se debe evitar el abandono de las
yugo de los juaristas. Basta echar una mirada á la grandes ciudades del Norte, que, ocupadas primero,
y entregadas á sí mismas luego, caen de nuevo en ma-
misma aduana de Veracruz han ascendido á 4"728,448 pe- nos de nuestros enemigos, teniendo estas alternativas
sos 29 centavos.—(N. del T.) el grave peligro de hacer perder la confianza á los ha-
bitantes, y de poner á la vista de nuestros vecinos
(1) He aquí la mejor prueba de que la nación nunca
aceptó el titulado imperio. Los que la necesiten todavía, escenas desagradables que pueden engañar la opinion
pueden ocurrir á este documento oficial, que tiene toda la de los Estados-Unidos. Juzgo tanto mas necesaria
fuerza del testamento de un moribundo. —A n t,e Dios y la
tumba, no se miente!—(N. del T.) la reocupacion de Monterey por las tropas francesas,
cuanto que desde allí pueden prestar ayuda y socorro sa en Mazatlan, y se trasladara á la Paz, á restablecer
al bravo general Mejía, cuya posicion no deja de ser allí el orden.»
difícil en Matamoros,» «La compañía francesa no apareció nunca en la
«El 4 de Diciembre del mismo año insistió S. M. Paz, y la Baja-California permanece en poder de los
nuevamente en-esta cuestión. «Acabo de recibir, es- enemigos del imperio.
cribía, las mas desagradables noticias d é l o s departa- «El mismo mariscal ha reconocido la verdad de es-
mentos de Sinaloa y de Mazatlan. Las poblaciones tos hechos, puesto que, en Enero de 1866, anunció
de estas comarcas no pueden explicarse el motivo que que iba á cesar la inacción de sus tropas, y que «muy
hace salir á las tropas francesas de sus localidades, pronto vería el Emperador que la cuestión militar no
antes de que puedan reemplazarlas cuerpos mexica- era la que mas debía preocuparle.»-—La realidad ha
nos bien organizados. Con terror ven qué Corona venido á demostrar, por desgracia, que esta promesa
vuelve a entrar, dé un solo golpe, én posesion de to- solemne quedó reducida á letra muerta.
do el pais sometido: esta fatal medida hace vacilar «El comandante en gefe ha pretendido explicar mu-
pToftindámente su confianza, y con ella perdemos en chas veces los deplorables resultados de su actitud,
el espíritu público mas que con unaderrota completa, quejándose de algunas autoridades infieles. Aunque
púes parece indicar que ni el mismo gobierno frené fé este reproche encontró eco en la memoria, es muy fá-
én el porvenir.» cil hacer ver su poco fundamento.
«En carta de 17 de Diciembre de 1865, señalaba el «El 2 de Diciembre de 1865 pidió el Emperador
Emperador al mariscal la urgencia de ocupar el puer- al mariscal, notas sobre todos los funcionarios mexi-
to de la Paz, capital de la Baja-California, para evitar canos, y el 6 de Enero de 1866 le escribía: «A vuel-
que esta importante península, que cierra el golfo ó ta de este correo espero que me digáis los nombres de
mar de Cortés, fuese invadida por los filibusteros ame- las autoridades que os parezcan desleales y que sea
ricanos, y con el fin de arrebatarla á los disidentes.» necesario destituir, pues quiero poner á vuestra dis-
El comandante en gefe escribió al momento: «Me posición todos los medios que estén á mi alcance:
apresuro á responder á la carta de V. M. fecha de reemplazaré esas autoridades con las que merezcan
hoy, relativa á la contra-revolucion que acaba de es- vuestra confianza. Insistís sobre el pago regular de
tallar en la Paz, capital de la Baja-California. Al mo- las tropas; acerca de esto es preciso observar que mi
mento que tuve conocimiento de esos hechos, ordené gobierno ha hecho cuanto le ha sido posible, hasta el
al almirante Mazéres, gefe de la división naval de las grado de aplazar las mejoras mas urgentes en el ser-
costas del Pacífico, que tomara una compañía france- vicio civil, para consagrar exclusivamente todos sus

*
recursos al ejército. El ejército por sí solo es quien «Se ve, pues, que los consejos ó las insinuaciones
absorve todas las rentas del Estado, y basta echar una de los gefes del ejército francés mas autorizados por
mirada á las cuentas del ministerio de hacienda, para su posicion, demuestran bien claro que el Emperador
convencerse de ello.» ha tenido cómplices en su línea de conducta política
«El 10 de Enero designó el comandante en gefe al fuera de su círculo personal que tanto se le reprocha.
ministerio tres funcionarios que no le inspiraban con- «Entre los otros cargos que se ha creído tener de-
fianza. Dos dias despues, el Emperador le comuni- recho para dirigir al gobierno imperial mexicano, hay
caba su resolución: «En espera del trabajo comple- uno de grave naturaleza. Se dice y se repite: la ha-
to que me prometeis, pongo en vuestro conocimiento cienda mexicana está en su desarrollo; el sistema en
que las tres personas que habéis citado, han sido re- que se encuentra basada es defectuoso; los altos fun-
levadas de su sempleos.» El 5 de Marzo siguiente cionarios y los empleados de la gestión de los intere-
fué cambiado el ministerio! ses del tesoro son ímprobos ó incapaces; y el Empera-
«Se ha reprochado igualmente al gobierno impe- dor, lejos de hacer un esfuerzo por remediar este mal,
rial mexicano, el no haber marchado exclusivamente ha cerrado el oido á los mejores consejos, y sistemá-
con cierto partido, y haber intentado una obra de con- ticamente ha alejado de sí á los franceses, que hubie-
ciliación. Pero, ¿se ignora acaso que esta fué la po- ran podido prestarle una ayuda útil.
lítica aconsejada al principio por los mismos genera- «He aquí la acusación.
les franceses?—El general Castagny escribía al maris- «He aquí los hechos.
cal, el 30 de Agosto de 1864: «Las poblaciones de «Si la situación financiera es mala, ¿cuándo ha sido
la frontera del Norte son enérgicas, laboriosas, indus- buena?—No es, ciertamente, cuando se inauguró el
triales y liberales. Aceptarán el imperio sin dificul- imperio, porque M. Budin, comisario extraordinario
tad, con tal de que no se ajen con demasiada dureza de hacienda, escribía al nuevo soberauo, con fecha
sus convicciones.» El mismo mariscal decia á S. M. 11 de Junio de 1864: «Los recursos han sido muy
en una comunicación fecha 29 de Diciembre de 1864: restringidos desde el principio, y lo son todavía. Los
«Las tendencias clericales del general Mejía y del ge- agentes del gobierno precedente se llevaron, al huir
neral López, y el espíritu generalmente liberal de to- ante la intervención, los archivos y los expedientes de
da la poblacion de Nuevo-Leon y Tamaulipas, recla- las oficinas de hacienda, creando así serios embarazos
man funcionarios ilustrados, que puedan contraba- á la administración instalada por el general en gefe.
lancear con.su influencia, si no dominar, la de los co- Lo mismo pasa en las demás oficinas, y lo propio su-
cede en el interior. Antes de proceder á fas reeau-
mandantes militares.»
250 . ;
luego, la dirección oficial del ministerio de hacienda,
daciones, tienen los nuevos agentes que c^ear los tí-
pero he encontrado mucha resistencia por su parte,
tulos de donde deban nacer.
fundada én la posición que oeupa en el parlamento
«¿Se habían edificado siquiera las bases de un plan
francés. La solidaridad que existe entre nuestros dos
financiero que pudiera proporcionar recursos?—No:
gobiernos me hace-creer que no existe esa incompati-
se habia vivido al dia.—-En presencia de semejante es-
bilidad. La misión confiada á M. Corla no terminará,
tado de cosas, la sórpresá del emperador Maximiliano
sino cuando él pueda asegurar á sus colegas que el país
fué extrema, y así lo manifestó con franqueza al ho-
cuenta con los recursos necesarios y ofrece las garan-
norable M. Fóuld.
tías de una organización financiera capaz de asegurar
«Al llegar á México, le escribía el 9 de Agosto de
su realización.
1864: « creía yo que la intervencion francesa lo hubie-
«¿Es este el leuguage de un hombre que se ciega en
ra preparado todo para ponerme én disposición de a-
sus caprichos? Despues del regreso á Francia de M.
preciar ra Verdadera situación financiéra, y que no me
Corta, vino M. Bonnefond á dirigir la misión finan-
quedaría mas que decretar los medios de hacerle fren-
ciera francesa, á quien el Emperador ofreció, lo mis-
te y de aplicar el sistema financiero francés modificado
mo que á su predecesor, la cartera de hacienda. Si
según las exigencias del país, con la inteligente coo-
M. Bonnefond creyó que no debia aceptar, al menos
peracion de los funcionarios de vuestro departamento,
existe su negativa para justificar las buenas intencio-
puestos á mi disposición; pero desgraciadamente no es
nes de S. M: la trascribimos: «Estoy profundamente
así: todo está por hacer.»
agradecido á la confianza que me ha manifestado V. M.
«Pasaron algunas semanas en vacilaciones; en fin,
sin conocerme; pero le suplico me permita decirle, con
vino á México M. Corta, diputado del Cuerpo legisla-
una respetuosa deferencia, que no puedo aceptar las
tivo. Su rectitud, su espíritu conciliador, su profun-
ofertas tan halagüeñas que se ha dignado hacerme, á
do conocimiento en los negocios, persuadieron al
causa de mi completa ignoraecia de los hombres y de
Emperador de que había encontrado al hombre que
las cosas de este país.»
buscaba para mejorar la hacienda del país. Escribió,
«No se desalentó por esto el Emperador, y á pedi-
pues, al señor duque dé Moray, el 9 de Agosto de
mento suyo, vino á México M. Langlais, consejero de
1864: «Mr. Corta me dá pruebas de sus altas Cualida-
Estado. Sus ideas fueron en seguida las de S. M., y
des administrativas y financieras, en cualesquiera cir-
un decreto imperial de 3 0 de Setiembre de 1865, in-
cunstancias. Ha sabido grangearse las simpatías de
vistió á M. Langlais de atribuciones superiores á las
los mexicanos: por consiguiente, me es necesaria' su
de Jos ministros, casi dictadoriales. Todos los gastos
cooperacion. Hubiera yo querido confiarle, desde
fueron sometidos á su examen, y su plan de hacien-
la opinion pública del país y de la Francia, y acabo
da se adoptó desde el momento de su presenta-
de expedir orden para la compra de armamento y
ción, sin modificarle una línea, y se consagró por le-
vestuario, hasta donde lo pecmitau nuestros recursos,
yes y decretos publicados en el Diario imperial de 12
«Se culpa al gobierno mexicano de no haber apre-
de Febrero de 1866.
surado la organización de un ejército nacional; ¿pero
«En fin, despues de la irreparable pérdida de este se ignora que el comandante en gefe estaba encarga-
hombre de Estado emimente, no desesperó todavía S. do de formarlo, é investido de los poderes necesarios
.M. y pidió á Parisun sucesor de M. de Langlais. Este para ello? En fin, cuando ya fué evidente su absten-
pedido quedó sin resultado. ción, le escribió el Emperador, el 5 de Abril de
«Tal es la relación sucinta y verdadera de la con- que confiaba la organización de una brigada modelo
ducta observada hacia los agentes financieros y los al conde de Thun, y que en consecuencia era preciso
hombres de Estado que la Francia ha enviado á Mé- reunir en Puebla los elementos y los cuadros de est%
xico. tropa. Y se reunieron, en electo, pero todavía no
«Agregaremos aquí una reflexión.» lenian ni los primeros lazos para su formación, cuan-
«El tener un buen financiero en el consejo, no es do los dispersó el general en gefe en tres direcciones
todo: se necesita todavía que las perturbaciones vio- diferentes, para hacer frente á las eventualidades de
lentas no vengan á cada paso á contrariarlo y á in- la guerra.
terrumpir sus eombinaciones. Sobre todo, es nece- «Mas tarde, cuando el ministro de la guerra de
sario que una guerra conducida con parsimonia y que S. M- el Emperador de los franceses insistió con el co-
se arrastra con lentitud, no venga á cada instante á mandante en gefe para que proveyera á la organiza-
impedir el equilibrio entre los ingresos y los egresos. ción de tropas del país, en cantidad suficiente para
- - E l Emperador decía al comandante e n g e f e , el 12 proteger los intereses franceses después de lg ma?cl#
de Enero: «en cuanto á las necesidades de las tropas del cuerpo expedicionario, se resolvió el comandante
nacionales, que en gran parte se encuentran despro- en gefe á emprender esta obra, dando parte de su de-
vistas de vestuario y de equipo, nadie sufre tanto por terminación al emperador Maximiliano, quien de nue-
ello, física y moralmente, como yo; pero desgraciada- vo le confirió todos los poderes necesarios para llevar-
mente, la guerra interior, por si sola absorve todas la á buen fin. La carta siguiente <lel mariscal, fe-
las rentas del Estado con su duración. Sin embar- chada el 6 de Junio de 1866, es un testimonio ir-
go, estoy resuelto á hacer todos los sacrificios para recusable de ello: «He recibido, dice, la carta que
cooperar á un fin tan impacientemente esperado por me ha dirigido V. M. el 3 del presente mes, en la cual
INTERVENCION FRANCESA—22
se digna investirme de una autoridad absoluta para la Entregamos este documento á la opinion pública,
organización délos Cazadores de México y para la re- sin permitirnos hacerle una sola observación siquiera.
organización del ejército mexicano, del general en ge- Vamos solamente á dar el motivo que determinó al
fe del Estado Mayor, y del intendente en gefe del mis- emperador Maximiliano á fijar su elección en el gene-
mo ejército. Ya comuniqué las intenciones de V. M. ral Thun, para la organización del ejército mexi-
al señor general Osmont y al intendente militar cano.
Friant, v me honraré con tener al corriente á V. M. Estas explicaciones nos parecen indispensables pa-
de los resultados que se vayan obteniendo progresi- ra probar, que si el emperador Maximiliano no era
vamente.» justo á veces en su animosidad contra el mariscal, co-
«Los oficiales generales citados se pusieron á la mo lo confesamos francamente, en esta circunstan-
obra inmediatamente, con un celo y una inteligencia cia no manifestó su resentimiento sino despues de ha-
dianas de todo elojio. Los oficiales y soldados del ber agotado todos sus recursos de conciliación.
ejército francés respondieron á su llamado con tal Maximiliano habia deseado, pedido y designado los
diligencia, que justificaron las esperanzas que se ha- oficiales generales franceses que quería para formar
bían concebido para la formación de estos nuevos una brigada modelo, pero se habia encontrado siem-
cuerpos. Y estaba ya equipado y armado un núme- pre con que, según el parecer del mariscal, ninguno
ro de batallones de Cazadores, cuando llegó la fatal de esos oficiales poseía las circunstancias apetecidas
noticia de que se retiraba el subsidio que el mariscal para alcanzar el fin que se proponía el Emperador.
y el ministro de Francia habían acordado provisional- De esta manera, se vió forzado á no ocurrir mas al
mente como recurso indispensable. general en gefe.
«No debe disimularse que el sosten de ese subsidio Y para servirnos de sus propias palabras:
hasta el fin del año de 1867, es la sola garantía para «No habiendo podido ó querido ningún general
la constitución de ese ejército mexicano que, como lo francés encargarse de la organización del ejército me-
confiesan todos en México, es la única fuerza capaz de xicano,« decidió encomendar esa tarea difícil al gene-
proteger los intereses, gravemente amenazados hoy, ral austríaco de Thun.
En apoyo de lo que acabamos de decir, vamos á ci-
de los residentes extrangeros; y que cualquiera otra
tar una carta que se encontró en los archivos del pa-
solucion pondrá en peligro, rio solamente esos intere- lacio de Chapultepee.
ses, sino hasta la existencia de los mismos extrange- No daremos ningún nombre, por no lastimar nin-
ros, tan íntimamente ligada á la salud del imperio. guna personalidad; mas por esto no perderá la carta
nada de su valor.
que ahora en el viaje me he decidido por el conde de
Thun, quien ha tomado la tarea con el empeño de un
«Mi q u e r i d o . . . .
hombre de corazon.
«Acabo de recibir vuestra carta de 1.° del corrien-
te, la cual me apresuro á contestar, suplicándoos que
«Thun tiene muy buena voluntad, y siguiendo mi
deis conocimiento al mariscal de su contenido.
invitación, se propone adoptar lo mejor que tiene la
«Celebro muebo saber que el general*** puede per- organización militar francesa.
manecer en el país. Esto es muy conveniente para
México, donde los hombres de inteligencia y de ener-.
gía son hoy mas necesarios que nunca. MAXIMILIANO. »

«Sabéisque,hace algunos meses, tenia y o l a idea


Ya se ha leído en la memoria del Emperador que
de invitar al general*** ó al general*** para que se
ni la buena voluntad del conde de Thun pudo produ-
ocuparan de la organización mexicana.
cir ningún buen resultado.
«El rey de*** me habia recomendado al general***;
No queremos insistir sobre ese doloroso cuadro
y en cuanto al general*** me ocurrió la idea cuando lo
trazado por un soberano colocado bajo la mas rígida
vi en la tarea en México.
tutela de un mariscal de Francia!
«Entonces os hablé de esto, en una conversación
íntima que tuvimos en el palacio de México. Vos
procurábais disuadirme con franqueza, diciéndome
que el general*** no era hombre de disciplina y de
obediencia, y que el general*** era de un carácter por-
fiado, terco, que se perdia siempre en los detalles.
«El mariscal me hablaba en el mismo sentido, ma-
nifestándose muy descontento con el último, y com-
prenderéis muy bien que, desde ese momento, aban-
doné mi primera idea.
«Entonces me fijé en el coronel***, que me propu-
sisteis con mucho calor. El mariscal me disuadió
también, diciénlome que no era el hombre á propó-
sito para organizar una tropa nueva."
«Suspendí, en consecuencia, toda tentativa, hasta
CAPITULO VIH

Misión del genera! Castelnau.—El mariscal Bazai-


ne y los generales disidentes.—Retirada del ejér-
cito francés.—Maximiliano en Querétaro.—Su
j u i c i o . — S u muerte.

El Austria había perdido la batalla de Sadowa al-


5» i gunos dias antes de la llegada de la emperatriz Carlo-
ta á Europa, y la Francia dirigía sus miradas ansiosas
hácia la Prusia triunfante.
•lii Ahora mas que nunca importaba que el ejército de
J México regresara á Europa, á tomar parte en una
1HB
guerra que parecía inminente.
Los Estados-Unidos no dejaban de enviar al go-
bierno francés despachos cada vez mas secos.
La inquietud era grande en Saint-Cloud respecto
á la determinación que tomaría el emperador Maxi- . . • 261
miliano. mismo sujeto al olvido, aun antes de comenzar á po-
nerse en ejecución, á causa de la excitación política
La misión de la emperatriz Carlota daba lugar á mil
conge turas. que ha acompañado todas las cuestiones mexicanas.
«Incidentes frecuentes y de diversa naturaleza, pu-
Luis Napoleón se decidió á atrepellar los aconteci-
blicados por la prensa en Francia y en México, y que
mientos.
Para esto era necesario enviar á México un perso- parecían indicar en el Emperador una disposición á
nage, investido de toda su confianza, provisto de ple- no eumplir ese compromiso, ha producido la inevita-
nos poderes, para cortar cualquiera dificultad en el ble consecuencia de crear y esparcir dudas sobre la
lugar en que se encontrara: y sobre todo, para hacer sinceridad del Emperador, tanto al aceptar dicho
ejecutar el embarque inmediato de las tropas. compromiso, cuanto á su fidelidad en cumplirlo.
Bien diferente era esta misión de la que habia te- «Por lo mismo, este departamento se ka visto con-
dido el general Frossard en Marzo de 1864! tinuamente en la necesidad aparente de protestar con-
La cosa era tanto mas urgente, cuanto que las rela- tra esos actos que, poF su naturaleza, debilitaban la
ciones entre el gabinete de las Tullerías y el de Was- confianza del pueblo en sus justas y bien definidas es-
hington se agravaban diariamente. peranzas.
Un despacho de Mr. Seward, dirigido el 8 de Octu- «El gobierno, por el contrario, espera con toda
bre de 1866 á Mr. Bigelow, puede dar una idea de es- confianza que el Emperador cumplirá su compromiso,
to. He aquí sus términos: á la letra cuando menos, y aun espera que, yendo
mas allá de la letra, lo cumplirá con tal sinceridad de
«Señor:
intención, que en lugar de retardar, apresure la sali-
«La cuestión que me presentáis en vuestro último
da de las fuerzas francesas de México. Hoy, sin em-
despacho, á saber: ¿qué pensaría nuestro gobierno de
bargo esperamos el principio de la evacuación. Cuan-
que se llamara la totalidad de las tropas francesas en
do esta operacion se haya efectuado, el gobierno pres-
el curso del año próximo, en vez de retirar tres des-
tará oídos á cualesquiera sugestiones, que tiendan á
tacamentos en el espacio de diez y ocho meses?, no se
asegurar de nuevo la tranquilidad, la paz y el gobier-
me habia presentado nunca directamente.
no constitucional indígena en México, vengan de don-
«Lo que tengo que responder á esa cuestión, es es-
de vinieren esas sugestiones.
to: el arreglo propuesto por el Emperador para hacer
regresar sus tropas en tres destacamentos, de los cua- «Pero mientras no tengamos las constancias de ha-
les el primero saldría en Noviembre, quedaba por sí berse comenzado la evacuación, cualquiera tentativa
i de negociación no produciría otro resultado que el de
extraviar la opinión pública en los Estados-Unidos, y rumores de una abdicación eran falsos, al menos por
hacer mas complicada la situación de México. entonces, para comprometerlos á guardar sus car-
teras.
W . H. SEWARD.»
Maximiliano partía seguramente sin tener una opi-
La elección del Emperador recayó en el general
nion fija de lo que iba á hacer á Orizava. Iba á me-
Castelnau, uno de sus ayudantes.
ditar allí, lejos de las intrigas de Méxieo, el medio de
La reputación de lealtad y benevolencia que este
retirarse honrosamente; pero no creemos que se hu-
general se ha grangeado en el ejército, su discreción,
biera fijado ya en ese medio, ni que tuviera fijada, ir-
su alta inteligencia y su adhesión á la causa imperial,
revocablemente, la fecha de su retirada.
lo designaban naturalmente al Emperador.
El general se embarcó en San Nazario el 17 de Se- En esto diferimos esencialmente de opinion con
tiembre, y desembarcó en Veracruz en los primeros los que han atribuido á Maximiliano el pensamiento
dias de Octubré. de regresar lo mas pronto á Europa, para aprovechar-
Ya entonces era conocido por el emperador Maxi- se de la situación peligrosa que la derrota de Sadowa
miliano el ningún éxito alcanzado por la emperatriz habia creado á su hermano en Austria. Nos repugna
Carlota en su misión; y la llegada del general Castel- creer que esos culpables sentimientos hayan tenido
nau concordaba perfectamente con el rumor que ha- cabida en el alma tan generosa de este príncipe.
bía llegado hasta él, de una inteligencia entre la Fran- Cuando llegó á su poder la carta de M. Eloin, de 17
cia y los Estados-Unidos. de Setiembre, haciéndole saber que la corona de su
Es evidente que la desesperación se apoderó de su hermano estaba comprometida, y que un partido nu-
alma, y que proyectó secretamente su regreso á Eu- meroso pensaba en aclamarlo Emperador de Austria,
ropa. ya estaba fijo en su espíritu el pensamiento de su par-
En efecto, envió al momento una parte de sus equi-
tida.
pajes á Veracruz, y M. de Keratry ha contado en la
Se lia llegado á suponer hasta que, en el llama-
«Revista contemporánea,» las precauciones que tomó
en aquella época para ocultar su designio. miento que pensó hacer al pueblo, lo cual era imprac-
En los primeros dias'de Octubre anunció su parti- ticable, no habia mas que la idea de proporcionarse
da para Orizava. Su fiel Fisher debia acompañarlo. un medio de motivar su pronto regreso á Europa.
Azorados los ministros con ese viaje tan repentino, ¿A qué viene esa suposición gratuita?
pensaron en hacer su dimisión. Juzgaban aquella sa- ¿Era cierto siquiera que jugaba en el espíritu de
lida una fuga, y fué preciso convencerlos de que los Maximiliano la idea del llamamiento al pueblo?
264
-20í>
¿No es mas cierto que esa idea existía, por el con- La llegada del general cambiaba esencialmente la
trario, en el espíritu de sus consejeros? situación del mariscal.
Era una utopía: conyenimos en ello; pero cuando
Este no podia tomar ninguna medida política ni mi-
jpas tarde se lea la correspondencia cambiada entre
litar en lo sucesivo, sin someterla primero á la apro-
Maximiliano y el Emperador de los franceses, se verá
bación del nuevo plenipotenciario. (Instrucciones
que este le instaba sin cesar, desde mucho tiempo har
del 12 de Setiembre de 1866 al general Castelnau.)
cia, á que México tuviera una representación nacio-
Era el representante del emperador Napoleon.
nal.
El envío de un general como delegado especial del
Cuando M. Eloin escribía al Emperador la carta que
Emperador no podia herir en manera alguna las con-
lia venido á dar lugar á esta suposición, ya ese perso-
sideraciones degerarquía.
naje 110 tenia ninguna influencia sobre el soberano.
Que esto fuese una prueba de falta de confianza en
Y, ademas, Maximiliano no recibió esa carta sipo
el mariscal, es muy posible, es hasta probable; pero
cuando ya sabia la llegada del general Castelnau. En
no creemos que hubiera en ello una falta grave que
cualquier caso, no puede admitirse que ella le inspira-
obligara al mariscal á romper su espada, como algu-
ra proyectos que serian una mancha para su memo-
nos han pretendido.
ria.
El mariscal pudo, cuando mas, aprovechar'esta
El general francés encontró á Maximiliano en Ayo-
ocasion para entregar el mando á su sucesor, que se
U.a, á seis leguas de México.
le había designado desde el mes de Mayo, y que tenia
Inmediatamente le pidió una audiencia. también la facultad de nombrar, con solo fechar una
El Emperador hizo que se le contestara que se en- carta oficial que había recibido en blanco en aquella
contraba enfermo, y que lo recibiría mas tarde.
época.
El ayudante del Emperador debió continuar su
Pero el mariscal conocia al general Castelnau para
marcha hasta la capital, adonde llegó el 21 de Octu-
estar convencido de que llenaría su misión con el tac-
bre, sin haber podido obtener la audiencia solici-
to, la conveniencia y el espíritu de conciliación que
tada.
debia esperarse de tal embajador, y persistió en sus
El Emperador quiso penetrar, desde luego, el ver-
funciones.
dadero fin de la misión del general, y pudo conven-
Apenas había llegado el Emperador á Onzava, cuan-
cerse de que era el de acelerar lo mas posible la en-
do ya el ministró de Francia exigia del gobierno im-
trada de las tropas francesas en Francia.
perial el cumplimiento de la convención de 3 0 de Ju-
Ya no era posible conservar i l u s i o n e s ! . . .
lio. El plazo de esta convención era el 1 d e No-
I NT E RV E N C I O N FRANCESA—22
viembre, y sin perder tiempo ninguno, M. Daño pres- Lo comprometió á hacer una apelación á la nación
cribía á los agentes franceses la intervención en las mexicana, afirmándole que lo aclamaría inevitable-
cuentas de las aduanas. mente, pues la presencia del extrangero impedia tan
Encontraron algunas resistencias, pero pasaron so- solo que las adhesiones se proclamaran en todas par-
bre todo y M. de Moustier aprobó! tes.
El espectáculo de estos rigores inútiles y humillan- El señor barón de Magnus, ministro der Prusia, le
tes para un gobierno que se condenaba á muerte, era hablaba en el mismo sentido.
espantoso. El ministro de Austria habia participado al Empe-
Por otra parte, cierto periódico francés de México rador, á nombre de la corte de Viena, que no podia
publicaba, «que ya el imperio no existia de hecho, volver al territorio austríaco, antes de haber recupe-
que la intervención francesa quedaba dueña de Méxi- rado sus derechos eventuales al trono, cuyos derechos
co, que era necesaria una dictadura en espera de los habia perdido por seis años, contados desde el 10 de
futuros acontecimientos, y que nunca una dictadura Abril de 1864, fecha de la aceptación de la corona
podia caer en manos mas dignas, que aquellas en quie- mexicana.
nes recaia naturalmente.»
Esta última consideración era, evidentemente, de
Ya se adivina quien era el que esas palabras desig-
gran peso en el espíritu de Maximiliano, para decidir-
naban, sin su consentimiento, por supuesto.
lo á no partir, en razón de la situación humillante en
Maximiliano estaba profundamente irritado con es-
que lo habia colocado su hermano.
te lenguage, y habia buen cuidado de explotar esta ir-
Llegó á irritarse por tal causa, hasta el grado de
ritación para comprometerlo á permanecer en el po-
que el barón de Lago se resintiera de su irritación.
der.
Y esta fué ? sin duda, la razón que determinó los pa-
El padre Fisher maniobraba en este sentido, v le
sos dados por el ministro austríaco cerca del mariscal
hacia mil promesas de parte del clero.
Bazaine para el cange de los prisioneros austríacos,
Muchos acontecimientos vinieron en ayuda de este
cuyos pasos le hacian escribir:
diestro personage para hacerlo triunfar en los planes
que habia concebido. «Que suplicaba á S. E. no se detuviera en esa no-
El ministro de Inglaterra, lord Scarlett, que pasa- ble tarea, á pesar de las observaciones que pudiera
ba por Orizava para venir á Europa, habló largo tiem- hacerle el gobierno de Maximiliano por su interven-
po con Maximiliano, y lo persuadió de que podia con- ción directa en el negocio expresado.
servar su corona sin el apoyo de los franceses. LAGO.»
Y esto puede explicar también, porque fué al barón ministro de Francia y del general Castelnau, á cuyas
de ¡Magnas á quien Hamo el Emperador desde Queré- decisiones se sometió.
taro, en cuanto cayó prisionero de Escobedo. En México estaban sumamente exaltados los espí-
P o c e m o s algunos documentos en los cuales conste ritus. Los liberales culpaban mas que nunca al em-
que el ministro de Austria estaba muy mal con una perador Napoleon III; y los conservadores á quienes
gran parte'del cuerpo austriaco, pero esos documen- habia comprometido la intervención, no ocultaban la
tos son demasiado violentos para poder reproducir- exasperación que les causaba la retirada de las tro-
los. El cuerpo austriaco envió á Austria una comu- pas.
nicación, que es Una acusación en forma contra M. En algunos teatros se habían proferido gritos de
Lago. Un mayor declara haber oído de boca del ba- «mueran los franceses.»
rón las palabras nras desagradables contra el empera- Vidaurri, consejero de Estado del Emperador, y el
dor Maximiliano, y cita esas palabras. único hombre de Estado que tuvo Maximiliano en su
¿Puede causar asombro ahora el despacho del ba- consejo, se trasladó á Orizava, y no vaciló en aconse-
rón de Lago al mariscal Bazaine, del cual hemos cita- jarle que no insistiera en permanecer en el trono.
do un párrafo arriba?—Sin embargo, no por esto de- Vidaurri tenia un conocimiento perfecto de los mexi-
jó de concurrir el ministro espontáneamente al lado canos, á quienes habia gobernado muchos años en los
del joven soberano, cuando estuvo prisionero. Estados del Norte, en la frontera de los Estados-Uni-
Entonces hizo y promovió cuanto puede esperarse dos.
de un hombre galante y generoso en tal circunstan- Conocia también á los americanos, y comprendía
cia, sin que ningún pretexto fútil fuese capaz de dete- que todo estaba perdido; pero no pudo convencer al
nerlo en su noble tarea. Emperador. No por esto le fué menos fiel hasta el
La llegada de Márquez y Mi ramón á Orizava, acabó fin, y murió al servicio de una causa de que habia de-
de sacar á Maximiliano de todas sus angustias. sesperado hacia largo tiempo!
Entrevio el buen éxito, el triunfo, ó cuando me- Maximiliano estaba resuelto, pues, á volver á Mé-
nos la posibilidad de salir con honor de aquella em- xico.
presa. Sin embargo, no dudamos que, aun en aquel mo-
Él 18 de Noviembre llamó á Orizava á sus minis- mento, conservaba secretamente la idea de volver á
tros, sus consejeros de Estado y al mariscal. Europa. La enfermedad de su desgraciada esposa
El comandante en geie no creyó deber concurrir á debia atraerlo, pero quiso conciliar sus deberes de
ese llamado. Dicen que siguió en ello el parecer del hombre con sus deberes de soberano.
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No quiso retirarse vencido, lanzado. con benevolencia y escuchados con religiosidad. Ins-
Quería partir triunfante: quería partir despues de taron mucho, y para dar mas fuerza á su insistencia,
haber asegurado las garantías necesarias á los que se se apoyaron en la opinion y en la experiencia del ma-
habían comprometido por él. Este sentimiento era riscal, quien había firmado la nota de que hemos ha-
el que le hacia escribir: blado, como se recordará.
«Los franceses van á salir de México. Suceda lo «Cuando acabaron de exponer el objeto de su visi-
que suceda
ta, se levantó el Emperador, abrió su secretario y sa-
có de él una carta reciente del mariscal, que no esta-
«No seré yo quien manche la gloria de mis abue- ba en nada conforme con lo que poco antes habia fir-
los!
mado de acuerdo con ellos.
MAXIMILIANO.» Grande fué la estupefacción del general y del mi-
nistro, y se vieron en la obligación de regresar á Mé-
Pocos dias despues estaba en Puebla.
xico, sin haber obtenido el menor resultado.
Todas estas irresoluciones inquietaban mucho al
El 10 de Diciembre, dos dias despues de este suce-
mariscal, y mas aun al general Castelnau.
so, enviaba el ministro de negocios exteriores una cir-
De acuerdo con M. Dado, resolvieron el 8 de Di-
cular á todos los ministros del imperio en el extran-
ciembre tentar el último esfuerzo para decidir á Maxi-
gero, explicándoles la conducta de la Francia, y con
miliano á abdicar el trono, «declarándole que no po-
el fin de hacer cesar los rumores de abdicación, que
dría sostenerse con sus solos recursos.» La nota re-
circulaban ya por todas partes.
dactada en este sentido, estaba firmada, Bazaine,
Comenzaba el ministro por una exposición de los
Castelnau, Daño.
motivos que habían decidido al archiduque Maximi-
A fin de dar mas peso á esta acta, partieron para
liano á aceptar la corona de México, y luego, despnes
Puebla el general Castelnau y M. Daño, con el objeto
de haber dicho cómo y por qué circunstancias parti-
de explicar bien su contenido al joven soberano, y de
culares se habían encontrado grandes obstáculos pa-
vencer sus últimas resistencias en caso necesario.
ra formar un ejército nacional, se expresaba así:
La entrevista que tuvieron con Maximiliano fué tan
«En esta situación recibió el Emperador la noticia
curiosa, que se había propuesto relatarla á su vuelta
de que el Emperador de los franceses, por razones po-
á Europa.
líticas, no podia continuar ayudando al imperio con
He aquí como nos la han contado sucintamente:
sus hombres y con su dinero, y que los franceses se
«Los dos personag^s franceses fueron introducidos
retirarían antes de la época fijada, para lo cual era
indispensable una concentración de todas sus tro- ¿No fué una de las causas que acabaron de impul-
pas. sarlo á entrar en campaña cuando todavía podia v o l -
«Esta concentración tenia por consecuencia inevi- ver sobre sus pasos?
table la evacuación de las ciudades y pueblos que el Hay derecho para creerlo.
gobierno no podia defender por talla completa de El Emperador s e habia retirado á la hacienda de la
fuerzas organizadas, de manera que las poblaciones Teja, á las puertas de México.
eran invadidas por los disidentes.» Allí fué donde decidió, despues de una entrevista
He aquí el resultado á que se habia llegado, des- (pie tuvo con el mariscal, convocar la junta de 14 de
pues de cinco años de ocupacion, cuando se habían Enero, que debía decidir definitivamente si abdicaría
prodigado la sangre de muchos soldados, é inmensos ó si continuaría reinando.
recursos pecuniarios!! El mariscal cometió la falta de concurrir á esta
El gobierno francés retiraba sus tropas antes de la junta. Si habia rehusado, con mucho juicio, asistir
época fijada, obligado por las exigencias de los Esta- á la de Orizava, ¿á qué ir á d a r n n mentís público en
dos-Unidos, y sin dejar un ejército á Maximilia-
esta reunión á todas las opiniones que habia expresa-
no!! (1-)
do hasta ese dia en sus palabras y en sus escritos?
Todavía mas: á pesar de las promesas del tratado ¿Porqué no se sometió en estas circunstancias al
de Miramar, retiraba también la legión extrangera! parecer de M. Daño y del general Gastelnau?
Y mientras así obraba el gabinete de las Tullerías, Así se hubiera evitado algunas alusiones picantes
escribía:
de cierto personage, á quien tuvo que llamar al orden
«No es íácil que Maximiliano pueda efectuar una
el presidente del consejo en aquella sesión.
retirada sin manchar su vida política. Sería de de-
sear que se portara de otra manera; pero ¿tendrá la El resultado de la reunión fué favorable al im-
energía suficiente para entrar en campaña?.... perio.
El Emperador tomó resuelta y definitivamente su
DROLYN DE LLHUYS. »
partido.
¿No era esta duda un insulto para Maximiliano?
A partir de ese dia, ya n o hubieron m&s que esce-
(I) ¿Qué se habían hecho las gasconadas de Biilault y nas sensibles entre el Emperador y el mariscal, á cu-
de l'orey? ¿En qué habían venido á convertirse aquellas yas escenas llevaban ambos sus pasiones y su animo-
palabras retumbantes de la proclama de Saligny y del al-
mirante .Jurien, fechada el 23 de Abril de 1863: el-pabellón sidad, y cuyo resultado fué un siniestro desastre.
francés ha nido-plantado en México, y no retrocederá ¡a- El padre Fisher habia sido nombrado secretario
más!..::. q -j <N. del T.)
del Emperador.
Maximiliano se vió en la necesidad de dar las gra- «El genere! Ugarle, gefe de la policía, recibió el 16
cias á los dos únicos franceses que habían quedado una comunicación del general francés A. de Maussion,
cerca de su persona: el capitán Pierron, hombre de comandante de la subdivisión de México, invitándolo
mucho mérito y destinado al mas brillante porvenir, á pasar á su casa á las tres de la tarde. El señor
y M. Deluche (1) que ayudaba á M. Pierron con un Ugarte concurrió á la cita, en la cual se le arrestó al
celo y una inteligencia que llegaron á llamar la aten- momento, y se le hizo saber que no se le devolvería la
ción del soberano. libertad, hasta que la recuperara don Pedro de Garay,
La influencia clerical, hostil á la Francia, dominó argulléndole que este tenia un salvoconducto del ma-
desde entonces en los consejos del imperio. riscal; y que por lo mismo no podia ni debió ser ar-
Para dar una idea de las escenas sensibles de que restado.
hemos hablado, publicamos la carta que sigue: «Ugarte, como gefe de la policía, era responsable
de todos los arrestos que se hicieran, y responsable
E L SEÑOR M Ü R P H Y AL MINISTRO D E M É X I C O EN F R A N C I A .
del presente. Este es el extracto de una carta en-
viada el 16 por el mismo Ugarte al ministerio de go-
«México, 2 0 de Enero de 1 8 6 7 .
bernación, fechada en la casa del comandante de la
«Señor: subdivisión francesa, donde se hallaba preso.
«Los documentos que acompaño os harán conocer «El ministro envió inmediatamente una nota al
la correspondencia cambiada entre el gobierno de S. general Bazaine, denunciándole este ultrage, puesto
M. y los representantes de S. M. el Emperador de los que Garay no había sido arrestado por la policía, y
franceses en su corte, en las circunstancias siguien- que, aun cuando así hubiera sido, los franceses no te-
tes. nían el derecho de intervención para ponerlo en li-
«En la noche del 15 del corriente, el general Mar- bertad.
quez, gefe del segundo cuerpo de ejército, hizo arres- «Durante este tiempo, enviaba el general Márquez
tar los hermanos don Pedro y don Eduardo de Garav, al ministerio de la guerra la copia de una carta del ge-
porque tenia buenas razones para creer que eran neral de Maussion, ordenando que se pusiera inme-
agentes rebeldes. • diatamente en libertad á D. Pedro de Garay, y que se
le entregara el salvoconducto que se le habia quitado.
(1) Antiguo secretario particular del Sr. marqués de Márquez acompañaba también una copia de su res-
Montholon en la legación de México, y luego en la de
vVashington. puesta á M. de Maussion, informando que Garay no
(N. del A.) habia mostrado ningún salvoconducto al ser arresta-
des.ocupadas por los fpmce^es, y entregarme á Maxi-
Gral. D. Porfirio Diaz al Sr. Romero, ministro de Juá-
miliano, Márquez, Mi ramón, e t c . , si aceptaba yo una
proposicion que rechacé, porque no la encontré hon- rez, publicada recientemente por el gabinete de Was-
rosa. hington. La tercera persona á que se alude en ella, es
precisamente ese cónsul americano, quien no estaba
«Otra proposicion cuya iniciativa provenia también
autorizado en manera alguna para hacerse el intérpre-
del mari.scal Bazaine, se refería á la adquisición de
te oficial ú oficioso del cuartel general francés cerca
6 . 0 0 0 fusiles y 4 . 0 0 0 . 0 0 0 de capsules.
del gefe disidente, como puede asegnrarlo él mis-
«Si yo hubiera querido, me hubiera vendido hasta
mo. (1)
cañones y pólvora, pero no quise aceptar esas prepo-
siciones.. «La proposicion que el general Diaz dice haber re-
chazado como poco honrosa, tiene relación con el re-
PORFIRIO DÍAZ.» conocimiento de la deuda y de los empréstitos france-
ses. En cuanto á la cesión eventual de cañones y fu-
ignoramos absolutamente lo que pasó entre el ma- siles, se explica en el relato que precede. Queda
riscal y el general Diaz, relativamente á la primera el designio secreto del mariscal, de haber queri-
proposicion. do entregar al general Diaz las armas, las plazas del
En cuanto á la segunda, es decir, á la venta de pól- imperio, el Emperador y sus generales. Esta calum-
vora y m u n i c i o n e s . . . . , vamos á contar lo que sabe- nia no tardará en caer sobre su autor, sea quien fue-
mos. re. En cuanto al general Diaz, en quien no se pue-
Veamos primero lo que ha escrito sobre esto M. de
Kératry:
(1) Autorizado competentemente puedo decir aquí que
«En virtud de una observación especial, relativa á
estas inculpaciones al señor Otterbourg son inmerecidas
la entrega de 6 0 0 0 fusiles, cuyo pedido se habia he- por su parte, porque en la época á que se refieren (Octubre
cho según Jos deseos de Maximiliano, estas armas fue- ó Noviembre de 1866) no lo conocía todavía el general Don
ron comprendidas en el material que polia ser entre- Porfirio Diaz. Para comprender esto basta reflexionar que
gado, en calidad de reembolso, al futuro gefe del Es- este gefe se hallaba en la campaña del Estado de Oaxaca,
cuando llegó M. Otterbourg d e los Estados Unidos á Méxi-
tado legalmente reconocido. La propia declaración
co «.apresuradamente dice M. de Keratry, porque allí se
de M. Otterbourg bastaría para probar la autencidad creia ya que Maximiliano se habia embarcado para Europa,
de esta conversación, tanto en la forma cuanto en el y con el encargo de preparar el terreno á los dos plenipo-
fondo, puesto que ella dió origen á la famosa carta del tenciarios acreditados cerca de Juárez." (M .Campbell y el
general Sherman) —N. del T.
de menos que elogiar la enérgica revindicacion de los sacion que tuvo lugar entre el general y Mr. Otter-
derechos de su pais, cedió á un consejo pérfido ó á u n bourg.
sentimiento culpable, que hoy no puede dejar de re- »¿Es admisible que el general haya podido emplear
pugnar.» (1) semejante lenguage, sin haber recibido las órdenes
relativas?»
«Así pues, queda establecido que el emperador
Ahora, veamos lo que á nosotros se nos ha con-
Maximiliano había pedido la entrega de 6 0 0 0 fusiles;
tado.
pero que no se le podían conceder á M, y se les ha-
El general Diaz habia enviado á México á un tal
bían concedido ya, eomo principio, A t , E N T U R Ó G E F E
Thiel, para tratar del cange de prisioneros.
D E L E S T A D O , L E G A L M E N T E R E C O N O C I D O .
Este personage era el intermediario entre el maris-
«¿Acaso Maximiliano habia dejado de ser ea esta cal y el general mexicano.
época, no solo moralmente, sino de hecho, el gefe del Los despachos que debia conducir Thiel se expedían
Estado legalmente reconocido? á los comandantes de las avanzadas francesas, que los
hacían llegar á las avanzadas enemigas, quienes los
«Esto es lo que resalta e v i d e n t e m e n t e de la conver-
enviaban á su destino.
tí) También e3toy competentemente autorizado para
Thiel no tenia Ínteres ninguno, sin duda, en que
decir que el general D. Porfirio Diaz, por respeto á si mis-
sus pasos permanecieran secretos; pero si lo tenia
mo, y por la consideración que merece la desgracia en que
quizá en hacerlos conocer completamente desfigura-
cayó el mariscal Bazaine en Francia, no dirá ahora una pa-
dos. Por otra parte, el general Diaz tenia amigos in-
labra en este asunto, cuya explicación reserva quizá para
discretos en México: he aquí lo que s e decia en alta
una época mas á propósito; á no ser que se le excite por
voz: «Thiel habia escrito al general Diaz un despacho
quien corresponde, bien sea por la prensa ó de cualquiera
en cifras, en el cual se trataba de las ofertas del ma-
otra manera. ,
riscal relativas á la entrega de 6 0 0 0 fusiles y algunas
Este es el defecto necesario en las obras en que, como municiones.
sn la presente, se refieren hechos contemporáneos. De
«En este despacho descubría Thiel exactamente el
todas maneras, es muy loable esta conducta leal y genero-
estado de las fuerzas de Márquez, y lo que es todavia
sa, este sentimiento noble y delicado del general Díaz, que
mas grave, explicaba el medio de batir con facilidad
bien combatió incesantemente contra el mariscal Bazaine
al general imperialista.»
cuando este era general en gefe del ejército intervencionis-
ta que sostenía el llamado imperio, hoy que lo ve ea muy Se nos ha afirmado de la manera mas positiva que
diferentes circunstancias, tiene la caballerosidad de callar este despacho pasó por las avanzadas francesas: si es-
en un asunto tan delicado.—Ñ. del T. to es cierto, lo cual dudamos, tenemos la convicción
de que el mariscal ignora estos detalles: si es falso, el ballería al aliado que abandonábamos á sus solas fuer-
general Porfirio Diaz debe desmentirlo públicamente, zas, en vez de venderlos á vil precio á los comprado-
en cuanto llegue á su conocimiento. res comisionados por los agentes de Juárez?»
¿Cómo han podido los diarios franceses publicar El mismo diario sin haber sido desmentido, añade
las acusaciones contenidas en estos relatos, contra un !o que sigue:
Mariscal de Francia? ¿Cómo el periódico El Norte ha
«Sé de muy buen conducto, por ejemplo, que la fa-
podido publicar los artículos siguientes, bajo el rubro
milia de la maríscala Bazaine, no ha dudado nunca ni
de Regeneración de México?
un solo instante, que ese matrimonio no debia pro-
«Sobre todo, en el ejército es donde hay mucha porcionar á la joven que se decidió á casarse con un
impaciencia por leer la memoria del mariscal Bazaine. extranjero cuatro veces mayor que ella, nada ménos
Hay gran curiosidad de ver como explicará el maris- qüé un sillón presidencial, ó tal vez una corona impe-
cal diversas ordenes que dio, y principalmente la or- rial. Estas esperanzas eran dichas y repelidas por to-
den á los generales y á los gefesde destacamento, de dos sus parientes, los cuales pertenecen, como es sa-
no extender su acción mas allá de cierto radio de sus bido, al partido mas opuesto á la Francia.
acantonamientos. Se pretende que en la época en
«Hoy no se comprende como el gobierno francés
que fueron expedidas esas órdenes, no estaban orga-
pudo ser tan mal informado, que autorizara al maris-
nizados los juaristas, y que la inacción de nuestras
cal para casarse con una mexicana del partido enemif
tropas permitió que sus bandas se reclutaran y cir-
go de! nuestro.»
cularan libremente entre nuestros diversos puestos,
sin ser inquietadas. Se dice que entonces el bravo Es muy sensible, ciertamente, que se digan seme-
general Douay, condenado á la inmovilidad en el Nor- jantes cosas sin contradicción. En cuanto á nosotros,
te, tenia fuerzas mas que suficientes para oponerse á si las repetimos, es para que se les pueda dar el ma
la reunión de aquellas bandas. solemne mentís.
«¿Se pregunta cómo es posible justificar la orden li- Cuando el mariscal bajaba para Yeracruz, convocós
brada en los momentos de la evacuación de México, de en Orizava á los generales y oficiales que se hallaban
arrojar al agua catorce millones de cartuchos, romper allí, y les leyó fragmentos de unos despachos del e m -
los obuses y clavar los cañones, cuando el valiente y peradorNapoleon, d e s ú s Ministros y aun de los gene-
desgraciado Maximdiano tenia tanta necesidad de mu- rales que estaban bajo sus órdenes, para hacer cesar
niciones de todo género? las calumnias que el ejército habia acojido á su res-
«¿Y no era natura} dejar los caballos de nuestra ca- pecto.
No fragmentos de despachos, los despachos enteros
son los que deben comunicarse al público. Eti cuanto al material de guerra, no se quiso v e n -
Lo que el mariscal ha hecho en pequeño en Oriza- der al Gobierno mexicano, «so pretesto de i n s o l -
va debe hacerlo en grande ante el mundo entero. vencia. »
Y el mundo entero hará caer sobre quien corres- Se inutilizaron los cartuchos, el plomo se Vendió á
ponda la responsabilidad de los actos cometidos. til precio, la pólvora se echó al agua, los útiles de
No es admisible que aquel cuyo hijo tuvo por pa- guerra que habían costado sumas enormes se vendie-
drinos al Emperador y á la Emperatriz de México, y ron al peso, y los efectos de hospital y de campamen-
qjje fué colmado de beneficios por ellos, pueda ser ta- to se remataron en venduta. *
chado de la mas negra ingratitud. Por espacio de muchos días estuvieron trasformados
¿Porqué se separó de Maximiliano sin dejarle siquie- l o s almacenes del ejército en otros tantos hoteles
ra los medios de defenderse?—Sin duda tenía órdenes Bouillon.
para obrar de esa manera. Todo se vendió á precio vil.
El Prefecto de Puebla quiso levantar barricadas Es cierto que al tesoro francés ingresaron algunos
para ponerse al abrigo de los ataques del general Diaz pesos.
despues de la salida de los franceses; pero se prohibió Los generales mexicanos repitieron, á su entrada
formalmente al Sr. Esteva promover esas defensas, y á México el 21 de Junio, lo que habia hecho el gene-
Puebla fué tomado fácilmente el 2 de Abril por el mis- ral Diaz en Paso del Macho con los caballos que se
mo general Diaz (1). vendieron allí: esto es, decidieron que todo el m a t e -
rial que dejó el ejército francés se les entregase,
(1) Esto no es exacto. «atendiendo á que, habiéndose visto este obligado a
Ni Esteva era ya Prefecto de Puebla, ni estaba indefen-
sa esta plaza, ni mucho menos se tomó fácilmente. La ciu- abandonar su convoy, este era buena presa de g u e r -
dad de Puebla estaba preparada con los parapetos y caño- ra para el ejárcito liberal.»
nes necesarios para su defensa, y la guarnición estaba bien
provista de armas y municiones. Puede decirse que Pue-
bla era una plaza fuerte, y que sin el poderoso empuje de que contaba en 1863, no se atrevió á asaltar la plaza, co-
las columnas que lanzó el General Diaz á su asalto, y mo debia esperarse dé los orgullosos soldados qüe venían
sin la bravura que demostró el mismo general, los gefes á vengar la derrota del 5 de Mayo. Todo esto prueba qüe
que le obedecían, y todas sus tropas, no se hubiera to- la toma de Puebla no fué ni pudo ser fácil. Cuando se es-
mado la ciudad. El asalto de Puebla por el general Diaz Criba la historia dé la pasada guerra con imparcialidad,
formará época en la segunda guerra de la independencia podrán apreciarse debidamente, tanto ese asalto de Puebla,
mexicana. Él ejército francés, á pesar de su superioridad como sus grandes consecuencias en el resultado general de
numérica, y de los abundantes elementos de guerra con la contienda que decidió de los destinos del pais.—N.
del T.
El general Castelnau habia partido.
Volvemos á preguntarlo. ¿No hubiera sido mejor El mariscal lo seguia de cerca.
dejar todo á Maximiliano, aun á riesgo de perder al- En Paso del Macho abandonó los bagages del Em-
gunos pesos, puesto que lo que de esta manera se le perador á merced de las bandas que ocuparon ese
dejaba era el excedente de los medios de defensa? punto en cuanto salieron las tropas francesas.
Permítanos el mariscal decirle que cometió una En fin, después de haber tirado al agua tanta pól-
gran falta en dejarse arrebatar por malas pasiones, vora, se le vendía a Bureau en Veraeruz hasta el im-
sea cual sea el protesto que pueda tomar para expli- porte de 150.000 francos, que nunca fueron paga-
carlas, prohibiendo al Emperador la entrada en la dos seguramente. Este fué el último acto del co-
ciudadela de México. Habia en esto una cuestión de mandante francés en México!
conveniencia de que no hablaremos, y que él no de-
El 12 de Marzo de 1867, llevaba el navio «Sobera-
bió olvidar.—En suma, nos parece que la ciudadela
no» á Europa al mariscal Bazaine y su familia. Mal
pertenecía al Emperador.
acogido á su desembarco en Francia, el mariscal per-
Maximiliano era todavía el soberano de México pa- manece aun bajo el golpe de acusaciones ultrajantes,
ra el mariscal: no podia ser considerado por él como sin tener siquiera el consuelo de encontrar el menor
un enemigo; y estaba en su derecho para saber lo que apoyo cerca del gobierno, para poder descargarse de
pasaba en su casa. las inculpaciones que se le hacen por hechos en que,
¿No son desoladores estos antagonismos entre el generalmente hablando, no tuvo mas participio que la
comandante francés y el gobierno mexicano? ¿Se ejecución. ¿Quiere el gobierno dar á entender con es-
quiere saber lo que produjeron? ta conducta que deja toda la responsabilidad al coman-
El mariscal llegó á temer en la Piedad, al siguien- dante en gefe, quien por los informes que daba al go-
te dia de su salida de México, casi á las puertas de bierno, y por la fé que este debía darles á tan larga
la capital, que el gabinete dé Maximiliano provocara distancia, dictaba todas las órdenes que se le enviaban
un ataque en su contra, y tomó sus disposiciones en á México?
consecuencia!—Esto es inaudito!!—
Tal vez.
¿Y no fueron esos temores la causa de que hiciera
En cuanto al ministro de Francia, este se quedaba
desmontar las piezas de sus cureñas, y trasportar en México, arreglando sus «negocios» de matrimo-
secretamente los escobillones á los almacenes de la nio.
ciudad, la víspera de la salida de las tropas?.... Se sabe cómo Maximiliano, despues de una lucha
Pero acabemos lo mas brevemente posible el relato heroica, y á consecuencia de una traición, cayó en
de este drama fúnébre.
manos de Juárez, en Querétaro, con los generales de Hapsburgo, que se ha titulado Emperador de Mé-
Mendez, Miramon y Mejía, miéntras que México sos- xico. Antes de dictar ninguna resolución acerca de los
tenia la lucha todavía, sitiado por el general Diaz. (1) presos, el Gobierno ha querido deliberar con la calma
Méndez fué fusilado en el acto. Los liberales ven- y detenimiento que corresponde á la gravedad de las
gaban en él la muerte de A'rteaga y de Salazár. Res- circunstancias. Ha puesto á un lado los sentimientos
pecto de Maximiliano y de sus generales Miramon y que pudiera inspirar una guerra prolongada, desean-
Mejía, se resolvió que fuesen juzgados en consejo de do solo escuchar la voz de sus altos deberes para con
guerra. el pueblo mexicano. Ha pensado, no solo en la justi-
cia con que se pudieran aplicar las leyes, sino en la
La acta de acusación, dirigida por Mejía, ministro
necesidad que haya de aplicarlas. Ha meditado hasta
de la guerra del Gobierno mexicano, estaña concebi-
que grado pueden llegarla clemencia y la magnanimi-
da en estos términos:
dad, y qué límite no permiten traspasar la justicia y
«Secretaría de Estado y del Despacho de guerra y
la estrecha necesidad de asegurar la paz, resguardar
marina. (2)
los intereses lejítimos y afianzar los derechos y todo el
«Sección primera. porvenir de la República.
«Ocupada por un hecho de armas la ciudad de Que- «Despues que México habia sufrido todas las des-
rétaro, ha comunicado Vd. que han sido allí aprehen- gracias de una guerra civil de cincuenta años; cuando
didos ocho mil soldados y mas de cuatrocientos oficia- el pueblo habia conseguido al fin hacer respetar las le-
les del enemigo, entre ellos Fernando Maximiliano yes y la Constitución del país; cuando habia reprimido
á unas clases corrompidas que por satisfacer sus inte-
í 1) Mucho se ha hablado y escrito sobre ésta traición, reses particulares sacrificaban todos los intereses y to-
sin que la historia haya fallado aun respecto á ella dé una dos los derechos nacionales; cuando ya renacían la paz
manera terminante.—N. del ,T. y la tranquilidad ante la voluntad general del pueblo
y la impotencia de los que habian querido sojuzgarlo;
(2) Esta copia lo mismo que las de algunos partes tele- entonces los restos mas espúreos de las clases venci-
gráficos y otros-documentos que seguirán, están tomadas das apelaron al extranjero, esperando con su ayuda
de los textos en castellano que se encuentran en el «Me- saciar su codicia y su venganza. Fueron á explotar la
morándum» de los Sres. Riva Palacio y Martínez de la
ambieion y la torpeza de un monarca extranjero; y se
Torre, y en la obra publicada últimamente por D. Juan
de Dios Arias, intitulada «Reseña dé las operaciones del presentaron en la República inicuamente, asociados á
ejército del Norte y cfeusa de Maximiliano.»N. del T. la intervención extranjera y la traición.
INTERVENCION F R A N C E S A — 2 3
«El Archiduque Fernaudo Maximiliano deHapsbur- sin mas títulos que los votos de algunas personas nom-
go se presento á ser el principal instrumento de esa bradas y delegadas por el invasor extranjero, ó apre-
obra de iniquidad que ha afligido á la República por miadas por la presencia y las amenazas de la fuerza
cinco años con toda clase de crímenes y con todo gé- extranjera.
nero de calamidades. «Dispuso por solo la violencia de la fuerza, sin nin-
«Vino para oprimirá un pueblo, pretendiendo des- gún título legítimo, de las vidas, los derechos y los in-
truir su Constitución y sus leyes, sin mas título que tereses de mexicanos.
algunos votos destituidos de todo valor, como arran- «Promulgó un decreto con prescripciones de bar-
cados por la presencia y la fuerza de las bayonetas ex- barie para asesinar á los mexicanos que defendían, ó
tranjeras. que siquiera no denunciaban á los que defendían la
«Vino á contraer voluntariamente gravísimas res- independencia y las instituciones de su patria.
ponsabilidades, que son condenadas por las leyes de «Hizo que se perpetrasen numerosísimas ejecucio-
todas las naciones y que estaban previstas en varias nes sangrientas conforme á ese bárbaro decreto, y
leyes preexistentes de la República, siendo la última que comenzara su aplicación en distinguidos patriotas
la de 25 de Enero de 1 8 6 2 , sancionada para definir mexicanos, aun antesde poder presumir que supieran
los delitos contra la independencia y la seguridad de que se habia promulgado.
la nación, contra el derecho de gentes, contra las ga- «Ordenó que sus propios soldados, ó consintió con
rantías individuales y contra el orden y la paz pú- el falso título de Gefe de la nación, que los soldados
blica. del invasor extranjero incendiasen ó destruyesen mu-
«Los hechos notorios de la conducta de Maxmnha- chas poblaciones enteras en todo el territorio mexica-
no comprenden el mayor número de las responsabili- no, especialmente en los Estados de Michoacan, Sina-
dades especificadas en esa ley. loa, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León.
«No solo se prestó á servir como instrumento de «Ordenó que sus propios agentes, ó consintió que
una intervención extranjera, sino que para hacer tam- los agentes del extrangero asesinasen muchos milla-
bién por si una guerra de filibusteros, trajo otros ex- res de mexicanos, á quienes se imputaba como crimen
tranjeros, austríacos y belgas, súbditos de naciones la defensa de su patria.
que no estaban en guerra con la República. «Y cuando se retiraron los ejércitos de las poten-
«Trató de subvertir para siempre las instituciones cias extranjeras, y vió levantada en su contra toda la
políticas y el gobierno que libremente se habia dado República, quiso todavía rodearse de algunos de los
la nación, pretendiendo abrogarse el poder supremo, hombres mas culpables de la guerra civil, empleando
suelto que en él se proceda al juicio que dispone la mis-
todos los medios de violencia y depredaciones, de
ma ley en otros casos, para que de ese modo se oigan
muerte y desolación, para sostener hasta el último
en este las defensas que quieran hacer los acusados, y
momento su falso título, de (fue no ha pretendido des-
se pronuncie la sentencia que corresponda en justicia.
pojarse sino cuando ya no por la voluntad, sino por la
fuerza, se ha visto obligado á dejarlo. «En tal virtud, ha determinado el C. Presidente de
la República, que disponga Vd. se proceda á juzgar á
«Entre esos hombres que han querido sostenerlo
Fernando Maximiliano de Hapsburgo y á sus llamados
hasta el último instante, pretendiendo consumar todas
generales D. Miguel Miramon y D. Tomás Mejía, pro-
las consecuencias de la traición á la patria, figuran
cediéndose en el juicio, con entero arreglo á los ar-
como unos de los principales cabecillas, los llamados
tículos del sesto al undécimo inclusive, de la ley de 25
generales D. Miguel Miramon y D. Tomás Mejía, que
de Enero de 1862, que son los relativos á la forma de
han estado con un carácter prominente en Querétaro,
procedimiento judicial.
como generales en gefe de cuerpos de ejército de
Maximiliano. «Respecto de los demás gefes, oficiales y funciona-
«Los dos tenían desde entonces una gran responsa- rios aprehendidos en Querétaro, se servirá Vd. enviar
bilidad por haber sostenido durante muchos años la al Gobierno lista de ellos, con especificación de las cla-
guerra civil, sin detenerse ante los actos mas culpa- ses ó cargos que tenían ante el enemigo, para que se
bles, y siendo siempre un obstáculo y una constante pueda resolver le que corresponda, según las circuns-
amenaza contra la paz y la consolidacion de la Repú- tancias de los casos.
blica. «Independencia y Libertad. San Luis Potosí, Mayo
«Previene el artículo 28 de la ley citada, que las p e - 21 de 1867.—Mejía.-^-C. General de división Maria-
nas impuestas en ella se apliquen á los reos cojidos in no Escobedo, en gefe del cuerpo de ejército del Nor-
fraganti delito, ó en cualquiera acción de guerra, con te.—Querétaro.»
solo la identificación de las personas.
«Concurriendo en el presente caso ambas circuns-
tancias, bastaría la notoriedad de los hechos, para PROCESO DEL EMPERADOR M A X I M U M .
que se debiera proceder con arreglo á ese artículo de
Los Sres. D. Mariano Riva Palacio y D. Rafael Mar-
la ley.
tínez de la Torre, dos célebres abogados mexicanos,
«Sin embargo, queriendo el Gobierno usar de sus
acaban de publicar una extensa memoria sobre el pro-
amplias facultades, con objeto de que haya la mas ple-
ceso del Emperador de México, de quien fueron de-
na justificación del procedimiento en este caso, ha re-
tensores, en unión de iosSrcs. D. Eulalio Mana Orte- plicable júbilo para los republicanos, y de estupor
ga y D. Jesús María Vázquez, abogados también. para los partidarios del imperio.
«En este estado de ansiedad se recibió, impreso
Esta memoria, unida á la publicación oficial del
también, el parte del general Escobedo confirmando
mismo proceso, becba por orden del Gobierno mexi-
el de Alcérreca.
cano, es la pieza histórica mas completa -y mas- irre-
«El 19 de Mayo, á las dos de la tarde, se recibió un
cusable que se puede presentar al público para juzgar
impreso que decía:
bien los acontecimientos ocurridos en México desde
«La Victoria.—Segundo suplemento al número 5.
la toma de Querétaro hasta la muerte del Emperador
—Toluca, Mayo 17 de 1867.—Por extraordinario de
Maximiliano.
hoy acaba de recibir el Supremo Gobierno, lo que si-
Extractaremos algunos párrafos interesantes de es-
gue:—C. Germán Contreras.—Hacienda de Carretas,
ta importante publicación.
Mayo 17 de 1867.—Mi querido Germán.—Querétaro
«Maximiliano habia rendídose en Querétaro á dis- ha caido en nuestro poder, coronando la fortuna nues-
creción del General Escobedo, la mañana del 15 de tros esfuerzos. A las ti es de la mañana de hoy fué sor-
Mayo, y quedó preso desde ese dia. La ciudad de Mé- prendida la Cruz por una columna de la División del
xico, por las demostraciones de júbilo que se hacían Norte que es á mis órdenes
por los sitiadores en la villa de Guadalupe, compren-
dió que el ejército imperial habia sucumbido en Que- «A las diez estaban prisioneros Maximiliano, Mira-
rétaro. Al dia siguiente circuló como noticia lo que el mon, Mejía, Severo Crstillo, Reyes y una multitud de
15 era una conjetura, y en las granadas que dirijieron gefes.
los artilleros sitiadores, encerraban el siguiente parte: Vicente Riva Palacio.»
«Guadalupe Hidalgo, Mayo 15 de 1867.—Telégra-
ma.—Remitido de San Juan del Rio á las 5 y 2 0 mi- «Una copia*de esta carta fué remitida á la esposa
nutos de la tarde.—Sr. General Diaz.—La plaza de del general Riva Palacio, por personas de Toluca
Querétaro ha caido en nuestro poder esta mañana á «Pocas horas despucs circulaba una copia por todas
las seis de ella. Maximiliano con las fuerzas que te- partes, y la sensación que produjera fué tan general
nia en la plaza, así como los gefes de ella, armas, mu- que un empleado del Ministerio de gobernaciou pidió
niciones, artillería y todo ha caido en nuestro poder, á Riva Palacio, padre del general, la carta de su hijo,
rindiéndose á discreción.—Alcérreca.» pero Riva Palacio no pudo presentarle mas que la
«La primera impresión de esta noticia fué de inex-
•m 29?
El Ministro degoberancion, 110 viendo la firma ori- «La entrevista tiié franca, y como medio para lle-
ginal, negó lo autenticidad ds la noticia. gar al fin que se deseaba, exigió el Sr. Iribarren que
«Un amigo del general Riva Palacio, que pudo salir el Sr. Riva Palacio presentara la carta al Sr. Lacunza.
de México, le hizo saber la obstinación con que se ne- Penosa era esta conferencia, pero el Sr. Riva Palacio
gaba allí la toma de Querétaro y la prisión de Maximi- se prestó á ella, á la cual asistió también el Sr. Iri-
liano. Entonces se apresuró á escribir á su esposa, barren. El Sr. Lacunza manifestó mil dudas sobre
esperando destruir así las dudas que pudiera tener el el triunfo de QuerétaTO, y concluyó diciendo que era
Ministro de gobernación. cierto que tenia la abdicación en su poder. Leyéndo-
«Ixtapalapan, Mayo 25 de 1867. la, como una prueba de inmensa confianza que daba
en aquel momento, dijo:—El Emperador exije para
«Queridísima Josefina.
que yo publique su abdicación, que me conste de una
«Te he escrito dos veces desde que vine de Queré-
manera evidente que esté preso: ¿puedo decir que es-
taro: no sé qué suerte correrían mis cartas.
ta, carta sea bastante? A esta carta, fidedigna,por la
«Creía yo verte muy pronto; pero estoy asombrado
persona que la firma, debe agregarse por mi propio
de la mala fé de las personas de quienes hacia confian-
esfuerzo alguna otra prueba que merezca la califica-
za Maximiliano: él mismo me ha dicho á mí, que al
ción de evidente.
salir para su malaventurada expedición, dejó en poder
«La carta de un hijo de reconocida probidad, diri-
de Lacunza su abdicación en forma, y comprometido
jida á su padre, merecia sin duda los honores de una
ese hombre para publicarla tan pronto como Maximi-
verdad.»
liano fuera muerto ó prisionero. Pues bien, ellos sa-
Al fin de la entrevista se decidió que el Sr. Riva
ben, á no dudarlo, que el Archiduque ha caido prisio-
Palacio iría á hablar con su propio hijo. El 2 8 de Ma-
nero; que vive, debido á la generosidad de los repu-
yo salió de México, y en la misma mañana le comunicó
blicanos, y aun se obstinan en eontiñuar su guerra
su hijo el telégrama siguiente:
sin bandera. Que siga enhorabuena, y sobre ellos na-
«Remitido de San Juan del Rio, Mayo 25 de 1867.
da mas caerá la sangre que se derrame.
Recibido en Guadalupe Hidalgo, á las 9 y 12 minutos
«Adiós: pronto nos verémos.
del dia.
Vicente. » »El Emperador Maximiliano al Barón de Magnus,
Ministro de Prusia en México.—Tenga Vd. la bondad
«Esta carta fue llevada al Sr. Iribarren, por el pa-
de venir á verme cuanto antes, con los abogados D.
dre del general. Mariano Riva Palacio y D. Rafael Martínez de la Torre,
dia saber entonces, como yo tampoco, que el Empe-
ú otro que juzgue bueno para defender mi causa; pero
rador nombrara á ustedes.
deseo sea inmediatamente, pues no hay tiempo que
«Con muchísimo gusto aceptamos el concurso de un
perder. No olviden Vds. los documentos necesarios.
abobado
o tan inteligente.
c
—Maximiliano.
«El pasaporte del padre Fisher no pudo conseguir-
Dejemos ahora á los dos abogados relatar las difi- se.
cultades que tuvieron que vencer para acudir á la in- «Todo quedó arreglado paia nuestra salida á las
vitación de su infortunado cliente: cuatro de la tarde, y el señor general Diaz dispuso que
«Al dia siguiente, al regreso de Riva Palacio, que- se suspendieran los fuegos para esa hora.
damos instruidos del parte y de nuestro nombramien- «A la una de la tarde, el general en gefe Márquez
to, llamando á Querétaro al barón Magnus, ministro nos hizo saber, por una orden verbal que nos comu-
de Prusia. nicó el coronel Arrieta, que no podíamos salir ese
«Se convino en que tuviéramos una entrevista pa- dia.
ra las seis de la tarde, á fin de combinar nuestra par- «El señor Arrieta, el padre Fisher y el ministro de
tida. Prusia, salieron á ver si se obtenía del general Tavera
«La persona que debia proporcionarnos el pasapor- que se diesen los pasaportes para el dia siguiente.
te y los documentos para la defensa era el padre Fis- Este señor ofreció conferenciar con el general Már-
her, secretario particular de Maximiliano. quez, que obraba con el carácter de Lugarteniente ge-
neral del imprerio y de quien venia la prohibición.
«Esperábamos que todo quedaría arreglado para
las once del dia siguiente; y reuniéndonos en la casa «A las cinco de la tarde se nos avisó que el barón
del barón de Magnus con el padre mencionado, dijo Magnus podía salir con los defensores en la mañana
«ste señor: «Antes de alguna otra cosa, debo mani- del dia siguiente.
festar á ustedes un incidente que creo de mi deber «Como se difundió esta noticia, no lo sabemos; pe-
explicarles, para que me aconsejen lo que debo ha- ro el hecho fué que al llegar á las siete y media á la
cer. Hará cosa de ocho dias que, sospechando yo fortificación primera, había tanta gente á caballo, á
que pudiera ser cierta la prisión del Emperador, con- pié y en carruaje, que puede asegurarse que pasarían
sulté con un amigo si debería buscarle un defensor, y de dos mil personas que pretendían^ salir con noso-
quien pudiera ser. Su contestación fué recomendar tros. ° ' ' - i^j.-, /
el encargo al señor Lic. D. Eulalio Ortega. Este se- «Entre ellas estaban el ministro de Bélgica y el de
ñor, aceptando c o n toda reserva para su caso, no po- Prusia.
«El ministro de Prusia pudo salir entre la multitud, temprano, y supieron por él que el principe Fernando
pero el barón de Lago no pudo conseguirlo, á causa Maximiliano sería juzgado en consejo de guerra ordi-
de los obstáculos que le opusieron los gefes imperia- nario, conforme á la ley de 25 de Enero de 1862.
listas. Si no se lograba obtener la incompetencia de seme-
«Entretanto, el general Diaz no podia comprender jante tribunal, cuya incompetencia era reconocida para
esas resistencias, porque creía que se habita recibido ios abogados del Emperador, el fin trágico del proceso
la comunicación en que el general Escobedo permitía no presentaba ninguna duda para ellos.
su salida y la de los demás ministros residentes, para Con el objeto de pedir el tiempo necesario para pre-
Querétaro, según los deseos del Emperador.» parar la defensa en una causa tan importante, fueron
Verdadera p ena causa creer la conducta de Már- á ver al general Escobedo antes de ver al Emperador.
quez y de Lacunza. El general declaró haber recibido órdenes de que
Adelante veremos cuan nocivas fueron al Empera- no se desviaría, y que en virtud de esas órdenes con-
dor todas estas moratorias causadas por la increduli- cedía veinticuatro horas á la defensa.
dad verdadera ó simulada de estos dos personages. He aquí ya los resultados á que dieron lugar las de-
Un hecho inaudito nos ha sorprendido despues de moras causadas por Márquez y Lacunza!
la lectura de esta publicación, y este hecho es, que Maximiliano llevaba ya veinte dias de preso, y ha-
habiendo concurrido presurosos á Querétaro todos los cía once que había llamado por el telégrafo al barón
ministros extrange ros residentes en México, no hemos Magnus y á sus defensores, sin que estos pudieran sa-
visto figurar en nada al ministro de Francia, ni siquie- lir todavía de México. (El despacho de Maximiliano es
ra se menciona un solo paso dado por su parte en fa- de 25 de Mayo.)
vor de Maximiliano. Es verdad que estaba muy Despues que los defensores tuvieron la entrevista
recien casado, y que se hallaba en México gozando de con Escobedo, pasaron al convento de Capuchinas,
las dulzuras de una cadena por demás dorada. que servia de prisión á Maximiliano.
Pero prosigamos nuestra narración. Reproducimos aquí textualmente la relación de es-
Los dos defensores del emperador Maximiliano y el ta conferencia hecha por el señor Riva Palacio.
barón Magnus llegaron á Querétaro á las doce y media
«Esa angustia de quien mira cerca la muerte de su
de la noche del 4 al 5 de Junio.
defendido, no la comprendió sin duda el Archiduque
Ya el Emperador habia mandado llamar al señor
en nuestra primera entrevista, que fué á las diez de la
Vázquez, abogado de Qnerétaro. Los señores Riva
mañana del dia 5. Nos recibió conmovido; y sin ocu-
Palacio y Martínez de la Torre lo vieron el dia 5 muy
INTERVENCION FRANCESA—24
;>02 303
parse de su situación, nos preguntó por muchas per- El espíritu de la poblaciou estaba en favor de la in-
sonas de la capital y de fuera. No comprendía porqué dulgencia.
no se había publicado su abdicación, y como era que La primera entrevista que tuvieron los defensores
México aun se defendía. con el Ministro Lerdo de Tejada, duró mas de tres
Fué necesario interrumpir esa conversación vaga y horas.
extraña en tan solemnes momentos, para fijar algunos El Ministro de Juárez y esos Sres. estaban unidos
puntos de la defensa.» por lazos estrechos de una grande y antigua amistad.
El señor Riva Palacio envió al momento un telégra- Los defensores alegaron la necesidad de libertar la
ma á San Luis, pidiendo al ministro Lerdo de Tejada vida de su cliente, y de ocurrir á otro tribunal, y no
el favor de que se les concediera algún plazo. El al que prevenía la ley de 25 de Enero de 1862, para
mismo dia, á las siete de la noche, acordaba el minis- juzgarlo.
tro de Juárez un plazo definitivo de tres dias. El Ministro no dió ninguna esperanza á sus dos
Esto no llenaba los deseos de los defensores. amigos. Les ofreció presentarlos al Presidente.
Se decidieron á separarse. El Sr. Riva Palacio cuenta así su audiencia con
Dos de ellos, los señores Vázquez y Ortega, debían Juárez:
permanecer en Querétaro, mientras que los señores «El mismo razonamiento tranquilo que el Sr. Lerdo
Riva Palacio y Martínez de la Torre marcharían á San habia tenido, expresado con diferentes palabras, en-
Luis, cerca del gobierno. Estos últimos iban á alegar contramos en el Sr. Presidente. No virtió una sola
primero la incompetencia del tribunal, y en todo caso, frase de enemistad ni de venganza; pero habia un fon-
suponiendo que sus esfuerzos fueran inútiles en ese do en sus respuestas, de intransijente resolución, que
sentido, á estar mas al alcance del Presidente para ob- aumentaba nuestros temores. Concluyó diciendo tam-
tener el indulto de su defendido. bién, que cuanto habíamos expuesto se pesaría en
La resolución agradó mucho á Maximiliano, quien junta de Ministros para resolver lo que fuera justo.»
la consideró como la única tabla de salvación que le Ya era tarde cuando los Sres. Riva Palacio y Martí-
quedaba. nez de la Torre se separaron del Presidente, y no cre-
Despues de haber recibido las últimas resoluciones yeron prudente ver á esa hora á los otros dos Mi-
del príncipe, partieron los Sres Riva Palacio y Martí- nistros D. José María Iglesias y D. Ignacio Mejía.
nez de la Torre para San Luis, á donde estaba ya anun- Las esperanzas que habían tenido de salvar la vida
ciada su salida, y adonde llegaron en la mañana del del Emperador, estaban casi ente ramente disipadas.
dia 8. E l 9 , al mediodía, se presentaron los defensores en
el palacio del Presidente. Este les mandó decir que muy iufluente en el Consejo. ¿Pero que podia hacer
volvieran á las tres á saber la resolución del Consejo este oficial general en presencia de una situación tan
de Ministros, que estaba reunido en aquel momento. terrible, y cuyas consecuencias habían sido el objeto
de maduras reflexiones por parte del Presidente y de
Ya casi no se pensaba mas que en el recurso de in-
sus Ministros?
dulto.
«En efecto, dice el Sr. Riva Palacio, la ley de 25 de Antes de preparar el recurso de indulto, fueron to-
Enero de 1 8 6 2 , como todas las que se dan con el fin davía á exponer á los Sres. Iglesias y Lerdo, cuanto
de intimidar, no es mas que un instrumento de guerra tenia de monstruosa la ley de 25 de Enero de 1862.
qne corta la cabeza del enemigo donde quiera que la El Sr. Lerdo les respondió:
encuentra.» «La ley de 25 de Enero de 1862 era una ley preexis-
Decidieron participar su pensamiento á sus colegas tente, y sus severas disposiciones se han de haber co-
de Querétaro, por un telégrama: nocido por el Archiduque antes de su venida á Mé-
«San Luis Potosí, Junio 9 de 1867.—Sres. Licen- xico.»
ciados D. Eulalio Ortega y D. Jesús María Vázquez.— Nos refirió, además, «que un agente del gobierno
A pesar de mil esfuerzos que hemos hecho para obte- constitucional, el Sr. Lic. D. Jesús Terán, persona
ner del Sr. Presidente y de su Ministerio, una próro- conocida por su inteligencia y probidad, fué á Miramar
ga de un mes, se nos acaba de decir, ahora que son y demostró al Archiduque los peligros de su empre-
las tres y media de la tarde, por esos mismos Sres., sa
que no es posible darla ni por un momento mas. «En esas pláticas debió imponerse el Arcqiduque
de su falsa situación y de las consecuencias de la em-
«Creemos que aunque camináramos toda la noche,
presa que traía á México-»
no llegaríamos oportunamente para la defensa que
Vds. habrán preparado ya para presentarla acaso den- El Sr. Lerdo concluyó diciéndoles: «que era abso-
lutamente necesario aplicar las leyes en todo su rigor
tro de pocas horas. Perdida tenemos la esperanza,
en los momentos de gran perturbación.»
pero es preciso, sin embargo, que en caso de una sen-
tencia adversa, hagan Vds. porque, todo llegue á cono- El Presidente, lo mismo que los Ministros, dió á los
cimiento del Sr. Presidente, antes de la ejecución de defensores todas las audiencias que le pidieron; pero
dicha sentencia.—Mariano Riva Palacio.—Rafael nunca les respondió de manera que pudieran prever
de sus respuestas mas que el trájico fin del imperio.
Martínez de la Torre.»
Les decia:
Para tentar una probabilidad mas en favor de su
cliente, solicitaron el apoyo del joven general Treviño, «El perdón de Maximiliano seria la justificación
completa de los actos crueles de la intervención que ¡iodo de tres años, del Archiduque Fernando Maximi-
obró á su nombre; seria el indulto de una multitud, liano de Austria, teniendo grandísimo interés la Fede-
que á la sombra de lo que se llamó gobierno,derramó ración en un debate claro, en la justificación plena de
la sangre, devastó al pais, cometió mil depredaciones todos los actos en que sus derechos se hallan afecta-
etc. Seria la absolución del terrible azote que descargó dos por la violacion misma del principio constitucio-
sobre la sociedad la ley de 3 de Octubre de 1865. En nal.
cuanto al indulto, todo debe reservarse para cuando «Junio 10 de 1867.
se dé ía sentencia. Antes, no es posible examinar ese MARIANO RIVA PAEACIO.

punto, que tiene su oportunidad marcada.» R A F A E L M A R T I N E Z D E LA T O R R E . »

A estas razones respondieron los Sres. Riva Palacio El general Mejía, ministro de la guerra, les contes-
y Martinez de la Torre: tó el mismo dia «que no eran contrarias á las preven-
«Que Maximiliano jamás aceptó el cargo de ser ins- ciones de la Constitución las disposiciones de aquella
trumento de los franceses, á quienes siempre habia ley; y que estaba, ademas, suspenso el régimen cons-
combatido en sus exigencias titucional por efecto de la guerra necesaria que toda-
Que en cuanto á la ley de 3 de Octubre, Maximilia- vía sostenía la nación (Márquez defendía
no les habia asegurado, qué, además del uso frecuente todavia á México.)
que hizo del perdón, en las aplicaciones de ella que se
La ley de 25 de Enero de 1862, debia tener, pues,
habían hecho, tanto él como su Ministerio habían creí-
su observancia.
do firmemente que el gobierno republicano habia
No quedaba mas que un recurso: implorar la cle-
abandonado el país»,
mencia del Presidente de la República.
Todo 6ra de temerse. La ejecución de la sentencia
Se hizo una petición, al efecto, por los abogados de
podiá ser instantánea. El general Escobedo tenia de-
Maximiliano. Ese documento es muy largo. En él
recho para negar al condenado el recurso de indulto.
se explica como fué la venida del príncipe á México;
Con arreglo á la solicitud de sus colegas de Queré-
como había hecho respetar siempre las leyes liberales;
taro, los Sres. Riva Palacio y Martinez de la Torre pre-
como había tenido la convicción de llenar una misión
sentaron desde el principio una protesta contra la
justa é indispensable parala felicidad de México; y
competencia del Consejo de guerra.
concluye con consideraciones políticas y humanitarias
En ella leemos el párrafo siguiente:
en favor del condenado.
«Un Consejo de guerra ordinario no puede juzgar
de los actos de conducta y administración, en un pe- El general Mejía respondióá esta solicitud, «que no
estando todavía pronunciada la sentencia,no había l u - necesidad de asegurar la paz de la República
gar á dar á conocer las decisiones supremas del go- LEUDO DE TEJADA.
bierno. » El 1 i , un telegrama de los Sres. Vázquez y Ortega
En estas circunstancias llegó á San Luis el Barón hacia saber á los Sres. Riva Palacio y Martínez de la
dé Magnus, representante de la Prusia. Llegaba á so- Torre, que el Consejo se habia reunido á las ocho <1®
licitar el perdón de Maximiliano, á nombre del Aus- la mañana, y que se habia suspendido la sesión á las
tria, de la Bélgica, de la Italia, y si era necesario, de ocho de la noche para continuarla el dia siguiente á la
la Europa entera. misma hora de la mañana.
El 13 se presentó al Sr. Lerdo.
Los dos amigos del Sr. Lerdo volvieron á implo-
El Ministro de Juárez le dio las mismas respuestas
rar. Sabían, á no dudarlo, que la sentencia seria de
que había dado ya á los defensores.
muerte.
El Presidente mismo, que recibió también al pleni-
El Ministro respondió, como antes, «que era preci-
potenciario prusiano, fué muy poco explícito sobre la so esperar la sentencia» añadiendo:
suerte que estaba reservada al Archiduque. «El perdón de Maximiliano pudiera ser muy funes-
Entonces fué cuando Mr. Magnus escribió en la no- to al pais, porque en lo conocido de su variable carác-
che una carta reclamando el perdón del Archiduque ter, no habría gran probabilidad de que se abstuviera
á nombre de la humanidad, a nombre del rey de Pru- de otra seducción
sia, «el cual se tendría por muy dichoso en ayudar al «Es preciso que el Gobierno quite los principales
gobierno de México, en cuanto le fuere posible, á es- elementos de un trastorno probable. La justicia cum-
tablecerse y á obtener la paz.» ple con este proceso uno de sus deberes, y la nación
El dia siguiente recibió la respuesta de su carta, de nos pediría cuentas de una indulgencia que la expu-
que extractamos el párrafo siguiente: siera á los peligros de una nueva agitación.
«Las personas que componen el Gobierno de la Re- «¿Quién puede creer que estarían tranquilos los
pública, aprecian justamente esas buenas relaciones hombres intransigentes, para quienes los adelantos
de amistad que con él habla mantenido el gobierno de de la sociedad, su progreso, sus instituciones, son un
la Prusia: han meditado y meditarán justamente con pecado que los lastima y excita á la revolución ?
lo que Vd. ha expuesto, todas las consideraciones que «¿Qué garantías pudieran dar los soberanos de Eu-
deben tenerse presentes para pesar con 1.a mas madu- ropa de que no tendríamos una nueva revolución para
ra deliberación todos los motivos de clemencia y be- sostener el imperio
nignidad, con todos los deberes de la justicia y de la «Europa no quiere ver en los mexicanos hombres
dignos de formar una nación. Tiene de nosotros la por el señor general en gefe. Está señalada para la
mas pobre idea: se figura que las instituciones repu- ejecución las seis de la tarde.
blicanas son el vértigo de un pueblo demagogo, y á OUTEGA.

grande servicio y mayor honra para el pais tendría, VÁZQUEZ. »


acaso, el comprometer antes de mucho tiempo á Maxi- El barón de Magnus partió inmediatamente, con los
miliano para que tentase nuevamente la fundación del
dos defensores, á tentar el último esfuerzo cerca del
imperio.
Presidente.
«La inspiración fatal que animó la intervención po-
Encontraron en el camino al empleado del telégrafo,
dría revivir, y los gobiernos de Europa, con el pretex-
quien les dijo que la sentencia se ejecutaría á las tres
to de moralizarnos, hiriendo la moral mas pura, ar-
y no á las seis.
marían nuevas legiones que, aunque extranjeras, por-
El Sr. Lerdo pasó á ver al Presidente y á llevarle la
tarían bandera mexicana para fundar otra vez el poder
última súplica de los defensores. Tres cuartos de ho-
del que llamaron Emperador
ra despues volvió el Ministro y les leyó el despacho te-
«Ahora ó nunca podrá la República consolidarse.»
legráfico dirijido por el Ministro Mejía al general Es-
El Sr. Riva Palacio, sin embargo de que dice que
cobedo, dándole á saber «que el Gobierno confirmaba
no puede recordar exactamente todo lo que expresó
la sentencia pronunciada contra Maximiliano, Mira-
el Ministio en defensa de la política del Presidente y
mon y Mejía, pero que el Presidente fijaba su ejecu-
de su Ministerio, afirma haber retenido perfectamente
ción para el 19 del mes corriente, en la mañana.»
la conclusión que sigue:
Algunos minutos despues recibieron la respuesta
«El Gobierno, que ha luchado por la República con
una fé ciega en su porvenir, no comprometrá hoy nin- oficial que les dirijia el Ministro de la Guerra.
guno de sus intereses con la resolución precipitada del «Examinadas con todo el detenimiento que requie-
indulto deMaximiliano. El Gobierno liara un verdadero re la gravedad del caso, esta solicitud de indulto y las
estudio de cuanto ustedes expongan, y la resolución demás que se han presentado con igual objeto, el C.
que tome será hija de una conciencia desapasionada.» Presidente se ha servido acordar: que no puede acce-
derse á ellas, por oponerse á este acto de clemencia
El 16, á las once y cuarenta y cinco minutos de la
las mas graves consideraciones de justicia y de necesi-
mañana, enviaron los abogados Vázquez y Ortega, á
dad de asegurar la paz de la nación.»
sus colegas, el telégrama siguiente:
Un silencio triste y sombrío siguió á la lectura de
«En este momento que son las once y media de la este despacho: era el último adiós á una esperanza
mañana, se está notificando la sentencia confirmada que se desvaneeia.
Después de haber dado la orden el Ministro Leí do La ejecución debió haber sido el domingo 16. En
para que se expidiera ese telegrama al general Esco- cuanto los abogados de Querétaro supieron la próro-
bedo, volvió al lado de los defensores consternados, y ga concedida, enviaron á San Luis el siguiente telé-
les dijo: grama, que llegó allí á las ocho y trece minutos de ta
«El Gobierno ha tenido una inexplicable pena, al nociré del citado día 16:
tomar esta resolución en que cree puede cifrar el país «Señores D. Mariano Riva Palacio y D. Rafael
un porvenir de quietud: la justicia y la conveniencia Martínez de la Torre:
pública así lo han exijido; si el Gobierno comete un «Los tres acusados se habían ya confesado y Co-
error, no será hijo de la pasión, sino de la conciencia
mulgado, cuando llegó la orden de suspensión. Ha-
tranquila: ella nos dicta esta penosa denegación.»
bian, pues, muerto ya moralmente en ese momento
Iba á cumplirse el penoso destino del Archiduque. en que debian ser sacados para ejecutarlos. Sería
Los Sres. Riva Plaacio y Martínez de la Torre se horrible darles segunda vez muerte el miércoles, des-
preguntaron inmediatamente que debían de hacer.
pues de haber muerto hoy una primera.
¿Les ordenaba el deber trasladarse al lado del con-
«ORTEGA.
denado?
«VÁZQUEZ.»
¡Mas de doscientas leguas los separaban de él!
Tomaron por arbitro al Barón de Magnus, el cual Lo que mas llamaba la atención de los defensores
les dijo en la noche que él estaba resuelto á partir, del príncipe, era el silencio de los hombres de Estado
pero les suplicaba que permanecieran en San Luis, de Europa.
para no desperdiciar ni la mas mínima probabilidad
que se les pudiera presentar de salvar la vida de Maxi- Lo oportuno es lo útil en la vida pública. ¿Se
miliano. habría roto el cable submarino?
Enviaron, entre tanto, el télegrama siguiente á Que- A cada instante esperaban que los esfuerzos de las
rétai'o: cortes de Europa vendrían á unirse á sus esfuerzos.
. «Sres. Ortega y Vázquez. ¡Vana esperanza!
«Junio 16 de 1867.
La Europa y los Estados-Unidos estaban mudos!
«Nuestros esfuerzos han sido infructuosos. Se ha
negado el inddulto. La sentencia será ejecutada el Ni una nota, ni « n a carta, ni un mensage llegaba!
miércoles. Escribimos á Vdes. esta mañana. Todo es sombrío cuando se acerca el fatal destine!
MARIANO RIVA PALACIO. A media noche partió el barón Magnus para Que-
R A F A E L M A R T Í N E Z DE LA TORRE. rétaro.
INTERVENCION FRANCESA 25
Un incidente que habia ocurrido en esta ciudad que como manifesté al ser hecho prisionero, yo fuera
con los encargados de negocios de Austria, Bélgica é la única víctima.
«MAXIMILIANO. »
Italia, hizo á los defensores pedir una carta dé reco-
mendación al Sr. Lerdo para el general Escobedo, la
Pero las convicciones expresadas del Gobierno, ha-
cual mandó el ministro inmediatamente en favor del
bían desterrado todas las esperanzas de indulgencia.
barón.
Así lo participaron los Sres. Riva Palacio y Martí-
El lunes y el martes llegaron á San Luis los defen- nez de la Torre á sus colegas de Querétaro por medio
sores de Miramon y de Mejía, á solicitar el perdón de de este telégrama:
sus clientes. Llevaban una petición de las señoras «Amigos. Todo ha sido estéril. Lo sentimos en
de Querétaro, á la cual se unió otra de las de San el alma, y suplicamos al Sr. Magnus presente á nues-
Luis. tro defendido este sentimiento de nuestra profunda
El Lic. D. Próspero Vega, defensor de Mejía, con- pena.
servaba la esperanza de salvar á este bravo general. «MARIANO RIVA PALACIO.
Fueron á ver al Sr. Iglesias con uno de sus amigos. « R A ' F A E L M A R T Í N E Z D E LA T O R R E . »
Jamás se presentó una súplica con mas calor y ener-
gía; jamás encontró la inflexibilidad mas ruda prueba. En la noche del mártes al miércoles llegó la esposa
Todo habia sido inútil, por mas que se hicieron to- de Miramon, acompañada de unas veinte señoras.
dos los esfuerzos, hasta el último momento, para al- Preguntó á los abogados: "¿Queda alguna esperanza
canzar la clemencia del Gobierno. de salvar la vida de Miguel?»
Maximiliano mismo desesperó por su parte, é hizo «No queda ninguna,» le respondieron.
una tentativa para salvar la vida de sus compañeros , Suplicaba arrodillada. Sus palabras eran vagas,
de infortunio, enviando á Juárez el telégrama s i - angustiosas.
guiente: Pedia el destierro eterno, pero que se le concedie-
ra la vida de su marido.
a Telegrama oficial.— Depositado en Querétaro.—
Los Sres. Riva Palacio y Martinez de la Torre fue-
Recibido en San Luis Potosí, á la 1 y 50 minutos de
ron á ver al Presidente, y le suplicaron que recibiera
la tarde, el 18 de Junio de 1 8 6 7 . — G. Benito Juárez.
á la señora de Miramon.
Desearía se concediera conservar la vida á D. Mi-
Juárez le dijo:
guel Miramon y á D. Tomás Mejía, que anteayer su-
«Excúsenme ustedes de esa penosa entrevista, que
frieron todas las torturas y amaguras de la muerte, y
hariVsufrir mucho á la señora coñ lo irréVoeátíle de El dia siguiente, á las seis de la mañana, salieron
la resolución tomada.» dé San Luis l o í defensores, precisamente en los mo-
No pudiendo contéiiérséel Sr. Martínez de la Torre, mentos en que caminaba Maximiliano para el cerro
al despedirse del Sr. Presidente, con la garganta anu- de las Campanas, desde donde comunicaba sus ór-
dada le dijo, tomándole la maño: denes durante el sitio, donde se habia constituido
«Spñor Presidente, no más sangre: que ño haya prisionero, y donde iba a concluir sus dias como un
un abismo entre los defensores de la República y los héroe!!
vencidos: que la necesidad imperiosa dé la paz sea Antes de ir á la muerte, escribió Maximiliano una
satisfecha por el perdón que 'a aproxima. Ño Habla carta á cada uno de sus defensores los Sres. Riva Pa-
á vd., señor Presidente, el defensor de Maximiliano: lacios, Martínez de la Torre, Ortega y Vázquez, y
lo veo en la tumba, como á Mejía v a Mi ramón. Soy otra al Sr. Juárez«—Damos aquí la traducción téstual
un hombre que ama con delirio á su patria, y ella de esta última:
«Sr. D. Benito Juárez.
me inspira esta súplica. Que no se nuble el porvenir
«Querétaro, Junio 19 de 1867.
de México con la sangré'de sus hijos: que la reden-
«Próximo á recibir la muerte, á consecuencia de
ción de los extraviados no sea á costa de la vida de
haber querido hacer la prueba de si nuevas institu-
algunos, parque el luto 'de las familias sería para el
ciones políticas lograban poner término á la sangrien-
partido vencedor el''"negro reproché de la libertad
ta guerra civil que ha destrozado desde hace tantos
triunfante.»
años este desgraciado país, perderé con gusto mi vida,
Juárez respondió entonces:
si su sacrificio puede contribuir á la paz y prosperi-
«Al cumplir vdes. el encargo de defensores, han dad de mi nueva patria. Intimamente persuadido de
padecido mucho por la iñflexibilidad del Gobierno. que nada sólido puede fundarse sobre un terreno em-
Hoy no pueden comprender la necesidad de ella, ni la- papado de sangre y agitado por violentas conmocio-
justicia que la apoya. Al tiempo está reservado apre- nes, yo conjuro á vd. de la manera mas solemne, y
ciarla. La ley y la sentencia son en el momento con la sinceridad propia de los momentos en que me
inexorables^ porque así lo exige la salud pública. Ella hallo, para que mi sangre sea la última que se derra-
también puede aconsejarnos la economía de saAgre, me, y para que la misma perseverancia, que me com-
y este será el placer de mi vida!» placía en reconocer y estimar en medio de la pros-
Todo estaba concluido! El Presidente Confiirtwr al peridad, con qüfe lia defendido vd. la causa qué acaba
porvenir' et cuidado dé juzgar su cóndíiefaí de triunfar, la consagre ála mas noble tarea de re-
conciliar los ánimos, y de fundar de una manera es- El 19 de Junio de 1867 moría el Archiduque Maxi-
table y duradera, la paz y la tranquilidad de este miliano de Austria por la misma causa!
país infortunado. La defensa presentada por el Lic. Ortega fué tan
«MAXIMILIANO.»
elocuente, que los mexicanos la han puesto en para-
lelo con la elocuencia de Mirabeau. Sin participar
El Archiduque firmó esta carta, casi en sus últimos de este entusiasmo, muy disimulable, creemos inte-
momentos. resante dar á conocer los puntos principales de ese
Ni un solo instante lo acobardó la ¡dea de la célebre documento.
muerte. Despues de alegar el Sr. Ortega la incompetencia
Se le habia dicho, unos días antes, que habia del tribunal, abordó los tres motivos de la acusación
muerto la princesa Carlota, y esta noticia le arrancó que pesaban sobre la cabeza de su augusto cliente.
algunas lágrimas. Sin embargo, dió á Dios las gra- Estos eran:
cias por haberle comunicado, con ese acontecimien- 1.°—Haber sido un filibustero.
to, nuevas fuerzas para afrontar el suplicio. 2.°—Haber sido el instrumento de los franceses.
3."—Haber sido el autor del decreto de 3 de Oc-
Antes de morir dió á cada uno de los soldodos en-
tubre de 1865.
cargados de disparar sobre él una moneda de oro de
Traducimos:
á veinte pesos. Abrazó á sus compañeros de infor-
«Filibustero, en el sentido que hoy se dá á esta pa-
tunio, y dijo con voz sonora: Vey á morir por una
labra, es el que sin carácter ninguno público, de pro-
causa justa, la de la independencia y libertad de
pia autoridad y con la fuerza armada invade un país
México. ¡Que mi sangre selle las desgracias de mi
con el solo objeto de cometer actos de vandalismo.
nueva patria! ¡Viva México!
Y el señor Archiduque Maximiliano no vino á México
Los Sres. Riva Palacio y Martinez de la Torre nie-
sin carácter ninguno público, sino en virtud de vo-
gan las demás palabras que se han atribuido despues
tos que, aunque arrancados por la presión del ejér-
al infortunado Archiduque en sus momentos su-
cito francés, debían tener á los ojos de un extrange-
premos.
ro el carácter de generalidad, de libertad y expon-
¿No puede decirse hoy: solamente la República es taneidad necesarios para legitimar su empresa.
posible en México? «Vino al país sin ninguna fuerza armada: no lo in-
El 19 de Julio de 1824 moría Iturbide por haber vadió, pues, ni de propia autoridad, ni en nombre de
querido levantar el trono de Moctezuma! ningún otro Estado, y el objeto con que llegó á sus
-m
Aquí rectíeda el abogado la indulgencia que Maxi-
playas no fue el de entrar á saco al país, sino el de es-
miliano había tenido con los prisioneros en Puebla; y
tablecer la organización monárquica qué creía que
cuenta que una de las principales causas que lo hicie-
la nación deseaba," gobernándola de la manera que
ron venir á Onzava, en los momentos en que proyec-
estimara mas conveniente para su felicidad.
taba su separación de México fué que se le había ase-
«Se le puede llamar filibusterismo en una declama- gurado qite existía un tratado entre la Francia y los
ción, porque á los declamadores y á los poetas les es Estados Unidos, para establecer en México un gobier-
permitido decir cuanto quieren. Pero tal cargo he- no contrario á la voluntad de la nación.
cho judicialmente, no sufre el mas leve examen, y es Luego continúa:
de todo punto absurdo. «Como ya dijimos, las exijencias especiales de su
«No es menos falso que haya sido instrumento de posicion le impusieron á veces, bien á su pesar, la tris-
los franceses. Luis Napoleon exijia que en el trata- te necesidad de hacer algunas concesiones á la auto-
do de Miramar se incluyera un artículo, en el que se ridad francesa, y una de ellas fué la expedición dé
ratificaran todos íos actos de la llamada Regencia. la ley de 3 de Octubre de 1865, en la que hay algu
El objeto de esa estipulación era que quedara ratifi- nos artículos redactados por él mismo Mariscal Ba-
cado un tratado entre el ministro diplomático fran- zaine, y la que sé dictó en virtud de informes minis-
cés y la llamada Regencia, que importaba la pérdi- trados por los mismos franceses, de que el Sr. Juá-
da de la Sonará para la nación, y su adquisición pa- rez habia abandonado e! pais.
ra el gobierno francés. El Archiduque, despues de «Para el gobierno, que con error ó sin él, tiene la
haber aceptado la corona, declaró que dejaría mas conciencia de su legitimidad, proveer á su conser-
bien de venir á México, que firmar tal estipulación; vación y seguridad, no es materia de un simple dere-
y de hecho, el tratado de Miramar se redactó sin con- cho, sino de un extricto deber.»
tenerla. Llegado á México, uno de sus primeros ac- Aquí suspendemos nuestra narración.
tos fué destituir á D. José M. Arroyo, que se habia El fin del emperador Maximiliano es una cuestión
prestado á firmar con el ministro francés el tratado de historia que tendrá su consejo habitual de pasio-
relativo á Sonora, habiendo tenido nuestro defendido nes violentas ó ciegas, é influencias interesadas tí de-
sobre esa materia diversas contestaciones sumamente sinteresadas.
desagradables con M. de Montholon, que le enagcm- ¡Quiera el cieloqiie la energía en la lucha, el es-
ron completmnente la buena voluntad de los fran- fuerzo revolucionario, el valor y el heroico desprecio
ceses. » dfe la vida, de que han dado tantas pruebas los mexi-
canos en la sangrienta lucha que han sostenido, sean camento de la Guardia- municipal de México, en San
empleados, en lo sucesivo, en bien de su patria! Felipe del Obrage, y fusila sus oficiales.
Como se ha visto, la participación del Mariscal Ba- «En fin, el 7 del"presente Octubre, las bandas reu-
zaine en la redacción del decreto de 3 de Octubre, es- nidas en la Tierra Caliente de Veracruz, atacan el tren
tá comprobada por el abogado de Maximiliano. ¿Fué del camino de fierro en Arroyo de Piedra, se apode-
verdaderamente tan grande como lo ha declarado el ran del Teniente de ingenieros Friquet, del guardia
señor Ortega?— No lo s a b e m o s . — ¿Pero qué debe de artillería Loubet y de siete hombres de tropa; y
pensarse cuando se ha leido la circular siguiente?: al dia siguiente se encontraron los nueve cadáveres
horriblemente mutilados.
CIRCULAR CONFIDENCIAL.
«En presencia de estos actos salvages, las represa-
«México, 11 de Octubre de 1 8 6 7 . lias son un deber y una necesidad. Todos esos bandi-
«Los odiosos asesinatos cometidos por los disi- dos, inclusos sus gefes, están puestos fuera de la ley
dentes, y la parte que toman los gefes rebeldes en esos por el decreto imperial de 3 del presente mes.
actos sajvages, poniéndose á la cabeza de bandas que «Os recomiendo que liagais saber á las tropas que
nada respetan, dan á la lucha trabada hoy entre el po- se encuentran á vuestras órdenes, que no admito pri-
der imperial y el partido juarista, el verdadero carác- sioneros. Todo individuo que caiga en nuestras ma-
ter con que se le debe ver: esto e s , el de guerra de la nos, sea quien fuere, debe morir. No se verificará
barbarie contra la civilización. ningún eange de prisioneros en lo sucesivo. Es nece-
«El 18 de Junio de 1 8 6 5 ataca Arteaga á Uruapan, sario que nuestros soldados sepan que no deben ren-
se apodera de la ciudad despues de una lucha de 30 dir las armas á semejantes adversarios.
horas, y lejos de honrar la bravura de sus defensores, «La guerra es á muerte desde hoy: e s una lucha
fusila despiadadamente al coronel Lemus, al Sub-pre- sin cuartel entre la barbarie y la civilización.
«Por ambas partes es preciso matar ó morir.
fecto Isidro Paz y á una de las personas notables de la
«El Mariscal, Comandante en gefe,
poblacion que habia tomado las armas por la causa (Firmado) B A Z A I N E . »
del orden.
«Nota;—Esta circular no debe copiarse en los li-
«El 7 de Julio asesina Antonio Pérez, con sus pro-
bros de órdenes. Solamente se dará á conocer á los
pias manos, al capitan Kurzroch, á quien conducian
oficiales.» (I)
herido sus húzares, despues del combate de Ahuaca-
tlan. (1) ¿Qué comentarios necesita esta bárbara circular?—
Ningunos. Baste decir que era uno de los medios civiliza-
«El 1. ° de Setiembre sorprende Ugalde un desta- dores de Bazaine.—N. del T.
'¿No parece que los considerandos de esta circular nos explicó la cautividad de M. Daño. Hé aquí lo que
son los mismos que inspiraron los considerandos del decia este diario:
decretó de 3 de Octubre? En todo casó, hay un h e - «Se sabe ya h o y e n Francia, dice, que M. Daño,
cho evidente, y es, que en lugar de protestar el Maris- ministro en México, está detenido en esta eiudad por
caí contra él, le dió sü entera aprobación al recomen- el Gobierno de Juárez; pero si hemos de creer lo que
dar q u e se aplicara. dicen los diarios de París, aunque el negocio es grave,
no tiene el carácter que se le ha dado.
Se ha reprochado al Ministro de Francia haber sido
«Trátase simplemente de la revindicacion de una
el único representante extranjero que no se trasladó
suma de 6 . 0 0 0 0 0 0 ( 1 . 2 0 0 , 0 0 0 pesos) d é l a s minas
á Querétaro; y Mr. Lago dice en uno de sus primeros
de Real del Monte, enviados hace algún tiempo á Eu-
despachos «que M. Daño temía por la embajada fran-
ropa por el Ministro francés, no obstante que las leyes
cesa, y envió cerca del Emperador á M. Forest, e x -
mexicanas prohiben á los extranjeros la exportación
cónsul de Mazatlan, para que lo representara.» .
de metales preciosos en pasta (1). Esta suma de seis
¿Qué cosa podia temer M. Daño, que no pudieran millones fué llevada en dote á M. Daño por una mexi-
temer también sus colegas? Temor, por quién y por cana con quien se habia casado, á ejemplo del Maris-
qué? En vano procuramos adivinarlo. Parece que el cal Bazaine, de M. Dubois de Saligny y de otros; (2)
Ministro de Francia, mas que ningún otro, debió en- y M. Daño se encuentra hoy en la alternativa de
contrarse en Querétaro. Sin embargo, debemos de- escojer, ó la naturalización, ó la restitución de los
cir que M. Lago, en un despacho dirijido al Gobierno 6 . 0 0 0 0 0 0 que le permitiría conservar su puesto.»
austríaco, con fecha 2 5 de Junio, dceia: Mientras que el Ministro de Francia se ocupaba en
«Aprovecho esta ócasion para asegurar á V. E. México de sus intereses personales, Maximiliano e x -
piaba en Querétaro la falta de haber creído en las pro-
que M. Daño, ministro francés, ha hecho por su par-
mesas del gobierno francés.
te cuanto ha sido posible hacer para salvar la vida del
Emperador» (1) La exportación de metales preciosos en pasta, está
prohibida, en efecto, pero no solo para los extranjeros, sino
¿Habrá quedado contento el gobierno francés, con también para los mexicanos, de manera que no están muy
este apropósito de su Ministro? claras estas explicaciones.—N. del T.
(.2) Es cosa bien rara que casi todos los empleados de ca-
Esto n o impidió que el Gobierno de Juárez le pusie- tegoría y los gefes franceses encontraran bastante bárbaros
ra algunas dificultades para regresará Europa. Lo hizo á los mexicanos, para mandarlos exterminar; y no encon-
traran tan bárbaras á las mexicanas ricas, para casarse con
prisionero. ellas. Napoleon lo tenia dicho, la cuestión era de plata y
El Mensagero franco-americaiw del 2 d e Agosto oro.—N. delT.
INTERVENCION FRANCESA—26
El juicio del acto severo y tal vez inútil cometido por rior de México, sino también, y sobre todo, la de Amé-
Juárez y su Ministerio, haciendo fusilar al Emperador rica en general, y la de México en particular, para con
vencido y traicionado, pertenece á la historia. la Europa.
Antes de cerrar esta narración publicaremos una «De qué se trata, en efecto? ¿De decir á la América
carta escrita sobre el particular por el general ameri- triunfante, joven y fuerte, que se incline delante de la
cano Cluseret, que nos parece interesante. Europa humillada y abatida? ¿De rebajar las institu-
Al publicarla no nos declaramos partidarios de la ciones americanas, que han salido mas vigorosas que
opinion de ese general, pero ese documento da una nunca, de la lucha mas grande y de la mayor prueba
idea de las influencias americanas que empujaban al de los tiempos modernos, ante las instituciones euro-
Gobierno de Juárez al rigor. peas juzgadas hoy por sus resultados? En una pala-
Hé aquí lo que se ha repetido de mil maneras dife- bra, ¿de someter el principio de la soberanía popular,
rentes, dice el general Cluseret: columna de la sociedad americana, al principio del
«La América del Norte está indignada por la muer- derecho divino, con ó sin el acompañamiento de la vo-
te de Maximiliano. luntad nacional, base de los gobiernos europeos?
«La América está pronta á unirse con la Europa «Pues bien! La América levantó el guante que le
para vengarla. arrojó la Europa, ridiculizó sus amenazas y castigó sus
«La muerte de Maximiliano es un crimen de lesa atentados!
magestad. «Maximiliano, culpable de lesa magestad popular,
«La América debe apoderarse de México. ha sido castigado en América, como habria sido casti-
«Luego vienen los paliativos. gado en Europa un hombre culpable del crimen de lesa
«Juárez obró bajo la presión de Escobedo. magestad puramente divina, ó divinamente popular.
«Seward no fué obedecido por Campbell, quien de- Nada es mas sencillo y mas natural; y lo que me
bió amenazar á México con la cólera de los Estados- asombra es que haya quien de esto se asombre.
Unidos, si no se detenia en la ejecución.» «Bien sé que bajo el punto de vista filosófico, un
Tantos errores como aserciones declara el general número considerable de filósofos de ambos mundos, á
Clusert: cuyo frente estaba Víctor Hugo, suplicaron á nombre
«Yo afirmo, continúa, que no hay uno solo de mis de la humanidad en favor de Maximiliano.
amigos políticos, y su número compone una lejion, «Según ellos, debe abolirse la pena de muerte. Es-
que no vea en la sentencia y ejecución de Maximiliano ta es materia de discusión; pero no lo es que, mien-
un acto de alta política exijida por la situación. Y por tras esta pena exista, debe ser aplicable y aplicada á
los que la sostienen y la aplican.
la situación entiendo, no solamente la situación inte-
328 ¿29
4 Yo añado que en la política, lo mismo que en tos «Desde el fin de 1866 y el principio de 1867, ya no
negocios, el sentimiento es, cuando menos, superfino. se trataba mas que de la captura probable de Maximi-
«Pasemos de los principios á los hechos, á los inte- liano y de la suerte que le esperaba; y siempre oí le
reses. opinion de los miembros de ese partido en Nueva York,
«Maximiliano perdonado érala confesion de la de- Washington, Filadelfia y Boston, de que si caía prisio-
bilidad de la América, era la confesion de su falta de nero, seria fusilado.
fe en sí misma y en sus instituciones. Y el partido republicano es el que tiene la mayoría
«EraMiramar trasformado en hogar de perpetuas y el que está en el poder.
intrigas. «El que M. M. Johnson y Seward hayan abando-
«Era la espada de Damoeles suspedida constante- nado el partido republicano, en nada cambia las for-
mente sobre la cabeza de la América. mas respectivas de los partidos políticos de la repú-
«Era una puerta abierta á todas las ambiciones y á blica, ni hace variar en nada la mayoría. El Congreso
todas las envidias europeas. es quien decide únicamente los negocios exteriores.
«Era la civilización gastada, decrépita, raquítica de Por mas que se agite M. Seward, el pueblo lo conduce
la vieja Europa, galvanizada por un suceso inesperado, y lo conducirá adonde le plazca.
levantándose, tocíendo fuerte, gritando alto, apre- «Que nos vengan luego á hablar de intervención co-
tando los codos y marchando á paso de cargá sobre la lectiva contra México!
vigorosa sociedad americana. «La gran república de América, uniéndose á las
monarquías de Europa contra una república ameri-
«Era el pasado desfondando el porvenir.
cana. !
«Mas todo estaba de tal manera previsto, que la car- %

«Esto sí sería célebre !


ta del señor Romero, ministro de Juárez en Washing-
«La situación debe reasumirse en estas tres pala-
ton, respondiendo á la intervención de M. Sevvard en
bras; Alea jacta esl.
fayor de Maximiliano, contiene estas v otras muchas
«La cabeza de Maximiliano es al nuevo mundo, lo
consideraciones:
que fué la de Luis XVI al mundo antiguo
«La condenación de Maximiliano no es, pues, un
«Los Borbones no han vuelto á levantarse en Fran-
hecho aislado é impuesto por la efervescencia popu-
cia: la monarquía no se levantará jamas en América.
lar: es un acto político maduramente concebido y fría-
«Si la Europa no está bien convencida de esto, que
mente cumplido.»
haga un nuevo ensayo- We are ready.
Y yo agrego «con entera aprobación de todo el par-
GENERAL CLUSERET.»
tido republicano de los Estados Unidos.» 42
CAPITULO IX.

Situación del imperio mexicano despues de la salida


del ejército francés,—Sitios de México y Queré-
t a r o . — E l Gobierno de la República se instala en
México.
r

Nos vemos Obligados á retroceder, para referir las


escenas verdaderamente conmovedoras de la última
parte de esta lúgubre historia.
El 5 de Febrero de 1867 salió el mariscal Bazaine
de México, á la cabeza de las últimas tropas francesas.
Una parte de los contingentes belga y austríaco ha-
bía partido ya, licenciada por orden del Emperador.
En una carta del padre Fischer, dirijida desde Puebla
al coronel Kodolisch, comandante del cuerpo austría-
co, se vé como se procedió á ese licénciamiento:
332
«Al coronel Kodolisch.
El general Márquez habia sido nombrado Goberna-
«Puebla, 24 de Diciembre de 1866.
dor de la capital, y en la tarde del 5 habia mandado
«Querido señor:
publicar dos decretos.
S. M. el Emperador me encarga haceros saber
En el primero anunciaba su nombramiento.
que importa ejecutar lo mas pronto posible la orden
En el segundo prevenía á los espíritus inquietos
concerniente á la disolución del cuerpo austro-belga.
que usaría de todos los medios de rigor de que podia
Hoy mismo escribo al Ministro de la guerra, envián-
disponer. «Ya me conocéis, decía, y creo que os bas-
dole copia de la presente carta, y comunicándole la or-
tará este aviso.»
den del Emperador de interrogar individualmente á
Bastante se le conocía, en efecto: el aviso fué sufi-
cada uno de los oficiales del Estado Mayor, á fin de sa-
ciente, nadie se movió.
ber si quieren pasar á las filas del ejército mexicano,
Los austríacos volvieron á entrar en la ciudad. Vi-
ó quieren retirarse.
nieron de San Angel para ocupar el Palacio.
Al mismo tiempo os participo que S. M. desea que
Estas tropas se componían de un regimiento de ca-
toméis todas las medidas convenientes para que el
ballería y del 18 de infantería.
próximo sábado, 29 del actual, estén los demás oficia-
A su cabeza estaba el coronel Kodolisch. En 1859
les y la tropa en disposición de resolverse definitiva-
habia sido gefe del Estado Mayor de la división de ca-
mente.
ballería del general Mensdorff, y había formado parte
«Id á ver al Ministro de la guerra y poneos de acuer- también del Estado Mayor del príncipe de Hesse y del
do con él, para que las prescripciones de S. M. sean archiduque Alberto. Oficial muy distinguido y de un
cumplidas. noble carácter, ha prestado grandes servicios en Mé-
«Recibid las seguridades de mi estimación parti- xico, durante el sitio y despues de él.
cular. Hé aquí la situación de los dos campos enemigos de
«El Secretario del Emperador, México, despues de la salida del ejército francés.
FISCHER. » Hemos dicho ya que en cuanto se retiraban estas
Los que aun permanecían en Febrero eran los fie- tropas, iban ocupando los mexicanos, casi á su vista,
les! la mayor parte del pais.
El 6 de Febrero despertaron los habitantes de Mé- En efecto, el general Porfirio Díaz estaba enOaxaca
xico, sorprendidos de la tranquilidad que reinaba en y las fiierzas que le obedecían cubrían desde Córdoba
la ciudad. hasta las puertas de México, sin ocupar, sin embargo,
á Puebla.
Miramon habia asombrado muchas veces á sus con-
Regules era dueño de todo Michoacan, excepto Mo-
ciudadanos con su audacia.
relia, su capital.
Sale de México con una simple escolta, llega á
Riva Palacio estaba en Toluca, á 1& leguas de Mé-
Querétaro, forma allí un regimiento, y siempre cor-
xico.
riendo, se presenta ante Zacatecas, adonde esperaba
En fin, Escobedo estaba en San Lute, cubriendo to-
sorprender al Presidente Juárez; pero el Presidente
das las provincias del Norte.
que supo su marcha, pudo escapársele.
El número total de estas fuerzas, que muy pronto
De esta manera, mientras que el ejército francés
debia duplicarse, era de 3 0 , 0 0 0 hombres.
ocupaba todavía á México, alentado Miramon por este
Su moral era excelente, y continuamente se le exal-
suceso, despues de haber ejecutado una marcha de
taba diciéndole que habia lanzado del pais á los prime-
160 leguas, y de haber atravesado Guanajuato y León,
ros soldados del mundo.
echaba el guante en Zacatecas á los enemigos del im-
En cuanto al ejército imperial, estaba desmorali-
perio.
zado.
No se necesitaba mas para reanimar los espíritus.
Ocupaba:
La esperanza renacía.
Veracruz, defendido por 5 0 0 hombres.
Se habia perdido el apoyo de la Francia, pero se ha-
Puebla que contaba 1.500
bía recobrado la independencia.
México 5.000
El tesoro francés se habia cerrado, pero los agentes
Morelia... 3.000
franceses se habían ido, llevándose sus exijencias.
Querétaro 2.000
Era preciso, sobre todo, impedir que se concentrara
Total . . . 1 2 . 0 0 0 hombres el enemigo. Esto fué lo que se propuso el Emperador.
diseminados desde el mar hasta la Sierra Gorda. En la noche del 13 de Febrero salió á la cabeza de
Los partidarios del imperio estaban desalentados. 2 0 0 0 hombres, llevando consigo al general Márquez,
Maximiliano habia previsto esto: asi fué que, antes que le servia de gefe de su Estado Mayor.
de que los franceses desocuparan la capital, encargó á Dejaba en México las tropas europeas, como una
Miramon de una misión que solo este general podía lle- buena reserva en el desgraciado caso de un revés.
var á cabo. Maximiliano se dirijió sobre Querétaro.
Se trataba de abrir las hostilidades nuevamente con Mucho se ha dicho acerca de esta determinación del
un golpe de mano, sorprender al enemigo y tranqui- Emperador, de ir á buscar refugio en una ciudad que
lizar los espíritus. está muy lejos de ser considerada plaza fuerte, y
que hasta se encuentra dominada por las alturas veci- gada de caballería del coronel Quiroga, qué contaba
nas. : 9 0 0 hombres.
La razón era muy obvia. El 25 hizo su entrada en México.
Querétaro es la llave del valle de México; es el cen- Llegaba con el título de Lugarteniente general del
tinela avanzado para todo ejército que venga del Norte. imperio, y con los mas ámplios poderes y facultades.
Ademas, los indios de la sierra, á cuya falda está si- Dos hombres enérgicos eran nombrados ministros.
tuada, eran todos partidarios ciegos de Mejía. Iribarren, de Gobernación, y Vidaurri de Hacienda y
Mendez recibió, pues, orden de replegarse de Mo- Justicia con la presidencia del Consejo.
relia á Querétaro. En el acto hubo gran movimiento en la marcha de
Miramon recibió orden de reunirse también al Em- los negocios. Se decretó un impuesto de 1 p . § sobre
perador. el capital; se vistieron y equiparon las tropas, qüe bien
De esta manera tenia el príncipe cerca de ocho mil lo necesitaban; y el 30 salió Márquez de México á la
hombres de buenas tropas, mandadas por los genera- cabeza de 4 0 0 0 hombres.
les que gozaban de la mejor reputación militar en Mé- Marchaba sobre Puebla.
xico. Dos caminos conducen de la capital á esta ciudad.
El mes de Febrero pasó sin ningún acontecimiento Uno, que es el mas corto y que contiene 2 9 leguas,
extraordinario. atraviesa la montaña de Riofrio, y si, como era de es-
Las tropas liberales se habian dado cita para Queré- perarse, los liberales defendían este camino, el paso
taro, y todas estaban en movimiento; y mientras que debia ser sumamente peligroso por sus desfiladeros.
esos movimientos se operaban en tal dirección, el ge- El otro, que da una gran vuelta, salvando la mon-
neral Díaz adelantaba sus pequeñas jornadas de Oaja- taña y atravesando los llanos de Apam, era mucho mas
ea sobre Puebla. ventajoso, porque la caballería de Márquez podría ma-
En fin, se esparció en México la noticia de que el 14 niobrar en él perfectamente, en caso necesario.
de Marzo había alcanzado el Emperador un gran triun- Se optó por el eamino de los llanos de Apam.
fo en los muros de Querétaro. El ejército durmió esa noche en San Cristóbal, y
Los espíritus comenzaron á éntregarse á todo gé- aunque los diques de los lagos estuviesen rotos para
nero de conjeturas. embarazar su marcha, pasó sin ninguna novedad. La
Diariamente se' esperaba que llegara el Emperador marcha era pausada, demasiado pausada tal vez, por
triunfante. Repentinamente, el 2 4 , se supo que Már- que no se sospechaba siquiera qué los acontecimientos
quez estaba en los alrededores de la capital con labri- se estaban precipitando en Puebla.
INTERVENCION F R A N C E S A — 2 7
La imaginación se confunde al pensar q u e la defen-
El 6 de Abril todavía iba el ejército en marcha so-
sa de esta importante ciudad se habia confiado á un
bre Huamantla.
hombre tan incapaz, bajo todos aspectos, como el ge-
Casi habían rendido las tropas de Márquez la jor-
neral Noriega, que es el mas pusilánime y mas detes-
n a d a , cuando fueron atacadas en su vanguardia pol-
table militar.
las de Porfirio Diaz. Una brillante carga de los gen-
darmes rechazó el ataque, pero Márquez se detuvo, Se habia perdido un tiempo precioso!
sin embargo. A las tres, toda la caballería del ejér- Era necesario que Márquez tomara una resolución
cito liberal, fuerte de G.000 hombres, pretendía arro- enérgica. ¿Debería entregar la capital á la suerte de
llar el campo imperial (1). Los húsares austríacos re- una batalla, ó regresar á marchas forzadas y encerrar-
chazaron el choque. La caballería enemiga se retiro; se en ella para defenderse?
mas en el momento en que se preparaba la celebridad Tomó este último partido.
de la victoria, se supo que Puebla se habia rendido el El 7 comenzó á efectuar su retirada, que era suma-
2 y que las tropas habian capitulado el 4 . mente peligrosa.
(t i Autorizado competente por el general D. Luis Mier y El general Diaz habia vuelto á Puebla, escoltando
Teran y por el teniente coronel D. J u a n de la Luz bnri- sus numerosos heridos de la víspera (1).
quez que concurrieron á toda esta campaña mandando
fuerzas á las órdenes del general D. Porfirio Díaz, puedo El 8 intentó el coronel liberal Lalanne detener él
asegurar que esto no es exacto. < . ejército de Márquez, atacándolo de frente, á fin de dar
El ejército del general Diaz no contaba el día b, ni contó tiempo al general Diaz de llegar y caer sobre su reta-
nunca con 6000 caballos.
La primera división de caballería, que fue la que dio el guardia.
ataque ese dia, solo contaba con 900 caballos. Lalanne fué arrollado con sus 1 0 0 0 hombres de in-
Su gefe era. el general Toro Manuel.
Su Mayor general el general D. Eufemio Rojas. fantería, y Márquez marchó hasta San Lorenzo, donde
Los escuadrones-y fuerzas que la componían eran: tomó posiciones á las dos de la tarde.
Lanceros de Oaxaca, mandado pór el comandante Ler- Despues, cuando el general Guadarrama se unió al ejér-
tlicll6 cito del general Diaz con 3000 y pico de caballos en la no-
1 .<*• y 2." de Esploradores, mandados por el coronel Pom- che del dia 9, pudo contar el general Diaz con 4000 y pico
poso Campillo. de Ixcaquistla, mandados por el coronel de caballos, pero nunca fueron 6000, aunque también se le
Escuadrones incorporó el dia 9 el general D. Antonio Carbajal, ni menos
Cristóbal Palacios. .
Escuadrqn León, mandado por el comandante Ignacio pudo haberlos el dia 6, antes de reunírsele esas dos fuer-
Vázquez. . . . , zas.—N. del T.
Seguridad de Puebla, mandada por el teniente coronel (1) Esto no es exato tampoco. El general Diaz durmió
Sánchez Gamboa, quien murió en el ataque. esa noche en San Pablo Apetatitian, con todas sus fuerzas.
Una sección de la fuerza perteneciente al general Rodrí- — N del T.
guez Bocardo.
La hacienda de San Lorenzo está situada en la e x - apenas advirtió su nueva marcha, cuando se apresuró
tremidad de una inmensa llanura^ en la confluencia de á tomarle todos los puntos para impedirle el paso.
dos caminos que conducen áMéxico: el de la izquier- La conducta del pequeño ejército imperial fué ad-
da, por San Cristóbal, era el que Márquez habia traido; mirable en esa noche, según confiesan los mismos li-
berales.
el de la derecha, por Texcoco, era malísimo v recorría
Logró vencer todos los obstáculos, y en la mañana
un terreno muy quebrado.
siguiente entró á Texcoco.
El enemigo se avistó á las cuatro, pero no hubo nin-
Estaba á diez leguas de México, y se habia batido
gún ataque serio. Todo el ejército del general Diaz se
en marcha quince horas!
reunió allí durante la noche del 8 al 9 , é inmediata- Márquez continuó su movimiento de retirada, y lle-
mente se colocó en batalla, ocupando-una grande e x - gó á las once de la noche á México, precedido de su
tensión de terreno. Evidentemente el general Diaz ( j í r c i t o ; q u e hizo su entrada á la capital el dia siguien-
quería cortar, de ese modo, los dos caminos al ejército te á las ocho de la mañana, jadeando de fatiga," pero
imperial, pero al desplegarse de tal manera, habia de- puede decirse que cubierto de gloria (1).
bilitado considerablemente su centro. Este grave descalabro bastó para nublar el horizon-
Márquez no desplegó e n esta circunstancia ninguna te del imperio, que tan brillante parecía pocos dias
de las cualidades enérgicas de que habia dado pruebas antes.
siempre. No tomó ninguna disposición, ni sacó nin- Mil rumores siniestros circulaban en la ciudad.
gún partido de las faltas del enemigo. Se temia ver llegar al ajército liberal, y no habia na-
Permaneció inmóvil hasta la noche, y aprovechó la da preparado para la defensa. El desaliento llegaba á
oscuridad para marchar en retirada. su colmo.
Es seguro que quería evitar á toda costa una batalla, Márquez era el Lugarteniente general del imperio!
para entrar en México lo ménos debilitado que le fue- Era menester obedecerle, y sin embargo permanecía
ra posible. invisible!
Habia tratado de tomar el camino de San Cristóbal, Y este hombre habia gozado de una reputación de
pero encontrándose con que el enemigo habia cortado valor justamente merecida hasta ese dia!
el puente de una barranca profunda, se decidió, á las
tres de la mañana, á tomar el camino de Texcoco. (í) Márquez fué derrotado completamente, dejando en
su larga fuga regados cañones, fusiles, carros, todo su tren
Como el enemigo se habia apostado desdé el princi- de guerra en fin.
pio en el camino de San Cristóbal', no inquietó la pri- No entraron á México ni 500 hombre de su ejército se-
mera parte de la marcha del ejército imperial; pero gún aseguran todos los testigos oculares.—N. del T. '
Habia permanecido pobre en toda la extencion de la sus descalabros, se habia detenido despues de su triun-
palabra, después de haber ocupado posiciones muy fo (1).
elevadas.- ~ Desde que llegó á Guadalupe se ocupó activamen-
te de circunvalar la plaza. El ferro-carril le llevaba de
Cruel por instinto, y mas que por instino por espí- Puebla un enorme material. Los sitiados no se mo-
ritu de obediencia, habia sido mas bien el criado del vían!
verdugo, que el verdugo mismo. El general Diaz era el hombre mimado de la fortu-
Su conducta era un enigma. na, hacia algun tiempo, y se habia convertido en el
personage militar mas importante en México.
Hubo necesidad de tomarlas primeras disposiciones La toma de la capital debia multiplicar su impor-
sin contar él. tancia, y así lo comprendía él, comprendiendo al mis-
mo tiempo que la resistencia que formaran las tropas
Los Ministros se reunieron, pero no pudieron en- europeas sería la mas difícil de vencer. Mandó son-
tenderse. Yidaurri se retiró. dear á los coroneles austríacos, prometiendo cuantas
La cuestión del abandono de la ciudad se habia agir ventajas le era posible á aquellas tropas, pero sus ge-
fes no respondieron. Comenzaron á faltar los víveres:
tado en el Consejo de Ministros.
el pan de harina se suplió con pan de maiz, pero los
HiEl general Tavera mandó fijar una proclama para forrages no se podían reemplazar con nada: era forzo-
desmentir este rumor. so emprender algunas salidas para procurárselos. Se
En f i n , vuelto Márquez de su primer estupor, tomó intentó la primera salida el día 18, y las tropas vol-
vieron cargadas de botín, pero cada hebra de paja cos-
el mando. Se decidió á encerrarse absolutamente en taba una gota de sangre!
en el recinto de la ciudad, y el 13 y el 14 hizo evacuar
las dos posiciones de Guadalupe y Chapultepec. (1) El general'Diaz, que no habia economizado la san-
El abandono de esas posiciones dominantes dió al gre cuando fué necesario el asalto.de Puebla, no quiso
derramarla en México con un nuevo asalto, juzgando mas
enemigo excelentes puntos de apoyo para practicad su prudente y mas humanitario dejarle lugar á la rendición
línea de circunoalacion con que iba á envolver á Mé- que preveía. Si esto fué una falta que cometió como militar
en aquellas circunstancias, como hombre se debe elojiar
xico. esta conducta hoy que ellas han pasado, y que se ha visto
que fué acertado su cálculo. Por muy horroroso que haya
El 14 estableció el general Diaz su cuartel general sido el sitio de México, lo hubiera sido mas un asalto á la
en Guadalupe. Si Márquez cometió faltas, el general ciudad; y cuando ya habia corrido á torrentes la sangre
mexicana durante la guerra cruel de la intervención y del
Diaz las cometió también Habia perdido cuatro «fias. llamado imperio, el economizarla en esa vez es un acto que,
En vez de perseguir sin descanso un ejército muy mer- como hombre, repito, debemos elojiar los mexicanos.—N.
del T.
mado por sus pérdidas, y desmoralizado, ert parte, por
El 19 hubo gran fiesta en al campo liberal. «Las nueve.—Puebla se ha pronunciado por él Em-
Esa fiesta dio lugar á mil conjeturas en la plaza. perador.
Unos decían que Querétaro había caido en poder de Las diez.—Porfirio Diaz ha partido precipitadamen-
los liberales y que el Emperador estaba prisionero; te por el ferro-carril.
otros pretendían que el general Díaz habia sido nom- «Las once.— La mitad del ejército skiador ha mar-
brado Presidente por sus tropas; otros, en fin, pensa- chado con Porfirio Diaz á recuperar á Puébla.
ban que la salida de la víspera se habia trasformado
«Las doce.—Vicario se apoderó de Cuernavaca, y
en triunfo para los sitiadores, y que lo estaban cele-
nombró autoridades imperialistas.
brando.
La una.—Riva Palacio ha entrado á Toluca con los
Nadie dio crédito, al principio, á la primera ver-
restos de su división, destruida en Querétaro.»
sión.
Con este sistema de mentiras lograba Márquez pro-
Desde ese momento, cada hora se fabricaban las
longar la resistencia.
noticias mas contradictorias.
El general Diaz hizo repetir sus ofertas anteriores á
Tan pronto estaba el Emperador victorioso, como
los coroneles austríacos, pero estos no se atrevieron á
se veía obligado á refugiarse en la Sierra con Mejía.
resolver, porque esperaban las noticias que les habia
Por la mañana venia en marcha triunfal, en socorro
prometido el barón Magnus.
de México, y por la tarde estaba prisionero (1).
El alto comercio de México envió una diputación al
El barón Magnus que habia sido llamado á Queré-
coronel Kodolisch, para decirle que Querétaro habia
taro, prometió á los coroneles austríacos enviarles no-
caido el 15 de Mayo, y que los sentimientos humanita-
ticias exactas.
rios pedian que s e libertara á la capital de los horro-
Sus cartas nunca llegaron á México. res de un asalto. El sentimiento del honor militar
Márquez lo detenia todo, y no excusaba ningún es- impidió á este oficial tomar ninguna decisión, hasta
fuerzo para ocultar la verdad. recibir pormenores mas amplios, que esperaba cada
Hé aquí algunas muestras de las noticias que se pu- dia.
blicaban en México:
El hambre habia llegado á su colmo. Algunos des-
(1) Creemos de sumo interés esta narración del sitio graciados morían de necesidad. Los caballos caían en
que nos ha hecho un oficial superior de los qae tomaron las calles para no levantarse mas, y una multitud ham-
parte en la defensa de la capital, despues que leímos el Me- brienta se disputaba sus cadáveres.
morándum de los Sres. Riva Palacio y Martínez de la
La catástrofe era inminente.
Torre.—Nota del autor.
El 8 de Junio hubo que reprimir un motín.
El 9 se intentó una salida, pero fué rechazada. El Diario oficial del imperio anunciaba el 15 la lle-
Márquez hizo circular en la noche la voz de que gada dé Ramírez Arellano, enviado por el Emperador!
aventuró aquella salida para apoyar la entrada del Em- Todos los rumores de la víspera quedaban confir-
perador que se aproximaba! Decía que Maximiliano mados.
habia arrollado un cuerpo de cinco mil liberales, que ¿Quién podía dudar? Se habia visto al enviado. Se
habia querido estorbarle el paso, y que dentro de pocos habían oído sus afirmaciones formales.
dias estaría en las puertas de México! La alegría fué inmensa entre los imperialistas. Las
Esta mentira era inaudita; mas todavía 110 habia lle- campanas repicaron á vuelo. Se lanzaron cohetes al
gado á su apogeo! aire, y todos se entregaron á las demostraciones mas
Del 10 al 13 tomó consistencia la noticia esparcida estrepitosas.
en la noche del 9. El enemigo creyó que habia estallado una insurrec-
Muchos creían que si el ejército imperial venía ción en la plaza. Queriendo aprovecharse de ella,
avanzando con tanta lentitud, consistía en el gran con- avanzó hasta muy cerca de las fortificaciones, que lo
voy de heridos que escoltaba. hicieron retirarse barrido por la metralla.
Se circuló la noticia de que se habia cojido á un es- El dia siguiente se pasó en calma.
pía que llevaba una carta de Porfirio Diaz, en que En fin, el 17 recibió el coronel Khevenhuller una
conjuraba á sus partidarios de la ciudad á sublevar al carta del barón -de Lago, encargado de negocios del
pueblo lo mas pronto posible, porque de lo contrario Austria, el cual habia salido el 2 de Junio de Queré-
se vería obligado á levantar el sitio. taro, y habia llegado el 16 á Taeubava.
En fin, el 14 salió á luz la mas espléndida mentira. Hé aquí lo que decía esta carta:
El general de artillería Ramírez Arellano había entrado «Querido conde:
la víspera en México disfrazado de carbonero! «Oficialmente os participo la noticia de que el Em-
Decíase que habia dejado al Emperador en Mata-, perador Maximiliano se encuentra preso en Querétaro,
vatío; que el ejército imperial, triunfante, habia eva- de donde acabo de llegar esta tarde. Fué hecho pri-
cuado á Querétaro por falta de víveres; que Escobedo sionero el 15 de Mayo con todo su ejército y sus ge-
habia sido completamente derrotado; que el Empera- nerales.
dor marchaba lentamente con un convoy de heridos; y «He hablado muchas veces con S. M. en su prisión
que habia adelantado á aquel general para tranqui- del convento de Capuchinas. Sin duda el general Már-
lizar á su fiel capital, y para anunciarle su próxi- quez ha interceptado una carta autógrafa de S. M. que
ma llegada! os envió M. Magnus.
• «En esa carta os ordena S. M., lo mismo que á los
AJ dí<r conocimiento el barón d e l e g o ¿ sys compa-
demás oficiales de nacionalidad austríaca, evitar en lo triotas, l l e g u e se les h abia concedidovesta ca^tulacion,
sucesivo toda efusión de sangre. les decía:
«Me permito, pues, comunicaros esta orden, en mi
calidad de encargado de_ negocios de Austria, hacien- «Empero vuestra decisión deíi n.iti vgejn respuesta, con
do responsables, tanto á vos mismo c o m o á los demás el mismo portador de esta carta oficial, creyendo d e mj
oficiales de dicha nacionalidad, ante, S. M. 1. R. apos- deber agregar á mi carta del 16, cuyo contenido re-
tólica, de la sangre de cada austríaco que se derrame pito, que S. M. el Emperador me ha declarado muchas
en adelante por una causa perdida. veces en QueréJaro, que Marqjuez es un ar^n traidor.
«Recibid, señor conde, la expresión de mi perfecta
& 1 R O K DE LAGO.#
consideración.
«BARÓN D E LAC.O. %\ jjysjno día cftutestaro.n los coroneles .al b&roíi,,
anunciándole que saldrían de México, é irían p Tacú?-
«Tacilbaya, Junio 16 de 1 8 6 7 . »
baya, el 21 en la mañana.
Esta carta aterrorizó á los coroneles austríacos. Se Durante estas conferencias, itabiaáesftpa.recidp Már-
reunieron, y despues de haberse concertado, escribie-
quez, y Tavera habí d o m a d o «1 mando .en gefe.
ron al general Márquez que, conforme á las órdenes
del Emperador, estaban decididos á deponér las ar- Este ultimo envió parlamentarios a* general Díaz.
mas. A )as seis de la tarde llegó á Méjcico un pajlameíita-
Márquez no les respondió. rio 4el «jéi;eáto liberal, y se concluyó un armisticio fo
Estos señores escribieron, al mismo tiempo, al ba- veinticuatro bftras.
rón de Lago, suplicándole promoviera la aceptación E l generad M s z participó uwiediatamente estos
del general Díaz, de las condiciones de una inmediata acontecimientos al Gobierno, el cual le contestó fJOf
capitulación que le enviaban. telé^rafoqjie a o »odia,aceptarse ¿capU^ack® ninguna,
El 19 les respondió el barón de Lago que se habían y que la ciudad debía e n ü & g a m é merced-de los vear
aceptado sus condiciones. Esta capitulación hecha por cedores.
un puñado de bravos, y que han reproducido todos los Sin embargo, el cónsul anieríeano M. Otterbourg
diarios de Europa, les hace el mayor honor (1), fué encargado de dar á saber á í e s c o m i s e s austwa-
¿jue si m w p a t o su tropa, é
(T) ¿Y no es "más" honrosa aun para el géfe mexicano
qáe la concedía, seguro como estaba de que dentro de po- izajhan bandera 4 e ^anlaotanío, e¿generalDíaz l e s e a r
cos días se le rendirían á discreción esos gefesque por otra raniizaba la vida y d paso tifcre hasta Veracruz, e s -
parte habían significado ya á Márquez que. estpbau <leci<- coltados y á costa del Gobierno republicano. Ade-
didos á depone)'las aunas?—N. del T. , mas, l o s oficiales conservarían sus arjj#s y los cpjppr
I N T E R V E N C I O N F R A N C E S A — 2 8
líos de su propiedad particular. Las demás armas y «Puebla, 17 de Julio dé 1 8 0 7 .
caballos deberían ser entregadas al general en gefe. «Mi querido amigo.
Se izó la bandera parlamentaria. «La noticia que nos comunicáis de la marcha de
Távéra capituló en la noche. Lago, y de que tomáis á vuestro cargo nuestros ne-
AI amanecer el dia 2 1 , entraban las avanzadas del gocios, ha llenado toda la columna de la mayor satis-
ejército liberal en la ciudad, en silencio y con el ma- facción. No hay un solo hombre que no haya pro-
yor órdeñ. nunciado vuestro nombre con gratitud
El fin de la expedición francesa habia fracasado!
Juárez triunfaba en todas partes! «Os habéis encargado de una tarea muy enojosa,
El imperio habia caído! querido amigo,—pero p a c i e n c i a . . . . . .
El ejército liberal no cometió ninguna exacción, ni «Hay entre nosotros 29 extrangeros que, "no ha-
egerció persecución alguna contra los extrange- biendo servido en los llamados cuerpos austríacos, ni
ros. (1)
á nuestras órdenes directas últimamente, han queda-
Los que quisieron salir de México, pudieron hacer-
lo sin ninguna dificultad. do excluidos del número de los que han de regresar á
El coronel Kodolisch se encargó de dar los pasos la patria, por órdenes severas de M. de Lago.
necesarios para facilitar los medios de salir á los mi- «Hay 14 franceses, 9 belgas, 3 españoles, 1 inglés,
litares. 1 prusiano y 1 suizo.
Encontró dificultades pecuniarias, pero M. David- «He escrito ya á los respectivos representantes de
son, banquero de México y representante allí de la
estas naciones, y no me han contestado. Os suplico
casa de Rothschild, se condujo de la manera mas ge-
nerosa, y no vaciló en hacer un adelanto de 1 5 . 0 0 0 que procuréis obtener de estos señores el que hagan
pesos. algo en beneficio de sus nacionales para que vuelvan
Citarémos aquí algunos párrafos de la carta que le á sus países, á no ser que insista M." Daño, en consi-
dirigió el coronel Kodolisch: derar como desertores, según me ló lia dicho á mí
mismo
(1) Y sin embargo, aun no cesan las calumnias de Eu- á los oficiales y soldados franceses que pasaron al
ropa, y los epítetos de ladrones, bárbaros y bandidos con
que á cada paso nos regalan. Abrase la historia: ¿de cuán- servicio de S. M. el Emperador Maximiliano, previo
tas naciones de la Culta Europa se ha dicho, ni se puede consentimiento del Mariscal Bazaine; pero que no re-
decir otro tanto, en circunstancias en que se acababa de cibieron oportunamente ese consentimiento, por cau-
triunfar de la guerra mas injusta y cruel, y en que pare- sa d é l a distancia considerable á que se encontraban,
c í a n naturales las represalias?— En España, p(?r ejemplo,
hay todavía mas odió contra los franceses por la guerra de y en razón también de la marcha un poco precipitada
1808, que en México por la de 1867:^-N. del T. del ejército f r a n c é s . . . . . .
«Ño importa: yo no abaAd<¥w4 á ¡estos ser- para llenar esta página triste de la historia del pre-
sente siglo.
vidores del Emperador. ¿Ni vos tampoco, « o «es .así?
El Emperador Napoleon ha sido engañado por
«XJs ^prit^.0 la mano.
agentes que, si no fueron infieles, estuvieron al me-
KQOOMSGH.» nos completamente desprovistos de .inteligencia.—
Gracias á estos generosos esfuerzos,, pudieron to- Fué arrastrado por intrigas cortesanas, por pérfidas
dos esos desgraciados regresar á E u r o p a . . seducciones.
Se dejó llevar, por decirlo así, por ui?a idea que
creyó generosa, y que llamó el mayor pensamiento de
Juárez acaba de ser reelecto Presidente de la Re- su reinado; y olvidó el principio de la no-intervencion
que habia proclamado muchas veces.
pública mexicana
¿Lo reconocerá la Francia? Cometió la gravísima falta de ir á meterse en los
negocios interiores de un pueblo que era el soberano
juez de sus propios destinos.
CONCLUSION.
Mal servido despues en la empresa por los agentes
Tenemos Ja conciencia de haber puesto e n el relato que empleó, pagó su falta con la sangre de los solda-
de esta historia, toda la moderación y toda ia impar- dos y con el dinero de la Francia.
cialidad posibles.—El sentimiento q#e nos deja es el ¿Qué ventaja sacó?
de una profunda tristeza. Por lo demás, es necesario confesarlo. El Gobier-
Lo mismo s-ucede*» á los que lo le?n §in predispo- no francés 110 supo tener una voluntad firme, no su-
sición y sin pasión. po procurarse una línea precisa de conducta en la
$ principio 4 e la intervención f r ^ e s ^ en MésÁep ejecución de ese plan imprudente.
fué una injusticia: s u £ n í # é ^ d e ^ t ^ e . Contaba con una guerra prolongada entre los Es-
¿ Q ^ i ca^ga^á c#fi 4 peso de s p r^sj^^bil^l tados del Norte y los Estados del Sur de América.
ante la historia? Contaba con el triunfo de estos, cuyo triunfo le era
Esta responsabilidad será de sajías p e g o n a s . indispensable para el suyo propio; y sin embargo, no
La intervención quedará inscrita, sin emfear-go, en se atrevió á prestarles abiertamente su auxilio. Por
las páginas del reinado de Napoieon f l l . el contrario, les prodigó unas simpatías tan peligro-
Cos nombres de Gabriac y Salígny primero, y en sas como estériles.
Jugó todo el éxito de su obra á un golpe de 4ados,
seguid «Í4e tañne, ^iftcj^lnieíae
en la suerte problemática de una guerra desigual.
medio de otros nombres que saldrán á luz mas tarde,
«Ño importa: yo no aba^do^a^é á estos ser- para toar esta página triste de la historia del pre-
vidores del Emperador. ¿Ni vos tampoco, -ne^s así? sente siglo.
El Emperador Napoleon ha sido engañado por
«XJs aprieto la mano.
agentes que, si no fueron infieles, estuyiero,n al me-
&ÓBOMSGH.» nos completamente desprovistos de .inteligencia.—
Gracias á estos generosos esfuerzos,, pudieron to- Fué arrastrado por intrigas cortesanas, por pérfidas
dos esos desgraciados regresar á E u r o p a . . seducciones.
Se dejó llevar, por decirlo así, por ui?a idea que
creyó generosa, y que llamó el mayor pensamiento de
Juárez acaba de ser reelecto Presidente de la Re- su reinado; y olvidó el principio de la no-intervencion
pública mexicana que habia proclamado muchas veces.
¿Lo reconocerá 4a Francia? Cometió la gravísima falta de ir á meterse en los
negocios interiores de un pueblo que era el soberano
CONCLUSION. juez de sus propios destinos.
Mal servido despues en la empresa por los agentes
Tenemos Ja conciencia de baber puesto jen al relato que empleó, pagó su falta con la sangre de los solda-
de esta historia, toda la moderación y toda ia impar- dos y con el dinero de la Francia.
cialidad posibles.—El sentimiento q#e nos deja es el ¿Qué ventaja sacó?
de una profunda tristeza. Por lo demás, es necesario confesarlo. El Gobier-
Lo mismo sucede*» á los que lo le?n §in ^ d i s p o - no francés no supo tener una voluntad firme, no su-
sición y sin pasión. po procurarse una línea precisa de conducta en la
$ principio 4 e la intervención f r a t e s a en MésÁep ejecución de ese plan imprudente.
fué una injusticia: s u £ n & é ^ dje^t^e. Contaba con una guerra prolongada entre los Es-
¿ Q ^ i ca^ga^á c#fi 4 $«3so de r^sj^^bi^jl tados del Norte y los Estados del Sur de América.
ante la historia? Contaba con el triunfo de estos, cuyo triunfo le era
Esta responsabilidad será de sajías personas. indispensable para el suyo propio; y sin embargo, no
La intervención quedará inscrita, sin embargo, en se atrevió á prestarles abiertamente su auxilio. Por
las páginas del reinado de Napoleon f l f . el contrario, les prodigó unas simpatías tan peligro-
Cos nombres de Gabriac y Saligny primero, y en sas como estériles.
Jugó iodo el éxito de su obra á u» golpe de dados,
seguida el 4 e teu/ip, jp¡mp?\m8Íe m
en la suerte problemática de una guerra desigual.
medio de otros nombres que saldrán á luz mas tard#,
Do esta manera se condenó á marchar a tientas. mentánea, en la protección común que les concedie-
Vivió de esperanzas; pero la desilucion no tardó en ra la Francia; pero lo que se finge ignorar en Europa
venir, y fué muy cruel es, que las instituciones republicanas son el objeto á
La suerte de la guerra favoreció á los Estados del que tienden todas las aspiraciones de los pueblos del
Norte, y el gabinete de Washington hizo pagar caro, nuevo mundo.
al momento, al Gobierno francés, sus simpatías por Estas instituciones son, cuando menos, tan caras
sus enemigos. Mr. Seward pudo recordarle, con la para los sudistas, á quienes .se ha llamado represen-
autoridad del vencedor, los peligros que habia hecho tantes de la raza latina, como paradlos nortistas, á
entrever cuando se firmó el tratado de Londres; y quienes se apellida representantes de la raza anglo-
con la misma autoridad le pidió que los conjurara in- sajona.
mediatamente. Se aprovechó desapiadadamente, á En consecuencia, un gobierno mexicano monár-
su vez, de los embarazos que nublaban el horizonte quico no podia conservar largo tiempo las simpatías
político del viejo continente, y el gabinete de las Tu- de la república vecina; y en cuanto á las simpatías
llerías se vió en la necesidad de someterse á sus indi- de los mexicanos mismos, nos guardaremos muy bien
caciones, por mas que fueran brutales muchas veces. de afirmar con sus compatriotas emigrados, que las
Mas para demostrar toda la temeridad de la em- tuviera muy arraigadas.
presa, vamos á conceder por un instante que el Go- Luego no hay duda en que no estaba muy lejano el
bierno francés hubiera visto todos sus deseos rea- dia en que los mexicanos volvieran á adoptar la for-
lizados. ma republicana para gobernarse; y tampoco la hay en
Supongamos que los Estados del Sur, protegidos que muy pronto aparecería un mexicano en la silla
por la Francia, se hubieran separado de los Estados presidencial.
del Norte, formando una república independiente. Maximiliano estaba, pues, fatalmente predestinado
Supongamos también que el imperio.de México se á volver á Europa, á engrosar el número de los mo-
hubiera constituido bajo el cetro de Maximiliano. narcas en disponibilidad; pero al menos, en la hipó-
¿Admitiremos por esto que tal estado de cosas la- tesis que acabamos de discutir, de un éxito momen-
táneo, el Emperador Napoleon no habría tenido el
boriosamente construido y caramente pagado, sin
dolor de ver los batallones franceses sorprendidos,
duda, habría sido de larga duración? con sus águilas comprometidas, en un país lejano, que
Semejante ilusión está muy léjosde nuestra mente. luego han evacuado un poco de prisa. El segundo
El imperio mexicano y la nueva república hubie- imperio no hubiera tenido el segundo capítulo de la
ran encontrado, en efecto, un motivo de alianza mn- campaña de España.
hem9>s yis^o ,<$liga4os 4 J ( # l a r ep ¿esta flbra
Demasiado accesible á todo cuanto podía «xatóar
poeo ,ijaas de lo que queiíajpos acercg del mariscal
su .espíritu; mal aconsejado, fácil de convencer, se
Uazaine, p^r.O lia sido inevitable- §e ba lanzado el
dejó persuadir muy pronto, desgraciadamente, de qne
anatema ,contra él, en escritos acusadoras de mucha
le «ra inútil el concurso de la Francia- Mas aun: al-
gravedad, y por esta causa es de nuestro deber adver-
gunos de sus ministros, entre ellos el señor Ramírez,
tir á nuestros lectores, que no nos asociamos á los
no cesaban de repetirle que el dia « o q u e dos batallo-
actores 4 e es,os esc riles.
nes franceses salieran del imperio de México, sería
El mariscal debe cargar con justicia una gran parte verdaderamepte fuerte el imperio mexicano.
d(e la responsabilidad .del desastre que liemos relata- Esta convicción penet.ró tanto mas fácilmente en
do, mas es menester no echarle encima sino la por- su espíritu, cuanto que interiormente sentía su falsa
ción que Le corresponde. posicion como monarca extrangero, electo, si no im-
No tenemos la misión de defenderlo, ni aceptaría- puesto, por las bayonetas francesas, con cuyo motivo
mos la de acusarlo. fijé su primer cuidado demostrar á los mexicanos,
Sin embargo, hp sido acusado. Algunas de las que había adoptado su nacionalidad.
acusaciones f e c h a s públicamente eP .contra pernos Tomó sus costumbres, se hizo servir sus manjares,
repetido, sin mas objeto, conio lo liemos advertido asistió á toda» sus fiestas, y se vistió como ellos.
ya, que el ,de provoca;* rectificaciones y explicaciones
Quería hacerse perdonar: quería que se olvidara
que se hacen mas necesarias cada dia-
su origen-
No nos corresponde buscar los motivos del silencio Hizo demasjado. No comprendió que le valía mas,
obstinado del gobierno francés, ni diremos mas que hasta nuevo orden al menos, hasta que la experien-
algunas palabras para precisar exactamente nuestra cia demostrara fa duración de su tentativa, -ser pri-
opinion, esperando no ir mas allá de lo que permite mero de los ^xtrangeros; y cambiando su papel, se
cpnvu'tió «u e| último los mexicanos.
una, tarea tan delicada-
A r m a d o 4 e estos sentnuieutps, no pnilia menos
Ya hemos tenido ocasión de decirlo en esta obra:
que desagradar muy pronto al comandante en gefe; y
el Emperador Maximiliano tiene una gran parte de
este desagrado engendró en el Emperador una antipa-
culpabilidad, en la lucha habida entre él y el mariscal
tía fuerte contra él, que no solamente no disimuló,
M * espacio de dos años, co»fi<mofijmiento del yofripr-
sino que manifestó abierta y públicamente.
no frailees.
Sus enemigos se aprovecharon de esta antipatía, y
Este desgracjad.o príncipe no tenia ninguna de las
atribuyeron á Maximiliano sestUnientos contra «1 ¿go-
cualidades indispensabies para llevar á buen fin una
bierno francés, qne en verdad n o tenia m v centra el
empresa de la magnitud de la que se le confió.
Mariscal. Lo a c u c a n d e ingratitud-
Entre tanto, el Mariscal ño podia equivocarstfen los al mismo tiempo ayudarlo con habilidad, desplegando
sentimientos que manifestaba el Emperador á su res- una energía y una severidad prudentes para con los
pecto. enemigos del imperio.
Esto aumentó su cólera, y por consiguiente la hizo La tarea era delicada, lo confesamos, y confesamos
mas peligrosa. también que presentaba grandes dificultades.
Comenzó la lucha. Para llenarla, necesitaba el Mariscal de toda la con-
El Mariscal la aceptó. fianza y de las simpatías de su real protejido; y no
Se atrincheró tras de su título de representante del contaba ni con esas simpatías ni con esa confianza.
emperador Napoleon, y se aprovechó de su posicion Maximiliano no cesaba de, pedir su retiro.
de comandante en gefe del ejército franco-mexicano.
El gobierno francés se hizo sordo á sus demandas,
El emperador Maximiliano pidió su relevo.
al principio, y mas tarde dió al Mariscal la facultad de
El Mariscal permaneció contra la voluntad de este
regresar á Francia; pero el Mariscal no quiso usar de
soberano.
esa facultad.
Para afrontar los peligros de una situación tan di-
Permaneció contra la voluntad de Maximiliano, val
fícil, el Mariscal necesitaba genio; y nó solamente nó
imponerse por la fuerza á este soberano, se expuso á
llevó esta cualidad á la lucha, sino que desplegó en
convertirse en su antagonista ó su enemigo, ó al me-
ella todas las pasiones, todas las debilidades humanas.
nos a parecer su enemigo y su antagonista.
Tuvo, no dirémos como han dicho otros, la impacien-
El Emperador quedó, desde entonces, fatalmente
cia de la ambición, pero sí la impaciencia déla altivéz,
obligado a rodearse de personas que participaran de
equivocando este sentimiento con el de la dignidad!
sus propios sentimientos hacia el Mariscal, y que,
Tomó la terquedad por firmeza, y olvidó muy á
cediendo á sus pasiones personales, no podían acon-
menudo, por desgracia, que la buena inteligencia en^
sejarlo bien.
tre el Emperador y el comandante en gefe, era la
Es piopiode los antagonismos el producir los mas
única manera de contener un desastre inevitable.
tristes resultados.
Naturalmente, las consecuencias fueron funestí-
¿No quedan explicadas ahora las faltas de Maximi-
simas.
liano?
¿ Y cual era el papel del comandante francés en
¿No queda explicada también de qué manera se com-
México?
prometió el Mariscal, por inspiración propia en una vía
Este papel no podía ser mas que el de un protector
funesta que debía arraslarlo á cometer faltas muy gra-
que, en la misma protección d e q u e disponía, debia
ves?
prestar al Emperador tanto respeto como sumisión; y
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3 6 0 , .
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hay duda: Maximiliano hubiera obrado mejor,
cedieudo el puesto y retirándose con dignidad; mas si
por razones que no vamos á examinar aquí, creyó que
no debia hacerlo, entonces el Mariscal debió hacer
dimisión de sus funciones y retirarse.
Permaneciendo, se hacia responsable de las conse-
cuencias de esta resolución inexplicable.
Así, pues, mientras una justificación completa de
sus actos no U> absuelva, él llevará ante historia una
gran parte de la responsabilidad del drama en que ha
sido uno .de los principales actores.
Y ahora, para terminare! relato de la intervención
francesa en México, y la retirada precipitada del ejér-
cito francés, recordemos las palabra del Emperador,
en su discurso del trono, en 1863:
«Las expediciones lejanas, objeto de tantas críticas
no han sido Uiejeamvnde wiplaii Ifi f w -
za d£ Ifls cosas las produjo; Y S I S E M B A R G O , S O S O S D E
SENTIRSE.»
Mediten bien estas palabras Jos franceses que tieijen
todavía intereses en México y en las dos Américas, los
que posean títulos de los empréstitos mexicanos, y
muchos otros; y digan con franqueza si esa fuerza de
las cosas no es' para ellos, como lo e s para nosotros,
CAUSA D E MUY J U S T O S S E N T I M I E N T O S ?
¿Por qu.é no se opuso entonces, poiqué no se ha
opuesto siempre á esa fuerza de las cosas, LA FCEZZA
D E LA R A Z O N Y D E LA L Ó G I C A ?
Esta publicación deberá ser devuelta
antes de la última fecha abajo indi-
cada.

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