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Ideario del documento “La verdad del amor Ignacio

humano” Escrivá
Uriarte
La intención de mi breve trabajo es la de exponer una serie de ideas o claves
que comprenden una serie de puntos del documento. No acoge todas las propuestas
en el documento, pero hace buena cuenta de ellas. Me apoyaré en el contenido de la
asignatura propuesto durante este curso para explicar dichas ideas.

1) Sin amor el hombre no puede vivir. El origen del amor no se encuentra en


el hombre mismo, sino en el misterio de Dios, que se revela y sale al encuentro de
cada hombre como Aquel que es el amor. Amor que nos precede y da origen al ser
personal. El hombre es creado como unidad de cuerpo y alma, y está creado a imagen
de Dios. Por ello las personas están llamadas a formar una comunión, dándose a sí
mismas, Por eso busca sin cesar el amor.

2) La persona humana existe como hombre o como mujer, dado que el


cuerpo es la persona en su visibilidad. Siguiendo el Génesis, hombre y mujer, siendo
idéntidos en dignidad, están constituidos de tal modo que la diferencia sexual les
caracteriza de manera esencial. Son, pues idénticos en dignidad, con el mismo origen
y destino. En la identidad entre hombre y mujer no cabe el sentido de oposición
dialéctica, sino que desde lo propio y original de cada uno se encuentran abiertos el
uno al otro, llamados a la comunión, que es posible por la diferencia que les
constituye. Lo propio de la relación hombre-mujer, posibilitado por la diferencia, es la
construcción de una comunión de personas, que no se agota en un “estar junto al
otro”. Así, la unidad dual hombre-mujer es una de las experiencias originarias que vive
en el principio, orientada a la comunión de personas, fuera de ésta no se entiende la
existencia perssonal en este mundo. La persona humana, en cuanto corporal, tiene
cualidad comunional. La sexualidad humana no es separable de la dignidad espiritual
del ser humano, que tiene su expresión en la entrega sincera de sí mismo en el amor.

3) El amor connubial es un amor comprometido, que crea plena comunión


de vida entre un hombre y una mujer; es fiel y exclusivo, fecundo y para siempre. La
fidelidad no es ser siempre fiel al sentimiento al margen de la racionalidad, ni
atrincherarse en la repetición continua de lo mismo por miedo a cambios
desestabilizadores, ni mantener un compromiso público. Hace referencia a una
plenitud de donación y de comunión interpersonal. Su verdadero sentido aparece
cuando dicha plenitud se pone en relación con una circusntancia de la vida ante la que
se requiere el trabajo personal para mantenerla construyendo acciones concretas.
Implicará que las personas tengan que negarse a sí mismas ante nuevas
posibilidades, pero tendrá un sentido positivo, pues pertenece a la misma esencia del
amor. Las dificultades, así, no serán obstáculo para el amor, sino oportunidades para
crecer en él.

4) El pecado enmascara la verdad que se da entre la dignidad humana y la


vocación al amor, que separa a los hombres de su vocación quedándose
desorientados quedándose en visiones reductivas y rotas de la sexualidad. A partir del
pecado aparece la novedad del miedo. Ahora la sexualidad lleva la configuración del
actuar hacia la búsqueda deshumanizante y egoísta del placer, quedando negada su
esencia y destruyendo su lenguaje esponsal. El pecado introduce una grave dificultad
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Ideario del documento “La verdad del amor Ignacio
humano” Escrivá
Uriarte
para construir una relación interpersonal. Como dice Ireneo, el hombre piede la
semejanza con Dios, quedando dañado en su interior para realizar una verdadera
comunión con su creador y con el prójimo. Es necesario cultivar la castidad, virtud por
la que se vive la sexualidad en toda su belleza. El sacramento del matrimonio sana,
perfecciona y eleva el amor conyugal.

5) Tanto el espiritualismo como la ideología de género impiden la


consideración adecuada del ser humano en su realidad armónica de imagen de
Dios y, por tanto, imposibilitan también el reconocimiento de la verdad del matrimonio
y de la familia. Suponen una disolución del hombre creado a imagen de Dios dando
lugar a dos corrientes antripológicamente dualistas que coinciden en una injusta
valoración de la corporalidad. El primero contrapone eros y agape como dos tipos de
amores diversos, uno relacionado con el cuerpo y otro con la gracia y la trascendencia.
El segundo, hay una separación radical entre sexualidad y amor y sexualidad y
persona. Además se promueve, en esta segunda corriente, un individualismo liberal
que influye en pasos sucesivos como la sexulidad sin hijos (contraconcepción, aborto,)
sexualidad sin matrimonio, sexualidad sin amor (siendo utilitarista), hijos sin relación
sexual (fecundación in vitro), sexualidad sin persona.

6) El matrimonio es un bien social de primer orden. La interpretación de la


cultura actual sobre el proyecto familiar lleva a la desfiguración de su significado,
impidiendo ver su verdad, motivando un oscurecimiento de un horizonte trascendente.
Matrimonio y familia se comprenden como realidades privadas, perdiendo su
dimensión social. Es clave la comprensión de la dimensión social de la familia y su
papel como “células de la soceidad”. La familia es una institución natural anterior a
cualquier otra comunidad humana. La familia es una escuela de sociabillidad, un
sujeto social que educa y capacita para vivir los valores esencial de la vida en
sociedad, es decir, la familia genera y educa personas y de ahí la importancia de
reconocer, aceptar y custodiar este amor comunial que genera la familia.

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