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20 de marzo del 2017

Historia del teatro


Diana Bolaños
lV semestre

¿Hay un punto de comparación en medio de la similitud entre Goethe y Antón


Chéjov?

El romanticismo como un movimiento literario y el realismo como una corriente estética


son las vertientes de las que hicieron parte, respectivamente, estos dos grandes exponentes
de la literatura en su campo. Debemos tener en cuenta que primero fue el romanticismo y
que, después y a modo de generar una ruptura/desprendimiento de éste, llegó el realismo.
De por sí estos dos campos ya son diferentes y en alguna medida contrarios, por lo que de
entrada ya tenemos un punto a comparar.
El romanticismo tuvo origen a finales del siglo XVlll en Alemania e Inglaterra y se
desarrolló en la primera mitad del siglo XlX llegando a otros países gracias a su rasgo
revolucionario. Desde el principio le dio prioridad a los sentimientos y a la libertad
auténtica, pues, la forma de sentir/ver respecto a la naturaleza/hombre llega a ser distinta en
cada país donde se desarrolla. Quizá lo más importante de este movimiento es que los
autores rechazan y alejan cualquier tradición (de cualquier tipo) que interfiera y limite su
libertad llegando así a desprenderse de las tres unidades aristotélicas (acción, tiempo y
espacio) utilizando rimas asonantes, por ejemplo. Prefieren los ambientes oscuros,
misteriosos y siniestros, de hecho, los buscan, pretenden algo que llega a no estar, a
diferencia del realismo, cayendo así en la superstición. Por otro lado, el realismo surgió en
Francia hacia la primera mitad del siglo XlX en 1825 y desde sus orígenes buscó la
reproducción exacta y sincera de la realidad en la que vivimos de una forma que todos
pudiésemos entender, llegando –los escritores– a dejar de centrarse en sí mismos
(sentimientos, pasiones, etc. como se hacía en el romanticismo) para poner todo su interés
en la sociedad, los problemas dentro de ésta e incluso las ciencias experimentales,
adaptando un estilo más sobrio y preciso dentro de su medio de reproducción: la novela
burguesa. Es un testimonio de la sociedad de su época pues se plasma lo cotidiano y los
personajes son comunes y corrientes a diferencia de los extravagantes y exóticos personajes
del romanticismo.
<Ya que sabemos un poco más sobre los campos en los que se movían nuestros autores,
vamos a pasar a hablar un poco de ellos respecto a su relación con las variantes
anteriormente tratadas y, la comparación, la haré a medida de o como conclusión del
ensayo.> Goethe, de origen alemán (1749-1832) fue un contribuyente fundamental del
romanticismo. Goethe compartía el entusiasmo por el arte y la
literatura medievales que subyacieron en una visión cristiana de la
vida ligada a la pobreza y a la grandeza del espíritu que viene
como consecuencia de la privación de lo material. Al mismo
tiempo Goethe reflexionó acerca de la relación del hombre con la
naturaleza en un momento de la historia en el que las personas
mediante su apropiación individual de la naturaleza supieron
dominarla dentro de su espíritu creador, llegando a suprimir la
fuerza de sus necesidades en un estado salvaje. Quiero destacar
20 de marzo del 2017
Historia del teatro
Diana Bolaños
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Una reflexión muy bonita que hace Goethe respecto a este mito primitivo y el poder que
tiene la naturaleza sobre el ser humano y la dependencia de éste a ella que, si no es bien
manejada y limitada puede volver al estado primitivo y salvaje en el que empezó:

“Hay en el hombre una naturaleza creadora que se hace manifiesta tan pronto como él ha
asegurado su existencia. Habiendo cesado sus preocupaciones inmediatas, ya sin nada que
temer, el semidiós, activo en su sosiego, acude a la materia de su alrededor para insuflarle
su espíritu. Es así que el salvaje adorna sus cocos, sus plumas y su cuerpo con rasgos
extravagantes, monstruosas figuras, intensos colores. Y en este arte escultórico propicia
las formas más arbitrarias, pues aun sin relaciones de proporción seguirá siendo
armónico, ya que un sentimiento lo gestó como conjunto característico. Dicho arte
característico es el único verdadero. Cuando, indiferente a todo lo ajeno, ignorándolo, el
arte actúa según ese sentimiento interior, propio, único, independiente, entonces, ya nazca
del estado salvaje, ya de una culta sensibilidad, será vital e íntegro. ” citado por Arnaldo, 1987, 85
Es un claro ejemplo de cómo los que nos rodea tiene un peso en nosotros y nos impulsa a
seguir nuestros ideales, deseos, pasiones, reflejando así la capacidad del ser humano por
crear símbolos, ignorar, ser indiferente a lo que no esté ligado a mi interés, de jugar, de ser
libre, libre al momento de jugar con lo sensible por un lado y la razón por el otro. El
discernimiento entre estas dos le permite al hombre jugar con su imaginación y dar rienda
suelta a su capacidad creadora. Y… aquí… me surge un problema. Goethe tiene un punto
que no lo diferencia de Chéjov, sino que lo une. <En este punto decido cambiar el título del
ensayo> y es que Goethe reconoce la importancia que tiene el inconsciente del hombre en
su proceso creador, no sé si solo como artista o como ser humano también (El nombre de
Chéjov brota esto por donde se le vea. Bueno, exagero, pero hace parte de la técnica que
veremos más adelante) y las limitaciones que éste debe instaurar en su conciencia
individual. ¡Está ligado al surgimiento de las imágenes con la finalidad de llegar a la forma!
Para Goethe un claro ejemplo son los sueños, aunque bueno, en este momento SÍ hay
punto de comparación respecto a Chéjov pues la creación de imágenes según éste parte
desde la consciencia del individuo en relación con su yo interior e imaginario. Volviendo a
Goethe, él parte desde sus sueños, y aunque este tema no tomó mucha relevancia en su
vida, poco después llego a no ser tan radical en este sentido y llegó a decir:

“Hay extrañas fuerzas en la naturaleza humana, y en el momento que menos lo esperamos


es cuando nos presta ayuda. He tenido épocas en mi vida en que me dormí llorando; pero
en mis sueños, unas graciosas apariciones venían a consolarme, a devolverme la dicha, y
al día siguiente me levantaba fresco y animoso ” citado por Beguin, 1994, 199
20 de marzo del 2017
Historia del teatro
Diana Bolaños
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Y es que, ¿en qué medida la razón frena una imaginación sin límites? Yo creo que esto nos
ha afectado a todos y es tema recurrente de conversación, ¿el que piensa pierde? No sé, no
sé si hagamos tanto uso de la razón o en realidad recurrimos a la lógica: por lógica sé que
no puedo pararme en la punta de la lengua. Y ahora, ¿la lógica gira en torno a la cultura en
la que vivimos? Si viviera en una tribu indígena por lógica debo envenenar mis flechas con
la sangre de ranas vivas para poder cazar, pero aquí, en Bogotá D.C, ¿eso sería lo lógico
para hacer? Es más, ¿llegamos si quiera a pensar en cazar? Muchas preguntas que quisierrra
resolver pero no es ahora este mi objeto de estudio. Al final, Goethe compartió
fervientemente la libertad del individuo y de lo que sea que haga, la liberad de la pintura,
del teatro, de la poesía, de sus obras…
Antón Chéjov, de origen ruso (1860-1904) Chéjov escribe en una Rusia que se ve
encaminada hacia la modernidad y la industrialización. Fiel a su época y a su ideología
realista, su obra deja ver la imposibilidad del hombre moderno por llevar a cabo sus deseos
rodeado de la falta de interés, la moral tradicional y la irresponsabilidad. Algo muy del
realismo y muy de Chéjov es que él escribió en sintonía con lo que pasaba a su alrededor,
en la sociedad, en su país y en su obra se ve reflejado el cambio de una clase aristocrática a
una primeriza burguesía. Al igual que Goethe, también tenía un grupo de amigos con los
que compartía ideas e ideales. La obra realista de Chejov se caracteriza por estar dividida
en cuatro actos, así, sencillito, sin tanta ambición en crear estructuras dramáticas nuevas, es
más, deja a un lado la experimentación a diferencia de lo que sucedió con Goethe y el
romanticismo al romper los tres principios aristotélico. ¿A esto se le llamaría
tradicionalismo? No lo sé. Lo cierto es
que Chéjov no es subjetivista, es
objetivista y confía en que la forma se
desarrolle por sí sola con un poco de
honestidad y sencillez de por medio.
AUNQUE NI TANTO, ¡qué difícil es leer
a Chéjov!

Su principal objetivo fue mostrar las cosas como son, sin ningún adorno de por medio, todo
esto nadando en una cálida sopa de cotidianeidad, con unos personajes sumidos en el
aburrimiento en medio de una sociedad aristocrática que ha perdido sus motivaciones, con
apenas acciones y con textos que, aparentemente, no gozan de mayor significado. Chéjov
presenta el problema y deja a nuestro criterio la solución de éste, pero claro, sin dejar un
orden pre-establecido y una trama verosímil. Y es que, la mayoría de sus obras están
basadas en la relación de un explotador y el explotado (o víctima) en "El jardín de los
cerezos" Lopajín toma el control total del jardín de Madame Ranevsky y Gaev, en "Tres
Hermanas" Natasha es quien desaloja sin vergüenza ni cuidado alguno a los Prozorov de su
propia casa, en "La gaviota" Trigorín destruye la candidez de Nina y a Arkadina las
esperanzas que tiene respecto a su hijo y en "Tio Vania" la llegada de Elena y Serebriakov
es un punto de quiebre para los demás pues pasan a ser conscientes de sus propias miserias.
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Diana Bolaños
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Su obra es un velo. Su obra es un crescendo constante hasta un clímax final… un punto a


diferenciar con Goethe y su movimiento es que Chéjov era antipático al romanticismo
subjetivista. Su obra no tiene un protagonista definido como en Goethe sino que todo
empieza con un grupo y tiene momentos de solos, tríos, dúos sin la fuerza suficiente para
llegar a ser un protagonista central. Chéjov no cree que el mundo esté divido en fuerzas
externas contrapuestas como en el romanticismo y, por consiguiente, en Goethe, sino que el
bien y el mal (el ejemplo más claro y más común) se resumen a una sola cosa: el YO, mi
conflicto interno y personal. Sus personajes no son extremistas: el héroe santo que nunca se
equivoca o el villano malvado y desgraciado sin pizca de bondad en su alma; los personajes
de Chéjov son todo esto, ¡a veces AL MISMO TIEMPO! Dotando al hombre de una
llamativa ambigüedad.

“Se exige, afirma el escritor, que el héroe y la heroína sean dramáticamente vigorosos.
Pero en la vida la gente no se suicida, no se ahorca no se enamora ni dice cosas geniales a
cada minuto. Pasa la mayor parte del tiempo comiendo, bebiendo... o diciendo tonterías...
La vida en la escena debe ser lo que es en realidad, y la gente, por tanto, debe andar
naturalmente y no sobre zancos. ”
Para mí, ese párrafo define el realismo, o al menos el de Chéjov. Respecto al tema de la
imaginación desde el humano consciente que respecta a Goethe también, mencioné que a
diferencia de éste Chéjov crea una técnica para que el actor (más específicamente
hablando) pueda crear una conexión con su cuerpo imaginario inconscientemente
consciente, es decir, desde mi imagen y mi exploración personal cómo llego hasta el
subconsciente siendo consciente de lo que estoy haciendo. La capacidad de poder verme,
darme órdenes y tener un lugar en el espacio dentro de los límites de mi imaginación es a lo
que Chéjov quiere llegar y a lo que Goethe quizá reconoció de una forma muy superficial
pues, a él no le correspondía el arte dramático, jeje. Pero sí, sería interesante averiguar si
hay un poco más o si Goethe llegó a desarrollar esta imagen del ser humano, su
consciencia, y ah, algo que me pareció muy bonito: el papel de la naturaleza como ser vivo
que habla a través del ser humano.
Para concluir, este fue un acercamiento algo superficial al pensamiento de estos dos
grandísimos autores. Y por supuesto que hay que leer todas sus obras para instalarse en un
contexto más acertado, tener más puntos de partida y más elementos qué discutir y qué
comparar. Por ahora quise hablar más puntualmente de su relación con sus respectivas
ideologías y, como lo pueden notar, no me he enfocado en su biografía personal o en
mencionar el argumento de algunas de sus obras. Qué puedo decir, son unos pensadores
abrumadores, y lo que es peor, PIONEROS, esto lo hace aún más complejo y fantástico de
admirar y de leer. Ah, y otra cosa, se desarrollaron en un mismo periodo, aunque no en un
mismo lugar y una misma cultura, no a la misma edad y no con el mismo contexto, esto
influye de manera inimaginable su pensamiento. Admito que Chéjov es maravilloso y que
podría escribir mucho más de él, pero en lo que respecta a Goethe, se me cortan las
palabras… definitivamente este ensayo fue un síncope total.
20 de marzo del 2017
Historia del teatro
Diana Bolaños
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Bibliografía
- Arnaldo, Javier, 1994, Estilo y Naturaleza, La obra de arte en el romanticismo
alemán. Madrid: Visor.
- Béguin, Albert, 1994, El Alma Romántica y el Sueño, Bogotá: Fondo de Cultura
Económica.
- Sofía Stella Arango Restrepo. (1997). Goethe y el romanticismo alemán. abril del
2017, de lingüística y literatura
- Verónica López Quesada. Chéjov: El brillo perdido y la apatía existencial. abril del
2017,de Teatro al margen Sitio web:
http://www.almargen.com.ar/sitio/seccion/teatro/chejov/

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