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FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE

XAVIER ZUBIRI

Por J. Santiago Pons Doménech*

La progresiva especialización del conocimiento y la valoración de


los diversos saberes en función de su utilidad práctica hace que siga
existiendo un hiato entre el saber filosófico y el científico con una
diversa valoración. En este artículo queremos presentar la
caracterización de estos saberes que hace Zubiri en los escritos de su
etapa ontológica resaltando la especificidad de ambos así como la
necesidad de un diálogo en armonía.
Zubiri es uno de los filósofos que tuvo un conocimiento de
primera mano de la ciencia de su tiempo, especialmente en su etapa de
formación en Alemania y en los años 301 aunque siempre conservó el
__________
*
Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia (España).
1
Así describe su esposa Carmen aquellos años: “El curso 1930-1931 trabajó Xavier en
Berlín. En la ciudad y en la Universidad, ciencias, artes, letras, cultura, de alto nivel florecían. Era
un momento de plenitud.
En la famosa Sociedad Científica "Kaiser Wilhelm" había casi más Premios Nóbel
consagrados que personas. Y X[avier] vivía en la Residencia para profesores de aquella Sociedad, a
la que todos acudían por razones muy varias: "Harnack Haus" estaba habitada por el saber, y
expandía amistad entre sus habitantes y visitantes. De todo ello, sacó X[avier] saberes y amistades.
Einstein, Schrödinger, Planck, y muchos más hombres de ciencia fueron su entorno durante muchas
horas semanales. Muy gran fruto dieron para él aquellas reuniones y conferencias donde los sabios
exponían sus trabajos, y a las que era siempre un asistente bien recibido. Estudiaba Física Teórica
con Planck y Schrödinger. Y cosa que X[avier] tenía por tan magnífica como insólita fue el que
Einstein le llevase a su casa –a su estudio– en más de una ocasión, y sobre su encerado le aclarase
cuanto le quiso preguntar X[avier].
Einstein como persona era tan impresionante como físico. Su sencillez, su simpatía, su
inteligencia hacían que estuviera maravillado él mismo de la fama que había adquirido [...]. Durante los
días que precedieron a la "moratoria" de las deudas de guerra concedida por los aliados a Alemania,
Einstein, que como los más de los berlineses se quedó sin un marco en su casa, apareció en Harnack
Haus preguntando quién le invitaba a comer. Y más de un día fue X[avier] su anfitrión”. CASTRO, C.,
Xavier Zubiri: Breve recorrido de una vida, Santander 1986, 53-54. Cfr. COROMINAS, J. - VICENS, J.A.,
Xavier Zubiri. La soledad sonora, (Memorias y biografías), Madrid 2006, 225-238.
En 1934 publica el ensayo La nueva física. Un problema de filosofía, y ese verano participa
como profesor en la Universidad Internacional de Verano de Santander y puede encontrarse de
nuevo con Erwin Schrödinger.

ANALES VALENTINOS 69 (2009)


2 J.S. PONS

contacto y el diálogo con científicos, siendo muchos los que acudían a


sus cursos privados. Por ello pensamos que su reflexión temprana nos
puede ayudar a situar adecuadamente el diálogo entre filosofía y ciencia
tan necesario para el conocimiento humano.

1. LA FILOSOFÍA COMO UN SABER ESTRICTO

La aparición de las ciencias positivas y su progreso continuado


contrastó con la dificultad de la filosofía para presentar una reflexión
similar en cuanto a resultados visibles.
Podemos recordar, a modo de ejemplo, cómo Kant se ha
preguntado por la posibilidad de que la metafísica sea un conocimiento
válido. Para ello tiene como modelo el tipo de conocimiento que las
ciencias aportan. Conocimiento que se logra con la razón y que no se
estanca sino que va avanzando permitiendo acumular resultados sin tener
que estar continuamente empezando y que posibilita el acuerdo entre
distintas personas. Estas características que Kant ha constatado en la
matemática o en la física le permiten hablar del “camino seguro de una
ciencia”. Características que no se observan en la metafísica, la reina de
la filosofía, y esto le hace buscar un modo “científico” de hacer
metafísica para encontrar “el camino seguro” de la metafísica.2 El
progreso de las ciencias en su tiempo lleva a Kant a considerarlas como
paradigma de un saber firme, especialmente la física de Newton.

__________________________________________________________
También en París, donde llega en 1936, prosigue su contacto con científicos: “En París,
siguió X[avier] trabajando sus matemáticas y su física. Gracias a D. Blas Cabrera, le admitieron en
sus clases Luis De Broglie, los Joliot-Curie, Cartan. Antes, y fuera de España, X[avier] estudió
matemáticas con La Vallèe-Possin, Lebesgue, Zermelo, Cartan. Física teórica con Planck y
Schrödinger, Biología con Van Gehuchten, Speeman y Goldschidt”, CASTRO, C., Xavier Zubiri...,
69. Cfr. COROMINAS, J. - VICENS, J.A., Xavier Zubiri..., 389-391.
2
“Cuando, tras muchos preparativos y aprestos, la razón se queda estancada
inmediatamente de llegar a su fin; o cuando, para alcanzarlo, se ve obligada a retroceder una y otra
vez y a tomar otro camino; cuando, igualmente, no es posible poner de acuerdo a los distintos
colaboradores sobre la manera de realizar el objetivo común; cuando esto ocurre se puede estar
convencido de que semejante estudio está todavía muy lejos de haber encontrado el camino seguro
de una ciencia: no es más que un andar a tientas”. KANT, I., Crítica de la razón pura, Madrid 200321,
15 (B VII), prólogo a la segunda edición, (Kritik der reinen Vernunft, 1787).
“La metafísica, conocimiento especulativo de la razón, completamente aislado, que se
levanta enteramente por encima de lo que enseña la experiencia, [...] no ha tenido hasta ahora la
suerte de poder tomar el camino seguro de la ciencia”. Ibidem, 19 (B XIV).
“Hubo un tiempo en que la metafísica recibía el nombre de reina de todas las ciencias [...] La
moda actual, por el contrario, consiste en manifestar ante ella todo su desprecio”. Ibidem, 7-8 (A VIII).
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 3

La reflesión sobre la filosofía aparece en repetidas ocasiones en


los escritos de la segunda etapa de Zubiri. También él conoce los
problemas que ya Kant ha mostrado,3 el encontrarse la razón en
callejones sin salida, el dar la impresión de estar siempre comenzando, el
constatar la dificultad de ponerse de acuerdo, pero todo esto no lleva a
Zubiri a rechazar la filosofía como un saber válido. Formado en la
escuela fenomenológica, admite que todo eso pueden ser características
del saber filosófico. Lejos de escandalizarse esto le lleva a preguntarse
qué tipo de saber puede ser la filosofía, qué problemas aborda, qué clase
de objeto estudia, que implica este tipo de saber tan peculiar. En diversas
ocasiones repetirá que “el problema de la filosofía de hoy se reduce, en
el fondo, al problema mismo del filosofar; es la filosofía como
problema”.4 Un problema arduo por el carácter mismo del conocimiento
filosófico, dificultad que en un primer acercamiento superficial podría
llevar al escepticismo o a la mera adhesión de algún sistema filosófico.5
Zubiri no quiere caer en ninguna de las dos actitudes sino que todas esas
dificultades le sirven como elementos para la reflexión, se pregunta, más
bien, qué cosa es la filosofía que tiene esas características tan
aparentemente contradictorias.

Estructuras de la filosofía

Nos indica Zubiri que en toda filosofía hallamos un horizonte6 de


intelección en el que se desarrolla y una estructura. Así, en la filosofía
__________
3
Suelen considerarse tres etapas en la producción de Zubiri. La más temprana con un
carácter marcadamente fenomenológico hasta el año 1932. Una segunda etapa, que es la que
nosotros consideramos, desde 1932 hasta 1944, se suele denominar etapa “ontológica”. Y una
tercera etapa desde 1945 hasta el final. Cfr. GARRIDO, J.J., “El "objetivismo fenomenológico" de los
primeros escritos de Xavier Zubiri”, Anales Valentinos 10 (1984) 367-405.
4
“Nuestra situación intelectual”, en Naturaleza, Historia, Dios, [NHD], Madrid 19879, 55.
5
“Y la primera actitud del filósofo ha de consistir en no dejarse llevar de dos tendencias
antagónicas que surgen espontáneamente en un espíritu principiante: la de perderse en el
escepticismo o la de decidirse a adherir polémicamente a una fórmula con preferencia a otra,
tratando incluso de forjar una nueva”. “El saber filosófico...”, NHD, 144.
6
El trato con las cosas genera una familiaridad con ellas, un ámbito en que no nos resultan
extrañas y que nos permite encontrar su lugar, situarlas; esto nos permite entender, encontrar un
sentido a la cosa entre las familiares. Esa familiaridad engendra un horizonte de visión. Este
horizonte no es anterior al trato con las cosas sino que surge con este trato y al mismo tiempo lo
posibilita. Esa idea de horizonte la toma Zubiri de Husserl (HUSSERL, E., Ideas relativas a una
fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, I, Madrid 19852, 17, [Ideen zu einer reinen
Phänomenologie und phänomenologischen Philosophie, 1914]) y así lo indica en una nota al pie en
4 J.S. PONS

occidental los horizontes han sido dos. La filosofía griega se ha


desarrollado en el ámbito del movimiento,7 los griegos se asombraban de
que las cosas cambien desde lo que son. El otro horizonte ha sido
aportado por el cristianismo, el horizonte de la nihilidad; determinado
por la idea de la creación, el hombre se asombra de que las cosas sean.8
La filosofía tiene también una estructura y en un mismo horizonte
nos encontramos con estructuras distintas de ella misma. Tres nos señala
Zubiri: La filosofía como forma de vida, la filosofía como doctrina de la
vida y finalmente la filosofía como un conocimiento de las cosas.9 “Estas
tres concepciones de la filosofía, que corresponden a tres concepciones
distintas de la inteligencia, conducen a tres formas absolutamente
distintas de intelectualidad”,10 formas que serán ellas mismas limitadas y
que, precisamente, el tomar conciencia de su limitación impelerá una
mirada a la raíz de donde partieron para ponerse nuevamente en camino,
por eso nos dice Zubiri “la filosofía no es su historia; pero la historia de
la filosofía es filosofía”.11
Consideremos en primer lugar la filosofía como forma de vida,
como un modo de existencia individual, la filosofía como algo que
acontece. Esta es una actitud intelectual que tiene su riesgo cuando se
desliga de la idea de la filosofía como un saber que quiere fundarse en la
verdad, por eso nos encontramos con “el caso de los cínicos y cirenaicos,
y en muchos aspectos el caso del propio estoicismo”,12 también algunos
existencialismos de la posguerra,13 incluso ese tipo de actitud es el que
resuena cuando decimos de alguien que se “toma la vida con mucha

__________________________________________________________
el ensayo en que explica el sentido en que toma el término y los dos horizontes en que se desarrolla
el pensamiento occidental. Cfr. “Sobre el problema de la filosofía”, en Sobre el problema de la
filosofía y otros escritos. 1932-1944, [SPF], Madrid 2002, 27-30.
7
“Sobre el problema de la filosofía”, SPF, 42-49. “Sócrates y la sabiduría griega”, NHD,
197-202.
8 “Sobre el problema de la filosofía”, SPF, 49-57. Cinco lecciones de filosofía [CLF],

Madrid 20029, 8-9.


9
“El saber filosófico...”, NHD, 142; “Nuestra situación intelectual”, NHD, 54. CLF, 9.
10
“El saber filosófico...”, NHD, 142.
11
“El saber filosófico...”, NHD, 143.
12
CLF, 9.
13
GARRIDO, J.J., “La filosofía como saber trascendental, según X. Zubiri”, en Homenaje a
D. Ignacio Valls, Valencia 1990, 255.
“Es posible que el hombre eche mano de la filosofía para poder vivir; es posible que la
filosofía sea hasta una héxis de la inteligencia; pero es cosa muy distinta creer que la filosofía
consista en ser un modo de vida. En el fondo de gran parte de la filosofía actual yace un subrepticio
endiosamiento de la existencia”. “En torno al problema de Dios”, NHD, 453.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 5

filosofía”,14 y esta actitud, en sí misma, nos muestra una idea pobre de la


filosofía. Es cierto que la filosofía no es algo hecho, así lo indica Zubiri,
“en todo hombre, la filosofía es algo que ha de fabricarse por un esfuerzo
personal”,15 pero es imprescindible que ese esfuerzo no sea un mero
“hacer” sino un saber radical empeñado en la verdad, no un mero saber
situarse movido por las urgencias de la vida que nos lleva al
pragmatismo en ese intento de medir la verdad por su eficacia.16 Sólo
desde la verdad, la filosofía podrá contribuir a restaurar la vida de la
inteligencia.
En segundo lugar nos encontramos también con la filosofía
considerada como doctrina de la vida. Esta orientación se limita a ver en
la reflexión filosófica una concepción del mundo y de la vida.17 Esta
concepción se observa de modo claro en la filosofía moderna por influjo
de la Reforma, “partiendo de la teología luterana –nos dice Zubiri–, se ve
nacer la filosofía de una reflexión sobre la religiosidad, lo que nos
conduce a pensar que no es sino una concepción del mundo y de la vida,
idea que anima gran parte del pensamiento filosófico del pasado siglo
hasta Nietzsche”,18 también lo encontramos en el pensamiento de Dilthey
y Misch. La filosofía así generada se convierte en “cosmovisión”, en una
visión unitaria de la vida que persigue resolver sus enigmas.19 El hombre
busca dotar de sentido su existencia desde esa cosmovisión coherente.
No se busca tanto conocer el mundo cuanto resolver el problema de la
vida.
Estas concepciones del mundo son diversas dependiendo de los
temperamentos y de las épocas históricas, “cada época, cada pueblo,
tiene su sistema de valores, su diverso modo de entender el universo –
más valioso en unos que en otros, pero reflejo siempre de una situación
histórica–, sin que ninguno tenga derecho a arrogarse el carácter de único
y absoluto”,20 esta situación desemboca en el historicismo. No se trata de
que la filosofía no pueda ofrecer una visión del mundo y ayudar al
hombre a dirigir su vida. El error básico de esta orientación es no
fundamentarse en un conocimiento objetivo. No puede ser la filosofía
__________
14
CLF, 9.
15
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 52.
16
Cfr. “Nuestra situación intelectual”, NHD, 42.
17
Una Weltanschauung. “Sobre el problema de la filosofía”, SPF, 20.
18
“Sobre el problema de la filosofía”, SPF, 20.
19
Cfr. GARRIDO, J.J., “La filosofía como saber trascendental...”, 254.
20
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 43-44.
6 J.S. PONS

mera expresión de una época o de la vida de un filósofo, ella misma no


puede renunciar al valor del conocimiento.
Por último, si consideramos la filosofía como saber acerca de las
cosas descubrimos que éste es su sentido más antiguo; pero, aún siendo
un sentido antiguo, ya en el mismo Aristóteles se presenta como
problemático: “el carácter del conocimiento filosófico hace de él algo
constitutivamente problemático: Zetouméne epistéme, el saber que se
busca, lo llamaba casi siempre Aristóteles”.21 El mismo carácter de
querer ser un conocimiento de las cosas irá vinculado a la vida
intelectual y al modo en que nos acerquemos a las cosas. Esta estructura
de la filosofía como saber va a sufrir una notable evolución hasta que en
nuestros días se le haya negado su carácter de conocimiento verdadero.
Con la aparición de la Nueva Ciencia en el Renacimiento, el
paradigma de lo que debe ser un auténtico saber va adquiriendo los
rasgos del conocimiento científico que la nueva física matemática iba
construyendo y así se va restringiendo el significado primitivo de saber.22
Deslumbrada por este modelo, la filosofía va buscando el modo de
acomodar su tipo de conocimiento al científico, preguntándose los
filósofos: “¿posee o no posee la filosofía un género de evidencia
apodíctica comparable al de la matemática o al de la física teorética?”.23
Esta pregunta –continúa Zubiri– conduce a cuestionar el método que
debe seguir la filosofía para llegar a resultados similares a los científicos
y en definitiva a establecer un criterio para decir que “en la medida en
que la filosofía no posea este tipo de conocimiento y este método seguro
de las demás ciencias, su defecto se convierte en una objeción contra el
carácter científico de la filosofía”,24 con este planteamiento se está
tomando como paradigma del saber el conocimiento científico y
despojando a la filosofía de su estatus de conocimiento verdadero.
Siguiendo esta visión unilateral del saber se cae en el positivismo.

__________
21
“Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 304. “El saber filosófico...”, NHD, 142.
22
“De tiempo atrás, desde hace siglos, se ha formulado la misma pregunta con otros
términos: ¿Posee carácter científico la filosofía? No es indiferente, sin embargo, esta manera de
presentar el problema. Según ella, el "saber de las cosas" adquiere su expresión plenaria y ejemplar
en lo que se llama "un saber científico". Y este supuesto ha sido decisivo para la suerte de la idea de
filosofía en los tiempos modernos”. “Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 306-307. “El saber
filosófico...”, NHD, 144.
23
“Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 309. “El saber filosófico...”, NHD, 146.
24
“Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 309. “El saber filosófico...”, NHD, 147.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 7

Desde esta situación cabe la pregunta de si no es posible otro tipo


de saber que el científico “porque, en definitiva, la objeción contra la
filosofía procede de una cierta concepción de la ciencia que, sin previa
discusión, pretende aplicarse unívocamente a todo saber estricto y
riguroso”.25
Vemos cómo Zubiri pone de manifiesto la dificultad que existe en
mostrar una visión unificada de la filosofía; cómo las tres concepciones,
al separarse, han caído en desviaciones inaceptables –pragmatismo,
historicismo, positivismo–. Quiere recuperar la convergencia unitaria de
las tres ideas de filosofía en una forma de inteligencia que las abarque. El
mismo Zubiri nos hablará de la idea de filosofía como saber
trascendental.26

La filosofía es un saber

Esta concepción de la filosofía como saber ha aparecido


tímidamente en las obras de la primera etapa, pero ahora la va a abordar
explícitamente. Zubiri realiza su reflexión teniendo muy presente la
fenomenología, pero no porque sea una mera novedad en su época sino
porque “la fenomenología parte del supuesto de que la filosofía es por lo
pronto un modo especial de saber las cosas”,27 y en esto estriba uno de
los grandes méritos que él ve en la misma. Para precisar lo que significa
la filosofía como saber recordará “las diversas concepciones del saber
humano que han desempeñado función más decisiva en la humanidad”.28
No puede ser la filosofía sólo una teoría de la ciencia, ni una crítica del
conocimiento, ni una aclaración lógica del lenguaje, ni metodología, ni
cosmovisión o mera forma de vida. Es necesario que la filosofía se
constituya como saber auténtico. Pero ¿qué es saber? Zubiri se refiere a

__________
25
“Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 309. “El saber filosófico...”, NHD, 147.
26
Nos advierte el mismo Zubiri que el uso de este adjetivo no es el mismo que en la
filosofía idealista.
“Es un saber que no es de esto o de lo otro, sino de todo, pero de otra manera. No es un
saber más entre los otros saberes, sino una nueva especie de saber.[...] La filosofía es simplemente
"saber transcendental". No creo necesario insistir en que este adjetivo no envuelve la menor alusión
a la terminología idealista”. “Nuestra situación intelectual”, NHD, 50-51.
27
“Filosofía y metafísica”, SPF, 188.
28
“Filosofía y metafísica”, SPF, 188.
8 J.S. PONS

esta cuestión en un ensayo con este mismo nombre.29 Allí va recorriendo


las diversas concepciones del saber que se han ido dando y lo hace desde
un recorrido histórico, no como un mero recuerdo sino como una línea
que le permite describir los momentos constitutivos del saber. En cada
uno de los momentos que expondrá verá, no obstante, una expresión
unilateral y un oscurecimiento de su originaria unidad.
En un primer acercamiento podemos decir que saber es discernir,
captar los rasgos constitutivos de las cosas, así lo explica Zubiri:
El hombre tiene un modo de experiencia con las cosas, que le da de plano
y por entero, de un modo simple y unitario, un contacto con las cosas,
tales como son “por dentro” [...]. Es un saber que toca a lo íntimo de cada
cosa; no es la percepción de cada uno de sus caracteres, ni su suma o
adición, sino algo que nos instala en lo que ella verdadera e íntimamente
es, “una” cosa que “es” de veras, tal o cual, y no simplemente lo que
“parece”. Una especie de sentido del ser. No es, pues, un acto místico o
transcendente: todo comportamiento con las cosas lleva en sí la
posibilidad de esta “experiencia”. Y sólo eso es lo que propiamente
llamamos “saber” lo que una cosa es, saber a qué atenernos, en punto a lo
que ella es y no tan sólo a lo que parece. A esta “experiencia” llamó el
griego noûs, mens. Pues bien: el “aspecto” de las cosas a que antes
aludíamos [aspecto como conjunto de rasgos que posee la cosa, su
fisonomía, su idea] no es sólo el contenido de los sentidos, sino, sobre
todo, este elemental y simplicísimo fenómeno del acto mental, del noeîn,
que nos da lo que una cosa es. Gracias a ella, decía, “sabemos”, en un
sentido excelente, las cosas; podemos, en efecto, discernir unívoca e
indubitablemente lo que de veras “son”, de lo que no hace sino “parecer”
serlo.30

Este momento de discernimiento nos ha abierto las puertas para el


saber, pero no es suficiente, saber es algo más que discernir apariencia y
realidad. “Se puede discernir perfectamente una circunferencia de un
triángulo, y no ser geómetra. Para esto último, además de saber "que"
esto es circunferencia o triángulo, hace falta poder decir "qué" es la

__________
29
En 1935 publicaba Zubiri en la revista Cruz y Raya un artículo con el título de “Filosofía
y Metafísica”. El artículo estaba concebido como parte de una introducción a tres breves escritos de
Husserl, Scheler y Heidegger que Zubiri pensaba traducir y publicar en un volumen. Ese libro no se
publicó nunca. Del artículo publicó en 1944 dos fragmentos en NHD, uno titulado “¿Qué es saber?”
y otro con el nombre de “El saber filosófico...”. Recientemente, el año 2002, se ha publicado
“Filosofía y Metafísica” completo en SPF.
30
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 190. “¿Qué es saber?”, NHD, 63-64.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 9

circunferencia o el triángulo”.31 Ya no se trata de discernir entre una cosa


y su apariencia sino entre cosas que son, entre una cosa que “es” y otra
cosa que también “es”.
Ello supone una especie de desdoblamiento entre “el que es” y “lo que
es”, entre la “cosa” y su “esencia”. Sólo “sabemos” lo que una cosa es,
cuando, efectuado este desdoblamiento, vamos copulando a la cosa
(tomada como punto de apoyo firme y de referencia, de nuestra
expresión) aquello que, por desdoblamiento, hemos “extraído” de ella. Y,
¿qué es esto que hemos extraído? Pues justamente los rasgos
característicos de la cosa en cuestión, uno a uno, tomados separadamente
entre sí y respecto de la cosa de que son rasgos [...]. Esto es, el
desdoblamiento no es sino un explicitar cada uno de los momentos de la
“idea”, del “aspecto”, cada uno de los rasgos de la “fisonomía”, de la
cosa. Entonces, no sólo discernimos una cosa de su apariencia, lo que es
de lo que no es, sino que, además, circunscribimos con precisión los
límites donde la cosa empieza y termina, el perfil unitario de su aspecto,
de su idea. Es la “definición”. Saber no es discernir, sino definir.32

Pero no podemos quedarnos sólo con esto. Discernir y definir nos


describen un “mapa”, un paisaje; fundamentarían a lo sumo un saber
descriptivo y esto no nos basta para constituir un auténtico saber, hace
falta prolongar la descripción en una explicación. Saber no es sólo
discernir y definir, saber es entender, así lo expresa Zubiri:
Sabemos algo plenamente cuando, además de saber “qué” es, sabemos
“por qué” es. [...] Cuando se nos ha mostrado el verdadero aspecto del
vino auténtico –por ejemplo–, no queda dicho todo al decir que ése es el
aspecto o la idea de aquél. En realidad, hay algo más: el vino auténtico
tiene tal aspecto porque “es” vino. Esa su idea o aspecto no es sino la
patentización de lo que es, de lo que ya era antes de que se mostrara. La
verdad de la cosa se funda en el ser mismo de ella. Si se quiere seguir
hablando de idea, habrá que entender por ella el conjunto de rasgos, no
sólo en cuanto “característicos” del vino, es decir, en cuanto éste se
ofrece a quien lo contempla, sino como rasgos que previamente
“constituyen” el vino en cuestión; la esencia, no sólo como contenido de
una definición, sino como lo que esencialmente constituye la cosa; la
idea, como “figura”, es lo que antes “configura” a la cosa, le da su
“forma” propia, y con ella se establece con plena suficiencia y
peculiaridad frente a las demás. [...] Aunque coincidiendo, por su

__________
31
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 191. “¿Qué es saber?”, NHD, 65.
32
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 191-192. “¿Qué es saber?”, NHD, 65.
10 J.S. PONS

contenido, con este “porqué”, el “qué” tiene un sentido completamente


distinto. Antes teníamos un simple “qué”: ahora, un “qué”, que lo es
“porque” las cosas “son” así y no de otra manera. Al saber las cosas de
esta suerte, sabemos la necesidad de que sean como son y, por tanto, por
qué no son de otro modo. No sólo hemos definido la cosa, sino que
hemos “demostrado” en ella su necesidad. De-mostración no significa
aquí prueba racional, sino exhibición de la articulación de algo [...]. El
saber por excelencia es el saber demostrativo del necesario porqué de las
cosas. En esta de-mostración no hemos hecho una vez más sino explicitar
los rasgos de la idea, de modo distinto al simplemente indicativo. Saber
no es discernir ni definir: saber es entender, de-mostrar. Sólo la interna
articulación del “qué” y del “por qué” hace posible una ciencia sensu
stricto que nos diga lo que las cosas son. Entonces es cuando la Idea
adquiere con plenitud el rango de “ser constitutivo” de la cosa.33

Vemos, pues, el entender como un saber demostrativo del


necesario porqué de las cosas; es decir, hemos explicitado los rasgos que
constituyen la idea. Necesitamos mostrar de qué modo podemos
establecer esa necesaria relación entre los rasgos y así nos encontramos
con las tres dimensiones del entender que ya aparecen en Aristóteles.34
En primer lugar la necesidad apodíctica, sólo podemos hablar de
saber demostrativo de la cosa –no en el sentido de prueba racional–
cuando somos capaces de conocer de forma necesaria la articulación de
los distintos aspectos o notas de la cosa. La cosa nos presenta siempre
una serie de aspectos o rasgos cuya unidad determina lo que ella es de
veras; entendemos cuando demostramos que esos rasgos o notas de la
cosa son necesariamente sus rasgos o notas.
El segundo aspecto del entender es la intelección de los principios.
Sólo es posible demostrar la necesidad de las notas de una cosa cuando
somos capaces de vincular esos rasgos o momentos de la cosa a los
principios de donde emergen y de los cuales son expresión.
Y en tercer lugar el entender como impresión de la realidad,
expresión muy zubiriana que nos comenta Garrido: “Todo saber es
siempre un saber de la cosa, esto es, de la idea o conjunto de rasgos que
constituyen la cosa. El pensamiento humano tiene una esencial
dimensión objetiva, lo que significa que pertenece a su ser formal la
"apertura" a las cosas, apertura que es el supuesto mismo del conocer y

__________
33
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 192-194. “¿Qué es saber?”, NHD, 66-67.
34
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 213. “¿Qué es saber?”, NHD, 87.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 11

de la verdad y que goza de la prioridad con respecto al conocimiento y


sus teorías. [...] Todo saber debe estar fundado sobre una primera y
radical apertura del hombre a las cosas, y esa apertura primera, que es la
que confiere objetividad a nuestro pensamiento, en virtud de nuestra
condición de seres sensibles e inteligentes, es necesariamente "impresión
de realidad"”.35
Estas tres dimensiones del entender “han vagado, más o menos
dispersas y divergentes, en la historia”36 y así se desfiguró su primitiva
significación.37
Nos ha dicho Zubiri que sabemos una cosa cuando conocemos la
necesaria articulación de sus momentos, pero esto es problemático,
necesitamos acceder a las cosas, “a esta vía de acceso a las cosas es lo
que los griegos llamaron méthodos”,38 así este acceso nos es posible por
los sentidos y por el logos, ambos pueden ser llamados métodos.

En un primer momento se consideró el logos como el método que,


siendo fiel a la realidad, nos permite alcanzar las cosas, y se hizo de la
lógica, ciencia del logos, una ciencia de lo real. Por este camino los

__________
35
GARRIDO, J.J., “La filosofía como saber trascendental...”, 259-260. Cfr. GARRIDO, J.J.,
Fundamentos noéticos de la metafísica de Zubiri, Valencia 1984, 6-9.
36
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 213. “¿Qué es saber?”, NHD, 87.
37 Aunque Zubiri recurre mucho a Aristóteles, se trata más bien de un diálogo con el

filósofo ya que él no piensa que “la historia entera de la filosofía sea un comentario a Aristóteles”
(“Filosofía y Metafísica”, SPF, 213; “¿Qué es saber?”, NHD, 87) sino que se trata de descubrir los
motivos de su pensar, de dejarse llenar de lo que llevó a Aristóteles a plantear sus problemas ya que
entonces nos interesa “porque en él emergen, "desde las cosas" y no desde teorías ya hechas, los
motivos esenciales de la primera filosofía madura que ha predeterminado, en gran parte, el curso
ulterior del pensamiento humano” (“Filosofía y Metafísica”, SPF, 213; “¿Qué es saber?”, NHD, 87).
Su interés por Aristóteles no es, pues, una recurrencia a un pasado ideal. En el ensayo El
acontecer humano: Grecia y la pervivencia del pasado filosófico, comienza con el análisis de dos
posturas ante el pasado, ante la idea de lo clásico. Frente a esta idea caben dos posturas, una es
pensar que en Grecia está todo dicho, una actitud de admiración ante lo definitivo (“El acontecer
humano”, NHD, 359) o bien la postura contraria de contemplar lo clásico como un corsé que nos
impide la originalidad y la novedad y así rebelarse ante su tiranía: “La idea del clásico se nutre de
formas culturales y vitales; y las convierte en tipos. Y ante un tipo no caben más que dos actitudes:
la admiración o la rebelión” (“El acontecer humano”, NHD, 360). Por ello Zubiri no ve en su interés
por Grecia una cuestión de vuelta a lo conseguido o un interés arqueológico sino una recuperación
de los motivos del filosofar, una invitación al esfuerzo intelectual: “Acercarnos a la filosofía griega,
para ver en ella las posibilidades primeras de filosofía que el hombre ha cobrado en su primer
ascenso al filosofar, que han decidido la trayectoria y la suerte concreta de la filosofía en la historia,
y que constituyen, sabiéndolo o sin saberlo, la base primaria sobre la que se hallan abiertas y
asentadas nuestras propias posibilidades filosóficas. No es que los griegos sean nuestros clásicos: es
que, en cierto modo, los griegos somos nosotros” (“El acontecer humano”, NHD, 362).
38
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 194. “¿Qué es saber?”, NHD, 67.
12 J.S. PONS

rasgos de la idea se separan de la cosa, se convierten en conceptos y la


demostración deviene silogismo, demostración racional. “Es natural –
dice Zubiri– que se pusiera máximo esfuerzo en esta faena, y que no se
considerara ciencia, sensu stricto sino aquel saber que refiriera los
conceptos a las cosas mediante un raciocinio. Saber, entender, es
entonces raciocinar, discurrir, argumentar. Algo es entendido en la
medida en que el discurso o raciocinio lo manifiesta como
necesariamente verdadero; lo demás es incierto o anticientífico”.39
Llegamos así a la Edad Media que entendió de esta forma el saber.
También la ciencia nueva surgida a partir del siglo XVI entiende el saber
como raciocinio y demostración. Tanto la matemática como la física
emergen desde ese saber y sus éxitos imponen la “tiranía” de ese
modelo.40
Pero no podemos conformarnos con que, para entender, sea
suficiente el hecho de discurrir los momentos necesarios de la cosa, es
preciso vincular esos momentos como viniendo unos de otros y
remontarlos necesariamente a un principio fundante. Saber una cosa es
saberla por sus principios.41 Queremos, pues, averiguar el principio
último para poder derivar de él todas las cosas. Cada nota de la cosa será
conocida cuando esté vinculada a su principio, y así, la cosa será
conocida cuando pueda ser derivada del fundamento último.42 De ahí que
“en cada cosa está, pues, en principio, todo; cada cosa no es sino una
especie de espejo, speculum, que cuando incide sobre ella la luz de la
mente, refleja el todo, único que plenariamente es de veras”,43 así el ser
de las cosas es un ser “especular”, el todo está en cada cosa
especularmente. Por ello podremos afirmar que saber una cosa por sus
principios es saberla especulativamente; ver reflejado en su idea lo que
es de veras, el todo que ha llegado a ser.
__________
39
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 195. “¿Qué es saber?”, NHD, 68-69.
40
Es el modelo del racionalismo clásico que “trajo como fruto inevitable un creciente
olvido de la realidad y un excesivo gusto por la idea en el sentido de "concepto"”. GARRIDO, J.J.,
“La filosofía como saber trascendental...”, 260.
41
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 196. “¿Qué es saber?”, NHD, 69.
42
Vemos esto expresado de manera muy clara por Leibniz con el principio de razón
suficiente: “Nuestros razonamientos de fundan en dos grandes principios: el de contradicción, en
virtud del cual juzgamos falso lo que encierra contradicción, y verdadero, lo opuesto o
contradictorio a lo falso. Y el de razón suficiente, en virtud del cual consideramos que ningún hecho
puede ser verdadero o existente y ninguna enunciación verdadera sin que de ello haya una razón
bastante para que sea así. Aunque las más veces esas razones no puede ser conocidas por nosotros”.
LEIBNIZ, Monadología, (Historia del pensamiento 4), Orbis, Barcelona 1983, 31-32.
43
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 199. “¿Qué es saber?”, NHD, 72-73.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 13

Entendiendo especulativamente la cosa, llegamos a co-entender


todas las demás, es lo que llamamos sistema. “Saber algo es saberlo
sistemáticamente, en su comunidad con todo. Ciencia es entonces
sistema”.44 La lógica más que lógica de razonamientos es una lógica de
principios. El logos no es silogismo, sino dialéctica, esto es generación
principal de verdades, conocimiento absoluto. “El noûs, no solamente ha
descubierto los principios de lo que ve, sino el principio de su visibilidad
misma, del ser de veras. Al hacerlas visibles, la mente se ve a sí misma
reflejada en el espejo de las cosas en cuanto son. En las cosas que son de
veras se patentiza, en puridad, la verdad. El saber especulativo es así,
finalmente, un descubrirse la mente a sí misma. [...] La primera mitad del
siglo XIX ha sido el frenesí romántico de esta especulación. El científico
fue el elaborador de sistemas especulativos”,45 un saber que, queriendo
atrapar bien la cosa, se fue complicando en caminos ideales que lo
fueron aislando de la cosa a la que querían conocer.
Este abuso de la especulación levantó la necesidad de saber no
sólo la esencia sino la cosa misma. El saber especulativo no había
logrado salir de la idea para llegar a las cosas.
Decíamos que de los dos caminos para acceder a las cosas se había
recorrido con preferencia el camino del logos, se iba ahora a enfatizar el
camino de los sentidos.46 Pero buscar un fundamento de las cosas sólo en
los datos sensibles lleva a una separación de las ideas y de las cosas y
posteriormente al desprecio de las primeras. Esto le sucedió al
positivismo, como nos dice Zubiri:
Al hombre de la segunda mitad del siglo XIX le interesa conquistar
cosas. Pero en esta conquista, a fuerza de retrotraer las ideas a las cosas,
persigue cosas sin idea; por tanto, no lo que naturalmente son siempre los
seres, sino sus invariables conexiones, las leyes. Y tal es también el
aspecto, cada vez más subrayado, que va adquiriendo la ciencia física
actual. Si en la antigüedad predominaba la idea sobre la cosa, la vista
sobre el tacto, ahora predomina de tal suerte la cosa sobre la idea, que
nuestro saber del mundo se va convirtiendo en un palpar realidades sin

__________
44
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 200. “¿Qué es saber?”, NHD, 73.
45
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 200. “¿Qué es saber?”, NHD, 73-74.
46
“El positivismo y el empirismo subrayaron el carácter objetivo del pensar, la prioridad de
la cosa sobre la idea, y afirmaron que el único camino válido para llevarnos a las cosas era la
experiencia. Entendieron, sin embargo, por experiencia la "experiencia sensible" e hicieron del
intelecto mero órgano de "constatación"”. GARRIDO, J.J., “La filosofía como saber trascendental...”,
261.
14 J.S. PONS

verlas, sin “tener idea” de lo que son. Facultad ciega llamaba ya Kant a la
síntesis mental. Frente al ideísmo sin realidad, un reísmo sin idea. El
positivismo es la culminación de este modo de saber: cosas son hechos,
naturaleza es ley, y ciencia es experimento.47

Así, pues, por esta ruta el saber se ha convertido en experimentar.


El positivismo, queriendo huir de los abusos del idealismo, convierte las
cosas en hechos y la experiencia en meros datos sensibles. Estas
reducciones que el positivismo ha propiciado llevan a un carácter
disperso del saber y han sido una de las causas de la profunda crisis
intelectual que atraviesa Europa.48
Estas tres concepciones unilaterales del saber han ido
impregnando el pensamiento europeo. Zubiri quiere superar este estado y
recuperar la unidad del saber humano. Por eso quiere volver a la
concepción integral del entender en sus tres dimensiones como aparece
en Aristóteles, sin hacer de la filosofía un revisionismo sino empatizando
con la coincidencia de los motivos de la filosofía de Aristóteles y la
necesidad de nuestro tiempo.
Al tomar estos motivos no en la forma divergente sino en la unidad
radical que les confiere su emergencia desde las cosas, la fenomenología,
frente a la dislocación que el saber filosófico había llegado a padecer,
coloca de nuevo el problema filosófico en la genuina raíz que tuvo en
Aristóteles. “Desde las cosas” tal es también el lema de toda
fenomenología.49

Encuentra Zubiri en la fenomenología un adecuado planteamiento


del problema, un atisbo de solución, aunque verá necesario ir más allá ya
que siempre le pareció insatisfactoria la opción idealista de Husserl,50 las
cosas como correlato objetivo e ideal de la conciencia. A pesar de ello
destaca de la fenomenología el hecho de haber aportado la doble función
de aprehender el contenido de las cosas y de abrir el espacio para
filosofar y verá en ella la dirección para que la filosofía siga siendo ella
misma.

__________
47
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 212-213. “¿Qué es saber?”, NHD, 85-86.
48
Cfr. “Nuestra situación intelectual”, NHD, 41-45.
49
“Filosofía y metafísica”, SPF, 214.
50
Cfr. TIRADO DE SAN JUAN, V.M., “Zubiri y Husserl”, en J.A. Nicolás - Ó. Barroso (ed.),
Balance y perspectivas de la filosofía de X. Zubiri, (Filosofía hoy 30), Granada 2004, 404-405.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 15

La filosofía es un saber diverso del de la ciencia

Hemos indicado ya que la filosofía es un saber acerca de las cosas.


No es el único saber, bien que lo sabe ya que tiene que reivindicar su
estatus entre los demás saberes, no es pues, la única forma de acceder a
las cosas. Queremos perfilar mejor y distinguir lo que persigue la
filosofía y para ello nada mejor que comparar el modo de acceso a las
cosas que logra la filosofía con otra forma de saber, el de la ciencia. Es
lo que Zubiri realiza al comparar la epistéme griega con la ciencia
moderna en el ensayo, Ciencia y realidad,51 lo que allí nos dice acerca de
la epistéme se puede aplicar de forma válida a la filosofía.
Nos advierte Zubiri del peligro de pensar acríticamente que el
único acceso que el hombre tiene a la realidad sea el acceso científico o
que la única realidad que exista sea la realidad que el método científico
nos muestra. De cientista califica Zubiri esta “convicción profunda de
que en la ciencia se sirve al hombre, la única parcela de realidad que le
es accesible con certeza”.52 También es común pensar la ciencia moderna
como una continuación mejorada, perfeccionada, de la ciencia
aristotélica. La Nuova Scienza sería una novedad en cuanto al contenido
y al método de la ciencia aristotélica, pero manteniendo intacto el intento
intelectual que ésta suponía. Esta forma de pensar cree que “lo que el
griego llamó epistéme significa lo mismo que lo que nosotros llamamos
ciencia”53 y así evidenciar la pobreza de la “ciencia” aristotélica desde
los grandes logros de la ciencia moderna, “la ciencia sería, pues, siempre
un esfuerzo unívoco por conquistar intelectualmente la realidad de las
cosas”.54 Kant será quien rompa con esta concepción unívoca de la
indágine científica. Él nos muestra que “el concepto de realidad no es
unívoco para los efectos del saber humano y de que el esfuerzo mismo
por saber carece radicalmente de esa misma univocidad”.55 Éste será el
sentido de la distinción kantiana entre fenómeno y noúmeno. Pero Zubiri
quiere trascender este planteamiento ya que el mismo Kant mantiene la

__________
51
Zubiri lo publicó en la revista Escorial 10 (1941), y lo recoge en NHD, 91-126.
52
Zubiri pone de relieve la mentalidad cientista, que califica de convicción, mostrando que
desde esa postura viene a decirse que la filosofía no tiene acceso a la realidad o que si tiene algún
tipo de acceso al no poder suministrar ningún tipo de certeza se movería siempre en la mera opinión,
descalificando así su pretensión de erigirse en saber estricto. “Ciencia y realidad”, NHD, 91.
53
“Ciencia y realidad”, NHD, 93.
54
“Ciencia y realidad”, NHD, 93.
55
“Ciencia y realidad”, NHD, 93.
16 J.S. PONS

idea de que lo científico en Aristóteles va en la misma dirección que la


ciencia moderna. La crítica consistirá en mostrar que: en primer lugar, lo
que los griegos llamaron epistéme es esencialmente distinto de lo que
llamamos hoy ciencia y que, en segundo lugar, la idea de realidad que
subyace en ambas es distinta.

Epistéme y ciencia son diversas

El término epistéme griego –afirma Zubiri– sintetiza dos modos


distintos de conocer: el saber que se logra con el trato efectivo con las
cosas por la impresión real que nos las presenta en sus notas –
gignóskein– y el saber que se logra por la capacidad del hombre de
producir pensamientos y proposiciones con los que trata de descubrir la
compleja estructura de la realidad –syniénai–. La epistéme representa
una síntesis que logra la interna estructura de la cosa y su posesión
efectiva y, al mismo tiempo, se alcanza su interna necesidad al captar su
despliegue interno y la articulación de la totalidad de los rasgos
constitutivos de su eidos.
La ciencia también pretende ir más allá de la mera noticia de la
cosa, pero no busca tanto su interna necesidad cuanto la precisión
objetiva,56 de ahí que la “ciencia no logre lo que se propone sino
sustituyendo las cosas llamadas empíricas, [...] por otras cosas que se
comportan relativamente a las primeras, como el límite a las
fluctuaciones que a él se aproximan. Mientras la epistéme griega trata de
penetrar en las cosas para explicarlas, la ciencia moderna trata, en
buena parte, de sustituirlas por otras más precisas”,57 para lo que el
hombre moderno ha elaborado una nueva metodología basada en un
nuevo uso de la hipótesis.58 No deberíamos caer en la tentación de
comparar ambos accesos a la realidad por sus métodos y sus resultados,
se debe esclarecer el propósito de ambas subrayando la legitimidad del
__________
56
Esto lo logrará la ciencia con la matematización que le permite definir con precisión los
objetos y trabajar con ellos. También Husserl apunta esta matematización: “Pero en esta praxis
matemática alcanzamos lo que en la praxis empírica nos es negado: "exactitud"”. HUSSERL, E., La
crisis de las ciencias europeas y la fenomenología transcendental, Barcelona 1991, 26 (Die Krisis
der europäischen Wissenschaften und die transzendentale Phänomenologie, 1954).
57
“Ciencia y realidad”, NHD, 97.
58
El científico crea modelos en los que sustituye las cosas por objetos describibles
matemáticamente, estos objetos sólo tienen las notas que se cree que son pertinentes para el estudio
que se va a realizar. Contrastará los resultados obtenidos por medio del experimento, ajustando
aquellas hipótesis que lo requieran.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 17

problema aristotélico. No se trata de que Aristóteles errara en el método


sino que su pretensión era otra. Por ello “para mostrar el abismo que
separa la intención que anima a la epistéme de la que anima a la ciencia,
examinemos la cuestión desde tres puntos de vista: el punto de partida, el
problema que se plantea y el tipo de saber obtenido, tanto en la ciencia
como en la epistéme”59 y esto nos llevará a ideas distintas de la realidad.
Zubiri toma como ejemplo el caso de la física, la epistéme physiké
como ejemplo de la ciencia antigua y la ciencia física moderna. En
ambas nos fijamos en dos categorías fundamentales que les preocupan: el
movimiento y el fenómeno.

El punto de partida. Consideremos, nos dice Zubiri, el más


sencillo de los movimientos: el movimiento local, un cuerpo que cambia
su posición de un lugar A a un lugar B. La física considera este
movimiento local como el paso del estado inicial A al estado final B,
estudia el despliegue del movimiento como función de una serie de
factores, su posición en el espacio, su velocidad, las fuerzas que actúan,
le interesa el paso de unos lugares a otros, el transcurso de los diversos
estados. Para la epistéme lo interesante del movimiento es el móvil que
está en él, no el despliegue del movimiento sino el estado del móvil,
“dicho brevemente: desde este punto de vista, el móvil no está en
movimiento porque pasa de A a B, sino que pasa de A a B porque está en
movimiento. [...] La epistéme no busca el transcurso del movimiento,
sino el ens mobile; no las mutaciones, no los estados opuestos, sino la
condición de la cosa mudable, su interna inestabilidad”,60 la epistéme ve
en el movimiento un “modo de ser” de las cosas, la ciencia sólo ve en él
una sucesión de estados distintos.
El móvil manifiesta sus diversos estados en el movimiento, es a
esto a lo que llamamos fenómeno. Para la ciencia, fenómeno es lo que se
manifiesta en la naturaleza, como la lluvia, la caída de cuerpos, las
variaciones de temperatura,... de esta forma la ciencia quiere determinar
cuándo, dónde y cómo aparecen, es decir, quiere circunscribir el área
espacio-temporal de su aparición y para ello emplea la medida. Visto así,
el fenómeno supone siempre una alusión a alguien que observa, alguien
ante quien el fenómeno aparece. La naturaleza es así un espectáculo: “el
"espectáculo de la naturaleza" es la mejor traducción de los "fenómenos
__________
59
“Ciencia y realidad”, NHD, 97.
60
“Ciencia y realidad”, NHD, 101.
18 J.S. PONS

científicos". Como tal, envuelve la referencia a un inevitable espectador,


real o imaginario”.61
Desde el punto de vista de la epistéme nos encontramos algo
diverso, “mientras la ciencia considera en el fenómeno, en el aparecer,
aquel ante quien aparece, el griego considera en el fenómeno la
aparición de aquel que aparece. Lo que importa a un griego, más que los
espectadores, son precisamente los personajes del espectáculo. [...] Al
igual que, cuando se trataba del movimiento, el griego se preguntaba por
el ens mobile, así ahora, tratándose del fenómeno, el griego se pregunta
por el ens fenomenale. La cosa que aparece en su aparecer”.62

El problema. Tanto la epistéme como la ciencia pretenden estudiar


la naturaleza y ésta entendida como el todo circundante en donde
emergen los fenómenos impulsados por unas fuerzas naturales, unas
fuerzas que el hombre tratará de indagar, de preguntarse por ellas
mismas.
Aquí apunta Zubiri una nueva divergencia. Para la ciencia la
fuerza es algo que se manifiesta en la intensidad de las mutaciones que
ellas introducen en el curso de los fenómenos, algo a determinar
considerando fenómenos como la masa o la aceleración. Para la epistéme
la fuerza es alusión al ser fuerte, no sustantiva las fuerzas sino que habla
de cosas fuertes. “Toda dýnamis, para un griego, es esencialmente un
modo de ser de la cosa que la posee. Y, por esto, esta cosa que posee la
fuerza de producir algo se llama, en el rigor de los términos, cosa-causa,
aitía”.63
La ciencia abordará la indagación queriendo establecer un sistema
de fuerzas desde la uniformidad de sus actuaciones; la epistéme tratará
de describir la causalidad. “Sólo se habrá conseguido el estudio
científico de una fuerza natural cuando se hayan determinado
unívocamente las condiciones en que aparece y el modo como actúa, es
decir, un conjunto de manifestaciones que suceden a otras anteriores.
Solamente cuando aquéllas se hallen necesariamente vinculadas a las
primeras podrá estrictamente hablarse de conocimiento científico. Es
decir, la uniformidad en las actuaciones de la naturaleza y su

__________
61
“Ciencia y realidad”, NHD, 102.
62
“Ciencia y realidad”, NHD, 103.
63
“Ciencia y realidad”, NHD, 106.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 19

formulación precisa es la finalidad que la ciencia persigue, esto es, la lex,


la ley”.64
El problema que persiguen ambas es el problema de la naturaleza,
pero su idea de naturaleza es distinta. Para la ciencia, la naturaleza es un
sistema de leyes que hay que formular, una determinación matemática de
fenómenos que varían –mecánica clásica– o una distribución probabilista
de observables –física cuántica–. Para la epistéme, se trata de una
fundamentación causal de las cosas, la naturaleza es el principio del
movimiento, un movimiento visto desde el ser y desde las causas.

El tipo de saber. Desde estas divergencias Zubiri nos va


mostrando que ciencia y epistéme representan dos tipos diversos de
saber. Si en todo conocimiento hay un porqué sabido, este porqué será
distinto en la ciencia y en la epistéme. Para la ciencia se trata de saber
cómo, es decir, qué cosas deben acontecer para que acontezcan otras. Se
trata siempre de un “cómo” que recae sobre un “quién”, cómo y por
quién se produce lo que se produce. Para la epistéme el problema del
porqué es el problema de averiguar qué hay en la causa que cause
determinado efecto, se trata de averiguar cómo tienen que ser las cosas
que producen otras cosas.65

Diversas ideas de realidad

La forma diversa de conocer las cosas que hemos visto en la


ciencia y en la epistéme griega nos muestra que la idea de realidad que
ambas tienen es diversa. No es que creen ese sentido diverso sino que se
adscriben a él. Así, pues, realidad entendida como el modo en que las
cosas se articulan en un universo. Cosas, universo y realidad serán las
tres dimensiones del problema en que veremos cómo se contrapone la
idea básica de epistéme a la de la ciencia y así podremos descubrir la
trascendencia de esta doble perspectiva para la filosofía y para el ser del
hombre.66

__________
64
“Ciencia y realidad”, NHD, 106.
65
“En realidad, tras el porqué, la ciencia busca el cómo, la epistéme, el qué. [...] La ciencia
trata de averiguar dónde, cuándo y cómo se presentan los fenómenos. La epistéme trata de averiguar
qué han de ser las cosas, que así se manifiestan en el mundo”. “Ciencia y realidad”, NHD, 107.
66
“Ciencia y realidad”, NHD, 109.
20 J.S. PONS

Parte Zubiri de la cosa. Lo que llamamos una cosa es el conjunto


de rasgos o notas que la constituyen y la diferencian de las demás. A este
conjunto de rasgos lo llamó el griego eidos, y las diversas notas de un
eidos constituyen una unidad que es, en cierto modo, previa y anterior a
lo unificado. En esa unidad cifraba el griego la esencia de las cosas. Esta
esencia es el ser primario y constitutivo de las cosas y se manifiesta en
sus muchas notas, que llamamos fenómeno. Pero no todas las notas
pertenecen por igual a la esencia ni manifiestan directamente lo que ella
es. La mente deberá buscar su unidad primaria, usando terminología
kantiana, su noúmeno. Desde esta perspectiva “fenómeno y noúmeno no
designan dos realidades, sino dos modos de ser de una misma realidad.
El detalle, tomado desde fuera, manifiesta lo que es la cosa; el detalle es
entonces fenómeno. Tomado el detalle desde dentro, es aquello que
constituye la cosa misma: es noúmeno”.67 Esas notas en que se
manifiesta lo que una cosa es, están en ella y a ella pertenecen. No es el
hombre quien produce las cosas, ni las cosas en sí ni los fenómenos, ya
que fenómeno y noúmeno designan dos modos de ser de una misma
cosa. “Lo que el hombre produce es tan sólo la distinción entre estos dos
modos del ser”.68
Para la epistéme las cosas no son muchas notas unidas, sino una
unidad diversificada en las notas. La epistéme se sitúa del lado de la
unidad de la cosa y la ciencia tiende a estimar que las cosas son notas
más o menos unidas en su aparición. Aunque observamos una unidad
fundamental esta diferencia apuntada propiciará desarrollos distintos.

El hombre no se limita a tener ante sí un conjunto de notas


dispersas, el pensamiento humano necesita colegir, es decir, referir cada
nota a un conjunto de notas, bien para unirlas, bien para disociarlas. Así
puede aprehender las cosas como un “algo” y circunscribirlo en el seno
de las demás cosas. De esta forma, “el resultado de su aprehensión,
depende esencialmente del horizonte primario, que confiere sentido al
"algo", dentro del universo en que se mueve”.69 Y aquí comienzan las
divergencias entre ambas aproximaciones ya que el horizonte o universo
desde el que se entienden las cosas no es el mismo para la ciencia y la
epistéme.
__________
67
“Ciencia y realidad”, NHD, 110.
68
“Ciencia y realidad”, NHD, 111.
69
“Ciencia y realidad”, NHD, 115-116.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 21

El griego llamó naturaleza a ese todo de las cosas que se le


presentaba ordenado y jerarquizado, un cosmos. “Dentro de este cosmos
–sigue Zubiri–, el griego quiere averiguar lo que es la cosa como
realidad existente, como fuente de su sustantividad y principio de sus
operaciones. Y para ello necesita desentrañar, paso a paso, cuáles son las
notas que a la cosa le competen por sí mismas, descubriendo, a través de
la simple coexistencia de aquéllas, la necesidad que las vincula en la
unidad de la cosa. De esta suerte, el hombre griego va paulatinamente
aproximándose –por lo menos tal es su idea– a las razones por las que las
cosas mismas pueden existir y actuar como tales en el seno del
cosmos”.70
Ahora bien, “la totalidad que la ciencia supone, y dentro de la cual
se mueve, es la totalidad de las notas o detalles presentes en nuestras
impresiones sensibles. Como en cada impresión sensible hay esa doble
dimensión por la que es, a un tiempo, impresión mía y de la cosa,
resultará que la ciencia se propondrá asegurarnos la aprehensión del puro
aspecto objetivo de nuestras impresiones. Para ello tiene que colegir
también, entre las conexiones de las notas, aquellas que sean necesarias.
Pero aquí la necesidad de la conexión se denuncia por la precisión y
constancia objetivas frente a la vaguedad y variabilidad de su aspecto
subjetivo. Necesidad se torna entonces en sinónimo de objetividad. De
ahí que la unidad que la ciencia persigue en la totalidad de los
fenómenos sea su conexión objetiva, esto es, la ley”.71 De este modo, la
ciencia supera el orbe de las impresiones y nos lleva no a las cosas, sino
a la síntesis que en dichas impresiones se objetiva. El universo que la
ciencia supone no es el ordenado cosmos griego, sino lo que Kant72
llamó mundo, la totalidad de la experiencia objetiva73 La divergencia
entre la posición griega y la de la ciencia radica en la diferencia entre
cosmos y mundo. Mundo es estructura objetiva de fenómenos; cosmos
ordenación real de realidades. “El griego reparó poco en el mundo, y se
dirigió más bien a las cosas que hay en él: si intentó descubrir
estructuras, eran éstas siempre estructuras de las cosas. La ciencia vive,
en cambio, de la idea de que los fenómenos constituyen un mundo”.74
__________
70
“Ciencia y realidad”, NHD, 116.
71
“Ciencia y realidad”, NHD, 116-117. Cfr. “La idea de naturaleza”, NHD, 340-343. Cfr.
“Goethe y la idea de naturaleza”, SPF, 128.
72
KANT, I., Crítica de la razón pura, 456 (A520, B548); 390-391 (A418-419, B446-447).
73
“Ciencia y realidad”, NHD, 117. Cfr. “La idea de naturaleza”, NHD, 340.
74
“Ciencia y realidad”, NHD, 118.
22 J.S. PONS

Con lo que hemos visto es fácil comprender que epistéme y


ciencia moderna suponen ideas distintas de realidad. Para la ciencia –
afirma Zubiri–, tener realidad significa formar parte del mundo de los
fenómenos y “la objetividad del fenómeno queda constituida, en todo
caso, en el dónde y cuándo de su manifestación sensible, y como, a su
vez, el dónde, en tanto que impresión, se constituye en el cuándo de su
"ser-sentido", resultará que, en última instancia, realidad significaría que,
dadas determinadas condiciones, encontramos, habríamos encontrado,
habremos de encontrar, "algo" como fenómeno sensible, es decir, tener
alguna vez la impresión de ese "algo". La ciencia entiende por real lo que
es, lo que fue o lo que será, en la pureza misma de su notación temporal;
es decir, para la ciencia, ser es acontecer”.75 Los griegos toman el
término realidad en otro sentido, “algo es real, en cuanto posee, en una u
otra medida, un puesto entre las cosas que existen en el cosmos. Tener
realidad significa formar parte del cosmos, existir. Y algo tiene puesto en
él, cuando es "alguien"; y se es alguien cuando se tiene "algo" con que
puede bastarse a sí mismo, no vivir a expensas de los demás, cuando se
tiene en sí los principios y recursos para estar entre los demás y actuar
como tal. Es lo que los griegos llamaron ousía (y que el latín petrificó
traduciéndolo técnicamente por substantia), y que, en rigor, significa
más bien "entidad", independientemente de que se manifieste o no como
fenómeno en una impresión sensible”.76 Y concluye Zubiri: “La ciencia
trata de decimos cómo transcurren las cosas en el mundo, y realidad
significa para ella, simplemente acontecer ante nuestros ojos. La
epistéme trata de decirnos cómo son las cosas reales, y ser real significa
tener existencia propia”.77 Por ello ambos acercamientos son válidos y no
se debe alegar los éxitos de uno frente a los balbuceos del otro para
inclinarse por uno o por otro, más aún, una y otra deben tenerse en
cuenta y no construirse aisladamente ya que en definitiva ambas se
refieren a la misma realidad.78
__________
75
“Ciencia y realidad”, NHD, 120.
76
“Ciencia y realidad”, NHD, 120-121.
77
“Ciencia y realidad”, NHD, 126.
78
Ellacuría comenta al respecto que “ciencia y epistéme son dos posibilidades distintas de
aproximación a la realidad. Ninguna es continuación o sustitución de la otra. Pero es la epistéme la
que ha de entenderse como vía estrictamente filosófica. Pero es importante notar que la epistéme no
puede construirse de espaldas a la ciencia. Pretendiendo ser más realista que ésta se aleja fácilmente
de la realidad en la pretensión de que la realidad no tiene nada que ver con el fenómeno o con las
notas fenoménicas. Lo físico [...] no está alejado de lo metafísico. El sabio equilibrio de ciencia y
epistéme, no en concordancia de datos, sino en conexión de realidades, será una de las características
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 23

La filosofía es un saber problemático

Hemos visto cómo la filosofía es un saber sobre las cosas, ella


misma trata de acercarnos a la realidad, a las cosas reales, pero cabe
preguntarse si logra su pretensión. En un primer momento puede parecer
que no lo logra ya que nos presenta una diversidad de sistemas diferentes
y opuestos junto con la pretensión de cada filósofo de presentar el
sistema definitivo. Comparado con los sistemas científicos no parece
sino que no ha logrado salir de la mera opinión.
Pero, la diferencia no se clarifica comparando sin más el tipo de
conocimiento que ambas proporcionan, se requiere un planteamiento
más radical. No se trata de que la filosofía no haya encontrado todavía el
método adecuado al objeto que pretende estudiar. Este tipo de
planteamiento supone que hay un objeto propio de la filosofía que está
ahí, en el mundo y que lo único que tiene que hacer es encontrar el
camino seguro que nos lleve a él. La distinción fundamental entre ciencia
y filosofía no se resuelve comparando el estado de conocimientos de
ambas sino que surge de la naturaleza distinta de sus objetos.
Nos dice Zubiri que “toda ciencia [...] se refiere siempre a un
objeto más o menos determinado, con el que el hombre se ha encontrado
ya”,79 es decir parte de la posesión de su objeto y trata de estudiarlo. La
filosofía, en cambio, tiene que comenzar por justificar activamente la
existencia de su propio objeto para poseerlo sólo al final y no al principio
de su estudio. La filosofía es la pretensión de buscar su propio objeto,
por ello determinar el objeto de la filosofía es la primera de sus tareas, y
el esclarecerlo debidamente es su coronación.80 No se trata, pues, que la
filosofía ignore su objeto o de que éste sea en extremo complejo, se trata
de un objeto problemático y su problematismo radica en que es un objeto
constitutivamente latente y esencialmente fugitivo.81
__________________________________________________________
de la filosofía de Zubiri”. ELLACURÍA, I., “La idea de filosofía en Xavier Zubiri”, en Homenaje a
Xavier Zubiri, 2, Madrid 1970, 471.
79
Filosofía y Metafísica, SPF, 182. El saber filosófico..., NHD, 153.
80
“A lo largo de este proceso, la filosofía, propiamente hablando, no evoluciona, no se
enriquece con nuevos rasgos, sino que estos rasgos van explicitándose, van apareciendo como
momentos de una autoconstitución. Mientras la ciencia inmatura es imperfecta, la filosofía consiste
en el proceso mismo de su madurez”. “Filosofía y Metafísica”, SPF, 184. “El saber filosófico...”,
NHD, 155.
81
A este respecto comenta Ellacuría: “Más tarde, Zubiri matizará esta idea: en rigor, el
objeto de la filosofía es fugitivo no porque sea latente, en el sentido de escondido u oculto, sino por
el contrario, porque es absolutamente diáfano en toda intelección de cualquier objeto. Entonces, la
24 J.S. PONS

Decimos que es un objeto latente y que no es comparable a ningún


otro objeto, por ello “cuanto se quiera decir acerca del objeto de la
filosofía, tendrá que moverse en un plano de consideraciones
radicalmente ajeno al de todas las demás ciencias. Si toda ciencia versa
sobre un objeto real, ficticio o ideal, el objeto de la filosofía no es ni real,
ni ficticio, ni ideal: es otra cosa, tan otra, que no es cosa”.82
Afirma Zubiri que este objeto tan peculiar no puede ser hallado
separado de ningún otro objeto real, ficticio o ideal, ya que se halla
incluido en todos sin identificarse con ninguno. Esto significa que es
constitutivamente latente: latente bajo todo objeto. Y como el hombre se
halla constitutivamente vertido hacia los objetos con los que hace su vida
y elabora sus ciencias, tenemos que este objeto constitutivamente latente
es esencialmente fugitivo.83
Este carácter latente y fugitivo de su objeto nos indica que se halla
más allá de los objetos de las ciencias y de otras actividades humanas y
es el origen de la tentación de la filosofía a detener su marcha y
constituirse o en un saber cotidiano o en un saber científico, a los que
pretende sustituir. Es su fracaso y desprestigio, que nacen del olvido de
que su objeto no es solamente distinto, sino de una índole y proyección
muy diversas.84
Pero si se trata de un objeto fugitivo, ¿de qué huye? Huye de la
simple mirada de la mente. El objeto de la filosofía jamás podrá ser
descubierto formalmente por una simplex mentis inspectio, sino que,
después de haber aprehendido los objetos bajo los que late, un nuevo
acto mental re-obre sobre lo aprehendido para colocar al objeto en una
dimensión que haga, no transparente, sino visible, esa otra dimensión
suya. ¿Cuál es ese acto? “El acto con que se hace patente el objeto de la
filosofía no es una aprehensión, ni una intuición, sino una reflexión. Una
reflexión que no descubre, por tanto, un nuevo objeto entre los demás,
sino una nueva dimensión de todo objeto, cualquiera que sea. No es un
acto que enriquezca nuestro conocimiento de lo que las cosas son. No
hay que esperar de la filosofía que nos cuente, por ejemplo, de las
fuerzas físicas, de los organismos o de los triángulos nada que fuera

__________________________________________________________
filosofía será, como ya escribía en 1933, visión violenta de lo diáfano”. ELLACURÍA, I., “La idea de
filosofía en Xavier Zubiri”, 472.
82
“Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 311. “El saber filosófico...”, NHD, 148-149.
83
“Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 311. “El saber filosófico...”, NHD, 149.
84
ELLACURÍA, I., “La idea de filosofía en Xavier Zubiri”, 472.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 25

inaccesible para la matemática, la física o la biología. Nos enriquece


simplemente llevándonos a otro tipo de consideraciones”.85 Nos advierte
Zubiri que por reflexión no quiere decir un acto introspectivo o una
meditación sino un simple volver sobre lo aprehendido. De alguna forma
la simple aprehensión ya alcanza lo que es el objeto de la filosofía, no
tiene que inventarlo la filosofía. Es así como esta reflexión consiste en
“una serie de actos por los que se coloca en nueva perspectiva el mundo
entero de nuestra vida, incluyendo los objetos y cuantos conocimientos
científicos hayamos adquirido sobre ellos”.86
Todo esto no significa que la filosofía no sea un saber estricto,
sino que es un saber distinto. El objeto de la filosofía es un objeto sobre
el que se puede construir un saber, en un objeto de conocimiento, pero
distinto de los demás. Mientras la ciencia es un conocimiento que estudia
un objeto que está ahí, la filosofía, será un conocimiento que necesita
perseguir a su objeto y retenerlo ante la mirada humana, conquistarlo.
La filosofía consiste en la constitución activa de su propio objeto, en la
puesta en marcha de la reflexión. “Mientras cualquier ciencia y cualquier
actividad humana considera las cosas que son y tales como son (hos
éstin), la filosofía considera las cosas en cuanto son (hei éstin; Arit.,
Metaf., 1064 a 3). Dicho en otros términos: el objeto de la filosofía es
transcendental, y, como tal, accesible solamente a una reflexión”.87 Esta
pretensión de buscar un objeto distinto de todo objeto y presente a todo
objeto provoca ese “escándalo de la ciencia” del cual dice Zubiri que es
“una dimensión positiva que es preciso conservar. [...] La explanación de
este escándalo es precisamente el problema, el contenido y el destino de
la filosofía”.88 Es su problema porque la filosofía busca su objeto, un
objeto peculiar que escandaliza a los que ya parten del objeto a estudiar.
Es su contenido, porque esa búsqueda es el camino y la meta de la
pregunta por su propio objeto. Y es su destino porque esta pretensión de
la filosofía se presenta como inacabable y siempre tanteante.89
Vemos el esfuerzo de Zubiri por mostrar cómo la filosofía tiene su
propio objeto, que puede constituirse como un saber propio sin necesidad
de depender de otros saberes, aunque sí relacionándose con ellos.

__________
85
“Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 312. “El saber filosófico...”, NHD, 149.
86
“Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 312. “El saber filosófico...”, NHD, 150.
87
“Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 313. “El saber filosófico...”, NHD, 151.
88
“Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 313. “El saber filosófico...”, NHD, 151.
89
ELLACURÍA, I., “La idea de filosofía en Xavier Zubiri”, 474.
26 J.S. PONS

Comentaba el mismo Zubiri que “la filosofía europea desde san Agustín
a Hegel es, en última instancia, una filosofía que no ha vivido de sí
misma”.90 Es pues el propio esfuerzo reflexivo de Zubiri por lograr una
filosofía pura.

Filosofía y filósofo

En Cinco lecciones de filosofía Zubiri estudia el concepto de


filosofía que han tenido varios autores y comenta:
Parece, y en efecto es así, que estas filosofías no dicen lo mismo. Es lo
que expreso diciendo que el concepto de filosofía no es unívoco. ¿Se
trata entonces de un concepto más o menos equívoco? Evidentemente,
no. Porque estos filósofos, aunque no dicen lo mismo, sin embargo
hablan de lo mismo. ¿De qué? No de un concepto de filosofía, sino de un
saber real en marcha, de un saber que constitutivamente está buscándose
a sí mismo, tanto por razón de su objeto como por razón de la índole de
su conocimiento. Es un saber intelectivamente sentido como
imprescindible, pero imposible de ser definido de antemano.91

En ningún otro saber como en la filosofía se hace tan patente la


impronta del hombre que la hace. Sin filosofar no hay filosofía, sólo el
hombre que filosofa puede hacer filosofía porque la filosofía no es algo
hecho, requiere esfuerzo personal, no es mero aprendizaje de doctrinas
anteriores, sino una auténtica vida intelectual, “lo demás es brillante
"aprendizaje" de libros o espléndida confección de lecciones
"magistrales"”.92 Eso no quiere decir que cada filósofo debe inventar su
filosofía. La filosofía, por tratarse de un saber radical y último se halla
__________
90
“Sobre el problema de la filosofía”, SPF, 123.
Pintor Ramos nos hace un rápido elenco de esa dependencia al evitar la radicalidad de la
pregunta estrictamente filosófica: “Esta radical extrañeza, que es toda emoción filosófica, está
recortada por el intento de la filosofía de evitar el estremecimiento echando sus raíces en otra parte.
Será primero en la teología y bajo la actitud aparentemente humilde de ancilla la filosofía esconde
una pereza mental; esa relación de señorío-esclavitud entre ambas no fue provechosa para la
filosofía, pero quizá tampoco para la teología; basta con recordar ahora la “criada respondona” de
que hablaba aquí, en Salamanca, Unamuno. En la edad moderna la filosofía cambió esa servidumbre
por un concubinato con las nuevas ciencias, a la búsqueda otra vez de su propia seguridad. Como las
ciencias concretas, sean éstas las físicas o la teología, parten siempre de un objeto dado previamente,
la filosofía al imitarlas perdió conciencia de su propia especificidad”. PINTOR RAMOS, A., Génesis y
formación de la filosofía de Zubiri, Salmanca 19963, 32-33.
91
CLF, 10.
92
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 52.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 27

montada sobre una tradición en la que nace el filósofo y con la que


dialoga. “Ocuparse de la historia de la filosofía no es, pues, una simple
curiosidad: es el movimiento mismo a que se ve sometida la inteligencia
cuando intenta precisamente la ingente tarea de ponerse en marcha a sí
misma desde su última raíz. Por esto la historia de la filosofía no es
extrínseca a la filosofía misma, como pudiera serlo la historia de la
mecánica a la mecánica. La filosofía no es su historia; pero la historia de
la filosofía es filosofía, porque la entrada de la inteligencia en sí misma,
en la situación concreta y radical en que se encuentra instalada, es el
origen y la puesta en marcha de la filosofía. El problema de la filosofía
no es sino el problema mismo de la inteligencia”.93
La filosofía es una operación concreta que se ejecuta desde una
situación,94 la realiza el filósofo desde la situación real en que vive, desde
la contemplación de las cosas de verlas como extrañas y extrañarse de
verse extraño, la filosofía es la dificultad misma de existir teoréticamente
entre las cosas, así en todo problema filosófico es problema el filósofo, el
hombre mismo.95 No es el hombre quien busca la filosofía, sino que se
encuentra con ella, sale a su encuentro.96 Por eso –afirma Zubiri– no es la
filosofía obra del filósofo sino el filósofo obra de la filosofía97 ya que no
es él quien construye la verdad sino que al tratar de ir penetrándola, ella
misma le va llevando y le va poseyendo cuando ha anidado en el
hombre.

2. CIENCIA Y FILOSOFÍA

Abordamos ahora el segundo polo de nuestro trabajo, la ciencia y


su relación con la filosofía. Queremos recordar que Zubiri no es un
filósofo de la ciencia, no ha abordado el tema de la ciencia de forma
directa en sus escritos sino que se ha referido a ella en su intento de
clarificar lo que es la filosofía y ha reflexionado sobre lo que la ciencia
aporta para elaborar su filosofía.98 No es que la ciencia no le ha
__________
93
“Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 305. “El saber filosófico...”, NHD, 143.
94
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 53.
95
“Sobre el problema de la filosofía”, SPF, 40.
96
“Sobre el problema de la filosofía”, SPF, 41.
97
“Filosofía y metafísica”, SPF, 187. “El saber filosófico...”, NHD, 156.
98
Julio Palacios (1891-1970), eminente físico, preparó con Zubiri el curso de verano en
Santander el año 1934 para reflexionar sobre los nuevos aspectos que la naciente física cuántica
28 J.S. PONS

interesado, todo lo contrario, su competencia en temas científicos, como


ya hemos indicado, está fuera de toda duda,99 pero sus intereses han sido
principalmente filosóficos. Por eso lo que iremos presentado estará
obtenido de entre sus escritos y no será una descripción completa pero
creemos que sí suficiente para nuestro propósito.

Ciencia

El uso que Zubiri hace de la palabra ciencia es muy amplio.


Llamará ciencia a las ciencias naturales, a las ciencias del espíritu,
también hablará de la filosofía como ciencia, mérito que le atribuirá a
Aristóteles: “El descubrimiento de la filosofía primera como ciencia de
la realidad en cuanto tal sólo fue posible para Aristóteles como término
del intento por dar estructura racional al saber filosófico. [...] Con
Aristóteles tenemos no la filosofía en cuanto tal, sino una forma
determinada de filosofía: la filosofía como ciencia”.100 Ciencia, pues, en
ese sentido amplio correspondería a un saber que se funda en la realidad
para aportar una explicación racional de su necesidad y estructura
interna,101 es decir un saber racional, que se apoya sobre un objeto real y
que tienen unos principios propios.102 Ya hemos visto en el capítulo
anterior las características propias de la filosofía en cuanto saber
científico, de entre ellas la más destacable veíamos que era la no
posesión de un objeto propio, sino que su hacer correspondía en ir
definiendo su objeto. Nosotros nos referiremos casi siempre a la ciencia
__________________________________________________________
estaba realizando y en el que participó E. Schrödinger. Palacios afirmará de Zubiri en 1970 con
motivo de la publicación del Homenaje a Xavier Zubiri: “Nuestro amigo es uno de los pocos
filósofos contemporáneos que no han tenido la osadía de penetrar en los dominios de la Metafísica
sin proveerse antes de los necesarios conocimientos de Física y de su auxiliar la Matemática”.
PALACIOS, J., “Física y metafísica”, en Homenaje a Xavier Zubiri, II, Madrid 1970, 427.
99
“Debo señalar, y destacar, el conocimiento actualizado y profundo que ha adquirido
Zubiri de la nueva física y de la física clásica. Las explicaciones, las comparaciones, los ejemplos,
las cuasi-analogías, son de lecturas deliciosas”. GONZÁLEZ DE POSADA, F., La física del siglo XX en
la metafísica de Zubiri, Madrid, 2001, 60.
“[Zubiri] estaba al día científicamente, por una parte, y que reflexionaba filosóficamente
sobre lo nuevo, por otra”. Ibidem, 45.
“la ventaja de Zubiri sobre Husserl y sobre Heidegger, a mi juicio, estará en que mira
directamente a la Física, a la nueva física, y la detecta, la domina, la hace suya en sus más
intrincadas cuestiones y, además, se funda en ella”. Ibidem, 77.
100
“La idea de filosofía en Aristóteles”, NHD, 137.
101
“La idea de filosofía en Aristóteles”, NHD, 135.
102
“La idea de filosofía en Aristóteles”, NHD, 136.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 29

como ciencia natural, aunque muchas de las características serán también


aplicables a las ciencias del espíritu. De entre las ciencias naturales
haremos referencia muchas veces a la física, por ser ésta la que muchas
veces suele tomarse como el paradigma de ciencia,103 por ser la primera
en desarrollarse como tal y porque el mismo Zubiri tiene especial
predilección por la misma, la conoce, la sigue e incluso la divulga.104

Aparición histórica de las ciencias

La ciencia no es un producto ahistórico, un saber que nos venga


como “caído del cielo”. El saber científico no nace por el mero hecho de
que su objeto exista y de que el hombre posea la facultad adecuada para
conocerlo. En primer lugar no hemos de olvidar que la ciencia es obra
del hombre y por tanto sólo cuando el hombre, históricamente situado,
tenga a su alcance las posibilidades adecuadas podrá surgir la ciencia:
“El hombre de Altamira y Descartes no se distinguen tan sólo en que éste
filosofa y aquél no, sino en que el hombre de Altamira no podía
__________
103
F. Sanguinetti destaca este rol de la física mostrando que es la ciencia que mejor realiza
la definición de una tal: una “definizione del termine scienza sufficientemente valida e
circonstanziata: conoscenza della natura (oggetto dell'indagine), realizzata con il metodo
sperimentale (metodologia della ricerca) e di natura ipotetica (cioé sempre suscettibile di un
supplemento di indagine quale ulteriore prova di conferma). [...] Con il sorgere della scienza
moderna si è subito constatato che la fisica meccanica era la scienza empirica che meglio si
approssimava a questo modello ideale e che poteva, quindi, essere considerata come la branca della
scienza piú prossima alla perfezione, sul cui modello tutte le altre scienze avrebbero dovuto
plasmarsi nel tentativo di raggiungere tale livello di perfezione”. SANGUINETTI, F., Xavier Zubiri.
Pensiero filosofico e scienza moderna, Padova 1975, 61-62.
104
El año 1934 será especialmente fecundo en este sentido. Ese año se publicará su ensayo
“La nueva física. Un problema de filosofía” en la revista Cruz y Raya, artículo que será incluido en
el libro Naturaleza, Historia, Dios en 1944. El origen de este artículo está en la intervención de
Zubiri en el curso de verano en Santander con motivo de los grandes cambios que estaban
sucediendo en la física teórica. Los premios Nobel de Física de 1932 y 1933 se otorgaron a
Heisenberg, Schrödinger y Dirac, creadores de la mecánica cuántica. También ese año se publica en
español el libro La física del átomo: Iniciación en las nuevas teorías, del físico Arthur March. Libro
traducido por Zubiri y para el que prepara el prólogo y una introducción en el que nos dice: “Hace
algunos años, la Editorial Revista de Occidente publicó la traducción de un libro de Kramers y
Holst, El átomo y su estructura, aparecido en Cambridge en 1923. La edición española se agotó
rápidamente. Desde aquella fecha, en la que la teoría del átomo estaba edificada con arreglo a las
primeras ideas de N. Bohr, hasta hoy, la ciencia física ha recorrido un inmenso camino, [...] para
llenar la laguna producida, presentamos hoy al público español la traducción de otro libro, de Arthur
March, donde expone con admirable sencillez y precisión la idea que del átomo ha forjado la nueva
física”. “Prólogo e introducción a la Física del átomo de Arthur March”, SPF, 137. En la
introducción el mismo Zubiri hará un resumen con los conocimientos físicos generales necesarios
para abordar el libro, y encargará al físico español Blas Cabrera (1878-1945) un epílogo con el
estado actual de la física nuclear.
30 J.S. PONS

filosofar. Para que la ciencia nazca y continúe existiendo hace falta algo
más que la nuda facultad de producirla. Hace falta que se den ciertas
posibilidades. Penosa y lentamente, el hombre ha ido tejiendo un sutil y
vidrioso sistema de posibilidades para la ciencia”,105 sólo en un contexto
de vida intelectual puede surgir la ciencia.106 Esta función intelectual
viene inscrita en un mundo dotado de un preciso sentido,107 y dotar de
sentido al mundo es una de las características del ser humano: “El
hombre, en lugar de limitarse, como el animal, a conducirse en un
ambiente, tiene que realizar o malograr propósitos y esbozar proyectos
para sus acciones. El sistema total de estos proyectos es su mundo”,108 si
olvidamos esto, si le damos a las ciencias un carácter extra-histórico,
extra-mundano, estamos deshaciendo ese mundo, lo descomponemos ya
que olvidamos que responden a nuestros proyectos y necesidades109 y
tendemos a separar la función intelectual de la verdad.

Objeto y método

En ese mundo el hombre va encontrando y perfilando objetos que


serán el centro de su investigación. Toda ciencia versa sobre un objeto,

__________
105
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 35-36.
106
En ese contexto el hombre es capaz de hacerse las preguntas pertinentes y responderlas,
así sucedió, por ejemplo, con Newton y Darwin que sus investigaciones tuvieron un gran éxito
porque respondían a una inquietud de su momento, en cambio, los descubrimientos de Mendel no
encontraron eco en la ciencia de su época hasta unos decenios después. “La scienza è, dunque, figlia
del suo tempo poiché il sistema di domande nasce e si sviluppa nell'ambito piú vasto della funzione
intellettuale”. SANGUINETTI, F., Xavier Zubiri. Pensiero filosófico..., 105.
107
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 33.
108
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 34.
109
“La matemática misma se puso en movimiento, en Grecia, por la función catártica que
le asignó el pitagoreismo; más tarde fue la vía de ascenso del mundo a Dios y de descenso desde
Dios al mundo; en Galileo es la estructura formal de la naturaleza. La gramática nace en la antigua
India, cuando se siente la necesidad de manejar con absoluta corrección litúrgica los textos sagrados,
a cuyas sílabas se atribuía un valor mágico, evocador; la necesidad de evitar el pecado de
equivocación engendró la Gramática. La anatomía nace en Egipto de la necesidad de inmortalizar el
cuerpo humano. Se van tomando uno a uno sus miembros más esenciales y se les declara
solemnemente hijos del dios Sol: este recuento fue el origen de la anatomía. [...] Ninguna ciencia
escapa a esta condición. Por esto, el hecho de que las ciencias adquieran un carácter extrahistórico y
extra-mundano es índice inequívoco de que el mundo se halla afectado de interna descomposición”.
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 33-34.
Destaca Zubiri un aspecto que el mismo Husserl subraya y es que las ciencias nacen del
mundo de las necesidades de la vida. La problemática del mundo-de-la-vida será importante en la
última etapa de la vida de Husserl.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 31

parte de la posesión de su objeto y pretenden estudiarlo.110 Esta es otra de


sus características que subraya Zubiri, “toda ciencia lo mismo la Historia
que la Física o que la Teología (y asimismo toda actitud vital natural), se
refiere siempre a un objeto más o menos determinado, con el que el
hombre se ha encontrado ya”,111 es decir, la ciencia va a estudiar un
objeto que está ahí y lo considera en tanto está ahí, parte de un
positum.112
Este objeto que está puesto debe ser perfilado con mucha
claridad.113 Precisar bien ese objeto del que trata una ciencia permite
distinguir una ciencia de otra, cuando esto no se realiza bien se tiende a
confundir cualquier conjunto de conocimientos homogéneos con una
ciencia y caer en una serie arbitraria de divisiones creando confusión en
la ciencia.114
Otro elemento que puede crear confusión en la ciencia es la
dispersión del saber humano. Al afirmar que toda ciencia parte de un
positum, de un objeto que está ahí, “parece, entonces –dice Zubiri–, que
todas las ciencias han de ser equivalentes en cuanto ciencias,
precisamente porque todas son "positivas". La radical positivización de
la ciencia actúa como un principio nivelador. Pero no se repara en que tal
vez no todos los objetos sean susceptibles de igual positivización. Y, en
tal caso, si ese su "estar ahí" no fuera igual para toda suerte de objetos, la
positivización no sería niveladora, y las ciencias, aun las más positivas,
tendrían en su propio objeto integral un principio de subordinación
jerárquica”.115 Es decir, que esa positivización nivelante conduce a situar
a todos los saberes en el mismo plano, apareciendo como un mosaico
confuso de saberes en el que falta una adecuada vertebración al no
considerar adecuadamente la diversidad en el “estar ahí” de los objetos
propios de cada ciencia.
Aquí conviene hacer una distinción. Lo que hemos dicho hasta
ahora se puede aplicar a todas las ciencias positivas, pero positivas
significa lo que ya hemos indicado, que su objeto está puesto. El
positivismo ha cometido el error de pensar que una ciencia positiva es la

__________
110
“Prólogo a Historia de la Filosofía”, SPF, 310. “El saber filosófico...”, NHD, 147.
111
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 182. “El saber filosófico...”, NHD, 153.
112
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 31.
113
“Filosofía y Metafísica”, SPF, 182-183. “El saber filosófico...”, NHD, 153.
114
Cfr. “Nuestra situación intelectual”, NHD, 30.
115
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 31.
32 J.S. PONS

que utiliza el método experimental, tratando de definir el carácter del


objeto de una ciencia por el método que esta emplea, cuando es
precisamente el carácter del objeto quien debe fundar el método propio
de esa ciencia. Ser una ciencia positiva, no implica, pues, que ésta sea
experimental; “así la Matemática es positiva, pero en absoluto es
experimental; y la Teología positiva tampoco es experimental”.116

La ciencia de la naturaleza

Vamos a fijarnos ahora más concretamente en las ciencias de la


naturaleza. La ciencia moderna surge en el Renacimiento, nos dice
Zubiri que “con Galileo, se constituye la nueva ciencia de la Naturaleza,
la Física, sobre nuevas bases. No solamente se emplean nuevos métodos,
sino que sus postulados afectan fundamentalmente a su contenido
mismo”.117 La física moderna surge cuando el hombre se decide a
interrogar matemáticamente a la naturaleza, la genialidad de Galileo es
ver el mundo con una visión distinta, la matemática.118 Pero este cambio
no es inocente, toda ciencia necesita un camino para acercarse a su
objeto, necesita ciertos métodos para llegar a descubrir verdades sobre
las cosas, los diversos métodos son posibles gracias al método primario y
ese es el que ha introducido Galileo, suponer “que "el gran libro de la
naturaleza está escrito con caracteres matemáticos"”,119 este nuevo
modo de acercarse a la naturaleza supondrá una renuncia, el hombre
renunciará a ocuparse del origen de las cosas para medir sus
variaciones,120 “en Galileo hay una distinción radical entre la naturaleza,
en el sentido de naturaleza de las cosas, y la naturaleza en el sentido de
la física; y, análogamente, una distinción entre la causalidad como

__________
116
“¿Qué es psicología?”, SPF, 248.
117
“Sobre el problema de la filosofía”, SPF, 17.
118
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 42. “La idea de naturaleza: la nueva física”,
NHD, 335.
119
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 335.
120
“La física no puede ocuparse del origen de las cosas, sino de la medida de sus
variaciones; no es una etiología, sino una dinámica. Fuerza no es causa de ser, sino razón de la
variación de estado. En este sentido, el movimiento de inercia no necesita fuerza ninguna. No
solamente, pues, no es la idea de causa la que dio origen a la ciencia moderna, sino que ésta tuvo su
origen en el exquisito cuidado con que restringió aquélla. Esta renuncia fue para los representantes
de la antigua física el gran escándalo de la época. ¿Cómo es posible que la física renuncie a explicar
el origen de todo movimiento? Esta heroica renuncia engendró, sin embargo, la física moderna”. “La
idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 334.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 33

relación ontológica y la causalidad física. Ésta quiere medir variaciones.


Aquélla, concebir el origen del ser de las cosas”.121 El olvido122 de esta
restricción está en el origen de los desencuentros entre filosofía y
ciencia.
Galileo ha propiciado un cambio de horizonte en el trato con las
cosas. Poco a poco ha ido surgiendo el horizonte123 de la distancia, del
tamaño, de la duración, esto ha ido propiciando contemplar el mundo
dentro del horizonte de lo mensurable, así lo expresa Zubiri:
con este horizonte ha sido posible lanzarse positivamente a la búsqueda
de las cosas; dejando a un lado, fuera del campo visual, otras mil
propiedades de las cosas, ha colocado a la base de ellas sus propiedades
calculables, las que entran en el horizonte de lo matemático, las
propiedades cuantitativas. Este “colocar a la base de” es el ›ðïôßèçìé, y
lo colocado a la base es la hipótesis. La hipótesis no es una suposición
lógica, sino que la suposición lógica es hipótesis, por que supone algo,
esto es, porque coloca a algo “a la base de”. Formulando hipótesis, se ha
descubierto la Naturaleza, la ö›óéò y se ha constituido, a un tiempo, la
mens del físico, la ciencia física. La Física ha sido posible gracias a que
se empezó, con Galileo, a ver el mundo dentro del horizonte de la
medida, esto es, de la matemática. Ello llevó consigo grandes renuncias:
por ejemplo, la de no buscar las causas de todo movimiento. Pero esta
renuncia, esta delimitación, hizo posible formular el principio de inercia
y, con él, las leyes naturales. Las cosas adquirieron sentido definido
gracias a la matemática, y pudo el hombre encontrar el seguro camino
que conduce a ellas: el método. El horizonte matemático ha hecho

__________
121
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 334.
122
Cuando se olvida esta restricción se tiende a confundir el mundo matematizado con el
mundo real, a ver en el primero el único mundo real. También Husserl apunta esto como una crítica
básica para entender la crisis de las ciencias: “considerar el deplazamiento consumado ya por
Galileo, en virtud del que el mundo matemáticamente cimentado de las idealidades pasó a
convertirse en el único mundo real, el mundo efectivamente dado como perceptible, el mundo de la
experiencia real y posible; en una palabra: nuestro mundo de vida cotidiano. Este desplazamiento
sustitutorio fue heredado bien pronto por sus sucesores, los físicos de todos los siglos
subsiguientes”. HUSSERL, E., La crisis de las ciencias europeas..., 50.
123
“El clásico ejemplo del desarrollo histórico de una ciencia y, a la vez, de su génesis
ontológica, es el nacimiento de la física matemática. Lo decisivo para su desarrollo no consiste ni en
una valoración más alta de la observación de los "hechos", ni en la "aplicación" de las matemáticas
para la determinación de los procesos naturales –sino en el proyecto matemático de la naturaleza
misma–. Este proyecto descubre de antemano algo que constantemente está-ahí (la materia) y abre el
horizonte para una mirada conductora que considera los momentos constitutivos cuantitativamente
determinables de eso que está-ahí (movimiento, fuerza, lugar y tiempo)”. HEIDEGGER, M., Ser y
tiempo, Madrid 2003, 378 (Sein und Zeit, 1927).
34 J.S. PONS

posible, a la vez, el descubrimiento de la Naturaleza y el del método.


Desde entonces hay, para el hombre, “problemas físicos”.124

Este nuevo horizonte matemático en que se inserta el acceso a las


cosas conlleva algunas consecuencias que ya hemos comentado en el
capítulo anterior cuando comparábamos la epistéme con la ciencia y que
ahora simplemente recogemos. En primer lugar la ciencia no trata con las
cosas directamente, hemos dicho que renuncia a penetrar las cosas para
explicarlas, la ciencia trata de sustituirlas por otras más precisas.125 Los
objetos de que se ocupa no son las cosas sino los fenómenos, lo que se
manifiesta en la naturaleza, por ello conceptos como los de masa,
materia, etc. que han ido asociados a la idea de cosa, cambian de
significación. Relacionado con el fenómeno y la variación, la masa se
define, por ejemplo, como la relación de una fuerza con la aceleración
que produce126 (m = F/a).
La ciencia se preocupará de precisar bien estos fenómenos, de
medirlos, es más, no le interesan todas las notas de la cosa, sino aquellas
que son pertinentes al problema que se plantea y que son susceptibles de
ser cuantificadas, expresadas en términos de relaciones numéricas. Se
plantea el problema de la naturaleza, pero ésta entendida como sistema
de leyes que hay que averiguar, encontrar regularidades matemáticas en
la variación de los fenómenos, “la ciencia logra mediante su
interrogatorio reducir la variedad enorme de los datos sensibles a unas
cuantas relaciones sencillas que le permiten prever el curso de los
fenómenos”,127 esta función de prever es esencial en la ciencia ya que de
esta forma puede verificar o falsar las hipótesis que propone.
Todo esto repercute en el tipo de saber que la ciencia nos
proporciona. Si todo saber es averiguar el porqué de las cosas, en la
ciencia ese porqué es siempre un cómo, es decir, “saber qué cosas deben
acontecer para que acontezcan otras. El "porqué" de la ciencia es
siempre un "cómo" que recae sobre un "quién". Cómo y por quién se
produce lo que se produce”.128
La idea de mundo que maneja la ciencia es la de una estructura
objetiva de fenómenos y para ella tener realidad supone formar parte del
__________
124
“Sobre el problema de la filosofía”, SPF, 29-30.
125
“Ciencia y realidad”, NHD, 97.
126
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 342.
127
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 42.
128
“Ciencia y realidad”, NHD, 107.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 35

mundo de los fenómenos,129 “la ciencia trata de decimos cómo


transcurren las cosas en el mundo, y realidad significa para ella,
simplemente acontecer ante nuestros ojos”.130

3. FILOSOFÍA Y CIENCIA

Los escritos de esta etapa ontológica de Zubiri nos han permitido


diferenciar y delimitar la filosofía y la ciencia. En este recorrido hemos
hecho referencias mutuas entre estos saberes, queremos ahora resaltar lo
que ya se ha insinuado y que es una realidad en la filosofía y la vida de
Zubiri: filosofía y ciencia lejos de ser saberes antagónicos que compiten
en la descripción de la realidad son saberes diversos que se relacionan y
se necesitan y que ambos se enriquecen mutuamente; esto no significa
que la relación sea sencilla sino más bien compleja.

Ya hemos indicado que la ciencia no es un saber ahistórico, no


surge sin más en un momento de la historia sino que requiere que se den
las posibilidades adecuadas, entre ellas destacamos el desarrollo de una
ontología adecuada. Toda ciencia supone siempre una ontología que le
proporcione las posibilidades intelectuales adecuadas para desarrollarse.
Esta ontología posibilita el horizonte desde donde percibir la realidad y
también la confianza de que la búsqueda no es absurda. Respecto a esto
Zubiri nos habla del ejemplo de la física:
La Física como ciencia positiva no ha sido posible sino después de largos
siglos que han perfeccionado y pulimentado el concepto de la realidad
física. Sólo cuando el hombre ha poseído, por ejemplo, la idea de un ente
cósmico dotado de propiedades permanentes y de conexiones estables de
índole matemática, ha podido la Física, en sentido positivo, avanzar
según la expresión de Kant por el “real camino de la ciencia”. El olvido,
a que fácilmente propende el espíritu ante la exuberancia del follaje y de
los frutos, ha podido hacer olvidar este oscuro hecho radical de que
únicamente una ontología del mundo físico es lo que ha hecho posible la
ciencia física. Aquella no ha pretendido descubrir las leyes físicas ni
estructuras atómicas; pero sin la idea de que hay una “cosa material”
dotada de permanencia y de propiedades variables, sin la idea de que hay
una conexión bien determinada y, por tanto, estable de estas variaciones,
__________
129
“Ciencia y realidad”, NHD, 120.
130
“Ciencia y realidad”, NHD, 126.
36 J.S. PONS

jamás se hubieran podido descubrir cuáles ni cómo sean en concreto


estas cosas y estas variaciones.131

Ha sido, pues, esa ontología previa la que ha permitido que


surgiera la física, y esta ontología ha sido obra de la filosofía. Esta
filosofía que ha permitido definir y centrar el objeto de estudio de la
ciencia y así poder plantear los problemas. Desde la misma filosofía
surge la ciencia132 y, con su objeto bien definido y su método adecuado,
adquiere autonomía en su investigación. Vemos pues una tarea previa de
la filosofía133 para descubrir regiones y aspectos de la realidad que
requieren un estudio en profundidad. Así, una vez establecida como
ciencia ella misma va indagando en su campo y va precisando sus
métodos, encontrando nuevas relaciones y descubriendo nuevos aspectos
de la realidad. Estos nuevos aspectos pueden requerir a su vez nuevos
conceptos que sólo la filosofía puede sugerir, veamos, a título de
ejemplo, la nueva idea de naturaleza que requiere la nueva física y que
Zubiri esboza en el ensayo la idea de naturaleza, la nueva física.

Problema filosófico de la nueva física

Zubiri publica este artículo en 1934 y lo incluye en su libro


Naturaleza, historia y Dios de 1944. Notemos que desde comienzos del
siglo XX, la física ha estado viviendo una auténtica revolución y los
cambios han ido sucediéndose vertiginosamente.134 Consciente de esto al
__________
131
“Nota sobre la filosofía de la religión”, SPF, 272.
132
“Sobre el problema de la filosofía”, SPF, 21. Recordemos que en el nacimiento de la
física moderna se habla de filosofía natural, el mismo Newton titula así su obra, Philosophiae
naturalis principia mathematica (1687).
133
“La idea de un ente físico no se ha obtenido por una especie de precipitado general de
las investigaciones científicas de la naturaleza, sino por el contrario ha servido a éstas de
fundamento primero no solamente en el tiempo, sino êáôN öýóéí y êáôN ëüãïí”. “Nota sobre la
filosofía de la religión”, SPF, 273.
134
En 1900 Max Planck introduce la hipótesis de que la energía se emite en pequeños
paquetes o cuantos y no en forma continua para explicar la emisión de energía del cuerpo negro.
Aunque Planck la plantea como mera hipótesis de cálculo, un joven Einstein extrae las
consecuencias para explicar el efecto fotoeléctrico, es decir la emisión de electrones por un metal al
incidir sobre su superficie luz de una determinada frecuencia. Esto mostraba el aspecto corpuscular
de la radiación electromagnética. El mismo año, 1905, publica la teoría especial de la relatividad
que rompe con las transformaciones galileanas de sistemas de referencia y cambia las nociones
absolutas de espacio y tiempo. En 1916 publicará su teoría general de la relatividad que se
convierte en la base de la nueva cosmología. Por otro lado se han ido acumulando resultados que no
se pueden describir con la física clásica, el descubrimiento de la radiactividad y los rayos X unos
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 37

publicar este artículo en 1944 Zubiri añade una nota: “Ruego al lector
que considere, en primer término, la fecha de publicación de estas líneas
(1934), y, en segundo lugar, el tipo de personas a quienes van
dirigidas”.135 Sabe que algunos de los aspectos que aborda en ese artículo
han cambiado desde que lo escribió, aunque sigue siendo interesante por
la problemática que aborda, que es de tipo filosófico; la provisionalidad
de los resultados que se están obteniendo es indicador de la
efervescencia del momento y que el filósofo deba actuar con cautela sin
precipitarse en sus análisis.
Después de revisar los resultados que la física ha ido obteniendo y
de ir mostrando la problemática que aparece asociada, Zubiri centra la
cuestión desde el reto que supone la indeterminación que incluye la
nueva física: “Es el problema de qué debe entenderse por realidad física,
es decir, de qué es la naturaleza en el sentido de la física. En el fondo de
la evolución de la física actual se asiste a la elaboración de una nueva
idea de la realidad física, de la Naturaleza. Por esto, y en este preciso
sentido, llamo a la nueva física "un problema de filosofía"”.136 Destaca
dos tipos de problemas planteados por la nueva física, uno respecto al
tipo de conocimiento en que se puede convertir la física; el otro, el
fundamental, la nueva idea de naturaleza que se está requiriendo.
La física en el sentido moderno del término ya hemos dicho que
comienza con la matematización de la naturaleza y esta forma de
abordarla supone un cambio en la concepción de la misma que implicó
unas restricciones en cuanto a lo que se quería conocer. Ahora Zubiri nos
muestra que con la nueva física hay un cambio en su matematización. Él
destaca tres momentos.

__________________________________________________________
años antes, el efecto Compton, las leyes empíricas para describir los espectros de los elementos, los
modelos para explicar el átomo, especialmente el de Bohr que introduce postulados que rompen con
la descripción clásica, la atrevida propuesta de De Broglie de considerar un comportamiento
ondulatorio en las partículas, que sería comprobada con experiencias de difracción de electrones,
todo esto va llevando a los físicos a la búsqueda de una nueva teoría. En 1926 aparece publicado un
artículo de Born, Heisenberg y Jordan dándole forma matemática a la teoría en lo que se conoce
como mecánica de matrices; unos meses después, Erwin Schrödinger encuentra una nueva
formulación para la mecánica cuántica a partir de su célebre ecuación de ondas. Al año siguiente
Heisenberg publica sus conocidas relaciones de indeterminación en las que muestra que había
observables que no podían determinarse simultáneamente, como la posición y el momento de una
partícula. En 1928 Paul Dirac trata de conjugar la relatividad especial con la descripción cuántica del
átomo de hidrógeno. Había nacido la física cuántica, aunque era necesario interpretar y tratar de
comprender lo que este formalismo describía.
135
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 292.
136
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 332.
38 J.S. PONS

El primer momento abarca desde Galileo hasta comienzos del


siglo XX. Aquí el problema de la naturaleza es la determinación del
curso de un fenómeno, es decir medido en el curso de la naturaleza:
“Naturaleza = Medida de un curso = Ley de fenómenos”.137 La física es
representación matemática de los fenómenos, se construyen modelos con
los fenómenos definidos matemáticamente en relaciones precisas, hay
una equivalencia entre los fenómenos que observamos y los que
representamos matemáticamente. Así, “la física ha propendido a definir
la existencia física como simple caso particular de la existencia
matemática. Una realidad física es existente cuando está determinada
como función matemática”.138 De esta forma, entender la experiencia es
ser capaz de averiguar el sistema de relaciones matemáticas que nos
permitan sustituirla. Este fue el momento del dominio del mecanicismo
en la física. Ni que decir tiene que este mecanicismo quiso extenderse a
todos los ámbitos del conocer, así entender parecía sinónimo de construir
un sistema mecánico que lo explique.
Destaca a continuación Zubiri un momento de tránsito hacia la
situación actual. Ya la descripción hamiltoniana139 de la mecánica
introduce una inquietud en ese mecanicismo férreo de la física, ya que
“no es un principio pura y exclusivamente mecánico en el sentido
corriente de la palabra: es un principio variacional mucho más
amplio”.140 Los fenómenos electromagnéticos descritos admirablemente
por las ecuaciones de Maxwell, abren una nueva brecha porque estas
ecuaciones no permanecen invariantes en una transformación galileana
de sistemas de referencia sino que permanecían invariantes con unas
nuevas transformaciones formuladas por Lorentz. El mismo Einstein
estaba preocupado por estos temas y le llevó a la publicación de su teoría
especial de la relatividad, el nombre del artículo es significativo Sobre la
__________
137
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 342.
138
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 343.
139
“Now Hamilton noticed that the formulation of mechanics could be considerably
simplified by introduction of a function, known as the Lagrangian, which is the difference between
the kinetic and potential energies of a system, expressed in generalized coordinates which do not
necessarily correspond to the physical coordinates of position and velocity: L = T-V [...] After all, if
a formulation of Newtonian mechanics so different from the original one is possible, can we be so
justified in asserting a one-to-one correspondence between our equations and the way reality is put
together? [...] With Hamilton's reformulation of mechanics, the idea of science in an extremely
radical descriptive sense was becoming more forceful, but not yet forceful enough to displace the
old metaphysical picture”. FOWLER, T.B., “Three dogmas of Western Science”, Faith & Reason 7
(1981) 188-220.
140
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 344.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 39

electrodinámica de los cuerpos en movimiento, en ella “tuvo Einstein la


genial audacia de reformar la mecánica, haciéndose cuestión del sentido
mismo de la medida, y con ello, de la Naturaleza física”,141 la medida no
es relación entre magnitudes matemáticas sino entre las magnitudes de
las que parte la física, cósmicas, “la existencia física es mentalmente
distinta de la existencia matemática, o, visto desde la matemática: la
matemática, como sentido de la Naturaleza física, no puede confundirse
con la matemática pura”,142 pero la matemática sigue siendo estructura
formal de la Naturaleza.
En la tercera etapa, la de la nueva física, llegamos con los quanta a
una reforma más radical. Ahora –nos dice Zubiri– “medida no significa
solamente existencia de una relación, sino yo puedo "hacer" una
medición. Naturaleza = Mensurabilidad real = Medición de
observables”,143 ahora decimos que tiene sentido físico aquello que se
refiera a magnitudes que sean experimentalmente mensurables, las
ecuaciones matemáticas van a proporcionar una distribución de
probabilidad de los observables, no tendrán sentido como descriptores
del proceso completo sino como anticipación probable de observables,
esto supone un cambio esencial, “la matemática y la física matemática
son operaciones a realizar. Los símbolos matemáticos son tan sólo
operadores: carecen de todo sentido, como no sea el de ser símbolos de
operaciones a realizar sobre otros símbolos que designan observables. La
matemática es simplemente una teoría de las operaciones; no es teoría
de entes matemáticos”.144
Vemos que la introducción de la matemática en la física moderna
permitía una representación de las propiedades de las cosas, como
fenómenos, y las leyes mostraban lo que realmente ocurría, siendo los
modelos una representación precisa y límite de la naturaleza. Con
Maxwell y Einstein se sustituyen las cosas por campos, las estructuras
matemáticas, y el conocimiento, son simbólicas.145 En la física actual la

__________
141
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 345.
142
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 345.
143
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 347.
144
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 327.
145
Zubiri conoce esta problemática sobre la matematización y la destaca como un
problema sin resolver de la física. La descripción matemática de la física relativista y la descripción
matemática de la física cuántica son incompatibles, él habla de “la actual incomunicación entre estos
dos mundos de la física”. “La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 319. Hoy día el problema
sigue en pie:
40 J.S. PONS

matemática es puro símbolo, operación. Las ecuaciones permiten


anticipar observables, pero carecen de todo sentido físico inmediato.146
Todo esto sugiere a Zubiri una serie de preguntas y de riesgos,
encuentra inquietante la prisa de los físicos por el manejo de las
herramientas matemáticas más que por conocer la realidad. Esto supone
el riesgo de renunciar a la verdad a cambio de predecir experimentos, así
expresa sus dudas Zubiri: “Habría que examinar, entonces, la posibilidad
__________________________________________________________
“existen dos pilares fundamentales en los que se apoya la física moderna [entiéndase
actual]. Uno es la relatividad general de Albert Einstein, que proporciona un marco teórico para la
comprensión del universo a una escala máxima [...] El otro pilar es la mecánica cuántica, que ofrece
un marco teórico para la comprensión del universo a escalas mínimas: moléculas, átomos, [...] A lo
largo de años de investigación los físicos han confirmado experimentalmente, con una exactitud casi
inimaginable, la práctica totalidad de las predicciones que hace cada una de estas teorías. Sin
embargo, estos mismos instrumentos teóricos conducen a otra conclusión inquietante: tal como se
formulan actualmente, la relatividad general y la mecánica cuántica no pueden ser ambas ciertas a
la vez. Las dos teorías en las que se basan los enormes avances realizados por la física durante los
últimos cien años –unos avances que han explicado la expansión de los cielos y la estructura
fundamental de la materia– son mutuamente incompatibles”. GREENE, B., El universo elegante.
Supercuerdas, dimensiones ocultas y la búsqueda de una teoría final, Drakontos, Barcelona 20032,
17, (The elegant universe, Nueva York 1999).
Greene es profesor de física y matemáticas en la universidad de Columbia y trabaja en la
búsqueda de la teoría unificada que permita unir estos dos campos desde lo que se llama teoría de
las supercuerdas. Es sugerente destacar que el intento de resolver la incompatibilidad de la
descripción matemática de la física de Newton y las ecuaciones de Maxwell de la electrodinámica
hizo surgir la física relativista, ¿qué podrá surgir en el intento de resolver esta incompatibilidad de la
relatividad y de la física cuántica? Los científicos trabajan en la búsqueda de esta teoría unificada.
146
La descripción matemática de la física moderna era única. No sucede lo mismo con la
nueva física, en el tiempo en que Zubiri escribe este ensayo ya habían aparecido dos formalismos
matemáticos diversos, la mecánica de matrices de Heisenberg y Jordan y la mecánica ondulatoria de
Schrödinger, que después se demuestran equivalentes. Hoy nos encontramos con mas descripciones
matemáticas para la física cuántica:
“1) The formulation of quantum mechanics in terms of Hilbert spaces; this formulation
admits (at least) three pictures:
a) Schröringer's picture,
b) Heisenberg's picture,
c) Dirac's picture, and
2) an algebraic formulation of quantum mechanics in terms of C*-algebras.
To this list we can add two more formulations which we did not meet in this course:
1) Feynman's formulation in terms of path-integrals, and
2) a statistical formulation in terms of density matrices.”

a) Schröringer's picture,
b) Heisenberg's picture,
c) Dirac's picture
2) Algebraic formulation of quantum mechanics in terms of C*-algebras.
3) Feynman's formulation in terms of path-integrals;
4) Statistical formulation in terms of density matrices”.
HELLER, M., Some Mathematical Physics for Philosophers, (The STOQ Project Research Series 1),
Roma 2005, 127-128.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 41

de que la física renunciara a ser conocimiento, porque dudo mucho –no


sé el tiempo que persistiré en esta duda– de que sea viable una teoría del
conocimiento físico como pura operación”.147
Todo lo anterior, junto con el análisis crítico del principio de
indeterminación y la complementariedad y la problemática en torno al
principio de causalidad, distinguiéndolo del determinismo, lleva a Zubiri
a plantear que la nueva física está reclamando una nueva idea de
naturaleza:
Resumiendo: para Aristóteles, la Naturaleza es sistema de cosas
(sustancias materiales) que llegan a ser por sus causas; para Galileo,
Naturaleza es determinación matemática de fenómenos
(acontecimientos) que varían; para la nueva física, Naturaleza es
distribución de observables. Para Aristóteles, física es etiología de la
Naturaleza; para Galileo, medida matemática de fenómenos; para la
nueva física, ésta es cálculo probable de mediciones sobre observables.
En la crisis que a la nueva física se plantea, cualquiera que sea su
solución, no se trata de un problema interno a la física ni de un problema
de lógica o teoría del conocimiento físico: se trata, en última instancia, de
un problema de ontología de la Naturaleza [...] En este problema la
ciencia positiva no es más que el reverso de la ontología. Es decir, es un
problema ontológico y científico a un tiempo. La ciencia sola podrá pedir
un nuevo concepto de Naturaleza, e incluso desecharlo; pero, por sí sola,
no puede crearlo.148

Relación y autonomía

En este ejemplo de la nueva física, hemos visto cómo la situación


en que ésta se encuentra nos muestra con claridad la necesidad de una
reflexión filosófica, Zubiri lo llama ahora un problema de ontología, en
su filosofía más madura hablará en términos de realidad y metafísica. Lo
que nos interesa destacar ahora es la articulación que reconoce Zubiri
entre ciencia, la física en este caso, y filosofía,149 distinguiendo
__________
147
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 328.
148
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 350-352.
149
Comenta José Manuel Henares que en Zubiri “no hay oposición ni abyección entre lo
físico y lo metafísico, puesto que el primero se desdoblaría bajo un perfil positivo, dado por las
ciencias al uso, y otro metafísico, que versaría sobre la estructura formal y última de la realidad en
cuanto tal”. HENARES LÓPEZ, J.M., “El reencuentro de un diálogo. Ciencia y filosofía en Zubiri”,
Revista Agustiniana 40 (1999) 81.
42 J.S. PONS

claramente el objeto de estudio de ambas y la metodología que usan en


su reflexión.
No se trata de que la filosofía sea una abstracción de los resultados
de la ciencia, ni de que la tarea de la filosofía sea realizar una teoría de la
ciencia, estos proyectos modernos para la filosofía habían sido criticados
ya por Zubiri reclamando para la filosofía su propio estatus, la categoría
de ser un verdadero saber. También hemos visto que el objeto propio de
la filosofía es un objeto que se encuentra latente en todas las cosas, por
ello, la filosofía debe indagar la latencia de su objeto también en los
resultados científicos. Lo que está pidiendo la ciencia es una indágine
sobre lo real y esto, la investigación de lo real, pertenece al método
filosófico.150 La ciencia permite visualizar nuevos fenómenos, abre y
plantea nuevas posibilidades, profundiza en la descripción de los objetos.
Estos datos que la ciencia suministra permiten concretar lo real y
posibilitan un acercamiento crítico a esta realidad. Al presentar lo real,
las ciencias positivas establecen un momento del mismo filosofar. El
filósofo está nutriendo su investigación con los resultados científicos
para trascenderlos, para ir más allá del mero dato en su esbozo de lo real.
La filosofía es un saber trascendental.

Las ciencias han ocupado siempre un lugar central en la reflexión


de Zubiri, tanto las ciencias naturales como las ciencias del espíritu, las
religiosas y teológicas. Las naturales plantean una nueva ontología de la
realidad física; las ciencias del espíritu reclaman la noción de lo que sea
el “ente” espiritual para progresar adecuadamente;151 también las ciencias
religiosas y teológicas exigen un nuevo planteamiento ontológico del

__________
150
Esta conexión de la ciencia y la filosofía en las dos direcciones la comenta Javier
Monserrat como una posibilidad abierta hoy para desarrollar:
“Existe, pues, una conexión clara y evidente de Zubiri con la ciencia. Se trata de una
conexión bidireccional. La ciencia puede aprovecharse de elementos de la filosofía zubiriana para
interpretar la naturaleza de la realidad que se nos manifiesta en la ciencia de forma más brillante,
más acertada. A su vez, Zubiri puede aprovecharse también de los marcos de análisis y de
producción de conocimientos propios de la ciencia para enriquecer el contenido de su propia
filosofía y, esto es muy importante, para ir encontrando el camino, el modo de explicar y proponer
las cosas, que le permitan ser entendido y asimilado en el mundo de la ciencia. El tránsito
bidireccional de ideas y conocimientos constituiría la conexión de Zubiri con la ciencia”.
MONSERRAT, J., “La conexión fundamental de Zubiri con las ciencias humanas”, en J.A. Nicolás -
Ó. Barroso (ed.), Balance y perspectivas de la filosofía de X. Zubiri, (Filosofía hoy 30), Granada
2004, 501-502.
151
“Nota sobre la filosofía de la religión”, SPF, 273.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 43

problema de Dios y de su relación con el hombre.152 Así, desde todas


ellas se va forzando a la inteligencia humana a penetrar en el problema
de la realidad en sí misma, más allá de sus determinaciones física,
humana, divina. Toda esta preocupación aparece ya en los escritos de
esta época de Zubiri que él recogió, principalmente, en el libro al que
puso por título Naturaleza, historia, Dios, y no de manera casual.153
Ya al final de su vida seguimos encontrando este afán de integrar
en una armonía de conocimientos las ciencias y la filosofía, así lo
expresa él mismo en las palabras de agradecimiento que pronunció con
motivo de la recepción del Premio “Ramón y Cajal” a la Investigación
Científica que recibió junto con Severo Ochoa –un filósofo y un
científico compartieron ese año el premio– en 1982: “Mientras las
ciencias investigan cómo son y cómo acontecen las cosas reales, la
filosofía investiga qué es ser real. Ciencia y Filosofía, aunque distintas,
no son independientes. Es menester no olvidarlo. Toda filosofía necesita
de las ciencias; toda ciencia necesita una filosofía. Son dos momentos
unitarios de la investigación. Pero como momentos no son idénticos”.154

Saber, vida intelectual, verdad

El hombre no necesita que los diversos saberes que ha


desarrollado se enzarcen en una lucha por conseguir un mayor prestigio
de uno sobre otros que permita a los que cultivan un tipo de saber mirar
despectivamente a los otros, sino que quiere conocer aquello que le
rodea. Por ello en la línea de hacer convergir esfuerzos podemos
describir tres aspectos que aparecen en Zubiri y que nos ayudan a
articular una adecuada relación entre ciencia y filosofía.

Saber. En primer lugar hemos de considerar que ambas tienen la


misma pretensión de ser un saber sobre la realidad, ambas se apoyan en
la misma realidad,155 si bien con métodos y visiones diversas, y esto debe
__________
152
“En torno al problema de Dios”, NHD, 423.
153
Cfr. GARRIDO, J.J., “La filosofía como saber trascendental...”, 277.
154
ZUBIRI, X., “Sentido de la vida intelectual. Discurso del Premio "Ramón y Cajal" a la
Investigación Científica (1982)”, en Balance y perspectivas de la filosofía de X. Zubiri, J.A.
Nicolás - Ó. Barroso (ed.), Granada 2004, 9.
155
“Ya Aristóteles, y con él gran parte de lo más fecundo de la filosofía medieval, ha
insistido en que el ser no es un supremo concepto universal y unívoco, sino que es trascendental, es
44 J.S. PONS

de ser así por la extraordinaria riqueza de lo real que nos obliga a


abordarla desde diversas perspectivas, abiertos a su aparecer sin que
ninguna perspectiva pueda agotarla, y queriendo que esta investigación
fundada en lo real tenga las características de un conocimiento
verdadero, de un verdadero saber. Pero también es así, por la misma
constitución del hombre que le obliga a trascender. Reconoce Zubiri la
aportación de Heidegger en la descripción del hombre: “el hombre
justamente comienza por ser entre las cosas; por ello se constituye en lo
que en sí mismo es: el hombre es su punto de llegada. El hombre llega a
sí mismo trascendiendo de las cosas. El término de ese camino
trascendental es el hombre”.156 Esta característica del hombre, que Zubiri
desarrollará más adelante, se manifiesta también en el orden del saber,
no sólo el saber fenoménico de las cosas satisface al hombre y describe
el mundo real en que este vive y llega a ser no un animal entre las cosas
sino un hombre entre lo real, sino que necesita también trascender las
cosas para aprehender la realidad y así el hombre “es esencialmente
trascendental pues no puede ser hombre sin apoyarse en y trascender de
las cosas entre las que existe”.157

Vida intelectual. En segundo lugar hemos de destacar que el


hombre para no perderse en medio de las cosas necesita de la vida
intelectual, pero sin restringir ningún aspecto de la función intelectual
sino considerándola de tal forma que abrace todas las formas posibles de
su ejercicio. Así la ciencia considerada como “una penetración cada vez
más honda y más extensa en un mundo de objetos en que
constitutivamente estamos inmersos”158 nos permitirá acercarnos en
profundidad a ese mundo, pero no nos bastará si no contamos también
con la filosofía, con su dimensión de saber radical y último. Una
verdadera vida intelectual necesita ambos momentos para no mutilar
ninguna dimensión de la función intelectual humana, una vida intelectual
que se encuentre necesariamente fundada en la verdad.

__________________________________________________________
decir que cada realidad tiene su ser y que por tanto el ser de las cosas reales no se obtiene con un
juego de pensamientos, sino por la aprehensión efectiva de la realidad de cada cosa. Y por esta razón
el recurso a la realidad no solamente es necesario a la ciencia positiva, sino también a la filosofía”.
“Nota sobre la filosofía de la religión”, SPF, 275.
156
“¿Qué es psicología?”, SPF, 259.
157
“¿Qué es psicología?”, SPF, 259.
158
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 48.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 45

Verdad. Llegamos así al tercer aspecto que nos hace ver mejor que
la relación entre ciencia y filosofía es más profunda que un mero acuerdo
entre científicos y filósofos para complementarse. Ambas viven de la
verdad, ambas tienen que atenerse a algo que les es dado. “La verdad es
la posesión intelectual de la índole de las cosas. Las cosas están
propuestas al hombre y la verdad no consiste sino en que la inteligencia
revista la forma misma de aquéllas”,159 esto supone que el hombre está
moviéndose en medio de las cosas, un estar previo, una verdad “radical y
primaria de la inteligencia: su constitutiva inmersión en las cosas”,160 de
esta forma son las mismas cosas las que nos imponen nuestros esfuerzos
y por eso la ciencia no puede ser una mera suma de verdades poseídas
por el hombre sino el “despliegue de una inteligencia poseída por la
verdad”, así todas las ciencias se exigen mutuamente para “captar
diversas facetas y planos de diversa profundidad de un mismo objeto
real”,161 así también la filosofía investigando la realidad del objeto podrá
encontrarse con la ciencia en la verdad.
“Cuando una ciencia vive, es decir, tiene espíritu, se encuentran en
ella, ya lo hemos visto, el científico y el filósofo. Como que la filosofía
no es sino espíritu, vida intelectual. [...] Esperemos que en esta aventura
[la aventura de la nueva física], en la que les acompaña con emoción el
intelecto humano entero, los físicos no se pierdan, sino que se encuentren
allí donde siempre se encuentran los espíritus: en la verdad”.162

CONCLUSIONES

Al llegar al final del recorrido que nos habíamos propuesto, es


interesante recoger a modo de conclusiones algunos de los aspectos más
relevantes que han ido apareciendo.
La formación de Zubiri tiene lugar en un momento cultural
apasionante en el aspecto social, filosófico y científico, sometido aún, en
cierta manera a lo que Ortega calificó en alguna ocasión como
“terrorismo de los laboratorios”,163 un momento de crisis en filosofía y en
__________
159
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 37.
160
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 47.
161
“Nuestra situación intelectual”, NHD, 48.
162
“La idea de naturaleza: la nueva física”, NHD, 352-353.
163
“La buena fortuna, el favor del ambiente social suele exorbitarnos, nos hace petulantes y
agresivos. Esto ha acontecido al físico, y por eso la vida intelectual de Europa ha padecido durante
46 J.S. PONS

el sólido edificio mecanicista de la ciencia. En medio de esta crisis han


comenzado a vislumbrarse algunas direcciones para la filosofía. Una de
ellas es la fenomenología de Husserl que Zubiri conocerá tan bien.
En esta etapa ontológica reflexiona sobre el problema de la
filosofía y su pretensión de erigirse como saber. Zubiri es un gran
conocedor de la historia de la filosofía y esto le permite reflexionar sobre
ella. El aparentemente errático devenir de la filosofía con un sucederse
de sistemas y propuestas que había escandalizado a Kant no va a asustar
a Zubiri sino que le llevará a considerarlo como una característica de la
filosofía y le hará cuestionarse por el tipo de objeto que persigue ésta y el
saber que proporciona. A Zubiri no le cuadra el hecho de que la
disciplina que ha permitido la aparición de los diversos saberes
científicos no sea ella misma un verdadero saber. Esto le llevará a
reconocer un tipo de objeto especial que se encuentra latente en todo y
fugitivo, que escapa a la simple mirada, un objeto trascendental que
requiere una mirada reflexiva para constituir un saber trascendental.
Desde esta dimensión de la filosofía como saber, puede erigirse también
ella misma como concepción del mundo y de la vida y como forma de
vida. Quiere Zubiri recuperar una unidad en la concepción de la filosofía,
para ello no puede renunciar a ser un verdadero saber.
Los aspectos científicos están bien patentes en su reflexión. La
comparación de la filosofía con la ciencia le ayuda a discernir bien los
dos campos y a mostrar la necesaria compenetración de ambos. Las
diversas ciencias parten siempre de un objeto que tienen delante, un
objeto que precisan bien y que les indica el método propio de
acercamiento. La filosofía, en cambio, no parte de un objeto, debe ir a su
búsqueda, es el esfuerzo por constituirse el objeto lo que hace la
filosofía, ese objeto latente y fugitivo que no se deja atrapar. Ambos
planteamientos llevan a ideas de realidad diversas. Pero no se trata de
que cada una cree su propia realidad sino que abordan aspectos diversos
de una misma realidad.
Aparece aquí ya el tema que será central en su filosofía madura,
aunque no lo desarrolla aún, la realidad. La reflexión de Zubiri había
comenzado en el objetivismo, pasando por la ontología para alcanzar la
realidad, la filosofía será esencialmente metafísica, el estudio de lo real
__________________________________________________________
casi cien años lo que pudiera llamarse el "terrorismo de los laboratorios". Agobiado por tal
predominio, el filósofo se avergonzó de serlo, es decir, se avergonzó de no ser físico”. ORTEGA Y
GASSET, J., “¿Qué es filosofía?”, en Obras Completas, VII, Madrid 19972, 298.
FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ETAPA ONTOLÓGICA DE X. ZUBIRI 47

en cuanto real: “lo que la filosofía estudia no es ni la objetividad ni el


ser, sino la realidad en cuanto tal”.164
Ciencia y filosofía se necesitan mutuamente aunque cada una tiene
su propia autonomía. La ciencia nace cuando hay una metafísica que la
hace posible y requiere de la filosofía la precisión del concepto. La
filosofía en cuanto saber trascendental necesita mirar la descripción de la
ciencia porque en sus objetos también está latente su propio objeto. En la
metafísica zubiriana esta presencia de la ciencia no sólo está latente sino
muchas veces patentizada en su reflexión y sus ejemplos. La ciencia
exige de la filosofía claridad y su propio fundamento, anima al filósofo
en su reflexión, pero no convierte a la filosofía en mera epistemología o
teoría de la ciencia, en Zubiri la filosofía es un verdadero saber
trascendental.
La unidad del sujeto que elabora la ciencia y la filosofía exige un
adecuado diálogo, es el hombre que desea saber. La unidad de lo real y la
búsqueda de la verdad aseguran la convergencia en la búsqueda de una
realidad tan rica y amplia que necesita diversas formas de acercamiento.
Esta armonía de ciencia y filosofía permite desarrollar una verdadera
vida intelectual.
Como mero apunte prospectivo queremos indicar que en su etapa
madura todas estas dimensiones encontrarán un desarrollo más completo
y sistemático. Toda cosa puede ser considerada como “tal” cosa o como
una cosa “real”. En el primer caso se investiga el orden de la talidad,
será el ámbito de las ciencias; en el segundo caso, se investiga el orden
de lo real en cuanto que real, estaremos en el ámbito de la metafísica, de
la filosofía. Así lo resume Antonio Ferraz: “Son dos órdenes distintos,
pero no inconexos, pues la realidad trasciende de todos los momentos,
modos y diferencias de la talidad. La realidad es un carácter
trascendental, por lo que está implicado en todo momento talitativo y,
recíprocamente, la talidad determina en las cosas reales las propiedades
de lo real en tanto que real, esto es, sus propiedades trascendentales”.165
No son pues saberes disjuntos, ambos parten en su origen de la
intelección y ambos consideran lo real, bien en su aspecto talitativo, bien
en su aspecto trascendental. Por ello el saber acerca de lo real no puede
ser completo si cada aspecto se recluye en sí mismo sin comunicarse con
__________
164
“Prólogo a la edición inglesa”, NHD, 15.
165
FERRAZ FAYOS, A., “La relación entre la ciencia y la filosofía en Zubiri”, en D. Gracia
(ed.), Desde Zubiri, (Filosofía hoy 32), Granada 2004, 32.
48 J.S. PONS

el otro. Hoy esto es una situación que se sigue dando. No puede haber
verdadera ciencia ni verdadera filosofía si no hay verdadera
comunicación entre ambos. Esta es la enseñanza que Zubiri nos ha
dejado en su filosofía y en su filosofar, en su obra y en su vida.

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__________
166
Colocamos en primer lugar las obras de Zubiri que hemos tomado como fuentes para el
trabajo. Las citamos por orden cronológico, aunque el año que aparece en la referencia es el de la
edición que hemos usado. Adjuntamos al final de cada referencia la abreviatura con que aparece
citado el libro en el texto. Cuando nos hemos referido a algún ensayo hemos indicado el nombre del
ensayo junto con la abreviatura que se refiere al libro donde puede encontrarse.
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