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una relación legal vinculante, conocida como matrimonio. Sin embargo, hace
poco tiempo, como es sabido, la ley uruguaya fue modificada en relación a este
tema, ya que se habilitó la posibilidad de que dos personas del mismo sexo
contraigan matrimonio.
Ahora se entiende como matrimonio civil "la unión permanente, con arreglo
a la ley, de dos personas de distinto o igual sexo". Con respecto al divorcio, a
partir de la aprobación del matrimonio igualitario, ya no se hablará de este
como un hecho y derecho del hombre o mujer casados sino de cónyuges de
distinto o igual sexo.
En Uruguay, para poder obtener el divorcio, hay que tener una causa y seguir
un proceso determinado que depende de la razón que lleva a las parejas a
divorciarse. El más común es el llamado por causal. Dentro de este, los
motivos más frecuentes son: Cuando hay entre los cónyuges riñas y disputas
continuas, que les hagan insoportable la vida común y la separación de hecho,
ininterrumpida y voluntaria de por lo menos uno de los cónyuges durante más
de tres años.
Sea cual fuere el motivo que lo haya ocasionado, el proceso a seguir en los
juicios por causal es el Juicio Ordinario, donde se da la presentación de la
demanda, el traslado de ésta al demandado, es decir, al otro cónyuge por 30
días para la eventual contestación. Posteriormente se fija una audiencia
preliminar y, si hay hijos, se resolverá su situación provisoriamente, así como
también se determinará cuál de los cónyuges continuará habitando en el hogar
conyugal. Existen dos excepciones a este proceso: la tentativa de uno de los
cónyuges contra la vida del otro y la condena de uno de los esposos a pena de
penitenciaría por más de diez años.
Más allá de los motivos, el divorcio es una medida no deseada cuando uno
contrae matrimonio. De todos modos, frente a una situación conflictiva cabe
preguntarse si no es la mejor solución. Resuelta en forma correcta, se puede
lograr un buen divorcio, salir de un matrimonio que ya no era tal y proteger a
los niños, que muchas veces son más perjudicados.
El divorcio por causal se pide cuando existe alguna de las siguientes causales:
1º. Por el adulterio de cualquiera de los cónyuges Díaz & Rosas Abogados
2º. Por tentativa de uno de los cónyuges contra la vida del otro, pronunciada la
sentencia criminal condenatoria.
3º. Por sevicias o injurias graves del uno respecto del otro. Estas causales
serán apreciadas por el Juez teniendo en cuenta la educación y condición del
cónyuge agraviado.
5º. Por el conato del marido o el de la mujer para prostituir a sus hijos y por la
connivencia en la prostitución de aquéllos.
6º. Cuando hay entre los cónyuges riñas y disputas continuas, que les hagan
insoportable la vida común.
7º. Por la condenación de uno de los esposos a pena de penitenciaría por más
de diez años.
8º. Por el abandono voluntario del hogar que haga uno de los cónyuges,
siempre que haya durado más de tres años.
Para iniciar un divorcio por causal tiene que configurarse cualquiera de las
causales mencionadas, además se deberá aportar pruebas de las
circunstancias que llevan al divorcio, las pruebas por lo general son
documentales, testimoniales.
En este caso los cónyuges deben comparecer ante el Juez, mediante escrito
exponiendo su voluntad de separarse. El proceso se da en tres audiencias con
un plazo entre las mismas de tres meses. Por lo cual el trámite suele durar un
año aproximadamente desde el inicio hasta su finalización. La ventaja es que
no se necesitan testigos, simplemente que los cónyuges manifiesten su
voluntad de divorciarse. La desventaja es que los cónyuges no deben faltar a
ninguna de las tres audiencias de lo contrario se da por terminado el proceso y
no hay divorcio.
Para que la mujer proceda a pedir juicio de divorcio por sola voluntad deben
haber transcurrido dos años de matrimonio.
En esta última audiencia el Juez citará a los cónyuges a una nueva audiencia e
intentará de nuevo la conciliación entre ellos y comparezca o no el esposo,
decretará siempre el divorcio, en caso de no conciliarse, sea cual fuere la
oposición de éste. Díaz & Rosas Abogados
Cabe destacar que en todos los procesos de divorcio que hemos mencionado
no se dictará sentencia definitiva de divorcio si antes no se acredita que se ha
resuelto la situación de los hijos menores de edad o incapaces, en cuanto a su
guarda, régimen de visitas y pensión alimenticia. Esto puede hacerse en el
mismo juicio y de forma provisoria mediante acuerdo entre las partes, si no hay
acuerdo el juez provisoriamente resolverá sobre dichas situaciones. Díaz &
Rosas Abogados