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Detergente: el más utilizado es el lauril sulfato de sodio. Su función es dispersar los agentes
activos presentes en la pasta de dientes y penetrar entre las piezas dentales para deshacer los
depósitos de restos que hay entre ellas y así eliminarlos.
Abrasivos: son las sustancias que arrastran los depósitos que hay sobre la superficie de los
dientes. Los más conocidos son el bicarbonato sódico micronizado y el carbonato cálcico.
Humectantes: son las sustancias que mantienen la humedad del dentífrico, evitando que se
endurezca. Entre ellos destacan la glicerina y el sorbitol.
Aromatizantes: proporcionan la sensación de frescor y el sabor de la pasta de dientes: menta,
mentol, fresa, timol, eucalipto, etc.
Colorantes y conservantes.
Agentes activos
Flúor: se presenta en forma de sales, como el fluoruro sódico, el fluoruro de amina o el
monofluorfosfato sódico. El mejor es este último, dada su mejor compatibilidad con los agentes
abrasivos que contiene cualquier pasta de dientes y sobre los que se basa su acción
limpiadora. Es el agente activo básico para evitar la caries. Debe estar en una concentración,
salvo en el caso de los dentífricos infantiles, de entre 1.000 y 2.500 partículas por millón (ppm).
A dosis elevadas puede mejorar la hipersensibilidad dental.
3. LEY DE AVOGADRO
El estudio de los gases atrajo la atención del físico italiano Amedeo Avogadro, que en 1811
formuló una importante ley que lleva su nombre (véase Ley de Avogadro). Esta ley afirma que
dos volúmenes iguales de gases diferentes contienen el mismo número de moléculas si sus
condiciones de temperatura y presión son las mismas. Si se dan esas condiciones, dos botellas
idénticas, una llena de oxígeno y otra de helio, contendrán exactamente el mismo número de
moléculas. Sin embargo, el número de átomos de oxígeno será dos veces mayor puesto que el
oxígeno es diatómico.
De la ley de Avogadro se desprende que las masas de un volumen patrón de diferentes gases
(es decir, sus densidades) son proporcionales a la masa de cada molécula individual de gas. Si
se toma el carbono como patrón y se le asigna al átomo de carbono un valor de 12,0000
unidades de masa atómica (u), resulta que el hidrógeno tiene una masa atómica de 1,0079 u, el
helio de 4,0026, el flúor de 18,9984 y el sodio de 22,9898. En ocasiones se habla de “peso
atómico” aunque lo correcto es “masa atómica”. La masa es una propiedad del cuerpo,
mientras que el peso es la fuerza ejercida sobre el cuerpo a causa de la gravedad.
Partes de un átomo
Cada átomo está formado por un núcleo y una corteza. El núcleo es la parte central del
átomo, donde se encuentran partículas con carga positiva (protones) y partículas que no
poseen carga eléctrica, es decir, que son
neutras (neutrones); la masa de los
protones es prácticamente igual a la de los
neutrones. La corteza es la parte exterior
del átomo, en donde se encuentran
partículas con carga negativa (electrones),
los cuales ordenados en distintos niveles,
giran alrededor del núcleo a gran velocidad;
la masa de los electrones es 2.000 veces
menor que la de los protones.
Los átomos son eléctricamente neutros, ya que tienen igual número de protones que de
electrones.
Los átomos están formados por unas partículas más pequeñas: protones, electrones y
neutrones. Un átomo se diferenciará de otro según estén dispuestas estas partículas.
Los Electrones: Tiene carga negativa, es la partícula más ligera de las tres.
Los Protones: Tienen carga positiva y es mucho más pesado que los Electrones
Los Neutrones: Los neutrones no tienen carga, pero son aproximadamente igual de
pesados que los Protones.
Dentro del átomo los protones y los neutrones se concentran en el centro, formando lo que
se denomina núcleo del átomo o núcleo atómico. Los electrones, sin embargo, se
encuentran girando alrededor del del núcleo del átomo, en lo que se ha llamado corteza.
Como en el núcleo del átomo sólo está compuesto por los protones y neutrones y hemos dicho
que los neutrones no tienen carga, el núcleo del átomo tendrá por lo tanto, carga positiva,
la del protón.
Para que la carga sea neutra, se tendrán que equilibrar el núcleo positivo del átomo, donde
se encuentra la mayor parte de su masa, con los electrones que rodean al núcleo atómico,
donde la carga positiva del núcleo del átomo sea igual que la
carga negativa de los electrones que
rodean al núcleo.
Índice
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Su vida[editar]
Nacido en Halle, en Alemania, en 1550, era hijo de Johann Libau y la primera formación la
recibió en el gymnasium de su Halle natal. En 1578 se matriculó en la Universidad de
Wittenberg y un año después, en 1579, ingresó en la Universidad de Jena, donde estudió
filosofía, historia y medicina. En 1581 alcanzó el título de magister artium y fue nombrado poeta
laureado. El mismo año en que alcanzaba esos títulos en la universidad de Jena, empezó a
enseñar en Ilmenau, y allí permaneció hasta 1586, fecha en la que se trasladó a Coburgo, para
dar clases en su universidad. En 1588 se instaló en Basilea, en cuya universidad fue
reconocido con el título de doctor en medicina (medicinae doctor). Poco después fue contratado
como profesor de historia y poesía en la universidad de Jena.
Se sabe muy poco sobre su vida privada, pero sí consta que tuvo dos hijos, Michael y Andreas,
que siguió los pasos de su padre y llegó a ser médico y profesor. también tuvo dos hijas, de las
que sólo conocemos el nombre de una de ellas, Susanna.
Su pensamiento[editar]
Libavius creía firmemente en la crisopeya, esto es, en el arte de transmutar los metales en oro.
Este punto de vista era muy debatido entre los alquimistas de la época, y Libavius lo defendió
vehemente en varios de sus escritos. Aunque describió varios nuevos procesos químicos,
tendía a ser más un teórico que un hombre de laboratorio, y se inclinaba más hacia las teorías
tradicionales aristotélicas que hacia la Alquimia de Paracelso. En efecto, Libavius criticaba a
Paracelso y a sus seguidores por muchos motivos: por su falta de respeto hacia el pensamiento
de los antiguos, por preferir su experiencia personal a la de las fuentes de autoridad, por
emplear palabras y símbolos mágicos en la filosofía natural, por exagerar la función didáctica
de la naturaleza, por confundir causas naturales y sobrenaturales, por postular influencias
astrales y por muchos otros motivos. Sin embargo, a pesar de ello, no puede decirse que
rechazase del todo los métodos paracelsistas. Aceptaba, por ejemplo, el principio paracelsista
de emplear las propiedades ocultas para explicar fenómenos sin causa aparente, si bien
rechazaba la conclusión de que un objeto que poseyera esas propiedades pudiera tener una
conexión astral con lo divino.
Como señala Frances Yates en su obra The Rosicrucian Enlightenment, Andrea Libavius era
uno de aquellos químicos influidos en cierta medida por las nuevas enseñanzas de Paracelso,
en la medida en que aceptaba el uso en medicina de nuevos remedios químicos defendidos por
Paracelso, aunque en teoría se adhiriese a las enseñanzas tradicionales de los aristotélicos y
los galenistas, y aunque rechazase el misticismo paracelsista. Aristóteles y Galeno aparecen
en un puesto de honor en la portada de la principal obra de Libavius, la Alchymia, publicada
en Frankfurt en 1596.
Libavius criticaba la Fama y la Confessio de los Rosacruces en varias obras. Basándose en los
textos de ambos manifiestos, Libavius eleva serias objeciones contra ellos valiéndose de
argumentos científicos, políticos y religiosos. Libavius se opone firmemente a las teorías de la
armonía macro-microcósmica, a la Magia y la Cábala, a Hermes Trismegisto (de cuyos
supuestos escritos toma muchas citas), a Agrippa y a Johannes Trithemius: en resumen, se
opone a la tradición renacentista.
Libavius también se mostraba crítico con los alquimistas que decían haber obtenido la panacea
universal con la que curar cualquier tipo de enfermedad, y lo hacía no porque creyese que la
panacea no existía, sino porque dichos alquimistas rechazaban revelar sus fórmulas.
Efecetivamente, Libavius creía que cualquiera que hubiese obtenido la panacea estaba
obligado a enseñar al mayor número posible de gentes el proceso que había seguido para
producirla, pues ello redundaría en el beneficio de toda la Humanidad. Fue especialmente
crítico con un cierto Georgius am Wald (también llamado Georgius an und von Wald), un
alquimista que había escrito un libro, en el que defendía haber alcanzado el secreto de la
panacea universal. Libavius consideraba que Wald era un estafador y afirmaba que su panacea
no era más que azufre y mercurio, en lugar del oro que decía Wald que contenía. Entre 1595 y
1596 Libavius dedicó cuatro volúmenes, Neoparacelsica, Tractatus duo physici, Gegenbericht
von der Panacea Amwaldina y Panacea Amwaldina victa a demostrar que Wald no era más
que un charlatán.
Su obra[editar]
Libavius era un luterano ortodoxo y en sus tratados teológicos, escritos bajo el pseudónimo de
Basilius de Varna, criticaba con dureza el Catolicismo, especialmente a los jesuitas, y más
tarde también fue muy crítico con el Calvinismo. Estas posturas también puedne apreciarse en
sus obras no teológicas, en particular en las que escribió cuando participó en las querellas
entre paracelsistas, antiparacelsistas, galenistas y herméticos
También son dignas de mención las obras de Libavius sobre medicina. Entre 1599 y 1601
escribió las Singularia, una colección de cuatro volúmenes de conferencias sobre ciencia
natural, entre las cuales aparecen numerosas descripciones y discusiones sobre fenómenos
medicos. En 1610 publicó uno de los primeros textos médicos en alemán, Tractatus Medicus
Physicus und Historia des fürtrefflichen Casimirianischen SawerBrunnen/ unter Libenstein/ nicht
fern von Schmalkalden gelegen.
Pero sin duda fueron las obras que Libavius dedicó a los Rosacruces las que más eco tuvieron
en su tiempo. Entre 1615 y 1616 publicó varios trabajos en los que los criticaba abiertamente y
los tachaba de herejes, acusándolos de emplear una magia que tacha de diabólica. En 1616
publicó "Observaciones bien intencionadas sobre la Fama y la Confessio de la Hermandad de
los Rosacruces" (Frankfurt, 1616), y en ese mismo año de 1616 le respondió un médico inglés,
Robert Fludd (1574-1637), publicando una obra en defensa de los Rosacruces, "Apología
sumaria de la Fraternidad de la Rosa-Cruz, ensuciada por las manchas de la sospecha y de la
infamia, pero ahora limpiada por las aguas de la verdad", en la cual trataba de demostrar que la
magia rosacruz nada tenía de diabólica, sino que era algo puro y natural.
No es fácil enumerar todas las obras de Libavius. Algunas fuentes, como por ejemplo Lenglet
du Fresnoy ("Histoire De La Philosophie Hermétique", Volumen 3, París, 1742, pág. 379), citan
como obras suyas algunos trabajos que en realidad nunca se publicaron de manera
independiente, sino como partes de otros libros mayores, como ocurre con la "Apocalypsis
hermetica", que no es sino una parte de una de sus obras más importantes, "Syntagmatis
arcanorum chymicorum" (Frankfurt, 1613). A continuación se cita una lista que, sin pretender
ser exhaustiva, al menos sí es bastante completa:
Dialectica - 1593
Neoparacelsica - 1594
Antigramania - 1595
Gegenbericht von der Panacea Amwaldina, auff Georg vom Waldt davon
aussgegangenen Bericht - 1595
Singularium pars prima … pars secunda - 1595
Tetraemerum - 1596
Pharmacopea - 1607
Wolmeinendes Bedencken / Von der Fama, und Confession der Brüderschaft deß
Rosen Creutzes - 161
EGRAFIA
https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/salud-
dental/dentifricos-componentes.html
https://espanol.answers.yahoo.com/question/index?qid=20090921100556AAvtZFA
https://respuestas.tips/como-se-llaman-las-partes-de-un-atomo/
https://espaciociencia.com/atomo/
https://es.wikipedia.org/wiki/Andreas_Libavius
COLEGIO PARTICULA MIXTO CRISTIANO FE VIVA
CURSO: QUIMICA
INVESTIGACION
ALUMNA