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Ponencia: Fuentes para el estudio de la educación mexica

Desde tiempos antiguos, el conocimiento ha sido base para el crecimiento de

diversas civilizaciones a lo largo de la historia, donde este y la forma de

transmitirlo ha sido registrado para memoria de las mismas.

Para este trabajo nos enfocaremos como bien dice el titulo de la ponencia en

las fuentes para el estudio de la educación mexica; las cuales se dividirán en

dos secciones, la primera en fuentes pictográficas y la segunda en fuentes

escritas.

En la sección de fuentes pictográficas encontramos a los códices, ya sean

pictográficos, anotados, o transcritos.

Para este trabajo solo me limitare a mencionar dos códices que a mi parecer su

manera de mostrar la educación de los mexicas es puntual, estos son el Códice

Florentino y el Códice Mendocino.

El códice Florentino muestra, a través de las imágenes, que era el padre quien

hablaba para los hombres de su casa, y les decía lo que él esperaba de sus

hijos; a diferencia de otras civilizaciones, donde el padre de familia esperaba

más empeño de su primogénito, en el caso de los mexicas no era del todo el

caso, sino que los padres esperaban que sus hijos no fueran una deshonra, y,

en la medida de lo posible, siguieran con el oficio de su padre. Él aconsejaba

no dejarse llevar por lo que ellos veían de los demás, sino que siguieran el

ejemplo de sus ancestros, pues es por ellos que tienen la vida que tienen (esto

dicho principalmente a los jóvenes de las familias nobles). Algo similar sucede

con las niñas, pero es su madre quien les habla de lo que tienen que hacer

para que ellas y sus padres (aunque muertos) sean honrados por sus buenas
obras, pero si hacía lo contrario, ésta sería motivo de burla y nadie la querría

como mujer para desposar. También le pedían que no se pusiera tan “exigente”

al momento de escoger un marido, sino que al primero que la pretendiera con

ese se casara, ya que no se sabía si habría alguien más dispuesto a

pretenderla, y que tampoco se preocupará con el parecer del joven, sí era de

buen mirar o no, sino tan sólo se preocupara en que era designio de su dios

para con ella. Asimismo, en el capítulo VI del Códice Florentino, los informantes

de Sahagún aclaran los valores de la filosofía, teología, moral y retórica propias

de los antiguos mexicanos. Aquí, la enseñanza es clara, precisa, convincente.

En ello estriba su funcionalidad.

Pasando a la sección de fuentes escritas podemos encontrar crónicas del siglo

XVI y estudios respecto al tema de autores contemporáneos.

Según lo encontrado, la educación mexica no se iniciaba cuando los jóvenes

ingresaban al Tepochcalli o al Calmecac, (las dos escuelas del imperio

mexica), sino que ésta desde el hogar se comenzaba a implementar. Los

padres, desde que los niños aun eran muy pequeños, ponían en práctica el

Tlacahuapahualiztli, o el “arte de criar a los hombres”. Este arte tenía como

objetivo dos cosas, la primera, crear un auto-control desde temprana edad, y la

segunda, el auto-conocimiento; a partir de estos dos principios, el joven ya

tenía en claro lo que quería y debía hacer al momento de entrar en alguna de

las escuelas.

Algo que sinceramente me sorprendió al momento de estar leyendo fue un dato

que yo ciertamente desconocía respecto a la manera de ingresar al Tepochcalli

o al Calmecac, y es que el “status social” no establecía del todo en qué escuela


se formaría el joven, sino a que dios lo habían prometido los padres desde su

nacimiento, ya sea a Quetzalcóatl (para el Calmecac) o a Tezcatlipoca (para el

Tepochcalli).

A manera de ejemplo de autores del siglo XVI, mencionare como principal

representante de esta época a Fray Bernardino de Sahagún, ya que en su

Historia General de las Cosas de la Nueva España deja ver muy claramente

todo el proceso que se tenía que realizar para que el hijo pudiera ingresar a

cualquiera de las escuelas.

Después que el joven haya sido aceptado por los principales de las escuelas

tenían que hacer ciertas actividades, donde estos demostrarían que tan

dispuestos estaban para continuar con el aprendizaje.

Durante los primeros años de estadía de los muchachos, las actividades

realizadas en el Tepochcalli y en el Calmecac no son muy distintas entre sí, es

conforme van creciendo que estas van tomando rumbos diferentes, conforme

estas se especializan.

El Tepochcalli es la escuela encargada de formar a los nuevos guerreros que

representaran a su pueblo en batalla, mientras que el Calmecac se encarga de

formar a los nuevos sacerdotes y señoríos del pueblo al que pertenezcan.

En la Historia de Sahagún también señala cuales son los castigos por

desobedecer las indicaciones, tanto de los padres como de los encargados de

las escuelas, y esto puede ser desde palazos, hasta la muerte, si es que la

infracción es muy grave.


La educación no se limita solo hacia lo hombres, también hay un cuidado en

formar a las nuevas amas de casa y al igual que con los hombres sus inicios

son desde casa.

Las madres de las niñas son la que se encargan de enseñarles las labores del

hogar, desde mantener en orden y limpia su casa, hasta cómo ayudar a una

mujer al momento de dar a luz.

Aunque también hay una escuela anexada al Calmecac que se especializa en

estas prácticas hogareñas para las niñas, sin embargo aquí si se limita a recibir

a las hijas de las familias nobles. Al momento de salir de esta escuela las

jóvenes ya están listas para contraer matrimonió, pero no son todas las que

deciden esto, hay otras que prefieren quedarse para cuidar del templo y servir

a su dios.

Algo que se puede notar es que no solo por el hecho de que la Historia General

y el Códice Florentino fueron escritos por Fray Bernardino de Sahagún se

comparten información, sino que también se complementan mutuamente, ya

que la primera habla un poco más de las escuelas y de ambas “clases sociales”

mientras que el segundo se enfoca mas del objetivo que tiene la educación

recibida desde casa.

Otro trabajo que me parece importante mencionar es el del historiador Miguel

López Portilla, que lleva como nombre “La filosofía Náhuatl”. En su obra, López

Portilla hace una comparación entre la Paideia griega y la manera en como los

mexicas educaban a sus hijos, dando a entender de esta manera que la

educación impartida por los antiguos mexicas llegaba a ser tan buena como la

que se llego a impartir en la antigua Grecia.


Hace mención que la Tlacahuapahualiztli no se limitaba a la capacitación de un

oficio o de un arte, sino a la enseñanza de los valores morales y éticos de la

comunidad.

También señala que no solo existía la Tlacahuapahualiztli, sino de otra forma

de enseñar, la Ixtla machiliztli, que significa “sabiduría que se trasmite a los

rostros ajenos”, dando como resultado un difrasismo poético: in ixtli, in yollotl,

que quiere decir “alcanzar el rostro y el corazón”.

A partir de esto nos podemos dar cuenta cuán importante era la educación ya

que con esta forma de enseñar (Ixtla machiliztli), el conocimiento se podía

transmitir de generación en generación, y con esto me remonto a principio de la

ponencia donde mencionaba lo importante que era preservar el conocimiento

ancestral.

Para concluir mi ponencia, me gustaría hacer una pequeña reflexión acerca de

lo importante que fue, es y será la educación, y no solo me estoy refiriendo a la

que se imparte en una institución sino, principalmente la que se da desde los

hogares, para los mexicas fue muy importante dar una buena educación desde

los primeros años de vida de los pequeños, no solo para no ser deshonrados a

partir del comportamiento de su hijo (algo que se ha dejado de ver a través de

los siglos), pero lo que más les interesaba es que ellos guardaran lo buenos

valores que los ancestros habían dejado como legado para ellos.

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