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Amparo Tus6n Valls Analisis € 1a conversacion Editorial Arid, SA. Barcelona Disco cubierta: Vicente Morales “Thal orginal Analisi dela converse Versién en expaioh ea propia autora 1 edie: mayo 1997 © 1997: Amparo Tuséa Valls Derechos exclusvos de edicin en espaol reservados para todo el mando: (© 1997: Editorial Arich S.A, (Céreega, 270 = 08008 Barcelona ISBN: 84344-2804-0 Depésito legal: B. 19.634 1997 Impreso en Espana 1997, Talleres LIRERDUPLEX, SL. Consign, 19 - 08014 Barcelona Ning ye de esta public, nine dso dein aber puede er reread, cena ous teiancr alguna npr rng dy sea lca un mei, a gabe ap Ami madre, Ascensién Valls, que me hha enseniado a retr con las palabras y a respetar los silencios. NOTA A LA EDICION EN LENGUA ESPANOLA Dos afios después de su publicacién en lengua cata- Jana, ve la luz este fexto en espaol. Durante ese tiem- po, se ha avanzado mucho en el estudio sobre las in- feracciones orales y, en concreto, sobre esa actividad tan especificamente humana que llamamos conversa ci6n. Al plantearme la necesaria revisién de Jas paginas que siguen decid, no sin dificultad, retocar lo minimo posible para que la obra no perdiera su cardcter de introduecién con afin divulgador. He de agradecer des- de aqui a todas las personas (especialmente profesores y estudiantes) que me han hecho llegar comentarios le- nos de dnimos sobre la utilidad que encontraban en la primera versi6n del libro. Ese ha sido uno de los moti- vos por el que me he decidido a publicarlo revisado en espaitol: la esperanza de que pueda servir de ayuda a aquellas personas que se interesan por el apasionante mundo de los usos lingtfsticas Barcelona, febrero de 1997 AGRADECIMIENTOS Empecé la redaccién de este libro en Berkeley (California), donde me encontraba como investigadora asociada en el departamento de Antropologia gracias a tuna ayuda gue me concedié la Direccién General de Investigacién Cientifica y Técnica (n° BE91-233), Quiero agradecer las facilidades que me ofreci6 ese departamento y que me permitieron tener la calma y Jos medios bibliograficos tan necesarios cuando se empieza a escribir. ‘A mis companeros y amigos Helena Calsamiglia, Maite Larrauri, Carlos Lomas, Luci Nussbaum, Lluls Payrat6 y Jestis Tusén he de agradecerles los comenta- ros y sugerencias que me han hecho tras la lectura de tuna primera versién. En Berkeley, tuve de nuevo ocasién de estar en con- tacto con John J. Gumperz, quien leyé las primeras paginas de este libro y, como siempre, me animé a seguir adelante. Quiero’ manifestarle, desde aqu{, mi agradecimiento por sus ensefianzas y su generosidad, 0. INTRODUCCION La conversacién es una de las actividades més tipi- ‘camente humanas. Es la forma primera y primaria en ‘que se manifiesta, en que existe el lenguaje y hemos de ‘entenderla, ademas, como una practica social a través de la cual ce expresan y se hacen posibles otras pricti- cas, A través de las conversaciones, nos comportamos como seres sociales: nos relacionames con las dems personas conversando, tratamos de conseguir nuestros propésitos conversando, rompemes nuestras relacio- nies conversando 0 dejando de conversar. Incluso cuan- do pensamos, en solitario, lo hacemos, casi siempre, en forma de didlogo. Come dice Reyes (1990: 14), «somos Jo que hablames y nos hablan y también lo que nos hhablamos a nosoires mismos. Somos prisioneros li bres, creadores creados, duenos esclavizados de nues- tra capacidad lingiistica». La conversacion forma parte de nuestra vida coti- diana de una manera esencial, Esto es algo que sabe ‘muy bien quien ha tenido que pasar dias sin conversar, por ejemplo, por estar de viaje en el extranjero sin conocer a nadie y desconociendo la lengua del pats. Basta con pensar que el castigo maximo en una cércel ‘consiste en la ficonunicacién, Mientras podemos con: versar, mantenemos el contacto con el mundo; el silen- ‘clo prolongado es un castigo, un sintome de «locuras... " © una forma de entregay rennciaconsideradaencelsa ¥ superior, como sucede en detrmninadas Grdenes seh Hows En este cas, como en muchos otros, resulta tere: sante recurtiea ia etimologia yal diccionario. liga. no conversa procede de latin conversa, eomvivt tet thino formade porwr, ‘ony versre dar eae El Diecionaro de a Lengua Esparols dela Real Acadenia nos offs ls siguiente definciones de ln > conser, Vivir, habitar en ‘compania de otros, /! Tratar, comu f ary tener amistad unas personas con otrass Polones preci, pues, que fnckso desde tun punto de sta iscoogico comrar st tefiee lav telaloncs spicas dela especie umara ay de convivenei, at amistad. cams Podriamos decir que una persona se diferencia de los miembros de-ottas especies porque conn, es decir, porque se elaciona con los ros miembros desa especie mediante interacionesverboles ores Tacos Sersacion hace posible cl trabajo couperatvo. mana © intelectual Yes algo ast como el motor y cl acote due permite poner en marcha y engrasar las vlaconss sociales. Dos personas, aungie no se conozcan, se encuentran cerca una dela otra en un feclnto oewado bo tardarén mucho en ponerse a conversar(pensemos fn los ascensores,en lor irenes, en las sas he opern eos conaultones econ.) Curiosamente, hasta hace relativamente poco tem: po no ha habido'un interes claro en dl estudio dela onversacin, Una de las razones de este vate‘ le ramente, de tipo tenico. De hecho, la existenci de aparatos que graben el habla concert fidlisoay que sean ficilmente mancjables ep reciente, Pero tatabien hay otra razon Important: el presto, social de la escritura 0. Tusén,1999)ry no sal seca, porque tame bi tos especialista ene estudio de las lenge, tad cionalmente, se han batado en le lengua eutte, Yorba 2 volant, seripta manent (las palabras vuelan, lo escrito permanece): este pensamiento sigue formando parte de nuestra sideologia lingiistica» y est en la base de la diferente valoracién que adjudicamos a los usos ora~ les y-a los usos escritos, Lo oral es effmero, inaprehen- sible, y parece que, por lo tanto, no se puede coustituir fen objeto de estudio; mientras que fo escrito esta abt ‘como un producto acabado, a disposicién de quien ‘quiera investigarlo (Calsamigiia, 1991) ‘Sin embargo, actualmente, la conversacién se ha comvertido en centro de atencién desde diversas pers- pectivas cientificas. Diferentes corrientes de la psicolo- fa, la antropologia, la sociologfa, la ciencia cognitiva, Ia filosofia y la lingtifstica han visto en el uso cotidiano de la lengua un objeto de estudio de pleno derecho, ine ludible si se quiere entender cémo funcionan las perso- nas tanto desde un punto de vista individual como des de un punto de vista social o cultural. Disciplinas (0, si ‘se quiere, subdisciplinas) como la etnogralia de'la comunicacién, Ia sociolingiiistica de la interaccién, Ia etnometodologia, el andlisis del discurso, la lingasti- cca textual o la pragmética —a las que nos referiremos mas adelante— comparten ese interés por las interac- iones verbales habituales si bien, como es légico, cada tuna aporta una orientacién particular, una metodolo- ‘fa y una concepcién teorica especifica. En un terreno tan joven no resulta extrabo que cexistan todavia problemas de terminologfa y, en algu- nos casos, de definicién o de unificacién conceptual. Antes dle pasar adelante, creo necesario detenerme un momento en el comentario de dos «etiquetas» que se uusan de formas diferentes y que pueden llevar a cierta confusién. Me refiero a los términos «andlisis de la conversacion» y xconversacion». ‘Analisis de la conversacins se usa dentro del te rreno que nes ocupa de dos maneras diferentes. Por una parte, en un sentido muy restringido, se usa para designar una determinada corriente dentro de la socio- 13 Jogi Ia etnometodologta, que se interesa pore estudio dels ineraccionesy, espcisimente, de las iieracco. nes verbales cotidianasu oinaviasA los seguidores. 0 practicantes de esta cortinte sels eonoce com eno. Ietodologes 0, simplemente, conversacionalsta. Por ‘tra parte, en sentido mas amplo,andlisis de ta con. versacisn se sn para denominar I actividad que res za quien esti las comversacioneso las intevaciones Nerbales orale. En est libro, que pretende presentar las diferentes aportaciones dentro de este camper se usars el terminode forma generics, ano seF Aue fe especfique lo contra, El problem qe plantea el trmino econversaciéne cs algo mas complejo. Unae veces se uta en un sent do generico, que vecubre cualquier ipa Ge interaccion oral, mientras que otras veces se sade forma es ida como sinonimo de conversacion espontinea. No Flanificada, distinguigndolo de otros tipos de ineroc ones ofales como pueden ser la entrevista el debate, ttcétera. Ouienesdefienden e primer uso sl pene com se basan en que Ia comversacion es la form proto. Upiea dela intersceign verbal, y postulan que el esto 10 0m sine derivados de eta forma primers ¥ comin toda la especie humana: en este case, es habit eta Blecer la dntincion entre conversaciones informs W erdinacias (las espantaneas. no planficadss, ele) ¥ conversaciones formales (entrevista, debates, eunfon nes de taba, ec). Qenesmaninen a segunda posiién mas estringida~ se hasan em que cualquier Iablante sabe distinguir entre lo que es una conversa. eas quelasdiferencian, yen quela lengua tene iniiso triquetasespecificas para ess cas fnteraclones ver tales (por eemplo, interrogaton, debate, mesa redon- da, examen oral, confestn, tet, efe), De todas for mes, igual que ceurre en la mayor de tos campos Semanticos ques relieves a hechow u objets dea vida otidiana las frosteras no siempre son muy cara 1s Este libro trata de Ia conversacién, entendida como uuna actividad humana bésica, como suna actividad verbal oral de cardcter interactivo organizada (o estru turada) en turnos de palabra» (Cots et af, 1989). Quien Tea estas paginas seguro que tiene la costumbre de usar el codigo escrito (escribiendo y leyendo) y, por ese motivo, el primer capitulo est dedicado a presentar, de una manera general, las caracteristicas del uso oral de la lengua, tomando como punto de referencia 0 de contraste la otra modalidad en que —en las socieda- es que usan el cédigo escrito— se manifiesta el len- ‘guaje: a eseritura El segundo capitulo esta dedicado al analisis de la transeripeién de un dislogo may breve. A partir de este cjercicio se plantearan algunos de los elementos que hiay que tener en cuenta cuando se estudia la conversa. cidn, Los capitulos tercero y cuarto constituyen el meo- Ilo de! libro, En el tercero se presentan los conceptos fundamentales que se han de manejar para entender los factores cognitivos, socioeulturales y lin ‘que intervienen en cualquier interaccién verbal oral y, especialmente, en los conversaciones espontaneas. En ‘el cuarto se presia una atencton especial a los aspectos esitucturales de las conversaciones que permiten, no sin dificultad, poder secuenciarlas con fines analiticos. El capitulo quinto plantea los problemas de tipologta de las interacciones verbales orales, a partir del con- traste entre la conversacién esponténea, de la manera cen que la catacterizan los etnometodslogos, y otras, interacciones tales como la entrevista, el debate o ia tertulia, entre otros. El capitulo sexto esta dedicado a presentar como el estudio de las interacciones verbales rales puede aportar mucha luz sobre el funcionamien- to social y cultural, Se plantean aguf las diferencias existentes enire diferentes grupos socioculturales res pecto a las convenciones y estrategias comunicativas, gue son sintoma y a Ja ver parte integrante de la reali- dad sociocultural, En el capitulo séptimo se presentan 18 las técnicas para la recogida de datos y para su trata- miento analitico y se pone en prictica todo lo dicho anteriormente analizando dos conversaciones esponté- neas. Finalmente, en el capitulo dedicado a las «pers- pectivas de futuros, se intenta recapitular lo esencial y plantear los interesantes caminos que se abren a partir el estudio de las interacciones verbales orales. Captruto 1 «HABLA COMO UN LIBROs / «ESCRIBE COMO HABLA». ES ESO POSIBLE? Al ser el uso lingtiistico patrimonio comin de todas: las personas, la gente tiene ideas, opiniones y creencias sobre lo que es hablar y lo que es escribir. Bl titulo de teste capitulo se refiere a dos de esas creencias. Por una parte, mucha gente considera que hablar bien consiste en acercarse lo méximo posible a la modalidad escrita; de ahi el dicho Habla como un libro (abierto). Esta pos: ‘ura est4 muy extendida ¢ incluso es promovida por ciertos académicos y educadores que consideran que el uso oral esponténeo esié lleno de wvicios», edesviacio- nes» © xerrores», Por otra parte, mucha gente piensa escribir con claridad y sin amaneramiento consiste ccercarse lo méximo posible a la modalidad oral Valoran esas personas la expresién Ilana y sencilla como algo tipico de Ia palabra dicha, a la que po- znen como modelo para la escritura; de abt la expresién Escribe como habla. Tanto una posicién como la otra por muy respelables que puedan ser, no representan ‘mas que una vana ilusién. Ni se puede eseribir como se habla nf se puede hablar como se escribe. Y si bien no se puede discutir que ambas modalidades tienen on ‘comun un mismo sistema linguistico, la manera como. se producen y como se manifiestan son diferentes, y lo mismo ocurve con las funciones que cumplen (Perera, 1984; Cassany, 1989; Calsamiglia, 1991). Ala presenta «ion de esas diferencias y a la caracterizacion de ambas 7 modalidades, con especial énfasis en Ia oral, vamos a dedicar las préximas paginas. 11, Hablar y escribir en ol individuo yen la especie humana ‘Quienes usamos de forma habitual el cédigo escti- to (para leer, estudiar, hacer restimenes o informes, tomar notas, ete) tendemos a considerar que serta imposible vivir en un mundo en el que no existiera la escritura, tenemos una imagen «grafocéntricar de la vida, Para tratar de evitar, 0 de poner en su lugar, ese grafocentrisma, proponge que echemos una ripida mirada hacia el lugar que han ocupado el habla y la escritura en la historia de la especie humana y el que ‘ocupan en la historia individual de las personas. Se considera que la especie humana «habla desde hace més o menos un millon de afios (De Mauro, 1980), 6, si se quiere poner en términos de generaciones, har pasado 50,000 generaciones (Halliday, 1985) desde que In especie humana empez6 a hablar. La escritura (logo- grifica) aparece hacia el afio 3300 antes de nuestra era fen Mesopotamia (J. Tus6n, 1996) y el primer alfabe- to data del segundo milenio antes de nuestra era. Ast pues, podemos decir que la humanidad, durante un 99.5 % de su historia, tinicamente ha utilizado la moda- lidad oral del lenguaje (Halliday, zbiden), Por otro lado, es furdamental tener en cuenta que fen todas las culturas existe la modalidad oral de la len- ‘gua, mientras que no todas las culturas poseen wn cédi- o escrito (un caso especial lo constituyen las llamadas, tlenguas muertas-, que Gnicamente «sobreviven» gra. (Gumper7, 1982: 153), 'Si quisigramos hacer totalmente explicito lo que en el dialoge que venimos analizando esta expresado indi- rectamente, podslamos obtener, por ejemplo: ge apetece dar un paseo? Si Pues vamos a dar un paseo juntos (0 juntas). —No. —zPor qué? Porque no puedo. —zPor qué? Parque tengo mucho trabajo. —Lo lamento. Soma E> © bien: A. —Te propongo que vayamos a dar un paseo jun- tas, gle apetece? B —-Si que me apetece, pero no puedo porque ten- ‘go mucho trabajo. A —Lolamento. ‘Supongo que estaremos de acuerdo en que ninguna de estas posibilidades nos parece tan aceptable como la primera, porque, efectivamente, en la vida cotidiana 36 ddamos por sentado que compartimos toda una serie de conocimientos sobre e! uso linguistico, y sobre el mun ido en general, que nos permiten entendernos saltando pasos, utilizando formas indirectas de expresar lo que ‘queremos decir, ete. De hecho, después de ver los pro- esos de inferencia que continuamente tenemos que poner en funcionamicnto para conversar, incluso en las sitwaciones mas habituales y menos conflictivas (0 sobre todo en esas situaciones), no es extraio que @ veces se produzcan malentendidos, lo que més bien nos dria que resultar extrafio es que realmente de una ‘manera bastante general Heguemos a entendernos. En muchos casos, el humor se basa precisamente en la interpretacién literal de lo que tendria que ser interpretado indirectamente. En la pelicula de los her- manos Marx Una noche en fa dpera hay una escena en fy que Groucho y una sefiora (interpretada por la Dumont) estan sentados a la mesa en un restaurante en el que hay una orquesta y una pista de baile. En un momento dado, Groucho ie dice a la senora: ¢Le apete- ¢e hailar?: la senora, encantada, se pone en pie al tiem- po que dice: ;Oh, s{!, y Groucho, que sigue sentado, res- onde: Pues buisquese a otro, porque a mf, no. O pense- mos lo inapropiado —si no es una broma entre conoci- dos 0 si no se produce, por ejemplo, en Ia recepeién de tun consultorio médico— del siguiente dilogo: A. —gTienes hora? B St. [dicho sin ensentar el reloj) CaPiTULO 3 ¢QUE QUIERE DECIR «CONVERSAR»? Hemos dicho al principio que el hecho de conversar es comiin « todos los seres humanos. Todas las perso- nas, sin diferencias de cultura, de sexo, de edad..., con versamos, y lo hacemos diariamente, Hemos dicho también que la conversacién es una actividad en la que dos 0 mis personas interaccionan verbalmente (ade- mis de no verbalmente, excepto por teléfono). Llega ahora el momento de intentar explicar de una forma mis sistemétiea en qué consiste esta actividad, esta interaccién; de intentar ver todo lo que hacemos cuan: do conversamos, de sacar a Ja luz todo aquello que nos permite conversar de una manera mas o menos eficaz De hecho, se trata de poner en palabras todos aquellos conocimientos, habilidades y estrategias que tenemos los hablantes y que hacen posibles las conversaciones —desde las mas cotidianas y esponténeas hasta las mas formales y elaboradas. ‘Tal como afirma Grice (1975), Ia conversacion se puede comparar con cualguler otra actividad que exige la participacién coordinada de dos o més personas. En primer lugar, esas personas Uenen que ponerse de ‘acuerdo para iniciar esa actividad; en segundo lugar, tienen que desarrollar la actividad de forma coordina: da, cooperativa, y, finalmente, tienen que decidir con- juntamente cudndo y cémo terminar la actividad, En este capitulo vamos a ver con detalle como lo que acabamos de decir se realiza en las conversaciones. 38 34, Empezar la conversacién Como ocurre en cualquier otra actividad compart da, el primer requisito para que exista una conversa- ‘idm es que dos mds personas quieran conversar entre ‘las. Tienen, por lo tanto, que mostrar que se van a camprometer, que se quieren involucrar en ese tipo de ‘actividad. Este primer paso ya presenta mucho interés, porque como decidimos erapezar a conversar?, c6mo fnanifestamos a Ja otra u otras personas que queremos hablar con ella 9 ellas? 0 gcéme reconozco yo que otra persona quiere hablar conmigo? Las posibilidades son variadas. Veamos unas cuantas. ‘Una persona le puede decir a otra 1) He de hablar contigo. 2) Tengo ganas de que charlemos un rato. 3) Oye, quisiera comentar contigo lo del otro dia. Tienes tiempo ahora? 4) ¢Podria hablar un momento con usted? 5) JEh! He de contaros algo que os dejard con la boca abierta En todos estos casos —y en otros similares que todos podemos recordar—, una persona manifiesta de forma explicita su deseo o su intencién de iniciar un intereambio verbal con otra, Esa otra persona aceptar& ‘o no la propuesta y, si la acepta, empieza la conversa- «isn, ‘Sin embargo, la mayoria de las veces las conversa- ciones no comienzan de esa manera —con tun enuncia- do explicito que propone su Inicio—. Existen otras posibilidades que todos los miembros de una comuni- Gad de habla reconocemos como una propuesta para empezar a conversar. Veamos algunas de ellas. Los saludos. Los saludos pueden constituir en sf mismos tn intercambio oral mfnimo, cuando saluda- 39 mos a alguien (por la calle o a la entrada de un edlificio © por el pasillo del lugar de estudio o de trabajo, etc.) pero no hos paramos a charlar. Sin embargo, también pueden funcionar como Ia apertura de una conversa- ign y, de hecho, e} saludo es uno de los mecanismos mas habituales que usamos para establecer un inter cambio oral. Ahora bien, ¢cGmo sefialamos y como reconocemos que un saludo es una propuesta de char: Ja? Como casi siempre al referimos a las interacciones verbales orales, hemos de tener en cuenta factores pa- ralingisticos y extralingtisticos que funcionan como indicios. —o pistas— contextualizadores (Gumperz, 1982). Si una persona le dice a otra «Buenos dias» pardndose delante de ella, esta iniciando un intercam- bio que va mas allé del simple saludo. Un sfiola» pro: runciado con un alargamiento vocélico de una de las dos vocales —o de las das— ylo con una entonaci marcadamente ascendentedescendente se interpreta también como un inicio de conversacién. Cuando por Ta calle 0 por un pasillo vemos a alguien que reconoce- ‘mos y con quien queremes pararnos a hablar, normal mente hacemos que nuestro camino, en vez de ser paralelo, converja, disminuimos la velocidad de nues- {ros pasos, sonreimos o hacemos algén gesto (alzamos tuna mano, abrimos mas los ojos, levantamos las co- Jas...) que vaya senalando a la otra persona nuestras intenciones. Esta reconocerd todos estos indicios no verbales que, a su vez, reproducirs. Podemos saludar mientras lanzamos todas estas seiales o inmediata- mente después. Entonces el saludo se convierte en un: ‘expresi6n casi ritual de inicio de la conversacién. Las preguntas. Otto recurso muy habitual que uti lizamos para iniciar una conversaci6n consiste en emi tir un enunciado interrogativo. En la frontera entre los saludos y las preguntas, encontramos expresiones del tipo: ¢Qué tal?, ¢Cémo estds2, ¢COmo te va la vida?, Como esté usted?, etc, que pueden ir precedidas de cy tna de las tipicas formulas de saludo (Ffola, Buenos sts, ee) 9 sas, constituyendo en sistas ia primes ta parte del saludo ya la vem la apertura de la con: sersacisn. Esta cuslidad ambivaeme provora 8 ve. ces malentendidos casino, por ejemplo, alguien die {Como estas, queriendo ert una simple formula'8 Tatina de contacto Ta ote persona, en vee de respon. tier com la expresion: Bien, Fy ti? empiera una lerta crplicacgn sobce su estado de salud yfo de animo (ses Fersonas alas que les dices ¢Cémo estes? vay te lo Erplicant). Tambien puede’ suceder fo contcars, ae niguien emita esa pregunta con intencion de saber real inente eSmo est In otra persona y a cambio reciba la tespuesta de rina; en exe cavo, quien ha hecho la pre. jantatendea que volver. inguricon alguna expresion {kl tipo: Peo, ebien de verdad? 0 ¢S? cEstds entmada?, ester, parte de esas expresiones fronterzas también es comin iniciar una conersaetan con cast eusiquie ipa tle pregunta, naturalmente dependiendo del conteno \ dela elacton entre los participantes las exclamaciones. Otro mecanismo para sefalar aque queremos conversar puede ser una expresin excl thativs, del tipo: Cuando tiempo sin verter, jOue legia ‘contrat, 0 ineliso go como: *No" puedo. mid! sich, por ejemplo, en 4s ambiente de trabajo 0 de ‘studio para provocarlaatencion de alguien empezar Schaar También podemos proponer una conversacién con la emisian de una exproaion cnuntiatva, © con una 83 G Eves asaber= 84. D> que pues 85. V_ (voces inintligibles) 86. P monoes tracta dacusar Ia policia 87, G =estem parlant= dun =(..} 88D. =perdon: 84. cmo ese tracta dacusar Ia poicia es tracta de dir si aixd pot passa. 90. G loquest és cert és que la p— la policia ¢ dues vies ‘de treball una és la important jo divi.) (Corpus del Cercle Analisi del Discurs, véase Calsamiglia et af,, 1997.) 57 TR SL. P- =cpucde pasar eso? 82. D__palede =poede pasar= bueno puede pasar no no es> 83, G yes a saber 84D > quepue. 85. V_ (voces ininteligibles) 8, P noose rata de acusar al poticin 87. G_ estamos hablandos de an =(..)= 88D =pendon 89, P =no se= trata de acusar a la policfa se trata de ‘decir i eso puede pasar 90, G toque si es cierto es que la p— la policfa tiene ‘los vias de trabajo una es la importante yo difald Resultan también interesantes esos casos en que un tumo sigue a otro completandolo, sin que se haya pro- ducido ningtin LAT pero, a la ver, sin que pueda hablarse de interrupein; son casos en los que més bien tendria que hablarse de un turno construido a dos Los turnos de palabra no se suceden unos a otros de cualquier manera, En una conversacién, la aparieién de cualquier turno siempre se puede explicar a par- tir de la naturaleza de los turnos precedentes yio siguientes. El caso mds claro de esta relacién entre los ‘turnos lo constituyen los lamados pares adyacentes (Sacks, Schegloff y Jefferson, op. ct.). Un par adyacen- te esta formado por dos turnos sucesivos que se carac: texizan porque la presencia de la primera parte (el pri- mer turno) crea la expectativa de que aparezca a conti- nuacién una segunda parte determinada (el segundo ‘turno del par). Pares adyacentes tpicos son, por ejem- plo, Jos que presentan esta distribucion: TI Saludo, Buenos dias. T2 Saludo. Buenos dias. TI Progunta, (Qué desea? T2 Respuesta, “Medio kilo de chuletas de cordevo TI Ofrecimiento. Quieres ust poco mas de ensae leda? T2 AceptacioniRechazo. Si, ponme wu poguito mds. TI Agradecimiento. Muchas gracias. 2 Minimizacién, No hay de qué. A veces stcede que la segunda parte queda aplazada, porque entre el primer turno y el segundo del par se inerusta algo. Por ejemplo: 1) A — Vamos? 2) B —Z¥aeslahora? 3) A asi 4) B —St, vamos. Este fragmento esta formado por dos pares adya- centes —1) y 4) / 2) y 3)— del tipo Pregunta Respuesta, pero la segunda parte del primer par se encuentra des- plazada al inerustarse otro par adyacente en medio. ‘Si no aparece la segunda parte, aunque sea despla- zada como en el ejemplo anterior. parece que se crea lun cierto corte en la continuidad del discurso, Veamos lo que ocurre en el siguiente ejemplo, Josep Cunt, locutor de un programa de radio, anun- cia Ia presencia, a través del hilo telefénico, de Fabia Estapé, conocido economists, para comentar clertos aspectos del tema que se est tratando en el programa. Cuando se establece la conexién, se produce el siguien- te dialogo: 1) JC —Fabia Estaps, bon dia! 2) FE —se 3) JC —Fabia Estape? He dit bon dia, 39 4) FE —Bon dia 5) JC [empieza la entrevistal TR, 1) JC —Fabia Estapé, jbuenos dias! 2) FE — Sil 3) JC —2Fabia Fstapé? He dicho buenos dias. 4) FE Buenos dias. 5) JC [empieza ls entrevista] En 1), JC emite un saludo que FE toma como una comprobacién de que se ha establecido la conexién (se supone que FE ya ha saludado a quien le ha llamado por teléfono desde la emisora) y par eso en 2) simple- mente dice «Sis, elemento fatico para sefialar que la conexion funciona. JC, sin embargo, en 3) repite el nombre de FE, esta vez con entonacién interrogativa y, de forma mas bien sorprendente, le dice «He dit bon dia», como haciéndole ver que debe responder con wn saludo a un saludo, cosa que efectivamente hace FE en 4). Tras la emisién de esta segunda parte del par adya- Cente, camienza la entrevista. Este ejemplo re resante porque, quizés de una forma algo extrema, ilus- tra perfectamente lo que decfamos ms arriba respecto a los pares adyacentes: que la aparicién de la primera parte hace que se espere Ia segunda, 4.2. Organizacién estructural de la conversacién En una primera aproximacién intuitiva, podriamos decir que toda interaccién comunicativa se compone de tres blogues: 1. El blogue inicial o apertura, 2. El logue central o cuerpo de la interaccin. 3. El blogue final o cierre, o Al desarrollo de estos tres bloques nos hemos referi do en el capitulo anterior. Dando un paso més, inten- Jando profundizar en los aspectos estructurales de la conversacién, nos referiremes ahora a las aportaciones que, en este sentido, se han hecho desde la escuela de Birmingham (Coulthard, 1977; Sinclair y Coulthard, 1975; Edmonson, 1981, etc.) y que han sido recogidas y desarrolladas por los investigadores de Ia escucla de Ginebra (Roulet et al., 1985; 1995) y por otros (Kerbrat- Orecchioni, 1992-1994; 1996). La iclea comin a unos y otros es la de establecer un modelo que represente de forma jerdrquiea la estructura de la conversacién. Las unidades serfan, de mayor a menor: La interaccion, 1 2 La secuencia (8). 3. Elintereambio (, 4. La intervencién © movimiento (M). 5. El acto (A). * s {: { ieracein | © = La imeracci6n es la unidad mayor y queda delimita- da por los rituales de apertura y cierre. Esta unidad coincidiria con el hecho 0 acontecimiento comunicati- vo, unidad de anlisis de la etnografta de la comunica- cidn, cuyos componentes serdn presentados en el apar- tado tres del eapftulo cinco. “1 La secuencia vendria delimitada por aspectos tems ticos, por el cambio de actividad discursiva y/o por la alteracién en la constelacién de los interlocutores. El intercambio es la unidad dialogal minima, Est compuesto por dos © mas tumos de palabras. Los pares adyacentes serfan el ejemplo més sencillo de intercam- bio. Otro tipo de intercambio estaria constituido por tres turnos como en los casos de «pregunta-respuesta- evaluacién o comentarios, del estilo del ejemplo anali- zado en el capitulo segundo. A veces la estructura de esta unidad puede complicarse mucho, ya que en el interior de un intercambio principal pueden aparecer otros intercambios secundarios (Roulet et al., 1985) La intervencién o movimiento (‘move’) se refiere a ‘cada una de las aportaciones de los participantes y es, pues, la unidad maxima desde el punto de vista mono. logal (Edmonson, 1981; Goffman, 1973; Roulet et al, 1985; Sinclair v Coulthard, 1975). Elacto se refiere a las funciones ilocutivas e interac: tivas de los diferentes movimientos. Una intervencién puede estar formada por un tinieo acto o por mis de uno, ‘Veamos cémo funcionaria este tipo de planteamien: to en el siguiente fragmento inicial de una conversa- ign telefénica: A —riitng 2) B_ —stop AIDS project, hello! 3) A —hola! com ests? 4) Bo be: cu? abt els disquets! 5) A —molt bé, molt bé, perfecte! Ca TR: YA —riting 2) B_ —stop AIDS proyecto, jhola! 3) A. —jhola! como estas? 4) B_ —biessn cy wiz? jaht los disquetest 5) A —jmuy bien, muy bien, perlectot fl La primera intervencién —2)— esté constituida por tres actos: el primero —stop AIDS project— seria una respuesta a 1) y, a la vez, sirve de identificacién oficial del organismo en el que trabaja By el tercero —hellol— es la primera parte de un saludo; 3) ests formade por dos actos: ef primero —hola’— es una respuestra al saludo anterior y el segundo —comt estas? es una pte- sunta; 4) est Compuesto por tres actos: el primero —bé— es una respuesta a la pregunta anterior, el segundo —é 11?—es una pregunta y el tercero — o «cruel», etc. En cualquier caso, hay elementos como el registro utilizado o las ‘expresiones de cortesfa, entre otros, que sirven de indi ‘cadores del grado de formalidad de una interaccién, 6. Los instrumentos ineluyen: 1) el canal, es decir, ‘el medio a través del cual circula el mensaje; en el caso n de la comunicacién oral cara a cara, el canal es auditi vo y visual, en el caso de la comunicacién telelénica, s6to auditivo, y en el caso de la comunicacion escrita, ‘manual y visual. 2) Las formas de hablar, es decir, aque. Ia parte del repertorio verbal que se elige y se activa en un intercambio conereto (lengua, dialecto, registro y Is posibles alternancias entre ellos). 3) Todos los ele- mentos cirtésicos y proxémicos (gestos, posiciones de Jos cuerpos) que se dan con el hablar. Tendriamos que atiadir aquf, entre los instrumentos, las vocalizaciones, ruidos como inns, ajd, ah, entre otros, que tienen una funcion comunicativa muy importante y que se situa. fan en la frontera entre las palabras y los gestos. 7. Las stonmas son tanto de inieraccion como de interpretacién. Las normas de interaccién regulan la toma de la palabra: quién puede intervenir y quién no, de qué manera se interviene (espontineamen pidiendo la palabra), si se puede interrumpir 0 no, si hemos de esperar a que se nos pregunte, etc. Las nor- mas de interpretacién se refieren a los marcos de refe- rencia compartides que permiten interpretar adecua- damente tanto Jo dicho como lo no dicho; son los mecanismos en que se basan la indireccionalidad, las implicaturas, la cortesfa, las presuposiciones, y que permiten a los participantes realizar procesos de infe- rencia para interpretar las intenciones de los demas (Tusén, 1991). No hay que confundir el concepto de norma» con el de «regla», Las normas son tendencias de comportamiento habituales (Bourdieu, 1982; 1990) y compartidas por los miembros de una colectividad, {que funcionan en términos de lo que habitualmente se considera como una actuacién apropiada para una situacion determinada. 8. Elgénero atiende al tipo de hecho comus vo (conversacién espontinea, consulta médica, debate politico, etc.); ef concepto de género ha dado pie a ‘mucha literatura (véase la revision que realizan Gin- ter y Knoblauch en su trabajo de 1995); en lo que los 8 autores parecen estar de acuerdo es en ue los géneros se caracerizar desde un punto de ita sociocultural Bi que oe ascelan deteminadas uso hngletice-comt- nicthos. Al mismo tempo inchiye Ins secuencis ds- Curivas 0 textuales que pesdemon encontrar en La in- feracelda que descrbinos (naracion, deserpeién, Gilogo, ete). Normalmente (akobson, 1963: Adam, 1992; Adam y Reva, 1998), ora ea tipo de inter: Gon existe una seevencin discursiva daminante (rg tmenrativa en el debate, dilogal en la comersacion Cpuntinea, ele) junto ala ual se pueden presentar {una neracion en un didlogo, un dilogo en una expo- sion, et) Estos son los componentes de cualquier evento comunicativo. Ahora bien, cuando'sedeseribe un inter- cambio concréto, hay que tener en cienta como se a culan esos componentes, es decir, cuales de entre ellos Sobredeterminan alos otros. Por ejemplo, en una enire- Yista lo habitual es que Tos «participantes» sea el com- onente alrededor del cual se organicen todos los de- nis, porque son las caracteristicas de las personas que Jntemvienen en el encuentro la especial relacion que se tstablece entre ellas_(entrevistadoria-entrevistadota), fs que condicionan las normas de interaccién. el regis- tro que ee elegi, etc, y, por io tanto, las que nos per- mniten decir que se trata de una entrevista el tipo que ta) y no de otro tipo de hecho comunicativo. Esto oct fre anf porque esor Componentes son siempre interde- pendiemtes; asi, una determinada relacién entre Tos Partiipantes requeriré unas normas de interaccidn; un enero, una seeutencia de actos; una loealizacion espa Sloctemporal, un penero prototpico, ete CarituLo 6 TODOS CONVERSAMOS, PERO... ¢LO HACEMOS DEL MISMO MODO? ‘Alo largo de los capttulos precedentes hemos esta do tratando de la conversacién —o de la interaccion verbal oral— en términos generales, y poniendo sobre todo el acento en aguellos aspectos que hacen que los ‘encuentros comunicatives funcionen bien, a pesar de fos complejos mecanismos que hemos de poner en marcha para ello, Podriamos alicmar que, hasta ahora, hemos estado manteniendo una posicién , What's your name? Hit my name is Amparo Oh! Amparo! and where do you come fram? From Barcelona, Span. ‘—Onch! REALLY? That's wonderful, { heard that its ‘beautiful city! Yes, oh, Hike it very much, too. Heme X And what is your field? A —Linguistic anthropology X Oooh! REALLY? How interesting! X Hola! Me llamo ws. pasa larga, también 0 <9>, indi ccando segundos t tono agudo lL tono grave ae ritmo acelerado Te ritmo lento subr énfasis MAYUS. mayor énfasi slargamiento de un sonido > piano (dicho en voz baja) pp _pianissimo (dicho en voz. muy baja) f forte (dicho en vor mas alta) ff fortissimo (dicho en vor muy alta) 4. Simbolos relativos a los turtos de palabra al principio de un turno para indiear que ‘no ha habido pausa después del turno anterior ‘= solapamiento en dos turnos, Para sefialar que B interviene aprovechando un pequeio silencio en la intervencién de A: A —{Ojalé venga pronto! de verlat B iy, sit {Tengo unas ganas 5. Ovves simbolos: 0 fendmenos no léxicos, tanto voeales como no vocales, pe. {risas}, {mirando a B], oO palabra ininteligible 0 dudosa, ala izquierda de la inea para sefalar algo de interés especial para el andlisis. 72, @Dénde estan las zapatillas? La imeraccién que vamos aanalizaren est apart: dose desareolla durante unas vacaciones de Pasct en tin pueblo de la costa alicantina, una manana a a hora del esnyuno, ea el comedor slo de estar de una casita que los participanter, como en otras ocastones, ha Aigulldo pars pasar una semana de vaceclones juntos, La dsposicin esl siguiente: 101 ' # 1Los participantes en el intercambio son cuatro: H es ide cuatro afios y medio en el momento de la itabacion, hija de My L, ambos profesores; A es una amiga {ntima, también profesora. » 2) 3) a A. een casa de quiénl te dormiste? 1H —Se puillel A. men casa de guile gy dénde estaba guille? Hen el cnall 5) A. —ey note despartaste cuando te cogiimos? pause '8)-H —equién me cogi? 2 A —laisicall : 8) —pero cen brazos solo? 9) M [entrande] y se dejo tus zapatillas alt 10) It --eso ya me lo ha dicho <..> y se los he pedido per pat <..> Pues 11) que me pongan unos zapatos porque sino. 12) A. Sho te podras levantar de a sila je je 13) WH [fefialando el plato, a A] csabes lo que son? 14) Mi [entrandol () vas aie descalza<,..>=si vas air = ‘descalzal 1) A meque son? 16) helenal lo tnico que no se te tiene que ocurrir nunca es abi 17) lanevera zeh? 102 18) H_ —ino, not que decfa que me DIERAN unos ZAPATOS! 19) M_—bueno! bien! pero puedes ir descalza por aqui 20) Ho —no <..> es que vy a salir ahf fuera y me molestarian las 21) piedras 22) M “ahi, mis vale que salgas por ai, helena, ivgar, que hoy 23)" hace mucho calor, cain! 24) ——vale ~pero es que me molestarfan las piedras 25)-M [miranda] =buenol oyely el pan caus? tengo ‘que = iryo?) 26) L tinaudible) 27) A —ovel ya voy yo y de paso me compro cil taba coll, 28) 1 (inaudible) 23) M — hijo! 30) H —qu~ zadénde va? 31) M —acomprar el pant 32) A. —quereis que compre algo més? 33) H_ sil gpero para queé va al mas? 34) A. —=zpara que que? = 35) M_—=al marl nol aco=mprar el PAN, 36) Hach’ (reas) 32) A. —duerme un poguito me! helena 38) M sieie Laescena es la habitual, la que se produce casi cada fa, Cuando H se levanta, normalmente My A ya han desayunado y mientras H desayuna, alguno de los adul- tos se sienta con ella para hacerle compatifa. En esta ocasién es A quien esta con la nif, mientras M entra y sale yendo de la cocina al comedor y Lest aun medio dormido en el sofé. La grabadora esta encima de la mesa, entre Ay Hy, excepto A, nadie sabe que esté fun- cionando (més tarde, los participantes en esta conver- sacién oyeron la grabacién y discutieron aspectos de su contenido), Junto a la mesa, hay unas puertas correde- ras de cristal que dan a un pequefo patio con grava. 103 Las seeviencias que podemos apreciar en esta con- ‘versaciGn son las siguientes: 1, De 1) a 8) Ay H hablan de lo que ocurrié la noche anterior: de donde se durmio H (en casa de unos ‘amigos adonde habian ido a cenar) y de cémo fue tras- Tadada, dormida, hasta su casa y hasta su cama. 2. De 9) a24) —con excepcién de 13) y 15)— se habla del olvide de las zapatillas y de los problemas derivados de ese olvido. El paso de la primera secuencia a Ja segunda esta marcado por la apari- cign de an nuevo participante, M, y la introduccién del elemento léxico «zapatillas» que marca cl tema de la secuencia. Dentro de este fragmento, 13) y 15) constituyen un. intento de continuacién del tipo de intercambio que se estaba produciendo entre Ay H: H le pregunta a A si sabe lo que est4 desayunando; pero queda truncado con la nueva entrada en el comedor de Men 14), quien continta con el tema de las zapatillas. 3. De 25) a 32) se habla de la compra del pan. EL paso de la secuencia anterior a ésta se produce a través el uso de varios indicios contextualizadores, tanto ver- bales como no verbales: 2) «ale», tipica pieza «fronteriza», en 24), 6) una pausa larga tras el evales, (Esto explica el solapamiento entre el resto de la intervencién de Hy de M, quien interpreta estos dos indicios como si H diera ya por terminado lo que se ‘estaba hablando.) ‘e)_ «bueno», en 25), otra pieza fromteriza tpica, 2) un cambio en la posicién del cuerpo de My en la dizeocién de la mirada, ditigiéndose a L, ‘) Ta incorporacién de un nuevo participamte —L— ala conversacién, ‘) laintroduccién del elemento xcompra del pan», {que se convierte en el tema de la secuencia. 108 4, De 33) a 38) el tema es Ia propia conversacién, ‘ya que se produce un malentendido al haber entendido H «mar» por epans y en esta secuencia, iniciada por la pregunta de Hen 33), que desvela el malentendide, se soluciona y se ironiza sobre él El anilisis de las secuencias que componen este hecho comunicativo permite apreciar algunas de las caracterfsticas t{picas de Ia conversacién esponténea: los cambios frecuentes de tema y la variacién en la constelacién de los participantes (A y H, en la primera; My H, en Ia segunda; M, Ly A, en la tercera, y H, My Aen la cuarta). Hablemos ahora de las finalidades. En la primera secuencia, Ia finalidad de A ¢s la de conversar (y obte- ner, al mismo tiempo, material grabado) y la finalidad de Hf es la de saber como llegé a su cama. En la segun- da, podrfamos decir que hay una finalidad global com- partida por las dos protagonistas de este fragmento, H ¥ M, que consiste en solucionar los problemas deriva- dos del olvido de las zapatillas; pero, 2 la vez, M tiene otra finalidad, que se maniliesta de forma velada, pero que tanto L como A entienden y que es «reftire a L, el padre, ya que es el responsable del olvide de las zapati las. Es evidente que, para llegar a esta conclusién, se necesita saber algo més sobre lo que ocu:ti6 la noche anterior a la escena que estamos analizando. La nifa, un rato después de cenar, se fue a dormir a la cama de Guille, el nifio-de la casa, que se habia ido al cine, Cuando L, M y Ase dispusieron a salir para regresar a su casa, s¢ produjo una distribucién de tareas: M fue a acercar el coche a la casa, L fue a recoger ala nia, dor- tmida, y A se encargé de recoger los bolsos y otros obje- tos de L, M, H y ella misma. Lo que ocurié fue que el padre, al coger en brazos a la nifa, se olvid6 de récoger sus zapatillas, que estaban en el suelo, al lado de Ia cama. De tal manera que, en la secuencia a la que nos estamos refiriendo, todas las dificultades que la madre 108 expone a su hija son un mensaje al padre —el verdade- ro destinatario—, que esté presente, haciéndole ver las complicaciones que su descuido va a provocar (ade- més, hay que saber que FT no tenia allf otros zapatos —inlormacion que los adultos conocen pero la nifia, ‘no—ya que los padres consideraron que para pasar cua: {to dias a orllas del mar con un par tenia suficiente). Este sentido impltcito en el discurso de M queda ‘més claro cuando se inicia la tercera secuencia, Cambia de tono en su voz —hasta entonces suave— para dirigir- sea Ly «acusarle» de que wencima de todo» ain no ha ido a comprar el pan, tarea que hiabitualmente le esta asignada. En esta tercera secuencia, si bien la finalidad global consiste en solucionar Ia compra del pan, tam bign es importante sefialar Ia finalidad de A, en 27), ‘quien, habiendo comprendido que esti a punto de esta: lar el contflicto, se propone a s{ misma para ir a com- prarlo, buscando una excusa que es comprarse también cl tabaco; que eso es una excusa lo demuestra el alarga- mento vocalico de e:l en ey de paso me compro e:1 tabacor, que indica que esta pensando qué puede decir ppara que su ofrecimiento resulte aceptable. 1a finalidad de la dlkima secuencia es la de solucio- nar el malentendido de H, y A aprovecha para intentar poner un poco de humoren la situaci6n mas bien tensa, El anzlisis de las finalidades que acabamos de hacer revela dos. aspectos de interés especial. En. primer lugar, la importancia que en la interpretacién de lo que focurte en na conyersaci6n tiene el conceimienta de precio © de fondo (sbackground knowlege»), en el que Ccontfan los propios conversadores para la creacién del sentido conversacional. En segundo lugar —y ligado a lo que acabamos de decir, las ventajas que tiene In ‘observacién participante ya que permite conocer mejor las intenciones y las presuposiciones con que actan Jas personas que conversan. Respecto a las normas de interaccion, funcionan las Lpicas de la conversacién espontanea (véase 5.1, supra). 106 Los turmos de palabra no estan asignados previamente y cada participante interviene o bien autoseleccionandose ‘© como respuesta a la seleccisn que hace quien tiene la Palabra, Las normas de interpretacién son compartidas por fos tres adultos pero no siempre por fa nifia, como se ve en las secuencias segunda y tercera, en que Ly A comprenden la intencion de M, pero H, no. Por eso, mientras la madre va repitiendo lo que tiene que hacer y Jo que no tiene que hacer, la nina insiste en que le den ‘unos zapatos —incluso levantando la voz en 18)—, por- {que ésa es para ella Ia solucién (ella no sabe que no tie- ne mds zapatos y que su madre, en realidad, lo que quie re es poner en evidencia la «itresponsabilidads de L). Lor instrumentos uiilizados en esta conversacién estin compuestos por elementos verbales y no verbales, ‘como ocurre siempre en la interaccién eara a cara. La variedad utilizada es la del castellano estndar en su registro coloquial, familiar La descripeién y el andlisis de los componentes de ‘este hecho comunicativo nos llevan a identificarlo con cl género «conversacién espontinear. 73. Comprar o pedir? La siguiente interaccién se desarvolla en una paste- Jerfa. pocos dias antes de Navidad. A esta detras del mostrador y B. acaba de entrar al local. Esta disposi- cion de los participantes en este espacio concreto pro- totipicamente los caracteriza como vendedoras y sclientes y nos sugiere que la escena que va a seguir € luna situaci6n tpica de (ransaccién comercial DA hola 2) B Shon dia jo volia feria pregunta 3) A man 4) B —no tindria alguna cosa pels nois? | que se ‘suguen en lletd'abir 0 107 3 8 7 8) 9» 10) ry 12) 5) 1) 15) 16) 1» 1») 9) 20) 20) 22) 23) 2») 25) » 2 » » 2 ® ” a » 1®) H) antes d'ahir és igual lencara que sigui sec és igual Av alguna easeta? Bossi A. —esie vol hi han trossos dluquests fenseisindo- ‘elos) B —osigu Io que vu A. quant li fig? {pausal 1B —-com com com ho ven aixb? A a quatrecentes el quilo€ ain’ Bo.) A. Sara entra bastant en un B si no pero lish tinguéssiu de | abir o dantes ‘dabie A és que no tine res ara pergué tot ho fan aix! amb: | ho guarden ara al, ongelador i lavors ho fan torrar Be =ho= fan torradet | bueno | tuna altra vegada sera A molt bé B —gracies ch A. —adéu [B se val {silencio} 1B —{volviendo a entrar] que tinguin un bon nda A. —igualinent gracies A hola B buenos dias yo queria hacerle una pregunta A —digame Bano tendria algo para los chicos? | que lo rmojen en leche de ayer o ‘de antes de ayer es igual | aunque esté seco es gual A —alguna cosita? Boss A —asie quiere hay trazos de esos fensenindose- les} Bo sea!lo.que quicra A —ccusinta le pongo? (pauss) 12) B_ —gacémo.a cémo a cémo lo vende esa? 13) A. —aeuatrocientas el quilo es eso 1) BO.) 15) A. —ahora entra bastante en uns 16) B- —sino pero lst tuviera algo de layer o de antes de ayer 17) A —es que no tengo nada ahora porque todo Io hhacen ast con: Ilo 18) guardan ahora en elcongelador y entonces lo hacen hacen tostaditol bueno otra vez seré A muy bien B gracias eh A —adiés [B se va] {silencio} 1B —[volviendo a entrar} que tengan feliz navidad A. —igualmente gracias Ledesma y M. Lloret, 1991.) La conversacién se inicia con un tipice par adya- cente de salutacién. En 2), después de emitir la segun- da parte del par, B manifiesta metadiscursivamente lo ‘que piensa hacer y, en 3), Ale anima a que lo haga. A continuacién, en 4), B expresa su pregunta, pero al decir «dahir o diantes d'ahir és igual / encara que sigui sec és igual parece que pretende indicar que su inten- cién no es la de hacer una compra, al menos una com- pra anormal: o bien quiere una limosna 0 comprar algo muy barato. A, en 6), replte parte de ese enunciado ‘a modo de peticién de confirmacién, que B realiza en 7). Bn 8), A hace una sugerencia, sefialando uno de los productos baratos en venta. En 9), B, posiblemente confiade en gue A ha captado su intencién —esta pidiendo caridad—, refuerza més su posicién, la ima- gen que quiere ofrecer, dando completa libertad a A para que le dé lo que quiera. ‘Vemos que la intencién o el deseo de B es que A cambie su papel de vendedora por el de persona caritati 109 va y que le asigne a él el papel de menidigo en lugar del de cliente, y cree que lo est consiguiendo, Si ése fuera el caso, y en lugar de tratarse de una transaccién comercial se tratara de una «demandadonacién de caridad», parece que lo que esperarfames a continua 6i6n es que A Te diera algo a B, que éste se lo agradecie- ay que terminara la interaccién. Pero, en cambio, 1 que enicontramos en 10) es una pregunta tipica de vere dedora a cliente, lo que nos permite decir que lo que ha interpretado Aes que B quiere comprar algo que no ‘cueste mucho. La pausa gue sucede a este enunciado rnos muestra el desconcierto de B, que nota que A no ha Feconocido sus intenciones, la fuerza ilocutiva de sus cenunciados. Ahora bien, en 2), B, en lugar de insistir en la imagen que quiere dar —ta de persona necesitada— emite una pregunta sobre el precio de lo que ha sefiala- do A que, consciente o inconscientemente, refuerza la imagen que A tiene de él: Ia de comprador 0 cliente. Apartir de aqui, el conflicto, eausado por este fracaso cen la negociacion de las imagenes y de las intenciones, est servido. A intenta convencer al cliente de que lo que le ofrece es barato (ventra bastant en uni:s), B intenta volver a plantear su imagen de persona necesi tada («sf no perd Il si tinguéssiu de | ahir o d’antes dahir»), pero la interaccién termina sin que ninguno de los dos interlocutores haya conseguido sus objeti- vos: ni A vende, ni B obtiene una limosna, La secuencia final esta formada por unos enunciados preparatorios para terminar la conversacién en 19) y 20): 19) ‘bueno / una altra vegada sera, 20) A molt bé yun par adyacente de agradecimiento y despedida: 21) B ~gracies eh 22) A —adéu 110 A continuacién, B se va del establecimiento pero, después de unos segundos, curiosamente, vuelve a ent¥ar y se produce un nuevo par adyacente iniciado por él en el que felicita las fiestas a la vendedora, quien se lo.agradece y, a su vez, le felicita: 24) B_ —que tinguin un bon nadal 25) A —igualment gracies No podemos saber con exactitud qué motives induje- ron a Ba entrar de auevo en la pasteleria. Las posibles hipotesis son, presumiblemente, las tes siguientes: 4) Ba una dltima posibilidad a A pensando que, tal vee, ha recapacitado y se ha dado cuenta de la situa cin, 'b) Bese siente avergonzado por no haber compra- do nada a pesar de la amabilidad de la vendedora y decide acabar mejor el intercambio, ©) Blelicita ironicamemte a A. Parecerfa que la més plausible es b), dado que B, en todo momento, se muestra extremadamente delicado y poco decidido a imponer su imagen como mendigo, lo que hace més amargo el final. Es importante sena- lar que la vendedors, poco despuiés de que B saliera por segunda vez, se dio cuenta, por fin, de lo que habfa sucedido y, tremendamente avergonzada por su con- ducta, salié de la tienda por si aun estaba por allf B, pero ya no lo encontrs. Capituto 8 PERSPECTIVAS DE FUTURO Desde una perspectiva histérica amplia, vemos que cl interés por el uso cotidiano de las lenguas no ha hhecko mas que empezar. Ante nuestros ojes, sin embar- g0, se abren caminos hasta hace bien poco insospecha- dos y —por qué no decirlo— apasionantes, Si, como plantesbamos al principio, citando a Reyes, «somos To que hablamos y nos hablan y tambien lo que nos habla- ‘mos a nosotros mismos», qué duda eabe de que todo lo ‘que contribuya a conocer mejor ese «hablar» contribul- 5S, en consecuencia, a un mayor conocimiento de la naturaleza humana y de las restricciones sociales y cul- turales que regulan nuestros comportamientos com nicativos Las diferentes propuestas que se han presentado en. este libro tienen en comém, como hemos visto, el inte- rés por el estudio del uso lingiistico contextwalizado y comparten la vision de que la lengua es «un conjun- to de opciones ligadas al contexto y con significado social» (Gumperz, 1986). Este interés compartide por entender los usos lingdfsticos teniendo en cuenta los diversos factores que los condicionan constituye 10 que Verschueren llama la eperspectiva pragmatica» (Verschueren, 1995), que ha cristalizado en la forma- cin de una Asociacién Internacional de Pragmatica que acoge a estudiosos de disciplinas diversas —ciencia cognitiva, inteligencia artificial, filosofia, lingdistica, psicologta, antropologfa, sociologia, semiética, pedago- nz ¢gfa...— interesados por ahondar en el conocimiento del Tenguaje ert santo que es usado y en entiquecerse con los vances que se producen desde otros mbitos. Es inne- gable la Importancia que puede tener el caminar hacia una integracién de distintas perspectivas para Ta for- macién de un paradigma que permita descubrir los intrineados mecanismos que regulan algo tan basico en Ja actividad humana como es el comportamiento co- municativo. Si bien hay quien afirma —y no sin razén— que el estudio del uso linguistico esté atin en una etapa «pre- cientifica», los frutos —si se quiere parciales— que ya han dado las investigaciones en este campo son de gran interés, no solo desde un punto de vista tedrico sino también porque han empezado a introducirse en los planteamientos de determinados ambitos de ac- tuacion, En el campo de la ensefianza de Jas lenguas, por ejemplo, ha tenido una influencia indiscutible el con- cepto de scompetencia comunicativa», basico en los Mamados senfoques comunicativoss, que ponen el acento no ya en la mera adquisicién de estructuras gramaticales y vocabulario sino en Ia adquisicién y desarrollo de destrezas comunicativas teniendo en cuenta los aspectas culturales, situacionales y cogniti- vos del uso lingtiistico (véase, a modo de ejemplo, los trabajos recogidos en Lomas y Osoro, comps., 1992; Lomas, Osoro y Tus6n, 1993, ¥ Lomas, coord., 1996). Los planteamientos que hemos presentado abren campos de investigacién y de aplicacién nuevos y aportan instrumentos muy dtiles para el andlisis de cualquier interaccién comunicativa, pero pueden ser de un interés especial para entender lo que sucede en todas aquellas situaciones de la vida social mas insti- tucional en las que el uso de la palabra es necesario: enseftanza, administracion, justicia, sanidad, asisten- cia social, ete. Si bien en nuestras rsidades la presencia de 113, estas disciplinas es atin timida y parcial, es de esperar que, en un futuro no muy lejano, enteen a formar parte con pleno derecho en la formacién de todas aquellas personas interesadas por entender el fenémeno del uso Tinguistico en toda su complejidad. REFERENCIAS ‘Adam, Yean-Miche! (1992): Les textes: pes et protomypen: Rect, description, argumentation, explication et dialogtay Paris, Nathan. 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Brown, Gillian y Yule, George (1983): Andlisis del discurso, ‘Madrid, Visor Libros, 1993, Esta obra puede considerarse como un manual de andlists del diseutso y, como tal, revisa aspectos fundamentales de Tos lisos discursivos. Esta escrito con claridad y precision, lo que hace que s Iectura reste instructiva y placentera. Si bien se presuponen ciertos conocimlentos linguisticos, se puede Seguir con relativa focilidad por quienes no tengan una base muy fuerte en dicha Srea, Castella, Josep Maria (1992): De fa frase al test. Teories de is linguistic, Barcelona, Emptvies. I autor presenta, con declarado afin divulgador, gran parte de las propuestas que recientemente se ocupan del estu- fio del use linguistic, tanto oral como escrito, Ao largo de los eatorce capitulos que componen fa obra, se van explican do los conceptos Fundamentales que permiten dicho estudio. ‘Xbundan cadros y grdficos que facilitan el acceso al comple jo panorama te6rico que se presenta 121 Cortes Rodrigues, Lats ed.) (1995): Et espartl cologuial ‘etas del I Simposio’ sobre andlisis del discurso url, Almerta, Universidad de Almera, En estas actas se retinen trabajos de gran interés sobre los usos orales y su estudio, escritos por especiaistas en esos temas. Baste can repasar los titulos de las ocho contribucio nes que recoge la obra: «De la oralidad ritura» (ose Testis de Bustos), «Espahol cologuil y variacion lingustica» (Antonio Narbona), «Transcripeisn del discurso cologuiale (Lluis Payrat6), «Lo oral y lo escrito: lengua hablada, lengua excrta, escritura de la Iengua y diccién de la lengua» José Polo), «La atenuscién en la conversacién coloquial, Una categoria pragmaticas (Antonio Briz), «Las construcciones eco: exclamativas-eco en espafiol» (Gemma Herren), «Del discurso oral a la gramdtica: Ia sistematizacion de los mar condores discursivos» (José Portolés) y ~Comodidad y recus srencia en la organizacién del discurso cologuial (Ana Maria Vigara). Cots, Josep Mu: Nussbaum, Lucis Payrat6, Lluis y Tusén, ‘Amparo (1990): «Conversa(e)s, en Caperra. Revista de Filotogia, 7. Este artculo, que forma parte de un nimero monogritico de Ia revista Caplletra dedicado al Anslisis del Discurso, es luna inicoduecién al tema del andlisis de la. comversacién, Comienzs con una revision de Ine diferentes dsciplinas que hhan aportado el marco teGrico y conceptual a lot enfoques ‘ais actuals. A partir de aqu, os autores presentan una pro puesta de andlisis en Ia que se puedan inteprat los aspectos Tinguisticos y contextuales de cualquier interaccion, Escandell, M. Victoria (1993): Siroduccién a la pragmatica, ‘nueva edicién aetualizads, Barcelona, Ariel, 1996 Sunto.con el libro de G. Reyes (1990), esta obra ofrece una introduccién sistemtica y clara de Ins diferentes teorias y de Jos temas mas importantes que pueden sitoarse aetuaimente bajo el rotulo de epragmatieas, La autora dedica una parte importante del libro a demostrar Ia productivided de las explic caciones pragméticas aplicindolas a casos concretos de la 122 Tengua espafla tales como lox uss deta conjuncié . los uncle interropativs, is mcttor yaleratara Gumperz, John J, (1982): Discourse Strategies, Cambridge, ‘Cambridge University Press. Este libro es de Iectura obligada para quienes estén intere sados en cl anilisis de la conversacion desde la perspectiva de 1a socielingdistica interaccional. E] bilo conductor del libro es la necesidad de comprender el papel que desempena cl uso Tingnistico en la vida social, tenfendo en cuenta que el conoci ‘miento lingOfstico interactia con factores sociales y cultura Jes tanto en la produccion coma en la jnterpretacién del dis curso, Conceptos clave como los de inferencia o comvenciones. ‘contextualizadoras se popen al servicio de analisis de mues tras de conversaciones «naturales Kerbat-Orecchione, Catherine (1990-1998): Les interactions verbales, cmos I, Ily 1 Paris, Armand Colin. Kerbrat-Orecchione, Catherine (1996): La conversation, Paris, ‘Seuil (col «memo, Uno de los aspecto’ mas interesantes de los tes vole: nes dela primera obra que ctamos consiste en cl enfuerzo de So mutora por sponera convenars autores ycxcueae euro peony coudourdensey, de esta manera, inteprat len svan- esate shan Wo prodicind en lor dos continentesrespec= to alanis de las nveracciones verbs El pene vlumen tora dediead « presemarel enfogue imeraccioaly Ta estuc: tia de ly cnersactoen mie que om cl Segundo 36 iantean los procedimientg ue se ponea en funcfomamiento Para crear Gowtrar ls escionestterpersonsles a raves Uva imeraccicn verbal copccaimente la cores! tereero se dedica de forma morogratica ala exporicion y anslsi de its orincioes cultures que se pueden obvervat en lot ste thes conversacionles i gunto tule que offecemos de esta autora correspon de sn de vaacin en gu, con extrema hal dled claridad,repasa os asoctes fundamentales que pera {en entender los aiversos mecaniemor que hacen posible as 123 Leech, Geoffrey (1983): Principles of Pragmaties, Londres, Longman. Leech concibe Ia pragmatica como un modelo retérico aque estudis Is comuntcacion verbal tomando en considers cidn los fines que se persiguen y' lo que en tina sociedad se considera un comportamiento apropiado. Presonta esta «ret6- tet interpersonale como resilada bisicainente por dos pine cipios el de cooperacién y el de cortesia, y revisa la teorka de Jos actos de habla en funcién de las mndximas en que se des pliegan cada uno de ellos Levinson, Stephen C. (1983): Pragndticn, Barcelona, Teide, 1988 Junto con el libro de Leech, esta obra constituye uno de Jos puntos de referencia oblizados cuando se habla del andl: sis del uso oral contextualizado, Bl autor discute ampliamen- te conceptos bisicos como los de «pragmatican, slefien, ‘presuposicin, simplicaturae y eactode habla, a la ver qu presenta otras perspectivas como la etnometodalogia. Asi= ‘mismo, dedica un titimo capitulo a explorar las relaciones entre pragimética y otros carnpos com la lingistics, a socio- Iinguisticay la psicolingusstica, Payrat6, Lluis (1988): Catala colloquial. Aspectes de lits conent de la lengua eatalana, Valencia, Servei de Publi- ‘acions de la Universitat de Valencia, Esta obra es la primera dedicada al uso cologuial dela len- sguacatalana desde las perspectivas pragmiticn vsocilingdist= a, Constituye una clara tuestia de la potencialidad de esas dlisciphnas para ol estudio del habla cotidiana. Cualquier ir rmacion de carieter teérico viene avslada por una abundante ejampliticacion que hace este libro dablemente interesante, Reyes, Graciela (1990): La pragmdtica lingustiea. El estudio ‘del 1s0 del longue, Barcelona, Montesinos. Reyes, Graciela (1995): El abecé de fa pregmatica, Madrid, ‘arcolL ios, Estos dos libros pueden servir de excelente —y amena— introduceién para quienes se interesen por los usos verbales, 124 1a autora, a quien hay que alabar su inteligencia para hacer ssequible y comprensible lo complejo, revisa las principales fportaciones de Ta pragmética y ofrece ejemplos de aplica~ Clon al estudio de los usos de ciertos tiempos verbales en castellano. INDICE [Nota ala edicisn em lengua espastola Agradecinsiontos 0. Introduccion ae 1. «Habla como un libros / +Escribe como habla es evo posible? 2. Cuando conversamos, no todo lo que decimos es Joque parece 3. (Qué quilere decir sconversar=? Fl edificio de la comversacién 5. La conversacidn espontanea y otras tipos de in- teraceidn verbal 6. Todos conversamor, pero... lo hacemos del mis- mo modo? : ; 7. Registro de datos y metodologia de anilisis 8 Perspeetivas de futuro Referencias . Bibliografia comentada 3 38 54 or 40 7 m2 us 12 127

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