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Para que los miembros de una sociedad puedan convivir en armonía, hay ciertos
comportamientos o normas que deben acatar. Generalmente, estos tienen que ver con
nuestros valores y principios, que nos dicen cómo se debe actuar, y son, como ya lo
hemos visto, los que traemos del hogar, la Iglesia, la escuela.
Como las normas sociales varían, los derechos de la mayoría solo se pueden hacer
cumplir en la medida que no obstaculicen los derechos de los demás. Existen muchos
aspectos que considerar y respetar dentro de la ética social en su conjunto: la lengua, raza,
género, cultura, religión, educación, etc. Asimismo, a la hora de cumplir y hacer cumplir la
ética social, también hay muchos factores que no pueden ser dejados de lado, como los
valores familiares, creencias religiosas, la moral, la integridad, entre otras.
Pero para que las normas sociales realmente funcionen, existen ciertas prácticas que
deben ser aceptables por la mayoría, para poder ser tenidas en cuenta dentro de una
sociedad; por ejemplo, compartir con los demás, haciendo buenas obras, y,
principalmente, siendo tolerantes. Porque la ética social implica, fundamentalmente,
aceptación, respeto; principalmente a los derechos de todos los demás,
independientemente de las creencias individuales.
Al hablar de ética social, hay muchas cuestiones que promueven el debate. Por ejemplo,
temas como la economía, la inmigración, la pobreza y el hambre, el medio ambiente, la
homosexualidad y la tolerancia religiosa despiertan muchos cuestionamientos y generan
diversas opiniones. Otras cuestiones que también generan discusiones son la política y la
legislación, o la regulación de temas de la vida y la muerte, como el aborto, la crueldad
animal y la pena de muerte. A estas se agregan, últimamente, temas de bioética, la
clonación, la manipulación genética y la energía nuclear.
Complejo pero simple
El tema de la ética social es complejo; sin embargo, si dentro de una sociedad ciertas
conductas específicas son puestas en práctica, es muy sencillo. La regla de oro para una
convivencia pacífica es simple: respetar los derechos de los demás para que nuestros
derechos sean respetados.
Estos términos tienen diferente origen etimológico. La palabra "ética" viene del griego
ethos que significa "forma de ser" o "carácter". La palabra "moral" viene de la palabra latina
morales, que significa "relativo a las costumbres".
La moral es el conjunto de reglas que se aplican en la vida cotidiana y todos los ciudadanos
las utilizan continuamente. Estas normas guían a cada individuo, orientando sus acciones y
sus juicios sobre lo que es moral o inmoral, correcto o incorrecto, bueno o malo.