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2° Lector:
Señor Jesús,
hay manos que amparan y hay manos que firman sentencias injustas.
Haz que, ayudados por tu gracia, no descartemos a nadie.
Defiéndenos de la calumnia y la mentira.
Ayúdanos a buscar siempre la verdad,
y a estar siempre de parte de los débiles.
Y concede tu luz a quien, por misión, debe juzgar en el tribunal,
para que emita siempre sentencias justas y verdaderas. Amén.
Cantamos:
1
SEGUNDA ESTACIÓN:
JESÚS CARGA CON LA CRUZ
“Te adoramos Cristo y te bendecimos...
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo entero”
1° Lector:
Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, los soldados lo
desvistieron y le pusieron un manto rojo. Luego tejieron una corona de espinas y
la colocaron sobre su cabeza, pusieron una caña en su mano derecha y doblando
la rodilla delante de él, se burlaban diciendo: “Salud, Rey de los judíos.”
Y escupiéndolo, le quitaron la caña y con ella le golpeaban la cabeza. Después
de haberse burlado un largo rato lo llevaron a crucificar.
2° Lector:
Jesús ha hablado de la cruz y ha cargado con la cruz. Su cruz es nuestra cruz y
no podemos abandonarla. Sabemos que es una cruz pesada pero es una cruz
que salva. Que la dureza de nuestro espíritu se haga más flexible para modelarse
a imagen de Cristo. Amén.
Cantamos:
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TERCERA ESTACIÓN:
JESÚS CAE BAJO EL PESO DE LA CRUZ
“Te adoramos Cristo y te bendecimos...
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo entero”
1° Lector:
Despreciado, desechado por los hombres, abrumado de dolores y habituado a los
sufrimientos, como alguien ante quien se aparta el rostro, tan despreciable que lo
tuvimos por nada.
Pero él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias y
nosotros lo considerábamos golpeado, herido por Dios y humillado. Él fue
traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades.
El castigo que nos da la paz recayó sobre él y por sus heridas fuimos sanados.
2° Lector:
Señor Jesús, que te has humillado para rescatar nuestra debilidad, haznos
capaces de entrar en una verdadera comunión con nuestros hermanos más
pobres. Arranca de nuestro corazón toda raíz de miedo y cómoda indiferencia,
que nos impide reconocerte en los emigrantes, para dar testimonio de que tu
Iglesia no tiene fronteras, sino que es verdadera madre de todos. Amén
Cantamos:
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CUARTA ESTACIÓN:
JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE
“Te adoramos Cristo y te bendecimos...
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo entero”
1° Lector:
Simeón, después de bendecirlos, dijo a María: “Este niño será causa de
separación para muchos en Israel; será un signo de contradicción y a ti misma
una espada te atravesará el corazón”
2° Lector:
La madre dolorosa no puede faltar en la hora de la pasión. Ella tiene que ofrecer
su corazón de madre, cuando todos muestran su corazón de piedra.
En el vacío y en la angustia del Calvario la Virgen ilumina nuestra mente,
fortalece nuestro corazón y da frescura a nuestro espíritu para que podamos
continuar el camino con renovada esperanza. Amén
Cantamos:
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QUINTA ESTACIÓN:
JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRENEO
“Te adoramos Cristo y te bendecimos...
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo entero”
1° Lector:
Como pasaba por allí Simón de Cirene, padre de Alejandro y Rufo, que regresaba
del campo, le obligaron a llevar la cruz de Jesús. Luego condujeron a Jesús a un
lugar llamado Gólgota, que significa “lugar del cráneo.”
2° Lector:
Señor Jesús, en el Cireneo vibra el corazón de tu Iglesia, que se hace refugio de
amor para cuantos tienen sed de ti.
La ayuda fraterna es la clave para atravesar juntos la puerta de la Vida.
No permitas que nuestro egoísmo nos haga pasar de largo, y ayúdanos a
derramar el ungüento de consolación en las heridas de los otros, para hacernos
compañeros leales de camino, sin evasivas y sin cansarnos nunca de optar por la
fraternidad. Amén.
Cantamos:
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SEXTA ESTACIÓN:
UNA MUJER LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS
“Te adoramos Cristo y te bendecimos...
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo entero”
1° Lector:
Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban y mis mejillas a los que me arrancaban
la barba; no retiré mi rostro cuando me ultrajaban y me escupían.
Pero el Señor viene en mi ayuda, por eso no quedé confundido; por eso endurecí
mi rostro como el pedernal y sé muy bien que no seré defraudado.
2° Lector:
Señor Jesús… ¡Qué amarga es la indiferencia de quien creíamos a nuestro lado
en los momentos de desolación!
Pero tú nos cubres con ese paño que lleva impresa tu sangre preciosa, que has
derramado a lo largo del camino del abandono, que también tú sufriste
injustamente.
Sin ti, no tenemos ni podemos dar alivio alguno. Amén
Cantamos:
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SÉPTIMA ESTACIÓN:
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ, BAJO EL
PESO DE LA CRUZ
“Te adoramos Cristo y te bendecimos...
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo entero”
1° Lector:
¡Sálvame, Dios mío, ven pronto a socorrerme!
Que se avergüencen y sean humillados los que quieren acabar con mi vida.
Que retrocedan confundidos los que desean mi ruina y que vuelvan la espalda
avergonzados los que se ríen de mí.
2° Lector:
La ayuda del Cireneo no fue suficiente, Jesús cayó nuevamente en el polvo y así
se ofreció como espectáculo de nuestra fragilidad.
Conscientes de nuestra debilidad, pongamos en el Señor toda nuestra confianza:
él es nuestra fuerza, nuestra salvación y nuestra esperanza.
Sigamos peregrinando iluminados por la palabra de Dios, reconfortados por su
amor misericordioso y apoyados en su constante ayuda. Amén.
Cantamos:
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OCTAVA ESTACIÓN:
JESÚS CONSUELA A LS MUJERES QUE LLORAN POR ÉL
“Te adoramos Cristo y te bendecimos...
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo entero”
1° Lector:
Lo seguían muchas personas del pueblo y algunas mujeres que se golpeaban el
pecho y se lamentaban por él. Pero Jesús mirándolas les dijo: “Hijas de
Jerusalén, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos”.
2° Lector:
Señor Jesús, frena la mano que ataca a las mujeres. Libera su corazón del
abismo de la desesperación cuando se convierten en víctimas de la violencia.
Enjuga su llanto cuando se encuentran solas.
Y abre nuestro corazón para compartir todo dolor,
con sinceridad y fidelidad, más allá de la compasión natural,
para hacernos instrumentos de la verdadera liberación. Amén.
Cantamos:
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NOVENA ESTACIÓN:
JESÚS CAE POR TECERA VEZ BAJO EL
PESO DE LA CRUZ
“Te adoramos Cristo y te bendecimos...
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo entero”
1° Lector:
“Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les
pertenece el reino de los cielos”
“Felices ustedes cuando sean insultados y perseguidos y cuando se los calumnie
en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa
en el cielo; de la misma forma persiguieron a los profetas que les precedieron.
2° Lector:
Jesús, privado de sus fuerzas, cae por tercera vez. La cruz cada vez pesa más y
ese peso es por nuestros pecados. En estos momentos más que nunca el
Espíritu lo acompaña y le da fuerzas para seguir adelante.
El Padre lo llama para el sacrificio supremo.
Toda su vida fue un sí al Padre. También nosotros debemos intentar ser todos los
días el “sí” del Padre, ya sea en los momentos de alegría, como en los momentos
de mayor oscuridad. Amén.
DÉCIMA ESTACIÓN:
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
“Te adoramos Cristo y te bendecimos...
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo entero”
1° Lector:
Los soldados tomaron las vestiduras y las dividieron en partes iguales. Tomaron
también la túnica y como no tenía costura, porque estaba hecha de una sola
pieza de arriba abajo, se dijeron entre sí: “No la rompamos, vamos a sortearla,
para ver a quién le toca”. Así se cumplió la escritura que dice: “Se repartieron mis
vestiduras y sortearon mi túnica”
2° Lector:
Señor Jesús, queremos volver a ser inocentes como niños, para poder entrar en
el reino de los cielos, purificados de nuestra suciedad y de nuestros ídolos.
Retira de nuestro pecho el corazón de piedra de las divisiones, que hacen a tu
Iglesia poco creíble.
Danos un corazón nuevo y un espíritu nuevo, para vivir según tus preceptos y
observar y poner en práctica tus leyes. Amén
UNDÉCIMA ESTACIÓN:
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
“Te adoramos Cristo y te bendecimos...
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo entero”
1° Lector:
Jesús, cargando sobre sí la cruz, llegó al lugar llamado “del Cráneo”, en hebreo
“Gólgota”. Allí lo crucificaron y con él a otros dos ladrones, uno a cada lado.
Uno de los malhechores colgados en la cruz lo insultaba, diciéndole: “¿No eres tú
el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!”.
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Pero el otro ladrón le respondió diciendo: “¿Es que no temes a Dios, tú que sufres
la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con
nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho». Y decía: “Jesús,
acuérdate de mí cuando entres en tu Reino”.
Jesús le dijo: “Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso”
2° Lector:
Jesús está suspendido entre el cielo y la tierra, clavado sobre la cruz.
¡Es el crucificado! Él es la expresión del amor más grande, la manifestación de la
donación más generosa. Jesús fue crucificado por nuestra causa y a veces esto
nos cuesta entender.
Te pedimos, Señor, no te alejes de mí, hazme compañía.
No me dejes solo, tiende tu mano y levántame.
Yo creo que tú eres el Amor, y creo que tu voluntad es la expresión de tu amor;
por eso me encomiendo a tu voluntad, porque me confío a tu amor. Amén.
Cantamos:
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Permanecemos mudos frente al misterio de la muerte de nuestro Señor Jesús.
A veces pensamos que el mundo quiere actuar de esta manera con Cristo ya que
algunos hombres quieren borrarlo de sus vidas porque no confían en él.
Pero el mundo tiene una infinita necesidad del Señor, el mundo tiene hambre y
sed de Cristo.
Sin Jesucristo no habrá justicia, ni paz, ni amor.
Sin Jesucristo la fatiga cotidiana jamás será medio de fraternidad y redención.
Sin Jesucristo la familia no será sólida y segura.
Sin Jesucristo no habrá misericordia sobre los más necesitados.
Él es nuestra salvación y se entregó por nosotros, por nuestros pecados, porque
simplemente el es… AMOR.
1° Lector:
Los judíos le pidieron a Pilato que le hiciera quebrar de los crucificados y
mandara retirar sus cuerpos. Los soldados fueron y cuando llegaron a Jesús al
ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los
soldados le atravesó el costado con una lanza y enseguida brotó sangre y agua.
2° Lector:
La Virgen Dolorosa, en el infinito dolor del Calvario colaboró para dar al mundo la
verdadera vida. Que ninguno de nosotros cierre su corazón delante de la madre
dolorosa. Que el corazón destrozado de la madre y la muerte de su hijo no hayan
sido en vano: que cada uno de nosotros reciba su mensaje de salvación que
proviene de la cruz.
Que la madre dolorosa cultive en nosotros la vida de la gracia que nos preserve
del mal y nos asista en la hora de la muerte.
1° Lector:
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pidió
secretamente autorización para retirar el cuerpo de Jesús y Pilato se lo concedió.
Junto a Nicodemo lo envolvieron en una sábana blanca y lo colocaron en un
sepulcro cavado en la roca, donde nadie había sido sepultado.
1° Lector:
Él ángel dijo a las mujeres: “No teman, yo se que ustedes buscan a Jesús el
Crucificado. Él no está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a
ver el lugar donde estaba y vayan enseguida a decir a sus discípulos: Ha
resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea. Allí lo verán.
Esto es lo que tenía que decirles”
2° Lector:
El sepulcro de Cristo no es el final de su historia.
Cristo el Señor vino para darnos vida, con su resurrección él dio un sentido a
nuestra cruz y dio un sentido a nuestra muerte
Hemos sido creados para la vida.
Hemos sido creados para la luz.
Hemos sido creados para el cielo.
ORACIÓN FINAL
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