You are on page 1of 27

EL ROL DEL MINISTERIO PÚBLICO EN EL NUEVO CÓDIGO PROCESAL

PENAL

I.- INTRODUCCIÓN

La entrada en vigencia del Nuevo Código Procesal Penal viene trayendo una
serie de reformas importantes para nuestro país. Uno de estos grandes
cambios está referido a la importancia que tiene la participación del Fiscal a lo
largo del proceso y en cada una de sus etapas: investigación preparatoria,
etapa intermedia y juicio oral.

Como anota el magistrado Pablo Talavera “lo novedoso del nuevo modelo
procesal penal no es la atribución al Ministerio Público de la titularidad del
ejercicio de la acción penal, sino fundamentalmente la de director de la
Investigación Preparatoria desde su inicio (art. 322, 1); titular de la carga de la
prueba (art. IV.1 Título Preliminar) y su papel de fuerte garantía y de control de
la legalidad de las actuaciones de la policía (art. 68.2).

Con la instauración del código procesal penal se deja atrás el sistema mixto y
en efecto se inaugura un nuevo sistema penal, al cual podría denominársele
como una especie de cuarta vía penal, en virtud de que no es un sistema
acusatorio puro ni inquisitivo ni mucho menos mixto.

Es verdad que adopta casi todas las características del sistema penal
acusatorio pero con un ingrediente que no lo tuvo el sistema acusatorio en su
origen, es decir el Ministerio Publico.

Ahora que en varios distritos judiciales viene operando el nuevo Código


Procesal Penal, y poco a poco se deja de lado al Sistema Mixto para darle
cabida al Sistema Acusatorio Adversarial, y que lejos de la teoría y las
expectativas generadas ya se habla de la experiencia que este suceso origina
en nuestra realidad, no resulta difícil comprender cuál es la labor que
desempeña el Fiscal en la nueva estructura del proceso penal: conducir desde
su inicio en la investigación del delito. Pero que el Fiscal tenga esta atribución
no es un hecho novedoso, pues si revisamos el ordenamiento jurídico que
antecede, la persecución del delito y por ende su investigación, recaía en el
Ministerio Público. Así, la Constitución de 1979, encargó a esta Institución la
persecución del delito y la vigilancia e intervención en su investigación desde la
etapa policial.

De igual manera, la Constitución de 1993 nos refiere que es el Fiscal quien


debe conducir la investigación del delito la necesidad de reforma del proceso
penal y con ella la exigencia de participación interpuesta al Fiscal, no deviene
por ausencia de leyes, sino porque bajo el modelo mixto, La Constitución
Política de 1979, en su artículo 250°, ubicó institucionalmente al Ministerio
Público como un órgano constitucional autónomo estableciendo dentro de sus
atribuciones: “(…) b. Vigilar e intervenir en la investigación del delito desde la
etapa policial y promover la acción penal de oficio o a petición de parte(…)”.

El artículo 159° inciso 4 de nuestra actual Constitución Política refiere sobre las
atribuciones del Ministerio Publico: “Conducir desde su inicio la investigación
del delito. Con tal propósito, la Policía Nacional está obligada a cumplir los
mandatos del Ministerio Público en el ámbito de su función”.

El Fiscal ha venido tomando una actitud pasiva y hasta casi ajena a la


investigación, pues era prácticamente una generalidad que la etapa de
investigación preliminar de los delitos sea delegada a la Policía Nacional en su
totalidad, en otras palabras, los de la carga probatoria era los efectivos
policiales pues el Fiscal sólo se limitaba a adecuar jurídicamente los elementos
recabados por este personal y que llegaba a conocer una vez llegado el
atestado o parte policial sin muchas veces haber participado en las diligencias
practicadas.

En cambio, el modelo acusatorio adversarial no sólo pretende sino más bien


exige que el Fiscal asuma su rol de una manera directa y activa: así en el caso
que personal policial conozca la comisión de un hecho criminoso, la deberá dar
cuenta inmediata al Fiscal Provincial para que asuma la dirección de las
investigaciones tendientes al esclarecimiento de los hechos e individualización
de los autores y/o cómplices. En un escenario delictuoso hay procedimientos
que realizar y que son de exclusividad de la Policía Nacional como por ejemplo
aquellos actos destinados a conservar y proteger la escena del crimen hasta
que llegue el Equipo Técnico Especializado designado y recoja los posibles
instrumentos y objetos del delito pero es de suma importancia que el Fiscal
como conductor de la investigación controle el desenvolvimiento de lo actuado
a fin de evitar futuros cuestionamientos sobre la legitimidad de los
procedimientos con los que se obtuvo determinado elemento o declaración.

La base del juicio oral tendrá un pilar fundamental en los elementos recabados
durante la etapa preparatoria, pues es en esta fase que se pone a prueba la
investigación realizada por el Fiscal adquiriendo el carácter de prueba aquella
evidencias que han sido admitidas y que cumplirán un objetivo concreto en el
proceso, por ella, las partes armarán y sostendrán sus teorías del caso y
finalmente, el juez resolverá.

II.- PANORAMA DEL NUEVO MODELO PROCESAL PENAL.

Es necesario, antes de realizar un análisis del rol del Ministerio Público como
sujeto Procesal en el Nuevo Modelo Procesal Penal, recordar y hacer un
repaso breve de las insuficiencias del antiguo molde procesal, así como los
motivos y las razones que han empujado a incorporar el sistema acusatorio en
nuestro sistema procesal penal, para culminar con los principios o líneas
rectoras que informan o sustentan el nuevo modelo.

a) Insuficiencias del antiguo modelo procesal

1.- Modelo procesal penal mixto, predominantemente inquisitivo y mínimamente


acusatorio. No obstante que se establece esta mixtura en el Código de
Procedimientos Penales de 1940, sin embargo, el modelo que predomina y
resalta es el inquisitivo. Así podemos mencionar, entre otras, el culto a los
formalismos, ritualismos, a la escrituralidad, la adopción del secreto de la
investigación incluso para las partes involucradas, y la conducción de la
investigación por el juez. Por su parte en el tema acusatorio sólo se vislumbra
en el acto del Juicio Oral, los principios de la publicidad, contradicción e
inmediación, pero con ciertas limitaciones y problemas que por el mismo
sistema adoptado no se cumplen a cabalidad. Como bien anota Arsenio ORÉ
GUARDIA (Manual de Derecho Procesal Penal, Lima 1996, p.16), el proceso
penal mixto quedó estructurado en dos etapas principales: el sumario o
instrucción, de corte inquisitivo; y el plenario o juicio, de corte acusatorio.

2.- Se contemplaba como proceso penal tipo al ordinario y por excepción, el


sumario, siendo que en la práctica ocurría todo lo contrario. Pues, más del
noventa por ciento de los delitos del Código Penal se tramitaban vía proceso
sumario, siendo esa la realidad que primaba y la excepción, los procesos
ordinarios. De esta forma, la mayoría de los procesos penales, eran conocidos
y resueltos por el Juez penal que al mismo tiempo investigaba y fallaba en un
caso en concreto, contraviniendo el principio de la imparcialidad. Es interesante
citar al profesor Juan MONTERO AROCA (Principios del proceso penal,
Valencia 1997, ps.86-87) cuando argumenta que la esencia de la potestad
jurisdiccional consiste en que el titular de la misma no puede ser, al mismo
tiempo, parte en el conflicto que se somete a su decisión. En toda actuación del
Derecho por la jurisdicción han de existir dos partes enfrentadas entre sí, que
por lo mismo son parciales, las cuales acuden a un tercero imparcial que es el
titular de la potestad jurisdiccional, es decir, el juez o magistrados. Este
proceso penal ordinario tenía tres etapas: la instrucción, la etapa intermedia y
el juzgamiento. La instrucción o investigación judicial que es dirigida por el Juez
o ad quo, y la segunda y tercera fases, sobreseimiento y/o acusación,
ofrecimiento de medios de pruebas y otros, la conducción del debate oral y el
fallo le correspondía a la Sala Superior o ad quem. Bien explica el maestro
César SAN MARTIN CASTRO (Derecho Procesal Penal, Vol. I, Lima 2003, p.
430) que en la primera etapa se reúnía el material fáctico necesario que, en su
momento, merecerá ser juzgado en la segunda etapa, determinándose –por un
lado- si existen bases suficientes para calificar la antijuricidad penal del hecho y
–por otro lado- si pueden ser imputados o acusados a una persona
individualizada. En la segunda etapa o fase, la intermedia, de naturaleza
eminentemente crítica, que es la que se concentra en el análisis del material
recopilado en la instrucción a fin de determinar el archivo o sobreseimiento de
la causa o la procedencia del juicio oral. En la etapa o fase de enjuiciamiento,
una vez que se ha decidido que existen bases para acusar y juzgar a una
persona, se procedía al juicio oral y público que termina con la expedición de
una sentencia. Esta vía ordinaria, sin embargo, con su problemática y
limitaciones, era de mínima aplicación.

3.- Este sistema procesal se elaboró pensando en otro tipo de criminalidad. En


efecto, debemos tener en cuenta que si bien se han realizado una serie de
sucesivas modificaciones al Código de Procedimientos Penales de 1940, sin
embargo su elaboración y construcción se cimentó considerando en los tipos
de criminalidad de esa época, por lo que el cambio total, y no parcial era una
realidad patente. Pues con el correr del tiempo –más de sesenta años-, el
avance y desarrollo de la cultura de los países, de su industria y tecnología ha
motivado un nuevo cambio en las costumbres y modo de vida de las personas
y por ende esto ha influido también en las organizaciones delincuenciales,
siendo que en la actualidad su organización, su estructura y su modus operandi
ha cambiado radicalmente en un mundo globalizado, tomando hoy la
denominación de “criminalidad organizada”. De ahí que con razón el profesor
Fidel ROJAS VARGAS (Presentación del Código de Procedimientos Penales,
Lima 2003, p.07), señalara que el Código de Procedimientos Penales, hito
importante en el desarrollo del sistema acusatorio, expresa hoy así dos
momentos distintos de lectura. Augural y novedoso en los años cuarenta del
siglo precedente. Arcaico y desfasado en el presente, por lo mismo ineficaz y
motivo ideal para dirigir hacia él todas las limitaciones y perversiones de la
justicia penal. Finalmente, en este tema es necesario anotar que la criminalidad
organizada significa la criminalidad de varios miembros de la sociedad, que
más que para un hecho en concreto, se asocian generalmente por un tiempo
indeterminado y organizan su actividad criminal como si fuera un proyecto
criminal (Wilfried Bottke, Mercado, criminalidad organizada y blanqueo de
dinero en Alemania, Revista Penal N°02, Barcelona, p.02) y que el instrumento
principal de la mafia y de las demás organizaciones criminales no es la
violencia, sino la corrupción, pues esta última es por naturaleza propia
silenciosa, favorece la mimetización, permite conseguir el objetivo deseado con
menores riesgos y mina las instituciones desde su interior (Luigi Foffani,
Criminalidad organizada y criminalidad económica, Revista Penal N°02,
Barcelona, p.59).

4.- En el proceso penal sumario se obviaban los principios de la publicidad,


oralidad, inmediación y otros. La determinación de la sentencia se realizaba en
base a la apreciación de las diligencias practicadas en la investigación judicial
así como el mérito de la documentación acompañada en los actuados,
prescindiéndose de la aplicación efectiva de los principios indicados. Ya el
profesor Víctor BURGOS MARIÑOS (El proceso penal peruano: una revisión
sobre su constitucionalidad, en Revista Peruana de Doctrina y Jurisprudencia
Penales Nº03, Lima 2002, p. 91 y ss.) había señalado las diversas razones de
la inconstitucionalidad del proceso sumario: la reunión en una sola mano de las
funciones de investigación y juzgamiento, la delegación de funciones, la
sentencia se expide sin la previa realización de un juicio, así como se obvia la
publicidad.

5.- La investigación del hecho conducida por el Ministerio Público, pero sólo
como función pre procesal. El Fiscal dirigía la investigación preliminar pero solo
en lo que constituye los actos iniciales de la investigación, esto es, previo a la
apertura de la investigación judicial, luego de ello pierde toda dirección. Es
importante lo expuesto por el doctor José Antonio PELÁEZ BARDALES
(ElMinisterio Público. Historia, balance y perspectivas, Lima 2003, ps. 187-188)
que se ha cuestionado mucho la introducción de este nuevo proceso
acusatorio, aduciendo, entre otras razones, que el Ministerio Público no está
capacitado ni profesional, ni estructuralmente para afrontar una efectiva y real
conducción de la investigación en su etapa preliminar. Sin embargo debe
considerarse, que tales críticas carecen por completo de asidero, pues,
recientes actuaciones del Ministerio Público, en nuestra ciudad, han
demostrado que esta institución y sus Fiscales están suficientemente
preparados, con la ayuda y aporte de competentes asesores y de los cuerpos
técnicos de la Policía, para afrontar este gigantesco reto.
6.- Culto a la escrituralidad y donde el eje central constituye el Expediente. En
contravención al sistema de la oralidad se privilegia todas las diligencias
transcritas en las actas y la documentación que constituyen el legajo de los
Expedientes. Esto conlleva a decidir o fallar en mérito a lo que se encuentra
sólo en el Expediente -y no en una apreciación directa, inmediata, oral y
contradictoria de la prueba-, en los casos de los procesos sumarios, y porque
no decir también los ordinarios.

b) Razones que justifican el nuevo modelo procesal

Parafraseando al profesor Alex AROCA PÉREZ (El nuevo sistema procesal


penal, Santiago de Chile 2003, p.09) la reforma procesal penal en Chile (en
Perú) constituye, en esencia, una respuesta integral, coherente, frente a la
impostergable necesidad de adaptar el sistema de justicia penal a los
requerimientos de la sociedad actual Ya la Exposición de Motivos del
Anteproyecto de Código Procesal Penal de abril de 2004 señalaba que “Son
varias las razones que justifican que nuestro país cuente con un nuevo Código
Procesal Penal.
Desde un punto de vista del derecho comparado casi todos los países de
nuestra región cuentan hace ya algunos años con códigos de proceso penal
modernos; es el caso de Argentina, Paraguay, Chile, Bolivia, Venezuela,
Colombia, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Ecuador. Esta tendencia en la
legislación comparada tiene su razón de ser en la necesidad de que los países
de este lado del continente adecuen su legislación a los estándares mínimos
que establecen los Tratados Internacionales de Derechos Humanos
(Declaración Universal de los Derechos Humanos, Convención Americana de
Derechos Humanos y Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos). En
el orden interno la opción asumida por la Constitución de 1993 al otorgarle la
titularidad de la persecución penal al Ministerio Público obliga adecuar el
proceso penal a dicha exigencia constitucional. De otro lado la permanente
fragmentación de la legislación procesal penal ocurrida en las dos últimas
décadas convierte en imperiosa la necesidad de organizar toda la normativa en
un cuerpo único y sistemático y bajo la lógica de un mismo modelo de
persecución penal”.
De allí que Víctor CUBAS VILLANUEVA (Apuntes sobre el nuevo Código
Procesal Penal, El nuevo Proceso penal, Lima 2004, p. 7) sostenga que son
varias razones que justifican que nuestro país cuente con un nuevo Código
Procesal Penal, destacando tres:

1) Desde el punto de vista del Derecho comparado casi todos los países de
nuestra región cuentan hace ya algunos años con códigos de proceso penal
modernos; es el caso de Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile,
Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Paraguay y Venezuela.
2) La necesidad de adecuar la legislación a los estándares mínimos que
establecen los Tratados Internacionales de Derechos Humanos (Declaración
Universal de los Derechos humanos, Convención Americana de Derechos
humanos y Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos) y a las normas
contenidas en la Constitución Política del Estado que otorgan la titularidad de la
persecución penal al Ministerio Público.
3) La imperiosa necesidad de organizar toda la normatividad procesal en un
cuerpo único y sistemático, bajo la lógica de un mismo modelo de persecución
penal.

Una razón más que se puede agregar a las ya expuestas y es también


importante. Se trata de que con la incorporación a nuestro sistema penal del
sistema acusatorio, con sus bondades y defectos, constituye hoy por hoy un
modelo procesal penal que introduce y respeta los principios procesales que
tanto se pregona. De modo que era inevitable insertar este sistema, de lo
contrario el colapso en la justicia penal peruana se va agudizar. Ahora depende
de los operadores de justicia penal para que esto funcione, el Juez controlando
que se respeten las garantías y derechos de los sujetos procesales; el Fiscal
controlando y conduciendo el trabajo policial; y, la defensa a la expectativa del
cumplimiento del debido proceso.

c) Líneas rectoras del nuevo sistema procesal

El nuevo modelo procesal así como sus instituciones se edifican sobre la base
del modelo acusatorio cuyas grandes líneas rectoras a considerarse son:
1.- Determinación de los roles: separación de funciones de investigación y de
juzgamiento, así como de la defensa. La distribución de este trabajo en el
sistema de justicia penal era impostergable, no solo por el fundamento
constitucional, sino porque era la única forma de hacer operativo en la práctica
y que esto obtenga un resultado eficaz, en cumplimiento del principio de la
imparcialidad, ya que si el Fiscal es el titular del ejercicio de la acción penal
pública y a quien se encomienda también la carga de la prueba, quien mejor el
más indicado para plantear la estrategia de investigación y desarrollarla
conjuntamente con la Policía, formulando sus hipótesis y conclusiones al
conocimiento de una noticia criminal. Es interesante, abundando en este ítem,
lo expresado por Raúl Eduardo NÚÑEZ OJEDA (La instrucción del Ministerio
Público o Fiscal. Un estudio comparado entre la situación de Chile y España,
Revista Doctrina y Jurisprudencia Penales Nº01, Lima 2000, p.252) que la
existencia de la investigación preliminar a cargo del Ministerio Público sólo es
posible en el marco de un sistema penal inspirado en el principio acusatorio, ya
que surge como consecuencia necesaria de la adopción de aquella forma de
enjuiciamiento: al separar definitivamente la función requeriente de la persona
del Juez, encomendándosele al Ministerio Público (órgano natural para ejercer
la pretensión represiva), resulta claro que la tarea preliminar al eventual
ejercicio de la acción penal debe quedar en manos del mismo órgano
requeriente.

2.- Rol fundamental del Ministerio Público. De allí que en el trabajo desarrollado
y elaborado por el Ministerio Público (Propuesta del Ministerio Público para la
implementación del nuevo Código Procesal Penal. Diseño del nuevo sistema
de gestión fiscal, Lima en abril del 2005, p. 34) que fuera preparado
silenciosamente por un equipo de Fiscales bajo la presidencia de la doctora
Gladys Echaíz Ramos, se señale expresamente que en su nuevo rol, la figura
del fiscal se fortalece asumiendo una acción protagónica como director de la
investigación, que liderará trabajando en equipo con sus fiscales adjuntos y la
Policía, diseñando las estrategias a ser aplicadas para la formación del caso y,
cuando así corresponda, someterlo a la autoridad jurisdiccional, esta nueva
actitud conlleva a que en el proceso ya no se repitan las diligencias. El nuevo
Despacho Fiscal toma elementos del modelo corporativo de trabajo, el mismo
que permite la gestión e interacción de sus actores, incluyendo criterios
importantes para el control y seguimiento de sus servicios; recogiendo la
valiosa experiencia de veintitrés (ahora veintiséis) años de funcionamiento del
Ministerio Público en el Perú, en la formulación de una propuesta acorde con
nuestra realidad, considerando la diversidad geográfica y multicultural del país.

3.- El Juez asume unas funciones, entre otros, de control de garantías de los
derechos fundamentales de los sujetos procesales. Efectivamente, el nuevo
Código Procesal Penal le encomienda el control de la investigación realizada
por el Fiscal, en tanto se cumplan con los plazos y el tratamiento digno y
adecuado a las normas procesales de los sujetos procesales. De modo que la
víctima o imputado que cree se han vulnerado sus derechos procesales en la
investigación, de cuya dirección le compete al Fiscal, puede acudir al Juez para
que proceda de acuerdo a ley. Es interesante mencionar lo advertido por el
profesor español Manuel MIRANDA ESTRAMPES (El juez de garantías vs. El
juez de instrucción en el sistema procesal penal acusatorio, Revista Peruana
de Ciencias Penales, N°17, Lima 2005, p.456) que el ejercicio de las funciones
del juez no debe limitarse a convalidar formalmente las solicitudes del
Ministerio Público, sino que debe asumir un papel activo en defensa de los
derechos del imputado y de las demás partes. El Juez de la Investigación
Preparatoria no puede convertirse en un simple Juez estampillador. El control
judicial de la investigación llevada a cabo por el fiscal debe ser efectivo para
que realmente cumpla con la función de garantía que tiene encomendada y
para que el nuevo sistema procesal sea operativo.

4.- El proceso penal común se divide en tres fases: investigación preparatoria,


etapa intermedia y juzgamiento. La primera fase la conduce el Ministerio
Público. La segunda y tercera le corresponde su dirección al Juez. Este modelo
de proceso penal llamado común es el proceso único que contempla el Código
Procesal Penal.

5.- El Fiscal solicita las medidas coercitivas. A diferencia del anterior sistema
procesal, en el sistema acusatorio que imprime este nuevo Código Procesal
Penal, se faculta al Ministerio Público a requerir las medidas coercitivas, sean
estas personales o reales.

6.- El juzgamiento se desarrolla conforme a los principios de contradicción e


igualdad de armas. Esta fase la conduce el Juez y permite que el Fiscal
sustente su acusación, permitiendo asimismo que la defensa pueda contradecir
dicho argumento en un plano de igualdad procesal, equilibrando la balanza,
demostrando el juzgador su absoluto respeto y cumplimiento al principio de
la imparcialidad. Manuel JAÉN VALLEJO (Los principios de la prueba en el
proceso penal, Colombia 2000, p.21) explica que aparte de la oralidad e
inmediación, el principio de contradicción, inherente al derecho de defensa, es
otro principio esencial en la práctica de la prueba, al permitir a la defensa
contradecir la prueba. El profesor Florencio MIXAN MAS (Juicio Oral, Trujillo
1996, p.99) ha señalado que el contradictorio en audiencia se concreta –entre
otras modalidades- poniendo en conocimiento de los demás sujetos procesales
el pedido o medio de prueba presentado por alguno de ellos; por ejemplo, la
oportuna y eficaz práctica del principio del contradictorio entre el acusador y el
acusado hace necesario que éste tenga un defensor versado en las ciencias
penales, para que le oriente adecuadamente durante la audiencia y pueda
contraponer argumentos técnicosjurídicos a los que esgrima el acusador.
Finalmente, Kai AMBOS (Principios del proceso penal europeo, Colombia
2005, p. 67) ha referido que según la concepción moderna, la igualdad de
armas exige que las partes puedan presentar el caso bajo condiciones que no
impliquen ninguna posición desventajosa respecto de la contraparte. Ello
depende tanto de la apariencia exterior como de la elevada sensibilidad
respecto de una equitativa administración de justicia.

7.- La garantía de la oralidad es la esencia misma del juzgamiento: esta


garantía de la oralidad permite que los juicios se realicen con inmediación y
publicidad. Alberto M. BINDER (Introducción al Derecho Procesal Penal,
Buenos Aires 200, p.100-101) expone que la oralidad es un instrumento, un
mecanismo previsto para garantizar ciertos principios básicos del juicio penal.
La oralidad representa, fundamentalmente, un medio de comunicación: la
utilización de la palabra hablada, no escrita, como medio de comunicación
entre las partes y el juez y como medio de expresión de los diferentes órganos
de prueba.

8.- La libertad del imputado es la regla durante todo el proceso, siendo la


excepción la privación de la libertad del imputado. En el marco de un auténtico
Estado de Derecho, la privación de la libertad ambulatoria anterior a la
sentencia condenatoria, sólo puede revestir carácter excepcional. Junto al
derecho a la presunción de inocencia y como lógica consecuencia de éste
aparece que la prisión preventiva debe regirse pro el principio de
excepcionalidad. A la vez, la excepcionalidad emerge de la combinación entre
el derecho a la libertad y la prohibición de aplicar una pena que elimine
totalmente dicho derecho (James REÁTEGUI SÁNCHEZ, En busca de la
prisión preventiva, Lima 2006, p.153.)

9.- Diligencias irrepetibles, excepcionalmente es permitido cuando las razones


así lo justifican. En el sistema anterior había toda una repetición de diligencias,
desde manifestación policial, indagación fiscal e instructiva, tratándose del
imputado.

10.- Se establece la reserva y el secreto en la investigación. Entendemos como


reserva de la investigación cuando esto implica el mantenimiento en la esfera
particular de los sujetos procesales del contenido de la investigación, con
exclusión de los demás que no son considerados como sujetos procesales,
mientras que el secreto de la investigación significa el desconocimiento de una
diligencia o documento de la investigación de los sujetos procesales por un
tiempo prudencial (Jorge ROSAS YATACO, Derecho procesal penal, Lima
2005, p.559).

11.- Nueva organización y funciones de los Jueces y Fiscales. Este nuevo


modelo implementado por el Código Procesal Penal ha modificado
sustancialmente la estructura, organización y funciones del sistema de justicia
penal. Así, -como se verá más adelante- la Fiscalía de la Nación ha
incorporado la Fiscalía Corporativa, como la figura del Fiscal Coordinador.
Ocurre lo mismo en el Poder Judicial con los Jueces de la Investigación
Preparatoria, Unipersonal y Colegiado.

d) Rol fundamental del Ministerio Público

Siguiendo las enseñanzas del profesor chileno MAURICIO DUCE (El Ministerio
Público en la reforma procesal penal en América Latina: visión general acerca
del estado de los cambios, en Revista Vista Fiscal, Nº03, Lima 2005, p.09 y ss.)
nos describe la siguiente problemática:
1) Colaboración en forma decisiva para la abolición del sistema inquisitivo: En
una importante medida la sobrevivencia del sistema inquisitivo se explica por la
falta de transformación de la etapa de instrucción criminal la que constituye el
corazón del sistema. A decir de Alberto Binder una contribución fundamental
del Ministerio Público para lograr la abolición de la manera inquisitiva de ejercer
el poder penal es a través del desmantelamiento de la estructura del actual
sumario criminal o etapa de investigación; esto debiera llevar a recuperar la
centralidad del juicio oral y consiguientemente a la reestructuración completa
del sistema; este objetivo se logra mediante la desformalización de la etapa de
instrucción y la liberación de la responsabilidad persecutoria del juez que
interviene durante la investigación.
En efecto, el papel que debe desempeñar el Fiscal es fundamental para el
cambio de mentalidad y funcional acorde al nuevo modelo.

2) Constituirse en el motor que impulsa el trabajo medular del nuevo sistema:


La lógica del nuevo sistema opera en base a la idea de que una institución
fuerte estará a cargo de conducir la investigación, formular cargos en contra de
los acusados y representar a la sociedad en los juicios orales. Este nuevo
modelo requiere que el Ministerio Público asuma un ritmo de trabajo del
sistema para que éste funcione óptimamente. De allí que el Ministerio Público
se convierte en una especie de motor del nuevo sistema.
Hay dos áreas:
 Es una institución clave para desformalizar la etapa de investigación
criminal, lo que ha demostrado ser uno de los aspectos más deficitarios
del modelo inquisitivo vigente antes de la reforma en la mayoría de los
países de la región. Esta etapa era burocrática, ritualista y
excesivamente formalizada. El nuevo sistema requiere, que el Ministerio
Público sea capaz de dinamizar el proceso de investigación criminal
dotándolo de mayor flexibilidad, desarrollando trabajo en equipos
multidisciplinarios, coordinando más eficientemente el trabajo policial, en
fin, constituyéndose en un puente de comunicación entre el mundo de la
actividad policial y el trabajo judicial dinámico. El Fiscal del nuevo
modelo tiene que ser dinámico y flexible en su actuación, diseñando su
estrategia de investigación desde el inicio del conocimiento del hecho,
para lo cual podrá constituirse en el lugar de ocurrencia para tener un
conocimiento cabal del suceso y tomar las decisiones adecuadas.

 La actuación del Ministerio Público es fundamental para el diseño de una


política de control de la carga del trabajo que no sólo posibilite a la
institución funcionar dentro de parámetros de eficiencia y calidad
óptimos, sino también al sistema de justicia criminal en su conjunto. El
Ministerio Público es la institución que dispone de las herramientas
idóneas para establecer una política de este tipo y superar así uno de
los males endémicos de la justicia criminal en Latinoamérica: la
sobrecarga de trabajo de sus distintos operadores. Es por ello que, en la
mayoría de los procesos de reforma, se entregaron importantes
facultades a los fiscales para que no ejercieran la acción penal y
recurrieran, en cambio, a diversas manifestaciones del principio de
oportunidad, a salidas alternativas del sistema (acuerdos reparatorio,
terminación anticipada) y la aplicación de mecanismos de simplificación
procesal (proceso inmediato, colaboración eficaz, etc.). En efecto, el
Código Procesal Penal ofrece una serie de mecanismos procesales al
Fiscal para contribuir a la descarga procesal, decidiendo los casos
tempranamente.

3) Asumir el liderazgo en la promoción y protección de los intereses de las


víctimas: La víctima, actor tradicionalmente olvidado en la configuración de los
sistemas inquisitivos, adquiere un nuevo protagonismo con los procesos de
reforma traducidos en la consagración normativa de un conjunto de derechos a
su favor, buena parte de los cuales deben ser articulados por el Ministerio
Público, quien asume la obligación de promoverlos y tutelarlos. Entre ellos se
incluyen derechos tales como: el derecho a la información, reparación,
protección y asistencia. En efecto el testigo para el Fiscal es sumamente
importante en un juicio oral. Los problemas más importantes que se han
advertido se centran básicamente en las fases de la investigación preliminar
(diligencias preliminares), así como en la investigación preparatoria
propiamente dicha, de los Casos presentados ante el Ministerio Público, que se
analizarán a continuación.

La nueva estructura del proceso penal, nos presenta una distinción clara de las
funciones y roles de cada uno de los órganos y sujetos procesales, reservando
la función de investigación al Ministerio Público y la de Juzgamiento a los
órganos jurisdiccionales.

El ministerio Público asume la conducción de la investigación del delito desde


su inicio, a esta atribución se le impone el control de parte del Juez de la
investigación Preparatoria, como un sistema de control de garantías,
destinadas a evitar que se vulneren los derechos de las partes. El Juez asume
una función importante, la de controlar la legalidad del procedimiento y para
ello el NCPP cuenta con instrumentos legales que pueden hacer uso las partes
cuando consideren que sus derechos no han sido respetados, por ejemplo el
inculpado puede acudir en vía de tutela al Juez de la Investigación Preparatoria
para que subsane la omisión o dicte las medidas de corrección o de protección
que correspondan, durante las diligencias preliminares.

El NCPP, ha procurado garantizar al máximo la imparcialidad del órgano


jurisdiccional, razón por la cual, encargó la Investigación Preparatoria al
Ministerio Público, bajo el control del Juez de la Investigación Preparatoria, que
en si se constituye en un Juez de Garantías, disponiendo a su vez, que el
Ministerio Público, es el responsable de la iniciativa probatoria tendiente a
descubrir la verdad sobre los extremos de la imputación delictiva, al señalar
que tiene el deber de la carga de la prueba.
Desde esta lógica, el NCPP, restringe las facultades de investigación con que
contaba el Juez en el Código de Procedimientos Penales, limitándose en el
nuevo escenario la actividad del Juez a la de un tercero imparcial que controla
la investigación preparatoria a cargo del Fiscal y la función de decisión, dejando
de lado la doble función que le imponía el modelo inquisitivo, de investigar y
juzgar.

III.- ALGUNAS DIFERENCIAS DEL ROL QUE ASUMIA EL MINISTERIO


PUBLICO EN EL ANTIGUO Y NUEVO MODELO PROCESAL PENAL.

El nuevo rol del Ministerio Público en este sistema de hoy, es más serio, más
comprometido y más democrático que en el de ayer, veamos por ejemplo los
roles de ayer y los roles de hoy:

En el sistema mixto el Ministerio Publico tenía un papel de segundón, en la


actualidad es de principalia, en razón de que tenía que esperar lo que hiciera
otro. En el mixto el Ministerio Público no tenía la dirección de la investigación,
en la actualidad es el jefe de la investigación

En el mixto el Ministerio Publico tomaba el pleito penal para él y se enfrentaba


con el imputado en una guerra sin cuartel sin tomar en cuenta a la victima; en
la actualidad el delito no es solo del Ministerio Publico y el imputado, la victima
cuenta.

En el mixto el Ministerio Publico no le importaba irrespetar los derechos del


imputado, en la actualidad es un promotor de la legalidad de los derechos del
imputado. En el presente el Ministerio Publico tiene la obligación y el deber de
proteger a la víctima y testigo del delito, en el mixto no era una exigencia.

Actualmente la investigación del Ministerio Publico deberá extenderse no solo a


la búsqueda de evidencias culposa sino también a las evidencias exculpatorias
Hoy día el Ministerio Publico tiene como papel importante poner en movimiento
la acción penal pública en la forma prevista por la ley.
El Ministerio Publico en la recolección de las evidencias tiene que procurar su
obtención sin contaminación, sin vicios, sin violación de derechos y apegada a
la pertinencia y legalidad de las pruebas.

Promueve la solución del conflicto penal por medio de medidas alternativas al


juicio o a una condena penal, es otra y una de las novedades más interesante
de la actual normativa procesal.

Otro papel que actualmente tiene el Ministerio Publico es la de ejercer la acción


civil en aquellos delitos que afecten intereses colectivos y difusos. Estos son
derechos de tercera generación como por ej. Delitos ambientales, etc.

El Ministerio Publico tiene como función también interponer los recursos


correspondientes cuando procesada en interés de la justicia y a favor del
imputado.

Otro rol que juega el Ministerio Publico es la de informar a la victima sobre, su


proceso penal. Hacer y respetar los demás derechos de la victimas contenidos
en los tratados internacionales, la constitución y las leyes.

IV.- PAPEL PREVENTIVO DEL MINISTERIO PÚBLICO EN EL DELITO

Un aspecto fundamental del Ministerio Publico en la aplicación de la política


criminal es la de prevenir el delito.

El modo de la prevención penal del delito que tiene el ministerio publico como
parte del engranaje de la política criminal es a través del desarrollo de acciones
encaminadas al cese del ataque y a la búsqueda de una decisión jurisdiccional
a la mayor brevedad, con la mayor simplificación y con mayor eficacia posible,
de manera tal que la sociedad en general y la victima en concreto recobren la
confianza en el sistema de justicia penal. La función del Ministerio Público en la
prevención del delito empieza en la fase preparatoria cuando este tiene la tarea
de recolectar las evidencias del hecho penal, pero debe hacer la recolección
legalmente y sin ningún vicio procesal que la pudiera excluir evidencias del
proceso. Muchas de esas evidencias se reúnen con la participación de la
policía judicial, en el caso nuestro, la policía nacional, y por tanto, el Ministerio
Público tiene que orientar y supervisar esta recolección para evitar su
contaminación. Como se puede ver, la calidad del caso deberá estar rodeada
de eficacia para que el juicio tenga éxito, y en consecuencia se consiga una
condena penal.

La doctrina en Alemania, por ejemplo, ha llegado a la conclusión de que no es


un recrudecimiento de las penas o leyes penales drásticas lo que evita o puede
tener resultado en el combate a la criminalidad, sino mas bien el aumento de la
intensidad y eficacia de la persecución. Al tiempo que doctrinarios de la talla de
Claus Roxin y Gunther Jakcos se expresan en el mismo tenor.
Pienso que los fiscales no tienen una función propia de prevención del delito,
ya que su intervención se verifica ex post facto, es decir, después que se
produce el delito es que llega la actuación del Ministerio Público. Sin embargo,
si existe alguna forma o una incidencia de carácter preventivo para prevenir el
delito que tiene el Ministerio Público es la de promover una eficiente
investigación en la recolección de las evidencias que de cómo resultado una
posible condena. Con ello no se deja impune el delito, se castiga al autor, se
cumple con la seguridad jurídica y la sociedad queda satisfecha.
No obstante, es bueno recordar y de manera especial a los fiscales, que el
derecho penal es la ultima repuesta que el Estado tiene que tomar para
contrarrestar el delito, así lo confirman tanto la teoría del derecho penal mínimo
como el principio de ultima ratio del derecho penal, cuyos preceptos han sido
desarrollados y ampliado por la doctrina universal, siendo los mismo adoptados
por nuestra legislación penal dominicana. (Ver art. 2 del cpp). En consecuencia,
la prevención del delito por la vía penal es subsidiaria y queda rezagada a un
segundo plano.

V.- UBICACIÓN INSTITUCIONAL DEL MINISTERIO PÚBLICO

En lo que respeta a la ubicación institucional del Ministerio Publico en nuestra


tradición jurídica, la pertenencia de este órgano publico al poder ejecutivo suele
provocar una inmensa desconfianza, aun bajo la vigencia del principio de
legalidad procesal más rígido.

Un Ministerio Público ubicado fuera de la mano del gobierno central en cierto


modo ataría de las manos al poder ejecutivo en la implementación de gran
parte de sus políticas públicas, Piénsese por ej. En un gobierno que pretende
desarrollar con éxito una política tributaria agresiva de control y recaudación.
¿Qué posibilidades de éxito tiene esa política si el gobierno no puede
intervenir, ni siquiera mínimamente, en la formulación de la política criminal de
persecución de evasores? El mismo supuesto se puede pensar para las demás
áreas de la poética del ejecutivo. Si tenemos en cuenta que la política criminal
puede estar estrechamente vinculada con las demás políticas públicas del
gobierno, no se comprende por qué razón se rechaza el modelo ejecutivo que,
en este sentido, resulta mucho más idóneo como instrumento de política social
Las transformaciones recientes del derecho penal, por otra parte, hacen aun
más útil y necesaria la coordinación de política de persecución penal estatal
con las demás políticas públicas. La opción por el Ministerio Público como
órgano autónomo extrapoder, además de mantener la peligrosa ficción de la
persecución penal objetiva que fundó la inquisición puede provocar problemas
adicionales.

La decisión de confiar la política criminal de persecución a un órgano


completamente autónomo de los tres poderes tradicionales del estado no solo
contradice el principio de separación clásica de los poderes sino que puede
generar una situación de autismo institucional del órgano persecutorio de
consecuencias imprevisibles. Imagínese un Ministerio Publico que organiza
políticas persecutorias completamente inocuas para la protección de los
intereses fundamentales para la gestión del gobierno y las decisiones del poder
legislativo. Supóngase, también, en al inmensa gama de problemas que
pueden surgir por diferencias políticas y falta de coordinación entre el ministerio
publico y poder ejecutivo. Finalmente, desde el punto de vista de su naturaleza
originaria, el ministerio público siempre fue un brazo del poder ejecutivo y su
nacimiento estuvo ligado a las ordenanzas del ejecutivo
VI.- EL MINISTERIO PUBLICO

FUNCIONES
El artículo 60º del NCPP dispone lo siguiente:
1. El Ministerio Público es el titular del ejercicio de la acción penal. Actúa de
oficio, a instancia de la víctima, por acción popular o por noticia policial.
2. El Fiscal conduce desde su inicio la investigación del delito. Con tal propósito
la Policía Nacional está obligada a cumplir los mandatos del Ministerio Público
en el ámbito de su función.”

El Ministerio Público es el titular del ejercicio de la acción penal (véase el


numeral 1 del artículo IV del NCPP). En los delitos de persecución pública, el
ejercicio de la acción penal corresponde al Ministerio Público; mientras que en
los delitos de persecución privada, corresponde ejercer la acción penal al
directamente ofendido por el delito (numerales 1 y 2 del artículo 1 del NCPP).

El Ministerio Público ejercita la acción penal de oficio, a instancia de la víctima,


por acción popular o por noticia policial. El representante del Ministerio Público,
es decir, el Fiscal, conduce desde su inicio la investigación del delito. Con tal
propósito la Policía Nacional está obligada a cumplir los mandatos del
Ministerio Público en el ámbito de su función. (Véase los numerales 1 y 2 del
artículo IV del NCPP).

ATRIBUCIONES Y OBLIGACIONES

El artículo 61º prescribe lo siguiente:


1. El Fiscal actúa en el proceso penal con independencia de criterio. Adecua
sus actos a un criterio objetivo, rigiéndose únicamente por la Constitución y la
Ley, sin perjuicio de las directivas o instrucciones de carácter general que emita
la Fiscalía de la Nación.
2. Conduce la Investigación Preparatoria. Practicará u ordenará practicar los
actos de investigación que correspondan, indagando no sólo las circunstancias
que permitan comprobar la imputación, sino también las que sirvan para eximir
o atenuar la responsabilidad del imputado. Solicitará al Juez las medidas que
considere necesarias, cuando corresponda hacerlo.
3. Interviene permanentemente en todo el desarrollo del proceso. Tiene
legitimación para interponer los recursos y medios de impugnación que la Ley
establece.
4. Está obligado a apartarse del conocimiento de una investigación o proceso
cuando esté incurso en las causales de inhibición establecidas en el artículo
53.”

El Fiscal conduce la etapa de la Investigación Preparatoria; en consecuencia,


tiene las siguientes atribuciones y obligaciones:
- Actúa en el proceso penal con independencia de criterio; rigiéndose
únicamente por la Constitución y la Ley, sin perjuicio de las directivas o
instrucciones de carácter general que emita la Fiscalía de la Nación.
- Adecúa sus actos a un criterio objetivo; por tanto, practicará u ordenará
practicar los actos de investigación que correspondan, indagando no sólo las
circunstancias que permitan comprobar la imputación, sino también las que
sirvan para eximir o atenuar la responsabilidad del imputado (véase el numeral
2 del artículo IV del NCPP).
- Solicitará al Juez las medidas que considere necesarias, cuando corresponda
hacerlo.
- Interviene permanentemente en todo el desarrollo del proceso.
- Tiene legitimación para interponer los recursos y medios de impugnación que
la Ley establece.
- Está obligado a apartarse del conocimiento de una investigación o proceso
cuando esté incurso en las causales de inhibición establecidas en el artículo 53
del NCPP.

EXCLUSIÓN DEL FISCAL


El artículo 62 establece lo siguiente:
1. Sin perjuicio de lo dispuesto en la Ley Orgánica del Ministerio Público, el
superior jerárquico de un Fiscal, de oficio o a instancia del afectado, podrá
reemplazarlo cuando no cumple adecuadamente con sus funciones o incurre
en irregularidades. También podrá hacerlo, previa las indagaciones que
considere convenientes, cuando esté incurso en las causales de recusación
establecidas respecto de los jueces.
2. El Juez está obligado a admitir la intervención del nuevo Fiscal designado
por el superior.”

Sin perjuicio de otras acciones previstas en la Ley Orgánica del Ministerio


Público, el superior jerárquico de un Fiscal, de oficio o a instancia del afectado,
podrá reemplazarlo en los siguientes casos:

- Cuando no cumple adecuadamente con sus funciones o incurre en


irregularidades.
- Cuando no se hubiera apartado del conocimiento de una investigación o
proceso estando incurso en las causales de inhibición establecidas en el
artículo 53 del NCPP, después de las indagaciones que considere
convenientes.
El Juez deberá admitir la intervención del nuevo Fiscal designado por el
superior de éste.

El artículo 63º dice lo siguiente:


1. El ámbito de la actividad del Ministerio Público, en lo no previsto por este
Código, será el señalado por su Ley Orgánica.
2. Corresponde al Fiscal de la Nación, de conformidad con la Ley, establecer la
distribución de funciones de los miembros del Ministerio Público.”

DISPOSICIONES, REQUERIMIENTOS Y CONCLUSIONES


El artículo 64º señala lo siguiente:
1. El Ministerio Público formulará sus Disposiciones, Requerimientos y
Conclusiones en forma motivada y la específica, de manera que se basten a sí
mismos, sin remitirse a las decisiones del Juez, ni a Disposiciones o
Requerimientos anteriores.
2. Procederá oralmente en la audiencia y en los debates, y por escrito en los
demás casos.”

Como se puede apreciar del análisis del presente trabajo, el Fiscal en su


intervención en el proceso dicta Disposiciones y Providencias, y formula
Requerimientos (numeral 1 del artículo 121 del NCPP).

El Fiscal deberá expedir sus Disposiciones, Requerimientos y Conclusiones en


forma motivada y específica, de manera que se basten a sí mismos, sin
remitirse a las decisiones del Juez, ni a Disposiciones o Requerimientos
anteriores.
El Fiscal deberá proceder oralmente en la audiencia y en los debates, y por
escrito en los demás casos.

LA INVESTIGACIÓN DEL DELITO


El artículo 65º establece lo siguiente:
1. El Ministerio Público, en la investigación del delito, deberá obtener los
elementos de convicción necesarios para la acreditación de los hechos
delictivos, así como para identificar a los autores o partícipes en su comisión.
2. El Fiscal, en cuanto tenga noticia del delito, realizará -si correspondiere- las
primeras Diligencias Preliminares o dispondrá que las realice la Policía
Nacional.
3. Cuando el Fiscal ordene la intervención policial, entre otras indicaciones,
precisará su objeto y, de ser el caso, las formalidades específicas que deberán
reunir los actos de investigación para garantizar su validez. La función de
investigación de la Policía Nacional estará sujeta a la conducción del Fiscal.
4. Corresponde al Fiscal decidir la estrategia de investigación adecuada al
caso. Programará y coordinará con quienes corresponda sobre el empleo de
pautas, técnicas y medios indispensables para la eficacia de la misma.
Garantizará el derecho de defensa del imputado y sus demás derechos
fundamentales, así como la regularidad de las diligencias correspondientes.”

Como director de la etapa de Investigación Preparatoria, el Fiscal, en la


investigación del delito, deberá tener en cuenta lo siguiente:

- Deberá obtener los elementos de convicción necesarios para la acreditación


de los hechos delictivos, así como para identificar a los autores o partícipes en
su comisión; sin dejar de observar el criterio objetivo (véase el numeral 2 del
artículo IV y el numeral 1 del artículo 61 del NCPP).
- En cuanto tenga noticia del delito, según crea conveniente, realizará las
primeras Diligencias Preliminares o dispondrá que las realice la Policía
Nacional. Cuando ordene la intervención policial, entre otras indicaciones,
precisará su objeto y, de ser el caso, las formalidades específicas que deberán
reunir los actos de investigación para garantizar su validez. La función de
investigación de la Policía Nacional estará sujeta a la conducción del Fiscal
(véase el numeral 2 del artículo IV y el numeral 2 del artículo 60 del NCPP).

- Deberá decidir la estrategia de investigación adecuada al caso. Programará y


coordinará con quienes corresponda sobre el empleo de pautas, técnicas y
medios indispensables para la eficacia de la misma.

- Garantizará el derecho de defensa del imputado y sus demás derechos


fundamentales, así como la regularidad de las diligencias correspondientes.

- Los actos de investigación no tienen carácter jurisdiccional; por tanto, cuando


fuera indispensable una decisión de esta naturaleza, la requerirá del órgano
judicial, motivando debidamente su petición (numeral 3 del artículo IV del
NCPP).

PODER COERCITO DEL MINISTERIO PÚBLICO


- De acuerdo con su poder coercitivo, en caso de inconcurrencia a una citación
debidamente notificada bajo apercibimiento, dispondrá la conducción
compulsiva del omiso por la Policía Nacional. En ese sentido, realizada la
diligencia cuya frustración motivó la medida, o en todo caso, antes de que
transcurran veinticuatro horas de ejecutada la orden de fuerza, el Fiscal
dispondrá su levantamiento, bajo responsabilidad. (Artículo 66º del NCPP).

El Fiscal tiene las siguientes atribuciones:


 Dirige y conduce la investigación preparatoria desde un inicio.
 Ejerce la acción pública.
 Ejercita la acción civil derivada del hecho punible.
 Es responsable de la carga de la prueba.
 Conduce y controla los actos de investigación que realiza la policía.
 Solicita medidas de coerción procesal y medidas restrictivas o limitativas
 de derechos.
 Aplica el criterio de oportunidad.
 Propone acuerdos reparatorios.
 Formaliza y dispone la continuación de la investigación preparatoria y lo
comunica al Juez.
 Decide la estrategia de investigación adecuada al caso.
 Practica u ordena practicar los actos de investigación.
 Interpone los recursos que la ley establece.
 Emite disposiciones, las que deben ser motivadas.
 Garantiza el derecho de defensa del imputado y sus demás derechos
fundamentales.
 Garantiza la legalidad y la regularidad de las diligencias.
 Dispone la conducción compulsiva de imputados y testigos.
 Archiva las diligencias preliminares y plantea el sobreseimiento de la
investigación preparatoria.
 Solicita la actuación de prueba anticipada.
 Dispone medidas para proteger y aislar indicios materiales en los lugares
donde se investigue un delito para evitar su desaparición o destrucción.
 Recibe las denuncias escritas o sentar el acta de las verbales, así como
tomar declaraciones a los denunciantes.
 Vigila y protege el lugar de los hechos a fin de que no sean borrados los
vestigios y huellas del delito.
 Practica el registro de personas, así como prestar auxilio a las víctimas
del delito.
 Recoge y conserva los objetos e instrumentos relacionados con el delito,
así como todo elemento material que pueda servir a la investigación.
 Identifica a los autores y partícipes del delito.
 Recibe las declaraciones de quienes hayan presenciado los hechos.
 Levanta planos, ordena tomar fotografías, realizar grabaciones en video
y demás operaciones técnicas o científicas.
 Captura a los presuntos autores y partícipes en caso de flagrancia.
 Asegura los documentos privados que puedan servir a la investigación,
poniéndolos a disposición del Fiscal quien los remitirá para su examen al
Juez de la Investigación Preparatoria.
 Allana locales de uso público o abiertos al público.
 Efectúa, si es necesario y bajo inventario, secuestros e incautaciones en
delitos flagrantes o peligro inminente de su perpetración.
 Recibe la manifestación de los presuntos autores o partícipes de delitos,
en presencia de su Abogado Defensor.
 Realiza por orden del Juez la Investigación Preliminar en los delitos
dependientes de instancia privada o sujetos al ejercicio privado de la
acción penal.
 Instruye sobre sus derechos al imputado y respetarlos.
 Facilita al imputado y a su defensor el conocimiento de las
diligencias que se practiquen.
 Reúne información adicional de urgencia que permita la criminalística
para ponerla a disposición del Fiscal.
 Realiza las demás diligencias y procedimientos de investigación
necesarios para el mejor esclarecimiento de los hechos investigados.

Finalmente, es necesario agregar que reflexionar sobre el papel del ministerio


publico en una sociedad democrática; precisar el contenido de su actividad y
los alcances de su intervención, es una tarea ligada de manera ineludible con
el respeto de los derechos humanos de todos los involucrados en el proceso
penal y de forma particular, los del imputado.

La labor referida a la persecución es, sin duda, una de las manifestaciones del
poder público que más directamente afecta a los ciudadanos. El Estado le
atribuye en ese sentido al Ministerio Publico, en nuestro caso, la facultad, casi
irrestricta, del ejercicio de una buena parte del control social, con el apoyo de la
policía, que como fuerza pública, implica también un elemento de autoridad y
de control.
Es indudable que el ejercicio de esta función supone un cierto grado de tensión
-a veces de conflicto- entre la libertad y la seguridad, en consecuencia, su
intervención debiera justificarse, únicamente, cuando trate de asegurar
derechos, bienes y valores reconocidos por la constitución y los instrumentos
internacionales, sobre la base del principio de legalidad, conforme al criterio de
igualdad, necesidad y proporcionalidad.

La reciente modificación de nuestro ordenamiento procesal penal y la


promulgación del estatuto del Ministerio Publico, uno de cuyos cambios más
significativos es el protagonismo atribuido al ministerio publico en la
investigación, han repercutido, sin duda alguna, en su estructuración
organizativa, pero quizá, poco se ha discutido sobre sus problemas, su
ubicación y su fundamento. Como señala Alberto Binder, el Ministerio Público
no ha sido objeto de preocupación intelectual en America latina, no ha sido
protagonista del desarrollo de la doctrina constitucional y procesal penal y
tampoco ha generado un desarrollo doctrinario independiente.

BIBLIOGRAFÍA
 RAMIRO SALINAS SICCHA. “Conducción de la Investigación y Relación del
Fiscal con la Policía en el Nuevo Código Procesal Penal”- Artículo. JUS-
DOCTRINA N° 03, Editorial Grijley. 2007.
 VITOR CUBAS VILLANUEVA. “La Reforma del Proceso Penal Peruano”.
Anuario de Derecho penal 2004. Academia Nacional de la Magistratura (Págs.
213-235).
 CREUS Carlos. “Derecho Procesal Penal” Iniciación del Proceso. Editorial
Astrea, Buenos Aires – Argentina, 1996 (Págs. 21-35).

You might also like