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Universidad de Chile

Facultad Filosofía y Humanidades


Licenciatura en Historia
Seminario: La paz romana
Profesor: Raúl Buono-Core Varas.
Alumna: Solange Riquelme Ampuero.

El presagio de Druso y la expansión romana

Nerón Claudio Druso Germánico, mejor conocido como Druso el mayor, nació
en el 38 a. C y falleció el año 9 a. C. fue un reconocido General romano, hijo biológico
de Livia y de Tiberio Claudio Nerón, aunque al momento de su nacimiento, su madre
Livia estaba casada con Augusto, ante lo cual este lo adoptó. De hecho, Suetonio
menciona que Druso ʻʻpasó a ser fruto del adulterio de Livia y Augusto, lo cual dio la
ocasión a que circulase este verso griego: A los hombres dichosos nacen hijos en tres
meses’’.1 Empero, y a pesar de no poder comprobarse si era hijo del emperador Augusto
o Tiberio Claudio Druso, el primero ʻʻle instituyó heredero, a la par de sus hijos, en
todos sus testamentos, como declaró un día en el Senado’’. 2 Contrariamente a los
primeros deseos de Augusto, el matrimonio con Livia Drusila fue en vano, pues el
objetivo del emperador era engendrar a un futuro heredero, lo cual lo insto a buscar a
otra mujer para aquella empresa.3

Al morir joven, tenía solo 29 años, se pensaría que no dejo una gran
descendencia, si bien esta fue poca, algunos de ellos fueron grandes personajes de la
historia romana, como su hijo y futuro emperador Claudio, nieto Calígula o su bisnieto
Nerón. Su edad tampoco fue un obstáculo para ejercer magistraturas, pues tal como
señala el historiador Ronald Syme4, su madre Livia hizo un gran esfuerzo para que sus
dos hijos obtuvieran los cargos políticos más importantes del imperio, pero el cariño que
Augusto brindaba a los niños, estos alcanzaron dichos puestos, sin la insistencia de la
madre de Druso. Tanto era el cariño que Augusto tenía por Druso, que anticipó en cinco
años la entrega de las magistraturas que era el honor con el que se señalaban a los
miembros de la casa imperial.5

1
Suetonio; Los doce Césares; p. 107
2
Ibid; p.108
3
Grimal, Pierre; El siglo de Augusto; FCE; España; 1996; p. 67
4
Syme, Ronald; La revolución romana; Critica; Barcelona; 2010; p. 416
5
Dión Casio; Historia Romana; Libro LIV; Gredos; Madrid; 2011; p. 242

1
La carencia de fuentes que hablen de manera exclusiva sobre este personaje,
conlleva una complicación pues para informarnos de él, tenemos que hacerlo a través de
las biografías de su familia, ya sea de Augusto o Tiberio. Gracias a la escasez de
documentos que hablen de la obra de Druso el mayor, este trabajo intentara reconstruir
la vida y aportes a la historia de este hombre que ayudó a la formación del imperio
romano, para la posterior y ansiada Pax romana.

La importancia de Druso quizás no destaca por las grandes obras, de las cuales
hablaremos más adelante, sino por lo que realizó durante los diferentes cargos que
ejerció, pues fue Cuestor en el 18 a.C, Pretor en el año 11 a.C y Cónsul en el año 9 a.C,
compartiendo su cargo con Tito Quintio Crispino, hasta su muerte. Druso, a pesar de no
ser hijo legítimo de Augusto se ganó su confianza y fue de gran ayuda para los planes
que el emperador tenía pensado para expandir sus territorios.

Sin embargo, la relevancia que tiene Druso para la historia del imperio romano,
radica en sus sueños, especialmente, ese que le decía que debía frenar la expansión
romana y al cual no obedeció, lo cual traería trágicas consecuencias en su vida y la de su
familia. Antes de analizar las consecuencias de su accionar, expondremos algunas de las
obras que realizó Nerón Claudio Druso en los diferentes cargos ejercidos durante su
vida.

Foto 1: Busto de Nerón Claudio Druso.


Museo Louvre

Hacia el año 15 a.C, Druso y Tiberio, quien en un futuro cercano sería


emperador, atacaron el cinturón alpino, siendo Druso quien subió por el Valle del Adigio
y por el Brénero, alcanzando el Valle del Inn6ʻʻse internó victoriosamente en los

6
Grimal, Pierre; Op. Cit; p. 142

2
desfiladeros del Tirol al encuentro de los retos […] de un golpe la Suiza del Este y la
Baviera meridional, fueron unidad al imperio’’. 7 Estas anexiones demostraban que tanto
Druso como su hermano Tiberio eran dignos de la confianza del emperador Augusto, el
cual de esta manera podía poner su atención a otros problemas, mientras que sus hijos
hacían crecer sus dominios.

A pesar de los triunfos brindados por sus hijos, Augusto tenía claro que su
imperio necesitaba más que fronteras de agua, ya sean ríos o mar, pues tarde o temprano
estas serían superadas por los pueblos enemigos que buscarían recuperar la libertad que
les fueron arrebatadas en el pasado. Es ante esta circunstancia que Druso en el año 12 a.
C, inicia una nueva ʻʻgran expedición de represalias y también preventiva’’8 contra los
germanos, que aun no se acostumbraban a no tener la libertad para recorrer su antiguo
territorio, lo cual a ojos de los romanos, significaba que en cualquier momento podría
efectuarse algún levantamiento para expulsar y liberar su territorio de los nuevos
invasores y dominadores de la Germania.

Una de las primeras intervenciones del gobernador de las Galias, fue un éxito,
pues la forma del ataque sorprendió a los pueblos germanos, ya que Druso ʻʻlos atacó
de revés, partiendo de la desembocadura del Rin para seguir por las costas del mar del
Norte y llegar a sorprender, en las desembocaduras del Ems y del Weser, a los
brúcteros, coques y queruscos, que eran los más temibles’’. 9 La expedición de Druso el
mayor no fue solo por tierra pues fue ʻʻayudado por una flota que reconoció la costa
hasta Jutlandia, obtuvo varios éxitos, sometiendo a varios pueblos germanos’’10

A pesar del éxito de Druso, la dominación total de la Germania se complicó con


el tiempo, pues al año siguiente el ejército presidido por este general romano, tuvo
numerosas pérdidas en vidas humanas, ya que al cruzar el rio Elba libró sangrientas
batallas. Pero estas pérdidas no hacían decaer el ánimo de Druso el cual ya se estaba
preparando para seguir con esta conquista, cuando en el año 9 a. C, muere
inesperadamente, su hermano Tiberio ʻʻpaseó más libremente sus legiones por todo el
territorio, considerado como una provincia nueva y de las más extensas’’. 11 Sin duda, la

7
Chapot, Víctor; El mundo romano; Grafica Atenea; México; 1957; p. 35
8
Ibid; p. 36
9
Loc. Cit
10
Grimal, Pierre; Op. Cit; p. 146
11
Chapot, Víctor; Op. Cit; p. 37

3
muerte de Druso significó un duro revés para las pretensiones del imperio, que veía en
su figura, porque no, al futuro emperador.

Mapa 1: Provincia de Germania en los tiempos de Druso

El historiador, político y militar romano, Dión Casio, nos ayuda a reconstruir la


vida de este general romano, pues describe las diferentes campañas y expediciones
llevadas a cabo por él, pero por sobre todo, nos describe el importante sueño que tuvo
Druso y que en un futuro cercano le trajo serias consecuencias, pero además este sueño
o presagio, fueron considerados por los demás emperadores como su leiv motiv, como
Claudio que ʻʻquiso reanudar el programa de Druso, pues franqueó el Rin inferior y
condujo una brillante campaña en el país de los coques y de los frisones; pero Claudio
lo detuvo en pleno éxito’’.12

Dión Casio, menciona que después de un triunfo de Druso donde consiguió que
el grupo enemigo que había salido a su encuentro, se dieran a la fuga, por esta acción
ʻʻrecibió las insignias pretorianas […] cuando acampaban en la Galia, Augusto envió
también a Tiberio. Ambos invadieron a la vez aquel país por muchos lugares, tanto con
ellos mismos al frente de las tropas como con sus lugartenientes’’. 13 Luego de esta cita,
podemos comprobar que tanto Druso como Tiberio eran dos generales que gustaban de
estar en batalla, y luchar por el bien del imperio a la par de los simples soldados
romanos que daban su vida en cada batalla disputada; estos solo esperaban triunfar y de
12
Ibid; p. 44
13
Dión Casio; Op. Cit; p. 262

4
esta manera recibir la recompensa por su servicio, los cuales se traducían en el botín de
guerra, que podian ser tierras, esclavos o dinero, todo ello, dependía del rango del
soldado.

Foto 2: Representación de la batalla de la Germania que lideró Druso el mayor.

Pero lo que nos convoca en este trabajo no es solo exponer los triunfos de Druso,
sino también entender el sueño que tuvo poco antes de su muerte. Antes de eso,
debemos entender que ʻʻel expansionismo romano se apoyó, en la capacidad de
absorción e integración’’14 es decir, el imperio romano intentaba, una vez conquistados
los nuevos territorios, entregar derechos a los recientes derrotados y respetar muchas de
las tradiciones que estos pueblos practicaban, de esta manera, los pueblos no se sentían
totalmente derrotados; entendían que habían nuevas autoridades, pero en la practica la
vida cotidiana seguía de forma muy similar a lo que era antes de la anexión a este
imperio en formación.

Durante esta expansión, Druso también debió enfrentar a los celtas. En esa
ocasión ʻʻaguardó a que los celtas cruzaran el Rin y los rechazó. Después cruzó el país
de los usipetas a través de la propia isla de los bátavos. Desde allí marchó al país de
los sigambros y lo sometió a saqueo continuo. ’’ 15 Esta acción nos demuestra lo dicho
anteriormente, pues a pesar de respetar y entregar derechos a los nuevos integrantes del
14
Pitillas Salañer, Eduardo; Los límites (¿necesarios?) del expansionismo romano en etapa alto
imperial: El sueño de Druso; En: Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua; Tomo 23; 2010; p.
233
15
Dión Casio; Op. Cit; p. 278

5
imperio, para pagar a los soldados, el saqueo se hacía muy necesario, pues sin esta
fórmula, el imperio no habría podido costear las diversas guerras que tuvo que enfrentar
para crear el imperio.

Pero este triunfo no pudo ser celebrado, como tampoco pudo celebrar Tiberio
que también había regresado triunfal de una batalla, pues Augusto no dejó que esto
pasara ya que en esos momentos, Roma vivía las fiestas en torno al altar de Augusto en
Lugduno, y por ello, el emperador no dejó que sus hijos celebraran sus logros. Quizás
Tiberio y Druso no pudieron celebrar sus recientes triunfos, pero el hijastro de la
máxima autoridad imperial, fue nombrado pretor urbano en el año 11 a. C, pero esto fue
un mero trámite, pues hace ya algún tiempo que Druso poseía las insignias pretorianas
que le entregaban el privilegio de esa magistratura.16

Ante la confirmación de una nueva magistratura, Druso no se quedó inactivo y


partió a otra batalla, en donde avanzó hasta el rio Visurgis, que se vio facilitada por la
acción de los propios pueblos que intentaba conquistar y anexar para el imperio, puesto
que ʻʻlos sigambros, en un momento de cólera y con todo el pueblo, habían emprendido
una campaña contra los catos, que eran sus únicos vecinos que no querían luchar a su
lado’’.17 Como vemos, la fortuna o destino estaba de lado de Druso, pues al luchar con
los pueblos barbaros que por ese entonces ocupaban Europa, veía su camino libre para
continuar con su misión expansionista, pues estos al intentar unir fuerzas para luchar
contra los romanos, terminaban luchando entre sí, pues no estaban acostumbrados a
razonar y organizar estrategias que les permitieran la sobrevivencia.

No obstante ver su camino libre, Druso no pudo seguir con su camino, puesto
que, tal como señala el historiador Dión Casio, quedó sin provisiones que le permitieran
seguir adelante con la expedición, además las condiciones climáticas tampoco se lo
permitieron.18 Pero esto nos significó que su regreso fuera tranquilo, dado que sufrió
varias emboscadas de sus enemigos que casi acaban con su vida. Druso como venganza
y con un fuerte sentido del desprecio contra los catos, ʻʻlevantó un fuerte con ellos allí
donde los ríos Lupia y Eliso se unen, y otro en territorio cato, sobre la orilla del Rin’’ 19.
Esta victoriosa acción le entregó ʻʻel derecho a entrar en la ciudad a caballo y a usar

16
Loc. Cit
17
Ibid; p. 279
18
Loc. Cit
19
Loc. Cit

6
de la potestad consular cuando abandonara la pretoriana’’. 20 Es decir, Druso pudo
disfrutar de todos los privilegios que estaban designados para los generales triunfadores,
además sus soldados, lo recibieron con gran algarabía. Estos ʻʻlo aclamaron como
emperador’’21, esta aclamación a la figura y trabajo del general romano, nos demuestra
el respeto que los soldados liderados por Druso sentían por él.

Foto 3: Aula Sacra, Mérida. En ella se ven las figuras de Tiberio, Druso y Augusto. Fue construida
tras la muerte de este último.

Cuando Druso asume como cónsul junto con Tito Crispino en el año 9 a. C, y en
palabras de Casio ʻʻen ese año se produjeron presagios en nada favorables’’ 22 pero a
pesar de estos avisos Druso no hizo caso y siguió con sus planes de conquista y
expansión del imperio, avanzando hasta el territorio de los suevos, no obstante, tuvo que
detenerse al llegar al río Elba, el cual no pudo cruzar, fue durante este retorno que se
produce un hecho trascendente, tanto para la vida de Druso como para la historia del
imperio.

Sobre este hecho, Dión Casio nos dice ʻʻuna mujer de una altura sobrehumana
le salió al encuentro y le dijo: ¿Hacia dónde te encaminas, insaciable Druso? El
destino ha determinado que tú no veas todas estas tierras. Vete, puesto que el final de
20
Loc. Cit
21
Loc. Cit
22
Ibid; p. 287

7
tus trabajos y de tus días ya está aquí. ’’23 Este aviso dado a Druso, parece ser la
advertencia urgente de detener no solo el trabajo del general, sino también la expansión
del imperio.

Debemos suponer que tras este presagio, se escondía el deseo de los pueblos
barbaros por detener, tanto las muertes producidas en las batallas con los romanos,
como también terminar con las anexiones, que a pesar de poseer nuevos derechos en
este imperio y conservar algunas de sus tradiciones, en la mayoría de las veces, los
derrotados terminaban pobres y dependiendo de la voluntad de los ciudadanos romanos.
Por ende, debemos tomar esta ʻvisión’ de Druso, como eso, como el deseo de los
pueblos barbaros por detener, lo que a sus ojos, era una matanza innecesaria. Esto se ve
reforzado por lo señalado en Suetonio quien añade que ʻʻinfligió frecuentes derrotas al
enemigo, rechazándole hasta sus bosques, y dejó solo de perseguirle el día en que se le
presentó una mujer de aquella nación de estatura más que humana, la cual hablándole
en latín, le prohibió que llevase más adelante sus victorias.24 Si nos apegamos a lo
señalado por Suetonio, la posibilidad de que el presagio haya sido realmente una
advertencia de los propios barbaros, no es tan absurda, sino que cobra más fuerza.

A pesar de la personalidad de Druso, que ya una vez no había obedecido a los


presagios sobre sus campañas, esta vez sí cedió ante la advertencia y regreso por su
camino. Es en este momento, durante su regreso a Roma, donde encuentra la muerte.
Según Dión Casio, la muerte del denominado vencedor de los pueblos fue ʻʻa causa de
alguna enfermedad, antes de alcanzar el Rin’’.25 Pero por otro lado, tenemos a varios
autores que plantean que la muerte de Druso no se produjo por una enfermedad, sino
por un accidente que se produjo en su regreso a Roma, como lo señala el historiador
Pierre Grimal, 26 o también como plantea K. Brigmann, que cree que Druso murió a los
treinta días después de una infortunada caída 27, lo cual nos parece poco verídico, pues
debemos considerar que para ser un destacado general militar se debe ser un cabalgador
experto. A este debate se suman las voces de R. F. Martín quien en su obra Los doce
Césares. Del mito a la realidad se opone a la versión de un accidente o caída de un
caballo, ya que señala que la muerte de Druso se debió a ʻʻuna infección generalizada,

23
Ibid; p. 288
24
Suetonio; Op. Cit; p. 107
25
Dión Casio; Op. Cit; p. 288
26
Grimal, Pierre; Op. Cit; p. 146
27
Brigmann, K; Augusto; p. 203; Citado En: Pitillas Salañer, Eduardo; Los límites (¿necesarios?) del
expansionismo romano en etapa alto imperial: El sueño de Druso.

8
una septicemia, ya que el ejército romano contaba con equipos médicos y capacidad
sanitaria suficiente como para solventar la caída de un caballo’’. 28 Como vemos la
muerte de Druso es un aspecto no resuelto por la Historia, y que difícilmente lo será.

Asimismo, el historiador Dión Casio, intenta a través de su relato entregar datos


que afirmarían que Druso no alcanzó a cruzar el Rin, ʻʻlos lobos aullaban alrededor del
campamento antes de su muerte y en que dos jóvenes fueron vistos cabalgando por
medio del foso. También se oyeron los lamentos de una mujer y se vieron estrellas
fugaces’’.29 Esta descripción de la muerte de Druso el mayor, también nos deja entrever
un poco el carácter mítico que intenta entregarnos el autor, pues al hablar de dos jóvenes
cabalgando por medio del foso, nos hace pensar en que es una tarea casi imposible que
alguien pueda cabalgar dentro de un foso que debe tener bastante profundidad, o como
cuando nos habla de una mujer llorando siendo que Druso o estaba cerca del
campamento de su ejército o estaba de camino a Roma, lo cual nos hace pensar que no
había mucha gente cerca de su camino. Pero por otro lado, esta descripción nos entrega
un verdadero augurio de muerte, el cual seguía a Druso desde hace bastante tiempo,
pero él había preferido no hacer caso a los constantes avisos que recibió durante las
diferentes campañas llevadas a cabo.

Si confiamos plenamente en la teoría planteada por Casio, sobre el cómo fue la


muerte de Druso, debemos también creer que Augusto fue avisado con rapidez de la
enfermedad de su hijastro y que su reacción fue mandar a su hijo Tiberio a buscar a su
hermano, pero los esfuerzos realizados fueron en vano, pues al llegar al lugar, el hijo
mayor de Livia encontró a su hermano casi con su último aliento. Después de su muerte,
Druso es trasladado hasta ʻʻlos cuarteles de invierno, transportado su cadáver con
centuriones y tribunos militares, y desde allí hasta Roma por los ciudadanos más
distinguidos de cada localidad’’.30 Tras una gran caravana que acompañaba el cuerpo
del general romano, fue conducido hasta el Campo de Ares, donde fue incinerado, para
posteriormente llevar sus cenizas hasta el Mausoleo de Augusto, el cual había sido
construido por el emperador para el ʻdescanso’ de su familia.

28
Martín, R. F; Los doce Césares. Del mito a la realidad; p. 62; Citado En: Pitillas Salañer, Eduardo;
Los límites (¿necesarios?) del expansionismo romano en etapa alto imperial: El sueño de Druso
29
Dión Casio; Op. Cit; p. 288
30
Loc. Cit

9
Foto 4: Mausoleo de Augusto, donde descansaban los restos de la familia de este emperador. Tras una
remodelación los restos fueron trasladados de lugar. Ahora el Mausoleo es un sitio turístico.

Más allá del dolor causado tras la muerte de Druso en las tropas que tuvo a cargo
en su vida militar, una de las personas más afectadas fue su madre Livia, la cual
mantenía grandes esperanzas para sus hijos, pues ha quedado en la historia como una
mujer que hacía cualquier cosa por el bien de sus hijos, al costo que fuera. Ante su
dolor, Nerón crea La consolación a Livia en la muerte de su hijo Druso. En ella, Nerón
glorifica la imagen de su antepasado, entregándole a Livia solo recuerdos buenos.
Ejemplo de ello son las siguientes palabras, ʻʻmurió el joven modelo intachable de
virtudes y tan ilustre en las armas como bajo la toga, el que recientemente destruyó a
los enemigos en los desfiladeros de los Alpes, siendo caudillo de la guerra en compañía
de su hermano’’.31 Como queda reflejado tras estas frases, Druso era considerado como
un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones de soldados y ciudadanos romanos, un
ejemplo tanto en lo cotidiano como en la guerra, donde jamás se dio por vencido, en pos
del bienestar de sus soldados e imperio, lo cual queda demostrado en la siguiente frase
de Nerón, ʻʻla muerte, Druso, te arrebató estando lejos de ella, ocupado en una guerra
sangrienta, mientras servías a la patria más que a ti mismo’’. 32 Con esto último, nos
queda claro que la prioridad para Druso era su patria por sobre su vida personal, de la
cual apenas se manejan antecedentes.

31
Nerón; La consolación a Livia en la muerte de su hijo Druso; p. 3
32
Ibid; p. 5

10
Sumado a ello, Nerón señala que la muerte de Druso ʻʻarrancó lagrimas
copiosas al gran César’’33 pues debemos recordar que a pesar de no ser hijo legitimo de
Augusto, este lo adoptó y entregó todos los derechos que le corresponderían a su hijo
legitimo, por ende Livia no fue la única que sufrió y padeció el dolor de la muerte de
este general romano.

Además del descalabro militar que causó la inesperada muerte de Druso,


inesperada porque realmente, nadie pensó que los presagios se cumplirían, o al menos
que no se cumplirían tan deprisa, su muerte sirvió para que Augusto tomara conciencia
de los grandes gastos que el imperio estaba haciendo en pos de expandir su dominio,
ante lo cual obedecieron el sueño o presagio que tuvo Druso antes de muerte, de no
seguir avanzando, es decir ʻʻhabia que renunciar al Elba como limite fluvial y
conformarse con el Rin’’34 al menos de momento, pues los siguientes emperadores
hicieron suya la causa y lucharon por expandir el imperio hasta los límites establecidos
desde un comienzo, la grandeza del imperio romano no debía conformarse con tan poco,
y no debía temer a un sueño, pues se entendía que el imperio estaba por sobre los
presagios, sueños o adivinos. Solo dependía de los romanos expandir su cultura a todos
los territorios que ellos quisieran. Las decisiones militares no debían tener límites, pues
de ello dependía que tan vasto sería la supremacía romana.

Tras la decepción que produjo la muerte de Druso, la conquista de nuevos


territorios siguió de la mano de su hermano Tiberio, pero estas campañas pronto cesaron
pues, el emperador Augusto entendió ʻʻque no era conveniente avanzar más y que por
haberlo intentado aquella empresa habría fracasado’’.35 Con la lección más que
aprendida, Augusto detuvo la expansión y comenzó un periodo de calma y paz que el
imperio añoraba, pues llevaban siglos en guerra, ya sea de manera interna como externa.
Esta determinación de frenar la ola expansiva fue aconsejada a su hijo que lo sucedería
en el trono, Tiberio, el cual hizo caso al consejo de padre y no siguió con esta empresa
que más que certezas causaba incertidumbre en la población del imperio.

Más adelante en la historia de esta civilización en constante construcción no


encontraremos grandes batallas para hacer crecer su imperio, más bien, todos los
sucesores de Augusto hizo caso al presagio de Druso, pero cuando se presentó la

33
Ibid; p. 4
34
Pitillas Salañer, Eduardo; Op. Cit; p .237
35
Loc. Cit

11
ocasión de hacer crecer el imperio y su persona, lo hacían, pero de manera prudente,
pues ya no arriesgaban todo lo que tenían para hacer crecer los territorios que estaban
bajo el alero de los romanos.

Al fin, y tras la trágica e inesperada muerte de Nerón Claudio Druso Germánico,


el calificativo ʻGermánico’ fue entregado por el Senado como una muestra de honor tras
la muerte de este, la Pax romana había llegado.

Foto 5: Cenotafio en
honor a Druso, Maguncia
(Cerca del Rin). Este se
convirtió en un centro de
entrenamiento para los
soldados.

Fuentes y Bibliografía secundaria:

Fuentes:

Dión Casio; Historia Romana; Libro LIV; Gredos; Madrid; 2011.


Nerón; La consolación a Livia en la muerte de su hijo Druso.
Suetonio; Los doce Césares.

12
Bibliografía secundaria:

Brigmann, K; Augusto; p. 203; Citado En: Pitillas Salañer, Eduardo; Los


límites (¿necesarios?) del expansionismo romano en etapa alto imperial: El
sueño de Druso.
Chapot, Víctor; El mundo romano; Grafica Atenea; México; 1957.
Grimal, Pierre; El siglo de Augusto; FCE; España; 1996.
Martín, R. F; Los doce Césares. Del mito a la realidad; p. 62; Citado En:
Pitillas Salañer, Eduardo; Los límites (¿necesarios?) del expansionismo romano
en etapa alto imperial: El sueño de Druso.
Pitillas Salañer, Eduardo; Los límites (¿necesarios?) del expansionismo
romano en etapa alto imperial: El sueño de Druso; En: Espacio, Tiempo y
Forma, Serie II, Historia Antigua; Tomo 23; 2010; pág. 231-244.
Syme, Ronald; La revolución romana; Crítica; Barcelona; 2010.

Anexo:

Foto 1: www.louvre.fr
Foto 2: http://sineidesis.blogspot.cl/2010/04/druso-germanico-el-ultimo-heroe-
de-la.html
Foto 3: http://www.turismoextremadura.com/viajar/turismo/es/noticias/lista-
noticias/Abierta-al-publico-el-Aula-Sacra-del-peristilo-del-Teatro-Romano-de-
Merida/
Foto 4: http://gabriel-scipio.blogspot.cl/2011/07/druso-la-campana-en-
germania.html
Foto 5: https://travel.sygic.com/es/poi/cenotafio-de-druso-poi:14872090
Mapa 1: https://es.wikipedia.org/wiki/Mausoleo_de_Augusto

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