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Introducción

El nombre del Ecuador surge como consecuencia de la regionalización y la debilidad inicial del
nuevo Estado que se había integrado por tres departamentos Azuay, Guayaquil y Quito sujetos
al control de élites latifundistas, es decir se había constituido en un “Estado Oligárquico
Terrateniente”, cruzado por profundas diferencias socioeconómicas étnicas y regionales; con
una república que se asentaba en el fortalecimiento de la propiedad, la reconstitución del poder
legal y la exclusión de la mayoría, sobre todo indígena, y negra. Los primeros años fueron de
gran inestabilidad y predominio de líderes militares; desde las haciendas y parroquias, hasta los
antiguos departamentos, pasando por las provincias y municipios, las instancias políticas
reclamaban autonomía, la burocracia era reducida y los grupos privilegiados eran los militares y
el clero. El Estado Oligárquico Terrateniente que se había instaurado adoptó el sistema
presidencialista y la división de poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, para finales del siglo XIX,
el Ecuador tuvo un superávit en la balanza de pagos a pesar del ingreso de contrabando.

Desarrollo:

Estado Nacional

En mayo de 1830 los quiteños se separan de Colombia y en agosto de ese mismo año la asamblea
forma la primera constitución, en la cual dejaron atrás en nombre de quito para llamarlo
Ecuador. El nacimiento del ecuador no nació como un estado, sino como un órgano
representativo de una clase legitimada por el consenso.

Esta era una época denominada terrateniente. Esos señores de la tierra que habían subordinado
a su poder a los artesanos, indígenas, etc., mantuvieron bajo formas republicanas la
discriminación étnica, asentada en desigualdades institucionalizadas. El estado Oligárquico
Terrateniente se asentó en la ruptura entre élites latifundistas y pueblos. Los dirigentes,
legisladores, autoridades del recién nacido ecuador se denominaban criollos (blancos herederos
del legado español).

La Sierra centro norte, Sierra sur y las tierras de la costa, cubrían solo una parte del territorio
nacional, porque extensas comarcas de la Amazonia y costa interna no estaban bajo el control
de la autoridad del nuevo estado. Las tres regiones constituían unidades territoriales, con
estructuras económicas, sociales y culturales diferenciadas. Cuando los señores de la tierra
fundaron Ecuador en 1830, el nuevo estado nación se caracterizó por el predominio oligárquico
y la regionalización.

Los terratenientes tuvieron éxito al quitar el poder a los españoles, el predominio terrateniente
impidió la existencia de un poder central fuerte, esta fue una de las causas principales de la
persistencia de un conflicto oligárquico. Otro punto de conflicto fue el de la vigencia de una
mayor o menor libertad de comercio.

La crisis de 1859 – 1860 revelo que el enfrentamiento entre los caudillos militares y la elite
llevaron al límite al estado, por lo que a inicios de los 70 cuando la economía y ampliación del
mercado externo empezó a mejorar se dio un consenso sobre la necesidad de centralización y
represión que tendieran a la consolidación del Estado.
A fines del siglo XIX, se dio en Ecuador una gran expansión económica, marcada por el inicio del
incremento de las exportaciones cacaoteras, dicho aumento trajo consigo un gran crecimiento
de Guayaquil que a fines del siglo se transformó en la ciudad más grande del país y su capital
económica. Hasta la década de los ochenta, la supremacía de la clase terrateniente se había
mantenido en la sociedad, pero se iba acentuando la diferenciación entre élites regionales y con
la intensificación de enfrentamientos buen número de campesinos se resistieron a la
servidumbre y emigraron a la Costa. Las viejas disputas se sumaron nuevas y la más fuerte fue
con la construcción del ferrocarril de Guayaquil a la Sierra. La obra facilitaría las exportaciones e
importaciones de comercio guayaquileño. Pero los latifundistas de la Sierra combatieron las
propuestas de ferrocarriles con la preocupación de que la obra absorbiera su mano de obra.

Determinada la primera constitución el poder supremo se ejercita a través de los tres poderes
legislativo, ejecutivo y judicial. El legislativo ejercido por el Estado, estaba a cargo el aprobar
leyes, elegir altos funcionarios y controlarlos; el legislativo se dividía en dos cámaras: senadores
y diputados. El ejecutivo se encargaba de mantener el orden interno y la seguridad exterior del
Estado y el judicial gozaba de autonomía en sus atribuciones y estaba bajo el control de una
Corte Suprema establecida en Quito.

En 1830, la primera constitución mantuvo la división territorial, en tres departamentos en Quito,


Guayaquil y Azuay. En 1835 se suprimieron los departamentos como unidades administrativas,
manteniéndose las provincias. Pero las provincias no terminaban de definirse como instancias
de gobierno, solo tenían atribuciones de representación y delegación del Poder ejecutivo y no
tenía la capacidad de gobierno. En 1845 los municipios fueron reestablecido y el municipio por
excelencia fue el cantonal, pues poseían rentas propias y no dependía de recursos del poder
central. La construcción de caminos por ejemplo y otras obras públicas no estaba a cargo del
gobierno, se realizaban por iniciativa local con mingas y la utilizaron del trabajo campesino
obligatorio. En los años finales del siglo XIX se mantuvo el avance de la centralización y la
modernización estatal, en esos años nacieron instancias administrativas. Nuevas obras públicas
se iniciaron y algunos elementos ideológicos se empezaron a establecer, como la distinción de
lo privado con lo público.

El sufragio era la vía de legitimación de los gobernantes, que representaban la voluntad general,
el sistema electoral era indirecto, pues las asambleas que se construían a nivel parroquial
designaban electores que integraban las asambleas electorales en cada provincia. Estas últimas
elegían las autoridades seccionales y lo representantes al Congreso, una de cuyas funciones eran
la elección del presidente y vicepresidente. Uno de los conflictos políticos centrales del naciente
Ecuador fue la disputa sobre si se elegían miembros de la legislatura en número igual por cada
uno de los tres iniciales departamentos, o si se designaba mediante la representación
proporcional de la población de las provincias.

Con el advenimiento de Gracia Moreno al poder 1860 – 1875 se llevó adelante un plan de
robustecimiento estatal, bajo condiciones de represión duras. El fusilamiento, los azotes, la
cárcel, la repatriación fueron la norma. El régimen tuvo su máxima expresión en la Constitución
dictada en 1869, la famosa carta negra, que estableció un sistema político donde se restringía
las garantías al máximo y se entregaba todo el poder real al Ejecutivo, su disposición mas famosa
fue que se establecía el requisito de ser católica para ejercer la ciudadanía.
La caída del garcianismo, luego del breve e inevitable gobierno de Antonio Borrero 1875 – 1876,
devino en la dictadura del general Ignacio de Veintemilla, que luego se transformó en un
gobierno oportunista y estéril. Entre 1882 – 1883 una amplia coalición de diversas tendencias la
Restauración, echo del poder a Veintemilla; durante la lucha de Veintemilla contra la
restauración, los herederos del garcianismo se fueron reagrupando en una amplia coalición, la
Unión Republicana, cuto programa, redactado por Juan León Mera, se aprobó en 1883. Este
hecho puede considerarse como la fundación del Partido Conservador Ecuatoriano, el primero
de nuestra historia; en 1885 reorganizaron la agrupación política con el nombre del Partido
Católico Republicano. Por otro lado, los grupos modernizantes y abiertos al capital extranjero se
tendencia liberal – católica, se autodenominaron progresistas y mantuvieron la Unión
Republicana, que fue llamada por sus adversarios partido del término medio o hermafrodita;
ellos ocuparon el poder entre 1883 y 1895.

En las últimas décadas del siglo XIX se elevaron significativamente los ingresos públicos, gracias
al gran crecimiento de las exportaciones cacaoteras, que a su vez promovieron la elevación de
las importaciones, cuyas imposiciones eran la fuerte, más importante de los ingresos públicos.
Los impuestos de aduana llegaron a cubrir los dos tercios del monto total de ingresos.

El “Ejército nacional”

La fuerza armada era una institución vital para el naciente estado nación. Con la independencia
y la fundación del Ecuador las oligarquías criollas reforzaron su poder social y político en el marco
de la regionalización. Se consolidaron 3 polos en Quito, Guayaquil y Cuenca. La fundación del
Ecuador fue también el inicio de la vigencia del Estado Oligárquico Terrateniente, asentado
sobre la regionalización y la subordinación de las masas y trabajadores campesinos. La
participación en la comunidad política estaba limitada a un reducido grupo de propietarios y si
bien los indígenas y negros estaban excluidos, los limitados sectores se involucraron en
movimientos protestantes y participaron de la vida municipal; y así también formaron parte del
ejército.

El ejército fue una continuidad del ejército de la independencia, era una institución del Estado
Oligárquico Terrateniente, los sectores gobernantes veían al ejército como una garantía de las
instituciones nacionales: al constituirse como garante de la vigencia del orden, la fuerza armada
expresa los intereses de quienes dirigida el estado. En los primeros años de la vida del Ecuador,
con la presencia de un grupo militar predomino un discurso sobre la independencia, sin
embargo, la mayoría de esos oficiales eran extranjeros y mucho se habían casado con
ecuatorianas y se arraigaron en Quito se los consideraba ecuatorianos y acumularon poder y
riquezas lo cual generó resistencia entre las élites locales.

En 1845 la revuelta marcista contra Flores se justificó como una reacción como la tiranía
extranjera; paralelamente la fuerza armada se fue nacionalizando; pero no se debe olvidar que
el ejército era considerado como un instrumento de los intereses de quienes ejercen el poder.
El ejército entonces llegaba muchas veces a donde ninguna otra autoridad y además contribuía
con la gestión de alianzas estratégicas; por otra parte, el ejército era un vehículo de
redistribución de ingresos estatales entregados a diferentes sectores de la población.

La fuerza armada era vista como una necesidad indispensable para la existencia del Estado. Por
lo general cumplían dos tareas: primero defender al país y segundo mantener el orden. Al ser
Ecuador autónomo se enfrentó a la dificultad de su definición territorial, fue cercado y alterado
en varias ocasiones. La república de Colombia estableció una división que achico las fronteras, y
luego se verifico un arreglo a medias de la frontera amazónica con Perú que no culmino. La
debilidad del ejército trago perdidas territoriales, así como la propia debilidad del Estado.

Había otros roles que cumplía el ejército además de los mencionados, una de ellas era la
participación minoritaria en la política y otra función era actuar como poder disuasivo en las
elecciones para garantizar el orden y la normalidad durante las elecciones; la presencia de la
tropa ejercía presión para definir el resultado a favor de los oficialistas. Además, este sistema
de votaciones solo permitía la participación de unos poco electores, sufragaban entonces
oficiales considerados como ciudadanos. En todo caso su poder iba más allá de las elecciones ya
que algunos jefes militares ocupaban cargos importantes como ser ministros, legisladores, etc.

Ecuador conto desde su primer momento con una fuerza militar permanente; en sus primeras
décadas su nivel de institucionalización fue bajo y conforme avanzo el siglo XIX el perfil
institucional del ejército se consolido. Desde entonces el país conto un ejército
institucionalizado, con proceso de reclutamiento. Ascensos, cadenadas de mando y retiro. Se
afirmo entonces de una profesionalización que se afirmaba dependía del Estado ya que existía
una jerarquía. Por otra parte, el ejército absorbió la más alta proporción de egresos
presupuestarios pues disponía de recursos mínimos para sostenerla y mantenerla.

Cuando se estableció el Estado del Ecuador en 1930. Existía ya una fuerza armada permanente
con una estructura militar establecida. Por eso una alta proporción r las iniciativas reguladoras
se orientaron a normar el funcionamiento de la fuerza armada; desde los primeros congresos,
se comenzó a emitir una enorme cantidad de leyes y decretos que normaban la organización, el
funcionamiento y otros aspectos de la vida del ejército.

En 1831 se emitió una Ley Orgánica Militar que estableció la división del país en tres
circunscripciones asentadas en Quito, Guayaquil y Cuenca, la ley dispuso también la existencia
de tres batallones de infantería y dos de caballería. Después se emitiría la ley orgánica militar en
1835 que fue la reguladora de la trama orgánica del Ejército. La alta dirección de la fuerza de
ramada estaría a cargo del ministro de Guerra, después en la jerarquía seguía el General en Jefe
del Ejército que estaba al frente de su Estado Mayor. Cada uno de los distritos tenían su
Comandancia General y en algunas provincias existían comandancias militares independientes
de la comandancia general.

Dentro del ejército se distinguían las tradicionales tres armas: infantería, caballería y artillería.
La infantería, estaba organizada por batallones, cada batallón tenía su plan mayor de jefes,
ayudantes, cirujano, capellán y músicos; en total la plana mayor contaba con 40 hombres. El
batallón se dividía en seis compañías, que constaba de cuatro oficiales, catorce clases y sesenta
y cinco soldados, incluido tres cornetas. En total, el batallón tenía 538 plazas. La caballería
estaba organizada por escuadrones, cada uno de los cuales tenía una plana mayor integrada por
ocho oficiales y clases. El escuadrón se dividía en dos compañías integradas por cuatro oficiales,
trece clases y cuarenta y seis soldados. En total sesenta y tres hombres. El escuadrón se
componía de 134 plazas. La Artillería estaba organizada por brigadas, cada una de las cuales
estaba compuesta por cinco oficiales y clases, a su vez las brigadas se dividían en 4 compañías
integradas por tres oficiales, trece clases y treinta y siete soldados, en total 53 hombres; lo que
da una cifra de 207 integrantes por brigada.

La infantería constituía la base fundamental del ejército, su equipo primordial era el fusil o el
rifle y la carabina en menor proporción, se trataba de armas de disparo con piedra de chispa que
se complementaban con bayonetas para la lucha cuerpo a cuerpo. Las municiones se producían
localmente, para lo cual el Gobierno mantenía un monopolio sobre la única fábrica de pólvora
ubicada en Latacunga. La caballería por su parte contaba con número determinado de oficiales
y soldados pero que carecía de caballos ya que el número de soldados siempre era mayor que
al número de caballos disponibles. Todo esto provocó que se mantuviera el sistema de requisa
que consistió en tomar los caballos de los civiles como campesinos lo que estimuló que estos
escondieran sus animales cuando el ejército andaba cerca. La importancia de la artillería era
reducida debido al costo de su mantenimiento. Los escasos cañones que tenía el ejército estaban
destinados a movilizarse con los cuerpos al campo y sino permanecías en las plazas de Quito y
Guayaquil para efectos de defensa del puerto.

Aun cuando el nuevo Ecuador heredo un ejército de la antigua Colombia, desde su primera
década necesito de reclutar miembros para reemplazar a los que desertaban, morían o se
retiraban; la gente se rehusaba a formar parte del ejército por lo que en 1837 se estableció una
ley que disponía que todo ecuatoriano de 20 hasta los 25 años cumplidos sería alistado al
ejército, a excepción de esclavos e indígenas sujetos al pago de tributos.

En la etapa de fundación de la República del Ecuador los presupuestos del Estado eran muy
reducidos por los escasos ingresos permanentes y la mayor parte de los gastos se destinaban al
sostenimiento de la fuerza armada. En 1843 una comisión de la Asamblea calculo las rentas en
683.129 pesos de los cuales el 62,5% de los egresos del Estado iban a la fuerza pública, es decir
a la lista Militar y de la Mariana. Para el año de 1848 el ministro de guerra y marina informo
sobre la Ley de Presupuestos dada el 16 de noviembre; en el año de 1854 se había presupuesto
en 418.883, 7 pesos el gasto militar, pero fue menor. Pero cuando se daban insurrecciones,
amenazas de invasión o guerras el gasto militar se elevada y superaba los previsto en las leyes
presupuestarias, así pues, se dejaba de cubrir otros egresos. Cada año los presupuestos de
Guerra establecían sus listas de gastos y la mayor parte estaba destinada para el pago de
sueldos; desde los años cuarenta, los presupuestos del Estado cubrían solo lo que se consideraba
como gasto permanente. Las compras de armas eran gastos especiales.

La relación Iglesia – Estado en el Ecuador del siglo XIX

Dentro de la Iglesia existían dos tipos de instituciones paralelas de su trama jerárquica que
muchas veces entraron en conflicto, por una parte, estaba la diócesis que eran circunscripciones
precedidas por un obispo sujetas al poder ordinario de la Iglesia. La diócesis estaba dirigida por
un obispo, un cabildo eclesiástico y además tenía un apartado que se prolongaba hasta el nivel
de la parroquia y paralelas a ellas se crearon las órdenes religiosas que eran un instrumento de
poder centralizado que se manejaba desde Roma. Las misiones eran una cuestión crucial en la
Iglesia colonial, ya que las misma justificaban el estatus de la Iglesia dentro del Estado.

La consolidación de los Estados en Europa en el proceso de transición hacia la modernidad


supuso que el poder centralizado para la dirección de la Iglesia fuera roto. Los estados
profundaron su reclamación de una serie de derechos a la administración eclesiástica, esto
desencadeno en reformas de protesta en Europa, en otros casos los estoados se mantuvieron
fieles a Roma, de todas maneras, se posibilito el manejo de la cuestión religiosa desde el Estado.
En España el compromiso del Rey por defender la religión católica, de protegerla y sobre todo
de impulsar las misiones es decir la cristianización de los pueblos, a cambio el Rey recibía el título
de Patrono. El Rey de España cobraba los diezmos y realizaba nombramientos para diversos
beneficios eclesiásticos.

Esto significó entonces que la iglesia en América Latina ya desde el siglo XVI estaba
estrechamente relacionada con el poder estatal. La cuestión de la iglesia ecuatoriana en el siglo
XIX tiene varias facetas. La Iglesia legitimaba el control del poder que tenía la clase terrateniente
y lo ejercía por derecho divino, consideraban entonces que las leyes se dictaban en nombre de
Dios Creador del Universo y la autoridad la ejecutaban como representantes de la divinidad. La
Iglesia legitimo el poder de la clase terrateniente especialmente en la Sierra ya que la iglesia
tenía economías que se especializaban en la producción de mercancías para el mercado externo,
era evidente entonces que en la Sierra requerían de la presencia de la iglesia; mientras que en
la Costa la iglesia cumplía únicamente una función legisladora en los actos de matrimonio,
muerte, etc.

El primer conflicto Estado – Iglesia se generó en 1824 cuando el congreso colombiano


desempolvo la Bula de Julio II, en que se concedía al rey de España el Patrono sobre la Iglesia
americana, se declaró entonces a la república colombiana la heredera de la soberanía de los
reyes de España; buen parte del clero acepto de buen grado esta interpretación porque les
parecía más fácil negociar con un estado débil que depender del poder del Vaticano. El Vaticano
rechazaron la posibilidad de la existencia del patrono e intento negociar durante todo el siglo
XIX en América Latina y en Ecuador hasta cuando se firmó el Concordato sin aceptar al principio
fue cediendo de poco ante el Patronato.

Llegado al poder García Moreno se dispuso a negociar un acuerdo con el Vaticano, para ello se
designó a Ignacio Ordoñez quien viajó a Roma. El Gobierno ecuatoriano comenzó haciendo una
aceptación de principio de que el derecho del Patrono era la concesión del Vaticano, no
inherente a la soberanía de la nueva República La negociación incluyo una, mayor imbricación
entre la Iglesia y el Estado y en segundo lugar una garantía estatal del monopolio ideológico de
iglesia. El concordato que firmo Ordoñez no contenía dos de las cláusulas que Moreno había
exigido, la primera que se hiciera fusión de la masa decimal y al mismo tiempo se entregara el
50% del rendimiento del diezmo al Estado; y la segunda que el Estado tuviera la capacidad e
intervención en las comunidades y órdenes religiosas.

En la mitad del siglo XIX, el Vaticano fue reconociendo la importancia que América Latina tenía
para el catolicismo romano. Por ello acepto con flexibilidad ciertos cambios en la mayoría de los
países, reconociendo su problemática específica, úes era un obispo chileno, Izaguirre Portales
quien manejaba la política del Vaticano hacia América Latina, en los años 60, 70 y 80 el Papa
convocó a un Concilio Plenario de Obispos de América Latina que se reunió en Roma, se manejó
dos cuestiones relacionadas Iglesia – Estado; primero cómo organizar misiones de
evangelización y segundo cómo enfrentar el problema del liberalismo.
El Municipio en siglo XIX

Los municipios eran personas jurídicas distintas del Estado, como también de la Iglesia, era otra
persona jurídica del derecho público. No es ninguna novedad de que el cabildo es el origen del
municipio por eso entre 1830 y 1859 se conservaron los cabildos cantonales y se ensayan
también en ciertos años cámaras provinciales. Sin embargo, estas cámaras provinciales no
funcionaron y se transformaron solamente en cuerpos electorales de manera que el poder real
sobre los asuntos locales siguió asentado en el municipio cantonal. De 1860 a 1877 se establece
una forma de organización parroquial municipal, se dan tres niveles provincial, cantonal y
parroquial. Desde 1896 – 1897 en que se reúne la constituyente liberal, ya no vuelve a
mencionar la existencia de cámaras provinciales, sino que se establece la existencia del
municipio como el órgano básico de régimen seccional electivo. La Corporación Municipal se
elige entonces anualmente hasta 1887 en que se estableció la duración bienal de los miembros
de los consejos, que hasta ese momento se llamaba indistintamente concejales. La forma de
elección de los concejales era la votación indirecta al principio y luego la votación directa. Los
electores eran los ciudadanos o los vecinos. Se elegía también a un alguacil que, hacia las
funciones de policía, el consejo también elegía autoridades como Juez de Aguas, de rastro de
gallos, todas estas personas tenían capacidad jurisdiccional; se nombraba también a un defensor
de menores que actuaba de oficio, un defensor de ausentes y de herencias yacentes. Por último,
a lo largo del siglo XIX se fue generalizando el nombramiento de un inspector de obras públicas.

El municipio en si tenía funciones como el de mantenimiento y ayuda de escuelas y hospitales,


la regulación en el caso de epidemias regulando el funcionamiento de la ciudad durante
periodos de fiebres e inspeccionaba los cementerios que normalmente eran de la Iglesia, pero
casi siempre estaba en terrenos municipales.

Conclusión:

El Ecuador del siglo XIX constituyo una época de grandes cambios en donde la Iglesia y el Ejercito
tenían gran influencia y poder; por otra parte, se estableció en esta época la creación de los
municipios quienes formaron un complemento para el Gobierno Central, pues estos tendían a
varias necesidades básica requeridas en sus cantones. Esta época también se caracterizó por la
discriminación a negro e indígenas, así como también el aprovechamiento de los mismo pues
eran los indígenas los únicos que pagaban impuestos.

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