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República Dominicana

Universidad Autónoma de Santo Domingo


(UASD)

Temas:
Reseña histórica de la cartografía

Asignatura:
Cartografía

Sustentantes:
Braulio Matías Reynoso

Facilitador:
Alejandro Hernández Grullon
Introducción

A continuación se presenta una breve reseña histórica sobre como ha venido


evolucionando la cartografía, pasando desde los primeros momentos cuando la misma surge
como parte de la necesidad de conocer el medio en que los humanos de esa época realizaban
la caza y recolección de los alimentos, hasta los momentos actuales en que se cuenta con
herramientas digitales que permiten realizar estudios de forma más fácil y eficaz que en los
inicios.

En el mismo se toma en cuenta los avances que se fueron logrando, así como los
mapas que eran creados en las distintas etapas, echando un vistazo a como la misma cambiaba
de acuerdo con el avance de la sociedad.

Reseña Histórica de la Cartografía


Según la dirección general de protección civil de México, la primera representación
cartográfica de la que se tiene noticia como una forma de documento impreso, es una tabla
de arcilla con caracteres grabados que data del año 2800 a.C., encontrada en la Mesopotamia
asiática, la cual constituye en esencia una carta catastral elaborada con fines impositivos. Se
sabe también de documentos similares muy antiguos en Egipto, la India y China. Sin
embargo, no debe pensarse que la cartografía nace con la tablilla mesopotámica; la realidad
es que el ser humano es un cartógrafo por naturaleza, poseedor de un cierto sentido que le
lleva a tratar de ubicarse dentro del medio físico. Desde siempre, el hombre ha sido capaz de
orientarse y dar direcciones y cuando se ha inclinado para dibujar sobre el polvo caminos,
ríos, lugares poblados, está haciendo cartografía.

En consonancia con lo establecido por el autor citado anteriormente, es lógico pensar


que si para el 2800 a.C., ya se comienza a plasmar en tablas documentos cartográficos es
porque ya se venía haciendo esto desde mucho tiempo atrás, creando quizás una especie de
conocimiento empírico al respecto que fue permitiendo llegar hasta ese estado del avance
cartográfico, que hizo posible el grabado del mismo en las tablas citadas.

La cartografía principió en la antigüedad a tener un carácter científico en la Grecia


clásica, en la que como parte de los estudios filosóficos se llegó a descubrir la forma
aproximadamente esférica de la Tierra, cuyas dimensiones se establecieron con una
aproximación sorprendente dados los recursos técnicos con que se contaba. Producto de la
época y asociada con el anterior concepto fue la definición de los polos, el ecuador y los
trópicos, que dio lugar al desarrollo del sistema de coordenadas curvilíneo, constituido por
el conjunto de meridianos y paralelos, sistema que ha subsistido a través del tiempo, hasta
nuestros días.

Como gran parte de las ciencias modernas, en Grecia se lograron sentar las bases de
carácter riguroso y con técnicas que aunque en los actuales momentos parezcan
rudimentarias, para su época fueron los últimos avances en las ciencias, ellos partiendo de la
observación de los fenómenos que ocurrían a sus alrededores fueron capaces de lograr
descubrimientos asombrosos y realizar cosas que para muchos en la actualidad sólo es posible
con la utilización de instrumentos de última generación.

El Mapamundi de Anaximandro puede considerarse el primer mapa en escala del


mundo. De este modo, sería el pionero en intentar establecer relaciones de proporción con el
mundo conocido, lo que sería una constante de la cartografía. El mapa de Anaximandro era
al igual que el mapa babilonio circular.

De acuerdo con la sociedad estatal España nuevo milenio, la historia de la


representación de la Tierra es una aventura extraordinaria, en la que se mezclan rigor y
fantasía pero, fundamentalmente, la Cartografía refleja una adaptación permanente a las
necesidades y al progreso tecnológico de una sociedad en continuo movimiento. Las primeras
representaciones del espacio mediante itinerarios desde un lugar conocido hasta otro
desconocido (una dimensión), fueron sustituidas, con el pasar de los siglos y el
descubrimiento de principios físicos y matemáticos que dieron lugar a la invención de
instrumentos de precisión para la navegación, por portulanos y cartas náuticas en dos
dimensiones. Por otra parte, la invención de la imprenta facilitaba la difusión, aún restringida,
de los trabajos cartográficos.

Las formulaciones matemáticas del siglo XVI sobre la esfericidad de la Tierra


abrieron un tímido camino hacia el uso de la tercera dimensión en la Cartografía, que sólo se
consolidará en el siglo XVIII, con los primeros trabajos de triangulación y, posteriormente,
con la representación del relieve mediante curvas de nivel. La tercera dimensión ha venido
dominando la concepción más aceptada de la Cartografía hasta tiempos muy recientes, pero,
en los últimos años, las nuevas tecnologías de la información aplicadas a la representación
del espacio, están introduciendo una cuarta dimensión apoyada por el tratamiento de
imágenes de satélite o avión y por Sistemas de Información Geográfica que permiten el
análisis multitemporal de diversas variables y la posibilidad de simular evoluciones o
establecer correlaciones de fenómenos mediante superposición, con calidad geométrica
contrastada, de informaciones temáticas múltiples.

Durante la época romana se adoptaron los criterios desarrollados por el humanismo


griego. Sin embargo, la cartografía romana se caracterizó por tener una orientación
decididamente utilitaria, desde el punto de vista de la expansión del imperio. Los mapas
romanos, fueron más que todo mapas militares del mundo conquistado o por conquistar;
dentro del concepto del “Orbis Terrarum" que situaba a Roma en el centro del mundo hasta
entonces conocido, circunstancia que aunque equivocadamente concebida, fue parte de la
motivación que llevó a Roma a la conquista del orbe, tratando con esto de cumplir con una
especie de destino manifiesto. Nótese como una situación de: naturaleza geopolítica modeló
el carácter cartográfico de la época. El concepto geográfico derivado fue tan dominante, que
los mapas "Orbis Terrarum" se siguieron copiando mucho durante la Edad Media.

Durante la época del Renacimiento se nota un fuerte incremento de las cartas


portulanas como consecuencia del aumento en las actividades comerciales y el desarrollo de
los viajes de exploración y los grandes descubrimientos. Fue la época de la invención del
grabado y la impresión, lo que permitió la edición y publicación de cientos de cartas. Se nota
un retorno, en lo que respecta a cartografía, a las culturas griega y romana, y los mapas son
de carácter ptolemaico. En general, hay un florecimiento, pero con mucha confusión.
Algunos hitos importantes de la cartografía de la época fueron el primer intento de mapa de
América hecho por el piloto Juan de la Cosa en 1500, el primer mapa de Norteamérica, que
la muestra como parte de Asia, elaborado por Contarini en 1506, el primer mapa que lleva el
nombre "América", hecho por Wadseemüller en 1507 y el primer mapa del Océano Pacífico
elaborado por Ribero en 1529, el cual no muestra la costa occidental del Continente
Americano.

A finales del siglo XVII ocurre lo que se ha dado en llamar la Reforma de la


Cartografía, a la cual principia a darse un carácter más científico con los trabajos
desarrollados por la Academia Francesa; el siglo XVIII define la edad de la razón, se
principian a hacer trabajos de levantamientos geodésicos formales con fines de investigación,
se realiza la medida de grandes arcos de triangulación y se impulsa la cartografía topo gráfica,
estableciendo con esto las bases para el desarrollo cartográfico el siglo XIX, en el que ya la
disciplina es menos decorativa y más científica. Se produce una alta demanda de mapas, entre
otras, por necesidades militares.

Para satisfacer tal demanda se recurre entonces a levantamientos de carácter nacional


a cargo de organizaciones oficiales, con lo que los cartógrafos independientes vinieron a
menos y tuvieron que asimilarse al sistema. A modo de paréntesis, se puede mencionar que
en épocas anteriores los mapas eran la obra de individualidades, las que a menudo dedicaban
varios años a completar un mapa; cartógrafos eruditos, ponían grandes dosis de entusiasmo
y paciencia en su obra; la falta de conocimiento geográfico en una determinada zona era
remediada con la inclusión de metas, dibujos y figuras mito lógicas, elementos decorativos
que ayudaban a incrementar el carácter artístico del mapa.

Con el desarrollo científico de la época, la demanda de información geográfica dejó


de estar limitada a los mapas de información general y éstos empezaron a diversificarse,
dando lugar a la aparición de cartas geológicas, económicas, educacionales, de transporte, y
de otros temas, con la ocurrencia simultánea del advenimiento de nuevas técnicas y avances
científicos.

La invención de la fotografía en el siglo pasado y el desarrollo de la fotografía aérea


representan uno de los avances más espectaculares de la cartografía. En la época más reciente
y con pocas excepciones, la fotogrametría ha sido de fundamental importancia para la
cartografía al permitir esquemas de producción muy precisos, rápidos y económicos.

Sin embargo, el desarrollo cartográfico no se agota con estos avances; la computación


electrónica y su incidencia en el ámbito cartográfico ya no es materia de experimentación, lo
cual señala también un hito de extrema importancia en el desarrollo de la disciplina, que en
la actualidad se encuentra inmersa en el campo de la auto matización, los sistemas de
cartografía numérica, computadoras de muy alta capacidad, instrumentos de gran precisión,
sistemas diversificados de percepción a distancia y el advenimiento de los sistemas de
información geográfica.

Eratóstenes de Cirene (275-194 a.C.) fue, sin lugar a dudas, el gran reformador de la
cartografía griega. Confeccionó un mapamundi, que, aunque perdido, se ha podido
reconstruir con gran precisión, gracias a los relatos de diversos exploradores y marinos con
la ubicación de los mares, tierra, montañas, ríos y poblaciones.
El mapa de Eratóstenes es el primero en establecer un sistema de meridianos y divide
a la tierra habitada en departamentos, a los que él denomina sphragidas. Estos
departamentos se apoyaban en dos ejes perpendiculares: uno con dirección Norte-Sur, que
era el meridiano que pasaba por Siena y Alejandría, y el otro de Oeste a Este, que pasaba por
las Columnas de Hércules, Atenas y Rodas.

A día de hoy no se conserva ninguno de los mapas originales del geógrafo griego del
siglo II a. de C. El origen del mapamundi de Ptolomeo está en su obra ‘Geographia’, en la
que realiza una detallada descripción de lo que él creía que era el mundo.

Para ello describe distintos lugares utilizando por primera vez un sistema de latitudes
y longitudes, que si bien es diferente al utilizado hoy en día, fue ampliamente usado
posteriormente por otros geógrafos.

A través de los datos recogidos en este libro, varios cartógrafos realizaron


mapamundis, en lo que fueron las primeras aproximaciones a la distribución de los
continentes en el planeta.

Nunca se hallaron los mapas confeccionados por el geógrafo griego. Pero el hecho de
que su Geographia contenga miles de referencias a distintas partes del viejo mundo e incluso
coordenadas de varias de ellas, hizo posible que los cartógrafos reconstruyesen la visión del
mundo de Ptolomeo cuando el manuscrito fue redescubierto cerca del año 1300.
Sin duda la influencia de Ptolomeo sobre la cartografía posterior es enorme, siendo el primer
cartógrafo que empezó a dar forma al mundo de una manera más sistematizada y empírica.

Entre los siglos VIII y XV cartógrafos, exploradores y viajeros musulmanes escribieron


innumerables libros y tratados sobre la geografía de Europa, África, India y China. Sus textos
superaban en mucho a los realizados por los europeos.

Entre todos los geógrafos musulmanes, el más destacado es, sin duda, Abu Abdullah
Muhammad al-Idirisi. En su mapamundi (Tabula Rogeliana, llamada así por el rey Roger de
Sicilia, donde Al-Idrisi residía) el cartógrafo árabe contaba con que la tierra era redonda, con
una circunferencia de 37.000 kilómetros (menos de un 10% de error sobre las dimensiones
reales).
El mapa de Hereford, realizado en torno al año 1.300 y redescubierto en el siglo XX, es algo
así como la Biblia cartografiada. El mapa está realizado en el conocido como formato de
T en O. El primero en realizar este tipo de mapamundis fue Isidoro de Sevilla, que en sus
‘Etimologías’ indica cómo deben realizarse.
La O representa el mundo de forma circular, la forma geométrica perfecta, rodeado por el
océano. La T hace referencia a la articulación del espacio interior a la vez que alude a la cruz.

Se trata de un mapa imbuido de una alta carga ideológica. En el centro se sitúa


Jerusalén, con la cruz. En la parte superior, fuera del círculo, se representa el Pantocrátor que
domina la tierra. Bajo él, al borde del mundo, una isla redonda representa el paraíso terrenal.
De acuerdo con la lógica de los mapas de T en O, el mundo habitable lo forman los tres
continentes conocidos del hemisferio norte.
Asia queda representada en la mitad superior mientras que África ocupa el cuadrante
inferior derecho. Está separada de Europa por las columnas de Hércules que aparecen
pobladas también por seres fantásticos y monstruos. Junto a las imágenes cristianas y bíblicas
dominantes aparecen elementos de la mitología clásica, como es el caso del Minotauro en el
laberinto de Creta.

El mapa de Juan de la Cosa fue realizado por este marino cántabro en 1500 en El
Puerto de Santa María (Cádiz). Es la representación inequívoca del continente americano
más antigua conservada.

En el mapa, que puede visitarse en el Museo Naval de Madrid, aparecen las tierras
descubiertas hasta finales del siglo XV por las expediciones castellanas, portuguesas e
inglesas a América.

También muestra una gran parte del viejo mundo, según el estilo típico de los
portulanos medievales, incluyendo noticias de la reciente llegada de Vasco de Gama a la
India en 1498.

El mapamundi de Waldseemüller, también conocido como Universalis


Cosmographia, publicado bajo la dirección del cartógrafo Martin Waldseemüller, es el
primero en el que se utiliza el nombre de “América” al considerar a Américo Vespucio
descubridor del nuevo continente. Acompañaba a un pequeño tratado de geografía titulado
Cosmographiae Introductio.
El conjunto, con doce hojas separadas de 430 x 590 mm cada una, representa la tierra
mediante una modificación de la proyección cónica de Ptolomeo, en la que los meridianos
son líneas curvas y los paralelos forman líneas concéntricas.

Tiene forma cordiforme (de corazón) y aparece coronado por dos medallones con
sendos hemisferios: junto al de la izquierda, ocupado por Asia, África y Europa, se dibuja a
Ptolomeo, y en el de la derecha, con la representación de América, aparece el retrato de
Américo Vespucio.

En 1527 Diego Ribeiro, un portugués a las órdenes del Rey de España creó el primer
mapa que podemos considerar científico como tal, usando perfectas latitudes. Aún no
aparecen ni la Antártida ni Australia. La representación del mapamundi está fuertemente
influenciada por la información obtenida durante el viaje de Magallanes y Elcano alrededor
del mundo.
El mapamundi delinea de forma muy precisa las costas de América Central y del Sur.
Muestra toda la costa este de América pero la costa oeste sólo desde Guatemala a Ecuador.
Por otro lado, el mapa por muestra por primera vez el Pacífico en toda su extensión y también
es el primero que enseña la costa norteamericana como un continuo. También se muestra la
demarcación del Tratado de Tordesillas.
En 1569 Gerardus Mercator hace su gran contribución con el mapa cilíndrico. El
mapa así como la forma de la proyección geográfica supuso toda una revolución en la
navegación del siglo XVI y en adelante. Se convertiría en una proyección estándar conocida
como la proyección de Mercator.
Mientras la escala lineal es constante en todas las direcciones alrededor de cualquier
punto, preservando las formas y proporciones de los objetos pequeños, la proyección
distorsiona el tamaño de las formas grandes, de manera que la escala aumenta desde el
ecuador a los polos, donde se convierte en infinita. Las leyendas del mapa muestran que
estaba concebido expresamente para la navegación marina.
El ‘Theatrum Orbis Terrarum’ es considerado el primer atlas moderno. Escrito
por Abraham Ortelius, este atlas es considerado a menudo como un resumen de la cartografía
del siglo XVI así como el primer Atlas. Estaba compuesto por 53 mapas basados en
diferentes autores y adaptados por Ortelius.

La cartografía es la ciencia que trata de la representación de la Tierra sobre un mapa.


Pero además de representar los contornos de las cosas, las superficies y los ángulos se ocupa,
también de representar la información que aparece sobre el mapa, según se considere qué es
relevante y qué no. La historia de la cartografía abarca desde los primeros trazos en la arena
hasta el uso de técnicas geodésicas, fotogrametrías y de fotointerpretación. Parece que todos
los pueblos primitivos han tenido cierta forma de cartografía rudimentaria, expresada muchas
veces por lo que se podría llamar cartografía efímera: meros trazos momentáneos en la arena
o en tierra húmeda .Se afirma que Tales de Mileto elaboró el primer mapamundi en el que se
concibe al mundo como un disco que flota sobre las aguas. Aristóteles fue el primero en
medir el ángulo de inclinación con respecto al Ecuador Ptolomeo Publicó un método acerca
de la determinación de coordenadas con base en meridianos y paralelos. Durante muchos
siglos se estancó prácticamente la cartografía, por lo que los marinos navegaban usando
mapas improvisados, hasta que el descubrimiento dela brújula permitió que elaboraran los
primeros portulanos. Como un dato curioso, se cuenta que Américo Vespucio, quien recibió
la gran distinción de dar nombre al Nuevo Mundo, fue en realidad un cartógrafo destacado
pero no excepcional y el quizás inmerecido honor que se le hizo se debió a que un editor que
publicó los primeros mapas de las nuevas tierras, señaló a éstas como tierras de Américo y
el nombre se popularizó de un modo irreversible Estos mapas reproducían itinerarios y zonas
específicas. Se considera que los españoles agregaron a los mapas existentes notas en
español, sustituyendo la huella del pie descalzo por una herradura para indicar los caminos
que podían ser transitables a caballo.
A principios del siglo XX quedaba por explorar alrededor del 5 por ciento de la
superficie terrestre. Para la fotogrametría moderna se emplean instrumentos de alta precisión
que permiten relacionar las fotografías aéreas y de satélite con las medidas reales del terreno.
De ello resulta una información gráfica que hace posible conocer las distancias y los
desniveles de una región determinada. En la actualidad la elaboración de mapas es una
operación compleja en la que participan grupos de más de 50 diferentes disciplinas: foto
navegantes, mecánicos, químicos laboratoristas, geodestas, topógrafos, entre otros. Los
mapas, que fueron la forma inicial de conocer la Tierra, muy pronto nos servirán para llevar
las fronteras del conocimiento más allá del planeta en el que vivimos.
Google Earth ofrece mapas de la tierra a partir de la combinación de imágenes
satélite, fotografías aéreas y Sistemas de Información Geográfica (SIG) en un globo terráqueo
de tres dimensiones. La primera versión de Google Earth fue lanzada en 2005 y actualmente
está disponible en PC para Windows, Mac y Linux. En 2013 se había convertido en el
programa más popular para visualizar cartografía, con más de mil millones de descargas.
Una breve referencia a la historia de los hitos tecnológicos en la evolución de la
Cartografía también debe ayudarnos a comprender el presente de esta disciplina. En síntesis
estos hitos tecnológicos pueden resumirse en cuatro fases (Robinson, A. Et al, 1987). Una
primera etapa manual se inicia desde que al hombre se le ocurre plasmar en un plano
elementos espaciales reflejando, en una dimensión, su entorno más inmediato y las rutas,
lugares y barreras hacia lo desconocido. Esta etapa manual da lugar a unos procesos que, en
cierta medida, siguen estando presentes hoy en la Cartografía, pudiéndose caracterizar por
mapas como los elaborados por Eratóstenes, Ptolomeo o los itinerarios prácticos del mundo
romano.

La aportación conceptual de esta etapa está en el conocimiento del mundo más


inmediato y en la representación, incluso con un sistema de proyección en época de
Ptolomeo, del mundo conocido. La aportación esencial de esta etapa está en el concepto de
la representación espacial, mientras que la evolución de las técnicas permite realizar copias
o grabados y aparatos como los astrolabios facilitarán el movimiento con el mapa y las
mediciones de distancias.

Las representaciones responden naturalmente al concepto artístico de calidad para la


época y dependían en su reproducción y elaboración de pacientes y expertos grabadores que
daban lugar a ejemplares únicos para un abanico muy restringido de usuarios de la
Cartografía. Esta etapa puramente manual se prolongará hasta la Alta Edad Media y el
Renacimiento, variando las fechas para Oriente y Occidente. La evolución en el
conocimiento del mundo, así como el invento de algunos instrumentos como brújulas y
relojes, mejorarán el posicionamiento y la medición sobre la superficie de la tierra, dando
lugar a una etapa que denominaremos mecánica, que alcanza su mayor aportación con la
aparición de la imprenta en Occidente en el siglo XV.

La imprenta permitirá difundir series de mapas y abrir el conocimiento del mundo a


un mayor número de personas. Asimismo, se perfeccionarán los sistemas de representación
de la superficie terrestre. En su evolución esta etapa pasará por una primera fase manual-
mecánica, para terminar, con el paso de los años, allá por el siglo XVIII, en una nueva etapa
puramente mecánica, en la que avances en óptica y física, así como nuevos conceptos
cartográficos, como la triangulación, permitirán crear una cartografía muy similar, en sus
contenidos, a la Cartografía que aún hoy utilizamos. Es el momento en que Cassini llevará
a cabo su Cartografía 1/50.000 de Francia que prácticamente recoge casi todos los elementos
de referencia territorial en un mapa a que estamos acostumbrados en la actualidad, salvo la
curva de nivel.

Pero en el siglo XIX se inicia una nueva etapa condicionada por avances técnicos-
científicos en óptica y química, dando lugar a una fase que llamaremos fotoquímica. El uso
de la litografía y la fotografía facilitarán la impresión en color, pasándose a realizar
reproducciones en laboratorios donde antes existía un paciente artesano que coloreaba a
mano. Fotoquímica y óptica provocarán un profundo cambio en todas las fases de creación
de la Cartografía. Este cambio quedará asentado en el siglo XX, cuando la fotografía aérea
perfeccionará la calidad de los trabajos métricos y modificará completamente el enfoque de
la representación y elaboración de los mapas. En el siglo XX, no hace más de 20 ó 30 años
según qué países, se comienza a vislumbrar una fase que podemos llamar electrónica y que,
en su corto deambular puede, a su vez, ser dividida en diferentes períodos, en función de la
incidencia de las tecnologías utilizadas. Se comienza con el desarrollo de un período que
podemos denominar mecánico-digital que facilita la acomodación de la fase fotomecánica a
un nuevo período digital que se iniciará, prácticamente, en los años 80 con la eclosión de la
informática. Si estos períodos de la fase electrónica los relacionamos con la producción
cartográfica y los equipos en ella utilizados podemos referirnos al cambio de los restituidores
ópticos-mecánicos o analógicos, por los restituidores analíticos, al paso del uso de teodolitos
a estaciones totales, geodolitos y, en la actualidad, la utilización de los sistemas de
posicionamiento global mediante satélites (G.P.S.), que facilitan datos directamente tratables
por el ordenador. La tecnología electrónica se introduce en todos los ámbitos de la
producción y reproducción de la Cartografía, llegando al mundo de la impresión, con la
existencia de fotoplóteres, scáneres digitales, plóteres de inyección de tinta, que obvian
pruebas de imprenta y, finalmente, la difusión y uso masivo de los mapas a través de Internet
o de productos multimedia de fácil manejo en ordenadores personales.

En todo este proceso histórico existen dos cuestiones que son claves para entender la
situación actual de la Cartografía. Primero, que los campos cuyos avances técnicos y
científicos tienen incidencia sobre la Cartografía son muy variados: mecánica, óptica,
química, metalurgia, electrónica, informática, Segundo, que la aplicación de cada nueva
tecnología produce cambios más importantes que la precedente, haciendo que la velocidad
del cambio esté en continua aceleración. De esta forma, si las técnicas manuales
predominaron durante miles de años, haciendo llegar y entender los mapas a unos miles de
usuarios, las técnicas mecánicas iniciadas con la imprenta han durado unos 400 años,
llevando los mapas a decenas de miles de usuarios; las técnicas fotoquímicas sólo han sido
dominantes unos 190 años llegando, posiblemente, a algunos millones de usuarios. La
electrónica y la informática, presentes hace sólo 20 ó 30 años, han modificado todos los
procesos cartográficos, convirtiendo a la Cartografía en un campo o especialidad de altas
tecnologías, y no sólo han ampliado extraordinariamente el espectro de los potenciales
usuarios, sino que lo ha hecho igualmente, con los potenciales creadores de Cartografía.

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