You are on page 1of 5

DESDE MI PARROQUIA, YO ME COMPROMETO

CON LA IGLESIA
1. OBJETIVO

Realizar este ejercicio busca crear en los jóvenes aspirantes al proceso formativo
presbiteral de la Arquidiócesis de Barranquilla, una identificación con su parroquia,
para de esta forma, animarlos a no sólo conocer el proceso diocesano de renovación
y evangelización que se lleva a cabo en la Arquidiócesis, sino que desde sus
realidades y carismas, se comprometan en ser agentes de evangelización en la
porción del pueblo de Dios de la que hacen parte.

2. INTRODUCCIÓN

La parroquia es una de las divisiones territoriales que se realiza dentro de la Iglesia


católica, para mayor atención de los fieles cristianos. Por lo tanto, más que ser una
ubicación territorial, es la comunidad de fieles cristianos, que acompañados por un
sacerdote caminan como hermanos al encuentro con el Padre. A ese sacerdote que
se le denomina “párroco”, ese le encomienda la cura pastoral de esa comunidad de
fieles, y se convierte así en el pastor propio de la parroquia, así lo dice el Catecismo
de la Iglesia Católica en el numeral 2179, haciendo referencia al canon N° 515, 1. En
este lugar es donde los fieles se reúnen para la celebración de los sacramentos.

3. AMBIENTACIÓN

El moderador del encuentro saluda de manera cordial y fraterna a los asistentes,


propiciando un ambiente de comunidad, en donde alrededor de Jesucristo, Pastor
Santo, se viva un encuentro de fraternidad y hermandad.

a) Cantos: A edificar la Iglesia- Iglesia soy- Juntos como hermanos

4. ORACIÓN

Uno de los presentes, antes de la oración hace una monición con unas palabras de
San Juan Crisóstomo, que invitan a todos a la reflexión y a la oración comunitaria

“No puedes orar en casa como en la iglesia, donde son muchos los
reunidos, donde el grito de todos se eleva a Dios como desde un solo
corazón. Hay en ella algo más: la unión de los espíritus, la armonía de las
almas, el vínculo de la caridad, las oraciones de los sacerdotes”. (San Juan
Crisóstomo, incomprehens. 3, 6)
Amado Dios, hemos venido a este encuentro para reunirnos y unirnos como
hermanos; y así, movidos por el Espíritu Santo que has derramado en nuestros
corazones y que fue prometido por tu Hijo Jesucristo, poder decirte: que eres
nuestro PADRE y que nosotros somos tus hijos; que venimos con el deseo ardiente
de vivir este momento de cielo junto a Ti. Danos la oportunidad de descubrirte a
diario en la comunión con los hermanos, especialmente en esta porción de tu
pueblo en la que por tu misericordia me has permitido hacer parte. Te lo pedimos
por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

5. DESARROLLO

5.1 EL IDEAL DE LA PARROQUIA ES: JESUCRISTO

a) Los participantes se ubican en pequeños grupos, los cuales se organizan de


acuerdo a la cantidad de asistentes.
b) En primer momento, se le entregará cada grupo un rompecabezas que
contenga uno de los valores trabajados por la Arquidiócesis. Este
rompecabezas, debe tener una ficha que no pertenezca a ese rompecabezas
(se debe prever que se entreguen los rompecabezas con estas condiciones).
c) Las condiciones del juego serán las siguientes: (i) el rompecabezas, será
armado en total silencio; (ii) antes de iniciar se les hace la aclaración que
tienen una ficha que no les corresponde; (iii) deben escoger a uno de los
integrantes del grupo que se encargue de recuperar la ficha que les hace falta,
recuerde que debe realizarse en silencio.
d) Al finalizar esta actividad, se recogerán las experiencias de cada grupo con
base a estas preguntas: ¿qué me motivaba a trabajar en equipo?, y ¿cómo fue
la experiencia de buscar ayuda, sin necesidad de palabras?
5.2 EL CENTRO DE LA PARROQUIA ES JESUCRISTO1 (Hechos 2, 42- 47)2

Cuando vemos los textos del Nuevo Testamento, más exactamente los Hechos de los
Apóstoles que es el libro que nos narra las acciones de los apóstoles de Jesucristo
después de su ascensión al cielo, encontramos que todas las actividades y/o tareas
pastorales que van a realizar, tienen un núcleo o un centro y va a ser la persona
adorable de Jesucristo. Si revisamos con detenimiento los capítulos del libro de los
Hechos, nos vamos a dar cuenta que en todas las predicaciones de los apóstoles el
personaje principal siempre va a ser Jesucristo, el cual va a ser anunciado por la
fuerza del Espíritu Santo con hechos y palabras. Pues bien, todo esto que es llamado
hechos apostólicos, tienen una base o un fundamento, y es lo que no narra el texto
que acabamos de compartir, que no es otra cosa que la vida interna de la comunidad.

En relación a lo anterior, podemos descubrir que para que desde una parroquia se
viva la misión de la Iglesia que es la de anunciar y proclamar la Buena Nueva de
Jesucristo (cf. Marcos 16, 15), debe existir una vida interna, o más bien, una intimidad
con la persona de Jesucristo, en la que la enseñanza de los pastores (que en este caso,
son los párrocos), la vida de oración y la vida sacramental, fortalezcan el espíritu de
los fieles para así brindar un testimonio veraz del amor de Dios, por medio del cual,
ayudemos a que muchos más hermanos se incorporen en la comunidad parroquial y
vivamos la realidad del Reino de Dios.

Pero, ¿cómo dar testimonio veraz del amor de Dios en una parroquia?

La respuesta es muy sencilla pero radical, y es tener los mismos sentimientos del
Maestro.

No es ajeno para nosotros todo lo que hoy en día se habla acerca de la Misericordia,
pero poco significado adquiriría esta palabra, si no se lleva a la práctica. Soy
consciente que la Iglesia es una fraternidad en donde contamos siempre con la
presencia del Señor; pero, también reconozco que a veces esa presencia del Señor
Resucitado la reducimos a una simple “vivencia sentimental” dentro de nuestras
comunidades parroquiales. Qué bueno sería que todos los que decimos ser Iglesia,
nos pusiéramos en la tarea de hacer palpable esa presencia del Señor con verdaderos
gestos de misericordia, en donde luchemos arduamente por abolir las desigualdades

1
Jorge Luís De la hoz Castro, seminarista CJM
2
Se invita a los presentes a buscar el texto bíblico de Hechos 2, 42- 47. Un lector, proclama el texto para
todos, seguido a esta proclamación, se proclama el texto entre todos (se le encarga un versículo a cada uno,
y se va proclamando el texto de forma consecutiva, no importa que se repita más de dos veces. Todos los
participantes deben participar leyendo un versículo del texto, la idea es que la Palabra penetre en el corazón
de los asistentes); y por último, se les pide que en silencio hagan una lectura personal del mismo texto.
y trabajar por ser cada día mucho más humanos y por ende, hermanos los unos de
los otros. Es decir, en donde pasemos de una simple lectura de la Palabra de Dios y
de una participación de los sacramentos, a una verdadera producción de frutos
abundantes con los que glorifiquemos el nombre de Dios.

Por lo tanto, ese hacer palpable la presencia del Señor en la vida parroquial
trasciende a la calle, al pueblo, a la ciudad. Constantemente el Papa Francisco ha
invitado a los pastores a “oler a ovejas”; pero, nos hemos quedado en que los pastores
van simplemente desde los seminaristas hasta el Papa, juntos con los religiosos y
religiosas. Sin embargo, si nosotros que somos discípulos del Señor, en alguna
ocasión le hemos dicho que lo amamos, entonces la misión de Pedro, también es
confiada a nosotros: “apacienta mis ovejas” (cf. Juan 21, 17); Ahora bien, descubramos
aquí otra realidad del ser testimonio veraz del amor de Dios y es que ser testimonio
es reconfirmar el Amor. Y el amor se confirma y se reconfirma en el servicio; en la
vida íntima del discipulado le decimos al Señor que lo amamos, pero en la vida
externa, lo expresamos con verdaderos actos de servicio a la comunidad.

Vivamos la misericordia y el amor exagerado de Dios en nuestras parroquias,


contagiemos a nuestros vecinos de la hermosura del seguimiento y de la vida con
Jesús. Si Jesús está en el centro de la parroquia, se irradiará hacía todos sus límites y
extremos con gran benevolencia.

6. EJERCICIO BÍBLICO: “VIVIENDO LA INTIMIDAD CON JESUCRISTO”3

El objetivo de este momento es hacer énfasis en las dos realidades del discipulado: la
vida interna (cercanía con Jesús) y la vida externa (cercanía al prójimo). Las
preguntas que nos llevaran a la reflexión son:

a) ¿Considera usted que mantiene una buena relación de amor y amistad con
Jesucristo? ¿Cómo la manifiesta?
b) ¿Cómo vivo mi compromiso misionero dentro de mi parroquia? ¿Siento que
puedo prestar un mejor servicio?

3
Para este momento, se sugiere que se realice un momento de silencio y meditación personal. A cada
participante se le debe entregar un crucifijo, para la vivencia del momento de meditación. Se les indica
meditar en torno al texto de Marcos 3, 13- 15.
7. COMPROMISOS

Terminado el encuentro los participantes deben descubrir un lugar de misión y de


trabajo pastoral dentro de la parroquia a la cual pertenecen, para que desde ese
momento, se pongan en contacto con el párroco y tratar de manifestar externamente
la vida íntima que viven con Jesucristo.

8. ORACIÓN4

El momento de oración es solamente de contemplación, inicia con la jaculatoria a


Jesús Eucaristía, seguido de un silencio prudente para la contemplación. Posterior al
momento de silencio se entona el canto: “Heme aquí, yo iré Señor” y se termina
recitando al unísono la siguiente oración:

Jesús, amante de las almas, que quieres la salvación de los hombres,


imprime, te lo ruego, en el corazón de todos los cristianos, los
sentimientos de celo pastoral y de ardiente caridad. Amén.

(San Juan Eudes, Obras Escogidas, 193)

4
Para este último momento de oración, se sugiere realizarlo delante del Santísimo. Cada participante
portará una vela en señal de la entrega a Jesucristo y del servicio a la Iglesia.

You might also like