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El proceso de privatizaciones constituye otro capítulo nefasto del decenio

fujimorista y que pone en evidencia los manejos oscuros de los recursos


del Estado. Sin transparencia, criterio técnico y pasando por alto el
interés nacional, las empresas públicas fueron rematadas y no siempre al
mejor postor.

Entre 1990 y 2000 se ejecutaron 228 operaciones de venta, concesión o


liquidación de empresas públicas, lo que generó un monto de US$ 9.221.
Sin embargo, de esta cantidad solo ingresaron al Tesoro Público US$
6,445. La diferencia de US$ 2.700 millones se destinó al pago de
consultoras, bancos de inversión y a sanear las cuentas de las
compañías privatizadas (el Estado asumió todas sus deudas antes de
venderlas).

El dinero que finalmente ingresó a las arcas del Estado se utilizó en


menor porcentaje para los fines previstos y por el contrario se gastó en
compras de armas, pagar la deuda externa, cubrir el déficit fiscal, y a
financiar la re-reelección de Alberto Fujimori.
“El decreto legislativo 674 establecía que el dinero de las privatizaciones
se debía invertir en salud, educación, infraestructura vial, seguridad,
erradicación de la pobreza y pacificación. Eso no se cumplió”, sostiene el
ex legislador Javier Diez Canseco, presidente de la Comisión que
investigó los delitos financieros durante el régimen fujimorista.

A precio de regalo

Diez Canseco refiere que no se manejaron valorizaciones previas


adecuadas, por lo cual se subvaloró el precio de las empresas a ser
privatizadas. Menciona el caso de la compañía envasadora Solgás, de la
cual se vendieron el 84% de sus acciones a US$ 7.5 millones en 1992
cuando un año antes había tenido utilidades de US$ 2.9 millones.

“Era absurdo vender. El operador que compró recuperó su inversión en 3


años y en 1996 vendió el 60% de sus acciones en US$ 39 millones. Se
reveló una evidente subvaluación”, señaló.

Otro caso escandaloso de subvaluación fue el de la refinería La Pampilla.


En 1996 el Estado vendió el 75% de las acciones de la mayor refinería
del país en $180 millones, cuando en 1994 la empresa había generado
ingresos por $657 millones y utilidades operativas de $ 85 millones.

Un análisis del proceso privatizador revela también que muchos


operadores no cumplieron con los planes de inversión. Por ejemplo,
Shougan se comprometió a invertir US$ 150 millones en
Hierro Perú durante el periodo 92-95, pero no lo hizo y reprogramó su
inversión hasta 1999. Finalmente, la empresa incumplió el compromiso y
resolvió el problema con una penalidad de US$ 12 millones. El contrato
no establecía mayor sanción.

Aeroperú

La venta de la compañía aérea reveló el uso de información privilegiada


de personajes vinculados al gobierno. Roberto Abusada, asesor del
entonces ministro de Economía Jorge Camet, fue a la vez representante
del consorcio mexicano que ganó la buena pro.

“Estos casos revelan la desnaturalización del proceso privatizador en


beneficio de una cúpula mafiosa”, concluye Diez Canseco.

Despidos masivos y monopolios

Entre los objetivos de la privatización figuraba aumentar y mejorar la


calidad del empleo. Sin embargo, hacia 1999 habían sido cesados 120
mil trabajadores de empresas públicas. Los nuevos operadores solo
reabsorbieron el 36%, bajo condiciones de precarización.

El caso de la Compañía Peruana de Teléfonos (CTP) y ENTEL es


elocuente, pues antes de su venta tenían en conjunto 12.094
trabajadores. La masa laboral se redujo a 3.823 trabajadores cuando
Telefónica la compró. Sin embargo, los trabajadores de empresas filiales
de la transnacional suman ahora 15 mil en condiciones laborales de
tercerización, sin ningún derecho de un trabajador formal.

Tampoco se cumplió con propiciar la libre competencia en los servicios


públicos. Nuevamente se puede citar el caso de Telefónica, que tuvo el
control absoluto del mercado por años. También se puede mencionar a
las empresas eléctricas Edelnor y Luz del Sur. Ambas se han dividido el
servicio eléctrico en la capital y hasta la actualidad los usuarios no
tienen posibilidad de cambiar de operador si así lo desean.
En los años 90, el Perú tenía como presidente a Alberto Fujimori. Este abrió un nuevo
sistema económico denominado “Consenso de Washington” o neoliberalismo, ya que
la economía del país y todo en general estaba en caos y crisis. Las medidas tomadas
perjudicarían al sector industrial, sobre todo en lo manufacturero.

Antes de la situación mencionada, las medidas macroeconómicas entre 1986 y 1987,


durante el gobierno de Alan García hicieron que la producción manufacturera y la
construcción aumentaran en más de una cuarta parte en ese periodo. La teoría que es
útil a la explicación a este problema es la política neoliberal. En esta etapa de la
investigación, serán consideradas las siguientes causas: económicas y políticas que
incurren este modelo.

La teoría neoliberal explica y señala que ocurre una desindustrialización relativa en un


país por las características propias y naturales que conforman el sistema de ajustes y
estabilización. Otro factor a esto, es el cambio de la sustitución de importación para el
mercado interno como lo era anteriormente por exportación para el mercado mundial.
Este fundamento aclararía la desindustrialización que genera este precepto hacia las
actividades económicas manufactureras.

Por consiguiente, se dará a conocer el problema que hubo en los 90 y que marcó
trascendencia en la industria peruana cuando aún faltaba por desarrollarse. ¿Cuáles son
las causas que hacen que ocurra desindustrialización en el Perú ?

La causa principal de que se desindustrialice el país es por la desprotección de la


industria nacional por parte del Estado, ya que esta se eliminó cuando se estableció la
política de ajuste neoliberal y dio inicio a la liberalización del comercio. En la cual
también la producción no era eficiente y el grado de desarrollo tecnológico no era
competitivo en la economía internacional. Por ello, se cerraron muchas fábricas textiles,
de productos madereros, de cuero, de papel y entre otros.

Objetivo general:
1. Establecer las causas o motivos de un periodo de desindustrialización nacional
por lograr estabilizar al país económicamente con el inicio de la aplicación del
modelo neoliberal en los 90.

Objetivos específicos:

2. Señalar los factores de naturaleza política y económica que influyeron en la


problemática.
3. Describir la influencia de este sector respecto a la importancia del desarrollo en
general del país.

La desindustrialización es un proceso de cambios en lo económico y social, causado por


eliminación o reducción de capacidad industrial (en un país o región), especialmente en
lo que compete tanto a la industria pesada como transformadora.

A continuación, en este trabajo monográfico se describirá cada capítulo a desarrollarse.


En el primer capítulo nos referiremos a los antecedentes del neoliberalismo a partir de
los años 50 mediante etapas. En ella se conocerá las características del tipo de sistema
económico que tuvieron y su impacto en el sector industrial manufacturero. Además de
analizar las razones de su crecimiento o estancamiento.

En el segundo capítulo se describirá cuáles son los factores importantes en un proceso


de desindustrialización. Asimismo, nos referiremos a la evolución de la producción,
importación y exportación de la industria manufacturera. También se analizará las
razones tanto políticas como económicas que hicieron retrasar a la industria.

En el tercer capítulo, se referirá las principales consecuencias en el empleo industrial a


causa de las medidas tomadas de la liberalización comercial y la privatización de
empresas en la generación de empleos e inversión de capitales. Por ende, hubo
perjudicados por la ausencia y deficiencia de una industria nacional incompetente.
Igualmente, se indagará sobre la situación actual de la industria peruana.

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