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Plática motivacional para promover la participación de la mujer.

Es para mí un gusto poder compartir con amigas y amigo y quiero agradecer la


invitación a ser parte de este foro con el propósito de que ustedes como pueblo
puedan conocer las propuestas de trabajo en beneficio para este municipio que
tendrá a bien exponer cada uno de los candidatos a Alcalde municipal en el
momento establecido para el efecto.

Quiero empezar mi participación con la exposición del Tema:

Dos claves para el empoderamiento de la mujer.

Quiero contarles la historia de un niño que le gusta ir al circo porque le gusta ver
al elefante. Lo que más admiraba de él era su tamaño y su fuerza. Pero en una
ocasión cuando la función aún no había empezado observó que el elefante estaba
afuera de la carpa del circo atado con una cadena a una pequeña estaca y que
para liberarse el elefante no hubiera tenido que hacer mayor esfuerzo, pero sin
embargo el elefante permanecía allí día y noche. El niño preguntó porque el
elefante no se liberaba pero nadie pudo darle mayor explicación. Al crecer el niño
pudo conocer el proceso, de que desde que el elefante era pequeñito había sido
atado con una cadena a una pequeña estaca y que varias veces el jaló de la
cadena y por más que lucho no pudo ser libre. Por lo cual se adaptó a ese estado,
y cuando aún llegó a ser grande y fuerte y esa cadena y estaca insignificante para
él, aun así el seguía siendo esclavo pudiendo ser libre con el más mínimo
esfuerzo. A mucha mujer hoy en día le pasa lo del elefante, que teniendo la
fuerza y el potencial necesario aún siguen atadas a una cultura donde la mujer no
tiene participación a causa de la discriminación. Hoy quiero presentarle tres
claves necesarias para el empoderamiento de la mujer:

1. La educación

Un viejo proverbio africano dice: “Si instruimos a un niño, preparamos a un


hombre. Si instruimos a una mujer, preparamos a todo el pueblo.
O sea que es primordial la educación de la mujer.

La enseñanza sirve de ascensor. Le permite a la mujer ir cada vez más alto y


derribar las barreras que las mantienen separadas de la participación a nivel
social y política.

Si pensamos en la vida como una larga carrera, la educación es lo que da el


entrenamiento, el alimento y el soporte.

Sin una enseñanza de buena calidad, antes de acercarse a la línea de partida ya


se está en grave desventaja.

La educación en la mujer representa el sendero hacia la oportunidad.

Ahora que nos enfrentamos a los grandes retos del siglo XXI, debemos continuar
apostando a la educación, especialmente para la mujer.

Si a la mujer le va bien, a la sociedad le va mejor.

Un estudio de 60 países en desarrollo estimó que la pérdida económica que


implica no educar a las niñas al mismo nivel que a los varones ascendía a
US$90.000 millones por año.

Así que debemos ser las abanderadas de la educación de la mujer. La educación


de la mujer no es una amenaza, es una bendición.

niñas como Malala Yousafzai de Pakistán, que les hizo frente a los asesinos
talibanes para exigir el derecho a la educación, son dignas de admiración.

la educación eleva, nutre y ennoblece el espíritu.

2. El trabajo

Dejar que la mujer florezca y haga realidad su verdadero potencial en el mundo


laboral.
En todas partes del mundo, el hombre participa más que la mujer

Cuando las mujeres participan, tienden a estar atrapadas en puestos de trabajo


poco reconocidos y poco remunerados. A nivel internacional, la mujer gana solo
tres cuartas partes de lo que gana el hombre, incluso con el mismo nivel educativo
y en la misma profesión. El mismo sueldo por el mismo trabajo, ¿no es acaso una
de las normas de justicia más básicas?

Demasiadas veces, acarrean la carga de trabajo no remunerada, no observada,


no declarada, no apreciada. Las mujeres del mundo entero dedican el doble de
tiempo que los hombres a tareas domésticas y cuatro veces más al cuidado de los
niños.

Hay demasiadas mujeres que la sociedad pierde de vista, o cuyos talentos


desperdicia, o que sobreexplota. Se trata de un imperativo moral, y también de un
imperativo económico. Los hechos están a la vista: cuando la mujer contribuye
más, la economía prospera.

Cómo lograr que las mujeres participen más? En algunos casos, por la vía
legislativa; por ejemplo, evitando que las leyes de propiedad y sucesión
discriminen en contra de la mujer.
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