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Carlos Alberto Pérez Ramírez

JESÚS DE NAZARET1

El intervalo de lectura corresponde al prólogo de la obra del Papa Benedicto XVI.


Textualmente nos aclara el autor que es fruto de un largo caminar interior, narra después
desde la propia vivencia histórica, los autores que durante su juventud abordaron la vida de
Jesús, pero a la mitad del siglo XX la brecha entre el «Jesús histórico» y el «Cristo de la fe»
se ensanchó. Y es que la reconstrucción histórica de Jesús a través de los evangelistas y otras
fuentes acentuaron la polarización entre el revolucionario fracasado y el moralista benigno
que marcó su propio fin. Cabe destacar que dicho rescate histórico, está más impregnado del
mismo autor que del ícono al que se pretende revelar. Así, desconocemos a Jesús, pero
contamos con la fe en su divinidad, y eso representa un gran riesgo, pues nos desvinculamos
de la íntima amistad con Jesús. Dicha amenaza fue percibida por Rudolf Schackenburg, quien
en la obra La persona de Jesucristo reflejada en los cuatro evangelios, descubre que la
pregunta recae en las tradiciones y que se puede extender al infinito, declarando así que con
el método histórico-crítico no se logra una figura viable del Jesús histórico: sigue imperando
la visión de la fe. Este es el punto de ancla para la redacción de la obra propuesta, pues la
importancia de Jesús radica en la relación con el Padre, sin ella no se puede entender a Jesús.
La investigación en torno al tema se vio favorecida por la encíclica Divino aflante
Spiritu, esto por la inclusión del método histórico-crítico. Pero fue la Constitución conciliar
Dei Verbum, la que volcó la atención al tema de la Revelación (los evangelios se esfuerzan
en demostrar la carne de Jesús Hijo de Dios; él mismo se hizo carne), y puso las bases para
su interpretación. Otros documentos que hicieron grandes aportes fueron: La interpretación
de la Biblia en la Iglesia y El pueblo judío y sus Sagradas Escritura en la Biblia cristiana.
El Papa luego expone cinco orientaciones metodológicas: 1) no se puede renunciar al
método histórico crítico, debido a que la fe bíblica hace referencia a hechos históricos reales;
2) hay que reconocer los límites del método histórico-crítico, debe dejar las palabras en el
pasado, considerando el contexto y el pensamiento del autor; 3) las palabras aunque humanas,
encierran un «valor autotrascendente añadido»; 4) la unidad de los escritos (Biblia) no es un
dato histórico inmediato, por lo que el método se enfoca a subdividirlos, para luego
progresivamente recomponerlos con una mirada hacia atrás; 5) no se puede recomponer el
pasado a partir del presente, por lo que se queda en el nivel de hipótesis.
Con respecto a la unidad bíblica, en América se han realizado esfuerzos para realizar
una «exégesis canónica», aspecto ya previsto en Dei Verbum §12. A partir de la progresión
AT-NT se descubre que la clave es Cristo Jesús, en él se encuentra la unidad, queda
solventado el problema histórico-critico: la fe tiene una razón histórica, así el método se
convierte en verdadera teología, en donde la exégesis descubre las posibilidades del pasado
para el futuro y debido a que el autor se encuentra encajado en un movimiento histórico vivo,
no se encierra en sí mismo, sino que se abre a la comunidad viva, en correspondencia a una
fuerza directriz superior (inspiración). Así, el Papa descubre que la Escritura remite a los tres
sujetos que interactúan entre sí: el autor o autores de determinado libro; el sujeto común
«pueblo de Dios», a quien pertenecen el autor o autores; Dios mismo, quien llama y guía a
dicho pueblo que hace referencia a toda la humanidad.
El Papa recalca los aportes que han favorecido a la exégesis moderna, inclusive los
ha aplicado más allá de la interpretación histórico-crítica para lograr una interpretación
propiamente teológica de la Biblia, con exigencias de fe que no renuncian a la seriedad
histórica. La obra, a fin de cuentas, revela Benedicto XVI, no es un acto magisterial, sino una
búsqueda personal del «rostro del Señor» que puede favorecer el crecimiento de la relación
con él.

1RATZINGER, Joseph, Jesús de Nazaret, (Del Bautismo a la Transfiguración), Planeta,


Vaticano 2007, pp. 7-21.

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