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en América Latina
Francia y Portugal. izquierda latinoamericana de las últimas décadas. El nuestro autor: la certeza es horadada una y otra vez, y no
nista Argentino. Fue expulsado del PCA en 1963, en el
José Aricó
por encontrarle una sustitución a la altura de los distintos DEL PRÓLOGO DE MARTÍN CORTÉS donde continuará con su trabajo.
• Apoyar la formación de redes de investigadores/as e
instituciones que actúan en el campo de las ciencias En ese contexto escribirá sus textos más sustantivos,
sociales y las humanidades. sobre Marx, sobre Juan B. Justo y fundamentalmente
• Fortalecer los procesos de internacionalización aca- sobre José Carlos Mariátegui, participando activamente
démica en América Latina y el Caribe. de las importante relecturas del peruano que se realizan en
aquellos tiempos. Retorna a Buenos Aires con el fin de la
• Ampliar la cooperación y el diálogo académico
Sur-Sur y Norte-Sur. dictadura y contribuye en 1984 a la fundación del Club de
Cultura Socialista, espacio articulador de buena parte de
• Estimular el desarrollo y la consolidación de las
los debates intelectuales de los años ochenta, que tienen a
ciencias sociales y del pensamiento crítico en los países
la cuestión democrática como horizonte fundamental de
más pobres de América Latina y el Caribe.
discusión. En ese marco comienza a publicar, en 1986,
• Intervenir en el debate público nacional y regional, junto con Juan Carlos Portantiero y Jorge Tula, la revista
aportando las perspectivas y contribuciones de la
La ciudad futura. En los ochenta continúa también con
investigación social basada en resultados. Patrocinado por sus tareas de investigación –incorporándose al CONI-
• Colaborar con la formación de agentes gubernamen- CET-– fundamentalmente en torno de la historia de las
tales, activistas sociales y profesionales de la prensa en izquierdas argentinas y latinoamericanas. Fallece en Bue-
temas sociales, educativos, culturales y ambientales,
nos Aires en agosto de 1991.
acercándolos a problemáticas abordadas desde las cien-
cias sociales y a las evidencias que la investigación Agencia Sueca de Desarrollo Internacional Sus publicaciones más importantes son: Mariátegui y
social aporta. los orígenes del marxismo latinoamericano (México,
• Generar condiciones de acceso abierto a la producción
académica latinoamericana y caribeña, contribuyendo a
Antología esencial Cuadernos de Pasado y Presente, 1978), Marx y América
Latina (Lima, CEDEP, 1980; reedición ampliada en:
la democratización del acceso al conocimiento y per- México, Alianza, 1982), La cola del diablo (Buenos Aires,
mitiendo su más activa utilización por parte de los Edición, selección y prólogo de Puntosur, 1988) La hipótesis de Justo (Buenos Aires,
gestores de políticas públicas, las organizaciones sociales Sudamericana, 1999), Nueve lecciones de economía y
y ciudadanas, la prensa y el propio sistema universitario. MARTÍN CORTÉS política en el marxismo (México, COLMEX, 2011)
ISBN 978-987-722-284-5
Black
José Aricó
ISBN 978-987-722-284-5
José Aricó
Creemos que el conocimiento es un bien público y común. Por eso, los libros de CLACSO están disponibles en acceso abierto y gratuito. Si usted
quiere comprar ejemplares de nuestras publicaciones en versión impresa, puede hacerlo en nuestra Librería Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Primera edición
José Aricó: dilemas del marxismo en América Latina: antología esencial (Buenos Aires: CLACSO, noviembre de 2017)
ISBN 978-987-722-284-5
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Pasado y presente........................................................................................................... 71
I............................................................................................................................................. 71
II............................................................................................................................................ 76
III.......................................................................................................................................... 83
IV.......................................................................................................................................... 88
V............................................................................................................................................ 96
Bibliografía.......................................................................................................................... 99
La izquierda................................................................................................................. 805
que torna mi intervención menos global. Va a los angustiantes problemas provocados por la
ser, entonces, una intervención para mediar, modernización capitalista, el así llamado desa-
que debe ser integrada con otras intervencio- rrollo del subdesarrollo, según la expresión de
nes: en su conjunto, tal vez, se podrá desarro- Gunder Frank, ampliamente discutida en aque-
llar un análisis de lo que está aconteciendo en llos años. La revolución parece también la úni-
América Latina. ca posibilidad para impedir una regresión auto-
La realidad de nuestro país nos muestra ritaria en el subcontinente. “Socialismo o fas-
cambios, situaciones radicalmente diferentes cismo”, dice un eslogan de la época que retoma
respecto de aquellas que se vivieron en los una expresión de Rosa Luxemburgo. La idea de
años sesenta, que son, al fin y al cabo, los años una democracia que se pudiera concretar sin
del “Che”. transformaciones radicales estaba excluida del
A 20 años de su muerte, una puesta al día del pensamiento de la izquierda latinoamericana,
significado del pensamiento y de la acción de que en estos años sesenta expresa lo que era
Guevara impone un enfoque del contexto ideo- el pensamiento latinoamericano en general. La
lógico y político en el cual se han desarrollado. revolución era no solo necesaria, sino también
Si no comprendemos el clima ideológico que posible: esta era la convicción ampliamente
había en América Latina en esos años, conside- compartida por la izquierda intelectual y por
raríamos la experiencia del “Che” –sobre todo aquellas fuerzas políticas que se expresaban
la experiencia latinoamericana del “Che”– y las en la izquierda. Las reflexiones del “Che” que
experiencias que derivaron de aquella, como tenían como base esta idea de la posibilidad de
un puro delirio. realizar una revolución, formaron parte sustan-
Los años sesenta en América Latina están cial del esquema teórico, político y estratégico
marcados por un espíritu revolucionario. Diría de la guerrilla que sacudió el continente desde
que se trata de un conjunto de sociedades la época de la revolución cubana. Si no se toma
que viven con la idea de una revolución que en cuenta este particular aspecto, difundido en
se anuncia y que es posible llevar a cabo. El la América Latina de aquellos años, toda la ex-
tema central del debate político-cultural de la periencia de los años sesenta, no solo aquella
época es la revolución. La revolución, en es- de la guerrilla, sino de toda la izquierda, puede
tos años, parece ser no solo una respuesta a parecer un mero ejercicio teórico, una suma
Guevara y las tradiciones latinoamericanas887
infinita de errores que hoy tendrían que ser caracteriza las temáticas y las discusiones ac-
condenados por el pensamiento democrático y tuales en Brasil, en Uruguay, en Argentina y en
socialista americano. Creo que esta es la “mi- Chile. No estoy hablando del núcleo central del
sión” que subyace, implícita o explícitamente, debate en Centroamérica. Mi opinión personal
en buena parte de la intellighencija de izquier- es que este modo de considerar el significado
da que en los años ochenta se plantea otro ob- y la naturaleza de los movimientos políticos y
jetivo en su debate: la democracia y las concre- sociales de transformación es un modo limita-
tas reformas sociales que la ligan al socialismo. do, por no decir equivocado, porque tiende a
La crítica al Estado autoritario que ha sido la privilegiar las consideraciones estrictamente
respuesta a la revolución, se vuelve crítica al políticas y a limitar las elaboraciones teóricas
estalinismo; la revolución cubana pasa de ser a una pedestre sumisión a lo que acontece, a lo
modelo exportable a ejemplo a criticar. Aquí existente, a lo que es posible y necesario tomar
está el problema. Puestas de esta forma, las ex- en consideración. La teoría política, las con-
periencias del pasado, y en particular aquellas sideraciones teóricas, los elementos teóricos
de los sesenta, se ven descalificadas. Aunque de la izquierda intelectual latinoamericana no
la idea motriz de la revolución permanece en tienden a poner en evidencia lo que puede ser
ciertas áreas del pensamiento latinoamericano cambiado, lo que es posible cambiar, la necesi-
(en Centroamérica y en ciertas franjas de la iz- dad de buscar caminos para que se verifiquen
quierda del resto del continente) esta no cons- cambios en la realidad existente, sino que tien-
tituye hoy el tema central del debate político e den, más bien, a legitimar lo existente, los lími-
intelectual. Y esto marca un giro radical en el tes impuestos por las situaciones. Puesta en es-
espíritu de la época. tos términos, la crítica del pasado, que es, al fin
Si en los años sesenta este “espíritu de la y al cabo, una crítica concreta de los años se-
época” estaba inspirado, convencido, de la idea senta, conlleva necesariamente una aceptación
revolucionaria, en los años ochenta el debate de la pérdida de espesor de cada proyecto de
se centra en las políticas de reforma necesarias transformación teórico y práctico, que pese a
para llegar a la consolidación de la democracia las actuales condiciones de América Latina, se
en los diversos países del continente. Además, muestra, de todas maneras, como el único ca-
este tipo de debate cultural e intelectual mino posible para enfrentar de modo positivo
888 José Aricó. Dilemas del marxismo en América Latina. Antología esencial
implica la disposición teórica, política, prácti- “desarrollo del subdesarrollo”–, las teorías ela-
ca, de buscar otros caminos hacia verdaderos boradas desde la Posguerra en adelante, si se
procesos de radicalización de los movimientos observan los puntos de vista de las diversas co-
sociales, verdaderas conquistas en el sentido rrientes de transformación, vamos a encontrar
de transformaciones radicales. Considero que un problema idéntico: el problema de cómo las
en esto consiste la experiencia del “Che”. Por élites intelectuales que se proponen políticas de
esto no creo que haya sido un maestro de pen- transformación, logran organizar movimientos
samiento ni que hayan sido sus ideas las que sociales de transformación. Este dilema de la re-
iluminan el mundo, sino que fundamentalmen- lación intelectuales-pueblo que ustedes pueden
te es su temperamento, su validez como figura ver como un clima de época de la sociedad rusa
revolucionaria, lo que nos muestra que es posi- del siglo pasado, fue la base del así llamado mo-
ble rechazar un mundo injusto, que es posible vimiento populista, que fue en sus diversas eta-
construir un mundo diverso incluso cuando pas la forma de introducción del marxismo en
los caminos son inciertos y poco claros. Creo Rusia. Si ustedes analizan este problema de las
que es posible encontrar el hilo conductor que relaciones entre intelectuales y pueblo, podrán
nos permita ligar el pensamiento del “Che” no comprender de qué modo, durante todos estos
solo a la radicalización extrema de un modelo años –de los años de la Reforma Universitaria
particular de transformación revolucionaria, de 1918 hasta el día de hoy– este problema de
como ha sido su concepción del “foco” –que las relaciones entre intelectuales y pueblo, toda
es la sublimación de una etapa particular de la la concepción castrista así como la de Guevara,
revolución cubana, de la culminación de la re- está inserta en este contexto de intelectuales
volución cubana– sino que tiendo a verlo más que deben ser –que son– la síntesis del pensa-
bien como la expresión de esta voluntad de miento social de la época, que son los hombres
transformación, y tiendo a aproximarlo a una que expresan este modo particular de enlazar
cierta tradición del pensamiento revoluciona- los temas de las clases sociales, las temáticas
rio o del pensamiento social latinoamericano. de la constitución de las naciones en tanto tales,
Si se observan en general los conceptos, las las temáticas que remiten a las fuerzas sociales.
teorías concretas –algunas típicas de América Bien, en aquella relación (intelectuales-pueblo)
Latina como aquella de la “dependencia” o del encontrarán todas estas temáticas.
Guevara y las tradiciones latinoamericanas891
No creo que el pensamiento castrista haya que se pueda reunificar, reintegrar, aquella élite
sido ajeno a lo que ha sido el pensamiento social intelectual que tiene un sentido de culpa hacia
latinoamericano, pero creo que es una expre- la sociedad, en el tejido social latinoamericano.
sión radicalizada de aquel pensamiento. Digo Si leen a Gramsci, lo que escribe en Los intelec-
que se pueden encontrar estrechas relaciones tuales y la organización de la cultura, cuando
entre el pensamiento de los marxistas del fin de analiza la peculiaridad de los problemas de los
los años veinte en Perú, entre el pensamiento intelectuales de los países latinoamericanos,
de Mariátegui o de Haya de la Torre, con pen- habla de países en una época de Kulturcampf,
samientos y consideraciones de impronta cas- en una situación similar a aquella que se verifi-
trista, o con conceptos de la experiencia gue- caba en Alemania en la época de Bismark. Es
rrillera, o con conceptos que están presentes decir, de intelectuales radicados en la socie-
en el movimiento sandinista de Nicaragua. Esto dad, que pretenden representar al Estado y que
constituye un “aroma de la época”, una línea del deben luchar contra las fuerzas que han orga-
pensamiento social latinoamericano que se ha nizado este Estado y que son las fuerzas de la
planteado siempre el problema de la propia po- Iglesia y del ejército.
sibilidad de fundirse en una nueva realidad, de Hoy, en cierto sentido, aun en la complejidad
la propia posibilidad de constituir un cuerpo so- de la situación, aun en la pluralidad de las insti-
cial. Creo que esto está estrechamente ligado a tuciones, esto está presente en muchos países
la dificultad de los procesos de identidad nacio- y es una característica del marxismo latinoame-
nal que se verifican en América Latina, al modo ricano, que tiende a ser un marxismo bastante
particular en que se ha formado la sociedad menos determinista y mucho más voluntarista,
latinoamericana –que es una formación desde al tiempo que tiende a una integración con todo
arriba hacia abajo–, al modo particular en que el movimiento populista. Esto hace que el con-
se han formado los Estados latinoamericanos. cepto de pueblo resulte mucho más importante
A partir de estas consideraciones es posible que el concepto de clase, y el concepto de na-
constatar que el movimiento social latinoame- ción a constituirse más importante que el pro-
ricano está fuertemente impregnado de la idea ceso de modernización. Estos elementos cons-
de que la formación del movimiento y las posi- tituyen el fundamento, son parte integrante del
bilidades de una transformación dependen de marxismo latinoamericano. Considero que esto
892 José Aricó. Dilemas del marxismo en América Latina. Antología esencial
está presente en cada pensamiento revoluciona- sostenes sociales que podían permitirles elegir
rio y que es una característica del movimiento las clases en grado de transformar la sociedad,
guevarista. Un hecho sorprendente es cómo e ir entonces constituyendo una sociedad capi-
ciertas situaciones están presentes en un movi- talista sin vías de escape. Esta es la marca de
miento como el castrista o están presentes en los tiempos, es el trasfondo de la idea de la de-
todo el pensamiento de Guevara, pero son tam- gradación que se tenía en La Habana. Cuando
bién peculiaridades de todo el movimiento gue- se dice: “no se puede soportar un niño muerto,
rrillero de los años sesenta. Me refiero a esa idea no se puede soportar la violencia, no se puede
de modernización capitalista entendida como soportar el hambre, es necesario hacer la revo-
una pérdida de sentido, como consumación de lución hoy, ‘ahora o nunca’”, se crean límites.
un proceso de desarrollo capitalista, incapaz de La idea de la modernización capitalista
reconstruir la sociedad. como una pérdida de sentido, como un camino
En los años sesenta toda la discusión sobre sin salida hace que la revolución parezca casi
la guerrilla giraba en torno al eslogan “ahora o un movimiento contra la degradación de la so-
nunca”. En los años sesenta era posible hacer ciedad latinoamericana. El concepto de “foco”
la revolución, y lo que no era posible hacer en no debe ser interpretado como un concepto
aquel momento, en aquel preciso momento his- global de la política, casi como una radicali-
tórico, se pensaba que no se iba a poder reali- zación extrema de la idea leninista de partido,
zar nunca en el futuro. La idea que se tenía en sino que debe ser integrado en esta visión de
esos años y que inspiró tanto la experiencia de la posibilidad de una revolución abierta por los
Masetti como aquella de la guerrilla peruana, era elementos de resistencia a la modernización
que la Alianza para el Progreso, la nueva políti- capitalista y en la necesidad de una revolución
ca norteamericana de intervención en América que se concreta en un momento, y que no se
Latina, podía determinar una situación sin vías habría verificado nunca más. Quiero decir que
de escape, que habría cerrado toda posibilidad esta idea de la modernización, entendida como
futura a la revolución. Era entonces necesario una vía sin posibilidad de salidas es una idea
trabajar a contrarreloj; era necesario impedir que impregna a América Latina, es una idea que
que la modernización capitalista se lograra, por- es propia de toda la sociedad latinoamericana.
que lográndose los Estados habrían encontrado Esta idea de no ser Oriente, esta idea de no ser
Guevara y las tradiciones latinoamericanas893
Europa, pero de ser una Europa diferente, de sean la solución a los problemas que se nos
segunda o de cuarta, esta idea de que existen presentan. Estamos, en resumidas cuentas, en
situaciones de modernización alcanzadas por un impasse, en una encrucijada que no sabe-
las sociedades europeas pero que son impo- mos definir porque, si reconocemos el discurso
sibles de alcanzar para América Latina, pone democrático como un discurso de reconoci-
el problema de la identidad latinoamericana miento de la diversidad, de mantenimiento de
como un destino indefinido, como algo que es las diferencias, donde se privilegia todo lo que
necesario buscar pero que es impreciso en sus ha sido creado por la cultura popular, no po-
contornos. Si en los años cincuenta los moder- demos absolutamente aceptar formas estatales
nizadores argentinos y de otros países latinoa- de reconstrucción que llevan necesariamente a
mericanos apuntalaron sus proyectos basán- la supresión de la modernidad. Si los hombres
dose en modelos europeos o norteamericanos, en el mundo se preocupan por la supervivencia
hoy este parece un camino sin vías de salida. de las ballenas, tal vez sería oportuno pensar
El propósito de construir o reconstruir un que es necesario hacer algo en relación a la su-
sistema institucional a imagen y semejanza del pervivencia de los idiomas, a la supervivencia
de las sociedades europeas parece irrealizable. de las identidades nacionales, a la superviven-
La idea de las reformas institucionales a toda cia de ciertas etnias.
costa, en muchos países como el nuestro no pa- La crisis de América Latina, hoy, es una cri-
rece advertir que existe una singularidad, una sis de proyecto. La crisis del pensamiento social
identidad, una operación de crítica y de crisis latinoamericano consiste en no entender esta
de la modernidad. Por esto, me parece que hoy “diversidad”. Si la diversidad es algo que no hay
nos encontramos en una encrucijada, estamos que perder, ningún discurso democrático podrá
frente a un dilema que el movimiento guerrille- llevarse a cabo si no se mantiene, justamente,
ro de los años sesenta intentó resolver de un esta diversidad. De todas maneras, la pretensión
modo que yo considero equivocado –y los he- de mantener la diversidad impone la obligación
chos han demostrado que lo era– pero no creo de pensar un horizonte político, cultural, econó-
que los actuales proyectos de modernización, mico, social e ideológico de modo totalmente di-
en el sentido de una conformidad con ciertas ferente a como es actualmente pensado por los
formas institucionales típicamente europeas, Gobiernos latinoamericanos.
894 José Aricó. Dilemas del marxismo en América Latina. Antología esencial
Por otra parte, me parece difícil ligar de al- el poder (y se lo puede constatar considerando
guna manera el pensamiento y la experiencia todo este siglo), también ha habido una enorme
del “Che” a una supuesta tradición putchista cantidad de movimientos de rebelión, que, por
de los partidos comunistas latinoamericanos. lo general, han fracasado. Creo que los partidos
Sinceramente, creo que no ha habido ninguna comunistas, una vez desaparecida la hipótesis
tradición putchista de los partidos comunistas. del VII Congreso de la Internacional respecto de
Si hubo operaciones putchistas, como lo fue la los frentes únicos, son, prácticamente, partidos
fallida revolución de los años treinta en Brasil, sin objetivos claros de acción política para to-
operada por un grupo que podríamos definir, dos los años que van desde la Segunda Guerra
más que comunista, tenientista, esta estuvo li- Mundial hasta la revolución cubana. Creo que la
gada más a la experiencia de un peculiar movi- revolución cubana ha abierto una etapa de des-
miento brasileño que a la experiencia histórica congelamiento de las posibilidades revolucio-
de los partidos comunistas. Tanto es así, que narias tan radical como para provocar un quie-
el tema de la revolución, en el año 35, provocó bre en todas las organizaciones de izquierda en
en Brasil un debate muy áspero al interior del América Latina. Quizás no en Chile –aun cuando
mismo Comintern, que no había tomado ningu- han nacido organizaciones que pueden ser co-
na decisión al respecto; en realidad, la decisión locadas en este ámbito– pero seguramente en
fue forzada por la personalidad de Prestes más el resto de los países donde se ha formado un
que por la información que se tenía sobre la si- movimiento revolucionario radicalizado a la iz-
tuación brasileña. Me parece, entonces, que es quierda de los partidos comunistas y que ha pro-
difícil ligar al “Che” con una tradición putchista vocado rupturas al interior de estos. Creo que es
que no existía al interior de los partidos comu- necesario considerar estos elementos para po-
nistas. De todas maneras, se trata de un conti- der evaluar globalmente la estrategia guerrillera
nente con tradiciones putchistas, quiero decir de los años sesenta.
que es un continente en que los movimientos El triunfo de la revolución cubana aparecía
revolucionarios se han constituido sobre la base como una posibilidad revolucionaria abierta
de movimientos putchistas y como grupos put- en un determinado lugar, pero los procesos de
chistas. Así como existe una tendencia perma- expansión de la revolución cubana en América
nente de los ejércitos latinoamericanos a tomar Latina aparentemente creaban elementos de
Guevara y las tradiciones latinoamericanas895
subjetividad para que esta revolución pudiera pudieran tener un punto de referencia político.
extenderse. Me parece, entonces, que la visión La idea, entonces, de un centro revolucionario,
estratégica y política del “Che” pertenece a lo en estos lugares, me parece una idea estratégica
que podríamos llamar la “tradición castrista”. Y que, en cierto sentido, ha logrado tener una fun-
es fundamentalmente una construcción política ción, al menos en dos procesos revolucionarios:
que intenta resolver el siguiente problema: fren- el de Cuba y el de Nicaragua. Recuerdo las con-
te a la crisis del reformismo latinoamericano sideraciones de los partidos comunistas antes
que había mostrado sus límites en la medida en del triunfo de la revolución cubana: explicaban
que habían fracasado todas las experiencias de por qué era una “aventura” y por qué no podía
modernización, y frente al reconocimiento de la alcanzar ningún resultado positivo. El partido
existencia en la sociedad latinoamericana de las comunista cubano, en un primer momento, ad-
posibilidades revolucionarias, se debe crear un mitió haber tenido esta posición frente al pro-
movimiento que esté en condiciones de desarro- ceso revolucionario. Esto nos lleva a enunciar
llar, en el conjunto de América Latina, experien- el siguiente mensaje: estamos analizando expe-
cias revolucionarias capaces de preservar estas riencias fracasadas. A partir del hecho de que
posibilidades. Hace poco decíamos –justamen- las analizamos como experiencias fracasadas,
te– que la decisión sobre los lugares donde ope- es posible hacer una crítica que vaya más allá
raban estos movimientos estaba ligada a ciertas del sentido de esta experiencia o que la condene
condiciones geopolíticas. La imagen del peque- de por sí, en tanto tal. Considero que este sería
ño motor me parece acertada porque es una me- un criterio bastante arriesgado en la medida que
táfora que representa plenamente aquella que niega la posibilidad de apertura a lo nuevo, a lo
era la idea revolucionaria de entonces: era posi- que no está prescrito y preestablecido. Porque
ble crear un movimiento revolucionario amplio no podemos preestablecer nunca, nunca, los
y de masas solo si existía un pequeño motor que fenómenos de masas que una determinada si-
venía a descompensar la situación, que la des- tuación puede desencadenar. Por esto, todas las
equilibraba. Y un movimiento guerrillero podía revoluciones toman siempre desprevenidas a
descompensar la situación solo si lograba durar las organizaciones que, obviamente, no pueden
en el tiempo, es decir, si podía operar como un “fabricar” estas situaciones sino que deben, de
ejemplo frente al cual las luchas de las masas todas maneras, adaptarse a ellas.
896 José Aricó. Dilemas del marxismo en América Latina. Antología esencial
no ha habido más de 600/700 unidades comba- esquema que podríamos definir (casi) latinoa-
tientes), de todas maneras el dato numérico no mericano. Es el esquema de un Estado que no
da plenamente la idea de la repercusión que ha podido resistir un malestar de fondo porque
este tipo de movimiento tenía, aun cuando ter- estaba privado de un sostén social, ya que no
minaba en una suerte de farsa, como ha sido el existía una relación entre Estado y sociedad.
caso de Masetti. La “guerrilla” de Masetti era Este fue el punto de partida. Considero que es
una farsa, tanto así que no eran ni siquiera doce un punto de partida equivocado y hoy sé que
los que entraron a Salta: eran apenas ocho. es equivocado, pero nosotros, entonces, partía-
Fíjense, entraron a Salta con una declaración mos de esa visión, tanto es así que el tema del
que había sido preparada contra el Gobierno Estado en tanto Estado no es una temática pro-
militar, pero entraron después de las eleccio- pia de la reflexión sociológica y política de los
nes y ya surgía una maraña de problemas con años sesenta. Tampoco el tema de la “depen-
el nuevo presidente de la República. Entraron dencia” aparece entre las temáticas de aquellos
de todos modos como “fuerzas” en movimien- años. Y en la temática de la dependencia y del
to y, aún bajo el Gobierno Constitucional, esta subdesarrollo, el Estado no aparece nunca, no
guerrilla tuvo repercusiones en Córdoba, en es tomado en consideración. La temática del
Salta y en Buenos Aires; repercusiones de una Estado empieza a ser tomada en considera-
magnitud, de todas maneras, significativa. ción por la sociología latinoamericana recién
Entonces: estoy hablando de un “modo de cuando empiezan a aparecer gobiernos auto-
sentir”, de un malestar de fondo que poten- ritarios. Nosotros “descubrimos” el Estado en
cialmente podía desembocar en situaciones de los años setenta, cuando se nos vino encima de
tipo revolucionario, en el sentido no de una re- una manera que ni siquiera hubiéramos imagi-
volución inmediata, sino de movimientos que nado. Entonces lo que intento decir es que en
habrían podido tener un impacto y estar en América Latina, en los años sesenta, en la épo-
condiciones de aprovechar aquel malestar. No ca de Castro y Guevara, estábamos condiciona-
es el esquema de la revolución rusa y no se tra- dos por cómo ciertos grupos sociales percibían
ta tampoco del de la revolución china; no per- los fenómenos sociales, y no por condiciones
tenece tampoco a los esquemas de la Tercera objetivas.
Internacional de los partidos comunistas; es un