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Sala Civil AUTO SUPREMO No 61/2010 del 30 de Marzo de 2010

SALA CIVIL

Auto Supremo: 61 Fecha: Sucre: 30 de marzo de 2010

Expediente: 117-06 - S

Partes: Hernán García Colque c/ Fondo de Desarrollo Campesino

Distrito: La Paz

Ministro Relator: Dr. Ángel Irusta Pérez

VISTOS: El recurso de casación de fojas 1415 a 1419 vuelta, interpuesto por Hernán García
Colque, por si y en representación de Jaime Veizaga Sanabria, representantes de
Agropecuaria Illimani y AGROPAC, contra el Auto de Vista número 020/2006 de 16 de enero
de 2006 (fojas 1408 a 1409 vuelta), pronunciado por la Sala Civil Tercera de la Corte Superior
del Distrito Judicial de La Paz, en el proceso ordinario sobre resolución de contrato, pago de
daños y perjuicios, seguido por los recurrentes en contra del fondo de Desarrollo Campesino,
los antecedentes del proceso, y:

CONSIDERANDO: Que, mediante Sentencia número 167/2002, de 15 de abril de 2002 (fojas


1332 a 1336 vuelta), la Juez Primero de Partido en lo Civil Comercial de la ciudad de La Paz,
declaró probada la demanda y resuelto el contrato de adjudicación de fertilizantes de 4 de
agosto de 1993, liberando del pago del saldo adeudado por parte de Agropecuaria Illimani y
AGROPAC al Fondo de Desarrollo Campesino, disponiendo la devolución, por parte del Fondo
de Desarrollo Campesino, de los cheques cobrados por la vía penal. Asimismo, condenó al
ente demandado al pago de daños y perjuicios cuantificados en la suma de $US 1.157.186.82
(UN MILLON CIENTO CINCUENTA Y SIETE MIL CIENTO OCHENTA Y SEIS 82/100
DOLARES AMERICANOS), bajo apercibimientos de procederse al embargo y subasta de los
bienes. Dispuso elevar el expediente en consulta si no fuese apelada la sentencia, de acuerdo
al art. 197 del Código de Procedimiento Civil.

En apelación del referido fallo, la Sala Civil Tercera de la Corte Superior del Distrito Judicial de
La Paz, dictó el Auto de Vista número 20/2006 de 16 de enero (fojas 1408 a 1409 vuelta),
mediante el cual revocó la Sentencia apelada y deliberando en el fondo, en aplicación de los
artículos 568, 570 y 571, declaró improbada la demanda de fojas 99 a 104, sin costas por la
revocatoria y multa de dos días de haberes a la juez a quo.

Contra la resolución de segunda instancia, los demandantes, representados por Hernán


García Colque, recurren de casación en la forma y en el fondo.

CONSIDERANDO: Que, Hernán García Colque, por sí y en representación de Jaime Veizaga


Sanabria, representantes de Agropecuaria Illimani y AGROPAC, interpuso recurso de
casación en la forma y en el fondo. En el primero acusó que el Auto de Vista recurrido no se
pronunció respecto a las apelaciones deducidas tanto por la parte demandante como por la
demanda, incurriendo en la causal prevista por el artículo 254.4) del Código Civil (textual),
aspecto que conlleva la vulneración del principio de congruencia, razón por la cual solicitó la
nulidad de obrados. En el fondo acusó error de hecho y de derecho en la valoración de la
prueba, señaló que no es evidente que la parte demandada hubiera cumplido las prestaciones
debidas en la forma pactada, al respecto acusó la indebida valoración del contrato que cursa a
fojas 5 a 8 en relación con las documentales de fojas 923 a 925; manifestó que el Tribunal Ad
quem no consideró las pruebas cursantes a fojas 923 a 925, que en su criterio demostrarían el
incumplimiento y la demora por parte de la entidad demanda. Señaló que se demandó la
resolución de contrato por excesiva onerosidad, que en aplicación del principio de congruencia
la juez A quo dictó sentencia acogiendo la demanda de resolución de contrato por esa causal,
sin embargo el Tribunal Ad quem, a tiempo de resolver los recursos de apelación,
indebidamente aplicó lo previsto por los artículos 568 y 571 delCódigo Civil, referidos a la
resolución de contratos por incumplimiento y a la resolución no pacta, respectivamente. Por lo
expuesto, en el fondo interpuso recurso de casación al amparo de las causales previstas por
el artículo 253- 3) y 1) del Código de Procedimiento Civil y solicitó se case la resolución
recurrida y en el fondo se declare probada la demanda en todas sus partes, con costas.

CONSIDERANDO: Que, así expuestos los fundamentos del recurso, y examinados los
antecedentes del proceso se establece:

Que de acuerdo al artículo 450 del Código Civil, existe contrato cuando dos o más personas
se ponen de acuerdo para constituir, modificar o extinguir entre sí una relación jurídica
patrimonial. Este acuerdo tiene fuerza de ley entre las partes y no puede ser disuelto sino por
consentimiento mutuo o por las causas autorizadas por Ley, según establece la norma del
artículo 519 del sustantivo Civil citado, ello significa que las partes no pueden sustraerse al
deber de observar el contrato según lo convenido.

Celebrado el contrato, es lógico suponer que el mismo se extinguirá por el cumplimiento de las
prestaciones convenidas por las partes al momento de su celebración, por ello el cumplimiento
constituye el modo normal en que concluye un contrato. Empero, es posible que determinadas
situaciones, pongan fin al contrato cuando aún no se han satisfecho las prestaciones
acordadas.

Como se ha señalado, el contrato puede sufrir la influencia de circunstancias o de hechos


sobrevivientes o de un comportamiento de la contraparte posterior a la formación del mismo,
que alteren la relación entre los contratantes, o bien perturben el normal desenvolvimiento del
contrato, de modo que éste no puede continuar vinculando a las partes en el modo originario
en que lo pactaron. Por ello como señala Messineo, se ha preparado el remedio de la
resolución a demanda y en beneficio de aquella de las partes respecto de la cual el contrato -
a causa del comportamiento de la contraparte o por otra razón objetiva- viene a ser un motivo
de sacrificio patrimonial soportarlo sin retribución o bien sin retribución adecuada en lugar de
ser el instrumento para la consecución del fin que la parte se había propuesto.

La resolución de contrato, puede tener lugar como consecuencia de: 1) el incumplimiento


voluntario (en las modalidades de la resolución judicial o extrajudicial); 2) el incumplimiento
involuntario por imposibilidad sobreviviente de la prestación; 3) el incumplimiento involuntario
por excesiva onerosidad de la prestación. Cada una de esas causales de resolución, tiene su
propia concepción, causas y sus propios efectos, por ello su regulación también es distinta.

La resolución del contrato por incumplimiento, presupone la existencia de un contrato bilateral,


con prestaciones recíprocas. El fundamento para que proceda es precisamente el
incumplimiento de la prestación debida por una de las partes, en virtud a ello, la parte que ha
cumplido su prestación tiene el derecho de liberarse del contrato, sin perjuicio del
resarcimiento del daño que el incumplimiento le hubiera ocasionado, por ello, la parte que
incumple su obligación no puede pedir la resolución del contrato por esta causal.

La resolución por incumplimiento voluntario del contrato puede operar en forma judicial o
extrajudicial. La primera es consecuencia de un pronunciamiento judicial, al respecto el
artículo 568 del Código Civil, establece que en los contratos con prestaciones recíprocas
cuando una de las partes incumple por su voluntad la obligación, la parte que ha cumplido
puede pedir judicialmente el cumplimiento o la resolución del contrato, más el resarcimiento
del daño; o también puede pedir sólo el cumplimiento dentro de un plazo razonable que fijará
el juez, y no haciéndose efectiva la prestación dentro de ese plazo quedará resuelto el
contrato, sin perjuicio, en todo caso, de resarcir el daño. El segundo parágrafo de dicha norma
se refiere a la hipótesis de haberse demandado solamente la resolución, en cuyo caso, no
podrá ya pedirse el cumplimiento del contrato; y el demandado, a su vez, ya no podrá cumplir
su obligación desde el día de su notificación con la demanda.

La resolución extrajudicial, por incumplimiento voluntario, puede ser: a) por cláusula


resolutoria expresa, b) por intimación o requerimiento, c) por inobservancia del término
esencial para el acreedor.

La resolución por cláusula resolutoria expresamente convenida, opera para el caso en que las
partes hubieran convenido que cuando una determinada obligación no se cumpla en la forma
y de la manera establecida por ellas, la resolución del contrato opere de pleno derecho, sin
intervención judicial. Sin embargo, es necesario que la parte interesada declare
(extrajudicialmente) a la otra su intención de hacer valer la cláusula resolutoria, declaración
que no es una constitución en mora, sino más bien una comunicación o una notificación, la
doctrina entiende que antes de esa comunicación, el deudor está en condiciones de cumplir la
prestación. Esta forma de resolución extrajudicial se encuentra prevista en el artículo 569
del Código Civil.

La resolución por requerimiento o intimación, constituye otra de las formas de resolución por
incumplimiento voluntario extra judicial, en ella, la parte que cumplió su obligación puede
requerir, mediante diligencia notariada, a la parte incumplí-ente, para que cumpla la suya
dentro de un término razonable no menor a quince días, con apercibimiento de que,
transcurrido el término sin que se verifique el cumplimiento, el contrato quedará resuelto de
pleno derecho, quedando a cargo del incumplí-ente el resarcimiento del daño, si hubiere. Esta
modalidad de la resolución extrajudicial se encuentra regulada por el art. 570 del Código Civil.

La resolución en caso de inobservancia del término esencial para el acreedor, constituye la


tercera forma que reviste la resolución de contrato por incumplimiento voluntario extrajudicial,
opera en aquellos casos en los que el término fijado para que una de las partes cumpla su
obligación es considerado esencial en interés de la otra, en el sentido de que el eventual
cumplimiento retardado le quita interés a la prestación debida. Cuando el término fijado para el
cumplimiento de la obligación es esencial, la intervención del juez no es necesaria a los fines
de la resolución del contrato, la que opera de pleno derecho. Sin embargo, el acreedor puede
considerar conveniente para sí obtener el cumplimiento tardío, y la ley le reconoce tal
posibilidad en el segundo párrafo del artículo 571 del Código Sustantivo Civil, en cuyo caso
prevé que, si el acreedor beneficiario del plazo considerado esencial para él quiere exigir al
deudor el cumplimiento de su obligación aun vencido el término, deberá notificarle por nota
escrita notarialmente, diligenciada u otro acto equivalente dentro del plazo de tres días,
vencidos los cuales su derecho caduca. La ley estipula que en caso de que el acreedor
considere conveniente para sí obtener el cumplimiento tardío de la obligación, esa posibilidad
se encuentra subordinada al hecho de que el acreedor comunique al deudor su intención, pero
dentro el plazo máximo de tres días, vencido los cuales, caduca el derecho del acreedor de
exigir el cumplimiento tardío, en cuyo caso el contrato queda resuelto de pleno derecho,
aunque la resolución no hubiese sido pactada.

La resolución de contrato por incumplimiento involuntario, por imposibilidad sobreviviente, total


o parcial de la prestación, se da cuando por un hecho imprevisible e inevitable, no imputable al
contratante deudor, la prestación debida se torna imposible, lo que constituye una causal de
liberación para el deudor, quien no podrá pedir la contraprestación de la otra parte y deberá
restituir lo que hubiera recibido. La imposibilidad puede ser total o parcial, en la primera, la
obligación no puede ser cumplida, en cambio es parcial cuando el deudor a pesar del hecho
imprevisible e inevitable, está en condiciones de cumplir en parte la obligación contraída, lo
cual autoriza al acreedor a optar entre elegir tal cumplimiento parcial, o tener por resuelto el
contrato. Ésta forma de resolución se encuentra regulada por los artículos 577, 578 del Código
sustantivo Civil, y le son aplicables las disposiciones previstas por los art. 379 al 383 del citado
Código sustantivo, relativos a la imposibilidad sobrevenida por causa no imputable al deudor,
prevista como una de las formas para la extinción de las obligaciones.

La resolución de contrato por incumplimiento involuntario por excesiva onerosidad, procede


tanto en los contratos con prestaciones recíprocas como en aquellos con prestación unilateral.
El fundamento radica en la desproporción de las prestaciones que se origina a raíz de
acontecimientos extraordinarios e imprevisibles que alteran las condiciones contractuales y
tornan excesivamente onerosa la prestación pendiente a cargo de la parte perjudicada por el
acontecimiento sobreviviente. En este caso, la demanda de resolución no se admite si la
prestación excesivamente onerosa ha sido ya ejecutada, o si la parte cuya prestación se ha
tornado onerosa era ya voluntariamente incumplida o si las circunstancias o los
acontecimientos extraordinarios e imprevisibles se presentaron después de cumplirse la
obligación. Esta causal de resolución se encuentra prevista en el artículo 581 del Código
sustantivo Civil.

Del análisis expuesto precedentemente se concluye que, las distintas causales de resolución,
tienen su propia concepción, sus propias causas y efectos, razón por la cual, su regulación
también es distinta. En la resolución por incumplimiento, la resolución actúa como una sanción
al incumplimiento de una de las partes, a fin de liberar a la parte que ha cumplido con la suya,
razón por la cual es procedente la reparación del daño que el incumplimiento hubiera
generado. En la resolución por incumplimiento involuntario por imposibilidad sobreviviente,
total o parcial de la prestación, y en la resolución por excesiva onerosidad, la resolución no
opera como sanción, actúa como una medida liberadora a favor de la parte cuya prestación es
imposible o de aquella respecto a la cual el cumplimiento de la prestación resulta
excesivamente onerosa, razón por la cual, en ninguno de esos dos casos hay lugar a la
reparación de daños. Cualquiera sea la causal de resolución, ésta no procede cuando el
contrato se ha cumplido, es decir cuando las prestaciones han sido satisfechas.

Como se puede advertir, son distintos los presupuestos que dan lugar a la resolución del
contrato sea que éste se alegue por incumplimiento, por imposibilidad sobreviviente o por
excesiva onerosidad, y como es lógico, la acción de resolución no puede intentarse en forma
conjunta, como pretensiones principales, por ser incompatibles y excluyentes entre si, o se
funda la resolución del contrato en el incumplimiento de la prestación debida por la
contraparte, o se invoca la imposibilidad sobreviviente de cumplir la propia prestación, o la
dificultad de cumplimiento por resultar la prestación debida excesivamente onerosa. Lo
expuesto no obsta que esas pretensiones sean planteadas en forma eventual o alternativa, es
decir, en el primer caso, para que una sea acogida cuando la otra sea desestimada, o en el
segundo, para que una u otra sean estimadas, pero jamás con la intención de que las
pretensiones sean estimadas simultáneamente; la eventualidad o la alternancia de las
pretensiones debe ser expresamente señalada por el actor en la demanda, y debe estar
planteada en forma clara e inequívoca, es decir, el demandante debe precisar que no
pretende que su acción de resolución sea acogida por todas las causales de resolución
invocadas, sino que lo que pretende es que estas sean consideradas en forma subsidiaria
eventual o alternativa por el juez a tiempo de dictar sentencia.
En el marco del análisis expuesto, y de la revisión detallada de los antecedentes del proceso
en aplicación del artículo 15 de la Ley de Organización Judicial, según el cual es obligación de
éste Tribunal examinar el proceso de oficio a tiempo de conocer una causa, para aplicar en su
caso las sanciones pertinentes, se tiene:

Que, la parte actora demandó la resolución del contrato de compra venta de fertilizantes
suscrito el 4 de agosto de 1993 entre el fondo de Desarrollo Campesino, como vendedor, y las
empresas unipersonales Agropecuaria Illimani y Agropecuaria Paceña Central "AGROPAC",
como compradores. Su pretensión la dedujo al amparo de lo previsto por los artículos 348
(culpa concurrente del acreedor), 379 (imposibilidad definitiva no imputable al deudor), 581
(resolución por excesiva onerosidad), y 984 (resarcimiento por hecho ilícito). Los hechos en
que se funda la demanda, están relacionados al aparente incumplimiento del contrato por
parte del Fondo de Desarrollo Campesino, quien no habría entregado los fertilizantes en los
plazos acordados, en la aparente actuación dolosa del FDC que originó competencia desleal
la cual habría operado a raíz de la venta de esos mismos productos por parte del Fondo de
Desarrollo Campesino a precios ostensiblemente más bajos que los acordados con los
demandantes, la imposibilidad definitiva de cancelar el saldo adeudado por parte de los
compradores, originada precisamente en la rebaja de los precios en el mercado ocasionado
por el vendedor, los daños y perjuicios ocasionados tanto por la rebaja de los precios como
por el cumplimiento inoportuno en la entrega de los fertilizantes.

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