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ÍNDICE DE CAPÍTULOS

CAPÍTULO I
UNA PROSPERIDAD ENGAÑOSA 6

CAPÍTULO II
DEJANDO DE LADO LA PALABRA DE DIOS 12

CAPÍTULO III
¿ES VERDADERAMENTE EL ESPÍRITU 29
SANTO DE DIOS?

CAPÍTULO IV
LA ACEPTACIÓN DEL PECADO 44
EN NUESTRO MEDIO

CAPÍTULO V
LOBOS VESTIDOS DE CORDEROS 56

CAPÍTULO VI
OLVIDANDO LA VERDADERA NATURALEZA 79
DE LA IGLESIA DE CRISTO

CAPÍTULO VII
VOLVIENDO A RESPLANDECER 101
2

INTRODUCCIÓN

Cuando llegué a la iglesia protestante siendo un


completamente desconocido de la Palabra de Dios y descubrí
todas las cosas que había dentro, en primera instancia la
efusividad y las cosas que pude contemplar, así como
acontecimientos diversos que tenían lugar dentro de la
comunidad, me asustaron a la vez que sorprendieron, pero
posteriormente entendí que era algo normal y común y que no
tenía nada de malo, sino que simplemente era algo nuevo y
distinto para mí.
Con el paso del tiempo y a través de la meditación profunda en las
Sagradas Escrituras empecé a analizar todo lo que Dios había
determinado para sus hijos, su pueblo y su iglesia y empecé a
relacionarlo con todas aquellas cosas que empezaban a ser
normales para mí también, y sin saber cómo, sin saber en qué
preciso momento empezó a suceder, el Espíritu Santo empezó a
entristecer mi corazón semana tras semana, acontecimiento tras
acontecimiento, espectáculo tras espectáculo, campaña tras
campaña.
Seguía con frecuencia acudiendo a la congregación de manera
regular y a toda clase de eventos y festividades que pudiesen
celebrarse, únicamente una cosa era distinta, al regresar a casa,
mi vida no se encontraba repleta de un sentimiento de gozo, sino
que la tristeza y la angustia inundaban mi corazón.
Empecé a comparar y analizar lo que mis ojos veían con las cosas
que Dios pedía hasta el punto de aborrecer y despreciar la gran
mayoría de prácticas que se estaban volviendo comunes en el
medio cristiano, principalmente en las ramas protestantes.
Sin voluntad de ofender o de crear un sentimiento contrario hacia
nadie ni sobre nadie, decidí comenzar a escribir este libro con la
única intención de que la venda de los ojos de muchas personas
cayeran y muchas congregaciones fueran lavadas de las
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abominaciones que están haciendo en nombre de Dios, y lo que


es peor, creyendo firmemente que están agradando a Jehová.
Con esto no quiero decir que mi opinión es la única válida ni
verdadera, sino lo contrario, reconozco mi juventud y que soy un
hombre capaz de errar y fallar como el resto, pero sobre las cosas
que comentaré a lo largo de los capítulos incluidos en el libro, no
me cabe la menor duda de que estamos viviendo en muchos
sentidos un error enorme.
Les pido a los pastores, líderes espirituales, o miembros de
congregaciones diversas que en ningún momento se tomen mis
palabras como críticas u ofensivas, sino simplemente que acepten
mi capacidad de expresarme y opinar con libertad y argumentos
suficientes.
Deseo que este libro sea de edificación para la vida de muchas
personas y que pueda ser de gran ayuda para el desarrollo y pleno
crecimiento de nuestro medio protestante según la voluntad,
agradable y perfecta, de Dios.
No soy un crítico ni un hombre contrario a la iglesia protestante
de hoy, por el contrario, soy pastor de un iglesia y un firme
defensor de nuestra fe y creyente de que estamos sobre la base
de la verdad, simplemente, que estamos necesitando renovar
nuestros valores y volver a empezar de nuevo en algunos
sentidos.
Echar la mirada atrás y reconocer las virtudes de nuestro pasado y
practicarlas de nuevo será el principio de la cura y recuperación
de los errores cometidos en los últimos tiempos.
Dar un paso atrás no es siempre retroceder, sino una manera de
coger impulso para posteriormente conseguir dar un gran salto.
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AGRADECIMIENTOS

Antes de comenzar a escribir, antes de comenzar a


presentar este libro, considero oportuno y necesario dirigir unas
palabras a aquellas personas que no consideraron un disparate la
realización de este libros sino que conociendo mi deseo, mis
sueños y mi amor por la escritura y la enseñanza me apoyaron en
todo momento.
Son varias las personas que me alentaron a seguir adelante con
este proyecto y que me animaron a llevarlo a cabo, pero si
hubiese que destacar una por encima de todas, esa sería mi
esposa.
Quiero dedicarle estas palabras a ella, mi amiga y mi fiel
compañera. Ahora entiendo el término utilizado por la Biblia para
referirse a la mujer en el matrimonio: ayuda idónea.
Si Dios creó a la mujer para ser ayuda idónea de su esposo,
entonces mi esposa es la perfección en cuanto a la creación
femenina. En los momentos de debilidad, es un brazo sobre el que
llorar; en los momentos de risas, es una buena amiga con quien
compartir esos momentos; en los momentos de caer, es una
mano extendida dispuesta a levantarme y en los momentos de
soñar, una óptima compañera de viaje para realizar esos sueños.
Gracias le doy a Dios por ella, por Clicia, por su apoyo
incondicional, su esfuerzo para luchar conmigo por la obra que
estamos llevando a cabo, su paciencia y su fidelidad. Estoy
completamente seguro que no existe ni existirá nadie más
indicado para acompañarme a lo largo de mi vida y que Jehová la
escogió a ella especialmente para estar junto a mí.
Por otro lado, a mis padres, siempre gracias por haberme
apoyado y sustentado a lo largo de todos mis años de vida y
haberme dado la educación y los valores que han hecho gran
parte del hombre que puedo ser hoy.
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Y por último, y más importante que cualquier otra persona,


gracias a Dios por haber traído la ilusión a mi vida por la
realización de mis sueños, la alegría y la paz a mi corazón con la
que vivo diariamente y por haberme mostrado el camino de la
verdad sobre el cual mis pies siguen firmes día tras días.
A todos los demás, amigos y compañeros, de la misma manera
gracias por las palabras de ánimo y aliento que me daban las
fuerzas necesarias a lo largo de la escritura de todo el libro.
Este libro está dedicado a todos y cada uno de los mencionados.
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CAPÍTULO I
UNA PROSPERIDAD ENGAÑOSA

Tal y como dejé mencionado en capítulos anteriores


dedicaré unas páginas a comentar una serie de hechos y prácticas
que están muy activas dentro de muchas congregaciones hoy en
día y que contradicen las Escrituras en su totalidad. Antes de a
explicar aquellas que considero más perjudiciales para todo el
pueblo de Dios voy a dejar un versículo de advertencia para
aquellos que las practican y que conscientemente tras leer este
capítulo continúen practicándolas.

‘Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro


evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.’
(Gálatas 1:8)

Prometer riquezas materiales, abundancia de bienes y


prosperidad económica se ha vuelto la práctica más común y la
técnica más utilizada por grupos carismáticos y neo-pentecostales
de cara a aumentar en gran número la cantidad de miembros de
sus comunidades. Con esto no quiero generalizar y decir que tan
solo estas denominaciones realizan tales prácticas ni mucho
menos que todas ellas lo hagan, tan solo que la gran mayoría de
congregaciones que ofrecen la actual ‘teología de la prosperidad’
entran en este grupo de clasificación. Estamos viendo como se
están empezando a organizar cultos y reuniones de bendición
económica, de pacto económico con Dios, y otros varios los cuales
no casan en ningún momento con las prácticas bíblicas que se han
observado a lo largo de la historia. Hombres y mujeres están
usando su propia astucia e inteligencia para hacer creer a las
personas que con Dios no existirá nunca la necesidad material
sino que siempre se alcanzará la abundancia económica puesto
que tal y como la palabra menciona nuestro Dios es ‘el dueño del
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oro y la plata’ y nosotros por consiguiente debemos ser los


herederos de estas posesiones. No es casualidad que esta nueva
enseñanza apareciese en países con niveles de pobreza elevados
donde todos estaban ansiosos por mejorar financieramente su
situación y se agarraban a cualquier promesa para conseguir esa
nueva situación de comodidad. Posteriormente empezó a llegar a
otras zonas del mundo donde no solo alcanzó a las personas más
necesitadas sino que empezó a causar atención entre los hombres
y mujeres más ambiciosos que empezaron su práctica con la única
intención de tener más y más posesiones en esta tierra.

‘El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra,
pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la
palabra, y se hace infructuosa.’ (Mateo 13:22)

En esta parábola pronunciada por Jesús vemos como muchas


personas son fácilmente apartadas de la palabra de Dios debido a
su afán por las riquezas. Por ese claro motivo, no tan solo existen
personas que se apartan de las iglesias cuando reciben grandes
oportunidades laborales o promesas financieras lejos de sus
congregaciones sino que también existen otras que se aferran a
Jehová con el único motivo de aumentar sus bienes y posesiones,
no llegando a los pies del Señor por amor y si por ambición.

‘No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín


corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos
tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y
donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro
tesoro, allí estará también vuestro corazón.’ (Mateo 6:19-21)

Existen dos aspectos muy importantes a mencionar de estos tres


versículos. En primer lugar, la importancia de saber y conocer que
si nosotros depositamos nuestro mayor esfuerzo en las cosas
materiales de esta tierra y dejamos las cosas espirituales en un
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segundo plano acabaremos consumidos con todo lo material, sin


embargo, si dejamos de vivir afanándonos por las necesidades
físicas de este mundo y comenzamos a centrar nuestra vida en las
cosas eternas acabaremos atados a esas cosas que nunca se
consumirán. En segundo lugar, y quizá de más importancia, es
necesario decir que hay hombres hoy en día que hacen un mal
uso de este versículo para explicar que no debemos invertir
nuestro dinero en las cosas terrenales sino que debemos
invertirlo en nuestros templos y nuestros pastores siendo esta la
manera más directa de invertir en las cosas celestiales. Con este
pequeño y breve pasaje el Señor lo que nos quiere decir es que
nuestro deseo, nuestro afán, nuestra ansiedad debe ser la
conquista de todas aquellas cosas que nos mantendrán más unido
al Señor y no las que harán que tengamos una vida más cómoda
en la tierra. Bendecir nuestros templos o nuestros pastores
pensando que así seremos bendecidos en un futuro no es
correcto si lo hacemos con ese único fin y propósito, pero si lo
hacemos de corazón y con el único deseo de colaborar con la obra
que están haciendo en nombre de Dios siempre es algo distinto.
Hacerse tesoros en el cielo es preocuparse en la oración, la
consagración, la vida devocional, el estudio continuo de la palabra
de Dios, la adoración y otras muchas cosas que nos aferrarán día
tras día con más seguridad a nuestra salvación. Ser una persona
humilde que no tiene apenas posesiones y que vive con lo justo
para pasar sus días no significa que Dios no esté a nuestro lado o
que nos haya desamparado. Eso es lo que muchos líderes hoy
hacen pensar a sus congregaciones creyendo las personas que
carecen de entendimiento que el hombre más próspero es el más
bendecido por Jehová y el menos próspero es alguien con el que
Dios no está caminando.

‘No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a


contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir
humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy
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enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así
para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece.’ (Filipenses 4:11-13)

Tenemos un ejemplo que nos sacará de dudas a todos, y es el


claro testimonio vivo del apóstol Pablo. En este pasaje del libro de
Filipenses vemos como Pablo les comenta a sus hermanos que es
cierto que en ocasiones ha vivido en abundancia pero al mismo
tiempo y en el mismo versículos les hace mención de que han
existido momento en los que también ha vivido en necesidad y en
escasez y con todo ello se ha gozado con la seguridad de que
Cristo seguía a su lado y le continuaba fortaleciendo. ¿Alguien
cree entonces que por haber Pablo pasado necesidades y escasez
Dios no estaba a su lado y que él no fuera un fiel siervo del Señor?
¿Será diferente en nuestros días la situación? El nivel de riqueza o
pobreza que hay en nuestra vida o en nuestros hogares nunca
medirá ni será un indicador del tipo de vida espiritual y devocional
que llevamos en relación a nuestro Padre. Debemos entender
como Pablo que lo importante no es el hecho de tener
abundancia o pasar por escasez sino el gozarse en cualquiera de
estas situaciones.

‘Pero gran ganancia es la piedad acompañada de


contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin
duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo,
estemos contentos con esto.’ (1ª Timoteo 6:6-8)

De nuevo de los labios del apóstol Pablo podemos ver que la


necesidad mayor de nuestras vidas no son las cosas materiales de
este mundo sino que deberíamos ser felices sabiendo que ni el
alimento, ni la bebida ni el abrigo nos faltan. Con ello quiero
decirle que si usted en este momento está pasando por un tiempo
de dificultad pero que sus hijos tienen salud y están recibiendo
una educación, usted no está pasando hambre ni sed y tiene ropa
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para vestir y un techo bajo el que dormir y refugiarse del frío, no


se afane por tener más y más y olvide el resto de cosas esenciales
para su vida como su relación con Dios con la única meta de
mejorar su condición, sino que debe confiar en el Señor sabiendo
que si es su voluntad a su tiempo le va a providenciar una mayor
estabilidad y aprenda a contentarse con sus posesiones y su
situación sin entristecerse comparándose a diario con todos
aquellos que están más acomodados.

‘Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas


estas cosas os serán añadidas.’ (Mateo 6:33)

Uno de los mayores consejos que recibimos de nuestro Maestro


es la importancia de colocar como prioridad en nuestra vida las
cosas relacionadas con el Reino de los Cielos. Hoy, y con estoy
quiero concluir, muchos hombres están cambiando el significado
entero de este versículo sustituyendo una sola palabra, es decir,
están enseñando lo siguiente ‘Mas buscad primeramente el reino
de Dios y su justicio y todas las cosas os serán añadidas’
colocando el término ‘todas las cosas’ cuando realmente es ‘todas
estas cosas’. Esa herejía ministrada por muchos líderes de las
congregaciones protestantes hoy en día está ocasionando que
multitudes estén desempeñando todo tipo de búsqueda espiritual
y estén ejerciendo cargos y trabajos en nuestras comunidades con
el único fin de recibir ‘todas las cosas’ de la mano de Dios cuando
realmente, si leemos los versículos anteriores, veremos que las
tres cosas que menciona Jesús son: alimento, bebida y ropa.
Cuando buscamos el Reino de Dios en primer lugar y dejamos el
materialismo de este mundo de lado nunca nos faltará el sustento
diario y los requisitos básicos para nuestro día a día, de una
manera u otra el Señor traerá ese sustento a nuestros hogares y a
nuestras vidas.
Es momento de saber que no existe nada que nos vayamos a
llevar de este mundo material y físico y que debemos cuidar
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nuestra vida espiritual en todo tiempo ya que lo que nos espera al


final de nuestros días no es la muerte y así el final de nuestra
historia sino un juicio que marcará si nuestra eternidad está
destinada al fuego y al castigo eternos o bien a la gloria y gozo.
Aquellos que solo están caminando junto a Cristo con el fin de no
pasar necesidades y procurar sus bendiciones financieras y
económicas son, y disculpen mi expresión, los seres humanos más
mediocres que existen sobre la faz de la tierra. Entregue su vida a
Jehová y no viva pensando en los años que pasará aquí sino que
esfuércese para vivir por una eternidad segura y placentera.
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CAPÍTULO II
DEJANDO DE LADO LA PALABRA DE DIOS

Uno de los temas que hoy en día está dañando más a la


iglesia de Cristo es el hecho de haber dejado la palabra de lado
para dar paso a nuevas teorías, nuevas enseñanzas y nuevos
recursos para la conquista de almas y el rescate de seres
humanos.
Visito iglesia de todo tipo, desde denominaciones evangélicas
pentecostales, hasta denominaciones evangélicas más
tradicionales, pasando por iglesias bautistas renovadas y otras
muchas clasificaciones… Navego por internet, busco
predicaciones variadas de los ‘hombres de Dios’ más destacados
de nuestros días, intento informarme sobre las enseñanzas que
imparten las mayores iglesias de hoy y llego a una sola conclusión:
LA PALABRA DE DIOS SE ESTÁ EXTINGUIENDO DE LOS LABIOS DE
SU PUEBLO.
Como amante de las sagradas escrituras y hombre que
regularmente estudia y profundiza más y más en su conocimiento
intento comparar todos los mecanismos de evangelismo y las
técnicas de oratoria utilizados hoy en día con todo lo que la Biblia
me muestra y observo que no existen coherencias lógicas entre lo
que se hizo en el período de redacción de las Escrituras con lo que
estamos haciendo hoy nosotros.
Pastores, evangelistas, misioneros, predicadores de todo tipo…
están recurriendo a técnicas basadas en teorías y estudios
sociológicos y psicológicos para llegar a los corazones del ser
humano dejando de lado el poder y la suficiencia de las Escrituras
que hasta los últimos tiempos habían sido el recurso más práctico
de evangelismo y predicación del Evangelio del Señor.
Observamos como grandes pastores y ministros del Señor dedican
varias horas por día a conocer el mundo de la psicología y la
sociología, aprendiendo técnicas para conocer al ser humano,
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escritas por las manos de hombres y mujeres que estaban


completamente en contra de todo lo que tuviese que ver con
Dios, ¿y las utilizan para acercar a éstos al Señor?

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para


redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra. (2ª Timoteo 3:16-17)

Desglose de ambos versículos:

- ‘Toda la Escritura es inspirada por Dios’  Debemos


recordar en todo tiempo que la palabra de la cual
disponemos, el libro que cargamos en nuestras manos,
los textos que estamos memorizando, no fueron
inspirado por el ingenio o la sabiduría de hombres y
mujeres, sino que fue directamente dada por Dios a
hombres para dejarla por herencia a su pueblo y que
fuera nuestro instrumento de defensa, arma de ataque y
escudo de protección contra cualquier situación que
enfrentásemos en nuestra vida diaria.
- ‘útil para enseñar’  Otro aspecto imprescindible a tener
en cuenta acerca de las Escrituras es su utilidad y
suficiencia para la enseñanza del pueblo de Dios. No
necesitamos recurrir a nuevas teorías, ni reforzarnos en
nuevos mecanismos o textos para enseñar a caminar a
todos aquellos que desean una vida en comunión con
Dios puesto que la Biblia es el instrumento perfecto y más
completo sobre todo lo que debemos aprender y enseñar
a lo largo de nuestra vida.
- ‘útil para redargüir’  La palabra redargüir en el contexto
mencionado nos indica que las Escrituras son prácticas
para convencernos a nosotros mismos y a otras personas
de que argumentos que entendíamos eran correctos no
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lo son delante de la voluntad de Dios, es decir, que a


través de las palabras que encontramos en la Biblia
podremos cambiar nuestra equivocada manera de pensar
respecto algunos temas y en relación a la voluntad de
Dios, y al mismo tiempo la de otros hombres y mujeres.

Por último, destacar un fragmento de ambos versículos:

- ‘a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente


preparado para toda buena obra’  Las Escrituras son el
instrumento usado a lo largo de la historia para hacer al
ser humano más y más a la voluntad de Dios y llevarlo así
a realizar toda clase de buenas obras a las que fue
llamado.

Mediante este breve fragmento de la Palabra hemos podido


observar que las Escrituras son el único medio necesario para
recoger a un ser humano imperfecto, enseñarle los caminos de
Dios, corregir las actitudes que existan en esa persona y no estén
conforme a la voluntad de Dios y posteriormente llevarle a un
cambio absoluto de vida que lo conduzca a realizar toda clase de
buenas obras.

No podemos permitir que los medios sociales y psicológicos


tomen nuestros púlpitos y le roben el protagonismo a las buenas
nuevas de salvación y justicia.
Todos los recursos utilizados para evangelizar, todo sermón o
enseñanza impartida, todo proyecto misionero que se desee
llevar a cabo, toda actividad lúdica o campaña que se desee
realizar y que tenga que ver con nuestra congregación debe tener
su origen y su base en la Palabra de Dios y no en otros recursos ni
fuentes de inspiración.
Debemos dedicar menos tiempo en el estudio estadístico de lo
que los hombres y mujeres desean y admiran más de las iglesias
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para saber si debemos ofrecerles más música, más fiestas, más


eventos, más actividades exteriores… y debemos sumergirnos en
el profundo estudio y aprendizaje de las enseñanzas que Cristo y
sus seguidores nos dejaron para así edificar verdaderamente a la
iglesia del Cordero y llevarla por veredas de verdad, justicia y
salvación.
El Señor no nos llamó como pastores o ministros de Dios para
construir y edificar imperios, apoderarnos de los mayores locales
de nuestras ciudades y llenarlos de cuantas más personas mejor,
sino que nos llamó a predicar su Palabra tal y como está escrita,
conducir a su pueblo por caminos puros y de santidad, edificar a
su iglesia a través de sus enseñanzas y doctrinas y prepararla para
que un día toda sea llevada en gloria a su presencia.
Estamos colocando en primer lugar el deseo de ver que nuestras
congregaciones son las mayores de nuestras ciudades o nuestros
estados y estamos dejando en último lugar la preocupación por la
salvación de sus almas.
En nuestros cultos y reuniones estamos colocando todo tipo de
actividades, así como la alabanza, la adoración, debates, juegos…
ocupando la totalidad de nuestro tiempo y dedicando una parte
mínima a la predicación del Evangelio.
Durante muchos años los cultos se iniciaban con un breve tiempo
de alabanza y el resto del día se dedicaba a la predicación y la
enseñanza de las Escrituras. Viendo entonces lo sucedido,
podemos dirigirnos al título de este libro ‘Perdiendo nuestros
valores’ y ver que estamos invirtiendo la condición de nuestras
congregaciones.
No podemos limitar el tiempo de la Palabra únicamente porque el
pueblo que asiste a nuestros sermones se aburra y apague con su
predicación, ni podemos intentar llevar la palabra por sendas de
emociones para apartarla de la seriedad y rectitud intentando
llegar más rápidamente al pueblo que nos escucha. Debemos
negarnos a predicar el Evangelio de manera lúdica o emocional
para que las personas lo encuentren más fácil de digerir, puesto
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que entonces estamos acostumbrando a nuestras congregaciones


a este tipo de estilo de predicación y nunca aceptarán en un
futuro la enseñanza seria y profunda.
Esto no significa que debemos usar siempre un estilo monótono y
estar todo el tiempo preocupados por si subimos el tono de
nuestra voz. El poder y la unción puede fluir haciendo que nuestro
corazón se acelere y nuestro tono de voz se altera, pero nunca
apartándonos de una base totalmente bíblica en cuanto al
contenido de nuestros mensajes.
Cuando el Espíritu Santo habita dentro de nosotros, cuando nos
abandonamos totalmente en Él y cuando no nos salimos de los
que está escrito en la Biblia, la palabra más seria, monótona y
dura puede conmover a todos los oyentes puesto que dejamos de
hablar como hombres, para dejar fluir el hablar de Dios para con
sus hijos.
No podemos renunciar a la corrección y rectitud de nuestros
sermones porque los hermanos y hermanas de nuestras
congregaciones nos comenten que tenemos un estilo fuera de
tiempo.
Pastores y predicadores les voy dejar escrito algo que nunca
deben olvidar: ‘Si ustedes están predicando la palabra de Dios
dejándose llevar por Dios y están en comunión con su Espíritu
Santo, si alguien le comenta que su predicación no llega a su vida
es porque el oyente tiene un problema. Ore por ese hermano,
trabaje personalmente con él, busque el pecado que habita en su
vida y lo aparta de la rectitud del Evangelio, y continúe de la
misma manera hasta que un día esa misma persona se rinda a la
Palabra. No deje de ser conforme a Dios para ser conforme a los
hombres. No busque la aprobación y aceptación de Dios, para ser
aprobado y aceptado por los hombres. Tome la Palabra en toda su
seriedad, rectitud y plenitud y derrámela sobre el pueblo que Dios
le entregó. No caiga en predicaciones basadas en estilos carnales
que acabarán generando un pueblo carnal, sino que siga
ministrando una palabra espiritual que a su tiempo le dará como
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fruto a hombres y mujeres espirituales. Vale la pena esperar y


dejar a Dios trabajar. A su tiempo segará los frutos de su siembra,
tan solo tenga paciencia.’

Existe un aspecto fundamental a tener en cuenta sobre las


Escrituras y es el siguiente: TODO FUNDAMENTO DEL PODER DE
LA IGLESIA ESTÁ ESTABLECIDO EN LA PALABRA DE DIOS, por lo
tanto, no podemos renunciar a mantenerla como punto central y
principal de nuestras reuniones.
Si en su iglesia no está fluyendo la presencia de Dios y no se
manifiesta el Espíritu Santo es debido a que no están siendo
gobernados por la palabra de Dios.
Si las vidas no están siendo cambiadas en relación a la voluntad de
Dios es debido a que no están siendo gobernadas por la palabra
de Dios.
Si la iglesia no experimenta un crecimiento ni numérico ni
cualitativo es debido a que no está siendo gobernada por la
palabra de Dios.
Si su ministerio no está dando frutos, si no se están convirtiendo
almas a Cristo a través de su propio testimonio de vida y si no está
impactando la localidad donde reside es porque no está siendo
gobernado por la palabra de Dios.
Si su matrimonio flaquea y las bases de su familia se están
desestructurando es porque no están siendo gobernadas por la
palabra de Dios.
Si sus emociones, sus sentimientos y sus pensamientos todavía
encierran ira, rencor, rabia, odio, dolor… es porque no están
siendo gobernados por la palabra de Dios.

Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a


voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del
campo. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento
de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el
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pueblo. Séquese la hierba, marchítese la flor; mas la palabra del


Dios nuestro permanece para siempre. (Isaías 40:6-8)

Todas las cosas que podemos entender como vida o como


existencia perecerán, serán consumidas y desaparecerán a
excepción de una tan solo, la palabra de Dios, la cual permanecerá
para siempre.
Cada vez compruebo como menos personas y menos iglesias
están siendo guiadas, dirigidas y gobernadas por la palabra del
Señor. Este acontecimiento no es nuevo, porque desde hace ya
muchos años son pocos los cristianos que acuden a la iglesia y
reuniones locales únicamente con el deseo de oír la voz de Dios a
través de su palabra, siendo muchos los cuales se sienten
aburridos a los diez minutos de haber comenzado el sermón
necesitando únicamente entretenimiento y actividades lúdicas
para mantener vivo su deseo de congregar.
En cuanto la palabra de Dios no es la que está alimentando
nuestra vida y crecimiento espiritual y está siendo el sustento de
nuestra fe, nos volvemos hombres y mujeres que estamos
edificando nuestra casa sobre la arena, sin ningún tipo de base ni
fundamento verdadero. Por ese motivo persona que asisten a la
iglesia desde hace varios años no conocen realmente a Dios, no
saben prestar atención a su palabra y andan vagando en busca de
profetas que coloquen la mano sobre sus cabezas y determinen
para su vida de manera audible los deseos y la voluntad de Dios,
la cual en su palabra cada uno puede encontrar.
Con todo este nuevo movimiento de búsqueda de profetas y
profecías se está dando algo entre los hermanos que es muy
frecuente y por ese motivo aprovecho para dejarles un nuevo
consejo: ‘Muchos de estos hombres y mujeres que recibieron
teóricamente una palabra directa de Dios a su vida por medio de
un profeta han caído en decepciones profundas con el Señor al ver
que al paso del tiempo nada de lo que recibieron se acabó
cumpliendo. Fueron engañados por hombres que usaron sus
19

propias palabras y los sentimientos del corazón del ser humano


para crear falsas expectativas y esperanzas de futuro que al no
darse han conseguido que mucho se aparten de la fe. Estos
llamados profetas, muchos de ellos, no todos, son simplemente
hombres o mujeres que usan su astucia de manera carismática, al
igual que los videntes que podemos encontrar en nuestras calles,
que por el simple hecho de desear fama y bienestar económico
hacen estas aberraciones en nombre de Dios. Por eso, refúgiense
en la palabra de Dios, puesto que la primera y perfecta profecía
dada al ser humano y que es de cumplimiento fiel y seguro se
encuentra en ese libro que la gran mayoría mantenemos abierto
únicamente en el salmo 23 en la entrada de nuestra casa y que ya
no estamos cargando para ir regularmente a nuestras iglesia, la
Santa Biblia.’
La mayoría de veces que damos pie a este tipo de revelaciones y
profecías es debido a que posiblemente algún verdadero hombre
de Dios nos esté enseñando la palabra como verdaderamente
debe hacerse pero nuestros deseos y ambiciones personales no
quieren sujetarse a la voluntad divina ni conseguimos renunciar a
nuestras metas individuales para conquistar las metas que Dios
impuso para nuestra vida, y por ese principal motivo buscamos
otras palabras que afirmen que nuestras propias ilusiones son la
voluntad que Dios quería para nosotros desde un principio, y que
el resto de palabra que oímos no pasa de legalismo ni religiosidad.
A lo largo de las Escrituras el apóstol Pablo nos deja detalles de
estos engaños de los últimos tiempos:

‘…y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por
cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por
esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la
mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron
a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.’ (2ª
Tesalonicenses 2:11-12)
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Los cristianos a los que se refiere el apóstol en estos tres


versículos son hombres y mujeres que han ignorado la palabra
viva y eficaz de Dios y no han determinado el colocar sus vidas
bajo su plena y completa autoridad.
Hoy en día, cuando asistimos cultos repletos de manifestaciones
extrañas de poder de toda clase podemos ver los dos tipo de
miembros que existen en la iglesia, los que están sujetos a la
voluntad de Dios y sobre los cuales existe un don de
discernimiento fiel, y los que son meros asistentes sin ningún tipo
de comunión verdadera con el Espíritu Santo. En el momento en
que empiezan a darse todo tipo de manifestaciones disparatadas,
absurdas, innovadoras que acaban siendo aberraciones contra la
santidad de Dios, aquellos que no tiene discernimiento por la
ausencia de la verdad del Señor en sus vidas comienzan a
involucrarse directamente en esos movimiento, mientras que
aquellos que tienen un fiel discernimiento de los movimientos
espirituales verdaderos o no, se quedan inquietos, negativos ante
los sucesos y entristecidos con lo que sus ojos están
contemplando.
No debemos permitir que ningún hombre, ninguna manifestación,
ningún movimiento o denominación dirija y domine nuestra vida
sino que debemos entregar todo nuestro ser a la voluntad
agradable y perfecta de Dios. No podemos dar oído a dulces y
agradables palabras que apagan la angustia de nuestro corazón, ni
a promesas que animan nuestros sueños y deseos, sino que
debemos fijar nuestros ojos en las Escrituras y dar oído a la voz de
nuestro Padre para conocer realmente cual es el camino que
desde un principio fue marcado y determinado para nuestras
vidas.

‘Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de


malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual
puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y
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no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.’


(Santiago 1:21-22)

Es tiempo de empezar a renunciar a las palabras que son


agradables a nuestros oídos y a recibir únicamente la palabra que
podrá salvar nuestra alma, no solo dando oído a ésta, sino
poniéndola en práctico a diario, aprendiendo con ella a vivir y
convivir en esta tierra y asegurar nuestra ascensión al Reino de los
Cielos. No seamos meramente oidores de lo que nuestros
pastores nos enseñan como aquellas personas que durante años
asisten regularmente a la iglesia a escuchar palabras de justicia y
verdad pero que nunca se determinan a vivir conforme a las
palabras que escuchan. Es momento de reaccionar, tomar la
palabra de Dios en nuestra mano, memorizarla en nuestra mente,
gravarla en nuestro corazón y empezar a vivir únicamente según
lo que en ella está escrito, no importando lo que la gente diga o
piense, puesto que los demás no determinarán tu destino, sino
aquel que trasmitió estos textos a la humanidad. Demos oído a
Dios, y cerremos los oídos para el hombre, puesto que el hombre
tropieza en su propio caminar y puede hacer tropezar a otros,
más la perfección de Dios nos llevará por sendas rectas y puras.
En todos los lugares donde la palabra de Dios ha comenzado a ser
reducida y movida de los altares, de inmediato se ha abalanzado
contra la iglesia el caos, el desorden y el pecado.
Podemos ver como en prácticamente todas las naciones islámicas
las personas viven sujetas y gobernadas por las leyes y normas
establecidas en el Corán mostrando una total devoción y entrega
a esta palabra, sin embargo, entristece a mi corazón el ver como
naciones como Brasil, Colombia, Argentina, Estados Unidos,
Inglaterra, Escocia… y otras muchas que se consideran
plenamente cristianas no muestran ese amor y esa admiración
por la Santa Biblia.
Antiguamente en nuestros países la palabra de Dios marcaba los
valores humanos y muchas de las leyes estatales, y poco a poco
22

hemos desplazado la palabra de Dios de nuestros países


ocasionando inversión de valores como la aceptación del
matrimonio homosexual, el aborto y otros muchos. Negar el
gobierno de la Biblia en nuestras vidas es fatal y decisivo para el
destino final de nuestra existencia.
Como en el tiempo de la nación israelita, quizá nuestros países o
nuestras ciudades fueron llamadas en un principio por Dios para
ser luz a este mundo y ese fue el motivo del crecimiento espiritual
tan poderoso que experimentaron, pero habernos alejado de la
voluntad de nuestro Padre establecida en su palabra, al igual que
hizo con Israel, acarreará el juicio y la ira de Dios contra nuestras
naciones.

‘Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas


para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines
de los siglos.’ (1ª Corintios 10:11)

El apóstol Pablo en ningún momento nos insta a vivir anclados en


las leyes y directrices del Antiguo Testamento, pero sí nos
aconseja mirar atrás, comprobar los juicios y castigos de Dios, y
tomar todos los acontecimientos pasados como un ejemplo para
nuestra vida actual y para comenzar a ser más precavidos y
respetuosos con la sana doctrina.
¿Cómo podemos, por ponerles un ejemplo, estar asesinando
millones de criaturas cada año en nuestros países que ni si quiera
han llegado a vivir en nuestra tierra un solo año? Porque no
hemos tomado como ejemplo masacres y asesinatos del pasado
que el Señor castigó y nos hemos alejado de la palabra, actuando
con rebeldía y encaminando nuestros días a un duro juicio por
parte del Todopoderoso.

‘Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde


temprano y sin cesar, para deciros: Volveos ahora cada uno de
vuestro mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis
23

tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que di a


vosotros y a vuestros padres; mas no inclinasteis vuestro oído, ni
me oísteis. Ciertamente los hijos de Jonadab hijo de Recab
tuvieron por firme el mandamiento que les dio su padre; pero
este pueblo no me ha obedecido. Por tanto, así ha dicho Jehová
Dios de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí traeré yo sobre Judá
y sobre todos los moradores de Jerusalén todo el mal que contra
ellos he hablado; porque les hablé, y no oyeron; los llamé, y no
han respondido.’ (Jeremías 35:15-17)

La conclusión de este aviso dado por el profeta Jeremías la


encontramos al finalizar el versículo 37, donde el Señor comparte
con su pueblo el motivo y la razón de su juicio siendo ésta el no
haber dado oído a la palabra de Dios y no haber respondido a su
llamado.
No podemos actuar según los deseos engañosos de nuestro
corazón o los pensamientos humanos de nuestra mente, sino que
debemos conformar nuestra vida a Su palabra, para librarnos del
juicio y el castigo que conllevaría nuestra rebeldía.
Con todo esto, no pretendo acusar a toda nuestra generación ni a
todas las congregaciones de la misma manera, puesto que sé de la
existencia de muchos hombres y mujeres piadosos y temerosos
de Jehová tanto en los púlpitos compartiendo la palabra como la
industria musical o en la obra misionaria. Sin embargo, a todos
aquellos que se han visto tocados por este capítulo, les animo a lo
siguiente: RINDAN SUS VIDAS A LA PALABRA DE DIOS. Busquen
aprenderla, conocerla, profundizar en ella y pedir sabiduría a Dios
y la guía del Espíritu Santo para poder interpretarla
correctamente y poder entregarse completamente a ella. No
sustituyan la palabra de nuestro Creador por sus propios
pensamientos por mucho que sientan que será una bendición, al
contrario, despójense de todo pensamiento contrario o confuso
en relación a la Biblia y así pasarán a estar bajo la guía, dirección y
24

gobierno total de la Sagrada Escritura, y el Señor les honrará con


poder y autoridad plena en el Evangelio.

Para finalizar con el tema centrado en el abandono de la palabra


deseo recordarles el motivo principal de la reforma protestante
liderada por Martín Lutero en el siglo XVI a través de la cual se
provocó esa separación de la iglesia católica romana que
predominaba en la Europa Occidental para acercarnos de nuevo y
revivir la iglesia primitiva, movimiento el cual fue marcado por el
siguiente grito de guerra: SOLA SCRIPTURA.
‘Sola Scriptura’ fue el grito de guerra de la reforma protestante.
Durante siglos la iglesia católica romana impuso sus tradiciones
por encima de la autoridad bíblica, resultando en muchas
prácticas contradictorias con la Biblia. Entre algunas podemos
destacar: oraciones dedicadas a los santos y a María, el bautismo
en las aguas de bebés, la indulgencia y autoridad suprema del
papa, entre otras. La respuesta de Lutero a todo lo que estaba
aconteciendo en ese tiempo, en que la iglesia no permitía divulgar
el Evangelio al pueblo y tomando posesión de éste únicamente
ellos, y tras ser obligado a renunciar a ese movimiento que estaba
encabezando o sería excomulgado y condenado a muerte fue la
siguiente: ‘Por tanto, a menos que mi propio entendimiento sea
convencido por la propia palabra de Dios, a menos que sea
persuadido por todos los pasajes que les he citado, no puedo
retractarme y no me retractaré, pues es peligroso para un
cristiano hablar contra su propia conciencia. Aquí permaneceré.
No puedo hacer nada más. Y que Dios me ayude. Amén.’

Con esto les llamo a levantarse como Lutero en medio de la


autoridad pastoral de sus congregaciones cuando estén
absolutamente seguros de la falta de argumento bíblico en sus
iglesias y defender la autoridad absoluta del Evangelio.
La palabra de Dios es la única autoridad para nuestra fe cristiana.
Las tradiciones son válidas en nuestras iglesias, así como los usos
25

y costumbres, cuando son basados en las Escrituras y están en


una total concordancia con éstas. ‘Sola Scriptura’ es la única
forma de evitar que la subjetividad y la opinión personal le retiren
la prioridad a las enseñanzas bíblicas. La esencia de dicha reforma
es basar nuestra vida espiritual solamente en la Santa Biblia y
rechazar cualquier otro tipo de tradición o enseñanza que no esté
en concordancia con ella.

Debemos evitar caer en pensamientos que contradicen la Biblia,


impedir que hombres nos quieran hacer creer en cosas que no
aparecen en la palabra de Dios, guardando un temor y respeto
pleno por la voluntad divina.

‘ Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro


evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. ’
(Gálatas 1:8)

No se dejen llevar por doctrinas que son aprobadas por sus


deseos y que animan a todos sus sueños y proyectos a cumplirse
pero que no están en plena concordancia con la palabra.
A todos aquellos que comparten el Evangelio con otras personas,
a todos aquellos que evangelizan por las calles llevando el
mensaje de salvación a las almas perdidas y a todos aquellos
ministros de Dios que realizan labores relacionadas con la
predicación de la palabra, les llamo a sumergirse en el temor de
Dios y no perderlo nunca, porque cuando perdemos el temor,
perdemos la sabiduría y fácilmente acabamos fallando y cayendo
en prácticas equivocadas. Manteniendo el temor de Dios nunca
nos apartaremos de lo que Él nos dejó por escrito y ninguna
maldición recaerá sobre nosotros. Honremos a Jehová predicando
su Santo Evangelio tal y como está escrito, y no queramos
complacer a los hombres y mujeres mudando el contenido de
éste.
26

Sé que en ocasiones la palabra es dura y llegamos a pensar que no


será útil en algunos casos para impactar vidas y rescatar almas,
pero si usamos palabras emocionales, esas almas estarán vivas
mientras la emoción continúe pero se perderán y alejarán cuando
la emoción se vuelva a su estado natural y estable. Sin embargo,
cuando predicamos la palabra de Dios, el cambio en la vida de las
personas es continuo y nunca se verá influenciado por la falta o
aparición de emociones, sino que se sustentará en cada uno de
los libros que contiene la Biblia y éstos nunca desaparecerán.

‘Porque:
Toda carne es como hierba,
Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba.
La hierba se seca, y la flor se cae;
Mas la palabra del Señor permanece para siempre.
Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.’
(1ª Pedro 1:24-25)

En este pasaje me gustaría destacar dos aspectos que son de fácil


comprensión.
En el momento que se compara la gloria del hombre como flor de
la hierba posteriormente nos muestra que ésta se acaba secando
y cayendo. Con esto entenderemos que todo lo que proviene de
la inteligencia humana y la razón del ser humano acaba
pereciendo y no es del todo duradero, más que la palabra del
Señor, a diferencia que toda palabra pronunciada por hombres, es
eterna y permanecerá para siempre.
Como dato fundamental, destacarles la última parte de estos
versículos, cuando nos resaltan el hecho de que dicha palabra es
anunciada mediante el ‘evangelio’, pudiendo entender nosotros
del mismo modo, que toda palabra que no está escrita en la Santa
Biblia y no es fruto del Evangelio no proviene de Dios.
27

‘Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para


salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según
la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus
epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay
algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e
inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su
propia perdición.’ (2ª Pedro 3:15-16)

Una advertencia de la mano de Pedro para todos nosotros es el


hecho de que muchas personas, ya en su propio tiempo,
pretendían torcer las palabras enseñadas y ministradas por Pablo
conduciendo a todos aquellos que las aceptaran hacia la perdición
y condenación eterna. Hasta nuestros días existen personas que
por no asimilar y renunciar en su vida a aspectos personales y
sujetarlos a las Escrituras, retuercen con astucia los mandatos de
Dios e imparten falsas enseñanzas que desvían a muchos de sus
caminos y los conducen junto a ellos a una eternidad de castigo y
condenación.

‘Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de


este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él
las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de
las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del
libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están
escritas en este libro. El que da testimonio de estas cosas dice:
Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.’
(Apocalipsis 22:18-20)

Hermanos y hermanas, no acepten enseñanzas contrarias a la


Santa Biblia, comparen todo lo que reciben de los hombres y
póngalo en comparación con la palabra del Señor para ver si lo
que les están dando como alimento es algo puro o está
envenenado. Les llamo a vivir alimentando su vida diariamente
con las enseñanzas del Señor Jesucristo y sus discípulos y a
28

sumergirse en los más bellos himnos de adoración que


encontramos en los Salmos, a entender la historia de nuestra vida
con los libros de los mayores líderes de la historia, a encontrar
palabras de profundo amor entre un enamorado y su amada
como encontrarán en Cantares y a adquirir sabiduría y consejo
mediante los libros de Proverbios y Eclesiastés. No busquen
profecías humanas hoy cuando tienen todavía por conocer todas
aquellas dadas por Daniel, Ezequiel, Isaías y otros muchos siervos
del Altísimo. Con esto les llamo a inundar su vida de principio a
fin, palabra por palabra, letra por letra, con la Biblia que muchos
tan solo cargan debajo de su brazo, y si se dejan gobernar por ella,
su vida experimentará cambios que nunca imaginaron, pues en
ella conoceremos la verdadera voluntad de Dios para nuestra
vida: agradable y perfecta.
29

CAPÍTULO III
¿ES VERDADERAMENTE EL ESPÍRITU SANTO DE DIOS?

A lo largo de este capítulo profundizaré sobre los hechos


que están causando por unos admiración y otros preocupación y
dudas dentro de nuestras congregaciones. Me refiero a todos
estos movimientos y manifestaciones que denominan fruto de la
unción y el poder del Espíritu Santo pero que en muchas
ocasiones no tienen ningún tipo de fundamento ni base bíblica.
Por ese preciso motivo, para que ustedes puedan ver lo que están
haciendo contra el Santo Espíritu de Dios y que tiene por nombre
burla o blasfemia, voy a dedicar unas páginas para procurar que
usted abra sus ojos frente a esos acontecimientos y Dios pueda
revelarle en todo momento lo que viene de su mano o lo que
provoca el hombre con su astucia.

‘Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes


juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un
viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde
estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como
de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos
llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.’ (Hechos 2:1-4)

En el libro de los Hechos de los apóstoles vemos claramente


reflejado e identificado al Espíritu Santo como una persona divina
que forma parte de la eterna Trinidad a través del cual somos
revestidos con poder, autoridad, el cual nos trae consuelo frente a
las diversas pruebas y adversidades y nos muestra la verdad sobre
Jehová.
Mediante el Espíritu Santo de Dios nuestra vida experimenta el
verdadero nuevo nacimiento sin el cual nos sería imposible
heredar el Reino de los Cielos.
30

‘Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que


no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le
dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso
entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de
Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido
del Espíritu, espíritu es.’ (Juan 3:3-6)

Mediante nuestro nacimiento natural, fruto de las relaciones de


nuestro padres y concebidos en la carne, somos herederos del
pecado existente en la propia carne de nuestros antepasados el
cual cargamos nosotros desde nuestros primeros días de vida. A
través del Espíritu Santo lo que Cristo requiere de cada uno de
nosotros es un nuevo nacimiento, una vida completamente
renovada y que comience de cero, donde todo pecado, costumbre
y carácter propia quede completamente en el olvido. No requiere
de nosotros que mejoremos, no requiere que cambiemos algunos
hábitos personales en cada uno, ni si quiera nos pide que nos
adaptemos a Él, sino que nazcamos de nuevo, una profunda,
completa y total regeneración en nuestra vida, desapareciendo
nuestro ayer y dando la bienvenida a una nueva criatura la cual
vive conforme a los deseos y la voluntad de nuestro Eterno Padre.
Tan solo a través de la obra regeneradora del Santo Espíritu de
Dios, colocando nuestra mira en la cruz del Calvario y nuestra
voluntad sometida a la de Jesucristo conseguiremos alcanzar ese
nuevo nacimiento el cual nos permitirá conquistar un día nuestro
lugar en el Reino de los Cielos. No podemos pensar como muchas
personas que creyendo en el Hijo de Dios como nuestro propio
salvador, muerto y posteriormente resucitado ya hemos
experimentado esa transformación necesaria en nuestra pasada
manera de vivir. Únicamente a través de la obra del Espíritu
somos transformados en una creación nueva, pasando de la
31

condenación a la gracia y de la profundidad de las tinieblas a su


luz admirable. Nunca piense que sus propias fuerzas y los deseos
de su corazón conseguirán que usted experimente ese cambio tan
deseado en su vida, ni mucho menos procure cambiar la vida de
otra persona a través de su capacidad, puesto que como seres
humanos estamos limitados, abandónese en la base del Calvario y
deje al Espíritu gobernar en su corazón y experimentará una
regeneración plena.
En el pasaje bíblico que he mencionado usted puede ver como
utilizan otro simbolismo, el agua, la cual representa la Palabra que
viene directa de la boca de Dios, llamada en otras ocasiones
también como semilla. Esta palabra Santa y Perfecta, derramada
por Jehová sobre los hombres que la transcribieron viene
presentada por el Espíritu, el cual la traslada al corazón y da una
nueva dirección tanto a los sentimientos, pensamientos como a
los pasos que guiarán la vida del hombre desde ese preciso
momento. Mediante esta profunda regeneración, a través del
nuevo nacimiento, no tan solo experimentamos cambios visibles
en nuestra conducta y actitud sino que también viviremos una
nueva percepción del mundo y la vida en esta Tierra. Todo aquello
que hemos aprendido a lo largo de los años queda atrás y el
propio Espíritu amplia nuestra visibilidad y nuestros horizontes
mostrándonos una realidad que va mucho más allá de lo que la
gente común percibe en su día a día. Ya no contemplamos las
necesidades del mundo de la misma manera, ya no entendemos
las tradiciones y costumbres del mundo del mismo modo ni
mucho menos creemos en el fin de los días de cualquier persona
en la Tierra de la manera en que la mayoría de seres humanos
piensan. Previo al nuevo nacimiento, el mundo que nos rodeaba
ejercía una influencia negativa y contraria sobre nuestra propia
persona, sin embargo, tras la regeneración producida nuestra
influencia pasa a ser parte de la naturaleza divina, asociados a
Cristo Jesús y guiados por un Espíritu que vivifica nuestra alma
momento tras momento.
32

‘ Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté


con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el
mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero
vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en
vosotros.’ (Juan 14:16-17)

A lo largo de todo el evangelio de Juan encontramos palabras que


nos prometen que en todos los momentos de nuestra vida, en
cualquier lugar que nos encontremos, sea lo que sea por lo que
estemos pasando y venga lo que venga a nuestra vida, en todo
tiempo Jesús está velando por nosotros desde su Trono de Gloria,
sabiendo por lo tanto que podemos contar a cada instante con su
intercesión por nuestras vidas la cual da lugar al ministerio del
Consolador. El Espíritu Santo reemplaza la imagen física de Cristo
en la tierra durante la durada de su ministerio y permanecerá con
nosotros hasta la vuelta del Mesías. Este Espíritu de Verdad nos
muestra en todo momento la verdad que está íntimamente
relacionada con Dios dentro de un mundo lleno de hipocresía,
falsedad y ocultismo, y al mismo tiempo a través de la verdad
procedente de Jehová Éste nos purifica y transforma. Mantiene el
testimonio de la persona y la esencia divina de Cristo entre
nosotros y nos ofrece al mismo tiempo todas las armas necesarias
y útiles para enfrentarnos a todas las luchas y batallas espirituales
que continuamente combatimos para ser testimonios del mismo
modo del hijo de Dios, dándonos siempre la victoria ante los
espíritus y demonios que nos pueden atacar.
En cuanto a la batalla espiritual la cual he mencionado, es cierto
que el Espíritu Santo se manifiesta continuamente con poder y
gloria a través de nuestra propia vida y realiza obras maravillosas
de liberación y cura en muchos sentidos. Sin embargo, y tras
haber mencionado algún aspecto breve para presentarle el
Espíritu Santo a aquellos que no lo conocen, y siendo el tema
central de este capítulo, voy a mencionar algunos aspectos que
33

muchas congregaciones hoy consideran procedentes del Espíritu


de Dios pero que no vienen en ninguna manera de Él.
Para poder hacer frente a muchas de estas nuevas doctrinas que
están ensuciando la santidad y la pureza del Espíritu, me centraré
de nuevo en el pasaje que he indicado en el libro de los Hechos de
los apóstoles.

‘Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban


confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.’
(Hechos 2:6)

En primer lugar, no podemos tomar como en muchas


denominaciones, la base de que el Bautismo en el Espíritu Santo
viene marcado por el hecho de hablar lenguas celestiales. Tal y
como ustedes pueden leer, narran que la confusión vino al ver
que cada uno de los que habían sido llenos por el Espíritu estaba
hablando lenguas, las cuales no eran propias de su origen, más sí
dialectos propios de otras culturas, es decir, que los discípulos de
origen galileo estaban hablando en otro tipo de dialecto, pero en
ningún momento en una lengua incomprensible a todos los
demás. Tomando esta referencia, a todos aquellos que hayan
pasado por lo mismo que pasé yo en mi tiempo de conversión, no
vivan obsesionados por conocer si han sido o no bautizados en el
Espíritu Santo mediante la búsqueda incansable de las lenguas
celestiales. No dejen de lado la palabra de Dios y la gran comisión
que nos ha sido encomendada para buscar día tras día esa
experiencia en nosotros. El día en que verdaderamente sean
llenos del Espíritu Santo será aquel momento en que su vida haya
experimentado un rechazo completo y total por cualquier tipo de
pecado puesto que el ministerio principal de Éste es
convencernos de pecado, justicia y juicio. Al mismo tiempo, las
lenguas celestiales deben saber que es uno de los varios dones del
Espíritu que han sido escogidos para nuestra vida de parte de
Dios, y que quizá nuestro Padre Eterno ha preparado su vida para
34

otro tipo de don y no el de lenguas, es decir, que usted puede


nunca hablar lenguas extrañas pero tener un tremendo don de
sanidad, sabiduría, ciencia, etc. Hoy en día existen muchos líderes
congregacionales, pastores, ministros, etc. que sin tener dicho
don lo fingen y utilizan a su favor puesto que muchas
denominaciones lo entienden como una demostración de unción
y santidad. Un predicador manso, humilde, con un tono de voz
suave y que no habla en lenguas celestiales parece ser hoy alguien
frío y al que Dios no usa con gracia, sin embargo, estamos
observando con nuestros propios ojos hombres y mujeres con
vidas desordenadas, que no dedican tiempo a la oración profunda
ni al estudio de las Escrituras pero que sueltan una ristra de
lenguas extrañas y todos creen que está lleno del Espíritu Santo.
Pida a Dios discernimiento sobre este tipo de cosas, puesto que
los movimientos neo-pentecostales, carismáticos y renovados que
están apareciendo en los últimos años son la base de esta mentira
y de este gran error que muchos están tomando como doctrina y
enseñanza para sus vidas y desarrollo espiritual.
Nota personal para reflexionar: Si Jehová nos mandó a no
embriagarnos con el vino puesto que así el ser humano pierde el
control de sí mismo abriendo las puertas a nuestros enemigos, la
embriaguez en el Espíritu Santo no puede conducirnos del mismo
modo a la pérdida del control de nuestra propia persona.
Debemos tener presente que a través de la palabra de Dios vemos
que la embriaguez en vino y en el Espíritu debe estar totalmente
diferenciada con lo que las evidencias de dicha embriaguez no
pueden ser similares, tal y como vemos hoy en muchas
congregaciones modernas.

‘vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo,


añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al
conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la
paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto
fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y
35

abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al


conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.’ (2ª Pedro 1:5-8)

‘Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder,


de amor y de dominio propio.’ (2ª Timoteo 1:7)

El Espíritu que Dios nos ha dejado tiene una serie de cualidades,


virtudes, atributos, etc. entre los cuales, a lo largo de las
Escrituras Sagradas, vemos como destaca uno en muchas
ocasiones y este es el dominio propio. El concepto o significado
del dominio propio es la capacidad de dirigir tus pensamientos,
tus palabras y tus acciones de tal manera que estén de acuerdo
con los deseos que tiene Dios para nuestra vida, mostrando un
comportamiento sano y del que se es totalmente consciente. Sin
embargo, estamos viendo una serie de manifestaciones que la
Biblia no registra ni en una sola ocasión (aunque una no sería
suficiente para establecer una doctrina o enseñanza), unas
manifestaciones que Cristo nunca ha vivido puesto que no han
sido registrada en los escritos que hablan de su ministerio, y al
mismo tiempo que no aparecen durante la era apostólica, pero
que sin saber cómo, sin saber de dónde salieron y cómo han
alcanzado este nivel, han inundado en los últimos años muchas
congregaciones creando masas de seguidores. Me estoy
refiriendo a todas aquellas manifestaciones como es el caso de la
‘risa en el espíritu’ la cual se manifiesta mostrando una risa
desenfrenada y sobre la cual no se tiene ningún control, la
‘embriaguez en el espíritu’ la cual aparece manifestada mediante
la pérdida del control sobre nuestro cuerpo el cual camina o se
tambalea por su propia cuenta, el ‘santo revuelvo’ el cual trata de
aquellas manifestaciones que muestran como hombres y mujeres
se revuelcan o giran por el suelo fruto de la unción del Espíritu
Santo, las manifestaciones relacionadas con la imitación de
sonidos propios de animales de todo tipo dada por el embriaguez
en el espíritu, la ‘caídas en masa’ provocadas según sus líderes por
36

el golpe colectivo del viento que sopla el Espíritu de Dios, etc. y así
muchas otras manifestaciones que viven hoy en nuestras
denominaciones. Los líderes de todos estos movimientos basan
sus argumentos en dos aspectos clave: que aquellos hombres,
como es mi caso, que no aceptamos este tipo de movimientos o
que, desde mi opinión, pueden ser fruto de un espíritu pero no
del Espíritu de Dios, somos hombres que anhelamos alcanzar ese
nivel de unción y que al no alcanzarlo nos colocamos en contra de
éstos, y en segundo lugar, que es la base y la marca del último
avivamiento que Dios está enviando sobre la iglesia, puesto que
consideran que es algo nuevo y renovador que Jehová está
realizando para provocar un despertar espiritual, hecho que en
ningún momento rechaza la Biblia.
Nota personal: Hermanos, hermanas, lectores y otras personas
que vayan a leer este fragmento del libro, quiero dejarles claro
que he sido fiel testimonio del toque y la plenitud del Espíritu
Santo sobre la vida de una persona, y que en ocasiones la
manifestación de su presencia ha sido tan gloriosa que mis rodillas
se han doblado puesto que no me podía tener en pie delante de la
esencia de Dios que venía sobre mí. No estoy en contra de tener
experiencias íntimas y profundas con Dios, y tampoco quiero decir
que niegue que el Espíritu Santo pueda manifestarse, sino
simplemente que con el estudio profundo que realizo de las
Escrituras y con la dirección y guía que Dios me da, nunca
aceptaré como algo procedente del Espíritu Santo a aquella
manifestación que haga que uno de los frutos de Éste,
concretamente el dominio propio, quede totalmente anulado en la
vida de una persona. La Palabra de Dios es Santa y Perfecta, lo
cual no puede dar lugar a contradicciones en sí misma ni
incoherencias de ningún tipo. Hablar en lenguas, contemplar
milagros de cura y sanidad, liberación de espíritus demoníacos,
etc. son aspectos que vienen precedidos por un mover del Espíritu
y que están registrados en las Escrituras, con lo que todo aquello
37

que es coherente con la Biblia es lo único que puede formar parte


de nuestra doctrina.
Una de las maneras en que estos líderes de las distintas
denominaciones que promueven estos movimientos se justifican
es mencionando el pasaje de las Escrituras donde el propio
Jesucristo no asegura que aquellos que creyeran en Él realizarían
obras mayores que las que Cristo mismo realizó.

‘De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo


hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al
Padre.’ ( Juan 14:2)

Debemos tener presente que este versículo de la Palabra de Dios


en ningún momento proclama que Dios derramaría una nueva
unción distinta que provocaría la vivencia de cosas nuevas que
nunca antes se experimentaron, ni que los discípulos realizarían
milagros mayores que los que Jesús realizó ni mucho menos que
vendrían cosas que pudieran apartarse de la cordura, de la
santidad y de la edificación de la Iglesia del Señor. Además, tal y
como vemos en el relato sobre Pentecostés, la plenitud del
Espíritu Santo fue el combustible o bien el aliento para conducir a
los discípulos de Jesús a lo largo de todas las naciones realizando
una única cosa: ser testimonios y testificar personalmente sobre
Cristo y sobre su Evangelio y ministerio aquí en la tierra. Con lo
que si analizamos en la profundidad dicho versículo, sin sacarlo de
contexto para establecer nuevos pensamientos tal y como hacen
todas las sectas para originarse, y nos basamos en el contexto
bíblico y el sentido general de todas las Escrituras veremos que
esas obras mayores de las que nos habla el Mesías no son obras
únicamente de poder, sino que se refiere en primer lugar al
alcance mundial de las naciones, puesto que la duración de su
ministerio no le permitió alcanzar a todo el mundo y a través de la
unción y la plenitud del Espíritu estamos capacitados para un
alcance internacional.
38

Las evidencias muestras como nuestro Maestro pudo obrar


únicamente durante tres año y medio y, sin embargo, todos sus
discípulos y aquellos nuevos que vamos apareciendo seguimos
extendiendo su obra hasta alcanzar a todas las naciones y toda
criatura sobre la faz de la Tierra, cumpliendo así la Gran Comisión
a la cual fuimos todos llamados.
Es cierto, al mismo tiempo, que los milagros no iban a cesar y que
iban a permanecer de la mano de los apóstoles y todos los
discípulos, pero tal y como muestra la Biblia cada uno de estos
milagros provocaba una edificación en la vida de la persona que
los recibía transformando enteramente al hombre o la mujer.
En muchas congregaciones y comunidades cristianas han
sustituido la santidad del púlpito y de sus altares
transformándolos en circos y escenarios para promover la
actuación y el teatro entre el pueblo redimido. Parece vergonzoso
que dichas prácticas estén entrando en nuestro medio, dejando al
Espíritu de Dios parecer una persona que trabaja de manera
efusiva, desordenada y descontrolada, fuera de toda su esencia
de paz, gozo y orden. No podemos colocarnos como la religión
verdadera que, a diferencia de los católicos, no aceptamos los
cambios realizados en las Escrituras posteriores y que nos
justificamos diciendo que tan solo seguiremos lo que la propia
Biblia no enseñe acerca de Cristo y su Evangelio, y por otro lado
hemos aceptado prácticas y movimientos en nuestro medio que
no tienen ni si quiera trescientos años de historia. Deberíamos
cuestionarnos uno tras uno si podemos aceptar algo que nunca
fue común y que siglos atrás no se practicaba sino que ha
aparecido en esta era moderna y carismática. Milagros de
sanidad, liberación, experiencias personales con Dios que llevan a
algunos a recibir el don de lenguas o el hecho de tener que caer
de rodillas tocados por la gloria de Dios sobre nuestra vida es algo
que podemos comprobar que se ha experimentado por siglos,
pero existen muchas otras manifestaciones que le hemos
permitido al mundo introducir entre nosotros aunque por otro
39

lado quizá es algo que estaba marcado para este tiempo puesto
que la propia palabra nos muestra como muchos escogidos de
Dios serían engañados en los últimos días y se perderían siguiendo
doctrinas engañosas y de demonios.
Ahora deseo realizarles una serie de preguntas para que usted
mismo pueda analizarlas y respondérselas: ¿Existe algún pasaje
bíblico que muestre como alguna persona marcada por el toque
del Espíritu de Dios comenzara a imitar sonidos propios de
animales o cualquier otro tipo de sonido absurdo? ¿Existe algún
registro en las Escrituras donde podamos ver como alguna
persona tocada por el poder de Dios cayese en una profunda,
continua y descontrolada risa o carcajada? ¿Pueden mostrarme
algún versículo de la Biblia donde alguna persona llena del Espíritu
de Dios comenzase a realizar movimientos desenfrenados, fuera
de control o empezase a revolcarse y retorcerse por el suelo?
¿Existe, mucho más simple, algún versículo en la Santa y Perfecta
Palabra de Dios donde Pablo, Pedro, Juan, Jesús o cualquier otro
hombre tras su predicación distribuyera su unción sobre las
personas con la imposición de manos provocando finalmente que
individual o colectivamente cayeran desplomados y sin sentido
hacia atrás? ¿No es más cierto que los únicos registros de
personas que se han revolcado descontroladamente por el suelo y
sobre sus pies según la Biblia son casos de hombres, mujeres o
adolescentes que se encontraban atacados por espíritus
demoníacos? Por lo tanto, no queriendo juzgarlo con mi propia
razón ni intelecto sino conduciéndolo a establecer cada una de
esas prácticas a la luz de las Escrituras, usted mismo analice,
juzgue y determine qué tipo de Evangelio desea seguir, si el que
camina a favor de las corrientes de este mundo y de nuestro siglo
o bien aquel que únicamente fija su mira en seguir la voluntad, los
deseos y la dirección de Jehová. Satanás y el hombre avaro están
formando circos en muchas congregaciones y lo más triste es que
el motivo principal de la pérdida y el desvío del pueblo de Dios, la
falta de conocimiento, está haciendo que estas manifestaciones
40

sean aplaudidas y solicitadas por cada vez más personas.


Cualquier manifestación experimentada que pueda presentar a
los creyentes y fieles seguidores de Cristo para el mundo como
personas descontroladas y alocadas no puede venir de Dios el cual
nos llama a ser luz a las naciones. Del mismo modo, cada una de
las manifestaciones del Espíritu Santo que pueda llevar a una
persona a parecer ridícula o a avergonzarse delante de la
presencia del resto de pueblo de Dios, tampoco puede venir de la
mano de Jehová. Así como aquellas manifestaciones que colocan
a ministros de las iglesia como hombres sobrenaturales y aquellas
que provocan que hombres y mujeres se muevan de maneras
totalmente descontroladas y ausentes del fruto del espíritu
conocido como dominio propio, no provienen del Santo Espíritu
de Dios. Por ese motivo, deben comenzar a seguir la verdad según
la palabra y el temor de Dios y a no fijar sus objetivos en alcanzar
las señales de nuestros tiempos. Para finalizar con este capítulo, y
como consejo personal por el amor que tengo a cada una de sus
almas y por el respecto y temor que tengo al Dios que sirvo y que
me guía a lo largo de esta obra, les voy a ofrecer una serie de
consejos que, a través de la propia Escritura, les permitirán
conocer en muchas ocasiones de dónde proviene todo aquello
que están observando y experimentando. A lo largo de la palabra
de Dios vemos que las Escrituras hacen mención de dos tipos de
fuegos: el fuego de Dios y el fuego extraño. Esta es una de las
principales razones por la cual les aconsejo a escudriñar la Palabra
de Dios, estudiarla profundamente y entrar en una profunda
oración para que ustedes puedan discernir qué tipo de fuego
están presenciando con tal de poder aceptarlo o rechazarlo en su
vida. El conocido fuego extraño es simplemente una similitud,
copia o apariencia del verdadero fuego de Dios, siendo un
profundo imitador de la obra del Espíritu Santo.

‘Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se


disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el
41

mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es


extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de
justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.’ (1ª Corintios 11:13-
15)

Tal y como Pablo menciona en su carta a los Corintios pueden ver


con claridad como la imitación es uno de los aspectos de los falsos
profetas y maestros de nuestro tiempo, así como del propio
Satanás. Tengan en cuenta que todo movimiento, manifestación o
experiencia que no transforma, cambia, restaura y renueva la vida
de una persona no está siendo provocada por el fuego de Dios.
Uno de los problemas que nos ha conducido hasta esta situación
tan frágil y al mismo tiempo peligrosa es el hecho comprobado de
que los creyentes son fácilmente conducidos y dirigidos, así como
engañados, con un poco de astucia e inteligencia. Deben tener
presente que no todo lo que sus ojos van a presenciar va a ser
parte de la unción y el poder de Jehová, por ese motivo, y tal y
como el apóstol Pablo nos mencionó, todos aquellos hombres y
mujeres que se consideren espirituales deben juzgar todas las
cosas, pero no juzgarlas de cualquier manera, sino siguiendo el
patrón que Jesús mismo nos indicó, juzgando todas las cosas con
justo juicio. No podemos dejarnos llevar por todas aquellas cosas
que vemos en la televisión o en cualquier vídeo que llegue a
nosotros a través de internet donde fácilmente son manipulables
todas las cosas, sino que debemos pedir discernimiento a nuestro
Padre y juzgar justamente todo lo que vemos antes de
alimentarnos de ello. Si alimentamos nuestro cuerpo físico con
comida que no está en buen estado acabaremos enfermando y si
seguimos así, acabaremos muriendo. Del mismo modo, si
alimentamos nuestra vida espiritual con comida que nos ofrecen
pero que es corrupta y pecaminosa nos enfermaremos y poco a
poco conseguiremos morir espiritualmente. Antes de alimentarse,
analice bien el menú que usted dispone y escoja el plato más
adecuado y el que se encuentre en mejor estado.
42

Existe otra manera para poder tener claro si algo proviene de la


mano de nuestro Señor o de la mano del propio hombre, y es el
hecho de saber que Jehová es un Dios de paz y que sobre todas
las cosas nunca ha sido un Dios de confusión.

‘Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas;


14:33 pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en
todas las iglesias de los santos’ (1ª Corintios 14:32-33)

La confusión nunca puede estar presente en nuestras


comunidades. A través del don de discernimiento de espíritus que
he comentado anteriormente deben asegurarse de que tan solo
entre en sus congregaciones algo que traiga paz y edificación y en
ningún momento confusión. Existen muchas iglesias que han sido
visitadas por personas, las cuales a través de la Palabra de Dios y
el Evangelio de la Gracia podrían haber experimentado una
entrega al Señor Jesucristo, pero que sin embargo al contemplar
ciertas manifestaciones sus corazones se llenaron de miedo y sus
mentes de dudas y confusión con lo que nunca volvieron a otro
encuentro o culto. Por ese motivo, debemos tener claro que
cuando Dios se manifiesta las vidas son totalmente cambiadas y
en ningún momento su presencia puede provocar esos
sentimientos contrarios a la atracción y el gozo absoluto.
A través de las Escrituras vemos que las cualidades que debemos
poseer engloban una serie de virtudes como pueden ser la
sobriedad, la amabilidad, el decoro, el orden, la sabiduría, la
humildad, la prudencia, etc. y cualquier experiencia que nos lleve
a anular cualidades como el decoro, la sobriedad u otras parecidas
no puede venir de parte de Dios puesto que nos estarían alejando
por momentos del tipo de hombre o mujer que debemos alcanzar
a ser.
Por otro lado, el Señor a través de su Palabra nos llama a evitar
todo tipo de pasiones desordenadas. Este tipo de pasiones no se
refiere únicamente a prácticas sexuales íntimas entre seres
43

humanos que no son lícitas según las Escrituras, sino a todo tipo
de práctica que conlleve ese sentimiento pasional de una manera
desordenada. Por ese preciso motivo, todas aquellas
manifestaciones o movimientos que provocan que hombres y
mujeres que se involucran comiencen a experimentar algún tipo
de sentimiento pasional pero al mismo tiempo desordenado no
provienen de Dios sino del diablo. Por lo tanto, con estos
pequeños detalles espero que usted aprenda ahora a analizar las
situaciones que se encuentre a lo largo de su vida espiritual y que
no entre en aquellas que le muestren a través del Evangelio que
no son parte de la obra del Señor. Le pido con la mano en el
corazón y con lágrimas en los ojos que busque a Dios en su
plenitud a través de la verdad y el temor y con todo el amor que
pueda nacer en usted sin recurrir a ese tipo de cosas. Amo su
alma, amo su vida y deseo que cada vez más personas tengamos
la certeza de que el día del arrebatamiento seremos llevados a la
presencia del Cordero de Dios. Temo por su salvación y por ese
motivo le pido que no avergüence jamás al Espíritu Santo, que no
lo hagan parecer algo carnal, efusivo ni pasional, desordenado,
desenfrenado y sin control, pues Él es santo, puro, ordenado y
puede cambiar por completo la vida del ser humano. Nos dejaron
al Espíritu de Dios para poder sobrellevar cualquier cosa que
enfrentemos, para poder madurar espiritualmente y para
ayudarnos a ser edificados continuamente y en lugar de
agradecerle esa bendición y luchar por cuidarlo en nosotros lo
estamos avergonzando y contristando. Busque la verdadera
presencia del Espíritu y su vida nunca volverá a ser la misma
cambiando enteramente el rumbo de su historia.
44

CAPÍTULO IV
LA ACEPTACIÓN DEL PECADO EN NUESTRO MEDIO

Estimados hermanos, amigos y lectores, si existe algo que


es preocupante y extremadamente delicado en nuestras
congregaciones hoy en día es la aceptación y la tolerancia que
hemos demostrado hacia el pecado dentro de nuestros templos.
Podemos ver como personas que practican el pecado son
colocadas para predicar la Santa palabra de Dios desde los
púlpitos, como hombres y mujeres que viven envueltos en
actividades pecaminosas son autorizados a participar de los
grupos de alabanza y adoración por disponer de un gran talento
musical, y del mismo modo con muchos otros cargos dentro de
nuestras comunidades.
Estamos envueltos en un mundo pecaminoso del cual debemos
permanecer al margen y no mezclarnos con él para que no
queden restos de su impureza en nuestras vidas.
Viendo los niveles de aceptación que se han alcanzado dentro de
muchas denominaciones protestantes en relación al pecado voy a
dedicar unas páginas para explicar de una sencilla pero fiel
manera y lo más completo posible el significado y las
consecuencias del pecado en la vida de todo ser humano para así
poder llegar cada uno de ustedes a una conclusión común:
debemos eliminar todo resto de pecado que pueda hallarse en
nuestra vida y en nuestra congregación.
Existen, en primer lugar, tres versículos claros en los que la Biblia
nos explica tres definiciones o características del pecado, entre
muchos otros pasajes de las Escrituras, para que entendamos
verdaderamente lo que éste conlleva.

‘Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el


pecado es infracción de la ley.’ (1ª Juan 3:4)
45

En primer lugar la palabra de Dios nos deja claramente explícito


que el pecado se considera toda infracción cometida en relación a
la ley de Dios. Todo aquello que desobedece e incumple la ley de
Jehová, eso se considera pecado.

‘…y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.’


(Santiago 4:17)

En segundo lugar podemos observar como otra característica que


nos muestra la palabra del Señor en relación al pecado es la
ausencia de acciones buenas y la realización de malas acciones
cuando conocemos las que son apropiadas, es decir, todas
aquellas cosas que realizamos y están en contrariedad con los
estatutos y preceptos de la ley de Dios y que no evitamos, no
desconociéndolas, sino conociendo que no son favorables a la
voluntad de nuestro Padre. Todas aquellas personas que ya han
sido debidamente discipuladas en sus congregaciones, que han
recibido una buena enseñanza sobre la bendita palabra de Dios y
conociendo las cosas que son apropiadas y las que no realizan
aquellas que desagradan a Jehová, están cometiendo pecado
contra Él.

‘Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte.’ (1ª


Juan 5:17)

Por último destacaré que del mismo modo se considera pecado


toda injusticia cometida por cualquier ser humano, es decir, todas
aquellas acciones que no se consideran justas en relación a los
que la Biblia enseña. Si consultamos el diccionario de la Real
Academia Española y procuramos la palabra ‘justo’ es curioso que
aparece la definición siguiente: ‘Que vive según la ley de Dios.’
Viendo esta definición puedo concluir de nuevo comentando que
toda obra injusta es aquella que es contraria a la ley de Dios.
46

Existen muchos otros versículos que nos pueden mostrar la


esencia y el verdadero significado de la palabra pecado pero con
los expuestos anteriormente podemos ver los aspectos más
importantes de éste.
Un aspecto esencial que debemos conocer todos sobre el pecado
es que éste se encuentra en todos los hombres y mujeres que
vivimos en la tierra, siendo la excepción Jesús como la única
persona que nació, vivió y murió libre de toda obra pecaminosa.

‘Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros


mismos, y la verdad no está en nosotros.’ (1ª Juan 1:8)

‘Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y


por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres,
por cuanto todos pecaron.’ (Romanos 5:12)

‘…por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de


Dios,’ (Romanos 3:23)

Las Escrituras nos enseñan una lección fundamental y básica para


todos nosotros y es el hecho que nadie puede decir que no hay
pecado en su vida. Existen muchas personas que consideran que
Mohandas Karamchand Gandhi nunca cometió ningún pecado al
igual que otras muchas que consideran que la Madre Teresa de
Calcuta tampoco pecó a lo largo de su vida, sin embargo, eso
muestra el desconocimiento que tales tienen de la Biblia puesto
que con el primer versículo que he indicado podríamos concluir
en que estás se están engañando a sí mismas y la verdad no se
encuentra en ellas ya que todo ser humano sobre la faz de la
tierra ha cometido pecado en su vida y se considera pecador.
Antes de seguir adelante con las consecuencias que el pecado
tiene para nuestra vida, tanto la presenta como la venidera, me
gustaría detenerme y hacer una crítica a las técnicas de
evangelismo que he observado que están siendo utilizadas hoy en
47

día. Quisiera destacar las dos frases más escuchadas de la boca de


los cristianos hoy de cara a evangelizar a las personas que no
conocen a Cristo ni lo tienen como el Señor de su vida. En primer
lugar, las tres palabras más famosas que se utilizan hoy son ‘Jesús
te ama’, palabras que he visto pronunciarse hacia hombres y
mujeres que por voluntad propia y por gusto practican todo tipo
de iniquidades en su vida e incluso que niegan a Jesús como Dios y
que desde un punto de vista bíblico no son del todo ciertas y
deberíamos cuidarlas cada vez que las pronunciamos. En el
próximo capítulo del libro titulado ‘Herejías de nuestros días’ haré
más hincapié en esta técnica de evangelismo. En segundo lugar,
otra cosa que muchos pronuncian hoy sin ningún tipo de
problema cuando se dirigen a un pecador restando importancia a
sus palabras es ‘Tranquilo. Todos somos pecadores.’. Desearía
darles mi más sincera opinión sobre este comentario que he
escuchado en muchísimas ocasiones. Desde mi punto de vista, y
no me baso en pasajes de las Escrituras y únicamente en un
sentimiento personal, cometemos un error muy grande cuando
evangelizamos a las personas diciendo sin ningún tipo de
problemas que todos somos pecadores y todos hemos quedado
destituidos de la gloria de Dios. El fin del evangelismo es llevar a
todo ser humano a dos acciones básicas y fundamentales en su
vida, la primera, el arrepentimiento sincero, y la segunda, el creer
en el Evangelio. Cuando hablamos de la manera que lo estamos
haciendo sobre el pecado tal y como lo hacen muchos cristianos
hoy le están restando tanta importancia al pecado de las personas
inconversas que éstas llegan únicamente a confesar su fe en Jesús
con el único propósito de recibir su cuidado y su protección, así
como sus bendiciones, pero sin llegar a experimentar un
arrepentimiento verdadero que contriste su alma y su corazón y
los lleve a humillarse completamente delante de la presencia de
Dios. Estoy viendo en muchas congregaciones que las últimas
personas que han profesado su fe en Jesucristo están
manteniendo hábitos en su vida que son contrarios a la voluntad y
48

la ley de Dios debido a que llegaron a nuestras comunidades por


el amor y la misericordia de Dios y con el fin de encontrar el
maravilloso propósito para sus vidas que les ofrecieron cuando los
evangelizaban, pero no han experimentado un arrepentimiento
genuino que los haya conducido a un cambio de vida conforme a
Cristo, al cual deberían ser día tras día más semejantes. Nuestros
templos se están llenando de personas que alaban a Dios con sus
labios, que ejercen cargos en la iglesia, que son líderes de
nuestras congregaciones pero que no llevan una vida
completamente recta y aprobada delante del Señor porque le
estamos dando más importancia a contentar sus corazones con
palabras de ánimo y fuerza y no con palabras que les lleven a
confesar el más íntimo de sus pecados y a rechazar toda iniquidad
en sus vidas.
Antes de finalizar con este aspecto acerca del pecado me gustaría
mostrarles algunas de las consecuencias que aparecen en el
momento que éste está en nuestras vidas y así quizá conseguir
que en lugar de mantener personas alegres y felices en nuestros
templos nos preocupemos más por la santidad colectiva que
evitará que acaben recibiendo una condenación eterna.

‘He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni


se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han
hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados
han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.’ (Isaías 59:1-
2)

Existen personas hoy que por no haberse desecho de su pecado


están entre nosotros realizando todo tipo de actividades para
nuestras iglesias, creyendo que caminan firmemente con Dios y
que nunca los desamparará el Señor pero que lastimosamente
están alejados de Él. Una de las cosas que más miedo me da como
hijo de Dios de cara al pecado es el hecho de poder estar algún día
alejado de mi Dios. Saber que por fallar a su ley y a su Palabra
49

puedo llegar a estar un día sin sentirlo, sin hablar con Él, sin
escucharle hablar conmigo y otras muchas cosas que
compartimos a diario con nuestro Padre entristece mi corazón en
gran manera. Hay algo que en la congregación la cual estoy
pastoreando y desde mi conversión he venido diciendo y es lo
siguiente: ‘Prefiero ser reprendido por Él que no sentirlo a mi
lado.’

‘Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz


el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.’
(Santiago 1:15)

‘Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es


vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.’ (Romanos 6:23)

Debemos tener presente lo expresado en estos versículos que he


compartido ahora con ustedes. Predicamos y evangelizamos a
todas las personas de nuestras ciudades y nuestro países con el
único fin de que un día sean salvos por gracias y así ofrecerles una
vida eterna. No evangelizamos en las calles y las plazas de todos
los lugares para llenar templos ni para conseguir más financiación
para nuestras actividades, sino con el único propósito de
compartir palabras de vida con todos aquellos que viven muertos
en su interior y que están caminando hacia el mismo infierno. Sin
embargo, hermanos y hermanas en Cristo, me entristece decirles
que cada vez que dejamos de lado el pecado y permitimos que los
hombres y las mujeres que congregan con nosotros continúe con
sus prácticas pecaminosas estamos siendo completamente
responsables de su condenación. Fuimos llamados para ofrecer
vida y esperanza a todos los que se encuentran perdidos, pero en
estos días estamos llevando directamente hacia el castigo eterno
a la raza humano. Existe un predicador que admiro que una vez
pronunció estas palabras en uno de sus sermones: ‘Ni Adolf Hitler,
ni Benito Mussolini, ni la Inquisición se han llevado al infierno
50

tantas almas como las que se está llevando la iglesia protestante


hoy en día.’ Cuando mis oídos prestaron atención a este
comentario me estremecí por dentro al reconocer que no había
ninguna mentira en sus palabras. Tener a personas en nuestras
reuniones no es que sean salvas. Ver hombres y mujeres que
alaban a Dios no significa que sean salvos. Ver como personas
aceptan a Cristo como su Señor y Salvador no es que sean salvas.
Tan solo el desechar el pecado de nuestra vida, el llevar una vida
en santidad y despojarnos de todo nuestro pasado apartando
nuestra presente vida para hacer la voluntad de nuestro Dios es lo
que producirá que seamos salvos por la gracia de Dios y vivamos
una eternidad con Él. No permitan que el pecado esté en ustedes
o en su medio y luchen por ir arrancándolo poco a poco de todos
sus templos porque de no ser así no importará que sean la
comunidad más numerosa, ni la que dispone del grupo de
alabanza más reconocido, ni la que es guiada por el predicador
más carismático puesto que sin santidad nadie verá al Señor.

‘Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel


que hace pecado, esclavo es del pecado.’ (Juan 8:34)

Una de las peores consecuencias de caer en actividades


pecaminosas es el hecho de que automáticamente nos
convertimos en esclavos de nuestro pecado. La palabra esclavo se
define, entre otras formas, de la siguiente manera: Persona que
carece de libertad por estar bajo el dominio de otra persona, o
bien, persona que se encuentra sometida rigurosa o fuertemente
a un deber, pasión, afecto, vicio, etc., que le priva de su libertad.
Cuando nos envolvemos en diversas actividades que se
consideran pecado ante los ojos de Dios acabamos teniendo una
parte inconsciente de nuestra vida atada a dichas actividades. Las
personas fumadoras tienen una parte de su cuerpo y de su mente
que les demanda volver a fumar cada cierto tiempo pues sienten
dependencia del tabaco no pudiendo despojarse de éste con
51

facilidad. De la misma manera, las personas que suelen tomar


alcohol con regularidad no pueden dejar de hacerlo sin problemas
sino que al tiempo de intentar abandonar esa práctica sienten
deseos y tentaciones de volver a ingerir alcohol. Otros dos
ejemplos y algo diferentes son el caso del adulterio y la mentira.
El adulterio es un hecho el cual se ha demostrado
estadísticamente que las personas que lo han practicado en
alguna ocasión, la gran mayoría han vuelto a hacerlo en un futuro.
Volverse esclavo de ese tipo de pecado no significa que
diariamente tengas que practicarlo sino simplemente que existe
una parte de ti, privada de libertad, que cuando lo determine va a
procurar un momento oportuno para hacerte de nuevo fallar en
ese sentido. Del mismo modo sucede con la mentira. En el
momento que mentimos, y hasta el preciso instante en que
declaramos la verdad con nuestra boca y confesamos nuestra
mentira, provoca un círculo vicioso en el cual mentira tras mentira
intentamos esconder y tapar todas aquellas que vamos contando
a lo largo de los días: ‘Hoy mentiré para seguir ocultando la
mentira de ayer y mañana volveré a mentir para ocultar la
mentira de hoy.’. Cuando nos damos cuenta, por miedo a que nos
juzguen o a que descubran algo que no nos interesa nos
acabamos volviendo esclavos del pecado. Es por ello que quiero
destacar la necesidad de convencer a todas aquellas personas que
se acercan a nuestras congregaciones de la necesidad del
arrepentimiento completo y sincero así como del hecho
imprescindible de despojarse de todo pecado de sus vidas para no
vivir atados a éstos. Todos aquellos líderes y pastores de
denominaciones que viven diciendo que prefieren atraer a las
personas con estrategias más modernas y más emotivas y que
posteriormente confían que por su propio pie y con la ayuda de
Dios se despojarán de sus pecados deben tener presente que lo
que están ocasionando es que la vida de cada uno de estos
nuevos miembros se vuelvan esclavos del pecado y carezcan de la
libertad que trae la esencia de Dios en nuestras vidas. No
52

utilicemos métodos débiles y sin fundamento para llenar nuestros


templos de hombres y mujeres de carne y hueso y comencemos a
utilizar palabras direccionadas por el Espíritu Santo que lleven a
estas personas a un profundo quebrantamiento y una fiel
conversión al cristianismo.

‘Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es


temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye.’ (Juan 9:31)

El Evangelio de Juan nos da una advertencia en cuanto a la


relación que existe entre el pecado y la oración resumiendo todo
en este versículo que les he indicado: Aquel que peca, Dios no lo
escucha, mas aquel que es temeroso de Dios, Jehová escucha sus
oraciones.
Existen hoy multitudes de personas que se pasan los días
reclamando a sus pastores el tiempo que se encuentran sin
encontrar un trabajo, con problemas financieros, con problemas
familiares, con algún tipo de enfermedad, pasando algún tipo de
necesidad, etc., y que viven reclamando a Dios el tiempo que está
perdurando su situación diciendo éstos que oran cada mañana y
cada noche con el propósito de superar ese problema que están
enfrentando. Quizá esas personas pasan horas y horas orando en
sus habitaciones y en el momento que salen de ellas viven y
practican alguna actividad pecaminosa a la cual no renuncian y no
reconocen para despojarse de ella posteriormente provocando
que sus peticiones al Señor no estén llegando a su Sublime Trono
sino que se estén deteniendo poco después de sus labios. Hay
algo que siempre me he planteado y he tomado como referencia
en todo lo que quiero hacer en mi vida diaria. La Biblia nos enseña
que Dios es justo y que siempre actúa siguiendo una perfecta
justicia y por ello mi pregunta para ustedes en este momento es la
siguiente: ¿Sería justo que Dios respondiera la oración de una
persona que vive una vida devocional y consagrada al Señor
buscando la santidad en todo momento y al mismo tiempo que
53

respondiera la petición de otra que no vive una vida en plena


comunión y concordancia con su Palabra? Por tanto, como usted
ya sabe que la respuesta a esta pregunta es un claro y
contundente ‘no’ debe saber algo, antes de ir a pedirle al Señor
cualquier cosa para su propio beneficio medite en sus prácticas y
actividades y despójese de todo aquello que puede hacer que los
oídos de Jehová se cierren a su voz.
Aquellas personas que recientemente llegan a nuestras
comunidades, que aceptan a Jesús en su vida como Señor y
Salvador y que se entregan al trabajo y a ejercer cargos en
nuestros templos pero que no son conscientes del pecado que
existe en su vida porque nosotros como mentores de ellos nos
preocupamos más en que se sientan a gusto y cómodos durante
las reuniones y cultos que en que sean cada día más semejantes al
autor y consumador de la fe, aprenden a orar según lo que ven en
sus hermanos y lo que se les explica durante su discipulado pero
no son conscientes de que por causa del pecado que todavía
existe en ellas y el cual no están intentando eliminar de su
persona sus oraciones no serán atendidas. No quiero que esto le
lleve a la conclusión siguiente: ‘como la Biblia dice que todos
somos pecadores, y en efecto todos lo somos, por consiguiente
Dios no escucha la oración de nadie.’ Hermanos y hermanas
existen muchos pasajes de las Escrituras que a simple vista y sin
un estudio profundo pueden provocar un malentendido y una
confusión en su entendimiento, por ello, y como el fin de este
libro no es realizar un estudio de ese nivel de estos pasajes,
simplemente les resumiré de una manera muy sencilla la idea
fundamental que debemos tomar: ‘Existe una gran diferencia
entre el tipo de persona que vive en continuo pecado y sin ningún
tipo de remordimiento por lo que hace y aquella persona que peca
pero que día tras día lucha y se esfuerza por mejorar, cambiar y
renunciar a todo lo que le pueda alejar de la esencia de Cristo en
su vida. La fe y el arrepentimiento siempre serán la base del
Evangelio de Jesucristo.’.
54

Para terminar y como referencia final que quiero que todos


llevemos bien grabada en nuestros corazones les dejo este
versículo que provoca que cada día viva con un extremo cuidado
de todas las cosas que hago:

‘Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de


delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se
encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de
pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue
abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los
muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según
sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la
muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y
fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el
Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte
segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue
lanzado al lago de fuego.’ (Apocalipsis 20:11-15)

La salvación es por fe y no por obras para que nadie se gloríe en


ellas, y al mismo tiempo la fe sin obras es muerta, pero para
culminar con todo, no seremos juzgados por otra cosa sino por
nuestras propias obras tal y como aparece en este pasaje de
Apocalipsis. La peor y más horrible consecuencia de nuestro
pecado es el destino final de éste, no tan solo una muerte
espiritual y una separación automática de Dios, sino una
condenación segura en el día de nuestro juicio. Es por ello que no
podemos permitir que las personas que se están entregando día
tras día a Jesús, al igual que nosotros mismos, lleven una vida
envuelta con Jehová pero al mismo tiempo envuelta en pecado
puesto que no importarán sus horas de oración o sus horas de
estudio bíblico o la cantidad de veces que asistió a los cultos o
reuniones así como el cargo que desempeñó en la congregación,
lo único que importará en el día del juicio es el hecho de si la
55

persona vivía en pecado o tenía una vida consagrada y devocional


hacia el Señor.
Hoy en día se están levantando hombres y mujeres inteligentes y
astutos que está creando leyes propias y las están colocando por
encima de la ley de Dios para poder así justificar sus pecados y
dejar todos ellos sin efecto con palabras como estas: ‘Dios es
amor.’ ‘Dios ama a todos.’ ‘Dios puede perdonarme en el último
momento.’ ‘Dios solo se preocupa con mi alma y mi corazón.’
Necesitamos volver a darle al pecado la importancia que se
merece en nuestra vida y en nuestros sermones. Todo lo que está
alimentando las fuerzas del infiernos, la gasolina que está
avivando sus llamas, lo que le está dando derecho y autoridad a
Satanás para obrar en nuestra vida es nuestro propio pecado.
Existen personas en todos los lugares que congregan durante
quince o veinte años y sus vidas no son cambiadas ni
transformadas y el pecado nunca se aparta de su lado. Todo eso
me recuerda a un pasaje de la Biblia que les acabaré
mencionando para concluir con este capítulo: Cuando Pedro se
encontró por primera vez cara a cara con Jesús de Nazaret la
esencia divina, la presencia pura, inmaculada y santa del Cristo
hizo que lo primero que Pedro dijera con su boca fuera ‘Aléjate de
mí porque soy un pecador.’ Quien anda de la mano de Jesús,
quien camina personalmente al lado de Dios necesariamente ve
su pecado y es convencido de éste a través del Espíritu Santo y
lucha por lavarse con la sangre del Cordero y limpiarse para
sentirse un poco más digno de su presencia. Así podemos
entender que todas aquellas personas que están viviendo en las
congregaciones haciendo todo tipo de actividades y no faltando a
ninguna reunión durante años pero que su vida no se
completamente renovada y transformada están caminando de la
mano de sus líderes y no de la mano del Señor. Analicemos
nuestra vida, comparémosla con la palabra viva de nuestro Padre
y quitemos de nosotros todo lo que deba ser eliminado y
trabajemos por conseguir todo lo que precisa ser añadido.
56

CAPÍTULO V
LOBOS VESTIDOS DE CORDEROS

Otro de los principales aspectos que se ha perdido con los


años y que hoy está a la luz del día en noticias y escándalos de
todo el mundo es la integridad y honestidad de los líderes de
ministerios y congregaciones dando paso al nacimiento de nuevos
hombres y mujeres que están deshonrando el significado de la
palabra ‘ministro del Evangelio’. A lo largo de todo el Nuevo
Testamento podemos encontrar una gran cantidad de
advertencias y avisos sobre los falsos profetas y falsos maestros
que iban a participar en los momentos de decadencia y
destrucción de la Iglesia de Cristo Jesús. Las advertencias no nos
llegaron únicamente de los labios de Jesús, sino que también
algunos apóstoles como Pablo, Pedro, Judas y Santiago, así como
Juan, también nos avisaron con el único propósito y la única
atención de que permaneciésemos alertas, con los ojos ven
abiertos y atentos, velando en todo tiempo por el rebaño de
nuestro Señor y para poder así defenderlo y luchar contra
aquellos lobos rapaces que encubiertamente vienen para
destruirlo. Los falsos maestros y falsos profetas han existido desde
siempre, y no tan solo es algo que esté apareciendo en nuestros
días. Es cierto que hoy más que nunca se están cumpliendo las
advertencias de Jesús a sus discípulos sobre estos hombres y
mujeres, pero desde los tiempos más antiguos de la historia éstos
han ido surgiendo y apareciendo para destruir el Reino de Dios en
la tierra.

‘Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos.’


(Mateo 24:11)

‘Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá


entre vosotros falsos maestros, que introducirán
57

encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor


que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción
repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los
cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia
harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los
tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su
perdición no se duerme.’ (2ª Pedro 2:1-3)

Antes de seguir adelante con el estudio y la crítica de estos


hombres y mujeres que encubiertamente utilizan el nombre de
Dios en contra de su propio Reino, deseo pedir disculpas
primeramente a Dios (cosa que ya hice en su momento) y al resto
de su pueblo (cosa que aprovecho para hacer ahora). Tiempo
atrás, fruto de la presión del medio cristiano que me envolvía,
fruto quizá de las cosas que mis ojos veían y no asimilaban no
tener, fruto quizá de los propios deseos de mi corazón de
bendecir de una mayor manera la vida de otras personas, es
cierto que usé el nombre del Señor para profetizar alguna
bendición sobre la vida de alguna que otra persona. No fue algo
que hiciese por costumbre, puesto que se dio en casos muy
puntuales, pero es algo que merece mis más sinceras disculpas
ante Dios y los hombres. Confundidos por los sentimientos de
amor que hacen pensar en ocasiones que es la voz de Dios
hablando a nuestra vida e incluso a veces presionados por el
ambiente de nuestro alrededor donde profetizar es algo tan típico
y común y una muestra de poder y grandeza, somos muchas las
personas que hemos caído en el pecado de profetizar mentiras
que Dios no había declarado y que posteriormente no se han
cumplido (aprovecho para aclarar que hablo tan solo de aquellos
que lo hicieron como un fallo causado por presiones o emociones
y no aquellos que lo hacen para atraer más y más personas a su
alrededor y para que su fama crezca por momentos). Hoy,
después de haber aprendido y madurado, soy consciente de que
mi ministerio y mi llamado es el de pastorear y guiar el rebaño
58

que a diario Dios coloca en mi camino, además, si en algún preciso


momento Dios derrama alguna palabra sobre mi vida para
transmitirla hacia otro hijo suyo sin dudarlo la entregaré, pero no
como algo necesario para mi ministerio, puesto que cada uno fue
escogido con un propósito, y del mismo modo Jehová también
escoge a profetas para usarlos como canal de comunicación
directa entre Él y el ser humano. Todos experimentamos varias
etapas en nuestra vida de crecimiento, aprendizaje y madurez, y
los errores o fallos son parte de éstas, no para tenerlos como
fundamento, pero sí para usarlos como base de nuestro
crecimiento y mejora personal como siervos y siervas de Dios.
Ahora sí que vuelvo a centrarme en aquellos falsos maestros y
profetas que se están levantando en nuestros días y en nuestras
iglesias con el único objetivo de avergonzar y destruir la pureza y
santidad del Cuerpo de Cristo. El verdadero y más preocupante
problema de la aparición de estos hombres y mujeres no es su
propio alzamiento sino la aceptación que les estamos ofreciendo y
el hecho de que muchos escogidos de Dios están siendo
completamente cegados y engañados por ellos. Tan solo existe
una manera de poder detectar a un falso profeta o maestro y
diferenciarlo de un verdadero siervo del Altísimo y es estar
plenamente establecido sobre las Escrituras Sagradas las cuales
nos hablan de las características de cada uno de ellos, y del mismo
modo debemos tener un discernimiento espiritual y
entendimiento ofrecido por el Espíritu Santo. Del mismo modo
que éstos engañan al pueblo de Dios, ellos mismos son también
engañados por otros e incluso por el mismo Diablo, creando un
círculo de mentira y engaño en el que todos se ven envueltos.

‘mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor,


engañando y siendo engañados.’ (2ª Timoteo 3:13)

Debemos tener en cuenta que todo farsante no va mostrar su


verdadera identidad ni va a anunciar sus verdaderos propósitos
59

dentro de la congregación. Cada uno de estos farsantes


acostumbran a inspirar un alto grado de confianza, aparentan un
carácter piadoso y, en muchas ocasiones, como no son los
creadores originales de la mentira sino que han sido engañados
por otros farsantes, tienen pleno convencimiento de aquello que
muestran a nuestras comunidades y de aquello que predican en
nuestros púlpitos.

‘porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la


vida, y pocos son los que la hallan. Guardaos de los falsos
profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por
dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso
se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo
buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.’
(Mateo 7:14-17)

Tal y como vemos de los labios de nuestro Maestro podremos


conocer la verdadera identidad de estos farsantes a través de los
frutos que se reflejen en su propia vida, mediante sus actitudes,
sus palabras, sus acciones y todas aquellas cosas que lo largo de
su caminar vayan engendrando y dejando a su paso. Toda falsa
doctrina es una enfermedad parecida al propio cáncer el cual va
matando poco a poco todo lo que está a su alrededor hasta que
acaba con la fe de las personas y destruya sus identidades como
cristianos. Por ese preciso motivo es reconocer a cada uno de
estos hombres y mujeres y exponerlos a la luz para que sean
avergonzados, rechazados y al mismo tiempo para que caiga la
venda de los ojos de muchos que han sido engañados por ellos.
No podemos simplemente limitarnos a verlos actuar y criticarlos
desde nuestras congregaciones como mecanismo de defensa ante
ellos sino que debemos llevar esta enfermedad a la luz pública
para que a través de la Palabra de Dios y el poder de su Espíritu
Santo sean echados fuera y muchos escogidos vuelvan a ser
rescatados del camino de perdición por el cual de manera
60

engañosa fueron re-dirigidos. En cuanto a estos farsantes,


debemos tener en cuenta que existe una diferencia muy grande
entre aquellos que están errando en la interpretación de las
Escrituras y viven equivocados respecto a éstas y aquellos que
verdaderamente conocen la verdad pero la retuercen o niegan
con tal de beneficiarse a sí mismos y perjudicar al crecimiento de
nuestras congregaciones en santidad y justicia. Existen grandes
maestros e intérpretes de la Santa Biblia, hombres y mujeres que
han estudiado palabra por palabra durante muchos años y tienen
un conocimiento profundo de ella, sin embargo, esto no quiere
decir que estén absentas de la posibilidad de errar en cuanto a
alguna interpretación bíblica. En el libro de los Hechos de los
Apóstoles podemos ver con claridad el caso de un hombre el cual
era de corazón limpio pero que erró en la interpretación de las
Escrituras siendo corregido posteriormente y re-dirigiendo sus
enseñanzas. Lo importante no es el hecho de fallar en su
interpretación, sino de reconocer nuestro error y encaminar
nuestro pensamiento a la visión más adecuada y ajustada a lo que
en la Palabra de Dios está escrito.

‘Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de


Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. Este
había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu
fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al
Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. Y
comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le
oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más
exactamente el camino de Dios. Y queriendo él pasar a Acaya,
los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le
recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por
la gracia habían creído;’ (Hechos 18:24-27)

En cuanto a las personas que están equivocadas, en muchas


ocasiones, tal como muestra el pasaje mencionado, tienen un
61

corazón noble, humilde y fácilmente corrigen su error y se presta


voluntario a ser instruido en la verdad. Sin embargo, el falso
maestro o profeta no suele admitir correcciones ni suele tolerar
opiniones contrarias a su visión o a la doctrina que está
impartiendo. Acostumbran a ser personas arrogantes las cuales se
centran más en defender su pensamiento, sus normas, sus leyes,
sus tradiciones y sus doctrinas que no las verdades que se
encuentran en la Biblia. Este rechazo de corrección ha provocado
que a lo largo de los años nuevas religiones y denominaciones
hayan sido añadidas y se sigan añadiendo a las ramas cristianas,
así como sectas existentes hoy en día, fruto de hombres y mujeres
que se apartaron de la verdad establecida defendiendo su propio
pensamiento y sus ideales personales sin importar el resto de
personas. Es necesario tener el pleno deseo y disposición de
profundizar día tras día en el estudio de la Palabra de Dios y estar
preparados para corregir nuestro errores o pensamientos
equivocados pues muchos farsantes de hoy empezaron siendo
simples cristianos que tenían un pensamiento distinto al resto y
su orgullo y cabezonería les llevó a separarse y aislarse con tal de
defender la mentira en la que se encontraban sumergidos.
Por una parte la lucha contra estos farsantes, aunque existente,
podría llegar a considerarse ineficaz puesto que tanto el apóstol
Pedro como el apóstol Pablo ya advertían a sus iglesias sobre la
aparición de estos hombres los cuales hacen parte de la apostaría
que vivimos hoy y son una clara señal del avance de los tiempos y
la proximidad del regreso del Mesías.

‘Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de


vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de
vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas
perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. ‘ (Hechos 20:29-
30)
62

Con tal de poder luchar contra este movimiento que está siendo
liderado por estos herejes debemos poder identificar algunas de
las características o atributos que distinguen a estas personas y
que los hacen completamente distintos del verdadero siervo de
Dios y del verdadero líder cristiano que mencioné en los primeros
capítulos del libro. Por ese motivo, y para concluir con este
aspecto, mencionaré algunas características que puedan
ayudarles a reconocerlos y así saber, si usted es un siervo
miembro de alguna congregación, si el hombre que lo lidera o
pastorea es un escogido de Jehová o un falso profeta o maestro.

Primera característica: Hombres que retuercen las Escrituras

Una de las maneras más directas de diferenciar a estos hombres y


mujeres es el hecho de comparar sus vidas diarias, sus actitudes y
sus palabras con la Palabra del Dios vivo. Todos aquellos falsos
maestros y profetas suelen ofrecer doctrinas extremadamente
liberales, acogiéndose al tiempo de gracia en el que vivimos y
dando un sentido equivocado a la palabra libertad, volviéndola
más bien un término como el libertinaje. Estos farsantes utilizan
versículos concretos, los cuales aíslan de su entero contexto y
significado, y así adaptan nuevas doctrinas y estilos de vida
cómodos y completamente hechos a su voluntad y deseo. No
suelen escudriñar ni explicar pasajes completos de la Biblia puesto
saben y conocen que esto desmontaría la gran mayoría de sus
tradiciones y costumbres. Las doctrinas que estos hombres y
mujeres establecen en sus congregaciones no están basadas
completamente en las Sagradas Escrituras sino en sus propios
pensamientos e ideales guiados por una vida pecaminosa y
contaminada. Suelen hacer uso de la Biblia para su propio
beneficio para así mantener atados y engañados a otros muchos
que la desconocen (este es el principal motivo por el cual les pido
que si desean seguir la fe cristiana se sumerjan en el estudio
diario y profundo, así como detallado y fiel de la Palabra de Dios
63

para no ser confundidos ni engañados por estas personas


perversas y de impuro corazón). Estos farsantes no suelen
justificar ni razonar las preguntas que otros pueden hacerles o los
debates a los que pueden ser llamados sino que suelen defender
sus doctrinas y tradiciones con su propio pensamiento, su propia
razón y sin ningún tipo de base ni fundamento bíblico. Nota
personal: Todo lo que no puedan justificarle con la Palabra de Dios
y cualquier doctrina que no lleve su vida a un cambio dirigido a ser
semejante a Cristo y vivir en santidad no proviene de Dios sino del
hombre. La comodidad o una vida similar a la que usted llevaba en
el pasado que no marca una clara diferencia con la vida que llevan
aquellos que no comparten su misma fe no tiene ninguna base ni
apoyo en lo que la Biblia nos enseña: ‘Aquel que está en Cristo es
una nueva criatura; las cosas viejas pasaron, he aquí TODAS son
hechas nuevas.’ ‘Sed SANTOS como yo soy santo; porque sin
SANTIDAD nadie verá al Señor.’

‘Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas,


procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e
irreprensibles, en paz. Y tened entendido que la paciencia de
nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado
hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha
escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas
cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las
cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las
otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh
amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que
arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra
firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta
el día de la eternidad. Amén.’ (2ª Pedro 3:14-18)

Cada vez que ustedes tomen la Biblia para estudiarla deben tener
presente que no existe ningún versículo que funcione ni tenga un
64

significado verdadero por cuenta propia. Si se interpretara así


verían como algunos versículos tomados de manera
independiente anularían otros tomados de la misma manera. Un
buen maestro le mostrará cada versículo dentro de un contexto
histórico y temporal, basado sobre un tema particular y lo llevará
a tomar sobre este asunto una doctrina sana y verdadera. La
extracción individual de versículos ha dado pie a la aparición de
nuevas religiones o denominaciones las cuales, no aceptando la
verdad establecida en el Evangelio de Cristo, han preferido para
su propio deleite y beneficio tomar versículos al azar y liderar
nuevos movimientos y comunidades.

‘Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos


algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus
engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de
mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia’ (1ª Timoteo
4:1-2)

Todo aquello que quieran enseñarle o utilicen para decirle como


debe ser guiada o dirigida su vida debe contrastarlo con las
Sagradas Escrituras para verificar su corrección y verdad. No
piense nunca que así está poniendo en duda la integridad de su
Pastor o Líder espiritual sino que simplemente como ser humano
usted reconoce que éste puede equivocarse en cualquier
momento y así usted mismo, en caso de encontrar alguna cosa
errada, podría ayudarle a corregirse y re-dirigir sus enseñanzas.
Nota personal: En nuestra congregación siempre advertimos al
pueblo sobre este aspecto, y como pastor, yo personalmente les
induzco a contrastar todo aquello que enseño con lo que la Biblia
propiamente dice. Debemos reconocer que ser pastores no es
tener un conocimiento mejor ni una mayor sabiduría y que
podemos fallar en alguna interpretación en cualquier momento, y,
del mismo modo que nuestros propios rebaños, en ocasiones
también debemos ser re-educados. Nunca lo sabremos todos,
65

siempre podemos fallar, pero igualmente podemos siempre


corregirnos. Aceptar nuestros propios fallos es más sabio y
prudente que negarlos.

Segunda característica: Una falsa piedad y sabiduría

Existen muchas personas que han sido engañadas por estos


farsantes puesto que cuando los observan en primera instancia
parecen contemplar hombres y mujeres que tienen una relación
extremadamente profunda con Dios, a los que Dios usa de una
manera diferenciada sobre el resto de la humanidad y que se
encuentran a un nivel espiritual por encima de la media que
podemos ver en nuestras comunidades. Suelen aparentar un
carácter extremadamente piadoso y solidario que esconde la
verdadera intención egoísta y peligrosa que tienen en sus mentes
y así consiguen cautivar a muchos que no los conocen
verdaderamente.

‘que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de


ella; a éstos evita.’ (2ª Timoteo 3:5)

‘También debes saber esto: que en los postreros días vendrán


tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí
mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos,’ (2ª Timoteo 3:1-2)

Estos farsantes acostumbran a contar experiencias que han tenido


directamente con Dios las cuales en la gran mayoría de ocasiones
no son ciertas así como la presentación de nuevas enseñanzas y
doctrinas que nacen de revelaciones que Dios determinó para
éstos y para este tiempo. Suelen hacer uso de su gran intelecto,
de sus cualidades en cuanto a su oratoria y otros aspectos de este
tipo para aparentar un conocimiento bíblico mayor al usual, pero
en cuanto al verdadera sabiduría que nos presentan al razonar sus
66

argumentos es básicamente una sabiduría terrenal e impía y no


una sabiduría otorgada por Dios para la edificación del Cuerpo de
Cristo.

‘porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino


terrenal, animal, diabólica.’ (Santiago 3:15)

Como el resto de las cualidades explotadas por estos falsos


profetas y maestros únicamente existe un fin en todas ellas que es
el enriquecimiento personal y la vanagloria de cada uno de ellos.
Su ego se ve satisfecho a través de ver masas de personas
siguiéndolos y caminando hacia donde ellos los dirijan sin dudarlo
y defendiendo la persona de éstos con sus propias vidas. Nota
personal: No deseo que interpreten este fragmento del libro y
piensen que todos aquellos hombres que parezcan más sabios de
lo usual, o más conocedores de las Escrituras Sagradas o que
narren experiencias personales con Dios sobrenaturales ya son
automáticamente falsos profetas o falsos maestros puesto que
existen hombres de Dios con un maravilloso don de sabiduría
derramado por el propio Jehová y del mismo modo hombres y
mujeres que tienen testimonios impactantes acerca de sus
experiencias personales con el Altísimo. Tan solo deben llevar, tal
y como les he comentado anteriormente, todo aquello que
escuchen a la Biblia y compararlo con la verdad que el Señor nos
entregó.

Tercera característica: uso abusivo de falsas profecías y falsas


revelaciones

Estos hombres y mujeres que se llaman apóstoles y profetas


levantados y escogidos por Dios acostumbran a profetizar en el
nombre de Dios continuamente cosas que posteriormente causan
frustración y decepción en sus seguidores puesto que en muchas
67

ocasiones no llegan a cumplirse. Las expresiones quizá que más


salen de sus bocas suelen ser:
‘’Dios me dijo; Dios me reveló; Dios me mostró; Dios colocó en mi
corazón, etc.’’
Estos farsantes, incluso conociendo que las palabras declaradas
no se cumplirán, continúan haciendo uso de éstas y cautivando
cada vez más y más personas dentro de sus congregaciones y
comunidades. Cómo ya expliqué al inicio del capítulo, yo mismo
experimenté errores de este tipo por sentimientos confundidos o
presiones recibidas o el propio deseo de bendecir a algún
hermano o hermana al que amara, y de estos errores me
arrepentí profundamente habiendo dejado de guiarme por mis
emociones y sentimientos hasta el día de hoy y dejando fluir
únicamente al Espíritu Santo a través de mi vida. Sin embargo,
estos hombres, conociendo su error, no experimentan el
arrepentimiento puesto que a través de esta práctica consiguen lo
que desean que es un rebaño de ovejas perdidas y descarriadas
detrás de cada uno de ellos. Nota personal: No deben desconfiar
de las profecías que reciban, sino que deben compararlas con las
Escrituras Sagradas y al mismo tiempo verlas cumplidas, puesto
que todo lo que Dios declara acontece y en caso contrario se trata
de mentiras pronunciadas por el hombre. Del mismo modo quiero
recordarle algo de nuevo en relación al uso abusivo de estos
hombres de falsas profecías y revelaciones. Existen muchas
personas que se llaman cristianas que viven llamando,
procurando, siguiendo y elogiando a estos hombres y ellos mismos
alimentan la vanagloria y el ego de éstos, apartados de la Palabra
de Dios y buscando tan solo palabras que alimentan las
necesidades emocionales que hay en ellos puesto que toda
palabra declarada por estos farsantes siempre es positiva y de
bendición para la vida de sus oyentes y nunca una exhortación
profunda de parte de Jehová.
68

‘El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi


nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare
en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.’
(Deuteronomio 18:20)

Como consejo personal que ofrezco, y se lo dejo escrito por el


amor que tengo a sus almas y no a su práctica la cual aborrezco y
desprecio, a todos aquellos hombres y mujeres que por cualquier
otras razón que no sea la edificación de la Iglesia de Jesús estén
hablando en el nombre de Jehová mintiendo les llamo a frenar sus
lenguas, arrepentirse de sus pecados y errores y dirigir sus vidas a
los caminos de justicia y de verdad ya que si Dios lo hizo en el
tiempo de la ley, aunque dicha ley ya no esté vigente, Dios podrá
condenarlos hacia el fuego eterno.

Cuarta característica: Desprecio y error en el seguimiento del


Evangelio de Cristo

En muchas ocasiones estos hombres y mujeres hacen uso


indebido en sus enseñanzas y predicaciones del Evangelio de
Cristo introduciendo doctrinas y costumbres engañosas entre el
pueblo de Dios. De esta peculiar manera los Testigos de Jehová
crecieron año tras año entre nosotros puesto que desde su
aparición y debido a la traducción inadecuada de las Escrituras
Sagradas, cambiando palabras concretas, omitiendo detalles
esenciales y introduciendo palabras distintas consiguieron iniciar
un nuevo movimiento lleno da costumbres y tradiciones distintas
a las ministradas por los apóstoles o líderes del cristianismo inicial
y primitivo, como la negación de la divinidad de Cristo, la
inexistencia del Infierno y otras muchas abominaciones alejadas
de toda verdad bíblica. Así mismo, en el medio protestante, estos
hombres están introduciendo prácticas distintas y engañosas
entre las comunidades mediante la omisión de pasajes de las
Escrituras o a través de añadir palabras a las establecidas por el
69

Señor en la Biblia y así consiguen engañar a muchas personas que


van tras ellos carentes de sabiduría y conocimiento. No debemos
aceptar para nuestra vida cualquier práctica cristiana que nos
ofrezcan que sea contraria a todo aquello que muestra la Biblia
incluso cuando muchos piensen que las palabras de las Escrituras
fueran para tiempos pasados y que deban cambiar y adaptarse
algunas cosas a las costumbres modernas de hoy. En otro capítulo
hablaré y les comentaré un poco el gran problema que estamos
experimentando de la adaptación al mundo de hoy de nuestras
comunidades cristianas. Les dejo por lo tanto un pasaje que el
apóstol Pablo les entregó a los corintios sobre la aceptación de un
Evangelio distinto al de Cristo.

‘Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva,


vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la
sincera fidelidad a Cristo. Porque si viene alguno predicando a
otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro
espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que
habéis aceptado, bien lo toleráis;’ (2ª Corintios 11:3-4)

Estos farsantes no muestran un interés puro y genuino en ganar


almas para el reino de los cielos sino que centran su mayor interés
y deseo en conseguir que sus comunidades y congregaciones sean
más numerosas que el resto, no tan solo abordando a las
personas de las calles, sino que luchan por apartar miembros de
comunidades cristianas de éstas y atraerlos a las suyas, robando
personas de los verdaderos escogidos de Jehová. Siendo dirigidos
por el mismo diablo introducen cualquier tipo de práctica y
tradición pecaminosa en sus congregaciones para atraer a todos
aquellos que son débiles en la fe y en el conocimiento de la
palabra de Dios.

‘Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,


bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
70

Santo;
28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo. Amén.’ (Mateo 28:19-20)

El Señor Jesucristo nos dejó, sobre todas las cosas, una obligación
determinante para nuestro tiempo como siervos en esta tierra:
ganar almas para el reino de Dios. La Gran Comisión no es algo
voluntario que uno pueda determinar hacer o no, no es algo que
tan solo algunos tengan un don especial o diferenciado para
poder llevar a cabo, sino que es un mandato y una obligación que
Jesús nos impuso a todos aquellos que decidimos servirle y
seguirle. El desarrollo del ministerio de todos aquellos hombres
que sirvieron a Dios a lo largo de la historia tenía como única
finalidad el robar almas al diablo y al mundo y el conducirlas a los
caminos de justicia y verdad que les llevasen hacia la salvación y
vida eterna. Todas aquellas congregaciones que se centran en
trabajar a nivel interno en sus locales y todos aquellos líderes que
viven llenando comunidades con más y más personas cada día y
que centran sus vidas y ministerios en las fiestas y eventos para su
propia fama y reconocimiento son hombres alejados de la
voluntad de Dios que están cometiendo el error de dejar atrás el
segundo y más importante mandamiento: el amor al prójimo.
Todos aquellos farsantes que viven buscando su propio beneficio
y que se han olvidados de los mendigo, alcohólicos, drogadictos,
prostitutas, depresivos, etc. que caminan por nuestras calles no
tienen amor en su interior, no han conocido el amor de Dios y por
lo tanto no conocen a Dios.
Así mismo, retuercen las Escrituras para beneficiarse
económicamente de éstas, obteniendo ganancias abusivas de
parte de aquellos que los siguen tan solo por recibir mensajes de
sus bocas o alabanzas de sus labios. Utilizan el fragmento de la
Palabra del Señor que menciona que ‘el obrero es digno de su
71

salario’, totalmente opuesto a lo que ellos enseñan y practican,


para enriquecerse a costa de los incautos.

‘Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad


fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. No os
proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de
alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de
bordón; porque el obrero es digno de su alimento.’ (Mateo 10:8-
10)

Estoy completamente a favor de que aquellos siervos de Dios que


son llamados a liderar o pastorear congregaciones y deban
dedicarle la totalidad de su tiempo a éstas puedan recibir un
salario digno de sus comunidades para poder sustentar sus
propios hogares y familias, pero quizá, para aquellos que predican
alrededor del mundo, aquellos que viajan a través de continentes
y países y aquellos cantantes que se llaman adoradores que viven
actuando en shows y espectáculos, deberíamos centrarnos más
en el versículo 9 y no en el 10, cuando el Señor nos dejó dicho que
lo que recibimos de gracia, lo debíamos dar de gracia. Nota
personal: En este aspecto sé que soy una persona muy crítica, pero
aborrezco la práctica de aquellos hombres que son conocidos a
nivel mundial por predicar en los mayores eventos y congresos al
igual que aquellos hombres y mujeres que viven dando conciertos
y espectáculos cantando música la cual ellos llaman alabanzas y
adoración, puesto que no acepto el entrar en contacto con estas
personas, encontrarme antes de llegar a ellos a sus propios
representantes igual que los artistas de este mundo, y que antes
de confirmar su asistencia ellos faciliten una lista de precios y
requisitos para que puedan desempeñar su ministerio. Mi
pregunta es: ¿Si todos nosotros dejásemos de llamar a esos
hombres y contratarlos para participar en nuestras campañas y
encuentros facilitándoles esas sumas absurdas de dinero, cuántos
continuarían desempeñando ese mismo ministerio tan solo por el
72

amor que tienen a Dios y a su Palabra, así como por el amor que
tienen al ser humano y el deseo de edificar la Iglesia de Cristo?
Estoy convencido que la gran mayoría no viajarían ni predicarían
del mismo modo si estos acuerdos económicos no estuvieran entre
medio. No deberíamos pagar por recibir la palabra de Dios puesto
que se nos entregó de gracia y así la llevaremos a las naciones.

‘y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras


fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se
tarda, y su perdición no se duerme.’ (2ª Pedro 2:3)

El pueblo que Jesús redimió de sus pecados con su propia sangre


preciosa y al cual ofreció la libertad se ha vuelto por ignorancia y
desobediencia mercadería en manos de los hombres que los usan
y dirigen a su antojo y plena voluntad. Pidan discernimiento al
Señor para que su único referente en la vida sea Cristo y para que
su único guía sea el Espíritu Santo de Dios.

Quinta característica: Un deseo de control total

Cada uno de estos falsos profetas o falsos maestros no buscan


que el foco de atención en todo momento sea Cristo sino ellos
mismos. Mediante sus predicaciones y conferencias buscan ser
alabados y adorados colocándose a sí mismos como el centro de
importancia de cualquier evento en el que éstos puedan estar
presentes. Suelen abusar de las experiencias propias que pueden
exaltarlos o colocarlos por encima del resto de sus seguidores
utilizando expresiones como por ejemplo: ‘Yo reprendí’ ‘Yo sané’
‘Yo profeticé’, y muchas otras expresiones de este tipo. A través
de este tipo de menciones siempre procuran la oportunidad de
poder ensalzar su nombre y su propia persona. Ellos se han vuelto
sus propios dioses en busca de la codicia y llenos de vanidad y
arrogancia.
73

‘Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar,


seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a
la codicia, y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto,
y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor,
el cual amó el premio de la maldad, y fue reprendido por su
iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de
hombre, refrenó la locura del profeta. Estos son fuentes sin
agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más
densa oscuridad está reservada para siempre. Pues hablando
palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la
carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de
los que viven en error. Les prometen libertad, y son ellos mismos
esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es
hecho esclavo del que lo venció.’ (2ª Pedro 2:14-19)

Estos hombres y mujeres han perdido por completo el temor a


pronunciar mentiras y falsedades con sus labios, sino al contrario,
la mentira y el engaño se ha vuelto parte necesaria de su vida
diaria. No temen ser castigados por Jehová en ningún momento
por sus pecados y el único objetivo que desean alcanzar es crecer
en sí mismos día tras día y al mismo tiempo ver como la cantidad
de seguidores que van tras ellos también crece por momentos. Su
corazón no ha sido transformado por Espíritu Santo para que
reine la bondad, la humildad, la mansedumbre, el amor, etc. sino
que en el interior de éstos reina la maldad, la sensualidad, la
blasfemia, la lascivia, etc. Estos son atributos que utilizan para
demostrar su poder y autoridad frente al resto de personas
procurando en todo tiempo tener bajo su control a todas aquellas
personas que van tras ellos. Suelen intimidar con duras palabras y
un carácter necio a aquellos que los siguen tal y como vemos en el
libro de Timoteo.

‘Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos


algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus
74

engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de


mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán
casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para
que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los
que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es
bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de
gracias.’ (1ª Timoteo 4:1-4)

Nosotros conocemos que el Evangelio de Cristo no es un


evangelio de opresión ni control absoluto en mano de unos pocos,
ni mucho menos un evangelio de esclavitud en el que podamos
vivir sometidos a las órdenes de otras personas, al contrario, el
verdadero Evangelio es un mensaje de paz, de gozo y libertad (la
cual nunca debe confundirse con el libertinaje).
Estos hombres y mujeres son personas carismáticas, con un don
de gentes muy desarrollado, atractivos a las demás personas y
tremendamente astutos para poder manipular a su antojo a todos
aquellos que los admiran y sirven. Ellos utilizan las críticas para
negar la verdad en los otros líderes ministeriales y hacen creer a
los demás que ellos son poseedores de la verdad auténtica,
considerándose a sí mismos como los verdaderos maestros,
pastores y profetas de estos tiempos. Suelen prohibir la asistencia
a eventos de otras congregaciones, suelen crear divisiones entre
las distintas denominaciones y colocar a sus seguidores en contra
de otros ministerios con tal de atarlos a ellos mismos y al mismo
tiempo creando un clima de contienda y división entre el pueblo
de Dios. Lamentablemente, y terminando con esta característica
propia de estos farsantes, debo decir que muchos, no
arriesgándome a incluir a todos, los seguidores y fieles de cada
uno de estos hombres y mujeres recibirán la misma paga de parte
de Dios al final de sus vidas. La misma recompensa que los falsos
profetas y maestros reciban será al mismo tiempo la que traiga la
caída y derrota de sus oyentes habituales los cuales viven sujetos
a sus doctrinas y enseñanzas.
75

‘Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de


corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo
del que lo venció.’ (2ª Pedro 2:19)

Sexta característica: Las obras y las experiencias toman la cabeza


en sus prioridades

Como última característica que mencionaré de estos falsos


profetas y maestros debo destacar el hecho de que éstos se
centran en su totalidad en la búsqueda de experiencias propias y
la experimentación de milagros y sensaciones sobrenaturales y
dejan de lado la búsqueda continua de la verdad de la Palabra de
Dios. Suelen ser hombres y mujeres que aparentemente basan su
vida y sus actividades en las Sagradas Escrituras pero que su
principal objetivo es el buscar emociones y sentimientos que
impacten a sus seguidores para apartar su deseo del estudio de la
Palabra de Dios la cual abriría sus ojos de manera que
desenmascararía quiénes son sus líderes realmente y la falta de
base bíblica que tienen todas sus prácticas. Es totalmente cierto
que el Evangelio produce grandes bendiciones y grandes
experiencias y da lugar en muchas ocasiones a grandes milagros
de parte de Dios pero ninguno de estos acontecimientos se salen
jamás del contexto de la Santa Palabra de Jehová. Estos farsantes
suelen predicar un evangelio fácil, leve, llevadero, de gran
prosperidad, haciendo énfasis en los movimientos que sacuden la
carne y prometen lo material, cautivando así con mucha facilidad
multitudes de personas.
Según lo que la Biblia nos cuenta realmente, las experiencias que
un creyente vivirá a lo largo de su vida son en muchas ocasiones
más dolorosas que agradables, siendo el Evangelio de Cristo un
camino durante el cual se reciben muchas bendiciones pero que al
mismo tiempo conlleva problemas, obstáculos y persecuciones. La
lucha espiritual del verdadero siervo de Dios es constante dadas
76

las asechanzas del enemigo continuas sobre la vida de aquellos


que sirven a Jesucristo con su vida.

‘No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los


cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces
les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de
maldad.’ (Mateo 7:21-23)

Podemos ver en este pequeño pasaje del Evangelio de Mateo que


la salvación no consiste en las experiencias que se buscan alcanzar
sino en una vida de obediencia y sujeción a la voluntad de Dios,
agradable y perfecta. Como último aspecto a destacar de este
capítulo destinado a los falsos profetas, falsos maestros, falsos
apóstoles, etc. que se están levantando continuamente en
nuestro medio, mencionaré, en primer lugar, que el final de todos
estos hombres y mujeres no es nada que debamos anhelar
alcanzar para nuestras vidas. La Biblia menciona claramente que
su destino es un final triste y que todos aquellos que los siguen,
tal y como he comentado anteriormente, recibirán el mismo
destino.

‘Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el


anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por
esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros,
pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros,
habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se
manifestase que no todos son de nosotros.’ (1ª Juan 2:18-19)

Debemos tener presente que no todos los que se encuentran


entre nosotros, es decir, entre nuestras denominaciones, entre
nuestras congregaciones o bien dentro de nuestra propia
77

comunidad pertenecen realmente a la familia de Dios, sino que


permaneciendo dentro de la casa de Dios realizan obras y
prácticas contrarias a la santidad y a la búsqueda verdadera de
Jehová. Por ese motivo y por el amor que le tengo a casa una de
sus almas las cuales nunca desearía ver perecer, sino que oro para
que el Espíritu Santo haga caer toda venda de los ojos de los que
se encuentran perdidos, les dejo a través de la propia Palabra de
Dios un pasaje que los hará reflexionar de aquí en adelante.

‘Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si


son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el
mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que
confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo
espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es
de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis
oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. Hijitos,
vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el
que está en vosotros, que el que está en el mundo. Ellos son del
mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros
somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de
Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el
espíritu de error.’ (1ª Juan 4:1-6)

Nota personal: Prueben a los espíritus si son de Dios o no. No lo


duden, no lo piensen dos veces antes de entrar en cualquier
campaña, congreso, movimiento, cruzada, evento en el que
empiecen a tener lugar estas manifestaciones de poder
provocadas por la unción y la gloriosa presencia de Dios. No
significa que usted ponga en duda ni la autoridad ni la
originalidad del Espíritu Santo de Dios, sino que usted desea saber
si aquello que va a experimentar viene directamente de su Santo
Espíritu o son otros espíritus contrarios los que están dirigiendo
ese mover. Nunca entre en ninguna experiencia de ese estilo sin
tener la plena y absoluta certeza de que todo viene provocado por
78

Jehová para no permitir así que los enemigo de su salvación


entren dentro de su vida. Pida al Señor discernimiento para en
todo momento poder ver la realidad de las mentiras que otros
intentan presentarle de manera enmascarada.
79

CAPÍTULO VI
OLVIDANDO LA VERDADERA NATURALEZA DE LA IGLESIA DE
CRISTO

Uno de los mayores problemas que estamos enfrentando


hoy en día es el hecho de estar perdiendo el verdadero sentido y
dejando de lado la verdadera naturaleza de la iglesia como cuerpo
de Cristo.
Debemos entender que el Señor entregó su vida por su iglesia,
iglesia que le pertenece a Él y no a hombre ninguno, y a la cual un
día volverá a buscar impoluta y pura. Creo que ese es motivo
suficiente para entregar nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y
nuestra vida para la edificación y santificación de Su iglesia.

‘…a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no


tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese
santa y sin mancha.’ (Efesios 5:27)

Debemos tener presente que no existe un remanente exclusivo en


la iglesia. Sabemos que no existe un grupo pequeño de personas
señaladas con el dedo y escogidas individualmente dentro de un
grupo global, sino que la iglesia de Cristo es el verdadero
remanente.
Por ese preciso motivo nosotros como pastores o ministros de
Dios, así como todo predicador o evangelista y misionero,
debemos tener mucho cuidado cuando mencionamos con
nuestros labios la palabra ‘iglesia’ y comentamos algo sobre ésta.
Existe un fallo que yo mismo debido a mi ignorancia y carencia de
sabiduría cometí tiempo atrás y que ahora compartiré con
ustedes por si alguien hace lo mismo pudiendo así rectificar:
‘ Durante mucho tiempo he ido desarrollando estudios y trabajos
relacionados con la decadencia espiritual que se está viviendo hoy
en día en todos nuestros países. Por ese preciso motivo, y viendo
80

todas las aberraciones que se estaban llevando a cabo en nuestras


reuniones, cultos campañas y otros eventos, empecé a hablar de
la iglesia del Señor como de una iglesia prostituida. Orando,
estudiando más y pidiendo la dirección de nuestro Padre y la guía
de su Santo Espíritu aprendí lo siguiente: los que fallan, son los
hombres; los que predican mentiras, son los hombres; los que
viven un falso Evangelio, son los hombres; los que pecan contra
Dios, son los hombres; y los que desde los púlpitos están haciendo
cosas indebidas así como dentro de los grupos de alabanza y
adoración, son los hombres. Con esto reflexioné hasta el punto de
ver que con mis labios hablaba de la iglesia y juzgaba a la iglesia
por la conducta y la inmoralidad de los hombres y mujeres que se
llamaban cristianos genuinos. Caza vez que decía que la iglesia del
Señor estaba corrupta, llamaba directamente ‘corrupta’ a la novia
del Cordero por la que Él entregó su vida, y cada vez que decía que
la iglesia se estaba prostituyendo llamaba ‘prostituta’ a la novia
de Cristo, ¿y a que amado le gusta que llamen este tipo de cosas a
su amada? ¿Cuántos de nosotros que somos esposos no nos
enfureceríamos escuchando de la boca de alguien esas palabras
de nuestras esposas incluso siendo quizá verdad? Como consejo
que yo mismo apliqué a mi vida y que le entrego hoy, no
incluyamos a la iglesia de Dios en este tipo de mensajes y sí
directamente a los hombres y mujeres que cometen ese tipo de
iniquidades.’
Todo esto viene sucediendo por el hecho de que en los últimos
tiempos estamos perdiendo el conocimiento sobre el verdadero
concepto de iglesia, su significado y su naturaleza anulando una
de las principales bases de nuestra fe cristiana que es la defensa
de la iglesia como propiedad única de Cristo Jesús. Debemos tener
presente que la iglesia del Cordero de Dios es una iglesia hermosa
y preciosa delante de Sus ojos. En ocasiones es frágil y algo débil,
se puede mover fácilmente por problemas o situaciones
delicadas, no es perfecta en su totalidad y puede quizá fallar en
muchos aspectos, pero es una iglesia humillada delante de Dios y
81

que camina de la mano de su Esposo, a la cual en este tiempo no


estamos conociendo.
Movidos mediante el tipo de predicaciones que no reflejan
plenamente las Sagradas Escrituras estamos ocasionando que las
personas llamen ‘iglesia’ a todo ese conjunto de seres humanos
carnales y pervertidos que de manera autónoma se
autodenominan parte del movimiento Cristiano. Encontrar a este
grupo de lobos rapaces en medio de las ovejas del Buen Pastor,
acaban generalizando y culpando a las ovejas y siervos fieles de
Jehová de lo que los malvados están haciendo consiguiendo así
que el mundo blasfeme contra el nombre de Dios.
El mundo entero tiende a generalizar en todo y puedo mostrarles
un claro ejemplo de ello.
En nuestro país, en España, se han dado en muchas ocasiones
robos producidos por las personas que llegan a nuestra nación de
lugares como Marruecos y otros países árabes, y por ese motivo,
erróneamente, existen muchas personas que viven diciendo lo
siguiente : ‘los árabes son unos ladrones’. Del mismo modo,
mucha violencia se ha producido en medio de bandas latinas,
mayoritariamente de nacionalidades como la ecuatoriana o
colombiana, y muchos comentarios de los que se escuchan son los
siguientes: ‘los latinos son gente violenta y sin educación’. Otro
claro ejemplo, es el caso de mujeres de Latinoamérica que
llegaron y se casaron con hombres de edades más adultas por
causa de sus intereses legales y económicos generando este tipo
de comentarios: ‘todas las mujeres latinas que se casan con
hombres mayores o españoles es por el dinero o por los papeles’.
Y por último, otro caso muy común, el que tiene que ver con la
raza gitana de nuestro país, siendo algunos de ellos hombres y
mujeres que se dedican al tráfico de drogas y que ha ocasionado
que muchas personas digan cosas como estas: ‘los gitanos son
todos unos traficantes’.
A través de esto que les expongo, les quiero hacer reflexionar,
debemos dejar que sentimientos racistas y negativos contra otras
82

personas, razas o culturas afloren en nosotros puesto que esos


sentimientos no traen nada positivo a nuestra vida y tampoco a
nuestra relación social con el resto de culturas. Existen personas
de dichas razas o nacionalidades que son personas que viven con
integridad y buenos valores y seguramente lastimemos sus
sentimientos y sus corazones cuando hacemos este tipo de
comentarios. En España tenemos una manera coloquial de llamar
a esto que hacemos ‘Meterlos a todos en el mismo saco’ y
juzgarlos de manera muy equivocada a todos por acciones y
hechos que se centran en algunos. Si nosotros, como españoles
en este caso, hacemos ese tipo de comentarios, ¿saben ustedes
que somos de los pocos países, si no el único, que tiene como
costumbre dormir lo que llamamos ‘siesta’ por las tardes o bien
que somos, comparados con las grandes potencias europeas, uno
de los países que tiene menos rendimiento laboral? Podrían decir
de nosotros: ‘todos los españoles son unos vagos’, cuando existen
muchos que trabajan duramente para salir adelante con todas sus
necesidades. Si existe algo que debemos saber y que la Biblia nos
enseña es que no debemos hacer con los demás lo que no
desearíamos que nos hicieran a nosotros, y que de la misma
forma que juzgamos, seremos juzgados, y que tal y como
medimos, se nos medirá. Sé que este fragmento del capítulo
puede estar algo apartado del tema central, pero considero
necesario hacer énfasis en los principios y valores que deben guiar
nuestra existencia, y ahora volvamos con la iglesia de Jesucristo.
Cuando una persona que es fiel seguidora de Cristo comienza a
involucrarse en Su iglesia, lo primero que debe tener presente es
lo siguiente: ¿Cuál es el cometido de la iglesia de Cristo en la
Tierra? ¿Cuál es nuestra función como representantes de Jesús en
este tiempo? Y eso es algo que hoy en día la gran mayoría de
iglesias de denominación protestantes han olvidado.
Este es el aspecto que ahora deseo compartir con todos ustedes;
el hecho de que los hijos de Dios se han alejado totalmente del
objetivo para el cual fue establecida en este lugar.
83

A lo largo de lo que resta de capítulo voy a destacar seis


cometidos principales para los que la iglesia de Cristo fue llamada
y ustedes mismo, viendo la situación actual a nivel mundial,
comprobarán como muchos líderes han apartado a sus
congregaciones de dicha base ministerial.

Los hombres desean recibir la gloria que le pertenece a Jehová

En primer lugar y siendo ésta la función que considero


personalmente más importante como cuerpo de Cristo, nuestro
deber y el de nuestras congregaciones es glorificar a Dios por
medio de hacer su voluntad.

‘Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para
la gloria de Dios.’ (1ª Corintios 10:31)

El fin de nuestra vida, el centro de nuestro caminar como


cristianos debe ser la glorificación de Dios con nuestra existencia.
Vemos como muchas personas se está limitando a entender el
concepto de ‘glorificación a Dios’ al hecho de dar gritos de ‘gloria’
y ‘aleluya’ durante nuestros cultos o reuniones. A través de este
versículo que el apóstol Pablo le brinda a los corintios, vemos
como no solo debemos glorificar a Dios con nuestros labios, sino
con todo lo que nosotros hagamos. La iglesia debe de glorificar a
Dios en todas las actividades que lleve a cabo, como por ejemplo,
en sus cultos, campañas, cruzadas y otros proyectos, en todo,
deben mostrar la verdadera esencia del Evangelio para con ello
dar la gloria a Dios con su propia vida. En nuestros trabajos
debemos glorificar a Dios con nuestras actitudes y con nuestro
esfuerzo, como padres debemos glorificar a Dios con la educación
que le damos a nuestros hijos y la manera que tenemos de
administrar nuestros hogares, como hijos debemos glorificar a
Dios honrando a nuestros padres y estando sujetos a la palabra de
Jehová, en las calles debemos glorificar a Dios con nuestro
84

servicio y atención por los más necesitados y a través de nuestra


conducta ejemplar. Glorificar a Dios no es algo que deba
realizarse entre las cuatro paredes que encierran a nuestras
iglesias, sino en todo lugar y en todo tiempo, allí donde nosotros
nos encontremos tenemos la obligación de que las personas vean
en nosotros la luz del Evangelio y con ello sientan plena
admiración por aquel Dios que nos guía y al cual servimos. La
mejor herramienta de la que disponemos para darle la gloria a
nuestro Padre no es nuestra boca o nuestros aplausos, sino
nuestra vida al completo.
Hoy en día, gran parte de las congregaciones están haciendo todo
tipo de actividades y eventos que muestran su talento musical, su
elocuencia en la predicación de la palabra, su capacidad
intelectual en la memorización de las Escrituras y todo tipo de
cualidades humanas que disponen de cara a que el resto de
personas sientan admiración por éstas y conduzcan sus vidas al
servicio de estos grupos. Muchos líderes y predicadores del
Evangelio están utilizando todo tipo de técnicas y artimañas para
conseguir que las personas los alaben con sus palmas y los
idolatren al igual que hacen con los artistas de este mundo. No es
algo que todos los hombres y mujeres de Dios estén haciendo,
pero es evidente que una multitud de personas llamadas
cristianas están usando el Evangelio para su propia gloria y están
dejando de lado la esencia de la glorificación a nuestro eterno
Dios.
Como seres humanos nos es más fácil defendernos de las críticas
que de los elogios y por ello muchas personas que empezaron
recibiendo muchos aplausos y palabras de admiración fueron
llenando sus corazones de vanagloria la cual los condujo a olvidar
el motivo principal por el cual predicaban o alababan. Nuestro
referente en la vida, Jesús, fue un claro ejemplo de cómo
debíamos glorificar a Dios en todo lo que hacíamos. Tras los
milagros que realizaba, tras cada palabra que compartí, con cada
una de sus actitudes siempre concluía de la misma manera: toda
85

la gloria por estas cosas le pertenece a mi Padre que está en los


cielos. Cristo, la esencia divina hecha carne, admirado por
muchos, seguido por masas, aplaudido y alabado mor multitudes,
en ningún momento se llenó de arrogancia ni orgullo sino que día
tras día renunciaba a más aspectos personales, incluso llegando a
morir en la Cruz del Calvario, con tal de poder glorificar a Dios con
su ministerio ejemplar. Como siervo de Jehová les entrego los dos
versículos que me ayudan a glorificar a Dios en todo momento y
con todas las cosas que hago, recordando siempre lo que mi vida
importa y el verdadero sentido que tiene mi caminar con Jesús:

‘Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a


sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que
quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por
causa de mí, éste la salvará.’ (Lucas 9:23-24)

En el momento en que una persona determina su vida al servicio


de Cristo debe tener presente estas palabras de nuestro Maestro
y las debe guardar fielmente en su corazón y vivir según ellas. La
negación y renuncia personal de nuestra propia vida es el paso
previo a la glorificación a Dios. Todo aquel que en algún momento
predica o canta con el fin de engrandecerse o ganar fama y
consideración humana debe tener presente que en ningún
momento ha negado su propia esencia humana y carnal y que
sigue atado a los sentimientos y actitudes humanas del viejo
hombre como es el egoísmo y la ambición individual. Sin
embargo, aquellas personas que día tras día reconocen su
insignificancia delante de la gloria del Padre eterno y saben que el
único deber en su vida en seguirlo a Él, viven en una continua
negación personal y todo aquello que realicen dentro o fuera de
sus congregaciones lo harán con el fin y el único deseo de agradar
a Dios y mostrarle al mundo la plenitud del Señor.
86

La santidad, un calificativo olvidado

El segundo atributo que desde sus orígenes ha seguido a la iglesia


de Cristo y que en los últimos años se está abandonando y al cual
se le está quitando importancia es la necesidad de una vida en
absoluta y completa santidad. Veo como en muchos lugares del
mundo y en muchas congregaciones se ha negado la importancia
de la santidad con el fin de seguir sumando nombres registrados
en nuestros cuadernos de membresía y con el miedo de que las
personas que se reúnen con nosotros dejen de hacerlo y se
trasladen a otros lugares por no aceptar dicha palabra en sus
vidas. La vida de Jesús en la Tierra fue una clara demostración
visible de la plena y absoluta santidad de Dios. Podemos ver como
a lo largo de su vida no cometió ningún tipo de pecado.

‘Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda


compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado
en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.’ (Hebreos
4:15)

‘Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin


mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos;’ (Hebreos 7:26)

Las Escrituras nos muestran a Cristo como una referencia en el


sentido de llevar una vida alejada del pecado y de este mundo y la
necesidad de una vida completamente santa. Existen muchas
personas que consideran que Cristo fue la única persona que
podía alcanzar la santidad plena debido a su condición divina,
pero si esto fuese cierto la palabra de Dios sería permisiva en
cuanto a ello y no dejaría claramente explícita la necesidad de
mantener nuestras comunidades en santidad puesto que ese es el
tipo de iglesia a la que Jesús volverá a buscar en un tiempo
cercano.
87

‘Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la


iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla,
habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la
palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa,
que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que
fuese santa y sin mancha.’ (Efesios 5:25-27)

El Señor no vendrá a buscar una iglesia cualquiera ni se llevará


consigo a todas las congregaciones que tengan la palabra ‘Iglesia’
grabada en la entrada de sus templos, sino que claramente
especifica que tan solo irá de la mano suya hacia el reino de los
Cielos aquella que sea gloriosa (recuerden el tema anterior
relacionado con la glorificación a Dios a través de todo lo que
realizamos en nuestras congregaciones), sin mancha ni arruga, es
decir, sin ningún tipo de imperfecciones, y santa, tal y como
hemos comentado previamente. No tan solo existen registros en
cuanto a la santidad destinados a la iglesia del Cordero, sino que
existen otros que van directamente a sus hijos de manera
individual a los cuales debemos agarrarnos con fuerzas y luchar
por cumplirlos día tras día.

‘Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que


presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a
Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este
siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad
de Dios, agradable y perfecta.’ (Romanos 12:1-2)

Los escritos del apóstol Pablo nos llaman de manera continuada a


entregar nuestra propia vida como un sacrificio santo, es decir,
como una vida pura, inmaculada y agradable delante de los ojos y
los deseos de Dios. Nuestros pensamientos, nuestros
sentimientos, nuestras actitudes, nuestras palabras, nuestros
88

oídos, nuestros ojos, es decir, todo nuestro ser, debe vivir en


santidad día tras día. Para aquellos que puedan estar
planteándose esta pregunta ya se la respondo: ¿Si somos seres
imperfectos y pecadores, cómo podremos vivir en santidad? Esto
es algo que me pregunté en muchas ocasiones poco después de
llegar a los caminos de Dios. Como cristianos que deseamos vivir
bajo la voluntad de nuestro Padre intentamos luchas
continuamente contra el pecado, pero en ocasiones se nos hace
inevitable realizar algo que sabemos que es contrario a lo que es
correcto y moral, pero, a diferencia de aquellas personas que
viven sus vidas deseando tan solo su propia satisfacción,
rápidamente experimentamos un reconocimiento de nuestro
error, seguido de un profundo arrepentimiento y aceptación y
finalmente obteniendo así, tras su confesión, el perdón de Dios
por nuestros errores por la sangre de Cristo derramada en la Cruz
del Calvario.

‘pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión


unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de
todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en
nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.’ (1ª
Juan 1:7-9)

Hermanos, hermanas, y sobre todo líderes y pastores de nuestras


denominaciones, debemos volver a darle de nuevo a la santidad el
valor y la importancia que tiene en las Escrituras. Estamos tan
preocupados en que la gente no se ofenda con las palabras duras
que podemos predicar a veces, tan preocupados en que la gente
no acepte lo que les vamos a decir y se marchen junto a otras
personas, tan obsesionados con mantener llenos los asientos de
nuestros templos, tan centrados en ganar más y más miembros
para nuestras comunidades que les estamos dando comida que
89

no les alimenta, sino que los infecta desde dentro y los mantiene
desnutridos hasta que finalmente mueren de hambre.
Muchos hombres y mujeres han transformado sus templos en
lugares donde una persona va a sentirse bien consigo misma, a
que le digan cosas que desea escuchar y a pasar un buen tiempo
en comunión con otras personas y profesando una fe no
verdadera en Cristo Jesús. Sé que con lo que diré a continuación
muchas personas no estarán de acuerdo e incluso me tacharán de
religioso, pero existen cierto tipo de actividades y cosas que en las
iglesias no deberían permitirse. No aceptaré jamás que el templo
que esté pastoreando de lugar a actividades que tienen sus
orígenes en costumbres de este mundo y que con el pasar del
tiempo vamos incorporando a nuestras congregaciones como
estrategia para atraer más personas. Introducir hip-hop, rap,
bailes como el break dance, música electrónica, heavy metal y
cosas de ese estilo que la única diferencia que tienen con el
mundo es que sus letras incorporan el nombre ‘Jesús’ en algunas
ocasiones. Como pastor y líder de una maravillosa congregación
tengo el deber y la obligación de luchar por presentarle a Cristo al
pueblo que dirijo en santidad y con una vida aprobada por las
Escrituras o bien su sangre me será demandada. La palabra de
Dios dice que sin santidad nadie podrá verlo a Él, con lo que es
nuestro deber como ministros del Evangelio cuidar que la
santidad reine en nuestro templos y en la vida de todos aquellos
que están bajo nuestro liderazgo y dirección. Quiero dejarles un
ejemplo que como joven me fue muy útil para intentar guardar la
santidad de nuestra comunidad: Como joven existen muchas cosas
de este mundo que pueden llamarme la atención y que puedo
considerar normales puesto que para el resto de la juventud es
normal, pero como pastor tengo que olvidar las cosas que son
normales para el resto y conseguir mantener en nuestro medio las
que son aprobadas por Dios. Así que un día, marcado por el miedo
de fallarle a Jehová, le pregunté a un pastor con más experiencia
como podría saber las cosas que a Dios le agradan y las que no
90

para permitirlas o no en nuestra congregación. La respuesta fue


simple pero muy clarificadora ‘Busca el origen de esas cosas y
sabrás para que fueron establecidas’. Entonces comencé a pensar
en estilos de música, baile, vestimentas y otras muchas cosas que
para mí eran normales pero que sus orígenes era completamente
contrarios a la naturaleza bíblica, con lo que decidí rechazar
muchas de esas cosas para nuestra iglesia. Existen personas que
tachan a algunas otras de religiosas, y es completamente cierto
que hay hombres y mujeres que son extremadamente sujetos a la
religiosidad y no a la gracias, pero también existen otras que
confunden la libertad con el libertinaje y que están haciendo de la
casa de Dios una casa de exhibición de talentos y atracción de
personas. Como consejo les diré lo siguiente: Si atraen personas
con bailes, músicas y estrategias carnales, tan solo generarán
cristianos carnales, sin embargo, si los atraen basando su
evangelismo en el arrepentimiento y la fe y los acercan a la Cruz
de Cristo con métodos espirituales, darán frutos completamente
llenos del Espíritu de Dios.

La adoración en espíritu pasó a ser una adoración de labios

En tercer lugar, otra función básica y primordial de la iglesia de


Cristo es la adoración verdadera y continua a Dios. Tenemos que
tener presente que nuestro referente en la vida, el Cordero de
Dios, le expresaba de manera regular su adoración al Padre, tanto
de manera privada como públicamente y mostraba así su entrega
y devoción a Jehová.

‘Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo


entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a
leer.’ (Lucas 4:16)

‘En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a


Dios.’ (Lucas 6:12)
91

Adorar a Dios no es simplemente cantarle o cantar de Él, sino que


adorar a Dios conlleva una devoción y entrega completa a Él y a
mantener un contacto íntimo y regular en su presencia.
Adorar a Dios es reconocer verdaderamente a Dios como Señor
de nuestra vida, es reconocer que somos hechura de Jehová y
propiedad exclusiva de Él. Adorar es conocer la dependencia que
tenemos de nuestro Padre Celestial y la necesidad de entregar
nuestra vida a sus deseos y a hacer su voluntad en todo tiempo,
es mostrarle reverencia y respeto en todo momento y en
cualquier lugar, es someterse a su palabra y ser obedientes a
todos sus estatutos y decretos. Adorar no solo es declarar con
nuestros labios nuestros sentimientos hacia Él y mostrarle al
mundo con alabanzas de su grandeza y majestad, sino que es un
hecho que requiere de nuestra plenitud para desarrollarlo de la
manera más adecuada. Hoy en día en muchas comunidades
cristianas se está adorando a Dios únicamente mediante música y
canciones más parecidas a baladas que mueven nuestras
emociones que a la verdadera adoración de tiempos pasados. Se
dedica mucho tiempo a adorar con nuestros labios a Jehová
utilizando buenos instrumentistas que nos eleven a sentir cosas
realmente agradables dentro de nuestros corazones, pero luego
se abandonan los templos y nos olvidamos completamente de
nuestro Dios. Debemos entender que la adoración es algo que
debe hacerse a diario, momento tras momento, y con toda
nuestra vida, ofreciendo nuestra mejor esencia para complacer a
nuestro Padre eterno. Existe un pasaje determinante en el cual
Jesús nos expresa el tipo de adoración que el Padre está buscando
de sus hijos, siendo esta una suma de dos calificativos que son ‘en
espíritu’ y ‘en verdad’.

‘Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos


adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque
también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es
92

Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario


que adoren.’ (Juan 4:23-24)

Cuando la palabra de Dios nos expresa el concepto de la


adoración en espíritu nos está aclarando que lo que nunca será
aceptable es una adoración que emane de la carne. Cuando
damos más énfasis en nuestras músicas a la calidad de los
instrumentos, al ritmo y la melodía, a la calidad de la voz del
cantante y cosas de este tipo estamos viendo como nos
preocupamos antes por todas las cosas que están relacionadas
con aspectos humanos y carnales y no con aspectos que tengan
que ver y nazcan del espíritu de adorador que reside en cada uno
de nosotros. Por otra parte, cuando nuestra adoración es
requerida en verdad significa y se podría resumir de esta manera:
‘vive lo que cantas’, es decir, no podemos declarar dentro de
nuestro templos una serie de cosas y sentimientos relacionados
con el Señor que posteriormente no ponemos por obra con
nuestra vida diaria. No podemos cantarle al Señor cosas como por
ejemplo ‘heme aquí, envíame a mí’ y luego no estar dispuestos a
salir a cumplir con la gran comisión. No podemos decirle ‘Señor te
entrego todo mi ser’ y luego no ser capaces de renunciar a
aspectos y cosas personales que se contradicen con la voluntad de
Dios. Esta serie de cosas se están viendo día a día en muchas
comunidades, donde la música está llena de talento y nos lleva a
niveles de emoción muy elevados pero donde posteriormente
muchos de los que alaban y adoran su nombre llevan unas vidas
que son contrarias a aquellas cosas que declararon previamente.
Iglesia de Cristo es tiempo que comencemos a declararle a
nuestro Señor que vamos a adorarlo no solo con nuestros labios,
más si con todo nuestro ser, viviendo una vida de adoración
regular, continua y ejemplar ante el resto de seres humanos.
Recuerden lo siguiente: ‘La mejor adoración reside en el mejor de
los testimonios de vida’.
93

Dejamos atrás el discipulado y lo cambiamos por multitudes

En cuarto lugar, una de las responsabilidades más importantes


que se nos ha designado como cuerpo de Cristo es la de discipular
y capacitar a los hombres y mujeres que se entregan al Señor.
Debemos edificar la vida de esas personas hasta que día tras día
su vida sea más semejante a la vida de Jesús y sean personas que
lo sirvan fielmente de la misma manera que sus discípulos lo
hicieron en el pasado. Esta fue una de las bases del evangelismo
que Jesús utilizó para alcanzar y llegar a todos los rincones y
confines de la Tierra, mediante la motivación, la edificación y la
capacitación de sus discípulos para posteriormente poder
enviarlos a ellos a otros lugares a llevar las Buenas Nuevas de
salvación y justicia.

‘Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,


bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo. Amén.’ (Mateo 28:19-20)

En ningún momento el Señor, tal y como estamos viendo en


muchas congregaciones hoy, nos llamó a llevar a todas las
personas a realizar una confesión pública de fe y que
posteriormente los declarásemos hijos e hijas de Dios. En ningún
momento me posicionaré en contra de los pastores que en sus
congregaciones realizan ese tipo de llamados en los que las
personas aceptan al Señor en su vida con una oración pública
puesto que yo mismo en ocasiones hago dicho llamado, pero, sin
embargo, estoy totalmente en desacuerdo de limitar nuestras
responsabilidades a esa oración y luego dejar desamparados a
todos aquellos que profesaron dicha oración. El Señor en ningún
momento nos exhorta acerca dicha oración de arrepentimiento
como método de rescate de almas, sino que nos llama en todo
94

tiempo a hacer discípulos. Es correcto llevar a las personas a


confesar al Señor con sus propios labios como su único Dios y a
dejar atrás sus pecados entregándolos a Dios con un sincero
arrepentimiento, pero es imprescindible darles un seguimiento y
un discipulado a cada una de esas personas para que día tras día
sean edificados en la sana doctrina y en la verdad de las
Escrituras.

‘Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a


otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la
unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por
doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de
hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas
del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en
todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo’ (Efesios 4:11-15)

De una manera muy clara y resumida el apóstol Pablo nos


muestra que los cinco ministerios bíblicamente reconocidos
(apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros) fueron
constituidos con un único fin común que era la perfección de los
santos para la obra del ministerio. Con todo esto quiero decirles
que la función principal de los apóstoles no era simplemente ir
abriendo templos de ciudad en ciudad, sino edificar a los
miembros de dichos templos para que conocieran más al Señor.
Los profetas no fueron establecidos únicamente para atraer
multitudes en busca de escuchar una palabra positiva, tal y como
vemos hoy en muchos lugares, de parte de Dios sino para edificar
a todos aquellos que los escuchasen con una palabra de parte de
Dios directamente para sus vidas. Así como los evangelistas, que
no fueron llamados para viajar y vagar por este mundo
95

simplemente llevando mensajes de iglesia en iglesia, sino para


perfeccionar a aquellos que recibieran dichos mensajes. Y por
último, pastores y maestros, no fuimos llamados únicamente a
mantener en un crecimiento continuo un templo e intentar que
año tras año la cantidad de personas registradas fuera mayor, sino
que nuestra mayor responsabilidad es el cuidado de cada uno de
los santos del señor y su edificación a través de la correcta
enseñanza de las Sagradas Escrituras.
Debemos entender que uno de los motivos que ha llevado a las
denominaciones cristianas a estar tan alejadas de lo que la Biblia
nos muestra que debíamos ser como iglesia es el hecho principal
de no haber discipulado correctamente a las personas que iban a
heredar la dirección y el liderazgo de algunas obras y ministerios.
Las personas están congregando durante años en muchas
congregaciones pero desconocen las Escrituras en su plenitud y su
esencia, alaban a Dios todos los días en sus templos pero
desconocen todos los atributos y características de ese Dios al que
alaban, profesan una fe en Cristo con sus labios pero no la
testifican con su vida diaria para el resto de personas. Esto es una
alerta para todas aquellas personas que están desarrollando
cargos superiores en sus congregaciones. Les pido y les ruego que
dejen de lado toda animación y todo entretenimiento de los
jóvenes y los eunucos y que dediquen sus vida, su tiempo y su
esfuerzo a darles un alimento sólido y una enseñanza genuina que
el día de mañana los conduzca por caminos y veredas de justicia y
haga de cada uno de ellos siervos y siervas de Dios ejemplares
para el resto de hermanos y hermanas. Enseñar a un joven hoy, es
capacitar a un líder para el mañana.

La gran comisión ha pasado a ser algo optativo

Como quinto punto a destacar entre aquellos aspectos que la


iglesia está dejando atrás y que eras características básicas de
toda congregación cristiana mencionaremos el hecho de estar
96

dejando el evangelismo verdadero de lado. El principio del


ministerio de Jesús aquí en la Tierra fue el rescate de almas y la
predicación del Evangelio a cuantas más almas posible.

‘Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas


enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre
cada uno de ellos, los sanaba. También salían demonios de
muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él
los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el
Cristo. Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y
la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para
que no se fuera de ellos. Pero él les dijo: Es necesario que
también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios;
porque para esto he sido enviado.’ (Lucas 4:40-44)

‘Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se


había perdido.’ (Lucas 19:10)

El tema central y predominante de la Biblia es el amor de Dios


hacia la humanidad y todo lo que fue necesario hacer para
romper esa separación que existían entre Jehová y los seres
humanos por causas de nuestros pecados y nuestra iniquidad. La
principal preocupación de nuestro Salvador y Redentor debe ser
del mismo modo la principal prioridad de su iglesia como cuerpo
de Éste, siendo Cristo la cabeza de ella. Poco antes de su definitiva
ascensión junto a la diestra del Padre antes de su regreso en
busca de su iglesia el Señor Jesús nos dejó una tarea a realizar de
manera obligatoria y no voluntaria: la gran comisión.

‘Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda


criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que
no creyere, será condenado.’ (Marcos 16:15-16)
97

Una de las cosas que más nos diferencia de la gloriosa iglesia


primitiva es la dedicación que ellos ofrecían a la realización de la
gran comisión y la predicación del evangelio a todos los seres de
la Tierra, ocasionando así el crecimiento rápido de la iglesia y su
expansión a lo largo de toda la geografía mundial y el rescate de
muchas almas como las nuestras. Sin embargo, hoy en día
andamos por las calles y lo más probables es que hombres y
mujeres que pertenecen a la secta de los Testigos de Jehová nos
detengan en medio del camino y quieran compartir con nosotros
una parte de sus creencias, o bien, que un día estemos
tranquilamente en nuestros hogares y llamen a la puerta y al abrir
encontremos una pareja de miembros de los Testigos de Jehová
queriendo compartir con nosotros parte de sus pensamientos. ¿Es
esto lógico? ¿Es esto lo que Cristo quería ver en nuestros días?
¿Eso es lo que realmente la iglesia protestante debe hacer hoy?
Hermanos y hermanas hago un llamamiento a dejar de
obsesionarnos por cubrir nuestros siete días de la semana con
cultos diferentes y permanecer así trabajando para Dios tan solo
dentro de las cuatro paredes de nuestro templo y salir a las calles
donde realmente están las almas de todos aquellos que necesitan
ser rescatados y arrastrados a los pies de la Cruz. Nos hemos
vuelto una iglesia egoísta. Nos encanta asistir a grandes
conferencias, nos apasiona organizar campañas a las que invitar a
miles de iglesia y unir miles de cristianos para alabar y glorificar a
Dios, somos partidarios de organizar grandes conciertos de
música góspel para disfrutar con canciones que hablen de nuestro
redentor y disfrutamos pasando tiempo en comunión con todos
nuestros hermanos. ¿Saben cuál es la conclusión y el resultado de
todo esto? Estamos dejando morir a cientos de miles y millones
de personas en nuestros países. Pasamos por la calle de camino a
nuestros cultos y vemos a un grupo de jóvenes tomando alcohol
en una plaza o un parque, vemos a una prostituta a la espera de
un cliente que alquile su cuerpo por un tiempo determinado,
atravesamos la calle y vemos a una mujer tendida en el suelo con
98

la mano extendida y suplicando por una triste moneda para


alimentar a su hijo, vemos a un grupo de hombres malgastando su
vida en el bar con alcohol y otras sustancias, y todo esto de
camino a nuestros templos con nuestra Biblia en la mano siendo
incapaces de darles una palabra de aliento y consuelo. Nos
debería dar vergüenza vivir día a día aplaudiendo y dando gracias
a Dios por la misericordia que tuvo de nosotros al rescatarnos de
las tinieblas y llevarnos a su luz admirable mientras al mismo
tiempo no estamos dedicando ni si quiera un día a la semana en la
predicación del Evangelio en las calles y por las casas. Tenemos
mucho que hacer, muchas personas que alcanzar, muchas
naciones que conquistar en el nombre del Señor y estamos
durmiendo iglesia. Abramos nuestros ojos espirituales, sintamos
con el corazón de Cristo el dolor ajeno y empecemos a hacer la
obra más maravillosa que podremos hacer hasta la venida de
Jesús: rescatar almas para su Reino. Abramos la puerta de
nuestros templos, escuchemos el gemir de las almas
desconsoladas que caminan hacia el infierno y luchemos por su
salvación. Ganar almas para Cristo no es una elección, es nuestro
deber y nuestra obligación.

El amor propio por encima del amor al prójimo

Para concluir con este capítulo me gustaría comentar brevemente


una característica que era muy peculiar en Jesús y del mismo
modo se tornó peculiar en todos sus seguidores que es el socorro
a las personas más necesitadas. Tanto en los libros de Mateo,
Marcos, Lucas y Juan podemos encontrar varios registros que nos
dejan ejemplos de la compasión que Jesús sentía por el resto de
personas mostrándonos como les brindaba su ayuda y su
colaboración en todo momento y en cualquier circunstancia.

‘Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión,


rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa,
99

paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: Yo iré y le


sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que
entres bajo mi techo; solamente dí la palabra, y mi criado
sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo
bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven,
y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se
maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni
aun en Israel he hallado tanta fe. Y os digo que vendrán muchos
del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y
Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán
echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de
dientes. Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te
sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.’
(Mateo 8:5-13)

‘Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había


convertido el agua en vino. Y había en Capernaum un oficial del
rey, cuyo hijo estaba enfermo. Este, cuando oyó que Jesús había
llegado de Judea a Galilea, vino a él y le rogó que descendiese y
sanase a su hijo, que estaba a punto de morir. Entonces Jesús le
dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis. El oficial del
rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera. Jesús le
dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le
dijo, y se fue. Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a
recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive. Entonces él
les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le
dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. El padre entonces
entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu
hijo vive; y creyó él con toda su casa.’ (Juan 4:46-53)

Durante mucho tiempo en reuniones de oración, si uno presta


atención a la voz de sus hermanos llega a comprobar como la
mayor parte de las súplicas y ruegos que se le presentan a Dios
tienen que ver con la propia vida de cada uno. Nos
100

acostumbramos a recurrir a Dios para que no nos falte el trabajo,


para que cuide de nuestra casa, para que mantenga unida nuestra
familia, para que cuide de nuestras finanzas, para que proteja
nuestro matrimonio, y muchas otras cosas que tan solo tienen
que ver con nosotros mismos. Las labores sociales y humanitarias
deberían ser alguna de las tareas las cuales las iglesias deberían
desarrollar, pero tal y como hemos comentado en el fragmento
anterior, si muchas congregaciones no son capaces hoy de
pronunciar una palabra de ánimo y esperanza cuanto menos
serán capaces de dedicar parte de su tiempo y de su esfuerzo en
el socorro de los más necesitados. Estamos dejando atrás el
segundo mayor mandamiento de todos que es el amor a nuestro
prójimo, no solo tratándose de sentimientos carentes de acciones
sino de demostraciones de aprecio y afecto mediante la ayuda
que podemos brindar en los momentos necesarios. Las
congregaciones hoy está completamente centrada en su
crecimiento, en su desarrollo, en su gozo, en su disfrute, en su
mantenimiento, en sus finanzas, en sus miembros, en sus
necesidades… sin tener en cuenta a todos aquellos que están
pasando por verdaderas angustias en todos los niveles y que
necesitan ver el amor de Dios, no solo reflejado en las palabras de
un predicador sino en las acciones de aquellos que se dicen
seguidores de Cristo.
Ser cristianos representa ser similares, o por lo menos procurar
serlo, a Jesús de Nazaret, con lo que debemos mostrar nuestras
similitudes en todo, no solo en oración y predicación, sino en el
socorro y el auxilio de todos aquellos que están perdidos y
desamparados.
101

CAPÍTULO VII
VOLVIENDO A RESPLANDECER

A lo largo de todo el libro he destacado los aspecto que


considero que están afectando más negativamente al desarrollo y
al avance del Reino de Dios en la tierra de una manera verdadera
y pura. No he mencionado todos los temas que están
perjudicando al crecimiento de la propia iglesia del Señor pero sí
aquellos que están afectando de manera más contraria día tras
días a la conquista de este mundo para Cristo. Es cierto que las
profecías establecidas a lo largo de las Sagradas Escrituras se
están cumpliendo con la aparición de falsos profetas y falsos
maestros, con la llegada de hombres avaros y amantes de sí
mismos, con la falta de amor y de fe entre el pueblo de Dios y el
mundo en general, con la tibieza de la iglesia de Cristo donde
podemos comprobar que el pueblo de Dios ya está
completamente dividido entre los que representan a las cinco
vírgenes prudentes y los que representan a las cinco vírgenes
insensatas, el secularismo entrando en nuestro medio cristiano y
muchos otros aspectos, etc. pero eso no significa que debemos
apartar nuestra mirada hacia el lado opuesto, hacer como si no
percibiésemos que todo esto está sucediendo y no involucrarnos
en solucionar los problemas que están atacando a nuestras
denominaciones. Somos el reflejo de Cristo en este mundo, su
imagen en esta tierra se refleja a través de nuestras actitudes y
comportamientos, es decir, que nuestras iglesias y nuestros
representantes y líderes pueden o bien honrar a Dios con su vida
diaria o bien avergonzarlo. El mal testimonio y mal ejemplo que
están dando muchas congregaciones hoy en día está causando
que muchas personas se nieguen a llegar a los pies del Señor
puesto que no ven ninguna diferencia entre la maldad y la
hipocresía de las calles con lo que se encuentran posteriormente
en los bancos y los púlpitos de nuestras comunidades.
102

Este último capítulo del libro, breve pero al mismo tiempo tajante,
pretende, tras haber abierto los ojos de muchos con los capítulos
anteriores, animar al pueblo apasionado por Dios y a todos
aquellos enamorados de la Cruz del Calvario y del Evangelio de
Jesucristo a levantarse, lavar sus vestiduras, hacer una limpieza
profunda en sus vidas primeramente y posteriormente en sus
congregaciones y mostrar una nueva cara hacia el resto de la
humanidad, para que podamos cumplir lo establecido en la Santa
Biblia, y que volvamos a ser propiamente la sal de la tierra y la luz
de este mundo. Que la luz del Señor brille a través de nuestro
caminar y que su amor pueda verse reflejado a través de nuestra
vida, actitudes y acciones. Debemos volver a conseguir ser la
Iglesia de Cristo propiamente, aquellos que carguen las buenas
nuevas de justicia y salvación y los que transmitan a toda criatura
el mensaje de gracia y amor de parte de Dios.
A continuación, y para poder saber qué aspectos son los que
debemos recuperar para ser el reflejo de la iglesia primitiva que
Cristo estableció, voy a mencionar una serie de cualidades y
características que la iglesia de nuestros antepasados reflejaba.
Estos atributos deberán ser la base de sus comunidades de aquí
en adelante y podrán experimentar verdaderamente el poder de
Dios y las maravillas de aquel que los guiará y guardará por
siempre.

1.El amor por las almas: Obediencia a la Gran Comisión

‘pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el


Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea,
en Samaria, y hasta lo último de la tierra.’ (Hechos 1:8)

Una de las principales características de la iglesia primitiva que


nuestras congregaciones debe recuperar con urgencia es la
obediencia y el cumplimiento de la Gran Comisión.
103

Conforme los años van pasando puedo ver como las iglesias están
entrando en un ritmo cómodo y favorable a su estabilidad que
viene provocado por la falta de trabajo evangelísitco que éstas
están desarrollando. Estamos centrando nuestros esfuerzos en
realizar grandes eventos, cruzadas, campañas, festividades, etc. y
todo tipo de actividades que permiten que nos gocemos y
disfrutemos de la compañía con el resto de congregaciones y
comunidades cristianas, sin embargo, mientras trabajamos tan
duramente organizando estas reuniones masivas nos olvidamos
que las calles están inundadas de personas que días tras día van
muriendo sin nadie que les lleve una palabra de esperanza y que
están acabando en el infierno por la falta de responsabilidad que
estamos teniendo nosotros hoy.

‘Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer


muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,’
(Hechos 14:21)

En mi propio país, en España, no tolero que las iglesias digan que


los españoles tienen la mente muy cerrada hacia el Evangelio o
bien que rechazan la palabra de Dios continuamente y que son
fríos y distantes, cuando paseo día tras día por las calles y tan solo
me encuentro parejas y más parejas de testigos de Jehová
llevando su palabra mentirosa y corrupta a todas las personas,
insistiendo casa por casa y soportando el rechazo y las respuestas
negativas sin desistir de su obligación. Por el contrario, en mis 24
años de vida, nunca me ha parado una pareja de miembros de
una congregación evangélica para transmitirme una palabra de
verdad y salvación. Tal y como dijo Alexander Duff: ‘La iglesia que
deja de evangelizar, pronto dejará de ser evangélica.’ Empiezo a
pensar que muchas comunidades deberían retirar sus letreros de
la entrada puesto que la palabra más significativa de nuestras
denominaciones ‘evangélica’ no está siendo cumplida por la gran
mayoría de personas.
104

‘Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se


multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los
sacerdotes obedecían a la fe.’ (Hechos 6:7)

Somos responsables de la conversión y la conquista de todos


aquellos que vagan perdidos con una venda en los ojos que nos
les permite ver la verdad, por lo tanto, debemos dejar de
malgastar el tiempo en reunirnos con otros cristianos en grandes
campañas mes tras mes y empezar a volcar nuestros esfuerzos en
llenar las calles con tratados evangelisteros, con cultos en los
exteriores para que todos pueda oír el mensaje predicado, etc.
El Señor dejó dicho en su palabra que no nos dio espíritu de
cobardía, pero en ocasiones creo que muchos son llenos de dicho
espíritu puesto que no son capaces de dejar un mensaje a una
persona cualquiera por miedo al rechazo o las malas
contestaciones que puedan recibir. Tal y como está escrito, no
debemos avergonzarnos del Evangelio porque es poder de Dios
para salvación de todo el lo cree, con lo que debemos enfrentar y
superar cualquier obstáculo o prueba que surja de nuestra
obediencia a la Gran Comisión sabiendo que de nuestro continuo
esfuerzo recibiremos el fruto de almas que se entregarán días tras
día en las manos de Dios.
No dejemos perecer a los adolescentes que malgastan su tiempo
en plazas envueltos en drogas y en alcohol, no dejemos morir a
las prostitutas que entregan sus cuerpos en las calles más oscuras
ni a los drogadictos que acaban con su vida día tras días con
sustancias que consideran que acabarán con sus problemas y
angustias, no dejemos que el enemigo siga destruyendo y
dividiendo las familias y los hogares, sino que comencemos a
enfrentar esta batalla con la palabra de Dios en la mano y el amor
al prójimo en el corazón y hagamos una obra renovadora en
nuestras ciudades. Piensen en algo hermanos, el segundo
mandamiento sobre el cual se resume toda la ley es el siguiente:
105

amarás a tu prójimo como a ti mismo. Cuando dejamos que todas


estas personas perezcan estamos demostrando que el amor al
prójimo no reina en nuestra vida, sino un sentimiento egoísta el
cual nos mantiene satisfechos con nuestra propia salvación. Salir a
buscar a los más perdidos y los más necesitados es el puro reflejo
del amor de Cristo manifestándose a través de nuestras vidas.
Deseo acabar este primer fragmento del capítulo con una
preciosa frase: Para que unos puedan vivir, vale la pena morir.
Para que unos puedan sonreír, vale la pena llorar.

2.Sumergidos en una profunda oración

‘Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las


mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.’
(Hechos 1 :14)

‘Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia


hacía sin cesar oración a Dios por él.’ (Hechos 12:5)

Una de las principales cualidades de la iglesia primitiva que fue


uno de los fundamentos esenciales que provocó que ésta no
desfalleciese nunca y que la obra de Dios en la tierra se
expandiese hasta nuestros días fue la inmersión en una profunda
y continua oración.
La oración siempre fue, es y será el motor que mantiene la obra
de Dios avanzando en esta tierra. Que las personas lleguen a la
iglesia, que una vida sea transformada, que una persona llegue a
sentir la unción a través de una palabra, que un predicador sea
usado por el Espíritu de Dios con fuerza y poder, que la alabanza
rompa los corazones más fríos y endurecidos, que la iglesia
experimente un crecimiento tanto a nivel cuantitativo como a
nivel cualitativo, etc. todo esto es fruto de horas y horas de
oración.
106

Lamentablemente, vemos como los cultos de oración de nuestras


iglesias son los menos frecuentados ya que hoy hemos reducido
nuestras costumbres de oración a 10 minutos recién levantados y
los 10 últimos del día antes de acostarnos, siendo este tiempo de
intimidad con Dios algo rutinario y marcado por nosotros y no un
verdadero encuentro y diálogo con nuestro creador.
Si hoy estamos congregando en nuestras comunidades y si las
iglesias están edificadas y en pie es principalmente porque existen
hombres piadosos y dignos de ser honrados que dedicaron horas
de sus vidas a una oración continua y profunda en la cual
estuvimos siempre incluidos.
Estamos como los propios discípulos de Cristo en el día en que
acompañaron al maestro a orar a Getsemaní, donde mientras el
maestro oraba e intercedía frente al Padre, sus discípulos se
durmieron fruto del cansancio y la pereza. Esa misma actitud es la
que estamos mostrando hoy de cara a doblar nuestras rodillas y
mantener una conversación sincera y transparente con Jehová.
La oración es una necesidad que debemos recuperar de nuevo en
nuestro medio, entendiendo esta necesidad como aquello que
nunca alcanzaremos a tener totalmente suplido, aquello que por
mucho que abunde entre nosotros nunca será suficiente como
para dejarlo de lado, siempre necesitando más. Estamos quizá en
un punto de autosuficiencia en el que creemos que por nuestros
propios esfuerzos y medios podemos vivir día a día sin tener que
recurrir a la oración dedicando tan solo a ésta unos breves
minutos de nuestro tiempo y, egoístamente, la gran mayoría de
veces para pedir por nosotros mismos y no para ofrecer algo que
realmente pueda agradar a Dios.
¿Cuándo fue la última vez que oró más de una hora? ¿Y cuándo
fue la última vez que usted sintió plenitud y gozo durante su
tiempo de oración? La oración debe dejar de ser algo forzado,
pesado y aburrido para pasar a ser un momento de intimidad,
restauración y liberación personal.
107

Leonard Ravenhill dijo una vez: La distancia entre un problema y


su solución es la distancia entre tu rodilla y el suelo.
No es que existan personas que sean poderosas en la oración o
personas que oren con más poder que otras, simplemente que la
oración sincera llega directamente ante el trono de Dios el cual la
escucha y nos trae la respuesta en forma de poder, milagro y
victoria. Es necesario que día tras día volvamos a cultivar esos
tiempos de oración en los que nos presentábamos con un corazón
sencillo y palabras simples delante de la Santidad y Soberanía de
Jehová. No me refiero a que gritemos más, nos exaltemos más,
hagamos más escándalo, etc. puesto que a veces el más suave de
los susurros puede ser más sincero que el mayor de los lamentos.
No se trata de cantidad, sino de calidad, y no se trata de
intensidad sino de la sinceridad de nuestros corazones.
Doblemos nuestras rodillas y podremos comprobar cómo el
rumbo de nuestra propia vida y el rumbo de la iglesia van siendo
mejorados día tras día.

3.La perseverancia: La clave del éxito

Si existe alguna cosa que ha distinguido a la iglesia primitiva con el


paso de los años es su profunda, firme y constante perseverancia.
Hay algo que debemos tener presente: en cualquier situación, en
cualquier momento, en cualquier circunstancia, tanto a nivel
espiritual como a nivel terrenal, nada conseguiremos jamás sin
trabajo y esfuerzo.

‘Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión


unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.’
(Hechos 2:42)

La palabra ‘perseveraban’ es una palabra que se repite


constantemente a lo largo de toda la Sagrada Escritura. Momento
tras momento el Señor nos alienta a seguir adelante y no desistir
108

jamás. Dios nos llama a mirar hacia el frente y nunca volver


nuestra mirada hacia atrás enfrentemos lo que enfrentemos.
Desde la fundación de la iglesia, día tras día el Evangelio nunca
dejó de ser difundido. Los apóstoles, los discípulos de éstos, y
toda persona que recibía el mensaje del poderoso Evangelio de
Jesucristo era animada a llevarlo por todos los rincones de esta
tierra por muy complicado y duro que pudiese resultar. Cuando
miro la obra que estamos ahora los conocedores de la Palabra no
llega ni a una mínima parte a lo que ya hicieron nuestros padres
en la fe. Cada iglesia abierta, cada templo construido, cada familia
espiritual constituida, cada persona que recibe la palabra de
Jehová tiene su origen en hombres y mujeres que con duro
trabajo, sudor, esfuerzo, lágrimas y, en ocasiones, hasta con su
propia sangre lucharon para que cada vez el Evangelio llegase a
más y más personas.
Años atrás hombres como Hudson Taylor decidieron dejar la
comodidad de su vida en países y ciudades bien desarrolladas
para dedicar sus días a caminar en las selvas más profundas del
continente asiático y aldea por aldea llegar a aquel pueblo que
nunca había oído hablar de este gran y maravilloso Jesús. Fruto de
su trabajo y su perseverancia muchas iglesias fueron levantadas,
sobretodo en China, y así otros hombres siempre destacaron por
su trabajo evangelístico y misionero.
No podemos pensar que hoy somos perseguidos o que las cosas
no son tan fáciles como antes, no podemos pensar que las
personas hoy no tienen más fe y por eso debemos desistir de
ellas, sino que debemos tener un único pensamiento en nuestra
mente, nuestra propia vida fue el resultado de horas de lágrimas
derramadas y la perseverancia de personas que quisieron vernos
algún día caminando con Jesús y que colocaban en sus oraciones
nuestras vidas en las manos de Jehová.
Las pruebas que la iglesia primitiva enfrentó era mucho mayores
que las que podemos enfrentar hoy. Ninguno de nosotros ha sido
colocado en medio del Coliseo romano para negar a Cristo
109

delante de un enorme público y de no hacerlo ser sacrificado de


mil maneras distintas o ser devorado por los propios leones, a
ninguno de nosotros se nos tachó de brujos o herejes por parte de
la Santa Inquisición ni fuimos quemados vivos o asesinados por
profesar una fe diferente, a ninguno nos han puesto una pistola
en la cabeza para tener que renegar de nuestras creencias o algo
por el estilo, etc. Cosas que en otros lugares y en otro tiempo si
sucedían pero nunca fueron impedimento para que los pies de
estas personas siguieran caminando hacia delante y siguiesen
transmitiendo la palabra de nuestro Señor.
Este es una de las cualidades que debemos recuperar y no dejar
que desaparezca de nuestro medio. No podemos desistir de las
personas que caminan por las ciudades donde vivimos, ni de
aquellas que conviven con nosotros, ni de nuestros compañeros
de trabajo, etc. Por mucho que nieguen su fe y creencia en Dios,
por mucho que se rebelen contra nuestra manera de ver la vida y
por mucho que quieran luchar contra nosotros debemos
perseverar, saber y conocer que Aquel que lucha de nuestro lado
es mucho mayor y más poderoso, que nada ni nadie pudo, puede
ni podrá impedir que su voluntad se haga, porque cuando Dios
habla el universo entero calla para escuchar y cuando el Señor
mueve su mano maravillas acontecen. Cuando decide operar y
actuar nada ni nadie puede impedirlo, porque solo Él es dueño de
todo el poder y solo Él es Soberano.
Confiando día tras día en Jehová, perseveremos unánimes en la
oración, en la comunión unos con otros y en el trabajo en las
calles para darle un nuevo color y una nueva esperanza a este
mundo en el que vivimos. La fe de las personas no ha
desaparecido, simplemente se ha apagado y necesitan que con un
soplo de vida y ánimo vuelvan a avivar las llamas y encender la luz
de la fe en un Dios creador de todas las cosas.
110

4.La unidad hace la fuerza

Hay algo que siempre ha funcionado de cara a conseguir y a


alcanzar los más grandes objetivos, y eso ha sido: la unidad de un
pueblo con un mismo fin.

‘Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino


que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de
mí.’ (Hechos 1:4)

Antes de empezar la mayor obra evangelística de la historia a lo


largo de la tierra llevando el Evangelio de Jesucristo hasta los
cuatro costados del planeta el Padre les pidió que esperasen la
promesa que Éste les había hecho, es decir, el derramamiento del
Espíritu Santo sobre sus vidas, pero hay algo que destaca sobre
este versículo y que nos muestra una característica muy
importante de la iglesia primitiva, el versículo dice ‘estando
juntos’.
La iglesia tiempo atrás no se reunía únicamente los domingos para
juntos congregar y posteriormente se marchaban cada uno a sus
hogares olvidando por completo lo que dejaban y a los que
dejaban en aquel lugar. Desde el principio de los siglos y desde su
fundación la palabra que mejor describía el sentimiento que se
vivía dentro de la iglesia era ‘familia’.
No nos llamamos hermanos por el mero hecho de ser hijos de un
mismo Padre y por profesar una misma fe, sino que debemos
llamarnos hermanos por el carácter de unidad que debe existir
entre cada uno de nosotros.
Las cosas que uno enfrenta debemos enfrentarlas el conjunto
entero de la comunidad de manera que así más rápidamente
podamos solucionar el problema, y del mismo modo, también
unidos, celebrar los días de mayor alegría y regocijo de nuestra
vida.
111

Una persona en solitario, aunque pueda creer y pensar que es


capaz de superar cualquier obstáculo o prueba que la vida le
presente, siempre acaba cayendo en algún punto del camino, y
como consecuencia de ese andar solitario, no tiene una mano a su
lado que pueda levantarla tras su caída y ayudarla de nuevo a
emprender el camino. Sin embargo, aquellos que viven y caminan
unidos siempre podrán caer, pero rápidamente tendrán a alguien
que volverá a levantarlos, e incluso, antes de caer podrá
sostenerlo para evitar su derrumbe.
No nacimos para ser un pueblo individual e independiente, sino
un conjunto de seres que se interrelacionan unos con los otros y
que conviven en unidad. Sin unidad, la iglesia se debilita y
rápidamente se ve atacada por las asechanzas de su mayor
enemigo, sin embargo, una iglesia que caminan, ora, intercede y
se edifica día tras día reforzada en la unidad difícilmente podrá
ser dividida.
La causa de la entrada de la murmuración y algunos otros
aspectos parecidos dentro de una congregación es la falta de
intimidad y comunión que existe entre sus miembros. Por ese
motivo, la falta de unidad que estamos experimentando, está
provocando que la iglesia se vaya enfermando momento tras
momento.
Vemos como las personas llegan para disfrutar de su culto
personal con Dios sin preocuparse por el colectivo de la
comunidad, sin embargo, desde su fundación, la iglesia se
compuso por miembros que buscaban la adoración a Dios y la
edificación en grupo y unidos, fortaleciéndose los unos a los otros.

‘Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el


pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de
corazón’ (Hechos 2:46)

Tal y como vemos en el versículo anterior, no tan solo


perseveraba la iglesia unánime en el templo, es decir, en los
112

momentos de culto a Dios, sino que su relación los llevaba a


reunirse en sus propios hogares y compartir de sus bienes unos
con los otros. El pueblo de Dios se formaba por hermanos que
compartían sus bienes unos con los otros, que disfrutaban de los
momentos de alegría juntos y del mismo modo que en los
momentos más amargos también juntos se apoyaban. Los
momentos de luto o duelo, los momentos de enfermedad, los
momentos de tristeza, etc. En ningún registro vemos hermanos
sumergidos en una profunda soledad, sino rodeados de otros
compañeros y amigos que lo apoyaban en sus días más oscuros
para poder pronto poder traerle el brillo a su vida.

‘Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y


dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la
tierra, el mar y todo lo que en ellos hay’ (Hechos 4:24)

En nuestros días debemos recuperar ese sentimiento de crecer


juntos los unos con los otros y acercarnos más a Jehová a través
de la unidad y no mediante la independencia. Una de las mejores
maneras en que conseguiremos fortalecer nuestras comunidades
y una de las mejores maneras con las que conseguiremos alcanzar
las ciudades donde tenemos establecidos nuestros templos es a
través de la unidad de un pueblo.
Un pueblo dividido nunca podrá prevalecer, por ese motivo la
iglesia experimenta una fuerte decadencia a nivel de calidad en
nuestros días, porque la falta de unidad está provocando la caída
de nuestras comunidades.
Apoyémonos los unos a los otros, experimentemos el gozo de ser
solidarios con los demás, dejemos de lado el egocentrismo y el
egoísmo y comencemos a experimentar lo que es tener a los
demás incluso en primer lugar por encima de nosotros. Cuidemos
unos de los otros, edifiquémonos día tras día entre los propios
hermanos, y cojamos la mano de nuestros compañeros y
113

emprendamos juntos este maravilloso camino que nos llevará un


día a la gloria eterna.
No existe nada más triste que mirar a la derecha y posteriormente
a la izquierda y ver que nadie camina de tu lado; por el contrario,
no hay nada que alegre más el corazón de un ser humano que
mirar a ambos lados y ver la compañía de seres queridos que lo
acompañan en todo momento.

5.Una iglesia llena de fe y Espíritu de Dios

En los últimos días he vivido meditando sobre un tema en


particular que nos diferencia en gran manera de los hombres del
pasado, y es quizá una falta de unción y poder del Espíritu Santo
en todos nosotros.
Si existe algo que destacó a todos los hombres que marcaron la
historia de nuestra iglesia es la unción del Espíritu Santo que
habitaba en cada uno de ellos.
Veo como día tras día recurrimos a cada vez métodos más
modernos y más carnales para acercarnos a los seres humanos
que no conocen a Dios. Utilizamos actividades de danza moderna
como el rap, el hip-hop, la salsa, etc. Con letras parcialmente
bíblicas con tal de atraer a los más jóvenes. Utilizamos métodos
como estrategia psicológicas y emocionales para llegar al corazón
de los más adultos, etc. Y así cada vez van apareciendo más y más
tipos de actividades que estamos desarrollando justificándonos
comentando que al pasar los años la iglesia tiene que adaptarse a
los tiempos que van llegando.
A lo largo de la historia he visto algo con mucha claridad: Nunca
fueron necesarias estrategias para darle la vuelta a una ciudad
con la Palabra de Dios.
Considero que la búsqueda tan constante de Dios, la pureza y la
santidad, así como la plenitud que había del Espíritu Santo y la fe
en la conversión de los pueblos que se encontraba en los hombres
y mujeres que surgieron desde la fundación de la iglesia
114

provocaba que éstos, con simplemente sermones suaves y


sinceros, provocaran el arrepentimiento genuino de las personas
y la entrega total de éstas a los caminos del Señor.
Si la iglesia hoy buscase más una plenitud del Espíritu y no nuevas
estrategia, quizá lograríamos que Dios quebrantara los corazones
de los gentiles con la simpleza de un sermón expositivo de los
valores principales del Evangelio de Cristo.
¿Cuándo llegará de nuevo el día en que los gentiles se derramarán
en lágrimas y se arrodillarán delante de un altar sin necesidad de
gritos y palabras que nacen de psicología y no del Evangelio de la
gracia?
¿Cuándo volveremos a ver como las personas se acercan a Cristo
a través de la palabra de Cristo y no a través de otros métodos?
Nunca se ha visto una fragilidad tan grande en las iglesias en el
pueblo que congrega como en nuestros días. Nosotros, los
pastores, que procuramos edificar con nuestro esfuerzo y la guía
del Espíritu de Dios, tenemos que medir extremadamente
nuestras palabras a la hora de corregir o exhortar algún miembro,
tenemos que medir el grado de profundidad de nuestros
sermones o la dureza de nuestras palabras porque sino, en
cuestión de días, miembros empiezan a dejar la congregación.
Si las iglesias empiezan a levantar hombres y mujeres que fueron
atraídos con métodos que nacen de la carne, generarán cristianos
que solo sepan vivir en la carne, sin embargo, una iglesia que
pretende alcanzar hombres y mujeres mediante el Espíritu,
generará cristianos espirituales que soportarán la exhortación a
través de la palabra de Dios e incluso la aceptarán y adaptarán a
sus vidas.
Si justificamos que utilizamos el hip-hop, rap, heavy metal, salsa,
etc. Para atraerlos, nos daremos cuenta como posteriormente
deberemos continuar alimentándoles con ellos puesto que no
llegaron a la comunidad por la palabra o un arrepentimiento fruto
del conocimiento de sus pecados, sino que llegaron porque
encontraron algo similar a lo que practicaban en las calles.
115

Nacimos para marcar la diferencia mediante nuestra fe y el poder


del Espíritu Santo, y no para adaptarnos al mundo. El mundo no
puede marcar la iglesia, sino que la iglesia debe marcar al mundo.

‘Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar


en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.’
(Hechos 2:4)

‘Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados


tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con
denuedo la palabra de Dios.’ (Hechos 4:31)

Uno de los acontecimientos que provocó la rápida expansión del


Evangelio a lo largo de toda la tierra y que edificó poderosamente
a la iglesia primitiva fuer el derramamiento del Espíritu Santo
sobre todos ellos. Debemos por ello, en nuestros días, clamar por
ese derramamiento, clamar por ese nuevo avivamiento que no
nazca en el alboroto y en los gritos, sino que de frutos a partir de
lágrimas que nazcan de la angustia y el quebrantar de nuestros
corazones. Un nuevo avivamiento tiene que llegar a nuestro
medio para provocar en estos últimos días que le quedan a la
iglesia de Cristo en la tierra consigamos alcanzar el máximo de
almas posibles para la gloria de Dios.
Oración: Padre, me encuentro ahora en tu presencia, inspirado por
ti para dejar estas palabras grabadas, y contemplando con mis
ojos la inmensa necesidad que tus hijos necesitan de un nuevo
avivamiento, y por ello clamo ahora. Solo Tú tienes potestad para
derramar el Espíritu Santo sobre nuestras vidas y por ello te pido
que sobre esta generación débil derrames una unción poderosa y
especial que nos quebrante el corazón, nos fortalezca y nos de
poder para salir a las calles y proclamando tu palabra consigamos
darle la vuelta a nuestros países. Es tiempo de cambiar la historia,
es tiempo de hacer historia, pero nada podemos hacer si la unción
del Espíritu Santo no actúa a través de nuestras vidas. Todo poder
116

es tuyo porque eres Soberano y Majestuoso. Contemplamos día


tras día las obras de tus labios y tus palabras y por eso sabemos
que no existe nada imposible para ti. Edifica a tu iglesia y
levántala para poder iluminar las tinieblas que rodean nuestras
ciudades. Te alabamos, glorificamos y exaltamos, hoy y para
siempre. Amén.

6.El principio de la sabiduría: El temor de Dios

‘Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y


señales eran hechas por los apóstoles.’ (Hechos 2:43)

La sexta cualidad o característica que era visible en la iglesia


primitiva y que en nuestros días está dejándose de lado poco a
poco es el temor de Dios que residía en el medio cristiano.
En el versículo que observan del libro de los Hechos de los
Apóstoles pueden contemplar que uno de los precedentes de los
milagros, prodigios y maravillas que acontecía continuamente era
el temor que había en cada persona de cara a Jehová.
Este temor no consiste en sentir pánico o miedo al castigo de Dios
sobre nuestra vida por causa del pecado cometido, más bien se
trata de un sentimiento de reverencia y completo respeto a su
presencia la cual se encuentra en todo lugar y en todo momento.
Uno de los principales motivos de la frialdad en las iglesias de hoy,
de las abominaciones que vemos en muchas congregaciones y de
la abundancia de pecado que está habiendo en los lugares de
liderazgo más destacados es fruto de la ausencia del temor de
Dios en nuestro medio. Vivimos amando a Dios, entregándole
nuestra vida porque sabemos que Él cuidará de todas nuestras
necesidades y nos proporcionará todos nuestros deseos
cumpliendo los sueños de nuestro corazón, como si se tratase de
algo más parecido a Papá Noel, al que nos presentamos en
oración con una carta de requerimientos y necesidades que Él
debe resolver por obligación. Sin embargo, olvidamos la
117

reverencia que debemos tener a su omnipresencia, sabiendo que


todo lo que hacemos, decimos, pensamos o sentimos está bajo su
conocimiento y la falta de temor en nuestros corazones hace que
no nos moleste actuar de cualquier forma por francamente no
nos molesta las consecuencias que pueda tener nuestra actitud.
Vivimos como si Dios no estuviera aquí, prácticamente igual que
los ateos pensando que caminan completamente solos, y no
somos conscientes de que todo lo que hacemos es y será juzgado
por Dios, y debemos tener temor a ese juicio y a esos ojos que
continuamente están puestos sobre nuestra vida.
Si realmente lo amamos, si realmente le hemos entregado
nuestra, si verdaderamente estamos agradecidos por lo que hizo
en la cruz del Calvario, ese temor hará que no pequemos en todo
momento puesto que querremos contentarlo con nuestras
actitudes sea cual sea el lugar o la ocasión.
Vivir sin temor de Dios, como si nada fuera a suceder porque
tenemos garantizado su perdón, es vivir como los necios, más tal
y como nos muestran las Sagradas Escrituras, el principio de la
sabiduría, es el temor de Jehová.

‘Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que
oyeron estas cosas. Y por la mano de los apóstoles se hacían
muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos
unánimes en el pórtico de Salomón.’ (Hechos 5:11-12)

Cuando los mensajes que sean predicados desde los púlpitos


hablen más sobre el pecado, sobre la santidad, sobre la soberanía
de Dios, el juicio de Dios, la ira de Dios, el castigo de Dios, etc. el
pueblo de Dios empezará a conocer verdaderamente al Dios que
sirven y vivirán una vida adecuada a este Dios. Sin embargo,
mientras nos sigan presentando a un Dios misericordioso que
pasa por alto cualquier cosa, que nos tiende una mano en
cualquier momento sea cual sea la actitud que nos puede haber
llevado a esa situación, y que nos concederá todos nuestros
118

sueños, las personas seguirán viviendo conforme al Dios que les


están presentando.
Soy pastor y me duele reconocer lo que diré ahora pero: la vida
cristiana que vemos hoy en las calles el fruto del Dios que se ha
predicado en la iglesia.
Antiguamente los cristianos marcaban una diferencia por la calle,
eran reconocidos a kilómetros de distancia, marcaban una
diferencia en cuanto a sus vestiduras, estilos musicales, forma de
comunicarse, tradiciones y costumbres, etc. sin embargo, hoy en
día colocamos a cien personas que están completamente en
contra de Dios en una calle y veinte cristianos entre ellos y
pasarán totalmente desapercibidos tanto a nivel visual, en cuanto
a sus vestiduras, como en todos los niveles como puede ser su
forma de comunicarse o relacionarse con los demás.
Es hora de cambiar nuestros mensajes y empezar a mostrar los
verdaderos atributos de Dios desde los púlpitos, no negando su
misericordia y gracia, pero también mostrando sus atributos más
duros pero existentes. Cuando el temor de Dios nazca con fuerza
de nuevo en nuestro medio, de la misma manera resplandecerá
de nuevo la luz de Cristo que iluminará a las naciones, impactando
a través de la diferencia, y no pasando desapercibidos a través de
la similitud.
Saben, cada vez que me enfrento a una situación que puede tener
como fruto final el pecado, me planteo una serie de cuestiones
que me llevan a reflexionar, darme la vuelta y actuar de una
manera distinta. Saber que el Señor puede castigarme por mis
acciones y conocer plenamente que todo pecado traerá
consecuencias a mi vida en algún momento no es la mayor de mis
preocupaciones. Más bien el hecho de ver a Jesús en la Cruz,
callado, sin pronunciar palabra alguna, limpio de todo fallo y
error, puro, generoso con los demás y amoroso con el mundo
entero, sabiendo que yo un día entregaría mi vida para servirle, y
saber que con lo que puedo hacer puedo pasar por encima de ese
maravilloso sacrificio, puedo ignorar esas sangre derramada por
119

mí, puedo lastimar el corazón de aquel que me amó hasta el


punto de sacrificarse por mí, decepcionarlo, etc. esos son los
verdaderos sentimientos que me inundan y me frenan antes de
emprender algunas acciones. Tan solo quiero decirle a usted,
lector o lector, que en cualquier momento o circunstancia antes
de actuar de manera precipitada o impulsiva visualice la cruz del
Calvario, recuerde lo que un día hicieron por usted y sepa que ese
mismo hombre que fue clavado en aquel madero con esos mismo
ojos pero en su esplendor y divinidad está contemplando lo usted
irá a hacer.
Tener temor de Dios es la mayor virtud que podemos tener de
cara a guardar nuestra salvación y a garantizar una vida recta
delante de los ojos de Jehová. Antes de pedirle cualquier cosa a
Dios, pídanle abundancia de temor en sus corazones, y el resto
llegará por su propio pie.

7.Todo esfuerzo y sacrificio se ve recompensado

Por último, me gustaría acabar este capítulo con una última


palabra: perseverancia.

‘y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos


según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada
día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos
con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo
favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia
los que habían de ser salvos.’ (Hechos 2:45-47)

Uno de los principales motores del crecimiento de la iglesia


primitiva y una de las cualidades que poseyeron los más grandes
misioneros y predicadores de la historia fue su perseverancia a la
hora de llevar a cabo la obra de Dios en la tierra. Enfrentando
cualquier contratiempo, superando las pruebas que iban
apareciendo a lo largo del camino, luchando contra la persecución
120

del pueblo contrario a la predicación del Evangelio, etc. la


perseverancia que había en ellos consiguió que hoy en día muchos
templos estén levantados y que muchos de nosotros hayamos
conocido la palabra de Dios.
Alguien dijo una vez que no son los golpes ni las caídas las que
hacen fracasar a un hombre; sino su falta de voluntad para
levantarse y seguir adelante.
Hoy en día no hemos sabido enfrentar los diminutos obstáculos
que nos encontramos para proclamar las Buenas Nuevas de
Justicia y Salvación por las calles y por ese motivo nos hemos
reducido a aquellas zonas donde el Evangelio ha sido bien
recibido por la mayoría, pero dejando de lado aquellos lugares
donde las dificultades eran mayores.
La perseverancia es un rasgo o atributo propio del carácter
esencial para el desarrollo y el crecimiento de cualquier persona.
Muchas cosas buenas que podrían ser alcanzadas o muchas
victorias que podrían obtenerse se pierden a través de titubeos,
dudas, vacilaciones o faltas de determinación. El fundamento de
la perseverancia se encuentra en la propia fuerza de voluntad que
reside en cada uno de nosotros. Esta persistencia es un
requerimiento esencial para cada proyecto que deseemos llevar a
cabo en nuestras vidas, no tan solo a nivel evangelístico o
espiritual, sino en cualquier aspecto de nuestra vida cotidiana. Si
desaparecen la persistencia, el esfuerzo y la dedicación no
alcanzaremos la gran mayoría de metas que podamos
proponernos ya que probablemente, como muchas personas,
acabemos cambiando nuestros objetivos y reduciendo nuestras
expectativas a aspectos mucho más sencillos y fáciles de alcanzar.
Nuestras congregaciones hoy deben unir la perseverancia, la
fuerza de voluntad y el deseo por hacer una obra genuina sobre
nuestra generación y así lograremos resultados francamente
positivos. Existen personas que a las primeras señales negativas o
con la aparición de los primeros obstáculos tienden a abandonar
el camino de la fe, darse por vencidas y echarlo todo por la borda,
121

pero sin embargo, existen otro tipo de personas las cuales se


afirman día tras día sobre sus objetivos, no importando los
obstáculos que puedan levantarse ni los contratiempos que
puedan suceder, siguiendo firmes hasta la meta propuesta.
Cuando Dios colocó en mi corazón y en mis sueños el deseo de
empezar a hacer una obra para dar a conocer su palabra en mi
país y así poder colaborar al mismo tiempo con la mejora de la
situación tanto personal y emocional de todos los habitantes de la
ciudad donde estamos trabajando por el momento, debo ser
sincero y confesar que a los dos meses de trabajo empezaron a
levantarse todo tipo de dificultades y contratiempos que me
llevaron a pensar que había sido un error emprender este
proyecto y que quizá estaba a tiempo de dejarlo marchar y volver
al lugar de donde salí. Antes de tomar cualquier decisión
precipitada me pregunté: ¿Será que el apóstol Pablo no encontró
ningún obstáculo a lo largo de su trabajo misionero? ¿Será que
para Pablo el trabajo que realizó con las iglesias de Corintio,
Tesalónica y otras muchas siempre fue fácil y sin ningún tipo de
obstáculos? Y por último me pregunté ¿Qué hubiese sucedido si a
la primera dificultad, latigazo, insulto, rechazo, etc. Pablo
desistiese? Entonces, tras meditar en esas preguntas y tras
reforzarme en un tiempo de oración, vuelvo a centrar mi visión en
los planos y proyectos que Jehová colocó en mi corazón y sigo
hacia delante enfrentando cualquier cosa que pueda interponerse
en nuestro camino. Porque hoy en día, trabajando duro para
hacer crecer esta pequeña obra que mañana será grande solo
pienso que todas las dificultades, todos los contratiempos, todas
las adversidades y cualquier cosa que pueda levantarse en nuestra
contra, tan solo conseguirá que el día que alcancemos la meta
soñada su sabor sea todavía más dulce y agradable.
Este aspecto personal se lo quiero dejar en especial a aquellas
iglesias que como nosotros estamos intentando trabajar y crecer
en lugares donde la gran mayoría de personas no tienen ni un
gramo de fe en sus vidas y son completamente contrarias a la
122

creencia en un Dios creados de todas las cosas. Tan solo les animo
a seguir firmes, persistir y perseverar y no desfallecer. No dejen
sus cosas y busquen el atajo fácil para ver pronto su congregación
llena de multitudes, sigan recorriendo el camino angosto pero que
Dios a determinado para su verdaderos valientes. El galardón que
les espera será del tamaño del esfuerzo que hayan realizad. Para
terminar con este capítulo les dejo una frase de un artista
conocido mundialmente:
‘Si una persona es perseverante, aunque sea dura de
entendimiento, se hará inteligente; y aunque sea débil se
transformará en fuerte.’ (Leonardo Da Vinci)
123

SALUDOS AL LECTOR

Estimado lector/a,
A través de este libro, no he pretendido en ningún momento
ofender a ninguna congregación, comunidad, religión o profesión
de fe. Espero y deseo realmente que a través de los argumentos
que he intentado ofrecerle palabra por palabra, versículos por
versículo, simplemente que consiga entender cuál era el principal
fundamento de la iglesia de Dios en su fundación y la situación
delicada y frágil en la que se encuentra hoy en día.
El cristianismo verdadero que está envuelto por los atributos que
le he dejado escritos es la única fe que nos invita y nos lleva a
tener una relación sana y verdadera con Dios, y tal y como
escribió Pablo a los Romanos: ‘Nunca dejen de ser diligentes;
antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu’. Pero si
usted fuese sincero consigo mismo, y si pensase por un momento
en su relación con Dios, íntimamente podría preguntarse si nunca
ha dejado de ser diligente.
Independientemente del tiempo que usted pueda llevar siguiendo
a Jesús, o si lo sigue o no todavía, la novedad, el entusiasmo y la
efusividad que experimentó en el primer momento con certeza ha
pasado a ser un sentimiento más frío, pausado y relajante, cuando
realmente debería ser evidente en nuestra vida diaria hasta el fin
de los tiempos.
Tal y como dejó escrito el apóstol Juan, en su primera carta,
vemos un gran consejo que es el principal motivo del
enfriamiento de nuestra relación con Dios ‘No amen al mundo ni
nada de lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no
tiene el amor del Padre.’ A través de todas las Escrituras vemos
como Dios derramó su amor sobre nosotros a través su Espíritu
Santo y ese mismo amor es el que hace que mantengamos una
relación ferviente, apasionada e íntima con Cristo. Sin embargo,
en el momento que dejamos entrar en nuestros corazones el
124

amor por cosas de este mundo como pueden ser las pasiones
desordenadas, la vanidad, la codicia, la avaricia, el rencor, la ira, el
vicio, etc. automáticamente desplazamos el amor de Dios de
nuestros corazones y provocamos esa frialdad que poco a poco
nos mata y destruye espiritualmente.
Yo, en mis pocos años de relación con Dios, ya he experimentado
ese enfriamiento fruto de la distancia y del acercamiento a
sentimientos contrarios a los Jehová preparó para nosotros. Sé lo
que es orar y no sentir nada, escuchar una predicación y que mis
ojos se cierren porque la palabra no tiene impacto sobre mi vida,
asistir a la iglesia y creer que la iglesia tiene problemas puesto que
no siento nada dentro de la congregación, perder el deseo de
asistir a los cultos o de llevar una vida devocional, olvidarme
completamente de evangelizar a los demás y hablarles del amor
de Dios, etc. y poco a poco ver como mi corazón desplaza más a
Dios y vuelve a dar entrada a antiguos sentimientos. Sin embargo
aprendí algo: Mientras mi corazón lata porque Dios así lo permita,
tengo la oportunidad de darle un giro completo a esta situación y
cambiar el rumbo de mi vida espiritual.
Nunca es fácil hacer las cosas bien cuando tú mismo las has
conseguido estropear, pero mediante la perseverancia y la
persistencia conseguimos solventar los errores que día tras día
hemos podido cometer. A través de la oración, la lectura profunda
de la palabra y la adoración a Dios poco a poco ese primer amor
vuelve a comenzar a nacer en nuestros corazones y cuando
queremos darnos cuenta, volvemos a escuchar un mensaje de los
labios de nuestros líderes espirituales y nuestro corazón vuelve a
acelerarse con esa palabra y lágrimas vuelven a nacer de nuestros
ojos al sentir que Dios vuelve a estar vivo dentro de nosotros.
Aquellos que están en esa situación de distanciamiento espiritual
les animo a buscar una solución, y si no la encuentran por su
propio pie puesto que sus fuerzas se encuentran limitadas en
estos momentos, acérquese a una comunidad cristiana y hable
con el pastor para que con sabiduría, paciencia, mansedumbre y
125

amor procure soluciones a su problema. De no disponer de nadie


cercano, al final del libro dejaré anotadas las formas de contacto
directo conmigo para que personalmente pueda encargarme de
volver a conducirle por ese camino en que Dios y usted vivan una
intimidad profunda y especial.
Si usted por lo contrario congrega en alguna comunidad
evangélica, ya sea pentecostal o de cualquier otra rama
protestante, le animo a seguir firme en su congregación y sobre
todo, a no usar estos argumentos en contra de nada ni de nadie,
sino simplemente a utilizarlos para ver la realidad actual y
compararla con el lugar que lo está alimentando espiritualmente.
Si ve en su iglesia algún aspecto comentado en el libro que ahora
pueda considerar contrario a la voluntad de Dios, con respeto y
humildad le animo a dirigirse a su pastor y explicárselo
cuidadosamente procurando la sanidad de la familia espiritual
que está liderando.
A todos, en general, gracias por haber contribuido a esta primera
obra de una serie de libros que poco a poco me dedicaré a editar
y compartir con los demás para así poder edificar la vida de las
personas con la ayuda y dirección del Espíritu Santo de Dios.
Espero que este libro de estudio y reflexión le haya sido útil para
su edificación personal y espiritual y si en algún momento mis
palabras o argumentos han resultado duros u ofensivos, le ruego
me perdone en el nombre del Señor.
Compartir con ustedes lo que Dios me da es un privilegio y un
honor que con gusto seguiré haciendo mientras las ideas sigan
fluyendo dentro de mi corazón, sin buscar en ningún momento las
riquezas personales sino tal y como el Señor dejó escrito en su
Santa Palabra:

‘Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para
la gloria de Dios.’ (1ª Corintios 10:31)
126

DATOS DEL AUTOR

Nombre completo: Juan Manuel Vaz Salvador

Fecha de nacimiento: 19 de Marzo de 1988

Lugar de nacimiento: Barcelona (España)

Curiosidades:
Conoció al Señor a través de su esposa en el año 2008 y
rápidamente, tras profundas experiencias personales, decidió
entregar su vida a Dios. No tardó mucho en dejar atrás las cosas
pasadas y en cambiar el rumbo de su historia para servir al
Creador de todas las cosas y su crecimiento y desarrollo espiritual
dado por el Espíritu Santo de Dios fue rápido y firme. Educado a
nivel espiritual en la Iglesia Jesucristo Sana y Salva en la ciudad de
Gavá, Barcelona, de la mano del Pr. Hamilton Andrade (Ecuador)
pasó a los dos años a ser líder del grupo de jóvenes de su
comunidad y posteriormente, un año después, fue nombrado Co-
Pastor de la congregación. Un tiempo después, y tras un llamado
directo recibido de Dios, se separó de la iglesia donde nació y
comenzó en Octubre de 2011 la obra que él mismo está
pastoreando en Gavá, la Iglesia Caminando Por Fe.
Sin el deseo de llenar pabellones y polideportivos, pero con un
fuerte deseo de trabajar principalmente con la unidad familiar, los
adolescentes y los sectores más marginales, poco a poco trabajan
para el crecimiento y desarrollo de la ciudad a nivel espiritual y
emocional.

Formas de contacto:
www.iglesiacaminandoporfe.jimdo.com
iglesia.caminando.por.fe@live.com
juan.manuel.vaz@live.com

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