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NOVELA

millonaria
Busco a una

Lawrence era demasiado ambicioso y, con tal de alcanzar la meta


que se había propuesto, estaba dispuesto a casarse por interés
NOVELA POR CORIN TELLADO

S
arah miró a su hermano grises. Tenía 28 años. Llamaba la atención —Hablar... ¿de qué, querida?
Lawrence, quien estaba sen- de las mujeres dondequiera que iba. —De nosotros dos.
tado frente a ella en la sala. Se —Me voy Sarah. No me gusta que Era lo que Law no deseaba. Ivonne era
querían muchísimo, aunque me des sermones. Por eso prefiero hablar la muchacha más rica de Gante o mejor
ella no estaba de acuerdo en con Sophia Boyd. Ella jamás censura mi dicho, de toda Bélgica, pero... ¿qué hacían
su manera de pensar, pues él manera de pensar. sus padres? Viajar, pasear, disfrutar de la
era demasiado ambicioso. —¿Te ha dicho que está de acuerdo? vida... No tenían negocios, porque todo
—¿Te quedarás a cenar, Law? Mark —No, pero si no lo estuviera, me lo lo habían vendido. Su capital era inmen-
no tardará en regresar. Ya salió del trabajo diría. Sophia es incapaz de callarse lo que so, pero él quería casarse con una mujer
—le dijo Sarah, y después de hacer una siente o lo que piensa. rica cuya familia tuviera empresas que él
pausa, continuó—: ¿Es cierto que te han —Parece mentira que siendo tan in- pudiera administrar.
visto por la ciudad con Ivonne Grod? teligente, seas tan ingenuo para muchas —¿No estamos todos los días hablan-
—He salido con ella algunas veces. cosas. Sophia es prudente, eso es todo. co de nosotros dos?
—Law, Law... ¿por qué miras tan al- —Bueno, Sarah, me voy. Vendré a co- —Mira, Law, papá me preguntó
to? Desde que eras un jovencito decías mer el próximo domingo. Tengo demasia- el otro día, cuando regresó de su viaje:
que te casarías con una millonaria. Jamás do trabajo en el bufete durante la semana. “¿Quién es ese muchacho que te acom-
saliste con una chica de nuestro barrio. —Eres un buen abogado, hermanito, paña?”. Le dije: “Lo conocí en el club.
Siempre estuviste metido en un mundo y cada vez tienes más clientela. No sabes Sé que es abogado y que proviene de una
social que no te correspondía. ¿Por qué no lo que me alegra por ti. Ganas bien, y gra- familia humilde”. Tengo que ser sincera
miras hacia un horizonte más modesto? cias a una recomendación de un cliente, contigo: papá se puso furioso. Dijo que no
Ya ves, yo no busqué un marido rico. Me pudiste hacerte miembro del club social. podía casarme con un hombre anónimo.
casé con Mark, que trabaja en un banco y ¿Qué necesidad tienes de casarte por inte- Discutimos. Mi madre, que es sentimen-
gana un sueldo lo suficientemente bueno rés, si vas subiendo por ti mismo? Busca a tal, se puso de mi parte. Quiero presen-
para mantenernos al niño y a mí. Nada nos una muchacha que te inspire amor. tarte a mi padre en la primera oportuni-
hace falta, te lo aseguro, pues nos amamos —Tal vez me enamore de Ivonne... dad que tengamos. Estoy segura de que
y somos muy felices. Law se marchó y Sarah suspiró. Pensó cuando te conozca, cambiará de opinión.
—Me alegro por ti, hermanita —le en Ivonne, la única hija del multimillona- Lawrence no quería ese compromiso,
dijo Law poniéndose de pie—. Tengo que rio John Grod. pues no estaba seguro de lo que lo que
irme, no puedo quedarme a cenar. —Ivonne debe sentir una gran atrac- quería con Ivonne. Deseaba demasiadas
—¿Vas a salir con Ivonne Grod? ción por Law, de lo contrario, no saldría cosas a la vez en una mujer: que fuera
—Me parece que te disgusta que lo con él, sino con alguno de sus amigos de rica, linda, de valores morales y que lo

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haga, Sarah, y no sé por qué. su círculo social —dijo Sarah en voz baja. enamorara. Lo último era lo más difícil.
—Es que creo que ella nunca se ca- vonne Grod era una muchacha de Había salido con varias muchachas de la
sará contigo. Los Grod van a querer co- 24 años, bonita, rubia, de ojos cafés, alta sociedad belga, pero no había senti-
mo yerno a alguien de su esfera social y esbelta y muy femenina. Tenía cla- do esa pasión que anhelaba experimentar
económica —le dijo Sarah con seriedad. se. Vestía a la última moda y llevaba por quien fuera su esposa. Por supuesto,
Lawrence se alteró un poco interior- una joyas fabulosas. seguía pensando que su prioridad era
mente. Era un hombre sumamente atrac- —Lawrence, tenemos que hablar —le que fuera millonaria y estaba dispuesto a
tivo, alto, delgado, de pelo oscuro y ojos dijo Ivonne, cariñosa. casarse por interés, pero en el fondo, no

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quería renunciar al amor e Ivonne, hasta casarme con una mujer rica, pues no quería la he visto y no me ha llamado la atención.
el momento, no se lo inspiraba. pasar más necesidades? —Todo no se puede tener en la vida.
—Tenemos que conocernos mejor, —Sí, claro —le dijo Sofía—. Te recor- —Pues yo quiero que la mujer que se
Ivonne, antes de dar un paso así. dé que otros tenían menos que tú. case conmigo tenga belleza, cualidades y
—Me gustas mucho, Lawrence, y —Nunca me diste tu opinión. dinero. Es decir, todo.
quiero que mi padre te conozca. —No me correspondía dártela. La de- Sophia se hecho a reír de una manera
Lawrence guardó silencio. cisión es tuya, no mía. ¿Ya la encontraste? muy fuerte, demasiado fuerte para ella,
—Mis padres se fueron a Holanda y ¿Es Ivonne Grod? quien era una mujer muy delicada.
regresan la próxima semana. Van a feste- —No lo sé... Es increíble, pero no pue- —Vete ya, Lawrence. Es tarde.
jar mi cumpleaños el próximo sábado. Ese do irme a mi apartamento sin pasar por el —Hasta mañana, Sophia. Entre visita
será el día perfecto para presentártelos. tuyo. Es como una necesidad conversar y visita, te contaré lo que me está pasando.
—Bueno, ya hablaremos de eso. Aho- contigo. A veces me siento desorientado. Al día siguiente, Hugh Adorf llegó con

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ra vamos a comer, ¿te parece? Sofía le sirvió un café. Era una mucha- su hija al bufete de Law.
ntró en el edificio y subió por cha de 23 años, esbelta, de piernas perfec- Ilia, al verlo, pensó que era un hombre
la escalera. Lawrence nunca se tas. En su rostro bellísimo se destacaban muy atractivo. Le habían dicho que salía
sentía satisfecho de sí mismo. sus ojos verdes y su boca de labios gruesos. con Ivonne Grod, pero eso no sería un im-
Tanto años buscando una meta —Creo que tienes algo que contarme. pedimento para ella. Le encantaría poder
y cuando la tenía al alcance de la mano, ¿Qué es, Law? Estás saliendo con Ivonne quitarle el enamorado a Ivonne.
estaba a punto de dejarla ir. Grod. Es la mujer que te conviene, ¿no es —Cuéntame lo sucedido, Ilia —le dijo
Lawrence vivía en el cuarto piso y casi así? Hija única, heredará todos los millones Lawrence—. Solo así podré ayudarte.

“No me gusta que me des sermones, Sarah.


Por eso prefiero hablar con Sophia. Ella jamás censura
mi manera de pensar”, le dijo Lawrence a su hermana

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nunca usaba el elevador, pues le gustaba de sus padres y una casa que es una verda- uedaron solos. Ya todos los
hacer ejercicio. Iba todos los días al campo dera mansión. La he visto por fuera, claro, clientes se habían ido y Law
de golf. La carrera de abogado y el pres- jamás he estado allí ni estaré. se dejó caer en la silla que
tigio que estaba adquiriendo le permitían —Ivonne es la mujer que he esperado estaba detrás de su escritorio.
entrar en muchas partes. El provenía de toda mi vida, pero no me satisface. —Sophia, estoy pensando una cosa.
una familia humilde y sus padres se habían —Dijiste que querías a una millonaria. Ivonne no me gusta lo suficiente como
retirado a una finca que tenían, para llevar Ya la tienes. ¿Por qué dudas? para casarme con ella
una vida más tranquila, mientras él y su —No lo sé. Mañana hablaremos en la —¡Ah!
hermana se habían quedado en la ciudad. oficina, Sophia. —¿Te asombra?
Lawrence vivía en un apartamento —No creo que puedas, pues tienes una —No, claro, si tú lo dices es que así es.
desde hacía muchos años. Sophia Boyd, cita con el señor Hugh Adorf. —Hoy que vi a Ilia Adorf pensé que
su amiga del alma, ocupaba otro en el mis- —Es cierto, la había olvidado. Menos podría interesarme. Aunque no es bella,
mo edificio y se veían todos los días. Es mal que te tengo a ti, Sophia. sí tiene mucha personalidad. Además, su
más, cuando Law puso su bufete le ofreció —Además, el señor Adorf, otro de los padre es dueño de las principales fábricas
trabajo como secretaria. Ella aceptó. Law millonarios de aquí, tiene una hija llamada de textiles. ¿Qué piensas, Sophia? Me gus-
también contrató a un asistente: Peter Arch, Ilia. Es bonita, simpática y, según me han taría invitarla a salir. Ilia me miraba de una
quien estaba en el último año de su carrera dicho, no tiene novio. manera insinuante. No creo que rechace
de Leyes y le era muy útil. —¿Te estás burlando de mí, Sophia? mi invitación.
Lawrence tocó en la puerta del aparta- —No, Lawrence. Solo te hago ver tus —Estoy segura de no lo hará. Pero
mento de Sophia. Esta vivía con su madre, posibilidades en el amor. El señor Adorf dime algo: ¿Estás seguro de que quieres
pero Helen Boyd había salido y no estaba te ha buscado para entablar una demanda casarte por interés? Ahora ganas mucho di-
en ese momento. contra un hombre que fue novio de su hija nero. Puedes tener un capital por ti mismo.
—Siéntate, Law. ¿Qué deseas tomar? y quiere chantajearla por unas cartas que —Nunca será igual. Quiero tenerlo
—Un café. Oye, Sofía, ¿recuerdas ella le escribió cuando tenía 15 años. todo a través de mi esposa. Cuando termi-
cuando hace unos años te dije que pensaba —Ilia no es tan bella como dices. Yo nemos, quisiera invitarte a cenar.

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—Tienes más casos pendientes, Law. esa manera, Sophia. ¿Qué significa para a poner muchas cosas en la balanza antes
—¿Lo ves? Si tuviera dinero suficien- ti el dinero? —le preguntó Law, retador. de aceptarte o rechazarte.
te, no tendría esta esclavitud. Solo llevaría —No carezco de él, pero no me sobra. —Gracias, Sophia. Eres la amiga más
los casos que me gustan y dispondría de Mi madre tiene una tienda de telas y enca- leal y sincera que he tenido.
tiempo para hacer lo que quiero. Bueno, jes, y siempre hemos podido salir adelan- —Lo que pasa, Law, es que te apartaste
voy a trabajar en el caso de Ilia Adorf. No te. No ambiciono nada más en cuanto a lo de todas las amistades de tu niñez y bus-
soporto a los mentirosos y a los chantajis- material. En lo espiritual y emocional, sí caste otros horizontes. Pero en esta nueva
tas. Voy a ganarle a ese hombre. espero mucho de la vida. Espero encontrar vida debes buscar lo que te dé felicidad.
Sophia pensó para sus adentros que un amor intenso... Fíjate bien lo que te digo: no el dinero,
Law también era un mentiroso, pues ena- —¿Cómo amarías tú, Sophia? sino la felicidad.
moraba a las chicas y no les decía que an- La pregunta la dejó desconcertada. —Creo que puedo tener ambas cosas,

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daba detrás de su dinero. Pudo gritarle a Law: Sophia, pero no sé si eso será al lado de
egresó temprano del club de “Como te amo, sencillamente, Law. Ivonne. Me aburro cuando estoy con ella.
golf. Lawrence no sabía qué le Esperando siempre que te desilusiones de —Entonces no vayas a conocer a sus
pasaba, pero se sentía inquie- otras chicas. Esperando que comprendas padres hasta que estés seguro de lo que
to y de mal humor, y necesi- que la felicidad es algo más que tener di- quieres en tu vida.
taba hablar con Sophia. Ella lo entendía. nero en el banco”. —Sé muy bien lo que quiero. Lo he
Generalmente lo escuchaba, pero no le Pero Sophia se limitó a decirle: sabido desde que era un jovencito. Un día,
daba su opinión ni lo censuraba. —¿Quieres un whisky? hace muchos años, cuando me desperté y
Tocó en la puerta del apartamento de —No me estás escuchando, Sophia. pensé en el matrimonio, estiré mis brazos
su amiga. Sophia abrió. —Claro que sí. Lo que pasa es que me y pensé: “Un día me casaré con una millo-
—Pasa, Law. hiciste una pregunta desconcertante. naria”. Desde entonces no he cambiado de
—¿Tu madre está en el apartamento? Sophia se levantó y fue al mueble-bar. opinión, Sophia.
—No. No ha subido todavía de la tien- Law fue tras ella. Por primera vez se sintió —Sigue buscando, Law. Tal vez no sea
da. Sabes que ama su negocio. Lo bueno cohibido. Cierto que siempre le gustó el Ivonne la mujer de tu vida, pero puedes
es que queda en la esquina. perfume de Sophia, pero en ese momento hallar a otra con dinero, que te guste más.
—Mejor. No me malinterpretes. pensó que era un aroma muy femenino. No te precipites.
Quiero mucho a tu madre, pero en estos —¿Te enamoraste alguna vez? En ese momento, entró Helen Boyd al
momentos necesito hablar contigo con Sophia sirvió el whisky y se dio la vuel- apartamento. Se veía muy pálida.
libertad, que me escuches... ta. Law estaba detrás de ella y sus rostros —Mamá, ¿te sientes bien?
—Siempre te escucho, Law. quedaron muy juntos. El fue el primero en Law se levantó asustado.
—Hoy no vi a Ivonne. Me encontré apartarse con rapidez. —¿Puedo ayudarla?
con Ilia Adorf... —No, Law, nunca me he enamorado. —Me siento un poco mareada, eso es
—Y dejaste plantada a Ivonne. —Es raro. Eres una mujer muy bella. todo. Mañana llamaré al médico. Llévame
—No precisamente, pero llegué a la Sophia se echó a reír. un té a la cama, Sophia, por favor.
conclusión de que Ilia no me gusta. Creo —¿Qué te pasa hoy, Law? ¿Tanto te —Sí, mamá. Lo siento, Law, tengo que

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que aceptaré ir a la casa de Ivonne para afectó estar con Ilia Adorf? dejarte. Nos veremos mañana.
su cumpleaños. Conoceré a sus padres y... —No, Sophia. Ilia no me gustó. ¿Sabes ophia llegó al bufete por la ma-
—Te acercarás a tu sueño de casarte de qué habló todo el tiempo? De la moda, ñana. Solo estaba Peter Arch, el
con una millonaria —dijo Sophia sonrien- de joyas, de viajes... asistente de Law. Este no se en-
do—. Estoy a punto de perder a un buen —Todo lo que a ti te gusta, Law. contraba pues había ido a la corte.
amigo. Después, cuando te cases con Ivon- —No es así, Sophia. La verdad es que —¿Qué te pasa, Sophia?
ne, no creo que quieras venir a este edificio aceptaré la invitación de Ivonne. Aunque —Mi madre no se siente bien y tengo
de apartamentos. debo decirte que me siento cansado. que abrir la tienda. Dile a Law que no podré
—Sophia, ¿te estás burlando de mí? Tu —Ten cuidado, Law. Si amas a Ivonne, venir a trabajar hoy.
amistad está por encima de todo. sigue adelante, pero si no es así, piensa —Cuando salga de aquí iré a la tienda
—No me burlo, Law. Jamás podría ha- bien los pasos que vas a dar. En cuanto para ayudarte en lo que me necesites.
cerlo. Me da lástima que tases así el futuro conozcas a los padres de esa muchacha, —Gracias, Peter.
de tu vida. Dicen que el matrimonio con estarás, como quien dice, atrapado. A Sophia le enternecía la delicadeza
amor es difícil, pues dos personas tienen —Suponiendo que los padres me acep- de Peter. Tenía tantos detalles... Intuía que
que compaginarse, imagínate lo que será ten como novio de su hija. estaba enamorado de ella, aunque nunca se
sin amor... No me gustaría que los Grod se —Es probable que acepten lo que su lo había dicho.
sintieran superiores a ti ni que con el paso hija desea, para no contradecirla. Además, Sophia abrió la tienda y la dejó a cargo
del tiempo, el dinero no sea suficiente para estás ganando prestigio como abogado. No de Rose, la única empleada que tenía su
vivir junto a una mujer a quien no amas. posees un capital, pero sí tienes muchas madre, quien era de toda su confianza.
—Es la primera vez que me hablas de cualidades. Ya verás que el señor Grod va Estuvo todo el día atendiendo a su ma-

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dre. Cuando llegó el doctor Frank Meyer, a vida le cambió totalmente —¿Peter? —frunció Law el entrece-
este le dijo con el semblante serio: a Sophia. Fue a la tienda, ya jo—. ¿Por qué él?
—Hay que ingresarla, Sophia. Su en- que su mamá no podía hacerlo —Hemos sido compañeros de trabajo
fermedad ha avanzado. Hace una semana más. Nunca le gustó mucho el y ofreció ayudarme.
le hice unos análisis. Va a necesitar una negocio, pero tenía que hacerse cargo de —No creo que pueda hacer mucho.
transfusión de sangre. él. Esa noche, cuando cerrara, iría a ver a Peter trabaja conmigo y está terminando
—Mamá nada me dijo —susurró. Law para explicarle que ya no podía seguir sus estudios...
—Ya sabes cómo es ella. No quería trabajando en el bufete. —Lo sé, Law, y se lo dije, pero él ha
preocuparte. Voy a llamar una ambulancia. Una hora antes de cerrar, llegó Peter, insistido en que quiere ayudarme.
—Sí, doctor. Deme unos minutos, por sonriendo, y le dijo: Law la miró con ansiedad. De pronto,
favor, para preparar sus cosas. —Aquí estoy, Sophia. Vengo a ayudar- le dijo un poco molesto:
Dos horas después, Helen estaba hos- te con la contabilidad del negocio. —¿No será que está enamorado de ti?
pitalizada. Después de la transfusión de —Gracias, Peter, pero no puedo abusar —Es posible... ¿Ya decidiste ir a la
sangre, empezó a sentirse mejor. así de tu bondad. fiesta de Ivonne Grod?
—Sophia, hija, quiero hablarte. Peter tenía 26 años. Era un muchacho —¿Te lo dijo Peter?
—No te inquietes, mamá. Hablaremos rubio, de ojos cafés y muy atractivo. —¿De la fiesta?
después —le dijo Sophia, pasándole una —Me gusta ayudarte, Sophia. Voy a —No hablo de la fiesta —dijo Law al-
mano sobre la cabeza. estar en la oficina, revisando los documen- terado—. Quiero saber si te ha dicho que
—Quiero pedirte que, pase lo que pase, tos. Si me necesitas, llámame. está enamorado de ti.
conserves la tienda. El negocio fue de tus —Gracias, Peter. —No me lo ha dicho.
abuelos, primero, y después, de tu padre Sophia continuó atendiendo a los —Las mujeres tienen un sexto sentido
y mío. Deja las suficientes ganancias pa- clientes. Cuando iba a cerrar, entró Law. para intuir el amor de un hombre.

Sophia estuvo a punto de gritarle a Law


lo que sentía: “Te amo y vivo esperando que comprendas
que la felicidad es algo más que tener dinero en el banco”

ra que vivas bien. Rose es una excelente —Sophia, no pude venir antes. ¿Cómo —Eres tú quien dijiste que tal vez Peter
empleada y podrá ayudarte mucho. ¿Me está tu madre? está enamorado de mí.
prometes que no la cerrarás? —Mal, Law, esa es la verdad. Desde Guardaron silencio unos segundos.
—Sí, mamá, te lo prometo. hace tiempo le diagnosticaron leucemia. Peter apareció en ese momento.
—Gracias, hija. Tal vez no necesites Ella luchó mucho, pero ahora ya poco se —Hola, Law. Sofía, todo está en orden,
seguir trabajando con Law. puede hacer. Hay que esperar, nada más. solo un poco atrasado de las ventas de la
¡Law! Lo que menos le importaba a —Lo siento, Sophia. No te imaginas última semana. Imagino que tu mamá no
Sophia en esos momentos era Law. Este cuánto me duele. se sentía bien y no organizó las facturas.
solo pensaba en el dinero y ella, en que Law la abrazó y Sophia empezó a llo- Mañana regresaré.
pronto iba a perder a su madre. Se quedaría rar. De pronto, se repuso y le dijo: —No, Peter, por favor, tienes que es-
sola, sin familia. Sintió una gran tristeza. —Tenemos que hablar, Law. Mamá tudiar —le dijo Sophia.
Tuvo que hacer un esfuerzo para no llorar. me pidió que me haga cargo de la tienda, —Yo puedo ayudarte —dijo Law.
—Sophia, sé que me iré pronto. Solo que no la cierre. Voy a cumplir su deseo, —Gracias, pero será por pocos días,
lamento no dejarte casada con un buen pero eso significa que tengo que dejar de mientras organizo todo.
hombre. No te cierres al amor, hija. Cuan- trabajar en el bufete. —Adiós, Sophia; adiós, Law.
do aparezca, date la oportunidad de amar. —Lo entiendo. Pero eso me duele, —Hasta mañana, Peter, que descanses.
Siempre pensé que tú y Law llegarían a pues estoy acostumbrado a ti. Oye, ¿quién Cuando quedaron solos, Law dijo:
algo, pero no fue así. te va a ayudar en la tienda? —Me molesta mucho ese tipo. Parece
Sophia sintió un estremecimiento. —Se quedará Rose como dependienta. una mosca muerta, pero nadie sabe sus ver-
—Law es un gran amigo, nada más. Es de la total confianza de mi madre y des- daderas intenciones. Si no fuera porque mi
—Lo sé, querida. Pero no te quedes pués buscaré un contador. Por el momento, cuñado Mark me lo recomendó...
sola, forma tu familia. Peter me ofreció su ayuda. Está al fondo, —Si Mark te lo recomendó es porque
—Sí, mamá, así lo haré. en la oficina, revisando los documentos. vale la pena, Law. Peter es un excelente

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muchacho, trabajador, esforzado... ntraron en el apartamento. Iban sesionarse con ella. Y no podía ser. Sophia
—Vaya, vaya, cuántas cualidades le silenciosos, cada uno con sus era su amiga, su hermana, su confidente...
ves, Sophia. ¿Acaso te gusta? propios pensamientos. Sophia, Tocó en la puerta de la casa de Sarah y
Sophia se subió en una escalera para de pronto, le dijo a Law: esta le abrió al instante.
colocar unas cajas arriba de un estante. —Ve al cuarto a ver a mamá. Tengo —¡Querido Law, qué alegría!
Miró a Law con seriedad. que preparar lo que va a comer, para darle —No te imaginas lo que me irrita que
—¿Qué tendría de malo si me gustara? unas medicinas. pudiendo pagar una empleada, prescindas
—Nada, pero no lo ocultes, mujer. No Law se dirigió al cuarto. Helen estaba de ella en lo más necesario y tengas que
hay nada mejor que la sinceridad. acostada, pero no dormía. venir a abrir la puerta.
—¿Cómo te atreves a hablar de since- —Pasa, Law. Me alegra mucho que Sarah se echó a reír y dijo:
ridad? —le dijo Sophia. hayas venido a verme. —Mark, ¿has oído a mi hermano? A
—Yo soy sincero contigo. —Pronto se pondrá bien. Law se la han subido los humos de Ivonne
—Sí, pero no con las otras muchachas. —Escucha, Law, tengo que pedirte un a la cabeza. Mira, Law, ni a Mark ni mí nos
¿Acaso les dices que te interesan por el favor. Sophia se quedará sola. Sí, no pon- gusta que venga una extraña a servirnos en
dinero que tienen? gas esa cara. Lo mío será rápido. Quiero el hogar. No trabajo y puedo encargarme
—Claro que no. pedirte que no la abandones. Eres su mejor de todas las cosas de la casa. Una señora
Sophia colocó la última caja. Iba a ba- amigo. Siempre pensé que ustedes llega- viene tres días a la semana a ayudarme con
jarse de la escalera, cuando un zapato se rían a algo, pero ya sé que eso no puede la limpieza. Eso es todo.
le enredó. Gritó: ser, pues me han dicho que tienes novia. —Tengo hambre, Sarah. Dame algo
—¡Law! —No hable, Helen, que se agita. de comer y déjate de discursos, por favor.
Law corrió hacia ella. La asió por la —Quizás no pueda hacerlo después. —Voy a servirte un estofado. Mark y
cintura y la bajó. No la soltó. El contac- No abandones a mi hija, Law. yo ya cenamos.

A Lawrence le molestaba mucho ver a


Peter tan cerca de Sophia. “Creo que está enamorado
de ti”, le dijo a ella, y sintió una intensa inquietud

to de Sophia provocó en él una turbación —Nunca lo haré, Helen, se lo prometo. Antes de irse a la cocina, Sarah se acer-
indescriptible. De pronto se apartó y dijo: —El día que Sophia se case, entrégala có a Mark y le dio un beso.
—Hablando de la fiesta de Ivonne, se en el altar. No tiene padre ni hermanos. Law sintió una ligera emoción al ver
celebrará dentro de tres días. ¿Qué debo Sophia entró en ese momento y Helen a su hermana y a su marido. Llevaban una
hacer? Sus padres esperan que yo vaya y Law dejaron de hablar. Unos minutos vida sencilla, pero se amaban de verdad.
para conocerme. En fin, no sé lo que haré después, él se despidió. —Tú no sabes lo que es vivir, cuñado
todavía, pues no quiero equivocarme. ¿Por Entró en su apartamento. Le golpeaban —le dijo Mark—. Siempre te escuché decir
qué no vamos a tu apartamento? Quisiera en su cabeza las palabras de Helen: “Siem- que tenías que casarte con una millonaria.
saludar a tu madre. pre pensé que ustedes llegarían a algo”. Ahora estás a punto de conseguirlo, pero,
—Vamos. A él jamás le pasó por la mente tener una ¿te dará eso la felicidad? ¿Podrá Ivonne
Law vio a Sophia tan bella, tan feme- relación con Sophia, entonces, ¿por qué se suplir el vacío que experimentarás en tu
nina, tan serena... ¿Qué le pasaba? ¿Acaso sentía tan inquieto? vida? Puedo asegurarte que soy feliz con
le afectaba estar solo con ella en la tien- En la mente de Law había un caos. De- Sarah, aunque nuestra vida sea sencilla.
da? Muchas veces habían estado así en su cidió que no podía estar solo y se fue a la —Cada quien mide la felicidad a su
apartamento y no había sentido nada. ¿Por casa de su hermana Sarah. En el camino, manera, Mark. Yo soy distinto. Pero no
qué ahora había cambiado? De pronto le no podía quitar a Sophia de su mente. ¿Qué vamos a discutir nuestros puntos de vida.
entraron deseos de besarla, de abrazarla..., le pasaba a él? No la amaba. Era absur- Law se despidió de ellos después de
pero se contuvo. do suponerlo. Había pasado toda la vida cenar. Iba más y más inquieto. Necesitaba
“Soy un desalmado. ¿Cómo puedo planeando casarse con una millonaria y, a Sophia, esa era la verdad de su vida, y ha-
sentir esta pasión inesperada por Sophia, de repente, se caían todos sus propósitos. bía empezado a sentir un deseo muy fuerte
mi amiga del alma? Ojalá pueda disimular Sophia tenía algo que calaba en él. Tal vez por ella. ¿Qué podía hacer para calmar sus
lo que siento en estos momentos”. su forma de mirar, su cuerpo, su boca o lo sentimientos? Soñaba con hacer el amor
Sophia y Law salieron juntos a la calle. que fuese, pero él se había empezado a ob- con ella y eso no podía ser.

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ophia sabía que el fin de su ma- su sacrificio. Desde que quedó viuda, He- quizás mis padres no deseen conocerte.
dre se acercaba y no podía dejar len había vivido para ella. Se enojarán contigo.
de llorar. Habían sido tan unidas, Al día siguiente, Law llegó a la casa de —Lo siento, Ivonne. Te veré otro día.
que iba a sentirse muy sola sin Sophia a preguntar por Helen. —Si te vas y me dejas en ridículo, no
su presencia. En ese momento decidió que —Está igual, Law, gracias por venir. regreses, Lawrence.
ya no se movería de su lado hasta que fa- Law estaba muy serio. Lawrence dio la vuelta y se marchó.
lleciera. Fue a la tienda y habló con Rose —Siento tanto lo de tu madre, Sophia. Helen Boyd se estaba muriendo y a él
para que se hiciera cargo de todo. Peter Para mí es como de mi familia. le dolía mucho, pero eso no podría com-
estaba allí, y al verla con los ojos llorosos, —Lo sé, Law, y te lo agradezco. prenderlo Ivonne.
se acercó a ella y le dijo: —No sabes lo que daría por quedarme Law tuvo una imperiosa necesidad de
—Sophia, tu madre... aquí contigo hoy, pero... estar junto a Sophia.
—Está empeorando, Peter. Ya no abre —Es la fiesta de Ivonne Grod y tienes Mientras tanto, en el apartamento de
los ojos ni habla. que ir. Ojalá logres tus sueños, Law. Sophia, esta estaba junto al doctor Meyer.
Sophia no pudo más y se echó a llorar. —Antes de irme pasaré por aquí. Tal —No llores, Sophia. Tienes que ser
Peter, conmovido, la abrazó. vez necesites algo y quiero estar cerca. fuerte. Es posible que tu madre no pase de
—Llora, Sophia, desahógate, que te —No te molestes, Law. Vete y disfruta esta madrugada.
hará bien. No estás sola, yo estoy contigo. tu fiesta. Eso es lo que tienes que hacer. —Lo sé, doctor. Siento mucho que
Peter era un buen hombre y la amaba ¿Qué le pasaba a Sophia? ¿Acaso él haya tenido que venir y dejar la fiesta en
en silencio. Como ella amaba a Law sin le estorbaba? ¿Sería posible que estuviera casa de los Grod.
esperanzas. Law con sus ambiciones des- enamorada de Peter y que solo quisiera la —No te preocupes. Además de tu
medidas, con sus ansiedades... compañía de este? De pronto imaginó a Pe- madre, tengo dos enfermas más a quienes
—Buenas noches —dijo Law. ter besándola, haciendo el amor con ella... tenía que visitar. Pude estar un rato en casa
Peter y Sophia se separaron con rapi- Ese pensamiento lo enloqueció. de los Grod. Me contaron que Ivonne está
dez. Ella se limpió los ojos con las manos. —Me voy. Hasta mañana, Sophia. saliendo con tu amigo Law.
No quería que Law la viera llorar. Ante él Law se despidió, pero no se movió. —Eso dicen.
tenía que mostrarse como siempre: indi- Miraba a Sophia y, de pronto, la abrazó. —Tu amigo ha tenido suerte.
ferente, fuerte... —Sophia, querida, siento tanto lo de —¿Por qué? ¿Por casarse con una chi-
—¿Cómo está tu madre, Sophia? Helen, de verdad, lo siento tanto... cha millonaria?
—Muy mal, Law. A partir de ahora, no Lo sabía, pero Sophia sintió una gran —No tanto por eso, Sophia, sino por-
voy a separarme de su lado. desilusión. Esa noche, quizás la peor de su que para un abogado que está comenzando,
Hubo un silencio extraño. vida, pues su madre se estaba muriendo, su contar con las relaciones de los Grod es
Peter, incómodo, se despidió. amigo del alma no se quedaba a su lado, muy importante.
Cuando Law y Sophia se quedaron más bien se marchaba a una fiesta para lo- —Lo sé.

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solos, él le dijo con seriedad: grar lo que tanto había ambicionado. En ese momento, tocaron en la puerta.
—Quiero que seas sincera conmigo. uando entró en la mansión de —¿Esperas a alguien, Sophia?
¿Mi presencia les incomodó? Estabas los Grod, buscó a Ivonne con —No, doctor. Tal vez sea la vecina.
abrazada a Peter. Tal vez interrumpí un la mirada. La riqueza se nota- —Ve a abrir. Me quedaré al lado de tu
momento íntimo. Quizás preferías estar a ba en todo: la propiedad, los madre —le dijo el doctor Meyer.
solas con él. muebles, el licor, los bocadillos... Todo era Sophia salió del cuarto y abrió la puer-
—No seas tonto, Law. Peter me estaba perfecto, como a Law, hace unos meses, ta. Se quedó sorprendida. Ante ella estaba
consolando. ¿Crees que soy de piedra y le hubiera entusiasmado. Pero ahora no. Law, todavía vestido de etiqueta.
que no me duele ver que mi madre se está No podía divertirse cuando la madre de su —Law...
muriendo? —casi gritó Sophia. mejor amiga estaba agonizando. Lawrence sonrió.
—Claro que sé cuánto te duele. Tu ma- —Ivonne, quise venir hasta aquí para —Vine porque no podía estar en la
dre y tú han sido muy unidas. Pero quiero disculparme contigo. No puedo quedarme. fiesta. Llegué y me despedí de Ivonne. Le
que me respondas si estás enamorada de —¿Qué te pasa, Law? Mis padres han expliqué lo que pasaba con tu madre y no
Peter. Dímelo, Sophia. aceptado conocerte. No puedes quedar mal lo comprendió. Es posible que ella y yo no
—Solo me interesa mi madre en estos con ellos —le dijo Ivonne, airada. nos veamos nunca más, pero no podía estar
momentos, Law. Ahora, perdóname, pero —Lo siento. La madre de una persona lejos de ti y de Helen en estos momentos.
tengo que irme. Vine a decirle a Rose que a quien conozco desde la niñez está muy Sophia se emocionó y empezó a llorar.
ella se encargará de la tienda hasta que yo mal. Quizás no pase de esta noche. Law no pudo más y la abrazó.
pueda regresar. —¿Y eso qué tiene que ver con noso- —Sophia, siento tanto tu dolor —le di-
Law se marchó. Sophia cerró la tienda tros? Cuando se muera le das el pésame jo en voz baja—, pero quiero decirte que
y se dirigió a su casa. Sabía que la espe- y ya. Miles de personas mueren a diario. no estás sola, que siempre podrás contar
raban momentos muy difíciles, pero tenía —Lo siento, pero tengo que irme. conmigo para lo que sea.
que afrontarlos. Su madre se merecía todo —Si pierdes esta oportunidad, Law, —Gracias, Law. Lamento que por ve-

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NOVELA
nir a verme Ivonne se haya enojado. —Me sentí feliz de poder compartir tirías sola. Podemos formar una familia.
—Eso no importa. En realidad, no vale tu dolor, Sophia. Bueno, ahora me voy al —No quiero lastimarte, Peter. Eres un

L
la pena hablar de ella. ¿Cómo está Helen? bufete. Te veré por la noche. gran amigo, pero nada más. Lo siento.
—Apagándose, Law. Law se marchó y entró al bufete. Se fue aw e Ivonne habían ido a una
—Me quedaré esta noche aquí, por si directamente a su despacho. sala de fiestas. Ella lo llevó a la
me necesitas. Cuando ya iban a cerrar, llegó una mu- pista y lo abrazó. Law sintió an-
—Gracias, Law. jer joven y guapa, muy bien vestida. gustia. El estaba ahí bailando,
Horas después murió Helen. —Buenos días. como si nada hubiera pasado, mientras So-
Sophia lloraba en silencio. En ese mo- —¿En qué puedo servirle, señorita? phia estaba sola, sufriendo. No pudo más.
mento llegó Peter, el hombre que la amaba —le preguntó Peter. Le dijo a Ivonne que iba al baño y, como
y la admiraba en silencio. —Soy Ivonne Grod. Quiero ver a Law. un cobarde, huyó de ahí sin despedirse.
—Lo siento, Sophia —dijo abrazán- —Claro que sí. La anunciaré. Llegó al apartamento de Sophia y tocó
dola—. Quiero estar contigo. Peter entró en el despacho de Law. en la puerta. Ella le abrió.
—Gracias, Peter. —Law, te busca la señorita Grod. —Hola, Law, pasa.
—Hola, Law —le dijo Peter al verlo. —Que pase. —Sophia, yo... siento haberte dejado
—Hola. Law se levantó y salió a su encuentro. sola. ¿Vino Peter?
¿Qué clase de hombre era él que es- —Si no vengo a buscarte, no te veo. —Sí, estuvo conmigo hasta hace un
tando cerca de alguien que había muerto, Parece que te has olvidado de mi número rato —le dijo con tristeza.
sentía rabia y celos? de teléfono, Law. —Te declaró su amor, ¿verdad?
Law había pasado una noche en vela. —Lo siento, Ivonne. Hubo una des- —Law, ¿qué tienes en contra de Peter?
Una noche que pensó disfrutar en casa de gracia en casa de unos amigos. El día de Sophia se puso delante de él, desafian-
los Grod. Por su mente pasó su vida junto la fiesta, la mamá... te. Se veía más linda que nunca.
a Ivonne. Ni una atracción ni un anhelo. —No me recuerdes ese día. Mis padres Law no pudo más. La tomó en sus bra-
¿Podía ser feliz junto a una mujer que no se pusieron furiosos. No quieren verte nun- zos y la besó con desesperación.
le inspiraba nada? Lo único que Ivonne ca más. Les pareció de mal gusto que me Cuando la soltó, le dijo:

T
tenía era dinero. dejaras plantada. Trataré de convencerlos. —No sé si me voy a casar con Ivon-
odos se habían marchado. Ya —Eres muy amable, querida. ne, pues no la amo y solo me interesa su
Helen estaba enterrada y Law, —Estoy aquí porque te amo, Law. dinero. Lo único que sé es que no puedo
Peter y Sophia habían regresa- Quiero salir a pasear contigo ahora mismo. tolerar el pensamiento de que Peter te ame.
do al apartamento de ella. So- ¿En ese momento? ¿Dejar a Sophia No puedo pensar que él pueda tocarte, be-
phia dijo de pronto: sola o lo que era peor... con Peter? No. sarte... ¡No puedo, Sophia!
—Mañana abriré la tienda. —Lo siento, querida, no puedo salir —Law...
—¿Estás loca, Sophia? Necesitas des- contigo hoy. Volvió a besarla y a abrazarla.
cansar, reponerte un poco —le dijo Law. —¿Por qué no? Somos libres. Vamos —Law, hemos sido amigos... Déjame,
—Mi madre amaba la tienda y me a ir a cenar y a conversar un rato. por favor —dijo apartándolo.
pidió que me dedicara a ella. Tengo que ¿Fue débil Law o es que todavía no se Law la miró y le dijo:
empezar una nueva vida y cuanto antes lo resignaba a perder la fortuna de Ivonne? —Sí, es cierto, siempre fuimos ami-
haga, mucho mejor. Ni él mismo lo supo, pero se dejó llevar. gos, pero de un tiempo a esta parte algo
—Yo puedo ayudarte unos días, So- Peter los vio salir juntos y después él ha cambiado dentro de mí. Siento deseos
phia. Si Law me lo permite, puedo dejar se marchó a la tienda de Sophia. de hacer el amor contigo y unos celos te-
de ir al bufete para dedicarme a tu tienda. Al llegar, ya Rose se había marchado y rribles de Peter. ¿Qué me pasa? No lo sé.
—No, Peter. Tenemos mucho trabajo Peter le dijo a Sophia que tenían que hablar. Pero me indigna que alguien como Peter
y te necesito. Ahora mismo debes ir a la —Sophia, yo... estoy enamorado de ti. se haya fijado en ti. Porque se le nota el
oficina y prepararme todo lo relacionado —Peter, no me digas nada más, por fa- amor que te tiene.
con la señora Clark. vor. No te amo, esa es la verdad, y mereces —Law, no seas injusto. Peter tiene de-
—Sí, Law —dijo Peter—. Sophia, ten- a una mujer que te quiera y te haga feliz. recho a amarme. El que no tiene derecho a
go que irme. Descansa, por favor. —Quizás con el tiempo llegues a besarme eres tú. Tienes novia, vas a casarte
Peter se acercó a ella y le dio un beso amarme —le dijo él con voz suplicante. con ella y cumplirás tus sueños de entrar
en la mejilla. Sophia sonrió. —Peter, no quiero que te hagas ilusio- en el mundo de los millonarios.
Cuando quedaron solos, Sophia y Law nes. No mereces sufrir por mí. —Cállate, Sophia. Nada de eso me
evitaban mirarse. Ella le dijo: Sophia sabía que Peter era un hombre llama la atención. Es como si todo en la
—Puedes irte, Law. Lamento que te digno de ser amado, pero sus sentimientos vida hubiera cambiado para mí. No sé por
hayas distanciado de Ivonne, pero estoy estaban puestos en un destino imposible. qué, pero no puedo dejar de pensar en ti.
segura de que comprenderá. Debo ser —¿Por qué no nos damos la oportuni- ¡Estoy tan confundido! Solo quiero saber
egoísta, pero no sé qué hubiera sido de mí dad de conocernos en un plano más ínti- una cosa: ¿amas a Peter?
sin ti en estos días. mo? Te haría feliz, Sophia, y jamás te sen- Sophia lo miró y le dijo con valentía:

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VANIGRAMA
—No, Law, aunque quisiera, no puedo
corresponderle, porque el amor de mi vida
eres tú. Esa es mi triste verdad, la que he
ocultado durante muchos años.
—Sophia... —le dijo asombrado.
—Ahora ya lo sabes. Por favor, már-
chate y no vuelvas a buscarme.
—Escúchame, Sophia, quiero ser sin-
cero contigo. Yo... te deseo con locura. No
sé si te amo o si es solo una atracción física
lo que siento por ti, pero estás en mi mente
en todo momento.
—Cállate, Law. Vete, por favor.

S
Law se marchó con rapidez.
arah y Mark habían invitado a
Sophia y a Law a cenar. Cuan-
do él llegó, ya Sophia estaba
poniendo la mesa. Desde hacía
más de una semana no se habían visto y se
sintieron un poco cortados.
—Hola, Sophia, ¿cómo estás?
—Bien, Law, ¿y tú?
—Bien. He tenido mucho trabajo.
—Me alegra por ti.
—Oye, cuñado —le dijo Mark—, ¿có-
mo va tu relación con Ivonne?
—No la he visto —fue su única res-
puesta—. Estoy dedicado al bufete.
—Ya nos contarás cuándo te casas.
—No voy a casarme con Ivonne —dijo
Law, furioso—. Deja de hablarme de ella.
—Perdona, Law —le dijo Mark.
Cenaron los cuatro y, cuando Sophia
se despidió, Law dijo:
—Me voy con Sophia.
Salieron a la calle y se subieron en el
auto de Law.
—Sophia... tú lo sabes, ¿verdad?
—¿Saber qué, Law?
—Que tengo que casarme contigo,
porque de lo contrario, me moriré de an-
siedad. No puedo vivir sin ti.
—¿Solo por deseo?
—No, Sophia. Porque te amo. Por eso
fui a buscar a Ivonne para decirle que nada
podría haber entre nosotros. Cuando me
preguntó si estaba enamorado de otra, le
dije que sí, que amaba a una mujer mara-
villosa. Esa eres tú, Sophia.
—Pero conmigo dejarás de tener los
millones con que tanto has soñado...
Law se echó a reír.
—¡Qué ciego he estado! Lo maravi-
lloso en esta vida es amar y ser amado por
una mujer como tú.
FIN

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