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conformidad y
obediencia
Las paradojas del individuo social
Índice
Introducción.......................................................................................... 5
Objetivos................................................................................................. 12
1. El proceso de normalización...................................................... 13
1.1. Las normas sociales ................................................................... 13
1.1.1. Algunas distinciones posibles ........................................ 14
1.1.2. Normas implícitas y explícitas ...................................... 15
1.1.3. La ruptura de las normas .............................................. 16
1.1.4. La normalidad ................................................................ 17
1.1.5. El orden social ............................................................... 17
1.1.6. ¿Restricción o posibilidad? ............................................ 18
1.2. La creación de normas .............................................................. 19
1.2.1. Normas de percepción ................................................... 19
1.2.2. Normas de responsabilidad ........................................... 22
1.2.3. Normas en unos disturbios ........................................... 24
1.3. Una polémica: ¿qué son las normas sociales? .......................... 24
1.3.1. Las normas dentro y fuera ............................................ 25
1.3.2. Las normas, ni dentro ni fuera, sino todo lo
contrario ......................................................................... 27
5. Obediencia a la autoridad........................................................... 71
5.1. El experimento de Stanley Milgram ......................................... 72
5.1.1. Las diferentes condiciones experimentales ................... 75
5.1.2. Críticas al experimento ................................................. 76
5.1.3. Algunas réplicas experimentales .................................... 78
5.2. El individuo en una sociedad burocrática ................................ 79
5.2.1. La explicación de Milgram ............................................ 80
5.2.2. Extensiones de la aplicación de Milgram ...................... 82
5.2.3. Relaciones de poder ....................................................... 84
5.3. La prisión de Stanford .............................................................. 86
5.3.1. Detalles del experimento ............................................... 88
5.3.2. El 'juego' de los roles ..................................................... 90
5.4. El individuo en una institución social ..................................... 91
5.5. Las posibilidades de la resistencia ............................................ 92
Resumen.................................................................................................. 95
Propuestas de reflexión...................................................................... 99
Glosario................................................................................................... 100
Bibliografía............................................................................................ 101
© FUOC • P08/80500/00575 5 Influencia, conformidad y obediencia
Introducción
Presentación
Aunque la psicología social en conjunto haya apostado por una explicación Ved también
que pone énfasis en las características de la situación, esto no hace que el pa-
Recordad que las metáforas
norama sea nítido. Las tensiones entre los puntos de vista diferentes que la del barniz o la plastilina y la
configuran hacen que sea necesario entender bien el contexto en el cual se noción de inextricabilidad de
lo que es psicológico y de lo
plantean algunos de los experimentos y de las teorías que veremos en este mó- que es social están en el punto
1 del módulo 1.
dulo. Por ejemplo, no es lo mismo pensar en la influencia desde la metáfora de
barniz o la plastilina (desde la noción de impacto de los factores sociales sobre
un individuo preexistente) que desde la inextricabilidad de lo psicológico y Ved también
social. No es lo mismo intentar comprender los fenómenos de influencia so-
Recordad que en el punto 5.2.
cial desde la idea de que la psicología social es el estudio de cómo la presencia del módulo 2 tenéis una defi-
nición de la concepción de in-
real o imaginaria de personas afecta a la conducta del individuo que desde la dividuo que domina en Occi-
idea de que la psicología estudia los procesos de creación, cambio y manteni- dente.
Que vivimos en una sociedad individualista es un tópico como tantos otros. Si hablamos
desde el sentido común, hay quien dice que existen sociedades más individualistas que
otras, y lo que entendemos todos es que hay sociedades en las que los individuos son
más egoístas que en otras, que se preocupan más por su beneficio que por el bienestar de
los demás. Esto hace que sea posible asistir a discusiones de café eternas sobre si ahora
somos más individualistas que antes, o si en Estados Unidos son más individualistas que
aquí. Sea como sea, el hecho es que vivimos en una sociedad individualista, pero no en
el sentido que mencionábamos hasta ahora, sino en el sentido más analítico de afirmar
que vivimos en una sociedad formada por individuos. Esto os puede sonar como una
banalidad, pero no lo es. Pese a lo que nos pueda parecer, no sólo no todas las sociedades
humanas están o han estado formadas por individuos, sino que además los individuos
tienen una existencia limitada en el tiempo en los últimos doscientos o trescientos años.
No obstante, el hecho de que no todos tengan claro que la existencia de individuos es
un fenómeno histórico y cultural hace que sea importante insistir en ello.
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Otras tensiones recorren todo el módulo. Para comenzar con una tensión his- Ved también
tórica, citamos la fractura entre psicología social psicológica y psicología social
Recordad que encontraréis es-
sociológica. Se trata de una fractura teórica y metodológica que no debemos tas orientaciones en el punto 3
olvidar, ya que gran parte de los estudios que presentaremos está constituida del módulo 1.
Para finalizar esta presentación, sólo nos falta destacar que el objetivo general Pregunta-guía
del módulo es derribar la noción de individuo que hemos utilizado desde el
La pregunta que orienta el
sentido común. Esto nos permitirá establecer los elementos de comprensión módulo es la siguiente: ¿por
de algunos de los comportamientos que más nos sorprenden en el ser huma- qué actuamos tan a menudo
en contra de nuestras creen-
no. Con el fin de conseguir este objetivo, tendréis que utilizar sobre todo las cias?
preguntas-guía que aparecerán a lo largo de la explicación, como por ejemplo
la que tenemos aquí al lado.
Introducción
No obstante, antes de presentar esta noción, es necesario redefinir otra vez qué
es la psicología social, necesidad que se repetirá más adelante; hasta ahora,
aparte de lo que os han explicado en el primer módulo, también os habéis
podido imaginar la psicología social como una psicología de las relaciones
interpersonales, como una psicología de los grupos, como una psicología de la
identidad social o, incluso, como una psicología de las creencias y opiniones;
ahora nos interesa que os imaginéis la psicología social como una psicología
de las situaciones.
A priori os puede parecer extraño que las situaciones puedan tener una "psicología", por
este motivo pensad en el ejemplo siguiente: nuestro día a día consiste en llevar a cabo
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una serie de acciones consecutivas y pasar de una a otra sin parar. Nos levantamos, nos
duchamos, desayunamos, nos transportamos, trabajamos, almorzamos, militamos, can-
tamos, cenamos, vemos la televisión, dormimos... Estas acciones no tienen lugar en el
vacío sino que, como podéis intuir fácilmente mediante las imágenes que os han venido
a la cabeza mientras las leíais, tienen un contexto, forman parte de alguna de las situacio-
nes posibles con las cuales nos enfrentamos todos los días. Es importante que retengáis
este concepto de situación y que entendáis que va más allá del contexto físico, y que tam-
bién incluye el contexto social, es decir, lo que las situaciones significan para nosotros
y para las demás personas. Por ejemplo, la presencia física de una mesa forma parte de
determinadas situaciones laborales, pero también el significado de mesa y las normas que
regulan qué debe hacerse en una mesa y qué no. Así pues, los distintos usos y costumbres
de las relaciones entre personas y mesas forman parte de la situación y de su definición.
Con el fin de ejecutar cada una de las acciones que puede requerir una situa- Definición de la situación
ción dada, en primer lugar, es necesario que la interpretemos, que la enmar-
La definición de la situación es
quemos en un contexto más amplio y la dotemos de una serie de significados. uno de los conceptos más im-
Hacer esto se denomina definir la situación. Una vez que se ha definido la si- portantes que aportó la escue-
la de Chicago, que trabajó en
tuación, podemos movernos en ella con gran comodidad y llevar a cabo todo el marco teórico del interaccio-
nismo simbólico.
lo que se espera de nosotros (y que nosotros también esperamos de nosotros
mismos) sin demasiadas dificultades.
Una psicología de las situaciones tiene que entender no sólo cómo se genera
una determinada situación, sino que debe explicar por qué esta definición es
capaz de sobreponerse a las opiniones y creencias diferentes que puedan tener
las personas implicadas en la situación, de manera que éstas pronto adquieran
un sentido de lo que es correcto o incorrecto hacer, decir o pensar en aquella
situación. Por tanto, la definición de una situación comporta una moral, un
sentido de lo que está bien y de lo que está mal o de lo que es adecuado y de lo
que no, y también un sentido de las acciones pertinentes, y de las habilidades
requeridas para efectuarlas en un contexto determinado.
Ejemplo
Reflexión
A estas alturas de la asignatura seguramente ya os habéis dado cuenta
de que la noción de individuo de sentido común que habitualmente ¿Os habéis preguntado algu-
na vez por qué en general no
utilizamos para interpretar y juzgar las acciones de los demás ha cam- os coláis en el tren, por qué
calláis cuando vuestro jefe os
biado. Si tenéis claro que lo social y lo psicológico son inextricables y lo pide, por qué aceptáis un
que, por tanto, individuo y sociedad no son dos fenómenos separables, proceso de selección racista
para entrar en las discotecas,
sino como mucho, dos caras de una misma moneda, si también tenéis por qué cenáis en Navidad con
la familia en lugar de quedar
claro que la identidad mediante la cual el individuo se piensa a sí mis- con los amigos, por qué consi-
mo no es fija ni inmutable, sino múltiple y emergente en las diferentes deráis que la ecología es algo
bueno o por qué en Kosovo
situaciones, y que las opiniones que expresamos las personas no son unas personas matan a otras
cuarenta y las entierran en una
privadas, inventos particulares de cada uno de nosotros, sino discursos fosa común?
ideológicos que circulan en las interacciones diferentes, entonces os se-
rá fácil entender que las acciones que realizamos todos los días son so-
bre todo un producto de la influencia social.
Curiosidad
¿No habéis tenido nunca la sensación de que era mejor callar que predicar en Conformistas o
inconformistas
el desierto? ¿Y la sensación de que es mejor no decir nada antes que ponerse en
evidencia delante de todo el mundo? Muy a menudo preferimos no expresar Habitualmente pensamos que
hay unas personas más incon-
nuestra opinión sobre un tema si pensamos que la gente que nos rodea no formistas que otras, y que si
se tiene una personalidad fuer-
está de acuerdo. Sin embargo, con esta actitud lo que hacemos es contribuir a te no se es conformista. Esta
la idea de que la opinión mayoritaria es una sola y que no hay divergencias. creencia del sentido común
no tiene en cuenta que hay si-
Si alguien piensa diferente, probablemente tampoco expresará su creencia si tuaciones en las cuales somos
conformistas y situaciones en
nosotros no lo hemos hecho, ya que pensará que es la única persona que no las que no lo somos.
piensa como el resto, hasta el punto de que todos acabamos creyendo que
vivimos rodeados por un grupo de conformistas. El estudio de las condiciones
y los efectos de este fenómeno se agrupa bajo el título de influencia� de� la
mayoría�o�conformidad. Para que no nos vean como diferentes o para salvar
una relación personal somos incluso capaces de decir lo contrario de lo que
pensamos. Y si no, recordad qué hicisteis la última vez que vuestra pareja os
dijo que el camino más corto para ir a los cines Dorado Multiplex es de toda la
vida por la calle Mayor, precisamente cuando ibais a ver aquella película que
gustó tanto a todos vuestros amigos menos a vosotros.
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La humanidad tiene cosas admirables y otras patéticas, y los últimos puntos Aún quedan cambios por
del módulo tratan un aspecto admirable y uno patético de la naturaleza hu- realizar
mana. Comencemos por la admirable. Hay que destacar que en los dos últimos En los últimos años en el Esta-
años las cosas han cambiado y para bien. Existe un gran consenso en torno do español han muerto una
media de sesenta mujeres al
a la necesidad de conservar el medio ambiente y, aunque sea con algunos so- año en manos de sus compa-
ñeros masculinos. Las denun-
bresaltos, de que la mujer adquiera los mismos derechos que el hombre. Estos cias por maltrato rondan las
fenómenos generan situaciones que eran impensables hace pocos años: em- veinte mil anuales y se sospe-
cha que sólo son la punta del
presarios detenidos por contaminar ríos, hombres que cuidan bebés y mujeres iceberg. De momento, el cam-
bio social sólo se nota en el
que presiden el Congreso y el Senado del Estado español. Aunque sean anec- hecho de que estas cifras nos
provocan horror, y quizá algún
dóticos, la diferencia es que antes no eran posibles ni tan siquiera anecdótica-
día, siempre y cuando haya
mente. No obstante, el proceso que ha permitido llegar hasta este punto, y que quien continúe luchando acti-
vamente, dejarán de existir.
todavía continúa, ha sido largo y difícil y ha implicado el esfuerzo personal de
mucha gente y la organización de centenares de colectivos de todo el mundo;
y, a pesar de la magnitud de los cambios que ha habido, han sido una minoría
las personas que han buscado los cambios activamente y que, en definitiva,
los han provocado. El proceso mediante el cual una minoría puede provocar
cambio social, y puede generar un cambio de actitudes, opiniones, creencias
y discursos, y consecuentemente algunos cambios en el comportamiento, se
estudia bajo el nombre de la influencia de la minoría o innovación.
Bien, centrémonos ahora en el aspecto patético. Quien más quien menos cree Ejemplo
que la obediencia es necesaria para el buen funcionamiento de la sociedad.
A causa de la noción de obe-
¿Sobreviviría una empresa en el libre mercado sin la obediencia de sus traba- diencia, miles de soldados se
jadores? ¿Sería posible la escolarización masiva de la población infantil y ju- han ahorrado, a lo largo de es-
te siglo, de tener que respon-
venil sin que estas criaturas obedecieran? ¿Cómo podría la policía reprimir der sobre los crímenes que ha-
bían cometido con sus manos.
una manifestación si la obediencia no fuera un valor? Debido a su funciona-
lidad y eficacia, no dudamos en creer que la obediencia es un mal necesario
en una sociedad que no se sostendría si todo el mundo hiciese lo que quisiera.
Está claro que pensamos que en todo caso la obediencia no debe ser ciega, y
que unos ciudadanos con espíritu crítico podrían asumir perfectamente que
la obediencia es necesaria, pero sólo hasta cierto punto. No obstante, ¿cuál
es este punto? ¿Cuáles son los límites de la obediencia? El último punto del
módulo va dirigido a profundizar en la comprensión del origen, el manteni-
miento y las consecuencias de los procesos de obediencia a la autoridad en
nuestra sociedad.
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Objetivos
Los objetivos que os propone este módulo consisten en conseguir que, una vez
que los hayáis estudiado y hayáis elaborado sus contenidos, seáis capaces de:
1. El proceso de normalización
(1)
Las relaciones entre las personas ciertamente tienen un grado importante de Es importante que no confundáis
la noción de normalización de la
formalización. No podemos tratar de cualquier manera a cualquier persona,
psicología social con la de norma-
no sólo por lo que respecta a los tratamientos gramaticales (vos, usted y tú), lización entendida como retorno
a la normalidad que se aplica, por
sino también por lo que respecta a lo que tenemos que hacer o dejar de hacer, ejemplo, en el caso de la normali-
decir o dejar de decir a los demás. Las leyes de los estados modernos son una zación lingüística.
En principio no resulta muy difícil pensar en cualquier situación y detectar Ruptura de expectativas
las normas que la regulan. El aeropuerto, la calle o una autopista, una cena de
¡Cuántas veces nos hemos sor-
Navidad o un almuerzo de cualquier día, un bar o una discoteca, una boda, prendido de nuestras mismas
una venta o una compra, un entierro, pasear el perro o hacer el amor son si- reacciones! Pronunciar la fra-
se "nunca me hubiera espera-
tuaciones diferentes en las cuales una serie de normas constriñe las posibilida- do que reaccionaría así" es más
habitual de lo que parece.
des de acción de las personas, aunque al mismo tiempo también las permite.
Las normas son principios sociales que regulan la acción de los individuos en el interior
de un sistema, indicando qué acciones son deseables y cuáles no en cada papel y situación
concretos.
I. Martín Baró (1983). Acción e ideología (p. 312). San Salvador: UCA.
Reglas para la conducta aceptada y esperada. Las normas prescriben la conducta "apropia-
da". (En un sentido diferente de la palabra, las normas también describen lo que la ma-
yoría de los demás hace –lo que es normal.)
Y finalmente, Erving Goffman nos recuerda no sólo que las normas se encuen-
tran reguladas por sanciones y recompensas, sino que además están relaciona-
das con la identidad de las personas.
Una norma social es el tipo de guía de acción que se ve apoyada por sanciones sociales,
negativas que establecen penas por la infracción y positivas que establecen recompensas
por el cumplimiento ejemplar. No se pretende que el significado de esas recompensas y
esas penas resida en su valor intrínseco, sustantivo, sino en lo que proclaman acerca de
la condición moral del actor.
c) También se puede establecer una distinción entre las normas que resulta
previsible que la gente cumpla más o menos y las que nadie cumplirá, aunque
sea deseable aproximarse a ellas. Goffman denomina órdenes a las primeras y
© FUOC • P08/80500/00575 15 Influencia, conformidad y obediencia
normas a las segundas. Por ejemplo, es de esperar que todos los habitantes de
un país occidental aprendan a leer y a escribir (éste es el orden social), pero no
que nadie cumpla el ideal (la norma) de belleza occidental.
(2)
La etnometodología
El ascensor
Normas de este tipo son, por ejemplo, las que regulan las acciones de las personas en un
ascensor. Algunas son generales de todos los ascensores y otras son específicas según si
el ascensor es de una vivienda o de un edificio de oficinas, si se encuentra en una ciudad
grande o en un pueblo pequeño, etc. Por ejemplo, el silencio es la norma principal. En
un ascensor es deseable estar callado, aunque esta norma puede chocar con otra que
promueva la comunicación entre personas. Cuando esto pasa, la norma que sucede a la
del silencio es la de hablar del tema más neutro y con menos implicaciones personales
posibles, es decir, del tiempo que hace. Si se mantiene el silencio, encontramos también
otras normas como, por ejemplo, no mirar directamente a las otras personas y, por tanto,
evitar el contacto ocular y, en todo caso, mirar a las paredes del ascensor, las luces, el
espejo (no demasiado para que los demás no piensen que somos unos presumidos o que
los miramos mediante el espejo) o leerse por millonésima vez las instrucciones de uso y
las limitaciones de personas y peso. Si es posible, hay que dejar el máximo espacio posible
entre personas y evitar cualquier contacto físico; si esto no es posible, hay que expresar
de forma clara, aunque no verbalmente, la incomodidad que nos provoca tal situación.
Los ejemplos anteriores son de normas implícitas, otras normas explícitas po-
drían ser el hecho de no fumar, el hecho de que los menores no viajen solos o
el hecho de saludarse al entrar el ascensor. Cualquier situación está regulada
por una combinación de normas explícitas e implícitas.
Lecturas
Un buen ejercicio de psicología social es pensar una situación y encon- complementarias
trar las normas sociales que la regulan. Un modo de hacerlo es romper
Para dominar el concepto de
la norma cuya existencia sospecháis, aunque no esté exento de riesgos norma social implícita son
personales. muy recomendables las obras
siguientes:
E. Goffman (1979). Relaciones
en público. Madrid. Alianza.
Uno de los efectos de realizar el ejercicio anterior es darse cuenta de que la H. Garfinkel (1984). Studies
in Ethnomethodology (ed. ori-
distinción entre cuándo una norma es explícita e implícita no está clara. Exis- ginal 1967). Oxford: Black-
ten normas que nos pueden venir enseguida a la cabeza y de las cuales es fácil well.
recordar cuándo, cómo y quién nos las enseñó, mientras que otras son más
difíciles de ver, y algunas podían haber sido explícitas y ahora ya no, porque
las hemos automatizado tanto que no sabemos ni cuándo las aprendimos. En
realidad, podríamos decir que las normas se pueden situar en un continuo
de más a menos implícitas, o de más a menos explícitas, como queráis. Una
norma hasta ahora implícita puede pasar de inmediato a ser explícita cuando
alguien la viola.
Las sanciones sociales por la ruptura de una norma son normas sobre normas:
se trata de normas que regulan el cumplimiento y el incumplimiento de las
normas. Las sanciones se pueden dividir en formales e informales, según cuál
sea el tipo de norma que se rompe. La ruptura de una norma explícita com-
porta la aplicación de sanciones claras cuyo conocimiento general se presu-
pone. En general, además, no son las personas implicadas en la situación las
que aplican estas sanciones, sino un organismo competente. Por otro lado,
la ruptura de una norma implícita comporta unas sanciones completamente
diferentes.
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Las sanciones informales las aplican directamente las otras personas implica- El ascensor
das en la situación o incluso uno mismo. La burla, el ridículo, el aislamien-
Es preferible que no intentéis
to, los insultos y las amenazas son las más obvias, pero también otras que se romper las normas del ascen-
aplica uno mismo como, por ejemplo, la vergüenza y el rubor, el silencio y la sor de vuestra casa para ver
qué sucede, si no queréis te-
sumisión, bajar la cabeza y no mirar atrás. La presión del grupo va encaminada ner que dar demasiadas expli-
caciones y, sobre todo, si parti-
sobre todo a recordar que el hecho de pertenecer al grupo implica el respeto a cularmente no os apetece que
sus normas y que cualquier persona que no las respete será excluida del mismo la mayoría de los vecinos no
os dirija más la palabra o eluda
y calificada de "diferente", "anormal" o "desviada". vuestra presencia.
1.1.4. La normalidad
Normas formales
La conexión entre las nociones de normalidad y de norma social es directa. En En cambio, las normas forma-
les no están tan vinculadas a la
una sociedad como la nuestra, que nos parece que está formada por indivi- noción de normalidad precisa-
mente porque son explícitas.
duos que pueden actuar por su cuenta y que presuponemos libres, prever la En general, su no cumplimien-
conducta de los demás resulta imprescindible. Por este motivo, la noción de to es indicio de rebeldía, pero
no de anormalidad.
normalidad tiene tanta fuerza; todos aspiramos a ser considerados normales –en
todo caso, cualquier característica personal que nos haga ser individuales no
puede exceder los márgenes de la normalidad. Es normal quien cumpla las
normas implícitas y no lo es quien no las cumpla.
Como hemos visto, en la primera definición las normas son principios activos
en el interior de un sistema. La noción de norma social está fuertemente impreg-
nada de esta idea de que las normas están organizadas y que, de hecho, perte-
necen a un marco social más extenso que el de la misma situación. No pode-
mos desvincular las situaciones, ni sus definiciones posibles, ni, por tanto, las
normas que las regulan, de la historia de la sociedad en la cual tiene lugar esta
situación. Las normas sociales son mecanismos de control social que garanti-
zan que "la máquina social" o el "organismo social" funcione eficazmente.
Pregunta-guía
Fijaos en las metáforas que se utilizan para hablar de la sociedad. No son arbitrarias ni
accidentales, también reflejan los valores sociales dominantes. ¿Qué valores creéis que
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El ascensor
Los ejemplos anteriores de las normas presentes en una situación tan aparentemente
"inocente" como la de un viaje en ascensor reflejan y construyen al mismo tiempo lo que
significa la intimidad en nuestra sociedad, distinguen los espacios públicos de los priva-
dos, regulan la relación entre el individuo autónomo y la colectividad. Indican que existe
una tensión que hay que resolver normativamente entre un espacio colectivo limitado
que anula la disponibilidad de espacio personal que cualquier individuo considera suyo.
El ascensor de la vivienda es un momento de tránsito, una frontera entre lo público y
lo privado que remarca la noción de propiedad privada y la característica del individuo
moderno como poseedor o propietario de bienes, espacios y momentos, de los cuales
nadie puede disponer sin su autorización expresa.
La noción de norma social nos permite entender por qué el vínculo entre el Reflexión
individuo y la sociedad es inextricable: lo que la persona es no se puede separar
Para entender cómo marca el
de las normas que regulan las situaciones en las cuales se encuentra. La noción rol la identidad, pensad en las
de rol social de la cual hemos hablado en el módulo 2 refleja precisamente esto: diferentes normas que deben
cumplir hombres y mujeres en
cuál es el conjunto de normas que se encuentra asociado a una determinada nuestra sociedad y cómo con-
diciona esto las posibilidades
posición o estatus social. de ser.
Ambas nociones nos ayudan a ver cómo depende, lo que es normal o anormal,
de las normas sociales instauradas en una sociedad determinada y no de valo-
res abstractos definidos por especialistas (en nuestra sociedad los psicólogos).
La noción de norma social permite entender por qué la sociedad funciona con
relativa fluidez, cómo, la multitud de interacciones personales de todos los
días, no se convierte en una multitud parecida de conflictos interpersonales.
Por este motivo, si bien las normas sociales restringen las posibles acciones de
las personas, también permiten que éstas tengan lugar, y ofrecen un contexto
relativamente flexible. Las normas no regulan todos los ámbitos de la vida
cotidiana, sino que ofrecen márgenes a la diversidad en áreas poco importantes
o bien dentro de los límites de lo aceptable (Martín Baró, 1983).
Por otra parte, se trata de una noción que nos explica por qué somos capaces
de adaptarnos rápidamente a situaciones no familiares para nosotros tan só-
lo observando la conducta de los demás. Además, remarcar el hecho de que
© FUOC • P08/80500/00575 19 Influencia, conformidad y obediencia
Del punto anterior se desprende que las normas nacen en situaciones concre-
tas históricamente contextualizadas, crecen y se expanden a otras situaciones
o momentos y, finalmente, mueren cuando ya no se utilizan más.
En este punto veremos algunos ejemplos de cómo nacen las normas sociales
que nos ayudarán a entender un poco más el concepto y también sus impli-
caciones.
En 1936 Muzafer Sherif ideó un experimento para ver cómo se generan las El efecto autocinético
normas sociales. El punto de partida era la hipótesis de que las normas sociales
Este efecto es bastante cono-
cambian cuando nos encontramos en situaciones sociales inestables. Cuando cido por los astrónomos, que
la confusión y la incertidumbre surgen porque las normas antiguas ya no sir- sufren sus consecuencias. Se
produce siempre que percibi-
ven, entonces se crean otras nuevas. Sherif pensó en aprovechar el efecto auto- mos un objeto luminoso y nos
faltan las referencias espaciales
cinético como prototipo de situación en la cual la persona no tiene referencias. para situarlo respecto a nues-
tra posición en el espacio. En
estas condiciones, el objeto lu-
El experimento consistió en situar a una persona en una cámara oscura en minoso parece que se mueva
erráticamente en cualquier di-
cuyo fondo había una luz inmóvil; puesto que el sujeto no tenía ningún pun- rección pese a estar realmente
inmóvil.
to de referencia, al cabo de unos instantes la luz aparentemente comenzaba
a moverse. Al experimentador le interesaba la distancia que recorría aquella
luz. A cada persona se le presentaba la luz cien veces y lo que se observó es
que, al cabo de unos cuantos ensayos, la persona establecía un rango y un
punto dentro de este rango. A partir del establecimiento de esta norma pecu-
liar de cada uno, todos los juicios subsiguientes que las personas efectuaban
dependían de esta norma particular. En dos series más, de cien evaluaciones
cada una, se mostró que la persona mantenía consistentemente los primeros
juicios. Por tanto, si la persona "veía" moverse la luz unas tres pulgadas cada
vez, se mantenía esta distancia hasta el final. Podríamos decir que la persona
genera en estas condiciones una norma individual de percepción. Puesto que en
realidad la luz no se movía, las diferencias individuales fueron considerables,
desde quien mantenía que la luz casi no se movía (0,5 pulgadas) hasta el que la
veía moverse 10 pulgadas. Otros experimentos posteriores han mostrado que
el efecto autocinético puede generar apreciaciones que van desde quien no la
ve moverse hasta quien la ve desplazarse varios metros, pasando por los que
sólo la ven moverse algunos centímetros.
© FUOC • P08/80500/00575 20 Influencia, conformidad y obediencia
Sherif creó cuatro grupos de dos personas y cuatro grupos de tres que ya ha-
bían pasado por la primera fase y que, por tanto, ya tenían una norma indivi-
dual de percepción creada. Y repitió los ensayos. Lo que sucedió fue que en la
situación de grupo las personas hablaban entre ellas, como era de esperar, y
a continuación modificaban su juicio previo, circunstancia que ya no era tan
esperable. De este modo, ante la creencia de que la luz se movía igual para las
dos o las tres personas, se veían obligadas a modificar su juicio previo indivi-
dual y adaptarlo a la percepción del otro. En tres series de ensayos las personas
convergieron y crearon una norma de grupo. Comenzaron a "ver" que la luz se
movía como el resto del grupo y no como la veían en los ensayos individuales.
Habría que saber si efectivamente la "veían" diferente o si sólo se conformaban
con la opinión del grupo.
Entonces Sherif creó ocho grupos más, de dos o tres personas, que no habían
participado en ninguna sesión previa y, en lugar de hacerlos pasar primero
por las sesiones individuales, los puso directamente en la sesión de grupo.
Ya desde la primera serie de juicios las personas se pusieron de acuerdo en
un rango determinado y en ningún caso surgieron diferencias individuales.
Después de tres series de grupo, se puso a estas personas en una situación
individual; si en esta sesión las personas se hubiesen conformado al grupo,
ahí es donde deberían haber aparecido diferencias individuales. Sin embargo
no fue así, las personas continuaron manteniendo la norma de grupo en los
juicios individuales.
"La base psicológica de las normas sociales establecidas, tales como estereotipos, modas,
convenciones, costumbres y valores, reside en la formación de marcos comunes de refe-
rencia como producto del contacto de individuos. Una vez que tales marcos de referencia
quedan establecidos e incorporados al individuo, pasan a ser importantes factores en la
determinación o modificación de sus reacciones, frente a las situaciones que afrontarán,
más tarde, sociales, e incluso en ocasiones no sociales, especialmente si el campo de es-
timulación no está bien estructurado."
Para explicar estos resultados entre otros, Leon Festinger propuso, en 1954, la Pruebas científicas
teoría de la comparación social, de la cual ya habréis tenido conocimiento en
De todos modos, incluso las
los otros módulos. Según el autor de la teoría, habría que explicar qué procesos pruebas más científicas no son
generan uniformidad en el seno de los diferentes grupos sociales. La cuestión más que consensos de gru-
pos de personas en torno de lo
de partida es que existen temas sobre los cuales es más fácil estar seguros que que se considera una prueba
válida y de lo que no. Su "ob-
de otros. Si una persona no está segura de la medida de una baldosa, toma un jetividad" es sólo un "consen-
metro y se acaba el problema. En cambio, si duda de si un profesor es un buen so" entre grupos de personas
"autorizadas".
profesor o no lo es, no tiene ningún "metro pedagógico" a mano. Lo único de lo
que dispone es de los otros estudiantes. En este caso, la creencia en la validez de
las propias opiniones sólo puede venir dada por las otras personas. De hecho,
la mayoría de los temas relevantes de la vida social es más de este segundo
tipo que de los primeros, es decir, que en general no tenemos "pruebas" de la
mayoría de los temas que nos importan.
© FUOC • P08/80500/00575 22 Influencia, conformidad y obediencia
Está claro que las comparaciones no se deben al azar, sino que tendemos a
hacerlas con personas que consideramos que son parecidas a nosotros. Cuanto
más parecido percibamos o imaginemos con la otra persona, más confiamos
en ella para evaluar nuestros juicios. La necesidad de asegurar que estas com-
paraciones sean fiables se traduce en una tendencia a querer parecernos más
a los demás y al hecho de que los demás se parezcan más a nosotros y, por
tanto, en un incremento de la uniformidad grupal.
El círculo se cierra: negociamos con los demás las normas adecuadas mediante
varias comparaciones sociales, basadas en las categorías sociales que hemos
creado. El acuerdo con los demás nos hace más parecidos a los miembros de
nuestro grupo, acentuamos la percepción de diferencias y, al mismo tiempo,
creamos estas diferencias. Monitorizamos a las personas de nuestro grupo para
saber si actuamos correctamente y a la vez somos ejemplos para estas mismas
personas. Nuestra identidad, lo que pensamos que somos, es el resultado de
estas comparaciones.
Un suceso que tuvo lugar en Estados Unidos a finales de los sesenta conmo-
cionó a gran parte de la opinión pública del país. Una chica, Kitty Genovese,
fue apaleada durante treinta y cinco largos minutos ante al menos treinta y
ocho personas que lo estaban viendo desde sus casas. Nadie hizo nada para
ayudarla: nadie salió a la calle, nadie telefoneó a la policía hasta que la joven
falleció. Sucesos como éste no son tan infrecuentes: en 1994 una niña se aho-
gó ante una multitud de bañistas en un lago holandés; en 1999 una estudiante
de la Universidad Autónoma de Barcelona murió asesinada en una calle del
barrio barcelonés de Gracia sin que nadie avisara a la policía, a pesar de que se
escuchaban los gritos. Sin embargo, no hay que ir más lejos, ya que cualquier
habitante de una gran ciudad sabe que no se puede parar a preguntar si se
necesita su ayuda cada vez que ve a alguien tendido en el suelo.
Existe una norma explícita que dice que si alguien necesita nuestra ayuda, se
la tenemos que ofrecer, pero todos nos podemos imaginar un gran número de
condicionantes que puede provocar que no la ofrezcamos. Latané y Rodin, en
1969, efectuaron el experimento siguiente: primero, pusieron a una persona
en una sala y se marchaban con cualquier excusa. Mientras los experimenta-
dores estaban fuera, la persona oía en el despacho de al lado a una señora que se
subía a una silla, se caía al suelo y se quejaba de dolor. Un 70% de las personas
que estaban solas se levantaban y salían para ofrecer su ayuda. No obstante,
cuando había dos personas en la sala, sólo en un 40% de las ocasiones alguien
intervenía. Si de estas dos personas, una era un cómplice del experimentador
que tenía instrucciones de no levantarse, la ayuda descendía hasta un 7%.
Esto no se puede interpretar como una muestra de que en una sociedad indi-
vidualista la responsabilidad es un elemento que se puede dividir entre el nú-
mero de personas presente (cada persona atribuye al otro la responsabilidad de
actuar) y que, por tanto, cuantas más personas estén presentes en una situa-
ción de necesidad, menos probabilidades hay de que alguien ofrezca su ayuda.
Sin embargo, también muestra que siempre estamos pendientes de saber qué
harán los demás. Una situación como la descrita muestra el nacimiento de
una norma, de ámbito restringido, en algunos casos la de ayudar y en otros
la de no hacerlo. La conclusión más importante es que el papel de las normas
implícitas siempre va por delante del de las normas explícitas; ante la norma
explícita de ayudar a quien lo necesita, primero se impone saber cuál es la
norma de la situación.
© FUOC • P08/80500/00575 24 Influencia, conformidad y obediencia
Todo comenzó sin que se necesitase a ningún líder. Nadie en especial inició
los sucesos. Una batida antidrogas de la policía fue el desencadenante de lo
que se consideró una provocación hacia la comunidad. Las normas surgieron
a medida que los hechos se sucedían. Por ejemplo, un entrevistado comenta:
"alguien gritó de pronto 'el banco' y, una vez allí, se lanzaron grandes piedras y
tochanas... Fue una reacción completamente espontánea" (Reicher, 1987). Es
importante señalar que si alguien hubiera gritado "el quiosco" nadie le hubiera
hecho caso; de hecho, hubo algunas piedras aisladas que cayeron en ventanas
"no autorizadas" que nadie siguió, y cuando se rompió una ventana de un
autobús, tampoco.
Si recordáis las definiciones que expusimos al principio del módulo, las normas
se acaban definiendo mediante el uso de sinónimos, por ejemplo, las normas
son guías, o principios, o reglas, etc., lo cual es una estrategia de definición
poco aclaradora y, sobre todo, tautológica. De hecho, las dificultades princi-
pales que plantea el concepto parten de que se trata de un concepto creado
post hoc. El funcionamiento es el siguiente: percibimos una regularidad en las
© FUOC • P08/80500/00575 25 Influencia, conformidad y obediencia
conductas de las personas y pensamos que algún principio las debe unificar; a
partir de aquí pensamos en la existencia de normas. Obviamente, las normas
no se pueden observar, sólo sus consecuencias. No obstante, está claro que la
causa de la uniformidad de comportamientos podría ser otra.
a)�Dentro�del�individuo
Según los cognitivistas sociales, hay esquemas de personas (imágenes de las ca-
racterísticas psicológicas de las personas que nos rodean), autoesquemas (imá-
genes y descripciones de nosotros mismos), esquemas para resolver problemas
(pasos que hay que seguir para encontrar una solución) y esquemas de grupos
(como los estereotipos). No obstante, también hay esquemas que serían las
normas: los esquemas de roles (grupos de expectativas atribuidas a una deter-
minada posición social) y esquemas de sucesos (guiones que nos indican paso
a paso qué se tiene que hacer en una situación específica).
© FUOC • P08/80500/00575 26 Influencia, conformidad y obediencia
Ejemplo
b)�Fuera�del�individuo
b) En segundo lugar, conduce a pensar que las normas sociales pueden tener
algún tipo de expresión verbal: "si te encuentras en un ascensor con tu vecino,
habla del tiempo". Ésta es una abstracción del proceso que no tiene en cuenta
© FUOC • P08/80500/00575 27 Influencia, conformidad y obediencia
Otra forma en la cual el lenguaje restringe (o posibilita, como os guste más) las Michel Foucault
acciones humanas es por medio de la narración de lo que es real y de lo que
El célebre filósofo francés
no. En muchas ocasiones, la uniformidad viene dada no por la existencia de muestra en su libro Vigilar y
una supuesta norma, sino por la imposibilidad de hacer otra cosa. El lenguaje castigar cómo la disciplina im-
puesta en las escuelas (y tam-
cotidiano diferencia lo real de lo ficticio y, por lo tanto, otorga "naturalidad" a bién en otras instituciones ce-
rradas como hospitales, pre-
determinados componentes. Por ejemplo, alegrarse o entristecerse en un en- siones, cuarteles o fábricas) no
tierro no sería en este caso producto de una determinada norma social que tiene como efecto principal la
interiorización de determina-
existiría en los funerales y que "obligaría" a alegrarse o a entristecerse, sino que das normas de comportamien-
to, sino la constitución real de
sería consecuencia directa de lo que significa, es decir, de qué es realmente la cuerpos dóciles y útiles, de su-
jetos obedientes dispuestos a
muerte para los miembros del grupo afectado. Y es que ciertamente no es lo aceptar tareas que anterior-
mismo morir en un contexto que cree en la existencia del paraíso que en uno mente consideraban inacepta-
bles. La disciplina, la vigilancia,
que cree que después de la muerte no hay nada más. los ejercicios físicos, el cierre
en espacios ordenados geomé-
tricamente, los exámenes mé-
dicos, etc. crean al individuo
moderno, no como sujeto jurí-
En resumen, las normas sociales establecen y mantienen un determina- dico sometido a unas normas
do orden social mediante la organización y la regulación de las relacio- exteriores a él, sino como un
conjunto de normas ambulan-
nes interpersonales. De hecho, manifiestan determinadas relaciones de te: el individuo no es más que
un grupo de personas.
poder, ya que prescriben la normalidad (y proscriben la anormalidad)
mediante mecanismos de control evidentes o sutiles que dificultan la
no adhesión a la norma: el castigo o el refuerzo por parte del autorizado Lecturas
complementarias
pertinente en una situación dada o bien la naturalización de determina-
dos comportamientos, pensamientos y deseos. Junto con esta prescrip- Una buena introducción a
ción de normalidad, los roles (conjuntos de normas asociadas a deter- Michel Foucault es la lectura
de los libros: Vigilar y castigar
minadas posiciones sociales) condicionan la identidad de las personas. e Historia de la sexualidad: la
voluntad de saber. Ambos es-
Pese a todo esto, no debemos olvidar que las normas sociales implican tán publicados por la edito-
determinados valores sociales distribuidos con los cuales las personas rial Siglo XXI de Madrid.
Finalmente y para hacer justicia a los investigadores que se han esforzado tanto
en este tema, no podemos olvidar que, como la mayor parte de los conceptos
en ciencias sociales, su valor es por encima de todo heurístico. La noción de
"norma social" es valiosa porque nos ayuda a comprender por qué no se puede
desvincular lo social de lo psicológico. Su valor no radica en su validez a la
hora de generar explicaciones causales de la conducta humana, sino en las vías
de comprensión que abre. Quizá por este motivo, más allá de lo que son o de lo
que dejan de ser, son importantes por el tipo de preguntas y de investigaciones
que han impulsado.
© FUOC • P08/80500/00575 29 Influencia, conformidad y obediencia
ponente social bastante importante, e incluso esencial, en el que merece la No os perdáis la lectura de
pena que nos detengamos brevemente. El hecho de que sean procesos psico- un gran clásico de la psicolo-
gía social de la memoria:
lógicos básicos no significa que podamos estudiarlos sin tener en cuenta su
F. Bartlett (1995). Recordar
dimensión social, pues no se trata de procesos que afecten exclusivamente a (ed. original 1930). Madrid:
Alianza.
las personas que viven en islas desiertas. Por ejemplo, la memoria, recordar es
Y también: D. Middleton;
algo que hacemos colectivamente; recordamos con los demás nuestros mejo- D. Edwards (1992). Memoria
compartida. La naturaleza so-
res momentos y los peores, tenemos conversaciones sobre lo que nos pasó tal cial del recuerdo y del olvido.
día y tal año, o sobre la importancia de un determinado suceso para la familia. Barcelona: Paidós.
De hecho, no hay nada natural en la percepción, por muy automatizada que Lectura complementaria
ésta nos parezca. Los psicólogos de la Gestalt propusieron una serie de leyes
Podéis consultar el resto de
que guían la percepción. La más importante es que el todo es más que la suma las leyes derivadas de éstas en
de las partes, es decir, que la globalidad de lo percibido posee propiedades el libro siguiente:
K. Koffka (1935). Principles of
emergentes que no están presentes en las partes de las cuales se compone,
Gestalt Psychology. New York:
hasta el punto de que esta globalidad otorga propiedades y significados a las Harcourt Brace.
partes que éstas no tenían antes. Otra de estas "leyes" afirma que la figura También os servirá cualquier
manual de psicología de la
se impone por encima del fondo, es decir, que organizamos la información percepción.
percibida en totalidades (figuras) que se destacan del resto de la información
(fondo). El carácter innato o aprendido de estas leyes y de las que se deducirían
provocó un gran número de investigaciones y poco acuerdo entre éstas. Desde
el punto de vista de la psicología social, parece ineludible llegar a la conclusión
de que lo que determina qué elementos pasan a ser figuras y cuáles fondo, es
el significado social otorgado al conjunto de la información.
© FUOC • P08/80500/00575 31 Influencia, conformidad y obediencia
Esto explica por qué vemos una mesa y no un conjunto de maderas engan-
chadas. La percepción del objeto mesa está directamente vinculada al signifi-
cado social de la mesa y a los usos que ésta tiene. Visto así, toda percepción es
social y podéis entender la afirmación anterior de que la actividad de percibir
consiste más en construir una realidad concreta que en describirla. Aunque
parezca extraño, percibir es más una actividad colectiva que individual.
Ahora es un buen momento para volver a definir la psicología social. Si asu- Lectura recomendada
mimos las premisas de que la percepción es una construcción de la realidad
El punto de vista del cons-
y que, además, los actos perceptivos son una construcción conjunta y no un truccionismo social que se os
acto individual, podemos definir la psicología social como la disciplina que ha presentado en varias oca-
siones en esta asignatura está
estudia los procesos de constitución, mantenimiento y cambio de la realidad. explicado didácticamente y
con detalle en el libro:
V. Burr (1997). Introducció al
2.2. Percepción y actitudes construccionisme social. Barce-
lona: Ediuoc-Proa.
1947). No obstante, incluso más allá del hábito, algunos objetos pueden pare-
cer más grandes según su importancia, es decir, en función de su valor y de su
significado, dos aspectos que, por cierto, no se pueden separar fácilmente.
Para mostrar esta última cuestión, explicaremos con más detalle el experimen-
to de Bruner y Goodman (1947) que se os ha presentado en el módulo 1. Los
investigadores pidieron a un grupo de niños de diez años que evaluasen el
tamaño de unas circunferencias. Para hacerlo, disponían de una luz que pro-
yectaba un círculo luminoso en una pantalla y que se podía hacer más gran-
de o más pequeño con un botón que giraba. El experimento consistía en el
hecho de que, mientras un grupo de niños evaluó el tamaño de una serie de
monedas –las fracciones de dólar de 1, 5, 10, 25 y 50 centavos, que conocían
bien y que utilizaban habitualmente– el otro evaluó unos discos de cartón del
mismo tamaño.
"... hay un flujo constante de estudios experimentales sobre el modo en que los factores
sociales provocan tipos de selectividad respecto de lo que una persona percibe o infiere
y respecto de su forma de interpretarlo. [...] Sin actitudes apropiadas, y sin una estructu-
ra lingüística adecuada, un sujeto no capta con facilidad ciertos acontecimientos en su
entorno, que otra persona, debidamente equipada con actitudes y un lenguaje percibiría
como importantes."
Como podéis ver, no percibimos; de hecho, sería más exacto decir que nos
negamos a percibir aquello para lo cual no estamos preparados. Afortunada-
mente, la vida social es tan compleja que proporciona una gran cantidad de
modos de percibir, para todo lo existente e, incluso, para lo inexistente, como
demuestra el pánico colectivo que provocó Orson Welles, en 1938, durante la
emisión de un programa de radio que anunciaba la invasión de la Tierra por
parte de un grupo de marcianos violentos.
© FUOC • P08/80500/00575 35 Influencia, conformidad y obediencia
¡Invasión!
Una persona explicó que miró a la calle y todo parecía igual que todos los días y que,
por tanto, había pensado que la invasión aún no había llegado a su barrio. Otra persona
explicó que vio que la calle estaba llena de coches y que, por tanto, la gente ya estaba
huyendo. Una tercera persona describió que por su calle no pasó ningún coche y que
pensó que el tráfico se había colapsado a causa de la destrucción de las carreteras. El
significado otorgado a la percepción es la percepción misma, con un grado sorprendente
de independencia respecto de la información que supuestamente nos envían nuestros
órganos sensoriales.
"Lo que esto sugiere es que, una vez que una sociedad ha moldeado los intereses de una
persona y la ha entrenado para esperar lo que sea más probable en esta sociedad, se ha
ganado un inmenso control, no solamente sobre sus procesos mentales, sino también
sobre el mismo material con el que el pensamiento opera –los datos experimentados por
la percepción."
Pregunta-guía
Quizá penséis que estas restricciones de la percepción se pueden evitar si uno se toma más
tiempo para observar las cosas; seguramente sí, pero la pregunta es: ¿cuántas veces nos
paramos a observar detenidamente las cosas y a las demás personas?, ¿tenemos tiempo
para hacerlo, antes de actuar?
Seguro que no se os escapan las repercusiones que tiene esta manera de enfocar
los estudios de la percepción humana. No sólo sobre nuestro conocimiento
de la sociedad y de las relaciones entre las personas, sino que también ponen
sobre la mesa una pregunta crucial para las ciencias sociales y humanas: ¿hasta
qué punto es posible el estudio objetivo de estas relaciones y de su organiza-
ción? Sea cual sea la respuesta, ésta no ha detenido la investigación, sino que
en todo caso la ha espoleado en múltiples direcciones.
En el módulo 2 de esta misma asignatura habéis visto que una de las activida- Reflexión
des más importantes que realizamos durante las interacciones que mantene-
Pensad en los esfuerzos que
mos con las demás personas es la gestión de las impresiones que proporciona- dedicamos a conseguir que la
mos a los demás. Esto significa que somos perfectamente conscientes (de he- gente que nos rodea piense
que somos buenas personas.
cho, lo practicamos a diario) de que nos formamos impresiones de los demás.
Aunque ahora nos parezca natural y obvio que nos formemos impresiones de
las demás personas, la cuestión no es tan sencilla. Para poder hacerlo, tenemos
que partir de una condición especial que no se ha cumplido ni en todas las
épocas ni en todas las sociedades: la existencia de individuos. La visión uni-
taria de la persona que denominamos individuo es una creación histórica de
la sociedad occidental del último par de siglos. Por ejemplo, tal como habéis
visto en el módulo 2, el self occidental ha pasado sucesivamente a ser "román-
tico", "moderno" y "saturado".
Cita
Daryl Bem argumenta que nosotros mismos somos objeto de nuestra percepción. En su
teoría de la "autopercepción" defiende que:
"Los individuos llegan a 'conocer' sus actitudes, emociones, y otros estados internos en
parte mediante las inferencias que hacen a partir de la observación de su mismo com-
portamiento y/o de las circunstancias en las cuales éste tiene lugar."
Sólo a partir de esta condición podemos entender, como dijo Solomon Asch,
que:
"Resultado final de la interacción con los demás y de la percepción de sus acciones, mo-
tivos y emociones llegamos al conocimiento de que las personas poseen individualidades
particulares y singulares. A partir de los diversos aspectos de un individuo nos formamos
una opinión del mismo como una clase particular de persona, que posee propiedades
relativamente perdurables."
Leyó a cada uno de los dos grupos de estudiantes una de las dos listas de ad-
jetivos siguientes:
inteligente-habilidoso-trabajador-afectuoso-decidido-práctico-cauto
inteligente-habilidoso-trabajador-frío-decidido-práctico-cauto
Les explicó que estos adjetivos describían a una persona y que, por favor, selec-
cionasen de una lista de dieciocho rasgos, emparejados en un polo positivo y
uno negativo (por ejemplo: generoso-avaro; popular-impopular; fuerte-débil,
etc.), cuál de cada pareja era la que más se ajustaba a la persona que acababan
de escuchar. En los resultados se vio para empezar cómo, el grupo "afectuoso",
otorgaba más rasgos positivos que el grupo "frío". Además, en concreto la per-
sona afectuosa era generosa, prudente, feliz, imaginativa, altruista, humana,
popular, etc., mientras que la fría, todo lo contrario.
Obediente-débil-superficial-afectuoso/frío-sin ambiciones-vanidoso
Ejemplo
H. Kelley 1950). The warmcold variable in first impression of persons. Journal of Persona-
lity, 18, 431-439.
© FUOC • P08/80500/00575 38 Influencia, conformidad y obediencia
Podéis pensar ahora en el efecto que tienen sobre la docencia y el aprendizaje los rumores
que circulan sobre vuestros profesores.
Por lo tanto, una cualidad no es central de forma inherente, sino que depende
siempre del contexto. De hecho, lo que cambia el contexto es el mismo signi-
ficado de afectuoso o frío, y cualquiera de las dos expresiones puede ser central
o periférica, positiva o negativa según el conjunto en el que se encuentre.
Sea lo que sea lo que pensamos, parece que existe una relación circular; pri-
mero se crea histórica y culturalmente la noción de individuo, y esto provoca
que las personas perciban que hay una serie de rasgos consistentes que hace de
cada persona una unidad lógica. Los psicólogos estudian estos rasgos y "des-
cubren" la personalidad y, finalmente, regresa a la sociedad en forma de tests
© FUOC • P08/80500/00575 39 Influencia, conformidad y obediencia
Lectura recomendada
Para profundizar en las teorías implícitas de la personalidad y su relación con las teorías
"científicas" de la personalidad, no os perdáis el capítulo "Epistemología del sentido co-
mún" de Henri Paicheler. Lo encontraréis en: S. Moscovici (Ed.). (1986). Psicología social
(Vol. 2). Barcelona: Paidós.
"Uno de los pasos necesarios para llegar a conocer a los demás consiste en percibir la
acción como un efecto que produce una persona que funciona como causa. Cuando el
acto y la persona ingresan en una formación cognoscitiva unitaria, la persona asume la
cualidad de sus actos, tal como las acciones de un objeto se convierten en su propiedad
funcional. Un acto generoso altera nuestra opinión respecto de una persona y le adju-
dica la cualidad de generosidad. [...] Debería agregarse que reconocemos que las perso-
nas constituyen causas de manera relativamente absoluta; en general no procedemos a
rastrear las condiciones que produjeron un individuo molesto, sarcástico o satisfecho.
Los individuos son causas fenoménicamente primeras en un grado substancial. [...] La
experiencia nos enfrenta con muchas acciones de los demás que se suceden en relativo
desorden. En oposición a este movimiento y este cambio incesantes de nuestras observa-
ciones, surge un producto de considerable orden y estabilidad."
Lecturas
El estudio de la formación de impresiones es importante porque, tal complementarias
como se desprende de lo que habéis visto en el módulo 2, lo que la gente
La influencia de la psicolo-
piensa de nosotros no es ajeno a lo que nosotros mismos pensamos que gía sobre la sociedad se ha es-
somos. He aquí, pues, una de las formas de influencia más sutiles. En un tudiado a partir del concep-
to de Nikolas Rose "the psy-
proceso circular, las impresiones que los demás se hacen de nosotros, complex", que hace referen-
cia al conjunto de institucio-
las cuales hemos visto que tienen un origen social y cultural que va más nes y teorías psicológicas pre-
allá de las interacciones directas y reales que sostenemos con los demás, sentes en nuestra sociedad y
a los efectos de dominación
repercuten directamente en nuestra identidad. Por este motivo, aunque que provocan. Son referen-
biológicamente sigamos el organismo más plástico que se conoce, lo cias imprescindibles:
N. Rose (1985). The psycholo-
que podemos ser en una sociedad concreta no es una combinación de gical complex. London: Rout-
posibilidades infinitas, sino producto directo de lo que en esta sociedad ledge.
N. Rose (1989). Governing the
se considera que se puede ser. soul. London: Routledge.
Las teorías de la atribución son teorías que intentan comprender de qué ma-
nera proporcionamos en la vida cotidiana explicaciones de las conductas de
los demás. Son relevantes en el sentido de que comprender a qué atribuimos
una determinada acción (por ejemplo, la de quien llega tarde a una cita o bien
da un golpe a alguien) es comprender el futuro curso de la interacción. En el
caso de que nos den un golpe, la explicación de si se ha hecho expresamente
o ha sido sin querer es capital para entender cómo surge una pelea. Esto sería
anecdótico si las atribuciones fuesen siempre fundadas en la realidad o si se
hiciesen al azar. Sin embargo, ni una cosa ni la otra son ciertas; en las atribu-
ciones que hacemos hay algunas tendencias que muestran que son el produc-
to de una manera determinada de entender el mundo social y las personas.
a)�Heider�y�el�análisis�ingenuo�de�la�acción
b)�Jones�y�Davis�y�la�inferencia�correspondiente
Siguiendo la línea marcada por Heider, Jones y Davis estudiaron cuáles eran
las condiciones necesarias para atribuir una conducta a una disposición esta-
ble de la persona. Por ejemplo, si somos testigos de una conducta agresiva,
podemos inferir que ésta se debe al hecho de que la persona que la ha llevado
a cabo es agresiva. Por este motivo es necesario que la persona que infiere la
disposición que corresponde a la acción piense que la acción es intencional,
que la persona conoce las consecuencias de la acción que realiza y que es capaz
de llevarla a término. Hacer una inferencia de este tipo no siempre es sencillo,
© FUOC • P08/80500/00575 41 Influencia, conformidad y obediencia
aunque lo hagamos con bastante frecuencia. Las normas que regulan la situa-
ción se tienen en cuenta; por ejemplo, resulta más fácil hacer una inferencia
correspondiente cuando la persona rompe las expectativas de la situación que
cuando sigue las normas sociales (Jones y Davis, 1965). Esto tiene una impli-
cación importante: la persona que realice una acción en contra del orden so-
cial establecido será vista como poseedora de unas disposiciones que la hacen
ser rebelde o desviada o anormal y, por tanto, será mucho más sencillo desca-
lificarla que pensar si tiene razón o no, o si su acción está justificada.
c)�Kelley�y�el�análisis�de�la�covarianza
En la línea de establecer las condiciones mediante las cuales nos sentimos ca-
paces de atribuir la causa de una conducta a un factor interno o externo, es
decir, disposicional o situacional, Harold Kelley propuso que, cuando tenemos
la suficiente información, suficiente tiempo y estamos motivados para hacer-
lo, la atribución es consecuencia de la interacción o covarianza de una serie
de factores.
• Consistencia: la persona siempre actúa de la misma manera con este objeto (alta
consistencia) o bien otras veces ha actuado diferente (baja consistencia).
El objeto puede ser otra persona o bien una situación, como por ejemplo un
examen, un espectáculo, etc.
(3)
Obviamente, este modelo está idealizado y, de hecho, el mismo autor recono- Un esquema es un conjunto de
conocimientos organizados en el
ce que probablemente esta combinación funcione en realidad de manera sim-
ámbito cognitivo producto de la
plificada como un solo esquema causal3 que agruparía estos factores (Kelley, cultura y la sociedad en la que vive
la persona.
1973).
d)�Weiner�y�las�atribuciones�de�éxito�o�de�fracaso
© FUOC • P08/80500/00575 42 Influencia, conformidad y obediencia
Ejemplo
Por ejemplo, atribuir un fracaso a la mala suerte no tiene demasiadas consecuencias sobre
la autoestima del sujeto porque ésta se encuentra fuera de él, no la puede controlar y no
es permanente. En cambio, la atribución de este fracaso a la capacidad produce efectos
más graves, ya que ésta es permanente, interna y poco controlable.
e)�Sesgos�cognitivos
Error�fundamental�de�atribución
Efecto�actor-observador
Creencia�en�un�mundo�justo
Falso�consenso
Sesgo�a�favor�de�uno�mismo�(Self-serving�bias)
Por desgracia, para la psicología social las atribuciones que hacemos se han
estudiado generalmente en términos de relaciones entre individuos relativa-
mente aislados del contexto histórico y social, un problema que no se puede
separar del mito de que los experimentos son la única vía para conocer "real-
mente" la conducta humana. El estudio en contextos naturales con un fuerte
énfasis en las variables históricas y lingüísticas de las explicaciones que damos
de la conducta de los demás y de nuestra misma conducta ha mostrado que
las atribuciones son mecanismos sociales compartidos que se conforman so-
bre la base de una determinada ideología social, una ideología que contempla
© FUOC • P08/80500/00575 44 Influencia, conformidad y obediencia
a los individuos como únicos y últimos responsables de sus actos y que hace
de esta interpretación una justificación para el mantenimiento de relaciones
sociales injustas.
Ejemplo
Si las construcciones que hacemos de la realidad determinan nuestra percep- Ved también
ción de manera importante, no podemos obviar uno de los principales meca-
Ahora es un buen momento
nismos de construcción: la clasificación o categorización. Para muchos socio- para que repaséis el punto 3
cognitivistas, se trata del proceso fundamental que guía los procesos de per- del módulo 2, en el cual ya os
hemos hablado de la categori-
cepción social. La categorización es el proceso básico mediante el cual se crean zación social y su relación con
los prejuicios y la discrimina-
los esquemas de conocimiento. ción.
Para comenzar a postularla, es necesario primero creer que el organismo hu- Discriminación
mano no es en la práctica lo suficientemente eficiente en el procesamiento de
Tal vez no es casualidad que
la información; nos encontramos, por tanto, ante una metáfora economicista. discriminación, una de las pala-
Se piensa que la estimulación (la información) es excesiva, que el mundo es bras más utilizadas en los estu-
dios de categorización, tenga
demasiado rico en fuentes de estímulos, de manera que el desgaste energético dos sentidos muy claros. Por
un lado, quiere 'distinguir o di-
para sobrevivir debe ser racionalizado al máximo, hasta el punto de necesitar ferenciar' y, por el otro, 'sepa-
una economía de pensamiento. Pocas sociedades han desarrollado un sistema rar o maltratar'. No es casuali-
dad que estas cuatro palabras
discursivo de este tipo que permita crear fácilmente subjetividades amoldadas tengan cada una posibilidades
de uso en las cuales sean sinó-
al ahorro, la cadena de producción, el aprovechamiento energético y la me- nimos exactos.
jora del rendimiento. Además, categorización y desigualdad, en nuestra socie-
dad, están íntimamente asociadas. La metáfora económica requiere que los
estímulos sean valorados, de manera que se determine su importancia y se les
otorgue una posición en la jerarquía social.
Cuando la categorización del mundo que nos rodea se ha centrado en clasifi- Lectura recomendada
car a personas, el proceso se ha denominado estereotipación. La estereotipación
Un librito de bolsillo pero
es un doble movimiento mediante el cual primero se asigna a una persona una bastante completo sobre el
categoría y después se le atribuyen las características que se supone que son el tema es:
B. M. Mazzara (1999). Este-
criterio de creación de la categoría. Conocemos, vemos o escuchamos hablar
reotipos y prejuicios. Madrid:
a alguien, nos comentan que es judío y entonces pensamos que es avaro, ri- Acento.
co, comerciante, mentiroso, conspirador, etc. Se trata de criterios que son los
mismos que hacen relevante la existencia de la categoría de judío y al mismo
tiempo hacen evidente la poca consistencia de los que insisten en pensar que
es un sesgo cognitivo individual. En todo caso, con vistas a esto resulta difí-
cil pensar que se trate de un problema de procesamiento de la información
de base económica, ya que son sorprendentes la fantasía, el gusto por el lujo
de detalles y los excesos de todo tipo que caracterizan a los estereotipos más
comunes.
Esto es así si los grupos tienen conciencia de que son un grupo dominado en Pregunta-guía
oposición con otro grupo dominante, pero si no se tiene conciencia de la rela-
¿Por qué muchos grupos de
ción de dominación, es muy fácil que se tienda a hacer atribuciones invertidas, judíos no mostraron resistencia
como veíamos en el caso de la depresión. Las acciones positivas del grupo do- a ser deportados a campos de
concentración nazis durante la
minante serán atribuidas a características positivas de sus miembros, mientras Segunda Guerra Mundial?
que las acciones positivas del propio grupo se deberán a varias circunstancias.
Solomon Asch orientó una respuesta posible y pensó que, en algunas ocasio-
nes, esto se podía deber a la presión social que proviene del grupo de personas
presentes en una situación concreta. Podemos estar de acuerdo, y de hecho ya
lo hemos visto en el experimento sobre la normalización de Sherif, en el hecho
de que, efectivamente, recurrimos con bastante frecuencia a las opiniones de
los demás para validar nuestra misma opinión. No obstante, el experimento
de Sherif tenía lugar en una situación bastante ambigua; ¿qué sucedería si la
situación fuese mucho más clara?
Sin embargo, Solomon Asch demostró que existe una condición en la cual
la mayor parte de nosotros puede llegar a afirmar que es la línea 2 la que
es la línea patrón. Esta situación se da cuando hacemos esta apreciación en
grupo y todas las personas del grupo (de siete a nueve personas cómplices del
experimentador) afirman que es la línea 2 la que es igual que la línea patrón.
Ejemplo
En una serie de doce juicios sucesivos sobre la longitud de líneas diferentes (en siete de las
cuales la mayoría cómplice tenía una opinión claramente contraria a la realidad), un 23%
de la gente no cómplice que participó en el experimento una vez hizo una afirmación
como la de la mayoría, en contra de su misma visión de las líneas, un 32% lo hizo dos o
tres veces, y un 26% cuatro veces o más. En total, un 81% optó al menos una vez por el
juicio de la mayoría, y un 58% lo hizo más de una vez. Un total de treinta y una personas
fueron sujetos no cómplices en esta primera versión del experimento.
Para llegar a entender por qué se genera una tensión tan alta hasta el punto de Lectura complementaria
que la mayoría de los sujetos decide mentir, hay que tener en cuenta algunas
Una de las lecturas más reco-
cosas. Ya hemos comentado antes que los demás, según la teoría de la compa- mendables para introducir-
ración social de Festinger, son nuestro punto de referencia. Está claro que lo se en el pensamiento de Kurt
Lewin, siempre y cuando en-
decíamos de las situaciones ambiguas y ahora parece que también en algunas tendáis que las fórmulas ma-
circunstancias lo podemos generalizar a las situaciones claras. Una posibilidad temáticas que salen tienen,
sobre todo, un uso metafóri-
es considerarlo, en términos de la psicología de Kurt Lewin, también de la co- co, es la siguiente:
rriente gestáltica, una cuestión de fuerzas en oposición. El sujeto del experi- K. Lewin (1951/1978). La teo-
ría de campo en la ciencia so-
mento de Asch sería víctima de la interacción de dos fuerzas diferentes: una cial. Buenos Aires: Paidós.
que podemos denominar presión grupal y la otra, presión individual. Resta, en
todo caso, pensar en cuál es el origen de esta fuerza que tiene un grupo, o que
tiene uno mismo para creer en lo que ve.
La explicación clásica plantea que la persona se encuentra ante dos formas de Pregunta-guía
influencia, lo cual explicaría las dos reacciones más típicas que hemos men-
¿Por qué creéis que a los suje-
cionado antes. Una se ha denominado influencia informacional y corresponde tos del experimento les resulta
al hecho de que la persona considera que la información que los demás pro- más fácil pensar que son ellos
mismos los que están equivo-
porcionan, sus juicios, son mejores que los de ella misma. De hecho, a lo largo cados y no los demás?
de nuestra vida hemos visto que, en general, los demás están de acuerdo con
nosotros sobre lo que vemos o escuchamos y no nos ha ido tan mal. La otra
© FUOC • P08/80500/00575 50 Influencia, conformidad y obediencia
Reflexión
Otra de las repercusiones del experimento recae sobre la dinámica de grupos.
¿Habéis dejado de expresar al-
Planteaos la dificultad de pensar en cómo podemos ayudar en una decisión guna vez vuestra opinión por-
de grupo sabiendo que si una mayoría se expresa en una dirección, la minoría que no sentíais que era la ma-
yoritaria? En estas ocasiones,
disidente no expresará ninguna divergencia, o lo que es peor, ocultará infor- ¿qué explicaciones os habéis
dado a vosotros mismos?
mación, por obvia que sea, que pueda ir en contra del sentido de la mayoría,
y se perderán de este modo elementos que pueden ser esenciales para la deci-
sión final.
Este efecto lo denominó pensamiento grupal, y se explica por los esfuerzos que
el grupo realiza para evitar el conflicto y mantener al grupo aparentemente
unido.
dad y consiste en la asunción que uno puede hacer para no cambiar las cosas
porque cree que la mayoría de la gente piensa que ya están bien así o bien por
miedo a la exclusión social.
Cita
"Si encuentran que sus opiniones predominan o incrementan, entonces las expresan li-
bremente en público; si encuentran que tienen pocos partidarios, entonces se vuelven
temerosos, ocultan sus convicciones en público, y se mantienen en silencio."
puede hacer que resulte fácil romper el consenso en un grupo, pero, en cam-
bio, mantener la solidaridad y los vínculos de los demás no lo es. A pesar de
esto, en una sociedad individualista, cualquier ruptura del consenso aparente
deja a la persona completamente aislada, de ahí que abandonar el grupo sea
mucho más costoso.
Reflexión
Pensad en qué efectividad pueden tener, por ejemplo, las campañas para prevenir el sida
o los accidentes de tráfico. Todo el mundo es consciente de lo que se tiene que hacer para
evitar los contagios o los accidentes, pero a la hora de la verdad...
La raíz del problema es que, durante muchos años, la conformidad fue sinó-
nimo de influencia y que, por tanto, los procesos de conformación de las per-
sonas a una mayoría fueron el único fenómeno estudiado vinculado a la in-
fluencia. Serge Moscovici fue el primero en denominar el modelo de estudio
de la influencia que se había utilizado hasta entonces modelo funcionalista.
La razón es que este tipo de estudios que hemos presentado en este punto,
y que ha tenido centenares de réplicas y variantes, pone todo el énfasis en
estudiar cómo una sociedad se reproduce a sí misma, es decir, cómo funciona,
cómo se mantiene, cómo consigue mantener el orden social, la disciplina al
fin y al cabo. Son estudios muy interesantes, pero se olvidan de la mitad del
© FUOC • P08/80500/00575 54 Influencia, conformidad y obediencia
Las ciencias sociales han sido desde siempre un instrumento del Estado para
conocer la población con la finalidad de gobernarla o, lo que es lo mismo, con
la finalidad de construirla como una entidad gobernable. La psicología social
no escapa a esto. El estudio del funcionamiento de la persona en sociedad no es
inocente ni se debe a una preocupación abstracta por el conocimiento. Desde
sus orígenes, la psicología social ha tenido una vertiente fuertemente aplicada
que quería procurar al Estado moderno el conocimiento sobre la influencia
social que debía servir para regular el comportamiento de los individuos. El
estudio de los cambios de actitudes y de la persuasión es un ejemplo muy claro
de ello. No obstante, también es necesario entender con detalle cómo se regula
la creación y el seguimiento de las normas y cuáles son los procesos que hacen
que la gente obedezca órdenes o que crea en lo que le dicen. Esta lógica, si
dejamos de lado las buenas intenciones o las filiaciones políticas progresistas
de la mayor parte de los psicólogos sociales, llevó a sesgar el estudio de la
influencia social hacia el estudio de la conformidad o, lo que es lo mismo, la
reproducción masiva del sistema social.
Serge Moscovici argumentó, a finales de los años sesenta, que esto iba en con-
tra de la evidencia misma del cambio social. Si los mecanismos de reproduc-
ción son tan fuertes, ¿cómo cambia la sociedad? Ésta no es una experiencia tan
extraña; quien más quien menos se puede dar cuenta de que las cosas no son
lo mismo ahora que hace unos años e, incluso, con un poco más de esfuerzo
se puede pensar en cuáles han sido los factores decisivos de estos cambios.
Okupas, insumisos, feministas, nacionalistas, anarquistas, ecologistas, sindica-
listas, etc. son algunos de los nombres que probablemente nos vendrían a la
cabeza cuando pensamos en algunas de las transformaciones que ha sufrido
nuestra sociedad en los últimos años. Lo que tienen en común estos grupos
es que son minorías activas.
Hasta ahora hemos visto que el hecho de conseguir influenciar se debía bási-
camente al hecho de que la fuente de la influencia tenía algún tipo de poder
(poder normativo o bien poder informativo). De hecho, lo que explica la in-
fluencia en los puntos anteriores es el hecho de que el blanco de la influencia
es dependiente de la fuente de la influencia. Por lo tanto, la minoría depende
de alguna manera de la mayoría, ya sea normativa o informativamente. Sin
embargo, el hecho es que no sólo hay que ser mayoría para influenciar; una
minoría aparentemente sin poder también lo puede hacer, y una mayoría, por
definición no dependiente de la minoría en ningún aspecto, también puede
ser influenciada. Los estudios sobre influencia minoritaria demostraron cómo
es esto posible.
© FUOC • P08/80500/00575 56 Influencia, conformidad y obediencia
Por otro lado, hay que entender que la distinción entre mayorías y minorías Pregunta-guía
no es sólo, tal vez ni siquiera principalmente, cuestión de números. El hecho
¿Los pobres son mayoría o mi-
de saber que un grupo de personas es más numeroso que otro o que un gru- noría en nuestra sociedad? ¿Y
po concreto cuenta en su seno con un subgrupo minoritario no es demasiado las mujeres? ¿Los negros eran
mayoría o minoría en la Sudá-
útil. Para comenzar porque, en primer lugar, lo que cuenta no es cuánta gente frica del apartheid?
pertenece realmente a un grupo u otro, sino quién, cuándo y cómo percibe
que otro es minoritario o mayoritario. En grupos pequeños, como los experi-
mentales, es fácil provocar el efecto de que hay una mayoría y una minoría
que manipulan el número de personas que defienden una posición concreta.
La noción "democrática" que supone que la mayoría tiene razón ya hará el
resto. No obstante, en nuestra vida cotidiana la situación es mucho más com-
pleja, no sólo porque entran en juego creencias sobre la composición de la
sociedad que en la mayoría de las ocasiones no responden a ningún estudio
sociológico, sino porque, además, el hecho de que las personas pertenezcamos
a varios grupos simultáneamente provoca que formar parte de una mayoría o
de una minoría se vuelva muy negativo. Según el grupo que sea relevante en
una situación específica seremos de la mayoría o de la minoría.
Pertenencia múltiple
Pensad, por ejemplo, en cualquier mujer de la clase media barcelonesa. El hecho de ser
mujer la hace minoritaria en un contexto de relaciones de género; el hecho de ser de
clase media la hace mayoritaria en un contexto de relaciones de clase; el hecho de ser
catalana la hace minoritaria en un contexto español; el hecho de ser también catalana
la hace mayoritaria en la relación inmigrante-autóctono y el hecho de ser barcelonesa la
hace mayoritaria en la relación urbano-rural.
colores para que todos los miembros del grupo se convenzan de que todo el
mundo ve bien. No obstante, en la situación experimental cuatro personas son
sujetos ingenuos del experimento y dos son cómplices que afirman de manera
consistente que las diapositivas son verdes. Los resultados son sorprendentes
de nuevo. A pesar de la que mayoría da la respuesta correcta (azul), la minoría
afecta a los resultados finales y, finalmente, un 8,42% de las respuestas emiti-
das por los sujetos ingenuos coincide con la de la minoría. En esta condición
de minoría consistente, un 32% de los sujetos dio alguna vez el "verde" como
respuesta. En cambio, en una serie de control en la cual la minoría es inconsis-
tente y no dice siempre "verde", sino que dice "azul" de vez en cuando, sólo el
1,25% de las respuestas acaba siendo "verde". Así pues, vemos que la minoría
también puede influenciar, siempre y cuando sea consistente.
Sin embargo, hay un dato más; de los treinta y dos grupos de cuatro sujetos
experimentales y dos cómplices a los cuales se hizo la prueba, en catorce se
obtuvieron respuestas y en dieciocho, no. Curiosamente, el cambio latente en
el umbral de discriminación azul-verde fue más fuerte en aquellos grupos que
no se habían dejado influenciar previamente. Por lo tanto, la resistencia a la
influencia directa produjo un efecto de influencia indirecta.
El efecto consecutivo
del que veíamos hasta entonces. Si os fijáis en los negativos de las fotos en colores, veréis
que los colores están "invertidos", cada color sale en forma de su complementario.
Tercera�fase:�la diapositiva se proyecta quince veces más. Los sujetos dan una vez más su
respuesta por escrito, tanto respecto al color de la diapositiva como por lo que respecta
a la imagen consecutiva.
Los resultados mostraron que una minoría obtiene una influencia latente o
indirecta, que se ve en la evaluación de la imagen consecutiva, sin que los
sujetos sean conscientes de que han modificado su percepción. La imagen
consecutiva de la diapositiva azul pasó a verse en la condición de influencia
minoritaria, como la consecutiva del verde, y este desplazamiento se acentuó
aún más en la cuarta fase, cuando el cómplice no estaba.
Para entender este tipo de procesos, la mejor estrategia que podéis seguir es
poneros en la piel de las "víctimas" de estos experimentos. La aparente obvie-
dad del estímulo no puede hacer más que generar un efecto de sorpresa y de
incomodidad al encontrar que hay personas que no lo ven igual. La situación
no es, por tanto, tan grave como en el experimento de Asch, pero ahora no hay
presión y la persona puede decir libremente que la diapositiva es azul, tal co-
mo ella efectivamente la ve. Sin embargo, a pesar de esto, nos queda el "gusa-
nillo" de ¿y si la diapositiva es verde? ¿Y si estas personas tienen razón? Puesto
que ahora no debemos estar pendientes de que nos miren como si fuésemos
extraños, dado que la mayoría piensa como nosotros, nos podemos dedicar
a pensar un rato en por qué esta gente ve la diapositiva verde. Esta actividad
cognitiva es la que explicaría, según Moscovici, la conversión, es decir, la mo-
dificación inconsciente del código perceptivo de los sujetos sometidos a una
influencia minoritaria. Los experimentos realizados con colores muestran có-
© FUOC • P08/80500/00575 60 Influencia, conformidad y obediencia
a) La primera es el conflicto que provoca el hecho de que un grupo de perso- Los okupas
nas cuestione la situación dada y definida a priori por la mayoría. El conflicto
El movimiento okupa, tal co-
requiere una segunda condición que sea visible: se tiene que provocar en un mo dice su nombre y también
espacio público, sea éste físico, mediático o ideológico. Cualquier conflicto su grafía, plantea un conflicto
directo ocupando las casas y
abierto obliga a las personas que lo viven directa o indirectamente a posicio- cuestionando la norma social
de que la propiedad privada
narse en un lado o en el otro. En este sentido, el objetivo de la minoría es inmobiliaria es sagrada. El mo-
mantener el conflicto. Un conflicto abierto es siempre un espacio en el que se vimiento plantea que el dere-
cho a la vivienda está por en-
piensa, se reflexiona, se desarrollan argumentos. Es el espacio de la creación cima del de la propiedad pri-
vada y que quien no tiene vi-
y de la innovación, un espacio, por tanto, favorable a las minorías, aunque vienda, sea un individuo o un
colectivo, está legitimado pa-
no tanto por las personas que forman las minorías como por sus ideas. De ra ocupar una. Esto los lleva a
hecho, el mantenimiento del conflicto social consigue el objetivo de provocar plantear que la especulación
inmobiliaria es uno de los "de-
un conflicto cognitivo entre los miembros de la mayoría (por este motivo, al- litos" más importantes y contra
el cual se debe luchar con to-
gunos autores prefieren hablar de conflicto sociocognitivo) y, al mismo tiem- dos los medios. Las casas ocu-
po, permite la visibilidad de la minoría, que de otro modo permanecería fuera padas se utilizan de vivienda,
pero también como centros
del alcance de los miembros de la mayoría. sociales, locales de reunión, sa-
las de exposiciones, espacios
culturales, etc. Cuando la po-
licía emplea la violencia para
b) En segundo lugar, la influencia que la minoría consigue se debe a la con-
desalojar un lugar ocupado
sistencia que presenta. Podemos hablar de dos tipos de consistencia: la con- "ilegalmente", los okupas con-
siguen, de rebote y sin que-
sistencia diacrónica, que se da cuando la minoría consigue mantener sus pos- rer, que el conflicto se haga
más visible, que se hable del
tulados con coherencia a lo largo de un periodo de tiempo, y la consistencia mismo y obligan a la gente a
sincrónica, que se da cuando las diferentes personas que conforman la mino- plantearse sus razones. Ya se
sabe, lo que no sale en la tele-
ría mantienen la misma postura de manera coherente. Esta segunda también visión... ¡no existe!
se denomina unanimidad. Cuanto más elevado sea el grado de consistencia
que los miembros de la mayoría perciben en la minoría, más elevada será la
Los okupas
influencia por parte de ésta. En este sentido, si la mayoría quiere reducir la ca-
pacidad de la minoría para influir, tendrá que esforzarse en mostrar las contra- ¿Qué sucedería si saliese una
persona en la televisión que di-
dicciones de la minoría y al mismo tiempo mantener una postura extremada- jera que ha sido okupa durante
muchos años y ahora cree que
mente consistente. Fijaos en que esto es más difícil para la mayoría que para la
no tienen razón, que ya se ha
minoría, ya que la suficiencia habitual de quien se siente mayoría acostumbra acabado, que son errores de la
juventud? El daño que haría al
a considerar que no es necesario argumentar la propia postura, y si la mayoría movimiento sería considerable,
siempre que esta persona tu-
es, además, mayoría numérica, le resultará mucho más difícil coordinar las viera cierta credibilidad. De to-
posiciones de mucha más gente. A pesar de todo esto, el poder de la mayoría, dos modos, los okupas no sólo
son consistentes sino que, ade-
como ya hemos visto, es lo suficientemente fuerte como para no tenerse que más, cada vez hay más grupos,
están coordinados y defienden
preocupar excesivamente por la consistencia. lo mismo, al menos de cara al
exterior del movimiento. Son,
por tanto, una minoría con
un gran potencial de influen-
cia según los teóricos de la in-
fluencia minoritaria.
© FUOC • P08/80500/00575 62 Influencia, conformidad y obediencia
c) En tercer lugar, la minoría también puede conseguir cambios en las postu- Los okupas
ras mayoritarias si se muestra autónoma y genera confianza. Mostrarse autó-
Defienden una mejora de las
noma significa generar la percepción de que las opiniones de la minoría no condiciones de vida para am-
se deben a intereses externos al movimiento y que son opiniones a las cuales plios sectores de la población.
Son críticos con las injusticias
se ha llegado mediante un proceso de reflexión propio. Generar confianza es que genera el sistema capitalis-
ta y defienden, pues, alternati-
relativamente fácil para una minoría, ya que la capacidad de mantener posi- vas globales que no responden
ciones independientes es muy valorada en nuestra sociedad, y oponerse a la a un interés particular de sus
miembros. Es importante con-
mayoría es buen paso para ser considerado digno de confianza. Por otro lado, trastarlo con las ocupaciones
ilegales de casas y locales por
también hay que mostrar que no se actúa por intereses personales o para ob- parte de familias, grupos de
personas o empresas. Siempre
tener privilegios para el propio grupo. ha habido ocupaciones de es-
te tipo, y probablemente tam-
bién las encontraríamos legíti-
d) En cuarto lugar, se debe considerar el estilo de negociación de la minoría. mas en muchas ocasiones, pe-
ro, al no formar parte de un
Tanto la minoría como la mayoría pueden mostrar estilos de negociación rí- movimiento organizado con
gidos o flexibles. La noción de estilo de negociación no hace, sin embargo, objetivos definidos de cambio
social, no sólo no pueden ser
referencia al comportamiento de mayorías y minorías alrededor de una mesa considerados una minoría acti-
va, sino que tampoco genera-
de negociación; nos referimos a la disposición de ceder que unos pueden in- rán cambio social al percibirse
que son ocupaciones interesa-
ferir de los otros. No hay un estilo mejor que otro, sino que cada estilo es útil das, dirigidas a obtener un be-
en determinados momentos. Para la minoría, el hecho de mostrarse flexible neficio particular.
(4)
Por influencia directa se considera la influencia conseguida al mostrarse los sujetos de
acuerdo literalmente con algunas afirmaciones de la minoría, mientras que la influencia
indirecta se da cuando no se consigue acuerdo literal con las afirmaciones de la minoría,
pero, en cambio, se consigue acuerdo con algunas afirmaciones coherentes con la pos-
tura de la minoría y no con la de la mayoría, siempre y cuando la minoría no las haya
defendido directamente.
Los okupas
e)�Lo que más debe evitar la mayoría son las defecciones que la minoría, por Los okupas
su parte, puede estar interesada en buscar. Se trata de aquellas personas clara-
El crecimiento del movimiento
mente defensoras de la postura de la mayoría, cuanto más defensoras mejor, okupa y su extensión por ba-
que en un momento concreto se pasan a la minoría. Esto se denomina efecto rrios y pueblos es un indicio de
su fuerza. De todos modos, el
bola de nieve y se ha mostrado que cuando sucede, la influencia que consigue la efecto bola de nieve se nota,
sobre todo, cuando quien pa-
minoría es mucho más elevada. El hecho de que algún miembro de la mayoría sa a defender las posturas de
se pase a las filas explícitas de la minoría provoca que la mayoría se cuestione la minoría es algún miembro
de la mayoría que defendía ex-
su posición y reflexione sobre las propuestas de la minoría. Obviamente, la plícitamente sus posturas en
contra de las de aquéllas. Que
mayoría también puede intentar el proceso inverso: que la minoría se pase a el Ayuntamiento de Ginebra,
opuesto durante muchos años
la mayoría y romper, de este modo, su consistencia. al movimiento, pase a nego-
ciar con ellos, llegue a resulta-
dos y defienda las soluciones
Hasta aquí hemos visto algunas de las circunstancias que se ha demostrado conseguidas, por tanto, que
dé la razón al movimiento es
que entran en juego en los procesos de influencia minoritaria, y que pueden un paso muy importante pa-
favorecer a la minoría de alguna manera. No obstante, obviamente, si la mi- ra convencer a otros implica-
dos, como pueden ser bancos
noría es activa también lo es la mayoría. o grupos de propietarios.
La mayoría puede desplegar una serie de estrategias para no dejar que triunfe
la minoría. Ahora veremos de qué recursos dispone para bloquear la capacidad
de influencia de la minoría y los resultados que han dado los experimentos
que los han explorado. Los podemos agrupar en dos categorías:
Las más individualistas son las explicaciones cognitivas, que otorgan el papel
explicativo más importante a los procesos mentales que lleva a cabo el suje-
to. Podemos poner dentro de este grupo a la teoría de la conversión, de Serge
Moscovici y la teoría del impacto social de Bib Latané. Un poco menos indivi-
dualistas son las teorías sociocognitivas, que ponen el énfasis en el papel de la
identidad social y del conflicto social para explicar estos resultados. Dentro de
este grupo encontramos la teoría de la autocategorización de John Turner y la
teoría de la elaboración del conflicto de Juan Antonio Pérez y Gabriel Mugny.
a)�Teoría�de�la�conversión
Se trata de un modelo dual que fue el primero que se estableció para explicar
la influencia minoritaria. Postula que la mayoría, que provoca conformidad,
lo hace porque activa un proceso de comparación social por el cual las perso-
nas implicadas dejan de dar importancia a la tarea que deben realizar, ya que
están sobre todo preocupadas por el qué dirán los demás. En cambio, la mi-
noría provoca un proceso de validación, mediante el cual los sujetos estudian
activamente la postura de esta minoría, y desarrollan argumentos y contraar-
gumentos en el entorno de la tarea que se les pide.
b)�Teoría�del�impacto�social
© FUOC • P08/80500/00575 66 Influencia, conformidad y obediencia
a)�Teoría�de�la�autocategorización
"La postura de Turner se simplifica afirmando que una fuente (individuo o grupo) logrará
influir en la medida en que sea categorizada como endogrupo, ya que tal coincidencia
categorial entre la fuente y el blanco delimita las opiniones y comportamientos que son
normativamente válidos, por lo que de tal circunstancia se deriva que si la opinión refle-
jada por la fuente es percibida como normativamente válida, entonces será influyente."
J. M. Canto (1994). Psicología social e influencia: estrategias de poder y procesos de cambio (p.
102). Archidona (Málaga): Ediciones Aljibe.
que las minorías que sean consideradas miembros del endogrupo son las que
más pueden influenciar. Fijaos en que esto lleva a una conclusión, y es que el
grado de conflicto que plantea la minoría no puede ser ni muy alto, ya que
entonces sería fácil categorizarla como exogrupo, es decir, que forma parte de
un grupo con características diferentes del grupo del sujeto, ni muy bajo, ya
que su postura no sería considerada lo suficientemente diferente como para
merecer algún tipo de atención.
De todos modos, aunque el modelo sea menos individualista, ya que está cen-
trado en una dimensión social, la actividad de categorización, descategoriza-
ción y recategorización no deja de ser una actividad cognitiva con un origen
principalmente individual.
b)�Teoría�de�la�elaboración�del�conflicto
Por este motivo, lo más importante es el significado que el individuo otorga Ejemplo
a la divergencia que introduce la minoría. Lo que significa este conflicto se
La tarea de las líneas de Asch
elabora según el tipo de tarea exigida (una tarea se puede clasificar sobre la se puede realizar bien o mal,
base de si es grave equivocarse o no lo es, y sobre la base de si tiene alguna pero, en cambio, no tiene re-
levancia social. No obstante,
relación con la vida cotidiana de alguien o no la tiene) y del tipo de fuente si os piden una opinión, no lo
podéis realizar ni bien ni mal y,
que introduce la divergencia (la fuente se puede clasificar sobre la base de si en cambio, la tarea es impor-
es minoría o mayoría y sobre la base de si es endogrupal o exogrupal) (Pérez tante, socialmente hablando.
"El conflicto del que se habla en la Teoría de la Elaboración del Conflicto (TEC) no es un
mero conflicto de intereses o el intento de un agente por imponer su punto de vista a
otro que se resiste. En la TEC el conflicto es la divergencia de puntos de vista elaborada
en función de las creencias epistémicas sobre la tarea, de la representación que se tiene
del otro y de la identidad que uno mismo quiere adquirir o preservar. La influencia ocu-
rre cuando las creencias epistémicas y el juego de identidades sociales y personales no
se corresponden según las expectativas de los actores en interacción y cuando esa no-co-
rrespondencia es implicativa para el sujeto."
que la minoría no tenga poder, ya que, como dijo Michel Foucault, el poder es
una relación, no algo que se tiene y, por lo tanto, no hay espacios ni relaciones
sin poder. Como dice Tomás Ibáñez:
"La minoría sólo es influyente en la medida en que no dé lugar a ninguna duda en cuanto
a su resolución de no ceder (consistencia) y en cuanto a la firmeza de su posición. La
consistencia de la minoría testimonia, por un lado el rechazo del consenso siempre que
éste no se establezca sobre sus propias bases y, por otro, muestra su anclaje firme sobre
una posición tenazmente tomada. De este modo, la minoría lanza un desafío al consenso
mayoritario y desarrolla un poder temible. La mayoría tiene la opción o de eliminar la
fuente de protesta, lo que es costoso y a veces arriesgado, o bien coexistir con ella, lo que
le obligará a desarrollar permanentemente un poder de contención de la desviación. En
suma, la minoría no expresa sólo una divergencia, sino que también posee el poder de
hacerle pagar a la mayoría el coste, bajo o alto, poco importa en este caso, que implica
todo ejercicio de poder por parte del dominante. Éste es el sentido en el que la minoría
instaura un conflicto y es para evitarlo o para resolverlo por lo que se engrana un proceso
de toma de consideración del punto de vista minoritario."
Otro aspecto que hay que considerar es la existencia misma de lo que deno- El coste social
minamos individuo normal, pero autónomo. Este hecho provoca que la norma
Aunque la minoría sea convin-
social que determina el conflicto que provocan la mayoría y la minoría sea la cente, nadie quiere ser confun-
que recordáis del módulo 2: la búsqueda simultánea de ser igual y diferente dido con un miembro de ésta.
Por este motivo oímos habi-
a los demás y que lleva a resistir activamente la presión social. Si la presión tualmente a mujeres que afir-
man: "yo estoy a favor de los
exige aceptar lo que dice la mayoría, nos conformaremos públicamente, pero derechos de las mujeres, pero
mantendremos la independencia en privado, y si la presión exige rechazar una no soy feminista, ¡eh!".
• Las razones por las cuales se ejerce o se acepta la influencia tienen siempre relación
con la incertidumbre.
• Todos los miembros del sistema colectivo deben ser considerados al mismo tiempo
como "emisores" y "receptores" de influencia.
• Los procesos de influencia tienen una relación directa con la producción y la reab-
sorción de los conflictos.
5. Obediencia a la autoridad
Por este motivo, en este punto estudiaremos otro concepto relacionado con la
influencia, otra manera por la cual las personas realizan a menudo acciones en
contra de sus propias creencias: la�obediencia. Hemos dejado este punto para
el final porque parece sencillo, pero es el más complicado. Aparentemente, no
debería ser extraño en un sistema social jerárquico que alguien cumpliese las
órdenes que le da una autoridad. No obstante, cuando estas órdenes incluyen
la tortura y el asesinato de personas o la realización de actividades que pueden
poner en peligro la vida de otras personas, la obediencia pasa a ser necesaria-
mente motivo de estudio.
Las primeras respuestas intentaron demostrar la existencia de un tipo de per- Lectura recomendada
sona, dotado de una personalidad anormal, que se denominó autoritaria, y que
Buscad por Internet el últi-
prevalecería en este tipo de situaciones particulares. El objetivo de Theodor mo informe de Amnistía In-
Adorno y sus ayudantes, los cuales estudiaron la génesis y la distribución de ternacional y fijaos en la lista
de países implicados; la obe-
la personalidad autoritaria, era probablemente salvar una determinada concep- diencia criminal no es un fe-
ción de humanidad. Era preferible pensar que estas cosas las hacían personas nómeno raro ni propio de
países subdesarrollados. Las
que no eran normales y situar las causas del mal en las particularidades de la direcciones son las siguien-
tes:
psicología social. Desgraciadamente, la historia se encargó de demostrar que
http://www.amnesty.org/
estas situaciones no eran tan extrañas, y Stanley Milgram demostró que las http://www.pangea.org/aicat/
personas implicadas en estas situaciones no eran tan anormales, que no tenían
ninguna desviación de personalidad ni nada parecido, que eran personas, que
son personas, como todos nosotros.
"Los psicólogos han desarrollado muchas teorías para explicar cómo aprende la gente
materias distintas. Algunas de las más conocidas se tratan en este libro [al sujeto se le
enseñaba un libro sobre aprendizaje]. Una teoría parte de que la gente aprende cuando
se le castiga si se equivoca. Una aplicación común de esta teoría tiene lugar cuando los
padres pegan a los niños si hacen algo malo. Se supone que el hecho de pegar, una forma
de castigo, hará que el niño aprenda a recordar mejor, hará que aprenda más efectiva-
mente. No obstante, de hecho no sabemos mucho acerca de los efectos del castigo sobre
el aprendizaje, porque casi no se han realizado estudios verdaderamente científicos sobre
el tema en seres humanos. Por ejemplo, no sabemos qué cantidad de castigo es mejor
para el aprendizaje, y tampoco si hay diferencias entre quién da el castigo, si un adulto
aprende mejor de una persona más joven o mayor que él mismo, o muchas otras cosas
de este tipo. Por esta razón, en este estudio agrupamos a un cierto número de adultos de
ocupaciones y edades diferentes y pedimos a algunos que sean maestros y a otros que
sean aprendices. Queremos descubrir cuáles son los efectos que tienen algunas personas
sobre otras, unas como maestros y otras como aprendices, y también cuál es el efecto del
castigo sobre el aprendizaje en esta situación. Por todo esto, les pediré a uno de ustedes
que haga de maestro y a otro de aprendiz."
Más adelante se celebraba un sorteo trucado para asignar los papeles, de ma-
nera que el sujeto real siempre hacía de maestro. Entonces se les llevaba a la
habitación de al lado y se les decía que había que preparar al aprendiz para que
pudiera recibir los castigos; allí se le ataba a una silla y se le ponían unos elec-
trodos en las muñecas. Se explicaba que se le ataba para que no se moviera al
recibir las descargas eléctricas y que se le aplicaba pasta de electrodo para evi-
tar quemaduras. Para incrementar la credibilidad de la situación, el aprendiz
mostraba preocupación por las descargas, y se le contestaba que, aunque éstas
podían ser muy dolorosas, no causaban daños permanentes en los tejidos.
450 voltios, y aumentaba 15 voltios entre botón y botón. Cada cuatro botones
(es decir, cada 60 voltios) una etiqueta especificaba de izquierda a derecha: des-
carga ligera (15V-60V), descarga moderada (75V-120V), descarga fuerte (135V-
180V), descarga muy fuerte (195V-240V), descarga intensa (255V-300V), des-
carga extremadamente intensa (315V-360V), peligro: descarga severa (375V-
420V), XXX (435V-450V).
Bien, si ya lo habéis pensado, empezamos a comentar los resultados. La pri- Condición I: ausencia de
mera vez que se realizó el experimento era una condición en la cual el maes- retroalimentación
tro no veía ni escuchaba al aprendiz –las respuestas le llegaban mediante una Recordad este dato: si la víc-
caja con cuatro luces. Ante la sorpresa general, en esta condición el 100% de tima no se ve ni se escucha, y
puede tener informaciones so-
sujetos llegó hasta el final, y se administraron descargas de hasta 450 voltios bre su posible sufrimiento, la
obediencia es de un 100%.
(etiquetadas XXX).
Puesto que se pensaba que algo fallaba, se permitió al maestro escuchar las
protestas del aprendiz. Éstas se grabaron y eran las siguientes:
300V: el aprendiz dice que se niega a dar más respuestas (en este punto el experimentador
le dice al maestro que el silencio se debe considerar un error y que siga adelante).
Pues bien, en esta condición base un 62,5% de personas llegó hasta el final. Condición III: víctima
remota
La triste sorpresa que comportaron estos resultados provocó que se estudiase Una variante de esta condición
la situación con detenimiento. No se sostiene ninguna explicación sobre la se basó en el hecho de que las
quejas de la víctima sólo con-
base de unas supuestas características de personalidad especiales que tendrían sistieron en unos golpes sor-
dos en la pared hasta el silen-
los participantes de este experimento. La muestra era realmente variada, y en cio definitivo, en este caso un
todo caso no existe ninguna teoría de la personalidad que indique que más 65% de las personas llegó has-
ta el final.
de un 60% de la población tenga características de tipo sádico o criminal.
Por esta razón, antes de estudiar las explicaciones que se han dado de estos
resultados, analizaremos con detalle algunas de sus réplicas posteriores y las
críticas, teóricas, metodológicas y éticas que ha tenido.
© FUOC • P08/80500/00575 75 Influencia, conformidad y obediencia
Las otras condiciones las exponemos ahora. Leedlas con atención y pensad en
las diferentes situaciones que crea cada condición y en el porqué del porcentaje
de obediencia que encontraréis en las mismas.
partir de los 150 voltios, porque se queja mucho. El aprendiz exige que se le continúen
administrando descargas porque un amigo suyo llegó hasta el final. n = 20, S0 = 0%.
Condición� XIV:� una� persona� cualquiera� da� las� órdenes. En esta condición hay dos
"maestros": uno es un cómplice al cual se asigna la tarea ficticia de controlar el tiempo. El
experimentador se va y deja a los "maestros" solos con la orden de continuar. El cómplice
sugiere que hay que administrar descargas cada vez más elevadas y comienza a dar las
órdenes para continuar. n = 20, S0 = 20%.
Condición� XVIII:� dos� "maestros"� se� rebelan. La tarea de hacer de maestro se divide
entre tres personas: una lee las parejas de palabras, la segunda le dice al aprendiz si la
respuesta es correcta o no lo es y la tercera (en realidad el único sujeto experimental, los
otros dos son cómplices) administra las descargas. A los 150 voltios, el maestro que lee
se niega a continuar, deja de leer las palabras y se levanta. El experimentador le pide a
los otros dos que continúen. A los 210 voltios, el segundo maestro se levanta y dice que
no continúa. El experimentador le pide al sujeto que continúe solo. n = 40, S0 = 10%.
La preocupación para la ética del experimento fue la primera en surgir. La Ame- Reflexión
rican Psychological Association, la más importante del mundo y de la cual
La ética de la experimentación
habréis oído hablar bastante a lo largo de la carrera, retrasó un año la admi- en psicología exige que una
sión de Milgram, mientras estudiaba con detalle el experimento. Finalmente, persona que participa en un
experimento debe salir igual
consideró que era aceptable, pero muchos psicólogos y sociólogos todavía hoy que ha entrado. ¿Es esto posi-
ble? ¿Cómo os sentiríais des-
dudan de que lo fuera. Por un lado, no es ético hacer pasar a nadie por una pués de saber que sois capaces
situación tan angustiosa, pero, sobre todo, la preocupación surgía por el posi- de matar a alguien para nada?
La crítica metodológica más fuerte fue de Orne y Holland en 1972. Estos inves-
tigadores afirman que no hay obediencia, sino conformidad con las caracte-
rísticas de la situación. Fijaos en que el experimento es una situación tan anó-
mala que lo que hace la persona es intentar averiguar por todos los medios
posibles de qué va aquello, es decir, averiguar qué tiene que hacer para cum-
plir con las expectativas que se tienen sobre él y actuar en consecuencia. Ante
un conflicto como el que plantea la situación, el experimentador debe tener
la clave, de manera que si está tranquilo es porque no sucede nada grave; de
hecho, ya se sabe que en un experimento no nos puede pasar nada. Incluso
para los autores, el esfuerzo que se debe realizar para engañar al sujeto impli-
ca que difícilmente se pueda generalizar el resultado hacia ninguna situación
cotidiana. A todo esto Milgram respondió que, sea como sea y llegasen a la
conclusión que llegasen, los sujetos no podían saber si las descargas eran reales
o no, y que en todo caso la duda no les hizo desobedecer. De hecho, pregun-
tados a posteriori,la mayoría contesta que sí que creía que eran de verdad. No
obstante, esto también podría ser una respuesta provocada por las ganas de
quedar bien con el experimentador.
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"Su hipótesis [de Milgram] de que los actos crueles no los cometen individuos crueles,
sino hombres y mujeres corrientes que intentan tener éxito en sus tareas normales, causó
una inquietud y una ira muy pronunciadas. Y sus descubrimientos: que la crueldad no
tiene mucha conexión con las características personales de los que la perpetran pero sí tiene una
fuerte conexión con la relación de autoridad y subordinación, con nuestra estructura de poder
y obediencia normal y con la que nos encontramos cotidianamente. [...] En resumidas
cuentas, Milgram sugirió y demostró que la inhumanidad tiene que ver con las relaciones
sociales. Como estas últimas están racionalizadas y técnicamente perfeccionadas, también lo
está la capacidad y eficiencia de la producción social de inhumanidad."
Se han hecho muchas réplicas en todo el mundo sobre el experimento de Mil- Enlightenment
gram y los resultados siempre son los mismos. La obediencia consigue incluso
Algunos autores consideran
niveles más elevados en algunos casos. Las réplicas de la condición base he- que los resultados de estas ré-
chas en Estados Unidos entre 1967 y 1976 obtuvieron grados de obediencia plicas demostraron que Ger-
gen no tiene razón cuando ha-
de entre el 30% y el 91%. Una réplica de esta condición hecha en el Estado bla del efecto de enlightenment
(consultad el módulo 1) que
español en 1980 obtuvo el 50% de obediencia; en Austria, en 1985, un 80%; sufre la psicología social. Sin
en Italia, en 1968, un 85%; en Jordania, en 1978, un 62,5%. El nivel más bajo embargo, ¿cuántos de estos
sujetos habían oído hablar del
se obtuvo en Australia en 1974, donde "sólo" un 28% de los sujetos obedeció experimento con anterioridad?
Además, probablemente, los
órdenes criminales; a pesar de todo, este 28% es la media del 40% de hombres que sí habían oído hablar al
respecto eran descartados an-
que obedeció frente al 16% de mujeres. En las demás réplicas no se encontra- tes del experimento.
ron diferencias significativas en el grado de obediencia de hombres y mujeres
(Blass, 1999).
¿Basta con tener en cuenta los elementos propios y únicos de la situación ex-
perimental para explicar la conducta de estas personas? Podemos pensar que
la gente obedeció porque el experimento tenía lugar en una universidad pres-
tigiosa; que fue para colaborar en el progreso de la ciencia; que fue por el com-
promiso adquirido al cobrar dinero y al acceder a comenzar el experimento;
que fue porque el aprendiz también había decidido colaborar voluntariamen-
te en el experimento y, además, el papel le tocó de manera justa; que fue por
la novedad y originalidad de la situación; que fue porque se le aseguró que
las descargas no producían daños permanentes; que fue por la rapidez con la
que transcurre todo, que no deja pensar; que fue porque tiene más peso una
autoridad legítima que busca el bien común que el interés particular de una
persona (Milgram, 1963).
Las consecuencias más destacables del estado de agente en una persona consisten en su
aceptación de la definición de la situación que le dicte la autoridad, su asunción del rol
de instrumento al servicio de los fines impuestos por el superior y en su transformación
moral, por la que se siente responsable no tanto de las consecuencias de sus actos como
del cumplimiento estricto de las órdenes que le han sido dadas.
En otros términos, la obediencia no elimina la moral; sino que desplaza el centro de gra-
vedad de la misma, en el contexto de una "reestructuración del campo social e informa-
tivo". De este modo, su componente cognitivo confiere mayor relevancia al imperativo
ético de la subordinación y al aspecto técnico de la ejecución que al elemento interper-
sonal de la relación agente-víctima implicado en la acción. Esta nueva moralidad reduce
el bien a la ley y el amor al deber; al tiempo que establece la sumisión como base de las
virtudes cardinales.
Es necesario explicar por qué una persona puede entrar en este "estado agen-
te", en qué ocasiones lo hace y cómo se mantiene en el mismo. Para Milgram,
hay dos tipos de procesos: los antecedentes necesarios y los que genera la mis-
ma situación en el momento. Entre los antecedentes encontramos la sociali-
zación en la obediencia. La familia, la escuela y el trabajo son estructuras fun-
damentales de nuestra sociedad y son instituciones jerárquicas basadas en la
autoridad de unas personas sobre otras. La lógica de las instituciones no só-
lo nos lleva a obedecer, sino también a considerar la obediencia como una
necesidad para la supervivencia misma de la situación, lo cual a menudo se
confunde con la supervivencia misma de la humanidad. Además, existe un
antecedente necesario más propio del experimento, la ideología�cientifista,
es decir, el hecho de que se reconozca comúnmente que la ciencia es una for-
ma de conocimiento legítima y que el científico es la persona que ostenta la
autoridad legítima en una situación "de ciencia". Así, por tanto, a la existencia
de una ideología que justifica la situación se añade la circunstancia de que el
sujeto considera al científico como la autoridad adecuada para la situación en
cuestión. El poder de la autoridad proviene del cumplimiento adecuado de su
rol y, como bien dice Milgram, no de sus características personales, sino de
su posición percibida en una estructura social; si el experimentador exigiese
algo que no estuviera justificado en el contexto, no obtendría ningún tipo de
obediencia.
© FUOC • P08/80500/00575 81 Influencia, conformidad y obediencia
Son varios los procesos que hacen que la persona se mantenga en la situación
en lugar de salirse de ella una vez que ha empezado. El sujeto ha adquirido
un compromiso con el experimentador y, por tanto, tiene una relación con lo
que considera una autoridad legítima que quiere que sea lo más satisfactoria
posible. El control de la impresión de sí mismo (recordad a Erwing Goffman)
hace que quiera quedar como una persona cumplidora y en la cual se puede
confiar y, en cambio, no tiene ninguna relación con el "aprendiz", el cual le
representa una molestia, un impedimento para quedar bien. El experimenta-
dor, y no el sujeto, es quien proporciona la definición de la situación.
Cita
S. Milgram (1974/1997). Obedience to Authority (p. 162-163). London: Pinter Martin. Ver-
sión en castellano: (1980). Obediencia a la autoridad. Bilbao: Desclee de Brouwer.
También hay que tener en cuenta que la situación posee una temporalización,
es decir, que consta de una serie de elementos muy parecidos que se suceden
unos a otros. Esto es importante, ya que cada vez que subimos 15 voltios la
descarga, la situación no cambia sustancialmente: el hecho de haber efectuado
la descarga anterior justifica continuar adelante. Por lo tanto, cada vez que
se daba una descarga, resultaba más difícil romper con el experimento; si la
persona ya ha actuado hasta el punto que lo ha hecho, ¿cómo puede justificar
abandonar en el punto siguiente? Como explican algunos autores:
"Si el sujeto decide que no es permisible aplicar la siguiente descarga, entonces, como ésta
es (en todos los casos) sólo ligeramente más intensa que la anterior, ¿cuál es su justifica-
ción por haber aplicado la última? Negar la corrección del paso que está a punto de dar
implica que el paso anterior tampoco era correcto y esto debilita la posición moral del su-
jeto. El sujeto se va quedando atrapado por su compromiso gradual con el experimento.
J. P. Sabini y M. Silver (1980). Destroying the Innocent with a Clear Conscience: A so-
ciopsychology of the Holocaust. En J. E. Dinsdale (Ed.), Survivors, Victims and Perpetra-
tors: Essays on the Nazi Holocaust (p. 342). Washington: Hemisphere. Citado en Bauman
(1989).
motivo, la pregunta más importante que hay que hacerse y que Milgram no
contesta es cómo es posible delegar a otro la responsabilidad de una serie de
actos que uno mismo comete con sus manos.
No está de más recordar aquí que los estudios experimentales sobre influencia Ved también
parten del punto de vista de la psicología social psicológica, es decir, que pa-
Ninguno de los puntos ante-
ra estos investigadores el individuo prevalece por encima de la organización riores tiene sentido si no recor-
social, la cual no es más que la consecuencia del conjunto de interacciones dáis la definición de individuo
preponderante en nuestra so-
entre individuos. Por esta razón, Milgram puede afirmar que un individuo es ciedad que se encuentra en el
punto 5.2. del módulo 2. Re-
originalmente autónomo y a causa de su pertenencia a un sistema pierde parte pasadla y releed la explicación
de esta autonomía, que cede al grupo. Este punto de vista no se sostiene desde de Milgram desde esta óptica.
Pese a lo que pueda parecer, una sociedad con una división social del trabajo
tan compleja como la nuestra es en la práctica una sociedad sin responsables,
dado que la automatización es tan grande que nadie conoce exactamente cuál
es el producto final, pero piensa que hay alguien que sí lo sabe y así lo ordena.
Esto sucede en casi todos los ámbitos del trabajo.
Ejemplos
En los hospitales, las enfermeras acatan órdenes de médicos que saben positivamente
que son negativas para el paciente, porque no son las responsables finales, y seguramente
el médico considera que la institución se hará responsable de cualquier problema, ya
que él también es un trabajador obligado a trabajar en las condiciones que marca la
institución; el personal de limpieza limpia lo que ensucian los demás porque alguien
tiene que hacerlo en esta sociedad tan complicada, y los demás ensucian porque ya hay
alguien que lo limpiará; los vecinos no avisan a la policía si ven una violación ante su
casa porque la policía ya debe tener los medios para enterarse y llegar a tiempo, ya que,
al fin y al cabo, es su trabajo y, por lo tanto, su responsabilidad; los empresarios de las
tabacaleras no tienen ningún dilema moral en promover productos cancerígenos porque
la responsabilidad no es suya, en todo caso de quien fuma, ya que ellos son sólo buenas
personas, totalmente normales, que hacen su trabajo lo mejor que pueden.
Ejemplo
No hay que entrar en el Ejército para encontrar ejemplos de esto: no resulta extraño
que, en una escuela, el maestro humille en público a un estudiante en nombre del man-
tenimiento del orden, el cual se justifica por la necesidad de conseguir los objetivos de
aprendizaje del curso, establecidos por el Consejo Escolar y, en última instancia, por la
Dirección General de Enseñanza de la Generalitat de Cataluña.
© FUOC • P08/80500/00575 84 Influencia, conformidad y obediencia
Cita
En resumen, de este punto debéis haber extraído la idea de que los resultados
del experimento no se pueden entender como el producto de una interacción
particular entre individuos con características diferentes, sino que hay que
integrar toda la situación en la singular historia de la sociedad occidental en
la época moderna. Esto os debe permitir que veáis que existen situaciones,
como este experimento, en las que no es pertinente la existencia de individuos.
No es que no haya individuos que participan en determinadas situaciones,
sino determinadas situaciones que crean individuos y otras que no lo hacen.
Para dar más énfasis al carácter históricamente situado de los resultados del
experimento compararemos a continuación las dos formas de entender las
relaciones de poder que encontramos en psicología social.
El experimento que estamos estudiando es muy interesante para contrastar Lectura recomendada
dos maneras de entender las relaciones de poder que coexisten en la psicología
Encontraréis los dos paradig-
social de hoy en día. Si seguimos a Michel Foucault, podemos decir que hay mas resumidos en el libro si-
dos paradigmas o dos formas de entender el poder: el paradigma jurídico y el guiente:
T. Ibáñez(1982). Poder y Liber-
paradigma estratégico. Tomás Ibáñez las presenta del siguiente modo:
tad. Barcelona: Hora.
a) El paradigma jurídico
y se ejerce de arriba abajo, del presidente a los ciudadanos, del padre a los
hijos, del marido a la esposa, del profesor a los estudiantes. El poder controla
el saber: quien tiene saber tiene poder. El poder reprime, excluye y cierra a
quien no lo respeta. Los símbolos del poder bajo el paradigma jurídico son la
sangre y la muerte.
b) El paradigma estratégico
El�poder�de�recompensa. Quien tiene poder tiene también los medios para otorgar gra-
tificaciones a quien es objeto de este poder, el sujeto. Por ejemplo, en el caso del experi-
mento de Milgram, el sujeto (S) espera la aprobación del experimentador (E).
El�poder�coercitivo. Quien tiene poder puede castigar al sujeto. Cuando E dice que "el
experimento debe continuar" implica consecuencias negativas para S si para.
El� poder� del� experto. El sujeto cree que quien tiene el poder tiene un conocimiento
especial sobre el tema pertinente a la situación dada. S confía en los conocimientos su-
periores de E, por ejemplo, cuando le dice que las descargas no crean daños permanentes
en los tejidos.
Thomas Blass (1999) preguntó a una serie de estudiantes que habían visto uno
de los registros que hizo Milgram de su experimento cuál creían que era el
tipo de poder que más afectó a los resultados. Por orden de importancia, los
estudiantes opinaron que, por orden decreciente, en primer lugar, el poder
de experto y, después, el poder legítimo, el coercitivo, el de información, el
de recompensa y el referente. No obstante, hay que mencionar que entre los
© FUOC • P08/80500/00575 86 Influencia, conformidad y obediencia
Un ejemplo de esto es que, cuando preguntamos a alguien qué hubiese he- Lectura recomendada
cho en caso de participar en el experimento, todo el mundo niega sistemáti-
Probablemente los psiquia-
camente que hubiera llegado hasta el final. De hecho, Milgram lo preguntó a tras y psicólogos de la perso-
grupos de personas parecidos a los del experimento: las personas que dijeron nalidad cometerían hoy día
el mismo error de predicción
que hubiesen llegado más lejos mencionaron los 300 voltios, pero la media si intentasen explicar los re-
fue que la gente dijo que no pasaría de los 150 voltios. Milgram, incluso, pre- sultados en términos de la
personalidad de los sujetos.
guntó a la gente cuáles creía que serían los resultados de su experimento. To- Para entender el problema
que plantea este experimen-
dos predijeron que sólo un 1% de las personas con alguna patología llegaría to a los psicólogos de la per-
hasta el final y que la mayoría de los sujetos no pasaría de los 150 voltios. Un sonalidad podéis consultar el
artículo:
grupo de psiquiatras (presuponiendo que conocerían bien a las personas) hizo
J. Sabini; M. Silver (1983).
exactamente la misma predicción, con la excepción de que, además, redujo la "Disposicional vs. Situational
Interpretations of Milgram's
cantidad de personas que obedecerían hasta un 1‰. Obedience Experiments: 'The
Fundamental Attributional
Error'". Journal for the Theory
El porqué de haber hecho unas predicciones tan erróneas tiene que ver preci- of Social Behavior, 13 (2), 147-
154).
samente con la noción de individuo autónomo que tenían estas personas. Si
creemos que el individuo es libre, por definición, y no está sujeto a ningún
tipo de poder, pensaremos que la situación experimental que se nos plantea
no es adecuada para obtener obediencia, porque el sujeto no es objeto de nin-
gún tipo, ya que la represión sería la única manera de que alguien actuase en
contra de sus convicciones morales más íntimas. Veíamos, pues, que estas pre-
dicciones se hicieron también partiendo de una concepción clásica del poder:
la del paradigma jurídico.
Ejemplo
Fijaos bien en la carga valorativa que tienen los conceptos psicológicos. Por ejemplo,
desindividualización se aplica a situaciones en las cuales aparentemente uno deja de ser
persona de bien. Se parte, por lo tanto, de la idea de que ser individuo es la manera
"correcta" de ser.
Pensaron que la situación más desindividualizante que se les ocurría era una Juego de roles
prisión. En una prisión las conductas de los presos (y de los guardias) están tan
De hecho, el role-playing o jue-
pautadas que no queda lugar para la expresión de otras conductas que no sean go de roles ya era una prác-
las que establece el rol. El grupo asigna los roles y, por lo tanto, se diluye la tica habitual en el estudio de
la dinámica de grupos y tam-
responsabilidad personal. Para estudiarlo, intentaron realizar trabajo de cam- bién en su aplicación en va-
rios contextos. Después de los
po en prisiones, pero no fueron autorizados por ninguna institución penal, así problemas éticos que compor-
que decidieron crear una prisión simulada e intentaron realizar una especie de tó el experimento de Milgram
se sugirió que no se engañase
juego de rol avant-la-lettre. Diseñaron una prisión en los subterráneos de la Fa- más a los sujetos en los experi-
mentos y que se utilizasen las
cultad de Psicología de la Universidad de Stanford y buscaron voluntarios que posibilidades del juego de ro-
les.
quisieran participar. No había ningún tipo de engaño: se trataba de pasar dos
semanas en una prisión simulada. Algunos de los voluntarios, aleatoriamen-
te, harían de guardias y otros, de prisioneros. La mayoría de los participan-
tes, veintiuno en total, eran estudiantes universitarios que veraneaban en la
región y aceptaron participar por la compensación económica (15$/día). Una
entrevista clínica con detalle y una serie de tests psicológicos determinaron
que los participantes eran "normales": emocionalmente estables, físicamente
sanos y respetuosos con la ley. En resumidas cuentas, no eran ni sádicos ni
delincuentes.
Pues bien, ¡el resultado fue que el experimento duró exactamente seis días y
seis noches! ¿Por qué razón se acortó? Pues porque se desmadró con una ra-
pidez increíble. Lo que esperaban que serían leves modificaciones en el com-
portamiento y el estado anímico de los participantes se convirtió en una se-
rie de actos brutales y arbitrarios sin precedentes por parte de los guardias y
en estados de apatía y depresión por parte de los prisioneros. La situación se
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"Al cabo de seis días tuvimos que clausurar nuestra prisión ficticia porque lo que vimos
nos asustó. La mayoría de los sujetos (e incluso nosotros mismos) ya no distinguía con
claridad dónde terminaba la realidad y dónde empezaban los papeles. Casi todos se ha-
bían vuelto realmente presos o guardias, sin poder separar con claridad entre la represen-
tación del rol y su propia persona. En la práctica, todos los aspectos de su actuar, pensar
o sentir cambiaron dramáticamente."
Una vez que los sujetos manifestaron su consentimiento fueron "detenidos" La prisión de Stanford
por sorpresa un domingo por la mañana en su casa por la policía de Palo Al-
Para entender bien el experi-
to. Esto, junto con la serie de detalles que os comentaremos a continuación, mento, es imprescindible que
contribuyó a dar un toque realista al experimento. De todos modos, debemos visitéis la página web que con-
tiene los detalles del experi-
saber que el experimento no intentó reproducir una prisión real, sino sólo los mento, incluyendo fotos y ví-
deos. La versión completa está
aspectos funcionales de ésta. Por ejemplo, no se les afeitó la cabeza como se en inglés y la encontraréis en:
hace en algunos campos de concentración o en el Ejército mismo para poten- http://www.prisonexp.org/
Existe una versión en castella-
ciar el anonimato y la aceptación de la arbitrariedad de las normas, sino que se no en la página personal del
simuló el afeitado obligando a los "prisioneros" a llevar día y noche una gorra psicólogo social Juan Muñoz:
http://seneca.uab.es/jmunoz
hecha con medias de mujer. Otros aspectos fueron los siguientes:
Ejemplo
• Al llegar se les desnudó, registró, desinfectó y se les dio un informe, una toalla, un
jabón y se les encerró en una celda con dos personas más y una cama para cada uno.
• A los guardias se les dejó libertad y sólo se les dijo que debían mantener la ley y el
orden y que debían solucionar los problemas que se presentasen.
Una rebelión el segundo día les sorprendió a todos desprevenidos: los prisio-
neros se quitaron gorras y números y bloquearon las celdas. Este acto fue bá-
sico, ya que constituyó un punto de inflexión en la dinámica del experimen-
to. Probablemente, la rebelión tuvo lugar como parte del papel de prisioneros
que creían que debían ejecutar, pero los guardias se lo tomaron en serio y la
reprimieron con fuerza: pidieron refuerzos a otros turnos de guardias, entra-
ron en las celdas con un extintor, desnudaron a los internos, los molestaron
e intimidaron y recluyeron a los líderes en una celda de castigo más pequeña.
Pensando que perderían el control, decidieron por su cuenta crear una celda
con privilegios y poner en ella a los presos "buenos"; después, cambiaron a
© FUOC • P08/80500/00575 89 Influencia, conformidad y obediencia
algunos de los buenos y, arbitrariamente, los pusieron con los "malos". Esto
rompió completamente la organización incipiente de los prisioneros, ya que
sospecharon que los "buenos" eran confidentes de los guardias.
A partir de entonces, las arbitrariedades y los castigos se sucedieron con fre- Pregunta-guía
cuencia y los presos comenzaron a asumir su rol hasta el punto de que ya se
Hemos relacionado este expe-
comportaban como prisioneros, incluso en ausencia de guardias y personal del rimento con la obediencia, pe-
experimento. Por ejemplo, el 90% de los temas de conversación trataban sobre ro, ¿por qué? ¿Quién creéis
que son los sujetos obedientes,
las posibles fugas, quejas sobre la comida, tácticas para relacionarse con deter- los guardias o los prisioneros?
¿A quién o a qué obedece ca-
minados guardias, etc. Su vida "personal" había desaparecido hasta el punto de da uno de ellos?
que se conocían por los números o por motes; algunos nunca llegaron a saber
cómo se llamaban sus compañeros, simplemente porque no se lo preguntaron.
Ejemplo
...
Cuarto�día:�... el psicólogo me increpa por esposar y taparle los ojos a un prisionero antes
de salir de la oficina (de consejo y orientación) y le contesto ofendido que es necesario
desde el punto de vista de la seguridad y que, además, es asunto mío.
Quinto�día:�asedio a Sarge [un prisionero] que se obstina en obedecer todas las órdenes
excesivamente. Lo he elegido para maltratarlo porque se lo ha ganado a pulso y porque
me cae mal, y basta. El problema comienza con la cena. El nuevo prisionero (416) se
niega a comerse la salchicha. Lo lanzamos al "agujero" [celda de castigo] y le ordenamos
que tome las salchichas con cada mano y las mantenga bien altas. Tenemos una crisis
de autoridad. Esta conducta rebelde puede minar el control total que tenemos sobre los
© FUOC • P08/80500/00575 90 Influencia, conformidad y obediencia
demás. [...] Al pasar por delante de la puerta del "agujero" le doy golpes con la porra...
Siento una gran irritación hacia este prisionero que crea molestias y problemas con los
demás. Decido hacerle comer a la fuerza, pero no traga y la comida le resbala por la cara.
No me creo que sea yo quien está haciendo esto. Me odio por obligarlo a comer, pero lo
odio más a él por negarse a hacerlo.
...
Supongo que ahora ya entenderéis por qué se tuvo que acabar bruscamente Lectura complementaria
la experiencia, pero no dejéis de visitar la página web del experimento para
Para un ejemplo de proceso
consultar más detalles. Incluye también algunos elementos de reflexión. similar, pero crítico con el
concepto de desindividuali-
zación, consultad el estudio:
5.3.2. El 'juego' de los roles
S. Reicher (1987/1990). Con-
ducta de masa como acción
social. En J. C. Turner (Ed.).
Nos hallamos de nuevo ante la pregunta de siempre: ¿cómo es posible que Redescubrir el grupo social. Ma-
personas normales, que asumen un papel al azar, acaben degradándose de es- drid: Morata.
Los participantes se comportaron como personas, pero eso sí, como guardias Lectura recomendada
y como prisioneros, ¿o hay otro modo de ser guardia y prisionero en nuestra
Para conocer con detalle las
sociedad? ¿Qué posibilidad tenían los sujetos de comportarse de otro modo implicaciones y complejida-
una vez que entraran en el juego? Los papeles que la sociedad nos adscribe des de los roles, consultad el
capítulo:
o que adquirimos en las diferentes situaciones son más que papeles en una
F. Vázquez (1996). La dis-
obra de teatro, son lo que somos. Martín-Baró (1989) comenta que se puede tribución social del conoci-
miento: los roles en la ense-
pensar, con algunas limitaciones, pero que la fuerza de los roles reside en el ñanza. En T. Ibáñez (Coord.),
hecho de que: Psicología social de la Enseñan-
za. Barcelona: Edicions de la
Universitat Oberta de Cata-
"A) Son parte de un sistema social y, como tales, establecen la coherencia entre el com- lunya.
portamiento de las personas y el contexto social externo, lo que produce los beneficios
socialmente sancionados.
C) La acción termina moldeando a las personas, es decir, cada uno termina siendo aquello
que hace."
I. Martín-Baró (1989). Sistema grupo y poder. Psicología social desde Centroamérica II (p. 148).
San Salvador: UCA editores.
© FUOC • P08/80500/00575 91 Influencia, conformidad y obediencia
Una visión que conjuga esta interpretación del experimento como "juego" de Lectura recomendada
roles y, al mismo tiempo, como demostración del poder de la situación es
El libro de Erwing Goffman,
comprender que este experimento (y también el de la obediencia de Milgram) publicado originalmente en
transcurre en una institución. En concreto, en una institución total. El con- 1961, Internados: ensayos so-
bre la situación social de los en-
cepto de institución total es de Erwing Goffman y hace referencia a los espa- fermos mentales, es un libro
cios que, en nuestra sociedad, unifican la residencia, el trabajo, y a veces tam- que debería leer cualquier es-
tudiante de psicología.
bién el ocio, en un sola institución, generan una sola rutina y se encuentran
en un aislamiento relativo del resto de la sociedad. Son instituciones totales
las prisiones, claro está, pero también los manicomios, las residencias para la
tercera edad, los cuarteles, los conventos o, incluso, las casas señoriales desde
el punto de vista del servicio.
Las instituciones totales son un ejemplo muy interesante para entender qué
significa ser un "yo" en nuestra sociedad y el papel que tienen los roles en su
definición. Según Goffman, se caracterizan por lo siguiente: todos los aspectos
de la vida tienen lugar en un mismo sitio y bajo una misma autoridad, todo
se hace en compañía de un gran número de personas que hacen lo mismo y
reciben el mismo trato, todo está programado, la secuencia de actividades se
impone desde arriba mediante normas explícitas y un grupo de vigilantes y,
finalmente, las actividades se integran en un solo plan racional dirigido a la
consecución de los objetivos de la institución (Goffman, 1961, p. 20).
(5)
Resistir
Es relativamente sencillo extrapolar lo que sucede en una institución total a Identificación con la
la vida cotidiana de las personas que no forman parte de ella. La institución profesión
total es un ejemplo que se puede extender a otros ámbitos, como por ejemplo Uno es aquello en lo que tra-
el laboral, si tenemos en cuenta el número de horas que están involucradas baja. Al presentarnos, decimos
mucho antes soy bombero,
en el mismo las personas, y la importancia que tiene el trabajo para la defi- soy psicólogo, soy lampista,
etc. que soy tímido, soy fan de
nición de uno mismo. Hoy día nuestro mundo se está transformando, pero los Backstreet Boys, soy aman-
no en la dirección de liberarse de las instituciones, sino todo lo contrario. Las te de la cocina casera... que re-
quieren un ámbito más restrin-
instituciones se abren, se expanden, y comienzan a entrar en ámbitos donde gido para expresarse. De he-
cho, los más jóvenes de entre
no tenían lugar. La universidad ha entrado en vuestra casa, el trabajo ha en- vosotros estudiáis para ser algo
y los más mayores para cam-
trado en casa de vuestros consultores y tutores, los enfermos mentales reciben
biar lo que ahora sois, ¿ver-
atención domiciliaria, los niños, clases particulares... Si utilizamos el concepto dad?
de "extitución", del filósofo francés Michel Serres, para descubrir este nuevo
tipo de instituciones abiertas, podríamos decir que nuestro mundo asiste al
nacimiento de las "extituciones" totales.
Resumen
En este módulo habéis acabado de estudiar a fondo los procesos que los psicó-
logos sociales consideran que están relacionados con la influencia. En concre-
to, nos hemos centrado en aquellos procesos de influencia que implican una
interacción interpersonal. Habéis sido testigos de los esfuerzos que los psicó-
logos sociales han invertido para superar los problemas que plantea entender
la conducta humana en términos de motivaciones individuales y de cómo la
han explicado mediante la interacción, y de los factores de la situación en la
cual tiene lugar. A pesar de esto, como habéis podido comprobar, aunque es-
tos procesos pasan en las interacciones inmediatas entre personas, las explica-
ciones sólo las podemos buscar en un ámbito más amplio que en el de estas
relaciones.
Los psicólogos sociales han sido siempre muy críticos con las maneras de en-
tender la psicología que estudia a las personas como si no se relacionasen con
nadie. Sin embargo, ahora también es el momento de reclamar a la psicología
social que no estudie las relaciones como si tuvieran lugar en el espacio sideral.
Del mismo modo que la conducta humana tiene lugar en el interior de una
red de relaciones, las relaciones tienen lugar en espacios culturales e históricos
concretos. Por esta razón, y parafraseando el módulo 1, podemos decir que lo
"interaccional" y lo social son inextricables. Así pues, cuando volváis a entrar
en contacto con temas como la normalización, la percepción, la conformidad,
la innovación o la obediencia, recordad que, más allá de las interacciones en
las cuales tienen lugar, estos procesos nos muestran también cómo se forman
los individuos en nuestra sociedad, es decir, qué significa ser un persona y có-
mo se regula su comportamiento, los pensamientos o los deseos.
Por ejemplo, quizá os habéis fijado en el hecho de que las diferentes moda-
lidades de influencia social tienen en común evitar el conflicto. Esto es un
producto de la sociedad del consenso en la que vivimos, una sociedad en la
cual se menosprecia el conflicto en detrimento de una supuesta convivencia
pacífica que puede ocultar opresiones más graves que las que produciría un
conflicto abierto. Los individuos de nuestra sociedad somos capaces de aceptar
lo inaceptable sólo por evitar la incomodidad de un conflicto interpersonal.
Ahora bien, puesto que todo en esta vida tiene, como mínimo, dos caras, esto
también posibilita que el conflicto sea una oportunidad y una condición para
el cambio social.
sobre la realidad de las cosas y de la vida, de las palabras y los objetos, de los
pensamientos y las emociones, de las relaciones al fin y al cabo. Ésta es la gran
ventaja que aporta la psicología social respecto a otras comprensiones de la
psicología que sí son deterministas al situar el origen del comportamiento en
instancias no controlables por las personas, ya sean el pasado o los genes.
Por lo que respecta al método, muchos psicólogos han abandonado ya los ex-
perimentos de laboratorio, que fueron necesarios en un momento en el que
en psicología no se podía hablar de otra manera, y en el que actuar fuera de los
rígidos márgenes de la ciencia entendida dogmáticamente era problemático si
se quería investigar. Ahora, pese a que aún es así con frecuencia, existen otras
posibilidades que permiten estudiar los procesos de influencia y de resisten-
cia donde tienen lugar, mediante estudios etnográficos, análisis del discurso
u otras metodologías cualitativas, o incluso, simplemente, reflexionar sobre
éstos como hemos hecho en este módulo. Estudiar procesos psicosociales es
una tarea tan necesaria como inacabable, precisamente porque las situaciones
cambian constantemente.
Tal vez si la preocupación por la explicación se sustituye, tal como propone Lectura recomendada
el construccionismo social, por un afán de comprensión, si la obsesión por la
Os recomendamos especial-
objetividad conduce a un reconocimiento del papel de la interpretación, y si mente la lectura del siguiente
la metáfora del "mundo interior" que tiene cada persona se cambia por otra artículo, publicado original-
mente en 1973:
metáfora menos individualista, entonces la psicología social tendrá un lugar
K.J. Gergen (1998). "La Psico-
entre las demás ciencias sociales y humanas a la altura que se merecen sus logía Social como Historia".
Anthropos, 177.
increíbles descripciones de la conducta humana.
© FUOC • P08/80500/00575 99 Influencia, conformidad y obediencia
Propuestas de reflexión
1) En este módulo habéis visto algunos de los procesos que permiten la reproducción de
la sociedad, es decir, el mantenimiento de las relaciones de poder tal como están en un
momento concreto. No obstante, también habéis podido reflexionar sobre las posibilidades
que tenemos las personas para cambiar lo que no nos gusta o lo que se encuentra en oposición
directa a los valores que mantenemos. Según la lectura que hagáis de los módulos, podéis
extraer de la misma conclusiones pesimistas u optimistas sobre el futuro de nuestra sociedad.
¿Qué elementos destacaríais para una lectura pesimista? ¿Y para una lectura optimista?
4) A lo largo del módulo hemos aludido a la presencia, demasiado olvidada con frecuencia
por los psicólogos sociales, de factores de tipo cultural e histórico, pero no hemos entrado
demasiado en el tema. Por ejemplo, en el caso de los experimentos sobre la obediencia queda
patente muy a menudo su relación con el genocidio, pero no queda claro si la obediencia es
un factor explicativo definitivo o bien si sólo es un paso más hacia el exterminio. Si fuese
éste el caso, ¿qué factores psicosociales o bien qué otros procesos culturales e históricos creéis
que son necesarios para llegar a una situación de genocidio?
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Glosario
atribución Explicación cotidiana sobre las causas de las conductas de las demás personas
y la propia.
conformidad Hecho de que una persona cambie sus acciones como resultado de la presión
de otra persona o de un grupo, ya sea a causa del miedo al rechazo por parte del grupo, por
el deseo de sentirse miembro del grupo o por creer que el grupo tiene razón.
influencia interpersonal Modificación del curso de las acciones de una persona provo-
cada por la interacción con otras personas o grupos.
innovación Cambio en las normas sociales vigentes en una situación dada como conse-
cuencia de la influencia de una minoría.
mayoría Personas que se comportan según las normas y los valores dominantes en una
sociedad o en un grupo.
minoría Personas que se comportan según normas y valores alternativos a los dominantes
en una sociedad o en un grupo.
norma social Expectativa que tienen las personas sobre las acciones adecuadas en una
situación concreta.
rol Conjunto de normas sociales pertinentes para una posición social dada.
sociedad burocrática Sociedad que presenta una división del trabajo rígida, en la cual
las personas se sienten más responsables del funcionamiento de la rutina programada que
de sus consecuencias.
uniformidad Resultado del hecho de que las personas de un grupo compartan creencias,
percepciones y comportamientos como efecto del seguimiento de las normas sociales.
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