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Relaciones
Internacionales.
3.1- La guerra de la triple
alianza: debates
historiográficos.
Antecedentes y desarrollo.
Las causas de la guerra
Existe una larga polémica sobre las verdaderas causas de la Guerra de la
Triple Alianza y cada interpretación depende no sólo de la nacionalidad
del historiador, sino también de la escuela historiográfica a la cual
adscriba. Algunos centran su análisis en el régimen de Francisco Solano
López y su accionar poco prudente. Otros, como es el caso del
revisionismo argentino, culpan de la guerra al Imperio del Brasil y ponen
como vector a los intereses ganaderos de Río Grande y su accionar en el
Uruguay. Otra causa sería la existencia de problemas limítrofes no
solucionados con Paraguay y con Brasil.
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como un "régimen democrático" que no tenía deseos de expansión
territorial.
Una versión matizada de esta misma escuela nos brinda Ramón J. Cárcano,
miembro de la Academia Nacional de la Historia; para él existen dos
responsables de la guerra: la imprudencia y ambición del mariscal Francisco
Solano López y el expansionismo brasileño. También presenta tanto a
Mitre como a Urquiza como opuestos a la guerra y partidarios de la
neutralidad argentina.
Escude (2000) sostiene que José María Rosa recalca la actitud de las
provincias argentinas (sus últimos caudillos) que ligaron la eliminación de
López como un paso más en la destrucción de las montoneras
provinciales que resistían al intento centralizador porteño motorizado
por Mitre. Miguel Ángel Scenna, muy cercano a la postura de Rosa
respecto de las causas de la Guerra de la Triple Alianza, sostiene “que
Mitre se alió a Brasil de acuerdo con el principio de las "fronteras
ideológicas de la mano de un canciller "pro brasileño" como Rufino de
Elizalde, el gobierno argentino pasaba a ser aliado de un régimen imperial
supuestamente liberal aunque esclavista, en contra de un Paraguay
autoritario y refractario al liberalismo’’.
En ese sentido el éxito fue que ante la invasión de Corrientes por parte de
Solano López, Urquiza se apresuro a proclamar su solidaridad con la nación
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y su gobierno. Halperín Donghi comparte con los revisionistas la idea que la
actitud de Urquiza luego de un breve periodo dilatorio fue alinearse con la
facción mitrista en la guerra contra Paraguay y darle la espalda a los
caudillos provinciales federales, opuestos a la idea de luchar contra el
régimen de López.
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Inicio del conflicto. La posición
argentina. El tratado de la Triple
Alianza.
La guerra intestina desatada en la Banda oriental entre blancos y
colorados no dejaría de tener impacto sobre todos los países que
tributaban al equilibrio en la Cuenca del Plata. El 1° de junio de 1863 la
marina uruguaya apresó un barco mercante argentino con armas y
pertrechos para el partido Colorado. Nuestro ministro de RREE presentó
una dura reclamación al gobierno blanco, y en represalia el 22 del mismo
mes retuvo un buque de guerra uruguayo (el ‘’General Artigas’’) y
procedió a bloquear la entrada al río, aislando al Uruguay por agua.
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El 22 de agosto de 1864 el canciller brasileño Saraiva firmó en Buenos
Aires con nuestro ministro de RREE, el llamado protocolo Saraiva –
Elizalde, en el mismo, los dos países “dejaron consignado que la paz en la
República Oriental del Uruguay era condición para la conclusión de las
dificultades internacionales con esa nación y se comprometieron a
garantizar su independencia e integridad territorial’’. Una parte sustancial
de este protocolo es la cláusula que prevé el apoyo mutuo contra el
régimen paraguayo.
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Dice Sanchis Muñoz (2010) que la primera consecuencia de estos hechos
fue que “…la Argentina buscó un acuerdo con Brasil y Uruguay para poner
fin a la agresión de López y establecer los límites definitivos con Paraguay
(…) el canciller Rufino de Elizalde redactó el acuerdo y lo negoció en
Buenos Aires con el enviado plenipotenciario brasileño Octaviano de
Almeida Rosa y el canciller del nuevo gobierno colorado uruguayo Carlos
de Castro, persuadidos de que la paz, la seguridad y el bienestar de sus
respectivas naciones era imposible mientras existiera ese gobierno en el
Paraguay‟
E – que los aliados procederán a hacer los arreglos necesarios con las
autoridades constituidas, para asegurar la libre navegación de los ríos
Paraná y Paraguay.
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No es casual que Varela acusara al gobierno de Mitre de haber
monopolizado los tesoros públicos y las rentas provinciales para beneficio
de los porteños, Varela era la expresión de las resistencias del interior no
sólo a la guerra, mucho más al intento centralizador de Buenos Aires
corporizado en Mitre.
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Redactaron un protocolo en 1870 que estableció el fin de la guerra y
reafirmaba la necesidad de reorganizar políticamente a Paraguay y de
elegir a sus autoridades.
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presidente sostenía en ese país y porque había sido uno de los artífices del
pacto.
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Situación de los países al final del conflicto
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3.2- La modernización
económica en la Argentina
durante el período 1862-
1880
Dice Raúl Satas (1987), que el regreso de los exiliados, tras el triunfo de la
alianza liderada por Urquiza que puso fin a la era rosista, significó que el
espíritu e ideas que habían revolucionado a Europa a partir del año 48, se
anidaran en nuestro país.
Dice Satas (1987), que ideas, como: “La organización nacional interna es el
instrumento con el que la nación realiza su misión en el mundo‟ o “Las
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nacionalidades son sagradas, y están providencialmente constituidas para
representar, dentro de la Humanidad, la división o distribución del trabajo
para ventajas de los pueblos...‟ dejaron fuerte huella en los futuros
dirigentes liberales, que comenzaban a dirigir la construcción de una
nación moderna.
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influencia anglo-francesa que hoy prevalece sin resistencia…‟ (Satas, 1987,
p.45)
A tono con ello, nos dice nuestro autor que los años 1862-1890 fueron
críticos para Argentina, de varias maneras, sobre los problemas de la
organización y desenvolvimiento del Estado nacional y la puesta al día de
una estructura económica casi obsoleta para los requerimientos del
mercado mundial, se irá constituyendo el escenario sobre el cual la elite
argentina irá dibujando un país moderno.
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Estos capitales se concentraran como inversión (garantizada desde ya) en
la construcción de vías férreas, puertos, etc., tan necesarios para
territorios extensos, carentes de las mínimas condiciones que exigía el
sistema de producción industrial moderno. La condición sine qua non
para la llegada de tales capitales por parte de los estados centrales será la
exigencia de paz y libertad absolutas para el desenvolvimiento de sus
actividades y ello sólo era posible con un país pacificado y unificado.
A tono con ello decía Mitre al abrir las sesiones del Congreso el 25 de
mayo de 1862, “…necesario pensar y decidir que ese eclipse era
transitorio, y que esa disolución aparente, era un verdadero labor de
regeneración del que la República surgiría en breve fuerte, compacta y
libre, reposando en las conquistas laboriosas de su pasado; en la lisonjera
realidad de su presente y en las grandes promesas de su porvenir’’.
(Satas, 1987, p.94)
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Tal era la condición política de la modernización y tras su resolución, se
podían atender las preocupaciones eminentemente económicas. Según
H.S. Ferns (1972):
Según H. S. Ferns (1972): “Dentro del régimen legal el libre comercio quedó
establecido por la Constitución de 1853 pero el sistema sólo se convirtió en
una realidad práctica durante el régimen de Mitre. La política de Mitre hizo
posible la abolición de los impuestos, exacciones y privilegios provinciales,
al suministrar a las autoridades de las provincias medios financieros en la
forma de subsidios del Tesoro nacional, los cuales en verdad representaban
una participación en los ingresos de la aduana de Buenos Aires‟
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Al finalizar el mandato de Mitre los hombres de negocios e ingenieros
británicos habían fundado bancos y compañías ferroviarias y tranviarias en
la Argentina y pronto le seguirían empresas y obras de gas, aguas
corrientes y sistemas de cloacas.
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esfuerzo ni sacrificio alguno, y me he procurado ya diez mil libras de esas
carnes…’’ (Satas, 1987, p.112) lamentablemente estas primeras
aproximaciones al gusto europeo serán un fracaso. Lo que no cabe duda es
que atrás de ellos estaban las instrucciones del propio Mitre
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generalizarse, no debemos desesperar de generalizar el uso de las carnes
saladas, o lo que yo llamo conquistar los mercados de Europa‟ (Satas,1987,
p.115)
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material e institucional para el ‟éxito‟ de la administración Roca y más
definida política exterior.
Como bien dice Satas (1987), la necesidad de contar para una producción
perfectamente determinada, -la pecuaria- con mercados seguros -los del
viejo continente-, hizo que toda la política exterior de la administración
Mitre se fuera desentendiendo de América y prestara la mayor atención a
posibles vigorosos anudamientos de lazos de amistad con Europa, su
posible gran mercado receptor.
• Las aduanas.
• El crédito público.
Las aduanas dependen del comercio exterior, es decir, del trato con el
extranjero. El crédito público no tiene en Sud América aplicación más seria
que el empréstito en el extranjero, la manera de traer capitales de fuera al
país, que carece de ellos. Las tierras públicas son manantial de entradas, si
hay inmigraciones y colonias que las compren o arrienden para poblarlas;
es decir, si hay extranjeros que vienen a instalarse en nuestros países. Así,
en el arte de reglar nuestras relaciones con las naciones extranjeras, para
atraer su comercio, sus capitales y sus poblaciones se encierra casi toda la
economía política de las Repúblicas solitarias y desiertas de Sud-América.
(Paradiso, 1993, p.24)
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3.3- Las RR EE de la
Argentina durante el
régimen oligárquico.
Geopolítica y economía.
Nadie puede discutir que en los últimos años se han generado muchísimos
trabajos sobre política exterior en la Argentina, pero durante décadas esta
temática fue casi abandonada por las ciencias sociales en la Argentina. Por
ello no es gratuito que Paradiso (1993) se pregunte si no será una
característica o consecuencia de cierta tendencia “aislacionista‟ que en
algún momento se instaló en la estructura misma de nuestra Política
exterior.
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Entre aquellas voces críticas sólo encontramos la lúcida mirada de
Pellegrini sobre la Polex llevada hasta el momento, le escribe el mismo a E.
Zeballos en 1901, sosteniendo"…estudiando imparcialmente la diplomacia
argentina y chilena en la última mitad del sido pasado, todo historiador
imparcial tendrá que reconocer que la nuestra ha sido mucho más
inteligente, más constante, más eficaz que la chilena y hasta hoy, puede
decirse, ha sido siempre la victoriosa" (Paradiso, 1993, p.28)
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carnes congeladas y seguirla recibiendo desde allí capitales, mano de obra,
productos manufacturados, pero no sólo eso, la vinculación establecida es
tal, que del suelo europeo también nos llegan los modelos políticos, las
ideas y estilos de Vida. (Ver cuadro 2)
Cita Paradiso (1993): “…en sólo tres décadas, el país fue protagonista de
uno de los más espectaculares procesos de expansión en la historia del
capitalismo. Entre 1880 y 1910 la población prácticamente se triplicó, el
saldo migratorio fue de casi 2,5 millones de personas, la red ferroviaria
paso de 2.300 a 28.000 km y el comercio exterior creció más de siete veces,
lo mismo que las exportaciones (de 104 a 768 millones el primero y de 52 a
389 las segundas…‟
Todo este éxito bajo un fuerte europeísmo de la elite, no era para menos,
las cifras que siguen hablan por sí solas: en 1880 los principales clientes
individuales eran Francia (29,9 %), Bélgica (26.6 %) y Gran Bretaña (9,9 %).
Dos décadas más tarde el Reino Unido se habla colocado en el primer lugar
(20,7 %), siguiéndole Alemania (17,4 %), Francia (16,3 %) y Bélgica (13.6%).
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mercados sentaban una ‘’los perfiles de una relación privilegiada y cada
vez más excluyente con Europa’’.
Geopolítica y economía
Estos litigios que nos involucraban con Paraguay, Uruguay, Bolivia, Chile y
Brasil condicionaban la marcha de la economía. El clima de guerra de
límites, presente con mayor y menor grado entre las décadas del sesenta y
noventa terminó por establecer una “dinámica de la paz armada que se
imponía por la gravitación de hechos que parecían irremediablemente
destinados desembocar en una guerra. Naturalmente, el clima de
intranquilidad que creaban estos acontecimientos no era el más propicio
para alentar a los inversores, a la vez que las presiones presupuestarias
derivadas del equipamiento militar producían fuertes desequilibrios en las
cuentas públicas’’ (Paradiso, 1993, p.44)
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Este tema de las turbulencias de posibles guerras sobre el modelo
económico, conocido por la historiografía tradicional como
‘’agroexportador’’, fue un motivo de controversia en el seno de las elites
criollas y pronto dará lugar a distintas visiones sobre el ‘’interés
nacional’’, ‘’la conducción de la política exterior’’, ‘’la paz y la guerra’’
estas miradas pondrán a idealistas contra realistas, a pacifistas contra
belicistas.
Por ello el propio roquismo era partidario de las salidas negociadas a este
conflicto y su máxima expresión fueron la búsqueda de soluciones
arbitrales y más allá de los resultados desfavorables, a ellas acudió el país
para dirimir las querellas con Paraguay, Brasil, y los había consagrado en
tratados específicos con Uruguay, Brasil, Chile, Italia y Estados Unidos. La
Argentina había levantado estos principios idealistas que descansaban en
una fuerte apelación al derecho internacional y a una moralidad de dudosa
existencia en las relaciones entre entes interestatales.
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de integración, más bien de intervención, en especial los asuntos del
Pacífico, entendiendo que la presencia y aspiración de Chile en la región,
obligaban a este tipo de acción.
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política (América) la económica (Europa), pues ese criterio había sido
explicitado algunos años antes, a saber: Roque Sáenz Peña, siendo
ministro interino de Relaciones Exteriores de Juárez Celman, habla
remitido a las legaciones argentinas una circular en la que se indicaba:
"Piensa el señor Presidente de la República que las legaciones argentinas
acreditadas en Europa deben llevar con preferencia la actividad de sus
trabajos sobre la política económica, como deben especializarse con la
internacional y diplomática las que están acreditadas en este continente,
donde las relaciones comerciales son escasas o menos trascendentes para
el movimiento de nuestra riqueza"
Había pues una permanente mirada sobre las relaciones económicas con
Europa, en especial aquellas medidas que podían minar o restringirla
llegada de nuestro productos agrícolas, por caso el avance de prácticas
proteccionistas en la mayoría de países europeos, (salvo Inglaterra, país
que se mantendrá largamente fiel al librecambio) y como contrarrestar
estas acciones.
Dice Paradiso que la discusión sobre las misiones de la diplomacia era una
extensión natural del debate central de la política exterior y se planteaba
en términos de una Cancillería al servicio cie la política de poder o alistada
pata las rutinas de la gestión económica, “…la corriente mayoritaria
sostenía que, cerrado el capítulo de los litigios fronterizos, era preciso
apartarse de las tentaciones expansivas y belicistas propias de los países
poderosos para concentrarse en el incremento del comercio
internacional‟‟ (Paradiso, 1993, p.93)
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Esta asignación de jerarquías a Embajadores y Ministros Residentes
establecidas en los usos y normas internacionales sobre la materia,
reflejaba las prevenciones del espíritu republicano respecto de los usos
tradicionales de la diplomacia de las anteriores cortes monárquicas.
Entrando el siglo XX, para 1901 el Poder Ejecutivo reglamentó las funciones
diplomáticas y dispuso una reorganización de la Cancillería estableciendo
una distribución en el Gabinete del Ministro, una Subsecretaria y cuatro
Secciones (Protocolo, Asuntos Políticos, Asuntos Comerciales y Asuntos
Privados de Beneficencia y Culto) y tres Oficinas (Habilitación, Archivo y
Biblioteca y Traducciones).
Cuatro años más tarde se aprobó la ley orgánica del cuerpo diplomático, en
la que se mantuvo la jerarquía constitucional de Ministros
Plenipotenciarios y Encargados de Negocios. Una importante modificación
se dio en 1914, en febrero de ese año, el Departamento de Estado anunció
que la legación de los Estados 'Unidos en Buenos Aires sería elevada al
rango de embajada, siguiendo la política adoptada unos años antes con
Brasil. Esta decisión obligaba a la reciprocidad, de manera que en junio el
Poder Ejecutivo remitió al Congreso un proyecto de ley convirtiendo en
embajada la legación con sede en Washington.
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La visión de la elite sobre
Latinoamérica
Es verdad que los lazos económicos con los países latinoamericanos eran
notoriamente débiles, eso no impedía que en el seno de la elite circularan
visiones que prevenían sobre las ventajas de una mayor integración
comercial con la región. Dice Paradiso que por lo general estas
propuestas que apuntaban a una unión aduanera, reflejaban la influencia
de la experiencia del Zolverein alemán, vale apuntar que la mayoría de
los analistas consideraban clave este tipo de unión para explicar el
notable progreso alemán del último tercio del siglo XIX.
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marcas comerciales y de fábrica, etc. Más allá de estas acciones, la
integración debía esperar muchas décadas.
Esta controversia entre las dos visiones teñirá toda la gestación de las
diferentes políticas exteriores, que distintos gobiernos implementaran a lo
largo del siglo XX.
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3.4- La Argentina y el
sistema interamericano.
Las relaciones con Chile.
La elite argentina tenía ideas propias sobre la forma y los tiempos que
debía llevar un hipotética unión americana, recordemos la tradicional
oposición a EEUU y la fuerte adscripción a Europa, en particular a Gran
Bretaña. Esta oposición había tenido una clara expresión en la negativa y
boicot al proyecto de unión aduanera impulsado por los Estados Unidos en
1889.
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Que circulaban ideas entre el grupo dirigente y sus intelectuales lo da el
hecho apuntado por Paradiso (1993) “en 1903 aparecía en Buenos Aires
una publicación denominada: "Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Perú,
Bolivia Y Paraguay. Estudio comparativo geográfico, étnico, económico,
financiero y militar". Su autor, Francisco Seeber, proponía allí examinar las
condiciones para que ese grupo de países "puedan formar una Unión
Aduanera semejante al Zollverein que facilitó el comercio y la percepción
de la renta en los diferentes estados alemanes". Seeber sugería que se
avanzara resueltamente hacia la intensificación de los intercambios
mediante la supresión de los derechos aduaneros que cobraban al resto, y
planteaba el establecimiento de una unidad monetaria común.
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prematura la propuesta, ya que no era entonces partidario de proponer la
mediación a menos que fuese solicitada por las partes en conflicto.
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En ese sentido Chile era percibido claramente como un estado agresor.
Escude (2000) reconoce la existencia de dos visiones sobre el problema:
por un lado los "internacionalistas", partidarios de endurecer las
relaciones con el país trasandino y de la aplicación de políticas de poder y
entre los que se destacaban personalidades como Roque Sáenz Peña,
Indalecio Gómez y Estanislao Zeballos. La otra facción totalmente
opuesta contaba con Bartolomé Mitre, Carlos Pellegrini y otros
personajes que defendían la estabilidad política regional para preservar
el progreso atado a la economía exportadora.
Del lado chileno las percepciones eran similares, pero mezcladas con
variaciones que iban “desde la envidia hasta el desprecio y desde la
complacencia presumida hasta el miedo” No olvidemos que Chile venía de
triunfar en el conflicto con la confederación Peruano - Boliviana y se había
erigido en la principal potencia naval del Pacífico. “si antes de 1879, el
progreso económico de Chile condujo a que sus habitantes se percibieran a
sí mismos como "la Inglaterra de Sudamérica", su victoria sobre las
naciones andinas hizo creer a los chilenos que se habían ganado el apodo
de "la Prusia de Sudamérica".
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a futuro, no tardaron en aparecer las voces que denunciaban las “pérdidas
territoriales‟.
Este tratado muy importante para nuestro país, fue considerado como
aquel que reafirmó la soberanía nacional sobre toda la Patagonia al este de
la Cordillera. Como decíamos en la década del 80 surgieron variadas
controversias sobre trazado de límites, eran constantes las diferencias
sobre las interpretaciones que ambos países hacían sobre lo dispuesto en
el Tratado.
1
Ver anexo al final del punto 3.4
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ministro de RREE bajo el nivel de conflictividad al cargar con un error al
gobernador salteño y la Argentina no realizó reclamaciones posteriores.
El tenor de esta relación conflictiva con Santiago dio lugar en estas décadas
a una constante carrera armamentista entre nuestros países. Durante el
gobierno de Roque Sáenz Peña, así como durante la gestión de su sucesor,
Uriburu, la nación Argentina reforzó su Marina de Guerra incorporando
material bélico y varios acorazados. En ese momento Chile también estaba
reequipando a su armada, y ello originó una intensa carrera armamentista
que se prolongó hasta principios del siglo XX.
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El Protocolo Guerrero - Quirno Costa: este protocolo argentino - chileno,
tiene gran importancia ya que ambas partes acordaban y se sometían al
arbitraje británico para las diferencias que no se pudieran solucionar de
común acuerdo. Se aplicaría para la demarcación limítrofe que harían los
peritos en el paso cordillerano San Francisco en algún momento se pensó
sumar la cuestión de la Puna de Atacama que involucraba a Bolivia, pero se
excluyó del arbitraje, finalmente se “que debía ser demarcada de acuerdo
con el tratado de 1881 y del protocolo de 1893 y con la participación del
gobierno de Bolivia‟.
Según Escude (2000) Por dichas actas secretas se establecía que “en caso
de no llegarse a un acuerdo se formaría una comisión formada por un
representante chileno, un argentino y el delegado de los Estados Unidos en
la Argentina que fijaría el límite de manera definitiva‟. Cabe mencionar que
estos acuerdos fueron aprobados por los congresos de ambos países con
amplia mayoría. Tal lo previsto las reuniones en Buenos Aires fracasaron
por lo que se tuvo que sumar al ministro estadounidense William
Buchanan. “El 24 de marzo de 1899 se puso término a la controversia con
la línea demarcatoria propuesta por ministro estadounidense‟. De los
75.000 kilómetros cuadrados del territorio en disputa, el 85% quedó en
poder de la Argentina y el restante de Chile.
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San Martín de los Andes: este incidente nace por la fundación del pueblo
de San Martín de los Andes así sostiene Escude (2000) que Chile reclamó y
sostuvo que el acto “importaba una violación de la convención Zeballos -
Matta establecida en 1889, y que el lugar donde se había fundado el
pueblo, la cuenca del Lacar, correspondía a la jurisdicción chilena‟. Nuestro
ministro de RRE Amancio Alcorta contestó “que los actos de jurisdicción
que realizaba la Argentina en esa zona eran perfectamente legales pues la
zona siempre había pertenecido al país‟. El fallo británico, ya en marcha
terminó por confirmar para la Argentina el pleno dominio del valle del río
Lacar.
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menos en algunos sectores del gobierno chileno, cierta duda acerca de un
eventual pacto argentino-brasileño Dice Escude (2000), que al menos,
estos mutuos contactos argentino-brasileños sirvieron para que la prensa
chilena bajara sus decibeles pro bélicos en contra del gobierno argentino .
Anexo
Convención Lastarria-Uriburu, Santiago de Chile, 20 de agosto de 1888
38
II. Para auxiliar á los peritos en el desempeño de sus funciones, cada uno de
los gobiernos nombrará también en el mismo plazo cinco ayudantes.
IV. Pueden, sin embargo, los peritos confiar la ejecución de los trabajos á
comisiones de ayudantes.
IX. Siempre que quede vacante alguno de los puestos de perito ó ayudante,
el gobierno respectivo deberá nombrar el reemplazante en el término de
dos meses.
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X. La presente convención será ratificada, y el canje de las ratificaciones se
hará en la ciudad de Santiago ó en la de Buenos Aires, en el más breve plazo
posible.
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financiera‟ (Paradiso, 1993, p.112) Se establecía así la principal idea de la
conocida Doctrina Drago.
Alberto Conil Paz citado por Bra (1990), nos ilustra sobre el contexto
internacional de esa coyuntura: "…es preciso detenerse un momento en
esta acción conjunta de las dos potencias europeas. Era este el momento
que Gran Bretaña amañaba una alianza con la Alemania Imperial, Joseph
Chamberlain fue el artífice de esa tendencia. "Sine Alemania hulla salus" le
había dicho a Bismarck, sintetizando su nueva política. Recién en 1898, el
año de Port Arthur y Fachoda y más tarde con la visita de Guillermo II a
Londres para los funerales de la Reina Victoria, comenzaron las
negociaciones en busca de una verdadera alianza anglo-alemana,
negociaciones que habrían de prolongarse durante 1901 y 1902".
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empleado por ese gobierno el propósito de negar satisfacción a las
reclamaciones formuladas, por los súbditos alemanes de acuerdo con el
derecho de gentes. Por esto se cree obligado a contribuir de un modo
definitivo a que las referidas reclamaciones obtengan una satisfacción
inmediata. Satisfacción inmediata de las sumas que adeuda a sus
acreedores alemanes, las cuales, según mi nota del 31 de Diciembre de
1901, ascienden á 1.718.815 bolívares y 67 céntimos."
Ese mismo día 11, el presidente venezolano, Cipriano Castro, comunica que
" insolentes extranjeros ha profanado el suelo sagrado de Venezuela. Lo
que acaba de suceder es algo excepcional, que no tiene precedentes en la
historia de las naciones civilizadas ni justificación posible‟‟ Se hace un
llamado a la población venezolana y voluntarios de todo el continente
quieren sumarse a la resistencia. El corresponsal de "La Prensa" diario
argentino informa: "Es indescriptible el entusiasmo que reina en el pueblo.
Todos los hombres válidos, sin distinción de clase social, acuden a las
armas".
Los diarios de Buenos Aires dan a conocer el texto de los ultimátums que
las potencias europeas han dirigido al gobierno de ese país. Frases como la
siguiente(del gobierno británico): "…estoy también encargado de
manifestar a V.E. la esperanza de que el gobierno venezolano acceda a
estas reclamaciones, y que no obligue al gobierno de Su Majestad a
adoptar medidas extraordinarias para obtener satisfacción (...) Finalmente,
tengo el encargo de comunicar a V.E. que el gobierno de Su Majestad
entiende claramente que la presente comunicación debe ser considerada
como ultimátum" llevaron a muchos voluntarios argentinos a buscar y
reclamar medios de sumarse a la resistencia del pueblo venezolano.
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El día 13, los EEUU proponen a Venezuela que la cuestión se someta a un
tribunal de arbitraje. Ese día el gobierno venezolano decreta la
movilización, el enrolamiento de "todos los hombres válidos de 15 a 20
años". Lord Lansdowe, ministro de Relaciones Exteriores británico sostiene
para escándalo americano "Con gran placer declaro que en los asuntos
venezolanos, en estos momentos, los marinos ingleses y los alemanes se
dan la mano, para apoyar las justas reclamaciones de las dos potencias".
43
ofrecimiento honroso". A su juicio, era preferible para todas las partes
someter la cuestión al Tribunal de La Haya.
Ante los hechos que se suceden nuestro ministro Luis María Drago,
sostenía en la nota ya mencionada a nuestro representante en EEUU
"...no puede haber expansión territorial en América, ni opresión de los
pueblos de este continente, porque una desgraciada situación financiera
pudiese llevar a algunos de ellos a diferir el cumplimiento de sus
compromisos" y "...de que la deuda pública no puede dar lugar a la
intervención armada, ni menos a la ocupación material del suelo de las
naciones americanas por una potencia europea", con lo cual se
condenaba el cobro compulsivo de las deudas públicas soberanas.
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Crimen en La Plata. El 27 de Mayo de ese año, fue ascendido a fiscal de
cámara. El 6 de Mayo de 1890, el gobernador Julio A. Costa lo designaba
fiscal de Estado, (...) En Agosto de 1902, el presidente de la República,
general Julio A. Roca, designó a Drago ministro de Relaciones Exteriores y
Culto, cargo que desempeñó hasta Julio de 1903 (...) Retirado de la vida
política durante tres años, volvió a ella en 1906, fecha en que fue elegido
diputado nacional. En 1907, el presidente Figueroa Alcorta lo designó
delegado a la segunda conferencia de la paz a La Haya, donde actuó
brillantemente. En 1909, Estados Unidos .e Inglaterra decidieron someter
"al arbitraje de Tribunal que deberá constituirse con arreglo a la
convención de La Haya, las cuestiones relacionadas con las pesquerías en
las cartas del Atlántico, al norte de la América Inglesa". Ambas naciones
invitaron a Drago a formar parte de dicho Tribunal. Drago se embarcó el
27 de Junio de 1909, reuniéndose el Tribunal el 1 de Junio de 1910. Drago
regresó a Buenos Aires el 12 de Marzo de 1911 y el 7 de Abril del año
siguiente fue elegido diputado nacional. No pudo incorporarse a la
Cámara, pues debió viajar a Europa por razones de salud. De vuelta se
incorporó el 27 de Noviembre de 1912. Su mandato legislativo terminó el
30 de Abril de 1916. Retirado definitivamente de la vida política rechazó la
Legislación en la Gran Bretaña que en 1917 le ofreció el presidente
Hipólito Yrigoyen. Cuando en Febrero de 1920 el Consejo de la Liga de las
Naciones, en todo el esplendor de su prestigio, resolvió encomendar a una
comisión de jurisconsultos, elegidos entre los más eminentes, la redacción
del proyecto de Corte Permanente de Justicia Internacional, el doctor
Drago, enfermo y retirado de la vida pública, pero cuya obra no se había
olvidado en las esferas diplomáticas europeas, fue invitado a formar parte
de la comisión. El doctor Drago falleció en Buenos Aires el 9 de Junio de
l921". (Bra, 1990, p.90).
45
militar de un modo alarmante para aquel sector que privilegiaba la
economía agroexportadora, los mercados y las salidas negociadas.
46
un ‘’imperativo geopolítico de expansión del que las autoridades de Río
no podían librarse’’
Los diarios de época (por caso La República) apuntan una fuerte crítica a la
diplomacia de turno, sostenían que nuestra República Argentina tiene
cuestiones graves pendientes: Con Chile. Con el Brasil. Con el Paraguay.
Pues bien, ni en Chile, ni en el Brasil, ni en el Paraguay, tiene
representantes o plenipotenciarios el gobierno argentino.
47
cuestiones exteriores (sic), tan olvidadas y mal tratadas (sic) por nuestros
gobernantes: comprenda el gobierno su responsabilidad, porque se trata
del honor, y de los intereses del pueblo argentino‟
Nuestro país manifestó que los límites del territorio de Misiones eran los
ríos que los argentinos llamaban San Antonio Guazú y Pepirí Guazú
situados al oriente de los ríos San Antonio y Pepirí Guazú, conocidos en
Brasil por los nombres de Chopín y Chapecó. Dice Sanchis Muñoz (2010) “…
la Argentina sostuvo que para evitar dificultades debía omitirse toda
referencia a las exploraciones de la comisión mixta surgida del acuerdo
entre España y Portugal de 1750‟. Acorde con la tradicional tendencia
argentina nuestro canciller presento la iniciativa de solucionar la cuestión
mediante arbitraje.
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Brasil, en cambio, sostuvo su tesis apelando al uti possidetis, presentó
como principal antecedente la demarcación limítrofe de los tiempos
coloniales y hasta 1885 instaló colonias en el territorio ubicado entre los
ríos San Antonio, Pepirí Guazú (Chopín y Chapecó) y, por su parte, el
gobierno argentino creó en 1882, el "territorio nacional de Misiones" que
incluía a ese sector. Se presentaron mutuas reclamaciones que
promovieron el inicio de nuevos encuentros bilaterales que no
fructificaron.
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El límite se fijó en los ríos Pepirí-Guazú y San Antonio; el territorio ubicado
al oeste pertenecería a la Argentina y la zona del este a Brasil. Refiere
Escude (2000) “Si bien el fallo generó disconformidad en algunos sectores
del gobierno argentino, resolvió la cuestión limítrofe de manera definitiva.
La comisión demarcadora sería nombrada a partir del protocolo que se
suscribió en 1898‟.
Una distensión notable se produjo con Brasil a raíz de las mutuas visitas
presidenciales de 1899 y 1900. El presidente Roca visitó en agosto de 1899
al mandatario brasileño Manuel J. Campos Salles, y éste le devolvió la
atención en octubre de 1900 cuando visitó Buenos Aires. No obstante el
recelo se reactivaría por la firma de los Pactos de Mayo2 con Chile. En esos
años volvía a conducir Itamarati el Barón de Rio Branco, que le dio la
diplomacia brasileña una notable actividad regional.
Entre los hechos que cabe mencionar después del arreglo de los límites,
fue la sanción de la ley de armamentos navales de Brasil en 1904, lo que
activó una rápida reacción de la fracción ‘’realista’’ o ‘’partidarios de la
política de poder’’ que veían roto el equilibrio en armamentos y
postulaban el peligro de indefensión, recordemos que nuestro país tenía
por los pactos firmados con Chile y que establecían un acuerdo de
“equivalencia naval con Chile’’ un fuerte condicionamiento a rearmarse
más allá de un punto que a Brasil no le interesaba.
Para 1906 Brasil, que había dejado atrás los tiempos monárquicos y
funcionaba como república, comenzó a profundizar su „‟proceso de
americanización". Girando a la esfera de influencia desde Gran Bretaña
hacia los Estados unidos esto también produjo recelos y en algunos círculos
argentinos comenzó a hablarse de un acuerdo destinado a repartirse el
control del Hemisferio Sur entre ambos países.
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especial con los Estados Unidos que neutralizase los riesgos de una
coalición contraria en el continente.‟ (Paradiso, 2000, p.105)
Zeballos pensaba así alrededor del tema de la paz armada “la paz armada
no es consejo de ningún argentino; no es el fruto de los errores de ningún
gobierno o de ningún grupo de argentinos, no es siquiera una necesidad
impuesta por las circunstancias sudamericanas. La paz armada es una ley
universal, como las corrientes del océano o los temblores de tierra,
¿quién puede evitarla? Sería para ello necesario cambiar la faz de los
acontecimientos humanos y la constitución política del mundo."
(Paradiso, 2000, p.105)
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Argentina y fue el triunfo definitivo de la línea defensora de la
convergencia de intereses y complementación entre ambos países.
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Bibliografía
Escude Carlos, Cisneros, Andrés, 1998, “Historia general de las Relaciones
Exteriores de la República Argentina”, Fragmentos de Tomos VIII y X. Buenos
Aires.
Alberdi Juan Bautista, 1946, “El Brasil ante la democracia de América”. Ed. Ele,
Buenos Aires,
www.uesiglo21.edu.ar
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