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Pérdida de la personalidad o de la
identidad de una persona o de un colectivo. Hace referencia a algo «ajeno» a sí mismo que el sujeto
ya no controla.
Al hablar de mediatización nos estamos refiriendo a una relación de producción de sentidos entre
medios, sujeto y expresión. Esta interacción se ve estrechamente vinculada e influida por el contexto
en el cual se desarrolla.
Las mujeres, en sus luchas por la defensa de los derechos fundamentales, han transitado un largo y arduo
camino que inicia a finales del siglo XIX, se intensifica en el XX y continúa en el presente.
Dilenia Medina
Coordinadora
Diuris Betances
investigadora
Contenido
Introducción
1. Breve histórico de los aspectos jurídicos
2. Población en República Dominicana
3. Embarazo y mortalidad materna en población femenina total
4. Población femenina y fecundidad adolescentes
4.1. Fecundidad en adolescentes por zonas geográficas
4.2. Embarazos en la adolescencia
4.3. La atención prenatal y al parto es universal en el país.
4.4. Mortalidad materna en adolescentes
5. Mujer y educación. Las políticas educativas establecidas en el marco
de la Constitución dominicana y los acuerdos
5.1. Modalidad básica y media
5.2. Modalidad técnica y universitaria
6. Paridad de género
7. Mujer y mercado laboral
7.1. La mujer y el campo
7.2. Trabajo doméstico no remunerado
8. Mujer y acceso a la información
9. Mujer y su participación en la toma de decisiones del Estado
10. Femicidios
11. Las políticas de los organismos internacionales respecto a la mujer
Conclusiones
Referencias
Introducción
Las mujeres, en sus luchas por la defensa de los derechos fundamentales,
han transitado un largo y arduo camino que inicia a finales del siglo XIX,
se intensifica en el XX y continúa en el presente. En el país, estas luchas
comenzaron de modo sistemático durante la década de los años 70 del
siglo XX, con mayor intensidad.
Es mucho lo que se ha escrito acerca de la situación de la mujer tanto a
escala nacional como internacional. Este breve trabajo trata de resumir
los aspectos más relevantes concernientes a las mujeres dominicanas ‒
que constituyen aproximadamente la mitad de la población‒ tomando en
consideración los datos existentes cuanto a población femenina,
educación, embarazos y mortalidad materna, mercado laboral, paridad de
género, mujer y acceso a la información, su participación en la toma de
decisiones del Estado, feminicidios y acuerdos con otras instituciones.
1. Breve histórico de los aspectos jurídicos
El 17 de agosto de 1982, el Gobierno dominicano emitió el Decreto núm.
46-82, que creó la Dirección General de Promoción de la Mujer (DGPM)
como una dependencia de la Presidencia de la República. Años más tarde
(11 de agosto de 1999), fue promulgada la Ley núm. 86-99, que dejó
establecida la Secretaría de Estado de la Mujer, actualmente conocida
como Ministerio de la Mujer (MMUJER)1. Esta institución tiene como visión:
(…) ser líder, innovador y plural, reconocido por su capacidad de influir
en la transformación de la sociedad para que mujeres y hombres
disfruten de igualdad de derechos y oportunidades. Su misión es
definir y liderar la ejecución de políticas públicas, planes y programas
que contribuyan a la igualdad y la equidad de género y al pleno
ejercicio de la ciudadanía de las mujeres (MMujer. En
http://www.mujer.gob.do/sobre-nosotros/quines-somos-mision-
vision-y-valores.html).
Este ministerio implementa planes, proyectos y programas con la finalidad
de lograr el empoderamiento de las mujeres en la lucha por la igualdad y
la equidad de género trabajando en tres temas fundamentales: a) no
violencia, b) salud y sexualidad y c) derechos económicos, sociales y
culturales. En tal sentido, la vinculación con otros organismos
gubernamentales es relevante para realizar las intervenciones adecuadas
con miras a lograr los objetivos propuestos. Algunos de los programas
implementados son “Vive Mujer”, “Quisqueya sin Miseria”, “Quisqueya
Aprende Contigo” y “Banca Solidaria”, entre otros.
También existen diversos proyectos financiados por el Fondo de Población
de las Naciones Unidas (UNFPA), la Embajada de la República de China
(Taiwán), la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA) y el
Consejo Nacional de VIH-SIDA (CONAVIHSIDA), entre otros. De igual
forma, otras organizaciones feministas ejecutan proyectos en la búsqueda
de soluciones alternativas a los problemas de la mujer.
2. Población en República Dominicana
En la actualidad, de acuerdo con el IX Censo Nacional de Población y
Vivienda de 2010, República Dominicana tiene una población total de
9,445,281 habitantes, de los cuales, 4,739,038, (50.1 %) corresponden
al género masculino y 4,706,243.00 (49.8 %) al femenino (SICEN, 2010).
En la zona urbana la población total asciende a 7,013,575: 3,564,453
(50.82 %) mujeres y 3,449,122 (49.18 %) hombres.
El total de habitantes en la zona rural asciende a 2,431,706 personas,
cifra que al desglosarse por sexo indica que 1,141,790 (46.95 %) son
mujeres y 1,289,916 (50.05 %) son hombres. Se observa que el número
de mujeres es mayor en la zona urbana, mientras que la cantidad de
hombres es mayor en rural.
3. Embarazo y mortalidad materna en población femenina total
De acuerdo con datos preliminares del Observatorio de Ejercicio
Ciudadano de las Mujeres (2012), el reporte de mortalidad materna 2011
del Sistema Nacional de Vigilancia de Epidemiologia (SINAVE) del
Ministerio de Salud Pública (MSP) registra 175 muertes maternas durante
el período, de las cuales el 65.71 % fueron mujeres entre 13 y 29 años.
Los hospitales con mayor cantidad de muertes fueron el Luis E. Aybar
(DN) (32), José María Cabral y Báez, de Santiago (27), Maternidad
Nuestra Señora de la Altagracia (DN) (19) y el Antonio Musa, en San
Pedro de Macorís (10).
De igual modo, el 20 % de estas muertes corresponden a mujeres entre
13 y 19 años, el 45.71 % a mujeres entre 20 y 29 años y el 33.14 % de
las mujeres entre 30 y 40 años (Observatorio de ejercicio ciudadano de
las mujeres, 2012).
Según UNICEF, “a pesar de la reducción experimentada en la última
década, la tasa de mortalidad infantil sigue siendo alta en un contexto de
atención prenatal y parto institucional casi universal”. La estimación de la
Encuesta de Demografía y Salud (ENDESA) de 2011 indica que los valores
de esta tasa bajaron de 178 en 2002 a 159 por 100,000 nacidos vivos en
2007. Además, se estima que en 2011 esta tasa ha bajado a 150.
De acuerdo con los datos del SINAVE:
[…] se observa una tendencia a la reducción de 133.4 en 2010 a 126.5
por 100,000 nacidos vivos en 2011. No obstante, la mortalidad
materna se mantiene por encima del promedio en los países de
América Latina y el Caribe que es de 80 por cada 100,000 nacidos
vivos. Existe una estrecha relación entre la mortalidad materna e
infantil: en los países donde existen altas tasas de mortalidad materna
también se registran elevadas tasas de mortalidad neonatal (UNICEF,
2013: 45).
El Informe de Seguimiento al Cumplimiento de los Objetivos del
Milenio de 2010 plantea que el país no logrará reducir en 75 % la tasa de
mortalidad materna porque esto implicaría obtener una tasa inferior a 47
por 100,000 en 2015. (UNICEF, 2013: 73). Es difícil obtener la meta,
debido a que requeriría un descenso superior al 14 % anual en promedio,
lo que disiente con los datos históricos y actuales de ese proceso en el
país. El informe explica que “a partir de 1991 este ritmo anual de
descenso ha sido de un 1 % y en el período de mayor disminución fue de
3.3 %” (UNICEF, 2013: 73). De seguir esta tendencia será difícil alcanzar
las metas del ODM, específicamente con el aumento de embarazos en
adolescentes.
4. Población femenina y fecundidad adolescente
De acuerdo con los datos de ONE (2008), de las 2,233,850 mujeres en
edad reproductiva del grupo etario de 15 a 49 años, 420,150 son
adolescentes entre 15 y 19 años. Esta cifra representa el 18 % del total.
El 71 % de las madres adolescentes tiene un solo hijo y solo el 29 % tiene
entre dos y cuatros hijos. La tasa de fecundidad es proporcional a las
condiciones de pobreza: a mayor pobreza más alta es la tasa y mientras
más temprano ocurren los embarazos más tiende a perpetuarse el ciclo
de pobreza.
4.1. Fecundidad en adolescentes por zonas geográficas
Los estilos de vida que implican las actividades políticas, sociales,
culturales y económicas de las poblaciones están marcados por los lugares
de residencia. Las grandes ciudades que aglutinan las mayores cuantías
de recursos de salud y los más elevados ingresos pueden crear
desigualdad con las ciudades que no reciben igual o similar cantidad de
recursos. Es el caso de las adolescentes de las zonas rurales, que no
tienen los mismos niveles de desarrollo que las urbanas, zonas en las que
prima la falta de oportunidades laborales y de educación, lo que se
traduce en una mayor probabilidad de embarazo.
En ese sentido, las principales causas encontradas en la prevalencia de
embarazos en la zona rural del país son: (1) menor probabilidad de acceso
a los centros educativos, (2) desinformación sobre su salud sexual y
reproductiva, (3) creencias erróneas y saberes populares, propios de cada
zona.
De acuerdo con resultados de la Oficina Nacional de Estadísticas, en 2008
la zona rural presentó un 20.1 % de embarazos en adolescentes y la
urbana 14.8 % (ONE; 2008). De igual forma, el boletín Panorama
Estadístico (ONE, 2011) indica que el mayor porcentaje de madres
adolescentes o que han tenido algún embarazo se concentra en las áreas
rurales (26 %), mientras que la zona urbana asume el 18.3 %. Las cifras
presentan un incremento muy similar en ambas zonas.
4.2. Embarazos en adolescentes
En un trabajo realizado en 2011, la Encuesta Demográfica de Salud
(ENDESA) indicó que la tasa general de fecundidad del país disminuyó de
modo constante durante varios quinquenios: de 130 nacimientos por cada
mil mujeres en 1986, descendió a 86 en 2007. No obstante, para 2002
este indicador subió a 116 y experimentó un descenso durante el
quinquenio siguiente, cuando bajó a 92. Sin embargo, la cifra continúa
expresándose muy por encima de la media mundial y de la región (ONE,
2011).
Según la ENDESA, madres adolescentes son las del grupo etario de 15 a
19 años de edad que han tenido al menos un hijo nacido vivo. Otro dato
a destacar se refiere a aquellas que al momento de ser encuestadas
estaban embarazadas de su primer hijo. “La suma de estas dos categorías
muestra que desde hace poco más de una década, de cada cien jóvenes
dominicanas de 15 a 19 años, más de veinte ya son madres o han estado
alguna vez embarazadas” (ONE, 2011). Sería importante establecer el
número de embarazadas en la adolescencia temprana que abarca las
edades de 10 a 13, categoría adoptada en la Asamblea 42 de la
Organización Mundial de la Salud (la media se ubica en el grupo de 14 a
17 años y la tardía entre 18-19).
Un documento presentado por UNICEF (2012) con apoyo del MEPyD y el
Consejo Nacional de la Niñez (CONANI), indica que el 22.1 % de las
jóvenes en República Dominicana entre 15 y 19 años tiene al menos un
hijo. Señala además, que el 33.2 % de las adolescentes y mujeres jóvenes
de las familias más pobres se habían embarazado antes de cumplir 20
años. De acuerdo con UNICEF, delante de República Dominicana solo se
encuentran Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Honduras. Sin embargo, en
2013 se revelaron informaciones que establecieron que el país ocupaba
el quinto puesto en toda América Latina.
Indudablemente, el espacio geográfico permite observar los diversos
modelos socio-económicos, históricos y culturales. De ello se percibe que
las zonas que poseen el mayor porcentaje de madres adolescentes
muestran un alto grado de analfabetismo, por lo que existe una relación
proporcional entre ambas variables (ONE, 2013). En ese sentido, los más
altos porcentajes se observaron en las provincias más pobres del país:
Azua (37 %), Pedernales (35.1 %), Bahoruco (34.9 %) y Elías Piña (30.4
%). A continuación se colocan Barahona (26.5 %), La Vega (26 %), San
José de Ocoa (25.5 %), Monte Plata (24.5 %), Peravia (24.5%) y San
Juan (24.2 %) (ONE, 2011). De acuerdo con datos de 2013, se estima
que las provincias con mayores casos son San Cristóbal, Azua y
Pedernales.
Entre aquellas provincias donde los porcentajes de madres adolescentes
son menores se encuentran el Distrito Nacional, Santo Domingo, Santiago
Rodríguez y San Pedro Macorís, con menos de 15 % de madres
adolescentes (ONE, 2011). Estas demarcaciones muestran bajos niveles
de pobreza en relación con las demás.
4.3. La atención prenatal y al parto en el país
El 99 % de las mujeres embarazadas ha recibido atención prenatal por
parte de un profesional de la salud, aunque la tasa disminuye ligeramente
en Pedernales, con un porcentaje de 94.5. En los casos de madres sin
escolaridad, hubo un 95.1 % (UNICEF, 2013).
Más del 98 % de los partos se realiza en un establecimiento de salud y
por profesionales de la salud. En las zonas rurales este porcentaje
disminuye levemente al 96 %, así como en Pedernales (86 %), Elías Piña
(84 %) y en madres sin escolaridad (89.2 %). Entre las causas
multifactoriales de los embarazos se destacan: falta de educación,
violaciones por parte de familiares cercanos, bajo grado escolar y la
deserción escolar (UNICEF, 2013).
4.4. Mortalidad materna en adolescentes
De acuerdo con UNICEF (2013), la correlación existente entre la incidencia
del embarazo en adolescentes y el nivel de ingreso es muy fuerte. El 33.2
% de las adolescentes y mujeres jóvenes de las familias más pobres se
habían embarazado antes de cumplir los 20 años, en comparación con el
11.6 % en el más rico. Del mismo modo, el 42.7 % de las adolescentes
que se había embarazado no tenían instrucción o solo había alcanzado
algún grado del nivel básico.
Los Objetivos del Milenio para República Dominicana plantean una
reducción de 75 % en la tasa de mortalidad materna entre 1990 y 2015,
de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) en la República Dominicana. En este sentido, un estudio
cualitativo realizado por Juan Montero acerca de la mortalidad materna
realizado en puntos específicos del país establece:
Las muertes maternas están vinculadas con un conjunto de factores
de tipos económicos y sociales que incide en el desarrollo integral de
las mujeres: nivel educativo, situación económica, conducta
reproductiva, historial clínico, nivel de acceso y calidad de los servicios
de salud recibidos –en especial los de atención materna y planificación
familiar. En este sentido, el fallecimiento por causas vinculadas a los
procesos de gestación (embarazo, parto y puerperio) constituyen un
indicador del grado de desarrollo sanitario, cultural y económico de
las poblaciones (2012).
Montero continúa explicando las principales causas de muertes maternas:
Las principales causas de muertes maternas en República
Dominicana, según los registros del Sistema de Vigilancia
Epidemiológica (SINAVE), son del tipo obstétricas directas, vinculadas
a los niveles de calidad y atención médica a los cuales las mujeres en
proceso de gestación están en capacidad de acceder. En promedio, el
porcentaje de estos fallecimientos durante el período 1998-2011, fue
de 71.3 %. Las complicaciones registradas fueron toxemia,
hemorragias y complicaciones en puerperio, entre otras. De igual
forma, los registros del SINAVE indican que el 70.6 % de las muertes
maternas ocurridas en el país en los últimos quince años pudo ser
evitado (2012).
Las principales causas de mortalidad en las adolescentes a escala mundial
son las hemorragias y las infecciones. De igual manera, los abortos son
más frecuentes en las jovencitas embarazadas con menos de 19 años
(Torres, 2012).
En 2013, Milcíades Albert, presidente de la Sección RD del Colegio
Americano de Obstetras y Ginecólogos, reveló que el 99 % de las muertes
maternas que se registran en el país se produce en los hospitales públicos,
por lo que el embarazo y el parto siguen siendo una razón de temor de
las mujeres dominicanas (Pantaleón, 2013)
Al referirse a la mortalidad materna, Albert reveló que en el país hay un
100 % de asistencia profesional y vigilancia del embarazo, y que la tasa
ronda cifras de 106 por cada 100,000 nacidos vivos.
5. Mujer y educación. Las políticas educativas establecidas en el
marco de la Constitución dominicana y los acuerdos
El artículo 63 de la Constitución dominicana de 2010 establece que “toda
persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente,
en igualdad de condiciones y oportunidades”.
La Ley Orgánica de Educación, núm. 66-97, señala que el Ministerio de
Educación (MINERD) es la encargada de regular la educación básica,
media y los organismos descentralizados, para efectuar los diversos
planes y proyectos y los programas técnicas y mecanismos que
proporcionan y posibilitan el proceso de formación educativa dominicana.
Respecto a los compromisos internacionales asumidos en materia
educativa, de acuerdo con la Conferencia Mundial sobre Educación para
Todos, los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el art. 101 de la Convención
para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer
(CEDAW) y la Plataforma de Acción de Beijing para lograr un saludable
desarrollo democrático de la sociedad dominicana y garantizar la
implementación de una educación no sexista.
5.1. Modalidad básica y media
Según datos ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadística (ONE, 2012),
en el período escolar 2011-2012 hubo una matrícula femenina de
2,587,010 estudiantes. De esta cifra, 2,080,198, corresponden a la
población urbana, mientras que 506,812 a la población rural.
En la tercera meta de los Objetivos del Milenio (ODM) se encuentra como
término principal eliminar las desigualdades entre los sexos en la
enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para 2005, y en todos
los niveles de la enseñanza, a más tardar en 2016. En la medición del
Índice de Paridad de Género (IPG) según la modalidad, en una relación
entre niñas y niños de la enseñanza primaria (básica), secundaria y
superior, se construye un intervalo entre 1.02 y 0.842 como rango de
normalidad. En 2010, la enseñanza primaria obtuvo un IPG de 0.94,
mientras que en 2011, estuvo en 0.92; en 2012 fue de 0.9 y en 2013 de
0.92.
La educación secundaria presenta valores del IPG ligeramente superiores:
en 2010: 1.11; 2011: 1.1; 2012: 1.08 y 2013: 1.1. En tanto, en la
enseñanza superior, el IPG de 2010 fue de 1.72, en 2011 fue de 1.59,
mientras que en 2012 fue de 1.49 y en 2013, de 1.41 (ODM, 2010,
República Dominicana).
5.2. Modalidad técnica y universitaria
Pineda y Arango (2011) indicaron que las mujeres estén
subrrepresentadas en casi todas las carreras de ingeniería y resaltaron
que solo el 6 % de ellas estudia Ingeniería Electromecánica, frente al 94
% de los hombres3.
Notas
1. El artículo 134 de la Constitución dominicana promulgada el 26 de enero de 2010
designa las secretarías de Estado como ministerios. En apego a esa normativa
constitucional, el 8 de febrero siguiente el Poder Ejecutivo emitió el Decreto núm. 56,
mediante el cual, 19 secretarías pasaron a identificarse como ministerios.
2. La meta es de 1.
4. Un índice mayor a 1 significa que hay mayor número de niñas que niños en el nivel
calculado y mayor número de niños que niñas cuando el índice es menor que 1. No
obstante, se considera que un país ha alcanzado la paridad en la educación, cuando el
índice se encuentra entre 0.97 y 1.03, considerándose lo ideal 1.0.
ADALBERTO DE LA ROSA
El Director Nacional de Estadística, Pablo Tactuk, dijo que el informe es el resultado del
trabajo de un equipo de hombres y mujeres que integran el Departamento de Encuestas y el
Departamento de Investigaciones.
Manifestó que son insumos para el rediseño de políticas públicas que beneficien a sectores
claves de la sociedad.
“Indudablemente nuestra institución cada día se acerca más a su meta: ser reconocida en el
año 2018 como fuente fundamental de las estadísticas oficiales, y como referente técnico del
Sistema Estadístico Nacional, por la excelencia de calidad en sus productos y servicios”, dijo
Tactuk.
El estudio revela que Las carreras más cursadas entre las personas con estudios
universitarios son: Contabilidad (12.2%), Educación (11.5%), Administración de empresas
(9%) y Derecho (8.9%). Las carreras con menos porcentaje de personas que las han cursado
son: Comunicación y Publicidad (2.5%), Ciencias sociales y Humanidades.
Estadísticas
De acuerdo con ENHOGAR 2015, la zona del país que tiene mayor porcentaje de personas
con estudios universitarios es la región del Cibao (34.4%), seguida de la provincia Santo
Domingo (25.1%), la región de Valdesia (10.6%), la región Este (10.4%), el Distrito Nacional
(10.2%) y la región Suroeste (9.3%). El mayor porcentaje de mujeres con estudios
universitarios se encuentra en los grupos de edad entre los 15 a 19 años (63.4%), seguido por
el grupo de 25 a 29 años (63.3%), y de 20 a 24 años (62.2%).
Aumento de la criminalidad
Delincuencia
Pérdida de valores
¿Se nos enseña a luchar por mejoras salariales, preparación académica? ¿y la concientización y
modificación de la conducta? ¿Para cuándo?
¿Es que la cultura del machismo y poderío del hombre no se puede cambiar?