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LA FÍSICA A PARTIR DE NEWTON

Isaac Newton nació en las primeras horas del 25 de diciembre de 1642 (4 de enero de 1643,
según el calendario gregoriano), (nacido el año que murió Galileo) en la pequeña aldea de
Woolsthorpe, en el Lincolnshire.

Fue un muchacho «sobrio, silencioso, meditativo», que prefirió construir utensilios, para que
las niñas jugaran con sus muñecas, a compartir las diversiones de los demás muchachos,
según el testimonio de una de sus compañeras femeninas infantiles, quien, cuando ya era
una anciana, se atribuyó una relación sentimental adolescente con Newton, la única que se
le conoce con una mujer.

Su inicial indiferencia por los estudios, surgida probablemente de la timidez y el retraimiento,


se cambió en feroz espíritu competitivo que le llevó a ser el primero de la clase, a raíz de una
pelea con un compañero de la que salió vencedor.

Newton gozó de buena salud hasta los últimos años de su vida; a principios de 1722 una
afección renal lo tuvo seriamente enfermo durante varios meses y en 1724 se produjo un
nuevo cólico nefrítico. En los primeros días de marzo de 1727 el alojamiento de otro cálculo
en la vejiga marcó el comienzo de su agonía: Newton murió en la madrugada del 20 de
marzo, tras haberse negado a recibir los auxilios finales de la Iglesia, consecuente con su
aborrecimiento del dogma de la Trinidad.

La obra de Isaac Newton representa una de las mayores contribuciones a la ciencia


realizadas nunca por una persona. Entre otras cosas, Newton dedujo la ley de la gravitación
universal, inventó el cálculo infinitesimal y realizó experimentos para estudiar la naturaleza de
la luz y el color.

A partir de 1665, cuando tenía 23 años, Newton desarrolló los principios de la mecánica,
formuló la ley de la gravitación universal, separó la luz blanca en sus colores constituyentes e
inventó el cálculo diferencial e integral. Las contribuciones de Newton cubrieron una gama
muy amplia de fenómenos naturales. Por ejemplo, demostró que tanto las leyes de Kepler
sobre el movimiento planetario como los descubrimientos de Galileo sobre la caída de los
cuerpos se deducen de la segunda ley del movimiento (segunda ley de Newton) combinada
con la ley de la gravitación. Newton también logró explicar el efecto de la Luna sobre las
mareas, así como la precesión de los equinoccios.

EL DESARROLLO DE LA MECÁNICA

Antes de la época de Galileo, la mayoría de los pensadores o filósofos sostenía que se


necesitaba alguna influencia externa o "fuerza" para mantener a un cuerpo en movimiento.
Se creía que para que un cuerpo se moviera con velocidad constante en línea recta
necesariamente tenía que impulsarlo algún agente externo; de otra manera, "naturalmente"
se detendría. Fue el genio de Galileo el que imaginó el caso límite de ausencia de friccion e
interpretó a la fricción como una fuerza, llegando a la conclusión de que un objeto continuará
moviéndose con velocidad constante, si no actúa alguna fuerza para cambiar ese
movimiento.

Las tres leyes de Newton del movimiento son las llamadas leyes clásicas del movimiento.
Ellas iluminaron por 200 años el conocimiento científico y no fueron objetadas hasta
que Albert Einstein desarrolló la teoría de la relatividad en 1905.

El posterior desarrollo de la física debe mucho a las leyes del movimiento o leyes de Newton,
especialmente a la segunda, que afirma que la fuerza necesaria para acelerar un objeto es
igual a su masa multiplicada por su aceleración. Si se conocen la posición y velocidad
iniciales de un cuerpo, así como la fuerza aplicada, es posible calcular las posiciones y
velocidades posteriores aunque la fuerza cambie con el tiempo o la posición; en esos casos
es necesario aplicar el cálculo infinitesimal de Newton. La segunda ley del movimiento
también contiene otro aspecto importante: todos los cuerpos tienen una propiedad intrínseca,
su masa inercial, que influye en su movimiento. Cuanto mayor es esa masa, menor es la
aceleración que adquiere cuando se aplica una fuerza determinada sobre el cuerpo. Hoy
sabemos que esta ley es válida siempre que el cuerpo no sea extremadamente pequeño,
grande o rápido. La tercera ley de Newton, que afirma que “a cada fuerza de acción
corresponde una fuerza de reacción igual y opuesta”, podría expresarse en términos
modernos como que todas las fuerzas entre partículas se producen en pares de sentido
opuesto, aunque no necesariamente situados a lo largo de la línea que une las partículas.

PRIMERA LEY O LEY DE LA INERCIA

La primera ley de Newton, conocida también como Ley de inercia, nos dice que si sobre un
cuerpo no actúa ningún otro, este permanecerá indefinidamente moviéndose en línea recta
con velocidad constante (incluido el estado de reposo, que equivale a velocidad cero).

Como sabemos, el movimiento es relativo, es decir, depende de cual sea el observador que
describa el movimiento. Así, para un pasajero de un tren, el interventor viene caminando
lentamente por el pasillo del tren, mientras que para alguien que ve pasar el tren desde el
andén de una estación, el interventor se está moviendo a una gran velocidad. Se necesita,
por tanto, un sistema de referencia al cual referir el movimiento. La primera ley de Newton
sirve para definir un tipo especial de sistemas de referencia conocidos como Sistemas de
referencia inerciales, que son aquellos sistemas de referencia desde los que se observa que
un cuerpo sobre el que no actúa ninguna fuerza neta se mueve con velocidad constante.

En realidad, es imposible encontrar un sistema de referencia inercial, puesto que siempre


hay algún tipo de fuerzas actuando sobre los cuerpos, pero siempre es posible encontrar un
sistema de referencia en el que el problema que estemos estudiando se pueda tratar como si
estuviésemos en un sistema inercial. En muchos casos, suponer a un observador fijo en la
Tierra es una buena aproximación de sistema inercial.

SEGUNDA LEY O PRINCIPIO FUNDAMENTAL DE LA DINÁMICA

La Primera ley de Newton nos dice que para que un cuerpo altere su movimiento es
necesario que exista algo que provoque dicho cambio. Ese algo es lo que conocemos
como fuerzas. Estas son el resultado de la acción de unos cuerpos sobre otros.

La Segunda ley de Newton se encarga de cuantificar el concepto de fuerza. Nos dice que la
fuerza neta aplicada sobre un cuerpo es proporcional a la aceleración que adquiere dicho
cuerpo. La constante de proporcionalidad es la masa del cuerpo, de manera que podemos
expresar la relación de la siguiente manera:
F=ma
Tanto la fuerza como la aceleración son magnitudes vectoriales, es decir, tienen, además de
un valor, una dirección y un sentido.

La unidad de fuerza en el Sistema Internacional es el Newton y se representa por N.


Un Newton es la fuerza que hay que ejercer sobre un cuerpo de un kilogramo de masa para
que adquiera una aceleración de 1 m/seg2, o sea,
1 N = 1 Kg · 1 m/seg2
La expresión de la Segunda ley de Newton es válida para cuerpos cuya masa sea constante.
Si la masa varia, como por ejemplo un cohete que va quemando combustible, no es válida la
relación F = m · a. Vamos a generalizar la Segunda ley de Newton para que incluya el caso
de sistemas en los que pueda variar la masa.

Para ello primero vamos a definir una magnitud física nueva. Esta magnitud física es
la cantidad de movimiento que se representa por la letra p y que se define como el producto
de la masa de un cuerpo por su velocidad, es decir:
p=m·v
La cantidad de movimiento también se conoce como momento lineal (momentum). Es una
magnitud vectorial y, en el Sistema Internacional se mide en Kg·m/seg . En términos de esta
nueva magnitud física, la Segunda ley de Newton se expresa de la siguiente manera:
La Fuerza que actúa sobre un cuerpo es igual a la variación temporal de la cantidad de
movimiento de dicho cuerpo, es decir,
F = dp/dt
Otra consecuencia de expresar la Segunda ley de Newton usando la cantidad de movimiento
es lo que se conoce como Principio de conservación de la cantidad de movimiento. Si la
fuerza total que actúa sobre un cuerpo es cero, la Segunda ley de Newton nos dice que:
0 = dp/dt
es decir, que la derivada de la cantidad de movimiento con respecto al tiempo es cero. Esto
significa que la cantidad de movimiento debe ser constante en el tiempo (la derivada de una
constante es cero). Esto es el Principio de conservación de la cantidad de movimiento: si la
fuerza total que actúa sobre un cuerpo es nula, la cantidad de movimiento del cuerpo
permanece constante en el tiempo.

TERCERA LEY O PRINCIPIO DE ACCIÓN – REACCIÓN

Tal como comentamos en al principio de la Segunda ley de Newton las fuerzas son el
resultado de la acción de unos cuerpos sobre otros.

La tercera ley, también conocida como Principio de acción y reacción nos dice que si un
cuerpo A ejerce una acción sobre otro cuerpo B, éste realiza sobre A otra acción igual y de
sentido contrario.

Esto es algo que podemos comprobar a diario en numerosas ocasiones. Por ejemplo,
cuando queremos dar un salto hacia arriba, empujamos el suelo para impulsarnos. La
reacción del suelo es la que nos hace saltar hacia arriba.

Cuando estamos en una piscina y empujamos a alguien, nosotros también nos movemos en
sentido contrario. Esto se debe a la reacción que la otra persona hace sobre
nosotros, aunque no haga el intento de empujarnos a nosotros.

Hay que destacar que, aunque los pares de acción y reacción tenga el mismo valor y
sentidos contrarios, no se anulan entre si, puesto que actúan sobre cuerpos distintos.

La contribución más específica de Newton a la descripción de las fuerzas de la naturaleza


fue la explicación de la fuerza de la gravedad.

Preparado por HECTOR ALONSO MELGAREJO

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