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La Iglesia católica (en latín: Ecclesia Catholica) es la Iglesia cristiana más numerosa. Está
compuesta por 24 Iglesias sui iuris: la Iglesia latina y 23 Iglesias orientales, que se
encuentran en completa comunión con el papa y que en conjunto reúnen a más de 1200
millones de fieles.
La Iglesia católica sostiene que en ella subsiste la única Iglesia fundada por Cristo,
encomendada por él al apóstol Pedro, a quien le confió su difusión y gobierno junto con los
demás apóstoles. Por ello, se considera a sí misma como un «sacramento», un «signo e
instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano».
A la Iglesia católica pertenecen todos los bautizados según sus ritos propios y que no hayan
realizado un acto formal de apostasía. Según los datos del Anuario
Pontificio de 2017 referentes al año 2015, el número de bautizados miembros de la Iglesia
es de 1 285 millones, el 17,7 % de la población mundial. Se trata de una comunidad
cristiana que se remonta a Jesús y a los doce apóstoles, por medio de una sucesión
apostólica nunca interrumpida, también compartida con la Iglesia ortodoxa.
Etimología
La palabra «iglesia» significa «convocación». Proviene del latín tardío ecclesĭa y este
del griego ἐκκλησία, ekklēsía, que significa propiamente «asamblea» y que procede del
verbo ἐk-kαλεῖν, ek-kalein, «llamar fuera».
Designa a las asambleas del pueblo, que mayoritariamente tenían un carácter religioso. Es
el término frecuentemente utilizado en el texto griego del Antiguo Testamento para
designar la asamblea del pueblo elegido en la presencia de Dios, sobre todo cuando se trata
de la asamblea del Sinaí, en donde el pueblo de Israel recibió la ley y fue constituido por
Dios como su pueblo santo. La primera comunidad cristiana, otorgándose a sí misma el
nombre de "Iglesia", se consideró heredera de aquella asamblea. Por tanto, según la
creencia católica, con dicho término se designa al pueblo convocado y reunido por Dios
desde todos los confines del mundo para formar la asamblea de todos aquellos que, por
la fe y el Bautismo, han sido hechos hijos de Dios, miembros de Cristo y templo del
Espíritu Santo.
El término «católico», por su parte, proviene del latín tardío catholĭcus, que a su vez
procede del griego καθολικός, katholikós, que significa «universal». Ignacio de
Antioquía brinda en su Carta a los esmirniotas, escrita hacia el año 110, el testimonio más
antiguo de este adjetivo como calificativo de la Iglesia: “Donde está el obispo está la
comunidad, así como donde está Cristo Jesús está la Iglesia católica.” Ignacio de
Antioquía, Ad Smyrn. 8, 2
En una epístola dirigida al novacianista Simpronio, Paciano de Barcelona (siglo iv) justificó
la aplicación del nombre de «católicos» a sus correligionarios del pasado y del presente, y
llegó a expresar: Christianus mihi nomen est, catholicus cognomen («Cristiano es mi
nombre, católico es mi apellido») (Epistula 1, 4). En la misma carta, Paciano destacó la
unidad de la Iglesia católica en contraste con la diversidad de grupos minoritarios de su
tiempo, varios de las cuales tomaron los nombres de sus fundadores, cuyas doctrinas
diferían de la línea de pensamiento eclesial
(ebionitas, marcionitas, valentinianos, apolinaristas, montanistas y novacianistas).
El vocablo «catolicismo» se usa por lo general para hacer alusión a la experiencia religiosa
compartida por las personas que viven en comunión con la Iglesia católica. Así, se refiere
habitualmente tanto a las creencias de la Iglesia católica como a su comunidad de fieles.
Según una larga tradición, existen además otros términos para referirse a la Iglesia católica,
tales como Sacramento de Cristo, Pueblo de Dios, Cuerpo místico de Cristo, Esposa de
Cristo, Jerusalén de arriba, Edificación de Dios, Barca de Pedro o Nave de salvación
Características
La Iglesia católica se concibe a sí misma como la única Iglesia fundada por Cristo, y por
tanto, la única auténtica frente a las demás iglesias y denominaciones cristianas que han
surgido históricamente después de ella.
Los católicos profesan su fe en los cuatro atributos (o notas) de la Iglesia recitando el Credo
de los Apóstoles o el Credo Niceno-Constantinopolitano. Las notas de la Iglesia son dogma
de fe, estas son según la enseñanza oficial:
Unidad: La Iglesia es "una" debido a su origen, Dios mismo. Dios es uno según la
doctrina católica. Es una debido a su Fundador, Cristo. El apóstol San Pablo, en su
Primera Carta a los Corintios, hace referencia a la Iglesia como "Cuerpo de
Cristo": Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que
sean las partes, todas forman un solo cuerpo. En otra carta, también Pablo enseña
sobre este atributo: Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en
el mismo espíritu. Un solo cuerpo y un mismo espíritu, pues ustedes han sido
llamados a una misma vocación y una misma esperanza. Un solo Señor, una sola
fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos,
que actúa por todos y está en todos. Cristo mismo enseña y ruega por esta unidad de
su Iglesia: Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos
también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Santidad: la Iglesia católica, a pesar de los pecados y faltas de cada uno de sus
miembros que aún peregrinan en la Tierra, es en sí misma "santa" pues "Santo" es
su fundador y "santos" son sus fines y objetivos. Asimismo, es santa mediante sus
fieles, ya que ellos realizan una acción santificadora, especialmente aquellos que
han alcanzado un alto grado de virtud y han sido canonizados por la misma Iglesia.
La Iglesia católica contiene la plenitud de los medios de santificación y salvación.
Es Santa porque sus miembros están llamados a ser santos.
Estos atributos se encuentran en todas las Iglesias particulares que engloba la Iglesia
católica, que son las Iglesias particulares de la Iglesia latina (con ritos latinos) y las Iglesias
católicas orientales (con ritos orientales); todas ellas tienen en común los mencionados
atributos o características esenciales y la autoridad suprema del Sumo
Pontífice como vicario de Cristo en la Tierra.
Doctrina
La doctrina fundamental para la Iglesia católica se encuentra en el Credo, que recoge las
fórmulas de fe elaboradas en los primeros concilios de la historia. El Credo encuentra una
explicación sistemática en el Catecismo de la Iglesia católica, aprobado en 1992 por Juan
Pablo II.
Una característica sobresaliente y genuina para distinguir a los católicos de los demás
grupos cristianos es su aceptación de todos los concilios ecuménicos de la historia (desde
el Concilio de Nicea I hasta el Concilio Vaticano II).
También es notable la posición que ocupa el obispo de Roma. Este recibe el título de papa y
se le considera no solo obispo de su diócesis sino jefe de la Iglesia católica entera, es
decir, Pastor y Doctor de todos los cristianos debido a que es considerado el sucesor
de San Pedro. Su elección ha ido variando a lo largo de la historia; desde el siglo xi es
elegido por el colegio cardenalicio en el cónclave. El papa hasta el día 28 de
febrero de 2013 fue Benedicto XVI, el 265.º de la historia. Anunció la renuncia al
pontificado el día 11 del mismo mes. Actualmente ostenta el título honorífico de papa
emérito. El 13 de marzo del 2013 fue elegido como sumo pontífice y obispo de Roma el
hasta entonces arzobispo de la ciudad de Buenos Aires, cardenal primado, Jorge Mario
Bergoglio quien eligió el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís.
Según la doctrina católica, la Salvación del alma se obtiene por medio de la fe en Jesucristo
y de las buenas obras, lo que constituye un punto diferencial clave con otros grupos
cristianos como los Protestantes y Evangélicos, los cuales predican que solamente la fe en
Jesucristo es necesaria para la salvación del alma, siendo las obras una consecuencia de
esta.
Mandamientos de la Iglesia
2. Confesar los pecados mortales al menos una vez cada año, y en peligro de muerte, y
si se ha de comulgar.
Sacramentos[editar]
Para la Iglesia católica, los sacramentos son signos eficaces de la gracia de Dios,nota 8
celebrados bajo ritos visibles, que fueron instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia,
mediante los cuales se dispensa la vida divina a todas personas que los reciben con la
disposición adecuada.46
Eucaristía: Este sacramento culmina la iniciación cristiana. Los que han sido
elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más
profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la
Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio mismo del Señor.
Cabe mencionar que para el catolicismo la Eucaristía no representa un símbolo sino que es
Jesucristo mismo con su cuerpo, sangre, alma y divinidad presentes en la Eucaristía.
Sacramentos de curación
Unción de los enfermos: Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de
los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y
glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la
pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios" (LG 11).
Es el único sacramento que solo puede ser recibido por los hombres.
Organización
Algunos territorios, sin llegar a considerarse diócesis, funcionan en la práctica como tales:
son las prelaturas y abadíasterritoriales, regidas por un prelado o un abad, respectivamente.
Actualmente, existen 42 prelaturas territoriales, casi el 80% de ellas en América
Latina (sobre todo en Brasil y Perú), y 11 abadías territoriales, más de la mitad en Italia, así
como 1 prelatura personal (la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei), con sede en Italia,
36 ordinariatos militares, 9 ordinariatos orientales (3 de rito armenio y 6 para fieles de ritos
orientales que se encuentran en territorios sin eparca (obispo) de su propio rito) y
3 ordinariatos personales para los fieles convertidos del anglicanismo (católicos de rito
anglicano): Cátedra de San Pedro en los Estados Unidos y Canadá, Nuestra Señora de
Walsingham en el Reino Unido y Nuestra Señora de la Cruz del Sur en Australia.
Los territorios en donde la organización de la Iglesia aún no es suficiente para erigir una
diócesis (o una eparquía) son dirigidos por un vicario (o exarca) y son
llamados vicariatos (o exarcados) apostólicos; actualmente existen 88 vicariatos apostólicos
(sobre todo en América; pero también en África y Asia) y 18 exarcados apostólicos (sobre
todo en Europa y América; pero también en Asia y África). Si la organización es muy
incipiente, se erigen prefecturas apostólicas (actualmente existen 39, casi las tres cuartas
partes en China). Por razones graves, se erigen administraciones apostólicas estables
(actualmente existen 8, en Europa y Asia); además, existe la Administración Apostólica
Personal de San Juan María Vianney, en Brasil (diócesis de Campos), para los fieles que se
adhieren al "rito romano extraordinario" o Misa tridentina. En los territorios en que la
Iglesia aún no ha penetrado oficialmente, se organizan misiones independientes sui
iuris (actualmente existen 8).
El gobierno de la Iglesia católica reside en los obispos, a quienes ayudan los sacerdotes:
Los obispos: se encargan de cada diócesis. Son ayudados por los presbíteros y los
diáconos. Ningún obispo, aunque haya sido nombrado cardenal, tiene autoridad
sobre otro, sino que cada uno depende directamente del papa.
El concilio ecuménico: asamblea de todos los obispos del mundo presidida por el
papa, es convocado cuando hay que tomar las decisiones más importantes, en
materia de fe (dogmas) y de moral.
6 Asambleas de Ordinarios.
Congregaciones y órdenes
Las congregaciones y órdenes religiosas son establecidas conforme a los tres votos básicos
de pobreza, castidad y obediencia. El origen de cada una se explica, según los católicos, por
una inspiración dada al fundador, que debe ser reconocida como auténtica por las
autoridades jerárquicas. Tal inspiración o carisma se concreta en constituciones que valen
solo si son aprobadas por las autoridades jerárquicas, y según las cuales deben vivir los
miembros de cada orden o congregación. Después del renacimiento, los nuevos
movimientos fundados dejan de recibir el nombre orden y se llaman congregaciones. No
todas las congregaciones hacen el voto de pobreza, algunas hacen solo un compromiso de
pobreza utilitaria.
Son consideradas iglesias sui iuris y están en un plano de igualdad con el rito latino, como
afirmó el Concilio Vaticano II a través del documento Orientalium Ecclesiarum. Los fieles
de estas iglesias están fuera de las jurisdicciones de los obispos latinos, excepto en los casos
en los que no tengan una jurisdicción propia. De la misma manera los católicos latinos
están fuera de las jurisdicciones de los obispos orientales, excepto en Eritrea, país donde no
existe jerarquía latina, en parte de Etiopía, en las diócesis siro-malabares que están fuera del
estado de Kerala en la India y en algunas parroquias de las eparquías ítalo-albanesas de
Italia.
La organización eclesial de las iglesias orientales católicas está gobernada por el Código de
Cánones de las Iglesias Orientales, promulgado por el papa Juan Pablo II el 18 de octubre
de 1990, que entró en vigor el 1 de octubre de 1991.
Las Iglesias patriarcales eligen su propio patriarca a través de su Sínodo patriarcal, el cual
luego de ser elegido es inmediatamente proclamado y entronizado sin intervención del
papa, a quien luego le remite la comunión eclesial. En su propio territorio canónico sus
obispos son elegidos por el Sínodo Patriarcal tomándolos de una lista de candidatos
previamente aprobada por la Santa Sede. También los santos Sínodos pueden erigir diócesis
dentro de su territorio canónico, pero no en zonas de rito latino.
La iglesia bielorrusa es la más floreciente de las tres, pero debido a las diferencias con
el Patriarcado Ortodoxo de Moscú, la Santa Sede no le ha nombrado aún jerarquía,
dependiendo sus fieles directamente de la Congregación para las Iglesias Orientales.
Existió una pequeña comunidad católica bizantina georgiana, pero nunca fue erigida en
iglesia ni incluida en la lista oficial de ritos orientales publicada en el Anuario Pontificio.
La Santa Sede ha erigido también seis ordinariatos para los fieles de rito oriental
desprovistos de un ordinario de su propio rito; estos ordinariatos se encargan de la atención
espiritual de católicos orientales de ritos sin jerarquía organizada en
la Argentina, Francia, Austria, Polonia, Brasil y España, dependiendo de los arzobispos
latinos de Buenos Aires, París, Viena, Varsovia, Río de Janeiro y Madrid respectivamente
HISTORIA
Edad Antigua
Además, el que el obispo de Roma llegara a tener una importancia particularmente grande,
se debió, según algunos, por motivos políticos: Roma fue la capital del Imperio Romano
hasta que el Emperador Constantino I el Grande hizo de Constantinopla la nueva capital, el
11 de mayo de 330[cita requerida]. Otros atribuyen esta importancia al hecho, reconocido
entonces por todos[cita requerida], que el obispo de Roma era sucesor de san Pedro, a quien,
según el Evangelio de Lucas 22:32, Jesús le dijo:
Más aún, hacia el año 95, Clemente de Roma (obispo de la Iglesia de Roma entre 89 y 97)
escribió una carta a la comunidad cristiana de Corinto para resolver un problema interno,
sugiriendo su primacía sobre las Iglesias particulares. En efecto, habían surgido
levantamientos contra los presbíteros-epíscopos en Corinto y Clemente, como obispo de la
Iglesia de Roma, los llamó al orden y a la obediencia a sus respectivos pastores, evocando
el recuerdo de los apóstoles Pedro y Pablo. Esa carta es la primera obra de la literatura
cristiana fuera del Nuevo Testamento de la que consta históricamente el nombre de su
autor, la situación y la época en que se escribió, y cuyas palabras manifiestan una dureza
propia del lenguaje de aquel que es consciente de su autoridad.
Algunos autores han afirmado que no hay argumentos suficientes para confirmar que Pedro
haya sido obispo en Roma. La tradición que afirma que Pedro fue a Roma y ahí murió
martirizado se basa también en esta carta de san Clemente, que menciona su martirio
(capítulo 5), en la Carta de san Ignacio de Antioquía a los Romanos ("No os mando nada,
cosa que hicieron Pedro y Pablo." – capítulo 4), y en la obra de c. 175-185 Contra las
herejías (libro III, 1.3.1) de san Ireneo de Lyon, donde dice:
Como sería demasiado largo enumerar las sucesiones de todas las Iglesias en este volumen,
indicaremos sobre todo las de las más antiguas y de todos conocidas, la de la Iglesia
fundada y constituida en Roma por los dos gloriosísimos Apóstoles Pedro y Pablo, la que
desde los Apóstoles conserva la Tradición y «la fe anunciada» (Rom. 1,8) a los hombres
por los sucesores de los Apóstoles que llegan hasta nosotros.
Edad Media
La Iglesia católica, en el siglo v, se había extendido por casi todo el territorio del Imperio
romano (desde Hispania hasta Siria, con las zonas costeras del norte de África).
Posteriormente, se realizaron misiones hacia zonas del norte de Europa, que llegaron hasta
Irlanda, Gran Bretaña, Germania, y posteriormente zonas de Escandinavia, Centroeuropa y
las poblaciones eslavas del Este. Este largo proceso abarca de los siglos V al XI. Buena
parte de estas misiones, así como el trabajo de recristianizar los territorios del antiguo
Imperio romano de Occidente, fue posible gracias a los monasterios, sobre todo a
los benedictinos.
Un hecho posterior significó la división entre numerosas Iglesias: el Gran Cisma entre sus
porciones de Occidente y Oriente (cuya Iglesia, aún denominada como "católica ortodoxa",
pasaría a ser conocida solo por esta última palabra) ocurrido en el año 1054 a causa de las
rivalidades entre los patriarcados de Roma y Constantinopla y, teológicamente, alrededor
de la cláusula Filioque.
Durante los siglos XI y XIV se produce un gran desarrollo cultural gracias a la institución
de nuevas universidades eclesiásticas, centradas sobre todo en la teología, pero también con
facultades de artes, de derecho y, en algunos lugares, de medicina.
En el siglo xiii fueron fundadas y empezaron a desarrollarse las órdenes mendicantes, que
tuvieron un gran influjo en la vida religiosa de la sociedad.
Hacia finales del siglo xiv se produjo un cisma, conocido como Cisma de Occidente, que
afectó a la Iglesia católica desde 1378 hasta 1417, y que provocó fuertes tensiones y el
surgimientos de ideas de tipo conciliaristas, según las cuales un concilio podría tener más
autoridad que el papa en algunos puntos. El conciliarismo fue condenado en el concilio V
de Letrán en 1516.
La Inquisición
El término Inquisición (latín: Inquisitio Haereticae Pravitatis Sanctum Officium) hace
referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía en el seno de la
Iglesia católica. La Inquisición medieval, de la que derivan todas las demás, fue fundada
en 1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia) para combatir las herejías de
los cátaros, albigenses y valdenses. En 1249, se implantó también en el reino de Aragón
(fue la primera Inquisición estatal). En la Edad Moderna, con la unión
de Aragón con Castilla, fue extendida a esta con el nombre de Inquisición Española (1478 -
1821), bajo control directo de la monarquía hispánica, cuyo ámbito de acción se extendió
después a América. También fueron importantes la Inquisición portuguesa (1536 - 1821) y
la Inquisición romana (1542 - 1965), conocida también como Santo Oficio. El número de
ejecutados por autoridades civiles tras ser condenados no puede determinarse con certeza,
por la existencia de numerosas lagunas en la evidencia documental. Extrapolando
detallados estudios, Pérez estima en menos de 10 000 las condenas a muerte ejecutadas en
España;.En Portugal, sobre alrededor de 23 000 casos documentados, se registran 1454
condenas a muerte en la hoguera. Estas cifras no toman en cuenta el número de muertes
causadas por la tortura o por las condiciones de encarcelamiento.
Edad Moderna
La Iglesia católica afronta profundos cambios en la Edad Moderna. Por una parte, se inicia
una expansión de las misiones hacia algunas zonas de África y Asia y hacia América desde
los viajes y conquistas de españoles y portugueses. Por otro lado, se viven fuertes tensiones
internas y un deseo profundo de reforma.
Contrarreforma