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Dios no está muerto.

Introducción
La existencia de dios es, actualmente, fuertemente cuestionada por ser una época
de incertidumbre y de nuevos avances científicos. Muchos optamos por considerar
al ateísmo más razonable que el teísmo y, en consecuencia, la comunidad religiosa
se ve reducida cada vez más, obligándoles a crear nuevos métodos de
evangelización. Es tanto su ahínco de recuperar las masas que, con ayuda de la
tecnología, crean métodos que logren llegar a todas las personas de cualquier parte
del mundo. Dichos métodos pueden ser desde grandes carteles alusivos referentes
a “milagros” o canciones religiosas, hasta películas que presentan “evidencias” de
la existencia de Dios.

La reflexión sobre la existencia de Dios plantea cuestiones filosóficas


fundamentales en relación con la ontología, e implica un debate entre diferentes
posturas, cuya expresión habitualmente no se limita al mundo de la racionalidad,
sino que se extiende al de las creencias. El teísmo y el ateísmo son las posturas
teóricas favorables y contrarias a la existencia de Dios,

Es así (con un debate) como esta película pretende mostrar que “Dios no está
muerto” con base en los argumentos de Josh Wheaton presentados en su clase de
filosofía impartida por el profesor “ateo” Jeffrey Radisson , ¿Pero, son suficientes
los argumentos presentados para concluir que “Dios no está muerto”?

Yo creo que no es así y a continuación presentaré los argumentos utilizados en la


película y cuestionare y refutare los argumentos teológicos que utiliza Josh para
probar la existencia de Dios.

Desarrollo

Argumentos teológicos Presentación 1

“En el mundo real no se ven cosas que salgan de la nada, pero los ateos quieren hacer una
excepción en esta regla, específicamente en el universo”.

“La gravedad cuántica no sólo permite que los universos se creen a partir de la nada
– dice Jack Astron, un blogger ateo –, sino que lo requiere, porque la nada es
inestable. Actualmente carecemos de una teoría física completa capaz de conectar
el mundo subatómico de la Mecánica Cuántica con el mundo cósmico de la
Relatividad General.
No es correcto recurrir a explicaciones sobrenaturales. Si bien es cierto que
necesitamos respuestas, no es menos cierto que asumirlas como ciertas sin contar
con evidencia proporcional es un camino que seguramente nos alejará de la verdad,
tal como ha ocurrido anteriormente con tantos fenómenos cuya causa se achacaba
a Dios y que ahora podemos explicar sin su intervención. Tengamos el coraje para
admitir nuestra ignorancia y sigamos buscando la respuesta a la pregunta con el
único método que ha dado resultados en el pasado: la ciencia.” Más claro
imposible.

Argumentos teológicos Presentación 2

Como el profesor Radisson dijo, Stephen Hawking es agnóstico (…) y si no soporta mi


desacuerdo con Hawking le sugiero que vaya a la página 5 de su libro (El Gran Diseño) en
donde insiste en que “la filosofía está muerta” (…) entonces, no hay necesidad de esta
clase”.

Primero, el profesor Hawking no es agnóstico, es ateo y está muy seguro de que el


universo puede crearse “de la nada, por generación espontánea”, y que la idea de
Dios “No es necesaria” para explicar su origen.

Cuando Hawking dice que la filosofía ha muerto habla de que la necesidad de un


filósofo en las ciencias físicas ya no es necesaria. Es obsoleta. El filósofo de antes
se encargaba de tratar de entender los fenómenos de la naturaleza, así como
plantear ideas y teorías sobre nuestro universo. En esas épocas era indispensable
que haya filósofos, pues ellos eran el equivalente a nuestros científicos de esta era.
Ahora la filosofía ha separado su camino con el de las ciencias naturales y estas ya
no lo necesitan (o quizás por ahora no). Ergo, la filosofía tiene trabajo en muchos
otros campos (religión, sociedad, política, ética, etc.) en los cuales los filósofos
tienen mucho por qué hacer. Pero su trabajo con las ciencias físicas ya acabó.

Argumentos teológicos Presentación 3

“Se dice que el mal es el arma más potente del ateísmo contra la fe cristiana”.

No. Usar el argumento de la maldad en el mundo contra un teísta para probar la


inexistencia de Dios es irrelevante. Considero que nosotros somos responsables de
nuestros actos. Preguntarse por qué Dios no hace nada para evitar la maldad es
una forma de querer justificar nuestros errores encomendándole a otro ser “que no
tiene nada que ver”. Concuerdo con los teístas al decir que nosotros tenemos la
potestad de decidir si hacer el bien o el mal y que está en nuestras manos hacer de
este mundo un lugar mejor. Pero para alguien que quiera usar este argumento
contra un teísta (creyendo que es sólido e irrefutable) lo más probable es que no
posea mucha información, pues en definitiva, este “argumento” no es el arma más
poderosa del ateísmo contra la fe cristiana – como dice la película

“Sin Dios no hay una razón para ser moral. No habría un estándar para el comportamiento
moral. (..) nuestras vidas, nuestras muertes no serían diferentes a la de un pez dorado”.

La moral es un tema muy delicado y bastante relativo y por ello no me remontaré a


explicar sus orígenes, además de ser una labor muy extensa, pero definitivamente
uno puede ser moral sin la necesidad de creer en un Dios. Como dijo Lawrence
Krauss “Si alguno de ustedes dejaría de creer en Dios, les pregunto, ¿Saldrían
mañana y asesinarían a su vecino?” Definitivamente (y creo que la mayoría) no lo
haría. La moral va más allá de la religión o posición ideológica, e incluso, más allá
del bien y el mal. Ella se rige de nuestros valores humanos y no distingue entre
creyentes y no creyentes; solo ve humanos. Así como existen buenos cristianos
(Martin Luther King) existen malos cristianos (Adolf Hitler); existen buenos
musulmanes (Malcom X) y existen malos musulmanes (Osama Bin Laden); existen
buenos ateos (Bill Gates) y existen malos ateos (Iósif Stalin). La religión no te hace
más ético ni un mejor humano; tus acciones sí.

Conclusión

Como vemos, muchos de los argumentos utilizados son palabreos simples


combinados con un poco de leyes físicas y muchos de ellos se basan en los vacíos
que la ciencia aun no puede resolver (origen de la vida y el universo, etc.). No me
dedique a exponer mis argumentos en su totalidad pues no considero necesario
hacerlo, solo puse lo principal. Para alguien que conoce y que lee sabe que este
largometraje es pobre en argumentos teológicos y, entonces, es muy fácil refutarlos.
Esta película, en definitiva, no destruye al ateísmo ni explica la probable existencia
de Dios.

Por ultimo tengo que destacar lo valioso de la película es que muestra la valentía
de un joven universitario de defender sus principios religiosos contra los abusos del
profesor “ateo”. Inspira a los jóvenes a NO dejarse intimidar de las personas que no
les gusta la religión y a defender su fe en público. En ese sentido, la película es una
llamada de atención a los jóvenes y también a los adultos a respetar la libertad
religiosa de los demás. ¡Yo aplaudo eso!

Sin embargo, hay que ser prudente con esa película porque polariza y exagera
a los personajes.

En la película el cristiano es simpático, amable y educado, ¡incapaz de hacer algo


malo! El ateo es oscuro, sádico e inhumano, ¡incapaz de hacer algo bueno! ¡La vida
real NO es así!
 Se ridiculiza la ciencia y eso se ve muy mal. Si es malo ridiculizar la religión,
también es malo ridiculizar a la ciencia.
 A los jóvenes se les muestra sólo interesados en la Biblia y en los temas
religiosos, ¡los jóvenes están interesados en muchas cosas!
 Lo más curioso de todo es que de alguna forma la película transmite la idea
de: Yo cristiano, soy mejor que tú, ateo. ¡Y viceversa!

Yo pienso que la película “Dios No Está Muerto” NO ayuda a un sano acercamiento


y conocimiento mutuo entre los cristianos y los ateos.

Bibliografía

http://www.elmundo.es/ciencia/2014/09/21/541dbc12ca474104078b4577.html -
Stephen Hawking: 'No hay ningún dios. Soy ateo' –

http://astrociencia-universo.blogspot.mx/2011/01/blog-post_2715.html -- El
universo se creó de la nada, no por obra divina. –

http://www.viadialectica.com/publicaciones/comunicaciones/si_dios.html -- Si Dios
no existe, ¿todo está permitido?--

http://espanol.leaderu.com/docs/apologetica/moralidad_sin_dios.htm

http://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/la-apologetica-incompleta-de-
dios-no-esta-muerto
Alusión a Así hablo Zaratrusta (1883) de Friedrich Nietzche donde dice “Dios ha
muerto” http://es.wikipedia.org/wiki/As%C3%AD_habl%C3%B3_Zaratustra

https://es.wikipedia.org/wiki/Libre_albedr%C3%ADo

http://jackrational.blogspot.mx/2015/01/116-sobre-el-respeto-las-creencias.html
La muerte de Dios de Nietzsche
La necesidad vital del ser humano por darle respuesta a todo lo que acontece en el
mundo ha sido una constante preocupación a lo largo de la historia. El ser humano
se ha visto como “ser arrojado en el mundo”, un mundo desconocido y misterioso,
y ha tenido que aprender a convivir con todos esos misterios que le rodeaban
intentando dotar de algún sentido, tanto a su propia existencia, como a la del resto
de cosas y seres que forman parte de este “su” mundo.
Una lista interminable de preguntas que brotan de la mente de los seres humanos
al tomar conciencia de lo que acontece a su alrededor, de lo que acontece en ese
mundo del que forman parte.

Difícil tarea la de aceptar que de nosotros dependa que el funcionamiento del mundo
nos sea más o menos favorable. Así que todas esas dudas y preguntas tendrán que
ser contestadas, desde un punto de vista religioso, en referencia a “otro”. Alguien
tiene que darle el sentido a nuestra propia existencia, alguien que sí posea esas
cualidades de perfección, inmortalidad, infinitud y bondad, por lo que no podrá estar
equivocado.

La angustia vital del ser humano se manifiesta en la misma existencia, y para


superarla lo único que nos queda es la firme creencia de que el sentido de todo lo
que nos viene dado, no depende de nosotros. Los sacerdotes inventan la religión,
inventan el “otro mundo”. La muerte, como parte de esa angustia, es superada en
la creencia de la otra vida, de la VIDA para los cristianos. Ésta es el preámbulo de
la “verdadera vida”. Pensar que después de esta vida existe otra mejor, es la mejor
forma para soportar lo que nos sucede.

El ser humano ligado a la religión la utiliza como criterio último de verdad. Las
religiones se pretenden como teorías que nos informan de la realidad. Es innegable
la existencia de un fenómeno religioso en la humanidad, independientemente de
sus diferentes representaciones, (Jehová, Dios, Alá,..), sin embargo éste no tiene
nada que ver con la verdad, la religión tiene su verdadera razón de ser considerada
como herramienta de cohesión y control social.

Analicemos ahora los mecanismos que la Civilización Occidental ha impuesto para


controlar la sociedad una vez que se ha dado el paso de una organización social
basada en valores teocráticos a una laica. La sociedad occidental vive regida por
un nuevo dios que se ve representado en los valores morales que impone la justicia
institucionalizada. Esos valores, algunos tomados directamente del cristianismo,
determinan la vida de los individuos, o mejor, determinan qué tipo de vida están
“condenados” a vivir.
Nietzsche decía que hay un espacio de tiempo entre el haber matado a dios y el
tomar conciencia de ese asesinato. La sociedad occidental no ha dado el paso de
matar a dios, por lo que ya no hace falta hacer alusión a un dios cristiano que todo
lo puede, ahora han venido diferentes dioses a sustituirlo. El dios-fútbol, el dios-
trabajo, el dios-moda, el dios-ocio, el dios-información, el dios-técnica… Mecanismo
indestructible ante la debilidad personal a la hora de establecer criterios propios
respecto de todo aquello que sucede. La potencia y simplismo de la Nueva Verdad
Global, difundida por las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación
es la que explica realidades que no vivimos, son creadas artificialmente para
moldearnos un pensamiento acorde a esa realidad.

Nos encontramos pues, ante una representación total de responsabilidades en la


gestión de la vida. Seguimos el esquema “trabaja para sostener el sistema”, y no te
preocupes de nada más.

Todo ello nos conduce hacia falsos atajos vitales que nos separan de manera
irremediable de aquel concepto de la paciencia de lo negativo que Hegel utilizaba
para explicar la necesaria responsabilidad en la gestión de la propia vida frente a la
delegación en proyecciones mágicas de nuestros deseos sobre la realidad que nos
envuelve.

Actualmente no hemos matado a Dios, y no solo eso, sino que hemos creado unos
más poderosos todavía, la Justicia, el Estado, el fútbol, el capitalismo, el trabajo…
si Nietzsche levantara la cabeza…

Nietzsche no creía en Dios y cuando afirma que Dios ha muerto rechaza muchas
de los razonamientos filosóficos anteriores a él, como los de Platón.

En conclusión, para Nietzsche “Dios” solamente es una palabra creada por el


hombre para dar sentido a sus vidas y obtener tranquilidad ante la muerte. En
definitiva, surge de la necesidad de tener algo seguro y duradero. Ante la
incapacidad del hombre de aceptar que vivimos en un mundo trágico creamos un
Dios que nos motive y nos ayude a aceptar la vida. Pero según Nietzsche esto hace
que la gente sea mediocre y que los buenos no brillen con luz propia. Dios y la
religión representan la realidad absoluta, lo que Nietzsche no acepta. Quizás una
verdad puede ser cierta en su propio ecosistema.

Con la afirmación de la muerte de Dios Nietzsche pretende que cada hombre forje
su propio camino.

Aquí es donde aparece el superhombre, se trata de una persona que está por
encima los valores básicos del cristianismo (el bien y el mal). Para poder llegar a
ser superhombres tendremos que aceptar la vida tal y como es, y finalmente al lecho
de muerte si nos preguntaran si queríamos volver a vivir nuestra vida la respuesta
tendría que ser afirmativa. Pero el precio de ser superhombre es la soledad y ser
considerado un hombre loco por los demás.
Para él las religiones oprimen al hombre para meterlo dentro del rebaño sin ofrecer
la posibilidad de salir de este, por lo que el consejo que nos da es que vivamos la
vida.

Finalmente, lo que aprendemos hoy, es que Nietzsche daba valor único y absoluto
a la vida, y nada más.

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