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UN CORAZÓN REDONDO Y TRANSPARENTE.

Se dice que existen miradas que son como caricias,

Sonrisas que son como besos,

Roces que son promesas de otro encuentro

Que hay palabras que nunca son lo que dicen ser

Se puede decir: ¿Qué tal el frío?

Al deseo de arropar con brazos y piernas

Al deseo de abrir la calidez del corazón

Y encarnar el amor en el encuentro de los cuerpos.

Pero las miradas no son caricias,

Las sonrisas no son besos,

Y si los roces lo fueran, las promesas solo son eso.

La palabra no dicha es des-dicha

Y la palabra que se mantiene oculta,

No deja latir el corazón a plenitud

Aun así la esperanza existe

Pero la esperanza es una ilusión

Nada llega porque se lo espere.


Todo llega porque la vida se mueve

Las flores nacen porque llega su tiempo

Ese es el tiempo que cuenta, el que ha llegado,

En ese tiempo hay que preservar el corazón,

La posibilidad de construir es el instante.

Las ramas de un árbol se dejan llevar por el viento

Se giran para recibir el sol

Y crecen aunque no se puede ver.

El fuego no deja de respirar

Se alimenta del otro: del viento, de las hojas secas

A quienes finalmente se entrega.

La tierra deja que las cosas lleguen

Con paciencia deja que nazcan de ella

Y en el amor las lleva a crecer, a florecer.

En la montaña se acumula tierra y polvo

Que al tiempo se hacen secretos brillantes

que un día deja conocer y luego ir.

El agua solo se deja ser

y avanza acoplándose a cualquier espacio

sin dejar de ser lo que es, persevera y se preserva.


Si la vida es así, el corazón puede sentir

que la mirada es una mirada y la caricia una caricia

que la sonrisa es una sonrisa y el beso es un beso

que el roce es un roce y la promesa solo eso.

Si la vida es así, puede ser un corazón

que baila con el viento y recibe el calor que el sol ofrece

que se alimenta a sí mismo, aunque sea del otro al que se entrega

que lo que ha ido a su interior ha nacido y un día florecerá

que ese secreto que brilla adentro, un día será revelado y regalado

y que puede ser suave y firme como el agua, persistente

Si la vida es así puede ser un corazón

que se alegra por la mirada aunque no sea una caricia

que se ilumina por la sonrisa aunque no sea un beso

que es pleno en el roce sin importar la promesa

Así un corazón puede ser redondo

sin ilusiones ni palabras

sin esperanzas

es pleno porque se preserva en el instante

es pleno porque no espera ni desea

es pleno porque se ha mostrado

porque se siente y se deja ser

porque es transparente consigo mismo.


Es pleno porque en la mirada, en la sonrisa y en el roce

se descubre amado

Es pleno porque se ha entregado:

a otro corazón,

al amor y a la vida,

a la vida del amor,

y al amor por la vida.

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