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Indecencia de Guatemala
La Independencia de Guatemala fue un acto realizado el 15 de septiembre de 1821, mediante el
cual, el Reino de Guatemala rompió los vínculos de dependencia política respecto de España y se
constituyó la entidad nacional que se llamó, después, República Federal de Centro América
(Diccionario Histórico Biográfico, 2004). En la reunión del 15 de septiembre de 1821 había un
número mayor de partidarios de la emancipación, por lo que se decidió suscribir un Acta en la que
se pedía que el Jefe Político “le mande publicar, para prevenir las consecuencias que serían
temibles, en el caso de que la declarase de hecho el mismo pueblo”. Pese a esta declaración, no se
hicieron entonces modificaciones significativas en el Gobierno, y se dejó un punto por el cual se
delegaba a un Congreso, que se reuniría en marzo de 1822, la decisión final sobre la
Independencia (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
En el Acta de ese día, la palabra “república” no aparece ni una sola vez. Los conservadores que
controlaron el movimiento, sujetaron la declaración de independencia a la ratificación de un
congreso, con esperanza en que antes de su instalación, se diera algún acontecimiento que
permitiera mantener su status (García, 1985)
No se efectuaron cambios en las autoridades: Gaínza siguió como Jefe Político Superior y
permaneció la Diputación Provincial, de origen realista, a la cual se agregaron unos cuantos
funcionarios de la ex colonia, además, dicho cuerpo se transformó en la Junta Provisional
Consultiva que asesoraba a Gaínza (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Época republicana
El 21 de marzo de 1847 fue creada la República de Guatemala, de manera que este año se celebra
el 165 aniversario de su fundación.
Los tiempos duros previos a la Independencia de 1821 y 1823, con escasez de moneda por las
medidas del gobierno del rey Carlos IV, bajas exportaciones a causa de que Inglaterra dejó de
comprar el añil guatemalteco para abastecerse del añil indio, desempleo, pobreza e inseguridad
habían quedado atrás.
Desde el decenio de 1830 otro producto de exportación estaba formando grandes fortunas, era la
grana. Fue tal la importancia de las exportaciones de grana que el poeta cubano José Joaquín
Palma la incluyó en la letra del Himno Nacional: “bajo el ala de grana y de oro”, puesto que gran
parte de la riqueza exhibida por las principales familias guatemaltecas de ese momento se debía al
tinte rojo que los ingleses utilizaban para telas (como los uniformes de gala de la Guardia Real) y
los franceses dedicaban a maquillajes.
También habían quedado atrás los años duros de la guerra civil entre liberales y conservadores
que provocaron la invasión de Francisco Morazán, en 1829, para humillar a la ciudad de
Guatemala y saquear templos y mansiones. No en balde se creó la frase popular “Se fue con
Pancho” para indicar los desastres y saqueos que ocasionó el ejército de Morazán en la capital,
que dejó de serlo por iniciativa del mismo mandatario. Eso había quedado atrás.
Desde 1838, cuando las tropas del caudillo mestizo Rafael Carrera obligaron la expulsión del
gobierno liberal de Mariano Gálvez y cuando, un par de años después, vencieron en la misma Plaza
Mayor de Guatemala al ejército de Morazán, Guatemala había recuperado su orgullo. También se
debía a los ejércitos de Carrera y del Jefe de Estado Mariano Rivera Paz la disolución del Estado de
los Altos, que había intentado separarse de Guatemala.
Las exportaciones habían mejorado. Los ingleses y franceses compraban la grana a muy buenos
precios. La capital podía presumir de nuevos edificios, costeados con las exportaciones, como la
iglesia de La Recolección y la de San Francisco. Las opulentas mansiones de los comerciantes
(tanto liberales como conservadores) mostraban lujos adquiridos por el comercio exterior:
alfombras, pianos, lámparas, espejos, muebles, vajillas y, por supuesto, los trajes de las damas de
la época, cada vez más voluminosos, gracias al miriñaque o crinolina.
Reforma Liberal
El 2 de abril de 1871, una acción liberal, capitaneada por Miguel Ángel García Granados y Justo
Rufino Barrios invadió Guatemala desde Chiapas -México-, y sostuvo su primer encuentro con las
fuerzas oficiales del Gobierno de Vicente Cerna, en Tacaná. Los revolucionarios eran pocos, pero
traían armas más modernas que las utilizadas por las tropas del gobierno, y fueron aumentando su
número a medida que se internaban en el país (Asociación de Amigos del País, 2004).
El 8 de mayo, García Granados publicó un manifiesto en el cual indicaba los motivos de la rebelión.
Los revolucionarios se proponían terminar con el gobierno dictatorial de Cerna, derogar el Acta
Constitutiva, dar libertad a la prensa, reorganizar el ejército y suprimir los monopolios. El 3 de
junio los alzados suscribieron en Patzicía, la famosa Acta de Patzicía, por medio de la cual
desconocían al Gobierno de Vicente Cerna y se nombraba Presidente Provisorio a Miguel Ángel
García Granados. El 30 de junio, el ejército rebelde entró victorioso en la ciudad de Guatemala y
Cerna huyó del país (Asociación de Amigos del País, 2004).
No tardó en llevarse a cabo una pugna entre el viejo patriota, García Granados, acostumbrado a
los debates parlamentarios y el joven Barrios, radical y revolucionario. Barrios fue nombrado
comandante de la zona occidental del país con sede en Quetzaltenango. En este departamento
fundó el periódico El Malacate, tribuna que exponía la necesidad de aplicar una política
anticlerical, principalmente contra los jesuitas, a quienes Barrios expulsó de Quetzaltenango. Este
hecho suscitó una confrontación entre Barrios y García Granados. Posteriormente, Barrios reunió a
todos los jesuitas en la capital, los envió al Puerto de San José y embarcó a 73 de ellos, casi todos
extranjeros, con destino a Panamá (Móbil, 2011).
Un año más tarde, cuando Barrios ocupó interinamente la presidencia de la república, expropió
sus bienes, por medio del Decreto Número 59, nacionalizando sus propiedades. Lo mismo hizo con
la Comunidad de Padres Congregantes de San Felipe Neri. El 7 de junio emitió el decreto número
64, extinguiendo en la república las comunidades de religiosos y declarando nacionales sus bienes
(Móbil, 2011).
Debe advertirse que Barrios emitió todos estos decretos mientras desempeñó interinamente
durante menos de un mes la presidencia de la república, cargo que ostentaba en propiedad Miguel
García Granados. Este último no podía gobernar con libertad debido a la férrea disposición de
Barrios de llevar adelante una transformación radical de la sociedad. García Granados convocó a
elecciones presidenciales en abril de 1873. La Asamblea eligió a Barrios en mayo del mismo año.
Barrios tomo posesió n de su cargo el 4 de junio de 1873 (Móbil, 2011).
Imperialismo
Práctica de dominación empleada por las naciones o pueblos poderosos para ampliar y mantener
su control o influencia sobre naciones o pueblos más débiles; aunque algunos especialistas suelen
utilizar este término de forma más específica para referirse únicamente a la expansión económica
de los estados capitalistas, otros eruditos lo reservan para caracterizar la expansión de Europa que
tuvo lugar después de 1870. Aunque las voces imperialismo y colonialismo tienen un significado
similar y pueden aplicarse indistintamente en algunas ocasiones, conviene establecer ciertas
diferencias entre ellas. El colonialismo, por lo general, implica un control político oficial que
supone la anexión territorial y la pérdida de la soberanía del país colonizado. El imperialismo, sin
embargo, tiene un sentido más amplio que remite al control o influencia ejercido sobre otra
región, sea o no de forma oficial y directa, e independientemente de que afecte al terreno
económico o político.
Origen y Desarrollo.
A mediados del siglo XIX apareció otra variante, el imperialismo del librecambio. Esta modalidad
perduró en este periodo pese a que el mercantilismo y la creación de imperios oficiales estaba
disminuyendo de forma significativa. El poder y la influencia de Europa, y sobre todo de Gran
Bretaña y Francia, se habían extendido de manera oficiosa, esto es, haciendo uso de vías
diplomáticas y medios económicos, en lugar de seguir canales oficiales como la creación de
colonias. Sin embargo, el imperialismo basado en el librecambio desapareció pronto: hacia finales
del siglo XIX las potencias europeas habían vuelto a practicar el imperialismo consistente en la
anexión territorial, expandiendo se en África, Asia y el Pacífico.