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DE LOJA
FARMACOLOGÍA
TEMA :
Hormonas tiroideas
Loja- Ecuador
FÁRMACOS TIROIDEOS Y ANTI TIROIDEOS
Las hormonas tiroideas son los únicos compuestos yodados con actividad biológica conocida,
estos son cruciales en el desarrollo normal de SNC. En los adultos estas hormonas afectan el
funcionamiento de casi todos los sistemas.
Su metabolismo se da en el hígado y su concentración está regulada por la tirotropina.
Los trastornos tiroideos se presentan de dos maneras principales: cambios del tamaño de la
glándula y cambios en la secreción de las hormonas.
Tiroides
Produce la tiroxina y la triyodotironina las cuales son esenciales para el crecimiento y desarrollo
normal
Biosíntesis de las hormonas tiroideas: Estas hormonas se sintetizan y se almacenan como
residuos de aminoácidos de tiro globulina, proteína que constituye el coloide de la tiroides.
Los pasos para la síntesis, almacenamiento, liberación e interconversion de hormonas tiroideas
son:
1. Captación del ion yoduro por la glándula
2. Oxidación del yoduro y yodación de los grupos tirosilo de la tiroglobulina
3. Acoplamiento de residuos de yodotirosina para generar yodotironinas y a partir de estas
formar tiroxina y triyodotironina peroxidasa.
4. Resorción del coloide al interior de la célula:
5. Proteólisis de la tiroglobulina y liberación de la tiroxina y triyodotironina a la corriente
sanguínea
6. Reciclado del yodo en el interior de la célula
Crecimiento y desarrollo. Al parecer las hormonas tiroideas ejercen muchos de sus efectos a
través del control de la transcripción de DNA y, al final, la síntesis de proteínas, todo lo cual
influye profundamente en el crecimiento y el desarrollo normales. La hormona tiroidea es crítica
en el desarrollo cerebral. La aparición de receptores funcionales, unidos a cromatina, parada
hormona tiroidea, coincide con la neurogénesis en el cerebro. La falta de hormona tiroidea durante
la neurogénesis activa conduce a retraso mental irreversible (cretinismo) y se acompaña de
múltiples alteraciones morfológicas en el cerebro.
Acción calorígena. La hormona tiroidea estimula de modo notorio a corazón, músculo estriado,
hígado y riñones. En realidad, 30 a 40% del incremento del consumo de oxígeno puede atribuirse
a estimulación de la contractilidad cardíaca. Varios órganos, entre ellos el cerebro, las gónadas y
el bazo no muestran respuesta a los efectos calorígenos de la hormona tiroidea. El mecanismo de
estas últimas acciones ha sido difícil de aclarar. La lipogénesis dependiente de hormona tiroidea
puede constituir un sumidero de energía importante desde el punto de vista cuantitativo, y estudios
en ratas han mostrado que alrededor de 4% del incremento del gasto calórico inducido por
hormona tiroidea se debe a la lipogénesis.
Cáncer de tiroides. La cirugía es el tratamiento primario de todas las formas de cáncer de tiroides,
a la que seguirá un tratamiento supresor con levotiroxina. En casi todos los pacientes, después de
cirugía se hace ablación con yodo radiactivo.
FÁRMACOS ANTITIROIDEOS.
Mecanismo de acción.
Los antitiroideos inhiben la formación de hormonas tiroideas al interferir en la incorporación de
yodo hacia residuos tirosilo de la tiroglobulina; también bloquean el acoplamiento de esos
residuos yodotirosilo para formar yodotironinas.
Las mediciones del periodo de organificación de yodo radiactivo por el tiroides muestran que en
el transcurso de 20 a 30 min luego de una dosis por vía oral, hay absorción de volúmenes eficaces
de propiltiouracilo. También muestran que la duración de acción de los compuestos utilizados en
clínica es breve. El efecto de una dosis de 100 mg de propiltiouracilo empieza a disminuir en 2 a
3 h, e incluso una dosis de 500 mg es por completo inhibidora durante sólo 6 a 8 h. Una dosis de
metimazol de apenas 0.5 mg reduce de modo similar la organificación de yodo radiactivo en el
tiroides, pero se requiere una dosis única de 10 a 25 mg para extender la inhibición a 24 horas. La
semivida del propiltiouracilo en plasma es de alrededor de 75 min, en tanto que la del metimazol
es de 4 a 6 h. Los fármacos parecen concentrarse en el tiroides, y después de que se administra
carbimazol se acumula metimazol, derivado del metabolismo del carbimazol. Los medicamentos
y los metabolitos aparecen en su mayor parte en la orina.
Reacciones adversas.
La incidencia de efectos adversos de propiltiouracilo y metimazol, como se utilizan en la
actualidad, es relativamente baja. La reacción más grave: agranulocitosis. La aparición de tal
afección por metimazol puede relacionarse con la dosis, pero no existe ese tipo de vínculo con el
propiltiouracilo.
Aplicaciones terapéuticas.
Los antitiroideos se utilizan en la terapéutica de hipertiroidismo de las tres maneras que siguen:
1) como tratamiento defi nitivo, para controlar el trastorno, anticipándose a una remisión
espontánea de la enfermedad de Graves; 2) con yodo radiactivo, para acelerar la recuperación en
tanto se esperan los efectos de la radiación, y 3) para controlar el trastorno en preparación para
tratamiento quirúrgico. La dosis inicial habitual de propiltiouracilo es de 100 mg cada 8 h, o 150
mg cada 12 h. Cuando se requieren dosis mayores de 300 mg/día, en ocasiones es útil la
subdivisión adicional del tiempo de administración a cada 4 a 6 h.
Inhibidores iónicos.
Con este término se designa a las sustancias que interfieren en la concentración de yoduro por el
tiroides. Los compuestos eficaces son aniones que semejan en algunos aspectos al yoduro; todos
son aniones monovalentes hidratados, de un tamaño similar al del yoduro. El ejemplo más
estudiado, el tiocianato, difiere de los otros, desde el punto de vista cualitativo; no se concentra
en el tiroides, y en cantidades grandes inhibe la organificación del yodo.
Yoduro.
Es el tratamiento más antiguo contra los trastornos del tiroides. Antes del uso de antitiroideos, era
la única sustancia disponible para controlar los signos y síntomas de hipertiroidismo. Este uso en
realidad es paradójico; la explicación de esta paradoja todavía es incompleta.
Mecanismo de acción.
Las concentraciones altas de yoduro parecen influir sobre casi todos los aspectos importantes del
metabolismo de yodo por el tiroides. Ya se mencionó la capacidad del yoduro para limitar su
propio transporte. Asimismo, se conoce bien la inhibición aguda de la síntesis de yodotirosinas y
yodotironinas por el yoduro (efecto de Wolff-Chaikoff). Este bloqueo transitorio de dos días, se
observa únicamente por arriba de concentraciones críticas de yoduro intracelulares, más que
extracelulares.
Aplicaciones terapéuticas.
Los usos del yoduro en el tratamiento de hipertiroidismo comprenden el periodo preoperatorio
para tiroidectomía y, con antitiroideos y propranolol, en la terapéutica de la crisis tirotóxica. Antes
de la operación, a veces se utiliza yodo solo, pero con mayor frecuencia se emplea después de que
se ha controlado el hipertiroidismo mediante un antitiroideo. Se administra entonces durante los
siete a 10 días que preceden a la intervención quirúrgica. El control óptimo del hipertiroidismo
llega al suministrar primero antitiroideos solos. Cuando también se administra yoduro desde el
principio, hay respuestas variables; a veces predomina el efecto del yoduro, se favorece el
almacenamiento de hormonas, y se requiere tratamiento antitiroideo prolongado antes de que se
controle el hipertiroidismo.
Reacciones adversas.
Algunos individuos muestran sensibilidad notoria al yoduro o a preparaciones orgánicas yodadas
cuando se aplican por vía intravenosa. Una reacción aguda puede empezar de inmediato o varias
horas después de la administración. El angioedema es el síntoma más sobresaliente y la
inflamación de la laringe puede conducir a sofocación. Es posible que haya múltiples hemorragias
cutáneas. Asimismo, tal vez aparezcan manifestaciones de hipersensibilidad tipo enfermedad del
suero, como fiebre, artralgia, agrandamiento de ganglios linfáticos y eosinofilia. También se han
descrito púrpura trombocitopénica trombótica y periarteritis nudosa letal atribuida a
hipersensibilidad al yoduro.
Yodo radiactivo
Propiedades químicas y físicas.
Aun cuando el yodo posee varios isótopos radiactivos, se ha utilizado más el 131I.Tiene semivida
de ocho días y, por ende, más de 99% de su radiación se gasta en 56 días. Las emisiones
radiactivas incluyen tanto rayos γ como partículas β. El radionúclido de yodo, 123I, de vida breve,
es principalmente un emisor γ con semivida de sólo 13 h. Esto permite exposición más bien breve
a radiación durante gammagrafías tiroideas.
Aplicaciones terapéuticas.
El yodo radiactivo se ha utilizado muy ampliamente en el tratamiento del hipertiroidismo y en el
diagnóstico de trastornos de la función tiroidea. Es posible obtener el yoduro sódico (131I)
(IODOTOPE THERAPEUTIC) en solución o en cápsulas que contienen esencialmente 131I sin
portador, para administración oral. Se dispone del 123I yoduro sódico para técnicas de
gammagrafía. Los comentarios se restringirán a los usos de yodo radiactivo.
Hipertiroidismo.
El yodo radiactivo es muy útil para tratar el hipertiroidismo y, en muchas circunstancias, es
considerado como el procedimiento terapéutico más adecuado contra el padecimiento. Sin
embargo, el uso de yoduro estable como tratamiento contra hipertiroidismo puede evitar la
terapéutica y algunos estudios de imágenes con yodo radiactivo durante algunas semanas después
de interrumpirlo.
BIBLIOGRAFÍA.
Hardman, J.G.; Limbird, L.E. Goodman y Gilman. Bases Farmacológicas de la Terapéutica. Mc
Graw Hill Interamenricana. 2 volúmenes. 11º Edición. 2006