You are on page 1of 4

ACCION DE INCONSTITUCIONALIDAD EN EL JUICIO: LUIS ROQUE POMATA

CHAVEZ Y LUIS EFREN LEFEBRE ROBLEDO S/ ESTAFA.--------------------------------------

ACUERDO Y SENTENCIA NUMERO: NOVENTA-

En Asunción, del Paraguay, a los diez y ocho días del mes de mayo del año mil
novecientos noventa y cinco, estando en la Sala de Acuerdos de la Corte Suprema de
Justicia, los Excmos. Señores, Presidente: OSCAR PACIELLO CANDIA, ,
Ministros Doctores RAUL SAPENA BRUGADA Y LUIS LEZCANO CLAUDE,
JERONIMO IRALA BURGOS, ELIXENO AYALA, CARLOS FERNANDEZ
GADEA , FELIPE SANTIAGO PAREDES, WILDO RIENZI GALEANO Y
ENRIQUE A. SOSA ELIZECHE, ante mi el Secretario autorizante, se trajo al
acuerdo el expediente caratulado: “LUIS ROQUE POMATA CHAVEZ Y LUIS
EFREN LEFEVRE ROBLEDO S/ ESTAFA”a fin de resolver la acción de
inconstitucionalidad promovida por el Abog. Rubén Darío Fernández.-----
Previo estudio de los antecedentes del caso, la Corte Suprema de Justicia,
resolvió plantear y votar la siguiente: -------------------------------------------------

CUESTION:

¿Es procedente la acción de inconstitucionalidad deducida?.-----------------------


Practicado el sorteo de Ley, para determinar el orden de votación, el mismo dio el
siguiente resultado:PACIELLO CANDIA , LEZCANO CLAUDE, SAPENA
BRUGADA, IRALA BURGOS, AYALA PAVON, FERNANDEZ GADEA,
PAREDES, RIENZI GALEANO Y SOSA ELIZECHE.--------------------------------
A la cuestión planteada, el Doctor PACIELLO CANDIA dijo: “Que el
profesional Rubén Dario Fernández plantea acción de inconstitucionalidad contra el
A.I. 357 de fecha 25 de noviembre de 1993, dictado por el Tribunal de Apelación en lo
Criminal, Segunda Sala, que revoca a su vez el A.I. No. 660 de fecha 14 de junio de
1993, dictado por el Juez del Crimen del 7º. Turno, que a su vez otorgó el
sobreseimiento libre de la causa seguida a Luis Roque Pomata Chávez y Luis Efrén
Lefevre Robledo por la supuesta comisión del delito de estafa.---------------------------
Los considerandos del fallo impugnado son harto ilustrativos de la acertada
calificación de arbitrario que sirven de fundamento para la promoción de esta acción.
En efecto afirmar- como lo hace el tribunal a-quo que para el otorgamiento del
sobreseimiento libre se requiere que la situación de los imputados aparezca diáfana y
libre de toda sospecha es, sin duda, un criterio de juzgamiento muy respetable, pero a
condición de que el mismo se conjugue y concilie con otros principios no menos
valiosos para precautelar la vigencia de los derechos humanos, entre los cuales, está el
de conocer claramente la imputación de que es objeto, es decir, de que se señalen
cuales son los puntos y las cuestiones que enturbien esa diafanidad y que elementos
probatorios tornan sospechosa la conducta del imputado. Cosa que en la especie no
ocurre.---------------------------------------------------------------------------------------------
En este sentido, resulta de singular importancia señalar, claramente, los criterios
de esta Corte en relación con algunas prácticas que consideramos viciosos en el
accionar de nuestros órganos jurisdiccionales, prácticas que conllevan la negación de
1/4
la vigencia de los derechos humanos, en especial, el de la libertad, que es el pilar sobre
el que se sustenta toda normativa de la constitución que nos rige actualmente y que ha
introducido profundas transformaciones en nuestro orden jurídico, no siempre
acompañadas en las prácticas corrientes de nuestra judicatura, que por la inercia
propia de la labor judicial acepta, sin mayor detenimiento, prácticas inveteradas
negadoras de esos valores fundamentales que hacen a la dignidad de las personas.-----
En efecto, no es infrecuente apreciar que como fundamento para decretar o
mantener medidas restrictivas de libertad de las personas, se hace alusión a frases
hechas, tales como de que subsisten las irregularidades, término trasvasado de
prácticas administrativas, en las que, ciertamente, no presuponen culpabilidad,
extrapolándoselas al proceso penal, en donde casi nunca se indican en que consisten
ellas, o de que existen “indicios de culpabilidad”, sin señalarlos. Estas afirmaciones
colocan al imputado ante la imposibilidad de ejercer su defensa, con lo que se atenta
directamente contra el principio constitucional del debido proceso legal.----------------
Debe tenerse presente que al orden jurídico republicano, estas expresiones
resultan sencillamente repugnantes. La suprema garantía del orden penal en los
sistemas republicanos democráticos, radica en la clara definición del tipo penal, puesto
que es este instrumento conceptual el que, decididamente, lo aparta de los sistemas
penales autoritarios, como por ejemplo, debo decidir esta causa ubicándome en las
posición de lo que haría el FUHRER en mi lugar marginando todo principio de
legalidad.-------------------------------------------------------------------------------------------
Y este elemento de la tipicidad, es el que ha resultado desconocido en esta
causa. Tal elemento establecido por la doctrina penal, llevado al proceso, debe
funcionar como eficiente garantía de que nadie podrá resultar inculpado por hechos
que no se contemplan en el tipo penal, en otras palabras, que salirse de ello implica
violar las garantías del debido proceso. Si se habla de estafa, la misión de instructor de
la causa, ha de orientarse a la constatación de la existencia o no de los elementos que
contribuyen a configurar el tipo penal, en otras palabras, que salirse de ello implica
violar las garantías del debido proceso. Si se habla se estafa, la misión del instructor
de la causa, ha de orientarse a la constatación de la existencia o no de los elementos
que contribuyen a configura el tipo penal, definido en la ley. Relacionado este
principio, con las constancias de este proceso, surgen otras dos cuestiones que
consideramos igualmente importantes poner de relieve.------------------------------------
En primer término, se imputa a los procesados la supuesta comisión de un delito
de estafa que se habría perpetrado mediante la emisión de ciertos cheques que no se
pagaron en el banco extranjero por orden del librador (según los querellantes) y por
orden del juzgado que interviene en la convocatoria de acreedores de sus libradores
(según los imputados). Independientemente de esta circunstancia, esta el hecho de que
se ha presentado en el proceso, un contrato en el que claramente se expresa que tales
cheques fueron librados en garantía de un préstamo que otorgaba el beneficiario a los
libradores a una tasa de interés del 17% en dólares.------------------
La sola lectura de tal contrato, excluye totalmente la posibilidad de hablar
siquiera de la existencia de estafa: primero, porque evidentemente nos hallamos ante
una pura y simple operación comercial, que normada por la legislación respectiva, allí
encuentra su sanción en caso de incumplimiento, y en segundo lugar, porque mediando
la desnaturalización jurídica del cheque y engaño o ardid estafatorio, resultando

1/4
imposible la configuración de los elementos que tipifican el delito de
estafa.----------------------------------------------------------------------------------------------
Y este hecho nos conduce a la segunda cuestión que resulta importante destacar:
es la que hace referencia a la indiscriminada utilización de los cheques como
instrumento para la especulación, la usura y la extorsión. En efecto, se utilizan los
cheques para el supuesto de que no abonando su obligación los deudores, en los
términos convenidos, le queda al acreedor el arbitrio de accionar penalmente contra el
mismo. Y esto, sencillamente, es violatorio de dos principios de orden
constitucional.-------------------------------------------------------------------------------------
En los hechos, por tanto, implica lisa y llanamente la consumación de la prisión
por deuda, execrada por la humanidad desde los tiempos del usurero Papirio (Lex
Poetelia Papiria 426 a.C) expresamente prohibida por el articulo 13 de la Constitución
Nacional. No excluimos la posibilidad de que, en determinadas hipótesis puede
utilizarse el cheque como un ardid estafatorio, pero ello debe surgir de manera
concreta de rigurosas investigaciones que realice el instructor sobre las peculiaridades
de cada caso en particular. Pero de manera general, esta modalidad operativa del
agiotaje es incuestionablemente violatoria de la Constitución y no se la puede admitir
de la manera totalmente desaprensiva con que la práctica acostumbra a manejar estas
cuestiones. En otros términos, no es posible desnaturalizar una operación civil o
comercial, transformando el incumplimiento civil en un delito penal,
instrumentalizando el proceso para transformarlo en un ilegítimo instrumento de
constreñimiento contra los deudores.-------------------------------------------------------
Cabe señalar, a este respecto cuanto ya indicábamos anteriormente. El Código
Penal sienta el principio de que toda acción u omisión prevista en su normativa se
presume realizada con intención criminal (Art.16. De este principio, notoriamente
inconstitucional, y de índole inquisitorial de nuestro código procesal penal, la práctica
ha extraído la consecuencia de que en el estado sumario, todos los indicios de
culpabilidad que pudieran existir se consideran como efectivamente atribuibles a una
conducta punible del procesado. Excusado es decir que semejante interpretación de
nuestras leyes penales, colide frontalmente con la presunción de inocencia, suprema
garantía de vigencia de los derechos humanos, sentada en el inciso primero del artículo
17 de la Constitución Nacional. Contemporáneamente, en materia procesal, se asiste a
una reinterpretación de sus normas, fundamentalmente, adecuándolas a la Constitución
en lo que ha dado en llamarse una constitucionalización del proceso, es decir, afirmar
definitivamente dentro del proceso los valores supremos contenidos en nuestro
máximo ordenamiento.------------
Pues bien, a la vista de estos criterios, y como una vía para mantener la vigencia
de los derechos humanos fundamentales, está dicho que en la fase instructoria, de no
mediar claras evidencias de que la conducta de una persona se halla incursa en el tipo
penal, no existe razón alguna para utilizar la restricción de la libertad, medida
estrictamente cautelar, de aplicación e interpretación restrictiva, como un instrumento
aflictivo de constreñimiento, so capa de que el imputado debe demostrar su inocencia,
cuando que la aplicación de tales medidas es de interpretación inversa. Y por lo
mismo, cuando existe la evidencia de la imposibilidad de que un determinado delito se
consume, resulta francamente violatorio del principio del debido proceso legal, la
alegación de que es el imputado el que debe demostrar su inocencia de manera diáfana

1/4
y sin lugar a dudas, ya que para desautorizar semejantes antojadizas disquisiciones se
halla, y por sobre cualquier otro no establecido en las leyes, el principio de la
presunción de inocencia. Este criterio se refuerza en casos como el que nos ocupa, en
el que, si bien no se halla en juego -de momento -la libertad de las personas, no es
menos cierto que su integridad moral resulta seriamente afectada por la existencia de
un proceso que traduce una grave inhibición en sus posibilidades de realización en el
plano de sus actividades
normales.----------------------------------------------------------------------------------------
Finalmente, señalamos que ante el planteamiento de esta acción, la parte
querellante ha limitado su participación, en esta instancia, argumentando por vía de
oposición una inexistente extemporaneidad hecho que, por cierto, no enerva los
sólidos fundamentos de una acción en la que claramente se denuncia el vicio de la
arbitrariedad como fundamento de la misma, afirmaciones que compartimos juntos con
el Ministerio Público.----------------------------------------------------------------------
Por todas estas razones, doy mi voto por la afirmativa de la cuestión
planteada.-----------------------------------------------------------------------------------------
A su turno los Doctores: LUIS LEZCANO CLAUDE, RAUL SAPENA
BRUGADA, JERONIMO IRALA BURGOS, ELIXENO AYALA PAVON,
CARLOS FERNANDEZ GADEA, FELIPE SANTIAGO PAREDES, WILDO
RIENZI GALEANO, Y ENRIQUE ANTONIO SOSA ELIZECHE manifestaron
que se adhieren al voto del Presidente, Doctor OSCAR PACIELLO CANDIA por
los mismos fundamentos.------------------------------------------------------------------------
Con lo que se dio por terminado el acto, firmando S.S.E.E. todo por ante mi de
que certifico quedando acordada la sentencia que inmediatamente sigue:----
Ante mí
SENTENCIA NUMERO: 90
Asunción, 18 de MAYO de 1995
VISTO: Los méritos del Acuerdo que antecede, la
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
R E S U E L V E:
HACER LUGAR a la acción de inconstitucionalidad deducida y en
consecuencia declarar inaplicable el A.I. No. 660 de fecha 14 de junio de 1993,
dictada por el Juzgado del crimen del 7º. Turno y el A.I. No. 357 de fecha 25 de
noviembre del 1993, dictado por el Tribunal de Apelación en lo criminal, segunda
sala.-------------------------------------------------------------------------------------------------
ANÓTESE, notifíquese y regístrese.--------------------------------------------------
Ante mí:

1/4

You might also like